Reflexi+¦n Adviento 2011 COLOR

Estimadas amigas y amigos, Es tiempo de Adviento, ¡tiempo de esperar activamente la venida de Jesús! Es tiempo de proclamar también la esperanza cristiana de que un mundo nuevo donde vivamos con dignidad y felicidad es posible. Durante este año 2011 hemos celebrado 25 años de trabajo en la misión de Dios aquí en Centroamérica y México. Me alegra terminar este año compartiendo con cada una y cada uno de ustedes este material de Adviento que nos provee la oportunidad de reflexionar sobre la venida de Jesús a nuestras vidas, y a nuestro mundo. Estoy segura que de las reflexiones nuestra fe será renovada y esto nos permitirá realizar acciones transformadoras en nuestras vidas, familias y comunidades, transformaciones que traerán justicia, paz y alegría. Que la presencia de Jesús ilumine nuestras vidas en este Adviento, y durante todo el Nuevo Año. Judith Castañeda Coordinadora General CEDEPCA El autor: Ángel Eduardo Román López Dollinger es guatemalteco con ciudadanía suiza. Es casado felizmente con la teóloga Simone Dollinger , con quien tiene una hija, Alma. Egresado del programa de Formación Bíblico-Teológica de CEDEPCA y graduado de la Universidad Bíblica Latinoamericana, es teólogo en el área de teología pastoral con experiencia en la pastoral juvenil, especialmente en el acompañamiento a jóvenes marginalizados con problemas sociales y con dependencia a sustancias prohibidas. El equipo editorial: Karla Ann Koll, misionóloga estadounidense y pastora presbiteriana, es la decana académica interina del programa de Formación Bíblico-Teológica de CEDEPCA. Emerson Morales, guatemalteco, es pastor de jóvenes en una iglesia pentecostal y sirve como coordinador del programa de Encuentros Interculturales de CEDEPCA. Judith Castañeda, guatemalteca, economista, miembro de la Iglesia del Nazareno, coordinadora general de CEDEPCA. Diagramación: Luis Sarpec, guatemalteco, es estudiante de ingeniería de sistemas, católico, asistente de programas en CEDEPCA

La época de Adviento La palabra Adviento viene del latín adventus y significa “venida” o “llegada”. En el contexto cristiano el Adviento se refiere a la venida o visita del Señor y a su presencia en medio del pueblo. En el calendario litúrgico usado por las iglesias cristianas desde los primeros siglos de su existencia, el Adviento marca el inicio del año. El Adviento implica nuestra certeza-esperanza de la presencia liberadora de Dios en la historia. Certeza porque a través del nacimiento de Jesús se celebra la vida y se confirma el amor solidario de Dios para la humanidad. Esperanza porque confiamos que con la segunda venida de Jesucristo se hará real la utopía cristiana de un mundo más justo y solidario: el Reino de Dios. Actualmente la época de Adviento la han manipulado ciertos grupos para promover sus intereses comerciales: consumo, estatus, individualismo, poder y exclusión. Por ello mucha gente ya no conoce su significado liberador y se ha dedicado a consumir, vivir, tener y aprovechar las oportunidades hoy. Por eso el mundo vive una fuerte crisis de fe, esperanza y amor, y sufre de sus efectos dañinos: injusticia y falta de solidaridad. Esta crisis exige que las comunidades cristianas se comprometan proféticamente con el mundo para mantener viva la esperanza en el Dios del amor y la justicia. La clave del éxito o fracaso para lograr ese objetivo se encuentra en nuestra capacidad para actualizar la Palabra de Dios y para saber leer los nuevos “signos de los tiempos”. El compromiso profético con el mundo implica algunas interrogantes para la fe: ¿Cómo promover la esperanza en el mundo, cuando observamos que crece la destrucción de la naturaleza y sus efectos mortales para la humanidad? ¿Cómo hablar del amor de Dios y su justicia en un mundo donde la falta de misericordia se refleja en la gravedad de los males sociales como la pobreza, la injusta distribución de la riqueza social, el racismo, la xenofobia, la criminalidad, la violencia, la inequidad de género y generacional, etc.? ¿Cómo promover el mensaje de vida plena que nos da Jesús en un mundo donde están deterioradas las actitudes personales frente a la vida y donde prevalecen el individualismo, el consumismo desenfrenado, el conformismo, la irresponsabilidad, y la falta de sentido de la vida, etc.? ¿Cómo celebrar el nacimiento de Jesús con alegría en un mundo donde a diario mueren alrededor de 29,000 niños y niñas, 70% por causas evitables que se deben llamar “muertes de la pobreza”, y 4% por hechos violentos? A través del material que aquí se presenta, les invitamos reflexionar sobre el significado liberador del adviento y sobre la necesidad de asumir con responsabilidad nuestro rol profético en el mundo: denunciar los males globales, sociales e individuales y anunciar la liberación-salvación en Cristo para todos los pueblos. El material se puede adaptar para usar en círculos familiares, clases de escuela dominical, o con grupos de trabajo. Esperamos que esta época nos permita no solo mantener una espera activa, sino que nos motive a compartir nuestra esperanza de vida con el mundo.

Como usar este material

Lo que entendemos por Adviento

En las siguientes páginas se busca actualizar y darle sentido al adviento en nuestra vida personal y comunitaria. Partimos del hecho que el adviento es un tiempo de esperanza-acción (espera activa) que implica: compromiso con la humanidad y la naturaleza, lucha por la justicia, trabajo constante para construir el reino de Dios aquí en la tierra, alegría, fiesta y celebración. Pero sobre todo es un momento de ternura, cariño y amor, porque a través de nuestra solidaridad con otros seres humanos y sus necesidades, rememoramos la solidaridad que Dios ha tenido con la humanidad a través de su hijo Jesús.

Los temas de Adviento

Las reflexiones y oraciones están divididas en cinco momentos: cuatro semanas de Adviento y el día de Navidad. Cada parte contiene un tema específico tomado de las lecturas propias del día que nos ofrece el leccionario común y relacionado con algunos aspectos de nuestra realidad actual.

• Primera Semana de Adviento: Liberación y bienestar • Segunda Semana de Adviento: Consolación y misericordia • Tercera Semana de Adviento: Esperanza y justicia • Cuarta Semana de Adviento: Solidaridad y compromiso • Día de Navidad: Celebración y alegría

La corona de Adviento

Para marcar el paso de las semanas de Adviento y acompañar las reflexiones y oraciones se puede usar una corona de Adviento. Este símbolo consiste en una corona de follaje verde. La forma circular simboliza la vida eterna; el verde representa la esperanza y la vida. En el follaje se insertan cuatro velas moradas, color de espera y penitencia, o rojas, color que simbolizan el amor de Dios. En el centro va una vela blanca que simboliza la presencia de Jesús. El rito consiste en encender cada semana de Adviento el número de velas correspondiente: una la primera semana, dos la segunda, etc. En la Navidad se enciende la vela blanca después de haber encendido las anteriores. La luz y el calor de las velas representan la proximidad del nacimiento de Jesús, la Luz del Mundo.

LIBERACIÓN Y BIENESTAR Primera Semana de Adviento (a partir del 27 de noviembre)

Lecturas: Isaías 64:1-9; Salmo 80:1-7, 17-19; 1 Corintios 1:3-9; Marcos 13:24-37

Lectura del Salmo 80:1-7, 17-19

Llamado a la reflexión Una voz: ¡Oh Dios, haz que nos recuperemos, ilumina tu rostro y nos salvaremos!

Todas las voces: Que tu mano defienda a las personas que tu elegiste, al pueblo que para ti fortaleciste. Ya no volveremos a apartarnos de ti, nos darás vida e invocaremos tu nombre.

Una voz: Encendamos la primera vela de la corona de Adviento como símbolo de nuestra primera etapa de espera en liberación y bienestar y para que sintamos la presencia viva de Jesús en nuestras vidas y corazones.

Todas las voces: Dios del amor y de la vida, ilumínanos con tu verdad para que podamos ser claridad en medio de la realidad adversa que vivimos. No permitas que la oscuridad del mundo nos haga olvidar la promesa de salvación y bienestar que nos hiciste a través de tu Hijo Jesucristo. Deja que esa esperanza ilumine nuestras vidas para estar atentos a la consumación universal de esa promesa con la segunda venida de tu Hijo. Por Jesucristo, por tu amor y por el poder del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra realidad

Iniciemos nuestra primera reflexión de Adviento escuchando lo que nos dice nuestra realidad. En nuestro alrededor impera la opresión y la violencia. El mundo vive en medio de la opresión que unas personas o naciones ejercen sobre otras personas o pueblos. La característica básica de la opresión humana es el uso de la violencia: guerras, criminalidad, violencia doméstica y psicológica, etc. ¿Cuáles ejemplos concretos nos ayudan a reflexionar más de cerca sobre la opresión y violencia en el mundo de hoy?

Espacio para compartir

Nuestra realidad es de odio. Sufrimos dictaduras, guerras, criminalidad, exclusión, pobreza, y violencia. En el mundo mueren al año 526,000 personas violentamente: 396,000 son asesinadas, entre ellas 66,000 mujeres; 55,000 son víctimas de guerras o terrorismo; 54,000 mueren por homicidios no premeditados; y 21,000 son víctimas de la seguridad del Estado. La cuarta parte de esas muertes ocurre en 14 países, de los

cuales 6 son latinoamericanos, entre ellos 4 centroamericanos: El Salvador, Honduras, Colombia, Venezuela, Guatemala y Belice.1

¿Cuáles otros aspectos de nuestra realidad reflejan el odio que prevalece en nuestra sociedad?


Lectura del Antiguo Testamento: Isaías 64:1-9

La perspectiva bíblica

Isaías 64:1-9 forma parte de la división del libro de Isaías denominada Tritoisaías (cap. 56-66). Esta sección del libro es una denuncia y un anuncio profético en tiempos de crisis: luego del exilio babilónico el pueblo de Israel está desilusionado porque la liberación anunciada durante el exilio (Is 40-55) no se cumplió. El pueblo perdió la esperanza en su liberación: no se pudo liberar de sus opresores y una parte del pueblo se adaptó pasivamente a las exigencias del imperio. En ese contexto, el pueblo clama por una teofanía, por un adviento, por una liberación real y plena. Por su parte, el profeta llama al pueblo a depositar su confianza (esperanza) en el Dios creador de la vida: “Yahvé, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros” (Is 64:7). Las plegarias, llantos y peticiones de un Adviento (Epifanía) que hace el pueblo de Israel en Is 64:1-9 (y en el Salmo 80), tendrán su respuesta plena en Jesús. Pablo confirma ese acontecimiento en su saludo inicial a la comunidad de Corintios (1 Co 1:3-9). A partir de entonces la comunidad cristiana espera la segunda venida de Jesucristo para disfrutar de la salvación-liberación plena. Pero ¿cuál es la mejor forma de esperar la segunda venida de Jesucristo? La lectura del Evangelio de hoy nos aclara esa pregunta.

Lectura del Evangelio: Marcos 13:24-37

Reflexión del Evangelio

El Evangelio nos indica cómo debemos esperar la segunda venida de Jesucristo: “Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuando será el momento”. Es una espera activa (“estad atentos y atentas”) en la que co-participamos con Dios en la construcción de su Reino (“vigilad”). Es una espera escatológica integral porque a través de Jesús, Dios une la historia pasada con la presente y llena de optimismo el futuro. Nuestra espera implica rememorar el pasado difícil del pueblo de Dios, recordar con esperanza el nacimiento de Jesús y ver con alegría hacia adelante, hacia su segunda venida, hacia el reino de Dios que construimos en el presente. En ese sentido, la espera del pueblo de Israel y la nuestra son continuidad y progresión. El adviento de Jesús le da sentido a la espera del

1 Secretaria de la Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo, ¨Carga global de la violencia armada 2011”, disponible en http://www.genevadeclaration.org/fileadmin/docs/GBAV2/GBAV2011-Ex-summary-SPA.pdf.

pueblo de Israel porque se constituye en un evento no solo escatológico, sino plenamente humano e histórico. Por eso, el advenimiento de Jesucristo (su nacimiento, vida, muerte, resurrección y su segunda venida), le dan un nuevo impulso a la historia, un impulso no fatalista. En Jesucristo Dios nos ofrece la esperanza de la liberación plena, la esperanza del bienestar común y la esperanza de vivir en armonía con todos los seres humanos y con la naturaleza. Por eso nuestra espera es una opción activa por la liberación y el bienestar de la humanidad.

Preguntas para profundizar en la reflexión • ¿Qué estamos haciendo, individual y colectivamente, para denunciar la opresión

de unos seres humanos sobre otros?

• ¿Hemos logrado que nuestra espera activa de opción por la salvación y por el bienestar humano, contagie de la esperanza cristiana a otras personas y grupos de la sociedad?

Actividad para esta semana Esta semana voy a tratar de hablar con las personas que me rodean en la familia, en el trabajo, o en la iglesia sobre la importancia de denunciar cualquier tipo de violencia. Voy a hablar constantemente sobre nuestro compromiso de construir una cultura de paz y respeto.

Oración final y despedida Una voz: Demos gracias a Dios por este momento de oración y reflexión

comunitaria y oremos especialmente por la familia humana.

Todas las voces: Oh Dios, artesano de la creación, a pesar que muchas veces perdemos el camino que conduce a tu reino, tú nos enviaste a tu Hijo Jesucristo como guía amoroso para que reencontremos la ruta. En este momento de oración te pedimos que alejes de nuestros corazones todo tipo de odio, rencor o barrera que no nos permite vivir en armonía. Danos valor para practicar y promover el respeto y la tolerancia entre las diferentes razas y naciones, provéenos de la unidad que necesitamos para que en nuestras relaciones se manifieste la presencia viva de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Una voz: Que la gracia y la paz de Dios y de Jesucristo nos acompañen.

Todas las voces: Amén.

CONSOLACIÓN Y MISERICORDIA Segunda Semana de Adviento (a partir del 4 de diciembre)

Lecturas: Isaías 40:1-11; Salmo 85:1-2, 8-13; 2 Pedro 3:8-15a; Marcos 1:1-8

Lectura del Salmo 85:1-2, 8-13

Llamado a la reflexión

Una voz: ¡Muéstranos tu amor, Yahvé, danos tu salvación!

Todas las voces: El amor y la verdad se han dado cita, la justicia y la paz se besan; la verdad brota de la tierra, la justicia se asoma del cielo.

Una voz: Encendamos la segunda vela de la corona de adviento como símbolo de nuestra segunda etapa de espera en consolación y misericordia y para que sintamos la presencia viva de Jesús en nuestras vidas y corazones.

Todas las voces: Dios de misericordia, a través de los profetas tú nos enviaste un mensaje de liberación y nos llamaste a preparar el camino para la venida de Aquél que nos trae la salvación plena. Hoy te pedimos que abras nuestros oídos y nuestro entendimiento para no olvidar el anuncio de tus mensajeros y para que esperemos activa y alegremente la venida de Jesucristo nuestro Salvador: Por Él, por tu amor y por el poder del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra realidad

Iniciemos nuestra segunda reflexión de Adviento escuchando lo que nos dice nuestra realidad. En nuestra realidad se sufre destrucción y catástrofes. La naturaleza se cansó del daño que le provocamos y se queja a través del sobrecalentamiento global, terremotos, huracanes, maremotos, etc. Lo peor de estas catástrofes es que afectan con mayor fuerza a la gente más pobre e indefensa del planeta. ¿Cuáles ejemplos concretos conocemos de destrucción y desastres causados por fenómenos naturales?


Vivimos una realidad trágica. Un efecto trágico del cambio climático y de la ambición humana es la falta de alimentos en el mundo. En el mundo cerca de 1,000 millones de personas están subalimentadas. En Somalia la hambruna ha matado en menos de un

año más de 29,000 niños y niñas. En Guatemala el 49% de la niñez padece de desnutrición crónica. ¿Cuáles otros efectos miramos del descuido de la naturaleza?




Isaías 40:1-11 forma parte de la división del libro de Isaías denominada Deuteroisaías o Libro de la Consolación (cap. 40-55). El pasaje es un prólogo que resume los temas del Libro de la Consolación: liberación de la cautividad babilónica y retorno a la tierra prometida. Después del mensaje sobre el desastre en el Protoísaias (39:5-7), el profeta anuncia que el consuelo de Dios está cerca y que se manifestará en tres eventos que marcan la presencia de Dios en medio del pueblo: su intervención y gloria universal (40:3-5), su Palabra eterna e inmutable (40:6-8), el envío del pastor justo que consolará al pueblo (40:9-11). Este mensaje profético va dirigido al pueblo exiliado que sufre la opresión del imperio babilónico: esclavitud, trabajo forzado, indigencia, muerte, falta de sentido de la vida, humillación. El profeta lleva al pueblo un mensaje de consolación divina y lo llama a ser testigo y protagonista de la intervención de Dios en su historia. Le motiva a que su espera sea activa y que tome conciencia de su participación como instrumento de liberación en el plan de Dios. La misericordia y la consolación que pide Is 40:1-11 (y el Salmo 85) se realizarán plenamente con el regreso de Jesucristo y con la nueva sociedad prometida (2 Pe 3:8-15a). En el Evangelio de hoy, Juan el Bautista nos ofrece una propuesta genial para esperar activamente a Jesús en esta época.

Lectura del Evangelio: Marcos 1:1-8


El Evangelio nos llama a comprometernos hoy a preparar el camino para el Adviento de Jesucristo, tanto él que recordamos, como él que esperamos. Marcos no pierde el tiempo con muchas explicaciones e inmediatamente da las buenas nuevas: Jesús es el Cristo esperado, es el Hijo de Dios que se encarna en la historia humana (1). Marcos une la tradición del pueblo de Israel con la nueva historia que se construye a partir de Jesús: la promesa de Dios de enviar un mensajero para preparar el camino de su Hijo (2-3). Las características del mensajero son: proclamar el bautismo y el arrepentimiento de los pecados (4-5), rechazar la alienación de la sociedad dominante (6), prometer el bautismo en el Espíritu Santo (7-8). Según el texto del Evangelio, para recibir a Jesús hay que mantener una espera activa, una espera de preparación que implica no solo arrepentirse de los pecados (falta de misericordia y de compromiso

solidario frente a las tragedias humanas), sino denunciar y rechazar las imposiciones de un sistema consumista, excluyente y opresor, y por amor compartir el bautismo del Espíritu Santo con quienes sufren. El bautismo en el Espíritu Santo es el acto de consolación y misericordia más sublime que Dios le ofrece a la humanidad a través de Jesús.

Preguntas para profundizar en la reflexión • ¿Qué estamos haciendo, individual y colectivamente, para proteger la naturaleza?

• ¿Hemos logrado que nuestra espera activa sea de amor y misericordia, y que ello nos impulse a comprometernos con proyectos sociales que promuevan la vida digna y justa?

Actividad para esta semana

Esta semana voy a tratar de utilizar varias veces la palabra consolación y amor con las personas que me rodean en la familia, en el trabajo, y en la iglesia. Asimismo intentaré visitar alguna persona que sufra de enfermedad o de algún problema, para llevarle palabras de consolación y para que sienta que el amor de Cristo actúa a través de la consolación y el amor de los mismos seres humanos.


comunitaria y oremos especialmente por nuestra sociedad y por la creación entera.

Todas las voces: Oh Dios, a través de tu Palabra Viva nos has trasmitido el significado de tu Reino y nos has enseñado que todas las naciones del mundo y la creación misma forman parte de él. Ahora te pedimos que ayudes a su pueblo a consolar a las personas que están sufriendo debido al mal manejo que hemos dado a la naturaleza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Una voz: El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá.

Todas las voces: Pero esperamos, según Dios nos ha prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia Amén.

ESPERANZA Y JUSTICIA Tercera Semana de Adviento (a partir del 11 de diciembre)

Lecturas: Isaías 61:1-4, 8-11; Salmo 126; I Tesalonicenses 5:16-24; Juan 1:6-8, 19-28

Lectura del Salmo 126 Llamado a la reflexión

Una voz: ¡Sí, grandes cosas ha hecho Yahvé, y estamos alegres!

Todas las voces: Las personas que van sembrando con lágrimas cosechan entre gritos de júbilo.

Una voz: Encendamos la tercera vela de la corona de Adviento como símbolo de nuestra tercera etapa de espera en esperanza y justicia y para que sintamos la presencia viva de Jesús en nuestras vidas y corazones.

Todas las voces: Dios de la esperanza y la justicia, tú que conoces nuestra debilidad, permite que tu Espíritu Santo more en nuestros corazones y que nos llene de gracia y poder para esperar con alegría y fortaleza el día de nuestra salvación plena. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Nuestra realidad

Iniciemos nuestra tercera reflexión de Adviento escuchando lo que nos dice nuestra realidad. Vivimos en medio de la desesperanza. Los conflictos sociales, económicos y políticos, junto al deseo desmedido de los poderosos por dominar a otras personas y a la naturaleza, le roban la esperanza a las personas más débiles y excluidas del mundo, quienes están aisladas, divididas y sin voz para implorar por su dignidad maltratada. ¿Dónde miramos la desesperanza que se vive en el mundo reflejada en nuestras propias experiencias?


Vivimos una realidad de injusticia. Mientras algunas personas buscan apresuradamente las ofertas de las tiendas para comprar los regalos de Navidad, otras no tendrán ni siquiera la posibilidad de comer ese día. Mientras unas personas pueden pagarse viajes por el mundo y se les recibe con respeto gracias a su dinero, otras arriesgan su vida cruzando fronteras para buscar trabajo y el mundo les trata de “ilegales” y delincuentes, como si fuera ilegal vivir en el mundo y soñar con una vida mejor. ¿Cuáles otros aspectos de nuestra realidad demuestran la injusticia de nuestras sociedades?


Lectura del Antiguo Testamento: Isaías 61:1-4, 8-9


Isaías 61:1-4, 8-9 se puede considerar como la parte central del mensaje que ofrece el Tritoisaías (cap. 56-66). Esta sección del libro plantea las características que debe tener el siervo de Dios que el pueblo espera: Alguien que tiene el poder (unción) del Espíritu para actuar en nombre de Dios y solidarizarse con los pobres a través del anuncio de la buena noticia de liberación, el consuelo a sus corazones maltratados, la libertad a los cautivos y el año agradable del Señor (1-3). La esperanza que el profeta ofrece al pueblo de Dios es la revelación plena del Espíritu Santo en el Mesías prometido. En la Antigua Alianza la unción era el símbolo externo del don del Espíritu, mientras que el Mesías representa el único gran Ungido por Dios, que tiene la posibilidad de conceder el Espíritu a todo el Pueblo y ser mediador entre la humanidad y Dios mismo. Este texto ofrece las características mesiánicas que retomarán Lucas (4:16-21) y Juan (1:6-8, 26-27) para confirmar que Jesús es el Mesías esperado, el hijo de Dios. Por su parte, Pablo pedirá a la comunidad de Tesalónica que se tomen en serio las profecías sobre el Mesías (1 Tes 5:16-24). Precisamente en el Evangelio de hoy, a través de la figura de Juan el Bautista, se actualiza el mensaje profético de preparar el camino para recibir al Mesías, al Ungido por Dios.

Lectura del Evangelio: Juan 1:6-8, 19-28

Reflexión del Evangelio El Evangelio de hoy nos presenta la polémica legal que enfrentó Juan el Bautista por dar testimonio de la persona que vendría después de él: Jesús. Los judíos de Jerusalén actúan de acuerdo a ley, pues representan la autoridad religiosa judía (19, 24) y por ello sus preguntas (19-22, 25) deben comprenderse en el contexto del conflicto que investigan: la actividad (el bautismo) que Juan el Bautista realiza (25) y su testimonio de la llegada del Hijo de Dios (6-8). El bautismo de Juan el Bautista es ilegal (no autorizado) a los ojos de los judíos, pues lo hace sin ningún tipo de vinculación religiosa organizada (25). Los judíos tienen mucho cuidado con sus preguntas, pues no saben si están hablando con un profeta, ya que la actividad de Juan es bien recibida por el pueblo. En cuanto a su testimonio sobre la llegada del Hijo de Dios (Jesús), Juan emplea la metáfora jurídica de la sandalia (al incumplidor de la ley se le quitaba la sandalia como símbolo de su afrenta) para indicar que el que viene después de él es quien tiene el derecho otorgado por Dios y no quienes le investigan (26-27). Es así como el acusado pasa a ser acusador de aquellos que no reconocen el advenimiento de Jesús: “en medio de vosotros está uno a quien no conocéis”. El mensaje del Evangelio busca que estemos en sintonía con el Espíritu de Dios y que nuestra espera sea de esperanza y justicia: ser “la voz del que clama en el desierto” y que anuncia “la salvación a los y las pobres, la liberación de los oprimidos y las oprimidas, y el consuelo a los afligidos y las afligidas”.

Preguntas para profundizar en la reflexión

• ¿Qué estamos haciendo, individual y colectivamente, para ser la voz de las personas que claman por justicia como las mujeres maltratadas, la niñez explotada, y los y las migrantes?

• ¿Hemos logrado que nuestra espera activa sea de esperanza y justicia y que por ello no tengamos miedo de cuestionar las estructuras legalistas y opresoras de nuestras instituciones religiosas?

Actividad para esta semana Esta semana voy a tratar de hablar con las personas que me rodean en la familia, en el trabajo y en la iglesia sobre la importancia de llevar esperanza y justicia a las personas que sufren cualquier tipo de maltrato, discriminación u opresión. Asimismo, voy hacer una lista de instituciones específicas que ayudan a esas personas, para tenerlas a la mano cuando sea necesario.

Oración final y despedida

Una voz: Demos gracias a Dios por este momento de oración y reflexión comunitaria y oremos especialmente por la justicia social y las personas que trabajan por ella.

Todas las voces: Oh Dios de la justicia, nos creaste a tu propia imagen y semejanza; y por ello sabemos que gozamos de gracia y dignidad. Concédenos que a través de tu gracia tengamos la fortaleza para rechazar cualquier tipo de injusticia social y permite que nos comprometamos activamente con aquellas causas sociales que promueven la dignidad humana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Una voz: Que el Dios de la paz, nos santifique plenamente, y nos conserve en la lucha por la justicia hasta la venida de Jesucristo.

Todas las voces: Nuestro Dios es fiel y lo hará. Amén.

SOLIDARIDAD Y COMPROMISO Cuarta Semana de Adviento (a partir del 18 de diciembre)

Lecturas:II Samuel 7:1-11, 16; Salmo 89:1-4, 19-26; Romanos 16:25-27; Lucas 1:26-58 Lectura del Salmo 89: 1-4, 19-26


Una voz: Cantaré por siempre el amor de Yahvé, anunciaré tu lealtad de edad en

edad.

Todas las voces: Actúas con brazo poderoso, fuerte es tu mano, sublime tu derecha; Justicia y Derecho, la base de tu trono, Amor y Verdad marchan ante ti.

Una voz: Encendamos la cuarta vela de la corona de adviento como símbolo de nuestra cuarta etapa de espera en solidaridad y compromiso y para que sintamos la presencia viva de Jesús en nuestras vidas y corazones.

Todas las voces: Dios fiel y bondadoso, te suplicamos que nos des el entendimiento necesario para saber cuáles son las tareas que debemos cumplir en tu nombre. Ayúdanos a comprometernos solidariamente con las necesidades de nuestro mundo, para que de esa forma le preparemos el camino a tu Hijo Jesucristo. Por él, por tu amor y por el poder del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra realidad

Iniciemos nuestra cuarta reflexión de Adviento escuchando lo que nos dice nuestra realidad. Hoy en día prevalece la indiferencia. En el mundo se oprime, ofende, discrimina y maltrata a grupos sociales simplemente porque son diferentes o extraños, como a los y las indígenas, los y las afrodescendientes, los y las migrantes, etc. Mientras tanto a muchas personas, desde el calor y la tranquilidad de su hogar, no les interesa la suerte de esos grupos y hasta agradecen a Dios por no ser parte de ellos. Los grupos despreciados padecen en silencio la indiferencia humana. ¿Cuáles ejemplos concretos de la indiferencia social miramos en nuestra vida cotidiana?


Nuestra realidad es de pasividad. A pesar de vivir en sociedades donde no se logra satisfacer las necesidades básicas que requiere una vida digna, ya se ha perdido el interés por buscar alternativas comunitarias a los problemas sociales. La gente se ha adaptado pasivamente a las exigencias consumistas y deshumanizantes de un sistema

que está hecho solo para una minoría. Ya no cree en el presente, ha olvidado su pasado y espera que en el futuro, alguien o un golpe de suerte, mejore su destino. ¿Cómo se manifiesta la pasividad en nuestro alrededor?


Lectura del Antiguo Testamento: II Samuel 7:1-11, 16


El texto de II Samuel 7:1-11, 16 hay que ubicarlo en un marco más global del libro (7:1-29), donde Dios hace un pacto con David (pacto davídico), el cual consistía de tres promesas que durarían por la eternidad (16): el linaje dinástico, el reino y el trono (10-13). La idea detrás de ese pacto es que Dios sería como un padre para un descendiente de David, el cual representaría a Dios en la tierra; ese descendiente sería más grande que David (14a). De acuerdo a esta tradición, Dios advierte que castigará a los descendientes de David que pequen, pero que no romperá con el pacto (14b-15). La importancia de este pacto es que marca el origen de la esperanza mesiánica en el AntiguoTestamento y que, aunque los descendientes de David fallaron, el pueblo se quedó con la idea de que llegaría un rey David más grande. Es así como se entiende que no es David el que construirá una casa (templo) para Dios (1-3), sino es Dios el que construirá una casa (dinastía) para David (4-11), de la cual saldrá el Mesías esperado por el pueblo. En el Salmo 89: 1:14, 19-26 se rememora el pacto y posteriormente, en el Evangelio de Lucas, el ángel Gabriel le repite a María la promesa del pacto davídico (Lc 1:32-33).

Lectura del Evangelio: Lucas 1:26-38


El texto del Evangelio de hoy es una forma muy hermosa y sobre todo liberadora de anunciar al Mesías. Es hermosa porque el relato está inspirado en diferentes pasajes del Antiguo Testamento (Jc 6:11-24; 13:2-7; 2 S 7). Y es liberadora porque el anuncio de la irrupción del Hijo de Dios en la historia se hace directamente a una mujer y no a través de un hombre (por ejemplo a través de José, prometido de María y descendiente de la casa de David). Con este texto el Evangelio no solo anuncia la llegada (adviento) del Mesías, sino también anuncia y confirma la participación activa de la mujer en el plan salvífico de Dios. Esto se confirma con la noticia clave del ángel (32), la cual nunca había sido anunciada tan directamente ni a los profetas: El hijo de María sería, además del Mesías, el Hijo del Altísimo. Por eso, el ángel pone énfasis en los atributos que tendrá Jesús: grande, reinará por los siglos y su reino no tendrá fin (32-33). La respuesta de María frente a la propuesta solidaria de Dios para con la humanidad fue de

compromiso incondicional: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (38). María no se queda indiferente frente a la misión que Dios le encomienda, sino asume un rol activo el cual también quedará grabado por siempre en la mente del pueblo de Dios.


• ¿Qué estamos haciendo, individual y colectivamente, para no quedarnos indiferentes frente a las necesidades de los grupos sociales que no tienen voz para defenderse? ¿Estamos trabajando solidariamente junto a esos grupos?

• ¿Hemos logrado que nuestra espera activa de solidaridad y compromiso nos saque, y saque a otras personas, de la forma pasiva de esperar al Mesías? ¿Reflejan verdaderamente nuestras acciones cristianas nuestra decisión de que se haga en nuestras vidas la voluntad de Dios?

Actividad para esta semana Esta semana voy a tratar de hablar con las personas que me rodean en la familia, en el trabajo, y en la iglesia sobre la importancia de preocuparse por las necesidades de los grupos más necesitados y excluidos de nuestra sociedad. Asimismo, voy a tratar de promover la solidaridad y el compromiso no solo con mis palabras, sino también con mis actitudes.

Oración final y despedida

Una voz: Demos gracias a Dios por este momento de oración y reflexión comunitaria y oremos especialmente por la diversidad de razas y culturas.

Todas las voces: Oh Dios, gracias por crearnos a tu imagen y por darnos la sabiduría para reconocer que tu imagen es maravillosamente humana y diversa. Permite que en este momento de oración nos llenemos con tu presencia y nos regocijemos del calor humano que generan los diferentes pueblos, razas y culturas del mundo. Gracias por nuestras diferencias, porque ellas nos permiten comprender el valor de la unidad en la diversidad humana. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Una voz: Que el Dios de la vida, quien llamó a María a ser parte de su proyecto de liberación y salvación, nos siga llamando a servir a la causa de su reino.

Todas las voces: ¡A Dios sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.

CELEBRACIÓN Y ALEGRÍA Día de Navidad (25 de diciembre)

Lecturas: Isaías 52:7-10; Salmo 98; Hebreos 1:1-4 (5-12); Juan 1:1-14 Lectura del Salmo 98


Una voz: Poderoso rey que ama la justicia, tú has establecido la base del derecho, juicio y justicia ejerces sobre Jacob.

Todas las voces: Exaltemos a Yahvé, nuestro Dios, postrándonos ante el estrado de sus pies: Yahvé es santo.

Una voz: Encendamos la última vela de la corona de Adviento como símbolo de nuestra alegría por el nacimiento de Jesús y por su presencia viva en nuestras vidas y corazones.

Todas las voces: Dios de la vida y la plenitud, tu presencia en nuestros corazones es motivo de fiesta y regocijo. Te pedimos que dejes permanentemente encendida la luz de la esperanza que hoy nos trae tu pequeño Hijo Jesús; permite que tu Verbo encarnado encuentre un hogar cálido y amoroso en nuestras vidas. Por Jesucristo, por tu amor y por el poder del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra realidad

Iniciemos nuestra reflexión del día de Navidad escuchando lo que nos dice nuestra realidad. Vivimos una realidad de falsa celebración. En estos días la gente recibe sus aguinaldos y los emplean para celebrar la navidad y el año nuevo. Se compran regalos, hay bullicio, música y borracheras, con lo cual aumentan los asaltos, la violencia doméstica, la violencia criminal y otros tantos males. Pasa la navidad y quedan deudas, conflictos, divisiones y desesperanza. Bajo estas circunstancias se ha olvidado celebrar la vida. ¿Cuáles otras experiencias reflejan celebraciones superfluas en navidad en nuestro medio?


Vivimos una realidad triste. Muchas personas llegan a estas fechas esperando no perder el empleo, esperando tener algo qué comer en la mesa aunque sea solamente un tamal, esperando superar sus enfermedades, esperando superar las tragedias, especialmente las provocadas por los fenómenos naturales. Frente a esas situaciones las personas no encuentran motivos para celebrar la vida. ¿Cuáles situaciones de dolor no nos permiten celebrar la vida con alegría?




Isaías 52:7-10 es un poema inserto en el Deuteroisaías o Libro de la Consolación (40-55). El poema hace alusión a la inminente liberación de la opresión babilónica. La liberación concreta inmediata está proyectada hacia una liberación futura (escatológica) más plena que implica la promesa mesiánica del advenimiento del único Liberador: Jesucristo. Los mensajeros y vigías celebran con alegría la llegada del Mesías (7-8). Esta imagen la reproducirá Lucas con la figura del ángel y los pastores durante el relato del nacimiento de Jesús (Lc 2:8-20). La presencia de Yahvé en medio de su pueblo y la consolación-liberación que le ofrece es motivo justificado de júbilo para el pueblo, es motivo de celebración y alegría (9). El poema del Libro de la Consolación implica una promesa de la salvación-liberación universal (10) que trasciende la historia: se concreta con el nacimiento de Jesús y se hace plena con su segunda venida en gloria. Esta salvación-liberación también se celebra con alegría en el Salmo 98. La carta a los hebreos (Hb 1:1-12) y el pasaje del Evangelio de hoy (Jn 1:1-14) confirman que Jesús es el Mesías: “el Unigénito”, “el herdero de todo”.

Lectura del Evangelio: Juan 1:1-14

Reflexión del Evangelio Juan 1:1-18 es el prólogo del Evangelio. El texto representa una discusión teológica bastante elaborada que busca unir la tradición antigua del pueblo judío con el acontecimiento nuevo de la venida de Jesús. Aunque el evangelista no menciona a Jesús, afirma su esencia divina (Palabra pre-existente) e histórica (Palabra que se hizo carne) y su presencia en medio de los suyos, quienes le rechazaron (como rechazaron a muchos profetas). Asimismo, hace el vínculo fundamental entre Juan el Bautista como el que prepara la llegada de la Palabra de Dios. Después de esta introducción teológica el evangelista presentará al Jesús histórico que con su vida, ministerio, muerte y resurrección confirmará que es el Ungido de Dios. El evangelista logra de esta forma explicar la naturaleza humana (histórica) y divina (eterna) de Jesucristo. Según la propuesta teológica del evangelista, en la actualidad podemos afirmar que con el nacimiento de Jesús se celebra la presencia de Dios en la historia y la promesa de la resurrección (vida eterna) para la humanidad, lo cual es un verdadero motivo para celebrar con alegría.


• ¿Nuestra forma de celebrar la navidad es realmente coherente con la celebración de la vida que nos ofrece el nacimiento de Jesús? ¿Estamos celebrando evangélicamente la liberación, el bienestar, la consolación, la misericordia, la

esperanza y la justicia que nos propone el Evangelio a través del nacimiento de Jesús?

• De qué forma nuestra celebración de la vida está alcanzando a otras personas para que superen sus tristezas, apatías y sufrimientos? ¿Está motivando nuestra celebración y alegría navideña a esas personas para que celebren la vida junto a nosotras/os?

Actividad para esta semana

A partir de esta navidad quiero que Jesús nazca cada día en mi corazón y en mi vida. Por eso voy a buscar en mi propia familia personas que me necesiten, las voy a escuchar, acompañar en sus alegrías, tristezas, sueños y sufrimientos, pero sobre todo voy a decirles lo mucho que les amo. Si logro hacer esto con mis propios seres queridos, tendré la seguridad que podré hacerlo con aquellas personas a las que no conozco pero que me necesitan.


comunitaria y oremos especialmente por el nacimiento de Jesús en nuestras vidas.

Todas las voces: Oh Dios, muchas gracias por darnos la oportunidad de celebrar y rememorar cada año el nacimiento de tu único Hijo Jesucristo. Permite que este júbilo que hoy sentimos se mantenga constante y fiel. Asimismo, permite que nuestra alegría navideña contagie a otras personas, especialmente a aquellas que viven desamparadas, solas, tristes y agobiadas. Por tu Hijo Jesucristo, quien vive y reina contigo y en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Una voz: Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres y nuestras madres por medio de sus profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo Jesucristo, a quien recibimos con gozo y alegría.

Grupo: Gracias Dios, por el regalo de tu Hijo

. Amén.

Equipo de CEDEPCA

Judith Castañeda Coordinadora General

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Karla Ann Koll Decana Académica Interina Formación Bíblico-Teológica

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Emerson Morales Coordinador Encuentros Interculturales

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Delia Leal Coordinadora Regional Pastoral de las Mujeres

[email protected]

Luis Sarpec Prevención y Atención de Desastres

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Antonieta de Morales Administradora

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Centro Evangélico de Estudios Pastorales en Centro América 8ª ave 7-57, zona 2 Ciudad de Guatemala

Teléfono: (502) 2254-1093 Apartado Postal 2834 01901 Guatemala, Guatemala. E-mail: [email protected]

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