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punto de irme destinado para Vigo. No s si estara en antecedentes de que me fuera a casar, pero al presentarse en Cartagena, as de sopetn, no tuve ms remedio que dar la cara y desengaarla, dicindole que estaba a punto de casarme y que se olvidara de aquella aventura. Naturalmente, tambin tuve que decirle a mam que haba venido esta chica: bueno, chica, de unos 38 aos y salir del paso como pude.

CURSO DE ELECTRNICA EN GREAT LAKES.

L viaje desde Washington a Great Lakes lo realizamos en tren. Cuando terminamos el curso en la Escuela de Idiomas, nos facilitaron pasaportes para incorporarnos a nuestros nuevos destinos para efectuar los cursos en los que habamos sido admitidos. El tren que tomamos en Washington atravesaba USA de costa a costa, de Washington a San Francisco, embarcando en el mismo Martnez, Ojeda, Pujol y yo. Nosotros nos bajamos en Chicago y Martnez y Ojeda que siguieron para San Francisco, ya que ellos iban a realizar el mismo curso en Treasure Island. Cuando llegamos a Chicago, cambiamos de tren y cogimos un tren de cercanas que iba a Milwaukee, pero bajamos en Waukeegan que es donde se encuentra la base. En la estacin ya haba un microbs esperando y, junto con algunos americanos, que tambin iban a la base, hicimos el trayecto desde la estacin, que est a dos o tres kilmetros aproximadamente. Al presentarnos en la base, la misma rutina de siempre: presentacin de credenciales, asignacin de dormitorio y taquilla, recogida de los pertrechos de la cama (sbanas,

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manta, cubre cama), asignacin de clases, indicacin del aula que habramos de ocupar y presentacin del instructor que habra de ser nuestro profesor. Aquel da termin con las presentaciones y la entrega de un horario de clases, debiendo empezar las mismas a las 08:00 horas del da siguiente en el aula previamente indicada. El resto de este primer da lo empleamos en dar una vuelta por la base, que era enorme, y en enterarnos donde estaban la lavadora, el economato, etc... arranchar la ropa en la taquilla y hacer la cama. Al da siguiente a las ocho en punto ya estbamos en el aula que nos haban indicado y all encontramos otros diez o doce alumnos ms, algunos extranjeros, como nosotros. Creo que haba seis persas y los dems eran americanos, entre ellos dos mujeres. Creo recordar que ramos quince en total. A los pocos minutos de llegar nosotros a clase, lleg el instructor de electricidad que era la primera asignatura que habramos de estudiar, y nos entreg un paquete con seis libros de electricidad: aquello era lo que tendramos que estudiar en el primer trimestre. Tres tomos eran teora y los otros tres estaban dedicados a las prcticas que habramos de realizar. Aunque a estas alturas yo ya tena nociones sobre electricidad, tanto por mi curso Maymo, donde empec a comprender lo que era un voltio y un amperio, como en el curso de suboficial donde don Pascual estuvo casi todo el curso machacndonos con la Ley de Ohm, estos libros, junto con las prcticas que realizamos, fueron los que definitivamente me ensearon lo que era una dinamo, un alternador, un motor o un transformador y cmo se produce la corriente alterna y la corriente continua. En este curso tenamos las clases de teora por las maanas, de ocho a doce, y por la tarde prcticas, de tres a cinco. El curso era cada da ms interesante y cada da descubra cosas nuevas. Aquellos libros, aunque eran elementales sin utilizar grandes clculos, explicaban de una forma tan clara[ 400

lo que es la electricidad prctica que debe conocer cualquier electricista o electrnico, que apenas si era necesario profesor alguno, aunque estos instructores eran unos tos muy preparados y saban lo que llevaban entre manos. El segundo trimestre nos entregaron otra coleccin de seis tomos de electrnica; las clases siguieron con el mismo horario que el primer trimestre y en este curso fue cuando, por primera vez, llegu a... casi, casi, ver los electrones, desplazndose desde los filamentos a las placas de las lmparas. Todos los aparatos electrnicos trabajaban con lmparas: lmparas diodo como rectificadoras, para convertir la corriente alterna en continua el circuito ms sencillo, y detectores para poder eliminar la corriente de radiofrecuencia y dejar pasar la audiofrecuencia al altavoz en los receptores (podemos decir que la radiofrecuencia slo se utilizaba como vehculo para transportar la audiofrecuencia, que es la que transmitimos cuando hablamos delante de un micrfono), adems de lmparas trodo, tetrodo o pentodo, que trabajaban en circuitos osciladores o en circuitos amplificadores. En este curso nos ensearon tambin toda clase de circuitos ms o menos sofisticados para generar toda clase de ondas: ondas en diente de sierra y ondas cuadradas, adems de las ondas sinusoidales que era lo ms que haba logrado comprender hasta ese momento y que haba estudiado con don Pascual en el curso de suboficial al explicarnos los distintos tipos de osciladores que se empleaban en nuestros transmisores. En cuanto a la vida fuera del curso, aqu no encontramos colonia alguna de castellano-parlantes, como en Florida, donde ms del 50% de sus habitantes hablaban castellano. El primer mes ni tan siquiera por curiosidad fuimos a Waukeegan. El pueblo estaba a unos cuatro o cinco kilmetros de la base, con lo cual haba que coger un autobs para ir al centro urbano y, por lo que nos decan los americanos,

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tampoco haba gran cosa, ya que era un pueblo pequeo donde la mayora de la gente se dedicaba a la agricultura. En la base tenamos el club de suboficiales, donde podas tomar una copa, escuchar msica y hasta bailar los fines de semana, si eras bastante decidido para sacar a alguna de aquellas americanas: algunas de la propia base y otras civiles que venan a pasar el rato. Aparte haba dos o tres mesas de billar y algn que otro juego donde pasar el rato. Tambin haba cine y los fines de semana podas pasear por aquellos prados enormes y hasta ir a la playa a pegarte un chapuzn. Otro de los pasatiempos de aquel primer mes era ir a ver a los reclutas, ya que dentro de la base estaba tambin lo que podramos llamar el cuartel de instruccin, y era una novedad para nosotros ver aquella brigada de marineras desfilando todos los sbados. Los domingos tenamos la maana ocupada con ir a misa. En aquel tiempo tenamos todava arraigadas nuestras costumbre de muchos aos, y la realidad es que, si no ibas a misa, pareca como si te faltara algo. Aqu tambin encontr una diferencia enorme con nuestros curas y los propios feligreses. Fue el primer lugar donde me encontr que bien antes o despus acudan a la misma iglesia los protestantes y que era corriente que, antes de entrar o despus de cumplir cada cual con su precepto, se juntaran unos con otros y se fueran en comandita a terminar de pasar la maana. El primer da que acudimos a misa, vimos que en la puerta de la iglesia haba unos corrillos de familias, tal y como habamos visto en Key West: todos charlando, esperando la hora de entrar, siendo el cura uno de los que estaban por all, saludando a unos y otros, siendo las familias las propias de los cabos, suboficiales u oficiales de la base. Como quiera que el primer da fuimos vestidos de uniforme y estbamos por all esperando a que salieran los protestantes cosa que ya nos haban dicho previamente ya que ellos tenan su acto antes que el catlico, el cura que estaba en uno de aquellos corrillos vino a saludarnos, a interesarse[ 402

por saber de donde ramos y, ya de paso, nos present a aquellas personas que resultaron ser las familias de un oficial y un suboficial, que estaban charlando amigablemente sin tener en cuenta lo que era cada cual. En ese momento eran simplemente feligreses que iban a misa. Al da siguiente, cuando fueran de uniforme, cada cual ocupara el cargo que tuviera y el inferior rendira cuentas a sus superiores segn lo ordenado en el cdigo y ordenanzas militares. As fue como empezamos a introducirnos en aquella comunidad, donde poco a poco fuimos conociendo a bastante gente fuera de lo que era estrictamente la rutina militar. Uno de aquellos domingos, dos o tres seoras de aquellas nos invitaron a una fiesta que tenan en el pueblo, no s con qu motivo, pero se supona que habra merienda y baile en el Crculo Catlico... del pueblo. E incluso se ofrecieron para venir a buscarnos, ya que saban que no tenamos carro. A nosotros, que llevbamos all encerrados ms de un mes sin salir, nos pareci de maravillas y aceptamos sin poner muchas pegas. Aquella tarde vino uno de aquellos matrimonios a buscarnos con su carro, resultando que l era un cabo 1 (first class), que estaba de instructor en la clase de radaristas. Al llegar al Crculo nos presentaron a la gente que haba all y de verdad que fue un recibimiento caluroso: se vea que era gente sana y con ganas de hacernos pasar una tarde agradable, como as fue. Al poco de llegar, en uno de los dos salones que se compona el Crculo, empezaron a repartir la merienda: mejor dicho, la gente entraba y se serva lo que le pareca de una mesa donde estaban todos los sandwiches, coca colas, pepsicolas y cervezas. Estaramos unas treinta y tantas personas, y las que dirigan el cotarro eran tres o cuatro seoras, de unos cuarenta aos como mucho y, aparte del cabo ste que fue a por nosotros, el otro matrimonio que conocimos en la base y quiz alguno ms, todos catlicos, la dems gente eran paisanos del pueblo y, como curiosidad, all nos presentaron a otros dos extranjeros: dos indios, que403 ]

estaban tambin en la base, catlicos tambin, por supuesto, haciendo el mismo curso que estbamos haciendo nosotros, pero que pertenecan a otro grupo que iba cuatro semanas ms adelantados que nosotros. Terminada la merienda, donde no pararon de estar preguntndonos por Espaa, as como a los indios, por las costumbres que tenamos en nuestros respectivos pases, una orquesta ms o menos improvisada empez a tocar todo msica country con dos o tres guitarras y, uno de aquellos americanos, que pareca un cowboy del oeste, cantando y animando la gente a bailar: no tardando mucho en llenarse aquel saln de gente saltando, formando un coro y, me recordaban, salvando las distancias y la puesta en escena, a los bailes de mi pueblo, cuando estaba en Las Caadas y se tiraban toda la noche bailando y, en vez de estar saltando al estilo de vaqueros del oeste, s, como gitanos, con una buena seguidilla, una jota o una malaguea. As termin la fiesta, saltando y cantando hasta las diez de la noche, poco ms o menos, en que nuestro amigo nos devolvi a la base, no sin antes despedirnos de toda aquella gente que nos dijeron que tenamos la puerta abierta para volver cuando quisiramos. Los seis meses que estuvimos en esta escuela fueron poco ms o menos lo mismo: alguna escapada de tarde en tarde a Waukeegan para desentumecernos de tanta base, pero fueron contadas. Tambin fui un par de veces invitado con uno de aquellos americanos, con el que hice cierta amistad y que, por lo visto, haba estado destinado dos o tres aos en la base del Canal de Panam. Tanto l como su mujer chapurreaban algo de castellano; sin embargo, sus hijos, un par de chavalillos de siete u ocho aos, lo hablaban casi perfecto, aunque con el acento americano. Al parecer l haba pedido irse a San Francisco, a la escuela de electrnica de Treasure Island, cuando se vino para EE. UU., para que sus hijos pudieran seguir practicando espaol, pero, lo mismo que pasaba en nuestra Armada, no siempre te mandaban adonde t pedas.[ 404

Con este hombre, Chief Peter, recuerdo que all por el mes de diciembre, cuando ya haca bastante fro por aquellas latitudes y el agua de algunos de los lagos pequeos, que hay por aquellos alrededores, estaban helados, me invit un da para que furamos a pescar con sus chavales y, aunque en principio cre que estara de cachondeo, l me explic que era muy divertido ir a estos lagos, donde para pescar hay que hacer un orificio en el hielo y por all meter el anzuelo. Al da siguiente, vino a buscarme con los dos chavales y all que nos fuimos a uno de aquellos lagos a pescar. Cul no sera mi cara de tonto cuando vi unas cuantas velas navegando por encima del hielo. Aquello era una novedad para m: nunca se me habra ocurrido que se pudiera hacer vela por encima del hielo. Pero, en realidad, aquello era lo ms natural: simplemente una especie de patn y una vela, al estilo de las tablas de surf que tanto xito tuvieron cuando llegaron aqu, all por los aos 70 y 80, slo que en vez de navegar por el agua lo hacan patinando sobre el hielo y menuda velocidad cogan con los cacharros aquellos. Nosotros dejamos el coche en una especie de refugio que haba y all que nos fuimos con un taladro y una piqueta para romper el hielo y poder echar los anzuelos. La faena de hacer el agujero en el hielo no fue tan sencillo como yo crea, el espesor sera de 15 20 centmetros, no podra precisarlo, pero no fue nada fcil poder agujerear aquello. Finalmente, el amigo Peter logr abrir el agujero y all que estuvimos durante un buen rato con tres o cuatro anzuelos fondeados, que los chavales sacaban de vez en cuando, pero al final, despus de estar all una hora larga, yo estaba medio helado, ya que no llevaba ropa adecuada para estar en medio del hielo y parado, y decidimos dejar la pesca y los chavales se tuvieron con conformar con dos o tres pececillos que haban picado. Gracias a que el amigo Peter llevaba un buen termo de caf caliente y aquello nos mantena con algunas caloras, pero yo creo que este fue uno de los das que ms fro habr pasado en mi vida: ni en mi pueblo, en mis tiempos de pastor, creo405 ]

que pas tanto. Los chavales, sin embargo, estaban felices y ni notaban el fro; bien es verdad que ellos s que iban bien preparados, tanto con el calzado como con los pantalones y el chaquetn que llevaban. A m con mi pobre gabardina de la Marina y los pantalones de lanilla me entraba el aire por todas partes y los guantes de uniforme tampoco me protegan gran cosa. No obstante, fue una experiencia inolvidable . Esa fue, poco ms o menos, nuestra vida el tiempo en que estuvimos en Great Lakes y, como quiera que en las Fiestas Navideas no habamos acabado todava el curso y nos dijeron que estaramos toda una semana sin clases, no pude resistir la tentacin de volver a Washington, ante la persistencia de Josefina, que al enterarse de que tenamos unas semana de vacaciones no paraba de decirme que ya tena alojamiento para m en casa de una amiga. As es que el viernes anterior a la semana de Navidad me un a otros cuatros americanos que iban a Washington tambin y, como el quinto tena carro, salimos al terminar las clases y, despus de tirarnos toda la noche en el coche, a la maana siguiente temprano estbamos entrando en Washington. A m me dejaron cerca de la casa donde haba de alojarme y donde me esperaba Josefina, y lo mismo hizo con los dems, quedando en reunirnos el domingo para volver a Great Lakes y estar all el lunes por la maana para asistir a clase. Como era sbado, ni Josefina ni su amiga haban ido a trabajar y cuando llam a la puerta todava estaban desperezndose. Josefina me present a la amiga, que era una colombiana, y me ensearon el apartamento, aunque haba poco que ensear: se trataba de un apartamento con una habitacin y una cocina-sala de estar-comedor todo junto y un cuarto de bao, cuarenta metros cuadrados a lo sumo, bien aprovechados. La colombiana dorma en la habitacin y yo habra de dormir en el sof que estaba en la sala de estar; Josefina se iba a dormir a casa de los Molins, como siempre. Esa semana fue estupenda, como podis imaginaros, despus de tanto tiempo entre gringos nada ms. Aunque tam[ 406

bin aprovech el tiempo, me llev el libro de la descripcin de uno de los equipos de sonar que estbamos estudiando en esos momentos y todas las maanas me las pasaba encerrado en aquel apartamento estudindome el equipo. Cuando vena Josefina por las tardes, entonces salamos a dar una vuelta y bien terminbamos en un cine o bamos al Crculo Latino Americano, ya que tampoco all en Washington la temperatura era para estar paseando, pero normalmente volvamos temprano a casa y unas veces solos y otras con la amiga cenbamos tranquilamente viendo la televisin. Acompaaba a Josefina a su casa y me volva a dormir en mi sof que, dicho sea de paso, era bastante cmodo. No recuerdo lo que pagu a la amiga de Josefina que, por supuesto, cobr los siete u ocho das que estuve all, para ayudarle a pagar el alquiler. La comida: el primer da que llegu fuimos al supermercado e hicimos una compra que guardamos en el frigorfico, con lo que, poco ms menos, Josefina calcul que necesitara, con lo cual esa semana de turista no me sali muy gravosa. En realidad Josefina saba que no poda hacer muchos extraordinarios con lo que nos pagaban: en eso s que no hubo engao desde el primer momento. El domingo, a media maana, ya estaba yo esperando el coche en el lugar indicado, el cual lleg casi puntual a la hora convenida y vuelta para Great Lakes, por la autopista que iba desde Washington a Chicago. Paramos los justo para comer y alrededor de la media noche estbamos llegando. Pagamos los gastos de gasolina y autopista entre todos y todava pudimos dormir a pierna suelta aquella noche despus de la paliza del viaje. El lunes se reanudaron las clases y poco ms puedo decir de aquella poca, ya que el curso finalizaba a finales de enero. Ese mes de enero fue de repaso y prcticas de laboratorio. Y, como prctica final, cada uno de nosotros tuvo que desarrollar una leccin y explicarla a la clase, ya que entre otras cosas nos dieron una semana de clases prcticas de Instructor. Finalizado el curso, el amigo Pujol se volvi para Espaa y yo407 ]

emprend viaje para San Francisco donde deba seguir otro curso superior de electrnica.

VIAJE A SAN FRANCISCO. CURSO

BDE ELECTRNICA.

es como en los primeros das de febrero cog el tren que atraviesa EE. UU. de este a oeste, desde Chicago a San Francisco, habindome tocado un vagn parecido al que habamos tomado en Washington, es decir un vagn corrido de da y que por la noche se converta en compartimentos de cuatro literas. Recuerdo que lo cog una tarde, anocheciendo, y hasta el tercer da no llegamos a San Francisco. Por lo tanto, a lo largo de esos tres das tenas tiempo de conocer a tus vecinos de literas, sobre todo a los que hacan el viaje completo como uno de aquellos contertulios que me encontr al embarcar. Los dems fueron bajando a lo largo del viaje: el primero se baj en la primera o segunda estacin que paramos, aquel mismo da sin que le hicieran la litera, la cual se qued vaca; otro de ellos lleg hasta Reno, y el otro no recuerdo dnde baj. Con el que lleg hasta Oakland conmigo, un tejano de pura cepa, terminamos yendo a comer juntos como si nos hubiramos conocido de toda la vida; result ser una especie de representante que venda maquinaria agrcola y que se recorra todos los EE. UU. tres o cuatro veces al ao. En la maana del tercer da llegamos a Oakland, donde tenamos el final de trayecto. All cogimos un ferry que nos pas al otro lado de la baha, a San Francisco, aunque no s por qu, ya que despus pude ver como por el puente que cruzaba de San Francisco a Oakland, circulaba un tren de cercanas, elS

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mismo que estara utilizando durante todo el tiempo que estuve all: siempre que iba de Treasure Island a San Francisco o de Treasure Island a Oakland. Quizs la resistencia del puente no fuera la adecuada para que cruzara el tren aquel; nunca me par a pensar en ello pero, por aquel puente, circulaban diariamente una veintena de trenes de esos de cercanas. En la parte baja, de los dos pisos que tena el puente, tena doble va de ferrocarril y carretera para camiones; en la parte alta carretera para coches solamente, con doble va en ambos sentidos. En San Francisco me desped de aquel amigo improvisado y cog un taxi para ir a la Receiving Station, donde deba presentarme para entregar todo el papeleo. All me pas toda la maana y, una vez arreglado el papeleo, me embarcaron en un minibs que sala para Treasure Island y todava llegu a tiempo de comer, encontrndome all con el amigo Martnez que iba a ser mi compaero de fatigas durante este segundo periodo. El primer semestre, Martnez y Ojeda haban hecho el mismo curso que nosotros en Great Lakes, pero ste ltimo ya se haba ido para Espaa cuando yo llegu, debiendo juntarse con Pujol en Nueva York para coger el avin. All quedamos Martnez y yo para este segundo curso. Nada ms llegar, fue una suerte encontrarme con Martnez que ya conoca toda la organizacin de la base y, aunque a esas alturas ya me desenvolva como pez en el agua con aquellos gringos, siempre era una suerte encontrarte con alguien que te condujera los primeros pasos: dnde estaba la lavandera, el comedor, el PX, las clases, etc. No recuerdo exactamente, pero el da en que llegu a Treasure Island deba de ser un jueves o un viernes y la habitacin que me dieron estaba al lado de la de Martnez, precisamente la que se haba dejado Ojeda cuando se fue. Lo que s recuerdo es que no empezamos las clases hasta el lunes siguiente y tuve esos dos o tres das para ambientarme con el amigo Martnez, aprovechando para dar una vuelta por la409 ]

isla, donde todava quedaban restos de la exposicin internacional que hubo en 1929. Creo recordar observar desde all la isla de Alcatraz, Alcatraz Island, utilizada todava como penal, y la isla del ngel, Angel Island, todas ellas en la baha, viendo desde nuestra isla la bocana de la baha con su famoso puente. Tambin aprovechamos el fin de semana para salir a conocer la ciudad de San Francisco. Aquel primer da que fuimos a San Francisco el amigo Martnez me hinch de andar, ya que quera ensearme todo lo ms tpico de la ciudad. Desde la estacin del tren, que est cerca de la baha, recuerdo que me llev a Market Street, donde estuvimos viendo la parte cntrica y comercial de la ciudad. Despus nos montamos en el tpico tranva que sube a Nob Hill, creo que se llamaba, ya no estoy seguro: son 50 aos los que han transcurrido desde aquel da al de hoy, 15 de mayo del 2004, en que estoy escribiendo estos recuerdos. Despus de subir y bajar por aquellas calles empinadas en el tranva, el amigo Martnez me llev a ver el Golden Gate, atravesando prcticamente toda la ciudad, para lo cual cogimos un autobs que haca el recorrido desde Market Street hasta un parque, San Francisco Park Hyatt, creo que era su nombre, donde se encontraba el famoso pndulo de unos 20 25 metros de altura, que marcaba las veinticuatro horas del da, en un crculo donde estaban sealadas, viendo, cuando se estaba un rato observando un cuarto de hora como mnimo para poder apreciar bien este movimiento, cmo el pndulo iba desplazndose poco a poco en cada balance, demostrando as que la tierra gira alrededor de su eje, tardando veinticuatro horas en dar un giro completo. Otra de las cosas que aquel da me llam la atencin fue el parque japons que formaba parte de este gran parque y, por ltimo el famoso Puente de Oro, el Golden Gate Bridge, que se poda ver desde all, sobre la entrada de la baha y con un slo ojo, motivo por lo que en aquello tiempos, fue una obra de ingeniera que hizo tan famoso a este puente.

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El lunes siguiente, como estaba previsto, empezamos las clases un grupo de doce personas, todos gringos menos Martnez y yo. De entrada, nos entregaron el Terman a cada uno de nosotros: un libraco de unas 500 paginas de electrnica, dicindonos que ese sera fundamentalmente el libro que haba de servirnos a lo largo de todo el curso, independientemente de los libros de los equipos que habramos de ver en el segundo trimestre. Aquella primera semana me dieron ganas de salir corriendo. Todos aquellos gringos ya eran suboficiales electrnicos con muchos aos de experiencia, y este curso era selectivo para ellos tambin, para promocionarse en sus carreras. Por lo tanto, el instructor daba las clases como si estuvieran solos, hablando a una velocidad de miedo, contando con que todos deban estar al tanto de qu iba la clase; daba por hecho que todos saban de antemano todo lo que deca. Tanto Martnez como yo no tenamos muchos problemas para seguir el hilo de aquellas primeras lecciones de electrnica, basadas en lo que ya conocamos, sin que en principio tuviramos muchas dificultades. Lo peor era comprender a aquel gringo hablando a la velocidad que lo haca, hasta que finalmente tuvimos que decirle si poda hablar ms despacio, ya que a nosotros nos costaba trabajo seguirle. El hombre se disculp y, a partir de aquel da, intentaba por todos los medios hablar lo ms claro posible. Y cuando soltaba alguna de aquellas parrafadas donde mezclaba dos o tres tacos de aquellos tpicos americanos, siempre se diriga a nosotros con el do you know what I mean? A las dos semanas de haber empezado las clases, lleg el primer examen, como era costumbre en aquellas escuelas de la Navy y aqu empezaron mis primeros sudores. Aunque crea que haba asimilado bastante bien aquellas primeras lecciones, cuando tuve el examen delante nada de lo que pedan me sonaba de nada. Menos mal que haba tres o cuatro problemas para calcular, bien la resistencia, la intensidad

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o la diferencia de tensin que haba entre dos puntos de unos circuitos. Como los problemas a resolver venan con los datos en los circuitos, no haba problemas de comprensin: los clculos eran los tpicos de circuitos donde era cuestin de aplicar la Ley de Ohm o las leyes de Kirchoff y, finalmente, pude sacar un cinco pelao. Martnez tambin sali haciendo fu como el gato y despus del examen estuvimos repasando las lecciones del libro aquel, para ver si ramos capaces de encontrar las contestaciones a las preguntas que no habamos contestado y en las que poco ms o menos coincidamos. Ni con el libro abierto, aquella noche, fuimos capaces de encontrar las contestaciones a un par de preguntas, si bien las otras s que las desciframos, llegando a la conclusin de que lo que no entendamos era el vocabulario que aquel profesor empleaba en sus exmenes. Haca las preguntas en el mismo slan que utilizaba cuando hablaba. Pasado el bache de ese primer examen que, dicho sea de paso, no fue tan terrible como en principio pensamos ya que, entre los gringos que estaban con nosotros, tambin hubo ms de dos que estuvieron a nuestra altura e incluso alguno que no lleg a pasar el 5 del aprobado, decidimos marcarnos una pauta de estudio juntos. Y, cuando no logrbamos entender alguna de las cosas que nos haba explicado el instructor, bamos a preguntarle a alguno de los americanos ms sobresalientes que estaban alojados en nuestro mismo barracn. La realidad es que era buena gente la que nos toc y siempre haba alguno dispuesto a ayudar y a aclararnos si es que no entendamos algo. Este curso fue bastante duro, aunque muy interesante. Aquellas primeras semanas nos faltaba tiempo, incluso dedicndole diez o doce horas al da. Era teora pura, sobre todo cuando llegamos al estudio de todos los tipos de lmparas, teniendo que calcular, con las caractersticas propias de las lmparas, todos los circuitos donde podran trabajar y el ren-

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dimiento que se podra esperar con cada uno de los muchos tipos de lmparas que haba en aquellos tiempos. A estas alturas, para los exmenes nos daban las curvas de una lmpara cualquiera y el problema consista en calcular el rendimiento que se podra esperar de esta lmpara, bien trabajando de una manera o de otra. A veces nos daban la tensin de entrada de una seal, la seal de antena que llega a un receptor, del orden de microvoltios, por ejemplo, aplicada a la rejilla de la lmpara amplificadora y se trataba de calcular la seal de salida que obtendramos con unos valores predeterminados de la tensin aplicada en placa y ctodo. Otras veces te decan que se quera obtener una ganancia de 20, 40 100 y se trataba de, segn la fuente de alimentacin que tuvisemos, entrar en las curvas de la lmpara en funcin y calcular las resistencias de ctodo y placa que tendramos que intercalar en el circuito para que la lmpara trabajase en la regin de la curva donde pudiramos obtener esa ganancia, que la seal de salida no sufriese distorsin alguna y que fuera un fiel reflejo de la seal de entrada, pero amplificada. Una vez ambientados en el curso y trabajando lo suyo, por supuesto, pudimos ponernos a la altura de nuestros compaeros americanos. Martnez, incluso en algunos exmenes, de vez en cuando, sacaba mejor nota que los dos o tres empollones americanos. El cabrito de l no s qu cabezn tan gordo y privilegiado tena que, muchas veces, con slo dedicarle media hora a la leccin ya se la saba sin problema alguno, y eso que el libro era en ingls y todo el ingls que haba aprendido haba sido el que aprendi en Washington. Yo, por ms que lo intentaba, nunca fui capaz de sacar mejor nota que l, ni all, ni posteriormente, cuando estuvimos en la Escuela Naval. En cuanto a la vida civil, fuera de la base, no fue muy difcil ambientarme. En California pasaba, poco ms o menos, lo que en Florida; all el grueso de emigrantes eran cubanos y aqu eran mejicanos, aunque tambin los haba de todos los413 ]

pases centro y suramericanos. Por lo tanto, no hubo muchos problemas en integrarme en la colonia de hispano-hablantes. Una de las dependientas que haba en el PX el economato de la base, podramos decir era mejicana y fue la primera que conoc. El primer da que entr en el PX, ella misma se me present: ya saba que haba llegado otro espaol. Era una seora de nuestra edad, quiz algn ao ms, casada con otro mejicano de segunda generacin de emigrantes, con dos hijas, una de cinco o seis aos y la otra un par de aos menor. Conoca a todos los espaoles por sus nombres y a todos ellos los haba invitado alguna vez a su casa y, por supuesto, era raro el da que no llevaba algn hispano-parlante hasta San Francisco, cuando terminaba su trabajo, evitando as que estuviera esperando el trenillo. Entre lo mucho que hablamos aquella tarde, me indic que algunos de los hispano-parlantes de la base acudan los fines de semana al Centro Mejicano donde se reuna gran parte de la colonia mejicana y solan tener bailes los fines de semana, aparte de otros actos que organizaba la Directiva del Centro. As pues, cuando ya llevaba ms de un mes encerrado en aquella isla, con el dichoso curso, despus del segundo examen de aquel viernes y, viendo que ms que bien podra terminar el curso sin tener que sacrificarle los fines de semana tambin, decid salir a echar una cana al aire, por lo que le propuse a Martnez ir a ver a la dependienta del PX y que nos diera la direccin del Centro aquel, donde solan hacer bailes y se reunan los hispano-parlantes. Cuando se lo propuse, no pareca muy animado, pero finalmente lo convenc... yo no vea por qu, si iba a un baile, haba de ser delito de infidelidad a su galeguia: yo no haba encontrado todava a la hija de Cadenas, que haba de ser la que realmente me hizo saber lo que es amarrarse a una mujer en lo bueno y en lo malo para toda la vida. Hasta entonces no haba encontrado mi media naranja todava, bien por las cir-

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cunstancias en que viva, bien por que el destino as lo haba querido, no s... Mi primera novia, aquella del pueblo, Juana, ni era novia ni nada: con diecisiete aos, sin tener un duro en el bolsillo, vindola de permiso en permiso, media docena de veces, cuando mucho, sin haberme podido comprar un traje de paisano desde que entr en la Marina, ni tan siquiera unos pantalones, con aquellos cinco duros que nos daban de sueldo. Cuando iba de permiso, no tena ms remedio que vestir los pantalones de lanilla del uniforme, si no quera ponerme unos pantalones remendados y, con los pantalones de marinero y una camisa a lo sumo, que mi madre me haba comprado, el chaquetn del uniforme cuando haca fro; tampoco tena chaqueta que ponerme y, de calzado, segua utilizando las botas porque no me poda comprar unos zapatos. En estas condiciones, qu se poda esperar? La siguiente, Pepita, quizs hubiera podido cuajar, casi, casi, que estuvimos a punto: era una buena chica, tena muchas cualidades que me llenaban, pero... ya he contado la historia y, tampoco estaba el horno para bollos. Mi sueldo, aunque ya era el de cabo, todava no daba para mantener a una familia, mucho menos para montar una casa, y mi familia estaba por medio: todava me necesitaban. Aunque poco, ayudaba a la casa; cuando estaba en Cartagena, entregaba mi sueldo religiosamente a mi madre. Cuando estaba fuera, tal es el caso de mi ultima etapa de cabo; cuando estaba en Madrid, de las 467 pesetas que ganaba, enviaba 100 pesetas todos los meses a mi casa para ayuda y, el ltimo semestre, antes de irme a la escuela de suboficiales, cuando saqu el ttulo de Oficial Radiotelegrafista de la Marina Mercante y empec a trabajar en Transradio, enviaba 300 pesetas. Por ltimo, siempre estaba ese punto oscuro de su familia que no cuadraba, desde el primer da, con los cnones que yo tena de una familia, eso antes de saber que la ta, la que realmente daba de comer a toda su familia tena un bar de... nuevo fracaso!415 ]

Cuando ya sal de la Escuela de Suboficiales, que ya tena el ttulo de Oficial Radiotelegrafista de la Marina Mercante, que mi familia ya no las pasaba tan canutas, que mi sueldo, aunque no muy brillante, s podra haber dado para pensar en casarse y quin sabe? Si hubiera seguido en un destino fijo, en Cartagena, podra haber encontrado y conocido a alguna mujer que quizs hubiera podido encender esa chispa que surge entre enamorados, pero... mira por donde, a nuestro Generalsimo se le ocurri abrir un poco el cerco en que se haba encerrado y abri la mano a los americanos para que construyeran las bases que necesitaban en Espaa, a cambio de ceder unos cuantos barcos, aviones, etc... y formar a los jefes, oficiales y suboficiales en EE. UU.. para ser capaces de ponerse al da y manejar el material que iban a suministrar. As fue como yo empec a hacer viajes a EE. UU. y nuevamente a cambiar de vida; una vida completamente distinta a lo que haba conocido hasta entonces. Aquello fue un cambio muy brusco, de pronto se abran nuevos horizontes ante mi vista. Durante mucho tiempo, tuve un popurr de ideas y pensamientos, horas meditando sobre lo que pareca estar al alcance de la mano, pero... dnde estaba la verdadera conducta a seguir?, era mejor lo que vea en Amrica a lo que vea en Espaa? En principio, era fcil ver todas las ventajas americanas, estaba como encandilado. Hasta entonces, las mayores aspiraciones con las que haba podido soar consistan en que llegara el da en que pudiera comer lo que quisiera (haca cuatro das que nos haban quitado la cartilla de racionamiento), soaba con tener alguna casa, de alquiler, por supuesto, de las que la Marina, a travs del patronato de viviendas de la Armada haca para jefes, oficiales y suboficiales, donde pudiera tener lo necesario para vivir y llegar a fin de mes sin muchos apuros; crear una familia y que pudiera dar a mis hijos una preparacin mejor que la que mis padres me pudieron dar a m y que no tuvieran que pasar por todas

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las vejaciones, penalidades, berrinches y... carbonadas por qu no decirlo? que yo haba pasado. Por lo tanto, al ver ese derroche de medios que tenan en Amrica, aquellas casas, aquellas carreteras, coches por todos lados, aquellas ciudades, las posibilidades que estaban ah, a simple vista, al alcance de la mano, me llevaban a dejar volar mi imaginacin y ya me vea viviendo como toda aquella gente. Sin embargo, cuando ralentizaba mis pensamientos y vea la libertad que disfrutaban... aunque en principio me pareca maravillosa, llegado a este punto, con mi mentalidad, mi formacin religiosa, la idea que tena de la libertad, no terminaba de encajar del todo con la libertad que disfrutaban en las familias americanas, sobre todo cuando me decan que fulanito o menganito se haba separado una, dos y hasta tres veces, que tena hijos de una y de otra mujer, que a algunos de ellos ni los vea, porque estaban al otro lado de EE. UU. o cuando alguno de aquellos gringos me deca que ese sbado le tocaba salir a su mujer para ir al baile o con los amigos, mientras que l tena que quedarse con los nios. Aqu se me torcan los cables y no me entraba en la cabeza que aquello pudiera funcionar en nuestras familias... (las familias de aquel entonces, naturalmente). Aquel fin de semana, por fin, salimos a dar una vuelta y nos dejamos caer por el Centro Mejicano que Margot, la seora del PX, nos haba indicado. All, como en todos aquellos centros de hispano-parlantes donde habamos estado, nos recibieron con los brazos abiertos. Si bien es verdad que all acudan de todos los pases de habla latina, todava no era corriente encontrarse con muchos espaoles, y tan pronto se corri la voz de que estbamos all, no paraban de preguntarnos cosas de Espaa: se notaba el cario y la curiosidad con que preguntaban. Pasamos una tarde agradable en medio de aquella gente, pero no aprendimos mucho ingls, ya que all todo el mundo hablaba espaol, con un acento ms o menos marcado, segn fueran mejicanos, argentinos o guatemaltecos, incluso los americanos de segunda genera417 ]

cin, hijos de mejicanos, o de cualquier otro pas suramericano, seguan hablando el espaol, cosa que dice mucho de esta gente que, aunque haban nacido en EE. UU., y sus costumbres eran americanas para todos los efectos, seguan honrando el idioma de sus padres o sus abuelos. Esto fue una de las cosas que me hizo recordar mi propia experiencia, cuando mis padres emigraron a Francia. Bien es verdad que yo era un nio: cuando volv a Espaa tena doce aos, pero apenas si hablaba espaol y tuve algunos problemas para integrarme con los muchachos del pueblo. Me estuvieron llamando franchute durante mucho tiempo y la verdad es que en aquellos das yo me senta ms francs que espaol y soaba con volver algn da adonde me haba dejado a todos mis amigos, hasta que un da tuve que andar a pias con el ms dscolo, el que siempre llevaba la voz cantante para burlarse de m. La ola de emigrantes a la que yo pertenezco fue en los aos veinte del siglo pasado; aunque siempre hubo emigrantes hacia Europa, sobre todo de las regiones limtrofes de Francia o hacia Amrica, de gallegos y asturianos, la primera oleada de emigrantes a tener en cuenta fue despus de la Primera Guerra Mundial (1914 - 1918). El que se iba del pueblo, no lo haca con intencin de volver, por lo menos por aquellas tierras. El que tena el valor de emprender tal aventura, lo haca ya asqueado de lamer culos de seoritos, lo haca para perderlos de vista y lo que menos le importaba era conservar lazo alguno con la miseria que dejaba atrs. Cuando daba ese paso, lo haca convencido de que aquello era definitivo, pensando que, a lo sumo, cuando estuviera en Francia, si las cosas le iban bien, escribira a sus familiares ms cercanos para ayudarles a que se fueran tambin, tal fue el caso de mis padres, que fueron animados y ayudados por mi to Francisco y de mi to Germn que fue animado y ayudado por mis padres. Despus, cuando en los aos cincuenta y sesenta, se abrieron nuevamente las fronteras para que los espaoles pudie[ 418

ran salir, ya fue diferente. Los hombres ya estaban mejor preparados, haban pasado ms de treinta aos, haba habido una guerra civil en Espaa, una post guerra, una poca que fue muy difcil en la que se pas mucha hambre, se sufrieron muchas injusticias, muchas cabronadas pero que, al mismo tiempo, incit a aquellas nuevas generaciones a prepararse, a pelear por encontrar un puesto donde trabajar. Ya no se resignaban a quedarse en el pueblo lamiendo el culo de aquellos seoritos que haban tenido a sus padres bajo el zapato: salan a buscar trabajo fuera de los pueblos, dondequiera que oan que hubiera trabajo. Esa poca fue la ms dura que yo recuerdo, sobre todo en esta parte de la Espaa, la que haba estado en el bando rojo; esos eran los primeros aos cuarenta. Lo lgico hubiera sido que no faltara trabajo, que se necesitara mano de obra para la reconstruccin de la Espaa destrozada que qued despus de la Guerra Civil. Pero estbamos completamente aislados. Franco senta gran simpata por Hitler: tena las mismas ideas fascistas que l y con su ayuda pudo ganar la guerra. Aquel, desde finales de 1934, en su calidad de canciller, firm un decreto, al morir el presidente Hindemburg, por el que se quedaba al cargo de la cancillera con las funciones presidenciales. No tena relaciones con pas alguno de nuestro entorno, con lo cual Franco y su gobierno que ramos amigos suyos no poda pedir ayuda a nadie para poder reconstruir Espaa y no tuvieron ms remedio que valerse de los pocos medios que se tenan despus de la guerra, que eran prcticamente nulos. Desde el primer da en que Hitler cogi las riendas, despus de hacer una criba en su propio partido y rodearse solamente de los de su confianza, cre un sistema de estado totalitario, empezando por la represin racial, con la depuracin de judos, gitanos y cualquiera que no fuera de su gusto: pretenda crear una raza superior. Al poco tiempo de su nombramiento como canciller, ya haba denunciado el tratado de Versalles por el que se culpaba a Alemania de la Primera419 ]

Guerra Mundial, habindole prohibido tener ejrcito alguno ni armas, lo cual, Hitler se pas por el forro de... y, para finales del ao 1939, el ao en que termin la Guerra Civil Espaola, ya haba ocupado Austria, Checoslovaquia y algunos estados ms, pretendiendo iniciar la ocupacin de Polonia, lo que dio lugar a la Segunda Guerra Mundial. Ya que si hasta entonces Rusia haba hecho la vista gorda, porque tena un pacto con Alemania de no agresin y hasta incluso se haba estado beneficiando, ocupando parte de los estados que Alemania haba invadido, aqu empez a ver las cosas claras y se declararon la guerra. Franco, para crearse ms enemigos, si cabe, y encerrarse ms en las fronteras del pellejo de toro envi la divisin azul para combatir con los alemanes en contra de la U. R. S. S., a la cual, en ltima instancia, como digo, Hitler haba declarado la guerra. No s si el envo de la divisin azul fue porque senta verdadera fobia contra los comunistas, a los que haba perseguido desde el momento en que tom el mando, siendo un delito de tercer grado, no solamente el ser comunista, sino solamente tener contacto con alguno de ellos, o para congraciarse con Hitler, ya que en la reunin de Hendaya, en la que el furher pretenda que Franco dejara pasar sus fuerzas a travs de Espaa para invadir Gibraltar, ste se neg, aunque despus, de forma encubierta y haciendo la vista gorda, los alemanes estuvieron pasando por Espaa como Perico por su casa. As pues, Espaa qued completamente aislada, sin recursos ni medios para su reconstruccin, ya que las nicas relaciones que se tenan eran con Alemania e Italia y, aunque hasta el ao 1942, Alemania fue invadiendo pas tras pas, desde Dinamarca hasta Francia, Hitler slo pensaba en crear ese imperio nazi, donde l fuera el que rigiera el destino de toda Europa. Le importaban poco los problemas de Espaa: si haba trabajo, si la gente coma o si estaban de fiesta. La nica ayuda, que yo recuerde, que envi a Espaa fueron unas cuantas lanchas rpidas para la Marina, un par de lan[ 420