Revista Valinor Número 8. Noviembre de 2014. Revista de ciencia ficción, fantasía y terror

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Revista Valinor Número 8. Noviembre de 2014. Revista de ciencia ficción, fantasía y terror. Para este viaje hemos contado con la ayuda de:Simón Bellido, corresponsal e investigador.Richard Montenegro, escritor.G. Escribano, escritor. Nuria Balaguer, ilustradora.Rodrigo S. Olivenza, escritor. Daniel Flores Laino, escritor.Miguel Huertas, escritor.Chris Martin L., escritor.Óscar Torres Gestoso, ilustrador.Ángeles Mora, escritora.José Manuel Mariscal, escritor.Julieta Manterola, escritora.Isabel Cisneros, escritora.Géraldine de Janelle, escritora.Boebaert, ilustrador.Nathalia Tórtora, escritora.

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  • 16+

  • Valinor. Revista Editorial.

    Ilustracin de portada: Nuria Balaguer.

    Equipo de la Revista Valinor:Jessica Tornos. Redaccin, prensa. Myriam Crespo. Redaccin.Violeta Moreno. Redaccin. Diego Bober. Direccin, redaccin, ilustracin, maquetacin, diseo grfico.

    Contacto:Correo de la revista: [email protected] Correo de la editorial: [email protected]

    Revista Valinor by Editorial Valinor is licensed under a Creative CommonsInternational License.No se permite el uso comercial de la revista.Queda prohibida la modificacin de la revista y su contenido.Todos los derechos de los textos e imgenes pertenecen a sus autores,en caso de ser citados deber ser mencionada siempre su autora.

  • A estas alturas, todos nos hemos dado cuenta ya. Estamos asistiendo a un resurgimiento de nuestros gneros preferidos, para deleite de todos no-sotros, fieles seguidores. El terror es el rey indiscuti-ble en las series, el cine y los videojuegos: sagas como REC, The Walking Dead o Silent Hill se han puesto la corona de laurel ms de una vez. La fantasa tambin est en un momento de auge gracias a Kvothe, Can-cin de Hielo y Fuego, las pelculas de Peter Jackson y otras hierbas, que brillan con luz propia en el cam-po de la fantasa histrica o los cuentos de hadas. La ciencia ficcin intenta seguir la estela de sus compa-eras, y se mantiene a la zaga gracias a Doctor Who y El Juego de Ender, por citar ejemplos diversos. Estamos de enhorabuena, y adems vemos cmo poco a poco los aficionados a estos gneros crecen y crecen. A qu se debe este florecimiento? Bueno, nosotros no lo sabemos, pero por ah dicen que es normal, que en tiempos de crisis la gente busca la evasin. Hemos estado dndole vueltas a esta idea, sacndole punta y pulindola un poco; es lo que tiene viajar en autobs por Madrid sin tener iPhone, que te da tiempo a darle vueltas a temas tan cruciales como este.

    Qu es realmente la evasin?, nos preguntamos. Muchas veces se habla de literatura de evasin de forma des-pectiva, como si todos los libros que uno lee debieran ser profundos tratados filosficos, densos ensayos o relatos realistas sobre la Guerra Civil y otros temas de actualidad (desactiven sus sarcasmmetros para que no se sobrecarguen!). Sin embargo, en pocas de mucha presin, de apata intelectual y espiritual, de

    frustracin social... todo el mundo necesita respi-rar. Tomar distancia. Volver la vista a pai-

    sajes menos viciados y dejar atrs las ideas viejas, las cenizas de

    los fracasos y renovarse. Eso no se puede hacer sin evasin. La evasin no es, cuando se plantea as, una forma de escapar de la realidad para no enfrentarla. La evasin es entonces como el viaje inicitico del aventurero sobre caminos nuevos, a travs del cual se produce en l una trans-formacin. A travs de esa distancia y esa experiencia ficticia que la evasin proporciona, la mente se renue-va y se limpia de la amargura y se refuerza para en-frentarse con nuevos bros a esa realidad de la que presuntamente ha escapado.

    Dijo Goethe que en las cumbres se halla la paz. Para muchos de nosotros, esas cumbres estn detrs de las tapas de un libro, dentro de una pantalla, sobre el es-cenario de un teatro, en el interior de un e-reader o en un DVD. Y en algunos momentos, sobre todo en po-cas duras, si no fuera por esos momentos de escape, no podramos encontrar la ilusin y las fuerzas para seguir adelante... ni tampoco las ideas y la esperanza para cambiar el mundo.

    Y, digan lo que digan, seguiremos escapndonos... para luego volver, y ayudar a los dems a recordar el camino a Fantasa. Por cierto, felicidades, Michael Ende. T s que sabas.

    El equipo de Editorial Valinor

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    fotografas o ilustraciones a: [email protected]

  • COLABORACIONESPara este viaje hemos contado con la ayuda de:

    Simn Bellido, corresponsal e investigador.

    G. Escribano, escritor. Nuria Balaguer, ilustradora.

    Rodrigo S. Olivenza, escritor. Daniel Flores Laino, escritor.

    Miguel Huertas, escritor.

    Richard Montenegro, escritor.

    Chris Martin L., escritor.

    scar Torres Gestoso, ilustrador.

    ngeles Mora, escritora.

    Jos Manuel Mariscal, escritor.

    Julieta Manterola, escritora.

    Isabel Cisneros, escritora.

    Graldine de Janelle, escritora.

    Boebaert, ilustrador.

    Nathalia Trtora, escritora.

    GRACIAS A TODOS

  • 5SUMARIONoticiasMercado Goblin. Reportaje de Simn Bellido. PAG. 6

    El Castillo de CachticeJuego de la Hermandad del Cisne. PAG. 10

    Artculo La gnesis del fantasma en la literatura occidental. Por G. Escribano PAG. 13

    Garcan y la maldita sombra Relato de fantasa pica por G. Escribano. PAG. 18

    EntrevistaBorja Antonio Martn Fernndez. PAG. 28

    ImaginariumNuria Balaguer, ilustracin. PAG. 24

    Mi camino solo es moRelato de terror por Rodrigo S. Olivenza. PAG. 35

    La playa csmicaRelato de ciencia ficcin por Daniel Flores Laino. PAG. 42

    Eddan y Kiri. DannySerie de relatos de aventuras por Isabel Cisneros. PAG. 65

    Carretera de MoebiusRelato de ciencia ficcin por Jos Manuel Mariscal. PAG. 60

    Christall. El lago negroSerie de relatos de terror y aventuras por Graldine de Janelle. PAG. 70

    poemarioOttoTira cmica de Boebaert.

    PAG. 73

    ReciprocidadRelato de terror por Julieta Manterola.

    PAG. 63

    PoemarioAmantes. Poema de Nathalia Trtora.

    PAG. 75

    El mundo que muereRelato de fantasa pica por Miguel HuertasPAG. 46

    Licntropos en New YorkRelato de terror por Chris Martin L.PAG. 54

    La NadaCuento grfico de scar Torres Gestoso y ngeles Mora. PAG. 57

    FbulasTres fbulas por Richard MontenegroPAG. 52

  • 6Mercado GoblinBARCELONA.

    8 de noviembre de 2014,

    Me encontraba yo en mi estudio, redactan-do el informe del caso Hombre Lobo. Al final no result ms que otro loco disfrazado con sed de sangre. Empezaba a desesperarme, el dinero para financiar mis investigaciones se acababa y segua sin tener pruebas de la exis-tencia del mundo sobrenatural.

    De repente escuch un incesante pitido a mis espaldas; me gir y me acerqu al dispositivo que emita el sonido. Era el detector de brechas en el espacio, se haba encendido por si solo y marcaba una ubicacin cerca a donde yo me en-contraba: Barcelona.

    Cog a toda prisa mi cmara de fotos y mi bloc de notas, las dos nicas armas que siempre lle-vo en todas mis expediciones; me enfund en mi gabardina y me dirig a toda prisa al lugar donde estaba teniendo lugar el evento.

    A medida que me acercaba la seal del detec-tor se haca ms y ms fuerte. Aparqu el co-che en la calle Espronceda, cerca de la Avenida

    Meridiana de la ciudad condal y segu el rastro hasta que la seal se torn constante cuando lle-gu a la altura del nmero 326.

    Apagu el detector y lo guard. El ambien-te en aquel punto de la ciudad lo encontraba enrarecido, me senta como si estuviese dentro de un sueo, como si la realidad hubiese deja-do lugar a un pedazo de algn reino onrico. Entonces empec a ver criaturas que nunca hu-biese imaginado ver. Las ninfas se adentraban, con unos grciles brincos, hacia un local, es-

    condido en un callejn. Yo las segu y me fasci-n lo que encontr.

    Seres de fantasa empezaban a cruzar la bre-cha que se haba formado entre ambos mundos. Vi a una jovencita mujer de carrillos inflados, morro alargado e incisivos afilados. Me recor-daba claramente a un roedor; con sus grciles

    Noticias

    Un reportaje de Simn Bellido, investigador y corresponsal en Barcelona.

  • 7y giles movimientos saludaba a los soadores que se acercaban picados por la curiosidad y les invitaba a que pasasen. De repente, sin previo aviso, apareci ante mi una gran criatura, de as-pecto terrible, vestido con una armadura y su piel pareca ms rocosa que las mismas piedras. La ratoncita se le acerc y pos junto al orco a todos los que les pedan retratarles.

    Yo, parado por la impactante presencia del guerrero, dud si entrar o no, pero al final, reu-niendo todo el valor que encontr dentro de mi, consegu adentrarme por el local.

    Las criaturas no haban venido solas. Con ellas haban trado parte de su reino, magnifi-cas obras de artesana forjada en sueos, efigies de seres sobrenaturales, espadas, gigantescas mazas, cascos y coronas de cuero, delicados col-gantes forjados con metales inexistentes...

    Me encontr con un sabio mago que tena en la cara los rasgos de haber participado en ms de una batalla; un hermosa ninfa, digna de poseer el ttulo de Reina de las Hadas, mostraba una coleccin de varitas mgicas, de madera con elegantes decoraciones y aseguraba que podan dotarlas de magia y personalizarlas, segn los sueos de cada persona.

    Por otro lado encontr una cra de unicornio que miraba el lugar, fuegos fatuos que flotaban en el centro de tarros de mermelada, incluso haban conseguido encontrar fsiles de hadas

    primigenias y esculpir la forma de las maquia-vlicas pixies avispa, junto con otros seres de curiosas formas y extraos hbitos, entre los que haban leprechaunts y adorables beb de duende domsticos no ms grande que el dedo pulgar de la mano de un humano adulto.

    Por fin haba conseguido las pruebas que nece-sitaba para seguir con mi estudio y que no can-celasen mi proyecto. March disimuladamente del lugar con la sensacin de haber estado en otro mundo; en un lugar en el que los sueos son ms reales que el propio mundo. Afortu-nadamente, aquel mstico evento que rasg la frontera con la fantasa, ya haba ocurrido con anterioridad, y es posible que el prximo ao, vuelva a suceder. Sea como sea, un servidor estar preparado, con su cmara y su bloc de notas.

    Noticias

  • 8(Muchsimas gracias a la organizacin del evento y a los artesanos que participaron en l. Fuego Fatuo; www.fuegofatuo.es; El dodo albino, http://eldodoalbino.blogspot.com.es/ ; Miss Niebel: www.missnebel.com; Prop Corn: www.propcorn.es; Cabaret de Medianoche: https://www.facebook.com/CabaretdeMedianoche?fref=ts; Arkham Comics: http://rolloarkham.blogspot.com.es/ ; Vernica Casas: www.facebook.com/veronicacasasvk ; VASILISAS DOLLS & DEODRA : http://vasilisasdolls.com/ ; El Costurero Real: www.facebook.com/Costureroreal ; Factora Googles: www.facebook.com/f.goggles; Erie Bernal: http://eriebernallibretas.blogspot.com.es/ ; La tienda del dragn Dorado: http://www.latiendadel-dragondorado.com/ )

    Noticias

  • 9Noticias

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    Un juego interactivo del foro de Valinor para la Hermandad del Cisne

    Reunidos todos los investigadores y habi-tantes de importancia del castillo en el gran saln, la condesa Bathory aguarda que al-guien hable mientras bebe una copa de vino.

    Por la ventana se aprecia la noche cerrada, la luna llena arroja su claridad a travs de las finas y elegantes cortinas.

    El investigador con bigote carraspea y se pone en pie diciendo saber quin es el asesino, pre-tende demostrar su culpabilidad.

    Qu indicios tenis de ello, caballero? pregunta, incrdula, la condesa.

    Solo uno, seora, pero creo que puede ser-vir.

    Hablad pues, decidnos cual es esa conclu-sin y decidiremos despus si creeros o no.

    Bien, seora, permitid entonces que desa-rrolle mi lgica.

    Proceded.Primeramente he de decir que baj a las co-

    cinas, como bien nos invit a hacerlo el cocinero del castillo el investigador hace una pausa y ordena sus pensamientos, y all en la des-pensa encontr el cadver de la criada desapa-recida.

    Los murmullos se elevan en la sala.Sin duda parece un razonamiento lgico

    responde la condesa y un indicio interesante.Indicio? Disculpadme, seora, encontrar el

    cadver no es un indicio, sino una prueba.Probadlo pues, llevadnos al lugar. Y as lo hacen, pero al llegar el cocinero no se

    encuentra en su lugar de trabajo. Y la puerta de la despensa se encuentra cerrada.

    Salid de ah! le insta el investigador del bigote. El juego ha terminado! Responded a las acusaciones!

    Os aseguro que es mejor que no salga aconseja el sacerdote, un hombre viejo y dema-crado que haba permanecido silencioso hasta el momento.

    Y por qu, si puede saberse? pregunta el investigador.

    Entonces, un terrible aullido emerge de la des-pensa.

    Por eso.

    Qu ha sido eso? pregunta imperativa la condesa.

    El cocinero no menta cuando asegur que los lobos habran dado caza a la joven cuando escap comprende el investigador.

    Un hombre lobo en mis cocinas? pregun-ta con asombrosa calma la condesa. En cambio, los investigadores dieron un paso atrs.

    Es peligroso? pregunta una seora.

    Obviamente responde la condesa y mira de nuevo al sacerdote.

    Tranquilizaos, est encadenado dice este.

    Y por qu lo sabis vos?

    Yo mismo le he encadenado.

    Y por qu no habis avisado de que mi co-cinero es un licntropo?

    Secreto de confesin, mi seora.

    La condesa alza la ceja y suspira.

    Bien dice el investigador del bigote. Caso resuelto, quiero mi recompensa.

    El relato que exponemos a continuacin es la finalizacin de la aventura de misterio que hemos propuesto a nuestros amigos y miembros de la Hermandad del Cisne de la Editorial Valinor.

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    No me pueden acusar de nada! dice la voz del cocinero.

    Pardiez! se sobresalta el investigador Puede hablar?

    Claro que puedo es lo que ms te extraa de que sea un hombre lobo?

    No, claro, bueno, claro que se os puede acu-sar, maldita sea! Tenis el cadver en vuestra cocina! negis haberla matado?

    No.Qu locura es esta? el investigador mira

    a la condesa y esta ladea la cabeza.Qu os sucede? le pregunta.Cmo que qu me sucede? Est confesando

    que la ha matado, tiene el cadver a su lado y dice que no podemos acusarle de nada!

    Y as es, caballero. De qu le puede acusar?De matarla!La condesa suspira, desganada.Seor mo dice con paciencia, no esta-

    mos buscando al asesino de las chicas. Ellas, de todas formas, van a morir mira a las donce-llas. Lo siento chicas, es as vuelve a mirar al investigador. Lo que quiero es la sangre, es que no me escuchasteis cuando os expliqu la cuestin? Dnde est su sangre?

    Una investigadora se une a la conversacin, es una joven de buenos modales y rostro afable e inteligente.

    l podr aclararlo seala al sacerdote.Perdn? dice l. He sabido que apenas sals de vuestra torre,

    y cuando lo hacis es siempre de noche. Nadie os ve comer jams, pues os llevan la comida a vuestros aposentos, adems, no solo vuestra apariencia insalubre os delata, sino que debis ser el nico sacerdote de la iglesia que no porta crucifijo.

    Algo ms? pregunta el cura.S, que el propio cocinero os ha acusado

    cuando yo misma he hablado con l. Es el nico que sabe que jams habis comido uno de sus platos.

    El sacerdote mira con furia al lobo a travs de la rejilla de la puerta.

    Traidor! le espeta.

    Por qu no lo habis dicho antes, seora? pregunta consternada la condesa.

    Porque no era verdad, me lo he inventado todo dice la investigadora sonriente. Pero mira t por dnde, ha confesado. El lobo no ha dicho nada, condesa, bastante tiene con lo suyo y su negocio era redondo. No es verdad, sa-cerdote? Sospech de vos desde un principio. Y que fueseis la ltima persona con la que habl la pobre criada me hizo tirar del hilo.

    Qu tiene que decir a eso, padre? le pre-gunta la condesa.

    Pues que yo habl con ella, s, y de hecho le anim a escapar de aqu.

    Por qu razn hizo eso? pregunta ahora la investigadora.

    Quiz porque aqu las estn matando? ironiza el sacerdote.

    No os hagis el gracioso advierte la con-desa.

    Usted las empujaba a escapar sabiendo que el cocinero no tendra problema en cazarlas, pues previamente las engordaba a conciencia acusa la investigadora. Una vez en las co-cinas las desangraba como presas de caza, os daba vuestro botn y l se quedaba con la carne.

    Sois el vampiro, padre? pregunta direc-tamente la condesa. Jams os vi los colmillos.

    El cura mira a los presentes y se encoge de hombros.

    Pensis que si los tuviera me iba a compli-car tanto para alimentarme? Estoy mayor.

    Fin

    La aventura ha concludo! Gracias a todos los participantes! Esperamos veros por aqu en prximas andanzas!

    El castillo de achtice

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    Las historias de fantasmas han sido, desde tiempos ignotos, una deseada experiencia para afrontar la posibilidad existencial ms ex-traordinaria: el contacto entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, suponiendo que sean dos universos paralelos y no el mismo. Esta escalofriante yuxtaposicin de planos, he-cho trascendente para la compresin de la vida y la muerte, goza de una sansima popularidad en la ficcin occidental. Cine, televisin, litera-tura y videojuegos se alimentan de las historias de espectros con un terrorfico apetito.

    El gnero del cuento de fantasmas eclosion en tiempos del Romanticismo, aunque arrastra-ba viejas cadenas. Los romnticos, en rebelda contra los padres del Siglo de las Luces, alzaron los puos contra la razn, la lgica y las expli-caciones sencillas acerca del ser y el no ser. En un arrebato artstico sin precedentes, abraza-ron la irracionalidad y la oscuridad, generan-do un amplio catlogo de creaciones acerca de lo misterioso, lo imposible, lo terrible y lo inex-plicable.

    La superposicin de universos (este y aquel; el nuestro y el de los otros; el natural y el so-brenatural) es un acontecimiento habitual en la literatura desde que sta existe, as como un ele-mento omnipresente en el vasto y riqusimo fol-clore mediterrneo y continental. Fuente de la que bebieron los dionisacos romnticos, muy descontentos con sus apolneos padres de las Luces, preados de rigideces estticas. En este desvn de locura y tinieblas apareci la prime-ra obra de fantasmas que es, segn la tradicin, The Castle of Otranto (1764) de Horace Walpole.

    En efecto, coincidimos con Martnez de Min-go y Jack Sullivan en la cronologa, caracters-ticas y generalidades acerca de la aparicin de

    la ghost story, as como el posterior catlogo de obras esenciales del gnero de lo sobrenatural espectral. Sin embargo, aqu defendemos una tesis particular sobre la gnesis del personaje fantasma en la literatura occidental.

    El fantasma, sombra o aparecido (que utili-zaremos como sinnimos aunque puedan no serlo) est presente en el amplio abanico del folclore europeo, tal y como argumentaron los autores romnticos en su tiempo. Sin embargo, los cuentos, tradiciones y leyendas populares no fueron las nicas fuentes utilizadas para conformar el carcter del espectro como hoy lo conocemos. Los romnticos, arrebatados por la mstica y la imaginacin, creyeron estar creando una genialidad de la nada. Pues bien, demostra-remos lo contrario.

    Los fantasmas estn presentes en la tradicin literaria occidental desde siempre. El adveni-miento de entidades muertas en el plano de los vivos, el contacto entre ambos universos que tienden a ser uno, aparece en varias obras clave de la tradicin que han sido ampliamen-te ledas y comentadas a lo largo de los siglos. Aqu mostraremos un breve catlogo de auto-res clave: el yavista, Homero, Virgilio, Apuleyo y, tras un salto temporal que obvia el folclore medieval, invitaremos a las tablas al inolvidable Shakespeare, con clara influencia en el imagina-rio romntico. Centraremos nuestro ensayo en la presencia de seres muertos en el universo de los vivos.

    Descartando El poema de Gilgamesh, de escasa difusin aunque notable influencia sobre la lite-ratura bblica, hallamos al primer fantasma am-pliamente conocido en los escritos del yavista. Es Sal, en Samuel 28:7-19, el primer personaje literario que quiere entrar en contacto con un

    La gnesis del fantasmaen la literatura occidental

    Un artculo de G. Escribano

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    La gnesis del fantasma en la literatura occidental

    espectro. Quiero que evoques a un espritu. Haz que se me aparezca el que yo te diga... Ev-came a Samuel, pide Sal a una adivina. Y es el aparecido Samuel, de esta manera, el primer fantasma de la tradicin literaria.

    Veo un espritu que sube de la tierra... El de un anciano, que sube envuelto en un manto, cuenta la adivina bblica, considerada como una hechicera diablica por ser capaz de poner en contacto la esfera de los muertos con la de los vivos. Por qu me has inquietado hacin-dome venir?, pregunta molesto el fantasma. Sal dice: estoy muy angustiado. Los filisteos me estn atacando, y Dios me ha abandonado. Ya no me responde, ni en sueos ni por medio de profetas. Por eso decid llamarte, para que me digas lo que debo hacer. La contestacin de Samuel es, obviamente, una violenta diatri-ba divina.

    Comprobamos que el primer espectro de la literatura occidental cumple con el papel de consejero, como ocurrir con otros aparecidos posteriores que han sido invitados a cruzar la frontera. Su aspecto fantasmagrico es de lo ms normal y no existe ningn tipo de sensa-cin terrorfica durante el encuentro, que se produce dentro de la ms absoluta naturalidad. Sal invoca a un espectro a travs de una adivi-na y tiene una charla con l.

    Dos o tres centurias ms tarde, hacia el siglo VIII a. C. y no demasiado lejos de la costa filis-tea dnde circulaba el Libro de Samuel, el griego universal Homero puso sobre el papel una lar-ga tradicin oral, y nos regal el primer gran espectro de la literatura: Patroclo el atormenta-do. En el homrico mundo de la Iliada, donde mortales e inmortales cruzan sus destinos, los hroes tienen contacto directo con los dioses y la profanacin de un cadver, el de Hctor, es la mayor aberracin jams cometida por Aquiles, los muertos entran en plano de los vivos con to-tal tranquilidad. Aqu, al contrario que para los hebreos, no es necesaria la figura de un media-dor hechicero para tratar con los espritus.

    En el Canto XXIII, el ms sublime de todo el poema, encontramos al colrico Aquiles lloran-

    do la muerte de su amigo y amante Patroclo (vv. 54 y ss.): Quedse el hijo de Peleo con mu-chos mirmidones, dando profundos suspiros, a orillas del estruendoso mar, en un lugar limpio donde las olas baaban la playa; pero no tard en vencerle el sueo, que disipa los cuidados del nimo, esparcindose suave en torno suyo. Y es justo en ese momento de sueo cuando se produce una doble yuxtaposicin: por un lado, el universo consciente y el mgico espacio on-rico; por otro lado, el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Este binomio de bino-mios se convertir en una constante literaria muy explotada por los autores romnticos y sus epgonos modernos.

    Aqu tenemos al recin aparecido Patroclo (vv. 69 y ss.): Duermes, Aquiles y me tienes olvidado? Te cuidabas de m mientras viva, y ahora que he muerto me abandonas. Entirrame cuanto antes, para que pueda pasar las puertas del Hades; pues las almas, que son imgenes de los difuntos, me rechazan y no me permiten que atraviese el ro y me junte con ellas; y de este modo voy errante por los alrededores del pala-cio, de anchas puertas, de Hades.

    Patroclo, el primer espectro atormentado de la tradicin, suplica a Aquiles que ambos sean en-terrados juntos y as queden inseparables hasta la eternidad, despus de profetizarle su inmi-nente defuncin en el campo de batalla. Profe-ca y primera e intensa historia de amor entre un vivo y un muerto, subgnero que entusias-m a los exaltados autores romnticos del siglo XIX y que sigue enardeciendo los corazones en romances cinematogrficos tan populares como Ghost (1990).

    Encontramos, adems, en el texto homrico, la primera referencia a la incorporeidad de los espectros y aparecidos a pesar de su semejan-za con los vivos, aspecto que tambin fascinar a buena parte de la tradicin literaria (vv. 99 y ss.): En diciendo esto, [Aquiles] le tendi los brazos, pero no consigui asirlo: disipse el alma cual si fuese humo y penetr en la tierra dando chillidos. Aquiles se levant atnito, dio una palmada y exclam con voz lgubre: Oh dioses! Cierto es que en la morada de Hades

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    queda el alma y la imagen de los que mueren, pero la fuerza vital desaparece por completo. Toda la noche ha estado cerca de mi el alma del msero Patroclo, derramando lgrimas y despi-diendo suspiros, para encargarme lo que debo hacer; y era muy semejante a l cuando viva. Mucho antes de Platn, los griegos ya crean que el alma era el principio que animaba el cuerpo de los vivos, pero lo importante es que Home-ro, junto con el yavista del Libro de Samuel, in-auguran la tradicin de identificar a la entidad aparecida en el mundo de los vivos con el alma de un difunto. Esto es, un fantasma no es otra cosa que el espritu de un muerto. Ya tenemos delimitado al personaje y un universo semnti-co: alma, muerte, vida, lgrimas, suspiros.

    Tambin en la Odisea aparecen notables fantas-mas, pero esta vez durante el viaje de un vivo, Ulises, al mundo de los muertos. Baste invitar al lector a visitar el Canto XI y conocer a Tiresias, dotado con la facultad de conservar el espritu despus de muerto.

    Durante el cambio de era, el romansimo Pu-blio Virgilio, voraz lector de Homero, dej cons-tancia de otros famosos espectros en su inolvi-dable Eneida, obra que encadena con los sucesos del ciclo troyano. En esta ocasin y, del mismo modo que el heroico Aquiles, Eneas recibe una visita del universo de ultratumba durante un sueo. En el Libro II, mientras Ulises y sus esbi-rros salen de las entraas del caballo de madera que ser el fin de Troya, Eneas duerme plci-damente... Hasta que se le aparece el fantasma de Hctor, el hroe troyano que Aquiles haba matado y deshonrado.

    As lo pone Virgilio en labios de Eneas: En sueos, atiende, se me apareci tristsimo Hc-tor ante mis ojos, derramando un llanto sin fin, como cuando fue arrebatado por las bigas y negro del polvo cruento y atravesados por una correa sus pies tumefactos. Ay de m y cmo es-taba! Qu distinto del Hctor aquel que volvi revestido de los despojos de Aquiles o que lan-zaba los fuegos frigios a las naves de los dnaos! En desorden la barba y el cabello encostrado de sangre... y aquellas heridas, que muchas recibi rodeando de la patria los muros. El fantasmal

    Hctor de Virgilio, frente a los espectros ante-riores, es el primer ente aterrador de la tradi-cin y el que inaugurar el aspecto horroroso del gnero, frente a la pasmosa normalidad del encuentro entre Aquiles y el alma de su amante muerto.

    El Patroclo aparecido era similar al divino Pa-troclo por el que Aquiles suspiraba, dos entida-des de igual aspecto pese a tener diferente esta-do, uno vivo y el otro muerto. Hctor, sin em-bargo, es una criatura tumefacta, afectada por las horrendas consecuencias de la guerra, que conserva la apariencia que tena al morir. Nada queda del bello y heroico defensor de Troya.

    Tanto Hctor como Patroclo no son invocados, sino que cruzan la frontera por decisin propia. Qu intenciones alberga la aparicin de Hc-tor? Trascendentales para el devenir del resto de la narracin. Nos lo cuenta Eneas: Nada repuso l a mis vanas preguntas, nada repuso pero sacando un grave gemido de lo hondo del pecho, dijo Ay, huye, hijo de la diosa!, lbrate de estas llamas. Est el enemigo en los muros; Troya se derrumba desde lo ms alto. Bastante hemos dado a la patria y a Pramo [] Troya te encomienda sus objetos sagrados y sus Penates. Tmalos; compaeros de tu suerte, surca el mar y levanta para ellos unas dignas murallas. La intervencin del espectro en el universo de los vivos tiene una funcin en la estructura de la narracin: es de naturaleza proftica como en la Iliada. Tambin contiene una orden que Eneas no cumple al momento, la de abandonar Troya cuanto antes.

    Es la aparicin de otro fantasma, tambin te-rrorfico, el desencadenante de la definitiva marcha del hroe fundador de Roma. Hacia el final del Libro II, Cresa, la masacrada esposa que Eneas ha buscado entre la ruinas de Troya, aparece con pasmosa naturalidad en el plano de realidad mortal, sin la necesidad de la conjun-cin de planos psicolgicos y emocionales del sueo. Dice Eneas: Buscando y corriendo sin parar entre los edificios, se present ante mis ojos la sombra de la misma Cresa, su figura infeliz, una imagen mayor que la que tena. Me qued parado, se eriz mi cabello y la voz se

    La gnesis del fantasma en la literatura occidental

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    La gnesis del fantasma en la literatura occidental

    clav en mi garganta. Entonces habl as y con estas palabras me liber de cuidado: Por qu te empeas en entregarte a un dolor insano, oh dulce esposo mo? [] Te espera un largo exi-lio y arar la vasta llanura del mar, y llegars a la tierra de Hesperia donde el lidio Tber fluye con suave corriente entre los frtiles campos de los hombres. Permanece, como en la aparicin de Hctor, el miedo del vivo frente al muerto, que es una horrible entidad desfigurada, tpi-co que se asentar en los posteriores relatos de terror.

    Sin embargo, ms all del aspecto descrip-tivo, la presencia de los muertos en el mundo de los vivos es capital para el desarrollo de la narracin y la lgica de la historia de Eneas. Ex-presado de un modo prosaico, el hroe troyano nunca habra fundado la Ciudad Eterna sin la mediacin de un par de fantasmas que le indi-can lo que debe hacer.

    El florentino Dante, no muy lejos de la Roma de Virgilio y Eneas, en el momento de la lu-xacin que separa la edad heroica de la edad aristocrtica, redact la terrorficamente subli-me Divina Comedia. Este inolvidable poema, del que tanto se ha comentado y comentar, tiene tambin una lectura como historia de fantas-mas, solo que inversa al estilo de Ulises. En esta ocasin es el hroe vivo el que hace su apari-cin en un vasto universo de muertos encintado por el Infierno, el Purgatorio y el Paraso. No analizaremos el caso, porque se aleja de nues-tros intereses argumentativos, pero baste citar al florentino como fuente inagotable para cual-quier relato de terror del subgnero demonaco.

    El ltimo gran exponente literario previo al Romanticismo es William Shakespeare. El ge-nio del teatro isabelino nos leg uno de los fantasmas ms populares y configuradores del imaginario espectral. Parece casi seguro que el dramaturgo britnico ley a Homero a travs de la traduccin de su lrico rival George Chap-man, pero su gran fantasma, el asesinado padre del melanclico prncipe Hamlet, es creacin de una avasalladora creatividad que bebi de las gestas danesas y alguna fuente clsica. Se han vertido ros de tinta acerca de la Sombra de

    Hamlet, incluidas las ms freudianas interpre-taciones.

    El propio trmino para referirse al espectro, Sombra, es ya un prstamo de la virgiliana som-bra de Cresa, conocida la aficin del ingls por los autores latinos. Adems, el rey aparecido no es invocado, no se asoma al mundo de los vi-vos por amor y tampoco es un atormentado o un sabio. La Sombra del padre de Hamlet bus-ca desesperadamente una sangrienta venganza contra el hombre que le asesin, su hermano, el disoluto to de Hamlet. Suponemos, por lo tanto, que el autor ingls ley El asno de Oro de Apuleyo, novela clsica donde aparece el pri-mer fantasma con ansias de venganza que tanto juego posterior dar, exactamente en el captulo primero del Octavo Libro.

    Entremos en situacin. Carites llora ante la tumba de su marido recin enterrado mientras Trasilo, amigo del difunto, le pide matrimonio con locura. Ella rechaza la propuesta y esa misma noche le apareci el nima del mezquino de su marido, que era muerto, la cual, alzando la cara ensangrentada, amarilla y muy disfor-me, quebrant el casto sueo de su mujer. Y el nima del esposo muerto dijo a Carites: yo te doy licencia para que te cases en buena hora con quien quisieres, con tal condicin que jams vengas a poder del traidor sacrlego de Trasilo, ni hables con l, ni te sientes a la mesa, ni duer-mas en cama con l; huye de su mano sangrienta que me mat. No quieras comenzar bodas con quien mat a tu marido. Tenemos un espec-tro que rompe el ciclo onrico, al contrario que aquellos que aparecen durante el sueo como Patroclo o los que se presentan en cualquier si-tuacin. Un ser que quiere vengarse de Trasilo y frustrar la deseada boda con Carites.

    Volviendo a Hamlet, el fantasma est bien pre-sente desde el principio de la tragedia y con un importante papel en la trama. Ya en la escena primera del Acto I entra en escena el espectro, sin hablar pero provocando varias reacciones. Dice Bernardo: Es la misma figura, semejante al rey difunto!, y as corroboramos una cons-tante literaria de similitud entre el aspecto de un vivo y un muerto inaugurada por Homero.

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    Encontramos ms caractersticas de la natura-leza del fantasma que han llegado hasta el ima-ginario de hoy, sta vez en boca del personaje Horacio: Detente, fantasma! Si puedes emitir sonidos o usar de la voz, hblame! Si hay algu-na buena obra por hacer, que te reporte a ti un alivio y a mi una gracia divina, hblame! [...] O si en vida depositaste en las entraas de la tierra tesoros mal adquiridos, por cuya causa, segn se dice, vosotros, los espritus, con frecuencia vagis errantes despus de la muerte, dmelo!. Aadimos conceptos y palabras al rico lenguaje que explotarn los romnticos, aunque cabe re-cordar que Patroclo tambin vagaba con deses-peracin por un palacio, el de Hades.

    En la escena cuarta de Hamlet, Sombra aparece de nuevo, y esta vez se dirige al prncipe me-diante gestos, rompiendo la frontera comunica-tiva entre vivos y muertos que hasta entonces permaneca inalterada en el contexto de la tra-gedia pero sin palabras, algo aterrador en el tea-tro. Pero es en la escena quinta donde, por fin, la Sombra revela su naturaleza al emitir parla-mento: Escchame [...] No me compadezcas! Presta slo atencin a lo que voy a revelarte. [...] Yo soy el alma de tu padre, condenada por cier-to tiempo a andar errante de noche y alimentar el fuego durante el da, hasta que estn extin-guidos y purgados los torpes crmenes que en vida comet [...] Vngale de su infame y mons-truoso asesinato! [...] Pero sabe t, noble joven, que la serpiente que quit a tu padre la vida cie hoy su corona. De este modo, el personaje fantasma, la Sombra, prosigue narrando la his-toria de su asesinato hasta que rompe el alba y desaparece.

    Encontramos en el espectro de Shakespeare algunas diferencias con el Patroclo de la Anti-gedad. El espectro homrico es rechazado por las nimas del Hades y por esa razn acude a su amado Aquiles, para que le entierre y pueda obtener la aceptacin social en su universo de muertos. No es un nima, sino un paso inter-medio, flotando con profunda tristeza en la in-determinacin. La Sombra de Shakespeare ya es cristiana, un alma que deambula por los derro-teros del plano de los vivos. Adems, el genio ingls logra una asociacin que ser hbilmente

    replicada en la tradicin posterior, la identifi-cacin entre oscuridad, noche y tinieblas, y la aparicin del fantasma.

    En conclusin, y tras revisar a cinco grandes hitos de la historia de la literatura occidental, podemos comprobar que, aunque el gnero de ghost story es uno de los muchos frutos de la re-volucin romntica y sus hinchazones gticas, no es para nada una innovacin trascendental. La mayora de los elementos del imaginario fan-tasmal, de ese cruce de realidades entre vivos y muertos, de la inquietante pero atractiva posibi-lidad de que ambos universos sean solo uno, ya estn presentes en el acervo literario anterior.

    Si te ha gustado el artculo puedes seguir a G. Escribano en su glob.

    La gnesis del fantasma en la literatura occidental

  • 18

    Un relato de fantasa pica de G. Escribano

    Entonces, invoc al espritu de su madre para pedir perdn por haberle robado unos bollos de miel

    la tarde de invierno en que ella muri. Uno nunca sabe hasta dnde puede llegar la amargura

    de la culpa. Odo en una procesin fnebre garcetana.

    Aquella tarde, Garcan se hallara tan confundi-do como para pensar que estaba, a la vez, vivo y muerto. Semejante enajenacin mental era habi-tual en l, aunque en aquel particular momento exista una diferencia con otras ocasiones, una diferencia un poco ms dramtica. El escenario.

    Aquella tarde, Garcan tratara de sobrevivir a una sanguinolenta y desesperada batalla, como todas las batallas de las que merece la pena ha-blar. Tripas, sangre, sudor, llantos y todo eso. Pero todava no haba llegado aquella tarde. An era medioda y Garcan estaba cagado de miedo en lo alto del Paso de la Angostura, en la vertiente meridional de las Montaas de la Vida, la cadena que enlazaba con la Cumbre del Mundo y los hogares de los dioses terrenales.

    Deberamos largarnos a ua de caballo propuso Auledo, siempre pragmtico.

    O cagando leches. Y escondernos en la espe-sura aadi Dagonte mientras se limpiaba la oreja con el dedo meique.

    Callaos un ao ataj Garcan apoyando la mano en el pomo de su falcata.

    El enorme y rocoso cerritano, similar a la pea en que estaba emboscado, frunci el ceo y se hundi en profundas meditaciones sobre las maneras de cocinar la liebre montea. Su est-mago cruji, as que volvi en s, alz una gi-gantesca mano y se protegi los ojos del fulgor de los soles Gemelos. Ech un vistazo llanura abajo, ms all del desfiladero ms angosto de toda La Forja. Ote el camino por el que serpen-teaba la espantosa hueste de plidos, los invaso-res venidos del otro lado del mar.

    Una voz interior le dijo que quiz sus com-paeros tuviesen razn, que sera mejor poner tierra de por medio, pero desech tan funestos pensamientos para estudiar al enemigo.

    La polvareda que levantaban los miles de pies, los miles de cuerpos recios, las miles de arma-duras de bronce y las miles y miles de afiladas armas, haca imposible contar. As pues, Garcan estim que la cuanta de enemigos rondaba a algo tan abstracto como el concepto de miles de soldados. Nunca haba contado por encima de cien y sola perderse ms all de lo que po-da enumerar con los dedos de pies y manos; as que, en el fondo, la gigantesca formacin de enemigos era en algo tan preciso como...

    Un huevo dijo Garcan. Son una autnti-ca muchedumbre.

    Razn mayor para poner pies en polvoro-sa apunt el poeta Auledo.

    Nota del transcriptor: como en muchas leyendas de Elisia, no conocemos al autor de esta narracin. Es muy probable que en la formacin del relato hayan participado tantos individuos como voces lo han recitado desde la Edad Arcaica, que es cuando pudo haberse compuesto. Este texto ha sido reinterpretado en muchas narraciones posteriores, algunas realmente sublimes y otras repugnantes.

    Fdo: K. Grafos.

  • 19

    En mi opinin... arranc Dagonte, pero Garcan le silenci con una fiera mirada.

    No estamos en la asamblea de viejas, as que cerrad el pico gru Garcan. Y no hemos venido a debatir sobre la etiqueta en las fiestas tagoideas, ni a promulgar alguna estpida ley para proteger a los ricos. Hemos venido hasta aqu para...

    Que nos arranquen el pellejo interrumpi Auledo sealando la enorme hueste enemiga. No es que sea un cobarde, que lo soy, pero ah abajo hay demasiados soldados para nosotros. Si tuviera que componer una cancin sobre ese montn de plidos, la titulara Legin infini-ta.

    Y qu propones, que les dejemos invadir Tierra de Cerros? Quemar nuestros hogares? Violar a nuestras mujeres? Degollar a nues-tros hijos?

    Lo cierto es que no tenemos hogar, ni mujer, ni hijos respondi Auledo sin emocin algu-na, porque somos ntai. Pero no tengo muy claro que este sea el momento y el lugar para enfrentarnos al enemigo.

    Tiene que ser aqu y ahora insisti Gar-can con un brillo de obstinacin en la mirada. Aqu tenemos la ventaja de la Angostura. No pudiendo desplegarse, los plidos tendrn que luchar en pequeos grupos, situacin en la que sus formaciones estn en desven...

    Conocemos la teora dijo Auledo. Dagon-te asinti. Garcan chasc la lengua. Pero no s, esta situacin me da mala espina. Llmalo intuicin, susurro de los dioses, o como te d la gana. Y ahora que ya lo he dicho, la responsabi-lidad de la decisin es toda tuya.

    Garcan apret los dientes y estudi al ejrcito enemigo, que se desplazaba hacia el desfiladero como una funesta turbamulta dispuesta a pro-vocar el horror y la masacre. De vez en cuando, un destello metlico emerga de la polvareda, recordndole que aquella visin no era ninguna imaginacin, sino un peligro real y muy afila-do. Un peligro propio del mundo de los vivos al que, por fortuna, todava perteneca.

    Por supuesto, Garcan intua que los sucesos del

    Paso de la Angostura se iban a convertir en un siniestro asunto sobre el que hablaran genera-ciones y generaciones de habitantes de La Forja, pero no tena ms remedio que seguir adelante y plantar batalla. Hubiese preferido estar bien lejos de all, pescando unas truchas, aunque las truchas siempre podan esperarle. Suponiendo que sobreviviera al inminente combate.

    Al cabo de unos instantes de autoflagelacin, e ignorando la advertencia de sus compaeros de armas, Garcan se ajust el cinto de armas, per-maneci en su terca ofuscacin y reparti una andanada de rdenes que presagiaron el desti-no ms funesto para su escueta banda de ntai, los guerreros y guerreras ms fieros y tarados que recuerden las leyendas de Elisia.

    De este modo, un rato ms tarde, cuando los exploradores a caballo de los plidos llegaron hasta el desfiladero, se produjo la primera esca-ramuza. Poco tiempo despus, cuando la masa de cuerpos armados empuj hacia el paso, se desat el orco sobre la tierra. Garcan, situado en la vanguardia, no tard en caer bajo el peso de las circunstancias y una pesada maza.

    * * *

    Garcan crey despertar, o algo as.

    Parpade, se frot un espantoso bulto en la nuca y emiti un bufido de dolor. Se incorpor cuando consigui enfocar la vista y descubri que estaba plantado, como una calabaza, en un campo de siniestros cadveres. Columbr un brazo retorcido, un torso decapitado, una pier-na de la que an manaba sangre y otras apeti-tosas imgenes que le provocaron una inespe-rada arcada. Un espantoso alarido, no lejos de tan apacible lugar, le eriz el vello de la nuca. Tosi, resopl, recuper el aliento y tante el suelo en busca de su falcata. Tena que moverse cuanto antes, aunque tuviera el cuerpo pasado por un molino.

    Ests hecho pur dijo una voz femenina a su espalda.

    Garcan dio un brinco, rod por encima de un soldado destripado, se empap de fluidos mias-mticos y sufri un calambre en las pantorrillas. Distingui una sombra mientras se haca con un

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  • 20

    gladio, la espada corta y puntiaguda del cad-ver plido.

    Quin eres? solt mientras estrujaba la empuadura del arma extranjera.

    Quin soy? Quin eres t? Quines so-mos?

    Garcan afil los ojos en la penumbra del atar-decer, pero no distingui ms que una siniestra sombra, una figura femenina, una voz de mujer, un cuerpo casi etreo en la oscuridad. Se frot los ojos con el dorso de la mano libre.

    Cre que tenas una intuicin ms fina co-ment la voz femenina, que resopl con des-dn. Soy tu sombra, tontaina. Tu nima, tu otro yo, tu como quieras llamarme.

    Eh?

    El golpe en la testa te ha dejado un poco ms atontado, eh?

    Garcan alz una ceja y mir alrededor en bus-ca del artfice de aquella broma pesada, pero no vio nada ms que muertos, medio muertos y casi muertos que gimoteaban de dolor y pena. A lo lejos, distingui una pequea escaramuza de vivos, y el viento le trajo un hediondo aro-ma a putrefaccin. Las cornejas chillaban enlo-quecidas en la Angostura, casi tan enloquecidas como su propia y confundida mente. Volvi la vista hacia la sombra, calibrando que el peligro ms inmediato proceda de ella.

    Qu tal si nos ignoramos en paz? gru el cerritano. Sigue tu camino, yo sigo el mo y as nadie ms tiene que morir en esta pesadilla.

    La sombra de mujer solt una carcajada. Gar-can se incorpor con torpeza, molido como es-taba, pero decidido a no ceder ante aquel ex-traordinario suceso, o aquella extraordinaria broma pesada. No tena la cabeza para gorros paretios.

    La verdad es que la testarudez es un rasgo muy nuestro dijo la entidad, que adquiri una forma ms definida cuando Garcan se acer-c un paso. Era, sin duda, una mujer. Recuer-do una vez en que...

    No tengo tiempo para cuentos cort el brbaro con malas pulgas.

    Pues tienes razn, yo tampoco. El caso es que te convendra escucharme. No es que pue-da obligarte, pero sera positivo para aclarar esa testa nuestra que no est para gorros paretios.

    Eh? Cmo sabes...?

    La mujer resopl con pesar, sacudi la cabeza y se atus lo que, en las tinieblas, deba ser una larga y lacia melena negra. Garcan apret las mandbulas.

    Empecemos de nuevo, de acuerdo? arranc la sombra. Pase a un lado y a otro. Soy tu nima y estoy aqu para advertirte de que...

    Qu clase de golpe te han dado en la cabe-za? farfull Garcan. T no puedes ser mi nima porque eres una mujer.

    Oh, vaya! As que eres un experto en estos asuntos!

    El enorme cerritano gru algo ininteligible, para despus aadir: pues no tengo ni idea.

    Est bien que admitas tu ignorancia apun-t ella. El caso es que, por si no lo sabes, las nimas no tenemos sexo ni gnero. No somos ni mujeres, ni hombres, ni cualquier otra cosa similar que se hayan inventado los dioses o los mortales. Somos, simplemente, nimas.

    Pero t pareces una mujer protest Garcan.

    Pues claro, tontaina! el nima solt una risa e hizo una pausa. La razn es que, antes de reencarnarme en ti, fui mujer. Y me ha pa-recido adecuado aparecer con este cuerpo, por eso de que atraera tu atencin ms fcilmente.

    Garcan frunci el ceo y parpade, todava in-crdulo. Su rostro debi ser un poema, porque la sombra habl con tono divertido.

    Tampoco sabes lo de la reencarnacin?

    Por quin me tomas? arguy el ntai, au-mentando su estupefaccin. Cada nima se reencarna siete veces en un cuerpo mortal antes de convertirse en un ancestro. Y estos se comu-nican con los mortales a travs de los sueos.

    Y los ancestros se quedan, para siempre, en la Marca sin Tiempo dijo el nima. Bueno, hay alguna excepcin, pero ni t ni yo, que so-

    Garcan y la maldita sombra

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    mos la misma cosa, hemos ganado el derecho a ser diferentes. As pues, lo que he venido a decirte es que...

    Un espantoso chillido interrumpi la locucin. Alguien, a lo lejos, empez a llamar a su hija y su pierna, alternativamente, y con un terrible desconsuelo. Poco despus, se oy un chasqui-do y un aterrador silencio. Garcan se desliz en-tre los cadveres, evit a una bandada de cuer-vos y se ocult detrs de una roca. La sombra le sigui con absoluta tranquilidad.

    Como iba diciendo...

    Chist! interrumpi el brbaro. Se frot una magulladura bajo la oreja derecha. Vas a llamar la atencin de los plidos y no estoy preparado. Necesito reponerme antes de volver a combatir.

    Eso, en otras palabras, se llama cobarda peror el nima. Pero no te preocupes, nadie puede orme salvo t. Al fin y al cabo, solo estoy dentro de tu cabeza abollada. Y ahora, lo que he venido a decirte es que...

    Garcan sacudi la cabeza y se mare.

    Maldita sombra! Por Netn, cllate un ao! No quiero or lo que tienes que decir. Ni siquie-ra creo que seas un nima. No eres ms que una persona desorientada en medio de un campo de batalla...

    Ambos lo somos, desde luego. Pero baja la voz, a ti s pueden orte esos malditos plidos.

    El gigantesco ntai suspir y apoy la dolo-rida espalda contra la roca. El agotamiento, la desesperacin y la confusin le provocaron un torbellino de emociones y pensamientos tan in-comprensibles como complejos. Apoy la bar-billa, tocada por un espeso matorral de barba, en el pecho. El nima dijo algo, pero Garcan no escuch durante un rato.

    As que esta es la situacin concluy la mujer. Ten ms cuidado porque ests vivien-do mi ltima reencarnacin, nuestra ltima reencarnacin, antes de convertirnos en an-cestros. No desperdicies los postreros das de mortalidad como sueles hacer con el resto de tu triste existencia. Podras morir hoy aqu.

    Eh?

    Garcan alz la vista, pero la sombra ya no es-taba all. Hinch los carrillos, se palp el bulto en la nuca y medit acerca de las consecuencias fsicas y mentales de sus heridas. Por supuesto, haba escuchado historias de aparecidos y es-pectros, cuentos en que vivos y muertos anda-ban a la gresca o no, pero era incapaz de creer en un encuentro con su propia nima, a la que supona dentro de su cuerpo y que, para ms extraeza, tena forma de mujer. Era una locura, simplemente. Absurdo. Un suceso sobrenatural como los que... otras veces le haban ocurrido. Cerr los ojos, compungido.

    No puede ser solt.

    Record su encuentro con la diosa Bianna.

    No puede ser.

    Evoc la escaramuza con el dios Tagodis.

    No puede ser!

    Medit acerca de los extraos acontecimientos durante su visita al Reino del Inframundo.

    No, no y no!

    Alguien le zarande los hombros. Un latigazo de dolor le recorri la espalda hasta la nuca.

    Despierta, tarugo! grit Auledo.

    Garcan abri los prpados y se hall, sin com-prender cmo, tumbado boca arriba. Una ban-dada de buitres trazaba crculos perfectos en el cielo violceo de la noche sin noche, puntos negros en una bveda cada vez ms oscura, sal-picada de nacientes constelaciones. El cerritano se incorpor y mir alrededor, atnito.

    Dnde estoy?

    Entre los vivos, por desgracia respondi el poeta Auledo, al contrario que el pobre Da-gonte. Puedes levantarte?

    Eh? Dnde est la mujer? Qu hago aqu?

    Auledo le estudi con ojos tranquilos, vetera-nos y abismalmente sabios. Examin la contu-sin en la nuca de Garcan y otros golpes y tajos que recorran su cuerpo.

    No hagas movimientos bruscos dijo el poeta. Le agarr por la axila derecha. Arriba, pedazo de carne. Joder, cmo pesas!

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    Y la mujer? insisti el cerritano.

    No hay ninguna mujer por aqu Auledo estir el cuello y mir alrededor, al menos viva. Has debido tener una pesadilla o algo, porque no parabas de gritar. De hecho, te he en-contrado gracias a tus berridos... Tenemos que movernos, los plidos estn empujando a los l-timos ntai que quedan en pie.

    Una pesadilla? Por Netn! No era real? No era mi nima?

    Auledo frunci el entrecejo un instante, pero al momento relaj el rostro cubierto de sangre y barro. Intercambiaron una mirada profunda y grave, cargada de vieja amistad y recuerdos difcilmente confesables a extraos.

    Sea lo que sea dijo el poeta, tenemos que movernos. Puedes andar?

    Creo que s gru Garcan mientras se pona en pie. Un estertor le recorri la pierna, seguido de un desagradable hormigueo. Se pal-me el muslo varias veces hasta recuperar la sensibilidad.

    Auledo espant unas urracas que andaban pi-coteando ojos y vsceras a su alrededor. Garcan renque hasta l.

    Una vez me contaste un mito de Bardolan el Engaado arranc el brbaro posando una enorme mano en el hombro de su compaero. Creo que era acerca de una profeca que un es-pectro le haca mientras dorma o algo as.

    Pues claro, es una historia muy antigua. El nima de Gargorio, ntimo y difunto amigo de Bardolan, apareci para advertirle de que se guardase de cierta mujer llamada Yoca. Por supuesto, Bardolan ignor el asunto y termin por toparse con Yoca cuando menos se lo espe-raba. Ella, disfrazada de campesina, le sedujo y le provoc quebrantos y dolores que se tradu-ciran en...

    Es esa historia, s.

    Por qu lo preguntas? inquiri Auledo.

    Hasta ese momento, Garcan no se haba fijado en el maltrecho estado de su amigo. Cubierto de sangre y costras, el peto de cuero hecho ji-rones, los brazos surcados de tajos y el rostro

    desfigurado por los cardenales. Tena un ojo in-flamado como una ciruela madura y aplastada. El cerritano tom aire y apret la mano en torno al hombro de su amigo.

    No es nada, un mal sueo minti Garcan, que estaba aterrado por dentro, me dejaron noqueado de un mazazo. Ahora, olvdate de mis estupideces. Ests bien?

    Como una rosa Auledo esboz lo ms parecido a una sonrisa. Una rosa pisoteada, pero viva. Los muchachos estn al otro lado del collado, intentando detener las oleadas de p-lidos. Bodo me mand a buscarte, ese cabrn saba que estabas vivo. Los malditos dioses le susurran al odo.

    Vamos.

    Ambos ntai renquearon entre los cadveres y moribundos a los que no podan ayudar. El rumor de la batalla se hizo cada vez ms fuer-te y avanzaron con aplomo, aunque la penum-bra amoratada del crepsculo sin crepsculo les impeda distinguir ms all de una masa de cuerpos enzarzados.

    Sin rencor dijo Auledo conforme se acer-caron a la mel, pero la hemos cagado bien cagada. En mi vida haba visto tantos muertos.

    Yo tampoco afirm Garcan, aunque el sen-tido de sus palabras era bien distinto. Pero tenamos que luchar, por muy difcil que fuera la decisin. Hay que frenar aqu a los plidos, aunque nos cueste la vida.

    Aunque nos cueste la vida.

    Anduvieron un poco ms entre los despojos. La masa de plidos empujaba desfiladero arriba como un ro que asciende por la montaa en lu-gar de correr ladera abajo. Cientos y cientos de soldados, miles quiz, tocados con los yelmos empenachados, presionaban a la pequea ban-da de ntai que resista entre los peascos, firme aunque agotada.

    Bueno coment Auledo, pues manos a la obra.

    Ambos se pertrecharon con desechos. Un par de escudos abollados, falcatas sanguinolentas y un manojo de dardos arrojadizos. Sus movi-

    Garcan y la maldita sombra

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    mientos eran pesados y cansinos, como de mulo que lleva demasiadas semanas en el camino. Se acercaron hacia la lnea amiga. Bodo les peg un par de alaridos indistinguibles en medio del gritero del combate.

    Oye poeta dijo Garcan antes de echar a correr.

    No te pondrs a consolarme porque te sien-tes culpable, no?

    Garcan gru.

    No es eso.

    Entonces?

    No me hagas mucho caso pero creo que, en ocasiones, estamos vivos y muertos a la vez, y que...

    Una lanza arrojadiza se clav a sus pies. Calla-ron. Asintieron en silencio. Y volvieron al fra-gor de la batalla y la incertidumbre de la vida.

    FIN

    Si te ha gustado el relato puedes seguir a G. Escribano en su glob.

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    Imaginarium

    Despus de la tormenta el mar ha querido calmar nuestros sentidos. Nos mecemos en aguas tranquilas, y de pronto, en la super-ficie, parecen flotar hojas con la tinta emborro-nada. No necesitamos esforzarnos, navegamos entre sueos, y con esa lgica que impera en el mundo onrico, somos capaces de leer lo que nos trae la marea. Como retales, las frases bro-tan y la tinta se extiende, tejiendo cuentos que nos devuelven a la infancia, a aquella poca en la que los zorros hablaban y el circo era un mun-do al que desebamos escapar, lleno de magia y

    seres increbles. As, entre fantasas de niez, la luz nos devuelve la paz que perdimos en el via-je anterior, la voz de un narrador sin rostro nos descifra los arcanos hechos de tinta, y al cerrar los ojos nos vemos de lleno en ese mundo sin gravedad, donde toda nuestra fantasa toma forma arrancando retazos de realidad.

    Nuria Balaguer naci en 1985, y desde enton-ces, busca incansable su lugar en este mundo. Vivi rodeada de juguetes, llevaba en la sangre la fantasa y la eterna niez, ya que su familia se dedica a la industria juguetera. As, el arte la

    Nuria Balaguer, ilustracin

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    Imaginariumacompa desde la cuna, y al crecer, no pudo abandonar el impulso por expresar las ideas que bullan en su cabeza y decidi estudiar Ilustracin y Diseo Grfico en la Escuela de Artes y Superior de Diseo de Alcoy. La vida llev sus pasos por la gran capital, Madrid, donde sigui buscando un camino en el mun-do mgico de la ilustracin infantil y trabajan-do en diversos proyectos para algunas empre-sas, pero tambin por libre.

    Si queris conocer ms sobre su obra, no dudis en visitar su pgina web: www.nuriabalaguer.com

    Nuestro barco vuelve a aguas tranquilas qu nos esperar en el siguiente viaje?

    Myriam Crespo

    Nuria Balaguer

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    Nuria Balaguer

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    Borja Antonio Martn FernndezEntrevista a

    Este mes contamos en valinor con un escritor que, pese a su juventud, cuenta ya con bastantes obras a su espalda y tambin mucho qu decir. La voluntad que esgrime para hacer llegar a to-dos vosotros sus historias, junto a su tenacidad por hacerse un hueco en estas turbulentas aguas editoriales, bien merecen compartir un viaje en nuestra revista para conocerle a l y a sus obras y proyectos.

    Pero empecemos por el principio, su nombre es borja antonio martn fernndez, y se describe como creador imaginativo o, como l prefiere de-nominarse: un joven creativo de lo fantstico.

    Bienvenido a bordo, Borja, es inevitable pre-guntar... Por qu creativo de lo fantstico?

    Muchas gracias por permitirme realizar esta entrevista. Es una cuestin muy importante para mi.

    Respondiendo a vuestra pregunta, ya hace unos aos, tras diferentes tipos de formacin acad-mica, ya escribiendo mi saga fantstica Sen-deros del poder, y realizando otros proyectos con ciertas influencias fantsticas, me di cuenta que a la hora de elaborar actividades, tener pen-samientos, desarrollar proyectos o trabajos, no puedo evitar crear enormes obras, y tampoco puedo impedir que mi imaginacin cree grandes utopas.

    Creador de lo fantstico porque hago las cosas con el corazn, un corazn muy diferente, lleno de races fantsticas, clticas, vikingas, cristia-nas, del metal, del mundo de la ceguera y de la luz, de multitud de intereses y gustos persona-les, cual crisol de colores muy diferentes.

    Tambin me considero ms creador que escri-tor, maestro de pedagoga teraputica, monitor, etc, al ir poco a poco elaborando, construyendo mentalmente, y concretando, pequeos pro-yectos que, en un instante, empiezan a crecer sin control, si con un rumbo fijo, pero sin posibili-dad ya de parar de evolucionar.

    No soy un escritor de renombre ni un maestro experto y menos un profesional del aqu y ahora, por eso considero que en relacin con mi mane-ra de imaginar y crear, era mejor presentarme como creador de lo fantstico, ya que habitual-mente aunque no sea en todas mis creaciones, suelo imprimir cierto aire o chispa de mi des-vordante imaginacin, amplia diversidad, y de mis gustos personales, entre ellos todo lo relacio-nado con lo fantstico.

    A pesar de ser un escritor joven, como deca-mos en la introduccin de la entrevista, no solo tienes ya escrita una triloga, sino que vas ca-mino de la segunda De qu se trata? Forman parte un proyecto ms grande?

    Como ya he mencionado anteriormente, soy un escritor novel, pero he ido creando a lo largo de mi desarrollo acadmico una gran saga de lite-ratura fantstica, titulada Senderos del poder.

    Respondiendo ms concretamente a vuestra pregunta, se trata de eso, una saga fantstica que en un principio iba a constar de tres trilogas, nueve libros en total, pero que ahora como suele pasarme con muchas creaciones, seguramente se ramifique en ms volmenes.

    Para aclararnos y centrarnos un poco, se trata de un universo mgico, paralelo al de las perso-nas no mgicas, en el que conviven diferentes razas, seres, guerreros sin igual, hechiceros po-derosos, temibles bestias, y un sinfn de criaturas mgicas.

    La trama principal se centra en una joven hija de la magia, que inicialmente ha olvidado su pasado como futura soberana de un reino llama-do rcislon, de este mundo arcano, y que tendr que superar multitud de peligros y dificultades para conseguir que el equilibrio entre lo positi-vo y lo negativo existan en su tierra natal.

    Esta joven, Marn, tendr que enfrentarse a grandes peligros, uno ser el temible y nega-tivo seor rojo Moazp, otro ser su hermana

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    negativa Margona, y otros ms irn surgiendo a medida que avance el desarrollo de la saga.

    Para convertirse en la reina que debe ser y con-seguir que el equilibrio exista, Marn estar ayu-dada por simpares personajes como un guerrero ciego llamado Anton, una elfa llamada Jura, un gigante llamado brax y un ser semi demoniaco llamado Leo Satan. A medida que acompaen a marn en sus aventuras, nuevos aliados y ene-migos irn surgiendo.

    Y poco a poco cada personaje ir obteniendo un papel protagonista, una trama propia, profundi-zndose en su propia personalidad y capacida-des mgicas.

    En esto consiste la saga Senderos del poder, que si podra considerarla como un gran pro-yecto.

    Es la aspiracin de un joven muy diverso, con capacidades diferentes, para no solo darse a co-nocer como escritor novel, sino para buscar su futuro vital y sentimental, y lograr alcanzarlo al fin.

    Despus de leerte hablar sobre ellas, segura-mente todos queramos leer las obras dnde podemos adquirirlas? Las ha publicado algu-na editorial? Te has auto publicado?

    Centrndome en vuestras preguntas, lamen-tablemente mis obras no estn disponibles a la fecha.

    Tan solo podrais ver las sinopsis de la primera triloga en un grupo de facebook que he creado para que a quien le interese esta saga se una y podamos compartir ideas, opiniones, datos rele-vantes de la saga, entre otras cuestiones.

    Puede ser una equivocacin por mi parte pero quiero apostar por la forma de edicin de anta-o, con una editorial especializada y en papel, que mis obras puedan tener un formato fsico.

    No descarto la publicacin digital, pero antes espero publicar de la forma tradicional.

    Como ya se ha comentado soy un escritor novel, y por tanto mis obras no han sido publicadas.

    Por este motivo hace un ao pens en intentar darme a conocer por el mayor nmero de medios posibles, para intentar encontrar a alguien que le interesara mi saga, y con mucha suerte, que de entre los muchos que les atrajeran mis obras en-

    contrase a algn editoro o dueo de editorial que quisiera publicrmelas.

    Si en un tiempo x no encontrara editorial, edi-tor, alguien que quisiera en verdad publicar lo que hasta ahora es Senderos del poder, si con-siderara autopublicarme, pero hasta la fecha no lo estoy haciendo.

    Mi intencin como ya he comentado es la de buscar y encontrar una editorial que quiera pu-blicar mis obras.

    Por lo tanto de Senderos del poder todava no hay nada publicado por desgracia.

    El mundo editorial es complicado en los das que vivimos. Qu dificultades encuentra el es-critor para encontrar quien apueste por su obra?

    Si nos referimos a escritores a nivel general, se-guramente encontrarn tantas o menos dificul-tades que todo profesional nuevo que intente abrirse camino en el da a da laboral.

    Si ya concretamos y nos centramos en mi caso personal, la verdad el intento que estoy hacien-do por publicar mis creaciones es un proceso muy largo y tedioso. Primero, claro est, tienes que haber escrito una obra, yo llevo siete aos con esta saga, y luego viene la tediosa cuestin de registrar tus obras, la espera a que te den el visto bueno, el tiempo perdido en ese proceso, y luego cuando tienes dicho visto bueno hay que buscar editorial. Y al hacerlo tambin tienes que armarte de paciencia porque si alguna editorial manifiesta verdadero inters por tus escritos, en-tonces vuelves a tener que esperar a que valoren tu obra y te den alguna respuesta.

    Si la respuesta es positiva pues perfecto, pero como sea negativa, tienes otra vez que volver a buscar y buscar hasta tener la gracia o suerte de encontrar un editor a quien realmente le inte-rese lo que presentas y quiera en verdad publicar lo que has creado.

    Adems en espaa existen pocas editoriales de fantasa especficas, si hay de ciencia ficcin y fantasa o de varios gneros, pero no de fantasa en s. Es tedioso y dificultoso buscar y encontrar editoriales especficas de este gnero, lo que a mi personalmente tambin me ha quitado mucho tiempo.

    Aado la problemtica de que muchas de las poqusimas editoriales de fantasa que tenemos

    Borja Antonio Martn Fernndez

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    en nuestro pas no tienen bien detallado la for-ma de envo de ejemplares o el contacto con el editor jefe, aspecto que incluso ha hecho que me retrasara mucho en buscar editores interesados en mi obra.

    En s estas son las dificultades que he encontra-do como escritor novel.

    La fantasa es uno de nuestros gneros pre-feridos y nos gusta mucho que existan pro-puestas como la tuya. Tienes en mente aden-trarte en otros gneros o vas a continuar por este sendero?

    La verdad es que al ser una persona muy diver-sa, que quiere ahondar en todos los temas que ha tratado en su formacin acadmica, en todos los gustos personales que poseo, tengo varios pro-yectos e ideas para aplicar.

    Seguir por supuesto escribiendo en Sende-ros del poder, ya que es mi obra inicitica, mi gnesis por as decirlo como escritor de lo fan-tstico, pero si quiero realizar otras obras como una saga o triloga inspirada en dragones, una obra fantstica relacionada con el heavy metal, una inspirada en mis races celtas y segunda tierra Galicia, otra relacionada y vinculada con mi tercera tierra Mxico-Chiapas, a parte de ba-sarme en diferentes obras, series, pelculas de la fantasa o con elementos afines a esta en otros proyectos, como uno de psicomotricidad, un pe-queo taller de rol, un taller de lectura creativa, un posible centro en que se abogue por la di-versidad por lo que en este se dara cabida a lo fantstico o el rol u otras aplicaciones fantsticas, una posible biblioteca para personas ciegas en la que como no habra mucho del gnero fantstico entre otros, y un largo etctera de posibles ideas y creaciones as relacionadas.

    Aunque mi gnero por excelencia sea lo fants-tico, que no es independiente a mi pasin por la educacin y la diversidad, por lo ldico y crea-tivo, por lo cultural y musical, no descarto dedi-carme brevemente a otro gnero como es el de ciencia ficcin, para el cual preparar ms ade-lante una obra de ficcin inspirada en la persona de Jesucristo, y otra sobre un mundo futurista en el que la salvaguardia de la naturaleza sera el tema principal.

    Y de momento estas son mis aspiraciones como creador de lo fantstico, o los gneros en que pretendo moverme a corto y largo plazo.

    Como todos los caminos comienzan en al-gn punto, y los caminos literarios lo hacen en obras que nos han marcado e influenciado, dnde diras que empez el tuyo? Qu auto-res o novelas hicieron que decidieras comenzar a escribir en serio?

    Desde pequeo me gust mucho leer, los cuen-tos de antao y otros escritos me apasionaban, luego al perder la vista una de mis pasiones fue la lectura, comenc a leer todo lo que caa en mis manos y de gneros muy diferentes.

    Con las Crnicas de la Dragonlance fue como empec a sumerjirme en el mundo de lo fants-tico, y con Los ojos del dragn en lo sobrena-tural y la fantasa. Luego vinieron una gran can-tidad de obras y sagas fantsticas, de las que El seor de los anillos fue la que ms me impact.

    Pero no fue hasta llegar a mi etapa como uni-versitario que Senderos del poder empezar a gestarse en mi desbordante e incontrolable imaginacin. En esta poca estaba leyendo El elfo oscuro de R.A. Salbatore, La catedral del mar, Viento de los dioses de Csar Vidal, y otros muchos. Y aunque no recuerdo exacta-mente si fueron unos u otros de estos autores y novelas, la verdad es que inconscientemente me influenciaron para que empezara a escribir la primera parte de Senderos del poder, la Triloga de Marn.

    Aado que mi propio caso como universitario con capacidades diferentes, mi situacin en esos momentos, ciertos periodos de soledad, tambin influyeron para que casi de la nada empezara a surgir esta gran saga que hasta la fecha consta de una triloga completada y otra inicindose.

    Por supuesto la influencia de mi familia y el apoyo de mis amigos me ayudaron a ir poco a poco desarrollando cada volumen de esta saga.

    Existen otras influencias que permitieron que comenzara a escribir, pero a nivel de autores y obras son las que ya he citado.

    Nuestros espas nos han informado de que adems de escribir tambin tienes en men-te otros proyectos; y relacionados con nuestro bien amado rol, nada menos. Antes nos has co-mentado que participas en talleres de rol Qu puedes contar de tus planes?

    Borja Antonio Martn Fernndez

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    Tras haber acabado un curso de monitor de ocio y tiempo libre, estuve dndole vueltas a una idea para crear un nuevo proyecto.

    Mirando en la red me top con un juego de rol en desarrollo llamado Balzur, con un blog muy accesible y en el que se detallaba todo tipo de criaturas, guerreros, profesiones, y un sinfn de aspectos que me parecieron muy interesantes.

    Entonces busqu ms de este estilo de juegos por la red, a nivel de instrucciones y personajes, y en mi mente fue gestndose la idea de crear un juego de rol. Ya hace unos aos intent crear un pequeo juego fantstico de educacin pero no lleg a cuajar por estar inmerso en la crea-cin de Senderos del poder, en la lectura de algunas sagas fantsticas, y en muchas cuestio-nes personales.

    Poco a poco fui recopilando informacin e in-vestigando acerca del valor pedaggico de estos juegos, encontr poca informacin, y entonces se me ocurri realizar un juego de rol educativo, con el que desde los nios ms pequeos has-ta los adultos pudieran jugar y aprender ciertos valores, conductas positivas, apreciar la diversi-dad, valorarse mutuamente y a los dems respe-tando sus diferencias, en fin todos esos valores que por desgracia hoy en da estn olvidados.

    Fui creando fichas de personajes, buscando descripciones de escenarios, intentando encon-trar armas, armaduras, armamentos, creando incluso algunas de estas por mi mismo, elabo-rando algunos escenarios basndome en otros juegos a los que ya haba tomado contacto como Dragonlance, y en poco tiempo este proyecto a tomado proporciones gigantescas, sin darme cuenta, y la verdad no tengo claro cuando tendr final o cuando se podr publicar o comercializar.

    Para que no nos perdamos nadie, este juego a parte de tener una finalidad pedaggica, tiene una historia o trama, y poco a poco ir creando las campaas y aventuras diferentes que puedan surgir en el mismo. Os aado una breve sinopsis del mismo para que tengais una visin general del mismo, para que no quede en el aire.

    Una gran historia de proporciones galcticas va a comenzar en breve.

    En cada universo, planeta, galaxia, mundo y hogar

    de hroes o villanos ancestrales. En cada lugar del cos-mos ms alejado, muchos de estos seres ya sean huma-nos, dioses, bestias, seres mitolgicos o de lo imagi-nativo, sern raptados por inconmensurables fuerzas arkanas que los llevarn a rplicas casi exactas de sus mundos o del planeta tierra en si.

    En esta otra dimensin, seres de gran poder muy misteriosos les borrarn la mente y los pondrn a prueba para hacerles comprender y aprehender quie-nes son en realidad. Para los villanos podr ser una oportunidad para labar su nombre y convertirse en mejores de lo que son, y para los supuestos hroes y otros personajes ser una aventura como nunca jams hubieran soado vivir, que les dar la fuerza de carc-ter suficiente para mejorarse a si mismos.

    Todos ellos tendrn que participar en grandes ges-tas, pequeas misiones, grandes guerras, algunos combates individuales o por grupillos, hasta conse-guir encontrar sentido a los acontecimientos que van sucediendo inexorablemente, orquestados por el desti-no o por quienes les trajeran a este mutable, diverso, y peligroso lugar recndito del firmamento.

    Se trata en si de una cuestin de honor, valor, amis-tad verdadera, amor en todas sus posibilidades, virtud de la diversidad, respeto a lo diferente, solidaridad, entrega verdadera, sacrificio, justicia, tolerancia, que envuelven a todas estas y otras aventuras en dicha realidad alternativa.

    Tras mltiples aventuras, batallas, combates, vic-torias, derrotas, viajes, misiones, y dems eventos, estos aventureros deben enfrentar un ltimo desafo, intentar descubrir quienes les trajeron a este universo paralelo y, como regresar a sus respectivos mundos y hogares.

    Para lo cual, tendrn que buscar, encontrar, enfren-tar, derrotar y conseguir convencer a los diferentes seores oscuros, para llegar a recopilar las gemas arcanas que les permitirn regresar a sus mundos de origen.

    Y este es en si mi gran proyecto de rol edu-cativo.

    Eres entonces jugador de rol?

    Si pudiera considerarse como rol un juego de ordenador llamado La huda donde te prede-terminan unos personajes y tienen que escapar de un laberinto, entonces dira que s porque hace unas semanas he retomado dicho juego

    Borja Antonio Martn Fernndez

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    como entretenimiento personal. Tambin lo uti-lizo como referencia e inspiracin para mi pro-yecto de rol educativo.

    Tambin hace ya unos cuantos aos jugaba en la red a un mood inspirado en las Crnicas de la Dragonlance que como todos estos tipos de jue-go online estn perfectamente adaptados para personas ciegas ya que solamente hay descrip-ciones con textos y algunas imgenes pero pocas. Por desgracia su servidor qued abandonado y el juego desapareci.

    En este sentido si podra decir que soy jugador de rol, pero ms concretamente de la modalidad de juego de rol online o videojuego de rol.

    Si existieran juegos de mesa, rol en vivo, y as anteriores modalidades adaptados para perso-nas ciegas, incluso para la diversidad, muy gus-toso me ofrecera para probarlos y para jugar como pj o con ms tiempo y anlisis de los mis-mos como dj.

    Es lo que puedo comentaros al respecto.

    A todos los jugadores nos sucede: a veces crea-mos personajes e historias que nos gustan tan-to que no podemos evitar querer trasladarlas a historias noveladas te ha pasado alguna vez?

    Me ha sucedido al revs. De hecho cuando ju-gaba al juego de rol online sobre la Dragonlan-ce, el personaje que manejaba tena como nom-bre el de uno de mis personajes de Senderos del poder.

    Luego en este juego podas crear un poco de todo, tus compaeros de batalla, entrar en un clan, comprarte una taberna y hasta construrte una casa. Y en concreto el nombre de la casa que utilizaba mi personaje y sus aliados lo voy a utili-zar para otro hogar en mi juego de rol educativo.

    Por lo dems como he jugado poco al rol en si debido a lo escaso del material adaptado, al me-nos a nivel de otros estilos fuera del online y de videojuego, no he tenido la ocasin de crear per-sonajes y menos de querer llevar a estos a una obra o creacin ma.

    Si existiera la posibilidad de que alguien qui-siera adaptar juegos de este tipo para personas ciegas o para la diversidad en si, estara encanta-do de probarlos y participar, de jugar como pj, y seguramente debido a mi desbordante imagina-

    cin, algo de cualquiera de esos productos aca-bara en alguna de mis creaciones.

    Como te habrs dado cuenta, no hemos queri-do incidir en tus capacidades diferentes a las de la mayora del resto de escritores, porque con-sideramos que la vala de la imaginacin prima sobre el resto. Pero,quieres hablar de ello?

    Pues considero que tanto una cosa es importan-te como la otra. Estoy de acuerdo con vosotros en que hay que valorar aquello que la persona tiene, sus capacidades propias y generales, y no fijarse en aquello que no tiene.

    Pero la verdad si solamente os comentara que soy un joven escritor de la fantasa y un creador fantstico, muchos de vosotros pensarais que soy un escritor ms, si, claro, con una propuesta ms o menos innovadora, pero sera un escritor al uso y nada ms.

    Si os comento que poseo muchas caractersticas diferente a la sociedad actual, demasiada imagi-nacin, creatividad, exceso de desarrollo en mis creaciones, un gusto infinito por lo fantstico y cierto inters por la ciencia ficcin, por las series fantsticas de antao, por las pelculas y video-juegos del pasado, tampoco os dira mucho.

    Pero si comento que soy un escritor de fantasa, un creador fantstico con capacidades diferen-tes, ceguera total y discapacidad auditiva, si lo unimos a las caractersticas anteriormente men-cionadas, si le aadimos mi gusto por la cultura, naturaleza, diversidad, por personas con capaci-dades diferentes, y que formo parte de mundos tan amplios como Espaa, Francia y Mxico, que adems son mis familias. Si a todo ello le aado que mis races espirituales van de los celtas a los vikingos, de los beros a los hispanos, de los ra-bes a los cristianos, ya no soy un escritor tan al uso de este gnero, verdad?

    Por tanto creo que todas mis caractersticas, ya sean especiales o no, deben considerarse sobre todo a la hora de quien le interese mi obra. Y yo no las comento desde un punto de vista negati-vo, como la mayora de la sociedad suele verlas, sino como una peculiaridad ms de mi persona, sin la cual, ninguno de mis proyectos seran lo que son y Senderos del poder no existira ni tendra los personajes que encontramos en l, como puede ser un guerrero ciego con inmensos poderes que tiene que aprender a controlar que

    Borja Antonio Martn Fernndez

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    va desarrollando a lo largo de la trama, por citar un ejemplo concreto.

    Es cierto que mis capacidades especiales a veces me hacen ms difcil la funcin de escritor, so-bre todo para documentarme en el caso de otras obras que ya he mencionado ms arriba quiero empezar a escribir, y que incluso con respecto a mi juego de rol educativo suelen paralizar su desarrollo, cosa que tambin sucede con mi dis-capacidad auditiva, pero yo considero que tam-bin son aspectos de mi persona que de forma consciente o inconsciente quedan reflejadas en mi forma de crear en cada obra que realizo.

    En si, que por supuesto son capacidades dife-rentes, pero que para mi no son algo negativo sino un aspecto ms de mi, que combinado con todo lo que ya he expuesto, hacen de mi un es-critor diferente que umildemente intenta darse a conocer y abrirse paso en el mundillo editorial actual.

    Piensas que tu situacin te ha hecho sentir el mundo de forma distinta a quienes te rodean? Se refleja ello en tus obras?

    Mi caso es diferente al de los dems, por su-puesto, no solo por mis capacidades diferentes sino por mi forma de pensar, creer, sentir, imagi-nar, desarrollar, vivir.

    Soy una persona religiosa, espiritual, excesi-vamente afectiva, creo en el amor en todas sus formas, valoro la amistad y familia por encima de todas las cosas, me fascinan las personas con capacidades diferentes, soy un enamorado de los valores y filosofa de antao, mi pasin es el he-avy metal y la educacin, soy una persona muy compleja y diversa.

    Soy tan diverso que en la actualidad formo par-te de tres familias, de espaa, de Francia, y de Mxico-Chiapas.

    Toda mi persona y peculiaridades me hacen muy distinto al resto del mundo, y de forma consciente o inconsciente esto queda reflejado en mis creaciones, y ms concretamente en los per-sonajes, actos, situaciones, y dems aspectos de los volmenes de Senderos del poder.

    En la fantasa todos podemos encontrarnos a nosotros mismos fuera del mundo en el que vivimos. All somos todos iguales y nada nos impide serlo. Crees que, en cierta forma, la

    fantasa es un buen y necesario refugio para to-dos aquellos que necesitamos descansar de la realidad?

    Considero que evadirse de la realidad es algo positivo para muchos, sobre todo en los tiempos que corremos. Ahora estn sucediendo muchas cosas malas, tambin han sucedido en el pasado, pero ahora nos encontramos con una crisis social en aumento.

    Todo est bastante mal, y es necesario tener una va de escape para al menos intentar sobrellevar la vida que cada uno tiene y salir adelante.

    Y si esa va de escape fomenta la imaginacin, creatividad, el gusto por la lectura y, hasta en muchos casos, otros valores o capacidades como la resolucin de conflictos, la toma de decisio-nes, el honor, respeto, valor, la verdadera amis-tad, el amor verdadero, la familia, la hermandad, la patria y hogar propios... Entre muchos otros que estn reflejados en multitud de obras, sagas, personajes, leyendas, batallas, y dems elemen-tos de lo fantstico; entonces la propia fantasa es un medio justificado y honrroso para evadirse de este mundo tan complejo y catico que hoy vivi-mos, incluso para con todo lo anterior, intentar entre todos mejorarlo.

    Esperamos poder adentrarnos pronto en los mundos de fantasa a los que nos llevarn los Senderos del poder. Ser todo un placer y un honor poder leerlos y transitarlos para as conocer de primera mano todo aquello que nos has contado en esta travesa hacia Valinor. Como sabes, no estamos solos en este viaje, nos acompaan muchos amigos y amigas de la revista. Nosotros, por nuestra parte, te agra-decemos de corazn esta entrevista. Quieres decir algo a nuestros lectores?

    Primeramente dar las gracias a la revista su edi-tor y su equipo por darme esta gran e importante oportunidad.

    Creo necesario, mientras no consiga editorial en si, algunas he tanteado pero de momento no hay respuesta, el darme a conocer por cuantos medios sean necesarios. As que muchsimas gracias por permitirme casi saturaros vuestra revista.

    A los lectores que puedan y quieran leerse este tandem de preguntas y respuestas y conocerme como creativo o creador de lo fantstico, comen-

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    tarles que pese a no tener an nada publicado de Senderos del poder, si existe un grupo de Facebook al que os invito a uniros si os interesa esta saga fantstica. La verdad no quiero colgar mucho ah pues ando en busca de editorial y tampoco quiero mostrar mucho antes de publi-car de mis obras.

    Pero ah ya he publicado las sinopsis de lo que es de momento Senderos del poder, algunos agradecimientos a personas que se han unido, la variedad de razas y seres que pueden encontrar-se en el Reino de la magia, y ms adelante ir poniendo otras cosas.

    Por tanto invito a quien quiera que se pase por el universo de Senderos del Poder y que, comen-teis, opineis, deis ideas acerca de dicha saga y de cmo conseguir alguna forma de publicarlas.

    Tambin hago una peticin a aquellos lectores que a lo mejor sean editores, dueos de una edi-torial, o que conozcan a alguien al respecto, que traten de hacerse una idea del tipo de escritor que soy, que me valoren como tal, que tengan claro que esto no es solo un proyecto de escritura sino un elemento para conseguir una mayor meta, al-canzar al fin mi futuro personal y afectivo, y que no es un simple intento de introducirme en el mundo de ediciones de temtica fantstica como tal. Esto es un gran proyecto vital, personal, afec-tivo, que si sale a flote puede abrirme las puer-tas de una nueva vida y mundo.

    Comentar que debido a mis capacidades dife-rentes, a la enormidad del mismo, a que vivimos en un mundo por desgracia para videntes, el proyecto del juego de rol educativo est resultn-dome muy costoso y difcil de continuar, ya que como director de juego tengo que poseer muchos y muy distintos tipos de elementos con sus co-rrespondiente descripciones, para ayudar a mis alumnos de juego, a desarrollar no solo todos los aspectos del juego sino los valores ya citados. Por tanto tambin hago la peticin, a aquellos/as que os atrajera dicho juego, que os sorpren-da o interese mi propia persona, yo mismo, que os pongais en contacto conmigo en los mails: [email protected] y [email protected], en el facebook warsar agotaras, o en la direccin de skipe borjacorazonnegro para, si as lo que-reis, ayudarme a desarrollar esta creacin que literalmente se me escapa de mis manos ya que es mi imaginacin la que la hace crecer sin parar.

    Dar las gracias a todos quienes me deis la opor-tunidad de haber entrado en vuestras vidas a travs de este ms que imprescindible medio de comunicacin, una revista que apuesta por lo novedoso, fantstico, creativo, que ha querido apostar por este humilde creador fantstico que aqu teneis.

    Gracias de corazn a todos.

    Hasta muy pronto o hasta que alguien quiera apreciar mi diversidad e imaginacin, mis crea-ciones en suma.

    Diego Bober

    Borja Antonio Martn Fernndez

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    Relato terror por Rodrigo S. Olivenza

    El alzacuello me oprima mientras giraba el volante para entrar en la calle. La calle de las flores. Efectivamente, as era. Con dos cojones. Toma irona.

    La llamada telefnica recibida ayer me daba 24 horas para prepararme y el nombre de una calle en Calatayud. Bilbilis concretamente, eso fue lo que dijo la voz al otro lado del telfono. El an-tiguo nombre romano de la ciudad. No me pre-guntis por qu, les gustan estas cosas romanas, les recordar algo

    Llova. Vaya si lo haca. Mientras el coche gira siguiendo las rdenes del volante, la lluvia repi-quetea en el parabrisas, y eso es algo que con-sigue ponerme aun ms nervioso de lo que ya estaba. Adems estaba oscuro, an cuando no debera estarlo. Son las siete de la tarde, es vera-no Y ya es de noche? En Espaa?

    Designios del seor. Supongo

    Encuentro aparcamiento entre dos coches pla-teados, su efecto opiceo debido a la lluvia y a la ausencia de luz. Dos sombras grises a cada lado de mi coche. De todas formas, mi coche es el ni-co que circula por esta calle. Y el ruido muere cuando saco las llaves del contacto y pongo una marcha muerta.

    Guard las llaves del coche en el bolsillo de la chaqueta ligera que llevo puesta y es, en ese pre-ciso momento, cuando me percato que la farola junto a mi puerta no ilumina. Ni ninguna otra en la calle. La luz ha muerto junto con mis faros.

    No he visto un alma. Ni en otros coches, ni en la acera, ni en la esquina, ni en las ventanas o balcones desde que he girado el volante.

    Abro la puerta y un olor ocre invade mis sen-tidos, una sensacin de pura fuerza, malvada y

    pesada me empuja de nuevo hacia el coche. Me quedo, literalmente, clavado en el asiento del pi-loto, mis dos piernas apoyadas en la calle pero gritando por volver a entrar dentro del coche.

    Suspiro. Suspiro fuerte, acompasando mi res-piracin a la negrura que me envuelve. Cojo mi maletn del asiento del copiloto y, apoyndome en la carrocera me lanz a la calle, cerrando con un portazo la puerta del coche en el proceso. Muestro mis dientes a la oscuridad mientras la presin se dobla.

    Ha comenzado.

    La voz al otro lado del telfono tena razn, como siempre. Albergo la esperanza de que no la tenga cada vez que ese maldito telfono suena. De que no suceda y de que no deba hacer lo que estoy a punto de hacer. Que el olor, la oscuridad o la presin no aparezcan en el lugar y a la hora indicada.

    Hace ya tres aos que me dedico a esto, suspiro, mientras pienso resignado que debera haberme acostumbrado ya. Nadie puede hacerse a esto. Me responde esa parte de mi mente que mantiene cierta cordura.

    Observo el portal nmero 56, justo enfrente de la puerta de mi coche. Lo analizo, puerta de vidrio y metal, enrejada y con cuatro plantas y ocho pisos en total. Intento captar todo aquel detalle posible y me acerco a la puerta. Apenas unos centmetros antes de que mi mano roce la puerta la aparto con un gesto. No, no es aqu. El cuero del asa de mi maletn cruje cuando la pre-sin que ejerzo sobre el mismo se relaja.

    Esto es raro, porque en tres aos y en un buen nmero de calles siempre, Siempre, haba apar-cado en el lugar correcto. Aunque la calle estu-viera llena de coches siempre encontraba un lu-

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    gar justo delante del foco. Quiz este no fuera un caso como los dems.

    Seran imaginaciones mas? La oscuridad, la lluvia, el que no hubiera nadie en la calle. Sera todo una coincidencia?

    Me giro y miro arriba y debajo de la calle. Mien-tras lo hago, una sensacin extraa recorre mi cuerpo. Mi estmago parpadea y siento an una mayor tensin.

    Qu est pasando? Susurro entre dientes. Esto no es como las otras veces. La voz nunca me haba enviado a un sitio con una presin as.

    Preocupado, muerto de miedo, meto mi mano li-bre en el bolsillo y, fuertemente, agarro el rosario como si fuera la ltima tabla de salvacin en un naufragio. No servira de nada pero me da el es-pritu necesario para empezar a andar hacia el bar quin lo dira que he visto en la esquina al entrar en la calle.

    Su luz es mortecina, pero es la nica que apor-ta algo de luminosidad a la calle. O al menos a la esquina de la misma. En el bar encontrar a al-guien, confi, mientras me acerco lentamente al mismo. Este es el pas que es.

    La puerta chirra al abrirse y tan solo dos pares de ojos se giran cuando entro. Tras la barra, la nica persona presente en el bar me mira, con decenas de botellas de alcohol en el fondo, cami-sa funcional amarillenta, trapo blanco al hombro y una expresin horrorizada en un rostro con dos ojos negros que rezuman sangre.

    Joder. Joder, mascullo mientras doy un paso ha-cia delante abriendo mi maletn delante de m, de forma que me sea sencillo coger de dentro algo. El plan B. Recuperado, ms o menos, de la impresin le grito con autoridad al camarero:

    Quin eres?

    Responde. Eres llamada.

    Y si no