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128 NO. 29. OCTUBRE 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA * Se presentan aquí los resultados parciales de la investigación “Jóvenes, partici- pación política y formación democrática”, desarrollada en Bogotá por el IESCO de la Universidad Central, con la cofinanciación de Colciencias. El equipo de investigación está integrado por Humberto Cubides (investigador principal), Patricia Guerrero y José A. Salinas (coinvestigadores) y Catherine Peña, Yenny Vargas, Mónica Vargas, Arley Daza y Francy Moncada (auxiliares). Un estudio paralelo se realiza en Medellín con el concurso de un grupo de investigadores pertenecientes al Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. ** Coordinador de la línea de Comunicación-Educación y docente-investiga- dor del IESCO - Universidad Central. E-mail: [email protected] *** Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Español como segunda lengua de la Universidad de León - Funiber (España). Investigadora de la línea de Comunicación-Educación del IESCO - Universidad Central. E-mail: [email protected] ORIGINAL RECIBIDO: 08-IX-2008 – ACEPTADO: 15-X-2008 Reflexividad en la investigación cualitativa: narrar, visualizar y dialogar * Humberto Cubides C.** y Patricia Guerrero R.*** El artículo analiza dos talleres reflexivos desarrollados con grupos de jóvenes de la ciudad de Bogotá vinculados a un estudio sobre participación política: en el primero se produjeron relatos biográficos sobre las dinámicas de integración de cada miembro a su colectivo y el segundo versó sobre procesos de expresión y comunicación de los grupos, cuyo punto de partida fue la presentación de un video realizado por el equipo de investigación. El análisis presenta, simultáneamente, las contingencias de la reflexividad en investigados e investigadores. Al final se introducen elementos para la discusión sobre las relaciones entre los aspectos abordados, y el significado de esta propuesta para la investigación cualitativa de corte reflexivo. Palabras clave: investigación cualitativa, reflexividad, expresión, comunicación, reconocimiento, diálogo, producción audiovisual. O artigo analisa duas oficinas reflexivas desenvolvidas com grupos de jovens da cidade de Bogotá vinculados a um estudo sobre participação política: na primeira produziram-se relatos biográficos sobre as dinâmicas de integração de cada membro a seu coletivo e a segunda é sobre os processos de expressão e comunicação dos grupos, cujo ponto de partida foi a apresentação de um vídeo realizado pela equipe da pesquisa. A análise apresenta, simultaneamente, as contingências da refletividade em pesquisado e pesquisadores. Afinal introduzem-se elementos para a discussão sobre as relaciones entre os aspectos abordados, e o significado de esta proposta para a pesquisa qualitativa de corte reflexivo. Palavras-chaves: pesquisa qualitativa, refletividade, expressão, comunicação, reconhecimento, diálogo, produção audiovisual. The article analyzes two reflexive workshops developed with youth groups from Bogotá, linked to a study about political participation. The first workshop was developed around the biographical narratives regarding the integration process of the youngsters to their group. The second one dialed with the group processes of expression and communication, starting from the screening of a video recorded by the research team. Simultaneously, the analysis shows the contingency of reflexivity in the target group and in the researchers. Finally, some aspects to debate the relationship between the tackled issues and the significance of this proposal to the reflexive qualitative research were introduced. Keywords: qualitative investigation, reflexivity, expression, communication, recognition, dialogue, audiovisual. [email protected] PÁGS.: 128-141

Reflexividad en la investigación cualitativa - Inicionomadas.ucentral.edu.co/.../29_9CG_Reflexibilidadenlainvestigacion.pdf · investigación cualitativa: ... en una doble operación

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128 NO. 29. OCTUBRE 2008. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

* Se presentan aquí los resultados parciales de la investigación “Jóvenes, partici-pación política y formación democrática”, desarrollada en Bogotá por el IESCOde la Universidad Central, con la cofinanciación de Colciencias. El equipo deinvestigación está integrado por Humberto Cubides (investigador principal),Patricia Guerrero y José A. Salinas (coinvestigadores) y Catherine Peña, YennyVargas, Mónica Vargas, Arley Daza y Francy Moncada (auxiliares). Un estudioparalelo se realiza en Medellín con el concurso de un grupo de investigadorespertenecientes al Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia.

** Coordinador de la línea de Comunicación-Educación y docente-investiga-dor del IESCO - Universidad Central. E-mail: [email protected]

*** Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Español comosegunda lengua de la Universidad de León - Funiber (España). Investigadora dela línea de Comunicación-Educación del IESCO - Universidad Central. E-mail:[email protected]

ORIGINAL RECIBIDO: 08-IX-2008 – ACEPTADO: 15-X-2008

Reflexividad en lainvestigación cualitativa:

narrar, visualizar y dialogar*

Humberto Cubides C.** y Patricia Guerrero R.***

El artículo analiza dos talleres reflexivos desarrollados con grupos de jóvenes de la ciudad de Bogotá vinculados a unestudio sobre participación política: en el primero se produjeron relatos biográficos sobre las dinámicas de integración de cadamiembro a su colectivo y el segundo versó sobre procesos de expresión y comunicación de los grupos, cuyo punto de partida fuela presentación de un video realizado por el equipo de investigación. El análisis presenta, simultáneamente, las contingencias dela reflexividad en investigados e investigadores. Al final se introducen elementos para la discusión sobre las relaciones entre losaspectos abordados, y el significado de esta propuesta para la investigación cualitativa de corte reflexivo.

Palabras clave: investigación cualitativa, reflexividad, expresión, comunicación, reconocimiento, diálogo, producción audiovisual.

O artigo analisa duas oficinas reflexivas desenvolvidas com grupos de jovens da cidade de Bogotá vinculados a umestudo sobre participação política: na primeira produziram-se relatos biográficos sobre as dinâmicas de integração de cadamembro a seu coletivo e a segunda é sobre os processos de expressão e comunicação dos grupos, cujo ponto de partida foia apresentação de um vídeo realizado pela equipe da pesquisa. A análise apresenta, simultaneamente, as contingências darefletividade em pesquisado e pesquisadores. Afinal introduzem-se elementos para a discussão sobre as relaciones entre osaspectos abordados, e o significado de esta proposta para a pesquisa qualitativa de corte reflexivo.

Palavras-chaves: pesquisa qualitativa, refletividade, expressão, comunicação, reconhecimento, diálogo, produção audiovisual.

The article analyzes two reflexive workshops developed with youth groups from Bogotá, linked to a study aboutpolitical participation. The first workshop was developed around the biographical narratives regarding the integrationprocess of the youngsters to their group. The second one dialed with the group processes of expression and communication,starting from the screening of a video recorded by the research team. Simultaneously, the analysis shows the contingency ofreflexivity in the target group and in the researchers. Finally, some aspects to debate the relationship between the tackledissues and the significance of this proposal to the reflexive qualitative research were introduced.

Keywords: qualitative investigation, reflexivity, expression, communication, recognition, dialogue, audiovisual.

[email protected] • PÁGS.: 128-141

129N Ó M A D A SCUBIDES C., H. Y GUERRERO R., P.: REFLEXIVIDAD EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA: NARRAR, VISU ALIZAR Y DIALOG AR

Introducción

Este texto presenta una parte dela construcción analítica con la cualse realiza la investigación en la queparticipan un conjunto de agrupa-ciones de jóvenes que despliegansus modos de relación y de actuaren la ciudad de Bogotá,generando distintas pro-puestas (estéticas, ético-ecológicas y comunitarias)parcialmente distantes delcontrol del Estado, de lasinstituciones y de los parti-dos políticos1 . Dicha cons-trucción apeló a una seriede operaciones mediantelas cuales el equipo deinvestigación buscó esta-blecer vínculos con talesgrupos en donde la sensi-bilidad y la intuición se in-tegraran al necesario rigormetodológico2 .

En primer lugar se rea-lizó un ejercicio destinadoa producir relatos biográ-ficos de las dinámicas deintegración de cada jovena su colectivo, el cual par-tió del supuesto de que elpoder-narrar está sometidoa las mismas condicionesde la acción, cuya estruc-tura en trama constituye lamímesis, es decir, combinaal tiempo personajes y aconteci-mientos (Ricoeur, 2006: 316)3 . Losresultados de este ejercicio se des-plegaron en cinco líneas de senti-do obtenidas mediante una lecturapragmática4 de las memorias de ladiscusión y de los escritos genera-dos por los jóvenes en el mismo ta-ller, en una doble operación dereconstrucción de la historia y laexperiencia en los investigados y de

reconocimiento en las mismas porparte de los investigadores, referi-das ambas a las figuras del recuer-do, del presente y del porvenir. Laprimera de ellas, estuvo relaciona-da con el recuerdo sobre el origende la vinculación o surgimiento delgrupo. Esta comprensión de la gé-

nesis del colectivo evidentementeno se separó de lo que éste signifi-ca para los sujetos; aparecieron en-tonces ideas que tendían a referirseal presente de la actuación. Unidoa lo anterior, emergieron respues-tas referidas al devenir de la accióncolectiva, es decir, lo que ella pro-duce. La acción de los colectivosse encontró también ligada a un es-fuerzo por crear otros principios

valorativos que la encauzaran conmiras a distanciarse de la modeli-zación capitalista o institucional,así ocasionalmente adquirierandenotaciones convencionales. Fi-nalmente, las vías de reconoci-miento de los integrantes de loscolectivos transitaron hasta perca-

tarse de las modalidadesde articulación y de las re-des construidas en la ac-ción conjunta.

El reconocimiento delas prácticas por parte delos mismos jóvenes que lasdesarrollan, mostró que eltiempo puede dejar de serpadecido por los sujetos, y,más bien, aflora como unadimensión en la cual losrecuerdos y los sueños re-sultan efectuables. Allí, elnarrar tomó el lugar centralde la acción investigativa,pero se complementó, comoera presumible, con un pro-cedimiento dialógico.

La segunda operaciónmetodológica tuvo que vercon la realización de un ta-ller sobre procesos de ex-presión y comunicación delos grupos estudiados, as-pectos que no están desli-gados del trabajo dereconocimiento. Su punto

de partida fue la presentación deun corto video que mostró la ma-nera en que el equipo de investi-gación se vio afectado por laactuación de cada colectivo, asícomo su comprensión inicial de ta-les procesos. El desarrollo del tallerse sustentó en un diálogo estableci-do entre dos agrupaciones similares,mediado por los investigadores a tra-vés de comentarios o preguntas re-

El Tiempo 1931. Tomado del libro Siglo XX a través de El Tiempo (1999).

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nera separada en la segunda partede este artículo.

No obstante, podemos decirque la preocupación central deeste ensayo está conformada por elproblema de la reflexividad en lainvestigación. Debido a esto, altiempo que damos cuenta de lostemas de reconocimiento, expre-sión y comunicación, exponemoslas contingencias reflexivas delestudio, implicándonos directa-mente como investigadores. En tér-minos generales, la reflexividadconsiste en el conocimiento quetengamos de la capacidad de com-prensión acerca de nuestro modode ser singular y de la forma enque este se expresa. Ahora bien,si aceptamos la existencia de dis-tintos niveles de conocimiento enrelación con los planos de la indi-vidualidad (Spinoza, 2005), asícomo la presencia de distintos gra-dos de aprendizaje (Bateson, 1998),existirían dos niveles auténticos dereflexividad: primero, conocimien-to acerca de las causas, es decir,de las relaciones en las que se veinvolucrado el individuo, de sumodo de afectarse, y en otro sen-tido, de su capacidad de conoci-miento; y, segundo, conocimientode la esencia o del modo de ser sin-gular, es decir, de los grados depotencia que expresan esas rela-ciones, al cual correspondería elconocimiento del contexto quepermite al individuo ajustar suconducta, para definir los propósi-tos de su acción sobre el mundo.De acuerdo con lo anterior, a lolargo del texto aludiremos a estosdos planos de la reflexividad, mien-tras que en el apartado de conclu-siones intentaremos relacionarsintéticamente los procedimientosnarrativos, dialógicos y de visuali-

lacionadas con las particularidadesde los grupos plasmadas en el vi-deo, en el diálogo se contrastó eldecir sobre aquellos con el decirsobre sí mismos.

En la dimensión dialógica en-tre grupos, se trataba de que cadauno de ellos produjera una imagenglobal del modo de ser del otro yde la impresión que había dejadoen quienes los habíamos estadoacompañando durante algunosmeses, proceso que entendimoscomo la conformación de una es-tructura en permanente flujo ycambio, en tanto portadora de sin-gularidades y de rasgos de expre-sión; igualmente, que interrogaralas formas de relación y el sentidode las acciones del grupo par y res-pondiera a las inquietudes deaquel, de modo que resultaran máscomprensibles para todos.

Vale aclarar que para el análi-sis hacemos una separación untanto artificial frente a la particu-laridad de lo expresivo y lo comu-nicativo; en consecuencia, lasdefiniciones asumidas distinguentambién entre uno y otro fenóme-no. En cuanto a la expresión, deacuerdo con Spinoza (2005), en-tendemos que cada sujeto, indivi-dual o colectivo, tiene una formade vibrar, un manera de ser afec-tado y unas relaciones que lo ca-racterizan. En lo que hace y diceexpresa su modo de ser singular.De otra parte, siguiendo la inter-pretación que Capra (2002) hacede Bateson, la comunicación se re-fiere a los procesos de coordinaciónde las acciones de un organismoque conllevan ajustes o cambiostanto en su conducta, como en lade otros. Los resultados de nues-tro análisis son expuestos de ma-

zación con las dinámicas de expre-sión, comunicación y reflexividad.

Los talleres deexpresión ycomunicación

Un ejercicio se enfocó en otrosdos aspectos centrales relacionadoscon la idea de reconocimiento: losmodos de expresión y los procesos derelación intersubjetiva o de comuni-cación. El taller, visto como un re-curso para confrontar unas primerasdescripciones forjadas a través deltrabajo de campo, se diseñó comoun escenario de reconstrucción en-tre investigadores y grupos, deretoma de fragmentos personificadosde los grupos –en su mayoría con fo-tografías de sus propios actos y even-tos–, con base en la elaboración deun video que condensaba los reper-torios expresivos y comunicativosmás sobresalientes de cada experien-cia grupal5 .

No se trataba de que los sujetosfueran “descubiertos” por otros –losinvestigadores–, quienes, por otraparte, tampoco se descubrirían antelos sujetos investigados. Por el con-trario, las organizaciones “volvierona ver”, gracias a la observación par-ticipante de cada auxiliar, diversosmomentos de la experiencia narra-dos en libretos e imágenes, que bus-caban comunicar el sensorium y lacoordinación de acciones de los gru-pos juveniles.

El dispositivo de visualizaciónse construyó con material produci-do por los mismos grupos y/o por unobservador participante del equipodurante diversos momentos delacompañamiento en campo. Unpoco tomados por sorpresa al verse

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captados por otro, y a la vez, cons-tatando la resonancia con la ex-presividad de sus acciones, lascoordinaciones y comunicacionesentre sus miembros y entre el con-torno de grupo y su entorno lejano,el taller convocó a organizacionesafines a un diálogo que les permi-tiera entrar en el campo de percep-ción del otro, para que a través delcuerpo vibrátil –de lo que se escapaz de percibir más allá de lo di-cho–,como de sus herramientasreflexivas, cada grupo cooperara enel proceso de descubriry generar la comprensiónsensible. A su vez, quie-nes ejercían la escuchapor parte del grupo inves-tigador promovieron unre-acceso a la experien-cia, una reorganizaciónde la misma, para contri-buir en ocasiones en lasque el grupo realizótomas de contexto sobrelas situaciones expresivasy comunicativas, me-diante preguntas quebuscaban que los inter-locutores se plantearan:“¿Esos somos? ¿El video da cuenta denuestra particularidad? ¿Hay algo delo que no se tiene aún conciencia?”O, igualmente, les fuera posible ex-plorar otros conjuntos de alternati-vas sobre las cuales mostrarse “comolo que son”.

Expresión yreflexividad

En coherencia con la definiciónde expresión mencionada en el pri-mer apartado, asumimos que los atri-butos o cualidades de un sujeto seexplican por su modo de ser; la com-prensión que se alcance de ambos

elementos, dará cuenta en cada mo-mento de la relación característica,de las afecciones y de la singulari-dad del individuo.

Ahora bien, puesto que la singu-laridad no es una esencia inmutable(una substancia idéntica), la confi-guración que tome depende de queun agenciamiento de enunciación laproduzca o no; en consecuencia, sehace necesario identificar los proce-sos reales de subjetivación. Siguien-do esta perspectiva, puede afirmarse

que de manera contemporánea laexpresión de una singularidad estárelacionada con alternativas quese desprenden de la subjetividadcapitalística, cuando se es capaz deproliferar nuevos procesos (secuen-cias de hechos o de acciones). Sueleestar asociada con flujos materiales ysemióticos que engendran transfor-maciones reales y producen nuevosagenciamientos. Estos modos desubjetivación singulares se auto-modelan, es decir, operan su propiotrabajo de semiotización y de inci-dencia en el nivel de relaciones defuerza local, como en el hacer y des-hacer de alianzas (Rolnik y Guatttari,2006: 61)6 .

Teniendo en cuenta lo anterior,luego de la visualización correspon-diente nos propusimos componer pro-cesos dialógicos con los grupos dejóvenes estudiados, de tal maneraque se produjera la expresión de susingularidad y diferencia en encuen-tros en los que se congregaran gru-pos afines que pudieran indagar lasposibilidades de sus actuaciones7 . Eneste proceder, valoramos la hipóte-sis de Spinoza sobre el caráctertransitivo del afecto, es decir, el he-cho de que es imposible represen-

tarse la afección deun ser semejante sinsentir nosotros mis-mos esa afección8 .

La expresiónmediada por lacreación artística

En ambos casos,las producciones deestos grupos recono-cen poseer un len-guaje particular, másdirigido a quienescomparten su culturaque hacia el público

en general. Si bien aceptan que estaes una manera de buscar reconoci-miento, consideran que su expresiónno está orientada contra ningunaclase de opresor, y, más bien, inten-ta ser fiel a su propia sensibilidad9 .En un ejemplo, dibujar el nombreacudiendo a ciertos códigos estilís-ticos es una especie de protecciónante la sociedad, a la cual se le de-jan los elementos estéticos de la pin-tura sobre los muros de la ciudad;en el otro, se busca “contagiar” asujetos específicos que escuchanuna canción y logran capturar sumensaje, y a través de él, compartirexperiencias vividas por quienes lasescenifican 10 . En ello consiste el

Entrega de Guadalupe Salcedo: oficial y periodista anónimos, general Alfredo Duarte, Salcedo,reporteros Guillermo Sánchez, Guillermo Karty y Carlos Caicedo, 1953.

Salcedo fue asesinado en 1957. Museo Nacional de Colombia.

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estilo: mostrar la fuerza propia en eltono de voz, los movimientos, el flow,el ritmo, etc.

Parte de esa fuerza parece estarasociada con el tinte de ilegalidad dedonde provienen los dos tipos de ma-nifestación a los que hacemosreferencia. A pesar de su difu-sión, el rap conserva algo demarginalidad, de discrimina-ción y persecución que losverdaderos escritores de can-ciones saben traducir en mayorcalidad. De la misma manera,el encanto del “bombardeo” através del tag (el sobrenombreadoptado) se debe a que pre-serva la antigua ilegalidad delgrafiti, esto le da un especialsentido a su creador en el mo-mento de hacerlo.

No obstante, ambas ten-dencias padecen cierta fas-cinación miedosa por laaceptación del gran público.Dibujar el propio nombre, in-comprensible para la mayo-ría, se siente como un actode puro egocentrismo que in-tenta ser compensado por loque se supone es el don en-tregado a la ciudad: el aspec-to pictórico del grafiti, laexpresividad del color, laexaltación de la forma, su tex-tura11 . De manera similar,nuestros raperos buscan lla-mar la atención de grandesaudiencias: “sonar” para mu-cha gente, pero mantenien-do su autenticidad. Aquísurge la inquietud sobre elriesgo que implica asumir una acti-tud políticamente correcta, es decir,valerse del potencial comunicativode sus producciones para lograr ma-yor reconocimiento12 .

Lo que sí resulta evidente es lanecesidad de apartarse de la cap-tación de que adolecen estas ex-presiones cuando las iniciativasinstitucionales, la publicidad o elmercantilismo intentan apropiárse-las. El programa Muros Libres y el

festival “Rock al parque”, entreotras propuestas de la Alcaldía enBogotá; las campañas de gaseosas,cigarrillos u otros productos de con-sumo masivo; y la multiplicación de

medios de difusión de estas corrien-tes, se entienden como pretensionespara conducir sus realizaciones ha-cia determinados fines, volverlas fá-cilmente comprensibles o hacerlasrentables. Todo lo cual, según suscreadores, hace que se extravíe su

esencia, se agote su sensibili-dad y pierdan parte de su po-tencial de inventiva13 .

Otra clase de escollo, delque no está exento el gruporesponsable de la investiga-ción, es el que tiene que vercon la producción académica.Emerge cuando, amparadosen clasificaciones o tipifica-ciones hechas a priori, los es-tudios no dan cuenta de lopropio de estas manifestacio-nes, no logran descifrar su“código”, o mejor, no alcan-zan a comprender la vibraciónpresente en estas prácticas ycómo afectan los contextos enlos cuales se inscriben.

La expresión ético-ecológica

El diálogo entre las dosagrupaciones pertenecientesal ámbito de la lucha ecoló-gica llevó a cada una a con-clusiones particulares. En elprimer caso se reiteró el sen-tido que tiene encontrarse así mismo desde el corazón y elsentimiento, ligando a ello elpensamiento y la valoracióndel territorio; se trata de unproceso de resignificaciónque implica primero desnudar-

se espiritualmente para sentir la tie-rra, sin lo cual es imposible apreciarla importancia de su recuperación yreconstrucción14 . Unido a ello, pro-piciar un conocimiento más escla-

El antropólogo Gerardo Reichel - Dolmatoff en la Sierra Nevada de SantaMarta con dos indios Kogi. Foto: Alicia Dussán.

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recido implica también respetar lascostumbres de origen, comprenderel significado de armonizar los dis-tintos elementos naturales, rescatarla riqueza e integridad del lenguajeancestral desvirtuado por el trascursode los distintos sometimientos y re-novar el alcance de modos de rela-ción, que a partir del respeto a losantepasados, a los mayores y a lasmujeres crean vínculos de afecto ygeneran mayor fuerza al actuar. Loanterior explica por qué la represen-tación de este grupo producida através de un video, a pesar de queinsistió en el “tacto histórico” conque vincula pasado y vida actual, noatrajo del todo a sus miembros: susprácticas están basadas en unaintegración afectiva y corporal,mediante rituales que afectan prin-cipalmente la memoria15 . Desde allí,se avala la importancia de vinculara los más jóvenes en las tareas derecuperación del territorio local y deampliar el impacto de la acción con-junta con aquellos colectivos quecomparten visiones parecidas, siem-pre y cuando no se incurra en con-cesiones ni se pierda autonomía.

Desde el otro lugar, se insiste eninvolucrar en la labor la parte éticay personal, con miras a hacer con-ciencia sobre el origen y destino delo humano, desechando las “malascostumbres” que han llevado a losjóvenes a caer en un vano consu-mismo. Pero no se trata de un intentode búsqueda por el reconocimientopropio, sino de aunar distintas ca-pacidades y conocimientos para ac-tuar conjuntamente en aras de unaeducación dirigida individualmen-te para comprender el significadodel “veganismo”: la igualdad entre“animales humanos y no humanos”,el abolicionismo, el antisexismo,entre otros aspectos. Un conoci-

miento que comienza por sensibili-zar desde la arenga y el perfomancecallejero, en una búsqueda constan-te por llamar la atención sobre unaproblemática compleja, pero que nose queda allí16 . Entonces acude alconvencimiento personal, a la expli-cación sobre el uso despiadado delos recursos y a la promoción delcambio de algunas costumbres a tra-vés del cuestionamiento y de la de-mostración mediante el ejemplopropio. Se trata de quebrar memo-rias instaladas en el pensamiento,pero también en los hábitos y en loscuerpos. En consonancia con esto,el video de presentación usado parael taller, pareció a los participantesde este grupo muy “puntual”, puesno registró otras acciones ya men-cionadas. Su potencia expresiva serelaciona más con crear inquietudessobre las costumbres y tipos de edu-cación convencional que en reali-zar manifestaciones callejeras, asíestas sean espectaculares.

Diversas formas de expresión delvínculo comunitario

Resumimos aquí distintas moda-lidades de manifestación de lo sin-gular que configuran formas tambiéndiferentes de integración con comu-nidades locales. Si bien algunas deellas acuden más explícitamente aluso de recursos expresivos para plan-tear demandas y reivindicaciones(títeres, zanqueros, payasos, lanza-fuegos, etc.), en su gran mayoríacentran su acción en propuestaseducativas que, igualmente, se di-rigen al desarrollo de competenciasasociadas con lo expresivo (danza,artes manuales, música, literatura,periodismo, taekuondo, dibujo y pin-tura, entre otros). El taller buscóentonces entender conjuntamentela perspectiva, los límites y poten-

cialidades con que se hace uso deestos medios en la acción cotidianade cada agrupación.

Un primer ejemplo resalta cómoel valor de las presentaciones queellos realizan se empeña en darmuestra de posiciones políticas cuyofin está orientado al servicio de lacomunidad. Por tanto, la políticaresulta ser un contenido que requie-re múltiples formas de trasmisión ydifusión; al mismo tiempo, se entien-de como habilidad para estableceralianzas, desarrollar estrategias yaprovechar oportunidades. Quizáspor eso no resulta inadecuado jun-tarse con instituciones que facilitanla gestión: se intenta hacer viableaquello que parece convenir a lospropósitos del grupo17 . Igualmente,dado que la formación de líderes seasume como uno de los propósitos,se aceptan las propuestas mediantelas cuales algunos miembros, conmayor ascendencia y experiencia,buscan consolidar esta actitud enaras de hacer perdurar el grupo. Noobstante, ello no contraviene el en-tusiasmo y dinamismo con el que losmás chicos despliegan sus habilida-des creativas18 .

Desde otra visión, se apuesta porel poder de cambio de la gente; de-bido a ello, se gestionan espaciospara la acción conjunta dentro dela propia comunidad, sin que ellodesdiga del poder educativo decampañas como las de reciclaje y elautosostenimiento, para las cuales seacude a la dramatización con títeresy a la construcción de un dispositi-vo-modelo destinado a la recolec-ción de desechos. Lo anteriorexplica por qué la presentación queel equipo de investigadores realizóde esta agrupación, se consideró porsus representantes “muy general”, no

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mostró otros espacios de su trabajo:las campañas de reciclaje, los gru-pos de estudio, la labor educativacon los “Genesitos”, etc. Al parecer,el video no captó con suficiencia susdimensiones expresivas singulares.De otra parte, la necesidad de ofre-cer a cada integrante del colectivoun espacio de vinculación genera unriesgo de dispersión que se asumeinevitable. Puesto que la política escomprendida por el grupo como pug-na y disentimiento, se proyecta untipo de liderazgo que no acude a laimposición sino a la toma de deci-siones por consenso; de este mane-ra, se tramitan diversas propuestasque son abanderadas por quienes en-cuentran allí la forma de desplegarsu gusto y pasión19 .

Probablemente, la potencia re-flexiva del ejercicio de análisis delos procesos de expresión, quedó unpoco más patente en otro de los co-lectivos comunitarios con el cual eldiálogo fluyó hasta instaurar unadiscusión en la que cada quien sesintió comprometido al examen desus relaciones con el colectivo deacuerdo con las disposiciones pues-tas en juego a través de la prácticacotidiana dentro del mismo. Allí seidentificaron tanto la falta de con-fianza en las posibilidades de creci-miento y cualificación individual enel grupo, como la disonancia dequien no se atiene a la sensibilidadde este último, y al intentar impo-ner su fuerza, afecta el exterior demodo distinto al habitual. Entoncesse produce una especie de vacío yextrañamiento que resuena en am-bos sentidos: hacia adentro, se las-timan los sólidos lazos de amistad yel mutuo apoyo; hacia fuera, se de-bilita la capacidad de solidaridad yde concertación con otros distintos.Debido a que la política se concibe

construida desde el hacer, aunqueligada a valores compartidos, el ejer-cicio de reflexión provocado rompelas dinámicas usuales y lleva alcuestionamiento sobre la validez deacuerdos tácitos respecto de temascruciales. En esa perspectiva, a pe-sar de que la presentación a travésdel video del colectivo Thimos seconsideró un buen aporte por partedel equipo investigador, se hizo no-tar por algunos de sus integrantesque no abordó los problemas y debi-lidades del grupo. Por último, si loque se puso en debate hace partede un compromiso vital de cadamiembro del grupo, quedó la inquie-tud de por qué no abordarlo en for-ma directa20 .

Bien distintas son las prácticasreflexivas de quienes se juntan al-rededor de la producción de unmedio de comunicación. La discu-sión no solamente es la materia pri-ma del quehacer conjunto, sino quepara la mayoría se constituye en elverdadero sentido de su reunión.Por ello, pretender que a través deun ejercicio reflexivo se aportenmeras indicaciones para mejorar elmedio es una empresa limitada; elanálisis transitó por el carácter mis-mo de las relaciones entre sus in-tegrantes, que, paradójicamente,ha llevado a que con el tiempo setorne homogéneo aquello que enprincipio era diverso: por algúnmotivo la práctica de años ha pro-vocado eliminar contradicciones,acercar posiciones y atenuar el sen-tido crítico21 ¿Cómo rescatar taldiversidad? Como solución se pro-puso introducir una medida de in-tervención externa: ampliar elcolectivo con el fin de rescatar ma-tices, incluir otras perspectivas e,incluso, otras competencias. Pre-guntamos, ¿qué haría que lo que ha

llevado a constituir un modo derelación característico se altere porla inclusión de fuerzas disonantes?Quizás lo más importante de la dis-cusión fue el conjunto de aprecia-ciones dirigidas a lograr que elgrupo extendiera al máximo suspotencialidades hacia otras accio-nes ya proyectadas pero no efectua-das aún en su comunidad local.

Finalmente, a un colectivo cuyalabor se enfoca, primordialmente, engenerar cambios en los sujetos conlos que se relaciona (específica-mente en el descubrimiento de suscapacidades, en el cuestionamientode sus condiciones de vida, en latransformación de sus relacioneshabituales, etc.), le pareció muy li-mitado que se le presentara a travésde las expresiones de sus integran-tes y no en las de aquellos con loscuales trabaja22 . Si bien conjunta-mente, y mediando las distintas pers-pectivas, puede elaborarse undiscurso consistente, en este casosobre el significado de la educaciónpopular, la comprensión cabal de susprácticas sólo puede darse median-te la indagación acerca de lo queaporta cada actividad individual-mente, esto es, cómo afecta su vida.Esto incluye, por supuesto, dar cuen-ta de la transformación de losresponsables de la formación: su“realización profesional”, la reela-boración de sus saberes y cómo searticula lo educativo con las otrasdimensiones de su cotidianidad,entre otros aspectos. No obstante,desde la perspectiva de la gestión derecursos y de las relaciones institu-cionales se aprecia la importancia demostrarse integralmente a otros me-diante un dispositivo comunicativo;para ello, el registro sistemático delas acciones, su evaluación perma-nente y, sobre todo, la capacidad de

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ofrecer sin artificios la sensibilidadpropia del grupo, fueron aspectosineludibles en el diálogo. Por estemotivo, el video de presentaciónpara el taller se recibió como uncuestionamiento a la falta de agen-cia del grupo para producir este tipode comunicaciones, pero, al mismotiempo, se sintió como una especiede impulso para realizar una elabo-ración propia.

Los procesos decomunicación

Partimos de la ideade que los grupos secomponen de relacionesen continua organiza-ción y disolución, cuyosmodos de comunicacióntienden permanente-mente a la autocorrec-ción. De manera que, sino responden a con-ductas codificadas o in-alterables, actúan enintercambio de posturas,acciones, enunciacionesy son afectados por to-dos los que entran en elmarco de su relación(Ruesch y Bateson, 1965). Peroigualmente el conjunto de inter-cambios de los grupos marca sumanera de puntuar los aconteci-mientos, que una vez incorporadostenderán a la repetición o al cam-bio. Por tanto, en medio de estasdos dinámicas (estable y cambian-te), los colectivos formularon ocontestaron preguntas sobre las se-cuencias de sus relaciones comuni-cativas en las que están inmersassus acciones y sobre la inclusión oexclusión de intercambios y men-sajes en cada uno de los niveles osecuencias en las que participan.

A ello respondió el segundo ejer-cicio metodológico llevado a cabo,diseñado como un dispositivo reflexi-vo audiovisual y dialógico, en el quelos grupos tenían la posibilidad deexaminar la comunicación produci-da entre sus acciones y las de otroscomo respuesta a estas últimas, através de diferentes niveles comu-nicativos. Indudablemente esta ope-ración reflexiva buscaba el propósito

consciente de relacionar a los suje-tos con su ambiente para establecerdistintos planos de comunicaciónsegún el campo de visión: en el nivelintrapersonal o limitado a la perso-na misma; interpersonal u ocupadopor dos personas; grupal o constitui-do por varias personas; y, por últi-mo, el cultural conformado pormuchos grupos (Ruesch y Bateson,1965). Ahora bien, dado que todapersona o colectividad tiene sus pro-pios puntos de vista en lo que se re-fiere a la calificación de la situaciónsocial, a la percepción de otros, asícomo a la posición de cada partici-

pante, en los procesos de reflexi-vidad entra a jugar su propia posi-ción desde esos mismos niveles:productor, receptor o evaluador.

Tres interrogantes nos ayudarona desplegar tanto la visualizacióncomo el diálogo en los talleres deexpresión y comunicación. El prime-ro de ellos se relacionó con lo pro-pio de una comunicación intra e

interpersonal en las ex-periencias, que no pasapor los mecanismos deproducción redundan-te23 producidos en otrosniveles de la comuni-cación de carácter cul-tural abstracto. Nosreferimos a las comuni-caciones hechas bajo for-mas artísticas, como lamúsica y la danza, entreotras, y basadas funda-mentalmente en explo-raciones propias como elpercibir y producir ritmossonoros, o el dar forma aimágenes visuales, en lasque interviene tanto eluniverso de la cinética(la expresión de la mano,del cuerpo, etc.) como el

del paralenguaje (tonos de voz, en-tonación, entre otros).

En vista de que estas comunica-ciones se convierten en actos de pro-ducción de lo singular, operan, entreotras formas, como señales analógicasproductoras de valores de magnitudque se desean transmitir, como su-cede a partir de los indicios o mar-cas del grafiti que pinta el nombrede su “escritor”, o en los giros yacentos de la voz en el cantante derap ante el escenario. En la expe-riencia de quien las crea, el momen-to de su producción es fuertemente

Hernán Díaz: Alejandro Obregón, Enrique Grau, Fernando Botero, Armando Villegasy (adelante) Eduardo Ramírez Villamizar y Guillermo Wiedermann, Bogotá, 1960.

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intrapersonal en concordancia conla exploración personal en la que seapoyan.

En la experiencia de comunica-ción interpersonal de colectivos co-munitarios y éticos, que se transvasano no en lo grupal, se establece unacomunicación que incluye lasmicrodimensiones de señales de re-conocimiento, aprobación, admira-ción, o también de encuentrointencional. A través de estas seña-les se generan contrastes con otrassituaciones sociales abstractas talescomo los dispositivos educativos, fa-miliares y culturales, con los que, porcontraste, se generan compensacio-nes que dichos niveles interpersonaly grupal, no producen en estos otrosámbitos de mayor proliferación desubjetividad.

Muchas de estas dimensionescomunicativas se viven en formaintrapersonal o interpersonal, sin queel grupo actúe como instancia pro-ductora de una sola lógica de afec-tación, ni ofrezca a sus asociadosformas de comunicación con el ex-terior que abarquen otros niveles.No se descarta que, al mismo tiem-po, estas comunicaciones se crucencon otros niveles de lo intrapersonalgrupal y entren, entonces, en unaexistencia paradójica en la cual unapuede aparecer inserta en la otra24 .

¿De qué mecanismos se valenlos agrupamientos comunitarios querealizan el tránsito entre un todocolectivo y constelaciones ampliasde otros colectivos, e incluso, ha-cia una totalidad social mayor?¿Qué dispositivos permiten que es-tas situaciones se planteen simul-táneamente? ¿Con qué recursos seaborda este acople? Veamos enton-ces algunas de las reflexiones que

nos ha permitido esta experienciametodológica.

La Reflexividad que se agita enlo artístico

Los grupos de grafiti y de rap for-man parte de los colectivos másinvolucrados en producir una obracuya trama involucra códigos, seña-les y proposiciones intercambiadasentre estos y sus públicos, entre ellosy los grupos de identificación conti-guos, y entre los propios creadores,en un proceso reflexivo que haceconciente las reglas implícitas y ex-plícitas en dichos intercambios, enesas distintas redes. Las imágenescantadas o pintadas provienen desus propias agencias personales ycolectivas, y gracias a un examen yreexamen de los niveles con los queparticipan escritores y cantantes ur-banos, grafiteros y raperos, cazdos olinzo25 .

Estos actores de objetos cultu-rales se ponen en juego transva-lorando los valores en sus obras. Sonrealizadores de momentos de baldeosocial, mientras la sociedad parecie-ra dormir. Ellos consideran su acciónuna salida a lo incómodo de la orga-nización capitalista y, sin embargo,se desarrollan dentro de ella. Sóloentonces, quienes han sido motorafectivo y efectivo en estas creacio-nes son invitados a presenciarlas. Eltiempo de la exposición y el tiempode la obra como creación no coinci-den, aunque esta relación sea enocasiones simultánea, el hecho co-municativo se realiza al fin de untrayecto que ha tenido origen antesde “saltar a la vista” (Barthes,2001).

¿Cómo interviene esta proble-mática en la reflexividad entre ar-

tistas e investigadores? Provoca deprimera mano, la emoción estéticaque incita la obra representada enescenarios musicales y en losmurales de la ciudad. Como recep-tores vinculados con los creadores,establecemos atajos para volver a laproducción y hallar cortes acercade su origen y su fin, reduciendode esta forma algunas restriccionesque redes amplias de transmisiónde estos objetos culturales suelengenerar respecto de su novedad ysu sentido singular.

A partir de esta primera emoti-vidad acoplada, instauramos unarelación cognoscitiva. Aunque algu-nas de sus codificaciones estuvieranfuera de nuestro alcance, conside-ramos sus formas de codificación y susefectos sobre las diferentes redes: elgrafiti de escritura, el mensaje delrap; los niveles restringidos o amplia-dos de sentido del código pictóricoy sonoro; el equilibrio subjetivo in-transferible que brindan estas formasde comunicar; los gestos corporalesde su trazo y su desciframiento.

En el intercambio dialógico,los creadores puntualizan sus con-textos de comunicación: desde losniveles más íntimos de su crea-ción, pasando por el de la confron-tación con colectivos del grafiti ydel rap26 en los que la comunica-ción se define como una califica-ción de calidad alcanzada, hastasu pretensión de impactar a unpúblico global. A través del diálo-go comparten restricciones y dis-torsiones similares en los códigos ybuscan otros puntos de la red decomunicación donde el potencialdel grafiti y del rap comunique jus-tamente la intención de sus accio-nes a partir de los significados queya transitan en la sociedad27 .

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Reflexividad que toca el lazocomunitario

Cuando la acción transforma aquienes hacen juntos, se toca el lazocomunitario. Un lazo que muchasveces se origina allí donde la cohe-sión comunitaria viene perdiendofuerza y función. Entre todas las ac-ciones que provoca en respuesta estadistorsión, algunas retornan produ-ciendo efectos nuevos de firmeza,persistencia o tesón, a partir del can-je de capacidades ya aprendidas quese ofrecen como intercambio inter-subjetivo. Un intercambio con otrosdiferentes en edad, aficiones, des-trezas o talentos, con los cuales seda vuelta a la lógica de la pérdidadel recurso pero se gana en realiza-ción directa, sin mediación.

Así, y teniendo como soporte unacomunidad de amigos, parejas o pa-rientes, esta fuerza organizada seprolonga hacia otras: niños, jóvenesy/o familias con los cuales de nuevose activa la vida social: conocer co-lectivamente, aprender en conjun-to un arte, formarse como personassociales.

En este llegar a otros a través delnosotros, la comunicación se estable-ce entre los propios miembros, entreestos y las redes y comunidades, conflujos entrecortados. Generalmenteel paso de uno a otro nivel es com-plejo: el encuentro con lo social sedesvanece cuando la intensidad delencuentro grupal se retrotrae a lasformas de vida social segregada. Enotros casos, las exigencias de inter-comunicación de las redes debilitanla intensidad de los lazos interper-sonales en los grupos. Y a su vez,otras dinámicas donde muchas per-sonas y grupos están interconec-tadas, en ocasiones no se consideran

como puntos de la red con capaci-dad para modificar la circularidaden el espacio-tiempo de sus funcio-nes especializadas.

Al volver sobre estas restriccio-nes, los investigadores preguntanpor su relación con estos contextosy secuencias y por las posibilidadesde un movimiento simultáneo en-tre las varias instancias. Algunasconfiguraciones interesantes mues-tran reestructuración en las líneasy pautas de relación de su ejerciciocomunicativo28 .

Con respecto a la capacidaddialógica, estos colectivos movilizaninterrogantes sobre las rupturas dela comunicación de los colectivospresentes con otros grupos29 y sobresu manera de codificar las diferen-cias de su visión de mundo30 .

Reflexividad pulsada a través deuna ética

Cuando lo que se pone en jue-go es una ética, el proceso reflexi-vo es un constante verse a travésde todo lo que se hace y lo que sedice. Siendo así, la reflexividad noparece requerir otro mediador, másallá del sujeto que se interroga através de un conjunto de generali-zaciones sobre los actos propios y losde los otros. Sucede como parte delflujo del devenir vital de una agru-pación, y de su necesidad de gene-rar indagación permanente comovía de construcción de consisten-cia personal y social. En este caso,la fuerza de este cuestionamientoestá centrada en el daño hacia otroanimal, humano o no humano, conaguda observación de las direccio-nes de vida humana y social dondeel daño se oculta y se reproducepor automatismo social.

El cúmulo de aspectos vitalesexplorados por estos colectivos,abarca dimensiones más allá delespacio y del tiempo. Así, algunosvuelven atrás, hacia las culturasmateriales del pasado, pues consi-deran estas tradiciones “mensajesde muchos hacia muchos temporal-mente ligados” (Ruesch y Bateson,1965: 229); en consecuencia, ac-túan como grupos especializados enla recepción e interpretación demensajes lejanos, interconectandode esta manera a muchos grupos ya miembros más jóvenes en relacióncon quienes dieron origen históri-co a dichos mensajes31 .

En otra dirección, los colectivoséticos difunden entre gente del co-mún –usualmente transeúntes o pú-blico de un lugar o institución–opiniones morales sobre costumbrestransmitidas por el contacto inter-personal, generalmente implícito enla acción, que usualmente requie-ren de un mediador que interpretey revele su origen o sus formas detransmisión. Así aspiran a reestruc-turar la percepción de muchos, y adejar impresión sobre sus respuestasya aprendidas frente al daño y sobrecómo estas se transforman median-te otras elecciones32 .

Bien a través de la escenificacióndel daño mediante actos de reflexi-vidad provocados por visualizaciónen performance, o bien a través deimágenes y palabras construidas dememoria, identidad y territorio, es-tando allí, en forma directa e inten-cional, y no representativa, seestablecen como pequeños circuitosde personalización de comunicacio-nes más amplias.

La exploración entre los colec-tivos éticos y los investigadores ad-

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mite preguntas no tanto acerca dela relación entre los miembros delcolectivo y sus estilos de vida perso-nales, sino en torno a las relacionescomunicativas creadas por su inter-acción, acerca de su capacidad paraconocer las redes a escalas ampliascon las cuales se involucran, y sobrecómo movilizar los recursos entreéstas y el nivel del colectivo. Comose trata de grupos que producen,transmiten y evalúan por autoco-rrección, la acción colectiva usual-mente libera información imposiblede obtener antes de que la acciónse realice33 .

Otra interesante pregunta secentró en indagar si su papel en lareducción de la distancia entre re-des amplias y redes interpersonaleso intrapersonales no se pierde en lacomunicación estereotipada conotros grupos de activistas de la des-igualdad animal y no animal am-biental, o si resulta empobrecida porlas rígidas percepciones sobre lo queotros colectivos producen.

Conclusiones

Con respecto a la reflexividaddel narrar, encontramos que la pers-pectiva de pasado-presente recibiómayor consideración en el ejerciciode dimensionar la propia actuaciónde los colectivos, pero hay que des-tacar que el pasado se vive de ma-nera difusa y ambigua, y más quepropiciar la comprensión del presen-te, adquiere sentido a partir de lavaloración de este último como mo-mento de disfrute, encuentro, apren-dizaje y construcción vital, en dondecompartir con otros es un factor de-cisivo. Por su parte, narrar a partirdel porvenir es una tarea mucho máscompleja: el futuro, los “sueños” o

los objetivos adquieren validez en elaquí y en el ahora, sea mediante unaacción de grupo o en asociación conotras agrupaciones o redes; por ello,más que aludir a la promesa del fu-turo, quizá se requiera dar mayorsignificado a la idea de duración des-de una orientación principalmenteimaginativa.

Interrogados sobre la visualiza-ción, uno de sus alcances, se puededecir, es el abrir los sentidos y la sen-sibilidad en el conocimiento de símismo, por tanto, aporta alto valorimpresivo. Aún no podemos decirque esté clara la manera en que lasimágenes generan conocimiento so-bre los atributos de los grupos, o so-bre las relaciones en que se veninvolucrados. Ciertamente este ma-terial, al atraer el ánimo de los in-vestigadores, dio impulso a suintuición y sensibilidad, pero se hacenecesario continuar explorando lasprácticas de hacer, experimentar ymirar (Barthes, 1990) el recurso y elsaber fotográfico en investigacionescualitativas de mayor especificidad.

Por su parte, la relación dialó-gica, indudablemente, permitióaperturas importantes. Podemos afir-mar que dialogar fructificó ideas yafectos que rondaban ya en la ac-ción de los colectivos. Es bueno de-cir que el tipo de escucha entre losgrupos y los investigadores se rela-cionaba con el interés por la vida delos grupos y sus eventualidades, yque en su manera de explicar lascosas, ya se veía lo que nuestra aten-ción provocaba. Ante la necesidadde ahondar sobre los impalpables ylas atmósferas engendradas en lasorganizaciones, se iba haciendo evi-dente lo escasos que son en la vidasocial estos intercambios con colec-tivos de jóvenes.

Desde nuestro entender, el he-cho de que en esta experienciainvestigativa hayan emergido distin-tos planos de comprensión acerca dela constitución singular de los gru-pos, muestra que asociada con lapropuesta narrativa y dialógica,emerge la función de existencia-lización (Guatttari, 2000) o deautopoiesis (Varela y Shear, 2005).Aceptar que el afecto es un procesode apropiación existencial hecho através de la creación continua deduraciones de ser heterogéneas(Guattari, 2000), permitió abordarlono desde una mirada cientificista,objetivadora o reificante de lasubjetividad, sino desde una perspec-tiva ético-estética como la que in-tentamos hacer con la presentaciónde videos destinados a mostrar lasensibilidad propia de cada colecti-vo. Más que integraciones simbólicashechas con base en interpretacio-nes discursivas, lo que buscamos fueun impulso extrínseco del modo ha-bitual de afección de los grupos, ydesde allí, provocar una compren-sión conjunta del sentido de suacción y sobre las maneras derelacionarse con otros para llevarlaa cabo. Queda claro que las limita-ciones que tuvo este ejercicio seexplican por una evidente des-sin-cronía entre la capacidad de com-prensión del equipo investigador ylas formas de vibrar de los grupos enestudio.

Por último, pensamos que no esusual que la investigación cualita-tiva dé oportunidad al sujeto inves-tigado de colocar ante sí las propiascircunstancias temporales y espacia-les en que se desenvuelve, para pre-guntarse y explorar los dispositivosdel expresar y del comunicar con losque agencia su existencia. Lareflexividad se revela entonces como

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un enriquecido proceso en el que segestan y se liberan ideas y afectos,que finalmente se ponen en juegoen la vida social de los sujetos.Habiéndolos deseado o sentido,muchos de estos procesos no alcan-zan a compactarse en imágenes o enpalabras, como tampoco en actua-ciones. Quizá la reflexividad sea elproceso de colocarse justo entre loque ha sido dicho y lo que está pordecirse; entre lo que ha sido senti-do y lo que está por sentirse. En esedoblez de la experiencia que no seagota en su realización.

Citas

1 Durante aproximadamente diez meses, seha hecho el acompañamiento de nueveagrupaciones de distintas localidades dela ciudad de Bogotá, las cuales, con algúngrado de simplicidad, hemos clasificadode la siguiente manera. Estético expresi-vas: Retórica (agrupación de rap) y OKC(graffiteros); Ético-ecológicas: CasaAsdoas y Activegan; Comunitarias: Esta-do Joven, Fundación Vida y Liderazgo,Génesis Rades, Sentido Opuesto y Thimos.No obstante, algunas de estas últimas uti-lizan distintos medios estéticos (títeres,danzas, lanzafuegos, payasos, etc.) ocomunicativos (un periódico, por ejem-plo) para realizar su labor.

2 Cabe destacar que aquí damos cuentasolamente de la última fase del trabajo decampo. En los meses anteriores, un equi-po de cinco auxiliares de investigación(graduandos de la carrera de Comunica-ción Social y Periodismo) ha hecho elacompañamiento in situ de las agrupacio-nes, actuando en calidad de participantesobservadores, proceso a través del cuallograron una muy buena aceptación porparte de aquellos. Los tres investigadoresprincipales, han actuado como observa-dores participantes, teniendo vínculosesporádicos con los colectivos de jóve-nes. En consecuencia, el análisis presen-tado se centra en el decir de los grupos,pues sobre el hacer está por desarrollar elestudio de los diarios de campo elabora-dos por el equipo de investigación, asícomo el de las producciones y documen-tos de los propios grupos.

3 Respecto del tema de la reflexividad, en-contramos un buen complemento entrela idea del reconocimiento expuesta porRicoeur y la comprensión de la expre-sión según la entienden Spinoza y susseguidores. Lo importante en este casoes qué produjo la aproximación que in-tentamos realizar.

4 Para la pragmática la función-lenguaje esla transmisión de consignas que aluden ala relación de una palabra o enunciadocon presupuestos explícitos, con actosde palabra que se realizan en el enuncia-do y remiten a agenciamientos colecti-vos de enunciación, los cuales, a su vez,envían a las transformaciones incorporales(que se dicen de los cuerpos pero son in-ternas a la enunciación). Así, existen “va-riables de expresión que ponen a la lenguaen relación con el afuera, pero precisamen-te porque son inmanentes a la lengua”. Deeste modo, no existe ningún paralelismo,y tampoco ninguna representación, entrela forma de expresión y la forma de conte-nido (mezcla de cuerpos), constantemen-te se pasa de un registro a otro: la enun-ciación “no habla ‘de las’ cosas, sino quehabla desde los mismos estados de cosas oestados de contenidos”. En consecuen-cia, “Ni el contenido es un significado, nila expresión es un significante, sino quelas dos son las variables del agencia-miento”; así mismo, la lingüística (y susfunciones semántica, sintáctica y fonéti-ca) no puede verse al margen de la prag-mática “que define la efectuación de lacondición del lenguaje y el uso de los ele-mentos de la lengua” (Deluze y Guattari,1994: 81-95).

5 Este producto fue construido a partir dela sensibilidad y capacidades de los auxi-liares de investigación, quienes se vie-ron afectados directamente por la rela-ción con los colectivos. Esbozado elguión y la propuesta de imagen, los in-vestigadores principales sugirieron re-ela-boraciones, complementos o preguntaspara ser incorporadas. Se tuvo de pre-sente mostrar una imagen comprensibledel grupo para el grupo par con miras afacilitar el diálogo y la indagación de losaspectos abordados.

6 Adicionalmente, Rolnik y Guattari afir-man que la “revolución molecular” pro-pia de los procesos de singularizaciónopera en los distintos niveles: infra-personal (lo propio del sueño o la crea-ción), en el personal (las relaciones deautodominio) y en el interpersonal, esdecir, a través de nuevas formas desocialidad de la vida doméstica, amorosa,profesional, y en las relaciones con losvecinos, la ciudad y las instituciones.

7 Partimos de la idea planteada inicial-mente por Bajtin (1982) de que el ser seconstituye como respuesta a las fuerzasdel mundo, a sus distintas formas devalorar, percibir y comprender; ámbitosen los que se presenta una lucha cons-tante por la creación y partición de losensible y por los dispositivos de expre-sión que lo efectúan.

8 En palabras de Spinoza “nos resulta im-posible representarnos un ser semejanteque siente cierta afección sin sentir no-sotros mismos esa afección, [...] es impo-sible que nos representemos el odio ha-cia nosotros, en nuestro semejante, sinodiarlo a su vez; y este odio no puedeexistir sin un deseo de destrucción quese manifiesta mediante la cólera y la cruel-dad” (cit. Guattari, 2000: 229).

9 Un integrante de OKC afirma: “En cier-to modo sí, o sea, finalmente digamos, ami el grafiti me equilibra, porque diga-mos es más personalmente que frente aun opresor, porque así esté Pastrana,Uribe… ciertamente me da igual, odio aUribe y el problema no es de Uribe, nome equilibra nada, por lo menos yo noprotesto contra el terrorismo de Estadode Uribe.” Taller entre OKC y Retórica,julio de 2008.

10 “Entonces ahí es donde ya empieza a ju-gar el estilo, la fuerza con que uno entra,cómo empieza a llamar la atención delpúblico, los movimientos, porque si yosubo, y si mi voz es fuerte y tiene todo elflow y tiene todo el son, tiene toda lasazón, los guisantes y todo esto, pero siyo me subo a cantar ahí quieto, la gentese va a aburrir… ” Afirmación de unintegrante de Retórica durante el mismotaller.

11 “yo puedo poner mi nombre, no me inte-resa si lo leen o no lo leen [...] le deja esatextura pictórica, eso es lo que empieza asalirse del código, eso es lo que empieza asalirse ya del rollo sectáreo, del rollo ensi-mismado, del yo”. Expresión de uno delos grafiteros.

12 Lo dice de manera precisa el líder de OKC“A eso era a lo que yo iba, o sea, unoquiere sonar, porque quiere sonar, si yohago música y me mato la cabeza hacien-do música y todo eso, es porque quierosonar, el problema y la pregunta del mi-llón es cómo logro sonar, cómo logro lle-gar a la gente, sin dejar de perder la esen-cia, sin ya tener que fusionarme conregaetton, con tropi-pop, esa es la pre-gunta del millón, cómo lo hago. Enton-ces, ahí es donde uno se mata la cabeza,yo quisiera subirme y cantar ante miles depersonas, pero poder seguir siendo el que

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yo soy, seguirle cantando a la esquina, alparche, sería bueno, lo que pasa es queaquí desafortunadamente para llegar a esosmiles, toca prostituirse.”

13 Veamos al respecto algunas de las opinio-nes de los participantes en el taller: “enoctubre de 2006 fue que se logró que depronto la Alcaldía viera el grafiti comouna manifestación y entonces crearon unprograma que se llamó Muros libres, en-tonces ese proyecto era muy raro porquete decían tienes que pintar el maltrato,cuanto hemos trabajado en la educación,entonces cinco mil escuelas nuevas, en-tonces vamos a hablar sobre la educaciónmuchachos [...] Es decir, si tú revisas elhistorial de Muros libres, no se reconoce aningún autor del grafiti, es decir, no se leda reconocimiento a ningún autor, peroel reconocimiento si se lo lleva la Alcal-día en todos los medios”. “Se pierde laesencia, ya pasa a ser prostitución cultu-ral, cuando yo dejo de hacer lo que hagopor esencia, por pasión, por sentimiento,y lo hago por buscar un comercio o algoasí, ya pasa a ser prostitución”. “… alprincipio si era crear, era poner grafiti enla marca, poner grafiti en el medio, des-pués era: ‘tengo este logo de Brisa, porfavor hágalo allá’, [...] lo hicimos un parde veces y ya dijimos ¡no más! Y ahoritase sigue haciendo eso como tal, la publi-cidad del grafiti que se ve es eso, es Pielrojay el indio de Pielroja, es el ícono dePielroja, todo Pielroja y no es esa sensibi-lidad del grafiti”.

14 Uno de los orientadores de la agrupaciónCasa Asdoas afirma: “Entonces, [...] lo queinicialmente hicimos fue hacer un procesocon nosotros mismos, de reconocernos yde sentirnos, y de valorar, y de quitar unode los cinco ropajes que tenemos, y de lascinco pieles que nos han colocado [...],entonces es mirar desde ahí que estas co-munidades dejaron un legado cultural muyimportante, y de ahí entonces retomamosmuchas cosas de ellos, volver a retomartodo su pensamiento, pensamiento puro,en el sentido de usos y costumbres de vol-ver a mirar la tierra como hay que verla”.Taller de expresión y comunicación conintegrantes de Casa Asdoas y Activegan,junio de 2008.

15 Probablemente, como lo sugirió un auxi-liar del equipo de investigación, lo másacertado como presentación hubiera sidocrear un mecanismo similar a un “círculode la palabra”, en donde investigados einvestigadores compartieran sus mutuaspercepciones y experiencias.

16 Como lo mencionó uno de los miembrosdel grupo Activegan: “pero nosotros nos

enfocamos en el especismo como tal, enel antiespecismo, porque esto no abarcasólo una dieta, por eso nosotros somosveganos, no vegetarianos, [...] pero elveganismo abarca muchas más cosas, yno es simplemente una dieta, sino ya me-ternos en la parte ética y en la parte moralde cada persona como ser humano; encuanto a problemáticas abarca muchísi-mas cosas, porque no más con la utiliza-ción de animales no humanos, tenemos laalimentación, la vestimenta, la explota-ción de recursos, [...] básicamente es re-gresar a las personas a que piensen dedónde venimos y para dónde vamos.”

17 En esa perspectiva, el video con el cualquisimos expresar nuestro sentir acercade la actuación de Estado Joven fue, se-gún ellos, apenas bonito, causó un pocode diversión. La posición política que losimpulsa parece trascender sus propias ela-boraciones dramáticas o artísticas; en estecaso el contenido “invade” la expresión.

18 “Queremos trasmitir, [...] que los mu-chachos no solamente se la pasan en lacalle jugando fútbol [...] o las demás per-sonas, sino que ocupan su tiempo libre.Las presentaciones más que todo es paramostrar a las demás personas que somosun grupo unido que trabajamos en co-munidad, [...] nos gusta demostrar quées lo que hacemos y más que todo paraeso”. Opinión de un chico integrante deEstado Joven, durante el taller realizadoconjuntamente con el grupo GénesisRades, junio de 2008.

19 En opinión de una joven integrante deGénesis Rades: “yo creo que dentro deGénesis cada uno tiene un rol por decirloasí, [...] que se siente bien. Lo que pasa esque hay muchachos que a veces no lesgusta [...] digamos mucho la actividad detíteres, de campañas, ellos son los del gru-po de lectura [...] aunque ellos nos acom-pañan. [...] dentro de Génesis, no, podríaatreverme a decir, no hay nadie que no sesienta, que no se ha llenado la expectati-va, ¿sí? Todos están ahí porque de ciertaforma encuentran ese espacio”.

20 Precisamente a este tema se refiere la in-tervención de uno de los participantes enel taller con el grupo Thimos: “Esto rom-pe definitivamente nuestras dinámicas.Muy bacano. Es muy bacano porque nosencontramos. Lo que yo les decía, nosencontramos en otras situaciones de vidaque no hemos compartido en otros espa-cios y explorar cosas que no vamos, quede pronto no nos hemos dado una opor-tunidad de hacerlo y creo que aquí el es-pacio es muy, muy enriquecedor, muybacano y nos da muchas posibilidades”.

21 “Entonces es muy difícil, y aunque se te-jen opiniones muy diversas, lo que pasaes que a medida de que se ha ido decan-tando el grupo, porque hay mucha genteque se ha ido, se ha perdido como esadiscusión y esa diversidad, entonces yano todos discutimos eso, entonces deci-mos temas que para muchos son polé-micos, el aborto por ejemplo, muchostenemos pensamientos más o menos cer-canos, entonces en ese punto, sí se pierdeun poquito esa discusión y sí pasa lo quesumercé decía, nos hemos vuelto un po-quito homogéneos”. Expresión de uno delos líderes del grupo Sentido Opuesto du-rante el taller sobre expresión y comuni-cación, julio de 2008.

22 Como lo afirma un joven educador quetrabaja con la Fundación Vida y Liderazgo:“Cada grupo tiene un objetivo. De lo queyo llevo acá [...] qué queremos con lamúsica andina, a qué punto queremos lle-gar, los que están en deportes, qué objeti-vo tienen ellos, preguntarle al niño: quéle parece, qué le aporta para su vida, igualen música, igual en lo de artes manuales,¿qué expresión le llega al niño? nosotrosestamos en una labor comunitaria. De loque nosotros sabemos [...] el niño tam-bién tiene capacidades para desarrollarse,entonces en el video creo que eso deberíair un poco más a los niños, que ellos mis-mos se expresen, llegar a ellos, pues ellostienen la respuesta completa a un proyec-to”. Taller realizado con la mencionadaagrupación en julio de 2008.

23 Por redundancia se explica la relaciónparte-todo implícita en todo mensajecuando se trata de predecir el universodel discurso dentro del que se estaría pro-duciendo significado. Allí el observadorpuede conjeturar con éxito si lo que estáde un lado de una marca de corte contie-ne información acerca de lo que se en-cuentra del otro lado de la marca.

24 Así se expresa un miembro de Estado Jo-ven en el Taller de comunicación y ex-presión: “Las presentaciones más quetodo es para mostrar a los demás que so-mos un grupo unido, que trabajamos encomunidad”.

25 Los niveles culturales o generales, losgrupales y los intrapersonales.

26 “El mayor juez son los amigos que pin-tan. Cuando me están viendo toda lagente de abajo, como son raperos, enton-ces están pensando: no yo hago mejor pis-tas que el man, yo escribo mejor que elman, no anima la gente como yo la ani-mo”. Intervenciones de los colectivosOKC y Retórica en el Taller de expresióny comunicación.

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27 “El rollo en nuestro caso, hacer muralescomprensibles o tan tangibles a la socie-dad, ese punto es cómo hacerlo [...] cómomezclar lo de nosotros para no llegar ahacer un muralismo mexicano [...] Paramí ese es el reto, cómo lograr ese recono-cimiento social”. Integrante de OKC enel taller de comunicación y expresión.

28 Así interviene un integrante de la agru-pación Fundación Vida y Liderazgo a pro-pósito de un texto del video en el que semenciona la situación precaria en la quela agrupación trabaja: “hablar otro tipode conceptos es más apropiado, es rom-per esa filosofía sobre lo precario, lo peri-férico, sobre el pobre, sobre la miseria,porque es seguir en ese discurso que con-diciona las cosas”. Intervención duranteel Taller de comunicación y expresión.

29 “Yo tenía la duda de si ustedes habíanparticipado, y pues yo había escuchadoalgo así [...] que son fuertes las rivalida-des con XXXXX (referencia a otro gru-po juvenil de la localidad), que de he-cho son demasiado grandes”. Interven-ción de un miembro de la agrupaciónGénesis Rades en el Taller de comuni-cación y expresión.

30 Durante el taller de comunicación y ex-presión, pregunta un miembro de CasaAsdoas a un miembro de Activegan: “yotengo una pregunta: ¿cómo hacen uste-des para que la sociedad no se sientaculpable?”.

31 “Cuando nosotros entramos con nues-tra apuesta en la Mesa Juvenil, y deci-mos hagamos un círculo, es ya una pre-sencia de lo que se puede hacer, una con-tinuidad del espacio, entonces no es todoel mundo mirando al que está hablando[...] ¿Qué significa el círculo? No hay je-rarquías ahí, aquí cabe el abuelo, el jo-ven, el abuelo es guía espiritual, estamos

acompañándonos con su presencia ycuando ponemos fuego es mejor, por-que es lo que nos da fuerza”. Interven-ción de Casaasoas en el Taller de expre-sión y comunicación.

32 Como lo ejemplifica la nota número 19.

33 Estos colectivos ejercen un constanteaprendizaje que les permite la percepciónde sus actos y de sus efectos.

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