Fredy Saúl Serrano Buitrago

Fredy Saúl Serrano Buitrago

PROYECTO LAGUNA. Fredy Saúl Serrano Buitrago

15 Salón Regional de ArtistasZona Oriente

TextosAlberto Borja

Ana María SánchezMartín Camargo FlorezEduardo Albert Santos

Susana Quintero Borowiak

ComunicacionesCristina Úsuga

Asesoría MuseográficaAna Maria Sánchez

MontajeKlase Ltda

José Ramón Diaz Herrera Juliana Serrano

Andrea Rey

FotografíaFredy Saul Serrano

Música Original (Soundtrack)Jean Karlo Guitierrez

Diseño InfografiaMaritza Alvarez

Diseño Gráfico-PublicaciónJuan Francisco Carrillo P.

ImpresiónLITOCHOA

2014

En otro lugar pero en el mismo tiempo

Sumario

Al costado del tiempo antes del lugarAlberto Borja

Intuiciones, o de lo que pasa cuando son las manos la memoria

Ana María Sánchez Lesmes

Expedición Laguna: Indicaciones generalesMartín Alonso Camargo Flores

Laguna: un sitio de sorprendentes arquetipos personales Eduardo Albert Santos

Fredy Saúl Serrano, favor no mirar bajo la camaSusana Quintero Borowiak

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En una especie de movimiento continuo las experiencias ingresan en la mente a través de los sentidos hasta que se hacen parte del cuerpo. La memoria elabora, teje la vida como una acumulación de los recuerdos fijados en sustratos sobrepuestos, que se asemejan a los terrenos cuando su formación geológica queda expuesta, como palimpsesto, de un solo tajo tectónico. Esa incorporación de las percepciones define el contorno de la personalidad, dibujando los rasgos definitivos con los que se asocia a alguien. Un ser envuelto en un sinnúmero de capas oculta sin embargo su verdadera naturaleza: el vacío.

La memoria puede hacerse una dura costra que llega a inmovilizar a una persona hasta

convertirla en un ente, sujeta al pasado, sin voluntad ni potencialidad frente al porvenir. Cuando se vuelve un velo pesado, un muro infranqueable, es

necesario entonces el olvido. Temido,

Al costado del tiempo antes del lugar*Alberto Borja

Entre autoficción y paisaje afectivo el artista lee el contexto de su obra como materia plástica en la que el movimiento de la

transformación ilustra el territorio de las evocaciones, de los sueños y de la imaginación.

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refrescante y revitalizador, cruel incluso cuando irrumpe sin ser invitado, este acude al rescate del sujeto para horadar, para golpear de modo contundente los obstáculos mnemónicos y abrir paso a lo posible. Cuando extrae fragmentos, cuando demuele bloques completos de esa historia personal, el olvido inunda con la nada aquello construido como cierto.

Un espacio sin recuerdos, vaciado de contenidos memorables, se instala como un lugar para la expresión de la imaginación, de la posibilidad de ser otro u otros, en una múltiple encarnación de cosas que se asimilan, o no, a la idea que tenemos de nosotros mismos. En esta serie de anomalías las imágenes se multiplican a partir de sus diversas materializaciones en un espacio repoblado por la voluntad creativa donde crecen nuevas formas. A partir de lo reconocible estas mutan en deformidades que se alimentan de lo que existió y redibujan las vivencias con una expresión singular. En las figuras se contiene la ficción de lo creado como una nueva verdad plástica

en donde debió estar, en un tiempo anterior, la otra verdad de la remembranza.

Fredy Saúl Serrano nos muestra su trabajo como una exposición múltiple, compuesta con varias presentaciones, en las que subyace una narración literal y visual. Con un título que sugiere ya ese espacio para la novedad, creado por una de las manifestaciones del olvido, LAGUNA puede leerse también como un laberinto en donde concurren simultáneamente dibujo, arquitectura, escultura, gráfica e instalación. Pero sin duda el hilo que puede orientar el recorrido perceptivo está determinado por la línea.

Entre autoficción y paisaje afectivo el artista lee el contexto de su obra como materia plástica en la que el movimiento de la transformación ilustra el territorio de las

Fredy Saúl Serrano nos muestra su trabajo como una exposición múltiple, compuesta con varias

presentaciones, en las que subyace una narración

literal y visual.

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evocaciones, de los sueños y de la imaginación. En él las once piezas se constituyen en protoformas autónomas de un mundo fractal. Por un camino secundario, que funciona como un atractor, se llega a una remota vereda del tiempo que está justo al otro lado de lo que vemos. Allí un niño juega a construir juguetes con el barro de su jardín y comparte, a través de la mirada del adulto, un campo de dispositivos y de artefactos que fluyen en un diálogo formal sin teorizaciones ni autoanálisis. Una memoria que enferma o se deteriora, que de alguna manera muere un poco, le permite al espectador adentrarse en una metáfora habitada por los objetos que se mueven entre el recuerdo combustible de la experiencia y el consumo íntimo del episodio mientras la casa, que persiste en medio del líquido frío, espera a su único habitante.

* Artista plásticoLic. en Lingüística y

magíster en FilosofíaBucaramanga

Colombia

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¿Qué ideas tenemos de la infancia, de nuestra infancia?, pero más que ideas, ¿qué intuiciones tenemos de nuestra infancia? En una entrevista que Joaquín Soler Serrano realiza al escritor Julio Cortázar , cuestionando acerca de sus lúcidas “ideas” sobre lo que es real, Cortázar comienza su respuesta indicando: “[…] yo confieso que tengo muy pocas ideas, yo no sé pensar, yo creo que tengo intuiciones, ¿si?; que veo cosas y luego naturalmente hay un proceso intelectivo que trata de apretarlas, de meterlas, de conceptualizarlas con grandes pérdidas”. Estas entrevisiones, en términos del autor, no transitan por el camino de las ideas, sino que son ventanas que se abren cuando vienen a la memoria. Siendo así, ¿qué intuiciones tenemos de la infancia, de nuestra infancia?

Por más sencilla que parezca esta pregunta, al volver a ella varias veces resulta que esta

Intuiciones, o de lo que pasa cuando son las manos la memoria

* Ana María Sánchez Lesmes

LAGUNA encierra entonces distintas búsquedas. Una excusa que resulta del ejercicio arqueológico de recoger pistas en la

memoria y un territorio físico...

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infancia se infiere ya lejana, quedando de ella intuiciones en forma de olor, de texturas, de partículas de tiempo. ¿Qué recoger entonces de nuestra infancia, cuando solo tenemos fragmentos dispares de ella? Esta podría ser la génesis de lo que Fredy Saúl Serrano nos presenta en LAGUNA, la necesidad de acopiar una cotidianidad remota, de emprender una excavación por la memoria recogiendo sus intuiciones, así como la posibilidad de espacializarlas.

Si todo es susceptible de resultar en colección, esta sería una que se recoge a través de un viaje similar al de Alicia por el País de las Maravillas, lleno de personajes, ciclos y jardines, en los que como la niña, el artista se cuestiona sobre sí mismo. Serrano deviene anecdótico,

descriptivo, recurre al juego de la catalogación de sus propias experiencias, estructurando la constante que da continuidad a su obra, la necesidad por narrar un distanciamiento con algo que fue y que se nos manifiesta a modo de ilusión, de ensoñación. Este distanciamiento es, más que una dificultad, una posibilidad potentísima de construcción. Cuando Pedro Salinas escribe “hoy son las manos la memoria” , despunta nuevamente la noción de intuición llevándola a un nuevo nivel, como si en nuestros bocetos mentales no existiera más la posibilidad de traer una imagen auténtica, sino que fuese desde el cuerpo que se permite crear y recrear la confianza de lo vivido. Es entonces cuando cobra aún más sentido resolver la LAGUNA desde la obra plástica, desde las manos que abrazan el valor del vacío en relación a un tiempo que

LAGUNA encierra entonces distintas búsquedas. Una

excusa que resulta del ejercicio arqueológico de recoger pistas

en la memoria y un territorio físico que aunque posiblemente

se encuentra hoy en algún recodo de Santander,

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dejó de ser real, pero que desde la sensibilidad le permite el planteamiento de una historia que no deja nunca de ser imaginada. Todas las intuiciones son ensoñaciones, espacios imaginados, configuraciones que se proyectan desde el hoy en diferentes direcciones. Fieltro, capullos, casas, naturalezas muertas y acciones cotidianas son las piezas que componen la colección que Serrano ha venido construyendo en su viaje personal, del que no solo se conserva la materia sino la huella de su recorrido en busca de las evocaciones, que son a su vez constructos en sí mismas.

LAGUNA encierra entonces distintas búsquedas. Una excusa que resulta del ejercicio arqueológico de recoger pistas en la memoria y un territorio físico que aunque posiblemente se encuentra hoy en algún recodo de Santander, habita en el ser del artista; un estado mental que permite retozar por los recuerdos y una fuerte intensión de organizar estas historias en espacio. Entonces, apelando a nuestras intuiciones, ¿qué relación posible habrá entre nuestras infancias?

*Lic. /en Artes, Magister en Museología y Gestión del

Patrimonio/ DocenteBogotá - Colombia

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A pesar de que he buscado una y otra vez en las artes plásticas y visuales colombianas los referentes inmediatos para establecer las coordenadas de interpretación de la obra de Fredy Saúl Serrano, tengo que confesar que ninguno de los lugares encontrados me ha convencido lo suficiente como para establecer una ruta definitiva de navegación semiótica. Ni Álvaro Barrios con todas sus maricaditas, ni José Antonio Suárez Londoño con su obsesión por llenar cientos de libreticas con mamarrachitos, han sido de mayor utilidad para entender la aparición de extraños conejos negros, mamás zombies, casas embrujadas y otras tantas emanaciones del subconsciente del artista en forma de protuberancias, quistes, pólipos, vísceras y tumores letales. Es más, pero, aun cuando el mismo artista haya mencionado constantemente estos dos nombres como influencias ineludibles para entender su trabajo, no logro encontrar en ellos

Expedición Laguna: Indicaciones generales*Martín Alonso Camargo Flores

LAGUNA, ha logrado que sus piezas individuales floten en medio de un vacío semiótico, sin mayor conciencia histórica de

las formas utilizadas y sin preocuparse por los afanes de situarlas respecto a algún código necesario para hacerlas legibles.

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el horizonte narrativo de segundo nivel que siempre ha estado presente en la obra de Serrano. Sí, ya sé que Suárez Londoño hizo una serie de trescientos sesenta y cinco dibujos, uno por día, inspirado en los diarios del escritor Franz Kafka y que Barrios ha estado utilizando intermitentemente referencias literarias en sus collages, pero ninguno ha logrado crear un mundo paralelo para ubicar estas imágenes, tal como ocurre con las mejores piezas de literatura fantástica, en las que la función narrativa trasciende el simple pre-texto para producir representaciones de algo aun no dado.

Por estos motivos, y con el perdón del artista, quisiera arriesgarme a lanzar una tesis fuera de lugar, una deriva interpretativa si se prefiere, sobre la singularidad del trabajo de Serrano en el contexto colombiano. Y hablo de singularidad, referida a aquello que por su aquí y ahora no puede identificarse con nada conocido, porque con su proyecto LAGUNA, ha logrado que sus piezas individuales floten en medio de un vacío semiótico, sin mayor conciencia histórica de las formas utilizadas y sin preocuparse por

los afanes de situarlas respecto a algún código necesario para hacerlas legibles. Es como si, debido a un tipo peculiar de amnesia selectiva, se hubiera producido una grieta psíquica en la vida mental del artista, por la que se han venido colando los cosos, los desencantos, los amorfos, los órganos y otros seres aún por clasificar. Un orificio a donde sea que ha llevado a que el subconsciente de Serrano explore paulatinamente un mundo distante, documentado en dibujos, videos, imágenes, objetos y un relato latente en espera de escritura. Un territorio relativamente poco explorado que, además de los seres ya mencionados, acoge en su excentricidad varios tipos de conejos –incluyendo uno

LAGUNA, ha logrado que sus piezas individuales floten en

medio de un vacío semiótico, sin mayor conciencia histórica de las formas utilizadas y sin

preocuparse por los afanes de situarlas respecto a algún código necesario para hacerlas legibles.

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bulímico y bastante parecido al de la película Donnie Darko de Richard Kelly (2001)– unas cuantas casas embrujadas, un museo fantasticontológico, una caja de herramientas disfuncionales para el explorador que se aventure a perderse en LAGUNA, una enfermedad bacteriana que ha infectado con puntos rojos unas cuantas superficies pictóricas y una colección de otoño-invierno diseñada exclusivamente para que los cosos puedan salir a pasear durante sus vacaciones. Es decir, un proyecto diseñado con la ficción más pura, en el que los fragmentos inconexos y acumulados tras arduas exploraciones estéticas pretenden constituirse como el speculum mundi de ese no-lugar situado

en otra parte; muy, pero muy lejos de éste, el Estado bananero de Chibchombia.

*Filósofo - Magíster en SemióticaBucaramanga – Colombia

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El universo de Fredy Saúl Serrano está poblado de seres enigmáticos, inquietantes. El joven artista los ha registrado desde su infancia en vivencias singulares, en contacto con su entorno, en las que se conjuran recreaciones oníricas y lúdicas de diversos matices e intensidades. Y así, en su estado más prístino, casi desgarrado, nos las muestra en bocetos, dibujos, pinturas y construcciones instalativas.Su muestra, que nos lo presenta como un creador auténtico, se titula LAGUNA, como ubicándonos en su lugar de infancia. Y luego de un interesante y provechoso diálogo personal, quedé persuadido de que precisamente lo que se propone es ponernos en aquel sitio de recuerdos primarios, desde su perspectiva adulta y su ya formada capacidad artística del ver. Por consiguiente, nos invita a un recorrido por su archivo personal que, más allá de una u otra anécdota, se desvela con una

Laguna: un sitio de sorprendentes arquetipos personales

*Eduardo Albert Santos

... Nos invita a un recorrido por su archivo personal que, más allá de una u otra anécdota, se desvela con una mezcla de ingenuidades, fantasías e

instintos o pulsiones que operan en los territorios de la vida, la atracción y la reproducción, la repulsión y la muerte.

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mezcla de ingenuidades, fantasías e instintos o pulsiones que operan en los territorios de la vida, la atracción y la reproducción, la repulsión y la muerte. Ni más ni menos que todo un andar por las zonas del Eros y el Thanatos. Las formas de Fredy Saúl se articulan a partir de líneas sinuosas que se tejen de tal modo que resultan al mismo tiempo discernibles e impenetrables. Evidencian desgarramientos y desconciertos, pero igualmente invitan a la cercanía, a la más íntima transparencia amistosa. Remiten a seres construidos en una mente que atrae y convoca y también es capaz de dialogar con la incertidumbre y el temor.Resulta provechoso repasar el amplio espectro de medios a los que el autor apela. De una vez podemos valorar tanto la destreza de los rasgos de dibujo como la ingeniosidad de instalaciones y construcciones. Los primeros convencen por la diáfana “puesta en escena” de sus “cosos”, el empleo de contrastes y la atenuada construcción de atmósferas tensas, simultáneamente agresivas y acogedoras. Por su parte, las instalaciones y construcciones, que se constituyen con materiales simples pero pertinentes, y se libran de esas socorridas tendencias actuales al gigantismo, provocan al receptor al diálogo y lo enfrentan a zonas de sospechas e incertidumbres. Parece conveniente subrayar la admirable presentación de las piezas de la muestra, todas ellas pensadas de manera que remitan a las producciones del inconciente y permitan un “desplazamiento” por su espacio de asociaciones, represiones y transferencias.

Las formas de Fredy Saúl se articulan a partir de líneas sinuosas que se

tejen de tal modo que resultan al mismo tiempo discernibles e

impenetrables.

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Se ha dicho que Carl Gustav Jung logró ilustrar “los escalones a través de los cuales se articula el proceso ideal de individualización que culmina en el ego, en la conquista lograda, en el vértice de la pirámide, de una consciencia de las propias fuerzas y de los propios límites” (Bodei, Remo, La Filosofía del Siglo XX, 2001). En la base de su construcción, el célebre sicoanalista puso el inconciente colectivo con sus fascinantes y polémicos arquetipos. Nuestro amigo artista colombiano ha querido y logrado trazar con su obra ese inquietante itinerario de su propio proceso de individuación, con las fuerzas y límites que emanan de sus personales arquetipos, animados desde una fecunda imaginación y su eficaz representación visual.

* Doctor en Ciencias FilosóficasProf. Filosofía y Teoría de

Historia del Arte moderno y contemporáneo.Cubano, residente en Ecuador

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“Al principio, cuando esta criatura apareció ante la vista, dudé de mi razón o, por lo menos, de la evidencia de mis sentidos, y transcurrieron

algunos minutos antes de lograr convencerme de que no estaba loco ni soñaba.”

La Esfinge.Edgar Allan Poe.

Al pensar en el trabajo de Fredy Saúl Serrano, viendo el proyecto LAGUNA y tratando de imaginar este texto, mi memoria viajó a un cuento leído hace mucho tiempo: “La esfinge” de Edgar Allan Poe. En aquella historia el narrador huye de la peste que asola su ciudad y se refugia en la casa de campo de un amigo; allí se dedica a conversar, recibir noticias terribles y leer sobre los presagios en las tradiciones populares. Al parecer las lecturas y su estado anímico lo predisponen y tiene la visión horrenda de un monstruo gigante que baja las laderas de una colina vecina. Siente que ese animal fantástico es un presagio de muerte, se asusta hasta el desmayo y tarda varios días antes de contarle a su amigo lo

Fredy Saúl Serrano, favor no mirar bajo la cama

*Susana Quintero Borowiak

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sucedido. Su amigo lo escucha asombrado, quizás convencido de su locura, pero gracias a la precisión con la que describe al monstruo infiere que se trata de un insecto: la esfinge calavera. A quienes leemos la historia nos queda la pregunta: ¿cómo un insecto puede convertirse en un gigante a los ojos de alguien? La respuesta está dentro de la misma historia: todo depende del punto de vista y del estado anímico del observador. Una mente fantasiosa y excitable encuentra aterradoras las cosas que su imaginación reelabora. Esa energía puede ser la raíz de todos los miedos, pero en el caso de Fredy Saúl Serrano es una fuente profunda para la creatividad.

Hace un par de años trabajé con Fredy Saúl para su individual en Cúcuta: La casa se va-cía. En aquella muestra reunimos un conjunto de obras que interpretaban la vivencia de lo doméstico a través de historias casi fantásticas sobre lo que ocurre dentro de una casa. Ese “ocurrir” incluía sueños, pensamientos y recuerdos para construir un ambiente que coqueteaba con lo siniestro y ponía al espectador en contacto con sus miedos infantiles, con todas aquellas sombras que pretendemos olvidar al imaginar la infancia como una edad dorada de inocencia y plenitud. Ahora, al acercarme al proyecto LAGUNA con esta invitación a escribir, encuentro una solución de continuidad con aquella exposición del 2012 y pienso que nuestro artista ha seguido martillando insistentemente sus obsesiones, para entregarnos visiones más

LAGUNA es casi un proceso de

clasificación de lo fantástico, un inventario

con intenciones taxonómicas donde

encontramos muchas versiones de

“los cosos”.

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elaboradas de unos monstruos que parecen invadirlo todo: los cosos. ¿Y qué es un “coso”? Para entenderlo se requiere un pequeño ejercicio de imaginación y memoria. Veamos, ¿usted recuerda la inquietante sensación que producía apagar la luz de su cuarto cuando era niño?, ¿recuerda como algo intentaba salir desde debajo de la cama apenas llegaba la oscuridad?, ¿recuerda la masa amorfa que lo envolvía cuando quería llegar desde su cama hasta la lámpara más cercana?, ¿ha sentido esas cosquillas en la nuca que aún lo hacen voltear para descubrir que “nadie” lo está mirando?... ¡Listo! Entonces ya sabe qué es un coso, lo conoce, nunca lo ha visto, pero sabe que está allí, en algún lado, y puede que no le tema, pero definitivamente lo perturba.

LAGUNA es casi un proceso de clasificación de lo fantástico, un inventario con intenciones taxonómicas donde encontramos muchas versiones de “los cosos”. Cosos retratados. Cosos colgantes. Cosos que intentan sobrevivir en frasquitos. Cosos mutantes que quieren ser personas. Cosos esponja que intentan absorber las casas (¿de los niños?). Cosos empacados y listos para viajar.

Cosos que perforan paredes, aunque no sabemos si salen o entran. Cosos que habitan casas, casas que intentan liberarse de los cosos, casas abrigo de lo fantástico. Estos cosos además tienen el don de ubicuidad, están en todas partes en el mismo instante, se rigen por el tiempo propio de lo mágico. Su aparición en el mundo material, gracias a la acción del arte, es una expresión consciente de fantasmas inconscientes, es un punto de vista desplegado, una suerte de esfinge calavera contemporánea.

*Historiadora de Arte/Curadora San José de Cúcuta - Colombia

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Esta publicacion hace parte del proyecto Laguna, ganador de los 15° Salones Regionales, convocado por el

Ministerio Nacional de Cultura.

Fredy Saúl Serrano Buitragosfred28@hotmail.com

fredysaul.serranobuitrago@facebook.com

Bucaramanga - Colombia - 2014