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“Fue un hermoso primero de septiembre. Decían los oligarcas que me tenían vencido, después de haberse enriquecido, aprovechándose de nuestra alianza nacionalista; sacando sus capitales y, finalmente, echándome toda la culpa de la crisis. Aguanté, aguanté, aguanté, hasta un límite. Se les olvidó que soy el Presidente de un Estado soberano. Fue interesante el proceso subjetivo; pero premonitorio...” “Fueron días angustiosos. Ya pasaron. El país ganó varias cosas, una fundamental: ratificar que el Estado es nacional y soberano y no es de los ricos ni de los extranjeros. y saber que México tiene su camino y un sistema legal dinámico para resolver institucionalmente las contradicciones de su sociedad” José López Portillo y Pacheco Mis tiempos, segunda parte, 1988. ¿Por qué López Portillo tuvo razón? ¡A 30 años de la nacionalización de la banca, regresemos a la pelea por un nuevo sistema económico! E s septiembre de 2012, mes de la Patria para México, y hoy como nunca la humanidad se debate en un estado crítico en el que la indecisión y la cobardía de las instituciones y los pueblos tendrían consecuencias incalculables. La civilización simplemente se puede declarar no apta para sobrevivir a la des- integración económica marchando a todo galope a la par que los dementes planes de lanzar una guerra termonuclear por parte de Barak Obama y sus controladores británicos, con la complicidad de los países de la OTAN. Sin embargo, el mundo tiene más op- ciones que perecer sin saber porqué o bajo la fantasía de que “no podríamos estar peor de lo que hoy estamos”. Esa otra opción surge del espíritu humano que naturalmente busca el progreso, el bienestar común y la felicidad. Es la lucha por esos principios lo que ha movido nuestra historia, lo que ha roto tendencias de la época a través de revoluciones y grandes cambios sociales, que también podemos identificar en nuestra historia como mexi- canos. En este mes celebramos nuestra independencia. Esa independen- cia se expresa en los principios que vemos en nuestra Constitu- ción. Pero las revoluciones son un proceso continuo, un com- promiso que debe refrendarse de generación en generación, tal y como lo entendió el ex presidente, José López Portillo, auto- nombrado el último presidente de la Revolución, el último que defendió esos principios. La nacionalización de la banca de José López Portillo, anunciada un 1º de septiembre de 1982 durante su último Informe de Gobierno, fue parte de esa lucha por la independencia y la dignidad por defender esos principios frente a los intereses financieros internacionales dispuestos a destruir a México, los mismos enemigos de los Estados nacionales que hasta ahora no hemos logrado erradicar. 1 Movimiento Ciudadano Larouchista Sexto llamado a la formación de una verdadera institución presidencial

SextoLllamado: Evitemos la Guerra Termonuclear

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Texto de acciones a tomar el proximo 13 de octubre.

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Page 1: SextoLllamado: Evitemos la Guerra Termonuclear

“Fue un hermoso primero de septiembre. Decían los oligarcas que me tenían vencido, después de haberse enriquecido, aprovechándose de nuestra alianza nacionalista; sacando sus capitales y, finalmente, echándome toda la culpa de la crisis. Aguanté, aguanté, aguanté, hasta un límite. Se les olvidó que soy el Presidente de un Estado soberano. Fue interesante el

proceso subjetivo; pero premonitorio...”“Fueron días angustiosos. Ya pasaron. El país ganó varias cosas, una fundamental: ratificar que el Estado es nacional y soberano y no es de los ricos ni de los extranjeros. y saber que México tiene su camino y un sistema legal dinámico para

resolver institucionalmente las contradicciones de su sociedad”José López Portillo y Pacheco

Mis tiempos, segunda parte, 1988.

¿Por qué López Portillo tuvo razón?¡A 30 años de la nacionalización de la banca,

regresemos a la pelea por un nuevo sistema económico!

Es septiembre de 2012, mes de la Patria para México, y hoy como nunca la humanidad se debate en un estado crítico

en el que la indecisión y la cobardía de las instituciones y los pueblos tendrían consecuencias incalculables. La civilización simplemente se puede declarar no apta para sobrevivir a la des-integración económica marchando a todo galope a la par que los dementes planes de lanzar una guerra termonuclear por parte de Barak Obama y sus controladores británicos, con la complicidad de los países de la OTAN. Sin embargo, el mundo tiene más op-ciones que perecer sin saber porqué o bajo la fantasía de que “no podríamos estar peor de lo que hoy estamos”. Esa otra opción surge del espíritu humano que naturalmente busca el progreso, el bienestar común y la felicidad. Es la lucha por esos principios lo que ha movido nuestra historia, lo que ha roto tendencias de la época a través de revoluciones y grandes cambios sociales,

que también podemos identificar en nuestra historia como mexi-canos.En este mes celebramos nuestra independencia. Esa independen-cia se expresa en los principios que vemos en nuestra Constitu-ción. Pero las revoluciones son un proceso continuo, un com-promiso que debe refrendarse de generación en generación, tal y como lo entendió el ex presidente, José López Portillo, auto-nombrado el último presidente de la Revolución, el último que defendió esos principios. La nacionalización de la banca de José López Portillo, anunciada un 1º de septiembre de 1982 durante su último Informe de Gobierno, fue parte de esa lucha por la independencia y la dignidad por defender esos principios frente a los intereses financieros internacionales dispuestos a destruir a México, los mismos enemigos de los Estados nacionales que hasta ahora no hemos logrado erradicar.

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Movimiento Ciudadano LarouchistaSexto llamado a la formación de una verdadera institución presidencial

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Un legado para los mexicanos desde 1982“Hemos sido un ejemplo vivo de lo que ocurre cuando esa masa enorme, volátil y especulativa de capitales recorre el mundo en busca de altas tasas de interés, paraísos fiscales y supuesta es-tabilidad política y cambiaria. Descapitalizan a países enteros y causan estragos en su camino. El mundo debe ser capaz de contro-larlos. Es inconcebible que no podamos hallar la fórmula que, sin coartar tránsitos y flujos necesarios, permita regular un fenómeno que daña a todos…No podemos fracasar. Hay lugar al tremen-dismo. Está en juego no sólo el legado de la civilización, sino la sobrevivencia misma de nuestros hijos, de las futuras generaciones, de la especie humana. Hagamos posible lo razona-ble. Recordemos las trágicas condiciones en las que creamos esta organización y las esperanzas en ella depositadas. El lugar es aquí y el tiempo es ahora....” Estas palabras no fueron pronunciadas en 2012 por un líder social de la izquierda, por un académico de la UNAM o un defensor de derechos humanos. Fue parte del discurso que pronunció José López Portillo ante Naciones Unidas el 1º de octubre de 1982 para explicar los motivos que lo llevaron a la nacionalización de la banca y el control de cambios. Desde hace treinta años había un ciudadano del mundo que estaba haciendo un llamado interna-cional por un nuevo sistema económico y era el Presidente de tu República. Esos tiempos oscuros que advertía López Portillo son los que debemos enfrentar y hoy el Movimiento Ciudadano Larouchista retoma el legado de su pelea. Quizás muchos de nuestros ciudada-nos tienen sus propias conclusiones respecto a la crisis de 1981: que si fue el despilfarro, el endeudamiento o la planeación irres-ponsable del gobierno. Nada de eso. México estuvo bajo el fuego del poder financiero internacional mediante el saqueo, la usura y las calumnias en medio de una cri-sis mundial bajo la dictadura de la Comisión Trilateral, el Club de Roma y la política de despoblación específica para los países en vías de desarrollo delineada en el National Security Study Memorandum NSSM-200 del infame consejero de Seguridad nacio-nal estadounidense, Henry Kissinger: “Es evidente que la disponibilidad de servicios de anticonceptivos e información al respec-to, no constituye una respuesta completa al problema de la población. En vista de la im-portancia de los factores socio-económicos para determinar el tamaño de la familia que se desea, la estrategia para una ayuda total debe enfocarse cada vez más en aquellas políticas que contribuirán a la disminución de la población, así como en otros objeti-vos” (108)…”[Debemos tener] niveles mí-nimos de educación, especialmente para las mujeres, así como la educación y el adoc-trinamiento de la actual generación de ni-ños, con respecto a la conveniencia de que las familias sean más pequeñas…” (NSSM 200, 108-111 pp.) La política económica de José López Porti-llo durante su gobierno era la perfecta here-jía a los sagrados postulados liberales de la Comisión Trilateral. A pesar de la situación internacional, México crecía físicamente

(7-8% del PIB) dándose a la tarea de hacer de un recurso no reno-vable como el petróleo un recurso “renovable” mediante la indus-trialización y el desarrollo en áreas estratégicas como la energía y los alimentos. La paradoja era que nuestra nación teniendo re-cursos (materias primas) carece de recursos (tecnología) para de-sarrollarlos, así que para obtenerlos el gobierno recurrió al siste-ma bancario internacional para importar maquinaria, refacciones y los medios tecnológicos necesarios. Para ello, fueron también importantes las divisas provenientes de la venta del petróleo. JLP no concebía a México como una economía petrolizada, pero tener dólares era fundamental para la adquisición de bienes de capital en el exterior y garantizar los pagos de la deuda para continuar con las obras públicas y utilizar el petróleo como palanca del desarrollo hacia nuevas tecnologías.Muchos mexicanos se beneficiaron con estas políticas que natu-ralmente fomentaban la industria y el empleo productivo, espe-cialmente, la llamada clase media y el sector empresarial. Pero el camino adoptado por López Portillo con el objetivo de desarro-llar la potencialidad de nuestro país lo llevó a conocer los límites impuestos por la agraviada dictadura financiera internacional, y luego, vino el choque. Así conoció al enemigo.

Shylock se comportó como ShylockEl golpe vino con la dramática caída de los precios del petróleo y un inesperado aumento en las tasas de interés del 6% hasta un 21% en los créditos adquiridos en el extranjero. Comenzó la res-tricción de los créditos del exterior y al interior del país el fomento de la fuga de capitales. Lyndon LaRouche, el único norteamerica-no que alertaba, como ahora, sobre la dinámica destructiva de la economía mundial, estableció una alianza natural junto con José López Portillo, respaldándolo hasta lo último en su campaña de resistencia. En las siguientes palabras, describe el proceso:“Pero luego vino 1982; un nuevo sistema monetario se había esta-blecido en 1971, y una tendencia literalmente fascista, de simpati-

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zantes de la antigua Confederación esclavista en torno al gobierno de Richard Nixon, detentaba el poder en los EU. Estos estaban empeñados en eliminar el legado, no sólo de Roosevelt, sino tam-bién de Lincoln y los grandes fundadores de los EU. México empezó a sentir la presión. En 1982, cuando Brzezinski, el gobierno de Brzezinski, porque él era quien de verdad contro-laba al gobierno de Carter, en especial sus políticas hacia México, México fue muy presionado por esa política, como también fue el caso de Argentina, Brasil y otros países, y se adoptó la decisión de destruir la independencia de todos las naciones de Centro y Sud-américa. Esa fue la intención. Yo sabía eso…En ese período, me reuní brevemente con el presidente López Portillo en su despacho, y discutimos el tema. Y él me pidió, me preguntó cuál iba a ser el futuro de México en esa situación, y le dije: “Bueno, la intención en Washington y Nueva York es aplastarlo, y va a llegar el primer golpe a no más tardar en octubre de este año”.“Y de esa discusión, y de discusiones con otros en las Américas, yo me comprometí a plantear una política, en tanto economista, una política que sería adecuada para bregar con la crisis que en ese momento se avecinaba para todos los estados de las Américas, en especial para México, Brasil y Argentina. Hubo un breve período en que mi propuesta, que se denominaba “Operación Juárez”, pa-reció aguantar las cosas por un rato. Pero luego, bajo la tremenda presión de fuerzas estadounidenses y otras, los presidentes, el pre-sidente de Brasil y el gobierno de Argentina, abandonaron a Mé-xico y al presidente a su propia suerte. Bajo estas circunstancias, México tuvo que capitular en buena medida. Pero, mientras tanto, el presidente López Portillo había adoptado medidas, junto con la gente que lo apoyaba en México, para establecer reformas que hubieran funcionado. Mi propuesta, “Operación Juárez”, hubiera servido de marco para que un grupo de países de Centro y Suda-mérica se unieran para defenderse a sí mismos, y también ganar la cooperación de los E.U.A., del gobierno de los EU. Por desgracia, eso no ocurrió.”Henry Kissinger visitó a México en octubre de 1982, por ejemplo, y vinieron otras presiones de funcionarios del Departamento de Estado que dijeron: “de aquí en adelante, a este tipo LaRouche nunca más lo vamos a dejar entrar a México. Es demasiado peli-groso para México”. Y eso fue lo que pasó”López Portillo relata su propia experiencia: “Cuando acudimos

al sistema internacional de financiamiento, al que nos incorpo-ramos fatalmente después de la Segunda Guerra Mundial, nos encontramos con modalidades totalmente insuficientes para resol-ver los problemas de nuestra condición. Porque nos encontramos con un sistema que en realidad embozaba una realidad imperial y hegemónica… Ello, independientemente de las condicionantes e insuficiencias del crédito; la más grave de las cuales era la no preparación, o, mejor, la incapacidad de considerar los problemas sociales y políticos que queríamos resolver y que eran contraria-dos por los llamados “candados” terroríficos; limitaciones (no au-mento ni de empleo ni de salarios) que impedían las soluciones de aquellos que, en el fondo, eran nuestros problemas, cuya solución era lo importante aunque lo urgente fuera parcialmente resuelto. Los llamados “candados” que correspondían, frecuentemente, a ortodoxias económicas que pretendían ser anti-inflacionarias, y que en realidad violaban la soberanía nacional… Y entonces quedamos a merced de las condiciones económicas o políticas de ellos.”Lyndon LaRouche y López Portillo coincidían en una reorganiza-ción financiera internacional mediante la suspensión de pagos de la deuda externa, formar un bloque de países deudores e intervenir el sistema bancario nacional para recuperar el crédito público para invertir en infraestructura a gran escala, como se establece en el documento “Operación Juárez” (crédito, mercado común, desarrollo y soberanía económica). En resumen, una nueva po-lítica de relaciones entre naciones soberanas de América con la cooperación de Estados Unidos en la tradición de Lincoln y de la doctrina Monroe de John Quincy Adams.1

“No podíamos dignamente hacer otra cosa ni quedarnos con los brazos cruzados mientras nos vacían las entrañas” JLP“La crisis ocurrió el domingo 15, cuando frente a la pretensión norteamericana de que, para comprarnos anticipadamente petró-leo y salir del problema de liquidez, bajáramos ¡10 dólares! El precio del crudo, les dije a Silva Herzog, a Oteyza y a Moctezuma que dieran las gracias y se regresaran de Washington, porque el lunes 16 nos declarábamos en suspensión de pagos. Cedieron y empiezo a ver la luz”.La decisión de la nacionalización de la banca, para parar la sangría que no se detuvo, era el paso inminente en defensa de la dignidad:

“Realicé la expropiación con apoyo de las facultades que me otorgaba la Fracción I del artículo 69 de la Constitución General de la Repú-blica, y en el lineamiento en el ar-tículo 27 de la misma Constitución, Artículos l, Fracciones I, V, VII Y IX, 2, 3, 4, 8, lO y 20 de la Ley de Expropiación, 28, 31, 32, 33, 34, 37 Y 40 de la Ley Orgánica de la Ad-ministración Pública Federal, 16 y demás relativos de la Ley General de Instituciones de Crédito y Orga-nizaciones e Crédito. La fundé en las consideraciones ju-rídicas que fueron suficientes, unas relativas a la naturaleza de toda con-cesión administrativa; otras especí-ficas a las de crédito; otras a la crisis económica por la que atravesaba el

Comparación del poder adquisitivo de un salario mínimo en 1970 y 1982.

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México D

.F. 4 de septiembre 2012Calz. de los Gallos # 39, Col. Plutarco Elías Calles,

Delg. Miguel Hidalgo, México D.F. Tels.: 53182301, 63068363 y 5518558867

Afíliat

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Ciudadan

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Movimiento Ciudadano Larouchista

Mocilatube

www.larouchista.com

país, y otras más al interés público. Todas suficientes para decre-tar la expropiación. Tan fundamentado el decreto que, convalido en amparos por los afectados, el decreto quedó firme, y jurídica-mente no se han demostrado insuficiencias, invalidez o engaño, influencias, etc. Pero, además de las causas que fueron alegadas en el decreto, las razones, digamos anecdóticas, que lo explican, entre otras, fueron las siguientes: Habiendo perdido la banca concesionada, por las situaciones in-ternacionales y nacionales, su capacidad para emitir documentos de crédito que le proporcionaban ganancias a costa del Estado, que era el único que introducía al país dólares, se dedicó a comer-ciar esa divisa por todos los medios, incluso inducir la compra de inmuebles en el extranjero y, en consecuencia, se convirtió en el instrumento fundamental de la devaluación de nuestra moneda, agravando y aprovechando la mala situación económica del país, convenciendo al público en forma directa de la necesidad de con-vertir en dólares la riqueza nacional y sacarla del país, ya sea en pagos anticipados, composición de tesorería, como hacían en sus propias empresas o con las que de ella dependían, convirtiéndose en ejemplo prestigiado para las otras empresas. Todo ello contribuyó a las fugas de capitales y al fomento de lo que se llama capital golondrino, que propiciaron desde antes. Era el principal centro de los infundios que llevaban a la dolarización de nuestra economía. A lo que contribuían sus propias y múlti-ples empresas, pues se dedicaban prioritariamente a prestarles a éstas con demérito de crédito. Además se habían convertido en reales administradoras de la riqueza nacional, y llevaban un sis-tema de doble contabilidad de las empresas. Primero, una conta-bilidad para otorgar créditos, y otra contabilidad para evadir al fisco”(Fuente: EIR Resumen Ejecutivo septiembre 2002)El golpe fuerte para López Portillo vino de la falta de solidaridad del grupo al que llamó los 10 mil mexicanos. Explica que el ahorro interno que en general es bueno pero poco común en un país subdesarrollado, se fomentó durante su gobierno. La cúpula empresarial “confundió” la libertad de cambios (compra-venta de divisas) con libertinaje económico y traición. Al preparar su últi-mo informe de gobierno, López Portillo supo que la enorme fuga de capitales ascendía a ¡52 mil millones de dólares!, promovida por banqueros mexicanos y líderes de la cúpula empresarial que hoy ocupan puestos públicos en el gobierno actual, cuando el total histórico de la inversiones extranjeras en el país era de apenas 11 mil millones de dólares. Por cierto, la fuga de capitales conocida en el lenguaje de hoy como “exportación de capitales” asciende a 145 mil millones de dólares entre depósitos en cuentas en el extranjero llamados “activos” (¿de qué?) e “inversiones producti-vas” (Fuente: Banxico). Por mucho menos que eso se nacionalizó la banca en 1982.Es claro que nuestro país abandonó el legado de José López Por-tillo. México, después del revés a las políticas de JLP desde 1982, es mercado de la especulación internacional. La inversión extran-jera actualmente asciende a 32 mil 24 millones de dólares. De cada 100 pesos que entran al país, 30 pesos se destinan a planes empresariales a largo y plazo y 70 al mercado accionario y de dinero de corto plazo (especulas, ganas y te vas). Ese mismo mer-cado mundial que ahora está en bancarrota y que sigue exigiendo que se le pague para subsistir con una libra de carne de la pobla-ción, como se sigue cobrando en la zona del euro, a la manera de Shylock de la obra “El mercader de Venecia” de Shakespeare.Podemos parar esta locura. Únete a nuestra movilización interna-

cional para evitar la guerra y reorganizar la economía con pasos necesarios como la reforma financiera mundial tipo Glass-Stea-gall, que pare la especulación y saque las manos del control oli-gárquico en nuestras naciones. El siguiente paso será la constitu-ción de un banco nacional de crédito productivo. Nuestra nación no crecerá con dinero, sino con crédito del Estado bajo una nueva forma de desarrollar el futuro con soberanía. Así honraremos la pelea de José López Portillo, el último presidente de la Revolu-ción.José López Portillo tuvo razón y comprendió quién era el ene-migo y entendió dolorosamente que para ganar, necesitamos una resistencia y cooperación internacional. Sin embargo, la lección más grande que podemos aprender de la personalidad universal JLP es que demostró la dignidad política necesaria para defender los principios de bienestar y libertad bajo los que se formó nuestra República. Ese espíritu ronda en nosotros y es la esencia para unir a la población. Esa es nuestra misión en el mes de la Patria.

1.- Contexto en el que Lyndon larouche propone la Doctrina Monroe http://www.larouchepub.com/spanish/lhl_articles/2003/EstadosSoberanos/IndexEstSober.html

Autor:Blanca Estela Pérez García [email protected]

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