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ALADAROTRA MIRADA A LA CULTURAMIÉRCOLES 15 DE OCTUBRE DE 2014

KitiMánver:«Espiritualmente,elteatrotieneunvalor incalculable;hayalgocósmico,energético,enél»

NÚMERO 26 @ALADAR_CULTURA

EL EXTRAÑOVÍNCULOENTRE EL ARTEY LAS ARMAS

El director JuanCarlosRubiopresentaenel TeatroLaradeMadrid ‘Lasheridasdel viento’

LA LÍRICADE LA

VIOLENCIA

Fotograma deldocumental‘Restrepo’,candidato alOscar en 2011. /EL CORREO

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Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELCORREODEANDALUCÍA2 | SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR

Mira, Gabriel, cuando empiezas untrabajo tienes la sensación de nohaber hecho nada antes. Tienes quecrear una vida que no es la tuya; sa-bes que tendrá algo tuyo, pero queno puedes estar como persona. Esnecesario comprender al persona-je. Lo demás forma parte de la téc-nica, del oficio».

Hablas del teatro como algo te-rapéutico, le digo mientras se levan-ta a por agua.

«Es que lo es. Anda que no se hancurado locuras, depresiones y no sécuántas cosas más haciendo actuara la gente. Es bastante milagroso elasunto. Espiritualmente tiene unvalor incalculable. No hay queolvidar que el teatro es un rito,más antiguo que cualquier otro,incluido el religioso que conoce-mos en la actualidad. Debe serque, por eso, los cómicos somosmuy creyentes. Sabemos quehay algo cósmico, energético,

que es fundamental. Cre-emos en las personas».

Caminas por el mismoalambre que comenzaste a re-correr con dieciséis años ¿no?

«He tenido mucha suerteen mi carrera. Las carenciasy las cosas que quedaronatrás sin hacer, pesan menosque lo que he conseguido.Creo que he sido precavida alreciclarme siempre que hepodido porque si un cómicono se recicla está condenado

a imitarse a sí mismo».Nos despedimos. Es curioso

que, después de tantos años ha-blando con escritores, con los có-micos, con gente de los distintosámbitos culturales, dejara atrás aKiti Mánver mientras podía sentirlo mismo que durante esos prime-ros tiempos en los que empezabacon todo este lío. La emoción dehablar con los grandes.

Kiti MánverENTREVISTA

La actriz se halla en un momento artístico magnífico. Con su papel en ‘Las heridas del viento’

logra emocionar, romper todos los moldes conocidos, conectar con un público que se entrega sin

dudarlo desde el primer minuto de representación. Kiti Mánver es una de esas actrices que vive para

y por el teatro, que necesita el escenario para continuar caminando. Porque es actriz sobre todas las cosas

Creando vidas ajenasInevitablemente, comentamos

el trabajo que está haciendo en Lasheridas del viento. Le hablo de loimpresionado que salí de la sala,de lo creíble de su actuación. Delo complejo que me parece in-terpretar a un hombre siendomujer.

«Con este trabajo he dadoun paso adelante. Me inmo-lo como mujer, sin aspa-vientos, sabiendo que estoyhaciendo algo bueno y quese está haciendo bien. Talvez sea la edad que tengo,tal vez haber perdido a mipareja. No lo sé. Lo impor-tante ya no es lo superficial,ni la postura, ni salir guapa enla foto. Lo importante es eso quete hace avanzar hacia un lugar queno sabes muy bien dónde está,transitar un camino que sólo exis-te si tratas de ser auténtica y apues-tas por la verdad de lo que haces.

Me encuentro en un momentoestupendo. Tengo la ilusión renova-da por hacer cosas nuevas, por se-guir adelante a pesar de la situa-ción. Una actriz deprimida tie-ne menosposibilidades.Yo,gracias a estepaso ade-l a n t eque he

da-

do con Las heridas del viento, heperdido el miedo a la situación

que tanta pobreza está vol-cando sobre el mundo

de la cultura. Cuandono hay dinero se de-be acudir a la esen-cia del teatro, a loauténtico. Y eso nopuede fallar. Lo quesucede es que elriesgo es grande, hayque cargarse de pa-ciencia y apostar to-do lo que eres parasacar adelante elproyecto. Y, respec-to a la dificultad deinterpretar a un

hombre, tengo pocoque decir. Al fin y al

cabo todos tenemosun lado femenino yotro masculino. Loque quizás ocurre esque escondemos unade las partes y eso nos

hace creer que esmás complicado

hacer de hombresiendo mujer

o al con-trario.

Gabriel Ramírez Lozano

Kiti Mánver ha preparado unté exquisito. El salón de sucasa es amplio y acogedor.

Aunque lo que logra que me sientacomo en mi propia casa es ella. Ki-ti es vital, una excelente conversa-dora, casi traviesa al gesticular o almirar. No hace falta que se suba aun escenario para que llene el es-pacio sin esfuerzo alguno, pero conesa delicadeza tan fina que cedeun hueco cómodo al que tiene en-frente. Eso sí, hay que estar atento,porque tan pronto está sentada enel suelo como en el sofá o corre pa-ra buscar un proyecto que quiereque veas. Si hubiera sido boxeado-ra la hubieran tenido que llamar elhuracán malagueño o cualquierotra cosa parecida a esas que seutilizan en el mundo del deporte.Comenzamos a charlar sobre loque representa su profesión y des-de cuando es así.

«Yo no tengo la sensación de ha-ber empezado en un momentoconcreto. Con tres años pude ver através de un cierre, desde la calle,una clase de baile flamenco. Unhombre con una vara que golpeabaen el suelo, faldas al vuelo. Esa es laimagen que me ha acompañadodesde siempre porque me impre-sionó muchísimo. Y nunca he teni-do la sensación de ser profesional oamateur, de comenzar mi carreraen una fecha determinada; he creí-do pertenecer a este mundo del tea-tro desde que pude ver aquella cla-se de baile, aquellas chicas expre-sando lo que sentían. Es verdadque, con 16 años, José María More-ra me hizo una prueba para inter-pretar un papel en Rosas rojas paramí de Sean O’Cassey y le gusté. Esefue mi debut. La escenografía la ha-cía, nada más y nada menos, queFrancisco Nieva. Fue él quien merecomendó para hacer la protago-nista (pequeña) en una película deJordi Grau y acompañando a Fer-nando Rey. Todo un lujo».

El repaso a su carrera es extenso.Teatro, cine, televisión, radio. Algoque está reflejado en su web. Me di-ce que está muy orgullosa de haber-la creado ella misma, sin ayuda. Ladirección es http://kitimanver.com.

«Soy una mujer de estos tiemposy me voy adaptando a lo que toca.Por ejemplo, profesionalmente, ne-cesito del teatro para vivir, si no tu-viera un escenario para actuar meencontraría perdida; forma par-te de mi propia existencia. Creoque yo no sería actriz si no hicie-ra teatro. Pero hacer cine y tele-visión (que me encantan) es loque se necesita hoy en día paraque vayan a verte al teatro. Si ala gente le resulta familiar tucara van a verte con más facili-dad. No hacer multitud de co-sas es como no utilizar un orde-nador. Así están las cosas».

«Si a la gente leresulta familiar tucara, vanaverteal teatro conmásfacilidad»

«Cuandonohaydinero sedebeacudir a laesenciadelteatro, a loauténtico»

COORDINADOR: Gabriel Ramírez Lozano. COLABORADORES: Nirek Sabal, Augusto F. Prieto, Florencia del Campo, Beatriz Silva, Isabel Uribe Moya, Daniel González Irala,DavidMayo, ClaudiaRuiz Cívico, Ismael G. Cabral,Mara SanzGaite,María EugeniaGuzmán, Gracia ElenaMirandaBalbuena, PauloGarcía Conde, EmmaCamarero yCarlotaMontemayor.

FOTO: SERGIO PARRA

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ELCORREODEANDALUCÍA | Miércoles 15 de octubre de 2014 SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR | 3

El arte es la representación de la realidad una vez que traspasa el filtro de la consciencia

del ser humano. Hablar de las personas supone hablar de lo que son sin olvidar lo fundamental,

sin esquivar lo profundo; es hablar de lo que sienten y de cómo perciben la realidad. ‘Las heridas

del tiempo’ es un claro ejemplo de ese arte comprometido con la realidad y las personas

ES_ALADAR... MADRID

GabrielRamírezLozano

El teatro es un espectáculo y,por ello, debemos encontraren él una serie de ingredien-

tes imprescindibles. Diversión, unabuena trama, estética (la que seanecesaria)… Rellenen ustedes esteespacio que abre los puntos sus-pensivos, pero no olviden lo funda-mental: conocimiento y emoción.Todo espectáculo que carezca deesto se convierte en puro diverti-mento, en ocio a secas, y deja laesencia del teatro mutilada gravísi-mamente.

El teatro es fuente de conoci-miento y una de las cavernas en lasque el ser humano guarda sus emo-ciones más intensas desde el prin-cipio de los tiempos.

Las heridas del tiempo se repre-senta en el Teatro Lara de Madrid.Cada miércoles. A Sevilla llegará elpróximo mes de enero. Con el textodel autor y director Juan Carlos Ru-bio, dos sillas de tijera, cinco puntosde luz y dos actores, una pequeña sa-la se convierte en ese lugar, tan ex-traño de encontrar, en el que la con-dición humana estalla en mil peda-zos para que el espectador se veaobligado a reflexionar y entender(se).Tal vez, alguien puede estar pensan-do que estas cosas suceden en losteatros, que tampoco es para tanto.

Y es verdad que esto es lo que de-bería ocurrir, siempre, aunque noes así; desgraciadamente, no es así.Sí que es para tanto encontrarse conun texto como este, una actriz en es-tado de gracia y una economía demedios tan bien explotada. Es unarareza. El problema es que estamostan acostumbrados a la mediocri-dad que damos por bueno cualquierespectáculo (mediocre, claro) y noshemos olvidado de que el teatro eslo que es y no lo que nos colocan en-frente con frecuencia.

El texto de Las heridas del vien-to es espléndido. Cautivador, inte-ligente, irónico, divertido y com-prometido. Es verdad que algunaszonas expositivas son narrativas enexceso aunque el conjunto no se

El díaquelos jóvenessedejaronver

go, en el escenario vemos a un hom-bre. Cínico, divertido, irónico, apa-sionado, con un fondo de ternurainimaginable; un hombre que es eldolor, la ilusión y la esperanza detodos los hombres y mujeres ena-morados.

Y cuando digo que vemos unhombre sobre el escenario no exa-gero. Olvidamos, por completo, quees una mujer la que está trabajan-do. El trabajo de Kiti Mánver es ma-ravilloso. Cada gesto, cada frase, ca-da movimiento, convierte a su per-sonaje en ese que los directoressoñaron alguna vez. Un traje dechaqueta negro, unos zapatos ne-gros y un trabajo previo de peluque-ría (Juan de Grado consigue ese as-pecto masculino y envejecido tanimprescindible en el personaje co-mo improbable en una mujer), sonsuficientes para que la actriz inter-prete un papel lleno de dificultadespor las aristas del personaje. Con-movedora, perturbadora y solven-te. De lo mejor que se ha visto enlos últimos años.

Lo que resulta incomprensiblees que se represente los miércoles ysólo esos días. Y que la compañíano tenga firmadas representacio-nes para todo el año, cada día, y entoda España. Aquí no hay quien en-tienda nada.

Dejen que les cuente una anéc-dota. A mi lado estaba sentado unmuchacho. Grande y fuerte. Cintu-rón negro, segundo dan. Un mucha-cho que, como muchos, suele evitardejarse ver cuando afloran las emo-ciones (eso de la sensibilidad ocultaprefieren que siga siendo, eso, ocul-ta). Pues bien, el final de la obra fueun mar de emociones, de lágrimas.Le puse la mano en el hombro y ledije que eso era el teatro y no otracosa. No fue el único, lógicamente.Pero a este chico se lo pude decirporque es mi hijo. A ver quién es elguapo que le lleva, a partir de aho-ra, al teatro sin una garantía míni-ma, a cualquier espectáculo que re-sulte mediocre y vacío.

Es lo que tiene la verdad. Arrasacon todo.Los actores de ‘Las heridas del viento’ caracterizados para el espectáculo.

resiente en absoluto. Pequeños de-talles. La trama introduce al espec-tador en un bucle del que no pue-de escapar desde el principio ycuando los personajes están dibu-jados con apenas cuatro trazos yasiente la necesidad de pegarse alasiento para encontrar respuestas.No sólo a las preguntas que nosplantea la propia trama. Eso seríamuy fácil. El espectador se planteacuestiones íntimas con las que nosuele enfrentarse.

David (personaje encarnado porDani Muriel, que está muy bienaunque le falta algún tiempo hastaque se construya por completo co-mo actor; cosa que le ha ocurrido atodo el que se ha subido a un esce-nario) se hace cargo de la herenciade su padre. Mientras ordena y cla-sifica las cosas, encuentra unas car-tas de amor que firma otro hombre.Decide visitar a la persona que lasenvió y aquí comienza el desarrollofundamental de la obra. La tensióndramática comienza a elevarse des-de ese momento en el escenario, eltexto se retuerce sobre sí mismo conlas primeras frases exprimiendo ca-da palabra al máximo y… Kiti Mán-ver (la actriz que representa el pa-pel del personaje que ha enviadolas cartas al padre de David) co-mienza a dar una de las leccionesde interpretación más apabullantesque recuerda el que escribe. Ya sa-ben ustedes que Kiti Mánver es unaguapísima malagueña. Sin embar-

TEATRO / El director Juan Carlos Rubio presenta en el Teatro Lara

deMadrid la representación de la obra ‘Las heridas del viento’

KitiMánverofreceunadelasleccionesdeinterpretaciónmásapabullantesqueserecuerdan

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ELCORREODEANDALUCÍA | Miércoles 15 de octubre de 2014 Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELC4 | SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR S

CineCreadores de inagotable talento como John Ford, Anthony Mann o Fred Zinemann

nos han regalado obras de arte que unas veces ensalzan la leyenda del oeste

americano y otros la cuestionan, pero siempre nos cautivan por la fuerza

de las tramas, personajes e imágenes. Desde ‘La diligencia’ hasta ‘Breaking bad’,

l

MaríaEugeniaGuzmán

El western nos ha regalado his-torias sobre hombres solitariosque sobreviven en entornos

majestuosos y hostiles, sobre la vio-lencia de la frontera, sobre el esfuer-zo de los pioneros, sobre la brutali-dad y la sabiduría del pueblo indio,sobre el afán de venganza o el corajecomo motores de cambio, sobre lafuerza civilizadora de las mujeres, so-bre la codicia, la ira y el perdón. Voy ahablarles de las diez películas de estebellísimo género que personalmentemás emoción y admiración me hanprovocado. Habrá lectores que echenen falta obras de Hawks, de Leone ode Eastwood, pero este tipo de ran-king debe servir para despertar de-bate y, además, les recordaré algo conasertividad no exenta de amabilidad:esta es mi lista.

1 LADILIGENCIA

STAGECOACH,JOHNFORD, 1939

Es una obra llena de la humanidadprofunda y la poesía que caracteriza-ba el cine de John Ford, ese artista desentimientos contradictorios, por cu-yas venas, más que correr la sangre,galopaba el celuloide. En una diligen-cia que se dirige a Nuevo México coin-ciden varios personajes que represen-tan diversidad de estamentos y situa-ciones vitales. Se contraponenaquellos que encarnan la ortodoxiasocial, como la embarazada mujerde un militar o el maduro ban-quero, frente a los que repre-sentan la marginación, co-mo un médico borrachín(prodigioso Thomas Mit-chell) o una prostituta de–nunca lo adivina-rán…– buen corazón(sensacional ClaireTrevor). A mitad derecorrido, se incor-pora un pistolero so-litario que acaba dehuir de la cárcel,Ringo Kidd (JohnWayne). Nada unea este variopintogrupo hasta que laadversidad irrumpeen forma de hordasde indios. Con La di-ligencia, Ford le rega-ló al género su puestode honor en el sépti-mo arte y a JohnWayneun lugar esencial en lahistoria del cine, graciasa algo tan poderoso comoes una presencia única.

2 PASIÓN DELOS FUERTES

MYDARLINGCLEMENTINE,JOHNFORD, 1946

El legendario enfrentamiento entreel sheriff de Tombstone, Wyatt Earppy su amigo Doc Holiday contra losDalton en el O.K. Corral ha sido rela-tado por el cine numerosas veces.John Ford hizo maravillas con estahistoria, mostrando a Earpp y a Ho-llyday como seres revestidos de hu-manidad y vulnerabilidad, por muymítica que fuera su hazaña.

La fotografía en blanco ynegro contribuye al tonomelancólico de una histo-ria en la que Wyatt pierdea su hermano menor y eltorturado médico DocHollyday va sucum-biendo presa de la tu-berculosis. No sorpren-de la atinadísima inter-pretación de HenryFonda en el papel pro-tagonista, pero nos de-ja atónitos que VictorMature realizara unacomposición matiza-da y sincera de Doc,habituados como esta-

mos a las muecas his-triónicas que desplega-

ba como Sansón o An-drocles. Waltern Brennan,

uno de los secundariosmás importantes del viejo

Hollywood, que solía inter-pretar al simpático amigo del

protagonista, se pasó en estaocasión al otro bando, como el si-

niestro patriarca de los Dalton.

3 CIELOAMARILLO

YELLOWSKY,WILLIAMA.WELLMAN, 1948

Rara vez eran premiados los guionesde este género, pero en este caso eratal la fuerza de la trama, la habilidaden la construcción de los personajesy la inteligencia de los diálogos, queal guionista Lamar Trotti, el sindicato

d

Cine

10

99clásicosyunneo-western

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la lista de estos diez ‘westerns’ favoritos no sigue un orden de preferencia sino meramente cronológico. Este número

de Aladar, tan próximo al extraño vínculo que siempre existió entre el arte y la guerra o la violencia de todo tipo,

entre el arte y la supervivencia del ser humano sea como fuere, no podía omitir un género como el ‘western’. Al fin

y al cabo la condición humana es la que es y, aunque nos perturbe, debemos tenerla presente en toda su amplitud

M

de sus compañeros de profesión lereconoció como el mejor del año.

Gregory Peck encabeza una ban-da de forajidos que tras un atraco seven obligados a huir por el desiertocon el séptimo de caballería pisán-doles los cascos. Encuentran un pue-blo fantasma habitado únicamentepor un anciano y su joven nieta (AnneBaxter). La frágil cohesión entre losdelincuentes se funde ante la lujuriay la codicia que suscitan en ellos lamujer y una inesperada mina de oro.La banda sonora de Alfred Newmanrealza las bellas escenas a caballo yla fotografía en blanco y negro es im-pecable, destacando la difícil nitidezde las numerosas escenas noctur-nas. William A. Wellman logró man-tener en todo momento la tensióndramática y trató con gran sensibili-dad la emocionante historia deamor. Además, incidió debidamenteen uno de los principales motoresde la historia, el creciente antago-nismo entre Peck y su celoso segun-do, un Richard Widmarck que supu-ra cinismo. Ambos actores actuaroncon gran oficio pero la que está mag-nífica es Anne Baxter, que nos de-sarma con su interpretación de unode los mejores papeles femeninosque haya ofrecido el género, un serindómito, leal y apasionado.

4 CARAVANADE MUJERES

WESTWARDTHEWOMEN,WILLIAMA.WELLMAN,1951

Relata la hazaña de un grupo vario-

pinto de mujeres, que atraviesan mi-les de kilómetros para llegar a la fron-tera, donde un asentamiento dehombres solitarios anhela formarun verdadero pueblo. La caravanapadece ataques de forajidos e in-dios, atraviesa zonas desérticas y lasmontañas Rocosas, sufre inunda-ciones, tropieza, se cae y se vuelve alevantar. Y desde nuestras cómodasbutacas, lo pasamos de maravillaadmirando el coraje de Denise Dar-cel, Hope Emerson y unas cuantasmás. ¿Recuerdan cuando la reposi-ción de este largometraje en TVE tu-vo tal impacto en España que moti-vó que un pueblo en el que escasea-ban las mujeres se publicitara paraatraer a nuevas habitantes?

5 SOLO ANTEEL PELIGRO

HIGHNOON,FREDZINNEMANN, 1952

Este clásico entre los clásicos relatala hazaña de un sheriff recién casa-do que retorna a su ciudad para en-frentarse a unos forajidos y que vivecon estupor cómo su propia esposay el resto de los habitantes le nieganapoyo. La historia dio lugar a nume-rosas lecturas. La más admitida es laque considera que, dado que el guio-nista Carl Foreman fue víctima de lacaza de brujas, pretendió acusar almundillo hollywoodiense por aga-char la cabeza ante la amenazaMcCarthyana, dejando solos a losque se atrevieron a enfrentarse aella. La ironía es que si el protago-

nista, el extremadamente conser-vador Gary Cooper, hubiera capta-do el subtexto del brillante guion,probablemente no hubiera acepta-do el rol que le hizo ganar su segun-do y último Óscar. El extraordinariocineasta Fred Zinemann hizo quecasi coincidiera el metraje de la pelí-cula con el tiempo real de la histo-ria, que como apunta el título origi-nal, culmina al mediodía. Sin máscompañía que la eterna partitura deDimitri Tiomkin, Cooper estuvo in-mejorable, siempre sobrio, siemprelogrando el rictus preciso, consi-guiendo transmitir la mezcla de mie-do y valor del honrado sheriff concada surco de su envejecido rostro.

6 COLORADOJIM

THENAKEDSPUR,ANTHONYMANN, 1953

Mann contribuyó a enriquecer el gé-nero en la década de los 50, incorpo-rando mayor complejidad psicológi-ca en los personajes y mayor ambi-güedad y melancolía en el tono.Contó para ello con la colaboraciónen cinco películas de un atribuladoJames Stewart, capaz de bordar esosjinetes solitarios deteriorados por laamargura pero aún susceptibles deredención. En este caso, la redentorafue Janet Leigh y el villano, RobertRyan. La atmósfera creada por lasensación permanente de acecho detodos los personajes entre sí, el im-presionante paisaje y la espectacularfotografía en color hicieron el resto.

7 CETAUROSDEL DESIERTO

THESEARCHERS,JOHNFORD, 1956

Obra de extraordinaria fuerza, es pa-ra muchos la cumbre de Ford. Nome parece del todo redonda porquele sobra metraje a alguna trama se-cundaria (Vera Miles y su familia es-tán como para entregarles a los co-manches…). Sin embargo, es tal lamajestuosidad de las imágenes (conese Monument Valley tan queridopor Ford) y tal la intensidad quetransmite John Wayne como el exconfederado carcomido por la rabiay el racismo, que es inevitable qui-tarse el sombrero de cow-boy antetanto talento. Wayne dedica años desu vida a intentar vengar a su fami-lia masacrada por los indios y a tra-tar de encontrar a la única niña quesobrevivió y nosotros le acompaña-mos aterrados ante la profundidadde su odio y sobrecogidos ante labelleza que contemplamos.

8 HORIZONTESDE GRANDEZA

THEBIGCOUNTRY,WILLIAMWYLER, 1958

Gregory Peck es un civilizado caba-llero del Este que acude a Texas pa-ra encontrarse con su prometida,Carroll Baker, la hija de un rico te-rrateniente (Charles Bickford), de laque el rudo capataz del rancho(Charlton Heston) está secretamen-te enamorado. Peck descubre unatierra en que se confunde bravuco-nería con valor. El coraje de él es

profundo y no requiere ostenta-ción, pero sólo sabe apreciarlo elúnico otro personaje sensato de lahistoria, la maestra de escuela in-terpretada por la irrepetible JeanSimmons. La historia adopta tintestrágicos por el odio entre el padrede la novia y el patriarca del otroclan (un soberbio Burl Ives) que hacontaminado a sus respectivasdescendencias.

Este absorbente largometrajepuede verse innumerables veces.¿Cómo cansarse de esa magníficafotografía que expone un paisaje in-menso e implacable que ha esculpi-do los rudos caracteres de los texa-nos? ¿O de esos caballos al galopecuyo ritmo acompaña la inolvida-ble banda sonora? ¿O la parte finalen el rancho de Burl Ives dominadapor sus shakesperianas emociones?¿O todas esas miradas cargadas depólvora que se intercambian JeanSimmons y Gregory Peck?

9 EL ÁRBOL DELAHORCADO

THEHANGINGTREE,DELMERDAVES, 1959

Gary Cooper desprende dignidad ysensación de tragedia como el mé-dico que llega a un poblado de co-diciosos buscadores de oro y curade una posible ceguera a una ad-mirable mujer (Maria Schell). Lasmejores películas de Daves se ca-racterizan por un colorido vibran-te y por un tratamiento sentido delas emociones. Contemplar a unCooper lleno de dolor y resenti-miento cediendo contra su volun-tad, milímetro a milímetro, a la ca-lidez de Maria Schell, es algo dignode ver. Para no perderse.

10BREAKINGBAD

VINCEGILLIGAN

Durante las décadas de los 60 y 70el género fue reinventado por crea-dores de talento como Peckinpah oLeone. En los 80 y 90 otros comoEastwood y Costner trataron de re-cuperar el clasicismo de los westernsde la era dorada. Y entonces llegóBreaking Bad, especie de neo-wes-tern sobre hombres fuera de ley enel estado fronterizo de Nuevo Méxi-co y le dio la vuelta al mito y al sue-ño americano, pegándonos unabuena patada en la boca del estó-mago, que nos dejó tendidos en elsuelo del saloon. Los héroes y an-tihéroes del género fueron proce-sados por la imaginación prodigio-sa de Vince Gilligan, que casi losvomitó en forma de un hombre pe-queño que se cree grande por des-tacar en algo tan marginal comoelaborar metanfetamina. En la an-gustia, la ira y la equivocada formade querer de Walter White pode-mos atisbar vestigios del Wayne ve-terano, mientras que su soberbia ysus delirios de grandeza le alejantanto de Cooper, Fonda y Peck co-mo podría hacerlo un eterno des-filadero de las Rocosas. Y de nue-vo, tal abundancia de creatividadartística nos ha dejado boquiabier-tos y sedientos de más. Camarero,otro whisky, por favor.

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CARTELES / Lapropaganda fueun arma capital en la I GuerraMundial y en laGuerra Civil

Española. Nunca antes se había producido talmanifestaciónmasiva de arte bélico ypolítico

CarlotaMontemayor

La guerra es una constante enla historia de la humanidad,un fenómeno social en el

que dos bandos enfrentados lu-chan por su supervivencia envuel-tos por un número infinito de fac-tores que pueden ser, por ejemplo,de carácter histórico, económico,armamentístico, estratégico o pro-pagandístico.

Inopinadamente, la propagan-da puede ser incluso más impor-tante que otras variables más pro-pias de lo militar, llegando a incli-nar la balanza a favor de quienhaga un mejor uso de ella. Las pa-labras pueden llegar a tener la mis-ma fuerza que las armas. La pro-paganda de guerra se dirige, en unprimer momento, a los oficialespara levantar la moral de la tropa;a la propia tropa; pero, también, alenemigo, en la llamada guerra psi-cológica, y a los neutrales, para im-pedir que se alíen con el bandocontrario.

La propaganda fue un armafundamental en la I Guerra Mun-dial pero, por su carácter ideológi-

co, en la Guerra Civil Española lle-gó a ser aún más relevante. Enconcreto, el cartel propagandísti-co tuvo uno de sus momentos másintensos en el arte popular. Hastala aparición de la televisión, nun-ca antes se había producido en lahistoria tal manifestación masivade arte bélico y político, una ex-presión pública de ideas y senti-mientos de esa magnitud que lle-gase a encarnar el espíritu de untiempo. El cartelismo es el arte po-pular en estado puro y está ligadoa un proceso industrial. La crea-ción del diseño original es tan sólola primera fase, pero lo importan-te es el objetivo, el destinatariomasivo, la población. No se trata-ba de vender publicidad, sino depropaganda de dos entidades po-líticas y, lógicamente, militares,opuestas. Así, la población se iden-tificó con los carteles de una ma-nera mucho más intensa de lo quecualquier publicista hubiera soña-do. Fueron la expresión del com-bate, de sus razones y objetivos, lamanifestación de los ideales dejusticia y libertad. Fueron un ele-mento educador para la multitud,

totalmente eficaces para hacer lle-gar consignas a cualquier rincónde España, y, también para cadamilitante individual, en una espe-cie de feedback simbólico por elque se sentía identificado con subando. La actividad artística quese produjo en esta época fue real-mente extraordinaria, rebasandosus propias fronteras para infor-

mar a las masas, para que pudie-ran tomar partido. Este es un arteeminentemente claro, informadory realista, que informaba a la po-blación, mucha de ella por desgra-cia analfabeta (por ello, la imagense hace imprescindible), sobre quédebían pensar y qué debían defen-der. Aparte del cartel realista, hu-bo también satíricos, donde se

mostraban con humor ácido a lasfiguras de la época o se ridiculiza-ban las ideas del enemigo.

Muchos de los cartelistas quecrearon durante la Guerra Civil Es-pañola eran ya profesionales de lacomunicación y de la publicidad,profesionales que se dedicaban,hasta entonces, a anunciar estre-nos de teatro, fiestas taurinas y al-gunos productos de consumo.Otros fueron pintores y escultoresobligados a trabajar bajo los im-perativos de la guerra. Y otro ter-cer grupo lo componían aficiona-dos. Los carteles originales estánfirmados en su mayoría, la cuartaparte –anónimos– parece que erantrabajos de artistas analfabetosque trabajaban en litografías y selas ingeniaban como nadie parahacer llegar el mensaje preciso yen el momento más adecuado. Losprincipales lugares de impresiónfueron Madrid, Barcelona y Valen-cia; curiosamente las ciudadesdonde la resistencia republicanafue más duradera, donde mayordesarrollo hubo de las artes gráfi-cas. Fueron editores el Ministeriode Propaganda del gobierno repu-blicano, pero también sindicatos ypartidos, como UGT, CNT, Juven-tudes Libertarias o Falange Espa-ñola. Entre los artistas destacaríanJosé Renau, cuyos carteles se en-cuentran entre los mejores delmundo; Arturo y Vicente BallesterMarco, más fieles a la tradición es-pañola; el publicista madrileñoPenagos. García Escribá y Sanz Mi-ralles fueron también destacadoscartelistas.

Cada bando difundía en su pro-paganda sus propios valores, te-nían su propia simbología e in-fluencia.

BANDONACIONALOFRANQUISTA.Las grandes ciudades españolas

Lapalabrayel artecomoarmadeguerra

ArteLas guerras se ganan utilizando todos los recursos posibles. No sólo se lanzan misiles

teledirigidos o toneladas de bombas de racimo para vencer al enemigo. La propagandaes un arma como otra cualquiera. En la Guerra Civil Española, la dimensión de esa

propaganda, convertida en cartel, fue extraordinaria. Artistas de todo tipo, de cualquier

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Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELCORREODEANDALUCÍA6 SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR | 7

procedencia imaginable, se afanaron en lograr con su arte que la guerra avanzase en una dirección u otra. Hoy, esos carteles, son

la muestra de un proceso bélico que nunca debió producirse y que nunca debería repetirse en ningún lugar del mundo. La

Biblioteca Nacional de España y el Centro de Documentación de la Memoria Histórica cuentan con las más importantes

colecciones de carteles propagandísticos de la Guerra Civil, todo un referente de la tragedia vivida en España es esta época

quedaron en el lado republicano,por lo que el ejército rebelde dis-ponía de muchos menos medioscon los que difundir su propagan-da. Muy poco a poco, y gracias a laayuda italiana y alemana, fueronsolventando sus problemas de lo-gística. Católicos, carlistas, falan-gistas, conservadores y monárqui-cos formaron un grupo muy hete-rogéneo apoyado por la Iglesia, elejército y las grandes fortunas. Asíque al principio costó aglutinar lasdistintas voces en una sola. Su mo-delo propagandístico fue importa-do de la Italia de Mussolini y de laAlemania de Hitler, pero con un lí-der menos carismático y con unmarcado carácter clerical.

De hecho, fue la Iglesia la queaportó gran parte del contenidoideológico y la que aportó una jus-tificación al ejército sublevado.Los carteles utilizaban eslóganessobre la unidad de España, la fe yel catolicismo, con la vuelta de va-lores antiquísimos como la idea decruzada, el tema de la raza y de lahispanidad; junto a otros nuevoscomo la idea del superhombre.Aparece simbología fascista, im-perialista y triunfalista; como eláguila, símbolo de la autoridad, lafuerza, el orgullo y la victoria; elyugo y las flechas, conocido comoemblema falangista y que repre-sentó la unión de los escudos dearmas de los Reyes Católicos, sím-bolo de la unión de España; y la es-vástica nazi aunque orientada ensentido contrario a la hitleriana.

La mujer en el bando nacionaltuvo un papel fundamental en la-bores asistenciales; su imagen seusó de hecho para exaltar los valo-res de la familia y del hogar. Algu-nos carteles dan muestra de ello.Una vez ganada la guerra, el men-saje que se quiso hacer llegar fuede victoria, de una España unida y

Fueronunelementoeducador paralamultitud,eficaces parahacer llegarconsignasa todos

un líder fuerte que cuidaría tantodel país y como de sus habitantes,dejando de lado la realidad de unpaís deshecho y pobre. Los carte-les mostraban a una poblaciónsonriente y feliz porque los valorestradicionales hubieran seguido enpie. Cartelistas del bando nacionalfueron Valverde, Caballero y el di-bujante colaborador de ABC yBlanco y negro Carlos Sáenz de Te-jada y de Lezama.

BANDO REPUBLICANO. La zonarepublicana contó, desde el primermomento, con una infraestructuramucho más adecuada para sus fi-nes, llevando a cabo una extensísi-ma obra cultural y propagandísti-ca. Los carteles fueron el instru-mento de propaganda másextendido. Todos los partidos deeste bando hicieron uso de ellos.Los artistas republicanos fueronmuy fértiles en este terreno hacien-do gala de gran imaginación. Mu-chos de los contenidos repetían losde la I Guerra Mundial, esto es, lla-mamiento a las armas, alistamien-

to… Pero, también, se resaltaba laimportancia de la educación, la lu-cha contra el fascismo y eslóganespara conseguir financiación. Encuanto a la simbología, represen-taron la hoz y el martillo, símbolodel tiempo y la muerte, de la reno-vación (usado posteriormente porla antigua Unión Soviética); herra-mientas industriales, como engra-najes; estrellas de cinco puntas,que representa los cinco continen-tes y las cinco clases sociales: ju-ventud, militares, obreros, campe-sinos e intelectuales; y estrellas detres puntas, la estrella internacio-nalista. Claramente, estos cartelesse asemejaban a los de la Revolu-ción Rusa, aunque parece que losespañoles fueron más imaginati-vos y originales. Las imágenes dela tragedia en los combates de Ma-drid fueron utilizadas para conse-guir apoyo internacional. De he-cho, estos carteles se imprimieronen español, francés e inglés. En es-te bando se intentó convencer a lasmujeres, apelando a la defensa desus libertades y derechos, para for-

mar sus propios batallones. Sonmuchos los carteles de estética so-viética que representan esta temá-tica. Además de José Renau, desta-cados autores republicanos fueronBardasano, Martí Blas y Ballester.

Curiosamente, salvando la sim-bología, la estética de los cartelesfue muy parecida en ambos ban-dos, tanto que en algunos casossimplemente cambiando la leyen-da podrían ser propaganda tantode republicanos como de rebeldes.Los carteles, tanto de un bando co-mo de otro, dejaron huella en lagente de la calle por su contenidoartístico y simbólico, llegando fá-cilmente a las mentes de todos in-dependientemente de su nivel cul-tural, tanto a universitarios como aanalfabetos.

Actualmente la Biblioteca Na-cional de España cuenta en susfondos con una colección de másde quinientos carteles de la Repú-blica y la Guerra Civil, divididos encinco grandes bloques temáticos:retratos y representaciones alegó-ricas, campañas electorales, carte-les de guerra, la retaguardia y car-teles nacionales. Pero sin duda esel Centro de Documentación de laMemoria Histórica el que conservauna de las mejores colecciones, es-pecialmente de los carteles edita-dos por el bando republicano. Endicha colección cabe destacar unpequeño grupo de cuarenta y seiscarteles referidos a la Masonería yotras organizaciones disidentes delcatolicismo oficial de la época, quefueron incautados de las paredesde los templos y usados para repri-mir sistemáticamente a los maso-nes, una de las obsesiones del régi-men franquista. Merece la pena vi-sitar ambas colecciones comoreferente de la tragedia que vivi-mos en España, para tener en men-te lo que jamás debería repetirse.

Lazonarepublicanallevóacabounaextensísimaobraculturalypropagandística

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ELCORREODEANDALUCÍA | Miércoles 15 de octubre de 2014 Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELC8 | SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR S

DanielGonzález Irala

Dentro de la idea antibelicis-ta que rescata Aladar, trata-mos de hacernos eco de

diez nombres considerados pormuchos como todoterrenos del fo-toperiodismo de todos los tiem-pos. Estos fotógrafos son capacesde inmiscuirse en zonas de espe-cial alto riesgo y, contrariamente alo que se piensa, les gusta estarmás detrás de una cámara que de-lante. Nuestro humilde reconoci-miento para todos los que se que-dan fuera y para aquellos que tra-bajan para medios audiovisualesque han conseguido, desde la pe-queña pantalla, informar sobre losconflictos nacionales e internacio-nales que aún pueblan nuestromundo. Sacamos este tema a cola-ción porque quizás la primera ima-gen que impactó de forma profun-da en nuestras generaciones, posi-blemente, sea la de una niñaindefensa en Nicaragua acorraladapor una montaña de lodo y cuyosbrazos la mantuvieron viva aproxi-madamente una semana. Estaimagen supone toda una declara-ción de principios ligada al perio-dismo ya sea escrito o gráfico. ¿Esantes la ética o la información o, loque hoy llamaríamos sin temor aequivocarnos, el espectáculo? Unacosa parece clara y es que las noti-cias bélicas y catastróficas vendenmás que otras muchas, hasta elpunto de que su bombardeo pro-duce un efecto anestesiante en lapoblación hoy en día.

Nuestro propósito pretende sermás ilustrativo que otra cosa sobrelo que han supuesto los principa-les conflictos armados, algunosaún vigentes al menos en nuestroimaginario común. Por ello, y sinobviar premios y reconocimientos,hemos seleccionado diez imágenesque son impactantes en la medidaen que lo son, pero que pretendensugerir también ese fuera de cam-po donde ocurre todo. Imágenessugerentes, algunas hasta irónicasen su punto de vista, un terrenoque por otro lado no da para mu-chas bromas dado su reverso tene-broso, lleno de crueldad y, en mu-chos casos, temeridad; en ellas, evi-dentemente, se encuentra el horrorencarnado en fanatismo, en lágri-mas por la muerte. No es éste unreportaje sobre la felicidad, portanto, la selección ha procurado noahondar demasiado en lo escabro-so, si bien el poder en este caso dela imagen (a veces con la palabratambién se infligen daños, insisto)resulta demoledor. Todo ello esporque consideramos que la foto-grafía que se hace tan sólo paracomplacer puede resultar sosa uoportunista. Un ejemplo de elloson algunas de las que disparóGeorge Arend durante la SegundaGuerra Mundial para poder subsis-tir como reportero, pero eso formaparte de la precarización de un ofi-cio (en algunos lugares tan antiguacomo el oficio mismo) como decía-mos, donde a los trabajadores no

les dan precisamente cursos enprevención de riesgos laborales.

1 ROBERTCAPA

Seudónimo de Endre Ernö Fried-mann, de nacionalidad húngara,murió en Vietnam durante 1954 yfue uno de los fundadores de laagencia Magnum (1947) junto aDavid Chim Seymour, CartierBresson, George Rodger y WilliamVandivert. Cubrió entre otros con-flictos la Guerra Civil Española, lasegunda guerra chino-japonesa ola de Indochina. De su trabajo so-bre la guerra española, es espe-cialmente famosa Muerte de unmiliciano, quizás la primera granfotografía de guerra que congela-ba el momento del disparo. Sinembargo, hemos escogido Volun-tario de las Brigadas Internacio-nales debido, también, a que estaimagen ha sido portada de Solda-dos de Salamina de Javier Cercas ysentimos una profunda admira-ción por ese soldado Miralles aquien describe el narrador-perso-naje a lo largo de su ardua y, pormomentos, estéril investigación(el resultado es una novela esplén-dida quizás por ello).

A raíz de estos éxitos, Capa sehizo famoso por la frase «si tus fo-tos no son lo suficientemente bue-nas, es porque no te has acercadobastante»; muchos reporteros hi-cieron de esta sentencia su lemade batalla. Estuvo unido sentimen-talmente a la fotógrafa Gerda Taro,cuya obra empieza a trascender ya ser considerada sólo décadasmás tarde.

2 JAMESNACHTWEY

Todavía en activo, nació en Sira-cusa (Nueva York) en 1948, obtuvoformación en Historia del Arte yCiencias Políticas en Massachu-setts, donde obtuvo el premio ho-noris causa de las Artes de su uni-versidad. Curtido en oficios va-rios, entre ellos marino mercanteo camionero, trabajó como editorde películas documentales deguerra. Como fotógrafo se estrenódando cobertura al conflicto civilde Irlanda del Norte en 1981 du-rante la huelga de hambre de losmiembros del IRA y el INLA. Laimagen seleccionada, Jubilación yanuncio de la resignación deShuarto, está tomada en Indone-sia en 1998. Ha pertenecido a laagencia Magnum y trabajado lar-gamente con la revista Time.

Su obra se ha expuesto en lu-gares tan variopintos como Nue-va York, París, Roma, Madrid o SanDiego. En 2003, trabajando parala sucursal de esta revista en Bag-dad, fue herido por una granadaque le dejó inconsciente duranteun día. Entre los premios recibi-dos posee duplicado el LeicaAward y el conmemorativo deMartin Luther King. Probable-mente ahora mismo sea una deesas figuras imprescindibles eneste campo de estudio.

3 DONMCCULLIN

Cuentan que este inglés, nacido en1935, tomaba café en París cuando,al tener suerte con algunas de susfotografías, tomó la decisión de vi-vir bajo el peligro de las balas y lasexplosiones; el tipo estaba allí cele-brando su segunda luna de miel ydecidió volverse a su Londres nataltras ver unas imágenes de soldadosalemanes durante la posguerra quesaltaban la alambrada de BerlínOriental. De carácter impulsivo,concebía su modo de mirar desdeel mito del rey Arturo y todo lo mís-tico que existe en torno a él, y du-rante bastante tiempo se centró encontar sólo lo que pasaba en su pa-

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grandes

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fotógrafosde guerra

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FotografíaAladar les invita a descubrir a diez fotógrafos cuya inspiración, inquietud, carácter y

mirada les han hecho introducirse en zonas de alto riesgo. Temerarios o simplemente

valientes, quién sabe. Lo que está claro es que sin ellos no sólo seríamos distintos, sino quizás

demasiado iguales. Porque en el trasfondo de todas estas imágenes, hay mucha realidad.

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Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELCORREODEANDALUCÍA8 SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR | 9

ís. A este respecto, la primera ima-gen que le hizo querer ahondar ensu propia desesperación fue unaque retrataba las pandillas localesde Finsbury Park de la época (TheGuvnors). Independientemente deello, McCullin ha retratado otraszonas en conflicto como Chipre,Vietnam, Nigeria, Irlanda del Nor-te, Bangladesh, Líbano o Siria. Si-gue siendo referente para muchosy ha sido protagonista del FestivalInternacional de FotoperiodismoVisa pour l’Image de Perpignan.

4 WALTERASTRADA

¿No les recuerda esta foto a uncapítulo de la popular serie que

transcurría en Baltimore(Maryland), The wire, escrita porDavid Simon? Pues nada más le-jos de la realidad, ya que no con-tiene nada de ficción; de hechoestá tomada durante una jorna-da post-electoral en Kenia. Su au-tor (Buenos Aires,1974) concibeel fotoperiodismo desde su em-peño en retratar lo más fielmen-te posible la violencia que sufrenalgunos grupos sociales frente aotros.

Es conocido por su paciencia,sentido de la oportunidad y pro-ximidad a la acción. Con sólo 13años quería ya dedicarse a la fo-tografía de prensa, pero como notenía dinero para comprarse una

cámara, trabajó primero comomecánico de aviones.

En 1996 empezó a trabajar paraLa Nación, culminando su célebreserie La fe en 1999 con imágenesde Brasil, Chile, Bolivia y Perú. Seconoce América Latina y su varie-dad de conflictos al dedillo y ha re-corrido África y Asia en sus zonasmás convulsas. En su proyecto Un-der pressure muestra fotos irónica-mente más distendidas.

5 DEANNEFITZMAURICE

Ganadora del Premio Pulitzer deFotografía 2005, es famosa por suconcienzuda serie sobre las conse-cuencias de la guerra sobre un ni-

ño iraquí, de la que exponemos só-lo un ejemplo. Nació en Melrose,Massachusetts, graduándose enArte en San Francisco, California.Entre las revistas para las que cola-bora destacan Time y Newsweek.La serie comentada, Saleh, mues-tra una visión del conflicto que tra-ta de integrar a una vida normal alchaval, de tal modo que recuerda aproyectos como el que se llevó acabo en España con Planta cuartao Pulseras rojas (exportada esta úl-tima y ambas escritas por AlbertEspinosa). Tiende a personalizarlos conflictos, poniéndole el nom-bre a sus series de los protagonis-tas de cada historia. Destaca tam-bién por sus recorridos en torno altráfico sexual en Asia y EstadosUnidos y colaboró con la revistaSports Illustrated en su trabajo Ro-bot boy. Además del reporterismoha trabajado en fotografía publici-taria para Netflix, Mazda, Target,Avon y Microsoft.

6 CRAIG F.WALKER

Publicada en el Denver Post y Pre-mio Pulitzer de Fotografía de2010; en esta imagen vemos el re-sultado de una investigación porparte del reportero del perfil queescoge la Guerra de Irak para de-fender a los Estados Unidos. Elchaval, que más podría ser ungeek informático, no parece sen-tirse en la entrevista previa, preci-samente, como pez en el agua.Tras vivir en York (Pensilvania),Walker se fue a estudiar fotografíaen Rhode Island, llegando a tra-bajar para Marlboro y BerkshireEagle; estos trabajos fotográficosle llevaron a ser contratado comopersonal en el periódico ya men-cionado. Nos ha contado histo-rias de su país, pero también defuera. Se alzó con el Premio de laAsociación Nacional de Prensapor una foto en que un chico quetrabajaba con camellos aprende amontar a caballo en Kuwait. Pasóalrededor de dos años fotogra-fiando al adolescente Ian Fisherdesde que entró en la Universi-dad hasta que se hizo soldado.También firmó una excelente se-rie sobre la pobreza infantil enColorado.

7 WILLIAMEUGENE SMITH

Oriundo de Kansas (1918), falle-ció en Tucson (Arizona) setentaaños después, debido al abuso desustancias estupefacientes. Em-pezó su trayectoria haciendo fo-tos para los periódicos locales TheEagle y The Beacon. De carácterconflictivo, trabajó en Newsweek,de donde fue despedido por ne-garse a usar cámaras de formatomedio, uniéndose en 1939 a Lifecon la que mantendría una rela-ción profesional de amor-odiodurante toda su carrera. Cubrió laSegunda Guerra Mundial desdelos frentes de Saipam, Guam, IwoJima y Okinawa.

Antes de entrar en Magnum,

viajó hasta Reino Unido para retra-tar a Clement Atlee del Partido La-borista. Fue especialmente acalo-rado en sus discusiones sobre laimportancia del autor de las foto-grafías en el proceso de edición fi-nal, en el proceso de selección delas fotos que finalmente se publi-can, su orden y disposición en lamaquetación de la página y epí-grafes que las acompañan. La fo-tografía seleccionada forma partede Spanish Village, un ensayo foto-gráfico del pueblo extremeño deDeleitosa, realizado en 1950, en laque se dispararon 1.575 imágenescon un informe escrito de 24 pági-nas; tirándose alrededor de 22 mi-llones de ejemplares si contamoslas sucesivas reediciones del libro.

8 HORSTFAAS

Recordado por sus magníficas ins-tantáneas sobre las consecuenciasciviles de la Guerra de Vietnam, lafotografía mostrada es un claroejemplo de ello. Nació en Berlín en1933 y murió recientemente, en2012. Habiendo recibido dos vecesel Premio Pulitzer, se prestó a men-torizar para obtenerlo a otros fotó-grafos, por ejemplo, Huynh CongNick Ut. Cubrió conflictos en Con-go y Argelia, hasta ser trasladado aSaigón en 1962, llegando a ser pa-reja profesional con otro grande,Peter Arnett, del que no se separóen diez años. Durante 1976 se tras-ladó a Londres, retirándose ya en2004. A su vez, es coautor de los li-bros Requiem y Perdidos sobre La-os, obras que indagan sobre la vidade fotógrafos de guerra desapare-cidos en Indochina.

9 MIKELAYESTARÁN

Como profesional multimedia quees, compagina su labor gráfica conla de corresponsal de guerra. Suconsiderado bautismo de fuego seprodujo el año 2006 durante la in-vasión israelí al Líbano. Ha cose-chado premios como el Manuel Al-cántara de Periodismo. En el cam-po más puramente fotográfico harealizado dos exposiciones, ambasen San Sebastián, sobre el aniver-sario de un terremoto, así comouna crónica documentada sobre33 días de guerra en 33 imágenes.Toda una promesa, a pesar de sucorta edad y dilatada experienciaen el terreno.

10 EDDIEADAMS

Fotoperiodista de trinchera naci-do en 1969, recibió, al igual queotros reseñados, el Pulitzer por es-ta Saigon Execution, una imagenque recuerda en cierto modo alposterior cine de Takeshi Kitano.Nacido en Pensilvania en el año1933, murió a causa de una enfer-medad del habla (mal de Gehring)que no le impidió seguir trabajan-do hasta el final de sus días. Des-tacan en su repertorio Soldado is-raelí en el canal de Suez, SeekingEscape o Embrace.

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Y es la realidad lo único que no podemos entender y la razón por la que reflexionamos de forma diversa unos y otros.

Intentando alcanzar un conocimiento máximo. Nuestro humilde reconocimiento para todos los que se quedan

fuera y para aquellos que trabajan para medios audiovisuales que han conseguido, desde la pequeña pantalla,

informar sobre los conflictos nacionales e internacionales que aún hoy, por desgracia, pueblan nuestro mundo

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Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELCORREODEANDALUCÍA10 | SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR

La última biografía de Jerome David Salinger (Nueva York, 1919) revela detalles como

que el escritor continuó con su producción literaria hasta el fin de sus días, y otros más

curiosos como el que cuenta que el manuscrito de ‘El guardián entre el centeno’ le

acompañó durante su participación en el desembarco de Normandía

Literatura

ÓscarGómez

Si de verdad les interesa lo quevoy a contarles, lo primero quequerrán saber es» cómo sur-

gió. Todo ese rollo de cuando decidíque iba a escribir este artículo sobreun tipo huraño, uno de esos escrito-res de culto, raros y herméticos. Pe-ro la verdad es que no tengo ganasde extenderme mucho en esas gili-polleces. Aun así tengo que hacerlo,para justificar esta forma de escri-bir, esta voz, que no es la mía, sinouna burda imitación de la del pro-pio Salinger. O más bien la que Sa-linger adoptó para meterse en la pielde su personaje.

Estaba viendo en la televisión undocumental sobre el desembarco deNormandía. Uno de tantos, pero unobueno, con imágenes reales. El na-rrador contó que uno de los solda-dos que participó en la operaciónera Jerome David Salinger, el autorde El guardián entre el centeno. Ytambién contaba que llevaba el ma-nuscrito de la obra en la mochila.Sentí vértigo. Me interesa todo lo quetenga que ver con esa obra, impres-cindible en la literatura del siglo XX.Quizás debería contar que me inte-resa todo lo que tiene que ver conJohn Lennon. Y aunque la novela deSalinger fuera una mierda, el hechode que el asesino de Lennon la lleva-ra encima cuando fue detenido, yame habría hecho interesarme porella. También me interesa todo loque tiene que ver con el desembar-co en Normandía. Es el día en el quela historia comenzó a cambiar elrumbo que la dirigía a las tinieblasdel mal y todo ese follón.

Me imaginé a Salinger en la lan-cha, llegando a la playa de Utah. Re-cordé las célebres imágenes que Ro-bert Capa había tomado en la deOmaha. Me encanta la atmósfera desórdida tragedia de esas fotos. Pen-sé en Salinger agachado entre losmamparos de acero. Salpicado porlas olas. Con los nervios atenazadospor los disparos de las ametrallado-ras nazis. Me metí en su mochila conla imaginación.Vi el manuscrito, en-tre latas de sardinas, paquetes de ta-baco y cananas de balas. Pensé enque la tinta de esos siete capítulosque sólo llevaba escritos podría ha-ber acabado diluida en las aguas delCanal de la Mancha, y en la propiasangre de su autor.

Como les iba diciendo, estabaviendo un documental. Le conté ami mujer que, en realidad, lo de Utahera un nombre en clave para unaplaya cerca de Poupeville. Ella ya losabía. Le dije que tenía que escribir

sobre esa historia del manuscrito deThe catcher in the rye en Norman-día. Me encanta el título en inglés.Siempre me acuerdo de esa canciónde Billy Joel en la que lo mencionaentre los acontecimientos más im-portantes del siglo XX y todo ese ro-llo. Salinger habla del catcher en lanovela como el catcher del béisbol.Nada que ver con un guardián. Re-cordé entonces que el coordinadorde esta revista me había dicho quequería hacer un especial sobre arte,cultura y fuerzas armadas. Ahí teníaque estar mi artículo sobre Salingeren Normandía. Le llamé.

–Gabriel, aprovechando el datode que Salinger llevaba el manuscri-to de El guardián entre el centeno du-rante el desembarco de Normandía,quiero escribir sobre novelas que se

NOVELA / El autor de ‘El guardián entre el centeno’ siguió escribiendo durante toda su vida y, según su última

biografía, dejó instrucciones para publicar cinco novelas inéditas que verían la luz a partir del año que viene

Salingerestuvoasignadoalserviciodecontraespionajedelosaliados

escribieron en parte durante las ho-ras de calma en el frente. ¿Te mola?

–Mola, así que al tajo, contestó.Gabriel Ramírez es un tipo culto.

Y yo no tengo la necesidad de ha-cerle la pelota ni ninguna de esas gi-lipolleces. Pero es que es de verdadun tipo culto, que se entusiasma conlas buenas ideas. Yo tenía una bue-na idea. Y cuando se entusiasma, nolo dice con párrafos largos, sino confrases cortas y contundentes. Mola,así que al tajo. Como escribía Salin-ger. Como hablaba Holden Caul-field. Como escribo yo ahora estahistoria sin mi voz, sino con unaburda imitación de la del escritoramericano. «Soy el mentiroso másfantástico que puedan imaginarse»,decía también Caulfield.

Me puse a leer sobre Salinger esamisma tarde. «Hay cosas que cuestaun poco recordarlas», pero recordéque el año pasado se había publica-do una biografía sobre el autor. Labusqué, y me encontré con que SeixBarral ya la había publicado en Es-paña. Más de setecientas páginas.Veintisiete euros. Escribí a la edito-rial. Me mandaron material para do-cumentarme, y descubrí a un Salin-ger aún más misterioso en esta bio-grafía definitiva.

Tengo poco más de seis mil ca-racteres con espacios para contaresta historia. Así que he decidido nohablar ahora de otras novelas naci-das en las trincheras. Puede queproponga una serie de artículos so-bre ello. Para éste, me basta con Sa-linger. Me ha podido el personaje.He comenzado a leer de nuevo Elguardián entre el centeno. Por esoescribo así este artículo, por eso in-cluso plagio algunas de las frasescon las que arrancan sus capítulos.Son todas las que están entrecomi-lladas en este artículo. «Esto es todolo que voy a contarles». Yo no escri-bo así. No es mi voz. Es un proble-ma. Cuando escribo, me dejo atra-par por el estilo de lo que estoy le-yendo en ese momento. Por eso,cuando escribo ficción, trato de leersólo el periódico, o algún ensayo ytodas esas cosas.

Leyendo sobre Salinger, me hallamado la atención que estuvo asig-nado al servicio de contraespionajealiado. Antes de la guerra, había es-tado aprendiendo idiomas en Aus-tria y en Polonia. Vivió con una fa-milia judía, y se enamoró de la hija.Murieron todos en campos de ex-terminio.También me llamó la aten-ción que mantuviera una relación

con Oona, la que sería después es-posa de Chaplin.

También que Salinger participóen la liberación de París, y que allíconoció a Hemingway. Volví a ima-ginar el manuscrito en la mochila,mientras estrechaba la mano del co-rresponsal. La guerra y toda esamierda le impactaron tanto que tu-vo que ser hospitalizado en Nurem-berg, cuando era otra vez espía. Yque fue entonces cuando se trans-formó en algo parecido a un soció-pata. No quería ser reconocido, yque sólo salía de su casa para reco-ger la correspondencia una vez porsemana.

Pero una de las cosas más impor-tantes que cuenta la nueva biogra-fía de Salinger es que Salinger siguióescribiendo. Lo hizo hasta poco an-tes de su muerte. Y puede que seaverdad o puede que sea una estrate-gia de marketing de las editoriales ytodo ese follón, pero parece que de-jó instrucciones para publicar cinconovelas inéditas a partir del año queviene. Tal vez yo también vuelva aescribir sobre Salinger cuando lea laprimera de ellas. Tal vez le vuelva acopiar toscamente la voz.

@oscar_gomez

El ‘catcher’ en Normandía

J.D. Salinger, fotografiadoa bordo de un Jeep durantela Segunda Guerra Mundial.

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ELCORREODEANDALUCÍA | Miércoles 15 de octubre de 2014 SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR | 11

‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ aspira a convertirse en la mejor película

de habla no inglesa en la próxima edición de los Oscar. Si lo obtuviera, de alguna

manera sería un premio para la memoria de un John Lennon que es el protagonista

elíptico de la cinta del director David Trueba, y también para su pacifismo militante

Nominación

OscarGómez

Algunos imprescindibles de lahistoria del rock, como BobDylan, Bruce Springsteen o

Phil Collins, tienen un Oscar en susvitrinas, como reconocimiento a susaportaciones musicales a grandesproducciones cinematográficas, o aotras que no lo habrían sido tantode no contar precisamente con sumúsica. Probablemente, John Len-non también lo habría obtenido sihubiera podido componer unosaños más. O si canciones como Ins-tant Karma oWorking class hero hu-bieran sido concebidas como temaprincipal de una banda sonora. Peroel caso es que la academia norte-americana de cine nunca pudo dar-se a sí misma el homenaje de entre-gar su mayor premio a toda una le-yenda de la música como Lennon,ya que el que logró el tema Let it be,en la categoría de mejor adaptaciónmusical, y aunque acreditado en sucomposición como Lennon/McCartney, sólo fue recogido por Paul,quien era su verdadero compositor.

Lennon también flirteó con el ci-ne, y no sólo con las películas prota-gonizadas por The Beatles, sino queRichard Lester, el mismo director deA hard day’s night (1964) y Help!(1965), le propuso participar como

actor en una comedia negra am-bientada en la Segunda GuerraMundial. How I won the war conta-ba la historia de un caricaturescopelotón británico de mosqueterosque tenía como una de las principa-les misiones encomendadas por elalto mando la de la construcción deun campo de cricket a cien kilóme-tros de las líneas enemigas en Tú-nez. La película tuvo un recorridocomercial corto, ya que el único in-terés que suscitaba en el público era,precisamente, la aparición del Beat-le. Tampoco la crítica trató bien a unfilme de narración excesivamenteparsimoniosa, en el que los exterio-res tienen un sobredimensionadoprotagonismo, con unos actores queentran en plano como si estuvieransobre las tablas de un teatro y al quele cuesta provocar la hilaridad des-de el absurdo planteamiento de lanovela del periodista Patrick Ryan,en la que se basa la película. El libro,que tampoco obtuvo el éxito espe-rado, pretendía ser al igual que lapelícula, un manifiesto antibelicistasustentado en las situaciones ridí-culas que se producen en el entor-no de los campos de batalla. Tal vez,el ambiente contrario a una guerraridícula durante seis semanas de ro-daje en el Desierto de Tabernas hizonacer en un Lennon que acababa

de cumplir 26 años un germen pa-cifista que floreció definitivamentedos años después, durante su lunade miel con Yoko Ono, en la que fir-maron el famoso episodio de su en-camada por la paz en la suite presi-dencial del Amsterdam Hilton.

Pero al margen de la escasa cali-dad cinematográfica de la cinta, laparticipación de John Lennon supu-so grandes beneficios para los segui-dores de The Beatles, e incluso entérminos económicos para la ban-

da. En primer lugar porque durantesu estancia en Almería para el roda-je, el músico alquiló una casa cuyacerca exterior le recordaba a la de laparcela del barrio de Woolton en laque jugaba a menudo a pesar de laprohibición de su tía. La teoría, apo-yada apasionadamente por los fansalmerienses de The Beatles, cuentaque en esa casa encontró la inspira-ción para componer StrawberryFields Forever, una de las cien mejo-res canciones de la historia, según

Rolling Stone. También se dice queen ese mismo lugar, entre los murosde la extraña mansión, se grabó laprimera maqueta del tema, con unaguitarra española y un magnetófonodoméstico. La atmósfera húmeda ydensa del jardín de la residencia delEjército de Salvación, escenario delos juegos de un Lennon huérfano ypreadolescente, está presente en losversos oscuros, crípticos, trágicos deuna canción incomprensible sin unaguía de escucha.

También destaca de la cinta lainterpretación del célebre cómicobritánico Roy Kinnear, que no tuvosin embargo guion sobre el que des-plegar su talento, y los registros vo-cales de Lennon, que musicalizabasus frases con las mismas tesiturascon las que cantaba las composicio-nes de The Beatles: desde los gravesvibrantes y metálicos que le deja-ban casi afónico hasta los agudoshistriónicos. Por otra parte, a la pelí-cula dirigida por Lester, que más tar-de firmaría la segunda y tercera se-cuela de Superman, le debe la ico-nografía del siglo XX uno de sus másreconocibles símbolos: las gafas re-dondas de Lennon, que usó por pri-mera vez como parte de la caracte-rización del soldado Gripweed, supersonaje en la historia, y que lleva-ría hasta su asesinato en 1980.

En 2013, Gripweed y Lennon re-sucitaron para el cine. Lo hicieronde la mano de David Trueba, querescató una historia real para con-vertirla en un hermoso homenaje alos maestros de escuela comprome-tidos, en la película que tomaba sutítulo de uno de los versos de Stra-wberry Fields Forever. Lennon vuel-ve a la carrera de los Oscar, pero nocomo compositor de bandas sono-ras, ni como actor, sino como prota-gonista de una historia relacionada,precisamente, con la película querodó en el momento en el que in-cluso pensaba en dejar la banda ydedicarse al cine, y en el que sin em-bargo escribió uno de los temas im-prescindibles de su carrera.

Vivir es fácil con los ojos cerradosaspira a llevar a David Trueba a laalfombra roja en Los Ángeles el pró-ximo 22 de febrero, pero antes, laacademia hará dos cribas de las quesaldrán los cinco finalistas un mesantes de la entrega. Al menos tresveladas de nervios esperan por tan-to al equipo de producción de la cin-ta española, hasta que escuchen eltópico «and the winner is». Si la pe-lícula rodada en los mismos esce-narios en los que Lester filmó How Iwon the war, con banda sonora delmismísimo Path Metheny, se hacecon el premio de la Academia, serátambién de alguna forma uno deesos célebres ajustes de cuentas conel talento a los que acostumbra lacasa grande del cine norteamerica-no con sus Oscar honoríficos. Co-mo si el propio John Lennon acu-diera a recogerlo en un paseo etéreopor entre las filas de butacas. Mele-nudo. Con gafas redondas. Vestidodel blanco de la paz. Dibujando conlos dedos el símbolo de la victoria,que es el mismo que el de la paz.

Cine

Fotograma de la película de David Trueba, ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’. / EL CORREO

CINE / Si ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ se hace con el premio, será de alguna forma

comounOscar honorífico a Lennon, tal y como tienen otros imprescindibles del rock

UnOscarparaLennon

John Lennon, junto a Roy Kinnear en una escena de ‘How I won the war’.

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Miércoles 15 de octubre de 2014 | ELCORREODEANDALUCÍA12 | SUPLEMENTO CULTURAL ALADAR

Nunca antes el cine había sido capaz de reflejar tan certeramente la visión de la guerradesde el punto de vista del soldado, salvo en la secuencia inicial del desembarco de

Normandía en ‘Salvar al soldado Ryan’ (Steven Spielberg, 1998). Pero la diferencia es que

esta vez, en ‘Restrepo’, los soldados no son actores. Y la guionista no es sino la propia guerra

Documental

EmmaCamarero

El reconocido crítico de cineDavid Eldestain escribió queRestrepo era un documental

ambientado en un mundo casialienígena con un toque de surrea-lismo. En cambio, afirmaba, no po-día existir un cine más alejado delescapismo.

En Restrepo sus directores, los re-porteros Tim Hetherington –asesi-nado por un mortero en Libia en2011, poco después de estrenar lapelícula–, y Sebastian Junger, se em-potraron en un comando del ejérci-to norteamericano en Afganistán.Su objetivo era tratar de mostrar suprofundo interés y respeto por larealidad que vivían los soldados. Pe-ro, ¿qué es la realidad? En Restreponos encontramos un reflejo de la ri-queza y la ambigüedad de la vida delos soldados, pero más allá de la ob-servación objetiva.

La realidad humana, cuando seencuentra bajo presión, se convier-te en surrealismo y alucinación, co-mo se observa brillantemente en es-te documental. La mezcla de lo co-tidiano y el horror de la guerra,soldados casi infantiles en sus com-portamientos, a ratos destrozados yhundidos en sus testimonios a la cá-mara, quedan convertidos, en la es-cena siguiente, en terribles guerre-ros capaces de todo. Es aquí dondelas percepciones de los directoresquedan incluidas en el resultado fi-nal como parte de la rica narrativaresultante.

Candidata al Oscar al mejor do-cumental en 2011 y galardonadacon numerosos premios, Restreponarra el despliegue de un pelotónde soldados estadounidenses en elValle de Korengal en Afganistán,considerado uno de los destinosmás peligrosos para las tropas de losEEUU. Quince hombres se esmera-ron en construir un pequeño fortínen el epicentro del fuego enemigo,al que llamaron Restrepo en honorde uno de sus compañeros muertoen acción. Se trata de una películatotalmente experimental: las cáma-ras nunca dejan el valle, predomi-nan los planos subjetivos del com-bate, y no hay entrevistas con gene-rales o diplomáticos. Tan sólo lostestimonios de los soldados que vi-ven el día a día de la guerra. Ese esel objetivo: hacer que los especta-dores se aproximen a la visión quetienen de la guerra aquellos que vi-ven y mueren en ella, estableciendosus propias conclusiones.

Los dos reporteros-directores deeste documental dejaron clara suintencionalidad al rodar Restrepo.Su objetivo fue capturar la experien-cia de combate, desde el aburri-miento hasta el terror, a través delos ojos de los propios soldados. Noentrevistaron a sus familias o a losafganos, no exploraron debates geo-políticos. Las experiencias de lossoldados son la clave para entender,independientemente de las creen-cias políticas. En Restrepo no hay da-tos cuantitativos, solo cualitativos;los directores permanecen siempre

‘Sentir’ la guerra

junto a los soldados pero nunca in-ciden en sus actitudes y mucho me-nos en sus respuestas. Dejan fluir lahistoria como si de un río se tratase,y sólo en ciertos momentos, paramantener el ritmo e incidir en el dra-matismo de los acontecimientos, in-terrumpen la acción con los testi-monios de los propios soldados.

Restrepo es casi un manual dehacer cine con mínimos recursos, yno nos referimos sólo a los mediostécnicos. Sus directores prefieren laveracidad a la calidad, en busca deuna imagen que sea lo más creíbleposible. Por ello no existen casi pa-norámicas, ni una estética consen-suada. Las imágenes surgen porquesurge la realidad de la guerra a cadapaso. La calidad cinematográfica

pasa a un segundo plano en buscade un neorrealismo, propiciado porla utilización de planos subjetivosrodados por los propios soldados,con las cámaras entrando en batallasobre sus cascos.

En Restrepo las entrevistas cons-tituyen la justificación de una de lasrealidades que trata de mostrar eldocumental: cómo ir a la guerra in-fluye en la visión que los soldadostienen de la misma. En contraposi-ción, los que creen saber qué es laguerra antes de toparse contra ella:el patriotismo, el honor, el sueñoamericano. Todo esto ayuda a quelos jóvenes estadounidenses se cie-guen con una idea confusa e ideali-zada de lo que es la guerra, y esa ideacae por su propio peso cuando, se-gún palabras de los soldados, «lle-gas a mitad de ninguna parte, lejosde todo y de todos y piensas: mier-da, no estamos listos para esto, pero¿dónde me he metido? Estoy segurode que moriré aquí. Y ni siquiera sa-bes por qué tenemos cascos, si noson capaces de detener las balas quevienen de las montañas».

Junger y Hetherington se intro-ducen en el grupo pasando a formarparte de él, al modo en que los an-tropólogos estudian una tribu mi-metizándose con ella. Es un regresoal cine de Jean Rouch y sus docu-mentales antropológicos. De estemodo, formando parte de la histo-ria, pueden rodar sin que la subjeti-vidad de un encuadre u otro se injie-ra en la narración. Por ese motivo senarra desde el presente –mostrandoimágenes del día a día del pelotón–,para después analizarlas desde unfuturo –a través de las entrevistas–,hablando en pasado, recalcando asíque la perspectiva de la guerra en lasentrevistas es una perspectiva fun-damentada en la experiencia.

En el aspecto testimonial radicala esencia de este documental. Jun-ger y Hetherington no quieren opi-nar sobre la guerra, aunque podríanhacerlo porque la han vivido en pri-mera persona. Y porque la conocen,saben que no es necesario opinarsobre ella; cada uno tiene su propiavisión cuando está inmerso en ella.Este es el motivo por el cual deci-dieron abordar esta realidad desdeuna perspectiva neutra. Ni los di-rectores ni el guion tratan de condi-cionar la reflexión del espectadorrecurriendo burdamente a una na-rración cinematográfica al estilo clá-sico de tres actos, incidiendo en eldramatismo o recurriendo a los vie-jos trucos que impuso la ficción enHollywood.

Imágenes hiperrealistas rodadasin situ, sonido directo, testimoniosde los protagonistas. Son los tres pi-lares en los que se fundamenta lacapacidad de hacernos vivir la gue-rra en primera persona de Restrepo.La grandeza de este documental ra-dica en que consigue que el espec-tador sienta, literalmente, la guerraen sus carnes.

EmmaCamarero es profesora decomunicación de laUniversidad LoyolaAndalucía y directora de cine documental

Cine

Sebastian Junger (izquierda) y TimHetherington posan en el campamento Restrepo, en Afganistán, durante el rodaje del documental.

Una de las imágenes del documental quemuestra a los soldados durante un tiempo de descanso.

La realidad de la guerra plasmada fotograma a fotograma a lo largo del documental.

CINE / Candidato al Oscar en el año 2011, narra el desplieguedeun

pelotónde soldados estadounidenses en el afganoValle deKorengal