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Octubre 08 Delegación de infancia y juventud Nº de revista Diócesis de Alcalá de Henares Año IV 31

Revista ADAL octubre 2008

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Revista ADAL octubre 2008

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Delegación de infancia y juventud

Nº de revista

Diócesis de Alcalá de Henares

Año IV

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El Papa Benedicto XVI en la pasada Jornada Mundial de la Juventud nos animó a todos lo jóvenes de la Iglesia universal a “hacer que el amor unificador sea nuestra medida, el amor duradero nuestro desafío y el amor que se entrega nuestra misión”. El Espíritu Santo nos mueve a ello. Él está en el origen de nuestras actividades, Él es el que las sostiene y Él quien las lleva a buen puerto, si son de su agrado. En este comienzo de curso, animados por la efusión del Espíritu recibida en Sidney, os invito a todos a participar de la vida eclesial de cada una de vuestras parroquias, grupos, colegios y movimientos con renovado ímpetu. Desde la Delegación y su Consejo trabajamos para vosotros especialmente en el campo de la espiritualidad, con la oración de cada primer viernes de mes en San Felipe Neri y las tandas de Ejercicios Espirituales; en el campo de la formación con el curso para monitores sobre afectividad y sexualidad, organizado en colaboración con el COF (Centro de Orientación Familiar) de Alcalá; en el campo comunitario con los tres encuentros anuales: la peregrinación a Covadonga, el Encuentro Diocesano de Jóvenes en Pascua, y la peregrinación a Tierra Santa en verano. Todo ello con el eficaz trabajo del grupo de comunicación: Revista Adal (que estrena maquetación), ADAL TV, nuestra web (www.paramilavidaescristo.com) y el programa de radio ¿SABES LA ÚLTIMA? en Radio María. Y con la inestimable armonía del Coro Diocesano de Jóvenes animando nuestras liturgias y oraciones. Tampoco nos olvidamos del grupo rockero de la Delegación, LVD (www.lavozdeldesierto.net), actualmente de gira por nuestras comunidades. Que la Virgen María, Señora y Maestra de los jóvenes, nos aliente en todas estas iniciativas y nos ayude a mover los corazones de otros jóvenes para que también ellos se encuentren con su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Un saludo a todos, Rapo

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8Jóvenes por el Reino de Cristo...

Congreso de familia y vida

Congreso de música... ¡Sed mis testigos!

Un camino de vida

Doctrina social de la Iglesia

Los movimientos dentro de la Iglesia

Año jubilar: Lourdes con el Papa Benedicto XVI

¿Cómo llegar a María... En Lourdes?

Intenciones del Santo Padre para el mes de octubre

El regreso del Hijo Pródigo: El Hijo

Covadonga y Oviedo nos recuerdan la Victoria de la Cruz

Pasa... ¡y mira!

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Iglesia

José Javier Alumbreros

P. Santa María

Alcalá de Henares

Los días 18 al 21 del pasado mes de septiembre se celebró el Encuentro Nacional de JRC. Un joven de nuestra Diócesis nos cuenta cómo lo vivió.

Para mí, este encuentro ha sido un auténtico regalo. La primera noche, en la Hora Santa, miraba al Señor y pensaba

por primera vez porqué había acudido al encuentro de JRC -Jóvenes por el Reino de Cristo- en Salamanca. Sinceramente, no me lo había pensado hasta entonces. Me animó Inma Molina, mi catequista, y otra amiga de la parroquia. Pero, hasta que no estuve delante del Señor, no me di cuenta que en el fondo, estaba allí por Él, porque me había llamado a estar un fin de semana a su lado, compartiendo mi fe con otros jóvenes de todas partes del país.

Fue una bendición: las charlas, ponencias, testimonios, oraciones… todo tuvo su calado en mi corazón, porque todo venía de la mano de María. En estos días, ha crecido, se ha encendido en mí una luz, una llamada de María al amor de su Hijo, a su encuentro; de una manera más especial, a su Corazón. Como me dice un amigo seminarista: “hay que coger la mano tendida de la Virgen y con nuestro ángel de la guarda ir a presentarle nuestra vida a Jesús”.

Esa primera noche, le presenté mi corazón, mi vida, mi cruz, mis pecados, mis

necesidades y yo veía como era Él quien me sonreía, me arrancaba una mirada y la tendía hacia su Madre, que me ha acompañado durante todo el encuentro.

Ha sido una maravilla, un regalo reitero. He conocido gente nueva y escuchado testimonios de verdadero amor. He aprendido a amar al Sagrado Corazón de Jesús, al que he confiado mi vida y mi día a día de la mano de la Virgen.

Este es mi pequeño testimonio del encuentro. Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

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Durante el fin de semana del 3 al 5 de octubre ha tenido lugar el Congreso

“La Familia en la Encrucijada”. Versó sobre la familia y la situación tan difícil

que atraviesa en nuestra sociedad. En estos días impartieron ponencias

importantes voces de la Iglesia como el Cardenal D. Antonio Mª Rouco Varela,

D. Elio Sgreccia (Doctor en Bioética), D. Nicolás Jouve (Catedrático de Genética)

y nuestro Obispo D. Jesús Catalá entre

muchos otros. También se pudo participar

de las distintas mesas redondas propuestas.

Los jóvenes de la Diócesis de Alcalá

acogimos este acontecimiento con mucha

ilusión y formamos un grupo de voluntarios

para estar presentes de una forma activa.

Con la bendición del Señor esperábamos

que todo saliese lo mejor posible.

Para más información en la Web de Interfamilias y en la crónica en el próximo

número de la Revista ADAL.

Daniel Pulido Jiménez

Santos Juan y Pablo

San Fernando Henares

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Creo que ninguno de vosotros dudaría en

apoyar mi postura si me atrevo a decir que el

Señor nos ha concedido a todos y a cada uno

de nosotros uno o varios dones que no

deberíamos desaprovechar. Las gracias del

Señor son auténticos tesoros que no

deberíamos guardarnos para nosotros

mismos, sino ofrecerlos al mundo entero en

favor de la evangelización. Estas razones nos

llevaron a varios jóvenes de la Diócesis de

Alcalá de Henares a asistir al VII Encuentro de

Música y Evangelización celebrado el pasado

fin de semana en el Centro Diocesano de

Espiritualidad del Corazón de Jesús, en Valladolid.

Quien canta reza dos veces, dijo San Agustín, y su sabiduría

se ha extendido de generación en generación, puesto que he

oído ese dicho hasta la saciedad y, a pesar de todo, no me

canso de escucharlo. Es más, cada día estoy más convencida

de que es una verdad como un puño.

Gentes de todas partes y, sin embargo, una misma inquietud: nuestro papel en la

música cristiana. El taller de técnica vocal impartido por el cantautor cristiano Rogelio

Cabado no podía expresar mejor esta idea. “El Espíritu vive en tu voz” fue el título que dio

nombre a su sesión pedagógica, centrada en la correcta utilización de las cuerdas vocales

y en la respiración diafragmática. Quizás otro enfoque más banal hubiera servido para

darle un carácter más profano al taller, debido a la practicidad de las explicaciones,

enfocadas única y exclusivamente a las funciones de nuestro aparato fonador, la laringe.

Sin embargo, los matices se dejaron notar. Un ensayo de las canciones de una de las

misas más conocidas de Francisco Palazón y una charla-coloquio sobre la música litúrgica

del propio compositor, cuyo cuerpo marchitado por los años dio testimonio, sin embargo,

de la fortaleza de su espíritu, pusieron el colofón a una mañana cargada de sorpresas.

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Elisabeth Sáez de Lafuente

“Ni música, ni dibujo, ni arquitectura… no

pueden considerarse verdaderas ramas del

arte si falta la esencia, si falta el Amor de

Dios. No importa que un perfume cuente

con la mejor campaña publicitaria del

mundo. Si la fragancia no huele bien, no

vale de nada”. Sin duda, la esencia del

discurso de Patxi Velasco, diseñador

gráfico, fue la mejor explicación para darle

sentido a nuestra misión evangelizadora,

que no sirve de nada si nos falta lo más

importante: el Amor de Dios. Debemos ser

ejemplo del amor de Cristo en todos y cada

uno de los campos en los que hemos sido

encomendados, ya sea la pintura, ya sea la música, ya sea la arquitectura… Ninguno de

nosotros es dueño del o de los dones que el Señor le ha concedido, sino que somos meros

instrumentos suyos.

En este sentido, todos y cada uno de los presentes nos

vamos de este encuentro con una idea muy clara. No debemos

tomar como una virtud propia y natural este don musical que Dios nos ha

concedido, sino como un regalo que exige ser empleado para cumplir con el

mensaje evangelizador de Jesucristo. Por lo tanto, nuestra formación musical no pasa por

el mero placer de deleitarse en las aptitudes personales, sino que nos convierte en

instrumentos del Señor para abrir los ojos y los oídos de aquellos que ni ven ni oyen. Sea

cual sea el don que el Señor nos ha concedido, aquellos que ya conocemos el amor

incondicional de Cristo debemos convertirnos en el cobre que conduce la luz del Señor a

los corazones que aún no se han inflamado de ella, en el cauce que transporta el agua

que puede saciar nuestra sed e inundar nuestras vidas de amor y esperanza.

¿Quieres conocer

más?

Mira este VIDEO

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Al pensar en el Camino de Santiago se amontonan en nuestra cabeza miles de

experiencias difíciles de explicar. Fueron seis días en los que pudimos compartir

nuestra fe con jóvenes de otros países, ¡con algunos ni siquiera nos entendíamos!

Sin embargo, todos estábamos llamados por una misma Voz que es la que nos

hizo ponernos en camino.

Al compartir por las tardes en

las catequesis, solíamos comparar el

Camino de Santiago con nuestro

propio camino en la vida, ese camino

que muchas veces es duro, con

cuestas y piedras, pero que

conseguimos pasar con el apoyo de la gente que nos quiere.

Al hablar sobre el Camino no podemos dejar de acordarnos de los dos

sacerdotes que nos han acompañado: José Javier y Walter. Ellos han sido “luz”

durante todo el Camino y gracias

a sus palabras hemos podido

descubrir a Dios en cosas

pequeñas -como una sonrisa o el

chiste de un amigo-. Nos

quedamos con una idea clara:

“Nunca caminamos solos, Él

siempre nos acompaña”.

“En esta vida humana las cosas siempre

pasan, y así esta vereda también se

acababa, mas no miréis atrás con la

desesperanza estamos siempre unidos

por divina llamada” Estel

Grupo de jóvenes

San Pedro y San Pablo

Coslada

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Iglesia

A partir de este curso vamos a ir

profundizando un poco más en los

principios de reflexión, criterios de juicio y

directrices de acción que la Iglesia nos

ofrece, tanto a los cristianos como a los no

cristianos, como base para promover un

humanismo integral y solidario. (CDSI 7).

La Doctrina Social de la Iglesia es un

conjunto de normas y principios referentes

a la realidad social, política y económica de

la humanidad basado en el Evangelio y en

el Magisterio de la Iglesia Católica. El

Compendio de la DSI y el Catecismo

Católico la definen como un "cuerpo doctrinal renovado, que se va articulando a medida

que la Iglesia en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia

del Espíritu Santo, lee los hechos según se desenvuelven en el curso de la historia" (CDSI

104).

La doctrina social cristiana es parte integrante de la concepción cristiana de la vida. La

enseñanza y la difusión de esta doctrina social forma parte de la misión evangelizadora de

la Iglesia (CDSI 7). Tal y como nos recuerda la Encíclica Sollicitudo rei socialis, la doctrina

social anuncia a Dios y su misterio de salvación en Cristo a todo hombre.

No obstante la primera encíclica social fue la Rerum novarum, del Papa León XIII en el

contexto de los eventos de naturaleza económica y social que se produjeron en el Siglo

XIX como la Revolución Industrial y la "Cuestión obrera".

La doctrina social tiene un destino universal. La luz del Evangelio, que la doctrina

social refleja sobre la sociedad, ilumina a todos los hombres.

Juan Luis Romero Barragán

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Los Cursillos de Cristiandad, la Renovación Carismática, la Legión de María,

Comunión y Liberación… son sólo algunos de los movimientos apostólicos que viven en

la Iglesia. Sin embargo, a veces nos resulta difícil reconocerlos como miembros

esenciales de ella y encontrar en ellos rasgos de unidad.

Por ello, desde la Revista Adal, vamos a

buscar adentrarnos un poco más en esta

realidad viva de la Iglesia de mano de

jóvenes que, sin dejar de vivir su fe en

comunidad con su parroquia y la realidad

diocesana, participan de algunos de estos

movimientos.

Sin embargo, y en primer lugar,

intentaremos reflejar en líneas generales la

esencia de los movimientos eclesiales.

El Papa Juan Pablo II señaló en diversas

ocasiones que contaba con ellos para

afrontar los desafíos de la Nueva

Evangelización: «Uno de los dones del

Espíritu a nuestro tiempo ... son los

movimientos eclesiales, ... Signo de la

libertad de formas, en que se realiza la única

Iglesia" (Discurso del 29/9/1984).

“Cuento con el testimonio común y la

colaboración de los movimientos. Confío en

que ellos, en comunión con los Pastores y en

armonía con las iniciativas diocesanas,

quieran llevar al corazón de la Iglesia su riqueza espiritual y, por ello, educativa y

misionera, como valiosa experiencia y propuesta de vida cristiana» (Vigilia de

Pentecostés, 25/5/1996).

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Pero, ¿qué son los movimientos?

Es una asociación de fieles,

que reúne a personas de diversas vocaciones -sacerdotes, consagrados y laicos- con el fin de alentar una vida cristiana integral, a partir de un carisma que el Espíritu derrama, en la comunión de la Iglesia.

Esto es, animan a vivir con radicalidad el mensaje cristiano desde un carisma particular. Son una manifestación de la rica y plural fecundidad del Espíritu y por ello no son una realidad uniforme, sino un variado conjunto de diversas formas de vida y apostolado en la unidad y comunión de la Iglesia. En ellos, sus integrantes aspiran a tomar en serio su vocación a la santidad en el servicio a la totalidad de la Iglesia y no sólo a una realidad parroquial.

Generalmente nacen de una persona carismática guía, se configuran en

comunidades concretas, que en fuerza de su origen reviven el Evangelio en su totalidad y sin reticencias y reconocen en la Iglesia su razón de ser, sin la cual no podrían subsistir. El Papado no crea por tanto los movimientos, pero ha sido su esencial sostén dentro de la estructura de la Iglesia.

La autenticidad de estos movimientos debe ser discernida por el Pontificio Consejo para los laicos, un dicasterio de la Curia romana. La Santa Sede ha reconocido a más de 50 movimientos eclesiales.

Muchos de ellos tienen su origen en el Concilio Vaticano II y todos ellos existen para ayudar a su miembros a involucrase más en la práctica de la fe en la Iglesia. Todos dan testimonio de Cristo de distinta manera en el mundo.

Entonces, ¿para qué formar parte de uno de estos movimientos? Como dones del Espíritu Santo, se integran y sirven a la Iglesia. Por su

carisma particular pueden ayudar a un cristiano a vivir más radicalmente su fe como respuesta a

un servicio, función o ministerio concreto dentro de la Iglesia.

El lugar de los movimientos en la Iglesia es su carácter apostólico en la obediencia en el seguimiento de Cristo. La vida apostólica no es un fin en sí misma, más bien da la libertad para el servicio. En primer lugar está el anuncio del Evangelio: el elemento misionero. El amor debe de ser vivido y hacerse el mismo anuncio. Por ello la evangelización está siempre unida al servicio social, lo que presupone un profundo encuentro personal con Cristo. El llegar a ser comunidad exige la dimensión de la persona. Solamente cuando la persona es tocada y conmovida por Cristo en lo más profundo de su intimidad, se puede tocar la intimidad del otro, sólo entonces puede construirse una verdadera comunión. Ellos son un don hecho a la Iglesia entera.

Marta Galán

Santa María

Alcalá de Henares

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El fin de semana del 12 al 14 de septiembre el Papa fue a ganar el Jubileo del 150 aniversario de las apariciones de la Virgen a Bernardita. Miles de peregrinos se congregaron esos días en Lourdes para acompañar al Santo Padre. Con sus palabras, resumiremos, aquí, cómo Benedicto ha vivido esos días intensos de oración en este lugar tan especial:

“Lourdes es uno de los lugares que Dios ha elegido para reflejar un destello

especial de su belleza. Lourdes es un lugar de luz, porque es un lugar de comunión, esperanza y conversión.”

“En este santuario de Lourdes al que vuelven sus ojos los cristianos de todo el mundo desde que la Virgen María hizo brillar la esperanza y el amor al dar el primer puesto a los enfermos, los pobres y los pequeños, se nos invita a descubrir la sencillez de nuestra vocación: Basta con amar”. “El encuentro discreto con Bernardita y la Virgen María puede cambiar una vida”. “Desde hace 150 años, los peregrinos nunca han dejado de venir a la gruta de Massabielle para escuchar el mensaje de conversión y esperanza. Y también nosotros estamos aquí esta mañana a los píes de María, la Virgen Inmaculada, para acudir a su escuela con la pequeña Bernardita”. “La celebración del Jubileo de las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes nos ha permitido entrar en una senda de fe y conversión. Siguiendo el recorrido jubilar tras las huellas de Bernardita, se nos recuerda lo esencial del mensaje de Lourdes: María eligió a una chiquilla muy pobre, sin sabiduría ni poder, de salud frágil para trasmitir su mensaje de conversión, de oración y penitencia”. Tuvo unas palabras especiales para los jóvenes de todo el mundo:” Queridos jóvenes, por vuestra parte, no tengáis miedo de decir sí a las llamadas del Señor, cuando Él os invite a seguirlo. Responded generosamente al Señor. Sólo Él puede colmarlos anhelos más profundos de vuestro corazón. Que María ayude a los llamados al matrimonio a descubrir la belleza de un amor auténtico y profundo, vivido como don recíproco y fiel. A aquellos, entre vosotros, que Él llama a seguirlo en la vocación sacerdotal o religiosa, quisiera decirles la felicidad que existen en entregar la propia vida al servicio de Dios y de los hombres. Que las familias y las comunidades cristianas sean lugares donde puedan nacer y crecer sólidas vocaciones al servicio de la Iglesia y del mundo”. Muchas parroquias de nuestra diócesis ya se han acercado a Lourdes a ganar este Jubileo tan especial. Animamos a todos los que puedan se acerquen a este santuario mariano. “Qué la Virgen María y Santa Bernardita os ayuden a vivir como hijos de la luz para ser testigos cada día en vuestra vida de que Cristo es nuestra luz, nuestra esperanza y nuestra vida.

Inma Bordas Roldán

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A lg o p a ra

“María invita a todos los

hombres de buena voluntad, a todos los que

sufren en su corazón o en su

cuerpo, a levantar los ojos hacia la Cruz de

Jesús para encontrar en ella

la fuente de la vida, la fuente de

la salvación”

María, nos lleva a la presencia de Dios. María nos enseña a ser fieles hijos, a dar nuestro sí, a entregar nuestra vida. María, guía de nuestra vida, estrella que nos lleva a Cristo. María que siendo la mujer más humilde se hizo la mujer más gloriosa.

En Lourdes se palpa la presencia de María y es un buen momento para orar con aquellos pasajes en los que tuvo un papel destacado. El Papa nos invitó a decir un sí generoso a Cristo, imitando la humildad y sencillez de María. Y también nos recordó como ella se mantuvo firme en los momentos más duros. ¡Que fácil parece abrazar la Cruz cuando todo va bien! Pero cuando viene el sufrimiento nos cuesta seguir levantando los ojos y el corazón para acogerla. María nos recuerda en Lourdes que el dolor solo tiene sentido si permanecemos con Ella a los pies de la Cruz, donde todo se hace nuevo, donde todo tiene sentido. Ojalá podamos experimentar que ante la Cruz no estamos solos, que estamos con Cristo sostenidos por María.

A veces parece que todo se viene abajo: nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, incluso la confianza que teníamos en personas que pensábamos que nunca nos fallarían... Y, sin embargo, Él sigue ahí a pesar de todo, a pesar de nuestras debilidades y de nuestros miedos, a pesar de la fragilidad de cuanto nos rodea. “Todo se pasa, Dios no se muda”, decía Santa Teresa de Jesús: Él es el único que permanece, y también Él único que me puede sostener... es la esperanza firme que me queda, lo más verdadero que hay en mi vida. ¿Por qué no entregar todo mi corazón en respuesta a esa llamada, dejarle obrar en mí y confiar aun cuando no comprenda nada? La Virgen lo hizo, y es la mujer más feliz que haya existido...

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General Para que el Sínodo de los Obispos ayude a los pastores y a los teólogos y a los catequistas empeñados al servicio de la Palabra de Dios, a transmitir con valentía las verdades de la fe, en comunión con toda la iglesia.

Misionera Para que en ese mes dedicado a las misiones, a través de la animación de las Obras Misionales Pontificias y de otros organismos, todas las Comunidades cristianas sientan la necesidad de participar en la misión universal de la Iglesia con la oración, el sacrificio y la ayuda concreta.

De la CEE Que sea ejercicio sin obstáculos el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones morales y religiosas

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C u ltu ra

En este mes de octubre, nos vamos a acercar al último personaje que nos quedaba por analizar en la serie de artículos dedicados al cuadro de Rembrandt. Se trata del hijo mayor, personaje que no se encuentra en la casa paterna cuando se produce el reencuentro con el padre. Pero Rembrandt va más allá del texto literal de la parábola evangélica e introduce a este personaje en el cuadro, para reforzar con su figura el espíritu del texto bíblico. De esta manera, se pone en evidencia la confrontación entre la actitud del hijo mayor y la misericordia del padre. Así, el pintor holandés ha presentado al personaje del hijo mayor como el testigo más destacado de lo que ocurre. El cuadro además, se completa con otros dos personajes en sombra. Se trata de un hombre sentado que se golpea en el pecho, posiblemente un administrador y, en último término, un joven recaudador que se asoma a través de un arco y que implica al espectador con una mirada directa.

Pero ahora lo que nos centra es la manera de representar al hijo mayor.

Éste aparece apartado de la escena principal del abrazo y se muestra de pie con postura señorial y rígida. Su mirada dirigida a la acción del padre no tiene alegría y su pose es fría, se intuye que no tiene voluntad de acercarse y no manifiesta alegría por el regreso.

A pesar de una actitud tan distinta, padre e hijo se nos muestran con unas vestimentas que nos indican que ambos comparten riquezas, que comparten los mismos bienes y estatus social. Los dos lucen barba y bigote y también

Pero el padre le respondió:”Hijo tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Pero tenemos que alegrarnos y hacer fiesta porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida;

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En cuanto a la iluminación de la figura del hijo mayor, Rembrandt ha querido darle importancia en la escena, a través de una luz suave que ilumina su rostro. Luz muy similar a la que ilumina la cara del padre, pero a diferencia de éste último, el hijo aparece con las manos en penumbra. La postura es de mano sobre mano sustentando un largo bastón e insinuando un cierto rechazo. Este gesto de las manos contrasta con la acogedora postura del padre. Con esta simple imagen nos queda claro el mensaje de la parábola. A decir de J.M. Nouwen: “la conversión más difícil fue la del hijo que se quedó en casa”.

Al igual que con la figura del hijo menor, cada uno de nosotros, nos

podemos sentir identificados en el perdón, también con la figura del hijo mayor podemos vernos reflejados. Henri J.M. Nouwen hace en su libro, la siguiente apreciación: “toda tu vida has estado buscando amigos, suplicando afecto; has estado interesado en miles de cosas, has rogado que te apreciaran, que te quisieran, que te consideraran. Ha llegado la hora de reclamar tu verdadera vocación: ser un padre que pueda acoger a sus hijos en casa sin pedirles explicaciones y sin pedir nada a cambio.” Probablemente esta necesidad de atención y de afecto la hemos sentido todos en algún momento, pero no debemos olvidar que también podemos sentir en el Sacramento de la reconciliación, el perdón, que nos ayudará a enfrentarnos a las dificultades. Dejaremos atrás el pecado en el que se encuentran envueltos los dos hijos de la parábola y de esta manera caeremos en la cuenta de que a lo que estamos llamados es a perdonar, como perdona el corazón del Padre.

Con este capítulo cerramos el análisis de este magnífico cuadro, que interpreta de una manera solemne la idea cristiana del perdón y nos permite ahondar a través del arte en la comprensión del género humano.

Henri J.M. Nouwen: “El regreso del hijo

pródigo. Meditaciones ante un cuadro de

Rembrandt” (Editorial: PPC,

1ª edición: 1994)

José Manuel Lara Oliveros

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Desde enero de 2008, hasta enero de 2009 la Diócesis de Oviedo orientará su vida pastoral en torno a la celebración del Año Santo, Jubilar, o de las Cruces. Será un periodo de gracia concedido por el Papa Benedicto XVI a petición del Arzobispo de Oviedo, Mons. D. Carlos Osoro Sierra, con objeto de que, especialmente las comunidades de la Iglesia asturiana y también las del resto de España puedan profundizar en sus valores cristianos a partir de la Cruz de la Victoria y de la Cruz de los Ángeles, las cuales cumplen 1.100 y 1.200 años respectivamente. Este Año Santo está concentrando la mayor parte de los actos en la Catedral de Oviedo y en la Basílica de Covadonga. Precisamente por este motivo los jóvenes de la Diócesis de Alcalá nos vamos a dirigir a tierras asturianas, y para comprender mejor su significado histórico y artístico vamos a realizar un breve recorrido por estos lugares.

Hacia el año 722, en Covadonga tuvo lugar una batalla en el entorno de la

cueva. Las causas de la batalla no las sabemos pero, seguramente, tuvieron que ver con los impuestos territoriales y personales que en todas las zonas ocupadas imponían los musulmanes, a cuyo dominio estaba sometida la Península Ibérica desde el año 711. En realidad, lo que llamamos batalla fue más bien una escaramuza, es decir, un combate de poca importancia desde el punto de vista militar, aunque no desde el de sus consecuencias históricas.

El poder musulmán, tenía en ese momento problemas mucho más urgentes

que resolver, como la conquista de las Galias, de manera que no se prestó atención a aquel pequeño grupo de insurrectos de las montañas cantábricas, dejando vacío de tropas el cuadrante noroeste peninsular. De este modo, el minúsculo reino astur, con Alfonso I a la cabeza, pudo fortalecerse y expandirse. Comenzaba la Reconquista.

Aunque es poco probable que la de Covadonga fuera una batalla de religión,

al poco tiempo de ocurrir se interpretó en este sentido. En las crónicas escritas en tiempo de Alfonso III, a finales del siglo IX, Pelayo, quien capitaneó este levantamiento astur, aparece como salvador del Cristianismo. Tal idea ha llegado hasta la actualidad. Así, en Covadonga, existe hoy uno de los santuarios más pujantes de España, donde se pueden distinguir tres puntos básicos de interés:

- La cueva, donde está la Santina, una imagen de la Virgen del siglo XVIII. - El monasterio o colegiata, emplazado junto a la gruta, de origen medieval. - La basílica, a unos doscientos metros de los anteriores. De finales del siglo

XIX.

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Por otro lado, en Oviedo, tenemos la catedral, de estilo gótico, e integrada en ella, la Cámara Santa, mandada construir por Alfonso II a comienzos del siglo IX. Se guardan en ella los tesoros y reliquias de la Catedral. Gran parte de estas reliquias habían sido traídas desde Toledo, como el Arca Santa (siglo XI), el Santo Sudario (prenda funeraria que cubrió la cabeza de Jesús y que según la leyenda encontró el apóstol S. Pedro en la tumba vacía de Jesucristo y que recogió junto con la Sábana Santa de Turín), reliquias de la Vera Cruz y otras para alejarlas de territorio musulmán y del peligro de pérdida que ello suponía. También aquí se encuentra la Cruz de los Ángeles y la Cruz de la Victoria. La primera es una cruz griega realizada bajo el reinado de Alfonso II en el año 808, y se convertiría en un símbolo religioso y político de la monarquía asturiana. Hay una leyenda que cuenta que la cruz fue realizada por ángeles, tradición interpretada en el sentido de que la realizaron extranjeros, probablemente orfebres del Imperio carolingio. El interior o alma de la cruz es de madera, y el resto, revestido con chapa de oro, piedras preciosas y camafeos. En el reverso se puede leer: “Con este signo se protege al piadoso. Con este signo se vence al enemigo.” La Cruz de la Victoria es una cruz latina ofrecida por Alfonso III a la catedral de Oviedo en el año 908. También tiene alma de madera, está chapada en oro, y presenta como novedad placas de esmalte. El alma de madera de roble de la Cruz de la Victoria sería la cruz que llevaría Pelayo en Covadonga y con la que vencería a los musulmanes.

Que todo esto nos sirva para recordar que en el leño de la Cruz, Cristo nos alcanzó la victoria definitiva. El Señor borró el pliego de cargos que nos era adverso (...) clavándolo en la cruz (Col 2, 14-15).

María Galán

Cursillos de Cristiandad

Alcalá de Henares

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Cursillos de

Cristiandad

25 y 26 de

octubre más información

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Apúntate!!!!

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Ta b ló n d e

Más información

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LVD 25 de Octubre

en CAMPO REAL

25 de Octubre

LUIS EDUARDO

JOSÉ LUIS

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Pregunta en el

COF de Alcalá

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