Review: [untitled] Author(s): Laura Martins Source: Hispamrica,
Ao 18, No. 52 (Apr., 1989), pp. 122-124 Published by: Saul
Sosnowski Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20539427 .
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122tencial; la imaginaci?n ?elDelmira. Este libro es un honesto
intento por superar la cr?tica tradicional,
RESENASarte? es s?lo b?squeda. Y esa b?squeda es la obra
derestable
ciendo la primac?a del texto. Apoy?ndosey en buen el
perspectivismo an?lisis estructural global de habernos y
existencial de los principales de su
en el contextualismoBachelard, poemas evoluci?n. de Delmira, Nos
queda no
de Murray Kriegernos as? como la caer ofrece una un in no
de Gaston
Renfrew
terpretaci?n obstante, del
org?nica detenido
sensaci?n, en la seducci?n
en el umbral.
Procurando de la cr?tica
psicologismo-biografismo-historicismo una libro Delmira
revaloriza para en cierto los sus modo
previa,
Renfrew Pese los hist?rico
nos a ci
presenta ello, mientos social su
suspendida de Delmira como en parte
en un cuanto
limbo tales,
sin historia. poniendo texto
textos
necesarios que los
relectura
integrante
del
informa.
Abril
Trigo
Juan Jos? Saer, Glosa,
Buenos
Aires,
Alianza
Editorial,
1986.
Despejarencuentran provinciana pal. fiesta siones Durante de
la an?cdota de Glosa es f?cil: dos amigos, Leto y
elMatem?tico,en una 1961, el y hacen de ma?ana una larga tibia y
luminosa por de una ciudad princi en octubre el trayecto de
caminata la avenida en comentar las distintas veraces
se
circunstancialmente
t?pico ninguno
conversaci?n de los dos
se centra asisti?; revisan sobre
una ver (las
cumplea?os
a la que que
y reversiones
rondan
el hecho,
conjeturan
las m?s
m?s veros?miles) y manipulan los recuerdos (falsos) de un lugar
y circunstancias de los que nunca participaron, los recuerdos de un
d?a no inscripto en la empiriade ninguno la memoria Los de de los
dos, ambos. aparecer?n matizados, por una parte, con fugas hacia el
pero que, sin embargo, se presentan densos y corp?reos en
recuerdos
pasado y el futuro de los dos caminantes: Leto morir? en la
clandestinidadrralado por los militares pol?tico intervenci?n su
propio argentinos, de un pa?s del despu?s n?rdico; que del por
golpe; la otra, el Matem?tico esos recuerdos se exhibir de tir? en
refugiado tar?n con la hasta en
aco
se conver se recor de
narrador no
sistem?ticamente dejar de
encargar? su perentoria sus excursos
relativizar presencia reflexivos. Pero "real", m?s
lenguaje, de
sin antes
la morosidad
sus descripciones
y en
la inclusi?n
los
recuerdos que
de aquella
una
situaci?n fragmentaria
no
vivida
tienen que de
una
impronta
m?s de
espesa de
y condensada (y sus sensaciones)
el Matem?tico su viaje a Europa.
ja evidenciar
los recuerdos
verdaderos
RESENASNo es un mero juego de casualidad este contrapunto
recurrente de lo reaMo
123ima
ginario ya exhibido en textos anteriores de Saer: Cicatrices
(1969), El limonero real (1974), La mayor (1976) yNadie nada nunca
(1980), entre otros. Qu? contary c?mo hacerlo parecieran ser las
preguntas que organizan todos esos relatos y
que constituyen el punto de inflexi?n por donde Saer se propone
acometer pregunta sobre el sentido (la preguna por lo real).Como de
edificar pocos un en la literatura ?nico que argentina, Saer
configura revierte cada uno de una voluntad un?voca discurso que
permanentemente y se afina m?s con que sobre los s?mismo, textos,
facetado
la
una
est?tica como
personal una onda
se ahonda
los que, (cen
expansiva,
no hacen
enriquecer
su centro
tro, n?cleo o "zona" que contiene la serie tem?tica abordada por
Saer: el tiempoy la memoria, la apariencia, el ser y el parecer,
etc.). Y es en el sentido de cons
truir una est?tica personal donde aflora el primer significado
de glosa, esto es:"lengua", ya que el intento de Saer es crear una
lengua propia, una entonaci?n
que lo ubique en su singularidad dentro del sistema literario
argentino.Como en casi toda su producci?n, en Glosa asistimos a esa
mirada obsesa
de la realidad como correlato sobre los mismos objetos: el
"cuestionamiento referencial del discurso" y la subsiguiente
preocupaci?n por los modos derepresentar: se configura lado, del
seg?n texto" la manera a partir de en que lo real (esa "sucesi?n No
rugosa en vano un un del acaecer", el t?tulo. "que sin Saer p. Si
por 165) un las texturas la glosa "una toda escenarios,
discursivas. es una variaci?n apostilla, sobre
el diccionario, y, Glosa en m?sica exaspera
comentario tema pero de
va fuera al la por
sujetarse mediante
mismo", reaparici?n
la producci?n personajes
anterior y procedimientos
de motivos,
del discurso;
el otro, es la tentativa ir?nica (por lo irrisoria) y fugaz (por
lo imposible) de"glosar" peregrina subraya lo real. Si es posible
aseverar que el texto es como un cuerpo que (como el del que esa
que sustancia rescata viscosa el otro y esquiva sentido que se
denomina "lengua "realidad". oscura la materia Tentativa que de de
glosa: y provincial", inabordable
contundentemente
la incapacidad
de penetrar
escribe, el del que lee, el del que oye) "es un paradigma del
mundo"es tambi?n un corpus un que juego contiene que no ese mundo,
se detiene: se puede el relato establecer no juego reversible, de
Saer
y que la obraentonces un ex
es una mera
plicaci?n de otros textos sino que pareciera postular que es la
realidad la que glosa parcial y fragmentariamente a la literatura
(el cuerpo) que con su capacidad aglutinadora presenta, a la vez,
todas las historias que acaecen.
Cr?tica de lo real, cr?tica de la representaci?nenuncia al mundo
como pero un acto reflexivo sobre la escritura la tentativa de es,
al mismo tiempo,
realista tradicional, Glosay su modo llenar un de vac?o conferir
de cuyo realidad funda
se
mento dan cuenta Leto y el Matem?tico"no pertenecer del todo a
este mundo,
a trav?s de su sensaci?n compartida deni, desde luego, a ning?n
otro, de no
124poder m?s cio reducir esfuerzos sutil nunca que enteramente
se hagan por razones siempre oscuras, lo externo habr? a lo
interior entre el propio ser se cree que con o vicerversa,
RESE?ASde que por
ser y las cosas culpable (...),
un divor de que irrisoria el
del que, ser es
el propio la asimetr?a
propio
la mancha,
el error,
su sola
presencia
enturbia la exterioridad radiante del universo"emerge ?nica de
ese sentimiento "(...) no hay s?lo otra queda salida, certeza: hay
que
(p. 100). Ante el horror vacui queel nombrar nombrar" (p. se
convierte 118). en la
la escritura,
Laura Martins
Jorge Schwartz, rregidor,
comp. 1987.
y ed., Homenaje
a Girondo,
Buenos
Aires,
Co
La
vanguardia
po?tica
representada
por Oliverio
Girondo
ha producido
con
fusi?n en algunos cr?ticos que han paralizado su genio po?tico
entre la palabra vertiginosa de juegos jitanjaf?ricos (y por lo
tanto no del todo po?ticos) y un humorismo mal entendido. Aunque su
obra ha sido objeto de la investigaci?nliteraria ?en menor medida
que la obra de otros poetas de su generaci?n? la
bibliograf?a preparada por N?lida Salvador (publicada en Revista
Iberoamericana n?ms. 102-103, enero-junio, 1978, pp. 187-219)
incluye unos 228 t?tulos. La presente edici?n que ha preparado uno
de los estudiosos de la poes?a deGirondo, el cr?tico argentino
Jorge Schwartz viene a complementar con varios
t?tulos la compilaci?nnosotros je e agregamos Las un
ideolog?a.
bibliogr?ficat?tulo que argentinas
mencionadano de incluye
de N?lidael
Salvador. Aexcelente estudio
?stasde
todav?a
la lista de Schwartz,
Lengua
escuelas
vanguardia,
Francine Masiello Adem?sargentino
publicado por Librer?a Hachette, Buenos Aires, en 1986. de la
contribuci?n bibliogr?fica, este volumen-homenaje al poetacomo lo
expresa su editor, continuar la b?squeda de "la
se propone,
iconograf?a sobre Girondo".su visita a "las ruinas con demoledor
panorama
En la introducci?n Jorge Schwartz hace relaci?n ade en un
Oliverio: primer ruinas, momento, s?, que nos no otro fue el su
que, confrontamos:
porte?as
casa de Suipachararos...rematados, rematar esta
1444...vendida,vendidos, la edici?n
la biblioteca y la correspondencia,regalados, las Obras
perdidos..." Completas (p. a cargo de
los objetos14). Y para de Enrique
donados,
situaci?n,
Molina,y sin
publicada por la Editorial Losada de Buenos Aires en 1968 est?
agotadaa una reedici?n. Para remediar la situaci?n, queremos notar
que el
vistas
mismo Enrique Molina ha publicado una Antolog?a en Edici?n
Argonauta, Buenos Aires, en 1986, que todav?a no figura en la
bibliograf?a de JorgeSchwartz, y que podr?a llenar en cierta manera
este vac?o.
