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SEPTIEMBRE DE 2013 ISSN 2256 - 1536
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LA PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD COMO
PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN
INTERCULTURAL
Revista de la Red Iberoamericana de Pedagogía con artículos e información de máxima relevancia
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José Gabriel Domínguez , Universidad Autónoma de Yucatán
, Proyecto CISNE, Universidad Javeriana
Mireya Cisneros , Universidad Tecnológica de Pereira – Colombia
Germán Piloneta
Wilson Acosta Valdeleón, investigador del doctorado en Educación de la Universidad de La Salle.
J. Simón Sánchez Hernández, pedagogo Universidad Pedagógica Nacional de México
Andrés Hermann, Instituto Altos Estudios, Ecuador
Alexander Ortiz Ocaña, Cuba- Umag; investigador doctoradoRude Colombia
Ricardo Navas Ruiz, Universidad De La Rioja, España
Nelson Largo, Diseño y diagramación
Héctor Rizo Moreno, Universidad Autónoma de Occidente
Julián De Zubiría Samper, Director Instituto Merani, Pedagogía Dialogante
Boletín Virtual REDIPE No 827Septiembre de 2013 - ISSN [email protected]
Aileen Dever, Quinnipiac University, Handem - CT – AATSP Karina Rodríguez, Universidad La Salle de México Carlos Arboleda A, Southern Connecticut State University Pedro Horruitiner Silva, Ministerio de Educación Superior de Cuba Sergio Tobón Tobón, Director Instituto Cife, perspectiva socioformativa Susana Gonçalves, Directora (CInEP) Ensino Superior Coimbra Portugal Mario Germán Gil, Líder Grupo Humanidades y Universidad, USC Miguel de Zubiría Samper, Director Fundación Intern. Alberto Merani Giovanni M. Iafrancesco V., Director Coripet, Pedagogía Transformadora
Pedro Ortega Ruiz, Ph D, Universidad de Murcia, autor de la Pedagogía de la Alteridad.
Bruno D'Amore y Martha I. Fandiño Pinilla, Dipartimento di Matematica - Università di Bologna
Julio César ArboledaDirector Revista Redipe
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EDITORIAL 827 Pedro Ortega Ruiz.
Universidad de Murcia. Director científico de la Red Internacional de Pedagogía de la Alteridad
Miembro Comité Científico de Redipe. Pag: 6-7
RESEÑA Revista Redipe 827
Julio César Arboleda, Director Redipe. Pag: 8-11
LA PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD COMO PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL
Pedro Ortega Ruiz. Universidad de Murcia. Director científico de la Red Internacional de Pedagogía de la Alteridad
Miembro Comité Científico de Redipe. Pag: 12-31
GESTIÓN Y LIDERAZGO PEDAGÓGICO PARA LA MEJORA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS
Alma Rosa Hernández Mondragón. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad La Salle México, D.F. Pag: 32-42
LA «CIUDAD CINC-AIRE» Y SUS DIOSES
Javier Ricardo Salcedo Casallas
Docente Investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Salle, Bogotá – Colombia. Pag: 43-52
COMUNICACIÓN, PARTICIPACIÓN Y COMPETENCIAS MATEMÁTICAS
Bernardo García Quiroga. Profesor investigador titular Universidad de la Amazonia. Doctor en Ciencias Pedagógicas
del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de la Habana, Cuba.
Arnulfo Coronado. Profesor Asociado Universidad de la Amazonia. Magíster en Docencia de las Matemáticas,
Universidad Pedagógica Nacional UPN. Bogotá. Colombia Pag: 53-64
COMPETENCIAS CIUDADANAS: ¿UTOPÍA O REALIDAD?
Lorena Massiel Buitrago Moreno. Docente en el área de Ciencias Sociales. Candidata a Maestría en Educación.
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Pag: 65-73
DISEÑO CURRICULAR BASADO EN COMPETENCIAS PARA LA CARRERA DE IAES EN LA UACh: UNA PROPUESTA
Drte. Yschel Soto Espinoza, Profesora CB1 En el CoBaEM 03. Pag: 74-84
IMAGINARIO ESTUDIANTIL: HACIA EL VALOR DE LA PREGUNTA: LA ELABORACIÓN SIMBÓLICA DEL ESTUDIANTADO HACIA UNA DE LAS
ESTRATEGIAS MÁS ANTIGUAS DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA.
Miguel Antonio Vargas García. Fonoaudiólogo. Docente Universidad de Pamplona U.P.A. Pamplona-Colombia.
Especialista Terapia Miofuncional-ISEP, Barcelona. (C) Especialista en Práctica Pedagógica Universitaria. (C) Doctor en Fonoaudiología. Pag: 85-92
EL MÉTODO CONTRASTIVO-FUNCIONAL EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE DE LA GRAMÁTICA ESPAÑOLA
MSc. Kenia María Velázquez Ávila. DrC. Ernan Santiesteban Naranjo. Universidad de Las Tunas, Cuba. Pag: 93-98
LA ESTADÍSTICA COMO HERRAMIENTA IINVESTIGATIVA EN UN CONTEXTO MULTICULTURAL
Josefa María Montilla. Universidad de Los Andes. Pag: 99-105
MODELO FÍSICO PEDAGÓGICO PARA LA ENSEÑANZA DE LA PROYECCIÓN ESTEREOGRÁFICA APLICADA A LAS CIENCIAS DE LA TIERRA
Prof. PhD. Ludger O. Suárez-Burgoa. Universidad Nacional de Colombia. Pag: 106-115
ANTE EL DESAMPARO, UNA OPCIÓN EDUCATIVA HUMANISTA VIABLE
Lucía Coral Aguirre Muñoz. Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo. Universidad Autónoma de Baja California, México. Pag: 116-118
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INSTRUCCIONES A LOS AUTORES
Política editorial
Revista Boletín Virtual Redipe es un órgano de
divulgación de la Red Iberoamericana de Peda-
gogía. Es de circulación mensual, especializado,
electrónico e internacional, en el cual se publi-
can artículos de investigación y de reflexión en
las diferentes áreas y campos de la educación y
la pedagogía. Los artículos serán manipulados
en forma electrónica, siendo revisados por el
comité científico, y por evaluadores anónimos,
y publicados en los formato HTML y PDF. La re-
cepción de un trabajo no implica la aceptación
ni publicación del mismo, ni el compromiso por
parte de la revista con respecto a su fecha de
aparición. Una vez recibida la aceptación los
autores pueden aplicar para revisión del artícu-
lo por parte del Comité Editorial de alguna de
las Colecciones de libro impresas con las que
cuenta Redipe; Colección Iberoamericana de
Pedagogía y Colección Iberoamericana de Edu-
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no son obligatoriamente traspasados por el au-
tor a la revista Boletín Redipe Virtual, una vez
aceptado un artículo para su publicación.
Segundo: Toda solicitud de uso o reproducción
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la revista. Asimismo, toda reproducción autori-
zada, en cualquier medio, debe citar en forma
completa el artículo y la revista. Se entiende
por reproducción cuando se duplica en un me-
dio digital o físico, más de tres veces un mismo
artículo por parte de un mismo interesado. Tam-
bién se entiende como reproducción cuando se
incluyen datos publicados por Boletín Virtual
Redipe en una segunda publicación.
Tercero: Se autoriza la impresión de artículos y
fotocopias para uso personal. También, se prom-
ueve el uso de la revista para fines educacion-
ales. Particularmente:
- Toda institución puede crear enlaces
a artículos específicos que se encuentren en
el servidor de la revista a fin de conformar pa-
quetes de cursos, seminarios o como material
de instrucción, pero no pueden colocar la ver-
sión digital y/o partes de ella en sus servidores
de acceso público sin autorización del Editor.
- Las instituciones de educación superior
sin fines de lucro, pueden realizar fotocopias de
impresiones de artículos para docencia. En este
caso, sólo deben asegurarse de informar al Edi-
tor el nombre del curso en el cual será utilizado,
que la reproducción sea íntegra con la nota de
propiedad intelectual y que si existe un cobro
éste sea sólo por el costo de reproducción. No
se puede colocar la versión digital y/o partes de
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cluir esta nota sobre políticas de uso.
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recaen sobre quien la realizó. No es responsable
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Revisión
Los artículos son enviados a evaluación omitien-
do el nombre de los autores y sus filiaciones. Son
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Forma y preparación de manuscritos
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Los artículos pueden ser escritos en idioma
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de 6 páginas y máxima de 40. Deben llevar: títu-
lo, autor, resumen, palabras, desarrollo (incluida
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cias (y anexos, si aplicare).
Para el envío de tablas, figuras y fotografías, ver
instrucciones específicas más abajo.
PÁGINA DE TÍTULO
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bre de Institución, localidad y país.
RESUMEN
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del texto; sin notas a pie de página.
PALABRAS CLAVE
Incluir una lista de palabras claves. Usar un mín-
imo de 3 y un máximo 6.
REFERENCIAS
Las Referencias deben ser citadas en el texto
mencionando el apellido del autor y el año entre
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apellidos deben mencionarse. Para tres o más
autores, se menciona solo el apellido del primer
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TABLAS
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con títulos sobre ellas; las notas a pie de página
deben aparecer debajo del cuerpo completo de
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tener datos que estén duplicadas en el texto. Las
tablas deben ser enviadas en Microsoft Word o
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FIGURAS
Las figuras deberían estar expresados en nu-
meración arábiga y con un breve título descrip-
tivo. La figuras deben ser enviadas en Microsoft
Word o Word Perfect y no contener vínculos al
documento principal o a otros archivos.
FOTOGRAFÍA
Envío digitalizado. Se sugiere en formato TIFF,
con un mínimo de 300 dpi. de definición. Tam-
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com, editorial@rediberoamericanadepedago-
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EDITORIAL Revista Redipe 827
SEPTIEMBRE DE 2013
La condición inevitable del ser humano de ser
habitante de una cultura, de una tradición ex-
presa mejor que ninguna otra figura la tensión
a la que está sometido el discurso intercultural
que debe “dar cuenta” de la constitución de su
propio discurso, y al mismo tiempo estar referido
para siempre al discurso de los demás. Esta ten-
sión entre ser habitante de una cultura y estar
inevitablemente referido a los otros condiciona
el discurso intercultural y la misma educación
intercultural. Obliga al discurso en la educación
intercultural a abandonar el lenguaje universal,
porque el lenguaje es siempre el lenguaje de al-
guien, atrapado por “su” tiempo y por “su” espa-
cio; es un lenguaje contextuado que se produce
en una cultura, en una tradición. De ahí que la
afirmación de que la educación es contextual,
situada, como el mismo ser humano, resulte una
simple tautología. No hay una educación contex-
tual y otra que no lo sea. La diferencia estriba en
que una toma más en serio su contexto y otra
no lo reconoce. En este caso, se deja de educar
para “hacer otra cosa”. Postular que el discurso
en educación reconozca y acentúe su carácter
contextual, su enraizamiento en la vida humana
supone recordar algo que nunca se debería
haber olvidado, a la vez que un cambio impor-
tante no sólo en el discurso, sino, además, en la
práctica educativa.
El discurso en educación está siempre
vinculado a un pensamiento ético y antropológi-
co que le da soporte. Se podría trazar un itiner-
ario del camino recorrido entre uno y otro, en-
tre discurso filosófico y educación. Ha sido, sin
embargo, el pensamiento idealista quien ha con-
figurado, en gran parte, el discurso y la praxis
educativos, promoviendo una práctica educativa
a-histórica y a-pática, alejada de la realidad del
sujeto y de su contexto. El miedo a la incertidum-
bre y a la “peligrosa” subjetividad, el vértigo que
produce la inseguridad de la contingencia y la
ansiosa búsqueda de la verdad definitiva, han
condicionado una práctica educativa que nos
ha situado ante el hombre universal, sin tiempo
ni espacio. Esta huida de la realidad nos ha im-
pedido leerla, explicarla y reinterpretarla para
que “los otros” se hagan cargo de ella. Se ha
prestado más atención al qué se debía decir y
enseñar, y al cómo hacerlo. Pero se ha olvidado
que la educación, si es responder del otro, ha
de estar más atenta a la palabra que viene del
“otro” (el educando), y no tanto por anticiparse el
educador a decir “su” palabra. Es la vida de cada
educando, toda su realidad psicobiológica, pero
también toda su realidad socio-histórica, hecha
pregunta, la que debe entrar en la ocupación del
educador y convertirse en contenido educativo.
Y sólo cuando la “circunstancia”, el aquí y el aho-
ra, de cada educando se convierte en contenido
imprescindible de la acción educativa, se está
en condiciones de educar. Pocas cosas son tan
importantes hoy en la educación como tomarse
en serio la situación de la acción educativa. De
ella depende que el educador pueda encontrar
el espacio en el que sea posible establecer una
relación ética con el educando, hacerse cargo
de él; de ella depende que el educador pueda
entrar en todo aquello que es importante para
aquél, evitando así que la educación decaiga
en retórica; de ella depende que la experiencia
de vida, y no solo el discurso, juegue un papel
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básico e indispensable en la acción educativa.
PEDRO ORTEGA RUIZ
Universidad de Murcia
Director científico de la Red Internacional de
Pedagogía de la Alteridad
Miembro Comité Científico de Redipe
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RESEÑA Revista Redipe 827
LA PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDADCOMO PARADIGMA DE LA
EDUCACIÓN INTERCULTURAL
SEPTIEMBRE DE 2013
1 Revista Española de Pedagogía (nº 256 (2013) pp. 401-4212 El presente escrito se origina como parte de la investigación doctoral titulada: Reformas en educación superior: prácticas y modos de subjetivación docente. En ella, se busca reconocer al sujeto educador universitario, problematizado a partir de la libertad económica que impulsa formas de desarrollo humano que entra en relación directa con la educación superior mediante dispositivos de saber y poder, denominados “reformas educativas”.
Este número de la Revista Redipe recoge
artículos de reflexión e investigación en torno a
los ejercicios educativo y pedagógico, en tópicos
como la alteridad y la educación intercultural,
la gestión y el liderazgo, el desarrollo de
competencias, la formación desde el enfoque
por competencias, desarrollo curricular, la
investigación, así como métodos y formas de
y para la mediación en los aprendizajes y la
formación integral.
LA PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDAD COMO PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL1. PEDRO ORTEGA RUIZ, Universidad de Murcia- España, Director científico de la Red Internacional de Pedagogía de la Alteridad y miembro Comité Científico de Redipe. El autor aborda en este trabajo los diferentes enfoques que han orientado, hasta ahora, la educación intercultural. Se analizan las diferencias conceptuales entre multiculturalismo e interculturalismo y su incidencia en las prácticas educativas. Se critica el enfoque “culturalista” en la educación intercultural, tan presente en las últimas décadas, y se ofrece un nuevo paradigma, la pedagogía de la alteridad, sustentado en presupuestos éticos distintos a la ética kantiana. La experiencia “del otro”, diferente étnico o cultural, es contenido indispensable de la educación intercultural. La educación intercultural se resuelve en el reconocimiento y acogida de la persona concreta del otro en toda
su realidad.
Alma Rosa Hernández Mondragón de la
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
de la Universidad La Salle. Comunicación
que desarrolla un análisis en torno a las
competencias para la gestión educativa,
considerando la complejidad de los contextos
sociales e institucionales, escenarios en donde
cobra sentido la necesidad de reinstaurar los
liderazgos, a fin de hacer frente a los desafíos
que recaen sobre los distintos niveles de los
sistemas educativos y gestores. Incluye tres
apartados: 1) se analiza la centralidad de la
gestión en las reformas educativas de la región;
2) se argumenta la importancia que adquiere la
gestión y liderazgo en la praxis educativa; 3. se
identifica algunas implicaciones del liderazgo
docente en las instituciones educativas.
Retomamos los principales planteamientos
de P. Pozner; del Instituto Internacional de
Planeamiento Educativo; I. Aguerrondo; J.
Casassus, Rojas y Gaspar, entre otros.
LA «CIUDAD CINC-AIRE» Y SUS DIOSES. The
“zinc-air city” and their gods2. Javier Ricardo
Salcedo Casallas, docente Investigador de
la Facultad de Ciencias de la Educación de la
“GESTIÓN Y LIDERAZGO PEDAGÓGICO PARA LA MEJORA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS”.
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Universidad de La Salle, Bogotá – Colombia.
La «ciudad cinc-aire» y sus dioses es una
matriz integradora de perspectivas teóricas que
la han descrito de formas diferentes y cuyas
comprensiones conceptuales son sin duda los
contenidos urbanos que han tejido la ciudad
contemporánea. Un tejido que el texto quiere
reconocer como un régimen de veridicción en
el que se introducen categorías que develan
nuevas posibilidades para comprender la
ciudad del presente histórico a partir de
nuevas prácticas de vida y de convivencia de la
ciudad cognitiva, en las que las singularidades
de la intimidad del individuo y de la familia
resultan instantáneamente transfiguradas por
prácticas de convivencia que desindividualizan
transformando y liberando a los ciudadanos de
sus incertidumbres solipcistas, proveyéndolos
de espacialidad y temporalidad plasmática o
estado fluido cargado de energía conectada
hipermediatizada a partir de la cibercultura
de seguridad maquínica, en sus sistemas
de percepción sensorial una vez se nutran
como miembros de un sentido de pertenencia
o conexión a unas series cambiantes de
comunidad que les vincula al bienestar y
consumo secuente a un campo de interacción
cognitiva: la educación en el sistema de
educación superior, un otro referente de ciudad
moderna y de ciudadano global cognitivos.
COMUNICACIÓN, PARTICIPACIÓN Y
COMPETENCIAS MATEMÁTICAS. Bernardo
García Quiroga y Arnulfo Coronado,
docentes investigadores de la Universidad de
la Amazonia. Esta comunicación representa
un avance de investigación del proyecto
“Desarrollo de competencias matemáticas en
estudiantes de educación básica y media del
departamento del Caquetá”, desarrollado por
nuestro grupo de investigación “Desarrollo
Institucional Integrado”, línea de investigación
Competencias Matemáticas, en el que hemos
trabajado los últimos cuatro años. El propósito
es aportar elementos teóricos y metodológicos,
para resignificar la actividad matemática de
aprendizaje a partir de dos opciones teóricas: a)
concebir el aprendizaje de las Matemáticas como
un proceso de enculturación, cuyo propósito
central de la clase de matemáticas no es el
rigor matemático, sino el compartir y desarrollar
el significado matemático sobre la base de la
comunicación y la negociación cultural entre los
sujetos (Bishop, 2005, p. 22-23) y b) aprender
matemáticas es una construcción discursiva
sujeta a la necesidad de participar, socializar
e interactuar intersubjetivamente (Sfard, 2008),
que en Matemáticas se condiciona por la elección
de un mediador simbólico, dada la naturaleza
inexistente de los objetos matemáticos, estos
son los sistemas semióticos de representación
(D’Amore, 2005).
EL CURRICULUM POR COMPETENCIAS
DE LAS CARRERAS DE CIENCIAS DE LA
COMUNICACIÓN Y SOCIOLOGÍA DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS DE LA
UABC. UN ESTUDIO DE CASO, elaborado
por los docentes investigadores Prudencio
Rodríguez Díaz, Oscar Reyes Sánchez y
Arnoldo Lizarraga Aguilar, de la Facultad de
Ciencias Humanas de la UABC, México. El tipo
de investigación realizada implica un estudio
descriptivo que recoge información de manera
independiente o conjunta sobre los conceptos o
las variables que se indagan en el estudio. Hace
referencia al propósito de describir el desempeño
profesional de los egresados de las carreras
de Licenciado en Ciencias de la Comunicación
y Licenciado en Sociología, quienes a su vez
constituyen los sujetos de estudio. Para tal
efecto los empleadores fueron seleccionados a
través de un muestreo aleatorio, configurando
una muestra estratificada de 36 empleadores
de egresados de la carrera de ciencias de la
comunicación y 8 empleadores de la carrera de
sociología, sumando un total de 44 encuestas
aplicadas de 105 empleadores localizados. Ello
representa un 41% de la población total, según
datos proporcionados por la coordinación
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de prácticas profesionales de la Facultad de
Ciencias Humanas.
COMPETENCIAS CIUDADANAS: ¿UTOPÍA O
REALIDAD? Lorena Massiel Buitrago Moreno
de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia. Las Competencias Ciudadanas
se definen como una serie de habilidades,
conocimientos, actitudes y capacidades,
que permiten a las personas participar en la
sociedad, ejerciendo destrezas de ciudadanía,
lo que conlleva a respetar los derechos de los
demás y aceptar la diferencia. Se dividen en:
cognoscitivas, comunicativas, emocionales e
integradoras. Y se fundamentan en tres principios:
convivencia, interculturalidad y participación,
pero hay que tener en cuenta la responsabilidad
democrática. Esta propuesta pedagógica
pretende llevar a la escuela, un escenario donde
sea posible construir ciudadanía, a través de
los acuerdos y las normas establecidas en
consenso en bien de la sociedad.
DISEÑO CURRICULAR BASADO EN
COMPETENCIAS PARA LA CARRERA
DE IAES EN LA UACh: UNA PROPUESTA
Drte. Yschel Soto Espinoza, Profesora
CB1 En el CoBaEM 03, México. Ante
las exigencias globales de los mercados
laborales, los panoramas sociales y la
economía mundial el enfoque basado en
competencias se ha institucionalizado en
los diferentes niveles educativos en México,
por lo cual se convierte en el cimiento de la
reestructuración curricular de la carrera de
Ingeniero Agrónomo Especialista en Suelos
(IAES) en la Universidad Autónoma Chapingo
(UACh), misma que parte de la propuesta de
Sergio Tobón (2006). En esta primera fase de
la investigación se ha elaborado el Proyecto
Educativo con los respectivos atributos
que norma la UACh, para dar pauta a la
elaboración de los Programas Educativos
que en sus ejes sustantivos deberán tender
al sólido ejercicio axiológico (identidad,
arraigo y pertenencia) así como en una
óptima solución de problemas y actitudes de
liderazgo, proactivas y de autoregulación.
IMAGINARIO ESTUDIANTIL: HACIA EL VALOR
DE LA PREGUNTA: LA ELABORACIÓN
SIMBÓLICA DEL ESTUDIANTADO HACIA
UNA DE LAS ESTRATEGIAS MÁS ANTIGUAS
DE LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA. Del
investigador Miguel Antonio Vargas García
de la Universidad de Pamplona3. En este
artículo se pone de presente la importancia
de conocer el imaginario estudiantil, formado
alrededor de la pregunta como estrategia en
el proceso de enseñanza – aprendizaje. Los
principios socráticos vinculan la mayéutica
como herramienta reflexiva que adjudique a
los entes vinculados en el aula una ayuda para
llegar a la verdad. Sin embargo, Sócrates y la
mayéutica transforman una era donde el interés
por el conocimiento era evidente y místicamente
valorado. ¿Podríamos, como consecuencia de
los cambios generacionales, determinar que
la mayéutica es reconocida actualmente por el
estudiantado como una herramienta funcional?
EL MÉTODO CONTRASTIVO-FUNCIONAL
EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-
APRENDIZAJE DE LA GRAMÁTICA
ESPAÑOLA. Artículo de investigación de los
colegas Kenia María Velázquez Ávila y Ernan
Santiesteban Naranjo de la Universidad.
Artículo en el cual se realiza un análisis de la
categoría didáctica método, en el cual se refieren
algunas definiciones del referido concepto
desde diversas perspectivas y los rasgos que
lo determinan. Se propone un nuevo método
3 Fonoaudiólogo. Docente Universidad de Pamplona U.P.A. Pamplona- Colombia. Especialista Terapia Miofuncional – ISEP, Barcelona. (C)Especialista en Práctica Pedagógica Universitaria. (C) Doctor en Fonoaudiología.
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para el proceso de enseñanza- aprendizaje de
la gramática española: el contrastivo- funcional.
El mismo surge a partir de las valoraciones
realizadas al método discursivo-funcional.
LA ESTADÍSTICA COMO HERRAMIENTA
INVESTIGATIVA EN UN CONTEXTO
MULTICULTURAL. Docente investigadora
Josefa María Montilla de la Universidad de Los
Andes, Venezuela. La condición multiculturalista
de la sociedad estadounidense se convierte
en factor motivacional para el aprendizaje del
español, sin embargo las diferencias culturales
de los grupos hispanohablantes se convierte
en una barrera para este proceso, por cuanto
la actitud cultural y su consecuente elección de
elementos lingüísticos que la evidencian serian
diferentes entre los propios latinoamericanos,
y entre ellos y los españoles. En este contexto,
el presente artículo tiene como propósito
determinar el uso de la estadística como
herramienta investigativa para determinar el
conocimiento de estas diferencias, desde el
punto de vista comunicativo, funcional y con
propósitos específicos. Así mismo dentro de
los procedimientos estadísticos que permiten
detectar estas diferencias destaca la t de Student,
en el caso de analizar dos grupos y el análisis
de varianza, ANOVA, en el caso de considerar
tres o más grupos. Se plantean aspectos
relacionados al proceso latinoamericano en
los Estados Unidos; el español como lengua
multinacional y sus diferencias lingüísticas; la
educación intercultural y, bajo este contexto. la
investigación educativa que utiliza la estadística
como herramienta para evaluar diferencias
significativas en contextos multiculturales,
con la finalidad de representar esta realidad y
transformarla.
MODELO FÍSICO PEDAGÓGICO PARA
LA ENSEÑANZA DE LA PROYECCIÓN
ESTEREOGRÁFICA APLICADA A LAS
CIENCIAS DE LA TIERRA. Prof. Ludger O.
Suárez-Burgoa. Docente investigador de la
Universidad Nacional de Colombia. El presente
artículo describe los componentes importantes
de un modelo físico desarrollado para la
enseñanza de los fundamentos de la proyección
estereográfica, y cuenta la experiencia lograda
con el uso del mismo con un grupo de estudiantes
de postgrado. Se observó que el modelo físico
pedagógico para la enseñanza de la proyección
estereográfica optimiza posiblemente a un
máximo el aprendizaje de los estudiantes si éste
se usa como un complemento a la estructura de
enseñanza que se está practicando actualmente
en la enseñanza de los fundamentos de la
proyección estereográfica.
ANTE EL DESAMPARO, UNA OPCIÓN
EDUCATIVA HUMANISTA VIABLE4.
Lucía Coral Aguirre Muñoz del Instituto
de Investigación y Desarrollo Educativo
Universidad Autónoma de Baja California,
México. Obra reseñada: Gárate, A. y Ortega,
P. (2013). Educar desde la precariedad. La
otra educación posible. Mexicali: Centro de
Enseñanza Técnica y Superior, 220 p.p. En
esta obra los autores presentan un diálogo
que tiene lugar entre Veracruz, Murcia y Baja
California, lugares que sirven de escenario para
un intercambio filosófico y pedagógico sobre
un tema de la mayor importancia en México: la
educación en los lugares en donde los recursos
escasean, y permiten apenas la supervivencia.
El trabajo recoge testimonios de actores que
participan directamente en el proceso educativo:
niños, jóvenes, maestros y padres de familia,
directores de escuelas; los programas de
enseñanza-aprendizaje no se dejan de lado.
4 Aguirre, L. C. (2013). Ante el desamparo, una opción educativa humanista viable. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 15(2), 1-4. Recuperado de http://redie.uabc.mx/vol15no2/contenido-aguirrelc.html
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LA PEDAGOGÍA DE LA ALTERIDADCOMO PARADIGMA DE LA
EDUCACIÓN INTERCULTURAL
SEPTIEMBRE DE 2013
RESUMEN
El autor aborda en este trabajo los diferentes
enfoques que han orientado, hasta ahora,
la educación intercultural. Se analizan las
diferencias conceptuales entre multiculturalismo
e interculturalismo y su incidencia en las
prácticas educativas. Se critica el enfoque
“culturalista” en la educación intercultural, tan
presente en las últimas décadas, y se ofrece un
nuevo paradigma, la pedagogía de la alteridad,
sustentado en presupuestos éticos distintos a la
ética kantiana. La experiencia “del otro”, diferente
étnico o cultural, es contenido indispensable
de la educación intercultural. La educación
intercultural se resuelve en el reconocimiento y
acogida de la persona concreta del otro en toda
su realidad.
Palabras clave: educación intercultural,
diferente cultural, paradigma, ética, hospitalidad,
acogida.
PEDRO ORTEGA RUIZUniversidad de Murcia
Director científico de la Red Internacional de Pedagogía de la Alteridad
Miembro Comité Científico de Redipe
SUMMARY:
In this paper the writer deals with the different
approaches used to date in intercultural
education. The conceptual differences
between multiculturalism and interculturalism
are analysed along with their incidence on
educational practices. The “culturalist” approach
in intercultural education which has been
widespread in recent decades is criticized,
and a new paradigm, the pedagogy of alterity,
is offered based on ethical suppositions which
are distinct from Kantian ethics. The experience
of “the other”, ethnically or culturally distinct,
is an indispensable element of intercultural
education. Intercultural education is solved by
the recognition and reception of the specific
other in all his reality.
Key words: intercultural education, cultural
different, paradigm, ethics, reception, hospitality,
Introducción
La condición inevitable del ser humano de
ser habitante de una cultura, de una tradición
expresa mejor que ninguna otra figura la tensión
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a la que está sometido el discurso intercultural
que debe “dar cuenta” de la constitución de
su propio discurso, y al mismo tiempo estar
referido para siempre al discurso de los demás.
Esta tensión entre ser habitante de una cultura
y estar inevitablemente referido a los otros
condiciona el discurso intercultural y la misma
educación intercultural. Obliga al discurso en la
educación intercultural a abandonar el lenguaje
universal, porque el lenguaje es siempre el
lenguaje de alguien, atrapado por “su” tiempo
y por “su” espacio; es un lenguaje contextuado
que se produce en una cultura, en una tradición.
De ahí que la afirmación de que la educación
es contextual, situada, como el mismo ser
humano, resulte una simple tautología. No hay
una educación contextual y otra que no lo sea.
La diferencia estriba en que una toma más
en serio su contexto y otra no lo reconoce. En
este caso, se deja de educar para “hacer otra
cosa”. Postular que el discurso en educación
reconozca y acentúe su carácter contextual,
su enraizamiento en la vida humana supone
recordar algo que nunca se debería haber
olvidado, a la vez que un cambio importante no
sólo en el discurso, sino, además, en la práctica
educativa.
El discurso en educación está siempre
vinculado a un pensamiento ético y antropológico
que le da soporte. Se podría trazar un itinerario del
camino recorrido entre uno y otro, entre discurso
filosófico y educación. Ha sido, sin embargo, el
pensamiento idealista quien ha configurado, en
gran parte, el discurso y la praxis educativos,
promoviendo una práctica educativa a-histórica
y a-pática, alejada de la realidad del sujeto y
de su contexto. El miedo a la incertidumbre
y a la “peligrosa” subjetividad, el vértigo que
produce la inseguridad de la contingencia y la
ansiosa búsqueda de la verdad definitiva, han
condicionado una práctica educativa que nos
ha situado ante el hombre universal, sin tiempo
ni espacio. Esta huida de la realidad nos ha
impedido leerla, explicarla y reinterpretarla para
que “los otros” se hagan cargo de ella. Se ha
prestado más atención al qué se debía decir y
enseñar, y al cómo hacerlo. Pero se ha olvidado
que la educación, si es responder del otro, ha
de estar más atenta a la palabra que viene del
“otro” (el educando), y no tanto por anticiparse el
educador a decir “su” palabra. Es la vida de cada
educando, toda su realidad psicobiológica, pero
también toda su realidad socio-histórica, hecha
pregunta, la que debe entrar en la ocupación del
educador y convertirse en contenido educativo. Y
sólo cuando la “circunstancia”, el aquí y el ahora,
de cada educando se convierte en contenido
imprescindible de la acción educativa, se está
en condiciones de educar. Pocas cosas son tan
importantes hoy en la educación como tomarse
en serio la situación de la acción educativa. De
ella depende que el educador pueda encontrar
el espacio en el que sea posible establecer una
relación ética con el educando, hacerse cargo
de él; de ella depende que el educador pueda
entrar en todo aquello que es importante para
aquél, evitando así que la educación decaiga
en retórica; de ella depende que la experiencia
de vida, y no solo el discurso, juegue un papel
básico e indispensable en la acción educativa.
1. El modelo cognitivo en la educación
intercultural
La práctica de la educación multi e
intercultural, en el ámbito anglosajón, es un buen
ejemplo de la separación o fractura entre la vida
del educando y los contenidos de la educación.
Para gran parte de los educadores, la educación
multi e intercultural es sólo una reforma de los
programas de estudio consistente en rediseñar
sus contenidos de manera que incluyan estudios
sobre las minorías culturales y étnicas. Se trata
de ofrecer datos e información, en definitiva,
conocimientos sobre las diversas culturas y
grupos que podrían englobarse en el campo de
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las humanidades (Sleeter, 1987). Este modo de
entender la educación multi e intercultural, como
saber humanístico, goza hoy de gran estima.
Es un concepto filosófico que se construye
sobre los ideales de libertad, justicia, igualdad
y dignidad humana; y es un proceso educativo
que tiende a la construcción de un concepto
positivo de sí y a descubrir quiénes son los
educandos en su relación con los demás. La
historia, la cultura y la contribución de los demás
grupos culturales a la vida cultural y económica
de un país se considera contenido indispensable
de la educación multicultural. Es necesario
confrontar al educando con las cuestiones
que se debaten en la sociedad: las diferencias
étnicas y culturales, la marginación social de las
minorías, el racismo y la xenofobia, etc. Se trata,
por tanto, de fomentar en el alumno la capacidad
para comprender, debatir y ver cómo le afectan
estas cuestiones y adoptar una posición crítica
sobre las mismas que permita mejorar la
sociedad (Grant y Tate, 1995). Cuestiones como
“cultura”, “identidad”, “diversidad” y “racismo” se
convierten en temas centrales en este enfoque
((Arnáiz y Escarbajal, 2012), hasta el punto de
hacer incluso de la educación intercultural un
espacio propio de la Pedagogía de la Diversidad,
convirtiendo de este modo las “diferencias”
culturales, no al sujeto “diferente”, en el objeto
propio de la educación intercultural (Batanaz,
2007).
La orientación “culturalista” ha invadido
todo el discurso en el tratamiento pedagógico de
la diversidad cultural, incluso en enfoques, que
aunque conceptualmente tan distintos como
la educación multicultural e intercultural, en la
práctica han llegado a confundirse. Ambos han
incidido en un mismo objetivo: el conocimiento,
la comprensión y el respeto de la “cultura” del
otro, convirtiendo las costumbres, tradiciones,
valores, lengua, etc. en el contenido de la
acción educativa, dando por supuesto que el
“conocimiento” de las otras culturas llevaría
al aprendizaje de actitudes positivas hacia las
otras formas de vida de los diferentes étnicos
y culturales, a la acogida de la persona del
otro “diferente” (Bernabé, 2012). La diferencia
entre ambos enfoques es más conceptual y
terminológica que real y práctica. Difieren sólo
en el discurso, pero su praxis, hasta ahora, sigue
siendo la misma. Es cierto que el multiculturalismo
persigue, ante todo, el reconocimiento y respeto
de la identidad de cada grupo minoritario, la
vinculación al grupo original y la permanencia
de los símbolos y creencias de la comunidad de
origen, no tanto su integración en la sociedad
de acogida (Van Orden, 2006). De este modo, al
priorizar las culturas minoritarias originarias se
fomenta la separación entre grupos y se impide
la integración normal de los grupos minoritarios
en la cultura mayoritaria. El interculturalismo,
por el contrario, busca la integración de todos
los grupos culturales y étnicos en una sociedad
integrada. Integración que ha de hacerse en
una doble dirección: de los que vienen de
fuera, incorporando los valores democráticos
de la sociedad receptora; y de los que están,
apropiándose de aquellos valores que traen los
“recién llegados” y que enriquecen la vida de
la sociedad de acogida. Maalouf (1999, 56) lo
expresa con estas palabras: “Con ese espíritu
me gustaría decirles, primero a los “unos”:
cuanto más os impregnéis de la cultura del
país de acogida, tanto más podréis fecundarla
con la vuestra; y después a los “otros”: cuanto
más perciba un inmigrado que se respeta su
cultura de origen, más se abrirá a la cultura del
país receptor”. Unos y otros contribuyen, de
este modo, a la construcción de una sociedad
distinta, capaz de responder a las necesidades
y expectativas de los diferentes grupos que, de
hecho, la componen.
Cabría pensar que enfoques teóricos
distintos darían lugar a prácticas o políticas
educativas también distintas. La realidad, sin
embargo, desmiente este supuesto. Los intentos
por hacer una educación intercultural han
derivado realmente en políticas multiculturales
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que han dado lugar a una sobrevaloración de las
variables culturales, limitación de la autonomía
personal en favor del grupo de origen,
limitación de la movilidad y el progreso social,
desconocimiento del carácter pluricultural de
los grupos y acentuación de las actitudes de
enclaustramiento y rechazo de las valores de los
otros grupos culturales (Van Orden, 2006).
Documentos de los Organismos
Internacionales (UNESCO, 2006) subrayan la
necesidad de la educación intercultural para
construir una sociedad en la que convivan
juntas las personas de diferentes culturas, más
allá de la pasiva coexistencia. Y establecen los
principios básicos de la misma:
1 La educación intercultural
respeta la identidad cultural del
alumno a través de la oferta de
una educación cultural apropiada,
responsable y de calidad para todos.
2 La educación intercultural
proporciona a los alumnos el
conocimiento cultural, las actitudes
y las destrezas necesarias para la
consecución de una participación
activa y completa en la sociedad.
3 La educación intercultural
proporciona a todos los alumnos el
conocimiento cultural, las actitudes
y destrezas que les capaciten para
contribuir al respeto, entendimiento y
solidaridad entre todos los individuos,
grupos y naciones étnica, social,
cultural y religiosamente diferentes.
En los mismos términos se expresa el
Consejo de Europa en su Declaración sobre
la Educación Intercultural en el nuevo contexto
europeo (2003), subrayando la necesidad
de que sea la sociedad, y no sólo la escuela,
quien asuma la responsabilidad de afrontar
los retos de la diversidad cultural. Las últimas
tendencias, tanto en el multiculturalismo como
en el interculturalismo, resaltan también la
necesidad de potenciar la integración social
de los individuos desde el reconocimiento de
la igual dignidad de toda persona y el rechazo
a toda forma de racismo y xenofobia (Parekh,
2005). El Consejo de Europa parece inclinarse
por la superación de la concepción “culturalista”
de la educación intercultural, presente, hasta
ahora, de un modo abrumador en la literatura
anglosajona. Subraya el Consejo que deberían
adoptarse métodos de educación intercultural
y de enseñanza intercultural que lleven a
todos los alumnos al concepto del “otro”, que
los capaciten para aceptar al otro/a en su
particular identidad y entender la universalidad
de los valores humanos. Sostiene, así mismo,
el Consejo que la idea de una antítesis entre la
“cultura de acogida” y la “cultura del emigrante”
debe abandonarse en favor de una concepción
más amplia de la diversidad cultural y de las
sociedades abiertas contemporáneas, resultado
de muchos factores, de los cuales la migración
es uno de ellos. El reconocimiento de un
individuo como miembro de una determinada
comunidad no significa que el/la mismo/a se
identifique con esa comunidad. Se advierte una
tendencia a superar una visión folclórica de los
contenidos de la educación intercultural, limitada
al conocimiento de las costumbres, modos de
vida, ritos, música, danzas, etc. de los grupos
minoritarios, resaltando la necesidad del respeto
a las otras formas culurales, la necesidad de la
convivencia entre culturas, pero aún muy lejos
de situar a la educación intercultural en el marco
de la educación ético-moral que demanda
el re-conocimiento del otro por lo que es,
independientemente de la forma cultural en la
que éste se exprese.
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2. Crítica al modelo cognitivo en la educación
intercultural
No hay un lenguaje y un discurso que sean
neutrales o inocentes, tampoco en educación.
“Las terminologías son cualquier cosa menos
inocentes; sugieren una determinada visión”
(Habermas, 1999, 107). Lenguaje y discurso
presuponen “algo” y llevan a “algún sitio”, se
traducen en unas determinadas propuestas
educativas. En cada una de ellas subyace una
antropología y una ética que se plasman en una
manera concreta de actuar y de responder a
los retos actuales del ser humano. Son éstos,
en su enorme complejidad, los que encuentran
diversos enfoques y acentos en función de
la óptica moral con que son abordados. La
educación intercultural no es ajena a esta
necesaria “circunstancia”. El enfoque idealista,
centrado en el conocimiento de las diversas
culturas de los grupos minoritarios, sigue estando
presente en todas las páginas de la bibliografía
sobre la educación intercultural (Schmidtke,
2007). Con ello se olvida que el objetivo de una
sociedad integrada pasa no sólo por “conocer”
las singularidades culturales de los grupos que
la componen, sino, además, por re-conocer,
aceptar y acoger a la persona misma del diferente
con toda su realidad socio-histórica. Se pasa por
alto que el ser humano que “piensa” es también
un ser que vive y expresa unos sentimientos;
que los sentimientos es el “lugar” en que se
vive, “los estratos básicos y más íntimos de la
vida, desde los cuales se llega a los demás”
(Marías, 1993, 26). Nuestras ideas de identidad
cultural, de igualdad y libertad se han sostenido
sobre argumentos sentimentales. “Nuestros
conceptos democráticos y las imágenes que
guían nuestra ciudadanía quedan cojos cuando
se intentan reconstruir en una historia que olvida
sus débitos sentimentales” (Seoane, 2004, 103).
Una moral a-pática, indolora nos ha impedido
tomar en serio la condición histórica del ser
humano, impensable fuera del “aquí y del ahora”.
Ello explica que la educación intercultural haya
acentuado tanto la comprensión intelectual
de las diferencias culturales, olvidando la
aceptación y acogida de la persona concreta
del diferente cultural (Ortega y Romero, 2010).
Preguntas como: ¿por qué los emigrantes dejan
su tierra, su pueblo, su familia, sus raíces?, no
tienen cabida en una pedagogía que sólo se
pregunta por la cultura e identidad cultral, y hace
del diálogo sobre culturas su objetivo básico
(Arnáiz y Escarbajal, 2012). Ignorar los cambios
que produce la migración en la persona del
inmigrante: inestabilidad y vulnerabilidad, ruptura
con la sociedad de procedencia y la introducción
en un nuevo contexto social y cultural,
pérdida de validez de muchas concepciones
valorativas, normas de conducta y modelos de
comportamiento hasta ese momento asumidas
con naturalidad, etc., todo ello conduce a una
situación en la que cualquier acción educativa
inevitablemente se ve condenada al fracaso.
Son cambios tan profundos “que se pueden
comparar metafóricamente con la acción de
arrancar de raíz y plantar en otro lugar” (Zamora,
2003, 204). Obviar esta realidad convierte a la
educación intercultural en una tarea inútil; sin
descubrir la historia de desarraigo que hay
detrás de cada persona emigrante, sin tener
en cuenta la nueva situación de excluidos en la
que viven muchos de ellos, se hace imposible
la integración y la acogida del “otro”, se hace
imposible la educación.
El modelo cognitivo en la educación
intercultural no ha sido capaz de asumir la
realidad socio-histórica del inmigrante; ha
dejado de lado su función crítica de la situación
de violencia y dominio a la que se ven obligados
a vivir. Y “una pedagogía que no reflexione
autocríticamente sobre su lugar y función en la
reproducción de dichas estructuras (sociales),
que no perciba cómo la organización social
genera y mantiene la heteronomía, también
a través de las instituciones pedagógicas
llamadas a combatirla, no hará sino contribuir a
la perpetuación de la barbarie” (Zamora, 2009,
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45). Los trágicos acontecimientos del pasado
siglo nos han enseñado hasta qué punto la
educación ejerció una función legitimadora
de la dominación y contribuyó a la reducción
de los individuos a categorías económicas;
hasta qué punto la formación humanística y
el conocimiento de las otras culturas fueron
barreras demasiado frágiles para detener la
barbarie (Steiner, 1998). Los estremecedores
relatos de los que sobrevivieron a la experiencia
del “mal radical” (Levi, 1987) demuestran el nivel
de deshumanización de que se es capaz de
alcanzar hasta convertir al ser humano en un ser
superfluo, prescindible, cuya identidad personal
es destruida y su simple existencia ignorada.
“En un cierto sentido arrebataron al individuo
su propia muerte, demostrando por ello que
nada le pertenecía y que él no pertenecía a
nadie” (Arendt, 1999, 549). Auschwitz demostró
irrefutablemente el fracaso de la cultura, de la
razón ilustrada, de nuestra “civilización”. Los
que se deleitaban con la literatura, la música y el
arte de los autores judíos no tuvieron reparo en
mirar hacia otra parte, adoptando una posición
de “tristeza objetiva” o de relativismo histórico.
Eran hombres y mujeres de letras, cultivados
en el espíritu de la Ilustración, aquellos de
los que se suponía hacían de la sabiduría,
virtud (Steiner, 2001). Todos sucumbieron, sin
resistencia, al pensamiento único derivado del
Poder. Y “cuanto más aumentaba el número de
los fuera de la ley (judíos), mayor se tornaba
la tentación de conceder menos atención a los
hechos de los Gobiernos perseguidores que al
status de los perseguidos” (Arendt, 1999, 373).
La razón ilustrada, tan presente en el discurso
pedagógico, no ha sido una fuerza liberadora.
Por el contrario, ha sido históricamente totalitaria.
La historia sangrienta del pasado siglo convierte
en tragicómico el cuidado de sí y en ilusoria la
pretensión del animal rationale de instaurar un
orden moral en el mundo (Levinas, 1993).
La posible emancipación de los excluidos
sólo se hace accesible bajo una perspectiva de
crítica ideológica a través del análisis de las
contradicciones con las que uno se encuentra,
denunciando la falsedad de promesas históricas
nunca cumplidas. La situación de dominación,
que ya denunciara la Escuela de Frankfurt
(Horkheimer y Adorno, 1994), no es una cuestión
que pertenezca sólo al pasado y a otra parte
del mundo, ni tampoco algo de lo que pueda
atribuirse, antes como ahora, a personas incultas
o ignorantes; forma parte, por el contrario, de
nuestro escenario socio-político actual. El cultivo
de la razón no ha ayudado a hacer frente a la
cultura del silencio que imponen las ideologías
totalitarias a aquellas propuestas socio-políticas
que no se identifican con sus postulados. Esta
es una forma incruenta y eficaz de excluir al otro,
y constituye otro intento de fabricar individuos
“reducidos a una identidad nunca cambiante de
reacciones” (Arendt, 1999, 533); es otra forma de
negar su condición de ciudadano. Este sistema
político totalitario es “productor de exclusión ya
que se ha construido sobre un dentro y un fuera,
y ha establecido unos límites para reconocer
a los propios y a los ajenos. A los nuestros,
les atribuimos la normalidad (piensa como
nosotros), la confianza (es de los nuestros); a
los otros, se les atribuye la extrañeza y tienen
que demostrar que son objeto de confianza”
(García Roca, 2012, 24). También ahora, en
nuestro escenario socio-político, la “cultura” y la
“civilización”, el valor de la dignidad de la persona
han sido barreras demasiado frágiles para
detener “nuestra” barbarie. Se están cumpliendo,
en los comienzos del siglo XXI, las palabras
proféticas de Jean Amèry: “Todos los presagios
identificables indican que el tiempo natural
rechazará las exigencias morales de nuestro
resentimiento y finalmente las hará desaparecer...
Nosotros, las víctimas, apareceremos como los
verdaderamente incorregibles e irreconciliables,
como los reaccionarios, en el sentido estricto
de la palabra, opuestos a la historia, y el hecho
de que algunos de nosotros sobreviviéramos se
presentará por último como una avería” (Kertész,
1999, 76-77). La acusación que en su día hiciera
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Adorno (2005, 333) a sus contemporáneos
cobra ahora, entre nosotros, dolorosa actualidad
(2005, 333): “Hombres de reflexión y artistas han
dejado en no pocas ocasiones constancia de
una sensación de no estar del todo presentes,
de no participar en el juego; como si no fueran
en absoluto ellos mismos, sino una especie de
espectadores”. El nacionalismo totalitario ha
construido una extrañeza social de los diferentes
por razón de la lengua y de la cultura, cuando
“la extrañeza no es la propiedad natural de una
persona o grupo, tampoco una relación objetiva
entre personas o grupos, sino una definición
de la relación sustentada en una atribución
que podía haber sido distinta” (Zamora, 2003,
223). Antes, como ahora, nos refugiamos en un
análisis autocomplaciente de nuestra realidad
socio-política que nos impide criticar la falsa
apariencia de una sociedad que dice pomover
la integración de todos los sujetos desde
condiciones de igualdad. Se han ensayado
todos los argumentos posibles para argumentar
o justificar la exclusión del diferente, el extraño
que viene de “fuera”: “Históricamente se han
ensayado todos los criterios para establecer
los límites de la comunidad y confrontarlo
con lo extraño. No todos los hombres estaban
en condiciones de llegar a ser humanos. Se
ensayaron los criterios territoriales por los
cuales el nosotros está constituido por aquellos
que habitan un mismo lugar físico. Se ensayaron
los criterios étnicos cuya divisoria se atribuye
a las características naturales y propiedades
étnicas (los nuestros son los que se parecen en
el aspecto). Se ensayaron los criterios religiosos
cuya vinculación era producida por las creencias,
o los criterios culturales cuya comunidad
comparte la lengua, la historia o las costumbres.
Ante el agotamiento de los criterios étnicos,
culturales y religiosos para definir la pertenencia
a la sociedad, la modernidad ha creado criterios
políticos a través de la constitución de la
ciudadanía, que se acredita por documentos de
identidad nacional para establecer el nosotros
frente a los otros” (García Roca, 2012, 24).
La pedagogía cognitiva, de raíz
kantiana, no ha sabido o no ha podido hacer
frente a un solapado racismo cultural que se
traduce en un rechazo al diferente desde la
defensa de la propia identidad cultural. El miedo
a que “los otros” diluyan nuestra identidad,
el peligro percibido de que nuestra sociedad
se convierta en una amalgama sin referentes
seguros, está en la base del rechazo hacia “los
extraños”, hacia los que “vienen de fuera” o no
hablan nuestra lengua (Ortega, 2007). Y este
enclaustramiento en la propia identidad, en
la idea de sí, ha llevado a los individuos a ser
esclavos de sí mismos y actores necesarios en la
dominación de los otros. “Los sujetos son libres,
según el modelo kantiano, en la medida en que
son conscientes de sí mismos, idénticos a sí;
y en tal identidad, de nuevo también no-libres
en la medida en que se someten a la coacción
de ésta y la perpetúan” (Adorno, 2005, 274). El
proceso de subjetivación de la razón ilustrada
ha conducido a una progresiva formalización
de la misma que la vacía de contenido y la
reduce a una mera razón de los medios, a un
instrumento al servicio de la lógica del dominio
y la autoconservación. Esto ha conducido, de
un lado, a la instrumentalización del lenguaje
por la que las ideas son consideradas como
máquinas en el aparato productivo de la
sociedad de consumo, reducidas a la condición
de un instrumento más entre otros; de otro, al
vaciamiento de los ideales de la modernidad
y al debilitamiento de la esfera política y su
instrumentalización en función de los intereses
de las élites del poder (Horkheimer, 2002). Leer
de nuevo a Horkheimer y Adorno es encontrar,
muchos años después, argumentos válidos para
una denuncia y una crítica a la dominación que
se ejerce sobre individuos atomizados, excluidos
de la sociedad homogénea y compacta que
inútilmente, desde la ensoñación identitaria
de los nacionalismos excluyentes, se intenta
construir.
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Los ideales de la Ilustración están
muy presentes, todavía, en el discurso y en la
praxis pedagógicos. La resistencia a afrontar la
existencia real de los seres humanos, pensando
la felicidad, la razón y la moral por encima o al
margen de la historia concreta de los individuos,
ha dado lugar a un discurso pedagógico sin
tiempo ni espacio, a una pedagogía a-pática,
indolora. “Ni el conocimiento del bien, ni la “buena
voluntad”, como sostiene la moral kantiana,
son suficientes para una conducta moral, sino
la experiencia del mal, del sufrimiento del
otro; el rostro y la vulnerabilidad del “huérfano
y de la viuda” que demandan una respuesta
moral, es decir, responsable” (Ortega, 2006,
512). La moral formal kantiana que impregna
a la pedagogía cognitiva nos pone ante un
ser humano abstracto, ideal, sin entorno y sin
historia, sin presente ni pasado. Desplaza
nuestra responsabilidad moral al “reino de los
cielos”, a un teatro metafísico (Mèlich, 2010),
no al “reino de la tierra” donde cada ser humano
debe resolver sus problemas. Si la respuesta al
“extranjero”, inmigrante o diferente cultural ha de
ser ética (responsable) y no sólo política, la ética
formal es incapaz de plantearse las situaciones
concretas del ser humano que vive, también, en
situaciones concretas. Se sitúa en una situación
“ideal” de diálogo simétrico que hace abstracción
de las condiciones asimétricas reales en las
que se producen las relaciones del extranjero,
inmigrante o diferente cultural con la sociedad
receptora. Una pedagogía de la alteridad, como
discurso y práctica de la educación intercultural,
tiene en cuenta la singularidad de cada individuo
inseparable de su situación. Se aleja del mundo
ideal en el que está instalado el discurso ético-
moral en educación.“Frente a la metafísica que
anda obsesionada con lo universal, una ética de
la compasión... será una ética de singulares...
de seres de carne y hueso, que nacen, sufren y
mueren, sobre todo mueren, de singulares que
poseen nombres y apellidos, que son únicos e
irrepetibles” (Mèlich, 2010, 80).
Obviamente, no cuestiono la presencia
de la razón en la ética y en la moral, ni abogo
por un sentimiento a-rracional que esté en la
raíz de la respuesta ética-moral; sí cuestiono,
sin embargo, la pretensión de identificar
razón y moral, los intentos de mistificación del
impulso moral, de transfigurarlo mediante su
fundamentación racional en cuanto ocultan su
raíz en la historia concreta de los hombres, e
impiden que se manifieste como lo que es:
el impulso de resistencia contra la injusticia
para que ésta no tenga la última palabra
(Horkheimer, 2000). Critico el discurso moral
“idealista” en el que está instalado, todavía, el
modelo cognitivo en la educación intercultural,
porque “la moralidad no es el resultado ciego
de emociones irracionales, pero tampoco un
conjunto frío de principios racionales” (Bernal,
2003, 147); ni la convivencia de valores y estilos
diversos de vida, que propugna la educación
intercultural, es el resultado del conocimiento
de las tradiciones, usos y costumbres, lengua y
religión, es decir, del conocimiento de la cultura
de los “otros”, porque éste, de por sí, no mejora
necesariamente la comprensión del otro, ni
la relación con los demás (Touriñán, 2006). El
discurso moral idealista lejos de ofrecer una
base para la construcción de una sociedad
justa, está, por el contrario, cumpliendo una
función legitimadora de una sociedad que no
persigue la verdad sino el interés, que no le
preocupa descubrir la diferencia y la pluralidad
del mundo real, sino tan sólo que el mundo
se pliegue ante el despliegue de la razón
siempre idéntica a sí misma. La superación
del mal instalado en la sociedad que afecta a
tantos seres humanos no tolera planteamientos
“racionales”, ni discursos sobre el conocimiento
del bien y del mal. Justificar el rechazo a la
exclusión, a la expulsión de la vida pública y a
la explotación de personas con argumentos de
la razón constituye un sarcasmo, una burla para
todos aquellos a quienes se les ha negado la
justicia. “La moralidad es, ni puede ni necesita
dar razones, ni tampoco probar sus derechos.
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La pregunta “¿por qué debería ser moral?” es
el fin, no el principio de la moralidad” (Bauman y
Kester, 2002, 80). No es la resistencia y rebelión
contra el mal, no es el sentimiento moral, sino
más bien la realidad inmoral, la injusticia social
la que necesita una fundamentación racional
(Horkheimer, 1999).
3. La pedagogía de la alteridad como
paradigma en la educación intercultural
Decir “educar” es ya pronunciar
implícitamente el nombre del “otro”. No hay
educación sin un “yo” y un “tú”, sin una relación
de alteridad. Pero la relación con el otro puede
ser de dominio-imposición, de indiferencia, o de
respeto y reconocimiento del otro. En educación
sólo cabe hablar de una relación ética entre
educador y educando, y ésta se traduce en el
re-conocimiento del otro, en la acogida del otro.
La educación como proceso no se inicia con una
pregunta ¿qué tengo que enseñar?, como podría
hacer la pedagogía cognitiva, en un ejercicio
que se desvincula de la inevitable pregunta que
viene del otro, sino cómo debo responder a éste
y a ésta, a aquel y a aquella en concreto y en su
situación concreta. La educación como proceso
no se inicia en el educador movido por su
voluntad de ayudar al alumno en su formación
personal; tampoco empieza por el imperativo del
cumplimiento del deber profesional. Es más bien
una respuesta a la llamada del otro, a la iniciativa
del otro, a una exigencia de responsabilidad de
la que no me puedo desprender, anterior a toda
buena voluntad o deontología profesional. El
“otro” (educando) es una exigencia primera que
se impone desde sí, desde su autoridad, es “una
solicitud que me toca desde su miseria y desde su
Grandeza” (Levinas, 1977, 213), y es la respuesta
ética a este mandato inapelable del “otro” la
que convierte a la relación entre educador y
educando en una relación de naturaleza singular,
en una relación educativa. “Por ello, cuando
hablamos de educación estamos evocando
un acontecimiento, una experiencia singular
e irrepetible en la que la ética se nos muestra
como un genuino acontecimiento, en el que de
forma predominante se nos da la oportunidad
de asistir al encuentro con el otro, al nacimiento
(alumbramiento) de algo nuevo que no soy yo”
(Ortega, 2004, 12). La pedagogía cognitiva,
enraizada en la ética formal, no contempla al
otro como singular, concreto e irrepetible. Es
más bien un “universal” abstracto con el que
no es posible establecer una relación ética
(responsable), porque escapa de toda situación
concreta en la que se pueda responder al otro
que “nos sale al encuentro”. “Parece como si la
ética hubiera olvidado que los seres humanos no
somos puros sujetos cognoscentes, una “alada
cabeza de ángel sin cuerpo”. No hay posibilidad
alguna de “lo humano” (y, por tanto, también
de lo inhumano) al margen de las relaciones,
de los condicionantes, de las raíces que cada
uno tiene con el mundo, con su mundo” (Mèlich,
2010, 105-106).
La pedagogía de la alteridad hace
de la situación del educando el espacio de su
relación ética con el educador; contempla a un
sujeto histórico, situado porque fuera de esta
condición de “situacionalidad” el ser humano
es ininteligible e irrealizable. Y concibe la ética
como una respuesta compasiva al otro en su
situación concreta, porque ésta es la única
forma de existencia del ser humano. Por ello,
la pedagogía de la alteridad no se reclama
deudora de los grandes principios, ni se atiene
a esquemas prefijados en su actuación, ni opera
con vistas a la consecución de unos objetivos
previstos. Es más bien una pedagogía de la
precariedad y de la contingencia. Todo en ella
está atravesado por aquello que define al ser
humano: su ineludible corporeidad, y por ello,
frágil, finito, vulnerable. Esta experiencia en la
que el hombre se encuentra a sí mismo en toda
su finitud es la condición necesaria para la ética
de la compasión; es también la condición para la
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pedagogía de la alteridad.
La pedagogía de la alteridad es una
pedagogía de los afectos, de los sentimientos,
aunque no de la irracionalidad. Nace de la
experiencia de las relaciones interpersonales no
inmunes al tiempo y a la improvisación. Y si las
respuestas éticas a la llamada del otro no están
programadas de antemano, la acogida al otro
en una situación educativa, tampoco. En vano,
desde la pedagogía de la alteridad, se pueden
invocar principios de actuación que resuelvan “a
priori” las situaciones a las que el ser humano
se puede enfrentar en su vida cotidiana. Es una
pedagogía que responde al carácter nómada del
ser humano, ligero de equipaje y nunca sujeto
a un territorio. La pedagogía de la alteridad
se mueve en el ámbito de la experiencia; la
pedagogía cognitiva, por el contrario, en el
ámbito de la lógica y del discurso. Ésta tiene en
la “explicación” y el aprendizaje de saberes y
competencias su quehacer básico; aquélla, más
que “explicar”, muestra. El aprendizaje de saberes
y competencias es una acción que puede ser,
en alguna medida, planificada y evaluada, ser
sometida a normas. Es decir, puede estar regida
por la tecne. Es lo que llamamos “instrucción o
enseñanza”. La educación ético-moral se resiste
a todo control, responde a situaciones que no
pueden ser definidas previamente por contener
un amplio grado de incertidumbre. Es la acción
que podríamos decir que entra en el ámbito de
la praxis (Reyero, 2009). Ambas son acciones
(tecne y praxis) distintas, no contrapuestas.
La pedagogía de la alteridad es una
pedagogía mostrativa (del testimonio), no
técnica, ni planificada, porque el encuentro con
el otro, al ser un acontecimiento ético, singular
y único, se da sin previo aviso. En la pedagogía
de la alteridad todo es provisional, nada está
establecido de antemano, porque tampoco lo
está la situación ética en la que debo responder
del otro. Es una pedagogía de y para nómadas
que se hace en cada respuesta a la situación
concreta, histórica de cada educando, porque “la
ética se inscribe en la fractura entre el “mundo”
y la “vida”, entre “lo-que-heredamos” y “lo-que-
deseamos”, en las situaciones imprevisibles
e improgramables- y éstas no están jamás del
todo establecidas-, nunca podremos saber a
priori... qué es la ética, cómo hay que actuar
éticamente, cuál es la respuesta adecuada”
(Mèlich, 2010, 45).
1.1 La ética levinasiana como soporte
de la pedagogía de la alteridad
Si toda pedagogía se sostiene en unos
presupuestos éticos y antropológicos, la
pedagogía de la alteridad es deudora, en
gran parte, de la ética levinasiana. Desde la
ética levinasiana, la interculturalidad debe
ser entendida como la exigencia moral de
un espacio humanizado en el que hombres
y mujeres venidos de “todas partes” puedan
llevar a cabo su manera de ser propia en
compañía de otros (González R. Arnáiz, 2002).
No ponemos el acento, por tanto, en la variable
“cultura”, sino en el sujeto que la sustenta,
porque no dialogan las culturas sino los sujetos
hablantes. Desde Levinas, la interculturalidad,
como espacio moral, no se justifica acudiendo
a principios abstractos o metafísicos; no es la
respuesta a unos principios formales, como
sostiene la ética kantiana, sino la respuesta
compasiva al dolor del otro. Es una ética que “se
configura como la respuesta a la experiencia
del mal, del sufrimiento, una respuesta a una
interpelación imposible de prever y de planificar,
a una demanda que irrumpe de forma radical,
que llega sin avisar y que rompe todos nuestros
planes y todas nuestras expectativas, todas
nuestras normas y todos nuestros códigos”
(Mèlich, 2010, 228). Quizás la figura que mejor
represente la interculturalidad, si se la quiere
librar de una idealidad sin referencia, sea la
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figura del “extranjero”, el hombre que viene a
otro mundo que no es el suyo, el hombre con
rostro y al que se le puede mirar a la cara. Para
Levinas, el modo propio de ser del hombre es
ser con el otro (mit sein), que no se explica
desde sí y en sí, sino desde el otro. Esta
relación cara-a-cara no sólo le constituye como
sujeto moral, sino que este “paso” previo por el
otro es condición determinante de su mismo
ser de hombre. El ser humano es un “extraño”,
un “extranjero” para los otros y para sí mismo.
Y este “extrañamiento” radical, constitutivo
del hombre, constituye la clave para entender
la interculturalidad como espacio moral y el
soporte básico, también, para una educación
intercultural. La in-condición de “extranjero”,
de ser ex-puesto a los demás, como modo de
ser de nuestra condición humana, nos aboca
al respeto y al reconocimiento de la dignidad
del otro, y nos previene de toda tentación de
dominio y violencia. Esta radical heteronomía
hace del respeto hacia el otro no sólo una
exigencia moral, sino el reconocimiento de una
deuda a la espera de ser saldada, la conciencia
de una dependencia del otro. “Los hombres
se buscan en su incondición de extranjeros.
Nadie está en su casa. El recuerdo de esta
servidumbre reúne a la humanidad. La diferencia
que se abre entre el yo y el sí mismo, la no-
coincidencia de lo idéntico, es una profunda
no-indiferencia con respecto a los hombres. El
hombre libre está consagrado al prójimo; nadie
puede salvarse sin los otros” (Levinas, 1993,
93). En Levinas, la estructura antropológica del
hombre está quebrada por la presencia ética
del otro. La pregunta “¿por qué me concierne
el otro?” no tiene sentido “si se ha supuesto ya
que el yo sólo tiene cuidado de sí, sólo si es
cuidado de sí. En efecto, en tal hipótesis resulta
incomprensible el absoluto fuera-de-Mí, el Otro
que me concierne” (Levinas, 1987,187). En esta
estructura antropológica del ser humano, como
ser abierto al otro y radicalmente afectado por
el otro y dependiente del otro, se fundamenta la
interculturalidad como espacio moral (González
R. Arnáiz, 2002) y la educación intercultural.
Fuera de esta estructura de radical alteridad
sólo hay propiedad del yo, del sí mismo; sólo
hay autoposesión como forma suprema de
individualismo.
La ética levinasiana, a diferencia de
las éticas formales, nace de la experiencia del
rostro del otro. Es simplemente la presencia
inmediata del otro, su capacidad expresiva, la
que estructura éticamente al yo, la que lo des-
centra y lo saca de su in-diferencia; es una ética
que no se basa en una relación entre iguales;
reconoce, por el contrario, la primacía del
otro; es una ética asimétrica. “La relación ética
que sostiene el discurso no es, en efecto, una
variedad de la conciencia cuyo radio parte del
yo. Cuestiona el yo. Este cuestionamiento parte
del otro... La idea de lo infinito sobrepasa mis
poderes. No viene de nuestro fondo a priori y, por
ello es la experiencia por excelencia” (Levinas,
1977, 209). Es el rostro del otro, del “huérfano y
de la viuda”, en expresión de Levinas, quien me
ordena responder de él, en un ejercicio en el que
mi conciencia pierde su primacía. “Despojado de
su forma misma, el rostro está transido en su
desnudez; es una miseria. La desnudez del rostro
es privación y en este sentido súplica dirigida
a mí directamente. Ahora bien, esta súplica es
una exigencia. La humildad se une a la altura”
(Levinas, 1993, 46). La significación del rostro en
Levinas es esencialmente ética; es resistencia a
la aprehensión del rostro, a la reducción del otro
en el yo. Esta resistencia define éticamente no
sólo al otro, sino también al yo. En Levinas, los
términos “miseria”, “pobreza” y “hambre” que
podrían, en otros contextos, estar referidos a la
corporalidad del ser humano, aquí sólo quieren
concentrar toda la significación a través de la
cual la presencia del otro se impone éticamente.
Es decir, la miseria, la pobreza y el hambre del
otro, no sólo invocan al yo, sino que también lo
interrogan y exigen una respuesta” (Navarro,
2008).
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La ética levinasiana no comienza con
una pregunta, ¿qué debo hacer?, sino con
una respuesta, no sólo al otro, sino del otro;
no tiene un origen en la autonomía del sujeto
moral, sino en la desnudez y vulnerabilidad del
rostro del otro que me ordena: “No matarás”. “El
“No matarás” es la primera palabra del rostro.
Ahora bien, es una orden. Hay en la aparición
del rostro un mandamiento, como si un amo me
hablase. Sin embargo, al mismo tiempo, el rostro
del otro está desprotegido: es el pobre por el que
yo puedo todo y a quien todo debo” (Levinas,
1991, 83). El rostro en Levinas es expresión o
capacidad de presentación por sí mismo, sin
intermediarios, cara a cara. “Lo que llamamos
rostro es precisamente esa presentación
excepcional, presentación de sí por sí mismo,
sin medida común con la presentación de
realidades simplemente dadas” (Levinas,
1977, 216); e inaugura una nueva manera de
entender la ética y un nuevo modo de entender
al hombre; inaugura una nueva ética y una
nueva antropología. A diferencia de las éticas
formales que tienen como eje la autonomía del
sujeto humano, la ética de la alteridad no parte
de un sujeto autosuficiente y autónomo. Por el
contrario, pone el acento en la interrelación,
y de esta manera genera un nuevo sentido
y una nueva lógica que no es ni excluyente ni
dominadora; es decir, no está contaminada por
la razón de un sujeto que se yergue poderoso y
amenazador (Navarro, 2008). La no-indiferencia
y la responsabilidad para con el otro constituye la
estructura radical del hombre; es el alfa y omega
de todo el sentido de nuestra relación con los
demás, pues todos somos extranjeros, venidos
a un mundo que no nos pertenece (González
R. Arnáiz, 2002). Quizás sea la “parábola del
buen samaritano” (Lc. 10, 30-38) la mejor
explicación narrativa de la ética levinasiana,
de la no-indiferencia y responsabilidad hacia
el otro. En el relato de Lucas no es decisivo el
deber moral, “sino la respuesta ética, porque
los tres caminantes poseen moral, parten de un
“espacio moral”, pero sólo uno, el samaritano,
da respuesta a la interpelación del otro, y, lo que
es más importante, la da en contra de su moral...
Si el samaritano hubiera actuado por deber,
si hubiera respetado la ley, nunca se habría
detenido a ayudar al hombre herido” (Mèlich,
2010, 230). La ética levinasiana es, por tanto,
an-árquica, radicalmente heterónoma (Levinas,
1991), no se atiene a principios, al igual que la
ética del buen samaritano.
La ética en Levinas es una relación
compasiva y nace del encuentro con el otro.
En este acontecimiento antropológico no sale
a nuestro encuentro la “naturaleza humana”
del otro, ni su cultura o identidad. Ni siquiera la
idea de dignidad del hombre, sino la realidad
concreta, histórica del otro, la vulnerabilidad
del pobre. La eticidad (responsabilidad) no
se resuelve en el mundo de los universales
abstractos, sino en la comunidad de los hombres
concretos. Y esta responsabilidad, nacida de la
experiencia del otro, es una pesada carga de la
que el ser humano no se puede desprender, no
ha lugar a la elección. “Previo a la conciencia y a
la elección, antes de que la criatura se reúna en
presente y representación, para convertirse en
esencia, el hombre está referido al hombre. Está
cosido de responsabilidades. A través de ellas,
desgarra la esencia... Extranjero para sí mismo,
obsesionado por los otros, in-quieto, el Yo (moi)
es rehén, rehén en su misma recurrencia de un
yo que no cesa de fallarse a sí mismo” (Levinas,
1993, 94).
Desde la pedagogía de la alteridad,
la educación intercultural parte de la situación
de exclusión y sufrimiento que acompaña al
“extranjero”, inmigrante o diferente cultural en la
sociedad receptora; no se limita al “conocimiento”
de las diferencias culturales en la pretensión de
tener un conocimiento adecuado del diferente
cultural para, a partir de este conocimiento,
implementar unas estrategias pedagógicas
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que permitan la integración del diferente en la
sociedad de acogida. Supone, además, hacerse
cargo de la persona del “extraño” cultural en
toda su realidad, en la experiencia de su vida
real, y hacer recaer la acción educativa en
la aceptación y acogida de la persona del
“extranjero”. La educación intercultural, desde la
pedagogía de la alteridad, lleva a re-conocer y
acoger a los individuos con rostro, identidad y
nombre propios, sin confundirlos o diluirlos “en
categorías universales de su cultura, ni tampoco
en el derecho universal de respeto a la dignidad
de su condición humana, sino verlo como alguien
con identidad y nombre propio” (Mínguez, 2007,
40). Es una educación del acogimiento, de la
hospitalidad en la que la relación con el otro
no es una relación contractual o negociada,
sino ética, responsable, en la que el “yo” no
es cuidado de sí, sino cuidado del otro. No es,
por tanto, el conocimiento de las diferencias
culturales el objeto de la educación intercultural,
sino la persona concreta que vive en una cultura
y exige ser reconocida y acogida como tal. “Lo
realmente importante no puede ser el conocer
las culturas de los “otros”, de los inmigrantes
por ejemplo, sean estos chinos, japoneses o
guineanos; lo verdaderamente decisivo debe
consistir, ante todo, en re-conocer éticamente
sus personas concretas, contemplando sus
diferencias culturales como unas características
más... de su valiosa identidad singular” (Jordán,
2007, 79).
Desde la ética levinasiana, en la que
se fundamenta nuestro modelo de educación
intercultural, ésta se presenta como una
propuesta de la hospitalidad y la acogida, a la vez
que prohibición de toda imposición de “nuestra”
cultura a los “otros”, a los “diferentes”. Si la
educación es y se resuelve esencialmente en una
relación ética, la imposición o cualquier forma
de violencia ejercida sobre el otro “diferente”,
no sólo con los de “fuera”, sino también con los
de “dentro”, queda deslegitimada. “La desnudez
absoluta del rostro, ese rostro absolutamente sin
defensa, sin cobertura, sin vestido, sin máscara
es, no obstante, lo que se opone a mi poder
sobre él, a mi violencia; es lo que se me opone
de una manera absoluta, con una oposición que
es oposición en sí misma” (Levinas, 1993, 108).
Desde la imposición de una lengua o una forma
de pensar y vivir, bajo el pretexto de preservar
la propia identidad cultural, se hace imposible la
acción educativa.
La interculturalidad, desde la ética
levinasiana, sólo puede entenderse desde
la figura del “extranjero”. La asimetría, la
responsabilidad y la no-indiferencia como
criterios éticos de la subjetividad, son también
requisitos de la interculturalidad. Frente a un
discurso intercultural basado en la autonomía
del ser humano, aquí se defiende otro discurso
bien distinto basado en la heteronomía del
hombre como “extranjero” de sí mismo y de los
demás. Abandonar el concepto de autonomía
implica una crítica del etnocentrismo y de
todas sus variables. “Porque cualquier discurso
intercultural que se asiente en la idea de un
sujeto y/o cultura moralmente autosuficiente
está condenado a ser violento, negador de lo
distinto y excluyente de la diferencia” (Navarro,
2008, 193) y del diferente. La alternativa a una
educación intercultural basada en la ética de
la “diferencia” es una educación intercultural
basada en la ética de la responsabilidad como
exigencia de tener que responder del otro; y la
alternativa al etnocentrismo es la interculturalidad
como “espacio moral” a construir para que
todos puedan hacer su vida de una manera
digna del ser humano. Esta ética de la alteridad
deslegitima cualquier otro modelo de educación
intercultural basado en la autonomía moral del
sujeto, y deconstruye el sesgo individualista en el
que inevitablemente cae una educación basada
en el diálogo intercultural entre “iguales”. El
diálogo intercultural que no tenga en cuenta las
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dimensiones de la asimetría, de la no-indiferencia
y de la responsabilidad como criterios de control
y verificación de un discurso intercultural, es un
diálogo cuya razón de ser debe ser puesta en
cuestión en nombre de la significatividad ética
de esos mismos criterios (González R. Arnáiz,
2002). La educación intercultural, desde la ética
levinasiana, huye de todo intento de dominarlo
todo, de poseerlo todo, de reducir todo lo
extraño a lo propio, de “matar” al otro a manos
del mismo. Es una pedagogía de la cordialidad
en la que la ética no formula pregunta alguna
sobre qué debo hacer, sino dónde está el otro.
3 2. La ética material en la pedagogía
de la alteridad
El discurso ético de la escuela de
Frankfurt (sobre todo en Adorno) es inseparable
de la traumática experiencia que supuso el
exterminio del pueblo judío por el nazismo. El
“Holocausto” es un acontecimiento que escapa
a la comprensión humana, sobrepasa todos
los registros interpretativos, “no hay manera
de rastrear una etiología que explique lo que
ocurrió” (Mate, 2011, 169). “En ningún otro
lugar o tiempo se ha asistido a un fenómeno
tan imprevisto y tan complejo: nunca han sido
extinguidas tantas vidas humanas en tan poco
tiempo, ni con una combinación tan lúcida de
ingenio tecnológico, fanatismo y crueldad” (Levi,
1989, 20). Esta experiencia de injusticia y de
locura colectiva es lo que “da que pensar”. En
Auschwitz se experimenta un poder capaz de
destruir el fundamento mismo de la definición
de sujeto, un poder de des-subjetivación del
individuo y de des-individualización del sujeto
como no se había conocido nunca. Pero
que fuese algo impensado, algo que escapa
al conocimiento no significa que llegara de
improviso. “Hay una historia específica de
injusticias (el antisemitismo) en la que se inserta
ese acontecimiento” (Mate, 2011, 170). En
nuestro discurso pedagógico “lo acontecido” (la
Shoah) ha transcurrido dejando más o menos
intactas las categorías fundamentales de su
reflexión. Tal acontecimiento nos debería haber
llevado a un replanteamiento de las categorías
de nuestro discurso y del sentido de nuestra
praxis. No consigo entender, al igual que
Adorno, cómo hasta ahora no hayamos podido
ocuparnos más de esto. “Que se olvide esto;
que ya no se comprenda qué es lo que antes se
sentía ante la furgoneta del perrero, es el triunfo
de la cultura y su fracaso” (Adorno, 2005, 335-
336). Es necesario hablar y dar la palabra a los
que hoy, como ayer, son víctimas de la lógica
totalitaria, porque “Auschwitz no es una situación
clausurada, defintivamente acabada con el
descalabro del régimen nacional-socialista en
el año 1945. Aquí y ahora, Auschwitz es una
presencia que seguramente acostumbra a
actuar en forma de ausencia” (Duch, 2004,
12). Volver al pasado es condición inexcusable
para entender y tener presente, porque “no hay
verdadero presente sin contemporaneidad con
el pasado o, lo que es lo mismo, el relato de mi
identidad no puedo edificarlo sobre el vacío, sino
sobre la memoria” (Mèlich, 2004, 44).
La propuesta de educación intercultural,
desde la pedagogía de la alteridad, es deudora
también de la ética material de la Escuela de
Frankfurt, y tiene como sujeto al ser humano
histórico en toda su realidad; al hombre de
hoy que se rebela contra el mal instalado en
nuestra sociedad y que afecta a seres humanos
concretos; que se resiste, en expresión de
Horkheimer (2000), a que la injusticia tenga la
última palabra. Desde la ética material es la vida
real de los inmigrantes, de los “extranjeros”, es
el sufrimiento de personas concretas el que nos
impulsa no a preguntarnos, en abstracto, cuál
es mi deber moral, sino cómo debemos vivir
para que estas situaciones sean erradicadas
y no se vuelvan a repetir; es la resistencia a la
injusticia, hecha experiencia, la que nos impulsa
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a la conducta moral (Ortega, 2006). Las morales
tradicionales, ancladas en un logos que no se
contempla más que a sí mismo, han tendido
a buscar una definición del bien, de la justicia
y la felicidad, y a partir de ella deducir unos
criterios universales de actuación, haciendo
abstracción de la situación concreta en la que
se encuentra todo individuo. “Después de
Auschwitz, ninguna palabra pronunciada desde
las alturas, ni siquiera desde la teológica, tiene
ningún derecho sin transformarse” (Adorno,
2005, 336). Los conceptos de justicia, del bien
y de la felicidad “no son más que esperanzas de
algo de lo que nada sabemos. En cambio, nos
sobra experiencia del mal, podríamos llenar la
mayor de las bibliotecas con informes de todos
los tipos de injusticia que los seres humanos
han conocido, y conocido por experiencia, no
idealmente. Puesto que tanto sabemos del
mal, es respecto a él que podemos formular un
criterio. La moral consiste en resistirse al mal, en
negarlo en cualquier lugar donde aparezca, en
denunciarlo en todos sus casos particulares y
oponerse a él” (Tafalla, 2003, 115).
La moral, para la Escuela de Frankfurt, no
nace de la idea o conocimiento del bien, ni
del cumplimiento de una norma o principio,
como sostiene una ética formal, que nos lleve
a respetar a la humanidad, o la dignidad de la
naturaleza humana; no nace de la admiración
hacia los ideales del bien, ni del sentido del
deber para los seres humanos, sino del rechazo
a toda forma de mal, a toda violencia instalada
en la vida de los hombres; nace de la experiencia
del mal, como sostiene una ética material. “El
punto de partida de la moral es el grito, a veces
sofocado, otras ignorado, de los sufrientes, de
los oprimidos y excluidos, que por su condición
de excluidos se encuentran fuera del marco
institucional donde los sujetos incluidos pueden
hacer valer sus intereses y pretensiones morales
o ejercer con más o menos éxito su crítica frente
a las condiciones no equitativas de dicho marco”
(Zamora, 1999, 223). Hacer del respeto a la
“dignidad de la naturaleza humana” el principio
formal que ha de regir nuestra conducta, al
menos no ha servido para evitar las catástrofes
que conforman el oscuro reverso de la historia,
empezando por las del pasado siglo (Zamora,
2004).
Después de la catástrofe del siglo XX no
ha lugar para una moral que permanezca en la
contemplación de los ideales del cielo. “No cabe
la vida justa en la vida falsa”, escribe Adorno
(2004, 44). Instalarse en el conocimiento de los
ideales del bien y del mal como impulsores de la
vida moral, e ignorar los sufrimientos de los seres
humanos, podría convertirse en un mecanismo
de dominación e impedir el conocimiento de las
injusticias que ésta provoca; “y del evangelio de
la alegría de vivir a la instalación de mataderos
humanos hay un camino recto, aunque estén
éstos, como en Polonia, tan apartados que
cada ciudadano del país puede convencerse
de no oír los gritos de dolor” (Adorno, 2004, 68).
Por ello considero que hay experiencias que
la educación intercultural no puede soslayar:
¿Se ha preguntado a los inmigrantes, a los
“extranjeros” que nos narren su experiencia de
desarraigo, lo que significa para ellos abandonar
su tierra y su familia?; ¿se ha preguntado
cuáles son sus sentimientos a quienes se
sienten excluidos y humillados en la sociedad
receptora?; ¿constituyen estas experiencias
de desarraigo, de sufrimiento y de frustración
contenidos necesarios de la educación
intercultural? Sin responder a estas preguntas
la educación intercultural se convierte en un
inútil entretenimiento intelectual. Sin descubrir
la historia de desarraigo y de sufrimiento que
hay detrás de muchos inmigrantes a quienes
se les niegan sus derechos fundamentales
no es posible ninguna educación, tampoco la
intercultural. Sin preguntarse “por el otro” (y éste
en toda su realidad) no hay educación, porque
sólo educamos cuando nos hacemos cargo de
él. Pero “el otro” no existe sino en “su” situación
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concreta que le condiciona y le constituye, y
fuera de élla es pura entelequia. Una larga
tradición de una moral y educación idealistas,
desarraigadas de su contexto, ha dado lugar a
expresiones tan dramáticas como ésta: “Ahora
nos damos cuenta de que extremos de histeria
colectiva y de salvajismo pueden coexistir
con una conservación paralela y, es más,
con el desarrollo ulterior de las instituciones,
burocracias y códigos profesionales de una
cultura superior” (Steiner, 1998, 104).
La frialdad y la impasibilidad,
engendradas por una ética indolora, a-pática,
están emparentadas con una educación
intercultural en la que no tiene lugar la pregunta
por las situaciones de vida del “extranjero”,
dejando fuera del discurso y de la praxis
educativa el contenido indispensable de toda
educación: la realidad histórica del educando,
su equipaje y su biografía. Una educación
intercultural, por el contrario, basada en la ética
material, hace de la eliminación del sufrimiento
del otro, del que viene de “fuera”, su objetivo
prioritario, como condición básica para el
ejercicio de la ciudadanía; y una educación
intercultural basada en la resistencia contra
toda forma de imposición de una determinada
forma de pensar y vivir, está en condiciones
de ayudar a la construcción de una sociedad
democrática en la que todos disfruten de iguales
derechos y deberes. Educar, en este sentido,
supone una reflexión y una crítica de todos los
que participan en el proceso educativo de los
“extranjeros” sobre la coacción que sufren para
ser asimilados por la sociedad receptora, sobre
las formas sutiles de dominación que se ejercen
sobre ellos, sobre la función legitimadora de una
situación inmoral que desempeña el sistema
educativo en su papel de asimilar, a toda costa,
a los “diferentes” en la cultura mayoritaria.
Una vida digna del ser humano está
vinculada a la eliminación de la injusticia en la
sociedad, y ésta, hasta ahora, no ha venido de
la mano de declaraciones formales de adhesión
a los derechos humanos. La ética idealista se
compadece mal con los acontecimientos que
se han producido en las últimas décadas; al
menos, no ha sabido o no ha podido enfrentarse
a tanta barbarie. No deberíamos echar en olvido
las palabras de Adorno: “Hítler ha impuesto a
los hombres en estado de no-libertad un nuevo
imperativo categórico: orientar su pensamiento
y su acción de tal modo que Auschwitz no se
repita, que no ocurra nada parecido” (Adorno,
2005, 334), porque el “mal radical” toma mil
formas de hacerse presente, y “en cualquier
momento, en el interior de un mundo civilizado,
puede aparecer el horror” (Mèlich, 2004, 129).
El “Holocausto” no es un acontecimiento ya
clausurado, que sólo pertenece al pasado; es
una amenaza con la que hay que contar para
que nunca vuelva a suceder. “Educar, después
de esa catástrofe, exige una crítica radical
de la propia praxis educativa y de la reflexión
teórica sobre la misma. Ya no es posible seguir
practicando como evidentes las típicas acciones
educativas orientadas por aquella idea de
autonomía del sujeto racional y emancipado
que le ha venido sirviendo de justificación en el
proyecto de la modernidad” (Zamora, 2009, 21).
La educación intercultural, desde la pedagogía
de la alteridad, hace suya la ética material como
condición necesaria para la reflexión autocrítica
sobre el lugar y la función de la educación en
la reproducción de las estructuras actuales,
pensadas más para el mantenimiento de una
organización social ajena al sufrimiento del
“diferente”, que para combatir la perpetuación
de la “barbarie”.
Conclusión
Estimo que es indispensable un cambio
de modelo en la educación intercultural, a la
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vista de sus resultados, y apostar por un nuevo
lenguaje, un nuevo discurso y una nueva práctica
que estén más cercanos a la realidad del otro,
que incorporen lo plural y diverso, lo mestizo y
extraño, lo “otro” para que sea también lo “nuestro”.
En otras palabras: tomarse en serio la inevitable
condición histórica del ser humano, impensable
fuera o al margen de “su” situación. Es necesario
partir de presupuestos éticos distintos (otro
paradigma) que haga posible una educación
que empiece por el otro, que se pregunte por el
otro en toda su realidad. Es indispensable partir
de una moral que se entiende como respuesta
al otro y del otro, como resistencia al mal, que
surge como experiencia del sufrimiento de las
víctimas y se expresa en la práctica de la justicia
y de la compasión. Considero que esta ética y
moral de la compasión es capaz de dar cuenta
de una educación que parte no de principios
abstractos, sino de las situaciones concretas
de seres humanos, también concretos, que
demandan una respuesta responsable, es decir,
ética. Acoger al “otro”, “hacerse cargo de él” en
la educación intercultural significa ampliar el
“nosotros”, y conlleva abandonar toda tentación
de pureza de la raza, del deseo de preservar la
propia identidad; desistir de la búsqueda de la
armonía social en el paraiso de una “Arcadia
feliz”. Estas “grandes ideas”, basadas en
“grandes principios” han generado, a través de
la historia, grandes horrores.
Dirección del autor: Pedro Ortega Ruiz. C/
Torre Álvarez, 5, 3ºB. 30.007-Murcia. E-mail:
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Notas biográficas: Pedro Ortega Ruiz
Lcdo. en Pedagogía (Pontificia Universidad
Salesiana de Roma), Doctor en Pedagogía
(Universidad de Murcia) y Licenciado en Teología
(Universidad Pontificia de Salamanca). Premio
Extraordinarilo de Doctorado. Catedrático
jubilado de Teoría e Hª de la Educación de la
Universidad de Murcia. Ha publicado numerosos
trabajos en revistas científicas españolas y
extranjeras, así como autor de capítulos de libros.
Sus obras últimas: Los valores en la educación
(2001); La educación moral del ciudadano de hoy
(2001); Conflicto en las aulas (2003); Educación
para la convivencia en una sociedad plural
(2010) y Educar desde la precariedad. La otra
educación posible (2013). Profesor invitado de
varias universidades y grupos de investigación
españoles y extranjeros. En la actualidad
desempeña la Cátedra Distinguida “Educación y
Valores” en el Centro de Enseñanza Técnica y
Superior (Cetys-Universidad) de Mexicali, Baja
California (México). Es miembro del equipo de
investigación en los proyectos: “La generación
“nini”. Los hijos de la precariedad” y “educación
ciudadana” en Cetys-Universidad (Mexicali, B. C.
México). Sus intereses investigadores se centran
en la educación moral, educación intercultural y
educación familiar.
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GESTIÓN Y LIDERAZGO PEDAGÓGICO PARA LA MEJORA
DE LAS INSTITUCIONESEDUCATIVAS
SEPTIEMBRE DE 2013
ALMA ROSA HERNÁNDEZ MONDRAGÓN
55-5278-9500 ext. 2252
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Universidad La Salle
México, D.F.
Resumen
Se ofrece un análisis en torno a las
competencias para la gestión educativa,
considerando la complejidad de los contextos
sociales e institucionales, escenarios en donde
cobra sentido la necesidad de reinstaurar los
liderazgos, a fin de hacer frente a los desafíos
que recaen sobre los distintos niveles de los
sistemas educativos y gestores. Incluye tres
apartados: 1) se analiza la centralidad de la
gestión en las reformas educativas de la región;
2) se argumenta la importancia que adquiere
la gestión y liderazgo en la praxis educativa;
3. Identificamos algunas implicaciones del
liderazgo docente en las instituciones educativas.
Retomamos los principales planteamientos
de P. Pozner; del Instituto Internacional de
Planeamiento Educativo; I. Aguerrondo; J.
Casassus, Rojas y Gaspar, entre otros.
Palabras clave: Gestión educativa, liderazgo
pedagógico, liderazgo transformacional, praxis
educativa, calidad educativa, competencias
para la gestión educativa.
1. La centralidad de la gestión educativa
en la Reforma Educativa
Es indiscutible que vivimos en una época de
cambios, aunque tal vez sería más acertado decir
que estamos frente a un cambio de época que
ha venido a reconfigurar el escenario mundial,
el cual plantea desafíos ineludibles en cualquier
actividad social, y particularmente en el ámbito
educativo como veremos más adelante.
Teniendo como referente los planteamientos
del Instituto Internacional de Planeamiento
Educativo (IIPE), podemos resumir una visión
del contexto actual destacando que lo más
significativo de esta nueva realidad conlleva
una profunda transformación en los procesos
económicos y productivos, en la organización
social y en la concepción del mundo y de la
vida. El impacto de estas transformaciones se
deja sentir por la fuerza en que trastocan a su
vez a los valores, instituciones y creencias de
la vida individual y social. Su impacto alcanza
una profundidad que la humanidad no pudo ni
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aún puede medir su alcance y perspectivas.
Se asiste a un estallido de las certezas y a una
multiplicación de las incertidumbres.
De ahí la consideración de que en el actual
contexto de cambios permanentes y cada vez
más veloces, controlar o reducir la incertidumbre
del entorno se ha vuelto imposible. Ante ello, si
bien todas las organizaciones se ven obligadas
a revisar tanto las finalidades y las misiones que
buscan cumplir en la sociedad, como sus modos
de organizarse y funcionar para cumplir con sus
finalidades,1 con mayor razón constituye un
imperativo para los sistemas educativos, toda
vez que se considera a la educación como un
factor del progreso de las naciones, así como
para cerrar la brecha entre opulencia y miseria,
además porque es depositaria de grandes
expectativas que la sociedad ha puesto en ésta.
Compartimos la idea de Lavín, para quien la
centralidad que ha adquirido la educación
en las dos últimas décadas para afrontar los
cambios científicos y tecnológicos, así como
la conciencia de su valor estratégico para el
desarrollo humano, ha tenido como una de sus
múltiples consecuencias el replanteamiento de
la gestión de los sistemas educativos.2
A ello obedecen los esfuerzos que se vienen
impulsando en México con la Reforma Educativa
de los noventa3, la cual “introduce el enfoque
de gestión educativa mediante sus principales
documentos normativos…, particularmente el
Acuerdo Nacional de Modernización Básica de
1992 se propuso extender la cobertura y elevar
la calidad de la educación, para ello planteó tres
estrategias: reorganizar el sistema educativo
1 IIPE. Desafíos de la educación. Bs. As. Argentina, 2000. p. 5, 62 Lavín, Sonia, Silvia del Solar y Andrés Padilla. El proyecto educativo institucional como herramienta de construcción de identidad: guía metodológica para los centros educativos. PIIE. Santiago, Chile, 1997, p. 1.3 Lavín, Sonia, Silvia del Solar y Andrés Padilla. El proyecto educativo institucional como herramienta de construcción de identidad: guía metodológica para los centros educativos. PIIE. Santiago, Chile, 1997, p. 1.4 Ezpeleta, Justa. La gestión pedagógica de la escuela frente a las nuevas tendencias de la política educativa en América Latina.5 Op. Cit. p. 21-22
mediante la federalización y el impulso a una
nueva participación social; reformulación
de contenidos y materiales educativos y
revaloración de la función magisterial.”
Sin embargo, hay que hacer la siguiente
consideración siguiendo de cerca a Ezpeleta
cuando expresa que, la nueva gestión escolar no
se construye por decreto, el cambio institucional
de los centros educativos, implica “un cambio
que apuesta a lograr una mayor autonomía
académica, administrativa y financiera de la
escuela,” [todos estos resultan] “imprescindibles
para atender el logro de los objetivos de calidad y
equidad, tanto en la prestación del servicio como
en el contenido del mismo”.4 Pensamos que entre
los principales retos que este escenario plantea,
corresponde a la revisión del modelo que ha
predominado y cuyo agotamiento conduce a
nuevos planteamientos para contender con las
nuevas exigencias y niveles de competitividad
que operan actualmente, como explicaremos.
Así pues, la Reforma Educativa debería
conducir necesariamente a resignificar el papel
protagónico de los actores educativos, uno
de éstos, como se explicará más adelante, es
reinstaurar nuevos liderazgos en los distintos
niveles del Sistema Educativo.
Ahora bien, de acuerdo con algunas tendencias
en el ámbito que nos ocupa, se identifican seis
prioridades para la gestión estratégica de los
sistemas educativos5, en síntesis queremos
destacar los siguientes:
1. Es necesario invertir en formación de
recursos humanos
Es necesario contar con instrumentos eficaces
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que garanticen la actualización permanente y
el desarrollo de competencias de los gestores
educativos, especialmente los concernientes
con los cambios en el mundo del conocimiento
y la tecnología. Sobre todo tomando en cuenta
la velocidad con que se genera y circula el
conocimiento y su disponibilidad a través de
la internet, así como el mismo desarrollo que
experimentan las tecnologías d información y
comunicación.
2. Es necesario multiplicar las instancias
de encuentro e intercambio horizontal
dentro del sistema
Es preciso romper la tradición del ejercicio
profesional exclusivamente individual y
comenzar a gestar un nuevo concepto y una
nueva práctica de profesionalismo colectivo. La
conformación de redes académicas dentro y
fuera de las instituciones educativas, es un claro
ejemplo de nuevas prácticas que potencializan
la conformación de comunidades reales de
aprendizaje.
3. Es preciso reinstaurar los liderazgos.
Si no existe clara capacidad de liderazgo en
los distintos niveles del sistema, difícilmente la
autonomía y el trabajo en equipo den los frutos
esperados.
4. Es necesario ampliar la capacidad de
decisión a nivel local
Las unidades principales de los sistemas
educativos, los establecimientos, deben contar
con una efectiva autonomía para la toma de
decisiones sobre un rango más amplio de
aspectos y emprender proyectos con autonomía
y flexibilidad.
5. Deberán existir múltiples mecanismos y
procedimientos de evaluación y generación
de responsabilidad institucional por los
resultados.
Es ineludible que existan múltiples mecanismos
de evaluación de resultados, de evaluación de
proyectos, y de circulación de información al
respecto que den una gran transparencia a la
labor educativa.
6. Es necesario apostar a la creación
de nuevos modos de articulación del
sistema educativo con el entorno.
Ello implica crear puntos de articulación con
el entorno en todas las instancias y escalones
del propio sistema educativo, a modo de
hacerlo permeable y capaz de registrar las
señales emitidas por los ciudadanos (culturales,
sociales, políticas, económicas) y procesar
las respuestas adecuadas en un clima de
participación y de construcción de consensos.
Una gestión democrática lleva a la modificación
de pautas de acción encaminadas a concebir
nuevas formas de interacción, de interrelación y
de corresponsabilidad en la tarea de educar.
Sin lugar a dudas se requiere del desarrollo de
competencias6 para la profesionalización de los
gestores educativos, por lo que la formación y
actualización se perfila como una estrategia
impostergable, a fin de dar viabilidad a la
aspiración de ofrecer una educación de calidad.
Las siguientes están en el ámbito del desarrollo
de capacidades interpersonales y profesionales:
i. Trabajo en equipo
ii. Gestión y perspectiva estratégica
iii. Comunicación en las organizaciones
iv. Procesos de delegación y negociación
v. Resolución de problemas
vi. Prácticas de liderazgo
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vii. Proyección y construcción de
escenarios alternativos,
viii. Participación, y
ix. Demanda educativa.
En el siguiente esquema7 se puede observar la
interconexión de dichas competencias que son
deseables y necesarias en dicho ámbito:
Avanzar hacia una gestión educativa
estratégica8 implica necesariamente un cambio
en la perspectiva y en la acción de los gestores.
Diríamos que se requiere de la metanoia9,
Aguerrondo -citando a Senge- lo explica como un
“cambio de enfoque, de paradigma, que permite
a la institución correrse de la perspectiva desde
la cual venía funcionando y posicionarse en otro
lugar,”10 queremos referirnos al desplazamiento
de la administración escolar burocrática o
normativa hacia una Gestión que se caracteriza
por los siguientes rasgos:
7 Ibid. 8 Pozner, Pilar. Gestión educativa estratégica. Diez módulos destinados a los responsables de los procesos de tranformación. IIPE. Bs. As., Argentina, 2000. p. 15.9 De acuerdo con wikipedia, metanoia proviene del griego, significa cambiar de opinión, arrepentirse,¨cambiar de modo de ser¨ o de meta, más allá y nous, de la mente) es un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera. Su significado literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección.10 Aguerrondo, Inés. Coord. Escuelas por el cambio: un aporte para la gestión escolar. IIPE-UNESCO, Bs. As. 2007, p. 3311 Casassus, Juan. Problemas de la gestión educativa en América Latina (la tensión entre los paradigmas de tipo A y el tipo B). UNESCO. Chile. 2000, p. 5
Centralidad de lo pedagógico
Habilidades para tratar con lo complejo
Trabajo en equipo
Apertura al aprendizaje y a la
innovación
Asesoramiento y orientación
profesionalizante
Culturas organizacionales
cohesionadas por una visión de futuro
Intervenciones sistémicas y
estratégicas
2. Gestión y liderazgo pedagógico en la
praxis educativa.
2.1. Precisiones conceptuales
Sobre la gestión educativa existen múltiples
visiones, en todas lo que prevalece es el
reconocimiento de que la gestión trata de la
acción humana. Nos interesa destacar la visión
centrada en los procesos, sobre todo la que
“vincula la gestión al aprendizaje… Arie de
Geus concibe la acción de la gestión como un
proceso de aprendizaje de la adecuada relación
entre estructura, estrategia, sistemas, estilo,
capacidades, gente y objetivos superiores, tanto
hacia el interior de la organización como hacia
el entorno”.11
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Por su parte autores como Moncayo12, citando a Gairín Sallán, conciben a la gestión educa tiva como una actividad práctica, un saber hacer que incluye una pluralidad de conocimientos y actividades rela cionados con aspectos esenciales del funcionamiento de las organizaciones educativas. Esos aspectos esenciales son:
a) Generar, acordar y alcanzar ob jetivos.b) Establecer funciones.c) Utilizar formas adecuadas de lide razgo y
dirección.
d) Buscar maneras adecuadas de dirigir
la iniciativa institucional ha cia una acción
educativa y medio ambiental de calidad.
En un nivel más concreto como son las
instituciones educativas, se considera que “el
servicio de la escue la constituye un servicio
pedagógico, de acuerdo con García Requena,13
la gestión pedagógica abarca un conjunto
de tareas como: “la promoción académica, la
planificación del proyecto escolar y organización
de los alumnos, la coordinación de la ac ción
didáctica de los docentes, la co ordinación
de la orientación para apo yar o ayudar a los
escolares, así como toda aquella diligencia para
mejorar la convivencia que facilite un clima afec-
tivo que favorezca el conocimiento de libertades,
derechos y deberes como el desarrollo de
actitudes de toleran cia, comprensión, sentido
de respon sabilidad, solidaridad, ayuda mutua,
respeto a la persona, dignidad, etcé tera.”
En consonancia con Moncayo, “la escuela es
considerada como una institución de servicio
público y como tal ha de responder a las nece-
sidades, intereses y deseos educati vos del
público o miembros de la co munidad a la que
sirve. Los docentes realizan su función social de
12 Citado en: Moncayo González, Luis Guillermo. Delimitando el concepto de gestión escolar. Revista de Educación educar. Núm. 39. México, octubre-diciembre, 2006, p. 913 Ibid., p. 9 14 Ibid., p. 9 15 Hernández Mondragón, Alma Rosa. La praxis del educador. Boletín de la FEP, 2007.16 Datos de su trayectoria y producción se pueden encontrar en línea: http://www.uco.edu.co/UCO/CongresoInternacionalEducacion/Dr_Francisco_Gutierrez_Perez.pdf 17 En esta reflexión se retoman varias ideas de Gutiérrez Pérez, Francisco. Educación como praxis política. México (Col. Educación / Siglo XXI). Siglo XXI. 1993. p. 102-181.
educar o gestión pedagógica en cumplimiento
de una delegación, encargo o manda to social
del pueblo y en consecuen cia tras de su acción
de servir, deben rendir cuentas de los resultados
de la tarea encomendada.14
En cuanto a la praxis15 y sus implicaciones
educativas, nos remite al compromiso que
tenemos con la educación y la reflexión que
hace el filósofo y pedagogo Francisco Gutiérrez
Pérez,16 cuya amplia obra invita a repensar
sobre una actividad que históricamente ha
resultado trascendente para la humanidad, por
ello mismo nos conducen a meditar en torno
a nuestra praxis como educadores y algunas
implicaciones para el proceso educativo,
aspectos que en la cotidianeidad de nuestro
quehacer se desdibujan o pasan por alto. No
obstante, siempre hay un momento en el que
las acciones que realizamos interpelan nuestra
conciencia y nos obligan a volver la mirada
sobre la enorme responsabilidad que tenemos,
poniendo a prueba nuestra vocación y nuestra
capacidad para contribuir en la formación de los
educandos.17
Gutiérrez alude a J.P. Sartre para situar al
hombre como “una libertad en situación”, que se
define en la realización de su propio proyecto.
Su existencia tendrá significado en la medida
en que logre realizarse como persona. A este
hacerse, transformarse y significarse como
persona se llama proceso educativo.
El proceso educativo parte de la realidad, se
concreta en la intersubjetividad y se objetiva en
el cambio o transformación de la conciencia. La
acción educativa es, por tanto, una comunicación
dialógica con la realidad, con los otros y con
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la propia conciencia. Si falla alguna de éstas
no se producirá ese proceso constitutivo,
integrador y factor de cambio social que es la
educación. La educación verdadera es cambio,
es transformación de la persona por lo que se
da y por lo que se recibe.
El educador se educa en la comunicación con
el educando y éste en la comunicación con
el educador. Comunicarse más y mejor es
educar y educarse auténticamente. Educación
y comunicación son un mismo y único proceso
de co-participación, co-responsabilidad, de
co-producción, de co-entendimiento- y co-
munión. Para mejorar el proceso educativo es
primordial aumentar, perfeccionar y enriquecer
la comunicación.
Ahora bien, un concepto que retoma Gutiérrez es
el de desarrollo, citando el texto “La alfabetización
y el diálogo de las civilizaciones” del autor
Garaudy18, plantea que éste (el desarrollo) no
es tan solo un fenómeno económico, sino un
aspecto de la creación continua del hombre en
todas sus dimensiones, desde el crecimiento
económico hasta la concepción del sentido, y de
los valores a los fines de la vida.
Supuesto este modelo y los perfiles del nuevo
hombre y de la nueva sociedad, es posible
pensar que por el trabajo productivo y por la
praxis a que este trabajo da lugar, los hombres
creativamente darán forma a su propia historia
en la que seguirá jugando un papel trascendente
la educación, dado que “… cada uno se hace
hombre, entre otras cosas, mediante el trabajo, y
ese hacerse hombre expresa precisamente el fin
principal de todo el proceso educativo.”19
La praxis tal como la concibe Gutiérrez, conduce
a “una cierta mística concreta de la educación
renovada y actualizada, a un humanismo de
18 Roger, Garaudy. “Diálogo de civilizaciones”. Tr. Esther Benítez. Cuadernos para el Diálogo, Edicusa, Madrid, 1977. 19 Citado en: Laborem exercens - Ioannes Paulus PP. II - Carta Encíclica (1981.09.14) [En línea]. Disponible: http://caritas.caritasalamanca.org/uploads/media/Laborem_Exercens_01.pdf, 15 de enero de 2008. 20 Citado en: El laico educador cristiano. Imagen y misión en el contexto educativo de América Latina. Confederación Interamericana de Educación Católica, CIEC, Bogotá, Colombia, 1976, 123 páginas.
la educación basado en valores y criterios de
creatividad, de iniciativa, de sentido crítico,
de libertad auténtica, de responsabilidad, de
participación y cooperación, de servicio mutuo
y de solidaridad y de democracia vivida en la
realidad educativa.”20
Educar en la praxis desencadenaría una serie
de efectos que definirían el proceso como:
a) Un ir más allá del quehacer diario y de la
periferia de las actividades y de los hechos,
para llegar progresivamente a la esencia de los
mismos;
b) Una percepción crítica de las posibilidades de
transformación de la educación y de los medios
prácticos que deben aplicarse para hacer
realidad esa transformación;
c) Una toma de conciencia de la existencia de los
otros hombres, ubicados históricamente como
elementos capaces de modificar las relaciones
estructurales de la institución educativa. Solo
la praxis puede dar esta apertura a los otros,
convirtiéndose así en un factor imprescindible
para el desarrollo personal y social.
En este sentido, la educación es un proceso
intencionado hacia el porvenir, proceso que será
válido no sólo en la medida en que actualice el
mayor número de metas y propósitos, sino por la
riqueza y creatividad con que sea vivida en cada
uno de sus instantes.
La validez del proceso educativo está en
relación directa con la posibilidad de modificar
en profundidad, modelos de vida existentes, en
la esperanza de un futuro mejor. Este amasar el
presente en la esperanza, constituye la aventura
humana más trascendente y que, por sí sola,
explica la importancia del sistema educativo.
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Fundamentar la educación en la esperanza es
hacer del hombre el eje central del proceso; es
ocuparse de él como el ser que se va creando
a sí mismo sin límite alguno; es penetrar en
el futuro para que nos ilumine el presente; es
recrear permanentemente los fines; es sustentar
toda nuestra labor en las posibilidades creadoras
que se encierran en todo hombre y creer en esas
potencialidades; es concretar utopías y realizar
esperanzas; es, en fin, crear un nuevo hombre y
una nueva sociedad.
Lograr estos objetivos es hacer realidad “el
proyecto esperanza”, tanto a nivel individual
como social, por la modificación en profundidad
de los estilos de vida, por la ruptura de la lógica
de una sociedad irracional y por la adopción
de un modelo de crecimiento centrado en el
hombre.
Sirva lo anterior como un marco analítico
desde donde consideramos importante situar
y comprender la importancia del liderazgo
pedagógico, consideramos que éste deberá
orientarse por una praxis educativa superadora
del tipo: “docente egotizado” que conduce a una
malpráxis, para dar lugar a un liderazgo que se
sustenta en la “conciencia docente, como origen
de la evolución personal. Para Herrán Gascón,
algunas características de ésta se orientan
hacia la:
- Generosidad didáctica, traducible como
respeto al alumno, capacidad de
rectificación, amor a la profesión y
corazón puesto en juego, interés
por mejorar, disposición a aprender,
abnegación de lo condicionante,
búsqueda de la coherencia, etc.
- Mayor complejidad de conciencia, o
capacidad de visión y comprensión,
capacidad de relación y de síntesis,
capacidad de integración simultánea
de numerosos elementos, capacidad
de convergencia, capacidad de
interiorización, etc.
- Mejor conocimiento y reflexión sobre
el alumno y de cada alumno,
sobre el arte de enseñar, sobre el
autoconocimiento, sobre uno mismo,
desarrollo de capacidades básicas:
duda, rectificación, desaprendizaje,
autoconstrucción, autocreación, etc.21
Ahora bien, sobre el liderazgo se ha generado
una profusa literatura, sin embargo interesa
destacar los planteamientos que lo resitúan en
el contexto analizado, al respecto como refiere
Rojas, el liderazgo es el arte de la conducción
de seres humanos. “desde hace algunos años,
diversas investigaciones acerca de la gestión y la
calidad de las escuelas muestran la importancia
del liderazgo, es decir, que se le atribuye al
liderazgo una incidencia considerable sobre los
resultados académicos de los alumnos.” 22
Las dificultades que enfrentan los directivos
y docentes con múltiples, lo sabemos, sin
embargo, precisamente “El liderazgo se prueba
en situaciones complejas, en momentos difíciles
o críticos.”23
En un amplio estudio realizado por Rojas y
Gaspar destacan que “Los resultados positivos
en entornos aparentemente adversos son
posibles en escuelas con docentes y directivos
comprometidos. A pesar de la falta de apoyo
de las autoridades, a pesar de las carencias de
los estudiantes, a pesar de que las familias, los
padres estén lejos o trabajen todo el día. A pesar
de todo ello, la educación de calidad es posible.
Sin embargo, para que una escuela postrada y
resignada se ponga de pie y comience una larga
marcha hacia la calidad, necesita de líderes.
21 Herrán Gastón, Agustín de la, creatividad total y Formación profunda de los profesores. Universidad Autónoma de Madrid., [p. 8] 22 Rojas, Alfredo y Fernando Gaspar. Bases del liderazgo en educación. OREALC/UNESCO. Santiago, Chile, 2006, p. 1723 Ibid. P. 38
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Necesita directivos que guíen y orienten a todos
sus colegas, a la comunidad, a los padres,
madres, tutores o cuidadores, al personal de
servicio y, más que nada, a los niños, las niñas
y los jóvenes.”24
De las experiencias analizadas por diversos
autores, nos revelan que cualquier cambio que se
quiera impulsar es determinante el compromiso
asumido por los diversos actores educativos,
como hemos podido observar, en este sentido el
cambio tendrá que ser con una intencionalidad
y una visión clara hacia dónde se debe orientar
éste. Si bien existen condicionantes externos,
sin lugar a dudas, resulta fundamental poner
atención a los factores internos que imprimen
una dinámica propia a los establecimientos
educativos. Rojas y Gaspar con gran acierto
plantean que “lo que posibilitará el cambio no
será lo que ocurra fuera de la escuela, en las
casas o en las calles. Tampoco será la acción
de las autoridades. Lo que posibilitará el cambio
será la mirada nueva con que los docentes
encaren su trabajo, pues esa mirada nueva
les hará organizarse, relacionarse y actuar de
manera diferente. Y esa manera diferente de
organizarse, relacionarse y actuar traerá frutos
nuevos. El cambio se habrá iniciado desde
dentro, desde el corazón de las escuelas”25
En este sentido, se puede hablar de experiencias
exitosas o de buenas prácticas que coloca a las
escuelas en este escenario a partir del logro de
resultados destacables. De acuerdo con la Oficina
Regional de Educación de América Latina-
UNESCO,26 entre sus principales características
se pueden mencionar las que están en el ámbito
de la gestión y en el pedagógico:
En materia de gestión:
– Clima escolar (organizacional) caracterizado
24 Ibid. 25 Ibid., p. 38-39 26 Ibid., p. 75 27 Ibid., p. 76
por las buenas relaciones entre los alumnos/
as, los/as docentes, el personal directivo no
docente, las familias y la comunidad.
– Gestión institucional centrada en lo pedagógico.
El aprendizaje de los alumnos en el centro de su
accionar.
– Liderazgo directivo y técnico, proyectos
educativos con metas concretas y priorizadas,
reglas claras y explícitas, profesionalismo y ética
del trabajo, planificación y evaluación, desarrollo
profesional docente, compromiso e identidad
institucional.
– Alianzas entre escuelas y familias.
En el ámbito pedagógico:
– Los directivos y profesores tienen y transmiten
hacia los alumnos, y con frecuencia también
hacia padres y apoderados, altas expectativas
con respecto a su aprendizaje.
– Clases motivadoras y cercanas a la vida
cotidiana de los alumnos, con propósitos claros,
estructura, ritmo, alto aprovechamiento del
tiempo, exigentes, con predominio de refuerzos
positivos, evaluación y retroalimentación regular
del aprendizaje de los alumnos; prioridad a
la comprensión lectora, expresión de ideas,
razonamiento lógico, autonomía y creatividad de
los niños y niñas.
En suma, lo que identifica a las escuelas de
calidad es que son capaces de crear una
pedagogía propia, distintiva y singular para
los niños y niñas que les toca atender. Una
pedagogía del cambio, que toma en cuenta la
pobreza que debe afrontar el centro escolar, pero
no cualquier pobreza y vulnerabilidad, sino la
pobreza específica y singular del entorno en que
se desenvuelven. De allí que todas las escuelas
de calidad muestran proyectos institucionales
centrados en lo pedagógico, con metas claras,
y sus profesores realizan clases motivadoras y
cercanas a la vida cotidiana de los educandos.27
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De acuerdo con los autores referidos, plantean
que “dado que sus directivos/as y profesores/
as son capaces de desarrollar esa pedagogía
propia y singular, confían en ellos mismos y en
sus educandos: se saben capaces de enseñar
y saben que sus alumnos son capaces de
aprender. Tienen altas expectativas”.
Finalmente, deseamos tomar en cuenta algunos
otros elementos referidos al tema tratado
siguiendo a Alexander Ortiz Ocaña,28 quien
identifica algunos rasgos del líder pedagógico,
mismos que presentamos en el siguiente cuadro:
CUALIDADES DEL LÍDER PEDAGÓGICO REQUISITOS DEL LÍDER PEDAGÓGICO
• Está dispuesto a correr riesgos.
• Audaz, inteligente.
• Vence su desánimo y las ideas negativas.
• Es paciente y consistente.
• Buen carácter
• No le asusta ser un inconformista.
• Lucha por la calidad.
• Prevé las necesidades a largo plazo.
• Sabe enmarcar los objetivos del grupo de
estudiantes.
• Apasionado por el cambio y lo nuevo.
• Hábil en la toma de decisiones.
• Arrastra y no empuja.
• Tiene autoridad moral.
• Aprender constantemente.
• Desarrollo de las personas e involucrar.
• Adaptabilidad.
• Creatividad.
• Saber enmarcar los objetivos del colectivo.
• Portador de lo nuevo, creador incesante.
• Apasionado por el cambio.
• Tacto psicológico para tratar a los estudiantes
de acuerdo a las características particulares
de cada uno de ellos.
• Saber intuir y prever los problemas.
• Hábil en la toma de decisiones.
• Entusiasta y motivador. Inspira con su visión
de futuro.
• Diseña, propicia en entorno que facilita la
acción conjunta en individual.
• Apremia, trasmite energía y desbroza el
camino de la burocracia que lentifica la
acción.
• Se ve a sí mismo y a los que lo rodean
en un continuo proceso de aprendizaje y
perfeccionamiento.
• El líder pedagógico resume y trasmite
historia.
•••••
28 Ortiz Ocaña, Alexander. Liderazgo pedagógico: el arte de ser un maestro exitoso. Disponible en línea: http://www.unipop.galeon.com/productos1386436.html
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CONOCIMIENTOS DEL LÍDER PEDAGÓGICO HABILIDADES DEL LÍDER PEDAGÓGICO
• Conocimientos de los estudiantes.
• Conocimientos de la práctica docente.
• Conocimientos de las teorías educativas y
de dirección del aprendizaje.
• Conocimientos de modelos pedagógicos y
métodos de.
• Habilidad para aceptar a los estudiantes tal
como son y no como a él le gustaría que
fueran.
• Habilidad de acercarse a los problemas y a
la relación humana en términos del tiempo
presente y no del pasado.
• Habilidad por tratar a los estudiantes con
la misma cortesía que se dispensa a los
desconocidos o a las visitas.
• Habilidad para confiar en los estudiantes,
aún si el riesgo es grande.
• Habilidad para vivir sin la constante
aprobación y reconocimiento de los demás.
En los líderes pedagógicos deben desarrollarse
10 valores:
Los líderes pedagógicos se destacan por poseer
7 atributos esenciales:
1. Escuchar: para poder identificar la voluntad
del grupo de estudiantes.
2. Empatía: para comprender lo que los alumnos
quieren.
3. Curación: saber poner remedio a los daños
que sufren los estudiantes.
4. Conciencia: esforzarse en mantenerse
despierto en función de lo que sucede a su
alrededor.
5. Persuasión: emplear más la persuasión para
confiar más en esta capacidad que en la de
ejercer el mando.
6. Conceptualizar: capacidad para asumir
grandes retos que superen la realidad diaria.
7. Previsión: habilidad para prever el resultado
probable de una situación.
8. Administración: asumir el compromiso de
administrar bien el currículo para servir a las
necesidades de los estudiantes.
9. Crecimiento: el líder pedagógico confía en
el valor de los estudiantes y se compromete a
desarrollarlo.
10. Comunidad: sensibilidad para construir
una comunidad pedagógica en la institución
educativa
1. Competencia científico-pedagógica: capacidad
para el dominio de una rama específica y sus
métodos de enseñanza e investigación.
2. Habilidades Conceptuales: facilidad o habilidad
para la abstracción y el pensamiento estratégico.
3. Dejar Huellas: legar a los demás docentes una
trayectoria de resultados.
4. Habilidades Sociales o Interpersonales:
Habilidades para la comunicación, para delegar
y motivar a los estudiantes.
5. Sensibilidad: Habilidad para identificar y
cultivar el talento.
6. Juicio: para tomar decisiones difíciles en poco
tiempo y con datos imprecisos y/o ambiguos.
7. Carácter: cualidades personales que definen
quienes somos.
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Conclusiones
Como se ha podido observar, los desafíos
son numerosos para los sistemas educativos,
instituciones educativas, para los directivos y
docentes, como lo expresamos anteriormente,
para modificar las prácticas que por la premura
rutinizamos perdiendo su sentido, se hace
necesario avanzar hacia nuevas perspectivas
que resignifican necesariamente el quehacer
de la educación, la profesionalización de los
gestores constituye una estrategia impostergable
para desarrollar nuevos liderazgos desde un
enfoque participativo, toda vez que desarrollar
una conciencia de corresponsabilidad implica
instaurar una praxis que contribuye al logro de
una sociedad más justa y equitativa, empezando
por elevar la calidad de la educación.
Referencias Bibliográficas:
1. Aguilar Hernández, Citlali y Sylvia
Schmelkes del Valle. Cap. VII. El estado de
la enseñanza de la formación en gestión y
política educativa en México. En: El estado
de la enseñanza de la formación en gestión
y política educativa en México.
2. Aguerrondo, Inés. (2007) Coord. Escuelas
por el cambio: un aporte para la gestión
escolar. Bs. As., Argentina: IIPE-UNESCO
3. Casassus, Juan. (2000). Problemas de la
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LA “CIUDAD CINC-AIRE”1
Y SUS DIOSESTHE “ZINC AIR CITY”1
AND THEIR GODS
SEPTIEMBRE DE 2013
JAVIER RICARDO SALCEDO CASALLAS
Docente Investigador de la Facultad de Ciencias
de la Educación de la Universidad de La Salle, Bogotá-Colombia
Resumen1
La «ciudad cinc-aire» y sus dioses es una matriz integradora
de perspectivas teóricas que la han descrito de formas
diferentes y cuyas comprensiones conceptuales son sin
duda los contenidos urbanos que han tejido la ciudad
contemporánea. Un tejido que el texto quiere reconocer como
un régimen de veridicción en el que se introducen categorías
que develan nuevas posibilidades para comprender la
ciudad del presente histórico a partir de nuevas prácticas de
vida y de convivencia de la ciudad cognitiva, en las que las
singularidades de la intimidad del individuo y de la familia
resultan instantáneamente transfiguradas por prácticas
de convivencia que desindividualizan transformando
y liberando a los ciudadanos de sus incertidumbres
solipcistas, proveyéndolos de espacialidad y temporalidad
plasmática o estado fluido cargado de energía conectada
hipermediatizada a partir de la cibercultura de seguridad
maquínica, en sus sistemas de percepción sensorial una
vez se nutran como miembros de un sentido de pertenencia
o conexión a unas series cambiantes de comunidad que
les vincula al bienestar y consumo secuente a un campo
de interacción cognitiva: la educación en el sistema de
educación superior, un otro referente de ciudad moderna y
de ciudadano global cognitivos.
Abstract
The “zinc-air city” and their gods is a matrix that
integrates theoretical perspectives that have been described
in different ways and whose conceptual understandings are
definitely urban contents that have woven the contemporary
1 Autor Javier Ricardo Salcedo Casallas. Docente Investigador de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de La Salle, Bogotá – Colombia. Filólogo Clásico, Master en Relaciones Internacionales, Doctorando del Doctorado en Educación de la UPN. Email: [email protected] 2 El presente escrito se origina como parte de la investigación doctoral titulada: Reformas en educación superior: prácticas y modos de subjetivación docente. En ella, se busca reconocer al sujeto educador universitario, problematizado a partir de la libertad económica que impulsa formas de desarrollo humano que entra en relación directa con la educación superior mediante dispositivos de saber y poder, denominados “reformas educativas”. 3 El texto que se presenta pertenece a la clasificación artículo de revisión.
city. A fabric that want to recognize the text as
a veridiction regime in introducing categories that reveal new
possibilities for understanding of this historic city from new
practices of life and cognitive coexistence of
town, where the singularities of the privacy of the
individual and family are instantly transfigured
by coexistence practices desindividualizan
transforming and freeing their
uncertainties solipcistas citizens, providing them
with spatiality and temporality plasma or energized fluid
state hipermediatizada connected from security cyberculture
machinic , In their sensorial perception systems, each
system nurture as members who provide sense of being a
part of or a connection of a serial of community changing
that binds to welfare and consume as consequence
of a cognitive interaction field: Education in the higher
education system, another benchmark of modern city and
cognitive global citizen.
Palabras clave: ciudad, cognición, ciberespacilidad,
capitalismo cognitivo, universidad.
Key words: city , cognition, ciberespacilidad, cognitive
capitalism, college
Introducción
La atención temática entorno a la ciudad no es nueva,
diversas formas de pensamiento sociológico, antropológico
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y psicológico (Lefebvre, 1972; Harvey, 1990; Williams, 1993
[1973];Weber, 1987 [1921]; Sennett, 1975; Simmel, 2001
[1903]; Freud, 1999; entre otros) han hecho de este tema,
una categoría epistémica coyuntural relativa a las maleables
maneras históricas que han permitido la configuración de
ésta a través de acontecimientos de índole cultural, político,
social y económico creando comprensiones diferentes,
contradictorias y en algunos casos relacionadas; lo que
permite advertir la exigencia de re-pensarla.
En medio de los planteamientos que connotan
a la ciudad como un espacio urbano, o un contexto de
producción que se legitima a través de la liberalización
del mercado (Jameson, 1991; Lefebvre, 1972; Mumford,
1961) propio del sistema capitalista que la utiliza a favor
de la acumulación de la riqueza –posición fatalista-
incrementando las desigualdades sociales (Mandel, 1986);
o que la sitúan como el lugar del conflicto de las patologías
urbanas -enfermedades cardiovasculares, comportamiento
tipo A PCTA2, ira, inseguridad y miedo urbano (Niño, et. al.
1998)-, o como comprensión de lo ambiental-urbano en
la perspectiva de ecología humana de Wirth (1945) o la
emergencia de visiones pesimistas sobre la vida en ciudad
de Mitscherlich (1969) o la enunciación añorante de ciudades
modelo como la del “Llano de Río” (1914-1917) de Davis
(1992) y otros nostálgicos; o la atalaya posinsdustrial que
convierte a la ciudad en otro referente y no en el referencial
por las lógicas de la sociedad informacional (Castell, 1996)
que navegan ya no por los lugares públicos de la urbe sino
por la redes ciberculturales que expanden otras formas de
vivir y de convivir, o la mirada crítica que propone Jacobs
(1961) al urbanismo planificador como el “culpable” de la
perversa construcción de los lugares públicos con menos
carácter de encuentro y más de desencuentro; todas estas
consideraciones devienen en la contemporaneidad en una
ciudad envuelta en paradojas, que la instalan como el medio
urbano que dota a los individuos de envolturas psíquicas
frías, fragmentadas, dispersas que marcan personalidades
(Durkheim, 1995, 1982; Simmel, 2001, Sennet, 1978)
identidades y relaciones sociales anómicas, esto es,
dependientes de guías normativas y de lenguajes que
incentivan restricciones de orden emocional afectivo para el
trato urbano y que deterioran la vida pública.
La ciudad de los des-conocidos viviendo en “comunidad”
4 Es un constructo psicológico útil a propósitos epidemiológicos propuesto por los cardiólogos Friedman & Rosenman, referido a un conjunto de comportamientos de impaciencia, competitividad, sobrecarga, dependencia social, pérdida de control, hostilidad, entre los más importantes. (En Moyano, E. et. al. (2011). Patrón de comportamiento tipo A, ira y enfermedades cardiovasculares (ECV) en población chilena. En: Revista Latinoamericana de Psicología. Vol 43, No. 3. Pp. 443 – 453). 5 El dispositivo “siendo bastante heterogéneo –incluye discursos, instituciones, reglas, leyes, enunciados científicos, etcétera-, se distingue de la episteme porque abarca tanto las prácticas no discursivas como las discursivas.” (Cubides, 2006, p.58) éstos “… no son estructuras fijas o sólidas, sino disposiciones que cambian al tiempo que se expanden. (Noguera, 2009, p. 3)6 La práctica es un “modo de actuar y pensar que brinda las posibilidad de entender la correlación entre el sujeto y el objeto.” (Lechuga, 2088, p. 206)7 “[…] el régimen de veridicción, en efecto, no es una ley determinada de la verdad, [sino] el conjunto de las reglas que permiten, con respecto a un discurso dado, establecer cuáles son los enunciados que podrían caracterizarse en él como verdaderos o falsos” (Foucault, 2007, p. 53).
plantea al decir de Harvey (1985) una especie de conciencia
urbanizada, esto es, configurada por los prejuicios
fetichistas, superficiales, que concentran individualismo,
competitividad y solipsismos urbanos que en relación a los
planteamientos de Sennett (1975), instala individuos que
habitan la ciudad buscando cohesión emocional y valórica
dispuesta no precisamente a la experiencia plural y real de
“vivir juntos” sino a las urgencias de acceso a comunidades
de capital y de vida urbana que permiten adquirir o poseer
el valor de cambio y el valor de uso, propios del proceso de
modernización contemporáneo.
Quizás el incremento de los estereotipos y los
prejuicios superficiales del habitante de la ciudad se ha
convertido en un dispositivo5 jalonador del deseo de libertad
que la sitúa en la esfera del consumo de las dimensiones
sociales, políticas, culturales urbanas como en ninguna
otra época se había visualizado y vivido, instalando una
conciencia urbanizada que propone nuevas formas de
entender la ciudad no sólo como depositario sociológico,
antropológico, psicológico, además como práctica de poder
y de saber en continuo devenir.
Esta especie de tránsito modernizante sugiere
distinguir el paso de una ciudad de la disciplina a una ciudad
de la vigilancia y del control, en donde no se prescribe
o enjuicia, o se idealiza o determina, o se es optimista o
pesimista, o inconsciente o consciente urbano, en medio de
todas estas concepciones de ciudad, se entrevé la exigencia
de reconocerla como “una construcción histórica y, señalar
los lugares del entramado histórico en el que se constituye”.
(Lechuga, 2008, p. 88).
La ciudad contemporánea entonces reclama ser
aprehendida a partir de las creaciones verbales que
han ideado los hombres y en las instituciones que la han
hecho posible. En ella, lo que se devela son las prácticas3
que la han construido, una serie de prácticas discursivas,
comprendidas menos como entramados de lenguaje, sino
más bien, como reglas, condicionamientos, funcionamientos
que la hacen distinguirse como ciudad y en este sentido co-
crearla como un régimen de veridicción4 propio del proceso
de modernización pero que además permite vislumbrarla
como la espacio/temporalidad autogestionadora de lo
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político y de la(s) política(s) en la contemporaneidad.
La ciudad cómo régimen de veridicción
El re-conocimiento de la ciudad como régimen de
veridicción insta a re-crear la aparición de una serie, quizás
discontinua, de condicionamientos de planeamiento espacial
y temporal entorno a las nuevas disposiciones industriales
del siglo XIX cuya experiencia europea se dinamiza en el
paso de las gentes a espacios geográficos de intensidad
industrial alta que devino en la concentración de condiciones
de posibilidad sociales y de higiene atravesados por
prácticas económicas agenciadas por las nuevas dinámicas
del trabajo asalariado y el incremento del valor de cambio
y del valor del uso que configuró la institucionalización del
mercado urbano para vivir y con-vivir. Ahora bien, de este
devenir lo central se halla, para entender la ciudad como
régimen de veridicción, en los dos pliegues de la institución
del mercado urbano, la vida y la convivencia.
La ciudad es el centro del encuentro de dos
tipos de prácticas para vivir y convivir: las espaciales
y las temporales vital/cotidianas y las espacialidades y
temporalidades institucionalizadas, últimas que crean las
condiciones sociales para que el habitante de la invención
urbana se transforme en ciudadano de éste régimen de
veridicción. Dos especies de prácticas que crean tensiones
y relaciones entre las representaciones del espacio y del
tiempo normadas, ajenas a las particulares y singulares que
permiten los espacios y tiempos de representación o esos
espacios y tiempos derivados de las lógicas individuales
e íntimas y no formales (Lefebvre, 1991) que destilan lo
político o en otras palabras, las verdades de lo cotidiano8
entorno a la forma de conseguir vivir y de convivir (lo político)
que se hicieron institución o formas de política instituida que
permitieron la configuración de un orden social denominado,
ciudad.
La ciudad entonces es esa espacialidad/temporalidad
en la que el habitante, deja de serlo una vez inscrito en
el territorio de lo urbano por la presencia interferida y/o
diferenciada de la espacialidad/temporalidad propia,
singular e íntima para convertirse en un ciudadano, esto es,
en un sujeto que detalla y registra en los tiempos y espacios
de intersección subjetiva, la exigencia de socialidades
(Maffesolli, 1996) que difuminan la conservación de la
individualidad para instaurar el sentimiento de “estar
juntos”, de tener y ser parte de una comunidad que exalta
el amor por lo colectivo desendividualizando al habitante
ahora ciudadano. No es otra forma de contrato social sino
la reconversión del mismo pero esta vez instalada a través
del control de las percepciones sensibles de sentido de
8 Se asume una comprensión de la vida cotidiana desde Heller (2002) como “el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales, a su vez, crean la posibilidad de la reproducción social” (p. 379 El enunciado “es una función del discurso. Es un conjunto de signos que bien pueden ser una frase, una proposición, pero siempre considerándolo en el nivel de su surgimiento o de la exclusión de otros enunciados. No corresponde al análisis lingüístico ni a la historia del pensamiento”. (Lechuga, 2008, p. 200).
pertenencia a un colectivo humano garante de seguridad
y conectividad a la máquina urbana –ciudad- de atención
preferencial vía servicios y bienes de consumo y confort
constante, muy distinto a la forma policial de conversión de un
habitante urbano que actúa bajo códigos de disciplinamiento
corporal y moral so pena de la sanción jurídico-legal –
encarcelamiento moral y del cuerpo-.
En esta dinámica de modernización, la ciudad gira
hacia otras formas de configuración y en este movimiento
se evidencian tensiones de relación entre lo deseado por
el ciudadano de “a pie” y lo planificado por el ciudadano
empotrado en el poder institucionalizado. Una serie
discontinua de tensiones de relación de deseos instituidos “la
demanda de producir o mantener un conocimiento ubicado
o contextualizado que es un reclamo global en contra de
la ignorancia y el silenciamiento producidos por la ciencia
moderna tal como la utiliza la globalización hegemónica”
(Sousa, 2009, p. 256) e instituyentes o “nueva creación
imaginaria de una importancia sin igual en el pasado, una
creación que ubicaría en el centro de la vida humana otras
significaciones que no fueran la expansión de la producción
o del consumo” (Castoriadis, 2005, p. 105) que emergen en
la ciudad como manifestación de lo que Maffesolli (2005)
denomina como poderío y potencia:
Los latinoamericanos, con su socialidad del sur que
les caracteriza, se encuentran más compenetrados
por la resolución de problemas de responsabilidad
y compromiso a través de las prácticas informales,
u otras que son normatizadas cada día pero que no
entran forzosamente en la lógica de las instituciones
del Estado-nación. Esto se llama un efecto de
resistencia o una centralidad subterránea. En otras
palabras se trata de un problema que vincula al
poder con la potencia. (p. 27).
O lo que Mouffe (2007) nombra como lo político y la política:
Concibo “lo político” como la dimensión de
antagonismo que considero constitutiva de las
sociedades humanas, mientras que entiendo a “la
política” como el conjunto de prácticas e instituciones
a través de las cuales se crea un determinado orden,
organizando la coexistencia humana en el contexto
de la conflictividad derivada de lo político. (p. 16).
La ciudad como régimen de veridicción esta condicionada
por los enunciados9 de política y los de lo político. En esta
realización enunciativa lo que se entrevé es que ella se
dispone como ciudad en tanto relaciones discontinuas de
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poder y de saber entre el poderío o realización del poder
institucional y de la potencia o realización del poder no formal.
Esto es, la ciudad contiene una continua pugna entre la
conversión del habitante y del ciudadano que hace que esta
devenga desde sus modos de vivir y de convivir, esto es, se
transforme según corresponda a las tensiones nombradas,
bajo una serie de registros que hablan de las prácticas de
vida y de convivencia de ciudad, a saber, códigos de policía
(acuerdos, leyes de protección a la mujer, al anciano, la niño,
al joven, cuadrantes, CAI, etc), códigos de educación (leyes
de educación, decretos reglamentarios, sentencias, colegios
públicos y privados, universidades, sindicatos magisteriales,
cooperativas de docentes, etc.), acuerdos de seguridad
comunal (vigilancia privada, cámaras de seguridad, alarmas
barriales, avisos de prevención, etc.), códigos civiles (normas
de derecho privado para regular las relaciones civiles de las
personas naturales y jurídicas, privadas o públicas), códigos
de viales, de tránsito y transporte, códigos de salud (leyes
generales de salud, códigos de ética de profesionales de la
salud, etc), códigos de recreación y cultura (Acuerdos, leyes,
decretos de equipamiento, sitios de cultura, de recreación
de deporte, de financiación, etc.), códigos religiosos
(iglesias, grupos de oración, procesiones, encuentros
juveniles, alabanzas, festivos religiosos, temporadas
de fe entorno a acontecimientos, monumentos, etc.),
códigos ecológicos y medio ambientalistas, y los códigos
massmediaticos que hacen de la ciudad la gran máquina de
energía comunicacional y virtual, depositaria y a la vez flujo
constante de informaciones que conectada a otras, hace del
ciudadano un usuario online, esto es, configura otros tipos
de identidades que merecen su atención, en términos del
consumo ciberespacial y otras codificaciones que agencian
la gobernanza10 de una ciudad en lo económico y lo político,
que son y seguirán siendo producto de esa lucha entre los
deseos de lo político y los deseos de las políticas.
La ciudad como espacio y tiempo cognitivo
Autores como Sennet (1978) que anuncia el fin del
espacio público en la ciudad por la era de la informática,
o Calhoun (1992) entorno a la ciudad la afirma como
lugar de intercambio de información cada más restringido
a lo privado y menos a lo público que han mediatizado la
vida y la convivencia en la ciudad, difuminando al decir de
estos y otros teóricos, la presencia del Estado y en él de
lo público como realización de la ciudad. Aseveraciones
que permiten entrever que el desarrollo de este régimen de
veridicción urbano adquiere formas de vinculo entre la vida
(lo político) y la convivencia (las políticas) no precisamente
de despolitización (Thompson, 1998) de la esfera pública,
más bien de una conectividad indiferencial de la intimidad
del ciudadano/usuario a lo público capaz de agenciamiento
interactivo de lo ciudadano en la esfera del hogar. Diríase que
la ciudad de la contemporaneidad se instala en las prácticas
cotidianas o espacios de representación urbanos, vitales
de la familia de la ciudad convirtiéndola instantáneamente
(temporalidad espacializada) en ciudadana vía conectividad
massmediática.
Lo que esta ocurriendo es una liberalización de
lo público en lo privado que captura los sistemas psíquicos
perceptivos de las familias en su fuero íntimo, a tal punto
que los escenarios de lo que fueron representaciones
espaciales públicas compartidas en los momentos de ocio
ahora se olfatean como espacios del tránsito vial – físico- a
espacios de transito virtual – inmaterial. Lo que plantea una
matriz urbana cuyas esferas públicas transitan a lo privado
vía fuentes ciberespaciales concentradas en lo que en otrora
eran los centros de abastecimiento de lo público; así los
parques, las plazas, las calles, los centros de recreación,
cultural y deporte, las iglesias, los almacenes, entre otros,
se vuelven centros de congregación pública en tanto estén
penetrados de aparatos tecnológicos que vehiculen la
presencia de los deseos mediante “máquinas de liberación
del deseo y dispositivos de control so bre el imaginario.” (Bifo,
2007, p. 23) ciudadano.
Estas prácticas de temporalidad espacial en
donde los habitantes se configuran en ciudadanos vía
mediatización tecnológica no son del todo nuevas. El uso
y el desuso de artefactos tecnológicos siempre ha marcado
las prácticas de lo público como de lo privado en la ciudad,
todos usan casas, apartamentos, automóviles, teléfonos
fijos, micrófonos, radios, televisores, parlantes, cámaras
fotográficas y de video, grabadoras, bicicletas, etc., sólo
que ahora se ha diversificado la innovación tecnológica a la
interactividad que produce aparatos que aceleran el tiempo
y el espacio de comunicación expandiéndolos a lugares
antes desconocidos, esto es, contribuyen a la ampliación
de lo público a dimensiones globales, vía ipad, celulares,
interfaz de ordenador Metamophing con teclado para ciegos
incluyendo parlantes que les hablan, E-Libro Slap Pulseras
de chocolate, agencia pulsera electrónica para ver imágenes
videos ebooks, pantallas plasma tridimensionales gigantes,
autos inteligentes, tarjetas de memoria, ordenadores
inalámbricos, zonas wifi, luz de bolsillo, SMS & Email Pen o
P boligrafo para enviar mensajes de texto y mails, ventana al
mundo Mac Funamizu, cámara digital con visor de material
10 La gobernanza “ha venido siendo” un conjunto de prácticas de gobernar que se han sucedido bajo modos jerárquicos o estatal-estatista o vertical de mando/control dadas antes de la década de los 90 del siglo XX; en ellas prevalecían procesos de gobernar en donde el gobierno central definía sus objetos, acciones e instrumentos preferidos para alcanzar los objetivos que suponían la solución de problemas en cuyas condiciones se ponía más atención al gobernante y a su acción política (Aguilar, L (s.n.) Gobernanza local y educación: la supervisión escolar. En: www.youtobe.com, recuperado el marzo 12 de 2012)
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transparente y ultra fino, entre otros, que afectan los sistemas
de percepción humanos acostumbrados a re-producir sus
narrativas vitales y cotidianas a punta de oralidad y contacto
corporal directo que convertían los espacios de la ciudad
en lugares de la opinión pública y que en el presente actual
se han re-generado a unas formas de narrar la vida y la
convivencia urbana trastocando la privacidad y la intimidad
del ciudadano instántaneamente que re-crea su ciudad en la
fuerza interactiva de la cibercultura11 de una ciudad/mundo
en tanto conectada en redes sociales.
Una ciudad cibercultural avizora una ciudad inteligente
en términos de la metamorfosis técnica12 que la decir de
Levy (2007) citado por Rueda (2012), se evidencia en el
“carácter participativo, socializante, abierto y emancipador,
a través de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación.” (p. 44). Lo que propone comprender a la
ciudad en una espacialidad y temporalidad cognitiva, esto
es, como un régimen de veridicción cognitivo en tanto
en ella se autogestionan relaciones de saber y de poder
entorno a la información comunicada de forma inmediata
alimentando los tentáculos de lo público y de lo privado en
términos distribución de datos, mensajes e interpretaciones
que conectan las ideas políticas, económicas, sociales,
culturales a la corporalidad popular que responde formas
de participación on-line que se incrustan bajo movimientos
sociales off line, de encuentro masivo para interferir o apoyar
acciones gubernamentales, o de la sociedad civil.
La fuerza interactiva hallada en el uso artefactos
que los ciudadanos han venido promoviendo en la ciudad
cibernauta, quizás pueda comprenderse desde lo que
Rueda (2008) denomina las características de esas formas
de agenciamiento cognitivo:
a. Se matiza la centralidad del espacio público urbano
de interacción cara a cara, así como la llamada
esfera pública, y se promueve una nueva provista
por la inmaterialidad de las redes electrónicas
(ejemplo de ello son espacios como Facebook,
Flickr, MySpace, etc.).
b. Las prácticas sociales se constituyen en torno a
11 En palabras de la investigadora Rueda (2008), se considera la cibercultura como un campo de estudio a partir del cual es posible comprender las transformaciones culturales ligadas a la introducción de tecnologías digitales en las sociedades contemporáneas y, en particular, en las del denominado Tercer Mundo, a través de relaciones complejas de entramados tecnosociales, en tres ámbitos, a saber: el ejercicio del poder, la acción social colectiva y la experiencia estética. (p. 8). O a partir de Fumero (2002) soportar a la cibercultura como una “Red” o “espacio social con cabida para todos los agentes sociales… que nace de la propia acción social en interacción con un contexto tecnológico nuevo en la que los cerebros permiten su continua y discontinua existencia a través de la fuerza dinámica de la meme o unidad mínima de información cultural trasmisible de una mente a otra… resaltado como el “Nuevo Entorno Tecnosocial (NET) más que de una nueva versión de Internet.” (Pp. 8-11).
12 Preguntamos por la técnica cuando preguntamos por lo que ella es. Todo el mundo conoce los dos enunciados que contestan a nuestra pregunta. El uno dice: la técnica es un medio para unos fines. El otro dice: la técnica es un hacer del hombre. Las dos definiciones de la técnica se copertenecen. Porque poner fines, crear y usar medios para ellos es un hacer del hombre. A lo que es la técnica pertenece el fabricar y usar útiles, aparatos y máquinas; pertenece esto mismo que se ha elaborado y se ha usado, pertenecen las necesidades y los fines a los que sirven. El todo de estos dispositivos es la técnica, ella misma es una instalación, dicho en latín: un instrumentum. (Heidegger, 1994, p. 1).
valores culturales, modos de vida y construcciones
de sentido (más allá de intereses de clase o
sectoriales) y en oposición a modos de organización
y comunicación verticales, burocráticos y rígidos,
de ahí que se privilegie la adopción de un tejido
organizacional y comunicativo en red.
c. La presencia creciente de colectivos y movimientos
sociales de carácter global en la Red que no
obedecen directamente a regulaciones estatales. (p.
14).
Una ciudad contemporánea hecha desde relaciones
interactivas que domeña las antiguas prácticas de lo
público concentrando su actividad social ya no únicamente
en las experiencias cotidianas que se compartían con
los más cercanos en tiempo y en espacio, retardando o
mejor limitando las iniciativas sino esta vez, informados y
configurados en “inteligencia colectiva”.
Transfiriendo los términos de Levy (2007) entorno a
la inteligencia colectiva a la nueva comprensión de ciudad
inteligente se empieza a reconocer a ésta última como
un régimen de veridicción cognitivo en donde las reglas
policiales y disciplinarias que hacían las prácticas de vida
y de convivencia urbana se enuncian ahora en redes de
aprendizaje compartido, controlado y vigilado, esto es, la
ciudad es inteligente en tanto:
a. Es la condición para transmitir y producir conocimientos
colectivizados.
b. Es el territorio que permite la conexión ciberespacial
soportada por las tecnologías intelectuales.
c. Es el receptáculo de las mutaciones de las funciones
primitivas humanas:
memoria (bases de datos, hiperdocumentos,
ficheros numéricos de todas clases), imaginación
(simulaciones), percepción (sensores digitales,
telepresencia, realidades virtuales), razonamientos
(Inteligencia artificial. Modelización de fenómenos
complejos). Estas tecnologías intelectuales
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L A “ C I U D A D C I N C - A I R E ” Y S U S D I O S E S
favorecen:
- nuevas formas de acceso a la información:
navegación hiperdocumental, caza a la información
mediante motores de búsqueda, knowhots o agentes
de programas, exploración contextual mediante
tarjetas dinámicas de datos;
- nuevos estilos de razonamiento y de conocimiento,
tales como la simulación, verdadera industrialización
de la experiencia del pensamiento, que no tiene que
ver ni con la deducción lógica ni con la inducción a
partir de la experiencia. (p. 129).
Una ciudad inteligente en tanto informada
hipermedialmente e irradiada por la fuerza de la virtualidad
en las percepciones de los ciudadanos afecta el fuero de
las necesidades de los ciudadanos y por supuesto la carga
valórica de los mismos. Quizás, al decir de Bauman (2005b)
la fluidez de la vida y de la convivencia urbana empieza
a desvanecer los hábitos, las costumbres y las rutinas de
las sociedades disciplinarias que devienen del siglo XIX.
En esta nueva forma de ciudad, la convivencia se organiza
de forma simultánea con la vida íntima del ciudadano:
las disposiciones normativas, los impuestos caseros, la
información teletransmitida, se irradian junto a los deseos
de libertad y de bienestar de la población citadina logrando
“esclarecer” y asegurar una serie continua de reformas a
las percepciones inundando la vida de seguridades y de
autonomía, que vivir se convierte en un estela de continuo
progreso, confiable, flexible y maleable.
Sin embargo, junto a esta transfiguración de la ciudad
subyace una energía que abastece el devenir tecnológico y
científico que reclama vivir y convivir informados, es la de
ser ciertamente ciudadano en tanto educado. Una ciudad
inteligente requiere de ciudadanos inteligentes.
Y la inteligencia en una ciudad deviene de sus códigos
educativos que se suscitan de las demandas sociales de
formarse. Una demanda educativa que exige una oferta
formativa es lo que ha fluido bajo la forma de capitalismo
cognitivo propio del lugar de la cognición hipermedial, la
ciudad contemporánea.
El capitalismo cognitivo es la nueva fuerza económica
que nutre una manera distinta de comprender la labor de
la ciudad, que teje una nueva forma social –por no decir
clase social- el cognitariado. En tanto fuerza económica, la
ciudad, lo que debe comprenderse es que se ha vinculado
la economía y el conocimiento rentable y entorno a la
labor –el trabajo del clásico operario- se ve afecta por esta
fusión, que reclama, una energía productiva de la ciudad
demandando ciudadanos que abastezcan las despensas de
saber urbano en términos que le permitan crecer en ciencia
y tecnología. La fuerza laboral urbana entonces gira entorno
a la consecución de ciudadanos cualificados para que su
productividad sea eficiente respondiendo a las exigencias
de una ciudad cognitiva que requiere mantenerse moderna
por su capacidad para consumir y aplicar conocimientos y si
se puede generar nuevas formas tecnológicas. (Fumagalli,
2010; Rullani, 2004).
Estas nuevas disposiciones laborales que el
capitalismo cognitivo dispone en el devenir de la ciudad
cognitiva e hipermedial compone un sistema educativo que
agencia la preparación académica, científica y tecnológica
de los ciudadanos del cognitariado. En esta lógica capitalista
emerge como dispositivo nodal del progreso ciudadano y
por supuesto de la ciudad, la universidad, que es uno de
esos elementos del aparato educativo, que por su posición
“entre caminos” de final de un proceso formativo de media
vocacional y de inicio de un proceso de educación superior
y/o técnico o tecnológico, es el avatar de las demandas
sociales que buscan percibirse educadas para seguir
encajando en la ciudad cognitiva.
Al respecto Haug (2010) afirma:
Esto implica reformas dentro de las propias
universidades, sobre todo una profunda revisión
curricular y metodológica de los programas
formativos. Al lado de aspectos cooperativos
aparecen, también en esta etapa, dimensiones
competitivas, con la ambición de preparar mejor a
los estudiantes nacionales para el mercado laboral
europeo e internacional y fomentar el atractivo de
los sistemas y las universidades de cada país en el
ámbito europeo, así como mundial. (p. 22).
La ciudad cognitiva afecta los códigos del sistema
educativo acentuando exigencias a la universidad para
que re-cree ofertas educativas que tenga relación con
las demandas del capitalismo cognitivo, aquellas que
permean el sistema de percepciones entorno a la libertad
y el bienestar ciudadano. En otras palabras, el capitalismo
cognitivo como fuerza devenida de las prácticas de control
y de vigilancia de la vida (lo político) y de la convivencia
(políticas) contemporáneas configura una ciudad de las
percepciones en donde la mediatización de la educación
es un dispositivo potente para hacer sentir al ciudadano
capacitado y preparado cognitivo para el bienestar en
tanto, formado para la mejora de la capacidad adquisitiva
de servicios y bienes y del consumo de la ciencia y la
tecnología que le hacen percibirse libre en tanto conectado
con la ciudad/mundo cognitiva. Esto en una ciudad que
detenta el control y la vigilancia de las percepciones de los
ciudadanos afecta los escenarios institucionales que supone
colabora a la distribución de semejantes prácticas de la vida
y la convivencia. La universidad entonces se vuelve eje en
este proceso urbano del control perceptor y a ella llegan
las demandas bajo condicionamientos sobre su sistema de
espacio de educación superior.
Esos condicionamientos perceptivos o condiciones
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de posibilidad selectivos de la ciudad cognitiva comunicados
a los tiempos y espacios del entorno universitario transfieren
las yuxtaposiciones, tensiones de relación entre las
prácticas administrativas, investigativas, de docencia y
extensión; entre los espacios pedagógico/curricular de saber
e intelectual/discursivo; por ejemplo el cálculo temporal del
aprendizaje introduce las dispositivos de eficiencia y de
eficacia a la productividad de la gobernanza universitaria
evidente en el entorno de la educación superior en el
modelo ECTS (European Credit Transfer System) que a su
vez, traslada al centro del proceso educativo el aprendizaje
dejando en una posición de aparente rezago productivo
a la enseñanza y des-territorializa el aula a espacios de
práctica directa con las situaciones sociales modificando
los roles y las relaciones de los docentes y de los dicentes
en donde “el alumno se verá obligado a asumir un papel
mucho más activo, autónomo y menos dirigido, mientras sus
profesores pasarán a asumir un papel de facilitador -que
implican modificaciones a las metodologías centradas más
en el trabajo individual del estudiante, acentuando la des-
temporalización de la enseñanza por una disminución del
tiempo aula fracturando los procedimientos de evaluación
que deben girar ya no en- “evaluar únicamente conocimientos
sino más bien de ser además capaces de valorar en qué
medida se ha conseguido un cambio de actitudes y se ha
logrado un desarrollo de procesos de calidad” (Fernández,
2006, p. 391), e incorporando procesos de evaluación
permanente a la propia institución de educación superior a
través de visitas de pares o de dispositivos de control sobre
la productividad/titulación según los perfiles profesionales.
En este sentido, el sistema de la educación superior
comunica una serie de relaciones de eficiencia y eficacia
sobre la enseñanza, el aprendizaje, las metodologías, la
evaluación; la administración de los recursos, las fuentes
de financiación instalando prácticas de orden productivo
capitalista que agencian las diferencias sobre el diseño
y el control de los entornos convirtiéndolas en relaciones
de autoproducción de un sistema económico cognitivo
o condicionamiento de relaciones de modernización de
la educación superior, posibilitando que los ciudadanos
se entronicen de forma confiada a su espacialidad y
temporalidad intelectual, científica y tecnológica y la ciudad
sea reconocida como la fuente de la cognición exigida por el
devenir de la económica y de la política cognitiva.
Diríase que el sistema económico cognitivo o
condicionamiento de relaciones de modernización de la
educación superior re-produce a la ciudad y al ciudadano,
que evidencia la capacidad interpretativa del sistema
universitario sobre el entorno urbano/global. El sistema
económico cognitivo distribuye la condición de un espacio de
educación superior como límite del entorno, esto es, como
“la realidad de un más allá y la posibilidad de rebasarla”
(Luhmann, 1996, p. 51). En otras palabras, se expande la
idea (sistema) de un ente unificador del entorno de la ciudad
a través de la educación superior mediante los ritmos del
mundo académico (disciplinas, cátedras, departamentos,
facultades, planes de estudios, proyectos de investigación,
etc.).
Lo que se comprende es que el sistema económico
cognitivo o condicionamiento de relaciones de modernización
de la educación superior re-produce en la ciudad y en los
ciudadanos procesos de reforma que se traducen “en
decisiones nacionales después de ser ajustadas a las
«necesidades y realidad» urbana, por lo cual se da inicio a
un proceso de homogeneización de las políticas educativas”
(Martínez, 2004, p. 107) y de los entornos en donde todo se
debe sentir educado. La universidad se vuelve el escenario
de las coyunturas sociales propicias para provocar el control
y la vigilancia de las reformas políticas que convienen a la
modernización de la ciudad que se comunican de forma
inmediata a través de las TIC permeando las percepciones
de lo político con el lenguaje de la ciencia y la tecnología y
antes a éste con los signos de la lógica del mercado en la
universidad. (Ferreiro, 2010; Laval, 2004).
La atención de la universidad y en ella de la educación
superior exige reconocer que esta ha sido convertida desde
las décadas de los 50s y hasta el siglo XXI en:
una institución productora de cultura ligada al poder
y, en las sociedades capitalistas, una institución
de reproducción social de ese tipo de sistema. En
las viejas universidades se enseñaba a «gobernar
bien» o, lo que es lo mismo, «el arte del buen
gobierno», el arte de saber mandar de modo que
la dominación no sea excesiva ni despótica, aunque
siga siendo dominación, y los requisitos del uso
de una violencia sistemática encubierta. En las
universidades de masas del último siglo, junto a los
contenidos propiamente técnicos y metodológicos
se transmitían y se siguen transmitiendo un conjunto
de procederes y disciplinas que caracterizan a
las capas cultas de la sociedad, encargadas de
reproducir, mantener y gestionar la supervivencia
de ese mismo sistema. Esas capas cultas tienen a
13 El cálculo de secuentes es otra forma de resolver los problemas de satisfacibilidad, validez y consecuencia lógica para la lógica proposicional. En líneas generales se basa en considerar un objetivo inicial acorde con el problema que se quiere resolver, y descomponerlo en subobjetivos cada vez más simples hasta llegar a situaciones cuya solución sea trivial. En otras palabras, lo secuente es una lógica de la comunicación cuya interpretación es alternativa, donde las interpretaciones corresponden a las expresiones, esta últimas son los secuentes en tanto no son símbolos lógicos sino afirmaciones de relaciones de consecuencia que no tienen constantes lógicas, sino mutaciones constantes que se responden con reglas secuentes y no con reglas para constantes lógicas. De ahí, las interpretaciones de difuminación, maleabilidad y de escaso poder disciplinar del ciudadano contemporáneo.
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gala su capacidad para «tener razón», para saber
argumentar y defender sus puntos de vista frente
a las capas ignorantes o desprovistas de tales
habilidades, pero raramente caen en la cuenta
de que la ignorancia es compartida aunque no
recíproca. (Galcerán, p. 14).
En estas bodegas industriales de conocimiento
científico y tecnológico, la ciudad contemporánea se
metamorfosea como una gran máquina de cinc-aire en
cuyo fragor las Tics oxidan los rostros de los ciudadanos
cincelando la cara de hollín del usuario online. La ciudad del
cinc-aire, es la ciudad cognitiva y lo es, porque este elemento
químico ha logrado fusionar la vida urbana “cargando”
la materialidad corporal con la inmaterial/ inteligencia;
ha intervenido en el metabolismo y en los nutrimentos
proteínicos del sistema biológico humano cicatrizando
la fragmentación entre las inteligencias humanas con las
inteligencias “artificiales” de las máquinas tecnológicas,
ambas integradas, el cuerpo humano por un 40mg por Kg y
las computadoras y demás aparatos en sus baterías cin-aire.
La ciudad cognitiva o «ciudad cinc-aire» ha logrado crear la
plasticidad neuronal entre el ciudadano y ella misma; ambos
son máquina contemporánea de constante, secuente5 y
flexible aprendizaje cognitivo.
En la «ciudad cinc-aire» emerge el ἀφρός /aphrós/,
o “espuma” de la que emergen los nuevos dioses de la
ciudad contemporánea: la cognición, la ciberespacilidad,
el capitalismo cognitivo y cognitariado o nuevo tipo de
ciudadanos capacitados para la precaridad laboral. Una
ciudad con ciudadanos cognitivos, ambos configurados
y configuradores de unas prácticas de vida en las que las
singularidades de la intimidad del individuo y de la familia
resultan instantáneamente transfiguradas por prácticas
de convivencia que les desindividualizan transformando
y liberando simultáneamente a los ciudadanos de sus
incertidumbres solipcistas, proveyéndolos de espacialidad y
temporalidad plasmática o estado fluido cargado de energía
conectada hipermediatizada a partir de la cibercultura
de seguridad maquínica, en sus sistemas de percepción
sensorial una vez se nutran como miembros de un sentido
de pertenencia o conexión a unas series cambiantes de
comunidad que les vincula al bienestar y consumo secuente
a un campo de interacción cognitiva, la educación en el
sistema de educación superior: un otro referente de ciudad
moderna y de ciudadano global cognitivos.
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COMUNICACIÓN,PARTICIPACIÓN Y COMPETENCIAS
MATEMÁTICAS
SEPTIEMBRE DE 2013
BERNARDO GARCÍA QUIROGA1
ARNULFO CORONADO2
¿Cuál es el significado de las matemáticas en
un entorno educativo que no tiene como objetivo
educar matemáticos puros sino ciudadanos?
(Valero y Skovmose, 2012)
Resumen
Esta comunicación representa un avance
de investigación del proyecto “Desarrollo de
competencias matemáticas en estudiantes de
educación básica y media del departamento
del Caquetá”, desarrollado por nuestro grupo
de investigación “Desarrollo Institucional
Integrado”, línea de investigación Competencias
Matemáticas, en el que hemos trabajado
los últimos cuatro años. El propósito es
aportar elementos teóricos y metodológicos,
para resignificar la actividad matemática de
aprendizaje a partir de dos opciones teóricas: a)
concebir el aprendizaje de las Matemáticas como
un proceso de enculturación, cuyo propósito
central de la clase de matemáticas no es el
rigor matemático, sino el compartir y desarrollar
el significado matemático sobre la base de la
comunicación y la negociación cultural entre los
sujetos (Bishop, 2005, p. 22-23) y b) aprender
matemáticas es una construcción discursiva
sujeta a la necesidad de participar, socializar
1 Profesor investigador titular Universidad de la Amazonia. Doctor en Ciencias Pedagógicas del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de la Habana, Cuba. Correo: [email protected]
2 Profesor Asociado Universidad de la Amazonia. Magíster en Docencia de las Matemáticas, Universidad Pedagógica Nacional UPN. Bogotá. Colombia. Correo: [email protected]
e interactuar intersubjetivamente (Sfard, 2008),
que en Matemáticas se condiciona por la elección
de un mediador simbólico, dada la naturaleza
inexistente de los objetos matemáticos, estos
son los sistemas semióticos de representación
(D’Amore, 2005).
Palabras clave: Competencias matemáticas,
tareas matemáticas, procesos matemáticos,
niveles de complejidad, actividad matemática de
aprendizaje.
El término competencia es polisémico y
complejo, no solo por su etimología y su carga
ideológica, atribuida especialmente a sus
orígenes por fuera del campo educativo en
el marco de un Saber – Hacer eficientista al
servicio de tendencias económicas globalizantes
y de influencia neoliberal. En esta conferencia
nos importa su complejidad en el campo de la
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Educación Matemática.
No obstante, es esta misma complejidad del
término la que permite asumirlo como un
objeto de estudio nuevo, complejo y potente
para la investigación y, en consecuencia, para
ayudar a generar nuevas perspectivas teóricas y
metodológicas que orienten esta nueva línea de
investigación y la formulación de una propuesta
didáctica que apenas comienza a construirse
en educación matemática: enseñar para el
desarrollo de competencias matemáticas del
estudiante.
El propósito de esta conferencia es presentar
un avance de investigación del proyecto
“Desarrollo de Competencias Matemáticas
en estudiantes de educación básica y media
del departamento del Caquetá” del grupo de
investigación “Desarrollo Institucional Integrado”
de la Universidad de la Amazonia. Este avance
asume, de un lado, los desarrollos conceptuales
de Bishop (2005), sobre la importancia de
compartir y desarrollar el significado matemático
a partir de la comunicación y la negociación y,
de otro, la metáfora de la participación (Sfard,
2008), que plantea una resignificación del
aprendizaje apoyada en la participación y la
comunicación de los sujetos en una comunidad
de aprendizaje: la clase de matemáticas.
Competencias Matemáticas:
conceptualización, retos y perspectivas.
Se consideran necesarias unas breves
precisiones conceptuales para una mejor
comprensión de los resultados del avance.
Nuestro grupo de investigación adhiere a la
postura socio – cultural sobre las competencias,
asume que es mucho más que un Saber –
Hacer y, por tanto, su dimensión teórica se
instala más en el concepto de Formación que en
el de Instrucción: involucra aspectos cognitivos,
afectivos, volitivos, éticos y de tendencia de
acción que implica una pragmática de uso
social de la misma competencia en ambientes
escolares y extraescolares.
Concebimos el aprendizaje de las Matemáticas
como un proceso de enculturación, cuyo
propósito central de la clase de matemáticas
no es el rigor matemático, sino el compartir
y desarrollar el significado matemático sobre
la base de la comunicación y la negociación
cultural entre los sujetos (Bishop, 2005, p. 22-
23). Aprender matemáticas es una construcción
discursiva sujeta a la necesidad de socializar e
interactuar intersubjetivamente (Sfard, 2008),
que en Matemáticas se condiciona por la elección
de un mediador simbólico, dada la naturaleza
inexistente de los objetos matemáticos, estos
son los sistemas semióticos de representación
(D’Amore, 2005).
Respecto a su etimología, adherimos a lo
planteado por el Dr. Carlos Vasco en el 11°
Encuentro Nacional de Matemática Educativa
(ECME), organizado por la Asociación
Colombiana de Matemática Educativa
(ASOCOLME), Octubre de 2010:
• sobre la etimología de “competencia”:
del latín “competere” que se puede
entender como competir.
• También proviene de “cum-petere”:
“dirigirse con”, tender hacia una meta
conjuntamente con otros. El Dr. Vasco
afirma que “puede acentuarse en lo
competitivo o en lo cooperativo”
Desde la perspectiva socio – cultural que
comparte nuestro grupo de investigación,
asumimos las matemáticas como un fenómeno
cultural, histórico, que postula un conocimiento
construido y compartido social y culturalmente;
por ello asumimos que la noción de competencias
matemáticas debe instalarse en “…la reflexión
sobre el empleo de las matemáticas en la
sociedad” (García, Acevedo y Jurado, 2003,
p.13) y no solamente en la escuela.
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En esta dirección teórica, asumimos los aportes
de Vasco (2010), en el sentido de que enseñar
para el desarrollo de competencias se inscribe
en la etimología de “cum – petere”, pues este
desarrollo no solo es individual, sino también y
muy especialmente, social y cultural. Por ello,
es el maestro quien debe poner el énfasis en lo
cooperativo, en la interacción entre los sujetos
que aprenden y menos, mucho menos, en lo
competitivo. No es suficiente para una educación
matemática de calidad, que el estudiante sea
competente con las matemáticas solo como
estudiante, es indispensable que lo sea también
como ciudadano, en contextos extraescolares.
Esto no será posible si no comprende la utilidad
social de las matemáticas. El rol del profesor
de matemáticas, entonces, se pone a prueba
según su actitud frente a problemas cotidianos
de aula como:
¿Cómo lograr en el estudiante una inclinación
cultural favorable hacia las matemáticas?
¿Qué hacer en clase para que aprender
matemáticas sea socialmente útil para los
estudiantes?
¿Cómo transformar las tareas matemáticas
en propuestas significativas de trabajo para el
estudiante?
¿Qué competencias matemáticas promover
y cómo contribuir a movilizarlas en clase?
¿Qué perspectivas didácticas y curriculares
se asumen para el desarrollo de competencias
matemáticas del estudiante?
¿Cómo se asume la actividad matemática
de aprendizaje? y ¿cómo se articula esta
con el desarrollo de las tareas y los procesos
matemáticos?
Estos son problemas complejos, retos y
perspectivas en educación matemática muy
actuales para el maestro, las instituciones
educativas y el Ministerio de Educación
Nacional (MEN). Su solución se instala más en
la investigación y el trabajo de comunidades
académicas y menos en los decretos y
resoluciones administrativas.
En nuestra investigación, estos problemas se
asumieron desde dos con sideraciones teóricas
en educación matemática, ambas inscritas en la
perspectiva sociocultural y política:
a) “¿Cómo los significados de las
matemáticas escolares y las
competencias que ellas pretenden
promover se constituyen en un campo
de práctica social” (Valero y Skovmose,
2012, p. XII) que articule las tareas
matemáticas y la actividad matemática
de aprendizaje con problemas de
contextos escolares y extraescolares?
b) ¿Cómo situar en el centro de la clase de
matemáticas “la necesidad de compartir
y desarrollar el significado matemático?
(Bishop, 2005, p. 23)
Es desde esta óptica que
abordamos el proceso de conceptualización
en competencias matemáticas específico para
el propósito de esta conferencia: postular que
desde la comunicación y la participación en
la clase, se puede compartir y desarrollar el
significado matemático y contribuir en forma
más adecuada al desarrollo de las competencias
matemáticas del estudiante.
Comunicación y Participación para el
desarrollo de Competencias matemáticas
La importancia de la comunicación y de la
participación en el desarrollo de competencias
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matemáticas se instala en la resignificación
de la actividad matemática de aprendizaje del
estudiante y de la clase de matemáticas. Para
ello, el docente ha de demostrar un buen nivel de
conocimiento sobre la naturaleza y estructura de
las competencias matemáticas, ello le permitirá
comprender y abordar en sus prácticas de
enseñanza un proceso complejo y prolongado:
la articulación de los componentes de la
competencia con la actividad matemática de
aprendizaje. Es decir, introducir replanteamientos
didácticos al proceso de aprendizaje
matemático, implica específicamente, abordar
el siguiente problema de enseñanza: ¿cómo
articular las tareas matemáticas, los procesos
matemáticos y los niveles de complejidad con
la actividad matemática de aprendizaje del
estudiante? Además, es necesario que estos
replanteamientos se complementen con una
nueva concepción de la clase de matemáticas:
trascender la visión tradicional de la clase como
un lugar para la adquisición y la reproducción
acrítica y aproximarnos a concebirla como una
comunidad de aprendizaje para la participación,
la comunicación y la interacción entre los sujetos.
Esta reflexión debe hacer posible que emerjan
replanteamientos sobre el rol del estudiante,
la importancia de su actividad matemática de
aprendizaje, máxime cuando la competencia
se adscribe al aprendizaje, no a la enseñanza,
al estudiante, no al profesor. Igualmente,
debe promover un aprendizaje situado, que
implique una pragmática de uso social de las
competencias y de las matemáticas como bien
cultural y social de la humanidad. Sobre todo,
se requiere que esta forma de comprender la
complejidad del desarrollo de las competencias
matemáticas del estudiante contribuya a generar
procesos de interacción entre estudiante –
estudiante y estudiante – profesor; interacciones
que se deben enmarcar en dos propósitos:
• la clase de matemáticas como escenario
privilegiado para compartir y desarrollar el
significado matemático sobre la base de la
comunicación y la negociación cultural entre
los sujetos (Bishop, 2005) y
• la metáfora de la participación (Sfard, 2008)
que asume al estudiante como participante
de una comunidad de aprendizaje (la clase) y
al aprendizaje como el discurso matemático
cada vez más calificado de ese participante.
Estos dos propósitos, de clara orientación
sociocultural, resignifcan al aprendizaje; ahora,
“…el prerrequisito más importante para el
aprendizaje es el deseo del estudiante de ser
parte de una cierta comunidad”. La actividad
matemática de aprendizaje no se concibe
separada del contexto dentro del cual ocurre,
por ello es situado, contextual y articulado a lo
cultural y a la mediación social. Como lo resume
la Dra. Sfard, “…aprender matemáticas ahora
se concibe como un proceso de convertirse en
miembro de una comunidad matemática”. Por
ello, el estudiante debe aprender a comunicarse
en el lenguaje de esta comunidad, a compartir
sus reglas, a ser parte integral del grupo, a ser
un participante activo. Aprender, en el contexto
de la metáfora de la participación, trasciende
la objetividad clásica y se afilia a la posibilidad
de existencia de una comunidad de aprendizaje
“que se esfuerza por el acuerdo intersubjetivo y
la novedad” (Sfard, 2008, p.34).
Esta opción teórica sociocultural implica una
nueva epistemología, una forma diferente y
contemporánea de ver las matemáticas, su
aprendizaje, su enseñanza y, desde luego
sus opciones teóricas y metodológicas de
investigación.
…la ciencia o las matemáticas no se
pueden considerar nunca más como
como entidades independientes; en
cambio, se tienen que considerar como
aspectos de actividades sociales en
curso. Los investigadores no deben
insistir más en aislar el conocimiento
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del conjunto de las interacciones
sociales” (Sfard, 2008, p. 33)
La comprensión de los replanteamientos
anteriores sobre el aprendizaje de las
matemáticas y sobre las matemáticas, es
decisiva a la hora de proponer alternativas al
problema de la articulación de las tareas, los
procesos y los niveles de complejidad con la
actividad matemática de aprendizaje.
Otro aporte teórico y didáctico importante,
necesario para comprender estos
replanteamientos didácticos, lo asumimos de
Tobón, Pimienta y García (2010) desde su
enfoque Socioformativo en competencias:
“Las competencias son actuaciones integrales
ante actividades y problemas del contexto, con
idoneidad y compromiso ético, integrando el
saber ser, el saber hacer y el saber conocer en
una perspectiva de mejora continua” (p. 11).
Destacamos en esta concepción de
competencias, algunos aspectos útiles a nuestro
propósito de investigación como los siguientes:
el primero es una implicación para el aprendizaje
que dialoga con nuestra opción sociocultural en
educación matemática. Se reconoce una lógica
diferente para aprender: ya no es la lógica clásica
de “aprender” los contenidos y luego esperar
que el estudiante los aplique. La actividad
matemática de aprendizaje requiere aquí una
lógica contraria: el estudiante debe enfrentarse
a resolver tareas matemáticas relevantes,
significativas, contextualizadas y de complejidad
creciente. Ello requiere aprendizajes situados
para contribuir a que situación y pragmática
de uso (en forma simultánea), contribuyan al
desarrollo de los procesos matemáticos y, por
tanto, de las competencias.
Una segunda implicación instala el proceso
de desarrollo de competencias matemáticas
como parte de la formación humana integral del
estudiante, propósito histórico de la escuela. Esta
formación se asume “…a partir del proyecto ético
de vida de cada persona, dentro de escenarios
educativos colaborativos y articulados con lo
social, lo económico, lo político, lo cultural, el
arte, la ciencia y la tecnología” (p. 8)
Y una tercera implicación se relaciona con
la integración de los saberes del sujeto: “…
una competencia, entonces, no es solo tener
un saber hacer, un saber conocer y un saber
ser por separado, sino movilizar los diversos
saberes (ser, hacer y conocer) hacia el logro de
una meta determinada en el contexto…”(p. 12)
Una síntesis del aporte de los autores a nuestra
investigación se expresa en la concepción de
las competencias como la movilización integral
de sus saberes que realiza el estudiante para
identificar, analizar y resolver problemas del
contexto integrando el saber ser (actitudes y
valores), el saber conocer (conceptos y teorías)
y el saber hacer (habilidades, procedimientos y
técnicas).
Las perspectivas teóricas de Bishop (2005) y
Sfard (2008), desde un enfoque sociocultural
y comunicacional de la educación matemática,
aportan nuevos conceptos para resignificar el
aprendizaje de las matemáticas y para reconocer
la necesidad de una nueva epistemología que
oriente la enseñanza y la investigación en
educación matemática.
Para situar la importancia de la articulación de
los componentes de la competencia matemática
con la actividad matemática de aprendizaje,
fue necesario fortalecer la visión de las
competencias matemáticas, especialmente su
dimensión sociocultural y política.
En la dimensión política nos planteamos con
Valero y Skovmose (2012), las siguientes
preguntas: ¿Cuál es el significado de las
matemáticas en un entorno educativo que
no tiene como objetivo educar matemáticos
puros sino ciudadanos?, ¿cuáles son las
competencias, las habilidades y los valores que
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tal educación pretende dar a estas personas?
(p. 16)
Para los autores es claro que las competencia
matemáticas no son neutras ni se desarrollan
en sujetos ahistóricos, todo lo contrario, ellas
no operan aisladamente fuera de la escuela,
“sino como parte de unidades integradas que se
ensamblan en la escolaridad” (p. 16); esto ratifica
la implicación didáctica para la enseñanza y el
aprendizaje de las matemáticas de asumir la
interdisciplinariedad entre las áreas del currículo
escolar como materia de estudio e investigación.
Por ello, es indispensable que la investigación
en educación matemática y, específicamente
en la línea de competencias matemáticas,
asuma como problemas de investigación los
aspectos interdisciplinarios de las matemáticas.
Por ejemplo, problemas como la relación de
la educación matemática con la democracia
y la necesidad que las aulas de matemática
representen formas democráticas de interacción;
el papel de las matemáticas y las competencias
matemáticas en los procesos de globalización; la
necesidad que “las competencias matemáticas
del ciudadano le permitan comprender la
tecnología y su aplicación en el puesto de
trabajo y, por consiguiente, ser competitivos en
el mundo” (p. 4), entre otros problemas. Este tipo
de investigaciones contribuirá a comprender que
“los significados de las matemáticas escolares y
las competencias que ellas pretenden promover
se constituyen en un campo de práctica social”
(p. XII).
Sobre la complejidad de la competencia
matemática y su desarrollo conceptual,
Valero y Skovmose plantean la vigencia e
interdependencia nacional e internacional de
este problema de investigación; planteamiento
que compartimos:
…cualquier definición de competencia
matemática está inmersa dentro de una
red compleja de discursos sobre las
funciones de la educación matemática.
Tales discursos conectan las ideas de
la educación matemática desde los
ámbitos más globales e internacionales
de política educativa hasta los de
práctica de maestros dentro de una
escuela determinada. (p. XII).
Estas reflexiones sobre el carácter sociopolítico
de la educación matemática y las mismas
matemáticas, condujo en la investigación
a abordar el estudio del desarrollo de
competencias matemáticas como un problema
de naturaleza individual, que se explica desde
las particularidades del sujeto que aprende
matemáticas y también como un problema que
involucra variables de naturaleza social y cultural
que inciden en los sujetos, los contextos y en la
vida misma de una comunidad de aprendizaje
como es la clase de matemáticas (Rico y
Lupiañez, 2008).
En la dimensión individual del desarrollo
humano, además de resaltar lo cognitivo,
también se considera: el conocimiento y dominio
de estrategias metacognitivas, una formación
centrada en la promoción de la creatividad y en la
capacidad para valorar la herencia cultural de las
representaciones matemáticas y una inclinación
cultural favorable al gusto, cultivo y curiosidad
por las matemáticas y por su aprendizaje.
La dimensión social y cultural asume por finalidad
la resolución de problemas contextualizados, la
argumentación y justificación de las ideas que
orientan este proceso matemático, el cultivo
y movilización de diversas competencias
matemáticas para interactuar en contextos
escolares y extraescolares vinculándolas a la
comprensión y solución de problemas sociales y
culturales de una comunidad específica.
Podemos afirmar entonces, que el problema
didáctico del desarrollo de competencias
matemáticas del estudiante es de naturaleza
individual y de naturaleza social. De un lado,
lo individual se expresa en adscribir este
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desarrollo al aprendizaje, al sujeto que aprende
matemáticas y, en principio, este aprendizaje
pasa por movilizar los marcos cognitivos del
sujeto, el desarrollo de procesos y pensamientos
matemáticos; igualmente involucra sus intereses
afectivos, sus actitudes, su voluntad, decisión y
persistencia de usar esas competencias en su
cotidianidad.
La naturaleza social y cultural de las matemáticas,
así como su condición de discurso construido y
compartido social y culturalmente, hacen de las
matemáticas un “fenómeno cultural” (García,
Acevedo y Jurado, 2003) potente y socialmente
útil. El desarrollo de competencias matemáticas,
como problema de investigación de la
Educación Matemática y desde una perspectiva
sociocultural, se sitúa “en la reflexión sobre el
empleo y uso de las matemáticas en la sociedad”
(Ibíd., p. 13); por tanto, la construcción del
significado matemático en el aula, ha de ser un
proceso compartido y validado en esa sociedad
sui generis que es la clase de matemáticas; y,
las competencias asociadas a ese significado,
se constituyen en un campo de práctica
social, en interacción comunicativa entre los
sujetos. Es esta dimensión sociocultural de la
competencia matemática la que explica por qué
el estudiante no solo debe ser competente con
las matemáticas como estudiante, sino también
como ciudadano.
Ahora estamos en mejores condiciones teóricas
y didácticas para comprender y asumir la
alternativa de articulación entre las tareas,
los procesos y los niveles de complejidad
con la actividad matemática de aprendizaje
del estudiante como un problema de estudio
esencial para que el profesor desarrolle prácticas
de enseñanza orientadas al desarrollo de las
competencias matemáticas del estudiante.
Una primera idea es comprender cómo
se relacionan las tareas matemáticas, los
procesos y los niveles de complejidad, como
componentes de una competencia matemática.
Esta relación se evidencia en el marco de un
conjunto de actividades de aprendizaje que
se articulan todas en una secuencia didáctica.
Hablamos de actividades de aprendizaje sin
pretender desconocer el rol del profesor en
esta interacción en el aula desde sus prácticas
de enseñanza; no obstante, como ya se ha
dicho, el foco de investigación es la actividad
matemática de aprendizaje del estudiante, allí
convergen todas las demás actividades que se
planifiquen en la secuencia didáctica, toda vez
que la competencia la debe desarrollar es el
estudiante, no el profesor.
Una secuencia didáctica es un conjunto
de pasos ordenados de forma progresiva y
articulada para desarrollar actividades de
aprendizaje, caracterización y evaluación. Se
requiere la planeación, orientación, monitoreo y
acompañamiento del profesor, unas finalidades
o propósitos de aprendizajes compartidas,
unas formas horizontales y democráticas
de trabajo, que estimulen la interacción y el
trabajo cooperativo y afiliativo entre profesor y
estudiantes. Igualmente, requieren de una serie
de recursos didácticos y tecnológicos acordes
con la naturaleza del conjunto de actividades
y de los propósitos de las mismas. En nuestro
libro “Competencias Matemáticas y Actividad
Matemática de Aprendizaje” (en prensa), el
capítulo segundo desarrolla este proceso
didáctico con la competencia matemática
Plantear y Resolver Problemas.
La complejidad, entonces, de esta articulación,
se sitúa en función de las tareas matemáticas
y los procesos matemáticos considerados en
la secuencia didáctica. Ya se ha planteado que
las tareas hacen referencia a los contenidos
matemáticos, se asocian al dominio matemático,
a las nociones matemáticas que se abordan en
una clase o actividad matemática. Las tareas
matemáticas se diseñan y proponen por parte
del profesor, se adscriben a su rol en la clase;
se asocian a expectativas de aprendizaje a
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corto plazo (objetivos de la clase, de la unidad,
del tema, etc.) formulados para el desarrollo
de procesos matemáticos que ponen en juego
capacidades del estudiante. Una característica
básica de las tareas es su complejidad creciente,
es decir, que de manera progresiva, el estudiante
requiere desarrollar procesos matemáticos de
mayor nivel de complejidad para resolverlas, en
la medida que avanza en el conocimiento de los
contenidos o nociones matemáticas a lo largo
de su escolaridad.
La actividad matemática de aprendizaje,
aunque no es asumida como un componente
de la competencia por Solar (2009), en nuestra
investigación es un concepto central que se
articula a las tareas que el profesor diseña
y propone a los estudiantes. La actividad
matemática de aprendizaje, Solar (2009, p. 69),
la adscribe al estudiante, es decir, el estudiante
desarrolla actividad matemática al desplegar
procesos matemáticos resolviendo tareas que
el profesor diseña y propone. Los niveles de
complejidad de la actividad matemática están
articulados a la complejidad creciente de las
tareas propuestas y se expresan, finalmente,
en los niveles de complejidad de los procesos
matemáticos que deben desarrollar los
estudiantes
Para Solar, cada competencia matemática se
compone de procesos matemáticos (2009, p.
56). Estos procesos son consustanciales con
la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas
desde siempre: resolución y planteamiento
de problemas, razonar, comunicar, modelizar,
representar, argumentar, demostrar, calcular,
visualizar, graficar, etc., han estado siempre en
los currículos de matemáticas (ver, por ejemplo,
Lineamientos curriculares de Matemáticas, 1998,
p. 74). No obstante, en el proceso de desarrollo
de competencias matemáticas del estudiante,
hay una novedad en la perspectiva curricular
asumida: los procesos no son subalternos de
los contenidos, como tradicionalmente ocurría.
Al contrario, solo es posible el desarrollo
de competencias matemáticas (expectativa
de aprendizaje a largo plazo) en el marco
del desarrollo de procesos matemáticos de
complejidad creciente. Esta complejidad
progresiva evidenciada al resolver tareas, debe
estar asociada a expectativas de aprendizaje
de corto plazo; estos son los objetivos de la
tarea, de la unidad o del tema, o incluso, del
área durante el año escolar. Son estos objetivos
los que van “iluminando” el camino e indicando
cómo progresan y movilizan los estudiantes
sus competencias matemáticas. Una adecuada
comprensión por parte del profesor de la
articulación de estas dos expectativas de
aprendizaje, será de mucha utilidad en el
proceso de desarrollo de competencias de los
estudiantes.
Para Solar, tareas y procesos implican
desarrollo y crecimiento en la riqueza cognitiva
del estudiante, se basan en conocimientos
y actuaciones. No obstante, los procesos
matemáticos movilizan diversos conocimientos
y una mayor riqueza cognitiva, pues se ponen
en juego cuando el estudiante aborda tareas
complejas en situaciones complejas. (Ibid,
p. 57). Es decir, el estudiante se involucra
en procesos matemáticos cuando resuelve
tareas matemáticas. Esta relación entre tareas,
procesos y actividad matemática de aprendizaje
del estudiante, ha tenido para nuestra
investigación mucha utilidad didáctica, pues
permite generar interacción comunicativa en el
aula entre profesor - estudiante y estudiante –
estudiante, en el complejo proceso de construir
el significado matemático compartido para
el desarrollo de procesos que contribuyan a
elaborar soluciones y a negociar el desarrollo
de los significados compartidos entre profesor y
estudiante (Bishop, 2005). Algunas razones que
demuestran la importancia de esa interacción:
• El docente diseña, propone y comunica
las tareas matemáticas al estudiante, lo
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orienta y asesora.
• El estudiante hace actividad matemática
resolviendo tareas, desarrolla procesos
matemáticos que le permiten comunicar,
con argumentos matemáticos, el
proceso y el producto de su actividad,
la valoración de la calidad de estos
procesos, de su rol en el grupo, de
las dificultades y de los avances. Es
decir, moviliza procesos de riqueza
cognitiva, pero además, de naturaleza
metacognitiva, afectiva y volitiva. Por
ello, es un participante que expresa la
calidad de su aprendizaje en el marco
de su discurso matemático en una
comunidad con la que se comunica: la
clase. (Sfard, 2008)
• Esta interacción en el aula es un
elemento sustancial en nuestra
investigación, pues no se trata de
clasificar al estudiante a la manera de las
pruebas masivas. Se trata de desarrollar
en la clase interacción entre los sujetos
del proceso de enseñanza y aprendizaje
para movilizar las competencias
matemáticas del estudiante resolviendo
problemas significativos de su contexto
sociocultural. Esta interacción gira
en torno a la comunicación y al rol de
participante activo del estudiante en la
clase como comunidad de aprendizaje.
La figura 4 ilustra los anteriores planteamientos:
Figura 4. Organización del proceso
comunicativo en el aula para compartir y
desarrollar el significado matemático.
En la figura 4 puede apreciarse que la
alternativa didáctica que se propone para
articular las tareas, los procesos y los niveles
de complejidad con la actividad matemática de
aprendizaje tiene un núcleo: la comunicación y
la participación para compartir y desarrollar el
significado matemático. Tratemos de explicar
la esencia de ese núcleo articulador tomando
como referente teórico a Bishop (2005) y Sfard
(2008) ya citados.
Lo primero que debe hacer la clase como
comunidad de aprendizaje, es acordar la
finalidad de la enseñanza de las matemáticas
y de la clase de matemáticas. Nuestra opción
sociocultural nos llevó a adherir a la propuesta
de Bishop (2005, p. 22, 23) de que esta finalidad
se sitúa en el propósito central de “compartir
y desarrollar el significado matemático”. Para
el autor, esta opción tiene las siguientes
implicaciones:
Sitúa al profesor con todo el grupo
de la clase; enfatiza en la naturaleza
dinámica, interactiva e interpersonal
de la enseñanza, es decir, el profesor
sabe que está trabajando con seres que
aprenden, no meramente, estimulando
que se dé el aprendizaje; se reconoce
la importancia tanto del contenido
como del contexto; toma en cuenta
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el conocimiento, las habilidades y
sentimientos del estudiante, poniendo
énfasis en el desarrollo más que en
un enfoque teórico del aprendizaje;
enfatiza en el desarrollo del significado
matemático incluyendo tanto metas
cognitivas como metas afectivas;
reconoce la existencia de muchos
métodos y organizaciones de la clase;
y, es una concepción que permite el
desarrollo del profesor a través de la
formación inicial y la posterior a ella. (p.
22)
La idea del significado matemático es la esencia,
se busca priorizar la naturaleza personal del
significado de cualquier concepto matemático;
es condición previa para luego poder compartir
significados en la clase. Si este se conecta
con lo que el sujeto conoce, tiene mayores
posibilidades de ser significativo para él, no solo
en el campo de las matemáticas, también en el
de la vida real. El estudiante tendrá significados
diferentes a los del profesor, eso es lo que
dinamiza y enriquece el proceso de compartir
y desarrollar significado matemático a través
de la comunicación y la negociación. Hay tres
aspectos fundamentales en esta concepción:
• Actividades matemáticas. Se
busca enfatizar el involucramiento
del estudiante con las matemáticas
y no la presentación del contenido
por parte del profesor.
• Comunicación. Aspecto con el que
se busca enfatizar el proceso y el
producto de compartir significados.
• Negociación. Aspecto con el que
se busca enfatizar la asimetría
de la relación profesor/alumno
en el desarrollo de significados
compartidos. (p. 23)
Sobre las actividades matemáticas es necesario
agregar dos cosas: la primera es que se hace
necesario que el profesor haga una planificación
y conversión del contenido y el conocimiento
matemático en términos de las actividades
matemáticas del estudiante, ese es el punto de
convergencia; y, la segunda es la necesidad de
estimular y organizar el trabajo colaborativo, el
aprendizaje cooperativo; es una forma de trabajo
que los estudiantes han llegado a valorar mejor
que los profesores.
La comunicación hace alusión a la necesidad
de comunicar, discutir, argumentar significados
matemáticos en la clase. Comprender y compartir
estos significados es conectar las ideas que en
la clase se tienen sobre ellos, charlar sobre ellos,
exponer las ideas, escribirlas, representarlas en
diversas formas de representación semiótica
(símbolos, gráficos, diagramas, algoritmos,
etc.); solo así será posible conectarlas con las
ideas previas de los estudiantes y compartir
sus significados entre profesor – estudiantes y
entre estudiante – estudiante. Este es el sentido
de lo que la Dra. Sfard llama la metáfora de la
participación: “…aprender matemáticas ahora
se concibe como un proceso de convertirse en
miembro de una comunidad matemática” (2008,
p. 29). Por ello, el estudiante debe aprender a
comunicarse en el lenguaje de esta comunidad,
a compartir sus reglas, a ser parte integral del
grupo, a ser un participante activo.
Si se acepta que la comunicación tiene que
ver con compartir significados, entonces, la
negociación gira en torno al desarrollo de
significados. La negociación es de tipo cultural,
es una interacción orientada por unas metas que
los participantes buscan alcanzar. Generalmente,
el profesor pretende que las metas que se ha
fijado para la actividad matemática se alcancen
todas, es lo ideal. No siempre es así, es más,
frecuentemente ocurre que esa metas no se
alcanzan. Es aquí cuando la autoridad y el
poder del profesor, históricamente reconocidos,
no deben imponerse. Es necesario estimular
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al docente para no imponer su conocimiento a
los estudiantes, a que reconozca la asimetría
en la relación de saber con el estudiante en
el desarrollo del significado compartido. Es
entonces cuando la negociación del desarrollo
de los significados matemáticos compartidos
asume la naturaleza de interacción entre
los participantes y sitúa este desarrollo de
significados matemáticos como un problema
de construcción social al interior de la clase de
matemáticas.
Como puede apreciarse, es un proceso complejo,
prolongado y que requiere competencia
comunicativa, pedagógica, curricular y didáctica
del profesor de matemáticas; lo mismo que una
disposición total del estudiante a participar,
involucrarse, argumentar, preguntar, sustentar,
proponer y, en síntesis, comunicarse con la
comunidad de aprendizaje de la que forma
parte: la clase. Este es un escenario y un clima
propicio para articular las tareas matemáticas,
los procesos matemáticos y los niveles de
complejidad con la actividad matemática de
aprendizaje del estudiante. Por tanto, es una
alternativa para contribuir al desarrollo de las
competencias matemáticas del estudiante y a
mejorar la calidad de la educación matemática.
Esta alternativa fue, en sentido general, el
camino didáctico que se eligió en esta primera
etapa de la investigación, de manera especial,
para caracterizar las competencias matemáticas
Representar, Plantear y Resolver problemas,
Modelizar, Comunicar y, Pensar y Razonar.
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Conferencia presentada en el XI
Encuentro Nacional de Matemática
Educativa. ASOCOLME. Bogotá
SÍNTESIS DEL CURRÍCULUM VITAE
BERNARDO GARCÍA QUIROGA
CC: 17629527
Doctor en Ciencias Pedagógicas, Instituto
Central de Ciencias Pedagógicas de la
Habana, Cuba; Magister en Educación con
énfasis en Evaluación y desarrollo Educativo
Regional, Universidad Pedagógica Nacional;
Licenciado en Ciencias de la Educación,
con especialidad en Matemáticas y Física,
Universidad Surcolombiana, Regional Florencia
(Caquetá), Profesor Titular de la Universidad de
la Amazonia, director del grupo de investigación
“Desarrollo Institucional Integrado”. Par
evaluador de Colciencias. Autor y coautor de
artículos publicados en revistas indexadas,
de libros y capítulos de libros, conferencista
y ponente en eventos científicos nacionales
e internacionales. Vicerrector Académico de
la Universidad de la Amazonia. Secretario de
Educación y Cultura del Departamento del
Caquetá. Profesor investigador de la maestría
en Ciencias de la Educación, Énfasis en
Didáctica de las Matemáticas, Universidad de la
Amazonia.
ARNULFO CORONADO
CC: 17628270
Magister en Docencia de la Matemática de la
Universidad Pedagógica Nacional de Colombia;
Especialista en Matemáticas Avanzadas de la
Universidad Nacional de Colombia; Especialista
en Educación Matemática de la Universidad del
Tolima; Licenciado en Matemáticas y Física de la
Universidad de la Amazonia. Profesor Asociado
de la Universidad de la Amazonia, miembro del
grupo de investigación “Desarrollo Institucional
Integrado”. Autor y Coautor de artículos
publicados en revistas indexadas, de libros y
capítulos de libros, conferencista y ponente en
eventos científicos nacionales e internacionales.
En la Universidad de la Amazonia Coordinador
de los programas académicos Licenciatura en
Matemáticas y Física y Maestría en Ciencias
de la Educación Énfasis en Didáctica de
las Matemáticas; Decano de la Facultad de
Educación y docente del área de Matemáticas
en la Licenciatura en Matemáticas, Contaduría
Pública, Administración de Empresas,
Medicina y Zootecnia y Maestría en Ciencias
de la Educación Énfasis en Didáctica de las
Matemáticas.
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COMPETENCIAS CIUDADANAS:¿UTOPÍA O REALIDAD?
SEPTIEMBRE DE 2013
LORENA MASSIEL BUITRAGO MORENO1
Resumen
Las Competencias Ciudadanas se definen
como una serie de habilidades, conocimientos,
actitudes y capacidades, que permiten a las
personas participar en la sociedad, ejerciendo
destrezas de ciudadanía, lo que conlleva a
respetar los derechos de los demás y aceptar
la diferencia. Se dividen en: cognoscitivas,
comunicativas, emocionales e integradoras. Y
se fundamentan en tres principios: convivencia,
interculturalidad y participación, pero hay que
tener en cuenta la responsabilidad democrática.
Esta propuesta pedagógica pretende llevar a
la escuela, un escenario donde sea posible
construir ciudadanía, a través de los acuerdos
y las normas establecidas en consenso en bien
de la sociedad.
Palabras claves: Competencias, Ciudadanas,
acuerdos, consenso, principios, tolerancia,
respeto.
Las Competencias Ciudadanas han tenido
varias connotaciones que se relacionan
específicamente con los conceptos de
ciudadanía y convivencia, las propuestas
que existen sobre este enfoque pedagógico
coinciden, en su mayoría, en que la ciudadanía
es el reconocimiento del otro a través de unos
acuerdos antes realizados por el grupo, para
armonizar las relaciones mediadas por el
1 Docente en el área de Ciencias Sociales. Candidata a Maestría en Educación. Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. [email protected]
respeto y la tolerancia en todas las esferas de
la sociedad (Mockus, ¿Por qué Competencias
Ciudadanas en Colombia?, 2004); y la
convivencia, se refiere a la capacidad que tiene
una persona para soportar al otro y reconocerlo
como igual, esta idea se ha enfocado hacia la
tolerancia de la diversidad, sin tener que recurrir
a la violencia. (Mockus, UNESCO, 2002); sin
embargo, también existen posturas críticas al
respecto, la idea es englobar el concepto de
manera tal que se ubiquen dentro de los marcos
conceptuales de la proposición.
Las Competencias Ciudadanas están inmersas
dentro de las políticas de competencia del ser
humano, refererida al saber y saber hacer; se
relaciona con los conocimientos que debe
poseer una persona para poder actuar con
argumentos en la vida cotidiana; y cómo se utiliza
el saber para actuar en sociedad, conservando
los principios de convivencia, democracia y
plurarismo (Ministerio de Educación, 2004). La
propuesta organizativa de las competencias
está representada por habilidades cognitivas,
emocionales, comunicativas e integradoras; a
su vez se dividen en tres grupos fundamentales
que guían su plan de acción: convivencia,
interculturalidad y participación, teniendo
en cuenta la responsabilidad democrática.
(Ministerio de Educación Nacional, 2004).
En cuanto a las Competencias Cognitivas,
estas se refieren a la capacidad que tiene una
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persona para ver la misma situación desde
varios puntos de vista, de la misma manera,
debe ser generadora de ideas de solución a
partir de los conceptos adquiridos a través de
los procesos de socialización. Presenta dos
perspectivas de aplicación: Toma de perspectiva
como la capacidad de entender el punto de vista
del otro; e Interpretación de intenciones referida
al juicio que una persona hace de la otra de
acuerdo con lo que dice. Las Competencias
Emocionales exponen la capacidad que tiene
una persona de identificar las emociones de los
demás, no queriendo decir que los debe sentir
en solidaridad, sino respetando sentimientos
como la rabia, la tristeza o el dolor, para actuar
de acuerdo con esta situación en determinado
momento. Entre la identificación de emociones
se encuentran, la empatía, como la habilidad
de sentir al otro y, la regulación emocional,
como la habilidad de reconocer y expresar
sus sentimientos de forma adecuada, ya sea
rabia o alegría. Por último, las Competencias
Comunicativas señalan la capacidad que tiene
una persona de dar un punto de vista contrario a
de los demás, pero sin agredirlos o de comunicar
sus emociones sin generar conflicto.
Así las cosas, el Ministerio de Educación
propone una forma de evaluar las competencias
ciudadanas a través de la aplicación de las
pruebas SABER, teniendo en cuenta aspectos
de las Competencias Integradoras, fin último
de las Competencias Ciudadanas, el ideal de
ciudadano propuesto por este enfoque que a
su vez incluye, actitudes, confianza, acciones
y ambientes democráticos; que demuestran
el comportamiento y espacios que rodean al
niño. Hay que tener en cuenta que las acciones
que van en desacuerdo con las Competencias
Ciudadanas son la Intimidación, la Copia y
piratería (Andrea Constanza, Sandra Patricia, &
M., 2007)
Sin embargo, una crítica habitual que recibe la
teoría de las Competencias Ciudadanas tiene
que ver con el ideal de convivencia que plantea;
es decir, que por encima de cualquier situación
se debe establecer siempre el cumplimiento
de la norma, es decir, que así haya una regla
que no se acomoda a la realidad o que es
ambigua, de todas maneras se debe cumplir,
hasta que se modifique institucionalmente. Por
lo que afirman que, los acuerdos planteados
en las Competencias Ciudadanas no siempre
se cumplen debido a que en las relaciones
interpersonales existen unas situaciones de
poder, que se encargan de inclinar la negociación
hacia un lado de la balanza.
En el análisis que se hace respecto a este
tema, los autores proponen tres principios por
los que se deberían regir las Competencias
Ciudadanas: la primera, consiste en trasladar
la propuesta general de reglas basadas en
la moral y la ética, a los casos particulares de
los colegios; la segunda, es desarrollar en los
estudiantes conocimientos específicos propios
de su contexto, para lograr la interpretación de
su vida local y así, definir soluciones globales a
un problema determinado; por último, la norma
debe ir más allá de sus planteamiento, no es
suficiente con crearlas mediante acuerdos, sino
es necesario enfocarla hacia la práctica (Mejía &
Perafán, Abril).
Según los términos de Piaget, que denomina el
aprendizaje práctico-moral al estado de la Moral
Autónoma, las reglas que son construidas en
un conjunto por acuerdos de cooperación no
son estáticas, por lo que considera que pueden
existir cambios de las mismas, no se presentan
con términos obligatorios, sino se transforman en
normatividad; es decir, se respeta un regla que ha
sido puesta a consideración social, se interioriza
y se convierte en términos racionales donde es
sometida a regulación por los demás. En otras
palabras, la cooperación consiste en mantener
el equilibrio entre el ego (subjetivo) y el arter
(objetivo). Sin embargo, existen unos poderes
máximos que impiden que la cooperación sea
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neutra, puesto que se basa en la aceptación
social de normas y ésta, independientemente
que se desarrolle por acuerdos, obedece a
las costumbres y las presiones sociales. En
este sentido, las normas que se establecen en
un juicio recíproco, es decir, por acuerdo son
pocas, las otras se derivan de las costumbres
y procesos de socialización, que indirectamente
va universalizando las tradiciones y las
normatividad a la vida cotidiana.
Otro factor para lograr el ideal máximo de
ciudadano es cuando ocurre el aprendizaje
filosófico-autocrítico, ya que la creación de las
normas mediante acuerdos no garantiza su
cumplimiento, pues aunque existan no todas las
personas tienen conciencia de las mismas y su
interiorización; la idea máxima de norma es la
que llega a la autocrítica, la que la recapacita
pues puede llegar a un desequilibrio que permite
cambiarla en caso de ser necesario (Londoño,
1993). Así pues, la Constitución Nacional de
Colombia también hace referencia a la situación
de ciudadano autónomo, capaz de reflexionar
sobre todos sus actos, (Cepeda, 2004); sin
embargo, como lo mencionaban los autores
antes citados, Mejía y Perafán, las competencias
ciudadanas y la constitución de 1991, pareciera
que ya estuvieran ubicadas dentro de una
democracia perfecta.
Por otro lado, las Competencias Ciudadanas
se argumentan en la interpretación
de la teoría acción comunicativa
del filósofo alemán Jürgen Habermas, que
define la acción como una posibilidad que se
da, si al menos existen dos actores que tienen
un mismo plan de acción dirigido hacia unos
objetivos. Los acuerdos son normas que han
sido sopesadas por los actores de la sociedad,
que los aceptan y van hacer parte de su vida
subjetiva, que le permiten actuar de un manera
puntual ante determinadas situaciones. Teniendo
en cuenta esta posición, se podría decir que la
forma de comunicación por acuerdos permite
mantener un orden social.
Existe una diferencia, según el autor, entre
“acción estratégica” y “acción comunicativa”,
la primera se refiere a la acción del actor que
está mediada por alcanzar el éxito de una
idea, donde maneja la verdad subjetiva que no
permite reconocer al otro y la hegemonía de
su pensamiento, el que transmite utilizando los
medios que requiera; por otro lado, la segunda
se refiere a la acción dirigida por los acuerdos
socialmente aceptados, que permiten esperar
comportamientos establecidos. Los acuerdos se
crean con las normas instituidas en sociedad,
pero las normas son concepciones que se
forman para que tengan vigencia.
También hace una diferenciación entre tres
clases de mundo: el subjetivo, el social y el
mundo de la vida. Los actores se enfrentan a
estas concepciones debido a que hay una acción
dirigida desde lo personal, por ejemplo una idea
religiosa; por otro lado, la sociedad establece
acuerdos, para que exista un conceso al resolver
las diferentes situaciones o restricciones que
se deben enfrentar, de lo contrario, rompe
con la organización acordada; y por último, el
mundo más complejo que mezcla la cultura.
Las acciones comunicativas permiten continuar
con las costumbres e historia de una sociedad,
no quiere decir esto que sea estática solo que
los cambios o las acciones de los actores no la
modifican de inmediato, sino que si se llega a
dar un cambio, es gradual y casi imperceptible.
El mundo social se organiza con los símbolos
culturales que le permiten al individuo
identificarse en comunidad, por eso los roles
que equiparan su comportamiento en sociedad
y que realiza a través de los procesos de
socialización, se facilitan y se adquieren por la
acción comunicativa, es decir el lenguaje. En
este caso, el plan de acción que los actores
presentan ante las situaciones son fragmentos
del mundo que se muestran como una
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restricción, en algún momento las respuestas
son esperadas porque las normas comunes
así lo suponen. (Habermas, 2001) De esta
manera, la escuela debe promover los espacios
para crear los acuerdos en el contexto de lo
cotidiano, la idea es reducir la violencia y darle
otra interpretación al conflicto, desde una mirada
consensual creada por los mismos actores.
Los países latinoamericanos enfrentan un
despertar enfocado hacia la construcción de una
nueva sociedad, considerada principalmente por
la Pedagogía de la Conciencia, propuesta por
el brasileño Paulo Freire, la cual es acogedora
y esperanzadora para la transformación de la
sociedad, que se caracteriza por el rechazo a
la pedagogía tradicional o bancaria como él la
reconoce, que es generadora de transmisión
de conocimientos sin una visión crítica y
transformadora por parte de los estudiantes, que
ha permitido a la sociedad permanecer estática
sin capacidad de respuesta ante el mundo
globalizado, donde toma ventaja el más asertivo.
Estas apreciaciones dan como resultado una
nueva visión de educación, la cual va más allá de
los contenidos y tiene que ver, con la esperanza
de una nueva mirada hacia el futuro, con un
nuevo tipo de educación liberadora, como diría
Freire. Sin embargo, los postulados anteriores
requieren de esfuerzo conjunto entre el Estado y
sus ciudadanos, con políticas educativas serias,
que conduzcan a la implementación de las
innovaciones educativas, en el aporte de nuevos
conocimientos, ciencia y tecnología.
Igualmente, el compromiso educativo también
parte de la responsabilidad social del intelectual,
es su obligación estar en permanente
actualización para colocar todas las discusiones
académicas a merced del mejoramiento de la
sociedad; en otras palabras, Freire nos muestra
un despertar, un sí es posible, es aquí donde
los estudiantes deben pasar de ser sujetos
estáticos a sujetos dinámicos, con capacidad de
cuestionamientos críticos, pero apoyados en los
argumentos que adquieran a través del proceso
educativo.
De esta manera y aunque no está explícito en
su postulado, una interpretación oculta, es la
del llamado claro a despertar de la somnolencia
de la sociedad, a un cambio profundo, que no
se puede dar si el compromiso no se realiza
desde las perspectivas de la esperanza y
responsabilidad; es pues, una invitación seria y
casi obligatoria a tomar una nueva actitud frente
a los problemas sociales que inundan nuestras
sociedades, el asistencialismo nos ha llevado a
pensar que la movilidad de clases no es posible,
a ser sujetos pasivos considerando el destino
como un mandamiento divino, todo lo ante
rior se resume en la idea de la posibilidad que
se genera en el ser humano para cambiar el
mundo. (Guichot).
Sumado a lo anterior, la escuela debe reconocer
su función dentro de la sociedad y la fuerza
política en la que se puede convertir; debido a
eso, es necesario crear políticas innovadoras que
permitan un nuevo rumbo o direccionamiento
de la condiciones; se conoce como innovación
como:
“… mejora colaborativa de la
práctica docente. No se trata de una
mejora individual, sino compartida,
en colaboración. Por otra parte, la
innovación no es solo un proceso de
cambio externo, sino también interno
de los agentes implicados, profesorado
y alumnado. Hablar de innovación
es hablar de formación en actitudes,
destrezas y hábitos, manejar estrategias,
prever y superar resistencias, conocer
procesos, afrontar conflictos, crear
climas constructivos…” (Torre, y otros,
2000).
También se refiere, a un cambio voluntario,
identificado por el sujeto a través del contacto
directo con el contexto o por las nuevas teorías,
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que permiten tambalear un orden constituido
(Salcedo); por esta razón, las Competencias
Ciudadanas se convierten en una propuesta
innovadora que pretende realizar cambios
estructurales en la escuela, mediada por la
convivencia, la democracia y la prularidad.
Algunas estrategias metodológicas son las
aulas en paz, un espacio que se genera para
lograr que los estudiantes pongan en práctica
lo que aprenden, llevando todo a contextos
reales, principalmente se tratan los temas de la
disciplina, el manejo de conflictos, la prevención
del manoteo y el rol del maestro como guía y
modelo a seguir. En este último aspecto, la
vida privada de la pública no debe presentar un
divorcio absoluto: “lo que dice el maestro tiene
sentido, si lo practica el maestro”. (Berta Cecilia
& Chaparro, 2004)
Otro método es el Aprendizaje Cooperativo,
un procedimiento de enseñanza que es único
en su propio camino. Se desarrolla cuando los
individuos se unen como un grupo para enseñar
a otros lo que saben o entienden de cualquier
objeto. (Tejada, 2002) Por otro lado, los Proyectos
permiten desarrollar varias competencias,
porque se desarrollan con la metodología del
compromiso en grupo e individual, desarrollan
el liderazgo en los estudiantes, cuando estos
grupos se mantienen por un periodo de tiempo
considerable, se organizan, se delegan funciones
y establecen normas entre ellos mismos. (Marín,
2004)
El uso de las Tecnologías de Información y
Comunicación –TIC- permiten el acceso a un
mundo digital globalizado, en este lugar se puede
estar en tiempos reales, en espacios distintos,
en algunas ocasiones ocultando identidades o
por el contrario mostrando intencionalmente
algún tipo de información, ya sea científica,
informativa, periodística, en fin; sin embargo, un
espacio tan divergente debe ser usado por los
estudiantes con ética virtual. La dignidad humana
se debe preservar en los medios electrónicos y
el respeto a los derechos de autor. Al convertirse
en un medio de asistencia de las personas, se
convierte en participación ciudadana, mediada
por los deberes y los derechos del “ciudadano
virtual”. (“TUS 10 COMPORTAMIENTOS
DIGITALES”, formando un criterio para la vida
en el ciberespacio”). El acceso al mundo digital
es de gran importancia para la educación, ya
no se concibe ésta, en muchos lugares, si no
están presente las TIC; no obstante, la forma
de participación y su uso, no son ajenos a la
formación de ciudadanos, teniendo en cuenta las
Competencias Ciudadanas. (Gros & Contreras,
2006).
El método del Dilema Moral se refiere a crear una
historia corta que debe enfrentar un personaje,
su trama debe representar una situación difícil,
donde se debe escoger sólo una posición frente
al hecho, esta decisión afecta positivamente y
negativamente a la acción que se decide seguir.
Ninguna determinación es correcta o incorrecta,
esto sirve para interpretar la diversidad de
pensamiento de las sociedades, además de
enfrentar al estudiante con sus dilemas morales
y sus valores. (Fernando & Ávila, 2004)
Los valores y la moral son dos aspectos que
no se pueden desconocer dentro de ningún
análisis conceptual, el contexto donde se realiza
una innovación o una propuesta investigativa
debe reconocer que los valores que se
presentan en distintas situaciones, lo mejor
en las Competencias Ciudadanas es lograr
entenderlos en la práctica educativa, es decir,
en los escenarios. (Haste, 2004).
Las Competencias Ciudadanas en este aspecto
reciben una crítica inflexible acerca del mundo
de los valores y la ética, según algunos autores
prima la norma sobre estos dos aspectos, lo que
podría a conllevar a excesos o equivocaciones
genuinas. Este planteamiento es el punto de
discusión más amplio de la legitimidad de las
Competencias Ciudadanas.
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Los valores son compartidos y producidos
socialmente, por ejemplo, el valor de solidaridad
la pueden compartir un ciudadano respetuoso
con un sicario; una vez los valores se dividen
en grupos y no en misiones colectivas, pueden
aparecer ciertas irregularidades.
“Que un sicario aparezca solo es de
una probabilidad bajísima, pero una vez
que hay un grupo de sicarios iniciando
a otros jóvenes como sicarios, ahí sí la
maquinita funciona, ahí sí esa identidad
se reproduce, porque el grupo de
sicarios le ofrece una regulación social,
unos ritos de iniciación, etc., que van en
contravía y logran neutralizar la fuerza
de la moralidad inculcada previamente
en ellos, y logran neutralizar la fuerza de
la ley, ya sea por admiración, ya sea por
temor”. (Mockus, Formación en cultura
ciudadana: la experiencia en Bogotá,
2004);
La educación debe velar porque los valores
comunitarios primen sobre los valores
individuales. (José Alberto, 2004).
El principal problema que la escuela presenta
respecto al conflicto, lo provoca la intolerancia
hacia los demás, generar la cultura del acuerdo
y el consenso en estudiantes adolescentes en
un mundo cambiante y globalizado, es todo
un reto pedagógico, conceptual, estructural y
pragmático; el lograr estudiantes, en la edad de
permanentes inestabilidades emocionales, que
presenten comportamientos mediados por los
argumentos, es casi un imposible.
No obstante, la propuesta de las Competencias
Ciudadanas plantea algunos argumentos
que permiten mejorar o cambiar no solo el
ambiente escolar; el camino a recorrer es largo
y despacioso, sin embargo, existen varias
propuestas y teorías que apoyan esta visión de
ciudadano que en realidad, para nuestro país,
es casi una utopía.
Una de las exhibiciones de la cultura del
consenso, la expone las Naciones Unidas,
donde presentan los pasos a seguir para
mejorar las vías de la negociación; el primero,
se refiere a la aceptación del conflicto, es decir,
no se puede desconocer; seguido de esto, se
invita a los estudiantes a reflexionar sobre lo
sucedido y, esperar que los estudiantes generen
la solución a su problema; paralelamente, si no
existe un acuerdo el docente interviene, ojalá
comparando el caso con alguno anterior, para
analizar las consecuencias. (ACNUDH, 2004)
Para el folósofo prusiano Inmanuel Kant, una
persona que logre autoregularse a través de
la razón, ha abandonado su minoría de edad,
esto traducido al ámbito pedagógico, permite la
autonomía del estudiante y autocontrol sobre
su mundo. En este análisis aparece de nuevo la
dicotomía que se presenta a lo largo del artículo,
porque se reconoce que el abando de la minoria
de edad se consigue a través de la obediencia,
en este caso serían las normas, pero que
depende del uso de la razón, en otras palabras,
si la norma no se analiza, no existe el uso de la
razón, por ende no se alcanza el abandono de la
minoría de edad. (Kant, 1784)
Así pues, para ahondar en la diferenciación
entre normas - autoregulación, se presenta
una definión rígida de ciudadanía, que ofrece
el modelo de Competencias Ciudadanas pero
que no permite el consenso de ninguna manera,
puesto que sólo se ubica dentro del marco
normativo.
“El acatamiento de la ciudadanía
implica una comprensión básica de las
costumbres, valores, tradiciones, formas
de interacción e intercambio simbólico
del lugar que habitamos. Ello a la vez
constituye el fundamento de la civilidad.
Ser titular de derechos, vivir en un
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régimen” (Chaux, 2005).
Sin embargo, teniendo en cuenta todo el
marco conceptual de esta propuesta, sería
muy restringido sacar una conclusión de esta
apreciación, porque aunque si se ubique dentro
de un cuadro inamovible, existen más principios
que vale la pena analizar que desarrollan la
reflexión en la escuela del conflicto y el acuerdo.
Uno de los aspectos más importantes para
promover en la escuela, se trata de la identidad
respetuosa, donde se permita a los estudiantes
reconocerse como un miembro activo de la
sociedad; ser transformador de realidades por
el sólo hecho de reconocerse como individuo,
perteneciente a una comunidad. (Orlando,
2004); la proyección de las comunidades
a través de proyectos conjuntos, son una
herramienta fundamental para crear lasos de
interdependencia, el objetivo de esta situación
espera un propósito positivo, no obstante, en las
realciones sociales siempre existirá el conflicto,
en el momento que se acepte esa diferencia y se
respeten las ideas, se ha dado un gran paso en
la escuela. (UNESCO)
Por otro lado, la cultura del consenso, por
obvias razones es más difícil de conseguir en
las poblaciones con algún tipo de vulnerabilidad
social, condiciones como la pobreza, el maltrato
o el conflicto armado, permiten ahondar las
situaciones de conflicto, ya que los patrones
culturales distancian las emociones que hacen
parte de las familias. (Estrada, Ibarra, &
Sarmiento, 2003). Los antecedentes familiares
de los estudiantes complican las situaciones,
debido al alto grado de permisibilidad que existe
en un hogar donde las normas son confusas y
su incumplimiento es coercitivo. (María José,
2005).
De tantas exigencias que tiene la sociedad
para transformarse, una está enfocada hacia
las innovaciones pedagógicas en ciudadanía
(Mockus, ¿Por qué Competencias Ciudadanas
en Colombia?, 2004). Los cambios que se
producen no son inmediatos, requieren de tiempo
y esfuerzo de los docentes y los estudiantes, el
proceso debe ser continuamente revisado, una
propuesta para este aspecto se sugiere que se
realice a través de los planes de mejoramiento,
que nos permiten revisar las metas a mediano y
largo plazo, de esta manera se puede observar
que se ha alcanzado y que falta por lograr.
(Acosta, 2004)
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DISEÑO CURRICULARBASADO EN COMPETENCIASPARA LA CARRERA DE IAES
EN LA UACh:INA PROPUESTA
SEPTIEMBRE DE 2013
Drte. YSCHEL SOTO ESPINOZA
Profesora CB1 En el CoBaEM 03, [email protected]
Resumen:
Ante las exigencias globales de los
mercados laborales, los panoramas sociales
y la economía mundial el enfoque basado
en competencias se ha institucionalizado en
los diferentes niveles educativos en México,
por lo cual se convierte en el cimiento de la
reestructuración curricular de la carrera de
Ingeniero Agrónomo Especialista en Suelos
(IAES) en la Universidad Autónoma Chapingo
(UACh), misma que parte de la propuesta de
Sergio Tobón (2006). En esta primera fase de
la investigación se ha elaborado el Proyecto
Educativo con los respectivos atributos
que norma la UACh, para dar pauta a la
elaboración de los Programas Educativos
que en sus ejes sustantivos deberán tender
al sólido ejercicio axiológico (identidad,
arraigo y pertenencia) así como en una
óptima solución de problemas y actitudes de
liderazgo, proactivas y de autoregulación.
Palabras clave: Diseño Curricular,
Reestructuración Curricular, Educación
Agrícola
Abstract: To the global demands of labour
markets, social panoramas and the global
economy the skills-based approach has
become forced at different educational levels
in Mexico, which becomes the foundation of
the restructuring curriculum for the career of
agronomist engineer specialist in soils (IAES)
on the Chapingo Autonomous University
(UACh), that part of the proposal of Sergio
Tobón (2006). The education project with the
respective attributes that standard so UACh
has been developed already at this early
stage of the investigation, give guideline to
the development of the educational programs
that in their substantive areas must aim at the
solid axiological exercise (identity, rootedness
and belonging) as well as an optimal solution
of problems and attitudes of leadership,
proactive and self-regulation.
Key words: Curriculum Design, Curricular
Restructuring, Agricultural Education
Introducción
México precisa una educación
eficiente para estar a la altura de los cambios
que se viven actualmente. El resultado
es que el currículo en su búsqueda de
certezas tiende a la búsqueda de equilibrio
y garantía de igualdad de oportunidades en
todo sentido; sin embargo, a largo plazo la
educación mexicana tendrá que cumplir dicha
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misión contribuyendo en la formación de una
sociedad culta e informada, responsable a
la vez que productiva, permitiéndole ampliar
la conciencia de la nacionalidad respecto al
mercado mundial (UNESCO, 1990).
En lo tocante a la Educación
Agrícola y particularmente en el caso de la
Universidad Autónoma Chapingo (UACh),
“… considerando que el país vive un proceso
de descentralización y regionalización y
que tiene ingente cantidad de recursos
naturales y culturales, no debemos
continuar sólo vendiendo materia prima y
comprando productos y servicios que llegan
del mercado internacional, se […] debe
formar a los jóvenes para que transformen
sostenidamente nuestros recursos naturales,
aprovechen la biodiversidad, así como los
recursos culturales y paisajísticos mediante
la actividad turística, la cual posibilita un
constante ingreso de capitales al país,
propiciando la generación de diversos
tipos de empresas de servicio, artesanales
y por consiguiente, puestos de trabajo”
(DINESUTP – DESTP, 2006).
Ante esto es evidente que la
implementación de variados modelos
económicos ha envuelto al sector
empresarial, creando necesidades de
formación profesional y preparación respecto
a su organización y a su personal, tarea que
desde esta perspectiva le corresponderá
replantear a las instituciones educativas; por
ello, la presente investigación resulta viable y
factible ante la instrumentación de un diseño
curricular basado en competencias para la
carrera de Ingeniero Agrónomo Especialista
en Suelos (IAES) bajo el cual se busca
formar de manera integral a estudiantes
competitivos, conscientes de su entorno y
propositivos en un marco científico así como
de solución de problemas.
Materiales y métodos
Los diseños mixtos complejos
combinan los elementos cuantitativos y
cualitativos durante todo el proceso de
investigación o en la mayoría de sus etapas,
lo que le proporciona todas las ventajas de
cada uno de los métodos (Hernández, 2007;
Creswell, 1994) al tiempo que permite que
la investigación oscile entre el pensamiento
inductivo y el deductivo y la presentación
de resultados más completos. Por lo tanto,
la presente investigación pretende realizar
una evaluación mixta respecto de la
instrumentación del diseño curricular basado
en competencias para la carrera de IAES,
esto para realizar los ajustes necesarios
a la malla curricular y a aquellos factores
intervinientes para una implementación
exitosa que permita a los egresados de esta
carrera tomar iniciativas, colocarse fácilmente
en el mercado laboral, incidir de manera
favorable en sus comunidades de origen al
tiempo que se auto regulan y desenvuelven
en un marco axiológico; al tiempo que no se
relegan de las exigencias internacionales.
Por ende las preguntas de
investigación son: ¿La práctica docente de los
profesores de la carrera de IAES actualmente
responde a las necesidades educativas
presentes?, ¿El diseño y aplicación de un
currículo basado en competencias en el
Departamento de Suelos para la carrera de
IAES es viable?, ¿La carrera de IAES logra
cumplir con la filosofía institucional enunciada
al egreso de sus estudiantes?.
El objetivo general implica la
evaluación de los estudiantes de la carrera
de IAES para comprobar si al término de su
formación profesional cumplen con el perfil de
egreso propuesto por el Departamento a partir
de la aplicación de técnicas de recopilación de
datos cuantitativos y cualitativos para realizar
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los ajustes pertinentes al currículo; mientras
que en los particulares, obedeciendo al
orden indicado en la metodología y acordes
al avance programado según las fases de la
investigación, serán:
Desarrollar un instrumento de
evaluación autoadministrable con base
en los indicadores establecidos en la
investigación para obtener información
sobre las fortalezas y debilidades del
currículo anterior.
Identificar la postura que adoptan
los docentes ante la reestructuración
curricular así como las estrategias de
afrontamiento que han generado ante su
instrumentación para incidir de manera
favorable en la correcta instrumentación
si es necesario.
Analizar la instrumentación que hacen los
docentes de la carrera de IAES respecto
al currículo por competencias a través del
análisis de las habilidades personales,
conocimientos, opinión y participación.
Determinar la viabilidad y eficacia de la
instrumentación que hacen los docentes
de la carrera de IAES respecto al
currículo por competencias con base en
los diversos indicadores establecidos.
Evaluar los resultados obtenidos de la
instrumentación del diseño curricular por
competencias a partir de la aplicación de
diversos instrumentos para garantizar la
instrumentación adecuada.
Se parte de dos hipótesis:
1. La actual práctica docente de los
profesores de la carrera de IAES de la
UACh no responde a las necesidades
educativas presentes, por lo que el
diseño y aplicación de un currículo
basado en competencias es viable.
2. Los estudiantes que egresan de
la carrera de Ingeniero Agrónomo
Especialista en Suelos cumplen
con una formación congruente a la
filosofía institucional.
La composición de la muestra es
no probabilística ya que se integrará por
la planta docente de la carrera IAES (48
académicos de los cuales 40 son de tiempo
completo, 5 por asignatura y 3 son técnicos
académicos ubicados en un rango de edad
de entre 35 y 61 años, con un promedio de
30 años de antigüedad y contando el 93%
con estudios de posgrado) y las autoridades
del Departamento que se encuentren
laborando en el momento de realización
de la investigación así como la generación
completa de estudiantes de nuevo ingreso
inscritos en ese momento en la carrera de
IAES (actualmente el Departamento tiene
412 estudiantes matriculados como vigentes,
de los cuales 212 son mujeres y 200 son
varones predominantemente de la región sur
y centro del país). (UACh-Departamento de
suelos 2011).
Durante el trabajo de corte cualitativo
las técnicas que se emplearán serán: la
observación participante, el cuestionario,
la entrevista semiestructurada, la matriz de
necesidades así como líneas de tendencia;
durante el trabajo de corte cuantitativo se
emplearán serán la preprueba y la posprueba
así como el análisis de documentos a
partir de las categorías establecidas y la
autoadministración del instrumento de
evaluación de contenidos instruccionales, se
revisarán las cifras y estadísticas obtenidas
durante el tiempo que se trabajo con el
diseño curricular anterior y se establecerá
un comparativo ya que en todo proceso de
cambio educativo, al iniciar la aplicación del
nuevo programa los docentes enfrentarán
múltiples dificultades y desafíos, tanto para
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comprender sus planteamientos como para
operarlos al trabajar con sus grupos; por
eso, es fundamental conocer sus opiniones
a fin de identificar necesidades de atención
y alternativas para mejorar el proceso y el
seguimiento a las acciones que se pondrán
en marcha.
El procedimiento a seguir implica
que las dos vertientes de la investigación
serán aplicadas de manera simultánea
obteniendose los datos mediante la
aplicación de la preprueba a los estudiantes
y la revisión de documentos (índices de
rendimiento escolar de los estudiantes,
planes de asignatura, informes docentes,
diseño curricular) y entrevistas a los docentes
así como a las autoridades del Departamento
y, una vez identificada la tendencia a partir de
un instrumento autoaplicable de evaluación
se obtiene la información referente a las
cualidades y características deseables del
currículo, estableciéndose los resultados
en dos grupos (categorías y temas). El
diseño y aplicación de un cuestionario a
los estudiantes sobre la utilidad, opinión,
aplicación y pertinencia de los contenidos
instructivos y la formación que se les está
brindando en la carrera de IAES (Temas/
variables y categorías/ítems) para la
aplicación de la posprueba a los estudiantes;
ante la obtención de los resultados del
cuestionario y posprueba: a partir de estos
se realiza un análisis triangulando los
resultados de los análisis documentales, las
entrevistas y cuestionarios y lo observado por
los investigadores. Finalmente se pretende
la realización de un análisis de Fortalezas,
Oportunidades, Debilidades y Áreas de
oportunidad (FODA) que paute la propuesta
que acompañará al informe final.
Resultados y discusión
En esta primera fase de la
reestructuración curricular para la carrera de
Ingeniero Agrónomo especialista en Suelos
se ha elaborado el Proyecto Educativo
que cimentará a los programas de estudio,
fundamentados en herramientas de análisis
como: la oferta y demanda, los informes de
estancias preprofesionales, encuestas y otros
que garantizan su pertinencia; se retoma
el análisis del contexto social, económico,
científico, tecnológico y político que enmarca
la propuesta así como la evaluación
curricular en cuanto a la consulta realizada
a los usuarios a fin de justificar la función de
los propósitos, los contenidos, las formas
de enseñar y evaluar así como la posición
definida respecto del campo profesional sin
dejar de lado a lo regional, lo ambiental y
la internacionalización; adicionalmente se
consideraron el análisis sobre la problemática
de los Ingenieros Agrónomos Especialistas
en Suelos (IAES), el análisis de los aspectos
sociales, educativos y legales asociados con
el estudio del recurso suelo, el análisis de
programas educativos afines y las tendencias
en materia de estudio del mismo.
Actualmente se está trabajando en
comisiones la revisión y/o restructuración del
plan de estudios para los IAES, partiendo
de actualizar por medio del análisis del perfil
del egresado los contenidos preponderantes
además de que se retoman los seguimientos
de egresados, el análisis de estancias
profesionales 2008, 2009, 2010 y las
encuestas a empleadores y productores,
del diagnostico y la experiencia docente
para ordenar los contenidos así como de los
requerimientos institucionales.
La metodología general y el
procedimiento empleado en la elaboración
del plan de estudios se sustenta en el
enfoque por competencias, entendiéndose
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estas como la inclusión de lo actitudinal y
lo valoral de una cultura (Paniagua, 2005),
así mismo, dentro de estas implicaciones
se trastoca la selección de experiencias
de aprendizaje debiendo involucrar
situaciones relevantes y potencialmente
significativas para el educando, puesto que la
identificación de los desempeños esperados
se hace precisamente a partir de este tipo
de situaciones (Moreno, 2005). Por lo tanto,
para la elaboración del siguiente proyecto
educativo se tomaron en consideración los
siguientes puntos (Tóbon, et al, 2006):
A) Establecimiento de un marco
teórico: a partir de documentos
previos generados por el
Departamento y por la propia
UACh así como de una extensa
revisión teórica referente al diseño
curricular por competencias se
conformo un marco teórico que
fundamentase la reestructuración
del plan de estudios de la carrera
de IAES, que clarificara el impacto,
pertinencia y alcance del Programa
Académico.
B) La organización y planeación:
consistió en concebir las diversas
fases en que se gestionaría el
presente proyecto educativo,
sus tiempos y las metas a lograr
en concordancia a los recursos
disponibles, normatividades,
realizar la sensibilización sobre
las bondades de este enfoque.
Las principales actividades
desarrolladas en esta fase fueron:
la sensibilización, la planeación
del proyecto, la conformación del
equipo de trabajo y la recopilación
de información básica sobre el
Departamento y la necesidad de la
presente reestructuración.
C) Capacitación: consiste en
capacitar a la comunidad de
la carrera IAES así como a la
comunidad universitaria vinculada
directamente a esta en medida que
se avanza en la reestructuración
curricular. En este punto fue
necesario retomar el análisis de
fortalezas y áreas de oportunidad
que el Departamento ya realizó
para planear un programa de
capacitación acorde a este a la vez
que se toma en consideración el
diseño curricular por competencias;
se realizarán materiales de
capacitación y difusión al interior del
Departamento, espacios de análisis
y reflexión con los involucrados
(autoridades, académicos,
administrativos, estudiantes) en
pro de la consolidación de la
reestructuración curricular.
D) Estudio del contexto: a partir de
realizar un estudio entre el currículo
antecedente, lo disciplinar, la
cultura-sociedad, la investigación
y lo profesional-laboral se analizó
lo que se retomaría para la
reestructuración curricular, las vías
y acciones optimas para abatir
las problemáticas detectadas en
conjunto a los saberes requeridos.
Se tomaron como ejes rectores
el campo disciplinar las líneas
de investigación existentes, el
contexto laboral y de empleabilidad
así como el impacto y proyección
social para realizar un análisis del
modelo curricular anterior y retomar
sus fortalezas; se realizó un
análisis del posicionamiento de la
carrera de IEAS en el ámbito social,
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regional, nacional e internacional;
se determinaron los contenidos
instructivos a abordar y aquellos
que resultan trascendentes al
pautar la formación de nuevos
investigadores; a partir del trabajo
cooperativo se esbozaron los
problemas y actividades que
predominantemente deben saber
solucionar los IAES; asimismo se
determinaron las expectativas y
requerimientos de la sociedad a
este respecto.
E) Estructura curricular (malla y
perfil): a partir de las competencias
genéricas y especificas que se
pretenden lograr en los IAES,
el perfil de egreso será lo que
direccionará todo es trabajo formal
e informal que desarrollara el
Departamento, por lo tanto, se
deberá establecer la relación y
el vinculo entre los módulos, las
unidades de competencia (genérica
y específica) con los contextos y
problemas de estudio a la par que
se determinarán los elementos
de competencia referentes a
cada unidad y se validará en el
Departamento; esto conducirá
a la estructuración de la malla
curricular indicando los módulos,
créditos y la secuencia lógica de
la misma a la par de la indisoluble
relación entre estos a partir de
tareas integradoras o elementos
problematizadores que llevarán a
la formación y/o desarrollo de las
competencias requeridas en los
estudiantes.
F) Diseño de los bloques a cursar:
entendidos como los planes
completos para la formación
de competencias, con una
respectiva asignación de créditos,
involucra también la planeación
sistemática de actividades de
enseñanza y aprendizaje así
como a la evaluación a partir de
actividades como: determinar la
(s) competencia(s) fundamental
(es) a desarrollar durante el curso
del modulo, de la competencia
a desarrollar, establecer sus
indicadores de desempeño,
evidenciar requeridas y saberes
básicos para establecer que otras
competencias se favorecerían
y a partir de que actividades;
se establecen los elementos de
evaluación (diagnostica, formativa y
sumativa) y se definen los recursos
necesarios para desarrollar-
fortalecer la (s) competencia (s)
enunciada (s).
G) Gestión de calidad: además
de lo dictado por la acreditaciones
bajo las normas de calidad, es un
trabajo constante a partir de la
implementación de innovaciones,
instrumentación de planes de mejora,
la evaluación continua, auditorias y
re acreditaciones bajo las mismas
normas; se trabaja bajo el Modelo
Complejo de gestión de la Calidad
(MCGC) a partir de “hacer muy bien
lo que está documentado con base
en estándares definidos por el trabajo
cooperativo, la filosofía institucional
y los lineamientos del enfoque
de competencias, escribiendo,
dialogando y sistematizando todo
lo que se realice, de tal forma que
sea comprensible para la comunidad
universitaria” (Tobón, 2006: 127).
A la par deberá establecerse la
evaluación curricular de manera
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periódica, una socialización abierta-
flexible y transparente para realizar
los ajustes pertinentes, establecer los
mecanismos del cómo se efectuarían
las auditorías pertinentes, acordar
como y establecer los mecanismos
de mejora.
Consecuentemente, al egreso el
IAES será competente para:
Realizar diagnósticos nutrimentales y
optimizar el uso de fertilizantes.
Realizar e interpretar análisis de suelos,
aguas y plantas.
Diseñar y aplicar técnicas para la
conservación y/o recuperación de
suelos y aguas.
Elaborar y evaluar proyectos
agropecuarios.
Clasificar y cartografiar suelos y evaluar
tierras.
Participar en la enseñanza agrícola
media y superior.
Dedicarse al ejercicio libre de la
profesión creando bufetes de asesoría.
Participar en los programas
agropecuarios nacionales y estatales.
Participar en la producción de cultivos
y recomendación de insumos para la
producción.
Esto a partir de proveer sus servicios en
el sector público o privado ya sea de manera
independiente o sumándose a las filas del
empleo, siempre de manera ética y acorde
a la realidad ecológica, social y económica
del ámbito de desarrollo, mostrándose líder
y proactivo en cualquier ámbito a la par que
enarbola su identidad, el sentido de arraigo
y pertenencia.
Las competencias profesionales a
desarrollar girarán en torno al fortalecimiento
y/o generación de un espíritu emprendedor e
innovador, de la sostenibilidad y compromiso
social, del desarrollo de una comunicación
eficaz, del trabajo en equipo, así como
del manejo adecuado de los recursos de
información, del aprendizaje autónomo
pero también connotando la importancia de
la actitud frente al trabajo, los hábitos de
pensamiento así como el manejo ético y de
valores. Por lo que toca a las competencias
disciplinares en cada una de estas se
retoman las consideraciones éticas y la
propia reflexión del estudiante en su ejercicio
de valores con relación a los contenidos
propios de la asignatura por lo cual se
plantea una evaluación holística, es decir;
heteroevaluación (realizada por el docente),
coevaluación (realizada por los pares) y
autoevaluación (realizada por el estudiante
mismo).
Así, la estructura curricular en
concordancia al trabajo del enfoque
basado en competencias tiene como ejes
epistemológicos a la filosofía, la psicología,
la sociología, la pedagogía, la cultura
y la educación para formar un estilo de
pensamiento crítico y de compromiso social
en los egresados de la carrera de IAES a
partir de la propuesta de Tobon (2008) en la
que se retoman el currículo sociocognitivo
complejo, la teoría crítica de Habermas, la
quinta disciplina de Senge, el pensamiento
complejo de Morin, el paradigma
sociocognitivo, la formación basada en
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competencias, la pedagogía conceptual
de Zubiria y el aprendizaje estratégico de
Monereo.
Los elementos que se pretenden
integrar y permear de manera transversal
en todos los programas educativos son los
siguientes:
Educación sustentable y medioambiental
Formación en valores acorde al perfil de
egreso (preponderando la solidaridad,
democracia, igualdad, tolerancia y
cooperativismo).
Creatividad e innovación educativa
dentro de un proceso de vitalización de la
educación superior.
Liderazgo y espíritu éticamente
emprendedor.
El proceso de formación deberá ser
de manera integral a fin de formar
egresados en un contexto de ciudadanos
competitivos para el ejercicio profesional
(saber pensar, saber hacer, saber ser,
saber crear).
Lenguaje, comunicación, cultura e idioma.
Los emergentes que impactan la sociedad
y el proceso agro productivo incluyendo al
uso suelo.
Es necesario plantear y promover actividades
que fortalezcan la capacidad de lograr un
aprendizaje autónomo, significativo, duradero,
transferible y auto regulable con el objetivo
de desarrollar y/o fortalecer en el estudiante
las competencias y estilos de aprendizaje
que contribuyan para favorecer la solución de
problemas diversos o bien en la generación de
nuevos conocimientos.
El currículo está categorizado según las
asignaturas de la siguiente manera:
Obligatorias: son aquellas asignaturas que
deberán cursarse dentro del programa
escolar de la carrera Ingeniero Agrónomo
Especialista en Suelos, con el propósito de
cubrir el 50% de los créditos.
Electivas: son las asignaturas que pautan
un abordaje profundo de las temáticas
disciplinares y se conjuntan para propiciar
una formación interdisciplinaria; estas
pueden ser cursadas en el propio
Departamento, cualquier instancia de la
UACh u otras instituciones nacionales
o internacionales, cumpliendo con lo
mandatado por el Reglamento Universitario
de Revalidación y Movilización Estudiantil
vigente. Corresponden al 25% de los
créditos curriculares.1
Optativas: estas complementan el
conocimiento específico de un área o
formación, pueden cursarse en el mismo
programa, en otras instancias universitarias
de la UACh o externas y corresponden al
25% de los créditos curriculares.
En el marco de la formación integral se
sugieren las asignaturas complementarias,
es decir, asignaturas de carácter optativo de
naturaleza cultural, artística y de actividad
física que pueden ser cursadas en la UACh
o en otras instituciones y que deben ser
registradas, reportadas y acreditadas por
el programa educativo IAES, constituyendo
un garante de cultura general al tiempo que
son un requisito obligatorio de inscripción
para los subsecuentes niveles.
.1 El cálculo está basado excluyendo los créditos por Servicio Social.
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Por Estatuto Universitario los estudiantes
están obligados a prestar servicio social
dentro del periodo de formación escolar
señalado; la de acreditación de
este se puede obtener por brindar
apoyo a la investigación, servicio y/o
difusión de la cultura; en apoyo a
diferentes proyectos o solicitudes de
instituciones, cooperativas, empresas
o colectivos legalmente constituidos
y cuyas actividades a desarrollar; se
iniciará y será supervisado por un
tutor a partir de 4º Semestre y tiene un
valor de 30 créditos. Complementario
a la formación académica de los
y las estudiantes, un elemento
preponderante es el aprendizaje de
una segunda lengua donde estos sean
capaces de demostrar las habilidades
y competencias requeridas para el
dominio de la misma, convirtiéndose en
un requisito obligatorio de inscripción al
siguiente nivel educativo obligatorio y
teniendo créditos asignados dentro de
la malla curricular.
En cuanto a los requisitos de
egreso para los estudiantes inscritos en la
Ingeniería de Agrónomo Especialista en
Suelos, estos se encuentran establecidos
en la normatividad de los reglamentos para
estudiantes presenciales, aprobados por la
UACh y por el Departamento de Suelos. El
título de Licenciatura del IAES se otorgará
de acuerdo a la normatividad vigente en la
UACh, y después de haber cubierto todos
los créditos estipulados en este programa
educativo.
Conclusiones parciales
Pareciera que en este inicio de siglo
la única forma en que se podrá aumentar
la productividad sostenidamente, cerrar
las brechas sociales, mantener altas
tasas de crecimiento económico, crear
nuevos empleos mejor remunerados y
ser competitivos a escala mundial, es
afrontando el tema del conocimiento tan
asociado a la Educación Superior (donde
se crean formas de representación,
simbolismos y manejos conceptuales);
por ello y siguiendo la ruta critica de la
investigación así como la intencionalidad
de las autoridades institucionales y del
docente en cuanto al desempeño y al logro
de los propósitos educativos que implica el
desarrollo de competencias a largo plazo,
estas indican que no es posible observar
resultados inmediatos y en consecuencia,
que es prácticamente imposible emitir una
conclusión en esta fase de la investigación ya
que esto es un proceso gradual y complejo
con diversos niveles de desempeño en
los estudiantes; que en el desempeño
cotidiano el docente observará y propiciará
las habilidades del educando para lograr
que adquiera aquellas necesarias en su
vida escolar y social, mientras que las
autoridades hacen lo pertinente en cuanto
a la gestión y administración escolar;
finalidades de la presente reestructuración
curricular.
Sea entonces que el panorama
mundial se ha transformado tornándose
reflejo de los procesos productivos, del
mercado y las relaciones laborales,
elevando las exigencias del desempeño
personal y profesional de los individuos; se
busca desde los cánones ideales un amplio
consenso sobre la realidad de cada nación
y sus perfiles curriculares. Se trata de
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superar barreras impuestas por contornos
políticos y geográficos, las resultantes de la
globalización así como las transformaciones
económicas. Por ende, resulta lógico el
que las tendencias actuales movilicen
las estructuras sociales y que se voltee
la mirada hacia las metas productivas,
dependientes del factor humano y con ello,
al proceso educativo, al currículo basado
en competencias del cual la Universidad
Autónoma Chapingo no está al margen.
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IMAGINARIO ESTUDIANTIL:HACIA EL VALOR DE LA PREGUNTA:
LA ELABORACIÓN SIMBÓLICADEL ESTUDIANTADO HACIA UNA DE
LAS ESTRATEGIAS MASANTIGUAS DE LA PRÁCTICA
PEDAGÓGICA
SEPTIEMBRE DE 2013
MIGUEL ANTONIO VARGAS GARCÍA*1
RESUMEN
En esta comunicación se pone de presente la
importancia de conocer el imaginario estudiantil,
formado alrededor de la pregunta como estrategia
en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Los principios socráticos vinculan la mayéutica
como herramienta reflexiva que adjudique a
los entes vinculados en el aula una ayuda para
llegar a la verdad. Sin embargo, Sócrates y la
mayéutica transforman una era donde el interés
por el conocimiento era evidente y místicamente
valorado. ¿Podríamos, como consecuencia de
los cambios generacionales, determinar que
la mayéutica es reconocida actualmente por el
estudiantado como una herramienta funcional?
De este modo, se realiza el estudio de la
percepción colectiva acerca de la elaboración
simbólica del estudiante hacia el valor de la
pregunta, a través de una encuesta planteada
por medio de canales virtuales, denominada
“IMAGINARIO ESTUDIANTIL HACIA EL
VALOR DE LA PREGUNTA V_02”. Para ello
1 Fonoaudiólogo. Docente Universidad de Pamplona U.P.A. Pamplona- Colombia. Especialista Terapia Miofuncional – ISEP, Barcelona. (C)Especialista en Práctica Pedagógica Universitaria. (C) Doctor en Fonoaudiología.
se encuesta a 213 estudiantes vinculados a
escuelas regulares de la ciudad de Pamplona
y Barranquilla en Colombia, todos de colegios
del estado. Los resultados evidenciados acerca
del valor de la pegunta generan conflictos al
panorama que merecen discusión. Así, se
advierte que el imaginario imprime la radiografía
y representa un diagnóstico social; lo sujetos,
seres sociales, fundamentan las realidades con
base en estos diagnósticos y proyectan sus
estilos de vida a través de colectivos de identidad
heterogenia. De este modo los resultados
aportan fundamentación estructural en cuanto a
las prácticas pedagógicas. Sin embargo, detener
el tiempo para determinar ¿qué tipo de modelo
pedagógico posibilita mejor el aprendizaje en la
actualidad se puede convertir en una tarea sin
fin.
PALABRAS CLAVE
Educación dialógica; Práctica Pedagógica;
Pregunta; Estudiantes.
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ABSTRACT
Objective: To know the imaginary mind of a
student that has formed around the question as
an strategy on teaching- learning.Introduction:
The socratic principels bond mayeutics as a
refletive tool that awards entities related to the
classroom an aid to get to the truth. However,
Socrates and the mayeutics transform an era
where the interest for knowledgement was
obvious and mistacally appriciated . Could we
, in consequence of the generational changes,
notice that the mayeutics is currently know by
students as a fuctional tool? Method: we carried
out a study of collective persection about the
symbolic elaboration of the studend towards
the meaning of the question,through a survey
referred via virtual channels, called “IMAGINARY
STUDENT TO THE VALUE OF THE QUESTION
V_02”. Results: Meanwhile , we asked 213
students that were attending schools at Pamplona
and the city of Barranquilla Colombia,all schools
from this cities. The results as evidenced on the
value of the question generated conflicts on the
scenario deserving discussion. Discussion: The
imaginary prints a radiograph and represents
a social diagnose.so individuals, social beings,
underlying realities based on these diagnoses
and project their lifestyles through heterogenia
collective identity. CONCLUSION: The results
provide structural basis regarding teaching
practices. However, stop time to determine
what kind of pedagogical model enables better
learning today? can become an endless task.
KEY-WORDS
Dialogic education; Teaching Practice;
Question; Students.
INTRODUCCIÓN
Venimos al mundo, tal vez no para ser felices
como creen algunos, sino para responder
una pregunta.
Julián De Zubiría Samper
Fundamentos rigurosos, manados
principalmente de modelos transformadores
y dinámicos vinculados a la construcción
académica formal, han sido estructurados a
lo largo de la historia por estudiosos que han
propuesto enfoques pedagógicos en diferentes
eras. Esta característica cronológica de los
diferentes modelos, paralelizada con los cambios
constantes de reflexión ideológica y cultural
en las distintas generaciones, ha originado un
monstruo que nada en un mar de idealismos; un
mar creado inherente a las relaciones humanas
pero que paradójicamente se debe fundamentar
en la intersubjetividad1-2.
Tales idealismos conforman hoy la pedagogía;
un proceso facultado en la evaluación continua
de experiencias históricas, que ha demostrado
los errores del pasado, cometidos delante de
pensamientos generacionales anteriores que tal
vez hoy podrían constituir aciertos. Sin duda la
pedagogía hoy está enfrentada a un idealismo
quizás imposible de hallar.
Este fenómeno se vincula, entre algunas otras
cosas, al cambio de pensamiento generacional.
El encuentro en el aula de la pedagogía del siglo
XX (algunas veces mucho más remota) con el
pensamiento revolucionado y rebelde del siglo
XXI, es un coctel muy poco apetecido, que ha
trasladado, en algunos países de Latinoamérica,
el proceso educativo a la cola de una larga lista
de intereses. Así, “el olvido de la finalidad y el
sentido de la educación es un problema mucho
más grave y profundo”3. A mi modo de ver lo es
1 Alude a la existencia de sujetos que se conciben como individuales. No obstante, en tanto existe intersubjetividad, de algún modo se está reconociendo que esos sujetos se constituyen en la interacción social (Lindón, 2007).2 Lindón, A. (2007). Diálogo con Néstor García Canclini. ¿Qué son los imaginarios y cómo actúan en las ciudades? Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 99), Santiago – Chile. pp. 89-99. 3 De Zubiría, J. (2006). Los Modelos Pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante. 2da Ed. Bogotá: Magisterio Editorial.
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más que cualquier queja social, pues este factor
memorístico entraña la búsqueda de nuevos
caminos; errados, seguramente.
El presente escrito trae a convergencia un factor
vinculado a la pedagogía, antigua y actual, que
propone un fenómeno en el proceso educativo
que, en la perspectiva del autor, aún no se
articula a las generaciones contemporáneas:
la pregunta. Se concibe esta como una
estrategia de aprendizaje auto-estructurante
vinculada actualmente al proceso de enseñanza
- aprendizaje de generaciones operativas que
vinculan como ideal educativo solo el saber
hacer, factor que contrapone el ideal y la esencia
de la pregunta.
La utilización de la pregunta en el proceso
educativo se atribuye, en primera medida, a la
ironía socrática, transformada conceptualmente
en la Mayéutica. Su fundamento reflexivo faculta
la intersubjetividad a la búsqueda propia de la
verdad y del conocimiento. Pero, ¿quieren las
generaciones actuales ir en busca de aquello
que fácilmente le pueden dar?
Por ello se pretende estudiar, más allá de
lo empíricamente observable en el aula de
clase, ¿cuál es el imaginario estudiantil
hacia el valor de la pregunta en la práctica
pedagógica? Con ello se pretende determinar
la identidad colectiva que se tiene, desde las
comunidades estudiantiles, hacia la pregunta.
El fin, netamente formativo, se vincula en la
fundamentación del aprendizaje por discusión o
debate enmarcado en la pedagogía dialógica4.
En esta línea, ¿puede alguien negar que
estemos situados en un contexto social donde
el fenómeno comunicativo ha facilitado la
supervivencia y apropiado el conocimiento con
base en la utilización pragmática de la pregunta?
4 Lamas, H. (2010). Educación Dialógica. UCV - Scientia 2(1).5 Fox, V. (2005). Análisis documental de contenido: principios y prácticas. Buenos Aires - Argentina: Ed. Alfagrama.6 Polit, D.f., Hungler, B.P. (2000). Investigación Científica en Ciencias de la Salud. 6ta Ed. Mc Graw Hill. México. 7 Baena, G. (1988). Manual para elaborar trabajos de Investigación Documental, 3ra reimpresión. Ed. Editores Unidos mexicanos, México.
El estudio de este imaginario podría aportar en
la incansable búsqueda de una pedagogía ideal,
que tanto interés y discusiones ha suscitado en
la educación actual. Determinar el imaginario del
estudiante como el centro del interés educativo
podría aportar pautas de acción en las prácticas
pedagógicas.
MÉTODO
El presente trabajo, aun en desarrollo, se
fundamenta en una investigación social,
realizada con los grados noveno, decimo y
once de distintas instituciones educativas de
la ciudad de Barranquilla y de la ciudad de
Pamplona. Precisa hacer un barrido conceptual
acerca de los imaginarios. El estudio se
remite a un “tratamiento documental”5 como
proceso mediador para el análisis y diagnosis
del imaginario estudiantil hacia el valor de la
pregunta.
Al respecto Polit y Hungler mencionan que
“conocer el estado actual del tema permite al
investigador evitar la duplicación involuntaria
de un estudio y concentrarse en aspectos
relativamente poco explorados de un problema”6.
La investigación documental “es una técnica
que consiste en la selección y recopilación de
información por medio de la lectura y crítica de
documentos y materiales”7, que fundamentados
en la historia le aporta un sostén conceptual al
trabajo proyectado.
Seguidamente se realiza el estudio de la
percepción colectiva acerca de la elaboración
simbólica del estudiante hacia el valor de la
pregunta, a través de una encuesta planteada
por medio de canales virtuales, denominada
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“IMAGINARIO ESTUDIANTIL HACIA EL VALOR
DE LA PREGUNTA V_02”, en la que se estudia
la percepción colectiva de 213 estudiantes
de noveno, décimo y once grado. Para este
estudio se adoptó un muestreo intencional o por
conveniencia; la estructuración del instrumento
se realizó en un espacio de 7 días calendario, 2
pruebas piloto aplicadas cada una en promedio
a 5 profesionales en Licenciaturas y estudiantes
de noveno y media vocacional.
La versión final se propagó a través de la
utilización de un banco de datos de profesionales
en Fonoaudiología. El diligenciamiento se
programó en el inicio de las clases de informática
de los distintos grados.
La estrategia utilizada consistió en llevar la
encuesta a un formulario de Google Drive;
herramienta online que ofrece la administración
de archivos y el acceso a ellos desde cualquier
ordenador. Se propuso, porque además de
emplear un buen manejo de datos, permite
el acceso y la conectividad de la población
escogida.
RESULTADO
Ortega (2013) afirma que educar es responder
a la pregunta del otro, aportándole al sujeto
que pregunta importancia en el proceso de
enseñanza-aprendizaje, pues refiere que no
hay educación sin pregunta; propone, además,
leer desde esta óptica los diálogos de Platón y
cuestionar el modo de entender la educación
actual, función y rol de cada uno en el aula8,
fortaleciendo y sustentando de esta manera la
metodología autoestructurante de Not.
Dentro de la arqueología documental o
tratamiento documental se fundamenta el
8 Ortega, P. (2013) Educar es responder a la pregunta del otro. Boletín Redipe. Boletín Virtual 824: 15-28.9 Baeza, M. (2004) Ocho argumentos básicos para la construcción de una teoría fenomenológica de los imaginarios sociales. Chile. Disponible en: http://www.gceis.cl/index.php?option=com_remository&Itemid=49&func=fileinfo&id=1. Último acceso: 26-05-2008.
imaginario como “múltiples construcciones
mentales compartidas acerca de la significancia
práctica del mundo9.
Los significados que el humano dibuja en el
espacio en que habita se fundamentan como
significaciones sociales que delimitan la
autorrepresentación de los grupos sociales. La
imaginación sería la infraestructura embrionaria
del lenguaje humano, por lo que aporta la
base para la generación de representaciones
mentales acerca del significante
Por su parte, se encuesta a 213 estudiantes
vinculados a escuelas regulares de la ciudad de
Pamplona y Barranquilla en Colombia, todos de
colegios del estado. Los resultados evidenciados
acerca del valor de la pegunta generan conflictos
al panorama que merecen discusión.
De la muestra, el 82% determina que sus
docentes generan preguntas dentro del aula de
clase (Ver Gráfica 1).
Gráfica 1. Respuesta otorgada por los
estudiantes especificando si su docente
genera preguntas en el acto pedagógico.
Ahora bien, la pregunta se fundamenta como la
búsqueda de la verdad que dentro del aula de
clase se convierte en la herramienta grupal, amiga
de todos, que sustenta y motiva el aprendizaje
analítico, el conocimiento inductivo y deductivo
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y los procesos de raciocinio. Puede convertirse
dentro del aula en un arma de doble filo para
cada uno de los componentes; sin embargo,
en su buen uso potencializaría las prácticas
de aprendizaje, haciéndolo directamente con
las pautas de enseñanza. Debido a esto, el
interés y la motivación por aprender serán
necesarios. Como resultados de la indagación,
el estudiantado reporta en un 71% que se
mantiene atento a cualquier pregunta temática
que pueda hacer el docente en el desarrollo de
la clase (ver gráfica 2). Paradójicamente, aunque
están atentos, refieren en un 56% que les da
miedo, temor o nerviosismo saber que pueden
ser elegidos para dar respuesta (ver gráfica 3).
Gráfica 2 Determinación del colectivo acerca
de la atención a las preguntas en el aula
Gráfica 3 Tabla de calificación acerca de la
percepción emocional como respuesta a la
pregunta
De estos, solo el 11% dice que generalmente
desea contestar las preguntas realizadas por el
docente. También, el estudiante se declara de
acuerdo en un 76% en que la formulación de la
pregunta por parte del docente tiene como único
objetivo orientar al grupo; calificando como
agradable el clima consecuente a las preguntas.
El 89% de los encuestados califica positivo
la formulación de preguntas, debido a que lo
cree una estrategia de interacción estudiante –
docente (ver gráfica 4)
Gráfica 4 La formulación de preguntas
es positiva por estimular la interacción
estudiante - docente
Paralelamente, el estudiante nota la pregunta
como una estrategia docente para verificar el
aprendizaje, 94%. En un 73% los estudiantes
catalogan la pregunta como una estrategia
docente que establece un indicador de
excelencia. Cifras preocupantes (ver gráfica 5).
Gráfica 5 Pregunta como táctica docente
para verificar el aprendizaje
Por último, se genera un enfrentamiento en el
colectivo al considerar que la pregunta busca
evaluar la interpretación literal del estudiante
y no su capacidad de análisis. 25% de los
encuestados dicen no estar de acuerdo con la
afirmación a diferencia de un 32% que la apoya
(ver imagen 6).
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Ilustración 6 Consideración literal o de
análisis hacia la resolución a la pregunta
DISCUSIÓN
El imaginario imprime la radiografía y representa
un diagnóstico social; lo sujetos, seres sociales,
fundamentan las realidades con base en estos
diagnósticos y proyectan sus estilos de vida a
través de colectivos de identidad heterogénea.
Por tal motivo el pensamiento colectivo ejercerá
influencia en lo aceptado, lo negado o repudiado.
La concepción estudiantil de la pregunta
determinará si es un factor funcional para su
utilización en la práctica pedagógica; el aval
colectivo permitirá su funcionamiento. Más, si la
realidad es lo contrario, el fracaso de la pregunta
será inminente.
El estudio arroja resultados paradójicos:
los estudiantes se concientizan y miran la
pregunta como un factor de interacción en el
aula. La califican como positiva y le aplauden
al docente que la utilice para estimular en
ellos la autoestructuración. La describen como
estimulante para el dialogo y el debate y algunos
la determinan como factor de análisis. Aún así,
le huyen. O peor aún, con todos sus aspectos
positivos la siguen viendo como una herramienta
de evaluación e indicador de excelencia (una
regla del docente para medir la calidad del
estudiantado).
Allí se halla un error, no propiamente
procedimental, sino más bien de pensamiento.
El concepto pregunta se ha prostituido.
Actualmente la pregunta es afín a la crítica, al
rechazo. El pensamiento vincula la pregunta con
un mecanismo de ofensiva que quiere devastar,
pero no construir. Definitivamente este es un
error.
Cuando Platón escribe sobre el método
socrático, lo determina como una estrategia para
llegar a la verdad por medio de la formulación de
preguntas, solidificando el resultado en lo que
luego sería la dialógica.
Ahora bien, ¿de quién es el error? ¿Del
estudiante que erra en la conceptualización de
la pregunta, o del docente que la utiliza para
“medir” a sus estudiantes?
Las contradicciones en el proceso de enseñanza
– aprendizaje no aportan factores positivos a la
causa; por el contrario, deforma y convierte en un
idealismo utópico las estrategias de enseñanza.
Hilar el proceso y motivar al estudiante a estar
en consonancia con el aprendizaje, debe ser el
propósito. Cambiar paradigmas de aprendizaje
y eliminar barreras de pensamiento, puede
aportar a la solución.
No debería permitirse que en un aula de clase
los estudiantes callen a quien quiere preguntar;
debería ser requisito culminar las clases con
preguntas; debería prohibirse en la práctica
pedagógica que el docente utilice la pregunta
como metodología de evaluación dentro del
discurso, pues se plantea con más valor
dentro de un concepto dialógico que permita
al estudiantado el análisis, la crítica y el debate
constructivo o deconstructivo de los diferentes
temas.
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CONCLUSIONES
Los resultados aportan fundamentación
estructural en cuanto a las prácticas
pedagógicas. Sin embargo, detener el tiempo
para determinar qué tipo de modelo pedagógico
posibilita mejor el aprendizaje en la actualidad,
se puede convertir en una tarea sin fin.
Identificar qué aspectos teórico-metodológicos
esenciales son más eficaces en las tendencias
y enfoques pedagógicos contemporáneos,
desde una perspectiva racional, es imposible. Al
respecto Héctor Cerezo Huerta (2006), plantea
que “estas <corrientes> describen, explican,
conducen y permiten la comprensión de lo
pedagógico ante las exigencias del contexto
y pasan a ser referentes que modifican los
contextos sociales y pedagógicos de la escuela
y las líneas de discurso o de la práctica en que
se definen diversas pedagogías”10. Pero, ¿será
que las exigencias del contexto para cada uno
de los sujetos en el aula son las mismas? La
respuesta seguramente será no. Entonces,
¿cómo fundamentar una metodología didáctica
para su implementación en las aulas con
mundos diferentes?
¿Quién dice que la clase magistral está
pasada de moda? Para no pocos el desarrollo
tecnológico ha desmejorado la educación.
¿Será entonces que la “Escuela Nueva” erra
al considerar como punto de partida el interés
para la educación? ¿Están los adolescentes
interesados en el futuro? Esa sería una
pregunta que propondría llevar a otra quizás
más neurálgica en este momento: ¿están los
adolescentes interesados en la academia?
¿Será la “Pedagogía Liberadora” lo que
10 Cerezo, H. (2007). Corrientes pedagógicas contemporáneas. Odiseo, revista electrónica de pedagogía, 4, (7). Disponible en: http://www.odiseo.com.mx/2006/07/cerezo- corrientes.html
necesita el país? ¿Será el cognitivismo el “gran
colombiano”, dado que cambia el empirismo por
la razón? Sin embargo, reclamaba también su
estatus científico y su aspecto experimental.
¿Será el constructivismo o la socio-histórica
la respuesta? Cuestionamiento este que vuela
en el pensamiento cada vez que se ve en un
aula de clase a un docente de los 70’s u 80’s
dirigiéndose a las juventudes de pleno siglo XXI,
a la generación NET.
Por ello es preciso considerar que no hay modelos
válidos ni modelos errados; que no hay modelos
tradicionales ni contemporáneos. Considerar que
hay modelos y que cada una de sus propuestas,
de sus teorías, serán fundamentales en algún
momento en la trayectoria por el aula de clase.
Que la impecable labor como pedagogo estará
fundada en ser asertivo al momento de elegir
cuál(es) de esos modelos aplicar en determinada
circunstancia, con determinados pensamientos
y particularidades.
Generar una serie de conocimientos sociales
y específicos que permitan a cada uno de los
vértices de la actividad enseñanza – aprendizaje
reflexionar sobre ello podría ser el camino
para entrar a negociar alternativas efectivas
de pedagogía, aportando a una “cirugía
psicológica” individual que exalte como deidad
los propósitos del meta-aprendizaje, para
moldear adecuadamente estructuras sociales
que fundamenten relaciones pitagóricas claves
entre cada uno de los entes. Para ello la
pregunta puede ser utilizada como herramienta
de reflexión, motivación e intercambio de ideas.
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AGRADECIMIENTOS
A mi madre, mi hija y mi esposa.
Las tres mujeres que aportan felicidad a mi
vida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Néstor García Canclini. ¿Qué son
los imaginarios y cómo actúan en las
ciudades? Revista eure (Vol. XXXIII, Nº
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tos básicos para la construcción de una teo-
ría fenomenológica de los imaginarios sociales.
Chile. Disponible en: http://www.gceis.cl/index.
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EL MÉTODO CONTRASTIVO-FUNCIONAL-
APRENDIZAJE DE LA GRAMÁTICAESPAÑOLA
SEPTIEMBRE DE 2013
MSc. KENIA MARÍA VELÁZQUEZ ÁVILA
E-mail: [email protected]
DrC. ERNAN SANTIESTEBAN NARANJO
E-mail: [email protected]/[email protected]
Universidad de Las Tunas, Cuba
RESUMEN:
En el presente artículo se realiza un análisis de la
categoría didáctica método, en el cual se refieren
algunas definiciones del referido concepto
desde diversas perspectivas y los rasgos que
lo determinan. Se propone un nuevo método
para el proceso de enseñanza- aprendizaje de
la gramática española: el contrastivo- funcional.
El mismo surge a partir de las valoraciones
realizadas al método discursivo-funcional.
PALABRAS CLAVES: método, método
discursivo-funcional, método contrastivo-
funcional
THE CONTRASTIVE AND FUNCTIONAL
METHOD FOR THE TEACHING-LEARNING
PROCESS OF THE SPANISH GRAMMAR
ABSTRACT: in this article is carried out an
analysis about the didactic category: method.
Here are analyzed some definitions of the
referred term from different perspectives as well
as the main features of it. It is offered a new
method for the teaching learning process of the
Spanish grammar: the functional and contractive
one. Such a method emerged from the analysis
of discourse and functional method.
KEY WORDS: method, discourse and functional
method, functional and contractive method.
Introducción
El proceso de enseñanza- aprendizaje de la
gramática en la educación universitaria tiene
como uno de sus objetivos esenciales el empleo
adecuado de las estructuras gramaticales en
los textos de diferentes estilos funcionales.
Para lograr la meta anterior en la literatura
especializada en esta didáctica, autoras como
A. Roméu (2005) y A. Toledo (2005) proponen
el empleo del método discursivo- funcional,
aportado por S. Cumming y T. Ono (2000) en el
campo de la lingüística.
Sin embargo, este método fue extrapolado de las
ciencias lingüísticas a la didáctica de la lengua,
por tanto no considera aspectos esenciales que
se manifiestan en el proceso de enseñanza-
aprendizaje de la gramática, donde confluyen
diversos factores y componentes que establecen
relaciones sistémicas con la categoría método.
Lo expresado anteriormente impone la necesidad
de concebir un nuevo método para el proceso
de enseñanza- aprendizaje de la gramática. En
el presente artículo se propone para este fin, el
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método contrastivo-funcional.
Desarrollo
El método discursivo-funcional tiene dos
objetivos: el descriptivo y el explicativo. El
primero se basa en la abundancia de recursos
gramaticales que poseen las lenguas para
expresar una misma idea y a partir de ahí se
analiza cómo los hablantes los seleccionan. El
segundo objetivo está orientado a investigar
por qué las lenguas poseen tales recursos, por
qué la información conocida generalmente va
al principio y no al final. Uno de los principales
aportes de este tipo de análisis es que no
recurren a ejemplos conformados, alejados de la
realidad; sino que seleccionan las estructuras de
la propia realidad comunicativa, y no se limitan
solo al ejemplo, también consideran el contexto
lingüístico, extralingüístico y etnográfico en que
se emite.
Es notorio destacar que la aplicación de estas
concepciones en la práctica pedagógica
propicia mayores posibilidades en el proceso de
enseñanza y aprendizaje de la gramática, ya que
analiza el uso de las estructuras gramaticales
vinculado con los significados (semántica) y
los contextos sociales (pragmática). Posibilita
además, una forma de análisis particularmente
dirigida a la gramática del texto, donde se
incluyen los sintagmas, las oraciones y otros
niveles constructivos superiores como es el
discurso.
Sin embargo, en el referido método no se
establece una relación directa con el objeto de
estudio (proceso de enseñanza- aprendizaje
de la gramática), por cuanto fue extrapolado
de un contexto (lingüística) a otro (didáctica),
sin considerar las particularidades del proceso
mencionado anteriormente, las relaciones con
los restantes componentes del proceso de
enseñanza- aprendizaje, la estructuración de
los procedimientos que lo integran en función
de las acciones que deben realizar el profesor
y el estudiante, así como la integración de lo
instructivo y lo educativo.
El método debe adoptar especificidades de
aplicación en cada campo de la realidad, por
lo que es imposible el intento de extrapolar los
modelos de una contexto a otro. Asimismo se
puede afirmar que el proceso de enseñanza-
aprendizaje de la gramática y sus subprocesos,
como objetos de investigación, tienen
características particulares que exigen el empleo
de métodos específicos para su estudio.
El método discursivo- funcional es un método
específico, en correspondencia con los criterios
de las autoras M. Silvestre (2002), G. Labarrere
y G. Valdivia (2009), que consideran que
esta “clasificación” pertenece a las didácticas
especiales y se conforma entre los métodos
de la didáctica general y los de las diferentes
ciencias con las que se corresponden cada una
de las asignaturas.
Desde esta perspectiva los métodos de la
didáctica de la lengua española se establecen
a través de un proceso de interdependencia e
interrelación entre los métodos de la didáctica
general y los lingüísticos. Sin embargo, es
necesario señalar que aunque cada asignatura
refleja la lógica de la ciencia que le sirve de
base, el sistema de contenido y los objetos de
estudios de ambas no se corresponde en su
totalidad.
Al respecto, L. Rodríguez (2005: 177) expresó:
“Resulta un error muy común creer que toda
teoría lingüística conduce de inmediato a
una aplicación didáctica (…) ambas tienen
que ver con el lenguaje, pero desde ópticas
distintas y con propósitos bien diferentes
(…)”Posteriormente, L. Rodríguez (2005: 181)
declara entre los elementos que se deben tener
en cuenta para el estudio de la enseñanza de la
lengua materna: “Comprensión actual de cómo
entender la relación ciencia- asignatura, a partir
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del reconocimiento de su no identidad”.
La citada autora propone que es necesario
elegir elementos teóricos proporcionados por
el desarrollo de las ciencias, no obstante estos
exigen una adecuada reflexión acerca de lo que
representan. Ello implica un profundo análisis
de cómo emplearlos en la pedagogía cubana,
para no “entrar” en contradicción con las
concepciones que la sustentan.
Las reflexiones anteriores presuponen un
análisis de la categoría didáctica método, por lo
que se harán referencias a algunas definiciones
desde diversas perspectivas y a los rasgos que
lo determinan. El término método proviene del
griego “methodos” que significa camino, vía,
medio para llegar a un fin. De lo anterior se
infiere que el método es la vía para el logro de
un objetivo, por tanto, la relación entre ambos es
evidente.
Desde la filosofía dialéctica- materialista, M. M.
Rosental y P. Iudin (1981) definieron el método
como: “(…) el método es la manera de producir
en el pensar el objeto que se estudia”. (Citado
por G. Labarrere y G. Valdivia, 2009: 102) La
definición anterior refiere la relación entre
método y objeto, de ahí la necesidad de conocer
las características del objeto de estudio, donde
actúa el método.
Según el Diccionario Filosófico (1984: 287) es
el: “(…) modo de alcanzar el objetivo, actividad
ordenada de cierta manera (…)” Esta definición
presenta dos elementos significativos, el primero
coincide con el significado inicial del término
al relacionarlo con el objetivo y el segundo,
se refiere la estructura del método (actividad
ordenada), lo que presupone la consecutividad
de acciones y operaciones.
Desde la perspectiva pedagógica, N. V. Savin
(1972: 172) define los métodos educativos
como: “(…) procedimientos de influencia de
los maestros sobre los alumnos, son las vías
para organizar pedagógicamente la vida de
los mismos, con el objetivo de inculcar en los
educandos las cualidades del hombre nuevo,
constructor de la sociedad comunista”.
El objetivo declarado está dirigido a la formación y
desarrollo de la personalidad de los estudiantes,
por tanto incluye la unidad entre lo instructivo
y lo educativo. Expresa además, la relación
existente entre profesor y alumno durante el
proceso, así como la estructura (procedimientos
para organizar)
Según G. Labarrere y G. Valdivia (2009: 106),
el procedimiento es “(…) un detalle del método,
es decir una operación particular práctica o
intelectual de la actividad del profesor o de
los alumnos, la cual complementa la forma de
asimilación de los conocimientos que presupone
determinado método”.
Según L. Klingberg (1972: 275), los método de la
enseñanza son: “(…) la principal vía que toma el
maestro y el alumno para lograr objetivos fijados
en el plan de enseñanza, para impartir y asimilar
el contenido de ese plan”.
En esta definición se asumen los métodos como
vía tanto del alumno como del maestro, en
correspondencia con los objetivos del plan de
enseñanza. Además se hace explícita la relación
entre método y contenido de ese plan.
La utilización del método depende del contenido
de la asignatura que se imparte durante la clase,
por tanto su empleo varía en correspondencia
con los temas del programa. Por esta razón,
se sugiere el empleo de múltiples métodos
que se complementen durante el sistema de
clases, lo que determina el logro de los objetivos
declarados.
A partir del análisis de las definiciones y criterios
anteriores se puede resumir las siguientes
características de los métodos didácticos:
•Nivel de pertenencia con el objeto de estudio.
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•Relación sistémica con los componentes
didácticos: objetivo, contenido, medio, profesor
y estudiante.
•Unidad entre la instrucción y la educación.
•Presencia de una estructura ordenada
(consecutividad de procedimientos)
Tomando en consideración los fundamentos
epistemológicos anteriores, se propone el
método contrastivo- funcional. Según el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, el término contrastar significa mostrar
notable diferencia, o condiciones opuestas
de dos cosas, cuando se comparan una con
la otra. En este sentido se contrastan textos
en diferentes estilos funcionales de la lengua,
así como la funcionalidad de las categorías
gramaticales en dichos textos.
A continuación se fundamenta las relaciones
del método contrastivo-funcional con el resto
de las categorías del proceso de enseñanza-
aprendizaje, así como su estructura interna.
I Nivel de pertenencia con el objeto de estudio
El método se contextualiza en el proceso de
enseñanza- aprendizaje de la gramática, en
tanto este constituye el objeto de estudio de la
asignatura Gramática Española.
II Relación sistémica con los componentes
didácticos
Relación entre método y objetivo
El método tiene como finalidad determinar
la funcionalidad particular de las categorías
gramaticales en el texto, en correspondencia
con las especificidades de cada estilo funcional
de la lengua.
Relación entre método y contenido
Desarrolla las habilidades del pensamiento
lógico: análisis, síntesis, abstracción,
generalización, deducción e inducción.
Desempeña una función fundamental en la
formación del conocimiento: razonamientos,
juicios y premisas.
Posibilita la sistematización de los conocimientos
de diversas ciencias: gramática, semántica,
pragmática, lingüística y estilística.
Relación entre método y medio
El método propuesto establece una relación de
coordinación con los medios de enseñanza: los
textos de diferentes estilos funcionales de la
lengua. Ellos sirven de soporte material a partir
de los cuales se desarrollan los procedimientos
propuestos.
Relación entre método y los componentes
personales (profesor y alumno)
Según E. M. Santos (2004: 64): “Los métodos,
bajo una concepción desarrolladora,
consideramos que hay que verlos convertidos
en herramientas indispensables en manos de
los propios alumnos (…) que intensifiquen su
actividad cognoscitiva, práctica-valorativa y
creativa, por supuesto, bajo la conducción y guía
del docente.”
En la cita anterior se resume la función del
método en relación con el alumno y el docente,
así como los roles que estos tres componentes
didácticos desempeñan en el proceso. Desde
esta perspectiva se plantea que mediante
los procedimientos del método contrastivo-
funcional es posible establecer los niveles de
ayudas necesarios para potenciar la zona de
desarrollo próximo de los estudiantes. Revelan
además, las acciones que deben realizar los
estudiantes para apropiarse del contenido y
alcanzar los objetivos propuestos.
III Unidad entre la instrucción y la educación
El método contrastivo- funcional tiene carácter
instructivo y educativo. Es instructivo, ya
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que constituye una vía de acercamiento al
conocimiento científico y posibilita la adquisición
de estrategias metacognitivas al potenciar el
aprender a aprender.
Es educativo, debido a que permite que el
estudiante desarrolle el pensamiento creador y
una concepción científica del mundo, basado
en los principios y las leyes de la pedagogía
cubana. Asimismo propicia el trabajo en grupo y
la atención a las individualidades.
V Procedimientos que integran al método
1- Determinar los objetos a contrastar
(medios de enseñanza: textos en
diferentes estilos funcionales de la
lengua)
2- Seleccionar los criterios de contrastación
(según los objetivos del programa)
3- Descomponer el todo en partes
(análisis)
4- Determinar la características esenciales
de cada parte (abstracción)
5- Descubrir los nexos entre cada una de
las partes y entre las partes y el todo
(interdisciplinariedad)
6- Determinar conclusiones parciales
respecto a la integralidad del todo
síntesis de cada objeto)
7- Determinar las diferencias existentes
entre ambos objetos, teniendo en cuenta
la relación parte/todo (deducción)
8- Determinar las conclusiones generales
(síntesis)
Conclusiones
El método contrastivo-funcional constituye
una condición didáctica superior al método
discursivo-funcional, al concebir la enseñanza
de la gramática desde una óptica textológica, o
sea sustentada en el texto como máxima unidad
lingüística de sentido completo.
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En El enfoque cognitivo, comunicativo
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Editorial Pueblo y Educación. Ciudad de
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LA ESTADÍSTICACOMO HERRAMIENTA INVESTIGATIVA
EN UN CONTEXTOMULTICULTURAL
SEPTIEMBRE DE 2013
JOSEFA MARÍA MONTILLA1
Universidad de los Andes
Teleéfono móvil: 01158-4265754291
Teléfono habitación: 01158-2722367850
Resumen
La condición multiculturalista de la so-
ciedad estadounidense se convierte en factor
motivacional para el aprendizaje del español.
Sin embargo, las diferencias culturales de los
grupos hispanohablantes se convierte en una
barrera para este proceso, por cuanto la actitud
cultural y su consecuente elección de elementos
lingüísticos que la evidencian serian diferentes
entre los propios latinoamericanos, y entre ellos
y los españoles. En este contexto, el presente
artículo tiene como propósito determinar el uso
de la estadística como herramienta investigativa
para determinar el conocimiento de estas difer-
encias, desde el punto de vista comunicativo,
funcional y con propósitos específicos. Así mis-
mo dentro de los procedimientos estadísticos
que permiten detectar estas diferencias destaca
la t de Student, en el caso de analizar dos gru-
pos y el análisis de varianza, ANOVA, en el caso
de considerar tres o más grupos. Se plantean
aspectos relacionados al proceso latinoamerica-
no en los Estados Unidos; el español como len-
1 Josefa María Montilla. Profesora Titular de la Universidad de Los Andes-Trujillo. Ph.D. en Measurement and Evaluation, con
énfasis en Estadística (USF, Tampa, USA). Adscrita al Departamento de ciencias económicas, administrativas y contables. Autora
de artículos publicados en revistas nacionales e internacionales. Miembro activo del grupo de Investigación Educativa Escuela
Comunidad (GIEEC).
gua multinacional y sus diferencias lingüísticas;
la educación intercultural y, bajo este contexto.
la investigación educativa que utiliza la estadís-
tica como herramienta para evaluar diferencias
significativas en contextos multiculturales, con la
finalidad de representar esta realidad y transfor-
marla.
Palabras claves: multiculturalidad, educación
intercultural, diferencias lingüísticas, estadística,
t de Student, Anova.
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Introducción
El punto de apertura del presente
artículo es referido al hecho que el proceso lati-
noamericano en los Estados Unidos puede ser
distinguido como un proceso de carácter neta-
mente migratorio y cultural. Este proceso tomó
auge a partir de la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945), generando cambios fundamen-
tales en los Estados Unidos.
Según López (2010), el flujo migrato-
rio, a través del tiempo, mantiene una tenden-
cia creciente debido a que la mayoría de los
latinoamericanos asediados por la pobreza se
trasladan a este país con la finalidad de lograr
mejoras socioeconómicas, tales como: un sala-
rio digno y seguro, una vivienda con los requer-
imientos mínimos de habitabilidad, condiciones
básicas de salud, escolarización de sus hijos,
etc. Una de las características más relevantes
de la sociedad estadounidense es su carácter
multiculturalista, el cual obedece, fundamental-
mente, al fenómeno migratorio de países tercer-
mundistas. En este sentido, la inmigración es un
hecho de dimensión universal que debe entend-
erse en el contexto de la globalización, ya que
multiculturalidad y globalización son realidades
estrechamente relacionadas.
Bajo este contexto, podemos observar
que con la evolución del multiculturalismo se
abren las puertas de la educación intercultural.
En este sentido, Antolinez (2011) plantea la im-
portancia de la diferenciación entre la intercul-
turalidad y la multiculturalidad. Desde este punto
de vista, la interculturalidad está referida a los
procesos de interacción, comunicación y con-
flicto en condiciones igualitarias entre diferentes
grupos culturales, mientras que la multicultur-
alidad está referida a la multiplicidad de grupos
culturales sin establecimiento de una interacción
entre ellos. De allí la importancia del establec-
imiento de medidas institucionales que reflejen
un movimiento al cambio desde el punto de
vista social. Por consiguiente, la educación in-
tercultural con la finalidad de reformar la escuela
debe incrementar la equidad educativa, superar
la exclusión, apoyar el cambio social según prin-
cipios de justicia social; y así cumplir con la meta
de transformar esa sociedad en un medio más
justo y democrático.
Proceso Latinoamericano en Estados Unidos
La globalización al establecer diferen-
cias entre países ricos y pobres, es uno de los
principales incitadores de los movimientos mi-
gratorios de la época, por tanto, esto da origen
a que los individuos salgan a buscar nuevas
oportunidades en los países desarrollados. La
densidad poblacional de Estados Unidos y la de
hispanos o Latinos en Estados Unidos, según
los censos del 2000 y 2010, es presentada en la
tabla 1. Como se puede observar, el índice de
población en Estados Unidos para ese período
muestra un incremento del 9.7 %, al pasar de
281.421.906 a 308.745.538 habitantes; de los
cuales la población hispana representa el 12.55
% y el 16.3 % del total de esta población, re-
spectivamente. Destaca que en ese período, la
población hispana presentó un incremento del
43 %; estos resultados tienen su justificación en
las altas tasas de reproductividad o fertilidad y a
los bajos índices de mortalidad. Este incremen-
to de la población hispana se ha producido en
los estados más importantes desde el punto de
vista político, cultural y económico, tales como
California, Texas, Florida, Nueva York e Illinois.
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Tabla 1. Densidad Poblacional de Estados Uni-
dos/Hispanos
Por consiguiente, este incremento per-
mite proyecciones demográficas de los lati-
noamericanos en USA del 53.7 % para el 2015.
Igualmente podemos observar, que de la po-
blación Hispana, México representa la mayor
densidad poblacional en este país (58.5 % en
el 2000 y 63.0 % el 2010); seguido por Centro
América y Sur América, que para el 2010 rep-
resentaban el 7.9 y 5.5 % del total poblacional.
Así mismo, cabe destacar que este incremento
poblacional de origen hispano en los Estados
Unidos se ha visto acompañado de la persis-
tencia de sus culturas y especialmente por su
idioma Español, situación que ha traído como
consecuencia la reactivación de la utilización y
conservación del idioma de los inmigrantes His-
2000 2010
Origen Número Porcentaje
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Estados Unidos 281.421.906 100 308.745.538 100 9.7
Hispanos 35.305.818 12.55 50.477594 16.35 43.0
México 20.640.711 58.5 31.798258 63.0 54
Centro América 1.689.937 4.8 3.998.280 7.9 136
El Salvador 655.165 1.9 1.648.968 3.3
Guatemala 372.847 1.1 1.044.209 2.1
Honduras 217.659 0.6 633.401 1.3
Nicaragua 177.684 0.5 348.202 0.7
Sur América 1.353.562 3.8 2.769.434 5.5 105
Colombia 470.684 1.3 908.734 1.8
Ecuador 260.559 0.7 564.631 1.1
Perú 233.926 0.66 531.358 1.05
Argentina 100.864 0.29 224.952 0.45
Venezuela 91.507 0.26 215.023 0.43
Fuente: Cálculos basados en los Censos del 2000 y 2010. Bureau. USA
panoparlantes, así como también de su cultura.
Importancia del Español en los Estados Uni-
dos
El idioma español se ha ido consoli-
dando progresivamente en los Estados Unidos,
en todos los ámbitos nacionales: político, com-
ercial, educacional, religioso, en los medios co-
municacionales, etc. En este sentido, el español
es el idioma más estudiado en este país, dest-
acando que hoy en día se ha convertido en la
segunda lengua, con gran diferencia respecto al
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francés y al alemán que actúan como sus secu-
lares competidores. Así mismo, el español es la
lengua materna de la minoría más numerosa en
los Estados Unidos, además de ser la segunda
en el plano educativo, en los niveles primarios,
medio y superior, logrando cada día un creciente
protagonismo en la sociedad estadounidense,
tal como lo señala Vilar (2008).
El protagonismo de la lengua española
en estados Unidos, según el autor citado, obe-
dece fundamentalmente a tres aspectos: socio-
político, demográfico y al impacto lingüístico
cultural que ejerce este idioma sobre la actual
sociedad norteamericana. Igualmente, plantea
que fue a partir del siglo XIX cuando Estados
Unidos comenzó a ocuparse por la enseñanza
de este idioma en el país, y establece que en
relación a esta enseñanza, la dimensión filológi-
ca se impone sobre los aspectos históricos-ge-
ográficos. En este contexto, resalta la importan-
cia de esta lengua multinacional en este país.
Así mismo, cabe destacar que desde el punto de
vista geográfico, el español es el idioma oficial
de 19 países de América, además de España
y Guinea Ecuatorial, y que aunque no existe un
bilingüismo oficial en estados unidos, el español
es ya una lengua de la cual no puede prescind-
irse.
Por otra parte, cada país hispano tiene
palabras propias de su cultura, lo cual demues-
tra que el español no es una lengua uniforme,
pues la interpretación de un término puede tener
varios sentidos. Se hace necesario, entonces,
reconocer las diferencias lingüísticas o los difer-
entes dialectos del español debido a la evolu-
ción de este idioma en diferentes regiones y por
ende en diferentes culturas.
Según López (2010), la lengua es el
signo que distingue a una sociedad, es un fac-
tor distintivo de poder y el referente directo de
prestigio o estigmatización en este contexto. Así
mismo plantea que el español presenta diferen-
cias lingüísticas o variedades dialectales, que
están en función de la región, educación, clase
social, religión, etc.; por tanto se entiende que
los dialectos son diferencias entre los hábitos
lingüísticos de personas específicas, de una
zona geográfica que poseen características
propias. Estas diferencias pueden ser debido a
varios niveles de la lengua: 1) a nivel fonológico,
relacionado al estudio de los sonidos (acentos,
pronunciaciones) y cómo estos presentan rela-
ciones y oposiciones con otros sonidos en el
sistema; 2) a nivel morfológico, concerniente al
estudio de la estructura de la palabra; 3) a nivel
léxico, en este nivel se analizan las palabras de
una lengua y su significado, así como también,
el origen de las palabras: 4) a nivel sintáctico,
relativo al estudio de la combinación de palabras
y a las funciones que estas desempeñan en una
oración; y 5) a nivel discursivo, referente al es-
tudio del modo en que se relacionan las ora-
ciones entre si, de tal manera que se constituya
un texto con coherencia y cohesión. Todas estas
diferencias dialectales que constituyen los el-
ementos de identidad lingüística, generalmente
obedecen al desarrollo y evolución particular de
cada país y región.
Educación Intercultural e Investigación Edu-
cativa
La interculturalidad ha venido toman-
do una gran relevancia en América latina y Estados Unidos; la misma puede ser entendida debido al acortamiento de las distancias y de las posibilidades técnicas de comunicación que actualmente tenemos. El fenómeno migrato-
rio y los flujos migratorios representan un gran
reto y una inmensa expectación para nuestra
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sociedad. Por consiguiente, una sociedad cul-
turalmente pluralista requiere de una adecuada
educación que conecte la realidad social de
nuestros días; en este contexto, el fenómeno
migratorio constituye el punto de partida de la
educación intercultural, la cual involucra el gran
problema de la diversidad. Así, en una sociedad
multicultural la diversidad cultural es la regla y la
pluralidad es la norma.
La educación, en este sentido, puede
ser definida como aquella que valora y res-
peta la diversidad cultural, supera la exclusión
y favorece la comunicación y las competencias
interculturales; por tanto, esta educación se
caracteriza por el intercambio y la diversidad,
y tiene como finalidad formar en el ciudadano
una competencia cultural madura, que logre la
creación de actitudes que les permita funcionar
adecuadamente en una sociedad multicultural y
multibilingue. Bajo este contexto, la educación
en los Estados Unidos, caracterizada como una
educación multicultural, que establece pautas y
principios generales para fomentar la practica y
vivencia de la interculturalidad debe mantener la
necesidad de salvaguardar la diversidad, lo cual
constituye un reto para fortalecer la equidad y la
igualdad en el sistema educativo de este país.
(Sáez, 2006).
Así mismo, Aguado (1999) plantea que
educar interculturalmente es modificar actitudes
con respecto a la diversidad cultural. En este
sentido, la educación intercultural debe entend-
erse como un enfoque educativo global y refor-
mador para la práctica educativa, basado en el
respeto y valoración de la diversidad cultural,
que propone un modelo de intervención, formal
e informal, holístico, integrado y configurador de
todas las dimensiones del proceso educativo,
con la finalidad de transformar la sociedad en un
medio más justo y democrático.
Por consiguiente, la educación intercultural se
limita a introducir contenidos relacionados a las
diferencias culturales de los inmigrantes, y en
nuestro caso, a los inmigrantes latinoamerica-
nos. Por consiguiente, la Investigación educativa
en estos contextos multiculturales debe facilitar
herramientas útiles para establecer vínculos
más coherentes entre los procesos educativos
y las necesidades del contexto determinado (por
ejemplo la comunidad).
La investigación se refiere al proced-
imiento utilizado para obtener conocimiento
científico, por tanto, el investigador puede aprox-
imarse a la realidad educativa desde diferentes
perspectivas, utilizando diversos tipos y diseños
de investigación. Según Arnal, del Rincón y La-
torre (2001) la investigación educativa es aquel-
la disciplina referida a contenidos y problemas
relacionados a la naturaleza, epistemología,
metodología fines y objetivos tendientes a la
búsqueda progresiva de conocimiento en el ám-
bito educativo.
Consecuentemente, la investigación
educativa ha tenido diferentes intenciones, en-
foques y metodologías, puesto que ha sido
observada desde diferentes paradigmas: El
paradigma Positivista que tiene como base la
Investigación Cuantitativa y el paradigma Post-
positivista que tiene como base la Investigación
Cualitativa. Bajo este contexto, se puede adoptar
una investigación cuantitativa centrada en diver-
sas dimensiones educacionales. Así, partiendo
de que la Investigación Cuantitativa permite
realizar mediciones y predicciones exactas del
comportamiento regular de grupos sociales y
con la finalidad de alcanzar los objetivos pro-
puestos, es necesario destacar las técnicas
estadísticas que sirven de apoyo para diseñar,
implementar y evaluar programas de educación
en un contexto multicultural e intercultural.
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Papel de la Estadística en un contexto Mul-
ticultural
La estadística como ciencia formal e in-
strumental ha sido una de las herramientas más
importantes en los procesos de investigación,
puesto que permite planear la investigación,
recolectar, organizar, representar, analizar e in-
terpretar la información referente a un conjunto
de observaciones producto de un fenómeno
particular, al cual se le estudian característi-
cas en común, bien sea en una población o en
una muestra, es este caso de carácter multi-
cultural. Por consiguiente, la estadística puede
ser considerada como un vehículo que permite
llevar a cabo un proceso relacionado con la in-
vestigación científica, así mismo, se utiliza para
modelar patrones en los datos y extraer conclu-
siones a cerca de la población/muestra objeto
del estudio.
En el proceso de investigación la es-
tadística juega un papel predominante desde la
identificación y selección del tema hasta el análi-
sis e interpretación de la información obtenida,
destacando que no sólo está presente como
cálculo estadístico sino como herramienta para
garantizar el establecimiento de relaciones en-
tre las características que se pretenden analizar,
mediante la selección de los diversos modelos
más adecuados en función de los objetivos for-
mulados. Así mismo, cabe destacar que las téc-
nicas estadísticas atesoran especial importancia
dentro del enfoque epistemológico positivista, ya
que desde esta perspectiva existen fundamen-
tos que justifican la utilización de la estadística
en la investigación educativa; por cuanto permite
la reducción de los datos de una manera sig-
nificativa y conveniente, con la finalidad de de
obtener conclusiones que conducen a la mejor
toma de decisión.
Por consiguiente, para todas aquellas investiga-
ciones que tengan como objetivo evaluar diferen-
cias significativas en contextos multiculturales,
con la finalidad de representar esta realidad y
transformarla, se recomienda la utilización de las
técnicas estadísticas t de Student y F de Snede-
cor mediante el análisis de varianza ANOVA; las
cuales proporcionan conclusiones válidas que
permiten tomar decisiones razonables basadas
en tal análisis. La distribución t de Student, como
distribución de probabilidad, se utiliza como es-
tadístico en el procedimiento de comparación de
medias (dependientes o independientes), con
la finalidad de hacer inferencia estadística, bien
sea en la estimación de la verdadera diferencia
establecida o en la contrastación significativa de
tal diferencia. La distribución F de Snedecor en
un análisis de varianza es un método de mayor
dimensión estadísticamente, pues permite hac-
er inferencias para contrastar de manera simul-
tánea la comparación de tres o más medias. (Gil,
Rodríguez y Garcia, 1995).
En el caso de utilizar la influencia de un
método para el aprendizaje de la lengua espa-
ñola, se supone que al individuo en dos o más
grupos de sujetos, el dato que se requiere será
la media de cada grupo, el cual representa el
nivel alcanzado en el objetivo propuesto. Por
consiguiente, en el supuesto de las hipótesis
formuladas sobre la existencia o no de diferen-
cias entre los grupos, es necesario recurrir a las
pruebas estadísticas de contraste que utilizan
como estadísticos de prueba la t y la F, que final-
mente son las que permiten decidir sobre la sig-
nificancia estadística o no de esas diferencias.
A manera de ilustrar la aplicación de
estas técnicas, es necesario suponer una re-
alidad, definiendo una variable que pudiera ser
la competencia lingüística estudiantil, la cual
puede ser evaluada desde varias perspectivas,
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que son las que determinan el método estadís-
tico requerido para el análisis de la misma. Bajo
este contexto, si consideramos la competen-
cia lingüística escrita y oral, se utilizaría la dis-
tribución t de Student para determinar las difer-
encias especificadas. En el caso de considerar
dentro de la competencia lingüística escrita, las
modalidades de comprensión escrita, expresión
escrita, morfosintaxis y ortografía, se utilizaría la
F de Snedecor para evaluar la efectividad de las
modalidades. Igualmente si para la variable con-
siderada le agregamos otra característica como
por ejemplo el tiempo que tiene el individuo en el
país o la edad de llegada al país, en este caso,
se establecerían las categorías de estas vari-
ables y se consideraría la selección del método
en función del número de ellas. En síntesis, cu-
ando se trata de establecer la diferencia entre
dos categorías se utiliza la t de Student y para
tres o más categorías la f de Snedecor.
A manera de Síntesis
La búsqueda de métodos, técnicas y
procedimientos para la enseñanza del español,
en Estados Unidos, tiene un gran soporte en la
Investigación Cuantitativa y en sus respectivos
procedimientos estadísticos. Particularmente,
se presentaron dos procedimientos: la t de
Student y la f de Snedecor (en análisis de Vari-
anza) como alternativas para medir diferencias
lingüísticas, las cuales están determinadas por
las diferencias culturales en la población hispa-
na. La propuesta se basa en los principios de la
educación intercultural, dada las características
multiculturales de la sociedad estadounidense y
del crecimiento de la población hispanohablante.
Referencias Bibliográficas
Aguado, T. 1999. Atención a la diversidad cul-
tural e igualdad escolar. Modelo para el d i a g -
nostico y desarrollo de actuaciones educativas
en contextos escolares multiculturales. CIDE.
Madrid.
Antolinez Domínguez, Inmaculada. 2011. Con-
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cación intercultural a través de una mirada
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Gil Flores, J., Rodríguez Gómez, G., y Garcia
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López Morales, Humberto. 2008. Enciclopedia
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MODELO FÍSICO PEDAGÓGICOPARA LA ENSEÑANZA DE
LA PROYECCIÓNESTEREOGRÁFICA APLICADAA LAS CIENCIAS DE LA TIERRA
SEPTIEMBRE DE 2013
Prof. PhD. LUDGER O. SUÁREZ-BURGOACorreo electrónico: [email protected]
Teléfono: +57(4) 425 5399 (ext. 44118)Universidad Nacional de Colombia
ResumenEn la enseñanza de algunos temas de las Ciencias de la Tierra se usa con mucha frecuencia la proyección estereográfica para representar en un plano la orientación de líneas y planos en el espacio. Sin embargo, para enseñar esta proyección, que en realidad es transformación de sistemas del R3 al R2, es necesario explicar todos los fundamentos de la misma en tres dimensiones. En la actualidad, los modelos físicos pedagógicos han dejado de ser usados en sustitución de los modelos virtuales, inclusive para las clases presenciales. Sin embargo, se observó que un grupo reducido de estudiantes no alcanza a entender tales fundamentos con las representaciones virtuales pseudo-tridimensionales; estas se expresan finalmente en el plano de una pantalla, una pared o una hoja de papel.
El presente artículo describe los componentes importantes de un modelo físico desarrollado para la enseñanza de los fundamentos de la proyección estereográfica, y cuenta la experiencia lograda con el uso del mismo con un grupo de estudiantes de postgrado. Se observó que el modelo físico pedagógico para la enseñanza de la proyección estereográfica optimiza posiblemente a un máximo el aprendizaje de los estudiantes si éste se usa como un complemento a la estructura de enseñanza que se está practicando actualmente en la enseñanza de los fundamentos de la
proyección estereográfica.
Palabras clave: ciencias de la Tierra, modelo físico pedagógico, proyección estereográfica.
IntroducciónCon el desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) en medios computacionales virtuales, los modelos físicos pedagógicos ---que tuvieron una gran eficiencia hace 50 años--- son cada vez más escasos en las aulas presenciales en las universidades.
Sin embargo, así como la tecnología ha evolucionado para conformar lo que hoy se conoce como las TICs virtuales, del mismo modo se tiene hoy en día las facilidades para desarrollar modelos físicos muchos más sofisticados, interesantes y económicos con el fin que los estudiantes interaccionen de forma real con el modelo. La robótica es la expresión actual de ese desarrollo tecnológico en materia de modelos físicos reales.
Observé durante mis clases presenciales del pregrado y postgrado universitario ---relacionadas a la ciencias de la Tierra (estabilidad de taludes, geotecnia vial y estadística de datos geotécnicos)--- que no todos los estudiantes tienen las facilidades de reconocer las representaciones gráficas tridimensionales expresadas en el plano de un
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monitor o la pantalla de una proyección; esto posiblemente porque los estudiantes aún no han desarrollado la lógica de las proyecciones tridimensionales y perspectivas.
De este modo, desarrollé un modelo físico con el fin que el estudiante resuelva su problema de entendimiento bajo una interacción directa con el modelo aprovechando que las clases son presenciales.
La proyección estereográfica es muy usada en la Ciencias de la Tierra (v.gr. ingeniería geológica, geotecnia, mecánica de rocas), y ésta es una representación que permite visualizar líneas y planos orientados en el espacio en un plano. Es decir, representa una transformación de un sistema cartesiano ortogonal en R3 a un sistema esférico en R2.
Sin embargo, si el estudiante no es capaz de entender el origen, los preceptos, los conceptos, las condiciones de esta transformación, que necesariamente se las tiene que explicar en el espacio R3 ortogonal cartesiano, difícilmente será capaz de explotar la tan efectiva herramienta de visualización.
Para la enseñanza de la proyección estereográfica por lo normal se usan figuras que muestran el aspecto tridimensional del objeto de estudio en una proyección en perspectiva, ortográfica, o isométrica. Y éstos se plasman, sean en el monitor de la pantalla del computador, en la tela de proyección del aula o en el papel; todos ellos siendo aún representaciones planas o pseudo-tridimensionales. Esta forma de enseñar es de gran ayuda y suficiente para la mayoría de los estudiantes; sin embargo, existe un grupo reducido de ellos que no logran entender de forma total estas representaciones.
Por tal motivo, decidí crear un modelo tridimensional físico de la representación real de la proyección estereográfica con fines pedagógicos. En el presente artículo describo los componentes importantes de este modelo físico, los materiales usados, la forma como ellos se ensamblan y cómo se conforman sus detalles. Asimismo, describo en éste los temas que se pueden explicar con el modelo. Finalmente comento mi experiencia ganada con el uso del modelo físico en una clase de la materia Geotecnia Vial de la especialización en Vías y Transportes de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia.
Observé que los estudiantes manifestaron mucho más interés durante la explicación con el
modelo físico, se han sentido más cómodos y han gozado más de la clase. También observé que mediante la interacción directa del modelo físico con el estudiante, ellos tuvieron mayor libertad para hacer preguntas, resolver sus dudas acumuladas en lo referente al objeto de aprendizaje; y finalmente vi que el deseado aprendizaje sí existió.
La proyección estereográficaEl uso de la proyección estereográfica para la representación de la orientación de líneas y planos en el espacio no es nuevo. Se menciona que los Griegos ya usaban dicha proyección para expresar los resultados de medidas astronómicas (Phillips, 1975). En lo que se refiere las ciencias de la Tierra, la proyección estereográfica empezó a usarse en varias aplicaciones a partir de los años cincuenta del siglo pasado; sin embargo y posiblemente la primera publicación de uso en la geología apareció en los años 20 del mismo siglo con una publicación de Bucher 1920 (Phillips, 1975).
El desarrollo de la proyección estereográfica se podría comparar con cierta similitud a aquellas proyecciones usadas en cartografía; sin embargo, no es lo mismo lo cual se necesita explicar el fundamento de esta proyección.
El fundamento es el siguiente: si se toma un plano en el espacio (el plano motivo de estudio) y se proyecta el mismo en el hemisferio inferior de una esfera de radio unitario ---con el plano pasando por el centro de la esfera--- este plano intercepta la superficie de la esfera en un arco semicircular conocido como la traza del plano (Figura 1). Luego, esta traza se proyecta al plano horizontal ---que pasa por el centro de la esfera--- hasta que todos sus puntos converjan en un único punto en el cenit de la esfera. El lugar geométrico de puntos en el plano horizontal representa la transformación del plano motivo de estudio del sistema cartesiano tridimensional R3 al sistema esférico en el hemisferio sur con ápice en el polo norte en R2; y este procedimiento se lo conoce como proyección estereográfica.
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Figura 1. Fundamento de la proyección estereográfica (adaptado de Ramsay, 1967).
Si se dibujan las trazas de varios planos, con direcciones iguales apuntando hacia el Este de la esfera, pero con inclinaciones variadas de 0º a 90º con la horizontal, y tomados a intervalos de 1º para formar las trazas de un escala secundaria, y tomados a intervalos de 10º para formar trazas de una escala primaria; entonces se obtiene la red de la proyección estereográfica. Esta red representa el entramado de la proyección (Figura 2), y en las Ciencias de la Tierra se la conoce como red estereográfica polar en el hemisferio sur equiangular. Es equiangular, debido a que la transformación es una transformación conforme. La transformación conforme es aquella que preserva el ángulo que dos curvas formaban entre sí antes de la transformación.
Figura 2. Red estereográfica polar en el hemisferio sur equiangular (tomado de Phillips, 1975).
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En las Ciencias de la Tierra no solo se usa la proyección estereográfica equiangular, también se usa una proyección similar que no es conforme pero que preserva las áreas (transformación equivalente en áreas) denominada proyección estereográfica polar en el hemisferio sur equiárea de Schmidt o de Lambert; sin embargo en este estudio se creó el modelo físico solo para el caso de la transformación equiangular.
La transformación equiangular permite: representar una línea y un plano en el espacio, medir el ángulo espacial entre dos líneas y planos en el espacio, definir un plano a través de una línea que pertenece al plano de estudio, encontrar la orientación de una línea perpendicular a un plano, encontrar la orientación de la intersección de dos planos, rotar una línea o plano en el espacio a través de otro eje; por tal motivo es de mucha importancia para la descripción geométrica de: planos de discontinuidades presentes en los macizos rocosos, y de lineamientos en los planos de falla geológicas.
También esta proyección se emplea para visualizar las orientaciones principales de objetos matemáticos que representan un comportamiento físico de una propiedad del medio continuo, como los tensores de segundo orden en R3, tales como: el tensor de permeabilidades, el tensor de esfuerzos naturales, el tensor de susceptibilidad magnética, o el tensor cinemático.
El modelo físicoEstablecida la importancia de comprender los fundamentos de la proyección estereográfica equiangular para desarrollar una variedad de diferentes temas en las Ciencias de la Tierra, como se leyó en la anterior sección, es necesario tener un modelo pedagógico con el fin de que el estudiante sea capaz de al menos:
• obtener la traza que se genera de la intersección de una línea o plano orientado a cualquier dirección e inclinación según la proyección estereográfica equiangular;
• hacer la operación inversa anterior, de medir a partir de una traza la dirección e inclinación de un plano o de una línea.
Para tales principales fines, y las aplicaciones arriba mencionadas, se creó un modelo físico tridimensional. Este modelo resulta ser la representación real de lo que se expuso en la
sección anterior con la Figura 1.
MaterialesEl modelo físico puede construirse con los materiales más sofisticados posibles, de modo de obtener aquel robusto, no desechable, preciso pero costoso modelo. Sin embargo, el objetivo adicional buscado en el proceso de aprendizaje es que los estudiantes logren reproducir el modelo físico con materiales económicos y que el mismo puedan llevárselo a sus casas, con el fin de que durante la construcción del mismo ellos ya estén aprendiendo acerca de la proyección estereográfica. Por tanto, sacrificando calidad, durabilidad y precisión en el modelo físico, se plantea aquí un modelo económico con los siguientes materiales:
1. Semiesfera de poliestireno expandido (e.g. Icopor(c) [Col.], Plastoform(c) [Bol.]) de 26 cm de diámetro interno y 30 cm de diámetro externo (v.gr de 2 cm de espesor). Esta semiesfera representa el hemisferio sur de la esfera unitaria de la proyección.
2. Semidisco circular (sector circular de 180º) de papel prensado de 2 mm de espesor con radio igual al diámetro interno de la esfera. Este semidisco circular representará el plano cuya orientación se desea analizar. La parte recta del semidisco es la traza de intersección del plano en estudio con el plano horizontal, y la parte circular es la traza de intersección del mismo plano con la esfera. La orientación de la parte recta representa el rumbo del plano.
3. Barra de sección circular de 1/4” de diámetro y 12,8 cm de largo de madera ochroma lagopus (Balso [Col.], madera balsa [Bol.]).
4. Barra de sección cuadrada de 1/2” de lado y 44 cm de largo de madera ochroma lagopus.
5. Otros materiales diversos: un chinche de papelería de cabeza plana metálico, pita de 50 cm de longitud, tres palitos para ensartar carne a la parrilla (palito de chuzo [Col.], palito de pacumutu [Bol.]), resina vinílica de carpintero para pegado en frío (colbón [Col.], carpicola [Bol.]), cinta adhesiva de pintura, marcador negro grueso, compás grande con patas mayores a 13 cm; transportador de al menos 180º, lápiz HB, navaja, y alfileres.
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Marcas de importanciaAntes de proceder al ensamblaje de las piezas descritas en la sección anterior, es necesario hacer algunas marcas en la semiesfera y en el plano del semicírculo; esto con el fin de darle la capacidad al modelo físico de realizar medidas e inferencias dimensionales. Las marcas se recomiendan hacer en el siguiente orden:
1. Escalas en el plano semicircular: en un lado del plano semicircular posicionar el transportador en el centro del disco y marcar con el lápiz HB los puntos que corresponden a los grados comprendidos entre 0º y 180º. Luego extender un segmento recto desde el centro del disco hasta el borde del plano pasando por cada una de las marcas. Se tendrá por tanto nueve líneas irradiando desde el centro del disco hacia sus extremos, todos ellos con un ángulo de 10º con las líneas adyacentes. Cada una de las líneas puede representar una lineación (un alineamiento) presente en un plano de discontinuidades o en un plano de falla geológica, por ejemplo; y el ángulo desde la parte recta del plano semicircular hasta una de esas líneas representa el pitch de esa línea. Finalmente colocar el ángulo correspondiente de esas líneas en forma literal en el disco.
2. Escala radial en la semiesfera: en el contorno circular horizontal que representa el espesor de la pared de la misma, dividir la circunferencia con escalas radiales desde 0º hasta 360º en sentido horario en intervalos cada 10º. Colocar los números que corresponden a cada una de esas marcas, pero sustituir para cuatro casos particulares esos números por letras, del siguiente modo: para el ángulo de 0º o 360º colocar la letra N, para el ángulo de 90º colocar la letra E, para el ángulo de 180º la letra S, y para el ángulo de 270º la letra W, todas en mayúsculas.
3. Prolongación de la escala en el cuerpo interior de la semiesfera: usando el plano semicircular como ayuda, posicione éste dentro de la semiesfera en forma vertical y haga coincidir un lado del plano con una de las escalas angulares que se trazaron con anterioridad en el punto 2, y el otro lado del plano con la escala exactamente igual a 180º mayor que la escala inicialmente elegida. Dibuje con marcador la traza del plano sobre la superficie interior de un extremo al otro.
Repita lo mismo para las restantes 17 trazas.
4. Escala concéntrica en la semiesfera: usando el plano semicircular como ayuda, posicione éste dentro de la semiesfera en forma vertical y marque en la superficie interna de la semiesfera las líneas que se trazaron en el plano semicircular. Saque el plano semicircular, y con un compás con centro en el polo sur de la semiesfera y abertura en cada una de las anteriores señales trace una circunferencia completa. Todas ellas serán concéntricas a un eje vertical localizado en el polo de la semiesfera.
EnsamblajeCon los materiales descritos en la sección de arriba y las marcas de importancia ya establecidas, el ensamblaje del modelo físico se puede hacer en segundos, dependiendo de la habilidad del estudiante. Simplemente, la barra de madera de sección circular descrita en los materiales se tiene que pegar con adhesivo y un chinche de papelería de tal modo que el eje de la barra caiga perpendicular en el centro del plano semicircular. Coloque el plano así montado con la barra dentro de la semiesfera, y observe que el podrá tomar distintas orientaciones en el espacio.
De forma adicional, será importante mantener la semiesfera con el plano del ecuador en posición horizontal. Para tal efecto se fabrican las patas del modelo. Las patas se hacen de cartón prensado, del mismo material que el del plano semicircular. Están formadas por tres figuras planas; dos iguales entre sí, que formarán las patas como tal, y la tercera es un elemento de arriostre entre las patas. Las figuras de las dos paras resultan de hacer la intersección de un plano inclinado a 70º con la horizontal y el contorno externo de la semiesfera; mientras que la figura que forma el elemento de arriostre resulta de la intersección de un plano vertical, con los dos planos de las patas y la superficie externa de la semiesfera.
El ensamblaje de las patas se hace del siguiente modo: una los dos extremos del elemento de arriostre con cada una de las dos patas con cinta de pintar, y abra la terna de estos objetos de modo que se logre que la esfera se posicione exactamente sobre las patas; luego, reforzar y unir a la vez las patas con la semiesfera. Esto último se logra insertando los palitos para ensartar carne de parrilla hacia la esfera y de apoyarlos en los planos de las patas. Para unir los palillos a los planos de las patas use la cinta
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de pintar. Use tres palillos por pata.
Luego, ensamblar la viga y columna que nos definirá el cenit de la esfera. Para ello corte la barra de madera de sección circular en tres partes: una primera de 30 cm de longitud, una segunda de 12 cm de longitud, y la restante sobraría con una longitud de 2 cm. Esta última pieza se tiene que cortar en un ángulo inclinado de modo de obtener dos prismas de sección triangular de dos lados rectos. Marque la mitad de la barra de 30 cm y establezca a partir de esa mitad el área de contacto de la segunda barra de 12 cm que irá orientada de forma perpendicular a la primera. Para asegurar el ensamblaje, introduzca dos alfileres separados entre sí en no más de 7 mm pero no menos de 3 mm, de tal modo que al unir un segmento entre ellos no cree una línea paralela al eje de la barra y que además la mitad de ese segmento coincida con la mitad obtenida en la barra de 30 cm. Con pegamento en un de los extremos de la barra sección cuadrada de 12 cm una las dos barras. Para mantener mayor estabilidad, una con pegamento los dos prismas de 2 cm de altura; de tal modo que cada una de sus caras normales entre sí esté en contacto con las dos barras.
Coloque la última pieza armada sobre la semiesfera, de tal modo que la barra más larga sea un diámetro de la circunferencia horizontal de la semiesfera que una las marcas N y S (v.gr. que esté orientada de sur a norte según la escala de la esfera).
Finalmente, corte una pita de más de 50 cm, una la mita de la pita en parte superior de la viga con el auxilio de un chinche de papelería.
Manejo para los objetivos de estudioEl modelo físico construido con los materiales y el procedimiento mencionados en la sección de arriba queda finalmente terminado, tal como se muestra en la Figura 3.
Figura 3. Modelo físico terminado (fuente propia).
Con el modelo físico el estudiante podrá leer los valores numéricos de:
• La orientación de cualquier plano en el espacio a través de la lectura de la orientación de uno de sus rumbos (traza del plano con el plano horizontal) o de su dirección de buzamiento (proyección vertical de la línea de máxima pendiente del plano), y de su buzamiento (inclinación con la horizontal).
• La orientación de cualquier línea del espacio a través de la lectura de su rumbo y su cabeceo (inclinación con la horizontal).
• La orientación de cualquier línea que pertenece a un dado plano con las mismas lecturas del anterior punto.
• Obtener la traza que se genera de la intersección de una línea o plano orientado a cualquier dirección e inclinación en la superficie inferior de la semiesfera.
• Transformar el lugar geométrico de puntos y trazas localizados en la superficie interna de la semiesfera al lugar geométrico de la proyección estereográfica equiangular en el plano horizontal.
Experiencia con el uso del modeloLa aplicación del modelo de enseñanza fue del siguiente modo: se presentó por primera vez en la clase los fundamentos de la proyección estereográfica con auxilio del uso del tablero únicamente. Luego se les envió a los estudiantes
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un texto que habla del mismo tema. Se les pidió que leyeran el capítulo primero del libro de Phillips (1975) que existe la versión traducida al español por Escorza y publicado por la editorial española Blume. En una clase posterior se les mostró el modelo físico y se explicó nuevamente los fundamentos de la proyección estereográfica (Figura 4). Una clase inmediatamente posterior a la explicación con el modelo físico se repartió a los estudiantes una encuesta.
El grupo de estudiantesEl modelo físico y su evaluación se usó en la clase de Geotecnia Vial (3009433) de la Especialización en Vías y Transportes del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Colombia en su sede en Medellín, para el semestre II/2013. Los estudiantes de esta disciplina son todos formados en la carrera de Ingeniería Civil, donde 16 de los 25 estudiantes del curso son del programa de la especialización, y los restantes 9 pertenecen al programa de la carrera de pregrado que tienen un porcentaje de avance mayor al 75 % (v.gr. de octavo a décimo semestre).
Detalles de la encuestaLa encuesta estaba constituida por con once preguntas. La respuesta de cada pregunta tenía que escogerse de un listado predeterminado. Ocho de las once preguntas tenían las opciones de respuesta de un sí o un no; dos de las once tenían respuestas distintas de tres y cuatro opciones, y una pregunta tenía que ser respondida a través de una oración o unas palabras clave. El detalle de las preguntas de la encuesta se encuentra en el Anexo de este artículo.
Figura 4. Interacción de los estudiantes con el modelo físico (fuente propia).
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Los resultadosEl día de la encuesta asistieron 20 estudiantes de los cuales 2 se abstuvieron de responder la encuesta porque no asistieron el día donde se expuso el modelo físico, por tanto los resultados que se obtuvieron se basa en 18 encuestas; y los resultados son los siguientes:
1. A la pregunta primera, el 30 % de los estudiantes no conocían los fundamentos de la proyección estereográfica antes de cursar la materia.
2. A la pregunta 1.1 del 60 % que ya conocía aquellos fundamentos, el 75 % de éstos no se sentía capaz de explicar a todos sus compañeros los fundamentos de la proyección estereográfica a sus compañeros en una clase magistral.
3. A la pregunta 2 del total de estudiantes encuestados, el 44 % no entendió cómo funcionaba la proyección estereográfica en la primera explicación que se dio con solo uso de tablero y dispositivas. De esos que no entendieron el 50% ya conocía los fundamentos de la proyección estereográfica antes de cursar la materia; mientras del grupo que si entendió la primera explicación solo el 20 % no tenía conocimientos del tema antes de cursar la materia.
4. A la pregunta 3, la mitad de los estudiantes leyeron el texto que se les solicitó lo trabajen en casa, y la otra mitad no.
5. A la pregunta 3.1, de aquellos estudiantes que leyeron el texto solo el 25 % no logró entender aún más el tema.
6. A la pregunta 4, de todos los estudiantes encuestados el 89 % encontraron el modelo nuevo, innovador o interesante; mientras que el 11 % de éstos ya había visto el modelo en otra clase.
7. A la pregunta 5, de toda la población encuestada el 44 % afirma haberse dado cuenta con el modelo físico que lo que había aprendido con anterioridad estaba en algo errado y que ahora siente que aprendió gran parte del sistema estereográfico (de este grupo, la mitad ya conocía los fundamentos de la proyección estereográfica antes de cursar la materia). Mientras que le restante 56 % afirma haber confirmado sus conocimientos ya
adquiridos con anterioridad. El ninguno de los encuestados afirma estar sin entender los fundamentos del sistema estereográfico.
8. A la pregunta 6, de todos los estudiantes de la encuesta, el 83 % afirma que con la ayuda del modelo físico se sienten capaces de explicar a todos sus compañeros en una clase magistral el fundamento de la proyección estereográfica.
9. A la pregunta 7, el 100 % de los encuestados desearía que el futuro se desarrollen más modelos físicos en clase.
10. A la pregunta 8, el 89 % de los estudiantes que respondieron la encuesta cree que el modelo físico es mejor que un modelo virtual en pantalla de computador para una clase presencial.
11. A la pregunta 7,1, respondieron seis estudiantes de los 18 (33 %), algunos de ellos con más de una sugerencia; y éstas fueron: modelo geométrico de un macizo rocoso con discontinuidades (4), modelo de la falla plana en taludes (1), modelo de falla por volteo (1), el mismo modelo en proyección estereográfica con varias discontinuidades (1), modelo del método de la línea de rastreo (2), modelo de movimientos de tierras en un talud (1), y modelo de la excavación de un túnel.
DiscusiónAnalizadas las respuestas de las encuestas mostradas en la anterior sección, se observa que la exposición en tablero y con diapositivas más la lectura de textos complementarios no son suficientes para el proceso de aprendizaje del tema, según muestran los puntos 3 y 4 de los resultados mostrados en la anterior sección.
Por el contrario, se ven indicativos positivos y significativos en los resultados del proceso de aprendizaje cuando se emplea el modelo físico planteado, luego que éste se expone a los estudiantes, debido a que:
• El modelo físico mejora el entendimiento del tema en 100 %, con dos efectos: sea que reafirma el conocimiento adquirido o corrige un conocimiento mal adquirido, según muestra los resultados del punto 7 de los resultados mostrados en la anterior sección.
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• Se ve una mejora en el proceso de aprendizaje del tema, debido a que del 25 % de los estudiantes que no se sentían capaces de exponer los fundamentos de la proyección estereográfica a sus compañeros en una clase magistral (pese a que ya tenían conocimiento anterior del tema) descienden a solo 13 % de estudiantes que tenían o no conocimientos previos al tema antes de la clase.
• Se observa que el modelo físico anima a que el estudiante exponga sus conocimientos, según muestra los resultados del punto 8 de los resultados mostrados en la anterior sección.
Finalmente se observa que los modelos físicos reales no han sido suplantados ni superados por los modelos virtuales en computador (serie diapositivas), según muestra los puntos 9 y 10. Que además, los estudiantes esperan más modelos físicos incluso con una cierta demanda temática específica, como lo muestra las respuestas expuestas en el punto 11; y que los modelos físicos les parece una novedad, una innovación o interesante, según muestra la respuesta que se muestra en el punto 6 de los resultados mostrados en la anterior sección.
ConclusionesConcluyo que existen interesantes argumentaciones en el desarrollo de esta investigación que muestra que el modelo físico pedagógico aquí desarrollado para la enseñanza de los fundamentos de la proyección estereográfica aplicada a las Ciencias de la Tierra optimiza ---a posiblemente un máximo--- el aprendizaje de los estudiantes; si éste se usa como un complemento a la estructura de enseñanza que se está practicando actualmente (con al menos exposición magistral, exposición de diapositivas y lectura de textos) en las clases presenciales.
ReferenciasBucher, W.H., 1920. The mechanical interepretation of joints. Part I. Journal of Geology, Vol. 28: 707-730.
Phillips, F.C., 1975. La aplicación de la proyección estereográfica en geología estructural. Rosario: Editorial Blume.
Ramsay, J.G., 1967. Folding and fracturing of rocks. New York: McGraw-Hill.
Anexo: La encuesta
1 ¿Conocía los fundamentos de la proyección
estereográfica antes de cursar esta materia?
a) Sí. b) No.
1.1 Si conocía ¿Cree que se sentía capaz de
explicar a todos sus compañeros en una clase
magistral?
a) Sí. b) No.
2 ¿Entendió cómo funcionaba la proyección
estereográfica en la primera explicación que se
dio en esta clase con ayuda de solo el uso del
tablero y diapositivas?
a) Sí. b) No.
3 ¿Leyó el texto que el profesor envió como lectura
sobre el tema de proyección estereográfica para
esta clase?
a) Sí. b) No.
3.1 Si leyó el texto ¿Logró entender aún más la
proyección estereográfica?
a) Sí. b) No.
4 ¿Qué le pareció el modelo físico de la
proyección estereográfica?
a) Nuevo, innovador o interesante.
b) Ya lo había visto antes en otra clase.
c) Ya me lo había imaginado hacer uno similar.
d) Sin trascendencia, algo normal.
5 Con la explicación del método estereográfico
con el modelo físico de la clase, usted…
a) se dio cuenta que lo que aprendió con
anterioridad al modelo físico estaba en algo
errado y que ahora siente que aprendió gran
parte del sistema estereográfico.
b) confirmó sus conocimientos ya adquiridos
con anterioridad.
c) sigue sin entender el sistema estereográfico.
6 Con la ayuda del modelo físico ¿Se sentiría
capaz de explicar a todos sus compañeros en
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una clase magistral el fundamento del método
estereográfico?
a) Sí. b) No.
7 ¿Desearía usted que se en el futuro se
desarrollen más modelos físicos en clase?
a) Sí. b) No.
7.1 Si desea, puede decirme ¿Cuál puede ser
ese modelo físico nuevo? _________________
___________________.
8 ¿Cree usted que un modelo físico es
mejor que un modelo virtual en pantalla de
computador para una clase presencial?
a) Sí. b) No.
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ANTE EL DESAMPARO,UNA OPCIÓN EDUCATIVA
HUMANISTA VIABLE1
SEPTIEMBRE DE 2013
LUCÍA CORAL AGUIRRE MUÑ[email protected]
Instituto de Investigación y Desarrollo EducativoUniversidad Autónoma de Baja California, México
Gárate, A. y Ortega, P. (2013). Educar desde la
precariedad. La otra educación posible. Mexicali:
Centro de Enseñanza Técnica y Superior, 220
p.p.
En esta obra los autores presentan un diálogo
que tiene lugar entre Veracruz, Murcia y Baja
California, lugares que sirven de escenario para
un intercambio filosófico y pedagógico sobre
un tema de la mayor importancia en México: la
educación en los lugares en donde los recursos
escasean, y permiten apenas la supervivencia.
El trabajo recoge testimonios de actores que
participan directamente en el proceso educativo:
niños, jóvenes, maestros y padres de familia,
directores de escuelas; los programas de
enseñanza-aprendizaje no se dejan de lado.
Se hace una exhaustiva descripción del entorno,
tanto natural como social y económico, y se
relatan los procesos educativos que llevan
a confirmar la posibilidad de construir otra
educación a partir de las condiciones de carencia,
de necesidad, de la vida en la precariedad.
Desde este lugar social se establecen los rasgos
de esta alternativa educativa que, a partir de
circunstancias difíciles, logra incorporar un
mensaje de esperanza, conveniente en cualquier
1 Aguirre, L. C. (2013). Ante el desamparo, una opción educativa humanista viable. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 15(2), 1-4. Recuperado de http://redie.uabc.mx/vol15no2/contenido-aguirrelc.html
educación, pero en este caso, cuando se trata
de la existencia en la escasez, emerge como
una condición indispensable. Los autores se
interrogan sobre la naturaleza de la educación,
y articulan su análisis a partir de la teoría de
la alteridad, por lo cual establecen que educar
implica hacerse cargo de las circunstancias y la
realidad de vida del educando, considerando a
la totalidad de la persona, que ha de ser acogida
en todo lo que es.
Se utiliza la narrativa como método privilegiado
para la presentación de las problemáticas que
enfrentan maestros y educandos, y para lograr
que el lector obtenga una visión desde dentro;
con este recurso metodológico se da cuenta
de la acción, de la experiencia. Se presentan
los testimonios de diez maestros cuyo trabajo
se ha realizado tanto en zonas rurales como
urbanas, pero siempre apartadas de las zonas
en donde imperan las comodidades, y en
estas historias se describe la manera que cada
quien ha encontrado de crear una oportunidad
para formar a los educandos, para abrirles la
posibilidad de cambiar la vida. En cada caso el
relato se acompaña de una reflexión, de análisis
teórico: filosófico, antropológico, pedagógico. Se
explora la capacidad de contornar la fatalidad
ligada a la escasez de recursos económicos,
Obra Reseñada
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a los problemas familiares, a las limitaciones
existentes en capital cultural y social.
Estas experiencias de educación fundada en la
esperanza, tienen lugar en las zonas vulnerables
de Tijuana, Mexicali y Ensenada, en las que se
atiende a los hijos de jornaleros agrícolas, con
niveles socioeconómicos bajos, o con un entorno
social negativo, en zonas urbanas marginales.
El trabajo articula las experiencias educativas
con una exploración de varios conceptos. Se
parte de la necesidad de la esperanza, a partir
de la consideración de la finitud de la vida
humana, y de la incertidumbre e inestabilidad
de las condiciones de vida. La esperanza se
analiza como un sinónimo de la vida, de la
confianza, del amor, y antes que plantearse la
contemplación o la observación del mundo, se
aboga por una espera activa, asociando la espera
a la construcción. Con esto, el texto crea una
relación de parentesco con Paulo Freire, quien
establece la esperanza como una necesidad
ontológica. También se alinea en nuestro
país con Pablo Latapí. Sin esperanza no hay
educación posible. Para analizar esta temática
se cuenta la historia de Arturo, un adolescente
jornalero agrícola y migrante, de 14 años de
edad que nació en Villa Guadalupe, Metlatónoc,
en el estado de Guerrero, el municipio más
pobre de México. Abandonado por su padre,
con su madre al frente y en compañía de sus
cuatro hermanos más pequeños, recorre en su
trabajo diversos campos agrícolas de Sinaloa y
Baja California, en el grupo social de jornaleros
agrícolas migrantes. Ha piscado tomate desde
los siete años. Con este punto de partida
se rastrea la posibilidad de otra educación.
En el segundo capítulo se explora la relación
entre la familia y la escuela, ambas en crisis, y
los autores proponen una educación desde las
grietas, a partir de aquellos aspectos sombríos y
dolorosos en las relaciones. Dejan ver que es en
familia en donde se da una primera experiencia
moral, que puede representar el último reducto
en nuestras sociedades para el aprendizaje de
valores morales, y también puede ser un espacio
de acogida y comunicación. Se ejemplifica con
un relato una manera en que la ambigüedad y
las dificultades en las relaciones entre la familia
y la escuela logran trascenderse, dejando claro
que para ello es necesario que se cumpla
una condición, y es que este vínculo exista.
El texto aborda una crítica a la Ética idealista,
deslindándose de ella. Se pone de relieve
que la educación tiene lugar siempre en un
espacio y un tiempo determinado, por lo tanto
la educación es una forma de respuesta a un
ser humano concreto. Se propone en cambio
una Ética enraizada en el sentimiento, haciendo
un llamado a la persona del educador, cuya
pedagogía puede estar sustentada en la
acogida y la compasión, en la recepción de
los recién llegados, los estudiantes, que traen
consigo la renovación. Así el hecho educativo es
situado, contextualizado, representa un desafío.
A partir de estas condiciones de base, se
argumenta que la función más importante de
los educadores es ayudar al otro a situarse en
el mundo, en su mundo, y la labor formativa
es, en cierto sentido, hermenéutica: se
trata de reinterpretar la existencia humana
en nuevo contexto, de acoger a los recién
llegados, de permitir un nuevo nacimiento. Es
preciso tener presente que es el educando
quien hace el recorrido de su formación.
Una vez que se ha planteado esta condición
humana de la acción educativa, a partir de un
encuentro se revisa su carácter de acto ético, que
implica acogida y responsabilidad, respuesta a la
llamada de la alteridad, y se deja ver que aquellos
que influyen, que aportan algo a recordar después
del paso por las aulas, son los que han sido
capaces de acogimiento, de recepción del otro.
En un análisis sobre la educación en valores se
da cuenta de que nuestra sociedad occidental
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sitúa al saber técnico científico por encima del
equipamiento moral. Nuevamente los autores se
alejan de la teoría idealista, al dejar asentado
que el valor no es concepto o idea de justicia,
de tolerancia, de solidaridad, de paz o libertad,
que quedan vacíos de contenido volviéndose
solamente discurso y reflexión si no se relacionan
con la experiencia. Los autores conciben los
valores como convicciones profundas que
orientan nuestras vidas y configuran un modo
ético de afrontar la experiencia; los valores y
creencias son esenciales y en ellos hay un
componente afectivo. La experiencia hace
posible la praxis educativa. Los valores morales
están anclados irremediablemente por su
condición histórica, que afecta al ser humano
aquí y ahora. Y al asentar esos principios, los
autores son coherentes con ellos mismos, ya
que ilustran en concreto con las experiencias
educativas, que llenan de carne y hueso a los
planteamientos antropológicos y filosóficos
que sustentan esta otra educación posible,
capaz de hacer frente a la precariedad.
Los autores se interrogan sobre la capacidad
de la escuela para contribuir a abrir el círculo
de la fatalidad, y proponen algunas medidas
para maestros y directores, por ejemplo no
faltar a clases, conocer a los padres, mejorar
la escuela, no encerrase en la oficina, buscar
los expedientes de los niños, y considerarlos
como infantes con historia. Más allá de eso, el
trabajo es una invitación a “mover los sistemas
educativos envueltos en tonos grises de apatía y
desigualdades”. Logra su propósito: conmueve.
Lejos de proponer unas indicaciones precisas
para el proceso educativo, el libro aborda
la cuestión del para qué se educa, y puede
concluirse que derivada de esta indagación
teleológica, emerge el cómo de la formación.
La bibliografía en que se fundamenta el trabajo
es respetuosamente tratada e incluye, por
ejemplo, a autores como Bárcena y Mélich,
quienes abordan los aspectos éticos y el tema de
la compasión; en el hecho educativo Duch, para
el análisis de la posmodernidad; Horkheimer
y Adorno sirven para la discusión sobre la
moral; Ricoeur, en quien se apoyan para la
narración, y está presente un énfasis en Lévinas
y su aportación a la cuestión de lo humano. No
sorprende que también aparezca Benedetti.
El texto reivindica la educación como
resignificación del mundo hacia los educandos,
pero también aporta una reinterpretación al
trabajo de los educadores, dignificándolo. En
el momento actual, a contrasentido de la gran
presión hacia el cuerpo magisterial, y de una
depreciación social de la tarea educativa, esta
obra enaltece la educación, esclareciendo el
compromiso que le es propio con la vida, con el
mundo, con los otros. Es loable la preocupación
y atención a la vida en la precariedad, tan ajena
a las políticas educativas dominantes. La lectura
es edificante, grata, y hace bien. El estilo, con
la exacta adecuación entre contenido y forma,
interpela al lector en la profundidad de su ser.
SIMPOSIO INTERNACIONAL DE
Y PEDAGOGÍA
EDUCACIÓNREFLEXIONES
ESTRATEGIA
S
ENFOQUES IN
VESTIGACIÓ
N
MODELOS PROYECTOS
DIDÁCTICA DE LAS DISCIPLINAS
15-18 de octubre de 2013
auditorio d
DIDÁCTICA
MÉXICO
Educadores por la calidad formativa y de vida
RED DE PARES ACADÉMICOS
REDPAR- REDIPE
En razón de generar mayores oportunidades de intercambio y apoyo entre colegas e instituciones, Redipe está conformando la Red de Pares Académicos (Redpar-Redipe), constituida por docentes, directivos, asesores, investigadores, entre otros agentes educativos de diferentes países, que se desempeñen como pares académicos o que tengan valores y disposiciones para hacerlo.
Los interesados deben diligenciar el Formato adjunto, señalando, de acuerdo con sus competencias, cuáles actividades están en capacidad y disposición para atender, proponiendo otras que no estén en el formato.
Quienes requieran carta de invitación, pueden solicitarla, relacionando el nombre de la institución (o del grupo o unidad académico administrativa) que representan, así como el nombre y correo de jefe inmediato si lo consideran necesario.
Atentamente
JULIO CÉSAR ARBOLEDA ANDRÉS HERMANN
Director General Comité científico
FORMATO DE INSCRIPCIÓN A REDPAR
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INSTITUCIÓN, PROGRAMA, GRUPO O UNIDAD ACADÉMICO ADMINISTRATIVA
ÁREAS O CAMPOS DE DESEMPEÑO
INTERESES COMO MIEMBRO REDIPE Y REDPAR
SUGERENCIAS
OTROS
PARTICIPACIONES (Coloque una X donde lo considere)
Puedo intervenir como par académico, de acuerdo con mi área o campo de desempeño, en los siguientes escenarios:
A. Evaluación y/o Fortalecimiento de Programas Académicos ( ). Formule observaciones o precisiones, si es necesario.
B. Valoración de artículos y libros ( ). Apoyo en la redacción de textos ( ). Formule observaciones o precisiones, si es necesario.
C. Proyectos pedagógicos ( ), de estudio e investigación ( ). Modelos ( ) y enfoques ( ) pedagógicos ( ), didácticos ( ), curriculares ( ), otros ( ). Formule observaciones o
A. precisiones, si es necesario.
B. Ponente ( ), conferencista ( ), tallerista ( ) en eventos académicos (simposios, congresos, seminarios, cursos). Formule observaciones o precisiones si es necesario.
C. Coordinador ( ), co investigador ( ), otro ( ) en ámbitos relacionados con el punto C. Formule observaciones o precisiones si es necesario.
D. Miembro de Comité Organizador de simposio, seminarios y otros eventos académicos ( )
E. Otras actividades de REDPAR (si desea, proponga algunos otros escenarios en los que puedan participar los pares académicos. Formule observaciones o precisiones si es necesario.
F. Otras funciones o actividades que puedo desarrollar como par académico son las siguientes (relacionarlas, si es del caso): _______________________________________
BENEFICIOS
Los miembros de REDPAR recibirán:
- Certificado de membresía por un año.
- Información y/ o invitación sobre actividades de REDPAR (publicaciones, investigaciones, materiales, encuentro anual y eventos)
- Invitación a participar como Par en algunos procesos y escenarios puntuales, a la luz de sus intereses, posibilidades y disposiciones.
- Constancia por cada una de las participaciones
- Exaltación al mérito educativo y pedagógico, investigativo o ciudadano, según el caso, en el Encuentro Anual y/ o en alguno de los simposios o eventos académicos de Redipe.
- Remuneración cuando haya lugar a esta (sobre todo en procesos con organizaciones, ministerios, secretarías o instituciones de educación que impliquen contrato de carácter económico)
- Publicación en alguno de los espacios virtuales o en Cd ROM
- Descuentos en productos exhibidos en la Tienda Virtual, incluidos eventos académicos y publicaciones.
ENVÍO DE CARNE Y CERTIFICADO
Para obtener el Certificado REDPAR se requiere:
Diligenciar el formato REDPAR; realizar una primera actividad (participar en una de las acciones de intervención señaladas arriba); hacerse miembro de Redipe (diligenciar el Formato de membresía a Redipe, que incluye carne y certificado digital REDIPE).
Valor de inscripción a REDIPE por 1 año: US20 dólares ó ($38.000).
Opciones de pago:
Por internet: dé clic aquí: Tienda Virtual REDIPE
Consignación :
Consignación Banco Davivienda 015570049666. Cuenta de Ahorros a nombre de
RED DE PEDAGOGÍA SAS
Enviar adjunto comprobante de pago escaneado. De ese modo le enviaremos carné y certificado digital REDIPE.
[email protected] nombre de RED DE PEDAGOGIA SAS
Enviar adjunto comprobante de pago escaneado. De ese modo le enviaremos carne y certificado digital REDIPE.
www.redipe.org