Ribla 24 - Por Una Tierra Sin Lagrimas Redimensionando Nuestra Utopia

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  • 7/30/2019 Ribla 24 - Por Una Tierra Sin Lagrimas Redimensionando Nuestra Utopia

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    REVISTA RIBLA N 24

    POR UNA TIERRA SIN LGRIMAS

    REDIMENSIONANDO NUESTRA UTOPA

  • 7/30/2019 Ribla 24 - Por Una Tierra Sin Lagrimas Redimensionando Nuestra Utopia

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    Presentacin

    Milton Schwantes

    Este n 24 de la Revista de Interpretacin Bblica Latinoamericana enfoca l a esperanza. Existen posibilidades deesperanza? Vale la pena la utopa?

    Hace poco, un periodista europeo me preguntaba sobre la situacin de las iglesias en nuestros pueblos indio-afro-latinoamericanos. Hablbamos sobre las nuevas coyunturas en que nos encontramos. Ya no tenemos grandes fuerzaspara plantar rboles fuertes, luceros capaces de prometer cambios significativos que hagan viable, en un futuroprximo, una sociedad, donde exista lugar para todos y todas. Pero tenemos muchos pequeos y persistentes signosque se parecen ms a aquellas pequeas plantas, a aquellas yerbas que crecen con autonoma, terquedades,insistencias invencibles. Pero, cuanto ms ejemplos yo presentaba de estas pequeas esperanzas por un mundo conespacio para todas las plantas y todas las personas, ms irritado quedaba mi interlocutor. Esta alegra por laspequeas-grandes esperanzas le molestaba. El insista que todo eso ser vencido por el gran mercado, por estamagia que celebra su victoria. S... las esperanzas, en especial aquellas pequeas, palpables, diarias, molestan.Molestan incluso a personas que aparentemente son nuestros amigos. Por tanto, es necesario compartir la esperanza,la utopa. Es bueno molestar con esperanza. Es bueno provocar con utopa.

    Hace poco tiempo pude participar en un dilogo judo-cristiano en tierras europeas. Me sent muy contento por estaoportunidad. Tenemos que aprender mucho de este reencuentro con las tradiciones judas de hoy, en especialnosotros, en estas tierras latinoamericanas, pues repetimos, con cierta persistencia, preconceptos e intoleranciasantijudas que necesitamos revisar auto-crticamente en nuestra lectura bblica latinoamericana. De esta manera fuimosdescubriendo mutuamente, judos y cristianos, con esfuerzos fraternos de parte y parte, como las discordancias se iban

    decantando cuando se trataba del as llamado tercer mundo, de nosotros. All no haba lugar para nuestrasproblemticas. Pues, al final, toda esta pobreza de que hablbamos era, segn se oa por los altoparlantes, culpanuestra. Era el resultado, segn se nos deca con grandes titulares, del exceso de personas, de nios, en estoscontinentes de pobres. Slo reduciendo el nmero de gente, podramos tener un lugar en este mundo del mercadototal. Con todos estos nios no tendremos un lugar para el sol, segn nos decan. Cada una de nuestras historias quedespiertan esperanza, unidas a los nios son cuentos que sobran, un excedente innecesario. Justamente en estemomento histrico, en medio de estos mercados totales, necesitamos rescatar, con la ayuda de la Biblia y de la vida, laesperanza a partir de los/as nios/as. La utopa del mundo nuevo est unido al nio, sea l Ismael, Isaac o Jess.

    Tiempo atrs tuve el privilegio de participar de uno de esos maravillosos encuentros de Comunidades de Base. All mellam la atencin la asesora del evento. Cuando los analistas del sistema econmico y social hablaban, el clima,irremediablemente, se haca pesado. Los horizontes se cerraban. No haban salidas. Cuando los analistas polticoshablaban, enumeraban las victorias que la derecha poltica obtena. Se quejaban de la falta de organizacin de lossectores populares. El clima se haca pesado, los horizontes se oscurecan y las salidas se volvan desesperanzas.Pero, cuando hablaba el pueblo, ocurra una explosin de esperanza. Se cantaba la utopa. Se oraban las esperanzas.Se esperaba con ansias lo nuevo. Y estas esperanzas estaban siempre vinculadas con la Biblia. De ella se hablabacomo cartilla de utopas. Las imgenes de esperanza eran del reino. Las utopas llegaban llenas de compartir, de

    brechas, de experiencias alternativas, oportunidades por toda parte. Una olla comunitaria por un lado, grupos demujeres por otro, recuperaciones de tierra ms adelante. De esto, deduzco que necesitamos leer la Biblia conesperanza. Si el Apocalipsis se quedara en el anlisis, habra celebrado la muerte del Imperio Romano? Si Jesshubiese puesto su atencin en los soldados romanos y en los recaudadores del tributo, que, en Palestina, estaban portoda parte, no habra comenzado con una nueva comunidad en la cual los/as nios/as eran acogidos/as, donde lasmujeres tenan nombre, donde los ricos se convertan. En medio de lgrimas, se viven utopas, en las memorias de laBiblia, en las experiencias de vida.

    Por eso, me siento contento con este n 24 de RIBLA. Su tema se formul como proyecto Por una tierra sin lgrimas.Su subtema invita a un mirar crtico sobre las dcadas pasadas para que podamos acoger las utopas que vivimos ennuestro diario vivir con alegra redoblada: Redimensionando nuestra utopa.

    Entiendo que Alicia Winters, quien plane este nmero sin poder concluirlo plenamente debido a sus actualescompromisos, vislumbr esta tarea de utopa incesante que tenemos como biblistas en medio de las comunidades y lospueblos indio-afro-latinoamericanos:

    Necesitamos inspirarnos en las utopas cuya funcin, precisamente, es la de ser estmulo y esperanza populares.

    Necesitamos rescatar las memorias de las utopas y su fuerza en el pasado, en los textos bblicos para impedir quesean usadas como mecanismos de muerte y fatalismo.

    Necesitamos evitar que las esperanzas bblicas sean confundidas con las memorias mesinico-populistas delcaudillismo tan tpicamente latinoamericano.

    Con mucha alegra presento a ustedes, lectoras y lectores, este nmero 24 elaborado con cario y utopa para ustedes:en este mundo, creado y, da a da, sustentado por Dios, existe lugar para cada persona, para toda creacin

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    La utopa enterradaNegacin del ideal social en la monarqua de Israel

    Jos Roberto Arango L.

    Israel se conform como tal en el perodo anterior a la monarqua en abierto contraste con el feudalismo cananeo ydesafiando al imperialismo Egipcio. En su camino de constitucin atrajo a otros grupos de marginados y los aglutin.En la forma de vida que se forj hizo explcito un ideal que naci de su particular experiencia de Dios. El perodomonrquico se encarg poco a poco de ir sepultando ese ideal en todos los niveles de la vida de Israel. Pero losprofetas se encargaron de hacerlo valer de nuevo en la existencia de Israel.

    Israel in itself took shape during the period prior to the monarchy, contrasting with canaanean feudalism and challengingegyptian imperialism. Israel attracted other oppressed groups and gave them unity. The way of life it created manifestedan ideal born from its typical experience of God. As years passed, during the period of the Monarchy this ideal wasneglected and lost on every level of Israels life. But the prophets reinserted it once again into Israels daily life.

    La vida del Israel premonrquico contrasta grandemente con la del Israel de los reyes. Esta segunda poca desdibuj,por la fuerza de las circunstancias histricas, polticas y militares, todo aquello que Israel haba tratado de vivir en lapoca anterior: la solidaridad entre las familias, las asociaciones de familias y las tribus; la participacin poltica msextendida, la unidad de culto y de fe. Esa forma de vida y de pensamiento pre-monrquicos dan sentido a lastradiciones que la atestiguan, y continan presentes, bien como reliquia cultural, bien como norma religioso-nacional,bien como una lucha social continua dentro de Israel . El resultado de ese proceso de desvirtuacin de la historia deDios con su pueblo fue la prdida del autntico norte de Israel, es decir, de la utopa que Yav mismo estabaconstruyendo en su pueblo en todos los niveles de su vida social, econmica, poltica y religiosa en claro contraste conlos pueblos vecinos.

    Queremos, pues, en forma sucinta y, por tanto, no exhaustiva, evidenciar la contraposicin de esas dos pocas delmismo Israel y tomar consciencia de que la monarqua signific la sepultura de la utopa yahvista. Sin embargo, al final,mostraremos que esa voz dominante monrquica no fue la nica que se escuch durante esos siglos. Tambinestuvieron acompaando esa poca los profetas, los portavoces de la voluntad de Dios que les recordaron, con losnfasis de cada poca y muy encarnados en ella, cul era el compromiso de la eleccin de Yav y lo que stacomportaba en su cotidiano vivir y en las relaciones socio-histrico-econmicas. La utopa fue planteada de nuevo, estavez como total realizacin de Yav en medio de su pueblo.

    En una primera parte mostraremos algunas caractersticas de la poca premonrquica; luego, en la segunda,

    presentaremos algunos rasgos propios de la monarqua y, finalmente, algunas notas que presentan a los profetascomo portavoces del ideal utpico de Israel.

    Pero antes de entrar en materia conviene aclarar lo que aqu se entiende por utopa. Etimolgicamente utopa es lo queno tiene lugar, lo que an no tiene un espacio histrico en cuanto a su realizacin prctica. Sin embargo, en la medidaen que la utopa es pensada, soada y anhelada ya ha tomado cuerpo de alguna forma. Ahora bien, dicho pensamientoo sueo no es ideado en su forma perfecta primero, para luego ser realizado, sino que, en la medida en que se vaconstruyendo en la prctica, ese mismo ideal se va perfeccionando en cuanto tal. De manera que utopa no essimplemente un idealismo inalcanzable, sino un ideal que, en la medida en que pone en movimiento una forma de vida,es dinamizador de la existencia histrica y est presente en la actualidad de las concreciones particulares y en lainadecuacin que se percibe de ellas mismas por contraste con el ideal perseguido que siempre permanece ms all.

    En efecto, el sistema social pre-monrquico de Israel nunca fue igual de una poca a otra y, adems, nunca alcanz suforma perfecta pues fue abortado por la forma poltica monrquica . Pero nunca ese ideal de vida muri para siempre.De una y otra forma sali del anonimato para fecundar la existencia del pueblo y para recuperar su esperanza, funcinfundamental de la utopa.

    1. El Israel pre-monrquico

    El Israel de esta poca fue una entidad sociocultural que emergi en reaccin a y en interaccin con las formasdominantes de civilizacin en el Prximo Oriente, particularmente con el feudalismo cananeo y el imperialismo egipcio.Israel luch por conformar un tipo de unidad independiente de la centralizacin poltica y de la estratificacin social. Elrechazo feroz de estas dos caractersticas del entorno en que viva llev a los diferentes segmentos de Israel a irseconstituyendo como entidad social separada de l .

    Pero esos grupos de creyentes en Yav no eran los nicos marginados del sistema dominante cananeo . Tambinexistan otros grupos oprimidos. Cada uno de ellos luchaba por su propia autonoma y supervivencia que los conducamuchas veces a choques con los que detentaban el poder dentro del feudalismo cananeo, pero tambin a

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    contradicciones y oposiciones entre s. Israel se sum a estos grupos oprimidos haciendo un aporte decisivo: introdujoen ellos, con el correr de las dcadas, una visin estratgica y una unidad prctica. Entonces las lneas deconvergencia de los grupos sociales oprimidos se juntaron y superaron la fragmentacin anterior dentro del sistemadominante que astutamente utilizaba su superioridad para dividir grupos inquietos inferiores.

    Los cananeos oprimidos por el sistema feudo-imperial fueron atrados fuertemente por el yahvismo, pues stecelebraba la liberacin de una servidumbre socio-poltica y prometa liberacin continua en caso de amenaza. Lo queresult, pues, fue una combinacin de fuerzas que desgarr desde dentro el sistema dominante, quedandofragmentado as el gobierno jerrquico en decenas de ciudades-estado confrontadas con la unidad igualitaria de sus

    ex-sbditos unidos. Con el surgimiento de Israel, la tribu cananea al fin encontr una base ideolgica y una modalidadorganizativa para desafiar con xito al estado cananeo . Donde estos grupos unidos como Israel se hicieron fuertes(en las tierras altas), expulsaban a sus seores, formaban un nuevo gobierno tribal de ancianos rechazando el gobiernocentral de reyes feudo-imperiales. En consecuencia, eran abolidos los impuestos y los trabajos forzados donde quieraque Israel prevaleca. De esta manera Israel se distanci del sistema cananeo y rechaz el camino acostumbrado dedejarse llevar hacia l y de acomodarse a l .

    As, pues, la formacin social Israel pudo diferenciarse claramente de su entorno, motivado esencialmente por laexperiencia de un Dios liberador que lo mova a oponerse a todo lo que significara opresin y esclavitud . Israel estabaorganizado de tal forma que la solidaridad entre sus diferentes segmentos fuera obligatoria y pudiera ser efectiva. Todoestaba organizado en torno a la familia extendida como unidad socio-econmica primaria. El sistema social se extendahasta niveles superiores de organizacin: las asociaciones protectoras de familias y las tribus. En estas unidadesestaban difundidas las diversas funciones (econmicas, sociales, polticas, militares y religiosas), de modo que noexista liderazgo jerrquico ni estratificacin social (resistida fuertemente donde comenzaba a aparecer) . Las tribusconfederadas resultaron formando una sociedad sin estado, o mejor, con un estado substituto para sus gentes, enrebelda contra la monarqua del cercano oriente . Veamos algunos rasgos caractersticos de esa sociedad:

    Siempre se trat de garantizar la ayuda mutua en el antiguo Israel y era un fundamento de su primitiva existencia, puesella era la que daba realidad social concreta a la unidad de Israel. Todos los segmentos del pueblo de Yav estabaninterrelacionados y sus funciones buscaban la solidaridad en las dificultades sociales, militares, econmicas y naturales.

    Las funciones polticas estaban difundidas a travs de toda la estructura social o concentradas en asignamientos deroles o tomas de poder temporales. La idea de jefatura se dificultaba mucho en el primitivo Israel, pues el poder seubicaba en familias equivalentes en pie de igualdad. Todo lo que significara rango o distinciones al interior de las tribuso entre ellas era fuertemente resistido .

    La concentracin de excedente econmico era bloqueada por la obligacin de compartir con otras familias en ayudamutua. Las pretensiones de riqueza y honor de ciertas familias chocaba con los mecanismos de nivelacin igualitariaque eran cuidados por las asociaciones protectoras de familias .

    La integracin de la sociedad del antiguo Israel era viabilizada por diferentes tipos de asociaciones. Uno de ellos es lamishpah, o asociacin protectora de familias; stas eran unidas as en grupos de ayuda mutua para superar sudebilidad y para facilitar su interaccin. Hacia abajo, (a las bet-abot, o familias extendidas) la asociacin ejerca susfunciones socio-econmicas, preservando las condiciones mnimas para la integridad de cada una de las familias quepertenecan a ella por medio de medidas de urgencia que se realizaban slo cuando la familia no poda actuar por supropia cuenta. As se daba seguridad vital a las familias israelitas. Las funciones militares de la mishpah las dirigahacia arriba, al nivel de la coordinacin tribal .

    Otro factor de integracin fundamental era el sacerdocio levtico. Fue el foco e instrumento de la tendencia hacia lanormalizacin de pensamiento y prctica religiosa que gener la caracterstica del antiguo Israel de ser unacongregacin ritual (formada por los varones adultos). Por acuerdo intertribal, las leyes rituales y morales eranimpuestas sobre todos sus miembros y finalmente toda la sociedad senta su efecto. Esa tendencia fue propiciada porla afiliacin de grupos a un grupo pantribal de yahvistas y por la centralizacin cltica e ideolgicamente del yahvismo.El sacerdocio levtico funcionaba como una asociacin educativa con responsabilidades instruccionales adems deceremoniales. Los levitas estaban repartidos a lo largo de Israel y no se concentraban en una sola regin como lasotras tribus. Fueron los principales portadores del yahvismo en la poca premonrquica. Ellos pusieron losfundamentos del sistema social israelita cuando Lev lleg a ser el portador y funcionario especializado de la tradicinyahvista y qued estructurada en una cofrada transversal que penetraba y entrelazaba las diferentes tribus en una solacomunidad adoradora, militante, constructora de tradiciones y formuladora de leyes .

    Israel se caracteriz en esa poca por una cultura y un orden social unitarios. Era una sola comunidad en concepcin yuna sola comunidad en la prctica, donde todo est interrelacionado y es anlogo: la comunidad de un solo culto en sulealtad a Yav tiene estrecha correlacin con los otros mbitos de su existencia: relaciones sociales igualitarias,actividades econmicas similares, modos similares de gobernar la sociedad y modos similares de organizarsemilitarmente. En el primitivo Israel se da aquel tipo de orden cultural y social unitario que haca falta como vnculo delos diferentes grupos fragmentados de oprimidos .

    Sobresale en al antiguo Israel el tener un culto e ideologa unitarios, que son potentes fuerzas organizativas ysimblicas para establecer y reforzar las disposiciones sociales, econmicas y militares que son normativas para lacomunidad .

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    De esta forma Israel, rompiendo totalmente con el feudalismo extendi su sistema sobre toda una regin y todo unpueblo acreditando como legal su propia sociedad y forma de vida en todos los mbitos. En Israel vemos un estilo devida antifeudal que se plantea como una contra-sociedad completamente autnoma. El ideal que persigui Israel fue elvivir liberados de la servidumbre, del centralismo gubernativo, de la imposicin de impuestos, del endeudamiento y dela esclavitud como consecuencia de una experiencia de fe que lo condujo en este sentido, incluyendo en su camino aotros pueblos y grupos con experiencias similares de esclavitud y con necesidad anlogas de liberacin.

    2. El Israel monrquico

    Veamos aqu tambin algunas caractersticas de esta etapa de Israel que nos ayuden a comprender la forma como elperodo de los reyes se encarg de tapar aquel ideal del antiguo Israel y de socavarle su fuerza dinamizadora de supropia historia.

    2.1. El escenario econmico

    2.1.1. El latifundismo

    Aunque pudo haber tenido su base en el reparto de la tierra, adquiere matices nuevos y alarmantes con la formacindel patrimonio de la corona. Los culpables de la injusta posesin de la tierra eran la clase alta, los altos mandosmilitares y los reyes, muy especialmente Azaras (Ozas). Se aumenta la prctica de apoderarse del campo del vecino,prohibido en Dt 27,17; 19,14; Pr 22,28; este posesionarse del campo ajeno se haca no slo por violencia sino conrecursos legales. El resultado de este tendencia es la acumulacin de la tierra y la acumulacin de poder poltico quegenera asalariados y esclavos .

    Para enjuiciar la evolucin social global que se dio a mediados de la poca de los reyes hay que partir de la situacinlegal con respecto a los problemas suscitados por los bienes races en Israel y Jud.

    Las tribus se apropiaron de las tierras con base en el hecho de la ocupacin. El fundamento legal del AntiguoTestamento era que la tierra prometida por Yav a las tribus eran dadas a ellas como herencia . Por tanto, el verdaderopropietario era Yav. Entonces se explotaban los terrenos como donacin hecha por Yav a los diferentes jefes defamilia y a stas. Esto haca que todo israelita fuera libre.

    De ah la teora de la invendibilidad del suelo, lo cual trajo consecuencias en orden a la distribucin de la tierra y alderecho hereditario en vigor para las familias.

    En la monarqua, sin embargo, la apropiacin de tierras tambin comenz a hacerse por conquista; esto consista en laanexin de terrenos cananeos al territorio israeltico. Para estos terrenos no entraba en vigor el derecho hereditario deIsrael. Al principio el derecho de conquista no se hizo valer con vigor, sino que se compraban terrenos, como la era dela Areun, comprada por David y la colina de Samara, adquirida por Omr.

    Con el tiempo esta forma de posesin de terrenos se ampli; se hicieron compras an en terreno israeltico. Lasposesiones familiares se hicieron libres y los reyes se arrogaron el derecho de intervenir en herencias ajenas.

    Para la administracin de la corona y de los tributos se estableci un cuerpo de funcionarios al servicio del rey y de lacorte. Esta burocracia adquiri muy pronto un carcter de institucin estable que se fue ampliando y perfeccionando .

    Esto supuso mayores gastos. Los recursos para ello se obtuvieron de diferentes renglones entre los cuales estaba elcomercio exterior y los tributos que tena que dar el pueblo; stos beneficiaban a la corte y a la aristocracia y fueronnecesarios para mantener el ejrcito ; tambin se impusieron trabajos forzados para las construcciones. En tiempo deSalomn todo el peso de estas medidas lo cargaba el norte. La injusticia fue creciendo; esto suscit la rebelin deJeroboam y la independencia de las tribus del norte .

    Consecuencia: A la ordenacin de las tribus, que era la genuina constitucin israeltica, se sobrepuso una nuevaestratificacin y administracin de las tierras cuyo principio supremo era la creacin de un sistema econmico que lediera la base de suministro al pas y a la poblacin. Pero su principal cometido era el aprovisionamiento de la corte ydel aparato estatal. El rey era el punto cntrico del organismo estatal, ordenado a la realeza y a su conservacin .

    Esa ampliacin de la estructura administrativa (propiedades y funcionarios para su administracin) son las races de losabusos que lamentaban los profetas, los cuales tienen como blanco a las clases altas, al sacerdocio estatal y al rey .

    2.1.2. Comercio

    La situacin del siglo VIII a.C. en este aspecto es escandalosa. Se suministran artculos lujosos para los poderosos, loscuales se adquiran vendiendo productos esenciales para la superviviencia del pueblo. Hay un sometimiento de loscampesinos y de los pobres a una dura ley de oferta, que se aprovecha para vender los peores productos. Loscomerciantes engaan en los pesos y medidas. Los grandes propietarios no solo obtienen de sus tierras lo necesariopara vivir, sino que venden parte de la semilla a otros campesinos, ventas que se prestan a grandes fraudes y a hacer

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    grandes fortunas. Pero adems ellos mismos pueden prestar a inters lo cual implica el endeudamiento del pequeocampesino quien, al no poder pagar la deuda y los intereses, se ve obligado a perder sus tierras, sus hijos (entregadoscomo esclavos) y con todo ello su propia libertad .

    Todo esto supone una sociedad arbitraria con una injusticia de base. Contra ello reacciona el Deuteronomiodefendiendo a los grupos ms pobres: hurfanos y viudas, antes protegidos en la estructura social del antiguo Israel,

    por medio de la familia (bet ab) o de la asociacin de familias (mishpah) .

    Esta situacin ha sido explicada de diversas formas:

    a. Alt explica todo a partir de la formacin del patrimonio de la corona y del reparto de la tierra entre militares, ministrosy funcionarios, siendo estos ltimos de origen cananeo sobre todo, que tienen una mentalidad distinta, unos idealescontrapuestos a los del Israel de la poca patriarcal, una concepcin absolutista de la monarqua y unas leyes sobre latierra que permitan venderla, contraria a la concepcin de Israel. Esta pirmide burocrtica ampla sus posesiones ypara ello tienen el poder en sus manos (Mq 2,1).

    b. Loretz sita el desarrollo propio de Israel y Jud ubicndolo en el fenmeno ms amplio del antiguo Oriente: elcapitalismo de rentas, que consiste en dividir la produccin en el mayor nmero posible de factores que el campesinodebe pagar por separado. Se pasa as del patrimonio (posesin de la tierra) al s istema de prebendas: donacin de latierra por el estado a funcionarios, lo cual comienza ya con el nacimiento de la monarqua misma. El propietario vive enla ciudad, da la tierra a unos colonos quienes deben pagarle tributo por su uso, es decir, deben pasarle rentas por losdiferentes factores de produccin: agua, simiente, animales, instrumentos etc.

    La posesin de la tierra tena en el antiguo Israel un valor capital; era el medio de subsistencia fundamental para elpueblo. Una vez que se distorsiona su posesin y se ponen las condiciones que favorecen la acumulacin de la misma,se echan las races de las desigualdades, de la esclavitud, de la acumulacin de poder poltico y, con ello, lasposibilidades de que todo ocurra en favor de los poderosos, pudiendo ellos torcer la causa del justo en beneficio propio.La gran crisis del siglo VIII a.C. tiene su raz, en gran parte, en los problemas de la posesin de la tierra .

    2.2. El escenario social

    Con todo lo anterior resultan varios grupos sociales completamente desprotegidos, sometidos y oprimidos. Losindividuos, cuya proteccin estaba asegurada anteriormente por la familia (bet ab) y por las asociaciones de familias(mishpaht), quedaron a merced de las catstrofes y de la voluntad de los poderosos. Con la monarqua, esasestructuras sociales que buscaban el bienestar de los grupos, la proteccin de los hurfanos y las v iudas, de losforasteros, de los esclavos y de los dbiles en general, haban quedado relegadas a un segundo plano en cuanto ainstancias efectivas de solidaridad. Con la monarqua... el shebet (tribu) lleg a ser poco ms que un concepto regionalo tradicional; las realidades funcionales eran el estado y la estratificacin de clase. El shebet (y la mishpah en

    particular) eran cada vez menos viables como unidades sociales protectoras cuando personas de muchas tribus seencontraban juntas en nuevas estructuras sociales y polticas a las que la organizacin no centralizada de la tribu nopoda responder.

    Esta situacin se vena gestando desde el final de la poca de los jueces con los problemas que trajo lasedentarizacin. La monarqua signific una agudizacin de los problemas que se plantearon all: la injusta distribucinde la tierra y el reparto de botn de guerra que pusieron las bases de las desigualdades posteriores. Ya en el siglo Xa.C. la monarqua aparece como fuente de todos los males (1Sm 8,11-17).

    La poca de la monarqua se prest muchsimo ms que la de los jueces a grandes diferencias y a monopolios, puesse haba perdido la obligacin de ayuda mutua entre familias que s ignificaba el control del supervit econmico. Entreel siglo X y el VIII a.C. se fueron acentuando las diferencias surgiendo grupos de marginados y sin posesiones, depersonas que ganaban su vida al margen de la ley o que tenan graves deudas. Surge la nobleza social y econmica,los pequeos y medianos propietarios oprimidos por los poderosos y con peligro de pasar a ser parte de los quequedan sin posesiones ni derechos. Aparecen diversos grupos sociales en problemas: forasteros o inmigrantes,esclavos, asalariados, desocupados, lo cual rompe la igualdad y la solidaridad que se ha venido buscando .

    La administracin de la justicia: antes de la monarqua los encargados de administrarla en territorios determinados erael patriarca en su familia, los ancianos en la mishpah y el juez en un territorio ms amplio. Luego, con David, se creun tribunal de apelacin en Jerusaln, no caracterizado propiamente por su eficacia (2 Sm 15,2-4). La reforma deJosafat en el siglo IX a.C. muestra que la situacin a que se lleg debi de ser catica en el sur .

    2.3. El escenario religioso

    Con la sedentarizacin se presenta otro grave problema: el religioso. Yav no era conocido como el Dios de lascosechas, de las lluvias, de la fertilidad y de las estaciones, puesto que l era un Dios del desierto que acompa a supueblo durante la marcha posterior a la salida de Egipto. Qu hacer, entonces, al momento de cambiar del pastoreo ala agricultura? La respuesta estaba al lado; quien cuidaba de tales asuntos era Baal, el dios de la naturaleza a quienrendan culto los habitantes de la tierra donde se haban asentado los grupos provenientes de Egipto. Invocarlo fue el

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    paso siguiente. Con ello la fe de Israel entr en una delicada crisis de identidad: Yav y Baal al mismo tiempo?Parece que el culto a ambos coexisti durante un largo perodo. Pero la disyuntiva se plante: Baal o Yav.

    El baalismo fue el otro gran problema de la monarqua, que lo foment a travs de sus alianzas polticas con lospueblos cananeos. Poltica y religin no podan separarse. Si se daba entrada a una extranjera para ser esposa de unrey, con ella entraba su dios, su culto y sus profetas. Y viceversa, con su religin entraba toda una concepcin de lasociedad, de la tierra y unos ideales que eran ajenos al yahvismo, como es el caso tpico de Jezabel, aunque laadmisin de mujeres extranjeras en la corte haba comenzado con Salomn.

    Adems, el culto fue perdiendo su contenido histrico-salvfico. Los actos clticos antiguos eran repetidos sin lacentralidad sociopoltica antigua con la consecuente prdida de su relacin tanto con las tradiciones como con laexperiencia actual de la comunidad. El culto antiguo de las tribus fue perdiendo su posicin primaria en el sistemasocial, sus funciones polticas cada vez ms apropiadas por la monarqua, sus funciones religiosas desafiadas por elnuevo culto del templo real y su fuerza creadora como centro de generacin de nuevos esquemas comprensivos parainterpretar la historia de Israel .

    3. Los profetas reviven la utopa

    La igualdad y la solidaridad menoscabadas de raz por el sistema econmico y social de la monarqua era algo a lo cualIsrael no poda renunciar, pues era, por naturaleza una comunidad tribalque sigui siendo en el plano ideal y en parteen el orden prctico. La monarqua no constitua para Israel una magnitud irrenunciable . Lo irrenunciable parece ser,entonces, aquello que Israel pretendi garantizar desde los comienzos: una sociedad liberada donde se viva ensolidaridad e igualdad, donde los dbiles sean protegidos, donde los pobres puedan tener acceso a lo necesario paravivir y no se vean discriminados. Este compromiso con los dbiles es primero que todo de Dios y est anclado en laconciencia de Israel; se refleja desde la experiencia de Egipto y aparece claramente en el libro del xodo (2,24ss; 3,7-

    10.17; 4,31; 6,5-8) . Ya en el perodo de los jueces surgen los primeros esfuerzos por ayudar a los necesitados : elcompromiso con los dbiles pasa a ser, entonces, una parte integrante de los vnculos sociales de Israel, los cualesestaban garantizados por las estructuras de la poca premonrquica.

    La mentalidad tribal utpica de un cierto ordenamiento social igualitario irrumpi en escena con los profetas. Ellosemergieron como defensores del derecho divino que implicaba unas justas relaciones entre los miembros del pueblo y,por otra, un reconocimiento de Yav como el nico Seor, que no acepta ninguna competencia (Baal). En la prctica, lanaturaleza honda de Israel se hizo sentir de esta forma en la voz de los profetas. Esa naturaleza de Israel estabamarcada indeleblemente por Yav mismo desde los acontecimientos fundamentales de la liberacin de Egipto, lamarcha por el desierto y la entrega de la tierra prometida, pasando por la constitucin de Israel como pueblo en elSina. A esa constitucin cuyos estatutos estn contenidos en la alianza, Israel no deba renunciar, porque hacindolorenunciaba simultneamente a Yav y a s mismo.

    Por qu se hace necesaria la irrupcin agresiva de los profetas, comenzando por Ams, el ms amenazante de ellos?Porque las tribus desde David van perdiendo su influencia en la evolucin de la monarqua, con la cual se forma enJerusaln un gobierno estatal, un centro administrativo, un poder central que lleva en s mismo su propia ley. Laformacin poltica queda transferida totalmente al rey y a sus funcionarios, lo cual, en cierta forma, es permitido por lasmismas tribus . La poltica, pues, comienza a caminar independientemente de la fe yahvista, cuyas tradiciones eranconservadas en las tribus, que quedaron al margen de las decisiones de la organizacin estatal . Fe y poltica tomaronrumbos independientes. Jerusaln, capital del reino unificado, creci y se forj con sus propias leyes. De ah elalejamiento del proceder justo a los ojos de Yav.

    Con el correr de la monarqua, se cre una tradicin jerosolimitana yuxtapuesta a las tradiciones de la religin tribal,cuya existencia y eficacia fue sancionada por Jerusaln donde es aceptada por Josas en el ncleo de la legislacindeuteronmica, quedando la religin tribal al amparo de las tradiciones del sur. As se fue abriendo paso en la poca delos reyes una nueva mentalidad religiosa con Jerusaln como ciudad del templo.

    Con el surgimiento de esa nueva mentalidad que cobijaba a las tradiciones del norte y con la instalacin de Yav enJerusaln, centro de poder, se descansa sobre algo conquistado, adquirido y sancionado realmente, pero poco a pocose aparta de la marcha de Yav por la vida ordinaria del pueblo, la cual adquiere su desarrollo independiente quetermina por no ser manifestadora del Yav conocido en el desierto y, por lo tanto, por serprofanacin de mi santonombre(Am 2,7b). El resultado fue la domesticacin de la religin yahvista. Era necesario que se reaccionara ante esareligin domesticada que haba perdido la capacidad dinamizadora de la historia toda, funcin de la utopa propia del

    Israel premonrquico. Entonces rugi el len(cfr. Am 3,4).

    Jos Roberto Arango L.Calle 42 N 4-49Santaf de Bogot 1, D.C.Colombia

    Norman K. Gottwald, The Tribes of Yahweh. A Sociology of the Religion of Liberated Israel, 1250-1050 B.C.E., N.Y.,Orbis Books, Maryknoll, 1979 (tercera impresin, enero de 1985), p.42 (vea la edicin en espaol: Las tribus de Yahveh- Una sociologa de la religin del Israel liberado - 1250-1050 a.C. Barranquilla, Seminario Teolgico Presbiteriano,

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    1989; y vea la traduccin al portugus: As tribos de Iahweh - Uma sociologia da religio de Israel liberto 1250-1050 a.C.So Paulo, Edies Paulinas, 1986).

    Ibid, p.33.

    Esta primera parte est basada en la obra citada de N. K. Gottwald.

    Ibid, p.43 y 214.

    Cfr. Carlos A. Dreher. O surgimento da monarquia israelita sob Saul. In: A Palavra na Vida, n 50, So Leopoldo,CEBI, 1992, p.14.

    Norman K. Gottwald, op. cit. p.484-485.

    Ibid, p.214+325-326+332-333.

    Sin embargo, no se puede caer en la tentacin de idealizar el Israel pre-monrquico. Tambin all habacontradicciones, personas con menos derechos, unas gentes empobrecidas mientras otros intentaban acumular. Perola contradiccin principal haba sido superada: la ciudad no dominaba sobre el campo (Carlos A. Dreher, op. cit., p.6).

    Su produccin econmica, su organizacin poltica, social y religiosa se hacan de forma colectiva y democrtica (Ibid,p.5; la traduccin es ma).

    Norman K. Gottwald, op. cit., p.345+383-384. Confira Carlos A. Dreher, op.cit., p.6.

    Norman K. Gottwald, p.253.

    Ibid, p.298+322-323.

    Ibidem.

    Ibid, p.267,316 y 318.

    Ibid, p.320.

    Ibid, p.489-490.

    Ibid, p.490.

    Jos Luis Sicre, Con los pobres de la tierra - La justicia social en los profetas de Israel, Madrid, Cristiandad, 1984,p.76-77.

    Siegfried Hermann Historia de Israel en la poca del Antigo Testamento, Salamanca, Sgueme, 2a edicin, 1985,p.306.

    Ibid, p.307.

    Cfr. Carlos A. Dreher, op. cit., p. 10. Con la monarqua se pasa al modo de produccin tributario (p.11).

    Siegfried Hermann, op. cit., p.237-238.

    Ibid, p.308.

    Ibid, p.308-309.

    Ibid, p.310-311.

    Jos Luis Sicre, op. cit., p.79-81.

    Cit. por Jos Luis Sicre, op. cit., cita 85, p.82 (vea Albrecht Alt. Miquias 2,1-5 - A redistribuio da terra em Jud. In:Terra Prometida - Ensaios sobre a Histria do Povo de Israel. So Leopoldo, Editora Sinodal, 1987, p.9-18.

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    Citado por Jos Luis Sicre, op. cit., cita 87, p.82.

    Jos Luis Sicre, op. cit., p.83.

    Norman K. Gottwald, op. cit. p.254.

    Jos Luis Sicre, op. cit., p.56-59.

    Ibid, p.77.

    El ideal que propone la monarqua desde sus comienzos es una vida donde el lujo y la riqueza ocupan un lugar muyimportante. Esta es su mayor culpa (Ibid, p.72).

    Norman K. Gottwald, op. cit., p.143-144.

    Siegfried Hermann, op. cit., p.175-176.

    Jos Luis Sicre, op. cit., p.52.

    Ibid, p.59-60.

    Siegfried Hermann, op. cit., p.216.

    Las tribus conservaron los relatos de sus respectivas historias desde tiempos del desierto y luego se convirtieron entradiciones panisraelticas, pero en tensin con el ordenamiento estatal (Ibid, p.236-237).

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    El Mesas siempre debe ser nio

    Nancy Cardoso Pereira

    El uso de la metfora nio como categora mesinica del Primer Isaas ser utilizada y re-significada porgeneraciones posteriores a partir de contextos distintos. La imagen del nio no es una referencia pasajera, sino laopcin y el sostenimiento y la insistencia de la profeca por articular su mensaje a partir del nio, lo cual exige tener encuenta los contenidos y dinmicas que esta metfora contiene y que sustenta la capacidad de expresar lasexpectativas y utopas en diversas situaciones y en diversos tiempos.

    The child metaphor used as a Messianic category by First Isaiah will be re-used and given new meanings in differentcontexts by later generations. The image of the child is not only a reference which can be thrown away; as prophecychooses it and insistently sticks by its decision to articulate its speech on the basis of the child, consideration must begiven to the contents and dynamics which the metaphor contains and which sustain its ability to speak the expectationsand utopias of differing situations, for different times.

    ...porque es de infancia, hijo mo, que el mundo necesita. (Thiago de Mello)

    Existe un mesianismo especial en los textos de la escuela de Isaas. Las imgenes mesinicas son mltiples y plurales:senos secos, regazo, siervo sufriente, un nio, las espadas transformadas en arados; imgenes de lo que an no existepero que ayuda a realizar lo que podra ser.

    Son utopas que en cualquier momento pueden concretizarse porque son imgenes gestadas en el da a da de lascomunidades profticas.

    Sera mucha pretensin tratar de una sola vez de todas estas imgenes. En esta reflexin quiero dedicarme almesianismo del nio de Isaas, en especial del Primer Isaas (1-39).

    Aquel nio... cualquier nio... todos los nios

    Isaas 7,14 - La jovencita concebir.

    La investigacin se orienta para la posibilidad de que la mujer en embarazo sea reina madre y el hijo anunciado elfuturo rey Ezequas .

    Si as fuera, la profeca no tendra nada de mesinica, y slo estara reflejando la coyuntura poltica nacional inmediata

    con la intencin de hacer la crtica al reinado de Acaz, determinado por la guerra siro-efraimita (733-732).

    La estrategia de Acaz fue la de aceptar la dominacin poltica de Asiria como forma de resistencia en el conflictopresente en la regin. Las consecuencias de tal estrategia fueron varias a nivel econmico y religioso, especialmente,un fuerte militarismo y la negacin de las condiciones de vida de los sectores ms frgiles de la sociedad judata(hurfanos, viudas, pobres...).

    El cap. 7 de Isaas se sita en este clima de guerra y sometimiento a los intereses asirios. Acaz ser rechazado por laprofeca de Isaas que, hecha la denuncia, apuntar para un tiempo de renovacin que estara vinculado aqu al futurorey, Ezequas. Hablar de la jovencita que concebir tena una crtica directa al reinado de Acaz y la propuesta de unaposibilidad de renovacin a partir de lo nuevo que est representado en el nio-rey.

    La evaluacin que 2 R 18,5 hace del reinado de Ezequas es positiva afirmando que Yav estaba con l (v.7)reafirmando el nombre que el nio recibe en la profeca de Isaas: Y le pondr por nombre de Emanuel que quieredecir Dios con nosotros (Isaas 7,14b).

    En este sentido, la referencia al nio que nacer tendra una doble funcin en este texto: al mismo tiempo se refiere aun hecho poltico inmediato y lanza utpicamente la historia y la esperanza para el futuro, para lo que est por venir. Lapalabra nio/infanciaes sumamente significativa en este sentido porque permite al mensaje proftico concretes yprovisoriedad, expectativa e realizacin.

    Un nio y otros nios

    Emanuel no es el nico nio del relato. En el inicio del cap. 7 Isaas es enviado a dirigirse al rey Acaz acompaado desu hijo Sear-Iasab(un resto volver). El texto no explcita el motivo de la presencia del hijo. El gesto habla por s:

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    Isaas se compromete personalmente en el contenido del orculo. La crtica a las estrategias de Acaz defiende la vidadel pueblo de Jud y la profeca insiste en trabajar con la categora del nio como criterio de evaluacin de proyectospolticos. Estrategias y polticas deben ser evaluadas en presencia de la geracin presente y de la futura. No importaaqu la edad de Sear-Iasab... lo que importa es el juego escnico propuesto: se habla sobre poltica internacional en lapresencia de los que ya son pero an no estn, de los que vendrn. La presencia del nio y su nombre poltico-teolgico reafirman la tesis del Emanuel.

    Si, por un lado, la profeca de Isaas est vinculada a los intereses de la dinasta davdica en Jud al apostar por larenovacin a partir de un nio de la casa de David; por otro lado, la profeca opta por una categora de construccin de

    su lgica que abre el mensaje ms all de la coyuntura inmediata. Isaas podra decir del prximo rey, su capacidadpoltica, sus estrategias... pero prefiere trabajar con la imagen del nio, de la infancia.

    La TEB/Traduccin Ecumnica de la Biblia (nota z) indica el nombre simblico del hijo y articula el nacimiento de estenio con el trmino del cap. 6,13, reforzando la idea de un hijo pequeo. Sear-Iasab reaparece en el cap. 10,21-23 denuevo en una alusin de futuro.

    Tambin Milton Schwantes indica el enfrentamiento de dos estrategias: el militarismo de Acaz, por un lado, y lapresencia simblica del nio como utopa proftica.

    Un-Resto-Volver y Emanuel son criterios de evaluacin de la coyuntura nacional e internacional. Ellos son forma ycontenido de la profeca. No son referencias marginales y reemplazables. Cuando la profeca elige sus mediaciones lohace a partir de su fidelidad y motivaciones bsicas. Los nios aqu no son detalles, envoltura de orculos queprescindiran de esta categora. La profeca escoge mediaciones que brotan de la vida concreta, que tienen carcterprogramtico. En el caso de la profeca de Isaas, la presencia programtica de los nios es evidente.

    En el cap. 9 el nio nace. Nace en una situacin de promesa de paz (v.4) y superacin de la opresin (v.3).Probablemente tambin ac la profeca estara vinculada al reinado de Ezequas. El texto retoma el anuncio delEmanuel y apuesta por un perodo que estar definido por el derecho y la justicia (v.6).

    Como seala Croatto la evaluacin o expectativa de la profeca en relacin a Ezequas es diferente de la realizada porel deutoronomista (2 R 18,34) que resaltar el carcter religioso y cultual de la reforma de Ezequas. La insistencia dela profeca de Isaas tomando al nio como categora y paradigma, desplaza el eje de evaluacin.

    No se refiere al Ezequas adulto sino que se refiere a l en cuanto nio, como todava no. Esta insistencia mantiene lapotencialidad del discurso proftico como referente a las cuestiones inmediatas y de apertura utpica. As, la profecaest relacionada con el desarrollo de la poltica davdica sin agotar su potencial de crtica, condicionando el apoyo apartir de la evaluacin de las condiciones de vida de un segmento social especfico: los/as nios/as.

    No sera el caso, entonces, de considerar la profeca de Isaas como prisionera del davidismo y sus intereses. Alcontrario, el compromiso con los nios - contenido y forma - es la dinmica programtica, criterio de evaluacin y deapoyo poltico (Isaas 12,1-2).

    Un nio nos guiar (cap. 11)

    Schwantes y Croatto concuerdan en que el cap. 11 es posterior al bloque de los caps. 6-9. Se mantiene la fidelidad allxico-isainico : La diferencia con 9,1-6 consiste en que ahora se trata de una promesa que se dirige al futuro y no unacontecimiento presente (Nos ha nacido un nio...). Otra diferencia est en relacin a 7,14 (el anuncio del Emanuel)en el enfoque dado a la dinasta davdica: all se hablaba de una continuidad a corto plazo, aqu de un corte (imagendel tronco) y, por tanto, de un reinicio.

    Aqu, dos posiciones son presentadas: 1) no importa mucho si el nio est o no vinculado al davidismo, pues se tratade un smbolo que apunta para el frente, para el futuro (Schwantes); 2) en 7 y 9 la imagen del nio est vinculada aldavidismo pero, en el cap. 11, no; el nio deja de referirse a un acontecimiento inmediato y pasa a tener una dimensinde futuro (Croatto).

    Las dos posiciones no consideran el nio como mediacin, de forma programtica. La primera alternativa desvincula la

    categora con la realidad, haciendo del nio un smbolo, una forma de hablar que podra ser sustituido por otro (semilla,por ejemplo). Siendo as, la profeca no habla de ningn nio concreto, no se refiere a algn segmento social enparticular; es slo un recurso literario. La segunda no percibe que el uso de la categora tiene una ambigedad propiade la realidad a que se refiere: al escoger la categora nio la profeca opta por un modelo interpretativo que ya est yque an viene!

    Nio es esto: ya est/ser. En esta ambigedad de presente y futuro es que nos podemos aproximar al nio comocategora proftica.

    Nio es coyuntura, expectativa, encarnacin y, en palabras de Hanna Arendt: El milagro que salva el mundo delespacio de los negocios humanos, de su ruina normal y natural es, en ltimo anlisis, el hecho del nacimiento, en elcual la facultad de actuar se radicaliza ontolgicamente. En otras palabras, es el nacimiento de nuevos seres humanos

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    y el nuevo comienzo, los hechos que son capaces de realizar el milagro en virtud de haber nacido. Slo el plenoejercicio de esta capacidad puede ofrecer a los asuntos humanos fe y esperanza, las dos caractersticas esenciales dela existencia humana que la antigedad ignor por completo, desconociendo la fe como virtud comn e importante y,considerando la esperanza como uno de los males de la ilusin contenidos en la caja de Pandora, esta fe y estaesperanza en el mundo, tal vez, nunca hayan sido expresadas de modo tan suscinto y glorioso como en las brevespalabras con las cuales los evangelios anunciaron la buena - nueva: Nos ha nacido un nio.

    Entonces, el cap. 11 de Isaas contiene un juicio posterior del reinado del Ezequas-adulto que abandon su confianzaen Yav (2 Rs 18,5-9) en busca del apoyo egipcio. El Ezequas-nio era seal de esperanza, no porque era Ezequas

    davidita, sino porque era nio.

    De nuevo el nio ser la categora de evaluacin y juicio en la profeca de Isaas. En el cap. 11 el rbol del davidismoest cortado... Slo tenemos las races y el anuncio de un retoo, un renuevo. Parece que el texto expresa un tiempomuy posterior, tal vez del fin de la dinasta davdica en el siglo VI.

    Justicia y fidelidad (11,5) son los signos de ese renuevo, reafirmando las caractersticas de la mediacin de salvacinpropuestas por la profeca.

    El texto es categrico: un nio pequeo nos guiar (v.6b) teniendo como resultado una situacin donde: el nio depecho podr jugar junto a la cueva de la serpiente, el niito pondr la mano en el nido de la vbora...(v.8).

    Al presentar el nio como gua de un nuevo proyecto poltico la profeca se desdobla para afirmar una sociedad dondelos nios - contenido y forma - estn seguros y con su integridad garantizada.

    En este sentido no es por acaso que, en el escenario paradisaco del lobo que pasta con el cordero (11,6-9), lospequeitos, los nios de pecho y los recin destetados sean mediadores y primeros beneficiados con la restauracinde la justicia y la paz. Los menores son agentes profticos.

    Quien no sea como nio

    La relectura posterior de la comunidad de Isaas abre hermenuticamente estos textos. Ellos estn vinculados a sutiempo y coyuntura, pero no tienen su fidelidad en el davidismo de modo categrico... El apoyo a la casa de David estcondicionado a un programa de fidelidad al proyecto de Yav y de prctica de la justicia y de la paz que tienen losnios como agente y criterio de evaluacin.

    El pequeo, el renuevo, el nio es portador del Espritu de Yav (11,2).

    En los textos del siervo sufriente la comunidad de Isaas retoma el tema del nio que es escogido: puse sobre l miEspritu... (42,1).

    Comnmente, se ve el siervo sufriente como un grupo socialmente oprimido en el exilio. Un anlisis del cap. 42 podraser hecho en conexin con la mediacin del retoo (42,5), conservando la cohesin del vocabulario de la profeca deIsaas.

    Tambin aqu, la justicia es el criterio: Dios aparece en una relacin de maternidad con su nio-mediacin de salvacin.Algunas posibilidades:

    42,6, Dios asegura por la mano y guarda a quien ser alianza del pueblo y luz de las naciones, en una relectura de 9,2.

    Del mismo modo, 42,7 retoma y reafirma lo que ya se haba dicho sobre los pequeitos en 9,7: son mediacin del juicioy de la justicia.

    En la profeca del Segundo Isaas, la imagen del brote, del renuevo, del germen continuar siendo usada para expresarla expectativa mesinica.

    En 42,9, Dios anuncia lo nuevo antes que se reproduzcan, germinen/broten (cfr. 43,19: hacer brotar lo que est encapullo).

    En 44,4, derramar mi Espritu sobre tu descendencia, mi bendicin sobre tus retoos (v.9); ellos crecern.

    45,8: que brote la salvacin y junto germine la justicia.

    55,10: sin haber dado a luz y regar los brotes crecer... seal perenne (v.13).

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    58,8: tu luz despuntar como la aurora y tu raz germinar, dar brotes.

    61,11: s, como la tierra hace brotar sus semillas, de la misma forma el Seor har germinar la justicia (ungido).

    59,21: mi alianza, mi Espritu sobre ti, mis palabras... tu descendencia ni descendencia de tu descendencia ahora ysiempre.

    Las mujeres

    Tanto en el texto de 7,14 como en 8,3 las mujeres participan del proceso como parte activa de la novedad de salvacin.Los tiempos verbales en el cap. 9 tienen como horizonte la participacin de mujeres: Nos ha nacido, nos fue dado.Del mismo modo, en el cap. 11, la referencia al Mesas nio se concreta en relacin con la figura materna: en el v.7 loscachorros de los animales; en el v.8 los nios son los pequeos de pecho, destetados. El cuerpo de la mujer da elcontorno para la existencia del nio en una bella relacin de alteridad e identidad.

    Estas referencias atraviesan todo el libro de Isaas, algunas veces de modo secundario o indirecto, pero manteniendoel campo semntico relacionado con las mujeres: 42,14 como mujer con dolores de parto; 42,54 la mujer estril sermadre; 42,64 lino de menstruacin; 65,20 no habr nio de pecho arrebatado; 65,23 no sern engendrados nios parala calamidad, sus nios de pecho, sus retoos, sern como ellos; 66,7 dolores de parto, ella dio a luz antes que leviniesen los dolores, ella puso en el mundo un nio; 66,8 poner en el mundo, generar, dolores de parto, dar a luz; 66,9abrir el camino, dar a luz; 66,11 mamar, senos; 66,12 amamantar, cargar en los brazos, acariciar sobre las rodillas.

    De modo especial, en el Tercer Isaas, la profeca articula los dichos en relacin con la reconstruccin de Jerusaln y laresignificacin de los protagonismos tanto en relacin con el templo y el culto, como en la vida poltica de Judmanteniendo las metforas nacidas de los cuerpos de nios y mujeres.

    La metfora ausente

    De modo evidente, el mesianismo del nio en Isaas calla sobre la participacin masculina. La gestacin, la espera, lasmediaciones estn siempre relacionadas con el cuerpo de la mujer o con la autonoma de la afirmacin del nio comoprotagonista. La omisin tambin parece ser intencional una vez que el Mesas nio no puede estar sujeto en loslmites de la familia patriarcal. El nio que trae lo nuevo no puede ser propiedad del padre. En este sentido los textos deIsaas profundizan una matriz que atraviesa todo el Antiguo Testamento, presentando nios que nacen de la novedadde Dios en la vida de las mujeres y estas son portadoras de lo nuevo: Hagar/Ismael, Sara/Isaac, Raquel/Jos,

    Ana/Samuel.

    El problema no est en la ausencia de los hombres, sino en la incapacidad de la figura masculina/paterna en participarde la dinmica del Mesas-nio. Sera una contradiccin interminis, que tienen su explicitacin en la metfora de laconcepcin y el nacimiento de Jess.

    Esta expectativa mesinica que nace de mujeres embarazadas de lo sagrado, que engendran nios redentores,tambin es una crtica a las estructuras patriarcales y sus mediaciones mesinicas fundadas en la figura de un rey, unmaestro o profeta, todas estas imgenes, extensin del lugar de poder de los hombres en la sociedad.

    Nos ha nacido un nio en la ciudad de Beln

    Aqu, la propuesta es que el Mesas siempre debe ser nio. Es claro que aquel nio que genera la expectativa

    mesinica crecer... Ser necesario rehacer el ejercicio y afirmar nuevamente la salvacin a partir de otros niosnacidos en medio de nosotros. El Mesas nio no crece. Cada generacin est invitada a dejarse iluminar por la nuevageneracin que llega, siempre llega. El mesianismo infantil no puede ser entendido como un estadio preparativo paraalgo que se mostrar cuando aquel est grande. No! La novedad est, justamente, en la necesidad de hacersesiempre como nios y colocarlos en medio nuestro, contenido y forma del ejercicio siempre necesario de conversin decada generacin. A partir de la infancia, planear, proponer, revisar, priorizar, asumiendo la provisoriedad de toda, ascomo de cualquier, mediacin de salvacin. Ninguna utopa salvadora puede ser absolutizada: es necesario mantenersiempre la dinmica de embarazar, de dolores de parto, de nacimiento, de ver el mundo por primera vez.

    Es evidente el uso de los textos de Isaas en la construccin de las memorias en torno de Jess, de modo especial dela infancia de Jess (Mt 1-2; Lc 1-2).

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    Ms que una historiografa con inters cronolgico, los textos de Mateo y Lucas realizan el ejercicio hermenutico decomprender la presencia salvadora de Dios a partir del nio. Una lectura cuidadosa de los textos de la infancia indica laposibilidad de una comprensin mesinica que se expresara en la centralidad de la infancia en el proyecto del reino deDios.

    Dasafortunadamente, en la organizacin final de los evangelios, estas memorias del mesianismo infantil estndispersas dentro de un proyecto global que centraliza la accin salvadora en los acontecimientos de cuo sacrificial delfinal de la vida de Jess. Como introduccin a las narrativas evanglicas, la infancia funcionara solamente comopreparacin para el Mesas adulto. Llama la atencin la casi total indiferencia con que las cristologas posteriores tratan

    los materiales narrativos de la infancia. Ciertamente, estos materiales narrativos no combinan con el eje sacrificialcristolgico que rpidamente se impone en el Nuevo Testamento.

    En los evangelios de la infancia el Mesas es nio y pobre, nacido de mujer en situacin de marginalidad. La escena delnacimiento puede ser entendida como parte del carcter trgico de la existencia humana por sus situaciones deprecariedad e improvisacin, pero nunca de modo sacrificial. Toda la escena esta motivada por gratuidad. La presenciade ngeles, pastores y magos que identifican en el niito la salvacin apuntan para la suficiencia del acontecimiento ens mismo. Del mismo modo los textos relacionados con Simen y Ana (Lc 2), que esperan por la salvacin y,efectivamente, la descubren en su encuentro con el nio.

    En esta perspectiva no es necesario que el Mesas crezca y camine inevitablemente para la cruz. En los relatos de lainfancia tenemos la formulacin de una cristologa que no requiere del modelo expiatorio-sacrificial. El nio en sufragilidad, gratuidad y provisoriedad exige cuidado - abrazo, pecho, brazo, exige anlisis de coyuntura (Herodes y supersecucin Mt 2,16) y planificacin a partir de una motivacin bsica: garantizar la vida. Esta motivacin organiza lasrelaciones y establece prioridades, no de modo ideal, sino por dentro del mundo trgico de los nios pobres, larevelacin plena de la presencia salvadora de Dios.

    Algunas narrativas evanglicas (Mt 18,1; Lc 9,46) resaltan la fidelidad de Jess para con los nios como mediacin ycriterio para la participacin en el reino de Dios. Sera posible, entonces, indicar la posibilidad de que Jess no eramesas de s mismo. Por lo menos, algunas comunidades lo entendieron as, cuando afirmaron programticamente:quien no se hace como nio...porque de ellos es el reino.

    Tambin Jess y su comunidad rehacen el ejercicio hermenutico propuesto por la comunidad de Isaas: tener losnios como lugar privilegiado para evaluar la vida, hablar de Dios. En ese ejercicio la comunidad de hombres y mujeresest invitada a experimentar lo sagrado siempre presente entre nosotros en la provisoriedad y precariedad de nuestrasms lindas mediaciones de salvacin y utopa: los nios. Hombres y mujeres en relacin. Uno dentro del otro. Deseo.

    Amor. Embarazo de la vida en ella misma. Cuerpo preado de lo que ya es y de lo que vendr. Traer a la vida. Dar aluz. Dolores de parto. Nacer junto y ver la vida, las personas, la creacin siempre como si fuese la primera eirremplazable vez por los lindos y pequeos ojos insustituibles de esos nios que nos han nacido.

    No se trata, con esta propuesta, de desconocer las cristologas que se articulan alrededor de la cruz y de la muerte deJess. Lo que se resalta es la posibilidad de alternativas mesinicas, una pluralidad de alternativas mesinicas, unapluralidad de mediaciones salvadoras que habran hecho parte de la vida de muchas comunidades organizadas por elmovimiento de Jess. Algunas de estas comunidades valoraron y expresaron su comprensin de la salvacin a partirdel Jess-nio y continuaron resaltando en la vida de Jess el ejercicio hermenutico exigido a cada geracin: hacersecomo nios. Jess, para algunas comunidades, no se entenda como mesas, sino que sealaba la fidelidadprogramtica con la vida de los nios como la instancia salvadora capaz de construir comunidades anunciantes delreino de Dios. En este sentido, se abre la posibilidad de una comprensin de la salvacin que no se agota ni seabsolutiza en un acto nico, irreductible e irrepetible como el presentado por las cristologas sacrificiales.

    Afirmar la pluralidad de mesianismos en el Antiguo Testamento, as como en el Nuevo Testamento, abre la posibilidadde un cristianismo en dilogo con otras mediaciones mesinicas, otras utopas, de modo especial, para quien vive en elcontinente latinoamericano, con sus millones de nios y nias por las calles de las ciudades, trabajando en situacin deesclavitud, lejos de cualquier servicio digno de salud, educacin y alimentacin... Rescatar el mesianismo es muchoms que una alternativa: es una necesidad y una exigencia.

    Con mi hija, Clarissa, de 3 aos, aprend a hacer siempre nuevo este ejercicio de re-dimensionar la esperanza y lasutopas. Le cuento historias bblicas. Despus, ella me las cuenta. Una de nuestras preferidas es la de Zaqueo. Cadavez que ella me la cuenta cambia el final y me sorprende con tantas alternativas posibles de salvacin:

    Haba una vez un lindo Zaqueo que subi en un rbol para ver a Jess. l encontr una linda Zaquea y se quedaron avivir en el rbol.

    Yo le pregunto: Hija, y Jess?

    Ah! Mam, en esa historia Jess no es necesario!

    Y otra:

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    Y Jess le dijo a Zaqueo que bajara del rbol y fue a comer en su casa. Despus que comieron Jess le dijo: Zaqueo,vamos a subir nuevamente a aquel rbol?

    Si Jess puede bajar de todos los dogmas cristolgicos y subir en los rboles que nosotros inventamos todos los dasde nuestra vida, conversar sobre mesianismo, utopa y salvacin es mucho ms fcil y bonito...porque es de la infancia,de Clarissa, que el mundo tanto necesita.

    Nancy Cardoso Pereira

    rua Arcturus 40So Bernardo do Campo - SP09731-530Brasil

    Croatto, Jos Severino, Isaas, v.1 [O profeta da justia e da fidelidade]. Editora Vozes, Petrpolis, 1989, p.7.

    Croatto, Jos Severino, Textos misionales o sociopolticos en el deutero-isaas, Buenos Aires, s.d.

    Schwantes, Milton, O messias criana - observaes sobre Isaas 6-9+11, Belo Horizonte, CEBI, 1987, (A Palavra naVida, 43).

    Croatto, Jos Severino, Isaas..., p.75.

    Croatto, Jos Severino, Isaas..., p.87.

    Arendt, Hanna. A condio humana. Forense Universitria, 1983, p.259.

    Croatto, Jos Severino, Isaas..., p.87.

    Schwantes, Milton, O messias criana..., p.18.

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    El significado del verbo plantar en el Libro de Jeremas: Yavcomo agricultor

    gabo Borges de Sousa

    El uso metafrico del verbo plantar en el libro de Jeremas, teniendo a Yav como sujeto, expresa el lugar del grupo alque se refiere el verbo en una posicin de poder, de liderazgo frente a la tierra y al pueblo. Con esto podemos decirque el uso de la metfora donde Yav aparece como sujeto del verbo plantar y donde un determinado segmento dela sociedad juda es visto como complemento es bastante coherente con un significado que puede ser entendido entodos los textos donde encontramos un uso metafrico del verbo plantar. El verbo plantar est relacionado con lasesperanzas y las utopas del exilio y del post-exilio.

    The metaphorical use of the term to plant in the Book of Jeremiah, with Yahweh as its subject, denotes the placing ofthe group referred to in a position of power, of leadership at the head of the land or of the people. With this we can saythat the use of the metaphor where Yahweh is in the position of subject of the verb to plant and where a givensegment of Judahite society is seen as the object is quite coherent and has a meaning which can be understood in allthe texts where we have then metaphorical use of the verb to plant. This planting is related to the exilic-post-exilichopes and utopias.

    1. Introduccin

    Los profetas del Antiguo Testamento usaban la poesa en sus predicaciones, sus utopas y esperanzas. En sucolocacin al lado del pueblo sufrido, buscaban transmitir el mensaje y la esperanza que recibieron de Dios, criticandolos grupos de la sociedad responsables por la desintegracin de las relaciones humanas de respeto a la vida, por elejercicio de la injusticia y opresin contra el pueblo.

    En su lenguaje potico, el profeta usa muchas metforas que para nosotros hoy no son tan fciles de comprender,tanto por la distancia que existe entre nuestro tiempo y el tiempo de los profetas, cuanto por la propia visin de mundo,que puede ser una barrera que nos impide entender mejor el mensaje proftico. No obstante, existen aspectos deidentificacin que nos aproximan a los textos profticos, como la crtica contra el sufrimiento del pueblo pobre cada vezms oprimido y explotado. Aqu el mensaje proftico se torna ms que nunca actual e importante, en dimensiones deesperanza y de utopa.

    El profeta Jeremas no escapa a esta regla. En sus poesas, que revelan su sensibilidad ante la palabra de Yav, esteprofeta usa muchas metforas sacadas de lo cotidiano, de la realidad del pueblo al cual proclama el mensaje de Yav.En las abundantes metforas del libro de Jeremas tenemos algunas ms centrales que otras. Una de las metforascentrales es la descripcin de Yav como un agricultor que planta un grupo o a alguien. La interpretacin de estametfora puede influir en la comprensin de todo el libro de Jeremas y puede ayudarnos a entender el mensaje delprofeta.

    En el primer captulo del libro, Yav le da al profeta Jeremas, a travs de su palabra, el poder de destruir y construir,arrancar y plantar naciones y reinos: Entonces alarg Yav su mano y toc mi boca. Y me dijo Yav: Mira que hepuesto mis palabras en tu boca. Desde hoy mismo te doy autoridad sobre las naciones y sobre los reino para extirpar ydestruir, para perder y derrocar, para reconstruir y plantar (Jr 1,9-10).

    2. Conociendo la problemtica

    Nos llama la atencin el hecho de que el verbo plantar, teniendo a Yav como sujeto (nt), se refiere a realidadesdiferentes como el objeto plantado.

    En Jr 11,17 por ejemplo el objeto es la casa de Israel y la casa de Jud. En Jr 12,2, por otro lado, son losperversos. En Jr 24,6 y 32,41, el verbo se refiere a los exilados en cuanto que Jr 42,10 se refiere a aquellos quepermanecieron en la tierra.

    Estos son apenas algunos ejemplos para mostrar que esta metfora es usada para referirse a grupos opuestos.

    Esta primera observacin nos lleva a preguntarnos por el significado de esta figura, propia de una realidad agrcola.

    Tendra esta metfora significados distintos de acuerdo con el contexto o el complemento? Habra una cierta unidaden el significado, que podra ser extensiva para todos los textos? Cul podra ser este significado? A estosinterrogantes procuraremos dar una respuesta.

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    preso. De esta manera podemos entender que las grandezas plantadas por Yav casa de Israel y casa de Judan estn plantadas, o sea, an existen en el lugar donde Yav las coloc.

    En el contexto, los miembros de la casa de Israel y de la casa de Jud son presentados como hombres, que tenanel derecho de culto y lo ejercan. Es bien posible que con el uso del trmino cometer abominaciones/hacer maldadesdel v.15 el autor se est refiriendo a decisiones y a posiciones polticas en relacin con las naciones extranjeras(compare Jr 9, 23-26). Si es as, podemos afirmar que la casa de Israel y la casa de Jud estn constituidas porhombres capaces, libres para el culto y portadores de poder poltico.

    3.3. Jeremas 12,1-2

    Justo eres, oh Yav, an cuando peleo contigo; an as, pelear mi causa delante de ti. Por qu prospera el caminode los impos? Por qu viven en paz todos los traidores? Los plant, y ellos se arraigaron; crecen y tambin dan fruto;de labios para afuera, te tienen cerca, pero en su interior estn lejos de ti.

    Este texto trae una lamentacin del profeta a Yav por causa de la prosperidad del impo que fue plantado por elpropio Yav.

    La forma perfecta del verbo plantar indica una accin pasada. El texto deja evidente que el grupo aqu en cuestin(impos) es un grupo de prsperos prosperan y dan frutos a pesar de la difcil situacin por la cual atravesaba latierra (Jr 12,4).

    Es muy cuestionable el argumento de que estas palabras de Jr 12 se refieren directamente a los hombres de Anatot,como lo expresan algunos comentaristas . Aunque el texto de Jr 11,18-23 haya levantado la cuestin sobre la

    prosperidad del impo el trmino rexaimindica de manera general aquel que estaba contra la predicacin deJeremas. Por tanto, podemos decir que el objeto de la accin de Yav los que fueron plantados pueden seridentificados como opositores de Jeremas que, a pesar de la difcil situacin econmica de la tierra por causa de lasequa, vivan bien, prosperaban y no sufran las funestas consecuencias de la sequa.

    3.4. Jeremas 18,9

    En otra ocasin hablo sobre una nacin y sobre un reino para construir y para plantar.

    En la interpretacin del trabajo del alfarero y su comparacin con la accin de Yav aparecen en Jr 18,9 los verbosedificar y plantar, relacionados a la nacin y al reino. El uso de estos verbos en infinitivo indica unageneralizacin. As como el alfarero tiene poder sobre el barro, Yahv tiene poder sobre la casa de Israel.

    Las palabras de Jr 18,1-12 se dirigen a la casa de Israel (v.6). Tanto la amenaza de Jr 18,7 como la palabra desalvacin condicional de Jr 18,8-9 parecen intentar llevar a la casa de Israel a un arrepentimiento.

    Ya que los trminos nacin/pueblo y reino indican grandezas polticas, podemos entender que el trmino casa deIsrael indica de igual modo una grandeza poltica. Ya se observ, con razn, que los destinatarios de la orden detransmitir la palabra en Jr 18,11 explican de quien se est tratando con el trmino casa de Israel. Son los habitantesde Jerusaln y los hombres de Jud. Es muy probable que los habitantes de Jerusaln aqu mencionados sean ungrupo que posee poder de decisin poltica (compare 2 Cr 22,1), como el pueblo de la tierra (2 Rs 11,14.18.20). Sepercibe que no se trata de los habitantes de la tierra sino de Jerusaln.

    3.5. Jeremas 24,5-6

    As dice Yav Dios de Israel: Como a estos buenos higos, as atentar con favor a los exilados de Jud, que yo envide este lugar para la tierra de los caldeos. Pondr mis ojos sobre ellos, para su bien, y los har regresar a esta tierra.Los edificar, y no los demolir; y los plantar y no los volver a arrancar.

    Estudios mostraron que Jr 24,6 probablemente es una transposicin de la afirmacin de Jr 42,10, que se refiere a losque permanecieron en la tierra despus del ataque de Babilonia, y no a los que fueron llevados, posiblemente los

    primeros exilados en el perodo de Joaquim.

    En Jr 24,6 tenemos el uso del verbo en perfecto. Indica en este contexto que la decisin de Yav ya fue tomada, perono fue an realizada.

    3.6. Jeremas 31,27-28

    He aqu que vienen das, dice Yav, en que sembrar en la casa de Israel y en la casa de Jud semillas de hombres ysemillas de animales. Y suceder que, como cuid de ellos para arrancar y derribar, para trastornar, destruir y afligir,as cuidar de ellos para edificar y para plantar, dice Yav.

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    Jr 31,27 trae la frmula He aqu que vienen das, que introduce una promesa de salvacin dirigida a la casa deIsrael y a la casa de Jud. El contenido de esta promesa, sin embargo, se encuentra en el v.28 expresado con losverbos plantar y construir en infinitivo. Estos verbos indican una accin an no realizada por Yav y estn en relacinantagnica con los verbos arrancar, derribar, trastornar, destruir y aflingir, que describen de manerageneralizada el fin del estado de Jud. Observamos que la afirmacin del v.27, sembrar (zr) una semilla de hombre(adam) y una semilla de animal (behemah), est colocada como presupuesto para la realizacin de la promesa. En elcontexto sembrar y plantar son acciones distintas.

    Podemos afirmar con base en la relacin de la promesa plantar y construir con los antnimos, que esta promesa se

    refiere a la reestructuracin del estado de Jud en cuanto grandeza poltica.

    3.7. Jeremas 32,41

    Yo me alegrar de hacerles el bien, los plantar en esta tierra, con toda la fidelidad de mi corazn y de mi ser.

    Jr 32,41 se refiere a los exilados, sin limitarse a los de la primera deportacin como en Jr 24,6. El verbo plantar tienela misma forma gramatical del verbo en Jr 24,6. El contexto, sin embargo, deja claro de que se trata aqu de una accinde Yav an no realizada.

    3.8. Jeremas 42,10

    Si verdaderamente ustedes estn dispuestos a quedarse en esta tierra, entonces yo los edificar y no los derribar; losplantar y no los arrancar, porque estoy arrepentido del mal que les envi.

    Ya mencionamos que Jr 42,10 ejerci influencia sobre la redaccin de Jr 24,6 y, en consecuencia, sobre Jr 32,41 por locual estos versculos se deben entender a partir de Jr 42,10. A pesar de la forma perfecta del verbo, el sentidocondicional de la frase indica que se trata de algo que puede suceder en el futuro y que el nico presupuesto es lapermanencia en la tierra.

    3.9. Jeremas 45,4

    Esto les dirs: As dice Yav: He aqu que destruyo lo que edifiqu, y arranco lo que plant. Y lo mismo har en toda latierra.

    En el contexto de la promesa a Baruc, el verbo plantar se encuentra en una construccin antittica como en Jr 24,6 y42,10 y parece presuponer el conocimiento de estos dos textos. El uso perfecto del verbo acompaado por un participioactivo indica una accin en pasado. En este versculo no queda claro lo que, concretamente, est siendo destruido yarrancado. El texto hebreo trae una frase nominal explicativa toda esta tierra, que es omitida en la Septuaginta(texto griego).

    4. Haciendo algunas consideraciones

    Estas observaciones hechas en los textos donde el verbo plantar aparece en el libro de Jeremas deben ayudarnos acomprender mejor o, al menos, aproximarnos ms al sentido dado al verbo, en cuanto descripcin de la accin de Yavsobre su pueblo.

    Ser que la interpretacin, asumida por muchos, del retorno a la tierra realmente hace justicia al uso figurado delverbo plantar que tiene Yav como sujeto de la accin, o tendr otro sentido? Existe, por ejemplo, quien comprende eluso de los verbos plantar y construir en el libro del profeta Jeremas como sinnimos, con diferencias apenasretricas. Este par de verbos significara, una accin de Yav en la historia de salvacin del pueblo. Y los antnimosrepresentaran, en consecuencia, la desgracia. Este sentido que se da a los verbos es an extremamente generalizado,pues no especifica qu accin sera esta, adems que es bastante cuestionable que los verbos construir y plantarson realmente usados como sinnimos.

    Otros dan un paso al frente, cuando afirman que los verbos construir y plantar indican el fundamento de la existencia

    del pueblo en oposicin a los trminos demoler, destruir, arrancar etc, que son resultados de la derrota militar:destruccin de los recursos naturales, destruccin de las ciudades, aldeas y fortificaciones militares, asesinato ydeportacin del pueblo. Esta interpretacin es an a mi parecer incompleta, aunque presente elementos quecorresponden al significado de los verbos usados para describir la derrota de Jud delante del ejrcito babilnico. Anas, tenemos que admitir que esta derrota no fue puramente militar, sino tambin poltica. Babilonia lleva, entre otros, alos que ejercen el poder poltico para el exilio (compare 2 R 24,14-17; 25,12) y asume el poder sobre la tierra y sobre elpueblo, que all permaneci.

    Teniendo en cuenta que el verbo plantar es usado para diferentes grupos y no para el pueblo como un todo, y queestos grupos experimentan de manera diferente la experiencia histrica del ataque babilnico contra Jud, no podemosdecir que las interpretaciones anteriores hayan respondido nuestra pregunta sobre el uso del verbo plantar con Yavcomo sujeto en el libro del profeta Jeremas. Partiendo de las observaciones que hicimos de los textos donde el verboplantar aparece, quisiramos repensar el sentido dado al verbo.

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    Es evidente que por tratarse de un sentido figurado, existe el peligro de colocar ms sentido de lo que el uso puedesoportar. Se puede suponer que tenemos diversos sentidos y que no se puede encontrar un denominador comn paratodos los textos. Pero es para m poco probable que el uso metafrico de este verbo en el libro de Jeremas, quetiene caractersticas de frmula fija, no haya sido realizado de forma coherente, an dentro del largo procesoredaccional del libro.

    La clave para la comprensin del sentido de plantar en el libro de Jeremas se encuentra en Jr 42,10. Este versculodificulta enormemente el sentido introducir en la tierra, porque el texto no deja dudas de que se refiere a aquellos queestn en la tierra. Incluso interpretando Jr 42,10 a partir del v.12, no se podr entender el trmino retornar (xvb) comoun regreso del exilio. Aqu se trata de retomar la posesin de la tierra. Esta interpretacin se fortalece con el hecho deno usar la palabra tierra (erez), sino suelo, propiedad tierra (admah). En el contexto esta comprensin es muchoms coherente, pues los remanescentes estaban en la tierra, pero no la posean. Ellos no tenan ni la posesin delsuelo ni el control poltico sobre la tierra. Despus de la toma del poder por los babilonios, aunque el pueblopermaneci en la tierra, no estaba plantado.

    El uso del verbo en Jr 24,6 no indica un acto de introducir en la tierra como entienden algunos, aunque se refiera alos exilados por Babilonia. Pues mas all de ser una apropiacin de la promesa hecha en Jr 42,10 el texto deja claroque habr tres consecuencias del lanzar los ojos de Yav sobre los exilados: 1) Hacer regresar a la tierra; 2) edificar;3) plantar. Estos tres actos son distintos, no sinnimos, y parecen seguir un orden lgico, lo que nos lleva, enconsecuencia, a pensar que estar en la tierra es presupuesto necesario para ser plantado.

    El uso del verbo en Jr 32,41 tampoco puede ser entendido como el retorno a la tierra ni introducir en la tierra, porqueJr 32,41 presupone las afirmaciones hechas anteriormente y la expresin esta tierra retoma la expresin este lugardel v.37 del mismo captulo , donde tenemos la afirmacin de que los dispersados sern reunidos en este lugar, portanto el plantar presupone el retornar. En este captulo tambin tenemos la descripcin de acciones que dejarn

    clara esta interpretacin: 1. traer para este lugar (Jr 32,37); 2. hacer habitar en seguridad (Jr 32,37) y 3. plantar en latierra (Jr 32,41). Es ms probable que el autor con esto nos muestre una secuencia lgica de acciones que dependenuna de otra.

    El verbo usado para aquellos que estn en el exilio y los que permanecieron, como promesa de futuro, nos lleva apensar que lo que existe de comn entre estos grupos es el hecho de no poseer el poder sobre la tierra.

    Jr 11,17 presenta la casa de Israel y la casa de Jud como plantadas. Este texto se refiere a un perodo anterior a latoma de Jud y estas grandezas indican hombres que tienen poderes clticos y posiblemente poderes polticos, decualquier forma participantes del liderazgo del pueblo. De la misma forma el verbo es usado en el captulo siguiente,donde el objeto plantado ser ms claramente identificado. Estos son los que ganan con la miseria de la tierra y supueblo. Se enriquecen con la sequa y prosperan con el hambre de los otros. Posiblemente el objeto es el mismo. En Jr12 los llamados impos son los detentores de los poderes poltico, econmico y religioso.

    En Jr 45,4 Yav est arrancando lo que fue plantado a travs del ataque de Babilonia. Los lderes son sacados de suposicin de dominio. Pierden el poder y son llevados cautivos para el exilio.

    Jr 18,9 (compare an Jr 1,10) nos traer otra luz para nuestra cuestin. Este versculo tiene su punto de controversiaya en la traduccin, por esto tenemos diferentes traducciones, que indican diferentes interpretaciones del mismo:Ahora hablo contra una nacin o reino para construir y plantar.

    En esta traduccin los dos infinitivos (construir y plantar) pueden referirse a uno de los objetos, que estn en unarelacin de exclusin (nacin o reino). Esta traduccin es problemtica, pues el traductor comprende el mismo signo (v)en dos construcciones idnticas de manera distinta, una vez como o e otra vez como y. El traductor aqu no esconsecuente usando o en ambos casos. An as sera una traduccin cuestionable por el hecho que las palabrasestn relacionadas por la conjuncin en su funcin copulativa.

    Otras traducciones traen: otras veces, hablo a un pueblo y a un reino prometiendo construir y plantar.

    Estas diferentes traducciones son consecuencia de la interpretacin que los traductores hacen del versculo. Tal vezpodamos entender mejor el versculo si miramos su estructura. Existe una relacin entre pueblo/nacin y el verboconstruir, as como una relacin entre reino y el verbo plantar. Es muy probable que esta relacin haya sido in-

    tencional por parte del autor. As l estara colocando los sustantivos en una relacin alternada con los infinitivoscorrespondientes. Por tanto, podemos entender Jr 18,9 de la siguiente manera:

    En breve yo hablo sobre una nacin para construir y un reino para plantar.

    5. Llegando a algunas conclusiones

    Si pensamos en lo que podra significar plantar un reino, veremos que muy posiblemente significa constituir un reysobre un pueblo. Las observaciones hechas, por el anlisis de los textos, nos ayudan a reforzar este sentido del verboplantar en el libro de Jeremas: 1) el uso del verbo denota que, en cuanto un grupo est plantado y deber serarrancado, otro grupo debe ser plantado; 2) la promesa de plantar es hecha a grupos que no poseen el poder polticosobre la tierra, en cuanto que los plantados indican probablemente detentores del poder; 3) posiblemente el verbo en

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    Jr 18,9 se refiere a la institucin de un reino, que presupone indispensablemente la entronizacin de un rey. As po-demos decir que el uso metafrico del verbo plantar en el libro de Jeremas, teniendo a Yav como sujeto denota lalocalizacin del grupo al que se refiere el verbo en una posicin de poder, de liderazgo delante de la tierra o del pueblo.

    Con esto podemos decir que el uso de la metfora donde Yav est colocado como sujeto del verbo plantar y dondeun determinado segmento da sociedad juda es visto como objeto es bastante coherente teniendo un sentido, quepuede ser entendido en todos los textos donde aparece este uso metafrico del verbo plantar. Este plantar estrelacionado al esperar, a la utopa.

    gabo Borges de SousaRua Padre Ingls 243Boa VistaRecife - PE50.050-230Brasil

    En cuanto a la discusin sobre el uso de este verbo en una perspectiva de la historia de las formas vea: Bach, Bauenund Pflanzen, em: Rendtorff/Koch, (editores), Studien zur Theologie der alttestamentlichen berlieferungen, Festschriftfr Gerhard von Rad, Neukirchen, 1961, p.7-32.

    Weippert mostr convincentemente que estos dos conceptos no pertenecen a la tradicin deutoronomista, sino a laproftica (Prosareden des Jeremiabuches, Berlin/New York, 1973, p.193-202 (Beiheft zur Zeitschrift fr diealttestamentliche Wissenschaft, v.132). Fuera de la literatura jereminica este par de conceptos, teniendo a Yahvcomo sujeto (gramatical o lgico) aparece solamente en 2 S 7,10-11; 1 Cr 17,9-10; Is 5,2; Ez 36,36, cuatro veces entotal, en cuanto que slo en el libro de Jeremas l aparece cinco veces: Jr 18,9; 24,6; 31,28; 42,10; 45,4. Compare

    tambin Bach, Bauen und Pflanzen, p.13 y 24-25.

    Weippert, Prosareden, p.201.

    Weippert, Prosareden, p.201. Bach cree que la forma fija construir y plantar tiene su origen entre los agricultoreslibres, que posiblemente la usaban especialmente para celebrar el nacimiento de un hijo (Bauen und Pflanzen, p.23).Sin embargo, Bach tambin dice que el uso de esta forma referida a Yav no puede ser documentada con seguridadantes de Jeremas. Lo que se encuentra es el uso separado de la accin divina de plantar, pero no la accin deconstruir (Bauen und Pflanzen, p.15).

    Segn Herrmann, Jr 1,10 es, sin duda, fruto del trabajo redaccional (Jeremia, Neukirchen -Vluyn 1987, p.46, tambinp.51 [Biblischer Kommentar Altes Testament, v.12/1]).

    Vea Borges de Sousa, Studie zum Menschverstndnis in Jr 2-6: Ein Beitrag zur Anthropologie des Jeremiabuches,Verlag am Lottbeck, Hamburg 1993, p.144s.

    Volz, Der Prophet Jeremia, Leipzig 1928, 2a edicin, p.25.

    Compare Wildberger, Jesaja. Kapitel 1-12, Neukirchen-Vluyn 1980, 2a edicin, p.172s (Biblischer Kommentar AltesTestament v.10/1).

    Gesenius-Kautsch 116/1, p.370.

    Compare Gesenius-Kautsch 107d + 116/2, p.371.

    Compare Rudolph, Jeremia, Tbingen ,1947, p.70 (Handbuch zum Alten Testament, v.12).

    Por exemplo Rudolph, Jeremia, p.73; Lamparter, Prophet wider Willen: Der Prophet Jeremia, Stuttgart 1982, 3a edicin,p.127-128 (Die Botschaft des Alten Testaments, v.20), y otros.

    Pohlmann dice: Ellos se encuentran en posicin de influencia, Yahv los plant, ellos tienen xito, estn seguramenteplantados, producen frutos (Die Ferne Gottes Studien zum Jeremiabuch: Beitrge zu den Konfessionen imJeremiabuch und ein Versuch zur Frage nach den Anfngen der Jeremiatradition, Berlin/ New York 1989, p.68 (Beiheftzur Zeitschrift fr die alttestamentliche Wissenschaft, v.179).

    Jr 18,7 trae en relacin a estas mismas grandezas los conceptos antnimos arrancar, demoler y destruir.

    Compare Gesenius-Kautsch 113/1, p.353. El uso de los infinitivos en este contexto se explica por la subordinacin alverbo hablar (dbr).

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    Compare Hulst, in: Theologisches Handwrterbuch zum Alten Testament, v.2, col. 316s; Weippert, Prosareden, p.49,n.102.

    Thiel, Die deuteronomistische Redaktion von Jeremia 1-25: Mit einer Gesamtbeurteilung der deuteronomistischenRedaktion des Buches Jeremia, Neukirchen-Vluyn 1973, p.216 (Wissenschaftliche Monographien zum Alten und NeuenTestament, v.41).

    Al respecto vea Seitz, Theology in Conflict: Reactions to the Exile in the Book of Jeremiah, Berlin/New York 1989, p.42-

    71 (Beiheft zur Zeitschrift fr die alttestamentliche Wissenschaft, v.179). Seitz muestra que en Jerusaln haban variosgrupos sociales y los habitantes de Jerusaln formaban apenas un grupo entre otros. Esta expresin no designatodos los habitantes de Jerusaln.

    Pohlmann, Studien zum Jeremiabuch: Ein Beitrag zur Frage nach der Entstehung des Jeremiabuches, Gttingen 1979,p.19-31 y 123-145 (FRLANT, v.118). Compare an KILPP, Niederreissen und Aufbauen, p.23ss.

    El uso del infinitivo con el verbo conjugado de la misma raz esclarece el sentido o refuerza el significado del verboconjugado, en este caso el verbo es permanecer, quedarse, vivir, etc.

    Compare Pohlmann, Studien zum Jeremiabuch, p.144s; Holladay, Jeremiah 1: A Commentary on the Book of theProphet Jeremiah Chapters 1-25, Philadelphia 1986, p.658 (Hermeneia A Critical and Historical Commentary on theBible).

    Por ejemplo Duhm, Das Buch Jeremia, Tbingen/ Leipzig 1901, p.270; Lamparter, Prophet wider Willen: Der ProphetJeremia, Stuttgart 1982,3a edicin, p.312; tambin p.327 (Die Botschaft des Alten Testaments 20). La dificultad de estainterpretacin puede ser sentida en las entre lneas del comentario de Weiser a Jr 24,6 cuando dice: l los traer deregreso a su tierra y all los plantar y los construir como pueblo de Dios (Der Prophet Jeremia: Kap 1-25,13,Gtttingen 1952, p.221[Das Alte Testament Deutsch, v.20]). El comentario de Weiser deja claro que el retorno a latierra y el plantar son dos acciones distintas.

    Bach, Bauen und Pflanzen, p.27. En cuanto a la comprensin de Bach del desarrollo de la frmula construir y plantarvea, en la misma obra p.23ss.

    Bach, Bauen und Pflanzen, p.28.

    Las palabras construir y plantar no son simples expresiones figuradas para interpretar de manera generalizada laaccin de producir el bienestar de la comunidad, sino una tentativa de conceptualizacin de la comprensin de Israelde la accin salvadora de Yahv en la historia pasada de su pueblo, conocida en el credo. De esta manera laspalabras destruir y arrancar no indican la introduccin de una situacin cualquiera de sufrimiento, sino del fin de lahistoria de salvacin. Bach, Bauen und Pflanzen, p.28. Para Bach el uso de estos conceptos quiere expresarteolgicamente eleccin y rechazo en el contexto de la esperanza de salvacin, que se aproxima con el anuncio de un

    nuevo comienzo en Jr 31,31ss.

    Levin, Die Verheissung des neuen Bundes, p.144.

    Compare Bach, Bauen und Pflanzen, p.27.

    Holladay lee Jr 32,38-40 despus de los v.41-44 y une los v.36-37 directamente a los versculos 41ss (Jeremiah 2: ACommentary on the Book of the Prophet Jeremiah Chapters 26-52, Minneapolis 1989, p.206ss (Hermeneia A Criticaland Historical Commentary on the Bible).

    A Bblia (po nosso de cada dia), Rio de Janeiro, Vozes/Santurio, 13 edio, 1992.

    Compare la traduccin de A Bblia Sagrada, edicin revisada y actualizada, Rio de Janeiro, Sociedade Bblica do Brasil,1969.

    Bblia Sagrada, Edio Pastoral, Sao Paulo, Sociedade Bblica Catlica Internacional, Edies Paulinas, 4 Impresso,1990.

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