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Sistematización Memoria que deja huella ISSN: 2344-7419 * NÚMERO 1 - ENERO - ABRIL 2013, BOGOTÁ D.C., COLOMBIA REVISTA DE EDUCACIÓN Fundación Convivencia VOLUMEN 1 - NÚMERO 1 ENERO - ABRIL 2013 *Trayectoria del trabajo en equipo en la Fundación Convivencia *Fundación Convivencia: en los vaivenes de la competencia, la competitividad y el capital humano

revIsta de educacIón Fundación Convivencia

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Page 1: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

SistematizaciónMemoria que deja huella

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revIsta de educacIón

Fundación Convivenciavolumen 1 - número 1

enero - abrIl 2013

*Trayectoria del trabajo en equipo en la Fundación Convivencia

*Fundación Convivencia: en los vaivenes de la competencia, la competitividad y el

capital humano

Page 2: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

La REVISTA DE EDUCACIÓN FUNDACION CONVIVENCIA no hace necesariamente

suyas las opiniones y criterios expresados por sus colaboradores.

Se permite la reproducción total o parcial de los contenidos de esta revista citando la fuente y enviado copia de la

publicación a la Fundación Convivencia.

Tema CenTral

05 Trayectoria del trabajo en equipo en la Fundación Convivencia 09 Fundación Convivencia: en los vaivenes de la competencia, la competitividad y el capital humano

15 El trabajo en equipo como competencia, competencia para trabajar en equipo. Dos enfoques desde la trayectoria de la Fundación Convivencia

separaTa

20 Apuntes en torno a la historia reciente de la educación en Colombia a propósito de la experiencia de la Fundación Convivencia

enTreVIsTa

36 Trabajo en equipo, reconciliación, Convivencia y perdón

InVITaDO39 El carácter político de la sistematización

reseña

46 Desconectados habilidades, educación y empleo en América Latina.

2 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 3: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Fundador Luis Abdón Arévalo Cuellar

Asesoría GeneralOctavio Garzón AcostaMireya González Lara

Dirección General Sandra Patricia Vargas Ávila

Consejo EditorialDavid Rubio GaviriaIsabel Torres de CaballeroMaría Isabel Heredia DuarteMireya González Lara

EditorMarilyn González Reyes

Área de Comunicación y DiseñoMarilyn González ReyesMa. Cristina López Díaz

FotografíasJohanna Angélica Arias GonzálezArchivo Fotográfico Fundación Convivencia

Corrector de EstiloLuis Fernando Zamora

TraductorPilar Lagos

Administración y finanzasMarleny Pacheco García

Publicación Cuatrimestral

presenTaCIÓnCada uno posee una memoria, y es precisamente por la memoria que uno

es un individuo. A los veinte años, a los sesenta, a los ochenta, uno se

identifica consigo mismo al tomar como referencia su pasado, un pasado

del cual es el único poseedor por más que exista también en la memoria

de otros.

Pierre Vidal-Naquet

La década perdida. Este es el recuerdo que se ha instalado en la memo-

ria latinoamericana para los años que componen la década de 1980.

Cuando se miran desde hoy aquellos años, emergen los recuerdos de

las crisis económicas, las impagables deudas externas, las inflaciones

y las devaluaciones. La educación, según cuentan los expertos en el

campo, tampoco escapó a los recuerdos amargos; en términos genera-

les, durante los ochentas, estas circunstancias provocaron cierto desen-

canto de la educación, antes concebida como la base para el desarrollo

de los pueblos del, como se nominaba en ese entonces, “Tercer Mundo”.

Ante la desilusión, repensar la educación y sus fines dentro del marco

del reajuste de recursos públicos fue el proceso que acompañó, en

parte, la idea de crisis educativa.

En medio de este recuerdo, también residen en la memoria los esfuer-

zos en el recorrido del camino, las voluntades para fortalecer la edu-

cación, y rescatarla de su crisis, camino que ha sido recorrido por La

Fundación Convivencia desde 1983, que vio en el trabajo en equipo

una estrategia para incidir en la práctica pedagógica, y de esta manera

fortalecer los procesos educativos.

En este primer número de la Revista de Educación Fundación

Convivencia, se comentan los primeros hallazgos del proceso de siste-

matización adelantado por su equipo pedagógico. Es nuestra intención

continuar apoyando la educación por medio de la propuesta del traba-

jo en equipo, que al interior de la Fundación tiene ya un acumulado de

veinticinco años de análisis, debate y fundamentación pedagógica. Es

por ello que consideramos que este fascículo es de particular interés

para maestros, directivos docentes, facultades de educación, maestros

en formación e investigadores en educación.

Isabel Torres de Caballero, asesora pedagógica de la Fundación

Convivencia desde sus inicios, hace memoria del andar de la Fundación

pues ha vivenciado sus transformaciones, artículo que ha decidido

titular: Trayectoria del Trabajo en Equipo en la Fundación Convivencia.

Aquí se recuenta la inquietud de su gestor, Luis Abdón Arévalo Cuéllar,

por ofrecer el desarrollo de habilidades de trabajo en equipo a la edu-

cación colombiana.

SistematizaciónMemoria que deja huella

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REVISTA DE EDUCACIÓN

Fundación ConvivenciaNÚMERO 1

ENERO - ABRIL 2013

*Trayectoria del trabajo en equipo en la Fundación Convivencia

*Fundación Convivencia en los vaivenes

de la competencia, la competitividad y el capital humano

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 3

Page 4: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

4 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

El artículo titulado Fundación Convivencia: en los vaivenes de la com-

petencia, la competitividad y el capital humano; realiza una explora-

ción del contexto histórico en el que la Fundación Convivencia tiene su

lugar de emergencia. Igualmente, David Andrés Rubio Gaviria, su autor,

analiza el enlace de los principios y fundamentos de la Fundación con

algunos discursos prevalentes para la educación en la época, tales

como el de capital humano. En esta misma medida, el artículo da cuen-

ta del tratamiento de las nociones de competencia y competitividad al

interior de los discursos propios de la Fundación.

El proceso de sistematización ha permitido establecer otros enlaces

con las nociones emergentes en el contexto educativo, y ello es evi-

dente en el artículo El trabajo en equipo como competencia, compe-

tencia para trabajar en equipo. Dos enfoques desde la trayectoria de la

Fundación Convivencia, aportado por María Isabel Heredia. Texto que

la autora presenta como un análisis preliminar del trabajo en equipo

y competencias, en tanto categorías que han entretejido relaciones al

interior de la producción escrita de la Fundación Convivencia.

En la dinámica del proceso de sistematización, la Separata de este

fascículo la compone el artículo de Mireya González Lara titulado:

Apuntes en torno a la historia reciente de la educación en Colombia:

a propósito de la experiencia de la Fundación Convivencia; texto que

hace una mirada integral de la historia de la Fundación, articulada con

la historia general de la educación, de la pedagogía y de las políticas

educativas en Colombia.

Oír otras experiencias en torno a los mismos fines puede ser otra

forma de fortalecer la identidad. Es así como la Fundación Convivencia

dialoga con otras instituciones y encuentra lazos que llegan a aunar

las fuerzas. En este sentido, la comunicadora social Marilyn González

Reyes presenta el artículo: Trabajo en equipo, reconciliación, conviven-

cia y perdón; una entrevista hecha a Leonel Narváez Gómez, sacerdote

y director de la Fundación para la Reconciliación.

Finalmente, para el cierre hemos invitado al profesor de la Fundación

Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano - CINDE - Luis

Fernando Escobar Cano, su artículo titulado: El carácter político de la

sistematización, ofrece un marco referencial al ejercicio de la sistema-

tización de experiencias, como mirada de autoafirmación, de crítica y

de reflexión, proceso que conduce, según sus afirmaciones, a “mejores

prácticas, en el sentido de más fundamentadas”.

La primera edición de la Revista está pensada desde nuestra expe-

riencia, que ha intentado brindar a la educación una estrategia que

posibilite mejorar su práctica pedagógica y didáctica. Esa estrategia

es el trabajo en equipo, y en ella la Fundación Convivencia ha venido

insistiendo y buscando eco desde hace veinticinco años; igualmente,

estamos abriendo un debate con miras a enriquecer nuestra propia

mirada.

Equipo pedagógico de la Fundación Convivencia

Page 5: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

Resumen

Más que artículo, aquí hay memoria; hay un intento de mostrar el trasegar de la

Fundación Convivencia desde sus inicios en 1983 y su categoría fundante: el trabajo en

equipo. Para su construcción ha acudido, no sólo a los documentos que se produjeron a

lo largo de sus 25 años, también a los recuerdos de las experiencias vividas.

Abstract

More than an article, it is a memory; there is an attempt to show the path “Fundación

Convivencia” has followed since its inception in 1983 and its founding category: team-

trayectorIa del trabajo

en equIpo en la fundacIón

convIvencIa

trabajo en

equIpo reunIón

de personas

comprometIdas con un

Isabel Torres de Caballero 1

[email protected]

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 5

objetIvo común

Page 6: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

work. For its construction, not only the

documents that were produced over 25

years, but also the memories of their

experiences were used.

Palabras clave: Fundación Convivencia,

trabajo en equipo, proyectos de aula,

pedagogía.

El trabajo en equipo y su articulación

con la educación, ha sido el tema funda-

mental de preocupación de la Fundación

Convivencia2 desde sus inicios en 1983.

Su gestor Luis Abdón Arévalo Cuéllar,

encontró en esta estrategia la respuesta

a los problemas de pertenencia y convi-

vencia, con miras a lograr el desarrollo

y mejoramiento de las habilidades y des-

trezas que una persona debe poseer para

su integración al medio productivo de la

sociedad y, así, lograr un ascenso social.

Como empresario de la esfera privada

pero con una preocupación altamente

social, al gestor le inquietaba el papel

que debía cumplir la educación en el

desarrollo económico y productivo del

país. En este sentido, la escuela sería el

lugar en el que las destrezas y aptitudes

de las personas se forman y refuerzan. En

1983 se redactó el documento Despegue

por impulso propio que fundamentaba el

trabajo de la Fundación así:

Desarrollar al hombre, enseñándo-

le, desde la primaria a medirse en

relación con sus compañeros, estu-

diando en grupo, haciendo trabajos

en equipo, compitiendo sanamente

por los primeros lugares, tal como se

hace en los deportes. Si así se hace

la sociedad evolucionará hacia una

mejora general, porque aparecerán

dirigentes sociales, artistas y cien-

tíficos, capitanes de empresa que

crearán industrias, las cuales compe-

tirán entre sí con indudable beneficio

social. (Fedespegue, 1983:p. 9).

En sus comienzos, la institución se llamó

Fundación Despegue por Impulso Propio.

Fedespegue, e inició sus actividades en

algunos colegios de Bogotá, entre ellos

la Academia Militar Caldas, el Colegio

Nacional Nicolás Esguerra, el Colegio

Magdalena Ortega de Nariño y el Colegio

El Libertador de Bosa, con el fin de

poner en práctica un sistema de evalua-

ción de rendimiento de los estudiantes,

siguiendo las disposiciones legales del

Ministerio de Educación Nacional.

De estas experiencias, la más significa-

tiva fue en el colegio oficial de Bogotá

Magdalena Ortega de Nariño; llevada a

cabo entre 1986 y 1993 donde se aplicó

una estrategia de calificación en rela-

ción con el grupo, tendiente a estimular

en los escolares de educación básica y

media vocacional, la socialización y una

mayor motivación hacia el estudio. El

objetivo era proyectivo, es decir, fomentar

personas más capaces, con metas más

amplias y más productivas.

La experiencia fue exitosa, pues según

el seguimiento, pudo crear en las estu-

diantes mayor interés por su rendimiento

académico y generar sentimientos de

colaboración y ayuda mutua. Ello logró

trascender el ámbito escolar, pues no

solo las estudiantes se empezaron a

preocupar por el rendimiento académico

como un problema de grupo, sino que

también se interesaron por encontrar y

analizar las razones que lo impedían, y

por encontrar soluciones. Igualmente, en

la experiencia participaron de manera

activa padres de familia, docentes, estu-

diantes y directivas de la institución.

En esta primera etapa, el trabajo en equi-

po se empleó para darle piso al proceso

de evaluación por curva3, haciendo uso

de conceptos como: educación para la

vida, competencias, resolución de pro-

blemas y formación en valores subjetivos

y comunitarios. El trabajo en equipo en

los estudiantes, se presentó por aquellos

años como la oportunidad de sociali-

zación, de motivación colectiva y como

alternativa para comparar rendimientos.

Comparaciones que se hacían entre estu-

diantes y entre grupos de estudiantes.

Así se planteó el trabajo en equipo en sus

comienzos, para comparar avances entre

sujetos y, a través del encuentro entre

equipos, incrementar la motivación, con

metas comunes. Esto tenía como propó-

sito la formación de ciudadanos capaces

y cooperativos, con la habilidad de trans-

formarse y, con los otros, transformar la

sociedad.

El fundamento pedagógico del trabajo en

equipo en la Fundación, ha tenido como

referentes los trabajos de Piaget (el suje-

to interactúa con el objeto del conoci-

miento), Vigotsky (la construcción social

del conocimiento) y Ausubel (aprendizaje

significativo). También tuvo sustento en

otras experiencias pedagógicas, como

las expuestas en el documento Japanese

Education Today (traducido al español

por Diana Solano, 1987):

Para los japoneses la educación siem-

pre ha tenido metas importantes que

van más allá de la adquisición de

conocimientos, el enriquecimiento

intelectual o las herramientas voca-

cionales. La educación moral y el

desarrollo del carácter forman parte

de las principales inquietudes. La

sociedad japonesa da mucha impor-

tancia a las relaciones interpersona-

les armoniosas y a la habilidad de

cooperar con otros. Se cree que el ser

miembro de un grupo bien organiza-

do y unido que trabaja en busca de

metas comunes, es una experiencia

humana natural y placentera y la

escuela refleja esta prioridad cultural.

Las actividades de clase se estructu-

ran para fomentar la participación en

actividades de grupo y enfatiza en la

responsabilidad que cada estudiante

tiene con su clase y su escuela como

un todo y desarrolla la lealtad grupal.

(OERI, 1987: p.3)

También se tuvieron como referentes

experiencias realizadas en Canadá, Nueva

Zelanda, México y Estados Unidos sobre

aprendizaje cooperativo y colaborativo.

Así se configuró una estrategia centrada

6 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 7: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

Fomentar la convivencia entendida como la relación entre todos los actores institucionales”

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 7

Page 8: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

en el trabajo en equipo, entendido para

la Fundación como “la reunión de un

pequeño número de personas con habili-

dades complementarias, comprometidas

con un objetivo común, que buscan un

excelente desempeño y una meta en la

que todos son responsables” (Fundación

Convivencia, 2007: p. 13)

Aunque ya lo venía haciendo tangen-

cialmente desde sus inicios, fue en 2004

cuando la Fundación se preocupó por

profundizar en el diseño y aplicación de

programas de formación docente centra-

dos en el trabajo en equipo como estrate-

gia para desarrollar en el aula, en donde,

a través de talleres prácticos se desarro-

llaban distintas temáticas: concepto de

trabajo en equipo y principios que lo fun-

damentan; mecanismos de organización

en el aula de clases; los roles que deben

desempeñar los integrantes; el trabajo

en equipo y el aprendizaje cooperativo

y colaborativo; el constructivismo y el

trabajo en equipo; las competencias; el

aprendizaje significativo; la evaluación,

el papel del maestro en el trabajo en

equipo y la importancia de la interlocu-

ción, entre otros.

En 2008, la Fundación orientó su trabajo

de formación para maestros en la pers-

pectiva de la pedagogía de proyectos.

Desde tal enfoque, se propuso diseñar

procesos formativos que permitieran a

profesores de diversas instituciones, la

puesta en marcha de proyectos de aula

que posibilitaran la inserción del trabajo

en equipo como estrategia tendiente a

garantizar el desarrollo de los principios

misionales trazados por la Fundación.

Como un espacio para la reflexión y dis-

cusión de temas vigentes en el ámbito

educativo, en 2009 se creó la Red de

Investigación sobre Trabajo en Equipo y

Pedagogía de Proyectos, cuyo objeto era

la socialización de experiencias e inves-

tigaciones de interés para los docentes.

En 2010, la Fundación continúo con la

propuesta de los procesos de formación

docente, y en este caso se llevó a cabo

bajo dos modalidades: investigativa y de

talleres específicos. La modalidad inves-

tigativa involucraba el conocimiento de

las características particulares de las

instituciones y el perfil pedagógico, ello

con el fin de identificar los ejes sobre

los cuales se desarrollaría el proyec-

to de formación y acompañamiento. La

modalidad de los talleres, por su parte,

tenía como finalidad el trabajo in situ;

el equipo docente tenía la posibilidad

de fundamentarse sobre el trabajo en

equipo desde la teoría y la práctica, ade-

más de su articulación con la pedagogía

por proyectos y la evaluación educativa,

entre otros. Los talleres, acordes a las

necesidades de la institución y su marco

pedagógico, también formaron parte del

compartir con los docentes de las distin-

tas instituciones educativas.

Hoy la Fundación Convivencia continúa

más que nunca buscando la manera de

incidir positivamente en la educación.

Aunque en efecto ha ensanchado y trans-

formado sus horizontes con el tiempo,

sus fines siguen siendo los mismos:

fomentar la convivencia entendida como

la relación entre todos los actores insti-

tucionales, en donde cada uno asume sus

derechos y responsabilidades, propender

por una educación más acorde con las

realidades que enfrentan los jóvenes en

Colombia, y en definitiva, ayudar a cons-

truir una sociedad más justa.

Referencias:

AREVÁLO, L. (2013). El despegue por

impulso propio. En: www.fundacioncon-

vivencia.org

FUNDACIÓN CONVIVENCIA (2007).Los

equipos interactivos como propuesta

pedagógica. Bogotá: documento de tra-

bajo.

OERI (1987). Japanese Education Today.

Trad. Diana Solano. Washington: PhillCarr.

1. Asesora Pedagógica Fundación Convivencia.

Normalista Superior, Licenciada en Ciencias

Pedagógicas y Administración Educativa de la

Universidad Nacional de Colombia. Autora de

textos escolares.

2. En sus comienzos se llamó Fundación

´´Despegue por Impulso Propio, FEDESPEGUE´´.

Considerada por aquel entonces como una ins-

titución sin ánimo de lucro, con personería

jurídica otorgada por Resolución del Ministerio

de Educación Nacional, y creada con el fin de

contribuir a la formación de ciudadanos del

mañana “para una mejor convivencia”.

3. En la evaluación por curva, se toma un curso

compuesto por un determinado número de alum-

nos, se hace la evaluación y se establece una

jerarquía de cabeza y cola. Los que estén en la

parte alta sacarán los mejores puntajes.

8 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 9: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

fundacIón convIvencIa:

en los vaIvenes de

la competencIa, la

competItIvIdad y el

capItal humano

“Nuestro esfuerzo debe encaminarse a desarrollar al hombre, enseñandole desde la primaria a medirse en relación con sus compañeros, estudiando en grupo, haciendo trabajo de equipo”

Resumen

La segunda mitad del siglo XX es el periodo en el que la educación emerge como siste-

ma y en el que, en definitiva, se intensificará el proceso de expansión de la escuela. En

tal periodo, la economía occidental realizó variados análisis para el aseguramiento de

la población. La teoría del capital humano fue uno de los resultados de tales análisis,

que consiste en el ascenso económico de los individuos y de las sociedades, a partir de

la inversión en educación. Es en este contexto en el que la Fundación Convivencia –

Centro de Investigación Educativa inició sus labores en la década de 1980.

Abstract

The second half of the twentieth century is the period when education emerges as a

system and as a result the expansion of the school is intensified. In that period, the

western economy made varied analysis for population assurance. The human capital

theory was one of the results of such analysis, which is the economic rise of individuals

and societies, as a result of investment in education. It is when “Fundación Convivencia

– Centro de Investigación Educativa” was launched in the 1980s.

Palabras clave: sistema educativo, teoría del capital humano, competencia, Fundación

Convivencia.

Presentación

La Fundación Convivencia – Centro de Investigación Educativa, se creó formalmente en

1988, pero desde mediados de esa década realizó diversas actividades en instituciones

educativas de Bogotá, especialmente. Tales actividades se enmarcaron en principio en

la perspectiva de la evaluación del rendimiento de los estudiantes, en el diseño de la

evaluación de los desempeños y en la hipótesis de la competencia entre grupos como

principio motivador de tal rendimiento.

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 9

David Andrés Rubio Gaviria 1

[email protected]

Page 10: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

10 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 11: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

Para la última década, la Fundación se ha

propuesto profundizar en las posibilida-

des del trabajo en equipo como enfoque

y como estrategia pedagógica, toda vez

que sus esfuerzos se han orientado al

mejoramiento de la calidad educativa, no

solamente en perspectiva de los resul-

tados y de los procesos derivados de la

evaluación escolar, sino desde el ámbito

de las acciones del aula, en cuyo caso el

trabajo en equipo se constituye en esce-

nario de interés e impacto. (Fundación

Convivencia, 1986; 1988; 2001; 2006).

A lo largo de la década del ochenta y

buena parte del noventa, la Fundación,

entonces llamada Fedespegue: Despegue

por Impulso Propio, se ocupó de diseñar

estrategias conducentes a intervenir las

prácticas pedagógicas desde el lugar de

la evaluación, toda vez que en el contexto

educativo nacional, la discusión sobre la

calidad se venía articulando con el dis-

curso de la evaluación de los aprendiza-

jes, de un lado, y de otro, de los procesos

pedagógicos adelantados en la escuela.

Para la década del noventa, la evalua-

ción no es solamente un campo en el

que convergen las relaciones didácticas,

entendidas como los productos reflexi-

vos de los procesos de la enseñanza y el

aprendizaje en el contexto de la escuela,

sino que también comienza a implicar

preguntas sobre la naturaleza, el impacto

y las posibilidades de los procesos que

acaecen al interior de tales relaciones; la

evaluación comienza a constituir un pilar

indiscutible en el debate de la calidad.

Crisis y capital humano: una breve con-textualización

Desde que la educación devino “sistema”

(cfr. Coombs, 1971), tras el acelerado

proceso de su expansión en el segundo

cuarto del siglo XX (Martínez, 2004), la

noción de la “crisis” en el sistema educa-

tivo se apoderó tanto de los países indus-

trializados, como de aquellos identifi-

cados hasta hoy -de modo eufemístico-

como “en vías de desarrollo”. Organismos

internacionales como UNESCO (cfr. Fauré,

1973), agenciaron discursos conducentes

a introducir la idea de la calidad décadas

después, desde la premisa del desarrollo

y el progreso, ideas estas encaminadas a

fortalecer, tanto los procesos de la ciuda-

danía en los países, como la consolida-

ción económica del mundo, en un franco

proceso globalizador.

La fórmula, después de la Segunda Guerra

Mundial, pareció tan segura como indis-

cutible: la posesión de la educación “con

el usufructo de cualquier tipo de capital

material […] es una inversión susceptible

de cálculo acerca de su específica renta-

bilidad” (Becker, 1983 citado por Aronson,

2007: 10), lo que supone, en primer lugar,

que el de la educación era un campo

susceptible de inversiones, como había

venido sucediendo en el viejo capitalis-

mo con los bienes materiales, y que tales

inversiones permitirían en el tiempo cal-

cular su rentabilidad; en otras palabras,

se trataba de comenzar a comprender

la educación (erigida ya como sistema),

como una clara vía para encaminar las

sociedades en las promesas del desarro-

llo y el progreso, hondamente interroga-

das con los efectos de la Guerra, a pesar

de haber sido los pilares del mundo ilus-

trado promovido en el siglo XVIII.

Para la segunda mitad del siglo XX, tanto

desarrollo como progreso se soportarían

sobre un nuevo ingrediente: la educa-

ción de la población y de cada uno de

sus individuos, pues no se trataría sim-

plemente del proceso masificador de la

escuela que ya venía ocurriendo desde

finales del siglo XIX, sino que se trataría

de la educación como la posibilidad de

trabajar sobre las habilidades, las des-

trezas y las potencias de cada sujeto en

particular, a fin de esperar de todos y de

cada miembro del Estado, participación

activa en el fortalecimiento de la eco-

nomía del mercado. Esta es la vía por la

cual educación y empleo se constituirían

en una llave cuyos significados se verían

transformados, en relación con aquellos

circulados por los Métodos Activos, las

Escuelas del Trabajo de Kerschensteiner,

las granjas de Pestalozzi, o los principios

de la experiencia según J. Dewey (cfr.

Rubio, 2010).

Pero volvamos sobre la idea de la “crisis”.

El proceso que rápidamente describimos

atrás se enmarca en la teoría del capital

humano, desarrollada por la economía al

menos en dos momentos: la elaborada

entre 1950 y 1960, y aquella revitalizada

en la del ochenta (Aronson, 2007). Para

el caso de la emergencia de la teoría

del capital humano en el periodo de la

posguerra, las conceptualizaciones avan-

zaron en el sentido de entender la inver-

sión en educación de la población, como

un camino certero para la disminución

de las brechas en el acceso a los bie-

nes materiales (las diferencias entre los

salarios de los trabajadores) mediante

procesos de cualificación centralizados

en la escuela y en la universidad, a fin de

favorecer la ocupación de los sujetos en

puestos de trabajo que la misma diná-

mica económica promovería a través de

principios como el de la equidad.

Estos procesos de cualificación, para los

desarrollos de la teoría entre 1950 y

1960, se diseñarían y llevarían a cabo

desde la noción de los contenidos edu-

cativos: de allí la tecnología instruccional

y la enseñanza por objetivos, como prác-

ticas educativas asociadas a una concep-

ción sobre el aprendizaje de un lado, y

de otro, de las necesidades de experticia

operativa que demandarían los puestos

de trabajo. Se trataba de la formación de

individuos para la certidumbre laboral,

propios de una antigua versión del capi-

tal (Sennett, 2000).

No obstante esta premisa impulsada

por los economistas, para la década del

setenta la formulación teórica del capital

humano se vería cuestionada: la educa-

ción se había constituido en un “bien de

consumo”, dada su implícita promesa de

progreso y de ascenso social de los indi-

viduos, aunque como “bien de inversión”

no estuviese resolviendo los problemas

de distribución y equidad salarial que se

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 11

Page 12: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

había propuesto en un principio (Boudon,

1978; Thurow, 1983). La crisis del sistema

se vería reflejada entonces en la disímil

formación de habilidades en los sujetos,

y en la sobreoferta de profesionales con

diversidad de talento (talento humano,

siguiendo con las nominaciones contem-

poráneas), lo que redundaría en procesos

de competencia por los puestos de tra-

bajo, más que de competencia entre los

salarios (cfr. Aronson, 2007).

Fundación Convivencia: el capital huma-no, las competencias y la subjetivación

La versión del capital humano de la

década del ochenta, sin embargo, es la

que aquí nos interesa. De acuerdo con

Brunner, la subsistencia de las socieda-

des contemporáneas depende de “sus

capacidades de aprendizaje” (2010: 4), y

no tanto de la acumulación de conoci-

miento instrumental, como aquel al que

se había dedicado la educación empa-

rentada con las primeras nociones sobre

el capital humano. Aprender a aprender,

como había sido la consigna de Fauré

y su equipo de trabajo convocado por

UNESCO en 1972, sería la nueva estética

de la existencia para las generaciones de

fines del siglo XX: la educación tendría

como fin, para la última parte del siglo,

la formación de sujetos competentes,

en el sentido de estar preparados para

la incertidumbre, para la resolución de

problemas a partir de la creatividad, ser

adaptables al cambio, al trabajo bajo

presión, a las altas dosis de imaginación

como horizonte del conocimiento que se

adquiere y que se construye, y para ser

flexibles (cfr. Sennett 2000).

Todo esto en el ámbito de una economía

enmarcada en los procesos globalizado-

res propios de las últimas décadas, para

los que las ideas de desarrollo y progre-

so se constituirán en tecnologías (cfr.

Foucault, 2006; 2007), aún más extendi-

das que en el periodo inmediato a la pos-

guerra. La crisis de los sistemas educati-

vos se concentraría en las nuevas formas

subjetivas requeridas por mercados con

alta demanda de empleados con tales

niveles de versatilidad, autoaprendizaje y

autogestión, antes que de especialización

o experiencia.

Es en este ámbito que la Fundación

Fedespegue (hoy Convivencia – Centro

de Investigación Educativa) se situó en

el escenario de la “crisis”. El despegue

por impulso propio, texto escrito por

Luis Arévalo en 19832 y fundacional de

Fedespegue, parte de la idea consisten-

te en que Colombia es un país que, en

tanto en vías de desarrollo, ha requerido

para los fines del siglo XX consolidar

la productividad de sus mercados y su

institucionalidad. En el texto se entiende

que tales urgencias económicas, tendrían

como horizonte de salida la educación

como “taller de la humanidad” -en el sen-

tido de Comenio en su Didáctica Magna

(2010)-, lo que supondría una hipótesis

de partida según la cual a mayor educa-

ción de los sujetos, mayores niveles de

productividad económica y mayor conso-

lidación del país –y del Globo-, entendido

12 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 13: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 13

Tema CenTral

este como el espacio para vivir juntos,

tal como lo proclamaría La educación

encierra un tesoro de J. Delors (1996). Es

así como se lee en el texto de Arévalo:

Se ha pensado que con suficientes dóla-

res puede darse un salto al desarro-

llo, quemando las etapas que los paí-

ses industrializados tardaron siglos

en lograrlo. Al respecto el Dr. Hernán

Echavarría Olózaga en un artículo publi-

cado en el periódico “El Tiempo” escri-

bió: … “para alcanzar el desarrollo no

basta tener dólares: el desarrollo lo hace

el hombre dentro de una organización

administrativa eficiente” (Arévalo, 2013:)

El enunciado de Echavarría Olózaga, cita-

do por Arévalo, hace parte del sentir de la

industria nacional, en la transición entre

el viejo y el nuevo capitalismo, como

diría Richard Sennett (2000), y resulta

emblemático de la teoría del capital

humano, sin menoscabo de cualquiera

de sus versiones: el problema del desa-

rrollo recae en los atributos del hombre,

de todos y de cada uno, en el contexto

de “organizaciones administrativas efi-

cientes”. Es eficiente la organización, en

tanto eficientes sean los hombres que la

componen. Es en este sentido que dice

Arévalo:

Nuestro esfuerzo debe encaminarse

a desarrollar al hombre, enseñándole

desde la primaria a medirse en rela-

ción con sus compañeros, estudiando

en grupo, haciendo trabajos en equi-

po, compitiendo sanamente por los

primeros lugares, tal como se hace en

los deportes. Si así se hace, la socie-

dad evolucionará hacia una mejora

general, porque aparecerán dirigentes

sociales, artistas y científicos, capita-

nes de empresa que crearán indus-

trias, las cuales competirán entre sí

con indudable beneficio social (2013)

“Desarrollo del hombre” y competen-

cia “sana por los primeros lugares”, son

dos asuntos que nos interesa destacar

de la cita. La idea de “desarrollo” que

recae en el contexto de la inversión en

capital humano, es a nuestro juicio uno

de los elementos comunes de los dos

momentos de desenvolvimiento de esta

teoría; como hemos dicho más atrás, la

modificación fundamental del capital

humano entre la década del sesenta y la

del ochenta, está vinculada con los tipos

de aprendizaje que se quieren promover,

en relación con la economía del merca-

do: en primera instancia se trataba de

una fuerte orientación en la enseñanza

a través de contenidos, mientras que en

el segundo momento, consistía en hacer

énfasis en el meta-aprendizaje, o al decir

de la psicología contemporánea, en la

meta-cognición como condición para la

flexibilidad, la adaptabilidad al cambio

y la solución creativa y eficiente de pro-

blemas.

La “competencia sana por los prime-

ros lugares”, a su vez, se constituye en

un enunciado que se propondrá como

superficie de emergencia de la noción

de trabajo en equipo en las actividades

y en el propio discurso de la Fundación

Convivencia. En efecto, el trabajo en

equipo será uno de los atributos que los

sistemas educativos del mundo tendrían

que comenzar a considerar, especial-

mente en un momento para el que la

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 13

Page 14: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

educación se constituiría en el pilar del

desarrollo y el progreso, como hemos

venido apuntando. Las organizaciones

(educativas y empresariales o educati-

vas-empresariales), inscritas en las lógi-

cas del capital humano (en cualquiera de

sus momentos de desarrollo), demanda-

rían de los sujetos cualidades para vivir

juntos, trabajar juntos y ser productivos

de modo comunitario: educarse para tra-

bajar por el bien común, como es recu-

rrente en los discursos contemporáneos

en sociedades que se aspiran en ascenso.

“Competir por los primeros lugares” es un

enunciado que se lee en dos sentidos en

el trasegar de la Fundación Convivencia.

De un lado, como posibilidad de impulsar

desde el sistema educativo (expresa-

do en sus instituciones educativas para

este caso), cualidades en los sujetos que

los ubiquen en los rigores del nuevo

capitalismo, toda vez que es uno de sus

rasgos característicos, la transición entre

las lógicas del “supermercado” propias

del gobierno liberal de los siglos XVIII

y XIX, según ha planteado entre otros

Michael Foucault (2007), y aquellas de

la “empresa”, cuyo pilar reposa en la idea

de la competitividad como motor de la

economía posterior a la Segunda Guerra

y hasta hoy (cfr. Foucault, 2007).

De otro lado, tal enunciado puede leerse

en el marco de las exigencias de las

versiones del ochenta sobre el capital

humano, en tanto sería atributo de los

sujetos de la educación desarrollarse

como competentes, lo cual los ubicaría

en situación de asumir la propia vida

como proyecto, que en lo deseable debe-

ría engranar con los proyectos colectivos,

los nacionales y, por supuesto, los glo-

bales.

Si bien es acertado suponer que la

Fundación Convivencia se ha situado

en su historia en el ámbito de la eva-

luación, por su relación “natural” con la

idea polémica de la calidad, y que como

parte de su proceso ha transitado por

diversas comprensiones sobre el trabajo

en equipo, esto es, como enfoque, como

estrategia, e incluso como método para

la pedagogía, también es adecuado iden-

tificar que las acciones de la Fundación

en las instituciones educativas con las

que ha mantenido interlocución por casi

tres décadas, han tenido como horizonte

aportar al mejoramiento de la educación,

apoyándose para ello en los debates

suscitados entre el mundo educativo y

el ámbito de la producción, relación ésta

por demás innegable en los procesos

de subjetivación contemporáneos y en

las transformaciones inevitables de la

sociedad.

Referencias:

ARÉVALO, L. (2013). El despegue por

impulso propio. En: www.fundacioncon-

vivencia.org

ARONSON, P. (2007). “El retorno

de la teoría del capital humano”. En:

Revista Fundamentos en humanida-

des. Universidad Nacional de San Luis,

Argentina. Año VIII, Num. II. pp 9 – 26.

BOUDON, R. (1978). “Educación e

Igualdad”. En: Política, Igualdad Social

y Educación. Textos seleccionados de

Sociología de la Educación. Madrid: Libros

de Bolsillo de la Revista de Educación.

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da de reforma de los sistemas educativos.

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No. 18.

COMENIO, J. (2010). Didáctica Magna.

México: Porrúa.

COOMBS P. (1971). La crisis mundial de

la educación. Barcelona: Ediciones 62 s.a.

FAURÉ, E. (1973). Aprender a ser. Santiago:

UNESCO.

FUNDACIÓN CONVIVENCIA (1986)

Motivación del rendimiento y evaluación

en grupos. Bogotá: documento de trabajo.

FUNDACIÓN CONVIVENCIA (1988) Guía

de aplicación de la lectura sobre motivos

y metas. Bogotá: documento de trabajo.

FUNDACIÓN CONVIVENCIA (2001)

Documento de trabajo para la presen-

tación de la Fundación Fedespegue.

Bogotá: documento de trabajo.

FUNDACIÓN CONVIVENCIA (2006) Rol

del maestro mediador. Bogotá: documen-

to de trabajo.

FOUCAULT, M. (2006). Seguridad, territo-

rio y población. Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica.

FOUCAULT, M. (2007). Nacimiento de

la biopolítica. Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica.

MARTÍNEZ, A. (2004). De la escuela

expansiva a la escuela competitiva: dos

modos de modernización educativa en

América Latina. Barcelona: Anthropos.

RUBIO, D. (2010). “Criterios para evaluar

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desde el origen”. En: Revista Enunciación.

Vol. 15. Núm. 2. pp. 84 - 94

SENNETT, R. (2000). La corrosión del

carácter. Las consecuencias personales

del trabajo en el nuevo capitalismo.

Barcelona: Anagrama.

THUROW, L. (1983). “Educación e Igualdad

Económica”. En: Educación y Sociedad.

Vol. 2.

1. Asesor Pedagógico Fundación Convivencia

– Centro de Investigación Educativa. Profesor

Universidad Pedagógica Nacional. Doctorando

Programa Interinstitucional en Educación,

Universidad Pedagógica Nacional.

2. Despegue por impulso propio es una obra

que condensa buena parte de las premisas en la

relación educación – empresa, que dieron funda-

mento a la creación de la Fundación Fedespegue.

Aunque fue escrito en 1983, aquí citamos la

edición de 2013, a cargo de la hoy Fundación

Convivencia – Centro de Investigación Educativa.

14 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 15: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

el trabajo en equIpo

como competencIa,

competencIa para

trabajar en equIpo.

dos enfoques desde

la trayectorIa de la

fundacIón convIvencIa

María Isabel Heredía Duarte1

[email protected]

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 15

Page 16: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Resumen

Este artículo ofrece un análisis preliminar de dos categorías

complejas que han sido trabajadas en la Fundación Convivencia

(Fedespegue hasta 2010); una de ellas, competencia, aunque

ha estado presente en el contexto educativo nacional, guarda

una estrecha relación con trabajo en equipo, otra categoría que

la Fundación ha acuñado, ampliado y puesto al servicio de la

educación con miras a mejorar procesos didácticos. ¿Cómo se

complementan estas categorías al interior de la Fundación?,

podría ser la pregunta guía de estas líneas.

Abstrac

This article offers a preliminary analysis of two complex cat-

egories that have been worked in “Fundación Convivencia”

(Fedespegue to 2010), one of them, competition, although it

has made part of the national educational context, it is closely

related with teamwork, another category that the foundation

has expanded and put into service of education in order to

improve the teaching-learning process. “How do these catego-

ries complement each other inside the foundation?” This could

be the guiding question of these lines.

Palabras clave: competencia, trabajo en equipo, educación.

Las reflexiones que acompañan este artículo, son producto del

proceso de sistematización que se adelanta en la Fundación

Convivencia en su recorrido por 25 años de trabajo y apoyo a

la educación en Colombia. Este proyecto de sistematización ha

permitido destacar categorías fundamentales como competen-

cias y trabajo en equipo.

En 2004, la Fundación Fedespegue, hoy Fundación Convivencia,

presentaba el desarrollo de competencias como el fundamento

primordial para alcanzar la calidad de la educación en Colombia:

“Para lograr el objetivo de calidad, se requiere que las institucio-

nes educativas propicien el desarrollo de competencias básicas,

laborales y ciudadanas, para responder a las necesidades de

desarrollo del país” (Fedespegue, 2004: p., 11), en este sentido,

las competencias serían tomadas como mecanismo fundamental

para el alcance de los objetivos de la educación, entre ellos el

desarrollo económico del país. 2

En el documento citado (2004) también se señala que el desa-

rrollo de competencias para el trabajo se encuentra articulado

a otros “proyectos” que deberían impulsarse desde las institu-

ciones educativas, entre los que se encuentran la promoción de

ambientes de trabajo que posibiliten la promoción del cono-

cimiento (Fedespegue, 2004: p., 12); el apoyo a la formación

democrática y el pluralismo dentro del aula (Fedespegue, 2004:

p., 12); el estímulo de prácticas pedagógicas que superen las

tradicionales (Fedespegue, 2004: p., 12), entre otros. No obstante,

el problema para docentes e instituciones, durante los primeros

años de implementación del enfoque de competencias, radicaba

en la pregunta por el cómo desarrollar adecuadamente dichas

competencias en el aula.

En el proceso de pensar las competencias tal como se venía

proponiendo para principios de la década, Fedespegue en 2004

percibe la posibilidad de experimentar en el contexto educativo

con una herramienta que ayudara a potenciar el desarrollo de

los Estándares Básicos de Competencias, formulados desde el

Ministerio de Educación Nacional (MEN) como:

… criterios claros y públicos que permiten conocer lo que

deben aprender nuestros niños, niñas y jóvenes, y establecen

el punto de referencia de lo que están en capacidad de saber

y saber hacer, en cada una de las áreas y niveles. Por lo tanto,

son guía referencial para que todas las instituciones esco-

lares, urbanas o rurales, privadas o públicas de todo el país,

ofrezcan la misma calidad de educación a los estudiantes de

Colombia. (MEN, 2004: p., 5)

Dicha herramienta era (y continúa siéndolo para la Fundación

Convivencia) el trabajo en equipo. Así, trabajo en equipo sería

asumido como un mecanismo para alcanzar las competencias.

Los documentos de la Fundación para 2004, dan cuenta de

la necesidad de explorar la noción de competencia desde el

punto de vista pedagógico, y de esta manera otorgarle un piso

epistémico y válido, además del que ya tenía oficialmente en los

lineamientos del MEN:

La construcción de competencias como parte del proceso

enseñanza aprendizaje es una idea que se ha venido introdu-

ciendo en los últimos años. Se atribuye a Noam Chomsky el

introducir el manejo de las competencias en el lenguaje y las

define como capacidad y disposición para la actuación y la

interpretación. Los aportes de Chomsky significaron la con-

solidación de la lingüística como estudio científico del len-

guaje. Desde entonces el término competencia es empleado

por docentes, alumnos y empresarios. (Fedespegue, 2004: p.,

15)

Este tipo de fundamentación desde la pedagogía era también

necesaria, pues la aislaba de otras interpretaciones - provenien-

tes de otros campos de saber - y de otros usos posibles: “En el

común de la gente la palabra competencia se asocia con disputa

por un galardón, por un puesto, por mejores ventas, etc., sin

embargo en el campo educativo la acepción es bien diferente:

Ser competente significa Saber y Saber hacer” (Fedespegue,

2004: p. 16).

16 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 17: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Tema CenTral

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 17

Page 18: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

La fundamentación pedagógica, teniendo en cuenta este mismo

documento citado, no sólo funcionó para la noción de compe-

tencias, también lo hizo para la misma noción de trabajo en

equipo; de esta manera, la metodología de Equipos Interactivos

hacía parte de los “Referentes teóricos y conceptuales” que

FEDESPEGUE asumía para 2004:

La experiencia pedagógica de la Fundación FEDESPEGUE

está basada en la investigación y puesta en práctica en el

aula de la metodología de Equipos Interactivos. (…) Son la

reunión de un pequeño número de personas con habilidades

complementarias, interdisciplinarias, comprometidas con

un objetivo común que buscan un excelente desempeño y

una meta en la que todos son responsables. Cada una de

las personas que integran un equipo interactivo tiene una

función precisa y un trabajo específico lo cual le da cohesión,

con metas y evaluaciones comunes. Los equipos interactivos

crean un estado de ánimo positivo, que estimula la compe-

titividad con los otros equipos y permite la cooperación y la

interacción entre sus miembros. (Fedespegue, 2004: p., 14)

Igualmente la Fundación consideraba que los equipos interac-

tivos estaban, en primera instancia, “legalmente” sustentados

en las políticas educativas, específicamente en la Ley 115 en lo

concerniente a la calidad de la educación: “El funcionamiento

de los equipos interactivos tiene una importante base legal, la

cual está consagrada en la Ley General de Educación (Ley 115

de 1994)” (Fedespegue, 2004: p., 15); mientras que una segunda

fundamentación pedagógica se enmarcaba en el aprendizaje

colaborativo: “Los aprendizajes cooperativo y colaborativo coin-

ciden en demostrar que cuando dos o más estudiantes trabajan

en función de una meta común, se generan aprendizajes más

rápidos y más enriquecidos por las experiencias de los miem-

bros de un equipo.” (Fedespegue, 2004: p., 15)

Y el constructivismo, desde la perspectiva de la construcción

social del conocimiento:

La concepción social del constructivismo expuesta por

Vigotsky indica que el aprendizaje no es una actividad indi-

vidual sino social. Destaca la importancia de la interacción

social en el aprendizaje y comprueba que el estudiante

aprende más fácilmente cuando lo hace en forma cooperati-

va. (Fedespegue, 2004: p., 19).

Teniendo en cuenta estas perspectivas teóricas y metodológicas,

además de la política emanada desde el Ministerio de Educación

Nacional, en el sentido de que las competencias le permiten al

individuo desenvolverse en su vida personal, intelectual, social,

ciudadana y laboral, la Fundación FEDESPEGUE proponía el

Page 19: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

trabajo en equipo como una herramienta

para formar en competencias: “El equipo

se constituye en el espacio ideal para

construir el saber, desarrollar competen-

cias y aprender a ser. Cada miembro del

equipo cumple roles específicos que se

rotan con frecuencia para enriquecer el

trabajo individual y grupal” (Fedespegue,

2004: p 16).

Pero, por otra parte, más que una herra-

mienta para la competencia, el trabajo

en equipo también puede llegar a cons-

tituirse en la competencia misma. Este

aspecto empezó a cobrar relevancia a

partir de los documentos producidos

en 2008, año en que empieza a hacerse

evidente el desarrollo de habilidades

para trabajar en equipo. Este hallazgo

evidencia una trasformación del uso de

la noción, pasando de trabajo en equipo

como herramienta para las competencias,

al desarrollo de habilidades, o com-

petencias, para trabajar en equipo. Las

nociones en este sentido se equiparan,

y el trabajo en equipo deja de ocu-

par un puesto subordinado con respecto

a la competencia. Para ejemplificar, el

siguiente fragmento de uno de los docu-

mentos institucionales de la Fundación,

deja ver que el desarrollo de compe-

tencias científica, social y ética (que a

su vez son competencias básicas de las

ciencias), obedecen a la capacidad de

trabajar en equipo:

… uno de los componentes de la

competencia científica es la capaci-

dad de trabajo en equipo, a través del

escuchar y entender los argumentos

de los otros; saber resaltar y apreciar

los aspectos positivos del trabajo en

equipo; ser capaces de señalar en

forma sincera, honesta, las dificulta-

des del trabajo de los demás y lograr

hacer sugerencias valiosas, pertinen-

tes y productivas. (Fedespegue, 2008:

p.2)

Visto así, formar en competencias es

formar para el trabajo en equipo y, en

este sentido, las dos nociones pueden ser

complementarias. El trabajo en equipo

puede ser una competencia deseable y

alcanzable, pero también para trabajar

en equipo se requiere del desarrollo de

ciertas competencias personales. Dicho

de otra forma, el trabajo en equipo puede

ser el fin, el medio, o las dos cosas.

Probablemente esto se deba a que las

dos nociones comparten caracteriza-

ciones positivamente valoradas, como

educación permanente, la propensión a

la cualificación de los procesos (empre-

sariales o educativos), la integralidad, el

desarrollo de principios éticos, la adecua-

da convivencia, entre otros.

En efecto, el trabajo en equipo puede

llegar a constituirse en una herramienta

valiosa en el aula, y en la educación en

general desde el punto de vista de la

planificación. Ya sea como alternativa

pedagógica o como competencia para el

aprendizaje, la Fundación Convivencia ha

escalado en la búsqueda de una visión

más amplia y compleja del trabajo en

equipo, que involucra los consensos, pero

también los disensos; un lugar que no

limita la crítica y el debate, un escenario

que no cercena al sujeto en su expre-

sión multidimensional: “En los grupos,

los seres humanos tratan con todas sus

controversias, contradicciones y confu-

siones en la vida. Portan sus esperanzas,

temores, creencias, valores y ambiciones

que conlleva la vida en equipo.” (Estrada

et al, 2005: p. 3).

De esta forma, el trabajo en equipo,

como competencia o para la competen-

cia, puede llegar a convertirse en un ins-

trumento importante para la didáctica y

para la convivencia basada en el respeto.

Estos elementos le servirán al estudiante

a lo largo de su vida en todos sus ámbi-

tos (laboral, profesional y personal); en

definitiva, un escenario que no niegue

el “elemento humano como personaje

principal de esta forma de organización

del trabajo” (Estrada et al, 2005, p. 3), para

el aprendizaje ya sea en la empresa, en la

escuela, o en la vida.

Referencias:

ESTRADA, E. et al (2005) El equipo como

paradigma de trabajo: discurso y metá-

foras en la organización. Conferencia

presentada en el Coloquio Internacional:

Metáfora en Acción, organizado por la

UAM-I y la Universidad Autónoma de

Puebla, México. Disponible en:

http://www.centrogeo.org.mx/curri-

culum/germanmonroy/pdf/el_equi-

po_como_paradigmade_trabajo.pdf

Recuperado el 14 de marzo de 2013.

FEDESPEGUE. Cárdenas, Ana María. Et al

(2008). El trabajo en equipo en el Área de

Ciencias Naturales y Educación Ambiental.

Bogotá: Documento Institucional.

FEDESPEGUE. (2004). Documento Base:

“los equipos interactivos como pro-

puesta pedagógica”. Bogotá: Documento

Institucional.

MEN. (2004). Estándares básicos de com-

petencias. Bogotá: MEN.

1. Magíster en Historia. Docente. Asesora peda-

gógica de la Fundación Convivencia.

2. Es necesario aclarar que el concepto de

competencias es polisémico, y en los debates

académicos se han presentado múltiples visio-

nes, e incluso posturas de orden político que

ponen en tensión su significado y uso dentro del

contexto educativo. Aunque en principio nuestra

intención no es resaltar el debate crítico sobre

esta noción, consideramos importante destacar

que estamos frente a un concepto problemático

y complejo, antes de abordar sus relaciones con

la noción de trabajo en equipo. Por otra parte,

también hay que entender que la Fundación

Convivencia es auspiciada por un grupo de

empresarios, y ello hace entendible su lugar y

su mirada sobre la educación y su relación con

el mundo del trabajo, así como su articulación

a la estructura del “desarrollo”, como modelo

económico y social.

Tema CenTral

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 19

Page 20: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

apuntes en torno a

la hIstorIa recIente

de la educacIón en

colombIa: a propósIto

de la eXperIencIa de la

fundacIón convIvencIa

mIreya gonzález lara1

Resumen

El presente artículo intenta hacer una lectura del proceso ade-

lantado, desde los marcos generales de las políticas educativas,

que han atravesado, e incluso determinado, la historia de la

educación y de la pedagogía en el país; por supuesto, escapa de

miradas exhaustivas sin abandonar el rigor, que ejercicios como

este convoca. La emergencia de una idea, y la manera como

toma forma, es un evento cultural que debe celebrarse, en tanto,

es una expresión de las posibilidades – y de los límites- de esta

cultura, de esas políticas y por supuesto, de las sociedades.

Abstrac

This paper attempts to make a reading of the advanced process,

from the general framework of education policies, which have

gone through, and even determined the history of education

and pedagogy in the country; it avoids exhaustive looks without

leaving the rigor, that exercises like this require. The emergence

of an idea, and how it is built, is a cultural event to be held, since

it is an expression of the possibilities - and limitations- of this

culture, of these policies and, of course, societies.

[email protected]

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Page 21: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Palabras clave: educación, Fundación

Convivencia, sistematización, política

educativa.

Hacer memoria, hacer historia sobre el

camino recorrido, es un acto de poder;

pocas personas, y menos organizaciones,

se aventuran a mirar hacia atrás para

aprender del camino hecho, y menos aún,

cuando sus urgencias inmediatas están

relacionadas con la construcción de hori-

zontes de expectativas. Sin embargo,

cuando se emprende esta travesía, son

innumerables los procesos que se acti-

van, y mayores aún, las posibilidades que

se delinean.

La Fundación Convivencia le ha apostado

a la realización de un proceso de siste-

matización, que inicialmente se había

pensado como parte de un ejercicio de

planeación. Sin embargo, en el desarrollo

mismo del ejercicio se ha conseguido

potenciar no solo los lugares desde

donde se enuncian los deseos y los sue-

ños, las frustraciones y los problemas,

de quienes han construido este camino

en su andar; sino también avanzar en

la comprensión de los tiempos y los

espacios.

El presente artículo intenta hacer una

lectura del proceso adelantado, desde

los marcos generales de las políticas

educativas, que han atravesado, e incluso

determinado, la historia de la educación y

de la pedagogía en el país. Por supuesto,

escapa de miradas exhaustivas sin aban-

separaTa

La Fundación Convivencia le ha

apostado a la realización de un

proceso de sistematización...

en el ejercicio se ha conseguido

potenciar no solo los lugares

desde donde se enuncian

los deseos y los sueños....

sino también avanzar en la

comprensión de los tiempos y los

espacios.”

donar el rigor, que ejercicios como este

convoca. La emergencia de una idea, y la

manera como toma forma, es un evento

cultural que debe celebrarse, en tanto es

una expresión de las posibilidades – y de

los límites- de esta cultura, de esas polí-

ticas y por supuesto, de las sociedades.

La emergencia de una idea y de una orga-nización: contextos y tensiones, 1984-1994

A partir de la mitad del siglo XX, y en par-

ticular desde la década de los años 60,

toma forma un momento particular de

las políticas públicas en educación, cuan-

do el capitalismo, en su forma globaliza-

da, trascendió el problema de la sobera-

nía y se configuraron nuevos centros de

poder que irían más allá de las fronteras

nacionales. A partir de estos años,

(…) el enfoque conceptual de la polí-

tica pública se basó en la idea de

llevar los beneficios del “desarrollo”

al conjunto de la sociedad. Los países

de América Latina, en “vía de desa-

rrollo”, debían formular sus políticas

en el marco de Planes Nacionales

de Desarrollo articulados a estrate-

gias trazadas por organismos inter-

nacionales encargados de financiar y

orientar la “ayuda” a los países “sub-

desarrollados”. Surgió así la planea-

ción del desarrollo como una discipli-

na y la planeación sectorial como una

de sus estrategias. (Pulido, 2006: 5)

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 21

Page 22: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

22 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 23: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

separaTa

Nuestro esfuerzo debe encaminarse a desarrollar al hombre, enseñándole desde la primaria a medirse en relación con sus compañeros, estudiando en grupo, haciendo trabajos en equipo, compitiendo sanamente por los primeros lugares, tal como se hace en los deportes”.

La emergencia de este discurso sobre

el desarrollo tuvo como antecedente la

experiencia de la segunda guerra mun-

dial, que puso bajo sospecha los discur-

sos de los nacionalismos, provocando un

“desplazamiento” estratégico desde unos

propósitos que abogaban por una iden-

tidad nacional, basada en la soberanía

y en el estado democrático, a otros que

sostenían la idea de una sociedad civil

global y de una democracia trasnacional;

comenzó a tomar forma, entonces, lo que

Martínez ha denominado la “etapa de la

escuela expansiva”, por cuanto a partir de

este momento comienza el crecimiento

acelerado y masivo de los sistemas edu-

cativos. (Martínez, 2004)

En este marco general de política, inicia-

ba el trabajo la Fundación Despegue por

impulso propio, que en el nuevo milenio

se llamará Fundación Convivencia, aco-

giendo las herencias de la década de los

80´s del siglo XX, agenciando sus pers-

pectivas y construyendo horizontes de

expectativas en torno a las posibilidades

del trabajo en equipo en la escuela. En

efecto, la Fundación surge a mediados de

los años 80´s, en un momento donde se

identificaban, por lo menos, tres grandes

tendencias en el campo de las políticas

educativas, que atravesaron su discurso y

su práctica: en primer lugar, la desnacio-

nalización de las políticas económicas y

sociales y la consolidación de la inciden-

cia de los organismos internacionales

en las políticas educativas nacionales;

en segundo lugar, la incorporación de

las lógicas del desarrollo a través de la

planificación, por ejemplo de la enseñan-

za con la aplicación de la denominada

“tecnología educativa”; y, por último, el

fortalecimiento de la “ciencia” como una

herramienta y posible respuesta para

el diseño y la ejecución de las políticas

educativas. (Álvarez, 2007)

No resulta entonces extraño constatar

que el “hito” fundacional de esta orga-

nización lo constituyó la circulación de

un documento que sintetizaba una expe-

riencia procedente del Japón sobre la

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Page 24: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

importancia del trabajo en equipo en la

escuela2, la cual fue identificada, recono-

cida, acogida e impulsada por un empre-

sario colombiano, que la entendió en

su momento como una alternativa a las

urgencias de la educación en Colombia,

y una posible respuesta a la ya creciente

demanda del sector empresarial hacia la

escuela, por la formación de “ciudadanos

competentes”, acorde con las necesidades

para el desarrollo del país.

Aunque en este momento, como era de

suponerse, la relación entre la educación

y el trabajo ya contaban con un largo,

amplio y copioso debate en la agen-

da educativa del país, que había dado

lugar a respuestas estatales de orden

institucional, tales como la creación

del Servicio Nacional de Aprendizaje –

SENA-, o a experiencias educativas como

los Institutos Nacionales de Educación

Media –INEM-, los Institutos Técnicos

Agropecuarios –ITA- o las propuestas

educativas para el sector rural como la

Escuela Nueva, entre muchas otras; lo

que sí resultaba por lo menos prematuro

era la genuina preocupación y la inten-

ción de una persona del mundo empre-

sarial por contribuir al campo educativo

a través de la constitución de una funda-

ción que se dedicara, principalmente, al

ejercicio de la investigación.

Fue así como la experiencia acogida se

constituyó en la inspiración central de la

Fundación, que para el momento definía

su horizonte de trabajo de la siguiente

manera:

(…) Nuestro esfuerzo debe encami-

narse a desarrollar al hombre, ense-

ñándole desde la primaria a medirse

en relación con sus compañeros, estu-

diando en grupo, haciendo trabajos

en equipo, compitiendo sanamente

por los primeros lugares, tal como se

hace en los deportes. Si así se hace,

la sociedad evolucionará hacia una

mejora general, porque aparecerán

dirigentes sociales, artistas y cien-

tíficos, capitanes de empresa que

crearán industrias, las cuales compe-

tirán entre sí con indudable beneficio

social. (Fedespegue, 1986:sp)

Con estas intencionalidades la Fundación

inició su trabajo, constituyendo un equi-

po de profesionales en psicología y con

experiencia en la investigación experi-

mental, que seguramente, siguiendo la

lógica del momento, garantizaría un tra-

bajo genuinamente “científico” y por lo

tanto, con algún impacto en las políticas

educativas del país. Es evidente que, para

este momento, ya había ganado sufi-

ciente posicionamiento y centralidad en

los discursos educativos el conocimiento

psicológico sobre el pedagógico, no sola-

mente por su utilidad en la comprensión

acerca de los estudiantes y de sus proce-

sos de aprendizaje, sino también porque

24 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 25: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

separaTa

la naturaleza de este conocimiento con-

tribuía significativamente a los procesos

de planeación y a sus urgencias por

generar instrumentos que permitieran

ejercer algún tipo de control sobre la

enseñanza.

Constituido el equipo de investigación

de la Fundación, se avanzó en precisar su

objeto de estudio,

(…) detectando que la evaluación es

uno de los elementos más importan-

tes del proceso educativo. Dentro de

ésta se destaca la medición (nota)

por tratarse de una herramienta de

retroalimentación cuantitativa y por

ser principalmente un instrumento

de comparación. Por medio de la

evaluación es posible producir moti-

vaciones de rendimiento (cognitivas,

asociativas e intensificadoras del yo)”

(Fedespegue, SF:1)

Desde estas hipótesis, en el año 1985

se inició el trabajo de investigación de

corte experimental y longitudinal, princi-

palmente en cuatro colegios de la ciudad

de Bogotá, en torno a la posibilidad de

incrementar el rendimiento académico

por medio de una estrategia de califica-

ción basada en el trabajo en equipo.

Las motivaciones y el núcleo de esta

investigación, indiscutiblemente discu-

rrieron en las narrativas educativas del

momento, marcadas profundamente por

la declaración sobre la “crisis mundial de

la educación”3 en el inicio de la década

de 1970, a partir de la cual se produje-

ron cambios que definitivamente asenta-

ron la educación en una perspectiva del

desarrollo;

(…) El centro de crítica estuvo diri-

gido tanto a la organización escolar

como a la enseñanza. En cuanto a

la primera, señaló su ineficacia e

improductividad; y en relación con la

segunda, cuestionó los programas y

los métodos de enseñanza, califica-

dos de tradicionales y obsoletos. Se

consideró que en estos dos elemen-

tos estaba la causa de la baja calidad

de la educación, de ahí la necesidad

de generar profundas transformacio-

nes en estos dos niveles (Martínez, A.

et al, 2003:133-134).

Así, entonces, mientras el asunto de

la eficiencia del sistema condujo a la

adopción de medidas que permitieran

la reducción de los costos y la raciona-

lización de recursos, los problemas rela-

cionados con la calidad de la educación

trataron de ser tramitados a través de la

intervención directa sobre el quehacer

de los maestros, mediante la formula-

ción de nuevos programas curriculares

orientados por la tendencia del momen-

to como era la tecnología educativa o

diseño instruccional, que centraba su

atención en las técnicas, procedimientos,

recursos y habilidades para la enseñanza,

desplazando del debate los temas sus-

tantivos ligados a su teoría, es decir, a la

pedagogía.

El diseño instruccional, en toda su dimen-

sión, arribaba a la educación formal a par-

tir de la década de los años 1970, a través

del Programa de Mejoramiento Cualitativo

de la Educación y Mejoramiento del

Currículo, del Ministerio de Educación

Nacional, impulsado por la Organización

de Estados Americanos –OEA- para los

países de la región. Como ya se había

hecho costumbre, argumentos relacio-

nados con el avance de los tiempos,

que ponía en obsolescencia tanto los

contenidos como las metodologías de la

enseñanza, fueron la justificación para

los requerimientos de la “modernización”

y “actualización”, en este caso, de la mano

de los desarrollos científicos de la psico-

logía y de las disciplinas escolares.

Fueron tres las acciones hacia donde se

orientó la cualificación de la educación:

1) Mejoramiento del currículo hacia su

mayor pertinencia con las necesidades

y con el medio; 2) Capacitación y perfec-

cionamiento docente y 3) Producción y

distribución de materiales como apoyo

al maestro y de “refuerzo” para los estu-

diantes. A partir de este momento, se

comienza a formalizar en el sistema

educativo la presencia de un “currículo”

escolar definido desde el nivel central

como “la actividad que permite planear,

identificar y organizar los recursos dis-

ponibles para hacer posible el apren-

dizaje de algo por parte de alguien

con determinado propósito” (Citado por

CEPECS, 1985:33). El currículo pretendía

direccionar, entre otros, los siguientes

asuntos de la enseñanza: 1) objetivos de

largo y corto plazo, descritos en términos

de conductas observables; 2) actividades

diseñadas en relación con los objetivos;

3) material didáctico y sugerencias meto-

dológicas; y 4) indicadores de evaluación

de los objetivos.

Analistas de la época consideraban que

la reforma terminó planteando un cam-

bio radical, pues

(…) Mientras que los anteriores pro-

gramas se limitaban a ser un listado

más o menos coherente de conteni-

dos mínimos para cada curso, es decir,

especificaban en términos generales

lo que debía enseñarse, el qué, los

nuevos programas no solo especifi-

can los contenidos de manera más

precisa y los traducen en términos

de objetivos conductuales, sino que

además indican en detalle, mediante

una actividad “sugerida” y un indi-

cador de evaluación cómo se debe

enseñar y evaluar cada contenido, es

decir, determinan el cómo. (Citado por

CEPECS, 1985, 33)

A través del decreto Nº 1002 del 25 de

abril de 1984, puede decirse que culminó

el proceso de experimentación curricular

que había comenzado en 1978 y se abrió

paso a la fase de expansión. Además de

implantarse las llamadas áreas en la

educación básica primaria y secundaria,

de organizarse en nueve grados la edu-

cación básica: cinco de Básica Primaria

y cuatro de Básica Secundaria (6° a

9°), y la Educación Media Vocacional de

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 25

Page 26: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

dos grados (10° y 11°), se adoptaron

los planes de estudio para cada una de

las áreas. A partir de esta norma, lo que

hasta ese momento era un experimento

en un número limitado de planteles, se

extendió a todos los centros educativos

del país.

Por lo tanto, el asunto de la evaluación

y en particular de la calificación efecti-

vamente se constituía en uno de los ejes

del debate del momento, por cuanto la

reforma curricular proponía un despla-

zamiento importante de la concepción

de la enseñanza: se comienza a hablar

de los “objetivos a lograr” en lugar de los

“contenidos a enseñar”.

Es así como durante el periodo compren-

dido entre 1985 y 1992, la Fundación

se empeñó en este trabajo, inicialmente

teórico, orientado hacia la comprensión

de las motivaciones humanas para la

superación personal y colectiva. Ya en el

año 1986, inicia la etapa denominada por

ellos “de exploración”, donde se buscó

“(…) diseñar una estrategia de califica-

ción que sirva para activar la compara-

ción social dentro de un colectivo (curso),

como incentivo escolar (…)” (Fedespegue,

sf:2).

Esta exploración tuvo dos momentos:

el primero, donde el diseño se basó en

la aplicación de la curva normal en la

que las notas del curso se distribuían de

acuerdo a la media obtenida y la desvia-

ción standard respectiva. No obstante, a

pesar de algunos buenos resultados, la

propuesta tuvo poca aceptación entre

los actores involucrados (estudiantes y

docentes), por cuanto el diseño esta-

dístico revestía cierta complejidad que

obstaculizaba su comprensión;

(…) Los alumnos se sentían desmo-

tivados ya que percibían la estrate-

gia como algo mágico: no compren-

dían cómo obtenían la nota final del

bimestre; además, si la nota final

obtenida por el sistema (relativa) era

superior a la obtenida individual-

mente, la estrategia era buena, pero

si ocurría lo contrario, ésta no servía.

(Fedespegue, sf:2).

Adicionalmente, frente a los propósitos

relacionados con la formación de valores

para la convivencia escolar, los resulta-

dos tampoco fueron prometedores, por

cuanto, según los investigadores, se

(…) generó un clima psicosocial nega-

tivo entre los alumnos, sobre todo en

los mejores quienes no aceptaban

ceder parte de su nota para la “nor-

malización del curso”, y en algunos

profesores, pues el criterio de aprobar

o reprobar un alumno en su asignatu-

ra, dependía del curso y no de ellos, lo

cual fue interpretado por estos como

una pérdida de poder.(Fedespegue,

sf:3)

En el segundo momento se realizaron

ajustes orientados, de un lado, a mejorar

la comprensión del proceso por parte de

los estudiantes, los docentes y ahora, de

los padres y madres de familia; y de otro

lado, a disminuir los efectos negativos

que se producían en los grupos ante las

situaciones de competencia individual,

que si bien aumentaban el rendimiento

en la actividad, generaban comporta-

mientos que deterioraban las relaciones

interpersonales.

En consecuencia, además de los cambios

relacionados con el trabajo estadísti-

co sobre las calificaciones del grupo,

pasando de la curva a la distribución

porcentual, se diseñaron estrategias para

la creación de

(…) un “clima” de compromiso social

dentro del colectivo (curso), buscando

integrar a los alumnos a través de un

componente que implicaba la coope-

ración, llamado “resorte de aumento o

disminución” (que) consistía en tener

como criterio el promedio obtenido

por el curso en cada una de las mate-

rias (por periodo); éste se comparaba

con el anterior y su variabilidad en

sentido positivo o negativo afecta-

ba a cada alumno individualmente;

es decir, se buscaba activar e inte-

grar la cooperación y la comparación.

(Fedespegue, sf:5)

Junto a este trabajo se implementaron

espacios de inducción para padres y

estudiantes, donde se informaba perió-

dicamente sobre el desarrollo de la

investigación y talleres pedagógicos para

docentes, con el fin de ampliar y facilitar

al conocimiento de la estrategia de cali-

ficación.

Los resultados comenzaron a señalar

avances importantes en la comprensión

del sistema de calificación, generando

estrategias entre los estudiantes para

aumentar el promedio del curso en las

diferentes asignaturas, sin importar

entonces, para la mayoría, los diferentes

niveles y ritmos de aprendizaje y rendi-

miento entre los estudiantes. Sin embar-

go, también fue mostrando una tendencia

creciente de desmotivación por parte de

quienes eran los “mejores estudiantes”,

y a la vez de despreocupación entre los

estudiantes de bajo rendimiento, puesto

que su nota individual se incrementaba

con este sistema.

De acuerdo con los investigadores, “Hasta

ahora no se estaba generando la sufi-

ciente presión social para que los alum-

nos se hicieran responsables de su ren-

dimiento” (Fedespegue, sf:5). Hacia el

año 1988, a partir de esta evidencia, se

introdujo un nuevo cambio en el trabajo

metodológico, dividiendo el colectivo en

pequeños grupos, bajo el supuesto de

que la magnitud del grupo afectaba su

nivel de compromiso.

Se procedió de la misma manera sobre

estos universos más pequeños y mane-

jables; “La nota grupal produjo cohesión

al interior de los grupos pero también

enfrentamientos porque las notas de los

mejores bajaban.” (Fedespegue, sf:5). Esto

llevó a constituir grupos pequeños muy

semejantes entre sí y diferentes en capa-

26 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 27: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

separaTa

cidades y aptitudes a su interior, lo que

permitía la asociación dentro del grupo y

la comparación entre ellos.

De esta manera,

(…) el rendimiento de los alumnos se

continúa midiendo en notas con base

en su esfuerzo individual y por medio

de una bonificación que actúa como

herramienta para producir motiva-

ciones de status por comparación

y asociación. Esta bonificación la

obtienen los alumnos de los grupos

que superan el promedio del curso,

cada vez que todos los alumnos son

calificados. El docente compara el

rendimiento de los grupos, emite jui-

cios sobre lo que él ha observado

en los alumnos, propicia que los

propios alumnos emitan juicios sobre

ellos y los demás alumnos y grupos.

(Fedespegue, sf:5)

Durante la formulación de la investi-

gación y a lo largo de su desarrollo,

la Fundación mantuvo un intercambio

epistolar con diferentes instancias del

Ministerio de Educación Nacional, tratan-

do, de un lado, de generar condiciones

para el proceso de innovación que se

estaba “cociendo” y así obtener el reco-

nocimiento prometido en el marco del

decreto 2647 de 19844; y de otro lado, ya

en las postrimerías de los años´80, con

la expectativa de ejercer algún tipo de

incidencia en los debates que sobre eva-

luación había suscitado la promulgación

del Decreto 1469 de 19875.

La Fundación entendía la innovación, tal

como la planteaba el mencionado decre-

to en su artículo primero, y a su juicio,

cumplía con todas las condiciones allí

estipuladas:

“Es innovación educativa toda alter-

nativa de solución real, reconocida

y legalizada conforme a las disposi-

ciones de este Decreto, desarrollada

deliberadamente para mejorar los

procesos de formación de la persona

humana, tales como la operacionali-

zación de concepciones educativas,

pedagógicas o científicas alternas;

los ensayos curriculares, metodoló-

gicos, organizativos, administrativos;

los intentos de manejo del tiempo y

del espacio, de los recursos y de las

posibilidades de los educandos en

forma diferente a la tradicional”.

Sin embargo, la Dirección de Inspección

y Supervisión Educativa del Ministerio

de Educación ponía en duda el carác-

ter innovador de lo propuesto por la

Fundación en torno al sistema de califi-

cación, no tanto por algunas deficiencias

en su soporte “científico”, sino por la

perspectiva desde donde se abordaba

su objeto de investigación, pues éste

no se correspondía con los cánones del

momento sobre la innovación, definidos

esencialmente en oposición a lo “tradi-

cional”.

La insistencia del trabajo investigativo

en torno a la afectación de las condicio-

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 27

Page 28: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Propiciar en las instituciones educativas el trabajo en equipos como contexto para construir conocimiento... ”.

28 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 29: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

nes que rodean el ejercicio de la califi-

cación, para la producción de un sistema

que permitiera a los individuos avanzar

en beneficio de perspectivas colectivas,

lamentablemente desconoció, casi que

por completo, el marco amplio del deba-

te educativo del momento, relacionado

justamente con la posibilidad de superar

(…) la concepción de evaluación

entendida como calificar, promover

y certificar al niño para ubicar la

mirada evaluativa en la totalidad de

los procesos escolares, superando el

tradicional énfasis que tiene como

eje los resultados de los niños en las

diferentes áreas. (Rojas, 1992:11)

Así, mientras los especialistas insistían

en una “(…) nueva concepción de eva-

luación que enfatiza procesos, señala

la necesidad de un cuestionamiento y

transformación permanente de las prác-

ticas docentes en el aula de clase y de

los sistemas de organización escolar para

que se adecuen permanentemente a las

condiciones de los niños y su ambiente.

(…)” (Rojas, 1992:12), el trabajo investi-

gativo de la Fundación operaba sobre

el paradigma que la política educativa

quería superar.

Este intercambio epistolar se intensi-

ficó, e incluso involucró al Ministro de

Educación de la época Antonio Yepes

Parra, a partir de la reglamentación de la

Promoción Automática, que en concep-

ción del equipo de la Fundación, cerce-

naba las motivaciones para la superación

personal y era permisiva con la mediocri-

dad en la escuela. En una extensa carta

dirigida a Don Luis Abdón Arévalo, direc-

tor de la Fundación, el ministro Yepes

Parra exponía las razones para la imple-

mentación de la medida, dentro de las

cuales destacaba la urgencia de elevar

el nivel de escolaridad de la población

colombiana, en tanto la educación posi-

bilitaba la interacción consciente y activa

en la sociedad; sostenía que la extensión

de la escolaridad y la “retención” de

los niños en el sistema educativo era

un propósito importante en términos

de equidad, sin afectar la calidad de la

educación, y menos aún, los procesos de

evaluación.6

Ya en los albores de los años´90, el pro-

ceso de la constituyente que culmina

con la promulgación de la Constitución

Nacional de 1991, y posteriormente, la

sanción de la Ley General de Educación,

Ley 115 de 1994, marcan el final de una

primera etapa de la Fundación; pero

también inaugura otro momento de las

políticas educativas en el país, que segu-

ramente, como ya había sucedido, atrave-

saría las decisiones sobre el direcciona-

miento de la Fundación.

La perseverancia de las ideas: un receso y nuevo impulso al trabajo en equipo, 2000-2012

El segundo momento de la Fundación

“Despegue por impulso propio” se suce-

dió a partir de la primera década del

siglo XXI, luego de un obligado receso de

sus actividades. Para estos años la educa-

ción se había consolidado como un factor

clave en los procesos de globalización, y

estos a su vez se entendían en una línea

de continuidad con los discursos del

desarrollo y la planificación educativa.

Se advertía, entonces, el fortalecimiento

de una perspectiva orientada más en

relación con las condiciones de los sis-

temas globales de producción que con

el “(…) desarrollo propio del campo de la

pedagogía, el interés de las comunidades

o las realidades educativas nacionales”

(Martínez, 2004:17).

Las políticas de la escuela competitiva,

como denomina Martínez al periodo que

inicia en 1990, tendieron hacia refor-

mas drásticas de los sistemas educativos

orientadas en estrecha, y casi que exclu-

siva relación, con el sistema productivo.

De acuerdo con Pulido (2006:15), estas

reformas desde estos enfoques encon-

traron su mejor soporte en los discursos

centrados en la calidad y la equidad de la

educación (Pulido 2006:15).

Por supuesto que la Ley General de

Educación, como hija de este tiempo,

no estaba ausente de este debate; en

ella, como suele suceder en los procesos

de construcción democrática, tuvieron

expresión una variada gama de proyectos

educativos que procedían de diferentes

grupos de interés de la sociedad y del

Estado. Sería, especialmente en su proce-

so de reglamentación, donde se pondrían

de manifiesto las tensiones derivadas de

los diferentes proyectos en pugna.

Por lo menos son dos los enfoques, entre

los cuales oscilaban un sinnúmero de

proyectos educativos, y también, se pro-

ducían toda suerte de mixturas: uno, que

se inscribía en una perspectiva de dere-

chos, con un sentido cultural de la edu-

cación y de la escuela, cuyos propósitos

estaban orientados hacia la formación

de los ciudadanos y el desarrollo de la

democracia; y otro, un enfoque derivado

prioritariamente de las lógicas de la

planificación, que agenciaba una pers-

pectiva de la educación como un servicio

público, y sus finalidades habían estado

dirigidas hacia el desarrollo de la compe-

titividad y la productividad del sistema.

En los primeros años del milenio, cuando

la Fundación reiniciaba sus actividades,

el panorama de la política educativa era

complejo; en efecto, el proceso de regla-

mentación de la Ley 115 había puesto en

evidencia las múltiples contradicciones

de los proyectos en pugna. La inclinación

de la balanza hacia uno u otro proyecto

educativo dependía, entonces, del ideario

del que fueran portadores el ministro o

ministra de educación del momento y

sus respectivos equipos técnicos y políti-

cos; tal situación era evidente cuando se

constataba que una fue la reglamenta-

ción que se produjo en los años siguien-

tes a la sanción de la ley, y otra, muy

diferente, la que se promovió y consolidó

en el nuevo milenio.

Para el año 2000, ya había comenzado

a experimentarse un giro en la política

educativa, que culminó con la promul-

separaTa

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 29

Page 30: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

gación de la Ley 715 del 2002. Era

evidente, para entonces, que la balanza

se había inclinado decididamente hacia

un proyecto educativo centrado en la

eficiencia y eficacia del sistema, donde la

evaluación educativa se constituía en su

eje, y se fortalecía nuevamente, el control

sobre la educación por parte del Estado

Nacional.

Aunque la Fundación en ese nuevo

impulso inicialmente intentó instalar

su objeto de trabajo en los novedosos

mecanismos de organización y parti-

cipación escolar que proponía la ley

115, tales como el gobierno escolar,

los consejos directivos o los proyectos

educativos institucionales –PEI-; estas

propuestas fueron efímeras, en tanto la

ley 715 y sus decretos reglamentarios,

en general, tendieron a desestimar las

instancias colegiadas para la gestión y la

dirección escolar. Sin lugar a dudas, esta

incipiente perspectiva institucional del

trabajo de la Fundación, hubiese sido un

escenario prometedor, rico en posibilida-

des, por cuanto este enfoque de la polí-

tica potenciaba el sentido más profundo

del trabajo en equipo en la escuela.

Ante este panorama, la Fundación seguía

empeñada en construir su enfoque de

trabajo y precisar su nicho de actuación;

para ello, constituyó un nuevo equipo,

esta vez conformado por personas en su

mayoría con formación en pedagogía y

amplio conocimiento de la escuela y en

general del ámbito educativo. Este nuevo

perfil del equipo no priorizó la experticia

investigativa de corte experimental y en

su lugar, privilegió un conocimiento de lo

educativo derivado del trabajo de campo,

y seguramente basado en perspectivas

etnográficas.

La tradición de formación que portaban

algunos miembros del nuevo equipo

de la Fundación se inscribía prioritaria-

mente en la influencia norteamericana

de las Ciencias de la Educación, desde

donde se fundaron las Facultades de

Educación, y se entendían de acuerdo

con Saldarriaga como “(…) aplicaciones,

o mejor, sistematizaciones de ciertas

regiones de estos saberes de lo social

en función de la enseñanza” (2003:286).

Desde esta perspectiva de la formación

de maestros, escindía a la pedagogía de

los saberes específicos que se enseñaban

en la escuela y se la convertía en una

materia sobre la metodología y la didác-

tica de la disciplina respectiva. Como lo

sostiene Zuluaga, “Ellas (las ciencias de

la educación) han legitimado una divi-

sión de los problemas teóricos y críticos

en torno a la escuela, así: afuera de la

escuela se teoriza o conceptualiza sobre

educación (…) adentro de la escuela, en

la didáctica o en la tecnología educativa,

parece resumirse la vida cotidiana. (…)

Los procedimientos de enseñanza son

los únicos elementos o segmentos de

saber que puede usar el maestro en su

práctica cotidiana en la escuela” (Citado

por Saldarriaga, 2003:286).

Agotada la propuesta del trabajo insti-

tucional, en particular en torno al PEI,

el equipo de la fundación identificó dos

amplios y complejos ámbitos de acción,

que se perfilaban como ejes de las polí-

ticas educativas del momento: la forma-

ción ciudadana y la convivencia escolar.

La primera, aunque nueva en su enfoque,

en torno a las “competencias ciudada-

nas”, propició un agitado debate entre

las comunidades académicas y educa-

tivas del país; en sana lógica, podría

haberse constituido en un escenario de

posibilidades investigativas e innovati-

vas para la Fundación. La segunda, fue

recogida de la experiencia transitada

por la Fundación en la década anterior y

“remasterizada” completamente: tanto en

su marco de política, en los enfoques y

concepciones como por supuesto, en las

metodologías de trabajo.

Así, las apuestas de la Fundación, en

el primer quinquenio del milenio, fue-

ron definidas de la siguiente manera:

“Contribuir a la formación de ciudadanos

del porvenir para lograr una mejor convi-

vencia y equidad mediante el desarrollo

de valores, como la honestidad, el respe-

to, la tolerancia y la solidaridad, pilares

fundamentales de la sociedad demo-

crática.” Y, a renglón seguido, proponía:

“Propiciar en las instituciones educativas

el trabajo en equipos como contexto

para construir el conocimiento, ejercer

la responsabilidad social e individual,

enseñar a manejar conflictos y asumir los

cambios.” (Fedespegue, 2004:1)

Parecería que este nuevo enfoque de la

Fundación se anticipaba a lo que poste-

riormente iría a proponer el Ministerio de

Educación, acerca de la estrecha relación

entre la formación ciudadana y el desa-

rrollo de las “competencias” en la escuela.

Sin embargo, la fuerza que ejercía sobre

la Fundación la emergencia y el paula-

tino posicionamiento de la evaluación

como eje de la política, hizo que nueva-

mente gravitara en torno a esta temáti-

ca. En palabras de Martínez, Noguera y

Castro,

Si bien ésta (la evaluación) constituía

uno de los componentes de la pro-

gramación curricular, las nuevas polí-

ticas abandonaron la obsesión por

el diseño detallado de la instrucción

y se concentraron en la evaluación

de los resultados como nueva estra-

tegia para garantizar los principios

de eficiencia, eficacia y rentabilidad

fundamento de las políticas de mejo-

ramiento cualitativo de la educación.

(2003:176)

Para el año 2003 se habían produci-

do las transformaciones más radicales

en materia de políticas educativas, que

había conocido hasta entonces el país.

En virtud del nuevo estatuto docente,

decreto 1278 del 20027, el sujeto de la

enseñanza dejó de ser exclusivamente

el maestro; sus “contenidos”, que habían

sido definidos por los lineamientos curri-

culares ordenados por la Ley General

de Educación, se trasformaron en los

estándares de «competencias básicas»8;

los aprendizajes dejaron de regirse por

30 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

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separaTa

propósitos “humanistas” y fueron defi-

nidos desde criterios de “relevancia y

pertinencia”; la evaluación le hizo el

quite a la polémica promoción automá-

tica y comenzó a regirse por el decreto

230 de 20029; los proyectos educativos

institucionales fueron reemplazados por

los planes de mejoramiento, los consejos

directivos por los rectores, y también,

a la vez que se reducían el número de

instituciones educativas, las que queda-

ron tomaron dimensiones insospechadas

con el proceso de integración, todo en el

marco de la ley 715 de 2002.

Las implicaciones de estas nuevas polí-

ticas estaban por verse; el momento

de transición de los años siguientes se

caracterizó por su ambigüedad, en tanto

el ordenamiento educativo que se que-

ría superar, no solamente gozaba de la

fuerza de la costumbre sino también de

documentos de política recientemente

expedidos y puestos en circulación. Para

la organización de la enseñanza, por

ejemplo, una institución y sus maestros

deberían tener en cuenta los lineamien-

tos curriculares producidos hasta el año

2002, y a la vez, los estándares básicos de

competencias producidos entre los años

2003 y 2004. La ambigüedad radicaba en

que mientras los primeros aún se inscri-

bían en una tradición narrativa fundada

en el diseño curricular con larga tradi-

ción académica, los segundos claramente

se ubicaban en una narrativa evaluadora,

fundada en la categoría de competencias,

con intencionalidades más comunicati-

vas que académicas.

La Fundación, entonces, acudiendo a los

ecos de su experiencia, inició su trabajo

sobre el decreto 230, en esta ocasión, a

través de talleres que tenían el propósito

de ampliar las comprensiones de los

docentes y directivos sobre el menciona-

do decreto, y a la vez, identificar las impli-

caciones de su aplicación en el trabajo en

equipo para la evaluación. A diferencia de

la experiencia realizada en los años´ 90,

estos procesos fueron fundamentalmen-

te formativos, con una duración de muy

corto plazo, y en ocasiones apoyada en

módulos elaborados por la Fundación. En

cierto sentido, podría afirmarse que este

tipo de propuestas hacía parte de una

tradición importante del país, orientada

a la “capacitación” docente, donde los

supuestos que las sustentaban estaban

relacionados con una perspectiva actua-

lizadora, informativa y coyuntural de la

formación. No obstante, la orientación de

los talleres develaba un nuevo lugar para

el docente, ya no exclusivamente como

objeto de formación, sino como partícipe

de su proceso.

Siguiendo esta tendencia, a partir del año

2004 la Fundación comenzó a estructurar

procesos dirigidos a grupos de docentes

en ejercicio, en torno a las posibilidades

amplias y genéricas del trabajo en equi-

po para el “Mejoramiento en la calidad

de la educación en las Instituciones

educativas”. Para ello, se ocupó durante

algún tiempo del diseño de un proceso,

que tenía una finalidad exploratoria y de

aplicación, a través de cuatro módulos

organizados desde una lógica deductiva,

de lo general a lo particular: el primero

hacía referencia a un marco general que

identificaba el trabajo en equipo en dife-

rentes tendencias psicológicas, pedagó-

gicas y en general, en la política educa-

tiva nacional y particular para la ciudad

de Bogotá; el segundo módulo abordaba

específicamente “teorías” del trabajo en

equipo derivadas, en la mayoría de los

casos, de literatura de corte gerencial; el

tercer módulo trataba la relación entre

evaluación y trabajo en equipo, y termi-

naba con un cuarto módulo sobre com-

petencias y trabajo en equipo.

En este periodo, cuando la Fundación se

transforma en Fundación Convivencia,

coincidió con los enfoques y las apuestas

de las políticas educativas del momento.

En efecto, se instalaba en los discur-

sos, profundamente polisémicos, sobre la

calidad educativa, unos centrados en el

llamado “círculo de calidad” que giraban

en torno a la evaluación como estrategia

principal para la formulación de los pla-

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 31

Page 32: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

32 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

pertinentes, los expertos en estruc-

tura curricular sostienen que cuentan

los intereses de las y los estudiantes,

sin olvidar su contexto histórico y cul-

tural específico en el que ellos y ellas

se desenvuelven” (MEN, 2002:83).

Lo “significativo”, entonces, estaba asociado

a la “familiaridad” del estudiante con su

contexto, concepción que se distanciaba

de los planteamientos de la psicología

cognitiva, donde lo “significativo” estaría

asociado más bien a “(…) un proceso de

negociación de significados en los que se

involucran las representaciones de mundo

de los individuos, con las nuevas posibi-

lidades de comprensión que brindan las

prácticas educativas” (Convenio Andrés

Bello, 1999:110). Desde esta concepción, el

aprendizaje significativo es una condición

cognitiva que se lograría cuando el sujeto

hace conexiones, relaciones, comparaciones

entre sus conocimientos previos y la nueva

experiencia educativa.

La Fundación Convivencia acoge plena-

mente el sentido del aprendizaje signifi-

cativo propuesto por Ausubel:

Sólo habrá aprendizaje significativo

cuando lo que se trata de aprender se

logra relacionar de forma sustantiva

y no arbitraria con lo que ya conoce

quien aprende, es decir, con aspec-

tos relevantes y preexistentes de su

estructura cognitiva. Esta relación o

anclaje de lo que se aprende con lo

que constituye la estructura cogniti-

va del que aprende, es fundamental

para Ausubel porque tiene conse-

cuencias trascendentes en la forma

de abordar la enseñanza. (Fundación

Convivencia, 2007:29).

Es indiscutible que el aprendizaje signi-

ficativo es un resultado del ideario del

siglo XX sobre el “sujeto activo” en los

procesos de aprendizaje; a partir de los

principios de la Escuela Activa de los

años 30, renovad a treinta años después

con los planteamientos de la pedagogía

crítica de Freire y luego actualizada a tra-

vés de las psicologías cognitivas, evoluti-

vas y genéticas en la década de los años

80, a finales del siglo XX, esta será una

idea casi que del sentido común, en opo-

sición a los aprendizajes memorísticos.

Si bien el aprendizaje significativo no

procede de la psicología, sino que segu-

ramente toma fuerza en el giro lingüís-

tico y hermenéutico del conocimiento

tanto en las ciencias sociales, humanas

y naturales que se sucede en los años 50

del siglo XX, para la educación y la ense-

ñanza se posicionó por esa vía.

Serían las políticas educativas de los

años 90 las que generalizaban la necesi-

dad de superar el aprendizaje memorís-

tico y enciclopédico que había primado

hasta ese momento, para lo cual era

necesario mejorar los procesos cogniti-

vos en los alumnos, a través de nuevos

métodos didácticos. El constructivismo,

desde su línea más psicológica, fue el

nuevo “paradigma” alrededor del cual

comenzaron a gravitar los demás asuntos

sobre la enseñanza y el aprendizaje, con-

solidando el predominio de la psicología

como conocimiento de base para los

maestros.

El aprendizaje colaborativo, por su parte,

procedía de la idea social del conocimien-

to. Si bien, en estricto sentido, el aprendiza-

je es un proceso cognitivo de carácter indi-

vidual, este se enriquece con los otros, y el

conocimiento depende de ellos. Esta línea

discursiva se entroncaba con las narrativas

empresariales sobre la gestión, orientadas

especialmente a la formación de los direc-

tivos docentes, y particularmente aquellas

que estaban a favor del trabajo en equipo.

Este campo fue aprovechado por la

Fundación para la elaboración de su dis-

curso y práctica sobre el trabajo en equipo.

En uno de sus documentos se afirmaba, a

propósito de las implicaciones de un nuevo

rol del estudiante, la

Participación en equipos de aprendiza-

je colaborativo que permitan al estu-

nes de mejoramiento y la cualificación

del “capital humano”; y otros, asociados

con las perspectivas de derechos, y los

desarrollos alcanzados especialmente a

partir del informe entregado por la rela-

tora de la UNESCO Katarina Tomasevski

donde identificaba por lo menos 4 con-

diciones de posibilidad para la garantía

del derecho a la educación de todos los

niños, niñas y jóvenes colombianos: la

accesibilidad, la asequibilidad, la acepta-

bilidad y adaptabilidad.10

No obstante, fue el primer enfoque el

que adoptó la Fundación. El proceso

propuesto, si bien partía de un contexto

amplio sobre la política, su desarrollo

argumentativo finalizaba con el tema

de las competencias y su relación con

el trabajo en equipo. Es de anotar que

los primeros módulos se estructuraron a

manera de compilación, donde se reco-

gieron planteamientos textuales de dife-

rentes documentos, los cuales habían

sido adecuados, sintetizados o editados.

Podría afirmarse que la producción

“auténticamente” de “casa” se conden-

saba en los dos últimos módulos sobre

el trabajo en equipo en relación con la

evaluación y con las competencias.

Por ello, no resultaba extraño que desde

estas apuestas se derivara en exploracio-

nes sobre el aprendizaje significativo, el

aprendizaje colaborativo y la pedagogía

por proyecto. En los lineamientos curri-

culares para las Ciencias Sociales ya se

planteaban algunas líneas de continui-

dad en este sentido: “Las competencias

deben procurar un actuar ético, eficaz y

personalmente significativo, sobre aspec-

tos de la realidad social, natural, cultural

e individual” (MEN, 2002:78).

Desde estas perspectivas, el aprendizaje

significativo se vinculaba a la necesidad

de tener en cuenta la “realidad” de los

estudiantes;

Es importante recordar, (…) que para

lograr aprendizajes significativos y

Page 33: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

separaTa

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 33

diante trabajar con otros para alcan-

zar objetivos en común. En lo posible,

este tipo de actividades no deben

limitarse a un aula de clase, cen-

tro o comunidad; actualmente, a tra-

vés de las telecomunicaciones, estos

proyectos pueden incluir estudiantes

en distintas localidades y escuelas,

proporcionando así una visión más

universal e intercultural. (Fundación

Convivencia, 2007: 74)

A manera de Conclusiones:

Como lo afirma Escobar, en el artículo

de su autoría que contiene esta revista,

“(…) la sistematización, como una meto-

dología de investigación cualitativa que

produce conocimiento sobre la práctica,

encuentra su sentido en la confirmación

de que la práctica atiende a los intereses

de sus realizadores, o, en el hacer evi-

dente, un extrañamiento entre el sentido

de la práctica y sus resultados”. Esta ase-

veración, sintetiza los alcances que, por

el momento, el equipo de la Fundación

Convivencia ha comenzado a visualizar

en torno a este ejercicio.

Los tiempos atraviesan a los sujetos, y

de éstos dependen, en gran medida, la

trascendencia de las ideas. La Fundación

Convivencia se constituye en un testimo-

nio de este tiempo, de las posibilidades,

de los liderazgos, las iniciativas y la per-

severancia, de un conjunto de personas

que a partir de sus convicciones en lo

que creen, agencian proyectos que pre-

tenden mejores de formas de vida.

Incrementar la comprensión en torno a

las condiciones de posibilidad que han

permitido o limitado la iniciativa, resul-

ta fundamental para que un equipo de

pedagogos, que seguramente han hecho

parte de esta historia, tome consciencia

de las dimensiones de sus creaciones y

de su condición como sujetos históricos.

La dimensión política de este ejercicio, se

entiende como el posicionamiento de los

sujetos ante su práctica laboral cotidiana.

Referencias:

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sociales en el currículo escolar. 1930-

1960. Tesis doctoral, Madrid-España

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PROPIO -FEDESPEGUE-. Carta del Director

de la Fundación, Don Luis A. Arévalo al

Ministro de educación Nacional, Bogotá,

fechada el 13 de enero de 1988. En archi-

vo digital, Fundación Convivencia. En

archivo digital, Fundación Convivencia.

FUNDACION DESPEGUE POR IMPULSO

PROPIO -FEDESPEGUE-. Carta de res-

puesta del Ministro de Educación

Antonio Yepes Parra, Bogotá, fechada el

1 de febrero de 1988, Bogotá. En archivo

digital, Fundación Convivencia.

FUNDACION DESPEGUE POR IMPULSO

PROPIO –FEDESPEGUE- (2004) Folleto

de publicidad, Bogotá. En archivo digital,

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FUNDACION CONVIVENCIA 2007.

Elementos Teóricos del Trabajo en Equipo.

Estrategia Pedagógica para Mejorar la

Calidad en las Instituciones Educativas.

Módulo de Trabajo, Bogotá. En archivo

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MARTÍNEZ, B., Alberto, NOGUERA, Carlos y

CASTRO, Jorge Orlando. (2003) Currículo y

Modernización. Cuatro décadas de educa-

ción en Colombia. Cooperativa Editorial

Magisterio. Bogotá

MARTINEZ B., Alberto (2004) De la escue-

la expansiva a la escuela competitiva:

modos de modernización en América

latina. Convenio Andrés Bello, Bogotá

MEN. Decreto 2647 de 1984. Por el cual

se establecían normas para la innovación

educativa, Bogotá.

MEN. Decreto 1469 de 1987. A través

del cual se reglamentaba el artículo

8º del Decreto ley 0088 de 1976 sobre

promoción automática para el nivel de

educación básica primaria. Este decreto

ley se ocupa de reestructurar el sistema

educativo y reorganizar el Ministerio de

Educación Nacional, Bogotá.

MEN. Decreto 230 de 2002. Por medio

del cual se dictan normas en materia de

currículo, evaluación y promoción de edu-

candos y evaluación institucional, Bogotá.

MEN. Decreto 1278 de 2002. Por el cual se

expide el Estatuto de Profesionalización,

Bogotá.

MEN –OEI (2002). Lineamientos

Curriculares en Ciencias Sociales, Bogotá

MEN. (2004) Formar en Ciencias; ¡el desa-

fío! Lo que necesitamos saber y saber

hacer. Serie Guía No. 7 Estándares Básicos

de Competencias en Ciencias Naturales y

Ciencias Sociales.

NACIONES UNIDAS (2003). Consejo

Económico y Social. Los Derechos

Económicos, sociales y Culturales. El

derecho a la educación. Informe de la

Relatora Especial, Katarina Tomasevski.

Bogotá

PULIDO CH., Orlando (2006). Derechos

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ción pública: una deuda histórica del

Estado. Ponencia. Encuentro Nacional

de Docentes Directivos de la Educación

Oficial colombiana. Santa Marta –

Colombia

SALDARRIAGA V., Oscar. (2003) Del oficio

de maestro. Prácticas y teoría de la peda-

gogía moderna en Colombia. Corporación

Editorial Magisterio, Bogotá

1. Asesora de la Fundación Convivencia.

Licenciada en Ciencias Sociales de la Universidad

Pedagógica Nacional, especialista en enseñanza

de la historia y magister en Historia de la

Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente

es docente de esta universidad y coordina el

Instituto para el Desarrollo y la Innovación

Educativa –IDIE- de la Organización de Estado

Iberoamericanos para el educación, la ciencia y

la cultura–OEI-

2. Para mayor ilustración, ver documento de Luis

Abdón Arévalo Cuellar, Despegue por impulso

propio

3. Alberto Martínez, en el capítulo 8 sobre La

escuela cuestionada ha planteado que en la

década de los ochenta cuando la crisis económi-

ca, asociada a la deuda externa y al déficit fiscal,

muchos analistas elevaron sentidas protestas

por el bajo impacto del nivel de inversión que

se había realizado en educación durante las

décadas anteriores a la crisis y plantearon que la

educación misma era la clave para la superación

de dicha crisis.

4. Por medio del cual se fomenta las innovacio-

nes educativas en la educación

5. A través del cual se reglamentaba el artículo

8º del Decreto ley 0088 de 1976 sobre pro-

moción automática para el nivel de educación

básica primaria. Este decreto ley se ocupaba de

reestructurar el sistema educativo y reorganizar

el Ministerio de Educación Nacional.

6. Carta del Director de la Fundación, Don Luis

A. Arévalo al Ministro de Educación Nacional,

fechada el 13 de enero de 1988 y respuesta,

fechada el 1 de febrero de 1988. En archivo

digital, Fundación Convivencia.

7. Por el cual se expide el Estatuto de

Profesionalización Docente.

8. Se define como “(…) criterios claros y públicos

que permiten conocer lo que deben aprender

nuestro niños, niñas y jóvenes, y establecen el

punto de referencia de lo que está en capacidad

de saber y saber hacer, en cada una de las áreas

y niveles.”(MEN, 2004:5). “(…) los estándares

se articulan en una secuencia de complejidad

creciente, y se agrupan en conjuntos de grados,

estableciendo lo que los estudiantes deben

saber y saber hacer al finalizar su paso por este

conjunto de grados (…)” (MEN, 2004:5).

9. Por medio del cual se dictan normas en

materia de currículo, evaluación y promoción de

educandos y evaluación institucional.

10. Ver: NACIONES UNIDAS. Consejo Económico

y Social. Los Derechos Económicos, Sociales y

Culturales. El derecho a la educación. Informe

de la Relatora Especial, Katarina Tomasevski.

Bogotá Octubre, 2003

Page 35: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

El trabajo en equipo es un fortalecedor maravilloso de la con-vivencia, sobre todo porque no es tanto el equipo, sino el estar juntos; es el generar el diálogo, un diálogo asertivo, un diálogo compasivo, por eso es que no basta solo hablar de trabajo en equipo, al equipo hay que dotarlo con algunas herramientas...”

enTreVIsTa

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 35

Page 36: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

“Un verdadero equipo no es una colección de personas que apa-

rentan estar de acuerdo” (Fedespegue, 2007: 4)

“Existen muchas coincidencias”, así se encamina una entrevista

que se desprende de la formalidad y se viste de la tranquilidad

que emana el padre Leonel Narváez Gómez, quién actualmente

trabaja como director de la Fundación para la Reconciliación, de

la cual es el fundador. Él defiende y se podría decir que encarna

el tema de la convivencia, de esa convivencia que se viste de la

compasión hacia el otro como principio orientador sin esperar

o requerir nada de su interlocutor, con esa posición que para él

debe tener todo cristiano.

Tiene una larga experiencia frente al tema de la paz, la convi-

vencia y el respeto por los derechos humanos. Durante el tiempo

del despeje en el gobierno de Andrés Pastrana (1999-2001),

facilitó los diálogos entre Gobierno y FARC; como sacerdote

religioso de los Misioneros de la Consolata, utilizó el método de

Educación Liberadora de Pablo Freire, y organizó una extensa

campaña de alfabetización y liberación socio-económica y cul-

tural con grupos indígenas, en la que el tema de los derechos

humanos jugó un papel principal.

De su experiencia y los estudios que ha realizado, reflexiona

junto con la Fundación Convivencia sobre un tema en el que

“existen muchas coincidencias”: el trabajo en equipo.

Marilyn González Reyes1

[email protected]

trabajo

en equIpo,

reconcIlIacIón,

convIvencIa y

perdón

36 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 37: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

¿Coinciden las acciones de la Fundación para la Reconciliación y la

Fundación Convivencia?

Entre la Fundación para la Reconciliación y la Fundación

Convivencia, encontramos que el recurrir al trabajo en equi-

po es lo que facilita los procesos de paz, o los procesos que

nosotros llamamos de perdón y reconciliación. Nosotros

hemos tenido mucho éxito con una propuesta de Escuela

del Perdón y la Reconciliación que hoy está regada en 15

países del mundo. ¿Gracias a qué?, al trabajo en equipo. El

gran secreto de estas escuelas y el hecho del porqué se han

multiplicado tanto, es que nosotros dividimos los seis días de

trabajo que hacemos de capacitación - que son unas 70 - 80

horas - en mucho trabajo en equipo. Entonces las personas

se sientan en pequeños equipos, de hecho nosotros utiliza-

mos una palabra que nació en Brasil que se llama grupiño

o grupito, donde las personas elaboran todas su rabias, sus

rencores, sus deseos de venganza, y sacan narrativas nuevas

para la convivencia o para la reconciliación. Lo más intere-

sante es que en esos pequeños grupos o en ese trabajo en

equipo, es donde hoy en día las mismas ciencias certifican

que se multiplican las inteligencias. Porque tres o más per-

sonas pensando juntos multiplican inteligencia, por eso la

importancia del trabajo en equipo.

Un equipo “Socializa el cerebro de cada uno de sus miembros

para dar lugar a una inteligencia colectiva. Utiliza las ventajas

del pensamiento en equipo y supera las limitaciones del indivi-

dual. Las reuniones de trabajo son una oportunidad para desa-

rrollar su inteligencia” (p 12)

¿Cómo se involucran la convivencia, el perdón y la reconciliación

con el trabajo en equipo?

El trabajo en equipo es un fortalecedor maravilloso de la

convivencia, sobre todo porque no es tanto el equipo, sino

el estar juntos; es el generar el diálogo, un dialogo asertivo,

un diálogo compasivo, por eso es que no basta solo hablar

de trabajo en equipo, al equipo hay que dotarlo con algunas

herramientas; algunas herramientas básicas que aquí las

hemos llamado, por ejemplo, para las comunidades en gene-

ral (barrios, familias, entre otros): pedagogías del perdón y

la reconciliación, y para escuela, nosotros hemos diseñado

junto con la OEI, el Banco Mundial y la UNESCO: la pedagó-

gica del Cuidado y la Reconciliación.

Todo ejercicio de aprender a perdonar, a reconciliarse, es un

ejercicio para reconstruir la convivencia, que es lo que menos

nos enseñan, es sobre lo que menos sabemos, la forma de

enTreVIsTa

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 37

Page 38: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

remendar la convivencia, porque nos da miedo hablar del

perdón, y el perdón es en cambio un arma poderosa. Lo

mismo ocurre con el tema de la reconciliación, entonces el

tema del trabajo en equipo es muy importante para noso-

tros, pues construye grupo, construye comunidad, construye

nación.

El equipo debe ser concebido no sólo: “… como un nivel de

análisis sino también, como un lugar de convivencia, como una

forma de trabajo, como un proceso adecuado para potenciar los

cambios actitudinales y los cambios sociales, como un espacio

de crecimiento para la vida misma que a través de la dinámica

del propio equipo, puede provocar cambios y relaciones a nivel

intrapersonal, interpersonal y grupal”. (p 11)

¿Cómo percibe el tema del trabajo en equipo en la educación?

La educación del futuro cada vez más será menos educación

de un profesor enseñando en el tablero, la educación del

futuro será cada vez más los niños trabajando juntos, los

niños desarrollando conocimiento, por eso es que la escuela

nueva ha logrado crecer tanto y la están solicitando en el

mundo. ¿Por qué?, porque los niños ya no están uno tras

otro en fila, sino que están en una mesa juntos, pensando,

diseñando, jugando, pasándola bueno, conviviendo y creando

y recreando muchas cosas.

El clima escolar, según estudios, es lo que más incide en el

aprendizaje de los niños, si tú incides en el clima escolar y en

el microclima que es el aula, avanzas hacia cambio significa-

tivos que redundarán en una mejor convivencia.

El tema de la educación a futuro cada vez más, va a ser

educación para la convivencia, antes que para el empleo, y la

calidad de la educación del mañana se medirá cada vez más,

no por cuánto sabe el niño, sino por cuánto convive; la eva-

luación de los estudiantes se convertirá en una evaluación

sobre la convivencia. ¿Tú qué tanto sabes convivir?, sustituirá

a ¿qué tanto sabes de geografía, de historia, de matemáticas?

Hoy en día, los grandes empresarios y gerentes, buscan per-

sonal que, más que conocimiento - que sin duda es algo muy

importante -, tengan una gran capacidad sobre el manejo de

la convivencia.

¿Qué experiencia significativa, tiene la Fundación para la

Reconciliación en torno al trabajo en equipo?

Nosotros hemos desarrollado lo que se llaman Centros de

Reconciliación. Esta es una experiencia que lleva 5 0 6 años.

Nos encontramos validando la propuesta - la acaba de evaluar la

Universidad Nacional de Colombia, la encontró muy interesante -,

y es todo un trabajo de equipo en el barrio; tú pones una casita

alquilada en el barrio, y ahí comienzas a generar mucho trabajo

en equipo con las mujeres, con los niños, con los profesores, con

los jóvenes, con el gobierno, las empresa que hay por allí. El

trabajo en equipo es lo que nosotros llamaríamos interinstitu-

cionalidad; tú te metes en un barrio, y generas toda la interins-

titucionalidad que es trabajar con el que vende la carne, con el

que vende el pan, con el alcalde local, con los policías, con los

pastores protestantes, con éste, con los otros, y generas trabajo

en equipo y esa interinstitucionalidad es poderosa.

Todas las personas que hacen cosas buenas se ven a sí mismas

como parte de algo superior.

Más aún si se entiende que la paz lo que facilita es el verda-

dero desarrollo de los pueblos Ningún pueblo sin paz puede

desarrollarse bien, en ese sentido el tema de la convivencia

es un tema fundamental. Yo creo que el Sr Arévalo, en el año

de 1988, fue una persona muy profética, muy clarividente,

en el sentido de que logró mucho antes que nosotros y que

muchos otros, descubrir cómo hoy en el mundo, se requiere

de un elemento que se vuelve indispensable para la humani-

dad, que es el tema de la convivencia. Yo diría que la historia

de Colombia está prácticamente marcada por la posibilidad

que nosotros tengamos de generar convivencia, la paz de

Colombia y el progreso de Colombia y del mundo, es en el

fondo, un tema de convivencia.

Bibliografía

FEDESPEGUE. (2007) “Elementos teóricos del trabajo en equipo:

Estrategia pedagógica para mejorar la calidad en las Institución

Educativa ”. Documento Institucional.

1. Coordinadora de comunicación Fundación Convivencia. Comunicadora

Social - Periodista de la Universidad Central, especialista en tecnologías

de la información aplicadas a la educación de la Universidad Pedagógica

Nacional.

38 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 39: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Resumen

La sistematización es una metodología de investigación que

tiene origen en la educación popular. Tal metodología se mueve

en tensiones; de un lado, como posibilidad de afianzar prácti-

cas que son adecuadas para el espacio y los procesos que son

sistematizados, y de otro lado, como acto político: para hacer

revisiones objetivas de los alcances de aquello sistematizado, y

para ofrecer una mirada crítica que permita generar transforma-

ciones cuando éstas son requeridas. Las prácticas educativas son

emprendidas por sujetos que requieren empoderarse, tanto de

sus acciones como de los referentes en las que éstas se apoyan,

siempre en términos de la reflexión y el carácter crítico que le

es propio.

Abstrac

Systematization is a research methodology based in popular

education. Such methodology moves between tensions. On the

one hand, it is possible to strengthen practices that are appro-

priate for the environment and the processes that are systemati-

zed. On the another hand, it is a political action. Systematization

allows to make objective review of the scope of what is syste-

matized, and also it provides a critical insight to generate trans-

formations when they are required. Educational practices are

undertaken by individuals who need gain power both on their

decisions and on their motivations, always in terms of reflection

and critical perspective.

Palabras clave: sistematización, Fundación Convivencia.

Desde la comprensión de lo político, expuesta en la nota, la

sistematización, como una metodología de investigación cua-

litativa que produce conocimiento sobre la práctica, encuentra

su sentido en la confirmación de que la práctica atiende a los

intereses de sus realizadores, o en el hacer evidente un extraña-

miento de su sentido y sus resultados.

La sistematización en principio aparecía como una herramien-

ta de evaluación que podría aplicársele a la práctica y, en

efecto, así suele ser utilizada todavía, desde una perspectiva

que hoy tendríamos que considerar como recortada e instru-

mental. Progresivamente y en la medida en que entre quienes

sistematizan se impone lo que Freire llamara una conciencia

transitiva crítica3; es decir, una conciencia que hace permeable

al hombre, comprometiéndolo con la existencia en un diálogo

directo consigo mismo, con los otros y con el mundo. Conciencia

que, además, le permita reconocer su posición dentro de su

contexto para integrarse en él y con él; lo cual se hace posible

sólo mediante un trabajo educativo crítico que enfrente y con-

trarreste la masificación que, por lo menos, ponga al educando

en condiciones de leer con distancia lo que la inmediatez de

el carácter polítIco1

de la sIstematIzacIónLuis Fernado Escobar Cano2

[email protected]

InVITaDO

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 39

Page 40: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

los hechos y/o los medios le transmiten.

Es la posibilidad que tiene el hombre

de dejar de ser un dirigido y convertirse

realmente en un ser libre, que se dirige

a sí mismo. Un ser imbuido, como dice

Kincheloe (2001:42) de un sentimiento

omnipresente de conciencia de sí mismo.

La aplicación de dicha conciencia al

objeto de la sistematización y a la sis-

tematización misma, hace evidente su

potencialidad para rescatar de la práctica

saberes emergentes en que se conden-

san las capacidades desarrolladas por

sus ejecutores, como experiencia gana-

da que visualiza el sometimiento de la

práctica a una lectura crítica, decons-

tructiva y reconstructiva; saberes que

soportan la validez de lo realizado, pero

también, saberes que dan cuenta de los

En el convencimiento de que la educación ha de ser práctica de libertad, como opción principalísima”

40 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 41: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

extrañamientos o desviaciones que se

pueden reconocer entre el sentido per-

seguido de la práctica, y sus logros que,

por ello, pueden suscitar correcciones o,

incluso, replanteamientos en cuanto a la

finalidad o las finalidades inicialmente

asignadas.

La sistematización tiene un carácter dia-

lógico. Supone diálogo con las prácticas

y sobre ellas, entre quienes han sido sus

realizadores que se ubican desde afuera,

y que son capaces de objetivar tales prác-

ticas y reflexionarlas con distancia.

Ese ponerse uno ante su propia obra

para reconocerse o desconocerse, supo-

ne al menos tres posibilidades: una, la

emergencia de una autoafirmación de las

prácticas como un acto de apego que no

admite la reflexión; dos, la afluencia de

una lectura descalificadora, que tiende

a deshacer la experiencia o a superarla

–en parte, de pronto, por la velocidad de

los cambios de hoy-; tres, la presencia de

una mirada crítica y reconstructiva que

expresa lo que Freire llamó “conciencia

transitiva crítica”.

No es frecuente esa mirada descali-

ficadora de las prácticas y, más bien,

nos movemos entre la mirada de auto-

afirmación y la mirada crítico-recons-

tructiva, buscando realizar, casi siempre,

mejores prácticas, en el sentido de más

fundamentadas, pero también, prácticas

metodológicamente más adecuadas a

los contextos y a los sujetos que ellas

involucran.

Por lo anterior, podemos afirmar que

la sistematización se revela, entonces,

como una metodología de construcción

de saber a partir del hacer, más allá de

lo que, en principio era el objeto del

hacer. La acción puede mover el pensa-

miento sobre la acción misma y, si ese

pensamiento ha ganado, por la vía de una

educación que contribuye a su desarro-

llo, la condición de reflexividad4 puede

inducir a la transformación de la acción y

esto es, precisamente, lo que resulta más

deseable en el campo de la educación.

Tal capacidad no se desarrolla espontá-

neamente, sino en la interacción social.

Mejía (2010), señala algunos aspectos de

la sistematización que me parece válido

destacar en razón del propósito de este

escrito:

1. Los diálogos en torno a los procesos

constitutivos de las prácticas, que se

efectúan con el propósito de siste-

matizarlas, son ejercicios de nego-

ciación cultural, sobre el sentido5

o los significados6 de las mismas y

las formas como dicho sentido ha

incidido en su ejecución, poniendo

de presente una pluralización meto-

dológica que revela la diversidad

de formas como los grupos y los

actores sociales particulares bus-

can su empoderamiento dentro tales

procesos.

2. Existe una unidad conceptual y

metodológica en toda práctica que

es lo que posibilita sus resultados,

pero, no obstante lo anterior, cada

uno de los sujetos que participan

– individuales y/o colectivos- ten-

drá su propia apropiación de la

práctica, su propio saber derivado

como experiencia que capacita para

emprender nuevas prácticas.

3. La emergencia de un texto colectivo

que se pueda leer como sistematiza-

ción del proceso o los procesos ade-

lantados es resultado de un ejercicio

de negociación cultural que, como

tal, es, en sí, un pulso de fuerzas

acerca del sentido y/o significación

de la práctica realizada, vista a pos-

teriori. Este pulso es determinante

en la identificación y/o asunción

de los ejes, hitos o líneas de fuerza

que aparecen o son acordados como

característicos de la práctica o pro-

ceso que se sistematiza y señala el

derrotero de su interpretación.

Jorge Ramírez (2009) hace referencia a

varias situaciones que podrían conside-

rarse como tensiones en relación con el

lugar que ha ganado la sistematización

como productora de conocimiento teóri-

co y práctico:

1. La insuficiencia del paradigma ana-

lítico-explicativo de la ciencia y del

principio demostrativo que le carac-

teriza, como puntos de orientación

en la construcción de conocimientos

socialmente válidos y políticamente

legitimados por el poder dominante.

2. El que dicho paradigma “produce

un cúmulo inimaginable de datos

e información especializada que, no

solo fragmentó la conciencia y la

praxis humana por la forma como

limitó las posibilidades de lecturas

holísticas y comprensivas del mundo

social y natural, sino que, paradóji-

camente, generó nuevas ignorancias,

manifestadas en vacíos de compren-

sión y de entendimiento del mundo

que habitamos” (p. 14).

3. El que “una posibilidad para la

reconstrucción de una base episte-

mológica del conocimiento radique

en provocar un desplazamiento en

la mirada de la ciencia, un despla-

zamiento hacia ella misma y desde

ella misma, y esto pasa por situarse

en y desde el mundo de la vida.

Es describir el mundo desde aden-

tro, alejando los determinismos que

solo conciben un observador situado

fuera del mundo” (p. 14).

4. La vitalidad, aun insospechada, que

cobra la experiencia social como

lugar de construcción de conoci-

mientos, ante la crisis epistemoló-

gica y de fertilidad explicativa para

dar cuenta de muchos fenómenos

del mundo de la vida. Es en este

lugar que queremos colocar la sis-

tematización, no como la alternativa

a la crisis señalada, sino como una

posibilidad de construir conocimien-

to capaz de reorientar los sentidos

que le damos a las acciones en la

experiencia y reordenar el proceso

mismo. (p.14).

En la introducción a “La concientización”

(Fiori, 1970) ubicaría yo un planteamien-

InVITaDO

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 41

Page 42: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

La sistematización tiene un carácter dialógico. Supone diálogo con las prácticas y sobre ellas, entre quienes han sido sus realizadores que se ubican desde afuera, y que son capaces de objetivar tales prácticas y reflexionarlas con distancia”.

42 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 43: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

InVITaDO

to clave que explica el porqué de la sis-

tematización, como una acción que va a

tener un desarrollo significativo; primero,

en el campo de la Educación Popular,

como un ejercicio empoderante7 y, por

ello, eminentemente político8, que hace

del individuo el dueño y responsable de

su actuar. Luego, ese ejercicio irrumpirá

en el campo de la educación formal para

quedarse.

En el convencimiento de que la educa-

ción ha de ser práctica de libertad y para

la libertad, como opción principalísima

del educador humanista que al inven-

tar sus técnicas pedagógicas, des-

cubre a través de ellas, el proceso

histórico en qué y por qué se consti-

tuye la conciencia humana; proceso a

través del cual la vida se historia. (…);

proceso en que la vida como biología

pasa a ser vida como biografía (y, del

cual se asume que) tal vez, ese es el

sentido 9 más exacto de la alfabetiza-

ción: aprender a escribir su vida (del

alfabetizando) como autor y como

testigo de su historia: biografiarse,

existenciarse, historizarse (Entonces),

las técnicas de dicho método – dice

Fiori- acaban por ser la estilización

pedagógica del proceso en que el

hombre constituye y conquista,

históricamente, su propia forma: la

pedagogía se hace antropología. Esa

conquista no se iguala al crecimiento

de los vegetales; se implica en la

ambigüedad de la condición humana,

se complica, o mejor dicho, intenta

explicarse en la continua recreación

de un mundo que, al mismo tiem-

po, obstaculiza y provoca el esfuerzo

de la superación liberadora de la

conciencia humana. La antropología

acaba por exigir y comandar una

política. (p.10)

Podemos reconocer, entonces, una analo-

gía entre la alfabetización y la sistemati-

zación y unas funciones concomitantes,

porque ambas son herramientas que nos

permiten leer el mundo que construimos.

El mundo del sistematizador está plas-

mado en su práctica y ese aprender a leer

su mundo, implica también reconocerse

como hacedor de ese mundo y, con ello,

de sí mismo como sujeto cuyo escenario

de realización es la práctica que se siste-

matiza en lo que constituye, más que una

recuperación de la práctica, como prác-

tica cargada de sentido, una afirmación

del sujeto (individual o colectivo) que

la produjo, como dador de sentido y, por

ello, como constructor de un mundo, “su”

mundo, en el que se produce y se repro-

duce como sujeto de saber, desde su pro-

pio hacer, al hacer de ese hacer objeto de

reflexión y de diálogo; un ejercicio que

es a la vez deconstructivo y reconstructi-

vo como un proceso de cualificación que

hace de la práctica una experiencia; pero,

además, un ejercicio que, al apoyarse

en otros saberes, diferentes de los que

fueron puestos en juego en la práctica

misma -o, en otras prácticas constituidas

en experiencia-, incrementa el caudal

de conocimiento que antes poseían los

actores de la práctica que se hizo objeto

de la sistematización.

Todo lo anterior contribuye a explicar por

qué la sistematización de las prácticas o

los procesos sociales que se realizan en

una perspectiva de construcción de saber,

deben ser ejecutadas por los mismos

actores que intervinieron en la realiza-

ción de dichos procesos; y si bien puede

resultar conveniente que una persona o

un colectivo coordine la sistematización y

sintetice sus resultados, estos no podrán

considerarse como válidos si no han sido

validados previamente por el conjunto de

los participantes en el proceso.

La experiencia no es más que el fruto de

una “travesía intelectual” que supone el

ejercicio de la sistematización en tanto

que recupera, ordena, analiza, problema-

tiza y concluye sobre la práctica, tomando

para ello referentes teóricos y prácticos

que la contextualizan. Dicha travesía

supone una revisión, apropiación y reco-

nocimiento del sentido de la práctica,

en lo individual y lo colectivo, tendiente

a coligar el conocimiento –como poder

decir de algo-, con el hacer –como expre-

sión de un saber interiorizado que nos

pone en capacidad de realizar una prác-

tica intencionada, siendo absolutamente

conscientes de sus posibilidades y sus

limitaciones. Esta última es la que puede

nombrarse, en el campo de la educación,

como práctica pedagógica que, no lo es,

cualquier práctica educativa.

La generalidad de las prácticas no alcan-

za a constituirse en experiencia, en el

sentido de que no agregan o enseñan

nada significativo en términos de saber,

porque no están atravesadas por una lec-

tura crítica. Tales prácticas deben some-

terse a los procesos de acreditación exi-

gidos para su convalidación, ya sea como

prácticas científicas o como prácticas

educativas, sus realizadores no irán más

allá de lo que las expectativas de dicha

convalidación les posibilitan.

El carácter político de la sistematiza-

ción radica en la posibilidad que ésta

ofrece, al hacer del sujeto de la práctica

dueño de su hacer, de que dicho sujeto

(individual o colectivo) pueda orientar

su práctica hacia la traducción de sus

intereses, personales y/o del grupo a que

pertenece, en las necesidades existen-

ciales y axiológicas en torno a las cuales

es posible concitar una participación

interesada y responsable de sus hacedo-

res, orientada hacia la construcción de

una sociedad estéticamente organizada

desde una perspectiva ética, de justicia.

Referencias:

FIORI, M, (1970) “Aprender a decir su

palabra: o el método de alfabetización

del Prof. Paulo Freire.” En: Freire, Paulo,

La Concientización: principios, metodolo-

gía, experiencias. Introducción. Caracas:

Instituto Agrario Nacional.

KINCHELOE, J. (2001). Hacia una revi-

sión crítica del pensamiento docente.

Barcelona: Octaedro.

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 43

Page 44: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

MEJÍA, M. (2010). La sistematización:

Empodera y produce saber y conocimien-

to. Bogotá: Ediciones Desde abajo.

RAMIREZ, J, (2009). La sistematización de

experiencias de innovación educativa.

Una posibilidad de producción de cono-

cimiento teórico-práctico. Bogotá: IDEP.

1. Asesor Fundación Convivencia.

2. Asumo lo político como ese pulso de fuerzas,

de carácter permanente, que es la política en

general y que se dirime por diferentes mecanis-

mos al interior de cada sociedad nacional y en

el orden global; determinando la prevalencia de

unos intereses sobre otros por momentos que

pueden ser largos o cortos, según sea la estabi-

lidad que haya ganado la sociedad en cuestión.

Esa estabilidad está en relación directa con la

mayor o menor correspondencia que tengan

los intereses dominantes con los intereses más

generales de esa sociedad. Esto significa que

la dominancia de unos intereses sobre otros

no atiende, necesariamente, a que estos sean

mayoritarios, sino, a los recursos que se ponen

en juego para que aparezcan como tales. Pero,

reconozco la existencia de otras miradas sobre

este tópico; p.ej. la que plantea William Ortiz J.

cuando en referencia a “El descubrimiento de lo

político” de Claude Lefort, dice: “Lo político está

relacionado con el pensamiento, esto es, la idea

que tiene cada individuo frente a situaciones

complejas de orden social, cultural, económico o

ideológico y que hacen de este ideal el soporte

para la toma de decisiones…”.

3. Freire, Paulo en “Educación como práctica de

la libertad”. Siglo XXI edit. 49edic. 2001. Hace

clara distinción entre la transitividad ingenua y

la crítica. Esta última “a que llegaríamos con una

educación dialogal y activa, orientada hacia la

responsabilidad social y política, se caracteriza

por la profundidad en la interpretación de los

problemas.” (p.54)

4. Véase, p.ej., a John Dewey en su obra ¿Cómo

pensamos?

5. Dice Jorge Ramírez (2009: p. 14) que “el térmi-

no sentido va a referenciar el conjunto de dispo-

siciones conceptuales, éticas, políticas, morales y

pertenecientes al mundo de los deseos, que se

entrecruzan entre sí para configurar un horizonte

(de sentido) que orienta, de manera explícita o

implícita, las prácticas en el mundo de lo coti-

diano. Es un punto referencial que le permite al

sujeto, individual o colectivo, vivenciar, conocer y

actuar la red de relaciones sociales constituidas

en su ámbito de acción. Esta referencia para la

acción y la interpretación no es el resultado de

un objetivismo, como si se tratara de una ima-

gen tal cual de la realidad, como tampoco es la

imagen constituida a partir de un deseo de futu-

ro; el horizonte de sentido está “escrito” en las

prácticas, de lo que se trata es de poderlo leer.

6. También para Ramírez (2009), el término sig-

nificado o significación va a estar referido a las

distintas interpretaciones, con carácter de rele-

vancia, que los sujetos o los grupos construyen

sobre determinados acontecimientos, fácticos o

simbólicos. Darle significado a un acontecimien-

to es poner en juego la subjetividad, de ahí el

carácter plural y diverso del mismo, constituido

sobre el carácter de relevancia y pertinencia

que tiene sobre la vida de las personas o de los

grupos; por eso un acontecimiento se constituye

como tal para uno, pero para otros es simple-

mente un hecho que apenas sí se registra

7. La educación es empoderante de los sujetos,

cuando ellos no participan de la misma como

simples receptores de saberes presuntamente

poseídos por otros que, normalmente fungen

como “los maestros” o, mejor, “los educadores”,

sino, cuando se propone como un aprender a

leer “su” mundo. Ese mundo que es de cada uno

y de todos, pero, que cada uno podrá leer desde

su lugar en él.

8. Ramírez (2009: p.14), destaca el empodera-

miento como “la dimensión en la que la siste-

matización manifiesta su carácter ético y político

en la medida en que dota a los participantes de

mejores referentes interpretativos, de compe-

tencias y de habilidades para un ejercicio más

comprensivo, global y eficaz de su protagonismo

social; en otras palabras, el conocimiento que

produce la sistematización coloca a los parti-

cipantes de la experiencia en un escenario de

mayores posibilidades de negociación política

y cultural”.

44 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 45: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

reseña

El desarrollo de estrategias de trabajo en equipo, podría convertirse en una de esas tantas posibilidades para lograr la conexión de la que hablan los autores.”

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 45

Page 46: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

FICHA BIBLIOGRAFICA; Bassi, Marina; Busso, Matías; Urzúa, Sergio; Vargas, Jaime.

DESCONECTADOS: habilidades, educación y empleo en América Latina. Banco Interamericano

de Desarrollo. 2012.

El texto Desconectados fue publicado el 6 de marzo de 2012, casi inmediatamente después

de su aparición, las diversas opiniones lo han ubicado como el análisis más reciente sobre

la situación educativa en la región latinoamericana, especialmente porque la investigación

se dio en la tarea de realizar encuestas sobre temas que hasta el momento no habían sido

tenidos en cuenta en el contexto.

desconectados

habIlIdades, educacIón

y empleo en amérIca

latIna

María Isabel Heredía Duarte

[email protected]

46 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 47: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

En estos momentos, el texto ya es refe-

renciado por la prensa y la academia

latinoamericana, especialmente por los

datos alarmantes que ponen en tela de

juicio los fines de los sistemas educati-

vos y la calidad que ofrecen, al respecto,

y tomando como base el texto, un diario

boliviano comentó: “La formación que

ofrecen las escuelas está desconectada

de las demandas del mercado laboral

en América Latina y el Caribe, según un

estudio del Banco Interamericano de

Desarrollo (BID). Es una de las causas

por las que a los jóvenes bachilleres

les es difícil encontrar empleo.” (En: La

Prensa.com.bo. Miércoles 13 de marzo

de 2013. http://www.laprensa.com.bo/

diario/actualidad/la-paz/20120528/

empleo-y-educacion-estan-desconecta-

dos_26131_41764.html)

El texto presenta un análisis descriptivo

de las realidades que viven los jóvenes

en Latinoamérica, específicamente res-

pecto a dos temas fundamentales: edu-

cación y empleo, cuya hipótesis central

gira en torno a que en América Latina,

existe una desconexión de las escue-

las con la esfera laboral y productiva;

desconexión que pone en evidencia la

escasa capacidad de los sistemas edu-

cativos para preparar a los estudiantes, y

así responder a los requerimientos de la

vida después de la formación secundaria.

El texto está conformado por siete capí-

tulos que en su mayoría utilizan meca-

nismos empíricos de análisis, tales como

la medición estadística y econométrica,

para cuya construcción se acudió a cál-

culos propios provenientes de las distin-

tas encuestas aplicadas, tanto a jóvenes

como a empresarios. En otro mecanismo

paralelo de análisis, el texto elabora una

cuidadosa revisión bibliográfica de la

literatura que ha abordado los problemas

de educación y empleo, tanto en América

Latina como en Estados Unidos.

Es innegable, desde la experiencia his-

tórica y los análisis estadísticos, que en

efecto se han elevado los índices de

ingreso a la educación básica. Un proceso

de amplitud (o expansión) del sistema

educativo que ha venido ocurriendo más

o menos desde 1950 en América Latina,

y del cual se esperaba que tendría reper-

cusiones positivas en el mejoramiento

de los niveles de vida de la población,

especialmente la más pobre y vulnerable,

pues al incrementar el nivel educativo,

se esperaría que ello repercutiera auto-

máticamente en más y mejores salarios

y oportunidades laborales, y por ende, el

mejoramiento de la calidad de vida y la

eliminación paulatina de la pobreza. Pero

pese a que en efecto se ha manifestado

un incremento positivo del ingreso de los

jóvenes al sistema, los viejos problemas

de América Latina: el desempleo y la

pobreza, al parecer continúan latentes.

Aumento de unos niveles de escolaridad

que al parecer no tienen efecto en la

disminución de los índices de pobreza

y desempleo, parece una situación con-

tradictoria y un dilema que exige una

explicación profunda, explicación que

aborda el texto “Desconectados: habili-

dades, educación y empleo en América

Latina”, una amplia investigación publi-

cada por el Banco Interamericano de

Desarrollo (BID) y realizada en conjunto

por cuatro economistas expertos del BID:

Mariana Bassi, Matías Busso, Sergio Arzúa

y Jaime Vargas.

En términos generales, el texto es una

invitación a preguntarse por los fines

(últimos y reales) de la educación y la

necesidad de contextualizar sus cate-

gorías como la calidad. En este sentido,

no estaríamos en frente de una sola

calidad, sino de múltiples calidades de la

educación que se deben acomodar a los

diversos contextos. Es por ello que, de

acuerdo a lo establecido en el prólogo,

el texto (escrito por Luís Alberto Moreno,

presidente del BID): “aporta una pers-

pectiva nueva y muy pertinente a la dis-

cusión sobre la calidad de la educación

en la región [Latinoamérica]” (pág., xii);

partiendo primordialmente del hecho de

que lo que se denomina como “calidad”,

no debe estar divorciado de la pertinen-

cia de la educación en “la vida real de las

personas” (pág., xii); es por ello que el

trabajo, específicamente, se centra en la

relación existente entre las “habilidades

desarrolladas en el sistema educativo” y

“la demanda del mercado laboral” (pág.,

xiv), tomando como sujetos de investi-

gación a los jóvenes entre los 16 y los

30 años de edad en aproximadamente

9 países latinoamericanos (Argentina,

Brasil, Chile, México, Panamá, Uruguay y

Venezuela), jóvenes que: hacen la transi-

ción de la escuela al trabajo después de

la secundaria en los últimos treinta años

(1980 – 2000).

reseña

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 47

Page 48: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Las cifras exploradas por los autores

demuestran que, particularmente en el

contexto latinoamericano, buena parte

de los jóvenes que terminan su educa-

ción secundaria no realizan la transición

a la universidad, sino que se insertan en

el mercado laboral, fenómeno que ha

tenido escasa atención en la literatura

que ha abordado los problemas educa-

tivos y laborales en América Latina. Esta

realidad obliga entonces a cuestionarse

sobre los fines de la educación en la

sociedad: ¿cómo responde la escuela

ante esta necesidad manifiesta de los

jóvenes que optan por el mundo laboral?,

¿qué herramientas ofrece a este grupo

de estudiantes para que puedan desem-

peñarse exitosamente en estos ambien-

tes?, son preguntas que se examinan al

interior del texto, pues tradicionalmente,

la formación en las escuelas privilegia

el ingreso a la educación superior o

pos-secundaria sobre el trabajo, y desde

allí están diseñadas las políticas públicas

educativas y los currículos. (Véase pág.,

1, cap., 1)

Según los autores, en el análisis de la

transición de los jóvenes al mundo labo-

ral, deben tenerse en cuenta dos varia-

bles determinantes, una: las habilidades

que el estudiante haya logrado desarro-

llar en la escuela y otra: las condiciones

del mercado laboral. El conocimiento

de estas dos variables puede brindar un

panorama general que propenda a mejo-

rar la conexión entre escuela y trabajo.

(Véase pág., 15, cap. 2)

En este sentido, los autores conside-

ran pertinente elaborar una caracteriza-

ción la situación laboral de los jóvenes

latinoamericanos, caracterización que

puede realizarse teniendo en cuenta los

datos históricos de empleo, desempleo y

salarios desde un enfoque comparativo:

“Asimismo se analiza qué grupo entre

los jóvenes se ha visto más afectado por

los cambios en las últimas tres décadas

(1980–2010), y en particular, hasta qué

punto han variado las diferencias entre

los más educados y los menos educados

en la transición escuela-trabajo, es decir,

cómo han cambiado las brechas salaria-

les entre ambos grupos y sus diferencias

en términos de desempleo y de la calidad

de los empleos que consiguen” (pág., 16)

48 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 49: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

Después de realizar un recorrido por dis-

tintas fuentes bibliográficas que intenta-

ron explorar el tema educación/empleo

en Estados Unidos y América Latina, los

autores concluyen que, en efecto, existe

en Latinoamérica una problemática en

torno al acceso al trabajo por parte de los

jóvenes recién egresados de sus estudios

secundarios, proceso que podría haberse

generado por dos grandes fenómenos

expansivos que han acompañado educa-

ción en las últimas décadas: la expansión

de la cobertura y la expansión de la

demanda de la mano de obra, digamos

adecuadamente educada: “la evidencia

disponible para América Latina muestra

una pérdida en los salarios relativos de

los trabajadores con educación secunda-

ria, impulsada parcialmente por un creci-

miento bastante significativo de la oferta

de estos trabajadores originada en los

importantes aumentos en la cobertura

educativa (…) y por una expansión de la

demanda de trabajadores con educación

superior que fue solo compensada en

parte por un crecimiento en la oferta.”

(pág., 18)

En este sentido, el análisis de la situación

laboral de los jóvenes no arrojó resulta-

dos del todo positivos, pues los autores

identifican tres situaciones preocupan-

tes: en primera instancia el problema

de bajos salarios de los jóvenes, que en

proporción reciben menor remuneración

en comparación con el salario de los

adultos, en segunda instancia, la escasa

participación de los jóvenes tanto en

el mercado laboral como en la educa-

ción pos-secundaria (jóvenes ninis que

ni estudian ni trabajan) (pág., 19) y por

último, la situación laboral de los jóvenes

que logran incorporarse al mercado labo-

ral, pues por lo general prima el trabajo

informal y la falta de seguridad social.

(pág., 28)

La amplia cobertura educativa duran-

te los últimos treinta años en América

Latina no es traducible, en este caso, a

una solución definitiva de los problemas

que enfrentan los jóvenes en la región.

En primera instancia porque el aumento

de la cobertura educativa no necesa-

riamente soluciona el problema de la

deserción escolar, que según los datos,

sigue siendo elevada para la región; y en

segundo término- y en lo concerniente al

empleo - los autores demuestran tanto

un estancamiento en los salarios de los

jóvenes (desde una comparación con los

datos históricos), como una disparidad

con los salarios de los adultos, también

como tendencia histórica, lo que implica

que desempleo juvenil y bajo salario en

este tipo de población son problemas de

vieja data en América Latina, problemas

que los sistemas educativos no han sido

capaz de solucionar. Según los autores,

esta tendencia se mantiene en toda la

región, pese a las dispersiones y particu-

laridades que se manifiestan de un país

al otro.

En general, América Latina ha enfrentado

de manera permanente el desempleo

como uno de sus principales problemas.

No obstante, la situación se recrudece

cuando este mismo problema se observa

en la población joven (pág., 31). Un hecho

lamentable, si se tiene en cuenta que

las edades entre las cuales oscilan los

jóvenes para el estudio (16 – 25 años)

constituye “cerca de un cuarto de la fuer-

za laboral en la región”. (pág., 31).

La rotación en los empleos constituye

también otra circunstancia singular que

necesita ser revisada. Los años de per-

manencia en un empleo, según las inves-

tigaciones de los autores, es altamente

valorada por los empleadores; hecho

que desfavorece a los jóvenes en América

Latina, pues los datos manifiestan una

amplia rotación de empleos además de

presentarse reiteradamente, períodos

prologados de desempleo en los prime-

ros años de la vida laboral. (pág., 32).

Si en general el desempleo es uno de los

factores que mayor afecta las condicio-

nes de vida de la población latinoameri-

cana, a partir de los datos de los autores

podría inferirse que esta situación se

vuelve aún más crítica al interior de la

población joven, en donde se exhiben,

según los datos analizados en el estudio,

las tasas más elevadas de desempleo en

comparación con la población de adultos.

Por otra parte, aunque es de esperarse

que los jóvenes continúen con sus estu-

dios universitarios después de la culmi-

nación de su educación secundaria, la

ocupación laboral no siempre constituye

una alternativa de vida y tampoco una

razón para no continuar con sus estudios

superiores. Los autores insisten en que

sigue existiendo un alto porcentaje de

población joven que no estudia ni trabaja

(ninis). (pág., 38).

Las circunstancias que podrían explicar

este tipo de comportamiento desfavo-

rable de las cifras se centra precisamen-

te en el tipo de formación que ofrece

la escuela latinoamericana, aludiendo a

una desconexión profunda con el mundo

del trabajo. El problema radica en que

es probable que la escuela, en primera

instancia, no esté ofreciendo las habi-

lidades necesariamente valoradas por

los empleadores, y en segundo término,

aunque en efecto se ha ampliado el

ingreso de jóvenes al sistema, es eviden-

te que, según las cifras exploradas por los

autores, una buena porción de ellos no

culmina sus estudios: “actualmente solo

el 54% de los jóvenes entre 15 y 24 años

de edad que inician el ciclo secundario lo

completan.” (pág., 54), lo que implica que

la ampliación del acceso a la educación,

no necesariamente impide que: “se regis-

tren enormes tasas de abandono escolar

entre quienes entran a la secundaria.”

(pág., 55). El no terminar la acreditación

de los estudios es una variable que afec-

ta, tanto la entrada en el mercado laboral

como la posibilidad de obtener mejores

salarios, elevando de esta manera los

índices de desempleo para la región.

Tales problemas podrían tener su expli-

cación en el enfoque de calidad que para

la educación aplican la mayoría de paí-

ses latinoamericanos, privilegiando las

destrezas cognitivas por encima de otras

reseña

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 49

Page 50: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

habilidades, tales como las socioemocio-

nales, que harían posible una inserción

más exitosa del joven en el mundo del

trabajo. (Pág., 77)

Los autores establecen que existen

escasos estudios que den cuenta de la

relación que guardan las habilidades

socioemocionales (no cognitivas) con la

escuela y a su vez, su intervención en el

mundo del trabajo. El problema radica,

según las exploraciones, en la extrema

relatividad de lo que se determina como

habilidad socioemocional, categoría de

la cual se ha ocupado primordialmente

la psicología y en la cual existe poco

consenso en su clasificación: “Mientras

que las habilidades cognitivas pueden

jerarquizarse en términos de su relevan-

cia para predecir resultados en la vida de

una persona, no sucede lo mismo con las

socioemocionales, para las cuales coexis-

ten diversas escalas y órdenes. Es decir,

ante la pregunta de cuáles son las habili-

dades socioemocionales más relevantes,

no existe una única respuesta.” (pág., 83).

No obstante, de acuerdo a los análisis

conceptuales y las clasificaciones reali-

zadas por los autores, existe una diferen-

cia tajante entre habilidades cognitivas

y socioemocionales, en términos resumi-

dos, mientras las habilidades cognitivas

se pierden con el paso de los años, las

habilidades socioemocionales tienen a

perfeccionarse, teniendo “una ventana

de oportunidad más prolongada”. Este

hallazgo, según los autores, es funda-

mental a la hora de diseñar políticas

“destinadas a promover una transición

exitosa de la escuela al trabajo median-

te acciones oportunas en los entornos

donde se forman y desarrollan tanto las

habilidades cognitivas como las no cog-

nitivas.” (pág., 85)

¿Qué elementos pueden componer las

habilidades cognitivas y no cognitivas o

socioemocionales y cuál es su relación

en el mundo laboral?, tras un análisis

detallado de la literatura, la investigación

encuentra en la experiencia norteameri-

cana cuatro grupos generales de destre-

zas adquiridas para un buen desempeño

laboral: las habilidades académicas, de

pensamiento avanzado, interpersonales

y de trabajo en equipo y finalmente, las

características personales y actitudinales

(pág., 89). Las habilidades académicas

y de pensamiento avanzado entrarían

dentro del grupo de lo cognitivo, mien-

tras que las dos siguientes entrarían

a formar el grupo de las habilidades

socioemocionales, que según el estudio,

son más valoradas por los empleadores

norteamericanos: “La comparación de las

necesidades de los empleadores esta-

dounidenses con respecto a cada uno

de estos grupos de destrezas demuestra

una mayor valoración de las habilidades

sociales y de trabajo en equipo frente a

las de carácter académico” (pág., 89)

En el estudio, los autores crean su pro-

pio grupo de habilidades que analizan

a la luz de las encuestas aplicadas a los

empresarios latinoamericanos. Las habi-

lidades cognitivas estarían conformadas

por las habilidades intelectuales y de

conocimiento, mientras que las habilida-

des socioemocionales las conformarían

las estrategias metacognitivas, de auto-

eficacia y sociales. Al observar de cerca

el grupo que compone las socioemocio-

nales, se hace el apunte que, no sólo se

hace notoria su enorme complejidad, sino

que además parecen ser las que real-

mente pueden cerrar la brecha de des-

conexión entre la educación y empleo.

Pese a que la preferencia por una u otra

habilidad puede variar (dependiendo del

tipo de empleo), el estudio pudo demos-

trar que en América Latina, gran parte

de las empresas que participaron en

la encuesta, valoraban las habilidades

socioemocionales sobre las habilidades

cognitivas, independientemente del sala-

rio ofrecido, el sector o el tamaño de la

firma. (Véase pág., 150)

Es fundamental tener en cuenta que los

autores no hallaron una alta correlación

entre las habilidades cognitivas y las

socioemocionales, en el sentido que pue-

50 • Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org

Page 51: revIsta de educacIón Fundación Convivencia

den hallarse trabajadores con un elevado

nivel cognitivo pero con insuficiencia en

habilidades sociales e interpersonales.

No obstante, el grupo de las habilida-

des socioemocionales sí manifestaron

una elevada interrelación, lo que signi-

fica que: “aquellas personas con niveles

moderados de competencias cognitivas

podrían destacarse en un conjunto de

habilidades socioemocionales que con-

tribuyan a lograr buenos resultados en el

mercado laboral.” (pág., 128)

De acuerdo a las indagaciones hechas

por el estudio Desconectados, escuela y

empresa parecen tener rumbos distintos.

Mediante los instrumentos empíricos de

análisis, los autores determinaron que

una buena porción de las empresas

encuestadas (el 30%), opinaron que la

educación secundaria latinoamericana

es deficiente en cuanto al desarrollo

de las habilidades que requieren sus

empleados. Ante la dificultad de encon-

trar personal con habilidades socioemo-

cionales, las empresas que más las valo-

ran invierten en métodos psicológicos

de selección, entre otros mecanismos,

situación que genera gastos adicionales

para las empresas que pueden invertirse

en mejores salarios.

En conclusión, en el problema de la

desconexión entre escuela y trabajo, los

autores identifican tres temas generales

de vital importancia: una escuela des-

vinculada del sistema productivo, unas

políticas públicas educativas que se for-

mulan sin conocer el tipo de habilidades

que se demandan en el mercado, y una

formación deficiente en el desarrollo

de habilidades cognitivas y socioemo-

cionales; este es el panorama que los

autores denominan como “la realidad

educativa en América Latina”, problemas

que, según ellos, es posible solucionarlos

mediante dos tipos de modificaciones

del sistema educativo: la modificación

de los contenidos curriculares para logar

la articulación entre escuela y empresa, y

la modificación de las “pedagogías utili-

zadas” con el propósito de que la escuela

genere las habilidades necesarias para el

mercado laboral. (pág. 175)

Por otra parte, un punto álgido de las

problemáticas también estuvo centrado

en la ausencia de información (especial-

mente en datos) que permitan conocer la

relación directa entre escuela y trabajo,

pues no hay, según los autores, infor-

mación confiable sobre la trayectoria

de los jóvenes que egresan del sistema

educativo. Tal información podría incluso

llegar a la formulación de políticas más

adecuadas.

El desarrollo de estrategias de trabajo

en equipo, podría convertirse en una de

esas tantas posibilidades para lograr la

conexión de la que hablan los autores.

Esta categoría estuvo ubicada dentro de

las habilidades socioemocionales, como

una de las cualidades más valoradas por

los empleadores en las encuestas.

Finalmente, el texto deja en claro que

para aquellos jóvenes que no acceden

a la educación superior, la formación

básica y media debe proveerlos de herra-

mientas suficientes para enfrentar el

mundo laboral, pues es el único recurso a

su alcance que les permite conseguir sus

primeros empleos. El éxito de la transi-

ción al trabajo en estos jóvenes depende

en buena medida de la utilidad y la rele-

vancia de los aprendizajes, mediada por

una conexión coherente entre escuela

– empresa (pág. 131).

Aunque el texto no lo evidencia, otra

conexión posible entre la escuela y la

empresa podría también mirarse desde

la posibilidad de ofrecer a los estudian-

tes las herramientas para convertirse

en empresarios, pues además de formar

empleados, también puede constituir

empleadores de pequeñas y medianas

empresas, ello podría ser otra forma de

reducir los índices de desempleo y parte

de los problemas que evidencian los

autores para la región latinoamericana.

reseña

Fundación Convivencia • www.fundacionconvivencia.org • 51

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La Fundación Convivencia – Centro de Investigación Educativa, es una en-tidad sin ánimo de lucro, con personería jurídica otorgada por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) mediante resolución 2213 del 18 de mayo de 1988, interesada en el mejoramiento de la educación de nuestro país a través de procesos de formación continua de docentes en el Trabajo en Equipo, la Pedagogía por Proyectos, la Evaluación y la Investigación Cooperativa como el horizonte que posibilita el desarrollo de experiencias didácticas, de manera significativa.

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C a r r e r a 1 9 A N o 7 9 - 1 8 O f c . 6 0 4 - Te l . 6 1 8 3 1 9 8 Te l e f a x : 8 0 1 0 5 3 1 - B o g o t á D . C . , C o l o m b i a

FUnDaCIÓn COnVIVenCIaC E N T R O D E I N V E S T I G A C I Ó N E U C A T I V A