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JUAN MANUEL ABASCAL – JOSÉ MIGUEL NOGUERA – MARÍA JOSÉ MADRID N UEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS DE C ARTHAGO N O VA (C ARTAGENA , H ISPANIA C ITERIOR ) aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 182 (2012) 287–296 © Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn

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JUAN MANUEL ABASCAL – JOSÉ MIGUEL NOGUERA – MARÍA JOSÉ MADRID

NUEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS DE CARTHAGO NOVA

(CARTAGENA, HISPANIA CITERIOR)

aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 182 (2012) 287–296

© Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn

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NUEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS DE CARTHAGO NOVA

(CARTAGENA, HISPANIA CITERIOR)

Entre los años 2008 y 2011 se han realizado excavaciones arqueológicas en toda la cima y en parte de la ladera suroriental del Cerro del Molinete en Cartagena, un lugar considerado como arx Asdrubalis de la colonia púnica1 y situado en pleno corazón de la colonia romana de Carthago Nova. Dichas excavaciones han permitido localizar en la ladera meridional una gran insula con edifi cios públicos (un complejo termal y el llamado edifi cio del atrio) adyacentes al foro2, mientras que en la cima se han delimitado las estructu-ras de varios santuarios, excavados y dados a conocer con anterioridad, y varios tramos superpuestos de las murallas púnica, republicana y del siglo XVI que fortifi caron la ciudad por su fl anco septentrional. En el transcurso de dichas excavaciones se han recuperado diversos fragmentos de epígrafes fuera de contexto o reutilizados en niveles de época bizantina. Algunos de ellos ya han sido publicados3, mientras que de otros se da cuenta en estas páginas. Todas estas inscripciones se conservan en el Museo Arqueológico Municipal “Enrique Escudero de Castro” de Cartagena.

1. Fragmento de inscripción con dedicación a Serapis, Isis y Mercurio (Figura 1)

Ángulo superior izquierdo de un bloque en piedra caliza micrítica, de color gris-azulado, procedente de las canteras situadas en el campo de Cartagena, roto por abajo, por la derecha y por detrás; por el lado derecho está cortado en época bizantina o posterior para su uso como material de construcción. El fragmento podría corresponder a la parte superior de un altar con el coronamiento exento. La superfi cie frontal está alisada y el resto de las caras están desbastadas pero no han recibido un tratamiento especial. Sus dimensiones son [19,5] × [21,5] × [15,5] cm. La altura de las letras es de 4,5 (vv. 1–2) y 4 cm (v. 3). Las interlíneas miden 1,5/2 cm. En vv. 1 y 3 presenta interpunciones cuadradas. Las letras son muy irregulares, profundas y el surco es de una anchura inusual; en v. 1 algunas de ellas están ligeramente inclinadas hacia la izquierda.

Fue descubierto en 2009 durante la construcción de la valla que separa el Parque Arqueológico del Cerro del Molinete de la calle Honda, frente a la escalinata occidental que daba acceso a la terraza superior del foro, probablemente ocupada en época tiberiana por un templo de culto imperial4; la pieza procede de un estrato de abandono de esta plaza, datado en el segundo cuarto del siglo III5. Fue descrito el 26 de agosto de 2009 (n.º reg. MOL-09-52101-250-1).

Sera(pidi ?) · Is[idi et] Merc[urio] M(arcus) · Bom[bius] ------

1 Sera(pi) ?, si se compara con AE 1982, 636 (Carthago Nova), que dice Sarapi et Isi.

1 Cf. J. M. Noguera, Arx Asdrubalis. Arqueología e Historia del Cerro del Molinete (Cartagena), I, Murcia 2003. El presente trabajo se enmarca en los proyectos de investigación HAR2009-14314-C03-03 y HAR2009-09104, subvencionados por la Secretaría de Estado de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación del gobierno de España y parcialmente cofi nanciados con fondos FEDER.

2 J. M. Noguera – M.ª J. Madrid (eds.), Arx Hasdrubalis. La ciudad reencontrada. Arqueología en el cerro del Molinete / Cartagena, Murcia 2009; sobre el foro de la colonia: J. M. Noguera – B. Soler – M.ª J. Madrid – J. Vizcaíno, El foro de Car-thago Nova: estado de la cuestión, inserción urbanística y problemas de interpretación, en J. M. Noguera (ed.), Fora Hispaniae. Paisaje urbano, arquitectura, programas decorativos y culto imperial en los foros de las ciudades hispanorromanas, Murcia 2009, 217–302.

3 J. M. Abascal, en J. M. Noguera – M.ª J. Madrid (eds.) (n. 2), 318–323, n.º 71–80.4 J. M. Noguera et alii, El foro de Carthago Nova (n. 2), 237–238.5 Ibid. 277 ss.

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La restitución de v. 1 sólo es posible gracias a los testimonios del culto de Isis y Serapis (AE 1982, 635 y 636) ya conocidos en esta misma zona del Cerro del Molinete (Cartagena), que constituye un punto clave en la topografía religiosa de Carthago Nova. De aquí procede una inscripción dedicada a Isis y Serapis6, que podría ser un pequeño dintel o un soporte para ofrendas ubicado en la mansio de Isis y Sarapis propuesta por Koch (Figura 2, izquierda)7, y cerca de aquí, en un solar de la calle Jara, apareció en 1897 un pequeño altar cilíndrico con una inscripción dedicada a Sarapis (Figura 2, derecha)8 por un tal Marcus Brosius. En la inscripción destaca la asociación en un mismo texto de Isis, Serapis y Mercurius, que responde sin duda a una iniciativa individual del dedicante9. En Carthago Nova ya se conocía otra dedicación a Mercurius10.

Bombius11, el gentilicio del dedicante, es un nombre de origen africano especialmente atestiguado en Numidia12, de donde procede la mayor parte de los veinte testimonios conocidos, con una especial con-centración en el castellum Celtianum. En tres de los ejemplos, el praenomen es también M(arcus)13. En Hispania, el gentilicio está atestiguado únicamente en Tarraco sobre una inscripción del siglo III14.

La paleografía y, sobre todo, el uso de la interpunción cuadrada que conocemos en otros epígrafes de esta ciudad, aconsejan datar el texto en las últimas décadas del siglo I a.C.

El hallazgo de estos tres testimonios del culto a Serapis e Isis en emplazamientos tan próximos con-fi rma la hipótesis de que el Cerro del Molinete fue el área que albergó un santuario para estas divinidades,

6 M. Koch, Isis und Serapis in Carthago Nova, MDAI(M) 23, 1982, 350–351, n.º 2, Taf. 57 (= AE 1982, 636); J. M. Abas-cal – S. F. Ramallo, La ciudad de Carthago Nova III. La documentación epigráfi ca, Murcia 1997, n.º 38; L. Bricault, Recueil des inscriptions concernant les cultes isiaques, Paris 2005, n.º 603/0202; B. Díaz Ariño, Epigrafía latina republicana de Hispa-nia, Barcelona 2008, 105–106, n.º C13. El texto, en restitución de Koch, dice: T(itus) Hermes +[ -c.4.-- S]arapi et / Isi in suo ma[ns(ionem)] d(onavit) l(ibens) m(erito) d(e) s(ua) p(ecunia).

7 M. Koch, Isis und Serapis (n. 6), 350 y nota 22. No se trata de un “Iseum privé” como proponen J. Alvar – E. Muñiz, Les cultes égyptiens dans les provinces romaines d’Hispanie, en Isis en Occident. Actes du IIème Colloque International sur les études isiaques. Lyon III, 16–17 mai 2002, Leiden 2004, 69–94, esp. p. 77.

8 A. Beltrán Martínez, La colección epigráfi ca romana del Museo de Cartagena (Anejos de Saitabi 8), Valencia 1944, 10–11, n.º 5; M. Koch, Isis und Serapis (n. 6), 348–350, n.º 1, Taf. 56 (= AE 1982, 635); J. M. Abascal – S. F. Ramallo, La ciudad (n. 6), n.º 37; L. Bricault, Recueil (n. 6), n.º 603/0201; cf. J. Alvar – E. Muñiz, Les cultes égyptiens (n. 7), 77.

9 Vid., por ejemplo, este epígrafe de Larisa, en Macedonia: [Iov]i Serapi (H)ar[poc]<ra>ti Anub[i] [Mercuri]o Veneri [---] Isidi sac(rum); sobre él cf. L. Vidman, Sylloge inscriptionum religionis Isiacae et Sarapiacae, Berlin 1969, n.º 99; M. Sasel Kos, Inscriptiones Latinae in Graecia repertae. Additamenta ad CIL III, Faenza 1979, n.º 171; L. Bricault, Recueil (n. 6), n.º 112/0506.

10 CIL II 5929; J. M. Abascal – S. F. Ramallo, La ciudad (n. 6), n.º 36.11 H. Solin – O. Salomies, Repertorium nominum gentilium et cognominum Latinorum, Hildesheim–Zürich–New York

1988 (editio nova 1994), 36.12 Cf. CIL VIII 5, 1, p. 13.13 CIL VIII 19721 (ILAlg II 1, 2298); VIII 19725 (ILAlg II 1, 2306); ILAlg II 1, 2307. Merece destacarse que uno de esos

escasos ejemplos es el de un miembro del collegium fabrum navalium en Ostia (CIL XIV 256; AE 1955, 182).14 CIL II²/14, 1005 (AE 1930, 148).

Figura 1. Dedicación a Serapis, Isis y Mercurius del Cerro del Molinete y propuesta de restitución

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aunque su ubicación exacta es desconocida15. Hay que recordar que una parte importante del variado pan-teón de Carthago Nova estaba constituido por cultos orientales y púnicos como los de Hércules gaditano, Isis, Serapis, quizá Atargatis – la Dea Syria –16, y una divinidad púnica asimilada al mítico Aletes17. Koch ya demostró que los nombres que dio Polibio a cuatro de los cerros que rodeaban la ciudad18 son claras evi-dencias de los cultos semitas de Carthago Nova19, aunque de ninguno de estos emplazamientos religiosos haya huella en la topografía actual.

2. Placa en honor de Germánico

Dos fragmentos contiguos de una placa en marmor Numidicum, de la variedad brechada con veteados roji-zos, procedente de las canteras de Chemtou (Túnez). Está rota por sus cuatro lados, por lo que no conserva ninguno de los bordes laterales; la superfi cie frontal está pulida y la trasera sólo está rebajada y sin alisar con cuidado, pues debió estar empotrada en una pared o en un monumento. Sus dimensiones son [30,8] × [27,4] × 3,3 cm. En el fragmento quedan restos de 4 líneas bien centradas, aunque la inferior sólo conserva las astas superiores de sendas letras. La altura de los caracteres es de 4,9 (v. 3), 4,5 (v. 4) y 4,3 cm (v. 5), con una I ligeramente longa en v. 4. La interlínea tiene una altura de 3,5 cm. Las interpunciones son triangula-res y ligeramente apuntadas hacia abajo. Los trazos de las letras muestran un surco de sección triangular, con refuerzos elegantes en las S de vv. 3–4.

Fue descubierto el 15 de septiembre de 2010 en las excavaciones de la cima del cerro del Molinete, durante la limpieza de las zanjas de alcantarillado del siglo XX junto al templo itálico que domina la colina. Fue descrito en octubre de 2010 (n.º reg. MOL-10-10044).

[Germanico] [Caesari] [Ti(beri) Aug]usti · f(ilio)

15 J. M. Abascal, en: J. M. Noguera – M.ª J. Madrid (n. 2), 119.16 S. F. Ramallo – E. Ruiz, Un edículo republicano dedicado a Atargatis en Carthago Nova, AEspA 67, 1994, 79–102.

Sobre las religiones púnicas y orientales en Carthago Nova, cf. M. Koch, Observaciones sobre la permanencia del sustrato púnico en la Península Ibérica, Actas del I Coloquio sobre Lenguas y Culturas prerromanas de la Península Ibérica. Salaman-ca 1974, Salamanca 1976, 191–199; id., Aletes, Mercurius und das phönikisch-punische Pantheon in Neukarthago, Madrider Mitteilungen 23, 1982, 109–110, id., Isis und Serapis (n. 6); id., Die römische Gesellschaft von Carthago Nova nach den epi-graphischen Quellen, en F. Heidermann y E. Seebold (eds.), Festschrift für Jürgen Untermann zum 65. Geburtstag, Innsbruck 1993, 191–242; J. M. Abascal, Cultos orientales en Carthago Nova, en Scombraria. La historia oculta bajo el mar. Catálogo de la exposición, Murcia 2004, 103–106; id., El Cerro del Molinete y los cultos orientales en Carthago Nova, en J. M. Noguera – M.a J. Madrid (eds.), (n. 2), 118–119.

17 M. Koch, Aletes (n. 16).18 Polib. 10, 10.19 M. Koch, Aletes (n. 16), 101 y 103, con el resumen del tema.

Figura 2. Dedicaciones a Isis y Serapis de Carthago Nova:AE 1982, 636 (izquieda) y AE 1982, 635 (derecha)

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[Divi Aug]ustì · n(epoti) 5 [Divi Iuli p]ro · n(epoti) [augur(i) ? fl am]ịṇ[i] [Augustali ?] [co(n)s(uli) II imp(eratori) II ?] ------

En el texto llama la atención la forma de pronepoti en v. 5: [p]ro · n(epoti), con separación de los dos ele-mentos e interpunción central.

La titulatura de los renglones 3–5 conviene tanto a Germánico (15 a.C.–19 d.C.) como a Druso (15/14 a.C.–23 d.C.). Sin embargo, los restos de las letras IN conservados en v. 6 parecen indicar que el homenajea-do era fl amen Augustalis, lo que reduce el texto a la titulatura de Germánico20, que recibió ese fl aminado a la muerte de Augusto el año 1421. La perfecta simetría de la inscripción en vv. 3–5 aconseja la restitución que ofrecemos (Figura 3); según esa propuesta, delante de [fl am]in[i] habría que esperar [augur(i)], como sabemos por el orden habitual de la titulatura de Germánico en inscripciones de diversas provincias del Imperio y de la propia Roma: la construcción Germanico Caesari Ti(beri) Augusti f(ilio) Divi Augusti n(epoti) Divi Iuli pron(epoti) augur(i) fl amini Augustali co(n)s(uli) II imp(eratori) II, con diversas abrevia-turas, está bien atestiguada por diversos epígrafes22 y en Hispania fi gura sobre una inscripción de Ipagrum (Aguilar de la Frontera, Córdoba)23. La solución de v. 7–8 es sólo exempli causa.

Dado que Germánico obtuvo la condición de fl amen Augustalis en septiembre del año 14, el epígrafe se podría fechar entre el otoño del año 14 y el otoño del año 19. Si, como es probable, la inscripción es posterior a la elección para el segundo consulado, esa horquilla se reduciría al intervalo que va de enero del año 18 a octubre del 19.

3. Fragmento de placa con título imperial

Fragmento correspondiente a la parte central de una placa de mármol amarillento (marmor Numidicum). La superfi cie frontal está bien pulida y está alisada por detrás. Sus dimensiones son [12,7] × [10,7] × 3,2 cm. La altura de las letras es de ca. 4,5 cm y la interlínea mide 3,5 cm. La interpunción es triangular y apuntada hacia abajo. Lo conservado es parte de una titulatura imperial.

20 Tac., Ann. 1, 54, 1; 2, 83, 1.21 S. Weinstock, Divus Iulius, Oxford 1971, 308; D. Fishwick, The Imperial Cult in the Latin West. Studies in the Ruler

Cult of the Western Provinces of the Empire I 1, Leyden 1987, 110 y 161; E. Lyasse, Germanicus fl amen Augustalis et la création de nouveaux fl aminats à Rome, Gerión 25.1, 2007, 305–328, esp. 316–322. Cf. D. Kienast, Römische Kaisertabelle², Darmstadt 1996, 80.

22 Roma, Ostia, Herculaneum, Allifae, Veii, Forum Novum y Mediolanum Santonum (Saintes).23 CIL II²/5, 592 (= II 1517 y II 2198; HEp 3, 169): [G]ermanico Caesari Ti(beri) f(ilio) divi Aug(usti) [n]epoti divi Iuli

pro[n]epoti auguri fl am(ini) [Au]g(ustali) co(n)s(uli) iterum imp(eratori) [iterum].

Figura 3. Fragmento de la placa dedicada a Germánico y propuesta de restitución del texto

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Fue descubierto en 2008 en el relleno de una fosa de época tar-dorromana, situada junto al pórtico meridional de la palestra de las llamadas ‘Termas del Foro’24, en la vertiente suroriental del Cerro del Molinete (insula I). Fue descrito en abril de 2009 (n.º reg. MOL-08 31328-250-1).

------ [--- pont(if---)] ma[x(im--) tr(ibunicia) pot(estate) ---?] [--- im]p(erator-) · +[-- co(n)s(ul-) ---?] ------

Cf. J. M. Abascal, en J. M. Noguera – M.ª J. Madrid (eds.) (n. 2), 322, n.º 78.

1 conserva la parte derecha de una M y el extremo de su vértice central en el límite de la rotura, seguida de una A. – 2 + es V ó X; presenta una P de ojo abierto seguida del extremo izquierdo del nume-ral bajo una barra horizontal; es decir, se trata de un número igual o superior a V o X.

No sabemos si el texto estaba redactado en nominativo o si se trataba de una dedicación al emperador en dativo; también desconocemos el grado de abreviación.

Dado que Augusto recibió la V aclamación imperial antes de Actium25, el texto puede corresponder a cualquier emperador entre Tiberio y Trajano, que recibió la aclamación V el año 106 y la X el 115 26. El tipo de caracteres indica que la placa es anterior a época adrianea.

4. Inscripción con litterae aureae del foro de Carthago Nova

Hace casi diez años dimos a conocer una losa con perforaciones para litterae aureae que había formado parte del pavimento del foro de Carthago Nova27. A esa pieza viene a sumarse ahora un segundo ejemplar con algunas letras más.

Se trata de una losa en caliza micrítica gris (Figura 5), procedente de las canteras del campo de Car-tagena, en perfecto estado a excepción de su ángulo superior izquierdo que está roto. Dado que se trata de una pieza de pavimento, su parte posterior está únicamente rebajada, mientras que los laterales están cuidadosamente trabajados para facilitar el acoplamiento con otras losas. La superfi cie frontal está perfec-tamente alisada y algo pulida por el paso sobre ella. La técnica28 empleada para grabar el texto fue la exca-vación de la forma de la letra sobre el soporte y la realización de varias perforaciones para el anclaje de las

24 M.ª J. Madrid – J. M. Noguera – V. Velasco, Baño y ocio: las Termas del Foro, en J. M. Noguera – M.ª J. Madrid (eds.) (n. 2), 90–114.

25 Kienast, Römische Kaisertabelle (n. 21), 66.26 Ibid. 78 (Tiberio), 91 (Claudio), 97 (Nerón), 109 (Vespasiano), 112 (Tito), 117 (Domiciano), 123 (Trajano).27 J. M. Noguera – J. M. Abascal, Inscripciones conmemorativas de Carthago Nova: nuevos epígrafes del centro monu-

mental de la ciudad, Mastia 2, 2003, 53–58, fi guras 34–35; J. M. Abascal, Programas epigráfi cos en los foros romanos de Hispania, en J. M. Noguera (ed.), Fora Hispaniae (n. 2), 93–94.

28 Sobre las inscripciones con litterae aureae, técnicas empleadas, sistemas de fi jación y signifi cado, existe una amplia bibliografía principalmente debida a G. Alföldy: vid. pricipalmente G. Alföldy, Der Obelisk auf dem Petersplatz in Rom, Hei-delberg 1990, 68–74; id., Die Bauinschriften des Aquäduktes von Segovia und des Amphitheaters von Tarraco, Berlin–New York 1997 (= La inscripción del acueducto de Segovia, Madrid 2010), 4–8 y 26–31; J. M. Abascal – G. Alföldy – R. Cebrián, La inscripción con letras de bronce y otros documentos epigráfi cos del foro de Segobriga, AEspA 74, 2001, 117–1125; G. Alföldy, Discussing the Colosseum Inscription, Biblical Archaeological Review 27, 6, 2001, 16–17; G. Alföldy – J. M. Abascal, La inscripción del arco, en J. M. Abascal – G. Alföldy (eds.), El arco romano de Medinaceli (Soria, Hispania Citerior), Madrid 2002, 80–98; G. Alföldy, Die Repräsentation der kaiserlichen Macht in den Inschriften Roms und des Imperium Romanum, en L. de Blois – O. J. Hekster – G. de Kleijn – St. T. A. M. Mols (eds.), The Representation and Perception of Roman Imperial Power. Proceedings of the Third Workshop of the International Network Impact of Empire (Roman Empire, 200 B.C. – A.D. 476), Amsterdam 2003, 11–12; S. Panciera, Nursia colonia antoniana?, en Scritti in onore di Francesco Grelle (Bari 2006), 188–189.

Figura 4. Fragmento de placacon titulatura imperial

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litterae aureae, de manera que éstas no sobresalieran de la superfi cie del soporte. Sus dimensiones son de 61 cm × 72 cm × 21,5 cm. Contiene las huellas de cuatro letras cuya altura oscila entre los 21,7 y 22,5 cm; la anchura de los trazos es de ca. 3 cm y su profundidad de ca. 0,8 cm. Entre las letras y la arista superior hay un espacio de 22 cm, mientras que el inferior mide 17 cm. Las huellas de los anclajes tienen ca. 2 cm de lado y ca. 2,9 cm de profundidad. El orifi cio situado en el ángulo inferior izquierdo de la segunda E está cegado por el plomo vertido allí para anclar la letra29. La losa fue arrancada de su emplazamiento en época bizantina y probablemente entonces se arrancaron las letras metálicas con ayuda de un cincel. Es posible que estén relacionadas con esa operación las huellas de sección cuadrangular y rectangular de ca. 1/1,5 cm de profundidad que aparecen cerca de las letras (vid. especialmente a izquierda y derecha de la seunda letra).

Fue descubierta en 2008 en la vertiente suroriental del Cerro del Molinete, en el departamento n.º 19 del barrio bizantino, construido sobre las ruinas del aula n.º 13 del “edifi cio del atrio”. Este espacio fue, aparentemente, una herrería o zona de actividad metalúrgica situada a unos 100 metros de la plaza del foro y abandonado en los primeros decenios del siglo VII d.C. Se conserva en el lapidario del Parque Arqueoló-gico del Molinete (n.º reg. MOL-08-31293-250-1). En el fragmento sólo se lee lo siguiente:

[---] Cele[r---]

Las dimensiones y caracteres externos de esta losa hallada a los pies del Cerro del Molinete son exacta-mente iguales a los de la pieza hallada en el verano de 2002 en una excavación de la calle Jara n.º 1730. En aquella pieza (Figura 5, derecha) se conservaba la huella de una interpunción seguida de dos letras: [---] · Ap[---]; en ésta (Figura 5, izquierda), fi gura lo que parece parte del popular cognomen Celer.

Celer es un cognomen desconocido hasta ahora en Carthago Nova pero frecuente en el sureste de Hispania31, donde está vinculado a la familia senatorial de los Maecii. Esta familia es conocida desde las últimas décadas del siglo I a.C. en el área de Carthago Nova (Cartagena, Murcia) e Ilici (La Alcudia de Elche, Alicante). Un Gaius Maecius fue magistrado de Carthago Nova ca. 39–29 a.C.32. Gaius Maecius Celer dedicó pocos años después un pedestal a Augusto en Ilici33. M. Maecius Celer, probablemente ori-ginario de esta región, fue legado jurídico de la Hispania citerior en tiempos de Domiciano y obtuvo un

29 Esa circunstancia se repite en un anclaje de la inscripción del foro de Segobriga: J. M. Abascal – G. Alföldy – R. Cebrián, La inscripción con letras de bronce (n. 28), 122.

30 Sobre la excavación C. López – B. Soler – M.ª C. Berrocal, Excavación de urgencia en el solar de la calle Jara n.º 17. Cartagena, en XII Jornadas de Patrimonio Histórico y Arqueología Regional, Murcia 2001, 61–62. Sobre la inscripción, cf. más arriba la nota 27.

31 H. Solin – O. Salomies, Repertorium (n. 11), 312; J. M. Abascal, Los nombres personales en las inscripciones latinas de Hispania, Murcia 1994, 322–323. Testimonios regionales: Murcia (CIL II 3522: L. Petronius L. f. Celer), Totana (Murcia; CIL II 3531: In h(onorem) d(omus) d(ivinae) Celer Celeris Lepidus Celeris f.) y la colonia de Ilici (CIL II 3555: C. Maecius Celer).

32 J. M. Abascal, La fecha de la promoción colonial de Carthago Noua y sus repercusiones edilicias, Mastia 1, 2002, 31.33 CIL II 3555; J. Corell, Inscripcions romanes d’Ilici, Lucentum, Allon, Dianium i els seus respectius territoris, València

1999, n.º 3. Según G. Alföldy (Administración, urbanización, instituciones, vida pública y orden social, en Las ciudades y los

Figura 5. Losas para inscripciones con litterae aureae del foro de Carthago Nova:inédita (izquierda) y AE 2003, 1004 (derecha)

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consulado sufecto en la primavera del año 10134; no hay que olvidar que de los alrededores del Tossal de Manises (Alicante), la antigua Lucentum, proceden las marcas cerámicas con las siglas M(arcus) M(aecius) C(eler)35 que prueban la participación del grupo en la exportación de aceite. Además, L. Roscius Aelianus Maecius Celer, miembro por adopción de la familia senatorial de los Roscii de Lusitania y cos. suf. del año 10036, también estuvo probablemente vinculado a la familia de M. Maecius Celer37. Por ello, se puede decir que los Maecii constituyen la más antigua familia senatorial que conocemos en esta región38. A ello hay que añadir que un tal L. Sestius Celer fue IIvir de Ilici en tiempos de Tiberio39.

No sabemos si [---] Cele[r] perteneció a la familia de los Maecii Celeres de Ilici y Lucentum o si esta familia tuvo intereses en Carthago Nova, la capital conventual, lo que podría explicar que participara en la pavimentación del foro con la inscripción de letras áureas. No hay que olvidar que detrás del fragmento con las letras [---] · Ap[---] puede estar el IIvir quinquennalis C. Laetilius M. f. A[palus?], como ya justifi camos en su día40.

En todo caso, ambos fragmentos parecen formar parte de una misma inscripción formada con litterae aureae, que pavimentaba el foro de Carthago Nova. De ella sólo tenemos hasta ahora estas dos pequeñas evidencias:

a) [---] · Ap[---] (AE 2003, 1004).b) [---] Cele[r---]El tipo de material empleado, la técnica y la colocación en el foro de la ciudad, pemite fechar el frag-

mento en época augustea.El foro de Carthago Nova fue parte de la renovación urbanística emprendida en la ciudad en el último

cuarto del siglo I a.C., cuando la colonia recobró un cierto protagonismo gracias a los vínculos de sus elites con el emperador Augusto y su círculo más inmediato41; estuvo ubicado en la ladera meridional del Cerro del Molinete, con un eje axial noroeste-sureste, perpendicular al eje de la actual plaza de San Francisco42. El foro estaba distribuido en dos grandes terrazas separadas por un monumental parapeto de contención, dotado de contrafuertes y fl anqueado por sendas escalinatas monumentales43. La plaza forense fue un espacio rectangular de unos 33 m de anchura y unos 76 m de longitud y estuvo pavimentada con losas de

campos de Alicante en época romana, Alicante 2003, 52, nota 121), la forma cilíndrica del pedestal es única en la región. Cf. J. M. Abascal, Colonia Iulia Ilici Augusta, en Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici, Alicante 2004, 83.

34 Petersen, PIR² M 51; G. Alföldy, Fasti Hispanienses. Senatorische Reichsbeamte und Offi ziere in den spanischen Provinzen des römischen Reiches von Augustus bis Diokletian, Wiesbaden 1969, 76–78.

35 J. M. Abascal, Hallazgos epigráfi cos y numismáticos en las excavaciones del área del Tossal de Manises (1987–1990), LQNT 1, 1993, 139, n.º 7; AA.VV., Aliments sagrats. Pa, vi i oli a la Mediterrània antiga. Exposició juny–setembre 2001, Bar-celona 2001, 213.

36 Wachtel, PIR² R 89; G. Alföldy, Städte, Eliten und Gesellschaft in der Gallia Cisalpina, Stuttgart 1999, 336–338, n.º 1. 37 G. Alföldy, Administración (n. 33), 54, le considera hermano de M. Maecius Celer.38 G. Alföldy, ibid., 54.39 P. P. Ripollès, en A. Burnett – M. Amandry – P. P. Ripollés, Roman Provincial Coinage, vol. I: From the death of Caesar

to the death of Vitellius (44 BC–AD 69), London 1992 (RPC), n.º 196–197.40 Cf. más arriba la nota 27.41 Sobre esas relaciones vid. J. M. Abascal, La fecha (n. 32), 21–44; id., Los tres viajes de Augusto a Hispania y su rela-

ción con la promoción jurídica de las ciudades, Iberia 9, 2006 [2009], 63–78. Cf. además J. M. Noguera, Carthago Nova: una metrópoli hispana del Mediterráneo occidental, en J. M. Abascal – J. M. Noguera – F. J. Navarro (eds.), Inscripciones de Car-thago Nova, hoy Cartagena, en el Reyno de Murcia, ilustradas por el Excelentísimo Señor Conde de Lumiares, Individuo de la Academia de Artes y Ciencias de Padua (edic. facsimilar), Murcia 2002, 67–79.

42 J. M. Noguera – B. Soler – M.ª J. Madrid – J. Vizcaíno, El foro de Carthago Nova (n. 2), con la bibliografía anterior.43 Sobre diversos elementos ya excavados en el foro, cf. M.ª C. Berrocal, Nuevos hallazgos sobre el foro de Carthago

Nova, en Los Foros Romanos en las Provincias Occidentales, Madrid 1987, 137–142; B. Roldán – L. E. de Miquel, Excava-ciones en el templo capitolino de Carthago-Nova, en XXIV Congreso Nacional de Arqueología (Cartagena, 1997), Murcia 1999, 57–65; J. M. Noguera – E. Ruiz, La curia de Carthago Nova y su estatua de togato capite velato, en D. Vaquerizo – J. F. Murillo (eds.), El concepto de lo provincial en el mundo antiguo. Homenaje a la Profesora Pilar León Alonso, Córdoba 2006, II, 195–232; M. Martín, La curia de Carthago Nova, Mastia 5, 2006, 61–84.

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caliza micrítica de las que se han recuperado algunas sin inscripción en los trabajos de excavación del año 2008 en la ladera sur del Cerro del Molinete.

Muchos de esos elementos fueron reutilizados en la construcción de la ciudad tardorromana y bizan-tina44. La evidencia arqueológica prueba que algunos de los edifi cios monumentales del foro y su entorno más inmediato se habían convertido en cantera de materiales de construcción desde mediados del siglo II y que a fi nales de ese siglo y principios del III se produjo el colapso de parte de los edifi cios públicos que fl anquean la plaza. En el segundo cuarto del siglo III, después de haber sido expoliada en la centuria anterior45, la curia quedó amortizada por un nivel de disolución de adobes46 y en la porticus duplex se derrumabron la perístasis y el muro perimetral de sillares de arenisca poco después del año 23847, sirvien-do entonces de cantera48. El espacio anexo al porticado del Augusteum parece haber sido destruido en esta época por un incendio49.

5. Estela funeraria

Fragmento de una estela de cabecera triangular en mármol blanquecino-grisáceo, posiblemente proceden-te de las canteras del Cabezo Gordo (Figura 6). Está rota por abajo y lo conservado debe corresponder, aproximadamente, a un tercio de la altura original. Su carácter tosco y primario se aprecia en los laterales, burdamente trabajados. En el lado izquierdo se aprecian las huellas de un puntero y el derecho no fue ter-minado de desbastar; la zona superior también está trabajada en basto y sin terminar. Por detrás quedan huellas de una decoración anterior, lo que indica que la estela fue grabada sobre un bloque reaprovechado de otra construcción ya amortizada. En todo caso, el carácter inconcluso de la estela parece indicar que for-maba parte de la fachada de un monumento funerario. Sus dimensiones son [49] × 30 × 28 cm. En la parte superior presenta un frontón con tímpano en bajo relieve, decorado en el centro con una roseta cuadripé-tala. Debajo del frontón aparece un nicho de cabecera semicircular, con el fondo marcadamente cóncavo, que mide 21 × 17 cm; en su interior se labraron los bustos de dos difuntos, colocados en posición frontal y cortados a la altura de la región lateral del cuello. El nicho apoya sobre una especie de zócalo, también roto en su zona inferior, de 9,5 × 23 cm. La altura de las letras es 2/2,7 (v. 1) y 1,5/2 cm (v. 2). Apareció en 2009, utilizada como parte de la cimentación del muro meridional de la denominada habitación n.º 1 en el barrio bizantino situado en la ladera suroriental del Cerro del Molinete; ese muro es posterior a inicios del siglo VI. Fue descrito el 26 de agosto de 2009 (n.º reg. MOL-08-30404-307-1).

En el espacio comprendido entre el frontón y el nicho presenta el siguiente texto (Figura 6):

Q(uintus) · B(---) · Propinq(u)us vi(xit) a(nnis) · XX

2 V•I, con separación puramente ornamental.El gentilicio abreviado del difunto debe corresponder a un nombre más o menos corriente en Carthago

Nova, lo que lleva inexcusablemente a Baebius, un nombre documentado entre ingenuos y libertos de esta ciudad que corresponde también a uno de los magistrados monetales.

44 Sobre este fenómeno: J. Vizcaíno, Reutilización de material de la edilicia tardoantigua. El caso de Cartagena, Mastia 1, 2002, 205–218; vid. ahora J. M. Noguera – B. Soler – M.ª J. Madrid – J. Vizcaíno, El foro de Carthago Nova (n. 2), 277 ss.

45 J. M. Noguera – E. Ruiz, La curia de Carthago Nova (n. 43), 201; M. Martín (n. 43), 79–80.46 E. Ruiz – L. E. de Miquel, Novedades sobre el foro de Carthago Nova. El togado capite velato de la calle Adarve, Mas-

tia 3, 2003, 273; M. Martín (n. 43), 79–80.47 J. M. Noguera, Un edifi cio del centro monumental de Carthago Nova. Análisis arquitectónico-decorativo e hipótesis

interpretativas, JRA 15, 2002, 84–85.48 A. Martínez – L. E. de Miquel, Programa decorativo de los pavimentos marmóreos del área foral de Carthago Nova, en

S. F. Ramallo (ed.), La decoración arquitectónica en las ciudades romanas de Occidente, Murcia 2004, 485–489.49 M. Fuentes, Novedades en el extremo sureste del foro de Carthago Nova: el porticado de la sede colegial, Mastia 5,

2006, 149–150.

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Nuevas inscripciones romanas de Carthago Nova (Cartagena, Hispania Citerior) 295

El monumento puede asignarse genéricamente al tipo de estela de edícula con nicho, que fue usual en monumentos funerarios de Italia septentrional en la primera época imperial50. Este tipo de capillas o naiskoi funerarios, inspirados en modelos muy difundidos en época griega y helenística y en los que el aparato arquitectónico se ha reducido al máximo, se transfi rió a Roma a fi nales del siglo I d.C., transfor-mándose entonces el tipo del altar funerario precedente en altar-tabernáculo caracterizado por la presencia del retrato del difunto y la correspondiente inscripción. Este tipo de altar sepulcral, desarrollado en la metrópoli entre los periodos fl avio y hadrianeo, se transfi rió a Augusta Emerita, donde la evocación de los difuntos, en forma de busto o de media fi gura dentro de un marco arquitectónico, fue un fenómeno típico y exclusivo de la colonia entre los siglos II y III d.C.51. No obstante, la estela de Cartagena parece depender directamente de los modelos de “capilla mortuoria” desarrollados en épocas augustea y julio-claudia en el norte de Italia, donde es muy frecuente la inclusión de uno o varios bustos en una hornacina dispuesta dentro de un pequeño templete. En todo caso, la interpretación del modelo está llena de imperi-cia y simplifi cación.

El acentuado carácter genérico y el tono extremadamente burdo de la fi sonomía en ambos retratos, a lo que debe sumarse su lamentable estado de conservación, hace muy difícil determinar su sexo y la edad. Aunque las facciones de los rostros son casi ilegibles, puede reconocerse un retrato femenino y, probable-mente, el del marido, quizá el Q(uintus) B(---) Propinqus mencionado en la inscripción.

50 G. A. Mansuelli, Le stele romane del territorio ravennate e del basso Po. Inquadramento storico e catalogo, Ravenna 1967; H. Pfl ug, Römische Porträtstelen in Oberitalien. Untersuchungen zur Chronologie, Typologie und Ikonographie, Mainz 1989; U. Tocchetti Pollini, Stele funerarie romane con ritratti dai municipia di Mediolanum e Comum (Corpus Signorum Imperii Romani, Italia – Regio XI, Mediolanum-Comum 2), Milano 1990; L. Mercanto – G. Paci, Stele romane in Piemonte, Roma 1998.

51 Al respecto: J. Edmondson – T. Nogales – W. Trillmich, Imagen y Memoria. Monumentos funerarios con retratos en la Colonia Augusta Emerita, Madrid 2001, passim (con toda la bibliografía anterior).

Figura 6. Estela de Q. B(---) Propinquus

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Como en Cartagena, en los naiskoi funerarios de la primera edad imperial se incluía el nombre del difunto en nominativo, pues estos monumentos estaban destinados, no al culto de los Dii Manes, sino a la contemplación del fi nado. Así, el tabernáculo se convierte en una suerte de pequeño heroon, en cuyo inte-rior el retrato o retratos de los fi nados serían objeto de culto, lo cual encontraría explicación en el fenómeno de la llamada deifi cación privada que comenzó a desarrollarse de forma tímida desde época julio-claudia52.

Desconocemos la altura total del monumento y, por ende, la relación de esta con la anchura; si tuviese una altura no mucho mayor que la conservada, el formato de la estela se acercaría al de un cipo sepulcral, según una tipología también ampliamente difundida y bien atestiguada en el norte de Italia53.

A partir de estos caracteres tipológicos y estilísticos, la estela – que es la primera de este tipo hallada en la antigua colonia romana – podría datarse en la primera mitad del siglo I d.C., evidenciando un pecu-liar interés por cuanto documenta la superposición e interpretación de modelos cultos, de origen itálico, en el sustrato local, todavía no preparado para acogerlos. Este fenómeno se constata en otros monumentos funerarios de la ciudad, más o menos coetáneos, como un cipo anepigráfi co, labrado en caliza micrítica, en cuya hornacina se dispuso un tosco personaje togado masculino, también fechable en la primera época imperial54.

Juan Manuel Abascal, Universidad de Alicante, 030071 Alicante, [email protected]é Miguel Noguera, Universidad de Murcia, 30071 Murcia, [email protected]ía José Madrid, Equipo arqueológico del Cerro del Molinete (Cartagena), [email protected]

52 H. Wrede, Consecratio in formam deorum. Vergöttlichte Privatpersonen in der römischen Kaiserzeit, Mainz am Rhein 1981, en particular 67 ss. y 125 ss.

53 Por ejemplo: F. Ghedini, Sculture greche e romane del museo Civico di Pavoda, Roma 1980, 100–101, n.º 40; 114–118, n.º 43–44; 119–121, n.º 45–46; 126–128, n.º 50–51.

54 J. M. Noguera, La escultura (La ciudad romana de Carthago Nova: fuentes y materiales para su estudio, 5), Murcia 1991, 81–86, n.º 16, lám. 21, 1.