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Revista Colectivo Diciembre Diciembre N° 3

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Directora generalMelissa Méndez

Director editorial Rita G. Cerezo

DiseñadoraMariela Martínez Toledo

ColaboradoresDaniela BarriosMarco CanaleErick DiegoJuan Carlos ReynaFrida Suárez

Publicidad y [email protected]

Revista cultural Colectivo Diciembre DiciembreRevista semestral gratuita

www.colectivodiciembrediciembre.com

Los artículos publicados son responsabilidad exclusiva de sus autores.

Prohibida su reproducción total o parcial

Junio 2014. N° 3 Núm. de Indautor: 04-2013-091312374800-102

Si quieres participar en alguna de nuestras columnas, mándanos tu propuesta no mayor a una cuartilla y media.

diciembrediciembre.gmail.com colectivo diciembre diciembre @colectivoDD

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“Dentro de nuestras múltiples personalidades, nuestro yo virtual tiene la necesidad de ser reconfortado. Al tener una relación con nuestro dispositivo móvil, llega el momento de éxtasis más íntimo, el momento casi orgásmico de estar sumergido en él. Así lo consuela, es el momento de la masturbación”.

Daniela Barriosfotógrafa mexicana

contacto: [email protected] www.facebook.com/dannybjg

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EL PATOFrida Suárez

Lamí coartadas de tu memoriaDejé de libar recuerdos de la estación de tren que se te cayó del teléfono conmigo en ellaMas fue irritante comer mis deseos gratinados de palabras mal entrenadas

Quise cortarme el cartílago del dedo con el fuego bajo una gran olla de café me pregunté más de una vez si el ardor me dejaría ver la calcinación del huesoquedarme con la mitad del dedo pegado al coraje hubiera sido la mejor opciónLástima que le temo al fuego.

Primero el mar...

Tenía el pico rojo como san-gran los nopales después de bañarse en el lagoLa plastilina de sus patas cubría mi cabello con tinte de rosas frías No comió mi pan por miedo a ser expulsado del campusSu cuello indicó que debía ir hacia abril

La señora que vende granos de elote fue secuestrada por una carrosa de mimbreLe quitaron su salsa en el camino y desde su salsa llamaron a la policíaDieron aviso de su ausencia por el olor a sal de sus uñasLas jóvenes que vieron de cer-ca dicen que fueron los olotes quienes mandaron a traerla

Le dio un ataque de seria ira al pato cuando supo de los olotesTodas las garzas se desmembrabanLa señora fue ahogada en un estanque con mayonesaAl pato no le gustaba la señora, pero tampoco la mayonesa

Por eso el pato estaba ocupado...Sólo así pude beber toda la salsa.

Él es tan grande y gordo que una de sus manos conforma cuatro abrazos en dos órbitas recién pintadasMide 1.96 y dibuja láminas de estrella con sus pestañas abatidasCamina hirviente entre sus muslos que abarcan los tres espejos que han propiciado los maremotos en mi espalda

Luego el pato...

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contacto: [email protected]

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EL PATO — Yo no estuve involucrada en el asesinato de Julio Antonio Mella, el comunismo

adentro de la izquierda tiene su derecha y su otra izquierda, además él ya

me había matado primero.

Pervert Écfrasis

Tina Modotti

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Por Melissa Méndez

1. ¿A qué edad comenzaste a leer y que leías?Comencé a leer por placer y no por obligación. Fue a los 6 años. A esa edad me gané una enciclopedia ilustrada en un concurso de dibujo. De niño es-taba muy interesado en pintar y dibujar, así que prácticamente todo el día me pasaba elabo-rando ilustraciones de robots, dinosaurios, monstruos. Se puede decir que las artes visua-les me llevaron a la literatura. Poco después sustituí mi pasa-tiempo original por leer historia. Supongo que de ahí mi afición

al ensayo. Antes de leer ficción (cuentos para niños, pequeñas novelas), leí ensayo, digamos, enciclopédico.

2. ¿Aún dibujas o sólo lo consideraste como parte inicial de tu proceso artís-tico?Digamos que mi afición al di-bujo se complejizó. Soy crítico de arte. Publico con frecuencia en revistas y catálogos. Trabajo con artistas en el ámbito aca-démico (SOMA), pero también como curador. El año pasado inauguré una exposición que se llama “Estado alterado”, en la que trabajé con cinco artistas en

Entrevista a

Juan Carlos Reyna,integrante de Nortec y escritor

el tema de la violencia y la psique colectiva.

3. ¿Piensas que para escribir es necesario leer?Se aprende a escribir escribien-do, dice Naipul. Sin embargo, leer te permite reconocer si tu escritura es buena o no. Es muy sencillo: leer te da los recursos para escribir, las tecnologías para construir ya no un perso-naje, sino un simple enunciado. Además, el asunto con leer es más complejo. Un escritor más o menos digno de ser leído es alguien que la mayoría de las veces revela cosas importantes. Y muchas cosas importantes,

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antes de poderlas articular, se descubren leyendo.

4. ¿Cuáles son esas cosas importantes que puede re-velar un escritor? Un escritor puede articular en el lenguaje aquello que lo rodea; por ende, puede dar sentido a cosas que parecen no tenerlo, aunque todo en verdad lo tiene. Al activar este mecanismo de lenguaje puede crear diálogo con el resto de la gente y, en el mismo sentido, comunicar al otro una interpretación única de la realidad. Escribir crea mundos a los que el lector se puede aso-mar y estar o no de acuerdo con el mismo, dialogar con ese mun-do, interpelarlo, etcétera.

5. ¿Qué revelaciones crees haber encontrado tú, tanto leyendo como escribien-do?, ¿cuáles siguen sin abandonarte?Mi columna en VICE, El Alfabeto (Ilustrado) del Narco Mexicano, revela un estado de conciencia colectivo en México. Lo que hay detrás del miedo y de la violen-cia generalizada. Es decir, las formas que genera y adquiere la violencia en la familia, en la cotidianeidad, en los márgenes de la espectacularidad de la violencia que vemos en Inter-net, periódicos y televisión. Me gustaría ahondar en esos mun-dos cotidianos, pero ahora en los ámbitos de la música y del imaginario religioso.

6. ¿Cuál es tu libro favorito y por qué?Tengo piezas de arte favoritas,

no sólo libros. Decidirme por una peli, un disco o una novela me resulta difícil. Cada momen-to de mi vida ha sido marcado por diferentes títulos debido a razones muy particulares. Uno de los más recientes títulos que me conmovió sobremanera es Say her name, de Francisco Goldman. La manera en que con brutal honestidad narra la muerte del ser amado es ma-ravillosa. Justo la trasgresión entre géneros (de la ficción a la autobiografía) que hace en toda la novela es envidiable.

7. Para ti, ¿qué significa escribir?Escribir para mí es primera-mente un trabajo; también es un modo de darle orden a mis ideas, a mis emociones. Escri-bir también me ayuda a recor-

dar y darle sentido a mi pasado. A veces escribir permite hacer el dolor ante una tragedia más tolerable, pues es una suerte de abyección e incluso exor-cismo. Escribir también es un pasatiempo: gozo escribiendo.

8. ¿Qué piensas de la opi-nión contraria: que el es-cribir sea una especie de posesión, de un trance que quizás se presente como algo demandante más que agradable?Creo que es una idea que en el contexto del romanticismo alemán del siglo XIX se entien-de perfectamente bien. Pero estamos en el 2013, en un mundo muy distinto. Escribir para mí es gozoso, incluso en el sufrimiento que a veces impli-ca profundizar y enfrentarse a

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uno mismo, en términos de psi-cología profunda. Creo que es-cribir construye, no destruye.

9. Es que estoy leyendo a Clarice Lispector, ella de-cía que escribir era a ve-ces algo inminente a ella, algo sobrenatural y creo que muchos escritores en la actualidad sienten esto, pero no se atreven a decirlo, quizá porque los juzguen de locos o porque pierdan credibilidad, o quizá sea lo contrario, que esto sea parte de la mer-cadotecnia, no lo sé, ¿tú creerías que en realidad están trastornados, locos, o que es una estrategia?, ¿piensas que el escribir es algo mucho más tangible y psicológico, un proceso que nada tiene que ver con lo sobrenatural?Me parece que cualquier es-critor puede justificar su es-critura como le plazca. En lo personal creo que no hay nada de sobrenatural en escribir. Insisto: eso es romanticismo decimonónico. Escribir implica otro tipo de compromiso mu-cho más terrenal y mundano. Implica un compromiso con lo que te rodea y con tus ex-periencias personales. Impli-caría, a lo mucho, un compro-miso con el lenguaje y nada más. Escribir no tiene nada de sobrenatural, repito. Escribir es sentarse frente a un tecla-do con el fin de dar sentido a través del lenguaje a tus ex-periencias vitales. Ello puede o no crear un diálogo complejo

con un lector. Ese diálogo es lo que desencadena un cono-cimiento sofisticado de la psi-que y no el acto de escribir.

10. ¿Crees que un escritor tiene una misión?No. No creo que un escritor tenga una misión redentora o algo así. Un escritor escri-be porque le gusta escribir, pero no está llamado a salvar el mundo ni nada por el estilo. Muy pocas personas leen y, en ese sentido, su campo de inje-rencia social es muy pequeño.

11. ¿A qué género literario te inclinas… para verle allá abajito?Intento huir de una categoría. Me gusta mezclar algo de ensa-yo, algo de autobiografía y mu-cho de poesía y ficción. A veces se logra, otras no.

12. ¿Tienes alguna fijación a la hora de escribir, alguna manía, algún ritual?En realidad no, a excepción de que prefiero hacerlo de noche.

13. ¿Cómo es tu proceso de creación literaria?, ¿crees

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en la inspiración? Sí. Creo que hay circunstancias y/o experiencias que invitan a ser “traducidas” al lenguaje. Hay también situaciones que resul-tan, a veces inmediatamente, reveladoras: de ahí que a uno se le ocurran ciertas frases, por ejemplo, en los momentos más inusitados. También hay obras de otros artistas que permiten hacer clara una idea literaria. Sucede a menudo que voy a un concierto o al cine y salgo con ganas enormes de escribir; es lo que decía sobre la lectura: al ver otra pieza de arte resolver

una idea, uno se apropia (o de-sea apropiarse) de ese preciso recurso.

14. Escribir bajo estados alterados de conciencia, drogas, alcohol, ¿qué piensas sobre eso?He hecho muchas drogas y experiencias de alteración de consciencia a lo largo de mi vida. He hecho algunos apun-tes mientras estoy en LSD, pero no muchos. Me parece una pérdida de tiempo y de la sustancia. Prefiero expe-rimentar la vida fuera de mi

computadora en esos estados y después escribir sobre ellos.

15. ¿Entonces se podría decir que vives y después escribes?, y si nunca ves el proceso de escritura como una imposición, ¿cómo se contrapone esto cuando escribes por encargo? Nunca escribo algo que no quiero escribir. Puedo o no aceptar un encargo. Mi deci-sión se basa en mis intereses y no en los de una editorial. El gozo de la escritura, además, está también en el hecho de escribir. He escrito sobre Teo-ría Crítica de la primera mitad de siglo en Alemania, pero también sobre los puestos de mariscos en Sinaloa con el mismo placer y gozo.

16. ¿Crees que un escritor está determinado por el lugar en donde nace?Un escritor puede construirse su propia biografía y geografía leyendo, viajando, viviendo. En mi caso, sin embargo, influ-yó de manera determinante haber nacido y crecido en Ti-juana. Tijuana me acostumbró a cruzar las “fronteras” de gé-nero, de disciplinas, de escri-turas sin mayor preocupación. Tijuana, además, me expuso a experiencias y lecturas que no podía haber tenido en otro lu-gar de México; y no me refiero literalmente a lecturas de tex-tos, sino de lecturas de reali-dades. ¿Ejemplos? La realidad del narco, la realidad de vivir en un mundo híbrido y margi-nalizado de un centro político.

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17. ¿Qué piensas deltérmino “narconovela”?Toda etiqueta es un recurso mercadológico. El término “nar-conovela” engloba un producto literario que - a veces con buen o mal tino- elabora una suerte de antropología poética del mundo narco. Hasta ahora, las mejo-res narconovelas son aquellas que no se venden como tal: un ejemplo es el estupendo libro Trabajos del reino, de Yuri He-rrera, el cual jamás menciona las palabras “narco”, “droga”, “sica-rios”, etcétera. A mí me aburren las novelas explícitas del narco. La literatura que sí me interesa es aquella que surge desde el periodismo: como buen fronte-rizo que soy, me atrae la trans-gresión entre los géneros de ficción, periodismo narrativo e incluso poesía. Un ejemplo se-ría el maravilloso libro de Diego Osorno, Un vaquero cruza la frontera en silencio. Creo que la abundancia de literatura narca (tanto en los géneros de novela, como en el del periodismo narra-tivo) obedece a una necesidad de satisfacer un mercado bas-tante justificado: el lector pro-medio está interesado, ya sea por morbo o por genuina curiosi-dad, en qué ha llevado a México a estar secuestrado por una vio-lencia brutal. El lector promedio quiere explicaciones acerca del porqué de la corrupción, el cómo fue que México se convirtió en un estado coludido hasta el tope con el crimen organizado.

18. ¿Podrías platicarnos brevemente cómo surgió

la idea de escribir Confesiones de un sicario? Es un libro que le propuse hacer a un sicario que conocí como parte del documental para te-levisión, Confesiones de un si-cario, en el que participé como productor periodístico. De los tres sicarios que contacté y en-trevisté para el documental, uno de ellos tenía una historia de vida que revelaba muchos de los “paradigmas” que sostienen el infierno en que se ha conver-tido México. Contar la historia de Drago me permite hacer una ra-diografía no sólo de la mente de un asesino, sino del desmorona-miento vertiginoso y violento de un país. Entonces le propuse a Drago que escribiéramos juntos su vida. Y así lo hicimos, sin reve-lar ningún dato que comprome-tiera su seguridad. Actualmente está amenazado de muerte y escondido en una de las sierras mexicanas. Al libro le fue bien en ventas. Creo que porque la gen-te está ansiosa (literalmente) por saber qué ocurre con México en relación al crimen organiza-do. El país está al filo del colapso y no basta la nota roja o los noti-ciarios televisivos. El periodismo narrativo y su coqueteo con la ficción, como lo han hecho au-tores como Diego Osorno y Ale-jandro Almazán, puede ser una salida a este extravío.

19. ¿Por qué crees que ver las cosas de frente, en este caso leerlas (de mano del periodismo narrativo) cam-bia la situación del mexica-no o le brinda una salida al

desconocimiento, más allá de simplemente saciar sus ansias?Como te decía, no creo que la escritura resuelva un asun-to público en lo particular. Lo que sí hace es crear radiogra-fías o aproximaciones que dan sentido -en este caso- a una realidad atroz, a una realidad terrible como es la que se vive en México. No sólo me refiero a la violencia explícita, sino a la violencia de la corrupción, de las jerarquías de clase, de la estupidez de nuestros líderes políticos.

20. ¿Tu música y tu escritu-ra se tocan en algún punto o cohabitan en planos dis-tintos?Tocar, escribir, producir docu-mentales... todo es parte para mí del mismo proyecto intelec-tual. Es decir, son “aplicacio-nes” de un mismo principio y objetivo, que es el de elaborar un mapa de experiencias en torno a la violencia y las fronte-ras geográficas, sociales, polí-ticas y de disciplinas y géneros. Veo todas esas disciplinas de manera integral.

21. Finalmente, ¿qué estás escribiendo ahorita?Ahora estoy preparando la ver-sión en libro de mi Alfabeto (Ilustrado) del Narco Mexicano, la columna que tenía en VICE y una novela gráfica de mí, auto-biográfica, acerca de mis expe-riencias en giras como músico.

Gracias.

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Rita G. Cerezo

Según la Real Academia de la Lengua, la palabra zombi es de origen africano occidental, aunque también podría estar relacionada con el nombre de una serpiente sagrada en cier-tas regiones de Nigeria y Con-go, el cual a su vez proviene del término nzambi, que sig-nifica “dios o espíritu de una persona muerta”.El concepto de zombi aparece originalmente asociado al vudú, y es en Haití donde encontra-mos mayor presencia de ello, sobre todo a partir del siglo XVII cuando, con objeto de trabajar en las plantaciones, se trajo de África a una gran cantidad de esclavos que practicaban la re-ligión el vudú. Dicha religión te-nía un aspecto negativo y a los sacerdotes que se inclinaban a éste se les denominaba bokor, es a ellos a quienes se atribuye la creación de los zombis, que eran personas a quienes se les inducía la muerte para luego convertirlas en esclavos de los brujos que, en muchos casos, eran explotados trabajando en las plantaciones.Se les describe como seres dó-ciles, incapaces de hablar, con un rostro totalmente carente de expresión.

ZOMBIES DE LAS LEYENDAS RURALES A

Sin embargo, de acuerdo con la creencia popular, si los zombis ingerían sal, tomaban conciencia de su condición y podían llegar a atacar a sus amos para liberarse y regresar a sus tumbas a descansar; en el camino, podían toparse con sus familiares, lo cual dio lugar a varios testimonios que atra-jeron la atención de los cien-tíficos. No obstante, muchos de los investigadores conclu-yeron que estos supuestos zombis no eran sino enfermos mentales, incapaces de llevar una vida normal y valerse por sí mismos; aunque aún per-manecía la duda de por qué personas sanas que aparen-temente habían muerto, de pronto aparecían reducidas a esta condición.

En 1982, Wade Davis, un et-nobotánico prestigioso, fue enviado a Haití para hallar la droga usada por los bokor para zombificar a sus víctimas. Como fruto de esta visita, Davis escribió el libro La serpiente y el arcoiris ,

donde describe la zombifica-ción en dos pasos: el primero, “un golpe de polvo” que pro-voca la muerte de la víctima; el segundo paso, luego de los servicios fúnebres, es la rea-nimación de la víctima, desen-terrada por el bokor, mediante la aplicación de otros polvos, aunque lo que despierta es un ser sin voluntad, que servirá sin restricciones al hechicero.Son estos los zombis que apa-recen en las primeras pelícu-las que tratan el tema, como

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White zombie (1932),

de los hermanos Victor y Ed-ward Halperin, estelarizada por Bega Lugosi y que, por cierto, fue considerada un pla-gio de la obra de teatro Zom-bie, y obtuvo malas críticas, aunque resultó del gusto del público. La trama es sobre un villano que posee una legión de zombis que trabajan para él, tal como los bokor haitianos.En Invisible Invaders (Edward L. Cahn, 1959)

Plan 9 from Outer Space (Ed Wood, 1959)

y The Astro Zombies (Ted V. Mikels, 1968)

hallamos ya una especie de transición, pues los cadáveres son reanimados sin ayuda de la magia y muestran ya agre-sividad por sí mismos, inde-pendientemente de quién los domine. No obstante, es The night of the living dead (George A. Romero, 1968)

la que inaugura el subgénero de zombies tal como lo cono-cemos en la actualidad y que ha dado origen a una tipología muy bien definida:a) Zombie clásico: el asociado con el vudú.b) Zombie moderno: el muerto viviente que devora cerebros y que, con sólo una herida, provoca que su víctima caiga en la misma condición.c) Infectados: No son en sí muertos vivientes, pues están vivos, pero su modo de actuar es muy parecido ya que sólo actúan movidos por el instinto y atacan a quienes no están infectados como ellos, provocando que se contagien y actúen igual.Night of the Living Dead, de George A. Romero,

LA CRÍTICA SOCIAL

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instauró el concepto de zombi moderno. La película se basó en un relato escrito por el director, Anubis, inspirado en la novela Soy leyenda de Richard Mathe-son, donde el protagonista es el único sobreviviente a una plaga que ha convertido en vampiros a todos los seres humanos. Anu-bis, fue transformado en guión por John Russo, quien junto con Romero, Russell Streiner y otros 7 amigos fundaron la productora Image Ten.Para su primer proyecto, los jó-venes contaban con un presu-puesto muy bajo que los llevó a tomar decisiones sobre el guión y la filmación que a la larga inci-dirían de manera muy positiva en el impacto de la película, por ejemplo, descartar la presencia de alienígenas por la complica-ción de los efectos especiales o utilizar el blanco y negro por ser más baratos los costos. Así, el casting estuvo conformado por dos actores profesionales: Dua-ne Jones (Ben) y Judith O’Dea (Barbara), los propios miem-bros de la productora Harry y Hellen Eastman (el matrimonio Cooper) y un grupo de extras elegidos entre los ciudadanos de Pittsburgh.La noche de los muertos vivien-tes indaga sobre el comporta-miento de un grupo de perso-nas en una situación límite.

No me importa lo que son. No me importa de dónde

vinieron. Pueden ser cual-quier desastre. Podrían ser un terremoto, un huracán, lo que sea. En mi mente, no representan nada para mí, salvo un cambio global de algún tipo. Y las historias son acerca de cómo la gente res-ponde o no responde a este y eso es realmente todo lo que han representado para mí. Eso es lo que pensé en el libro de Richard [Matheson], en el libro original Soy leyen-da, esto es lo que pensé que trataba el libro. 1

Y lo que nos muestra es cómo la irracionalidad se apodera de los protagonistas, quienes termi-nan por volverse más inhuma-nos que su amenaza, fiel retrato de una sociedad decadente.El final de la década de los 60’s fue un periodo de “efervescen-cia revolucionaria”2 en todo el mundo, los jóvenes asumieron un papel activo en los cambios sociales (México, Francia, Po-lonia, E.U. etc.), y varios gru-pos relegados hasta entonces comenzaron a reclamar sus derechos (Black Power, Gay Li-beration). En este contexto la trama planteada por Romero en La noche de los muertos vi-vientes no podía librarse de una lectura sociopolítica, a pesar de que Romero y los miembros de Image Ten han afirmado que en el momento de filmarla no eran conscientes de las inter-

pretaciones que se ha hecho posteriormente a la película. No obstante, el film ha trascendido como el retrato de una sociedad en declive, lo cual lo ha llevado a convertirse en una obra de culto y a formar parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York.En La noche… queda patente el lado oscuro de la condición humana: los muertos vivientes no son sino una proyección de nosotros mismos; sin voluntad ni capacidad de raciocinio, sino guiados por un impulso destruc-tor, los zombis de Romero pue-den identificarse con las masas. No existe en ellos la individuali-dad, podría ser cualquiera y de hecho cualquiera a nuestro lado puede convertirse en uno de ellos de un momento a otro.Los vivos, los que luchan por sobrevivir, son incapaces de ponerse de acuerdo y pierden el tiempo en discusiones in-fructuosas, desde el principio la institución de la familia es cuestionada cuando Barbara y Johnny visitan a su madre en el cementerio más por obligación que por otra cosa. Más adelan-te, la evidente falta de armonía en el matrimonio de los Cooper, que no pueden dejar de agre-dirse aún frente a su hija enfer-ma, refuerza esta idea.Priva el egoísmo y el autorita-rismo en Ben y Harry Cooper, que son incapaces de llegar a un acuerdo y actúan llevados por

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la intolerancia y es significativo el hecho de que ambos sean de distintas razas y que, aunque parecen ser tan distintos en un primer momento, al final resul-tan ser muy parecidos.Los medios de comunicación por otra parte, están presentes desde el inicio de la película, los protagonistas buscan enterar-se de lo que sucede a través de estos –y sólo en eso concuerdan todos–, como si en ellos pudie-ran encontrar la verdad, pero no sucede así, pues encontramos diferentes hipótesis y descon-cierto. A pesar de ello, no dudan en seguir las instrucciones que se les dan y su objetivo es llegar a alguno de los lugares sugeri-dos en la transmisión.Al final, cuando las cosas pa-recen estar bajo control y los vivos recuperan el mando, las imágenes nos hacen reflexio-nar sobre la idea contraria, pues los muertos vivientes son cazados y acabados con saña –después de todo ellos actuaban por instinto, pero los vivos van más allá y muestran una crueldad sin límites–.Esta premisa es explorada en las secuelas del propio Rome-ro, como en Dawn of the Dead (1979), donde además se hace una crítica al consumismo en el que estamos envueltos, cuando vemos a los zombies recorrer el centro comercial de manera no muy diferente a como lo hacían mientras esta-

ban vivos, o cuando los prota-gonistas olvidan su situación al recorrer las tiendas y elegir los productos sin limitaciones.En la tercera parte de la serie, Day of the Dead (1985), la críti-ca se centra en la ambición por el poder, aquí los protagonistas son un grupo de militares y uno de científicos, encerrados en una base militar subterránea donde se llevan a cabo experi-mentos para tratar de controlar a los muertos vivientes. Desta-ca también Diary of the dead (2008) donde se cuestiona a los medios de comunicación y la manera en que manipulan la in-formación, pero también al pú-blico, que parece insensible ante la violenta realidad que le rodea. Y aunque muchas películas posteriores de este subgénero, como las del italiano Lucio Fulci, se quedan sólo en lo superficial: la violencia, la sangre, la muer-te, encontramos dignas here-deras de Romero que muestran esta sensibilidad para retratar y cuestionar la realidad actual, un digno ejemplo lo encontramos en Shaun of the dead, película inglesa dirigida por Edgar Wright, en 2004.

Pero recientemente, encontra-mos a los zombis presentes no sólo en el cine, sino también en la literatura, en cómics, en series de televisión, e incluso en nuestro entorno, en un sal-to a la realidad encarnados en los fanáticos que se disfrazan y marchan en multitudes alre-dedor del mundo. ¿Por qué los zombis son los monstruos de moda? Porque son nuestro me-jor espejo como sociedad, “ellos son nosotros y nosotros somos ellos”, dice Barbara al final del remake de Tom Savini . 3

1 Roberts, Sheila (2007). «Inter-view: George Romero» (en in-glés). MoviesOnline. Consultado el 5 de mayo de 20122 Expresión de Claude Lefort.3 Night of the Living Dead, 1990.CRESPO, Borja. La noche de los muertos vivientes. El infierno que camina, Valencia: Midons, 1998. 95 pp.“Entrevista a Wade Davis en Zom-biemania” en Zombi.blogia, 17 de diciembre de 2009, en línea: http://zombi-blogia.blogspot.m x / 2 0 0 9 / 1 2 / e nt rev i s t a - wa -de-davis-en-zombiemania.htmlROWLETT, Jakki “You Think I The-refore Am?: The Ethnobiology and Ethics of the Haitian Zombie” en Serendip Studio, 7 de enero del 2002, en línea: http://serendip.brynmawr.edu/biology/b103/f00/web2/rowlett2.html

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Decálogo de la literatura efímera y sintética – por Erick DiegoPrimer mandamiento: tomar la literatura efímera y sintética con la seriedad del lanzador de piedras (no se entienda por indirectas) puede ser para derri-bar un gigante como en el caso de Goliat o ser la primera piedra contra la adúltera (llamaremos así al inconsciente) sabiendo que al caer en el río de nuestro objetivo, generará las clásicas ondas de la consecuencia.

Segundo mandamiento de la literatura efímera y sintética: todo lo que escribas debe ser espontáneo influido por la circunstancia, por el clima, por el spam, será tan inmediato como la escritura automática pero sin ningún trance previo.

Tercer mandamiento de la literatura efímera y sintética: no caerás en la ten-tación de guardar ningún fragmento, borrar sí, borrar y borrar todo lo que se pueda incluso en sus propias vidas.

Cuarto mandamiento de la literatura efímera y sintética: cada post debe ser au-tónomo y defenderse por sí solo, no lo reforzarás con un fragmento siguiente, no te engañes, lo que no puedes decir en 420 caracteres no lo dirás en una novela.

Quinto mandamiento de la literatura efímera y sintética: tus acciones y tu vida diaria son la portada de tu libro, tú decides ser de pasta gruesa o de bolsillo.

Séptimo mandamiento de la literatura efímera y sintética: una vez por mes escribirás con aerosol en la vía pública excepto en las fachadas de los zoo-lógicos, tomarás una foto y la pondrás en el buzón de un desconocido.

Octavo mandamiento de la literatura efímera y sintética: no desearás la tras-cendencia literaria de tu prójimo, entenderás que sólo es vanidad, un co-rrer tras el viento.

Noveno mandamiento de la literatura efímera y sintética: nunca uses seudóni-mos, no cubras tu cara con falsas identidades, eres tus pensamientos, nunca se es profeta en su propia tierra, por eso es tan válido empezar por ahí.

Décimo mandamiento de la literatura efímera y sintética: sigue el ejemplo de las películas subtituladas, un puñado de palabras escritas le dan sentido a un lenguaje audiovisual en cada escena, subtitula todo lo que se origina en tu cabeza, aunque sea imposible de traducir exactamente.

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...¿Qué sostiene nuestro trabajo?¿Qué sostiene nuestra vida?

“No hemos dejado este mundo.Aún hay envidia, estupidez, el deseo de ser alguien, de ser

reconocido, la necesidad de valer algo, y peor aún, la necesi-dad de autoridad. Son las ruinas que el viejo mundo ha dejado

en nosotros y que no hemos abandonado. A la luz de ciertos proyectores, a veces nuestra caída nos produce la sensación

de una decadencia”.

E hicimos una película de nuestras vidas. Y como en todas las películas, éramos inmortales y nos sentíamos habitados por emociones diversas. Y nos convertimos en el explorador

que se come el mundo o en el padre o la madre de una familia feliz, y nos conmovimos al ver a los personajes que nos

rodeaban, que eran nuestros padres y nuestros hijos vivos y muertos, es decir los hijos que ya no pudimos tener o los que tuvimos muertos. Y tocamos con nuestros dedos las paredes y nos decimos, esto no es una pared de cartón piedra. Esta es

nuestra vida.

Y la pared del decorado se tambalea...

Fragmento de la obra El nacimiento de mi violencia http://marcocanale.tumblr.com/

El nacimiento de mi violenciaDe Marco Canale.

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