Raúl Prebisch. Cepal, ortodoxia monetaria e inflación

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Biblioteca del Pensamiento Econmico

Ral Prebisch. Cepal, ortodoxia monetaria e inflacin

Ral Prebisch

Suplemento de la Revista BCV Vol. XX. N 1. Caracas, enero-junio 2006

Revista BCV Biblioteca del Pensamiento Econmico Ral Prebisch. Cepal, ortodoxia monetaria e inflacin ISSN: 0005-4720 1. Prebisch, Ral 2. Pensamiento econmico 3. Economa latinoamericana

Banco Central de Venezuela, 2006 Esta publicacin es un suplemento de la Revista BCV, vol. XX, n 1, enero-junio 2006 Hecho el Depsito de Ley Depsito Legal: lf35220053303881 ISBN: 980-394003-1

Direccin: Banco Central de Venezuela, Edificio Sede, piso 3, Av. Urdaneta, Esquina de Las Carmelitas, Caracas 1010 Direccin postal: Apartado 2017, Carmelitas, Caracas 1010, Venezuela Telfono: (58-212) 801 5380 Fax: (58-212) 861 0021 [email protected] www.bcv.org.ve Produccin editorial: Departamento de Publicaciones BCV Diseo de cartula: Luis Giraldo Diseo de la tripa: Ingard Gherembeck Diagramacin: Elena Roosen Correccin: Mara Enriqueta Gallegos Impresin: ????????????? Tiraje: 1.000 ejemplares

IntroduccinJos Moreno Colmenares

ndicendice9 17 43

Ral Prebisch. Cepal, ortodoxia monetaria e inflacinEntrevista indita a Prebisch: Logros y deficiencias de la Cepal. Por David Pollock, Daniel Kerner y Joseph Love El falso dilema entre desarrollo econmico y estabilidad monetaria

Bibliografa de Ral Prebisch

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IntroduccinIntroduccin

Introduccin

Moreno C.Jos Moreno Colmenares*EpgrafesHablar de Ral Prebisch es referirse al intento ms significativo de independencia ideolgica dentro del propio marco del sistema capitalista. Se le puede considerar a l como el primer abanderado de un cuerpo de teoras reformadoras que anhelan la superacin de las caractersticas, contradicciones y fallas de la dependencia y el subdesarrollo (Jos Consuegra Higgins, Introduccin, Ral Prebisch. Obras escogidas, Bogot, Colombia, Plaza & Jans, vol. 3, 1983).

el ilustre argentino se yergue como el hereje ilustrado latinoamericano de mayores notas, vala e influencia, que con sus planteamientos, prdicas y acciones ha enriquecido institucionalmente el mundo internacional y ha apertrechado a los pases subdesarrollados con argumentos y con pautas de poltica econmicapara superar las condiciones de desventaja y de pobreza relativas (Isidro Parra Pea, Prlogo, Ral Prebisch. Obras escogidas, Bogot, Colombia, Plaza & Jans, 1983).

Por fortuna, el pensamiento neoclsico est perdiendo influencia en los pases de Amrica Latina en que ms haba penetrado y vuelve a comprenderse en ellos, que ideas como las de Prebisch son de mucha mayor utilidad para entender y orientar su historia (Adolfo Gurrieri, Prlogo, La obra de Prebisch en la Cepal, Mxico, D.F., Fondo de Cultura Econmica, 1982).

* Economista, Director de la Revista BCV.

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En Ral Prebisch se conjug la condicin de pensador y de personaje de accin. Fue un terico, un analista y un realizador infatigable que dedic todo su vigor existencial a la creacin de una doctrina, una escuela y una poltica destinada a diagnosticar, estudiar y transformar la estructura econmica, social y poltica de la Amrica no desarrollada. En conjuncin con otros investigadores y expertos del rea social dise un modelo integral de anlisis y una poltica: la programacin global, acorde con las peculiaridades de la realidad heterognea y compleja en la cual les corresponda actuar. Prebisch naci en San Miguel Tucumn, Argentina, en 1901, y falleci en Buenos Aires (1986). Sigui los estudios de Economa en la Universidad de Buenos Aires hasta culminarlos (1918-1922); all mismo fue donde inici la carrera docente (1923-1948). Se desempe como funcionario del Banco de la Nacin y del Ministerio de Hacienda (1930-1943). Se encuentra entre los fundadores del Banco Central de Argentina, donde alcanza la designacin de Primer Director (1935-1943). Ingresa a la Secretara de la Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (1948). Luego es designado Secretario Ejecutivo de Cepal (1950-1963), ao cuando renunci para hacerse cargo de la Secretara General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad). Dirigi el Instituto Latinoamericano de Planificacin Econmica y Social (Ilpes) hasta 1973, mientras estaba, paralelamente, como asesor de los presidentes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Comit Interamericano de la Alianza para el Progreso (Alpro). Luego se le design asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Asuntos Econmicos y Sociales. Desde 1976 dirigi la Revista de la Cepal. En 1984 regresa a Buenos Aires. En 1986 fenece en Santiago de Chile. Ral Prebisch mantuvo una decisiva influencia en los criterios y proposiciones de Cepal, fue inspirador y autor de los documentos en los que se expandieron las tesis ms relevantes del organismo. Entre otros pueden mencionarse aquellos que se constituyen en hitos dentro del proceso de maduracin del anlisis y de la doctrina de la comisin. El primero de ellos, escrito en 1949 y publicado como introduccin al Estudio econmico de la Amrica Latina 1948 fue El desarrollo econmico de Amrica Latina y sus principales problemas, conocido como El manifiesto de la Cepal. El segundo, Hacia una dinmica del desarrollo latinoamericano, presentado en el dcimo perodo de sesiones de la Cepal en 1963, donde Prebisch replante y reformul su diagnstico relativo a la problemtica Latinoamrica y su dinmica. El tercero, Transformacin y desarrollo: la gran tarea de Amrica Latina, trata los efectos contradictorios causados por la transformacin que se ha producido en la regin. El cuarto Capitalismo perifrico. Crisis y transformacin (1981) es el fruto de la revisin autocrtica de su enfoque y la culminacin del proceso reflexivo que caracteriz su vida.

Jos Moreno Colmenares / Introduccin

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Este primer documento, El desarrollo econmico de Amrica Latina y algunos de sus principales problemas, resulta un diagnstico de la condicin de las economas subdesarrolladas de Amrica, en el cual se indica y analizan los obstculos que han impedido su desarrollo. A la vez, en ese texto se expresa el rechazo el modelo bajo el cual haba operado la economa de la regin y se bosquejan estrategias y polticas encaminadas a vencer los obstculos y modificar el marco estructural econmico. Quince aos despus, en 1964, da a conocer el segundo documento, Hacia una dinmica del desarrollo latinoamericano, que en las propias palabras de Prebisch se ocupar de [las] transformaciones internas y de la cooperacin internacional, cambios que permitiran vencer la insuficiencia dinmica de las economas no desarrolladas y enfrentar el estrangulamiento externo para redefinir las relaciones entre el centro desarrollado capitalista y su periferia. El tercer documento reitera los aspectos negativos de las economas de la Amrica no desarrollada y contiene una pattica advertencia dirigida a quienes detentan el poder en la regin y en la zona hemisfrica. All afirma que si no se adopta la disciplina del desarrollo, si no es creado un sistema social equitativo y no se lleva a cabo una profunda accin distributiva del ingreso y la riqueza, seguir una acumulacin de las tensiones sociales y el avance incontenible de la fuerza emocional de los grandes movimientos colectivos. El cuarto documento es, adems de un anlisis del capitalismo perifrico, la expresin de su convencimiento acerca de que las grandes fallas del desarrollo en la regin no podrn superarse dentro del sistema prevaleciente [porque] es un sistema socialmente vicioso y con ello ratificaba su condicin de conductor pragmtico, como lo reconoce su discpulo Isidro Parra Pea cuando asevera que Ral Prebisch siempre tuvo los pies bien puestos sobre la tierra, primero en Argentina, despus en Amrica Latina y finalmente en todo el amplio mundo del subdesarrollo (ob. cit., p. 13). Para este volumen de la Biblioteca del Pensamiento Econmico, destinado a honrar la memoria, el pensamiento y la trayectoria de Ral Prebisch, se han seleccionado dos trabajos de su autora y un registro bibliogrfico de las obras que escribi. La Revista de la Cepal en su nmero 75 del ao 2001, reuni una serie de trabajos de diversos autores sobre la obra y vida de Prebisch. Se escogi de ellos como primer documento en el orden de aparicin la entrevista que David Pollock le hizo en mayo de 1985, un ao antes de expirar Prebisch. En segundo trmino se eligi el ensayo El falso dilema entre desarrollo econmico y estabilidad monetaria, publicado originalmente en 1961 e incorporado posteriormente como apndice del libro Hacia una dinmica del desarrollo latinoamericano, editado por Fondo de Cultura Econmica de Mxico en 1963.

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El tercer texto reproducido es la bibliografa de Prebisch y sobre Prebisch, difundida por Cepal a travs de la red informtica. La entrevista nos muestra las respuestas francas y directas del pensador argentino, as como confidencias acerca de episodios ocurridos al margen de los encuentros oficiales, reveladoras de su temple y sensibilidad. All se muestra la dimensin interior de aquel hombre que conversaba reposadamente con un amigo en la quietud de una residencia; era ese momento el opuesto al fogoso disertador de asambleas, al que l mismo se refiri durante la conversacin en estos trminos: era yo, como orador, quien captaba la atencin del pblico, hablando sin apuntes, hablando con fuerza, afirmando mis convicciones. A la gente le gusta eso. Es un elemento de persuasin. La pasin por la disciplina del desarrollo, por el presente y futuro de las sociedades americanas ubicadas en la periferia, no le hizo nunca perder su capacidad analtica y su valenta para comprender y rectificar, virtudes todas de un gran dirigente, de un verdadero estadista. Era capaz de conciliar el corazn encendido y mantener la frialdad de una mente lcida con el fin de obtener una meta, pero tambin para corregir un rumbo e insistir en un propsito. El falso dilema entre desarrollo econmico y estabilidad monetaria es un texto que trata un asunto de gran actualidad, y que es objeto de una polmica an vigente, suscitada entre los economistas adherentes a la llamada corriente monetarista y los inscritos en el enfoque estructuralista. Los primeros consideran que el fenmeno de la inflacin obedece a causas originadas en la esfera nominal o monetaria del proceso circulatorio y por ello estiman que este mal del sistema puede ser combatido y desaparecido, mediante la aplicacin de polticas monetarias de ajuste y estabilizacin por su naturaleza, son de corto plazo y exigen condicionamientos lesivos a la corriente real de la economa y, especialmente, al empleo, por lo que el efecto mayor recae sobre la poblacin trabajadora. Los seguidores del anlisis estructuralista manifiestan que el fenmeno tiene sus races en las fallas, desajustes y desarmonas que presenta la estructura desigual del sistema econmico, bien sea de una economa nacional o de la totalidad mundial, y que la inflacin no podra explicarse sin tomar en cuenta los obstculos que impiden el desarrollo, causando desajustes, tensiones y desigualdades de todo gnero, que se reflejan en la falta de equidad con que se distribuye la riqueza y el ingreso en los distintos sectores sociales. El fenmeno inflacionario sigue siendo una realidad y un objetivo de estudio que pareciera an estar sin antidieta, por lo que conviene estudiar las frmulas para combatirlo.

Jos Moreno Colmenares / Introduccin

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Bibliografa consultada*CONSUEGRA HIGGINS, J. (1983). Introduccin, Ral Prebisch. Obras escogidas, Bogot, Colombia, Plaza & Jans, Coleccin Apesal, vol. 3, p. 9. CORTS CONDE, R. (2001). Ral Prebisch: los aos de gobierno, Revista de la Cepal, n 75, diciembre, pp. 83-87, Santiago de Chile. DOSMAN, E. (2001). Los mercados y el Estado en la evolucin de El manifiesto de Prebisch, Revista de la Cepal, n 75, Santiago de Chile, diciembre, pp. 89-105. GURRIERI, A. (2001). Las ideas del joven Prebisch, Santiago de Chile, Revista de la Cepal, n 75, diciembre, pp. 69-82. (1982). Prlogo, La obra de Prebisch en la Cepal, Mxico, Trimestre Econmico, Fondo de Cultura Econmica, n 46, 2 tomos, p. 1016. MORENO COLMENARES, J. (1971). Cepal, reformismo e imperialismo, Caracas, Ediciones Brbara. OCAMPO, J.A. (2001). Ral Prebisch y la agenda del desarrollo en los albores del siglo XXI, Revista de la Cepal, n 75, diciembre, pp. 25-40, Santiago de Chile. OCONELL, A. (2001). El regreso de la vulnerabilidad y las ideas tempranas del Prebisch sobre el ciclo argentino, Revista de la Cepal, n 75, diciembre, pp. 53-67, Santiago de Chile. PARRA PEA, I. (1983). Prlogo, Ral Prebisch. Obras escogidas, Bogot, Colombia, Plaza & Jans, Apesal, vol. 3. PINTO, A. (1969). La evolucin del pensamiento de Cepal, El pensamiento de la Cepal, Santiago de Chile, Editorial Universitaria. POLLOCK, D., D. KERNER y J. LOVE (2001). Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal, Revista de la Cepal, n 75, pp. 9-23, Santiago de Chile. PREBISCH, R. (1983). Ral Prebisch. Obras escogidas, Coleccin Antologa del Pensamiento Econmico y Social de Amrica Latina, vol. 3, Bogot, Colombia, Plaza & Jans. (1982). La obra de Prebisch en la Cepal, Mxico, D.F., El Trimestre Econmico, Fondo de Cultura Econmica. RICUPERO, R. (2004). La renovada contemporaneidad de Ral Prebisch, Revista de la Cepal, n 84, diciembre, pp. 7-18, Santiago de Chile. RODRGUEZ, O. (2001). Prebisch: actualidad de sus ideas bsicas, Revista de la Cepal, n 75, diciembre, pp. 51-52, Santiago de Chile. (1979). La teora del subdesarrollo de la Cepal, Revista Comercio Exterior, vol. 29, n 11, pp. 1178-1193.

* www.eclac.cl/biblioteca/secretarios/rprebisch.html

Ral Prebisch. Cepal, ortodoxia monetaria e inflacin

Ral Prebisch

Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal*

Pollock Kerner LoveDavid Pollock** Daniel Kerner*** Joseph L. Love****IntroduccinEn este nmero de la Revista de la Cepal se rinde homenaje a la influencia perdurable que han tenido las ideas y polticas de Ral Prebisch sobre el desarrollo de Amrica Latina y del Tercer Mundo en general. Las tesis del intercambio desigual que propugnaba Prebisch y su concepto de la economa mundial organizada sobre la base de una relacin entre un centro y una periferia, por controvertidos que fueran, le merecieron un lugar reconocido en la historia del pensamiento econmico. A travs de la Cepal y luego de la Unctad las ideas de Prebisch afectaron a los gobiernos e instituciones de toda Amrica Latina y del mundo. Los orgenes tericos y la evolucin del pensamiento de Prebisch han sido analizados

* Fuente: Revista de la Cepal, n 75 (LC/G. 2150-P), Santiago de Chile, Comisin Econmica para Amrica Latina y el Caribe (Cepal), Santiago de Chile, diciembre 2001, y Bibliografa de Ral Prebisch [en lnea], sitio oficial de la Comisin http://www.eclac.cl/biblioteca/ secretarios/rprebisch.html [fecha de consulta: 12 de abril de 2006]. ** Ex funcionario de la Cepal y la Unctad. Correo electrnico: [email protected] *** Programa de Historia para Graduados, Departamento de Historia, Universidad de Illinois, Urbana-Champaign. Correo electrnico: [email protected] **** Profesor de Historia, Departamento de Historia, Universidad de Illinois, UrbanaChampaign. Correo electrnico: [email protected]

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extensamente por economistas e historiadores1. En cambio, no se ha discutido casi nada cmo Prebisch form a su equipo ni cmo difundi sus tesis en la regin y en el plano internacional. La siguiente entrevista fue concedida por Prebisch a David Pollock, su asistente y amigo de mucho tiempo, y viene a colmar ese vaco. En esta conversacin, Prebisch pasa revista a algunos de los momentos ms importantes de su vida y de la Cepal. El material abarca el perodo 1948-1963, desde el ingreso de Prebisch a la organizacin hasta los albores del decenio de 1960, cuando dej la Cepal para convertirse en el primer Director General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad). En esta entrevista, Prebisch habla sobre la poltica, as como los aspectos personales de su ingreso a la Cepal y nos cuenta como escribi el manifiesto de esa institucin, El desarrollo econmico de la Amrica Latina y algunos de sus principales problemas (1949). Tambin, se analiza en esta entrevista el papel de Prebisch en el campo internacional. Por ejemplo, explica el papel que le toc cumplir en la creacin de la Alianza para el Progreso en 1961, aclarando que aunque tuvo parte en las discusiones, no fue el autor original del programa. Sus relaciones con el Gobierno de Estados Unidos, la Organizacin de los Estados Americanos y los organismos firmantes del Acuerdo de Bretton Woods (el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) tambin merecen su atencin. La pasin de Prebisch por hacer avanzar la integracin econmica de Amrica Latina y su opinin franca sobre el xito que tuvo esa iniciativa tambin se destacan en la entrevista. Al lector podr sorprenderle la franqueza con que expresaba sus opiniones Prebisch, famoso por su discrecin y habilidad diplomtica. Adems, describe la personalidad de los primeros funcionarios que formaban el equipo de la Cepal, as como de los dirigentes de los organismos estadounidenses e internacionales. Se tiene, as, una clara visin del estilo de liderazgo que caracterizaba a Prebisch, y de las posibilidades y limitaciones polticas a que haca frente la Cepal en una regin sometida a la enorme influencia de Estados Unidos. La siguiente entrevista fue realizada por David Pollock en Washington, D.C., en mayo de 1985, un ao antes de la muerte de Prebisch. Pollock, de nacionalidad canadiense, fue asistente de Prebisch y su ntimo colaborador, tanto en la Cepal como en la Unctad, y conoca a su entrevistado a fondo, as como los problemas a que Prebisch haca frente y el medio en que se mova. Pollock ocup cargos importantes en la Cepal entre 1950 y 1963 (en Santiago de Chile, Ciudad de Mxico y Washington) y se traslad con Prebisch a la Unctad en ese ltimo ao, permaneciendo en la organizacin hasta 1967. Ms tarde, Pollock fue Jefe de la1

Vase, por ejemplo, el ensayo bibliogrfico de Love Economic ideas and ideologies in Latin America since 1930, en L. Bethell, ed., The Cambridge history of Latin America, Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press, 1994, vol. 6, parte I, pp. 595-601.

D. Pollock, D. Kerner, J.L. Love / Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal

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Oficina de la Cepal en Washington. Haca mucho tiempo que tena la intencin de registrar las reminiscencias de Prebisch, pero no haba encontrado la oportunidad, sino cuando Prebisch, por someterse a una operacin de ojos en Washington, tuvo que guardar reposo algn tiempo. En esa oportunidad invit a Pollock a que lo entrevistara en extenso. Pollock grab doce horas de conversacin, de las cuales este material es un extracto. Las pginas siguientes reflejan con fidelidad el dilogo de Ral Prebisch y su interlocutor, David Pollock. La conversacin fue editada por Joseph L. Love y Daniel Kerner para eliminar digresiones y repeticiones, sin indicar las elipsis para no dificultar la lectura. Se han intercalado algunas pocas palabras y frases para dar fluidez al texto, las que se han colocado en parntesis cuadrados. Se han agregado notas de pie de pgina para identificar a personas e instituciones mencionadas en la entrevista.

EntrevistaDavid Pollock. Qu lo trajo a la Cepal en 1948? Ral Prebisch. Le en el peridico que en una reunin de las Naciones Unidas se

haba creado la Comisin Econmica para Amrica Latina. Lo le con indiferencia. Sin embargo, unos pocos das despus miembros de la delegacin francesa ante las Naciones Unidas se me acercaron en Buenos Aires para indicarme que el Gobierno de Francia vera con agrado que yo me presentara como candidato [para el puesto de Secretario Ejecutivo] en las Naciones Unidas. Despus de haber sido director del Banco Central de la Argentina, a m me pareca un descanso2. No me quisieron explicar qu es lo que significaba Secretario Ejecutivo. Para m que se trataba solamente de preparar informes de reuniones y cosas parecidas. De manera que no me interes. Ms bien me atraa la idea de lo que me haba ofrecido el Presidente de la Academia de Ciencias Econmicas de Buenos Aires, que era la de comenzar una revista. Entonces, una pocas semanas despus, me llam Benjamn Cohen. Era un chileno distinguido que haba conocido en las reuniones de estudiantes en Buenos Aires. Era, en esa poca, Subsecretario de Informacin Pblica, y me dijo: Me enva Trygve Lie3 para ofrecerle formalmente el cargo de Secretario Ejecutivo de la Cepal. Por esa poca yo todava tena la ilusin de seguir siendo un profesor en la Universidad de Buenos Aires. El sueldo era poco, pero haba reducido mi nivel de

2

Prebisch fue Director General del Banco Central de la Repblica Argentina entre 1935 y 1943.

3 Trygve Halvdan Lie (1896-1968), noruego, primer Secretario General de las Naciones Unidas (1946 a 1952).

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vida para poder vivir con l. Haba vendido mi Cadillac y arrendado mi casa en la Barranca de San Isidro. Adelita4 estaba dispuesta a acompaarme en este tipo de vida. Haba decidido dedicar algunos aos a la investigacin, de manera que le dije a Benjamn: No me tienta. Por otra parte, haba visto cmo trabajaba la Liga de las Naciones siendo yo joven consultor de la Conferencia Econmica Mundial de 1933, y haba visto cmo nosotros los de los pases en desarrollo no tenamos nada que decir en ese ambiente. Estbamos marginados. As, le dije por telfono, no me interesa. Estoy muy agradecido, pero no me interesa. Por otro lado, maana me voy a Venezuela porque el Ministro de Hacienda de all, a quien no conozco, me ha propuesto escribir un informe de dos proyectos de ley sobre la reforma del Banco Central y de las leyes bancarias. Bien, contest, soy amigo ntimo de Prez Guerrero, el ministro. Ir a Venezuela y tratar de persuadirlo para que acepte. Yo le dije: Benjamn, ests perdiendo el tiempo. Mi decisin es firme. Bueno, fui a Venezuela e hice lo que tena que hacer. Sea como fuere, cuando [Gustavo] Martnez Cabaas fue nombrado [primer secretario Ejecutivo de la Cepal] l y [Eugenio] Castillo, un cubano que en esa poca era el tercer hombre de la Cepal, fueron a Buenos Aires a pedirme que fuera unos pocos meses a Santiago para escribir la introduccin al primer Estudio econmico de Amrica Latina. Acept por dos razones: primero porque me dije vamos a probar, segundo porque coincida con una resolucin de la Universidad de Buenos Aires de despedirme como profesor. Yo no era hombre para mirar con simpata a unos grupos muy nacionalistas que estaban tratando de ganarse un espacio.D.P. De manera que la consultora lleg justo a tiempo. R.P. Y fui a Santiago. Yo nunca haba vivido en Santiago. Haba pasado una noche

ah camino a Mxico. Me impresion esta simptica ciudad con su hermosa vista de las montaas, lo acogedor de su pueblo, el agua que corra en las calles, el agradable ambiente.D.P. Y el buen vino. R.P. El buen vino. Y por ltimo, pero en primersimo lugar, Louis Swenson. Louis,

como usted bien sabe, era un hombre que inspiraba simpata.D.P. S. R.P. Y solamos hablar y caminar, y empec a pensar sobre la naturaleza de esta introduccin. Como me suele suceder, estuve sentado varios das sin tomar ninguna nota. Esto me ayuda a hablar sin notas, por la secuencia de las ideas, y durante todo el mes no escrib ni una sola palabra (risas). Castillo me visitaba diciendo: Ral, cmo va esa escritura?. Nada todava, nada todava. Contestaba yo. Y Louis me deca: Ral, sabes que te han asignado dos nias que son excelentes4

Adelita Prebisch, ne Moll.

D. Pollock, D. Kerner, J.L. Love / Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal

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mecangrafas y que pueden tomar dictado? Yo no dicto las cosas importantes, usted sabe, y me di cuenta de lo preocupados que estaban. Probablemente se decan: Este hombre es un fracaso.D.P. Plata perdida.

R.P. Es un buen funcionario del Banco Central [quizs pensaban], pero necesitamos este informe. Por ltimo, decid comenzar a escribir, y en tres o cuatro das escrib toda la introduccin del primer Estudio econmico. Expresaba nuestra opinin sobre los problemas de ese entonces, tanto internacionales como latinoamericanos, y la estrecha correspondencia que haba entre ellos. Lo escrito era el resultado de mis lecturas y reflexiones de unos tres, cuatro o cinco aos de meditacin. Enviaron la Introduccin a la sede de Nueva York. Firm el informe. Nadie me haba dicho que no deba firmar. Unos pocos das despus, Nueva York me envi el cable ms largo que jams haba visto en mi vida y que, lamentablemente, no est ni en Nueva York ni en Santiago (por reglamento esa cosas se destruyen despus de 30 aos). Es una lstima, porque en ese cable formulaban una serie de consideraciones que terminaban de la forma siguiente: El informe es un documento de gran contenido. Pero habla del desarrollo, la industrializacin, la relacin de precios del intercambio y muchos otros asuntos que no competen a la Cepal. La Cepal no tiene un mandato para abordar esos problemas. Sin embargo, como el documento es un documento serio y responsable, le sugerimos [a Martnez Cabaas] que lo presente como una Introduccin firmada por el autor de manera de atribuirle la responsabilidad a l y no a la organizacin. Recuerdo que Martnez Cabaas me vino a ver muy preocupado, creyendo que me iba a enfurecer. Yo le dije: Gustavo, nunca supuse que no firmara el documento. Puse en l mis ideas personales. No he diluido esas ideas. Por lo tanto, estoy plenamente de acuerdo. Crame que la acogida que tuvo el documento en la Conferencia de la Cepal en La Habana por parte de los pases latinoamericanos fue simplemente increble. Elogios por todas partes. Por otro lado, hubo tambin reacciones convencionales por parte de Estados Unidos, igual que de parte de Reino Unido, un poco mejor de Francia. David Owen, a quien conoc en La Habana, se impresion tanto que se me acerc antes del final de la Conferencia y me dijo: Ral, ya no puedo ofrecerte el supuesto de Secretario Ejecutivo porque lo tiene Martnez Cabaas. Pero puedo nombrarlo Director de Investigaciones con un sueldo de consultor equivalente al de l y con plena independencia intelectual. Yo le respond: David, est dispuesto a aceptar tres condiciones? Primero, qu significa la independencia intelectual para m? No recibir instrucciones ni de la sede ni de Cabaas sobre las ideas que ponga en el papel. Debo asumir mi propia responsabilidad. Creo que ahora, que ya no soy un consultor, sino un hombre integrado al cuerpo de la Cepal, debo seguir ciertas reglas. Con un sentido de la responsabilidad, pero al mismo tiempo con la posibilidad de plantear problemas que los pases desarrollados no

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recibirn con agrado. Me contest: Ral, eso es lo que queremos en las Naciones Unidas, abrir nuevos derroteros. En segundo lugar, le dije: Creo que debe aprobar los nombramientos que me gustara hacer. Que todo nombramiento sea resultado de una propuesta ma. Puede aprobar o rechazar pero tiene que ser propuesta ma. Conozco los requisitos, y si usted acta a distancia cometeremos muchos disparates. En tercer lugar, quiero libertad para viajar. No tener que pedir permiso. Deme cierta suma y la usar con mi mejor criterio. Acepto sus condiciones, dijo l. stas fueron las bases de mi incorporacin como funcionario de planta.D.P. Cmo lleg a ser Secretario Ejecutivo tan rpidamente? R.P. Bueno, era evidente que la situacin tal como estaba no poda sostenerse por

mucho tiempo. Martnez Cabaas era un tipo estupendo. Pero era un hombre joven que nunca antes haba tenido ese tipo de responsabilidad. Tenamos buenas relaciones personales. Pero todo el mundo saba que la autoridad real era ma. Entonces, en un viaje que hice a Lake Success5, David Owen me dijo: Vamos a crear un nuevo organismo de asistencia tcnica en las Naciones Unidas. El Secretario General le ofrece a usted este cargo, o el de Secretario Ejecutivo de la Cepal, en cuyo caso acomodaramos a Martnez Cabaas en la nueva organizacin. Cul prefiere usted? Yo le contest: Dgale a Trygve Lie que aceptar lo que l quiera. Si quiere que me vaya a Nueva York, a esta nueva institucin, ir. Si quiere que me quede en la Cepal como Secretario Ejecutivo, aceptar, porque me gusta esta organizacin y comprendo ahora los problemas y desafos que se le presentan como no los apreciaba antes. Esa tarde me dijo: Trygve Lie dice que usted debe ser el Secretario Ejecutivo.D.P. Por qu reorganiz la Cepal como lo hizo? La Divisin de Desarrollo result

muy grande y poderosa.R.P. Por el papel que desempea el desarrollo en Amrica Latina. D.P. Describa a algunos de sus primeros colaboradores, algunos de los que fueron

importantes al principio. Contaba con Ahumada, Urquidi, Furtado, Melnik, Santa Cruz, Boti, Noyola, Vuskovic. Los eligi a todos ellos o estaban all cuando usted lleg?R.P. Cuando llegu estaban Furtado, Boti, Garca y Rey lvarez. Eran consultores, los ltimos dos. Urquidi, Ahumada, Melnik, Noyola y Vuskovic llegaron ms tarde. Cmo lleg [Pedro] Vuskovic? Un profesor peruano fue contratado como consultor de estadsticas y trajo consigo a un joven, Vuskovic. Recuerdo que Vuskovic estaba trabajando con una calculadora en un cuarto pequeo a la entrada de la calle Providencia. Mostr tener capacidad intelectual y tuvo una buena carrera.

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Lake Success, Nueva York, fue la primera sede de las Naciones Unidas, mientras se construa su edificio permanente en la ciudad de Nueva York.

D. Pollock, D. Kerner, J.L. Love / Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal

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Jorge Ahumada lleg despus y Melnik tambin. Tomamos a Melnik de la Corporacin de Fomento. Era un hombre muy eficiente, pero muy eficiente, un gran tipo y una bella persona. Era distinto de Ahumada. Ahumada al comienzo entr pisando fuerte. Pero poco a poco se integr al grupo. Una vez en Brasil, cinco aos despus, en un cocktail que se prolong hasta tarde, me dijo: Don Ral, no s, no puedo entender cmo me ha tolerado tanto tiempo, porque yo estaba en desacuerdo con todo lo que usted deca. Pero tuvo la paciencia de no preguntarme: Jorge, por qu no ests de acuerdo?. Y nos hicimos buenos amigos. Era un hombre muy inteligente, un buen escritor y lleno de vitalidad.D.P. Sus subordinados escriban informes y se los daban a leer? Cmo trabajaba con ellos? Les haca preguntas? No llegu a la Cepal sino hasta 1955, pero tengo la impresin de que usted escriba todos los documentos importantes en los primeros tres o cuatro aos. En qu forma trabajaba? Peda que le prepararan informes, los lea y asimilaba su contenido? O escriba cada cual por su cuenta? R.P. Bueno, como usted seal, haba distintas secciones. Producan en realidad

muchos informes, una serie de informes, que se publicaban en el Boletn de la Cepal [publicacin anterior a la Revista] o se mimeografiaban y se distribuan. Aprovech alguna de sus ideas. Las discuta con ellos, aunque no me gustaban mucho las grandes reuniones del personal, ms bien me gustaba juntarme con unas, dos o tres personas.D.P. Mantena su oficina cerrada durante ciertas horas al da?

R.P. S, a fin de escribir mis propios documentos. No tena las puertas abiertas. Pero la mayor parte de lo que escriba lo haca cuando todos se haban ido a casa, los sbados y hasta en vacaciones. La decisin final era ma, pero siempre luego de escuchar. No intentaba presentar documentos como soluciones de transaccin diciendo: Algunos creen esto y otros lo otro. Slo escriba lo que crea y no eliminaba la presentacin de otros estudios que presentaban opiniones diferentes, pero mis ideas personales, mis estudios personales, no eran fruto de la transaccin.D.P. Entre su personal haba unos pocos funcionarios importantes de nacionali-

dad estadounidense; me acuerdo de Louis Swenson, Alex Ganz y Richard Mallon. Los escogi para tener una representacin estadounidense o eran parte del equipo? En otras palabras, siempre hubo una divisin entre usted y el Gobierno de Estados Unidos. Eligi a algunos funcionarios para mostrarle al Gobierno de Estados Unidos que quera contar con estadounidenses o se los impusieron?R.P. De ninguna manera. Promov a Louis Swenson porque era un hombre moral-

mente estupendo, muy capaz, y de un intelecto muy abierto. Quedaba a cargo de la Cepal por uno o dos meses mientras yo estaba fuera, y ninguno de los dos tena desconfianza del otro. Formbamos un equipo perfecto. Louis tena una gran mente crtica. sta es una de las razones por las cuales prefera no tener una

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oficina colegiada. Prefera, en cambio, darle uno de mis trabajos a Louis para que lo criticara. Tena plena libertad para criticar todo y tena una mente aguda.D.P. S, me acuerdo que escribi ese primer estudio sobre las relaciones econmicas

entre Amrica Latina y Europa que era muy slido. Y Alex Ganz? Cmo lleg a escogerlo? Quera un especialista en ingreso nacional y Alex haba trabajado en Puerto Rico?R.P. Alex era un buen ejemplo de cooperacin por parte de un economista estadounidense. Trabajaba con tesn. Introdujo nuevas tcnicas. D.P. Especialmente, tcnicas de ingreso nacional. R.P. Se haba integrado personalmente con el equipo cepalino y no tena ganas de volver a Estados Unidos y publicar lo que haba aprendido con nosotros. Trat de vivir para la Cepal. Esto es algo que siempre recuerdo como uno de los grandes mritos de Alex Ganz. Otros llegaban con la idea de lograr una cosecha fcil. De publicar sus artculos, no siempre reconociendo su deuda con la Cepal. Por el contrario, transformaban ideas de la Cepal en una terminologa tcnica. D.P. En documentos polticos? R.P. S, y atribuyndose el mrito de los trabajos. D.P. Quiero conversar ahora sobre sus primeras relaciones con el Gobierno de

Estados Unidos. Usted dijo que porque escrib un artculo sobre el tema en 19786 debo saber ms del tema que usted, pero es evidente que no s. Las relaciones entre la Cepal y el Gobierno de Estados Unidos y entre usted y el Gobierno de Estados Unidos eran a menudo tensas, desde el comienzo. Por qu?R.P. Cuando Hernn Santa Cruz present ante el Consejo Econmico y Social7 su

proyecto de creacin de la Cepal, naturalmente que encontr gran resistencia por parte de los grandes poderes y especialmente de Estados Unidos. Persuadi a Mends-France8 y a algunos otros que apoyaran a la Cepal. Y finalmente, Estados Unidos tuvo que aceptar, sobre todo tomando en cuenta que la Comisin se estableci inicialmente por slo tres aos, quiz con la idea implcita de poder fusionarla con la Organizacin de los Estados Americanos. En realidad, cuando me nombraron Secretario Ejecutivo, un embajador que representaba a Estados Unidos en la OEA, un caballero muy simptico, me invit a un cocktail en su casa.

David Pollock, La actitud de los Estados Unidos hacia la Cepal: algunos cambios durante los ltimos 30 aos, en Revista de la Cepal, n 6, segundo semestre de 1978.7 8

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Conocido como Ecosoc, su sigla en ingls.

Pierre Mends-France (1907-1982), posteriormente Primer Ministro de Francia en 19541955.

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Y me dijo: Mi gobierno no quiere que haya dos organizaciones que tratan de los mismos problemas. Hemos preparado un proyecto para fusionarlas a ambas. Puedo decirle, ante todo, que usted es nuestro candidato para director de ambas organizaciones. Y contar con ms recursos que antes. Aqu est el texto: dos pginas. Me le el texto cuidadosamente y le dije lo siguiente: Seor Embajador, comprendo perfectamente su posicin. Pero tengo que hablarle con toda franqueza. La base de nuestra nueva organizacin la Cepal es la independencia intelectual. sta es la primera oportunidad que tiene Amrica Latina de comenzar a pensar sobre sus propios problemas econmicos. No lo ha podido hacer hasta ahora. Estaba persuadido de esto, despus de aos de meditacin, cuando tuve que dejar la Universidad de Buenos Aires. Agregu: Tengo que decirle francamente que ustedes seran el poder dominante de la nueva organizacin, como dominan la Organizacin de los Estados Americanos. El departamento econmico de esa organizacin est dominado por el Departamento de Estado. Esto lo entiendo muy bien. Pero comprenda mi punto de vista. Si hubiera podido renunciar a mi independencia intelectual, quiz podra haber seguido con el gobierno argentino. Pero no pude. Y no voy a cambiar a mis aos. Y si tuviera la debilidad de aceptar su ofrecimiento ni uno de los jvenes que me acompaan seguira en la Cepal. Crame, es un grupo excepcional de jvenes brillantes que nunca antes haban logrado trabajar juntos en Amrica Latina. No por el sueldo, sino por la idea de orientar a Amrica Latina en la direccin correcta. De modo que lamento decirle que no podr aceptar. Bueno, fue una buena fiesta. Cambiamos de tema y el asunto termin con una despedida cordial. Esto ocurri unas pocas semanas antes del tercer perodo de sesiones de la Cepal, que era mi primera reunin como Secretario Ejecutivo.D.P. Fue en Mxico? R.P. En Mxico. Primero fue la reunin constitutiva en Santiago. La segunda fue en La Habana, cuando habl como Director de Investigaciones, y sta de Mxico, mi primera como Secretario Ejecutivo. Inmediatamente antes de la reunin, Antonio Carrillo Flores, ministro de Hacienda de Mxico, me invit a una comida en honor de Alberto Baltra, ministro de Economa de Chile, con otro miembro de la delegacin chilena, con Merwin Bohan9, y con un alto funcionario del Departamento de Finanzas. El segundo chileno era Oscar Schnake, un viejo amigo. Tuvimos una buena cena. [Fue] en Ciudad de Mxico. A quemarropa Antonio Carrillo Flores me pregunt en la mesa: Don Ral, cmo le gusta el vino mexicano? Contest: Estimado Ministro, ste no es vino mexicano (risas). Era un hombre de mucho

9

Miembro de la delegacin de Estados Unidos a la conferencia del GATT en 1949-1950 y Embajador de Estados Unidos ante el Consejo Interamericano Econmico y Social a comienzos de los aos cincuenta. Conoci a Prebisch cuando ste diriga el Banco Central de la Repblica Argentina en los aos 1941-1943.

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humor. Despus de la comida nos acomodamos en dos sofs iguales salvo que entre el segundo sof y la pared haba un espacio. Carrillo estaba ah con Merwin Bohan y Baltra. Yo estaba de lado dndoles la cara, con Schnake. El alto funcionario mexicano estaba parado detrs del sof. Entonces Carrillo le dijo a Merwin: Por favor, lea su proyecto, su borrador de proyecto para la fusin de la OEA con la Cepal. Merwin lo ley. Entonces Carrillo me dijo: Qu opina del texto? Le contest: No necesito reflexionar sobre l porque es precisamente el que me consultaron en Washington y que rechac de plano, por los motivos siguientes. Y le repet los argumentos. Sabe lo que hizo Carrillo? Hay gestos en la vida que uno no olvida. Deme ese papel, lo rompi y tir. El asunto estaba liquidado. Y el pobre Merwin Bohan, callado. Estados Unidos haba esperado que Mxico lo apoyara y Mxico estaba callado. Esto se supo, naturalmente. El presidente Vargas envi un cable a su delegacin, la brasilea, apoyando a la Cepal. Chile titubeaba. El movimiento gan fuerza. Y fue tal el mpetu que tuve que ayudarle a Merwin Bohan a suavizar un proyecto de resolucin demasiado duro (risas). El hombre que trajo la concordia fue Philippe de Seynes, miembro de la delegacin francesa.D.P. Hubo algn pas latinoamericano que no lo apoyara en la Cepal? R.P. Todos, incluso Argentina [me apoyaron]. Argentina nunca me puso en una

situacin difcil, tengo que reconocerlo.D.P. Aclreme un detalle, don Ral. Por qu se estableci la Oficina de Washington? Fue porque uno de los puntos del acuerdo era:Est bien, si ustedes los latinoamericanos van a tener una comisin regional, cuando ya tenemos la OEA, por lo menos que coordinemos nuestro programa de trabajo para que no haya duplicacin ni traslapes? Fue por eso que se cre? R.P. Yo poda ver la extraordinaria importancia de estar en Washington. Primero

como fuente as como usted despus desarroll la oficina de contactos entre los latinoamericanos y los estadounidenses. Como fuente para la recoleccin de informaciones y estudios.D.P. Aparte de coordinar con la OEA? R.P. se era slo un pretexto. Se trataba en realidad de tener una base ah. D.P. Ya veo. Cunteme algo sobre la relacin entre Santiago y Nueva York. Tengo entendido que siempre haban tenido muy buenos contactos con el Secretario General. Cunteme sobre el Secretario General, sobre el Ecosoc y sobre la administracin de la sede. Tres niveles distintos. Comience con el Secretario General. Siempre tena buenas relaciones con Hammarskjld 10, con Trygve Lie, con U Thant? 11 Nunca tuvo dificultades con ningn Secretario General?10 11

Dag Hammarskjld (1905-1961), Secretario General de Naciones Unidas en 1953-1961. U Thant (1909-1974), Secretario General de Naciones Unidas en 1962-1972.

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R.P. Absolutamente ninguna. D.P. Y qu hay del Ecosoc y el Departamento de Asuntos Econmicos? Intentaron alguna vez editar su produccin? R.P. No. Puedo decir que he tenido las relaciones ms cordiales y amables con el

Departamento. Pasaron por l varias personalidades el primer ao: David Weintraub y Harold Kostin. A David lo sacrific Trygve Lie en poca de McCarthy. David Weintraub era un hombre que vea el problema del desarrollo y le entusiasmaba el trabajo de la Cepal. Lo mismo le ocurri a Harold Kostin, un britnico. Pero, dadas las circunstancias, David Weintraub tuvo que renunciar. A Harold Kostin lo trasladaron a otras funciones y llegaron hombres nuevos. David Owen lleg un poco ms tarde.D.P. Y qu hay del Secretario General? Cunteme algo sobre sus relaciones persona-

les con Hammarskjld, Trygve Lie y U Thant. Los conoci a todos personalmente? R.P. Trygve Lie, slo cuando lo fui a ver para aceptar el cargo de Secretario Ejecutivo. Cuando estuvo en Santiago para la Reunin del Consejo Econmico y Social visit la Cepal. Fue a mi oficina y me dijo: Estoy muy contento con usted, porque no me da ningn problema poltico Y punto! (Risas). Nunca interfera para nada. Con Hammarskjld establec una relacin muy cordial, a tal punto que conmigo hizo una excepcin. Nunca antes lo haba acompaado un Subsecretario en ninguno de sus viajes. Me pidi que lo acompaara en un viaje a Amrica Latina y sostuvimos largas conversaciones sobre muchas materias. Era un hombre de intelecto brillante y me apoyaba en todo sentido.D.P. Cuando estuve en Santiago en 1955, trabaj con Jos Antonio Mayobre12 y

Alex Ganz en un temprano documento de la Cepal llamado Una introduccin a las tcnicas de planificacin. Cuando ese informe se present en Nueva York, recibimos un cable que a Mayobre le choc mucho. Me lo mostr. El cable deca: El informe est bien, pero dondequiera que se mencione la palabra planificacin remplcenla por 'programacin, porque aqu en Nueva York no podemos apoyar nada que se llame planificacin. Y usted estuvo de acuerdo. Explqueme cmo, con todo el apoyo que tena del Secretario General y todos esos personeros en la sedes podan las Naciones Unidas decidir que planificacin era una mala palabra y que programacin era una buena palabra.R.P. No en Nueva York. No me preocupaban las autoridades en Nueva York, sino

en el Departamento de Estado y el Banco Mundial. El Banco no hablaba de planificacin sino de programacin. Y entre parntesis, por muchos aos yo no hablaba de planificacin; fue un lapsus de Jos Antonio Mayobre referirse a la planificacin. Yo hablaba de programacin.12

Secretario Ejecutivo de Cepal, 1963-1966.

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D.P. Por qu el Ecosoc, que en teora es el organismo tutor de la Cepal, no ha

ejercido gran influencia? Cmo lleg la Cepal a ser tan fuerte cuando el Ecosoc mismo su organismo superior era tan dbil? Aqu hay algo raro. De muchas maneras, y para bien o para mal, la Cepal transform el pensamiento econmico y la accin econmica de Amrica Latina. La sustitucin de importaciones, la industrializacin, todo el concepto de centro-periferia, la relacin de precios del intercambio, la integracin regional, la planificacin, etc. La Cepal segua adelante, escriba, actuaba e influa sobre la realidad ya sea que el Ecosoc la escuchara o no. El Ecosoc pareca casi insignificante. De alguna manera, el Ecosoc resultaba anacrnico, y no entiendo por qu.R.P. Despus que Gunnar [Myrdal]13 dej la CEE14 era yo, como orador, quien

captaba la atencin del pblico, hablando sin apuntes, hablando con fuerza, afirmando mis convicciones. A la gente le gusta eso. Es un elemento de persuasin. Aunque no se dejen llevar por lo que uno dice, por lo menos respetan lo que hace y a la organizacin a que pertenece. Pero si lee su discurso o habla en una voz montona y presenta muchos nmeros, pierde influencia. Tiene que presentarse a discutir como si fuera un actor. Creo que ste es un elemento importante y Gunnar era capaz de hacerlo. Era un hombre poderoso y creo que esto tambin influa. Recuerde que en un organismo como ste siempre hay tres o cuatro personas con capacidad intelectual. Ellos forman la opinin sobre la calidad intelectual del hombre que habla. Nunca he visto la cara de alguien dormido mientras yo hablaba y eso es importante.D.P. [Volviendo a la propia Cepal], comencemos con las tres principales contribuciones iniciales de la Cepal al desarrollo de Amrica Latina. Una era la teora. La segunda, digamos, era la asistencia tcnica, la capacitacin y las actividades de asesoramiento. Y la tercera era poltica: la Cepal serva de foro para que se reunieran los latinoamericanos. Tambin prestaba servicios estadsticos y otros similares. Pero, fundamentalmente, el aporte principal de la Cepal y de usted mismo en esos aos fue la teora. Comenz trazando la dicotoma entre centro y periferia. De 1948 hasta 1963 centr su atencin fundamentalmente en el sector externo. Su inters en la relacin de precios del intercambio, su insistencia en la necesidad de industrializarse mediante la sustitucin de importaciones, la importancia que atribua a la promocin de exportaciones, por qu ese acento tan cargado sobre la vulnerabilidad externa?

Gunnar Myrdal (1898-1987), economista sueco. Fue Secretario Ejecutivo de la Comisin Econmica para Europa en 1947. Autor de The Asian Drama (1968), Myrdal comparti el premio Nobel de Economa con Friedrich von Hayek en 1973.14

13

Comisin Econmica para Europa.

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R.P. Porque la constriccin del sector externo representaba el obstculo ms im-

portante para el desarrollo en esa poca.D.P. Antes, cuando viva en Argentina, le impresionaba mucho la vulnerabilidad

de la economa argentina a los vaivenes internacionales. Pero en la tesis de la Cepal se prestaba muy poca atencin a los fenmenos internos. Centraba su atencin, principalmente, en el problema de las restricciones de divisas. Es cierto que Amrica Latina era muy vulnerable entonces. Pero, presumiblemente, su nfasis se deba tambin en parte a que usted y la Cepal necesitaban el apoyo poltico, en esos primeros aos, de los gobiernos latinoamericanos?R.P. Y porque no estbamos preparados para ampliar nuestro pensamiento de un

da para otro para abarcar todos los aspectos de la economa. Fijamos la atencin en aquellas partes que eran importantes en ese momento. Y gradualmente ampliamos nuestras ideas para abarcar otros temas.D.P. Evolucion su teora con el tiempo? Su tesis era muy compleja. Todo se relacio-

naba con todo lo dems. Evolucion ese pensamiento lentamente entre 1948 y 1963 o lo tena en mente desde un comienzo? Es decir, parte de la tendencia al deterioro secular de la relacin de precios del intercambio, que implica un esfuerzo por reducir la dependencia de la produccin primaria para la exportacin, y termina con un proceso acelerado de industrializacin.R.P. Fue una evolucin gradual. Tuvimos que industrializar en Argentina sin construir antes una teora, porque necesitbamos proporcionar ms bienes a la poblacin. Pero no podamos pagar todos los bienes importados, por el decaimiento de nuestras exportaciones y el deterioro de nuestra relacin de precios del intercambio. se es un hecho sencillo. Sin ninguna teora, toda Amrica Latina hizo lo mismo. De Mxico para abajo. Entonces, en mis das de tranquila meditacin, despus que dej el Banco Central, empec a lucubrar teoras. Apareci el concepto de centro y periferia y tambin el de la industrializacin.

Veamos el segundo y luego el primero. Haba, y hay todava, gran confusin acerca del deterioro de la relacin de precios del intercambio. Se me acus varias veces de proyectar al futuro la tendencia al deterioro de la relacin de precios. Yo nunca dije algo as. Lo que dije es que es necesario introducir el progreso tcnico en la agricultura. Mientras ms se eleve la productividad, menos mano de obra se necesita por unidad de producto. Es cierto que se puede aumentar la produccin y las exportaciones, pero aqu viene el factor externo. Si los mercados externos estn abiertos, y puede colocarse en ellos lo que se produzca, todo estar bien; sa sera la forma ms econmica de emplear a la mano de obra. Pero ocurre que las leyes de la elasticidad ingreso resultan muy estrechas. Una elasticidad ingreso muy baja para los productos primarios y muy alta para las manufacturas. Cmo manejar esta situacin? Se trata de un simple problema de aritmtica.

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D.P. Recuerdo que cuando estaba en Santiago en 1955, Alex Ganz calculaba que la elasticidad ingreso general de la demanda de importaciones para los productos primarios latinoamericanos en Estados Unidos era de 0,6 y que la elasticidad ingreso de la demanda de importaciones de manufacturas por parte de Amrica Latina era de 1,6. Ah estaba la brecha. R.P. Si se ampla el razonamiento a todos los centros del mundo, y dada la baja

elasticidad precio de nuestras exportaciones, llega cierto momento en que el empeo por aumentar las exportaciones rinde menos divisas. Qu papel desempean la industrializacin y la proteccin? Una proteccin razonable proporciona un incentivo para establecer industrias y para distraer recursos de la agricultura hacia la produccin industrial. No para desplazarla, sino para dividir los incrementos en los factores de produccin: una parte para seguir aumentando la agricultura y la otra para la industrializacin. sta fue una de las razones que esgrimimos a favor de la programacin: tratar de mantener un equilibrio dinmico entre ambas actividades.D.P. Una de las crticas extraas que se le hicieron a usted y a la Cepal era que se oponan a la agricultura porque favorecan a la industria. R.P. Bueno, eso es un disparate. Cualquiera que lea nuestros documentos ver que

damos importancia a ambas actividades. Una de las primeras cosas que hice en 1955 cuando me consult el nuevo gobierno de Argentina fue recomendar el establecimiento de un Instituto Nacional de Tecnologa Agrcola INTA con independencia econmica. Lo que trataba de transmitir era la idea de un equilibrio dinmico entre ambos sectores. Deca que si no hay industrializacin en los pases en desarrollo, en la periferia, y si hay progreso tcnico en la agricultura, la relacin de precios del intercambio tender al deterioro. La nica forma de frenar esa tendencia es la industrializacin. ste era mi sencillo argumento. No formul una prediccin sobre el futuro. Present mi tesis como un argumento a favor de la industrializacin. En contra de la agricultura? Cmo podra? Un hombre nacido y criado en la Argentina, que reconoca que el alto nivel de vida de su pas a comienzos de siglo se deba a la agricultura? Y como dije en Brasil (contestndole a Jacob Viner15 que haba comentado Prebisch odia la agricultura), la agricultura puede ser fuente de riqueza. Ahora bien, la tesis de los economistas ortodoxos era: si necesita estimular la industria, devale la moneda. La devaluacin eleva el precio de las importaciones y estimula las exportaciones, sin intervenir en el libre juego de las fuerzas del mercado. Mi respuesta era: la devaluacin aplicada con ese fin y no como respuesta a un proceso previo de inflacin, promover la inflacin. Ser una forma de proteccin con un alto costo social. Y esas exportaciones (y era el caso de

15

Jacob Viner (1892-1970), el principal terico sobre comercio de su generacin en Estados Unidos.

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las exportaciones de productos primarios de Argentina, que ya eran competitivas) registrarn un alza de precios, con lo que aumentar la produccin, y a la postre los precios bajarn. Viner replic: Aplique un impuesto sobre las exportaciones. Pero, mi estimado amigo, le contest, sta es una intervencin del mercado. Qu diferencia hay entre un impuesto sobre las exportaciones para que no decaigan sus precios y un impuesto selectivo sobre las importaciones? Pamplinas. Eso es todo. Aun cuando aclaraba esos asuntos y cuando los explicaba se me segua acusando de cosas increbles en esta materia.D.P. Por qu cree que pasaba? R.P. Por las interpretaciones de segunda y tercera mano de mis escritos. Y porque existe un prejuicio, como usted probablemente ha notado, como miembro de una universidad del Norte. Realmente, David, hay cierta arrogancia y menosprecio. No nos toman en serio. Estoy seguro de que en Harvard no nos toman en serio. Somos economistas de segunda categora o hasta de tercera. Somos economistas subdesarrollados. D.P. Pero quiz fuera tambin porque usted representaba un desafo para las

exportaciones de Estados Unidos, por efecto de las medidas de sustitucin de importaciones? Y tambin por sus crticas de las transnacionales? El sector privado de Estados Unidos y el gobierno de ese pas teman que sus teoras tuvieran un efecto doblemente adverso para ellos.R.P. Tiene usted razn. Vamos punto por punto. Fui a hablar con Frank Southard16

sobre el mercado comn latinoamericano. Era un hombre de mente abierta. Puse como ejemplo que estbamos pensando en producir automviles. Y nos quitaran un mercado de exportacin?. As sera, le contest, pero como resultado, importaramos ms.D.P. Ms bienes de capital? R.P. Bueno, dije, el efecto inmediato sera se. En el ms largo plazo podra

ocurrir algo distinto. l vea los efectos inmediatos. No tena nocin de la poltica en el largo plazo. Le preocupaban los intereses inmediatos. Pero yo estaba pensando no slo en las medidas inmediatas, sino en las consecuencias en el ms largo plazo para el desarrollo. No se olvide que el largo plazo empieza ahora mismo. Es necesario erigir los programas de corto plazo en el marco de un concepto de programacin de largo plazo.D.P. Y qu hay de las transnacionales? R.P. Como siempre sucede, el pndulo se fue al otro extremo. Hemos visto a las

transnacionales por todas partes. Hemos construido una teora sobre la transnacionalizacin. Creo que es necesario aqu, nuevamente, intentar una poltica. Tomemos16

Representante de Estados Unidos ante el FMI, 1948-1950.

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el caso del petrleo. En 1955, durante el breve perodo en que era consultor del Gobierno de Argentina, me opuse con gran firmeza a la poltica de puertas abiertas para las empresas petroleras. Argentina, por diversas razones, tuvo que aumentar la produccin de petrleo. De modo que fue necesario lograr la cooperacin de las compaas petroleras. Le dije al Presidente [Aramburu]17: No d concesiones. Trate de firmar contratos de servicios con las compaas. Las compaas se oponan. Se acuerda del seor Vance, jefe del Banco de Exportaciones e Importaciones? Fue a Santiago y me dijo: Yo soy republicano. Considero que las compaas petroleras deben ser libres de invertir sin condiciones. Y puedo decirle que estoy dispuesto a recomendar a mi gobierno (era un hombre muy influyente) una poltica distinta: una poltica de negociacin, empresas conjuntas y contratos de servicios, como predica usted. Tom el primer avin, a las 12 horas precisamente. Fui inmediatamente a ver al Ministro de Hacienda. Por desgracia, el da anterior el presidente Aramburu haba hecho una declaracin ambigua que modific nuestra poltica. Cuando se supo en Nueva York y Washington, las compaas se retiraron. Y el pas tuvo que esperar muchos aos. Ahora las compaas estn bien dispuestas; han aprendido su leccin. Necesitamos a las transnacionales, pero con unas reglas muy claras de juego: deberes, obligaciones y derechos. Tenemos que descubrir nuevas polticas. Primero, una poltica selectiva: debemos definir lo que necesitamos de ellas y en qu condiciones. El peligro est en que, en esta difcil situacin, traten de obligar a los gobiernos a concederles condiciones muy favorables.D.P. Todo esto me deja con la sensacin de que la tesis de la Cepal o la tesis de

Prebisch de 1950-1960 sigue teniendo gran vigencia para la Amrica Latina de hoy.R.P. Como la sustitucin de importaciones, no como preferencia terica, sino en la medida en que no podamos encontrar mercados suficientes para nuestras exportaciones. Eso es todo. Necesitamos aumentar nuestro ingreso. Necesitamos importar ms. En la medida en que no podemos importar ms pagando con exportaciones, tenemos que pagar con nuestra propia produccin. D.P. Lo que me ms me interesa es que el argumento analtico se remonta a sus escritos de hace treinta aos. Hay en realidad muy poco nuevo que decir sobre qu debe hacerse sobre la restriccin externa, que no est ya incluido en la tesis de la Cepal de los primeros aos del decenio de 1950. R.P. Lamento decirlo, pero el concepto de centro-periferia casi no ha variado. D.P. Ni tampoco la teora sobre la relacin de precios del intercambio; ni el concepto de la industrializacin basada en la sustitucin de importaciones; ni las bases tericas de la cooperacin regional.

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Pedro Eugenio Aramburu (1903-1970), presidente de Argentina en 1955-1958.

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R.P. Me gustara ver en verdad, David un planteamiento revolucionario de nue-

vas ideas.D.P. Usted estuvo en la Cepal desde 1950 hasta 1963 como Secretario Ejecutivo.

Quiero repasar algunas de las cosas que pasaron en ese perodo. Comenzar con la Alianza para el Progreso.18 se fue, para la poca, un noble experimento. Cunteme cmo lleg a participar en ese programa.R.P. Para m, dira que hubo dos episodios distintos. Adlai Stevenson19 visit Bue-

nos Aires con el senador Benson, hombre muy simptico. Ambos pidieron verme. Stevenson me plante unas preguntas muy atinadas. Esto ocurri antes de la Alianza. Al final, despus de agradecerme mi hospitalidad, me pidi que escribiera un memorando para l. Lo que hice. Y emple este memorando como base para un artculo que public poco despus en Foreign Affairs. No s si tena o no influencia sobre John Kennedy. Ahora bien, volviendo a la Alianza para el Progreso, debo decirle que yo no fui su promotor, pero me sub al carro tan pronto como comenz a moverse. No fui su promotor porque me opusiera, sino porque as sucedi. Subrayo este hecho porque mucha gente cree que yo fui su autor intelectual. La Organizacin de los Estados Americanos, en los primeros aos de la presidencia de Kennedy, intent inyectarse nueva vitalidad estableciendo un comit de 15 o 20 personas, la mayora latinoamericanos.D.P. Le pidi la OEA a la Cepal que enviara a algunas personas para ayudarle? R.P. S. Los documentos de la Cepal fueron la base, y nuestra presencia otro aporte.

La OEA vio la posibilidad de ganar nuevas fuerzas. Algunas semanas ms tarde, despus de la presentacin del documento al Departamento de Estado por la OEA, tuve una reunin con Jos Antonio Mayobre (Embajador de Venezuela en Estados Unidos), ms Felipe Pazos20 y Felipe Herrera que ya era presidente del Banco Interamericano (lo fue desde 1959 a 1971). Alfonso Santa Cruz estaba en Washington y Jorge Sol se mova mucho. Era el jefe del Departamento. [Yo redact una carta al presidente Kennedy que deca as]: ste es el momento de establecer una poltica hemisfrica hacia Amrica Latina. Y Mayobre, el hombre ms importante, por ser Embajador, entreg esta carta personalmente al Presidente. ste la recibi tan bien, que unos pocos das despus expres que las ideas18

La Alianza para el Progreso, un programa de desarrollo para toda Amrica Latina, fue inaugurado por el presidente John F. Kennedy en marzo de 1961. El programa destinaba 20.000 millones de dlares a la regin en un perodo de diez aos.19

Adlai Stevenson (1913-1965). El presidente Kennedy lo nombr Embajador ante las Naciones Unidas, con rango ministerial.20

Felipe Pazos (1913-2001), economista cubano, funcionario de FM1 en 1946-1949.

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fundamentales eran las ideas de la Comisin Econmica para Amrica Latina de las Naciones Unidas. Imagnese cmo nos sentamos, cun entusiasmados! Ahora bien, sta fue la parte positiva. Cul fue la negativa? Que Richard Goodwin21, sin consultarnos, dio a este documento el nombre de Alianza para el Progreso. Sonaba casi como la Santa Alianza! No era una alianza: fue un error y un nombre infortunado. Se supona que yo presidira un comit para coordinar las actividades. Pero la delegacin argentina me objet.D.P. Por qu? Si usted haba dicho que lo apoyaban? R.P. En efecto. Me apoyaron en la Cepal, pero estaba adquiriendo demasiado

poder e importancia, cosa muy seria en la Argentina, siento decirlo. De modo que tuve que cooperar con el Comit como consultor sin ningn poder. La Alianza, como usted sabe, fue atacada tanto en Estados Unidos como en Amrica Latina. En Estados Unidos, aquellos con intereses comerciales sostenan lo siguiente: Por qu pensar en trminos de reforma social? Primero estimulemos el crecimiento econmico y despus habr que tomar medidas para mejorar la distribucin del ingreso. Y en Amrica Latina los terratenientes se resistan a la idea de la reforma agraria. Slo la personalidad del presidente Kennedy y su influencia personal en el gobierno podra haber salvado a la Alianza. Pero l muri.D.P. La comunidad empresarial de Estados Unidos por qu se opona a la Alianza? R.P. Para ellos Amrica Latina era una fuente de utilidades. Cualquier cosa que atentara contra esas utilidades era mala. La reforma agraria en s era conveniente. Pero haba que esperar hasta que el pas fuera prspero, muy prspero, antes de introducir todas esas reformas. En algunos pases los terratenientes dijeron que se alzaran contra las compaas extranjeras. As ocurri en Chile, por ejemplo. Esto fue desastroso. Entonces vino el CIAP22. El Banco Mundial no le hizo ningn caso, sigui tomando sus decisiones independientes. Al comienzo los pases latinoamericanos enviaban buenas delegaciones. Cuando el grupo de los Nueve Sabios fue remplazado por los representantes de gobierno en Washington, enviaban secretarios de embajada a las reuniones, personas sin ninguna capacidad. Siempre recuerdo que, gracias a los esfuerzos de [Carlos] Sanz de Santa Mara, el gobierno estadounidense asista. l hizo un gran esfuerzo para conseguir una representacin estadounidense de alto nivel y la obtuvo. La representacin latinoamericana era una calamidad. No tenan preguntas que hacer. Carlos Sanz, Walter Sedwitz2321

Richard N. Goodwin fue asesor especial y redactor de discursos del presidente Kennedy (1961), subsecretario de Estado adjunto para asuntos interamericanos (1961-1962) y director de la Secretara Internacional del Cuerpo de Paz. Comit Interamericano de la Alianza para el Progreso.

22 23

Alto funcionario de la OEA y Subdirector Secretario del Consejo Interamericano Econmico y Social encargado de la supervisin de la Alianza para el Progreso.

D. Pollock, D. Kerner, J.L. Love / Entrevista indita a Prebisch: logros y deficiencias de la Cepal

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y yo mismo tuvimos que formular las preguntas. Esto me convenci de que todo el experimento estaba condenado al fracaso.D.P. Una de las crticas tcitas que dirige a la Alianza para el Progreso es que

nunca tuvo un jefe.R.P. As es. D.P. Me gustara que hablramos un poco acerca de la Cepal y usted, por un lado,

y el FMI y el Banco Mundial, por el otro. Ha habido una larga historia de relaciones de adversarios en el plano intelectual y analtico. En los aos cincuenta y comienzos de los sesenta (hasta que usted se fue a la Unctad), la Cepal y el FMI miraban los problemas y, por lo tanto, las soluciones del desarrollo latinoamericano bajo luces muy diferentes.R.P. S. La teora del Fondo se basaba en el concepto de que un dficit de balance

de pagos era resultado de la mala administracin interna. La Cepal no es que negara la mala administracin interna. Habra sido yo el ltimo en negarla por mi larga experiencia en Argentina y mi estudio y exposicin de la historia monetaria argentina. Pero atribuir a factores internos lo que muy a menudo era resultado de factores externos era una verdadera calamidad, una verdadera calamidad terica. Por ejemplo, un balance de pagos favorable en una etapa de bonanza en los centros aumentaba las importaciones, que eran la fuente [la nica o la mayor] de los impuestos. Y la Tesorera se preocupaba de que creceran los gastos. Y cuando llegara la crisis, sera imposible evitar un dficit de balance de pagos. La tesis del FMI era siempre la de restringir el crdito para disminuir las importaciones. Nosotros rebatamos: Eso est muy bien. Pero la forma de disminuir las importaciones es aplicando una poltica selectiva que al mismo tiempo promueva la sustitucin de importaciones. Porque en el largo plazo, es esencial la sustitucin de importaciones. El Fondo no quera relacionar ambas cosas; la sustitucin de importaciones (porque contradeca tambin las leyes del mercado) y la selectividad de las importaciones (por ser una intervencin inaceptable en el mercado). Esto, desde el punto de vista de la poltica monetaria, era el elemento ms importante en nuestras disputas con el Fondo. Aos ms tarde, muchos aos ms tarde, cuando Pierre Paul Schweitzer lleg a dirigir el Fondo, nos llevbamos muy bien en lo personal24. Y recuerdo que en una de las cenas del Fondo me dijo: Sabe, Ral, cuando ingres al Fondo me lo presentaron como si fuera el diablo en persona. Me advirtieron que tuviera cuidado con usted. Tambin recuerdo que Larosire25, a mitad de su primer perodo, dijo una vez en un discurso en Suiza:24 25

Director del FMI, 1963-1973.

Jacques de Larosire, director gerente del FMI en 1978-1987, gobernador del Banco de Francia en 1987-1993, y presidente del Banco Europeo de Reconstruccin y Desarrollo en 1993-1998.

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El Fondo siempre ha considerado que los desequilibrios de balance de pagos en los pases en desarrollo se deben solamente a factores internos. Ello no es as. Tenemos que darles importancia tambin a los factores externos.D.P. Fue el primero en decirlo pblicamente? R.P. El primero en decirlo en voz alta y con todas sus letras. Unos pocos das

despus, en un cocktail del Fondo, en que se despeda a uno de sus altos funcionarios, le dije: Monsieur de Larosire, lo felicito. Fue un innovador al decir lo que dijo en Suiza. Y l me respondi: S, pero me gustara innovar mucho ms. Sin embargo, me topo con resistencias. Son las mismas resistencias con que se topaba el papa Juan XXIII, le respond.D.P. Quiero hablarle del BIRF 26, el otro mellizo de Bretton Woods. Usted y la Cepal

tuvieron dificultades de ndole intelectual con el Banco. No eran posiciones tan encontradas (como con el FMI), pero s encontradas. Poda atribuirse a que el Banco Mundial no era tan importante? Fueron igualmente ortodoxos por mucho tiempo.R.P. Le contar una ancdota que le ilustrar este punto. En mi informe sobre

Argentina en 1955, predicaba las bondades de la industrializacin y la necesidad de promover la iniciativa privada. Una macrointervencin del Estado para crear las lneas gruesas y luego la iniciativa privada para que las aprovechara. Algunas semanas ms tarde, me visit el vicepresidente del Banco Mundial, Burke Knapp, un hombre muy simptico y cordial. Y Demuth27 estaba ah. Demuth me pregunt: Por qu se opone a la iniciativa privada en la industrializacin y por qu promueve el crecimiento de la empresa estatal? Por qu lo est recomendando? Qu?, le pregunt a Burke Knapp, eso me desconcierta absolutamente. Me atacaron en mi propio pas (as como en otros pases latinoamericanos) por la forma en que hablaba a favor de la iniciativa privada en la industria, y tambin en la agricultura y otros sectores. Cmo puede ser que el Banco, que debe estar bien informado, lo ignore y en cambio me haga aparecer como un hombre que promueve el crecimiento de las empresas estatales? Yo nunca lo hice, porque nunca cre en esa posibilidad. Eso le muestra cmo aun en instituciones y crculos que debieran estar bien informados oyen algo y no se toman la molestia de averiguar en qu medida es cierto o no. Y se construye as una teora coherente que lo ataca y destruye su propio pensamiento. Esto es lo lamentable.D.P. As pues, la Cepal era una pulga en el odo para el Banco y el Fondo. Se consideraba que usted no prestaba atencin suficiente a la teora neoclsica?

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Banco Internacional de Reconstruccin y Fomento, nombre primitivo del Banco Mundial.

Richard Demuth, economista del Banco Mundial, que trabajaba en temas agrcolas, entre otros.

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R.P. As es. Es que yo no era de la Escuela neoclsica, ya que, sin desconocer la importancia absoluta de la iniciativa privada, crea que deba combinarse con la planificacin, con las lneas generales de la planificacin. Esto es lo que no podan aceptar. D.P. Muy bien. Pero despus que Eugene Black dej [el Banco Mundial] y Robert

MacNamara28 ingres, junto con Hollis Chenery29, la actitud ya no fue la misma. Comenz a mejorar un poco.R.P. Es cierto, con MacNamara y con George Woods. D.P. S, l estuvo entremedio. R.P. MacNamara fue siempre muy cordial conmigo, pero eso era todo. Chenery conoca a la Cepal. Una vez habamos invitado a Chenery a pasar unos meses en la Cepal.

D.P. De manera que con Hollis Chenery, Mahbub Ul Hag30 y Drag [Avramovic] 31, y con MacNamara, se cre un clima intelectual distinto en el Banco. [Pero, en general] en Washington, incluso nuestra oficinita de la Cepal all, se consideraba como un puesto de avanzada de la oposicin intelectual. No slo por el gobierno de Estados Unidos, sino tambin por algunos de los organismos especializados de las Naciones Unidas. En otras palabras, la Cepal tena la reputacin de representar un peligro potencial para las polticas del Gobierno de Estados Unidos, del Banco, del Fondo y del GATT 32. R.P. Pero esa imagen tiene dos facetas. Por una parte est el poder intelectual, que era uno de nuestros objetivos, y por la otra sus repercusiones polticas. No se trataba de la transferencia del poder de esas instituciones a la Cepal; lo ms que podra ganar y esto podra haber sido muy importante era convertirse en el centro de elaboracin de nuevas ideas y la transformacin de esas ideas en fuerzas polticas. No se trataba de dirigir al Banco o al Fondo, sino de examinar lo que estaban haciendo: criticar, por ejemplo, en el caso del Fondo, su poltica de condicionalidad. Una de las funciones ms importantes de la Cepal podra haber28

Robert MacNamara, secretario de Defensa de Estados Unidos en 1961-1968; Presidente del Banco Mundial en 1968-1981. Profesor de Economa en la Universidad de Harvard y economista jefe del Banco Mundial bajo la presidencia de Robert MacNamara. Mahbub Ul Haq (1934-1998), economista paquistano y vicepresidente del Banco Mundial bajo MacNamara. Subdirector de Desarrollo Econmico del Banco Mundial a comienzos de los aos sesenta y, posteriormente, miembro del Directorio del Banco Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio.

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sido la de criticar a fondo la poltica de condicionalidad. No se trataba de decir No nos gusta la condicionalidad sino [ms bien] cmo podra aplicarse la condicionalidad.D.P. Don Ral, quiero preguntarle por qu estableci el Ilpes 33.

R.P. Yo no cre el Ilpes. La primera idea de crearlo vino de David Owen. Me deca, Ral, cuando se retire, debera tener un centro de investigaciones como parte de la Cepal. Le contest: Buena idea. Esta conversacin la tuvimos por all a fines de los aos cincuenta. En cierta ocasin Paul Hoffman me invit a ir a Nueva York a visitarlo. Lo que hice. Dispondr los recursos necesarios para que cree un instituto de planificacin para Amrica Latina, me inform. Probablemente David Owen le haba explicado su idea a Paul Hoffman, y Hoffman quien haba creado el Instituto Internacional de Desarrollo era un hombre de negocios con una amplia visin del mundo. Llegamos a ser buenos amigos y l me dio la idea, pero yo no le ped a nadie [que creara] el Ilpes.D.P. Ya que hemos mencionado al Ilpes, qu piensa usted ahora? R.P. Sin entusiasmo. Al Ilpes le faltan recursos. Arrastra una existencia muy preca-

ria. No cuenta con un equipo permanente de investigacin. Y Amrica Latina necesita un equipo de investigacin que complemente la labor de la Cepal.D.P. Veamos el tema de la integracin regional. Una de las grandes realizaciones

de la Cepal fue la de ampliar el concepto de la industrializacin basada en la sustitucin de importaciones del plano nacional al regional y subregional. Y poner mano a la obra para la creacin de la Alalc 34, el mercado comn centroamericano, el Grupo Andino y, en cierta forma, tambin la Caricom 35. ste fue uno de los logros especficos, prcticos y pragmticos de la Cepal. Usted fue padre de la integracin regional en Amrica Latina. Cmo se siente mirando hacia atrs? Qu debiera haber hecho de otra manera? Cmo evala el aporte de la Cepal a la cooperacin regional latinoamericana?R.P. ste es un asunto muy cerca de mi corazn. Considero de vital importancia para Amrica Latina impulsar este concepto. Por qu no avanz ms all de cierto punto? No fue un fracaso. Pero tampoco fue un xito. Fue una mediocridad, una mediocridad latinoamericana tpica. Comencemos por decir que durante los largos aos de prosperidad en los centros, cuando por fin Amrica Latina se persuadi de la necesidad y la posibilidad de exportar manufacturas, el pndulo

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Instituto Latinoamericano de Planificacin Econmica y Social, hoy Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificacin Econmica y Social. Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio. Comunidad del Caribe.

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se inclin para el otro lado. Primero se inclin a favor de la sustitucin de importaciones, olvidndose de la exportacin de manufacturas. Fuimos los primeros en decir (y escrib ese informe a comienzos de los aos sesenta) que la industrializacin de Amrica Latina era asimtrica. Dimos un impulso a la sustitucin de importaciones, pero no dimos un tratamiento simtrico a la exportacin de manufacturas. Aranceles por un lado y subsidios por el otro, fuimos los primeros, y lo subrayo porque se nos acus de ser responsables de la sustitucin de importaciones y de oponemos a las exportaciones. ste no era el caso. Los pases latinoamericanos aprovecharon los aos de bonanza. Algunos con mucho xito, siguiendo una poltica muy inteligente (como Brasil) y un programa coherente. Argentina tambin comenz, pero ocurri entonces el desastre de la baja de los derechos de importacin en la creencia de que los dems pases haran lo mismo y liberalizaramos el comercio mundial. Una sobrevaluacin de la moneda y bastante dinero para pagar las importaciones de manufacturas destruyeron gran parte de la industria en Argentina y, por ende, las exportaciones que haban comenzado en este pas. Ahora tenemos que reconstruir todo. La falta de coherencia, David, fue el pecado principal. Y las ideas equivocadas. Hago el paralelo entre Brasil y Argentina. Tenemos que aprender del pasado, no podemos repetir ideas que concebimos hace 25 aos. Yo personalmente crea en el concepto neoclsico del libre comercio (Aseguremos una creciente zona de libre intercambio en Amrica Latina. Demos tiempo a la industria a adaptarse a la rebaja de aranceles. Dmosle el tiempo necesario). A la luz de la experiencia he visto que estaba equivocado. Veamos cul es el verdadero problema. Es el dficit que registramos con los centros, por razones muy conocidas. A ste hay que agregarle las importaciones de petrleo. Concentrmonos en la sustitucin de las importaciones de esos bienes responsables de nuestros dficit con los centros (en la medida en que no podemos exportar en cantidad suficiente para pagar esas importaciones).D.P. Importaciones de bienes de capital y productos intermedios? R.P. S. Y de los nuevos bienes producidos por la tecnologa, todos esos artefactos

que tanto le entusiasman. Y ocurre que esos bienes en general necesitan mercados ms amplios. Es decir, nuestra antigua idea; sta es la parte positiva de nuestro mensaje de hace veinticinco aos. No el resto. Pero qu enseanza deriva de esta experiencia? Pases como Brasil, Argentina y Mxico (y no muchos otros) que estn en condiciones de exportar bienes de capital, pero no a los precios internacionales, segn sus propios programas, podran hacerlo aplicando un sistema de preferencias comerciales concedidas por los otros pases. Digamos que Uruguay y Ecuador dieran preferencias a Brasil, Argentina y Mxico. Y quin paga el costo? El costo lo pagan Uruguay y Ecuador. Por qu lo pagaran? La idea era que estaran en condiciones de exportar manufacturas u otros productos a Brasil, Argentina y Mxico, recibiendo preferencias de ellos. Eso puede suceder. Tengo

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ahora la idea siguiente: los pases interesados en exportar deben conceder un subsidio, sujeto a reglas preestablecidas, a fin de ofrecer precios equivalentes a los internacionales. De esta manera los pases menos desarrollados de la regin tendran un aliciente para importar sus productos. Aun as, se creara un supervit a favor de los grandes mercados. Parte de ese supervit debera ir a un fondo [creado por Argentina, Brasil y Mxico], que se aplicara al establecimiento y desarrollo de industrias que pudieran exportar a precios competitivos, con subsidios si fuera necesario. [Este sistema no exigira] de Brasil la plena apertura de sus mercados, sino a precios competitivos con los precios internos. No habra competencia despiadada. D.P. Si se creara este Fondo y Brasil tuviera un supervit de exportacin y fuera a conceder parte del Fondo a Uruguay (para producir bienes industriales que Brasil quera importar), quines seran dueos de la industria en Uruguay, los brasileos o los uruguayos? R.P. Ambos. Me gustara ver a Brasil, Argentina y Uruguay trabajando juntos. No slo para desarrollar sus industrias, sino para exportar. De ser as, si establecieran una planta en Brasil, otra se establecera en Argentina. Se dividiran el trabajo. En Brasil para un tipo de bienes de capital; en Argentina para otro tipo. Pero formando una misma empresa, si fuera posible. Para conciliar los intereses. D.P. Tiene sentido para Brasil y Argentina, pero tiene sentido para Uruguay y Ecuador? R.P. Recibirn importaciones a precios internacionales o cercanos a esos precios y al mismo tiempo contarn con recursos para desarrollar sus propias industrias. D.P. De este nuevo fondo? R.P. S. Y si contribuyeran al Fondo en cantidad equivalente el Banco Interamericano y el Banco Mundial si reconocieran la necesidad de la sustitucin de importaciones sobre bases ms amplias, la solucin sera perfecta. D.P. Lo que usted realmente propone es un sistema como el de la Alalc o el Mercado Comn Centroamericano, pero que pudiera establecerse al nivel de dos pases o ms. Podra resultar prctico. R.P. As es, teniendo adems la ventaja de que, al presente, segn el nuevo sistema Aladi36, Brasil [pongamos por caso] obtiene de Uruguay una preferencia y le da a ste una concesin. Entonces llega Mxico y dice: Estoy dispuesto a dar una concesin a Uruguay; denme a m una preferencia similar a la de Brasil. Brasil puede decir: Pero le di esa concesin basndome en tener esta ventaja. Ahora renegociemos. Por el contrario, con este sistema queda abierto. Brasil recibe un36

Asociacin Latinoamericana de Integracin.

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subsidio por la exportacin de maquinaria a cualquier pas latinoamericano que entre al sistema. Si Mxico o Argentina quieren exportar el mismo producto, est bien. Hay ms competencia. Todos ellos tendrn que contribuir al fondo y seguir ciertas reglas. Los subsidios no se darn en condiciones irracionales. Habra que establecer algunas reglas. No es fcil. Tendramos que abandonar las preferencias. D.P. Abandonar el Sistema General de Preferencias? 37 R.P. No, se tratara de preferencias dentro de la zona. Este punto merece una consideracin cuidadosa. Puedo equivocarme acepto esa posibilidad, pero puedo tener razn. (Traducido del ingls)

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Establecido por la Unctad bajo la direccin de Prebisch.

El falso dilema entre desarrollo econmico y estabilidad monetaria*

PrebischRal PrebischI. Introduccin y sntesisLa inflacin y la ortodoxia monetaria Se nos atribuye frecuentemente a los economistas de la Cepal cierta proclividad hacia la inflacin, impulsados por la creencia de ser inevitable este fenmeno en el desarrollo econmico latinoamericano. Nada ms ajeno a nuestra forma de pensar. Acaso haya contribuido a esta errnea interpretacin que este problema no se haya examinado hasta hoy en forma sistemtica en nuestros estudios. Este esfuerzo se est realizando ahora y, mientras se aproxima a su terminacin, he juzgado conveniente aprovechar la oportunidad que me brinda la Sexta Reunin de Bancos Centrales para exponer algunas ideas inspiradas en mis propias observaciones y en lo mucho que hemos discutido acerca de este asunto en nuestra institucin. Trtase de puntos de vista personales de quien esto escribe y no reflejan necesariamente el modo de pensar de mis colaboradores: por fortuna, en la Cepal no hay pensamiento monoltico, ni en ste, ni otros aspectos de nuestras actividades intelectuales. Dos hechos explican, en gran medida, que se juzgue equivocadamente nuestro pensamiento. La tesis tan corriente de que la inflacin slo se debe al desorden financiero y a la incontinencia monetaria de los pases latinoamericanos es inaceptable para nosotros. No porque neguemos esas notorias desviaciones, sino porque en la realidad latinoamericana existen factores estructurales muy poderosos que llevan a la inflacin y contra los cuales resulta impotente la poltica monetaria. ste es el primer hecho.

* Fue publicado originalmente en 1961. Con posterioridad se incluy como apndice del libro Hacia una dinmica del desarrollo latinoamericano, Mxico, FCE, 1963.

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El segundo es la posicin crtica que hemos asumido frente a ciertas medidas de estabilizacin monetaria. Todos concordamos en que hay que hacer un esfuerzo supremo para frenar la inflacin y conseguir la estabilidad sobre bases firmes, pero nos inspira honda preocupacin conseguirlo a expensas del descenso del ingreso global, de su estancamiento o del debilitamiento de su ritmo de desarrollo. En los adeptos a este tipo de poltica antinflacionaria, tanto en quienes la sugieren desde afuera como en los que la siguen dentro de esta dura y azarosa realidad latinoamericana, se descubre a veces la nocin recndita de la redencin del pecado por el sacrificio. Hay que expiar por la contraccin econmica el mal de la inflacin, slo que a menudo el castigo ortodoxo no recae sobre quienes la desencadenaron o medraron con ella, sino sobre las masas populares latinoamericanas que venan sufriendo sus consecuencias. En todo esto encuntrase el error de considerar la inflacin como un fenmeno puramente monetario y que ha de ser combatido como tal. La inflacin no sabra explicarse con prescindencia de los desajustes y tensiones econmicas y sociales que surgen en el desarrollo econmico de nuestros pases. Ni se concibe tampoco una poltica antinflacionaria autnoma como si la realidad fuera solamente monetaria, sino como parte integrante de la poltica de desarrollo. El desarrollo econmico exige continuas transformaciones en la forma de producir, en la estructura econmica y social y en los mdulos distributivos del ingreso. No realizar a tiempo esas transformaciones o haberlo hecho de un modo parcial e incompleto lleva a esos desajustes o tensiones que promueven la irrupcin de fuerzas inflacionarias siempre latentes y muy poderosas en el seno de la economa latinoamericana. No podra concluirse de todo esto que la inflacin sea inevitable en nuestros pases. Muy lejos de ello. Para evitarla se necesita, sin embargo, una poltica racional y previsora de desarrollo econmico y mejoramiento social, esto es, un cambio fundamental de actitudes que lleve a buscar otra respuesta que no sea la inflacionaria a esos desajustes y tensiones que surgen del desarrollo. No es ste un problema tcnico solamente, sino fundamentalmente poltico, en el que a los economistas nos corresponde una tarea principalsima de esclarecimiento y persuasin. Hemos visto a menudo hombres polticos que, movidos por el genuino impulso de elevar el bienestar mensurable de las masas populares, caen frecuentemente en la corrosiva ilusin inflacionaria. Les hemos brindado acaso otra alternativa? Nos hemos aproximado a ellos con un conjunto coherente y accesible de principios para hacerles escapar al dilema entre la inflacin y una ortodoxia monetaria simplista y perturbadora? Los economistas latinoamericanos estamos en deuda con los hombres polticos de nuestros pases. Quiero responder a ellos con este trabajo en la parte que me corresponde.

Ral Prebisch / El falso dilema entre desarrollo econmico y estabilidad monetaria

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Estas pginas se proponen demostrar que para el problema de la estabilidad monetaria hay una solucin diferente de la que con tanta frecuencia nos recomienda la ortodoxia. Pero antes de discurrir acerca de ella conviene examinar los factores estructurales que suelen llevar a la inflacin. Acaso conviniera presentar aqu una visin de conjunto que nos permita abarcar desde el comienzo y aun a riesgo de incurrir luego en posibles repeticiones la ndole y orientacin de nuestro razonamiento. El porqu del dilema Como se sabe, el desarrollo econmico de un pas perifrico est ligado muy estrechamente al curso de sus exportaciones. Por una parte, el ritmo de crecimiento de stas impone un lmite al desarrollo espontneo en la economa. Por otra, su continua fluctuacin es factor de gran inestabilidad interna. Cuando las exportaciones aumentan en forma cclica, el ingreso global se dilata con relativa facilidad, exigiendo un volumen de importaciones que se costean fcilmente con aqullas. Pero cuando sobreviene el descenso, no es posible mantener esas importaciones ni, en consecuencia, el nivel de ingreso anteriormente logrado. En un rgimen ortodoxo de estabilidad monetaria, el desequilibrio exterior e interno que se da entonces lleva necesariamente a la contraccin de la actividad econmica y el equilibrio tiende a restablecerse a un ms bajo nivel de ingreso. La contraccin suele despertar las fuerzas inflacionarias que siempre estn latentes en el seno de la economa latinoamericana, si es que no estn operando ya. Acdese, pues, a la expansin crediticia y sta, al contrarrestar la tendencia descendente del ingreso, se opone tambin al reajuste de las importaciones y, por lo tanto, al restablecimiento del equilibrio interno. El desequilibrio es uno de los hechos que contribuye a hacer muy difcil en nuestros pases la aplicacin de una poltica anticclica que no comprometa la estabilidad monetaria. Por lo tanto, la solucin no est en contrarrestar los efectos de la contraccin, sino en prevenirlos mediante adecuadas transformaciones estructurales. Estas transformaciones persiguen un doble propsito: permitir que el ritmo de desarrollo sobrepase el lmite impuesto por las exportaciones, y al mismo tiempo, lograr que la actividad interna funcione al mximo de ocupacin sin verse afectada por la fluctuacin de esas exportaciones. La correccin de la vulnerabilidad de origen exterior de nuestras economas es esencialmente de carcter estructural antes que cclico, si bien caben algunas medidas anticclicas que complementen las soluciones estructurales. Otro de los hechos y acaso el ms significativo que dificulta la poltica anticclica es la insuficiencia de ahorro, que se hace ms aguda cuando declinan las exportaciones. Empearse en mantener, entonces, el niv