Mi propuesta personal se basa en las micro estructuras y texturas que se perciben en los fragmentos de algunos trabajos realizados. Este planteo se basa en mostrar parcialmente sectores de “la obra” que de alguna forma tienen un atractivo. Aunque a veces este no sea evidente pueda ser susceptible de modificaciones que muestren los otros sentidos que pudiera tener con las mismas posibilidades materiales. Un universo que a veces se nos vuelve desconocido al simplemente apreciar la obra desde la configuración que el autor propuso. Con esta idea también pretendo reafirmar el concepto de que al interpretar una obra también desde lo subjetivo la estamos re-creando y que cada interpretación es diferente. En este trabajo esa “reconfiguración” es vista desde el punto de vista de las posibilidades materiales de la obra. Así se generaría otra obra, otro encuadre y por lo tanto otra configuración, otro universo. Algunas de las imágenes son producto de ejercicios en la escuela, como buscar formas interesantes en un dibujo o utilizar el azar en piezas de papel o recortes de figuras aún sin pegar para buscando formas que den origen a un collage. Las posibilidades serían infinitas. Pretendo también usar elementos cotidianos que pasen desapercibidos.

En las siguientes diapositivas pretendemos mostrar como la experiencia estética (o en algunos caso llegaría a ser artística) que pueda haber en una obra no esta solo en las estructuras macro sino en todos los recortes posibles y enfoques que hagamos. Como podemos hacer una viaje desde lo evidente a lo que solo podemos ver con una segunda lectura.

Se revelarían texturas, reconfiguraciones y hasta nuevos colores.

Estoy convencida de que este ejercicio puede desarrollar una sensibilidad diferente, más atenta a los detalles y más dispuesta a reformular lo que vemos para vivir una experiencia estética mucho más multiplicadora y rica.

Como experiencia personal e inspiración puedo citar como ejemplo los recorridos por los paisajes de la ciudad donde observo los detalles más mínimos de las vadosas en el suelo cuando voy caminando. También observo paredes que tengo cerca, allí al prestar atención a los detalles se dan cosas interesantes, incluso siendo elementos como el cemento, artefactos humanos podemos ver los accidentes que vuelven rica a la materia (diferentes texturas por ejemplo), hacer analogía con otras estructuras y sobre todo entender que el mundo “es” desde donde se lo mire. Ni que hablar con las estructuras naturales, cuando observamos detenidamente una hoja, las alas de un insecto, el pelaje de animales o nuestra propia piel, lo que fuera a lo que le “sumemos” nuestra atención… no importa que, en todo hay formas interesantes y muy ricas. El problema es que rodeados de riqueza visual y siendo seres básicamente visuales nos cuesta ver, esta es una paradoja y una limitante. Tenemos una dificultad para prestarles atención a las cosas más sencillas, propio de la cultura que habitamos en donde no se nos prepara sensiblemente para esto porque pareciera que las cosas importantes están todo el tiempo en otro lado alejadas del momento cuando creo que es todo lo contrario. Nos perdemos así no solo la experiencia artística sino un sinfín de experiencias estéticas.

En los siguientes cuadros les mostraré lo que pude observar a partir de buscar nuevas formas y reconfiguraciones en un trabajo con acuarelas, al reconfigurarlas me paso que encontré un mundo muy parecido al que hallo cuando miro manchas de humedad en el techo por ejemplo. Me remitieron enseguida al arte rupestre.

La coherencia lógica de este planteo podría apoyarse de alguna forma en que hay un orden en las cosas y que hasta los accidentes pertenecen o conviven con este orden. La teoría de los fractales puede servir para explicar parcialmente esto. Allí en lo micro y macro el mundo tiene una forma de organizarse donde se presenta una auto similitud a cualquier escala y su dimensión es fraccionaria, proporcional, funcional y coherente. Armonía y azar. Habría un orden en lo macro y lo micro. Una especie de mirada hacia lo caleidoscópico del mundo que nos rodea. Si esta idea de orden se combina con que creo que los accidentes enriquecerían este planteo, no existiría la idea de “ruido” como algo que distorsione una especie de armonía sino que lo complementarían. Así simplemente el autor haría selecciones. Podríamos ir desde el orden microscópico hasta el espacial y siempre si sabemos mirar bien en cada rincón habría una especie de recorte visual interesante digno de detenernos aún mas en él, infinito, y todas sus posibles configuraciones tendrían similitudes con el trabajo anterior que le dio origen aportando elementos nuevos. Esto seria valido para le resto de la percepción, con los sonidos se podría evidenciar la misma forma de percepción, etc. Todo lo que consideraríamos un quiebre de esta especie de orden deberá poder utilizarse para enriquecer la propuesta dentro de esta elección, recorte “de la realidad”, a realizarse. El caos y el orden estarían entrelazados, ya no importa donde esta el caos o el orden si podemos ser capaces de apreciar lo que tienen para ofrecernos. Si lo entendiéramos así la experiencia estética sería parte de nuestra mirada, así viéramos mugre o algo tremendamente bello. Primero lo lograríamos con esfuerzo y después naturalmente.

Las diapositivas siguientes son un ejercicio que se realizó a raíz de calcar el siguiente rostro de una obra de la Bauhaus. Luego lo imprimimos en blanco y negro recortando las formas de la cara con un criterio bastante libre. Sin tratar de atarme demasiado a las formas luego lo rearmé. El nuevo planteo no tiene nada que ver con el anterior y si encima tomamos solo un sector menos aún. Esto, aunque parezca rudimentario en el caso, es lo que pretendo mostrar: como todo son selección y a veces hasta parece que selecciones muy limitadas. Es como si el ser humano viera como por medio de radiografías (por negativo y blanco y negro) y el mundo en realidad fuera como lo conocemos.

En las diapositivas siguientes tome dos sectores de un collage que hice con boletos de ómnibus, como un elemento cotidiano que desechamos a diario y no prestamos importancia, y lo relacioné con una especie de metáfora donde “el viaje” es la vida misma y con la poca importancia que le damos a este hecho: Estamos en un viaje en el que muchas veces lo transitamos sin tomar en cuanta las cosas mas importantes.