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Es un libro muy bueno que me he leído gracias a una pagina de facebook de trabajo social, la verdad lo recomiendo, es super bueno.
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Secretos Revelados delTrabajo Social
Historias de Éxito paraModelar
*Tere Andrade* / *Almudena Díaz*
*Elena Díaz* / *Cristina Salazar*
ÍNDICE
LA TRASCENDENCIA DE LOS TRABAJADORES
SOCIALES -Tere Andrade (México)…5
¿Y SI NOS ARRIESGAMOS? - Almudena Díaz
(España)…16
¡HACERLO CRECER Y RETOÑAR! - Elena Díaz
(México)…27
UNA FUENTE SIN VIDA, NO PUEDE DAR VIDA -
Cristina Salazar (Ecuador)…36
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PRÓLOGO
¡FELICIDADES! Ahora tienes en tu poder, todo un ARSENAL de sabiduría y
experiencias que un grupo de colegas han puesto en tus manos para que
exprimas hasta la última palabra y el último exquisito suspiro de ser un profesional
del Trabajo Social.
En cada historia que aquí encontrarás, tendrás a tu disposición los Secretos
Revelados del Trabajo Social, esos secretos que a veces perdidos por la teoría
olvidamos descubrir para hacer de nuestra acción profesional, una valiosa historia
de éxito que transforme nuestras vidas y las de nuestros usuarios, que
fervientemente confían en la luz que podemos otorgarles a su obscuridad.
Siempre tuve el sueño de tener acceso a las llaves que permiten a otros colegas
como tú y como yo, abrir la puerta de la transformación social. ¿Para qué inventar
la rueda, si la rueda ya se inventó? Es mejor, usar la rueda y perfeccionar con
nuestro toque único, con nuestra mirada, el vehículo que nos transporta al destino
de la deliciosa CALIDAD DE VIDA PERSONAL, PROFESIONAL Y SOCIAL.
De esta manera, colegas como Tere Andrade, Almudena Díaz, Elena Díaz y
Cristina Salazar, hoy nos otorgan la “rueda”, nos permiten modelar sus vivencias
como Trabajadoras Sociales de Éxito, para que tomemos TODO lo que nos pueda
EMPODERAR como gremio. Ahora de mí y de ti depende qué hacer con la
“rueda”, cómo utilizarla, hacia qué destino llegar, ¿hasta dónde quieres llegar?
¿hacia dónde yo quiero llegar?
De ahora en adelante, nunca más tendrás que emprender tus sueños en esta
hermosa profesión en compañía de la soledad. Tienes la VALENTÍA de Hierro de
Tere Andrade para enfrentar cualquier oposición que te diga “que no eres la
persona adecuada o correcta”.
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Tienes el Elixir de la CREATIVIDAD de Almudena Díaz para encontrar
oportunidades ocultas donde los otros dicen “que todo está perdido”. Tienes la FE
Indestructible de Elena Díaz para crear tu propia realidad y destruyas a los
fantasmas internos que te dicen “no puedes, fallarás”.
Tienes el AMOR Prometeo de Cristina Salazar para que aquellas personas que
sus experiencias las han convertido en huesos secos porque “nadie cree en ellas”,
les otorgues el fuego de la vida feliz que merecen. Ahora tienes todo para CREER
EN TI, sólo te corresponde PONERTE EN ACCIÓN.
Este libro titulado “Secretos Revelados del Trabajo Social; Historias de éxito
para modelar”- VOLUMEN I, es ejemplo del gran futuro del Trabajo Social y que
hoy, gracias a la fe, la perseverancia y el amor que comparten estas grandes
profesionales, te invitan a sumarte, a sumarme y que construyamos una poderosa
comunidad de transformación.
Antes que continúes la emocionante lectura de este libro, graba muy bien en tu
corazón ésta fecha en la que renovarás tu firme compromiso personal y
profesional dentro del fascinante mundo del Trabajo Social.
¡Aprovéchalo al máximo!
Tu amigo y mentor,
Jorge Salas
Lic. T.S y Presidente de la Asociación Internacional
de Trabajadores Sociales Emprendedores (AITSE)
www.TrabajoSocialPorInternet.com
www.facebook.com/TrabajoSocialPorInternet
www.facebook.com/TrabajadoresSocialesEmprendedores
4
LA TRASCENDENCIA DE LOS
TRABAJADORES SOCIALES
Tere Andrade
(México)
5
E-mail: [email protected]
Teresa Andrade Ramos es egresada de la Escuela Americana de Trabajo
Social, sustentó la tesis “Farmacodependencia asociada a la delincuencia”,
obteniendo Mención Honorífica.
Con estudios de postgrado en Psicología Jurídica y Criminología, ha cursado más
de 17 especialidades y diplomados; destacando los siguientes: Nuevo Sistema
de Justicia Acusatorio Adversarial, Administración penitenciaria, Ciencias
Penales, Política Criminal, Prevención de adicciones, Sexología educativa,
Desarrollo familiar, Mediación familiar, Atención al enfermo mental, Círculos
de calidad en la organización, Tanatología y es Master en Programación
Neurolingüística; realizados en el Instituto Universitario de Puebla, Benemérita
Universidad de Puebla, Escuela Libre de Psicología, Tribunal Superior de Justicia,
Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial, Instituto Nacional de Ciencias
Penales, Instituto de Administración Pública; Academias de la Secretaria de
Seguridad Pública Federal de los Estados de Puebla, Veracruz y Morelos; por citar
algunos.
Ha recibido más de 15 reconocimientos a nivel Estatal, Nacional e Internacional;
por citar algunos: La academia Nacional de Investigaciones Criminológicas, de la
Secretaría de Seguridad Pública le otorgó el Premio del 3er. Lugar, en el Primer
Concurso Nacional sobre Investigaciones Criminológicas: “El Artículo 186
Corporaivo de Trabajo Social
para el desarrollo Humano y empresarial
CP 5103890
Constitucional y su aplicación en el ámbito penitenciario”, con el Tema:
Implementación de Comités de Salud Mental en los Centros de Reinserción
Social. Propuesta que se ha destacado en el Estado de Puebla como una Política
Pública en el ámbito criminológico para la creación oficial y de carácter
gubernamental la “Unidad de Rehabilitación Psicosocial Estatal”, en Tepexi de
Rodríguez, Puebla; misma que concentra actualmente a los internos inimputables
de los reclusorios municipales y estatales.
Ha coordinado equipos de trabajo de Alto rendimiento como son: los Círculos de
Calidad de la Secretaría de Seguridad Pública, Comités de Salud Mental y
VIH/SIDA, Red de Prevención Social Penitenciaria, Programas de Reinserción
Social; fue Coordinadora del Comité de Salud Mental por 7 años, Jefa de Trabajo
Social en los Centros de Reinserción Social de Puebla y Tepexi de Rodríguez,
Puebla, por 15 años consecutivos.
Actualmente es Docente de la Maestría de Criminología y Victimología en el
Colegio Minimalista de Ciencias Penales, Puebla; tiene funciones de Subdirectora
Técnica del Centro de Reinserción Social Tepexi de Rodríguez, del Estado de
Puebla; Certificada en el Nuevo Sistema de Justicia Acusatorio Adversarial por
SETEC Y CIAMPAJ.
Investigadora Social en Sistemas penitenciarios y criminológicos, Directora del
Corporativo de Trabajo Social para el Desarrollo Humano y Empresarial, Perito
Social, Conferencista e instructora ecléctica. Organizadora y coordinadora de
Curso, talleres y Congresos a nivel Local y Nacional.
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LA TRASCENDENCIA DE LOS TRABAJADORES SOCIALES
TERE ANDRADE*
* CERESO de Tepexi de Rodríguez, Puebla.
Trabajadora Social, Psicóloga Jurídica, Criminóloga e
Investigadora en Sistemas Penitenciarios y Criminológicos.
Hola Colegas:
Primero quiero saludarles y felicitar de forma extensiva a los precursores de
este libro; Jorge Salas y Elena Díaz, por su iniciativa, motivación y contagio de
seguir transformándonos como personas y profesionistas; y a Ustedes mis
queridos lectores gracias por formar parte de este proyecto.
Quiero comentarles que me inicié en esta profesión de Trabajo Social con el deseo
de servir a los demás, emocionada de que se puede hacer algo por las personas
en condiciones vulnerables, con extrema pobreza, situación de calle; el destino me
llevó a realizar servicio social, prácticas y trabajo de campo en los lugares de
confinamiento humano, en donde existe la penumbra y el lado obscuro del ser
humano, incluso ellos le denominan, en donde el “alma está negra”.
Qué difícil es estar en el sistema penitenciario en las fechas más importantes por
tradición para todos los mexicanos como son las de Epifanía, a pesar de tener
varios años trabajando en este lugar, creo que en esta ocasión que inicié el relato
para este proyecto, especialmente un 24 de Diciembre de un año cualquiera,
quedara muy marcado para mí, por diferentes circunstancias……..
Ocupando un puesto de Subdirectora Técnica en mi Institución, en la que la salida
del personal es más temprano, yo tenía que atender algunos pendientes de los
internos ubicado en un área especial que solicitaban audiencia personal, por lo
que decidí hacerlo antes de retirarme; encontrándome con los siguientes casos:
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Explicarle a Luis (trastorno de déficit de la atención e hiperactividad, además de
cursar un síndrome de abstinencia tardío) que no fue autorizado su cambio de
dormitorio y muchos menos que su madre lo pueda ver en un área de visita
familiar, por estar en observación ante su constante conducta disruptiva y no
respetar las normas de seguridad.
Con su mirada me hacia el reclamo, cuestionando la deshumanización de los que
trabajamos para él, finalmente fue comprometerlo para que se integre al 100% al
tratamiento interdisciplinario; reconociendo en él que tiene muchas habilidades y
talento para desarrollar su potencial humano.
Un mes más tarde se valoró su caso en el Consejo Técnico Interdisciplinario y fue
aprobado su movimiento, eso en el fondo me compromete más, con mi equipo de
trabajo es la meta de seguir adelante para que mejore en sus procesos de
reinserción y rehabilitación mental.
Ángel (trastorno mental y del comportamiento secundario al abuso de sustancias
toxicas), demandante e irrespetuoso con sus compañeros, fingiendo que no sabe
por qué fue canalizado al área de tratamiento, exigiendo que lo atendiera, ante su
actitud le comente que regresaría otro día, me pidió zapatos, artículos de higiene
personal, mismos que se le gestionaron como parte de las acciones del personal
de Trabajo Social.
Su familia abiertamente ha comentado que está cansada de él, porque no lo
comprenden; para ellos es un respiro que este en prisión, cuando tuve la
oportunidad de realizar la visita domiciliaria les oriente sobre la importancia de
frecuentarlo en reclusión; sin embargo ellos confirmaron que no tienen ninguna
intención de hacerlo, se molestan que uno los busque y se pida su colaboración
en el tratamiento. Desafortunadamente intramuros el interno grita, golpea, se
autoagrede con tal de llamar la atención, a sus compañeros los aburre, los harta;
y bueno finalmente tengo que sobrellevar a nuestro maestro de paciencia. A este
interno le da gusto verme y manifiesta que conmigo si va a platicar bien y
agradece todo los apoyos que se le promueven a través de Trabajo Social.
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Dylan, al atenderlo lloraba y gritaba de impotencia, preguntando porque lo
regresaron al área especial, si él está bien, no cometió ninguna infracción al
reglamento, se portó muy bien estos días pensando en la navidad, especialmente
en la cena, porque tenía ganas de comer algo diferente, sin embargo al manifestar
su comportamiento verbal dijo que no iba a recibir el desayuno, porque no tenía
hambre; lo reportaron en manifestación de “huelga de hambre”.
Se le explica que no es posible por el momento; sin embargo se gestionará con el
responsable de la Institución, situación que no procedió por ser una instrucción
superior (aquellas que van acompañadas con la ignorancia y soberbia). Dylan
tenía mucho frio en ese lugar, por lo que un compañero le facilita un cobertor para
sobrellevar el clima.
Salí de mi oficina con muchos sentimientos encontrados, ya muy tarde, sin
encontrar transporte para regresar a casa, misma que está a cuatro horas de
distancia, me encontré a un compañero y no nos resignamos en quedarnos,
pagamos un taxi para acercarnos a la ciudad y así estar con nuestra familia en
Navidad, mi corazón esta vez se quedaba con ellos “mi universo de trabajo”,
consciente de que muchas de estas decisiones están basadas a las circunstancias
y comportamiento de ellos como “internos” quiénes infringieron las normas
sociales y difícilmente se corrigen para rehabilitarse o reintegrarse a la sociedad.
Ante este preámbulo quiero comentarle que efectivamente en prisiones se observa
una y mil personalidades, algunas con trastorno, otras con patología mental; unos
inocentes o culpables; hay quienes cometieron el delito jugando a ser
delincuentes, otros totalmente profesionales; en algunos casos la versión del delito
es inverosímil, en otros casos es trágica, aterradora, increíble, pensando cómo el
individuo es capaz de llegar a cometer una conducta antisocial con tanta saña.
Nuestros diagnósticos sociales reflejan una clara descomposición familiar durante
el desarrollo biopsicosocial de los individuos, algunos fueron abandonados en
alguna etapa de su vida, por uno o sus dos padres, crecieron en grupos
desorganizados, disfuncionales, sus valores fueron desvirtuados, tuvieron
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experiencias traumáticas de carácter físico, psicológico, sexual y/o emocional.
Intentaron formar su núcleo familiar secundario repitiendo patrones de conducta,
siendo abandonados por sus concubinas e hijos a lo largo de los años. Se no
hace un nudo en la garganta cuando la víctima se encuentra en el seno familiar y
es obligación del trabajador social descartar el rose victimológico, integrarlo a los
tratamientos de apoyo y auxiliar para elevar su nivel de vida y desarrollar un
proceso de reinserción social, como parte del cumplimiento de los preceptos del
Articulo 18 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Motivada por conocer las causas, factores y consecuencias que producen la
conducta criminal, sobre todo acompañada de adicciones, alcohol, trastornos de
personalidad y/o mentales, empecé a diseñar programas de trabajo orientados a la
rehabilitación de estas personas, con la inclusión de su familia y personal técnico
penitenciario; la vida y mi interés me permitió coordinar a diferentes grupos
vulnerables en reclusión.
Internos que viven VIH/SIDA, creamos el programa de CERESIDA, para brindar
atención y seguimiento a los internos y su familia, situación que me motivo a
especializarme en Tanatología e intervenir oportunamente en la etapa terminal,
algunas desgarradoras, ahí también se fue un gran amigo y Trabajador Social
Plácido (en paz descanse), fue miembro de la Asociación Civil “Aprendiendo a
Vivir”, en realidad fueron ellos los que me enseñaron herramientas para “aprender
a vivir” bien mi propia vida y circunstancias.
Cuando los visité en una Navidad me llevaron a su sala de oraciones y mi nombre
estaba escrito en una etiqueta y pegado en la pared “Manuel” el Presidente de la
A.C. me dijo ¡Tere ahí estás tú, en nuestra oraciones!. Eso es lo mejor que nos
puede suceder a los Trabajadores Sociales, que los demás manifiesten su
agradecimiento y nos llenen de bendiciones, sin duda esto lo recompensa todo.
Empecé a promover la atención individualizada del interno Senecto, a través de
pláticas de geriatría y gerontología, pensando en la calidad de vida de ellos en
reclusión, observando que la soledad y abandono los envejecía más rápido, por lo
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que tradición hasta la fecha tenemos el Programa de Adopta un abuelo, en el que
el personal de la Institución participa sin prejuicios y en esa fecha tan especial le
brinda su tiempo, regalos y está al pendiente de él, actualmente reciben un trato y
tratamiento específico y de forma Interdisciplinaria.
Con los internos sentenciados próximos a liberar, se diseñó un programa para
trabajar su proceso de reinserción, integrando a sus familiares en pláticas, talleres
que permitan al trabajador social corroborar si efectivamente cuentan con los
medios para reintegrarse a la sociedad. Observando la felicidad de algunos para
reencontrarse y de otros un rechazo total, tuvimos padres de familia que nos
decían, yo no quiero que salga mi hijo porque nos ha hecho daño, esta situación
nos motivó para crear otro programa denominado “Perdón y reconciliación”, que a
la fecha me gusta mucho, sobre todo impartirlo personalmente.
Los obstáculos que me he encontrado en mi trayectoria profesional, han sido con
el propio personal de Trabajo Social; en su momento con mis compañeras de
área, desde siempre he denotado las habilidades de liderazgo y competitividad,
basado en el conocimiento y dedicación para desarrollar mi trabajo y eso en su
tiempo me ha privilegiado para que mis jefes inmediatos y directores vean en mí
una profesionista potencial; algunas compañeras en su momento no les gustaba
que fuera de las nuevas y ascendiera en salario o cargo; esto también me ha
pasado con el género masculino, cuando me nombraron Coordinadora del Comité
de Salud Mental, para atender a través de un equipo interdisciplinario a los
internos con padecimiento-mental, al salir de la reunión de trabajo el Jefe del área
médica me comentó que no estaba de acuerdo que una Trabajadora Social
estuviera al frente de ese comité, que era más apropiado para un médico,
psicólogo o psiquiatra por el manejo de psicofármacos; le respondí que yo si
estaba de acuerdo en coordinarlos y que mi obligación era supervisar que él y los
demás cumplieran con su trabajo en el trato y tratamiento al enfermo mental y no
prescribir fármacos. También en mi camino me he encontrado a jefes o directores
de conducta machista o misógina, sin embargo he aprendido a sobrellevarlos, sin
engancharme con alguno.
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Los recursos humanos, materiales y económicos en las instituciones públicas son
muy limitados y eso me ha servido para ser más creativa, buscando soluciones de
forma efectiva a través de la toma de decisiones en forma asertiva.
Mi código secreto es hablar siempre bien de mi trabajo, de lo que hago y con
quienes lo desarrollo, así estemos carentes de todo; a través del tiempo he
puntualizado la importancia de la prevención del delito para disuadir la conducta
antisocial y que las cárceles sigan sobrepobladas.
Conociendo las necesidades de mi institución e internos, decidí participar en el
Primer Concurso que la academia Nacional de Investigaciones Criminológicas, de
la Secretaría de Seguridad Pública Federal convoco, con el tema Implementación
de Comités de Salud Mental en los Centros de Reinserción Social, dentro del eje
“El Artículo 18 Constitucional y su aplicación en el ámbito penitenciario”, en este
concurso obtuve el Premio del 3er. Lugar, en económico y documental.
Propuesta que se ha destacado en el Estado de Puebla como una política pública
para la creación oficial y de carácter gubernamental la «Unidad de Rehabilitación
Psicosocial Estatal» y ahora mis pacientes y equipo interdisciplinario cuentan con
un lugar digno para su atención y seguimiento, además de ser única en su género
en los sistemas penitenciarios. Cuando circulo por sus pasillos, dormitorios, áreas
de convivencia y trato a los internos-pacientes, tengo la grata sensación de
respirar y suspirar para auto-reconocer que soy afortunada en dirigir esa orquesta
que se consolido con la idea de una trabajadora social, de la cual me siento muy
orgullosa.
Este proyecto en su momento fue plagiado por compañeros de trabajo y un
director, quienes lo presentaron como suyo ante el Secretario de Seguridad
Pública Estatal, quién les compro la idea y a mí me quisieron desaparecer,
mandándome comisionada por un año a una Institución superior; pero como bien
sabemos todo cae por su propio peso, lo que nunca imaginaron es que yo
regresaría al origen y como Encargada de esa Unidad de Rehabilitación
Psicosocial, ahora que se los cuento, ya no me afecta emocionalmente, pero si
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debo aceptar que pase momentos de frustración por lo que hicieron, pero escuché
un sabio consejo de mi amiga Verónica “era lo que querías que pasara con el
proyecto, que trascendiera para beneficiar a los enfermos mentales”, paso y no
importa ahora el cómo sucedió, fue difícil aceptarlo, en la actualidad esta Unidad
lleva mi nombre escrito en sus entrañas, quienes tienen conocimiento de él saben
que tuvo mucho que ver Tere Andrade, que es de Tere y tiene mi esencia.
En este proceso como todo ser humano y profesionista me he sentido dichosa por
tener un trabajo que me gusta, he sido afortunada en crear, modificar,
implementar, organizar, dirigir, etc. en ocasiones una psicóloga concluye, “siempre
se hace lo que tú dices”, efectivamente ha sido así, sin imposiciones y si con
conocimiento de causa, preparándome en mi especialidad y en aquellas que
coadyuven a la misma, fundado y motivado legalmente, respetando jerarquías,
espacios, sobre todo los derechos humanos de los seres vulnerables, que
necesitan mucho del Trabajador Social, en ocasiones basta una sonrisa o una
escucha activa para cambiarles la actitud en el día.
En mi condición de Trabajadora Social y coordinadora de equipos de alto impacto
yo no veo las situaciones “como problemas” si no como retos, y ese es mi mensaje
de vida, “todo lo que hacemos es un reto para salir adelante, para orientar,
reeducar, planear, etc. no hay límites y si existen se puedan disuadir con
inteligencia, preparación y paciencia”.
En toda esta experiencia profesional he aprendido que antes de ser trabajadora
social, jefa o directiva, soy humana, que mis asuntos personales no los debo
incluir con los de la gente que trabajo, además de no anclarme con los suyos,
mismos que en ocasiones son tan dramáticos, increíblemente insuperables a
cualquier realidad, por trabajar con algunos delincuentes peligrosos, otros no; a mi
familia y seres queridos no los involucro para no vayan a cobrar con ellos la
factura que deja trabajar en estos lugares.
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He aprendido a ser tolerante, manejar los efectos de la frustración cuando las
cosas no son como uno quisiera, a ser más creativa, estudiosa y compartida en el
conocimiento y experticia.
Considero que como profesionista no cuento con una fórmula para tener éxito,
porque todo lo escribo, lo comparto, lo difundo; o tal vez sería el no ser egoísta
con mis colegas, con la gente que trabajo, me gusta dirigirlos para que ellos
también aprendan, prepararlos para que se queden con mi cargo cuando ya no
esté, deseando que siempre progresen con lo que realicen. Cada vez que tengo
oportunidad potencializo las habilidades del personal, internos e incluso directivos,
a los que he tenido como alumnos en mis cursos, talleres y docencia, sé que
alguno cuando ocupe un cargo importante, se acordará de mí como su compañera
o maestra.
A los colegas de Trabajo Social solamente les recomendaría que intervengan
profesionalmente con vocación, que estén en donde les gusta no por lo que les
pagan, si no por lo que puedes proyectar profesionalmente; y si se tiene la
oportunidad de percibir un excelente salario que lo aprovechen, también
merecemos ganar muy bien y estar en mejores posiciones laborales, todo
depende de la actitud que tenemos para con los demás. También es importante
continuar preparándonos académicamente y emocionalmente, cada día contamos
con colegas muy competitivos, emprendedores y solidarios.
Muchas gracias por considerarme para compartir unas líneas con Ustedes,
deseando que todo lo que emprendan sea con entusiasmo y los lleve al éxito.
"Que la Luz de nuestra conciencia ilumine nuestro camino,
pero sobre todo nuestras decisiones”
Tere Andrade
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¿Y SI NOS ARRIESGAMOS?
Almudena Díaz
(España)
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Almudena Díaz Requena es Trabajadora Social y Educadora Social. Nació
en 1988 en el Puerto de Santa María, Cádiz (España) y vive actualmente en
Sevilla.
Durante los últimos 10 años ha estado trabajando en distintas organizaciones sin
ánimo de lucro y entidades públicas en España, Inglaterra y México como
Proyecto Aldeas, Amnistía Internacional, DIF, AIESEC, Tools for SelfReliance,
Asociación Ocnos y SaveTheChildren. Fundó y dirige la Asociación para el
Desarrollo de la Responsabilidad Empresarial y Social (ADRES).
Estudia el segundo año del Máster de Sostenibilidad y Responsabilidad Social
Corporativa especializándose en la dimensión social e imparte cursos a diversas
entidades sobre gestión de la RSE y Tercer Sector, Emprendimiento Social y
Trabajo Social en la RSE. Colaboradora de la Consultoría de Calidad y RSE
Soandex , es autora del blog trabajosocialcorporativo.com, en donde escribe
artículos sobre Trabajo Social y Desarrollo Sostenible.
Para contactar con ella pueden encontrarla en Linkedin, en Facebook, localizarla
en Twitter como @AlmuDiazReq o escribirle a [email protected].
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¿Y SI NOS ARRIESGAMOS?
ALMUDENA DIAZ
¡Hola trabajadores y trabajadoras sociales del mundo! Soy tan optimista que
pienso que tarde o temprano terminaremos por traducir el libro a otros idiomas
porque estoy realmente convencida de la necesidad de hacer algo así: de escribir
nuestras experiencias como trabajadores sociales cara a cara, sin tecnicismos,
con corazón, sin bibliografías que nos distraigan de lo verdadero; la dificultad que
tenemos en el día a día para ejercer nuestra profesión con pasión y esperanza.
Cuando Jorge y Elena me pidieron que escribiera una historia profesional de la
que me sintiese orgullosa y que pudiese inspirar a otros trabajadores sociales no
lo dudé: ¡tengo que buscar un hueco entre tanto trabajo y participar! Así que aquí
estoy: os escribo desde la bonita ciudad de Sevilla, España. Es sábado por la
mañana y tengo todo el tiempo del mundo. Ahora si comencemos:
Desde los 16 años llevo metida en el mundo social. Empecé un verano en un
campamento con niños en riesgo de exclusión social y la experiencia me gustó y
me marcó tanto que decidir estudiar las dos carreras sociales: trabajo social y
educación social (aquí en España es muy común estudiar dos carreras a la vez
que compartan algunas asignaturas).
No voy a describir toda mi andadura profesional, para ello se adjunta mi breve
Curriculum Vitae, pero si os diré que desde los 16 hasta los 24 años mi profesión
como trabajadora social era mi identidad y razón de ser. No sólo estudiaba dos
carreras a la vez sino que trabajaba muchísimo y siempre en varios sitios al mismo
tiempo. En vacaciones continuaba haciendo proyectos nuevos y nunca faltaba en
mi mesilla de noche un libro de trabajo social o de psicología ¡me encantaba!
Y ahora, os sitúo en el momento en que me encontré con el problema: tenía 24
años y era el segundo año que trabajaba para una gran ONG de Derechos de la
Infancia. Había entrado por una oferta online meses después de terminar la
universidad. Como imagináis entré ilusionadísima. Todo lo que me implicaba la
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ONG me fascinaba: su historia como entidad, sus guías de conducta…me
encantaban mis compañeros y adoraba a mi jefe. Sólo me angustiaba no ser lo
suficientemente buena profesional ya que era la más joven del grupo de
empleados y mis compañeros siempre parecían tener más soltura que yo. Así que
me esforzaba al máximo. Quería que mis compañeros me admirasen tanto como
yo les admiraba a ellos así que en mi tiempo libre me seguía formando y creando
proyectos nuevos para la ONG aunque no me pagasen por ellos. Me gustaba
crear los proyectos y pensaba que tarde o temprano me reconocerían lo que hacía
y me ascenderían de alguna manera.
No es que quisiese que me ascendiesen por ambición pura y dura. Para nada. Es
que las horas que trabajábamos en el proyecto eran pocas y el sueldo era bajo. En
esos momentos la crisis económica estaba bien establecida en España y yo me
sentía una verdadera afortunada por ser joven y tener trabajo. Ahora mismo el
desempleo juvenil de la comunidad autónoma donde vivo ronda el 55%. Para que
os hagáis una idea de lo afortunada que me sentía por poder tener un trabajo que
me gustaba.
Y ahora llega el problema: Después del año en la ONG las cosas empezaron a
cambiar a peor. Comenzaron los recortes y el personal comenzó a rotar.
Despidieron a mi adorado jefe que era una pieza central en la ONG y mis
compañeros hartos de las pocas oportunidades profesionales que ofrecía la ONG
emigraban a otros países. Eran muy buenos profesionales y con mucho más
tiempo en la ONG que yo y aun así no conseguían nunca llegar a tener un sueldo
que les permitiese vivir dignamente.
Esta situación cambió todas mis perspectivas, además de la calidad de mi trabajo.
Con los recortes en la ONG, el proyecto donde trabajaba yo se había vuelto más
precario y en mi opinión, no teníamos los recursos suficientes como para hacer
frente a la problemática social a la que nos enfrentábamos. También se sumó a la
crisis el hecho de que dejaron de valorarse otros proyectos hechos por los
empleados por lo que mis opciones de tener un sueldo normal algún día se
quedaron a cero.19
De repente me vi con 24 años, con un sueldo que no me permitía ser
independiente económicamente de mis padres y con pocas perspectivas de
tenerlo. ¿A dónde había ido a parar tanta formación, tanto trabajo y tanta ilusión?
¿Habían servido para algo?
Sufrí un momento de crisis personal. Dejé de disfrutar de mi familia, mis amigos,
mi novio y mis aficiones. Y desde luego comencé a odiar el trabajo en la ONG.
Sentía que daba igual lo que hiciera, nunca conseguiría mejorar nada, ni los
problemas de los niños con los que trabajaba ni mi situación económica precaria.
Fueron unos meses tristes y grises donde dejé de ser la Almudena que todos
conocían.
Pero aunque la desilusión duele y nos trastorna, la ilusión acaba siempre por
volver y un día decidí dejar de quejarme por mi situación, sentarme sola y poner
mentalmente las cartas sobre la mesa. Analicé la situación racionalmente y con
este panorama me encontré:
- Alto desempleo en España (y juvenil peor aún)- El trabajo social, dentro de las profesionales sociales es de las menos
valoradas- Pocas posibilidades de entrar a trabajar como funcionaria (estaban
despidiendo muchos trabajadores sociales en los Servicios Sociales)- Pocas perspectivas profesionales dentro de la ONG ( estaban cerrando
oficinas, proyectos, rotando el personal…tarde o temprano me echarían a
mi)
Luego, pensé en mi misma, que recursos y que “lastres” tenía para afrontar todo
aquello:
- Experiencia profesional: a pesar de ser joven ya había trabajado en varios
sitios, no partía de cero.- Experiencia creando y dirigiendo mis propios proyectos: recordé que desde
que empecé de voluntaria nunca había tenido un “jefe” siempre había
tenido que sacarme las castañas del fuego y aprender por mí misma las
cosas. Eso me había enseñado a ser responsable y a luchar contra las
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adversidades utilizando mis propias armas. Equivocándome y empezando
de nuevo cuando fuese necesario. Mi gran habilidad era no perder nunca la
ilusión por emprender proyectos nuevos y luchar por ellos.- Contaba con pocos recursos económicos- Pocos recursos bibliográficos y contactos profesionales- Poca predisposición a emigrar de país: ya había trabajado fuera en dos
ocasiones y aunque ha habían sido una experiencia maravillosa, no me
apetecía nada irme de nuevo y sólo con un billete de ida. Renunciar a mis
amigos, familia y novio sin fecha de vuelta no me motivaba.
Con toda esa información decidí que lo mejor era atreverme a montar algo
por mi cuenta, así podría aprovechar mi gusto por crear proyectos nuevos,
mi experiencia profesional sin tener que esperar a que nadie me contratase
y no tendría que irme de Sevilla si no quería.
En el momento en que decidí que quería hacer mi ánimo mejoró
drásticamente. Ya no era una trabajadora social precaria, sino una
trabajadora social que luchaba por sí misma, para poder ejercer la profesión
en las condiciones que yo consideraba apropiadas.
Lo primero que hice fue apuntarme al colegio de Trabajo Social de Sevilla,
para tener acceso a toda la información que pudiese. Eso fue un gran paso
en mi carrera profesional. Aunque es un poco caro, para mí era una
inversión en mi futuro como trabajadora social, porque creía que tenía
mucho que aportar a la profesión. No sabía en qué quería emprender pero
tarde o temprano lo descubriría. Ahora estaba alerta y con las orejas bien
receptivas a nuevas ideas.
Y como dice la famosa frase de Séneca: cuando el alumno está preparado
aparece el maestro. Y de repente, todo pareció confabularse a mi favor: en
mi primer día coincidí en el colegio de Sevilla con una trabajadora social
que había trabajado en la empresa de mi padre. A mí eso me sorprendió
mucho ya que nunca había escuchado hablar del trabajo social con
empresas. Esta trabajadora social parecía tan entusiasta con su trabajo que
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me entraron ganas de investigar sobre el tema…tal vez pudiese ser lo que
estaba buscando.
Investigué en internet sobre la posibilidad de trabajar como trabajadora
social de empresa pero esa opción parecía imposible aquí en España. Sólo
tenía conocimiento de una empresa llamada Firma Quattro, que era en
donde había trabajado esta compañera que había conocido y actualmente
ya no hacían cursos sobre el tema.
Pensé que no existía forma de poder adentrarme en el mundo del trabajo
social de la empresa, así que traté de aparcar el tema y dirigir mi atención a
otra cosa, sin embargo, por todas partes: en los blogs que leía, en los
periódicos… todos hablaban sobre el desarrollo sostenible y la
Responsabilidad Social Corporativa.
Empecé a investigar y a interesarme cada vez más por el tema ¡hasta fui al
primer congreso que se hizo en España sobre Trabajo Social y
Responsabilidad Social Empresarial! Allí conocí a trabajadores sociales de
empresa que desarrollaban políticas de RSE y viendo que efectivamente,
era posible dedicarse a esto, en cuando volví a Sevilla comencé a trabajar
en mi proyecto:
Haría una asociación que fuese especialista en desarrollar la RSC a
pequeña escala. No sólo se implicarían las multinacionales sino las pymes,
las ONG pequeñas, los colegios, las administraciones. Me entusiasmaba la
idea de hacer un proyecto de RSC bajo la óptica del trabajo social: una
RSC más al ras de la tierra.
Empecé a formarme y a buscar gente que quisiera ayudarme con el
proyecto. Y mi suerte no hizo más que comenzar: en esos días una amiga
mía pedagoga me llamó para charlar y se interesó por la asociación. A
través de Linkedin contactamos con otras personas que estaban
interesadas. En especial, un empresario de Madrid que vino a Sevilla a
reunirse con nosotras para escuchar nuestro proyecto. La verdad es que
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estaba nerviosa pero me encantó la experiencia. La reunión fue un éxito ya
que su empresa (una consultoría de Calidad y RSE que trabaja a nivel
nacional) financió el proyecto y mejor aún: con sus contactos de profesional
de la RSE el proyecto al que más tarde llamamos ADRES creció en una
dimensión superior al que yo imaginé en un principio.
Fueron meses de mucho aprendizaje, trabajo e ilusión. Durante ese año
continué en mi trabajo en la ONG pero ya mucho más contenta porque
tenía un plan alternativo en donde se valoraban mis ideas y en donde tenía
esperanza de tener un sueldo digno algún día.
Dos años después puedo decir que me dedico profesionalmente a la RSC,
no veo límite a mis ingresos y ADRES evoluciona cada vez más. Aparte de
las fantásticas personas que confiaron en mi idea en un principio, también
tengo que decir que crear un blog sobre mi experiencia como trabajadora
social emprendedora y experta en RSC me ayuda cada día a continuar mi
camino. Creé trabajosocialcorporativo.com cuando empecé con mi proyecto. Más
que nada porque no había forma de encontrar un blog sobre trabajo social
en la empresa y si no existía ¿por qué no crearlo yo? El blog me sirvió de
plataforma para contactar con otros trabajadores sociales inquietos que les
interesaban el emprendimiento o el desarrollo sostenible.
Nunca me canso de decirlo: los ánimos y la amistad que he ido
desarrollando con estos trabajadores sociales son el combustible que utilizo
para superarme en mi trabajo día a día. Sin ellos no estaría donde estoy.
Ahora me encuentro en mi próximo reto: Estoy terminando mi máster en
Sostenibilidad y RSC, desarrollando el primer curso de Trabajo Social y
Desarrollo Sostenible que se va a impartir online en los colegios
profesionales de trabajo social españoles (aunque pueden apuntarse
trabajadores sociales de todo el mundo), comenzando mi andadura
profesional como técnica de RSC en una consultoría, ADRES va creciendo
y desarrollándose cada día más lo que me obliga a estar al día y finalmente
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estoy coordinando un curso universitario para la universidad en donde
estudié.
Es mucho trabajo y a veces me agoto. Pero estoy cumpliendo mi sueño:
tener mi propia trayectoria y porqué no, también es apasionante abrir e
investigar nuevos campos de trabajo en la profesión. Y aquí termino con
dos apuntes: como veis me enfrenté a un problema, decaí y luego me volví
a levantar.
Por eso recomiendo a los trabajadores sociales que cuando en su trabajo
no se sientan valorados (ya sea económicamente o porque no se
reconozca su trabajo) se tranquilicen y piensen en sus cualidades. Todos,
TODOS tenemos algo especial.
En mi trayectoria profesional me he encontrado con muchos trabajadores
sociales que eran magníficos a su manera: algunos tenían una paciencia
infinita, otros manejaban muy bien las TIC, otros eran líderes naturales.
Aprovechen sus cualidades porque están ahí. Aprovechen para demostrar
lo que valen. No digo que todos tenemos que emprender algo ¡para nada! Mi ejemplo más bien trata sobre aprovechar lo que uno tiene, ponerlo sobre
la mesa y defenderlo con uñas y dientes. A veces nos gustaría ser otra
persona. Yo por ejemplo que tengo aspecto aniñado y a veces no me echan
más de 18 años envidiaba la autoridad y el respeto que infundían algunos
compañeros míos.
Yo más bien me dedicaba a crear nuevos proyectos y a poner ilusión. Pues
eso fue lo que aproveché. Si leen mis palabras por favor, piensen en sus
cualidades. Nunca deseen ser otra persona.
Y para terminar me gustaría utilizar esta metáfora: Hace tiempo que los
trabajadores sociales españoles estamos desencantados: los funcionarios,
los de las ONG, los de las residencias…hay una sensación como de estar
aislados en una isla desierta que cada vez es más pobre, más seca.
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Antes pensaba que sólo era cosa de los trabajadores sociales españoles
pero cada vez (gracias a las redes sociales) me voy enterando de que esto
no sólo ocurre aquí. Los trabajadores sociales del mundo están cansados
de la precariedad, de no ser reconocidos como auténticos profesionales. La
isla se nos va haciendo cada vez más hostil, más solitaria.
Y aquí llega mi segundo consejo: ¿y si nos arriesgamos? ¿y si construimos
balsas o directamente salimos de aquí a nado? Pienso que hay que
explorar nuevos lugares, demostrar lo que valemos y que nos conozcan en
todas partes. Somos creadores del cambio; no tengamos miedo a explorar
ya que la situación en la que estamos nos ahoga. Somos trabajadores
sociales, los defensores de la auténtica calidad de vida: la calidad en las
relaciones sociales, la necesidad de no estar excluidos por el motivo que
sea de la sociedad… ¿cómo vamos a dejar que el mundo siga girando sin
nosotros?
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¡HACERLO CRECER Y
RETOÑAR!
Elena Díaz
(México)
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Rosa Elena Díaz Durán es Licenciada en Trabajo Social, egresada de la
Benemérita Universidad de Guadalajara. Es Vicepresidente de la Asociación
Internacional de Trabajadores Sociales Emprendedores (AITSE) y Co-
creadora del Sistema Ave Fénix™ con el que ayuda a sus clientes (Trabajadores
Sociales Hispanos) a convertirse en líderes en su área específica de intervención
social, con más calidez humana, más ingresos y más libertad.
Del año 2012 al 2013 fungió como Coordinadora Auxiliar del grupo de climaterio y
menopausia “Plenitud” dentro del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde (Guadalajara,
Jalisco, México). En dicho hospital, implementó la campaña “Métodos
anticonceptivos, una forma de vivir tu sexualidad responsablemente” la cual se
encuentra actualmente vigente desde el 2012.
Su formación complementaria como Tanatóloga Clínica Integral le ha permitido
eliminar algunas de sus propias creencias limitantes que la tenían esclava del
miedo al enfrentarse a realidades como:
“Nunca encontraré trabajo porque hay pocas oportunidades laborales”; “la gente
no valora mis servicios”; “no gano el suficiente dinero porque Trabajo Social no es
valorado como debería ser”, etc.
S misión es simple: "Despertar en ti el líder que la sociedad necesita para que
seas inmensamente recompensad@ ayudando a los demás".
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“¡HACERLO CRECER Y RETOÑAR!”.
ELENA DIAZ
Una de las experiencia más significativas como trabajadora social fue el
haber trabajado con un grupo de climaterio y menopausia, el hecho de haber sido
estudiante en esa etapa me hizo crecer como persona y como trabajadora social
pues me dejó bastante aprendizaje.
Lo que me tocó vivir como practicante de Trabajo Social dentro del Hospital Civil,
Fray Antonio Alcalde me dejó mucho aprendizaje, haber hecho el quehacer
profesional real de un Trabajador Social, ha sido una de las experiencias más
significativas desde que llegue al servicio de Ginecología, y clínica de climaterio
hasta el último día
Cuando la Licenciada en Trabajo Social Leticia Cervantes (que más adelante me
referiré cariñosamente como Lety), quien fue mi tutora, me comentó que le habían
dicho de una manera formal sobre llevar el grupo de Climaterio y Menopausia que
anteriormente lo manejaba otra Trabajadora Social, el ultimo martes de cada mes,
me sentí con mucho alegría, pues era un grupo ya consolidado.
Sin embargo para nosotros era nuevo y nos esperaban muchas cosas
interesantes. En ese momento se me vinieron a la mente muchas cosas nuevas
que podíamos implementar, había más trabajo pero también había mucha
disposición de parte del Lety y de mí también para lograr mantener al grupo.
Lety me comentó que la Licenciada Elvia -la que coordinaba anteriormente ese
grupo- llevaba diferentes ponentes para dar los temas, eso me agradó pues
conocía a varias personas que les gustaría participar en este tipo de sesiones.
Algo que después me puso reflexiva (eso lo leeremos más adelante).
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En fin, sabía que incrementaría el trabajo pero sabía también que mi labor sería
indispensable y más porque los días de sesión de grupos coincidían con los días
que tenía prácticas profesionales.
Entonces pensado que tendría que trabajar en proyecto, grupos y sesiones
informativas me motivaba más para seguir adelante, ya una vez había impartido
sesiones informativas en una colonia, así que estaba poco familiarizada con el
asunto y confiaba que todo saldría bien.
Cuando estábamos por iniciar los preparativos de la primer sesión con el grupo de
climaterio y menopausia (que le llamamos PLENITUD) me puse reflexiva como
mencioné anteriormente porque teníamos el tiempo encima, porque ya había una
plática programada sobre infecciones urinarias, y al buscar a la Médico que nos
iba apoyar ese día, había pedido permiso para faltar y no podíamos esperarnos a
que posiblemente nos dijera que no podría ayudarnos.
Un día antes aún no habíamos encontrado a algún ponente que nos ayudara y
eso me tenía angustiada, Lety me dijo que yo le diera sugerencias para hacer
algo diferente, y fue ahí cuando me di cuenta que debía empezar a creer en mí,
creer que soy capaz de dar una ponencia de algún tema que me apasione y que
les ayudara a las asistentes a resolver una problemática.
Era verdad que el grupo que estaría a nuestro cargo, eran pacientes mujeres que
asisten a consultas de climaterio y menopausia, y recordé algunas técnicas de
temas que había trabajado con adultos en mis prácticas escolares. Se las enseñé
a Lety y le agrado. Ella dice que es mejor hacerle pasar un rato agradable para
que las herramientas que les podamos proporcionar les ayuden a resolver sus
problemas y recordarles que la etapa que están viviendo es maravillosa.
Lety y yo nos pusimos a ver los preparativos para nuestra primera presentación
con el Grupo de Climaterio y Menopausia y me emocionó tanto que me hubiera
pedido sugerencias, las dije y de inmediato las acepto.
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Ahora puedo decir con más claridad que Lety confió en mi capacidad para hacer
Trabajo Social, elaboré el cronograma, ella me apoyó en todo momento y juntas
nos propusimos hacer pasar un agradable momento a los asistentes.
Decidimos que sería buena idea llevar un coctel de frutas para las asistentes,
hacer una técnica de presentación, una actividad motivacional y proyectarles un
pequeño tema de “Comunicación en la familia”.
Me fui emocionada y llena de tarea para la realización de la primera sesión. Ya
estaba programada la gran cantidad de actividades que realizaría junto con mi
tutora en este grupo, el cronograma terminado, y estaba ansiosa porque fuera ya
el momento de la sesión.
Llegó el momento esperado, y comencé a desanimarme cuando vi que no
llegaban personas a la sesión. Un compañero y colega de la escuela que pudo
asistir me dijo que es normal, que debía adaptarme según los asistentes que
acudieran, que un grupo se forma desde dos personas en adelante y trató de
tranquilizarme. Eso no lo tenía previsto.
Finalmente llegaron pausadamente 7 asistentes, me propuse a dar mi tema y todo
fue un éxito. Las asistentes se llevaron mucho aprendizaje y al final les comenté
que lo que habían aprendido ese día lo compartieran con quien ellas quisieran.
Quizás en esta etapa me faltó hacer más difusión pero me sirvió de experiencia
para las posteriores sesiones.
Me apasioné por llevar la coordinación del grupo de climaterio y menopausia y
realice una invitación más formal, hice un anuncio sobre la etapa de climaterio y
menopausia y la importancia de saber lo que se vive. Teníamos ya el siguiente
tema que era OSTEOPOROSIS.
Pudimos contactar a una Médico que da consultas en el mismo hospital donde
pertenecía el grupo. Ella aceptó la invitación y ya teníamos confirmada a la
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ponente que nos ayudaría a dar la sesión. Empecé a distribuir la invitación
personalmente con las pacientes que asistían diariamente a la consulta de
climaterio, muchas de ellas interesadas.
Como verán en esta segunda ocasión ya todo se estaba preparando con previa
anticipación. Eso me mantenía muy animada y contenta porque trabajar con
grupos siempre ha sido una gran pasión que tengo, y estar como coordinadora
siendo yo aún estudiante en Trabajo Social, me hacía sentir feliz.
A partir de esa segunda sesión las cosas fueron mejorando les hicimos una
actividad motivacional esto fue lo que les preguntamos:
NOMBRE ________________________________________
¿ A qué he venido?, ¿Qué he aprendido?,¿ Qué estoy dispuesta a aportar para
sentirme bien conmigo misma y con los demás ? ¿Qué me gustaría aprender?
Esto nos sirvió mucho para saber cómo se sentían y que era lo que ellas querían
saber. Tuvimos muchas respuestas interesantes y a partir de ahí nos dimos la
tarea mes con mes de buscar ponentes relacionados con los temas que ellas
expresaron, de hacer más promoción, dar a conocer la gran labor que puede
hacer Trabajo Social en el campo de la Salud, y por supuesto, yo también seguía
impartiendo temas a ellas.
Las sesiones de “Climaterio y Menopausia” poco a poco se fueron convirtiendo
en parte de mi vida. Desde que comenzamos con el Grupo Lety y yo, estábamos
muy emocionadas para que fuera creciendo poco a poco.
Algo que también hice para dar más promoción del grupo fue crear un programa
con todas las ponencias que se darían a lo largo de un año al cual, agregué un
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breve contenido que explicaba qué era climaterio y menopausia y todo quedó
plasmado en un folleto que se divide en 3 partes (en México lo llamamos tríptico).
Este tríptico quedó muy lindo y gracias a la jefatura de Trabajo Social del Hospital
Fray Antonio Alcalde tuvimos el permiso de mandar imprimir cientos de estos
programas para su distribución, cosa que me emocionó y me puso contenta por
haber tenido dicho apoyo.
Esto algo de lo que estuve y sigo agradecida, porque yo trabajaba con mucha
pasión y amor, y siempre obtenía bonitas cosas que me ayudaban. Y lo más
bonito es que era para beneficio de las asistentes, pues así, ellas ya tenían con
anticipación información de los temas que se impartirían en las próximas
reuniones y eso les hacia esperar con mucha alegría el día de la sesión.
Con las diferentes sesiones de los diversos ponentes que teníamos, las pacientes
se iban muy motivadas y más porque les hizo identificar sus problemáticas
internas con ejercicios que les ponían hacer y las pláticas amenas que les las
mantenía risueñas, atentas y algunas con unas lágrimas.
Lety y yo estábamos muy atentas también, me había encariñado con el grupo y
entre las dos hacíamos el mejor esfuerzo para que todo saliera muy bien, en cada
sesión llevamos galletas, jugo de naranja para las asistentes simplemente las
teníamos consentidas y eso claro a quien no le agradaba además que a cada
ponente le entregábamos su respectiva constancia de participación.
Yo aprendí también aprendí en cada sesión y eso me enorgullece, saber que la
labor que hice impactó de manera significativa a las pacientes. Que les haya
permitido liberarse y empezaran a contar sus experiencias, porque aprendemos
todos de todos, el bienestar de las pacientes es lo más importante para mí y saber
que lo que hice les agradó, y que se sintieran bien fue mi mayor recompensa.
A partir de esa experiencia que tuve en el grupo de climaterio y menopausia
plenitud, me invitaron a la radio para hablar sobre el grupo, lo que se vivía dentro
de él, lo que se aprendía y gracias a esa promoción que pudimos hacer, tuvimos
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muchas más asistentes interesadas. No sólo pacientes del Hospital Civil de
Guadalajara Fray Antonio Alcalde, sino del público en general que estuviera
interesada en dicho tema y etapa.
Esto me abrió más posibilidades para que realimente conocieran la gran labor que
hace Trabajo Social dentro del área de la salud y que motivara a más colegas a
seguir dando mejor atención a los usuarios.
Además, esta experiencia me abrió la oportunidad de que fuera invitada a dar
ponencias sobre mi intervención en grupos a colegas Trabajadoras Sociales y
estudiantes de Trabajos Social en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
en donde con mucho gusto les compartí lo mucho que se puede hacer con grupos
en cualquier área de intervención Social, ya que si existe algo que nos apasiona
debemos dar lo mejor de cada uno de nosotros y creer en uno mismo y en nuestra
capacidad para lograr cualquier cosa que anhelemos y que eso pueda beneficiar a
personas que requieran apoyo para estar mejor. Esa es la más grande tarea que
tenemos como Trabajadores Sociales.
La gran labor que realicé en este bello grupo que tuve el placer de coordinar
durante un año, me ha hecho creer en mí, creer que soy una excelente
Trabajadora Social porque fui capaz de que esas personas se fueran informadas y
con herramientas para su propio crecimiento personal, porque todos los días se
aprende algo nuevo y lo que ellas aprendieron lo supieron aprovechar al máximo.
Eso me dejó contenta y con muchos más ánimos de seguir dando lo mejor de mí.
Me llenó de satisfacción trabajar por el bien de las pacientes, sé que a veces se ha
catalogado que nuestra profesión es estar la mayoría del tiempo en un escritorio,
sin embargo he comprendido que la realidad uno la crea aún con rígidos
reglamentos que limitan la acción profesional del Trabajador(a) Social.
El secreto que aprendí es escuchar más lo que la gente quiere saber, ellos nos
dirán lo que desean escuchar, lo que desean aprender porque tener un grupo es
como me dijo y enseñó mi maestra Teresita (tutora académica de esta aventura):
“¡hacerlo crecer y retoñar!”.
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Es un verdadero placer compartir contigo esta bonita experiencia que yo sé que te
ayudará, apoyará o te inspirará a creer en ti, en la capacidad que tienes y lo
mucho que puedes lograr.
Esto que te comparto es de corazón y si algo de esto te sirve, tómalo y haz de
esta bonita profesión algo maravilloso. Haz lo que tanto te gusta y te apasiona, y
sobre todo con amor. Y recuerda todos los días se aprende algo nuevo,
aprovéchalo.
¡Muchas gracias!
Con estimación,
“Cree en tu corazón, en tu profesión, y sobre todo en ti”
Elena Díaz
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UNA FUENTE SIN VIDA, NO
PUEDE DAR VIDA
Cristina Salazar
(Ecuador)
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DATOS PERSONALES
NOMBRES Y APELLIDOS. Cristina Guadalupe Salazar Mera
DOMICILIO: Quito - Ecuador
TITULO: Licenciada en Trabajo Social.
PERITO: Trabajo Social – Consejo de la Judicatura.
EMAIL: [email protected]
CAPACITACIONES ACTUALES:
Fortalecimiento familiar – Fondo de Desarrollo Infantil – MIESS
Atención y Evaluación Forense en Violencia, Género y Agresores.
El Trabajo Social y las Pericias Judiciales en el ámbito de la Familia.
Sistema Pericial Integral.
Programa “Cree en ti, potencia tus servicios y generA los ingresos que mereces
desde el Trabajo Social (Sistema “Ave Fénix” )” – trabajosocialporinternet.com
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EXPERIENCIA LABORAL MÁS IMPORTANTE.
Directora Comunidad Terapéutica el Retorno.
Coordinadora área social Proyecto 432, Municipio de Ibarra.
Técnico Social, coordinadora Componente Familias - Proyecto “Niños Libres”.
Miembro Equipo Técnico y de Procesos en las Tres Mañuelas del D.M.Q.
Perito Oficina Técnica Juzgado de la Familia Niñez y Adolescencia.
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UNA FUENTE SIN VIDA, NO PUEDE DAR VIDA
CRISTINA SALAZAR
Mi nombre es Cristina Guadalupe Salazar Mera, soy Trabajadora Social
hace 18 años, de nacionalidad ecuatoriana, vivo en Quito – Ecuador.
He tenido tantas experiencias gratificantes como Trabajadora Social. Antes de
graduarme a mis 22 años tuve la oportunidad de iniciar mi labor en diferentes
áreas de intervención social: salud, educación, desarrollo comunitario, pero
siempre me motivó la necesidad de generar alternativas de trabajo independiente,
tuve la oportunidad de establecer en coordinación con Instituciones
gubernamentales como ORI, INNFA un comedor con tareas dirigidas para niños
escolares, un Centro Infantil para niños, niñas de seis meses a cinco años de
edad.
Para mí fue una magnifica experiencia porque valoré que como trabajadora social
sí podía dirigir y sacar adelante propuestas en beneficio de familias de escasos
recursos económicos, después de unos años me hicieron la propuesta de
hacerme cargo de una Comunidad Terapéutica para pacientes con problemas de
drogodependencias, acepté el reto y comencé ha realizar cambios
transformadores en estos espacios, ya que en ese entonces la mayoría de
Comunidades Terapéuticas aquí en el Ecuador tenían mala fama, porque
realizaban un trabajo centrado en terapias aversivas, vivenciales.
Realizaban atenciones clandestinas dando malos tratos a los pacientes,
hacinamiento, las instalaciones insalubres en pésimas condiciones, incluso
hubieron reportajes de tratamientos brutales que terminaron con la vida de los
pacientes, los ingresos de los pacientes en las Comunidades Terapéuticas eran
obligados, contra la voluntad de los pacientes, les llevaban esposados, golpeados,
los familiares de los pacientes tenían que pagar fuertes cantidades de dinero,
costos de tratamientos que bordeaban los 600, 1000 dólares mensuales,
tratamientos que duraban un año.
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Los familiares hacían préstamos a conocidos, otros familiares o entidades
bancarias para poder costear los tratamientos, la familia desconocían las
condiciones en las que dejaban a sus seres queridos en estos lugares ya que no
les era permitido visitar las instalaciones, los dueños de estos centros decían a los
familiares que era necesario que los pacientes sean maltratados y vivan en esas
condiciones porque era parte del tratamiento, solo así aprenderán a valorar lo que
tienen en sus casas, con sus padres y/o esposa e hijos, a base de maltrato físico y
psicológico, no contaban con equipos técnicos especializados: trabajadores/as
sociales, psicólogos/as clínicas, médicos, o por lo menos una enfermera, los
pacientes estaban privados de las visitas de los familiares por mucho tiempo.
Cuando los pacientes se lograban escapar de las Comunidades cansados de los
maltratos, salían los cuidadores en grupo a perseguirlos y traerlos de regreso, a la
fuerza, esposados y golpeados, los resultados en los tratamientos no eran
satisfactorios, ya que al poco tiempo de concluir los mismos, los pacientes recaían
y sus familiares quedaban frustrados ante el sacrificio realizado con la esperanza
de ver rehabilitados a sus seres amados.
Por todos estos motivos fue un reto sacar adelante la Comunidad Terapéutica “El
Retorno”, no contaba con el presupuesto necesario para la contratación del equipo
técnico, al inicio solicité a una amiguita psicóloga clínica que me colabore en la
atención de los pacientes cobrándome un costo módico, como trabajadora social
formaba parte del equipo técnico y al mismo tiempo dirigía el funcionamiento de la
Comunidad Terapéutica.
Nos colaboró una doctora en medicina general quien consideró apoyarnos en
nuestros inicios, comenzamos hacer publicidad de los servicios que dábamos,
incorporamos como parte del tratamiento la terapia ocupacional para los
pacientes, con opciones en carpintería, artes plásticas, jardinería y albañilería,
adecuamos los espacios para que los pacientes estén cómodos, brindándoles un
ambiente familiar.
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Todos participábamos en el arreglo de los espacios, preparación de los alimentos,
tomábamos en cuenta menús reforzados y nutritivos para los pacientes, teníamos
el cronograma semanal de actividades listo para que el tiempo sea bien
aprovechado, la terapia espiritual era fundamental en el tratamiento, logoterapia,
los 12 pasos, deporte, salíamos todos a paseos grupales, caminatas, los pacientes
se quedaban a recibir el tratamiento en nuestra Comunidad Terapéutica de forma
voluntaria, no obligados, razón por la cual recibíamos en nuestra Comunidad solo
a pacientes que querían recuperarse y estaban comprometidos en aceptar las
normativas de la Comunidad.
No teníamos cercas eléctricas, ni guardias de seguridad, nos apoyaban dos
monitores vivenciales, quienes habían pasado por procesos similares y podían
servir de ejemplo y apoyo para el grupo, por esta razón con libertad realizábamos
como parte del tratamiento jornadas deportivas, paseos al aire libre, visitábamos
balnearios, para contribuir con el derecho a recreación necesario para mejorar el
estado físico y de salud de los pacientes, pueden deducir que eran pacientes
manejables, les diré que no, al contrario teníamos pacientes que venían de otras
Comunidades Terapéuticas sin éxito en su tratamiento, con manías, malos hábitos,
pretendían dejar una adicción remplazándola por otras y para ellos acoplarse a
nuestro tratamiento fue muy difícil, pero era su última oportunidad, sus familiares
hacían su último esfuerzo antes de olvidarles en la completa indigencia.
Poco a poco comenzaron a llegar pacientes desahuciados de otras Comunidades
Terapéuticas, con sus familiares desesperados, manteniendo la esperanza que en
algún lugar puedan ayudar a sus seres amados, sin engañarles y perjudicarles
económicamente, venían llenos de expectativas, mientras que en la Comunidad
Terapéutica nos enfrentábamos a retos gigantescos debido a la complejidad de los
casos que iban ingresando,
Intervino el CONSEP regulando el funcionamiento de estas Comunidades
Terapéuticas, exigiendo que tengan un equipo técnico, espacios adecuados para
el funcionamiento de estas Comunidades, realizando supervisiones rigurosas,
poniendo inquietos a los pacientes y directivos de Comunidades Terapéuticas40
quienes con dificultades, pero con el deseo sincero de ayudar en los tratamientos
de estos pacientes nos encontrábamos dispuestos a dar cumplimiento a todo lo
que nos solicitaban.
Fue necesaria la intervención del CONSEP, varias Comunidades Terapéuticas
clandestinas que no estaban legalizadas fueron cerradas por no cumplir con los
requisitos establecidos por esta Institución. Gubernamental.
Recuerdo con claridad los pacientes que estuvieron en nuestra Comunidad
terapéutica, por ética profesional me reservaré los nombres y expondré los casos
más destacados con nombres ficticios, retos humanos y profesionales en trabajo
social:
Henry un hombre de 32 años de edad, con preferencia sexual (homosexual), con
adicción fuerte al licor para él fue difícil adaptarse, nuestro primer paciente no
tenía por un buen tiempo compañeros, con los únicos que compartía era con el
equipo técnico, las dificultades que tenía Henry era que su familia no aceptaba,
rechazaba la preferencia sexual de él, la deserción amorosa que había sufrido con
su pareja sentimental, provenía de una familia con un estatus económico alto.
Tenia una baja autoestima por tantas exigencias por parte de su familia, tenía una
conducta manipuladora, dependiente económicamente de su familia, lo que no
permitía independizarse como hombre adulto, desde la intervención del trabajo
social fue una ardua tarea con su familia, con quienes se logró trabajar en respetar
la preferencia sexual de su hermano y ayudarle en el tratamiento.
Henry se destacó por ser un paciente comunicativo dispuesto hacer su parte del
tratamiento con responsabilidad, con un buen acompañamiento por parte de su
familia, logramos que Henry acepte su situación de impotencia frente al alcohol y
ser parte de un grupo de autoayuda, se realizó continuos seguimientos, para
verificar la situación del paciente, quien se mantenía sobrio un día a la vez.
Alex un paciente desahuciado de varias Comunidades Terapéuticas, trajo en su
equipaje un montón de manías y malos hábitos, no quería aceptar la normativa de
41
la Comunidad, quería imponer sus propias condiciones para el tratamiento, donde
él fue tratado querían que deje el consumo de cocaína y el alcohol, volviéndose el
mayor de los adictos a la nicotina (fumaba desesperadamente) y se ponía
agresivo y de mal humor, armaba conflictos con sus compañeros de tratamiento,
era policía dado de baja, por agredir casi de muerte a su esposa y al amante de su
esposa, esto lo desequilibró, fue un caso muy complejo, tuvimos que ser estrictos,
pero amigables al mismo tiempo con él, trabajamos en todas sus adicciones,
incluidas las emocionales.
Sus padres que eran ya viejitos colaboraron con entusiasmo en su tratamiento, me
satisface contarles que ahora el trabaja en otras Comunidades Terapéuticas como
monitor vivencial para ayudar a otros pacientes que han pasado por su misma
experiencia.
José es ingeniero civil, antes de su adicción al alcohol era considerado un
excelente profesional, responsable de realizar varias obras públicas en su
provincia de origen, quien poco a poco fue perdiendo su estatus profesional, su
familia, sus recursos económicos, él es un hombre culto a pesar de su fuerte
adición al alcohol se caracterizó por ser respetuoso, se le dió un trato a su altura,
se trabajó en la restauración de su familia, muy difícil por cierto ya que su
credibilidad estaba por los suelos, pero su familia le dio una segunda oportunidad
que la supo aprovechar muy bien.
Segundo un hombre joven que pertenece a las comunidades indígenas del
Chimborazo aquí en el Ecuador, su hermano le ingresó en nuestro comunidad con
la esperanza que supere su adicción al alcohol, un hombre de aspecto muy
varonil, fuerte, muy serio.
Poniéndole atención se podía dar cuenta que tenía un leve retardo mental, trabaja
en el área de la construcción como albañil, para él era la primera vez en una
comunidad terapéutica, al inicio fue muy difícil la convivencia con otros pacientes,
al pasar el tiempo se hizo de confianza con algunos compañeros de tratamiento,
quienes comenzaron a divulgar las cosas que en la noche realizaba Segundo.
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Después de bañarse se ponía pijamas de mujer sexis y provocativas , se pintaba
los labios y comenzaba a reírse con sus compañeros, al intervenir de forma
reservada con Segundo, con mucha dificultad me compartió lo que le había
pasado cuando fue adolescente, trabajaba como ayudante en una construcción le
dejaron cuidando en la noche los materiales de construcción, un grupo de jóvenes
que estaban bajo los efectos del alcohol se habían aproximado a él, le obligaron a
quitarse la ropa, le hicieron vestirse como mujer, le pintaron los labios, le
maquillaron, le amenazaron con matarle si contaba a su familia, lo
emborrachaban después abusaron sexualmente del él.
Estos jóvenes venían repitiendo estos abusos constantemente, para Segundo esta
situación se volvió tan normal que comenzó a gustarle, realizamos un trabajo
terapéutico con él y su familia que desconocían esta situación para que lo ayuden
a superar, trabajamos con el respeto y apoyo al interior del grupo. Fue necesario
que Segundo se quede más tiempo en la comunidad, la terapia ocupacional le
ayudó mucho, regreso con su familia quienes le dieron mayor apoyo y protección.
Stalyn, el más joven de los pacientes había sido internado por su madre en varias
Comunidades Terapéuticas de las cuales estaba desahuciado como la mayoría de
pacientes que ingresaban en “El Retorno”, tuvimos grandes avances con Stalyn,
en las Comunidades donde estuvo ingresado no trabajaron de manera
personalizada en el control y manejo de sus emociones.
El joven no superaba el divorcio de su madre con su padre y que ella tenga otra
pareja e hijos, a muy temprana edad fue separado de su madre para vivir con su
abuela materna, ya que su madre quería evitar problemas con su nueva pareja,
razón por la cual Stalyn guardaba un profundo resentimiento con su madre.
En la casa de su abuela la convivencia era con jóvenes muy mayores a él, razón
por la cual fue muy precoz en sus inicios sexuales. Stalyn necesitaba soltar la
infancia de rechazo y soledad que vivió en sus tiernas edades, se trabajó con su
madre quien se sentía culpable por el abandono y condición actual de su hijo,
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poco a poco esta madre y su hijo tuvieron un reencuentro, establecieron
compromisos claros e iniciaron una nueva relación con la aceptación de la pareja
de su madre y el acercamiento con sus hermanos, hermanas maternas.
Carlos, un caso muy especial que no olvidaré, un cierto día por la puerta principal
de la Comunidad Terapéutica ingresaba un hombre de unos 38 años de edad, de
contextura gruesa, como decimos aquí en Ecuador, crudito de la amanecida en
consumo, tenía ese olor tan peculiar de la cocaína, licor fino, con sus ojos
hinchados, me preguntó por Cristina, le dije soy yo, qué necesita.
Se arrodilló, me dijo: por favor por lo que más quiera no me deje salir de aquí, si
es necesario encadéneme, por favor ayúdeme, ayer llegué al colmo de mi
adicción, me fumé la bicicleta de mi hijo que con tanto sacrificio le compré, he
perdido el control, me dijeron que en este lugar me pueden ayudar, por favor no
tengo un centavo en el bolsillo, mi mujer y mis hijos no quieren saber nada de mí.
Soy comerciante, pero me fumé todo el capital, estoy cansado de esta vida, con
calma le escuché, dejé que se tranquilizara y le respondí, aquí no le vamos a
encadenar, retener a la fuerza, quiere quedarse es bienvenido. Se va a
comprometer con el tratamiento, lo aceptamos. Lo económico ya veremos cómo
resolverlo, desde ese momento se quedo en la Comunidad, se esforzó al máximo
para tomar el control de su vida, la parte más difícil fue el trabajo realizado con su
esposa y sus hijos, quienes estaban tan decepcionados, impotentes frente a la
adicción de su esposo y padre, que ya no creían en una posible recuperación.
Con mucha calma poco a poco Carlos fue ganándose la confianza de su familia,
terminó el tratamiento y regresó con su familia, asisten a una iglesia cristiana
donde les apoyan, a retomado su trabajo como un excelente comerciante, esta
familia son agradecidos primeramente con Dios y luego con el personal humano y
profesional de la Comunidad Terapéutica por la nueva oportunidad de vida que le
fue concedida.
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De mi experiencia laboral como trabajadora social, esta fue la más absorbente,
desgastante, pero al mismo tiempo la que me dió mayores satisfacciones, tanto en
lo personal, profesional, como en lo económico, ya que la publicidad la hicieron los
pacientes al referirnos a sus familiares, amigos, conocidos, no cobrábamos
precios excesivos por el tratamiento, más bien significativos que cubran los
gastos para su permanencia, en lo personal pude comprobar de cerca la
destrucción del ser humano, familias completas devastadas a causa de las
adiciones a las diferentes drogas y sustancias psicotrópicas, fue como en el valle
de los huesos secos, nuestra misión dar vida a esos huesos secos y para ello se
necesitaba de toda la fortaleza, equilibrio espiritual y emocional, una fuente sin
vida, no puede dar vida. Por ello más allá del título en trabajo social, se debe
tomar conciencia de la calidad humana que ejerce ese trabajo social.
Considero que el secreto de éxito después de esta experiencia radica en que me
volví un ser humano más sensible, desarrollé habilidades y herramientas de buen
trato y tolerancia para acompañar y asesorar a los pacientes y familias que han
pasado por esta amarga experiencia.
A las colegas Trabajadoras/es sociales les recomiendo que si están trabajando en
estas áreas, pero no se sienten conformes con las normas y políticas establecidas
por los directivos de las Comunidades Terapéuticas o Centros de atención a
pacientes con adicciones, han sentido la necesidad de pasar del equipo técnico a
la dirección o a la creación de un centro que sea más humano y comprometido
con su misión, no duden en hacerlo, sí podemos.
Lo que sí les recomiendo, no descuidar el tiempo personal y familiar de ustedes,
esto es muy importante, hacerse cargo del funcionamiento de los centros como tal
es muy pesado, desgastarte, pero te brinda una enorme satisfacción.
Nuestras capacidades como trabajadores sociales son muy ricas, para limitarnos a
trabajos bajo relación de dependencia, pienso que estamos listos para liderar
nuestros propios proyectos sociales empresariales ¡Adelante!
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