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  • CARLOS DE LA TORRE ESPINOSA

    LA SEDUCCIONVELASQUISTA

    Ediciones Libri MundiEnrique Grosse-Luemern

    Facultad Latinoamericana de Ciencias SocialesFlACSO - Sede Ecuador

  • Carlos de la Torre Espinosa. Coedicin: Ediciones Lbri-Mundi EnriqueGrosse-Luememy FacultadLatinoamericana de CienciasSociales,FLACSO-Sede EcuadorPrimera edicin: 1993

    Fotografa portada: Archivofotogrficodel BancoCentral del EcuadorDiseogrfico: Grupo Esquina editores-diseadores S. A.Fotografa del autor: Vivan BibliowiczDiseo,edicin,armadaelectrnica, impresin y encuadernacin:Tercer MundoEditoresSantaf de Bogot,Colombia

    ISBN:9978-57-006-3

    Ediciones Libri-Mundi EnriqueGrosse-LuemernJuan Len Mera 851 y WilsonCasilla 17013029Fax (5932)504-209Quito, Ecuador

    FLACSO-Sede EcuadorAv. Amrica,4000Casilla6362 CCIQuito,Ecuador.

  • Para Kili'.

  • Agradecimientos FlAcsr. . r~it-lintlCl La investigacin en que se sustenta este libro fue posible

    graciasa los fondosotorgados por lassiguientes instituciones: Grant in Aid for Research, Sigma Xi, North Carolina (1990); Alvin JohnsonDissertation Fellowship, NewSchool forSocialResearch (19901991); Yla Beca Doctoral de FLACSQ-Sede Ecuador(1990-1992). A todasestas instituciones mismssincerosreconocimientos.

    Buena partede la investigacin fue realizada en la Biblioteca de AutoresEcuatorianos "AurelioEspinosa Plit", el apoyode cuyo director, Padre Julin Bravo, y de sus colaboradores Martha Liumiquinga, Elizabeth ViIlarreal y, especialmente, Wilson Vega, agradezco. Doy igualmente las graciasa RamiroAvila,Curadordel ArchivoHistricodel BancoCentral, por facilitarme el accesoa los lnfonnes Consulares Britnicos; a CosmeVsquez, del ArchivoFotogrfico del Banco Central; y al doctor Alberto Acosta Velasco, quienme permiticonsultarsu biblioteca personal. Un especial reconocimiento al personal administrativo de la FLACSQ-Sede Ecuador, y su directora Amparo Menndez-Carrin,

    Mi gratitud a mis padres Noemi Espinosa y Carlos de la TorreReyes, cuyopermanente ydecididoapoyomeha permitido Hevara cabomis proyectos, y a mis hermanos Felipe y MaraSoledad.

    Agradezco, asimismo, al comit de la New School for Social Research que tuvo a su cargo la lectura de mi tesis de Ph.D. y estuvoconformado por WiIliam Roseberry, CharlesTilly, Jos Casanova y Andrew Arato. Igualmente, a Ricardo Muratorio y Toms Gonzlez cuyas sugerencias fueron de inapreciable ayuda para este trabajo. Por ltimo,quiero agradecera mi compaera y lectora ms critica,KimClark,quienmeacompa en los buenosy malosratos.

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  • Introduccin

    En este librose desarrolla una nueva aproximacin al estudio de lageneracin de lderespoI ticos de movimientos personalistaso Para ello concentramos nuestro anlisis en La Gloriosa (mayo de 1944), coyuntura crticapara analizarlas complejidades de la seduccin velasquista: fue una insurreccin popularcontra el rgimen liberal yen favorde unpolticoexiliadoqueno partici penella, pero quese haba transformado enelGranAusente. Lamayora de partidos polticos y organizaciones de lasociedad civil se unieron en tomoa una base institucional comn -Alianza Democrtica Ecuatoriana (ADE)- para promover la candidatura de Velasco Ibarra. Cmo fue posible que conservadores, socialistas, catlicos, comunistas y liberales independientes pudieran estructurar unprograma comnde democratizacin alrededor de un poltico que deca representar la redencin nacional? Cmose convirtia Velasco Ibarraen la esperanza de solucin a todos los problemas del pas? Qu hizo y dijo Velasco paraconvertirse en un ser casi mtico: el GranAusente?

    El velasquismo fue el fenmeno poltico ms importante del Ecuadorentre losaos treintay lossetenta.Apoyadopordiferentes coaliciones,Velasco Ibarra fue Presidente de la Repblica en cincoocasiones(l934-35; 1944-47; 1952-56; 1960-61; Y1968-72). Los polticos contemporneos de Velasco, en algn momento de sus vidas e independientemente de sus ideologas polticas, se definieron como velasquistas o antivelasquistas. Este movimiento poltico no atrajoslo a laslitesdel pas.Su papel ms importante fue incorporar al sistemapolticoa sectoreshastaentoncesexcluidos del mismo. Enefecto,VeJasco Ibarra inaugur un nuevoestilo,que incluaa votantesy no votantes: la poltica de masas.

    Velasco Ibarra noslosedujo asuscontemporneos. Lascienciassociales ecuatorianas sehandesarrollado, en parte, debatiendo apasionadamente sobrelosorgenes y significados del velasquismo l. Este libroanaliza unade sus fases: los aoscuarenta. Dada la prolongada

    1- Lostextosmasrepresentativosdeestosdebates seencuentran enlaantologia deBurbano y de laTorre(1989); vase tambin Maiguashca y North (1991), de la Torre ( 1992) Ylostextos en Pazy Mio( 1992).

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  • duracin del fenmeno velasquista seraunerrorconsiderar lasconclusiones delestudiode una dcada comovlidas paraun perodo de casicuarenta aos.Entodocaso,elobjetivodeeste trabajo noesslo el anlisis de unapocacrticay pocoestudiada de la poltica ecuatoriana. Comoyasedijo,susmirassonmsambiciosas: el desarrollo de unanuevaaproximacin al estudiodel liderazgo demovimientos polticos personalistas.

    Esta aproximacin novedosa para el estudiodel liderazgo poltico toma en consideracin dos series de aspectos: 1) la manera en que los lideressonsocialmente generados, a partirdel anlisis, en coyunturas especificas, de las condiciones socioeconmicas, los marcos discursivos disponibles y lospatrones de accin colectiva; y, 2) la forma en que los lderes se autoproducen como las figuras clavesde estascoyunturas, paraloquese analizan sus biografas, obras intelectuales, estrategias electorales y discursos polticos. Es en este sentidoque la seduccin velasquista fue mutua: el lderfue seducido porsus seguidores y stos,a su vez,porel lder.

    El ttulo del libro, LaSeduccin Velasquista, remite a este proceso de seduccin mutua. En palabras de Jean Baudri1lard: "110 hay activo ni pasivo en la seduccin, tampoco hay sujeto u objeto, interior o exterior: acta en las dos vertientes y ningn lmite las separa. Nadie, si no es seducido, seducir a los dems" (1989: 7879). Por lo tanto, estos procesos de seduccin mutua no pueden explicarse con lasnociones tradicionales segn lascualesse tratara de lderes todopoderosos que engatusan a seguidores pasivos.

    Paraanalizarel proceso de seduccin velasquista, se hadivididoeste libroen dos partes. La primera estudia la generacin social del velasquismo y la segunda analiza cmo Velasco Ibarra se transform en el GranAusente. ElCaptulo 1es unaetnografa de la serie de revueltas contra el rgimen liberal a finales de mayo de 1944, que demuestra la coexistencia de dos repertorios de accin colectiva. En el Captulo JI se presenta un bocetode relaciones de produccin, formas organizativas y tiposde resistencia y protesta en lascuatroregiones delEcuador. Msadelante, se abordan los procesos de urbanizacin, que no estuvieron acompaados de una proletarizacin masiva; el incremento en el nmero y el nuevo tipo de

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  • organizaciones en la sociedad civil; y, los patrones de desigualdad social y pobreza en los aos cuarenta. El Captulo 1II es medularen este libro pues analiza el marco discursivo compartido aunque impugnadode los aos treintay cuarenta, que es la claveparaentender la racionalidad de los actosde violencia de LaGloriosa y el xitode la oracinde Velasco.

    Luegode enfocar la produccin socialdel movimiento velasquista, en la segunda parte del libro se estudia el modo en que Velasco hizo de su persona la figura poltica central de esta coyuntura. El CaptuloIV analiza las relaciones entre la obra intelectual y periodstica de Velasco y sus acciones polticas en el contextode la poca,discutiendo, adems, las contradicciones internas de su obra. El Captulo V se refiere a otra faceta de su vida: la del poltico en campaa electoral. Contrastando los estiloselectorales de JacintoJijn y Caamao, CarlosArroyodel Ro y JosMariaVelascoIbarra en la campaa presidencial de 1939-40, este captulo demuestra la maneraen que Velasco inaugura un nuevoestilopoltico: la poltica de masas. El CaptuloVI, despusde analizardos de sus discursos luego de su regreso triunfal a fines de mayo de 1944 como el gran Ausente, explica el xito de la oracin de Velasco a partir de sus estrategias discursivas. El Epilogo describe el destino que tuvo la colacinque hizo,a juicio de Velasco, la revolucin msoriginalde la historia. Loque empezcomo la alianza de todoscontra los liberales, termincondenando alGranAusentealaislamiento y el exilio. Por ltimo,en las Conclusiones se resumen los aportesdel libro al anlisis del liderazgo de movimientos personalistas y se describen las relaciones entre La Gloriosa y las diferentes visiones que de la democracia se tenaen la poca.

    Pese a que se han sealado los alcancesdel libro,es esencial referirseal mbitode este trabajopara que a la hora de evaluar los resultadosse tomeen consideracin culesfueron Jos lmitesdel campo de estudio. Este libro no analiza las emocionesy experiencias subjetivasde losvelasquistas de losaoscuarenta.Por lo tanto, nose utilizan lasherramientas de la psicologa social parael estudio del carisma (Lindholm 1990; Moscovici 1985). Adems, y dentro de esta misma lnea,se poneel nfasisen el estudiode la racionali

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  • dadde la accin colectiva. Entendida la poltica comola lucha porel poder estatal, nose analiza la infrapoJitica de losgrupossubalternos. El estudio de los marcos discursivos de la sociedad ecuatoriana de los aos treinta y cuarenta, toda vezque se sustenta en documentos escritos, no pretende desentraar los discursos de grupos que no los dejaron. En todocaso,el conocimiento de los marcos discursivos de la sociedad ecuatoriana en esa poca servir de base para estudios antropolgicos que, basndose en historias orales,reconstruyan los discursos de los sectores subalternos, de losque nohay material escrito. Por ltimo, es importante diferenciar analticamente el velasquismo comorgimen enel poder -en queel estudio de laspolticas estatales y de las coaliciones partidistas es c1ave- del velasquismo comomovimiento poltico y social en busca del poderen los aos cuarenta, quees el objetode estudio de este libro.

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  • PRIMERA PARTE

  • CAPITULO 1

    LA GLORIOSA

    "Ustedes no me pueden dar una revolucin en el mundo que hayasido tan original como sta en la

    que se den la mano el fraile y el comunista" (Velasco Ibarra, en Cueva 1988: 57).

  • LaGloriosa fueel nombre dadoporpartcipes y contemporneos a la serie de revueltas ocurridas en varias ciudadesdel pas, en especial en Guayaquil, el 28 y 29 de mayode 1944contrael rgimenliberal y en favorde JosMara Velasco Ibarra y de laAlianza Democrtica Ecuatoriana (ADE). Este captulo reconstruye estos eventos, comenzando por el recibimiento que se brinda a Velasco Ibarra a su regreso al pas a fines de mayo de ese ao. Luego se discuten las razones quemotivaron la rebelin contrael rgimen liberal y, por ltimo, se analiza la accin colectiva en las insurreccionesde Guayaquil, Cuenca, Quitoy Riobamba.

    El regreso del Gran Ausente

    El30demayode 1944 eldoctorJosMaraVelasco Ibarra, ex Presidente de la Repblica (1934-35), ingres triunfalmente al Ecuador desdesu exilioen Colombia. Depuesto porungolpemilitar en 1935 y luegode unaausencia decincoaos,Velasco habaregresado al pas para participar en las elecciones de 1939-40, en las que fuederrotado, segnaIgunos porfraude, porel candidato liberal Carlos Arroyo del Ro. Luego de fracasar su sublevacin militar, fue desterrado del pais.

    En 1944, Velasco fue candidatizado por los partidos de izquierda, conservadores ydisidentes liberales quese habanagrupado en la Alianza Democrtica Ecuatoriana (ADE) para la contienda electoral que deba realizarse en junio.Esaselecciones nunca tuvieron lugarpuesel 28y 29demayolasguarniciones militares deGuayaquil y de otroslugares del pas,conel apoyode milicias civiles,se rebelaron contrael gobierno. Velasco asumiel poderen Quitoel 31 de mayoy convoc a elecciones parlamentarias parajulio.

    Velasco Ibarra, que diriga su campaa electoral desdeColombia porque no se le permitiingresar al pas,entr de incgnito a la ciudadfronteriza de Tulcn la tarde del 30de mayo. "Cuandoel pueblode Tulcnse dio cuenta de la presencia del Jefe de la revolucin, se aglomer frente al cuartel vivndole frenticamente e iniciandounaapotesica manifestacin cvica"(El Comercio [Quito] 2

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  • de junio, 1944). "En el trayecto a Ibarra, en todos los sitios en que existencaseros, sus habitantes haban formado callesde honory al pasodelcarroqueconduca al doctorVelasco Ibarra arrojaban flores y lanzaban gritosde jbilo y vivas" (Ibid). A las diezy treinta de la nochellega Ibarra. Lerecibieron alrededor de treinta mil personas" (ElDa [Quito] 31 de mayo, 1944).

    Luegode dormiren unahacienda, al da siguienteVelasco siguisu recorrido triunfal a Quito,"detenindose en todoslos pueblos y caseros del trayecto" (El Comercio, 2 de junio, 1944). Este peridico destaca la presencia de indgenas vivando a Velasco. A la entrada del lagoSan Pablounania indgena le entregun ramode flores. En Cayambefue recibido por "ms de 200 indgenas, que a caballoformaban callede honorjuntoamsde quinientos indgenas que lo vivaban y hacan la "V" (Ibid) ... "la clsica V de la victoria queel puebloecuatoriano laadoptacomosmbolode la lucha democrtica universal y de la lucha democrtica ecuatoriana" (El Da, 1 de junio, 1944). En Guayllabamba, "todas las casitas y chozas de campesinos se encontraban ostentando significativas leyendas y banderas, veianse el retratodel Dr. Velasco en los lugaresms importantes de esta pequea parroquia" (El Comercio, 1 de junio, 1944). En resumen, "en todosu trayecto, tanto mujeres comohombres, con lgrimas en losojos,saludaban al Jefedel movimiento y a la vez pedan libertad y trabajo"(ElComercio, 2 de junio, 1944).

    En Quito le esperaban alrededor de sesenta mil personas. Se haban levantado arcos del triunfo y la ciudad estaba llena de banderines. "Laentrada deldoctorVelasco Ibarraa lacapitalrevisti caracteres grandiosos quehastala fecha posiblemente, nose hanrendido a persona alguna en la vida histrica de la Capital"(El Comercio, 1 de junio, 1944). La hoja volante"Ya Tenemos aqu al Idolo del Pueblo Ecuatoriano. SuApoteosis", escritapor Marcos B. Espinel el 14 de septiembre de 1944, relata el arribo de Velasco en los siguientes trminos:

    Nunca Csar Romano, al regresar de sus guerras con naciones poderosas arrastrando su carro triunfal. recibi de la Ciudad-eterna una apoteosis tan unnime ni subi con

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  • tanto broal capitolio. Podemos afirmar sin una chispa de exageracin, medeca dosdasdespus unadversario del rgimen libertador. que slo las piedras no se levantaron para aclamar alldolo del Pueblo Ecuatoriano. Talfue la alegra .Y el entusiasmo de nuestros compatriotas, cuando por calles y plazasalfombradas de flores y aclamado por cien mil personas, hizo su entrada victoriosa en nuestra ciudad...

    Velasco Ibarra fue nuestro libertador. Mat a la Hidra quenosdevoraba...

    Velasco lbarrafuesiempre elmsardiente defensordelpueblo. Elpueblo losienteas. Oprimido y torturadoporgobiemosde concuspicencias polticas )' de tirana execrable. lanz sus miradas de amor)' de proteccin haciasu gran caudillo. Elpueblo conocia sus virtudes, supatriotismo incontrastable. Tenia razn. Velasco Ibarra es ciertamente unafuerzacsmica: se encrespa, ruge, sofoca, despedaza, fulmina todo lo quese opone a lafelicidadde lapatria. Slolasalmasnobles se irritan contra el crimen, y Velasco Ibarra es unaalmanoble. Sloloshroesempuan el hierro para liberar de sus verdugos al pueblo oprimido. y Velasco es /11I hroe (Biblioteca Aurelio Espinosa Plit[BAEP], Hojas Volantes 1943-45 N 86).

    Velasco lleg en un carro blindado del ejrcito, escoltado porun pelotn decaballera y seguidoporunode polica. "En forma lenta iba rodando el vehculo, dandooportunidad paraque el doctor Velasco Ibarra contestara con su sombrero en la manoel saludodel pueblo ecuatoriano" (El Da, Quito, 1 de junio, 1944). Lleg a la Plazade la Independencia, que "vista desdearribaofrecael espectculo de una ola humana." Cuando en nombre de ADE, pero sin consultar previamente con la seccin del Guayas, JulioTeodoroSalem le otorgel poder, Velasco pronunci un discurso (ver el captulo VI). El desfile en su honor cont con la presencia de los representantes de los partidos politicos que conformaban la Alianza Democrtica Ecuatoriana (ADE), coalicin queauspici su candida

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  • tura y la revuelta: Conservador, Socialista, Liberal Independiente, Comunista, Frente Democrtico y Vanguardia Revolucionaria Socialista Ecuatoriana. Tambin intervinieron delegaciones de estudiantes universitarios y secundarios, comits femeninos, sindicatos y alrededorde 38 comitselectorales.

    El 4 de junio Velasco se dirigi a Guayaquil, "cuna de la revolucin". La prensa se refiri a ese momento histrico de la siguiente manera:

    Deuna poca de tirania volvemos aserciudadanos. De la opresin, surgimos a la libertad. De la miseria, vamos a reconquistar el derecho al progreso. De la oligarqua, Ecuador se ha librado; y bajo la gida democrtica que encarna la Revolucin queacaba de efectuarse, espera su redencin completa, enlo moral, material y social, con un lema: Reconstruccin y Unidad Nacional, y un hombre: J.M. Velasco lbarra (La Prensa, Guayaquil 4 de junio, 1944). La ciudad se visti de gala. "Cada diez metros y a veces

    menos apareca la efigie del Dr. Velasco Ibarra acompaada de las banderas nacional y del nueve de Octubre" (El Da, 5 de junio, 1944). "Todas las calles,o la casi generalidad de ellas, estaban cruzadas de banderines y gallardetes de acera a acera y entre aquellos adornosaparecana regulares trechosgrandes lienzoscon leyendas significativas" (El Universo, Guayaquil, 5 dejunio, 1944). Porejemplo, en Avils, entre Ballny 10de Agosto,se observ una tela que tena pintado el ahorcamiento de un carabinero y una leyenda que deca "ex-carabineroverdugodel pueblo, as comome tienenguindado,deben tenera los traidoresde la patria" (La Prensa, 5 dejunio, 1944). Otra,debajode unapintura de ungrancandisparandocontra el cuartelde loscarabineros, deca:"conVelasco, PatriayMoral" (Ibid).

    Alrededor de ochenta mil personas, en una ciudad de doscientasmil, se congregaron para recibiral caudillo. Velasco llegde Quito,en avin, a las2 y 15de la tarde.Su arribofue anunciadopor lassirenasde los bomberos. Enel trayectoal centrode la ciudad,"al

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  • paso del carruaje presidencial, hombres, mujeres y nios de toda condicin social loaplaudieron sincesarde lascasascuyosbalcones, tejados y terrazas se encontraban atestados defamilias" (ElUniverso, 5 de junio, 1944). Luego de trabajosamente llegaral Palacio de la Zona se pronunciaron los discursos (ver el Captulo VI). A los discursossiguiun desfile popular en el queparticiparon cincuenta mil personas. En l intervinieron alrededor de 45 agrupaciones diferentes, comits y clubes electorales, sindicatos, asociaciones y federaciones estudiantiles. La mayora -35- eran clubes y comits electorales, 8 sindicatos y dos asociaciones de estudiantes universitarios. Algunos de los clubeselectorales y sindicatos desfilaron con carros alegricos. La prensa destaca el del Club conservador velasquista de la Parroquia de Olmedo:

    En tomo a cuatro nias queformaban COII sus vestidos el tricolor patrio, iba UII joven llevando una asta de la que pendia sujetade una cuerda unaenorme cabeza en bulto confisonoma bastante idntca a la del tirano Arroyo del Rocortada por el cuello. Yal piede ella, en actitudescnicade valor, se destacaba UII mocetn del pueblo del aspectode nuestra gentedel litoral, COII un enorme machete en la mano. Era l quien acababa de degollar a la tirana y a la consumacin de su obra le secundaba al otro lado con el fusil en ristre, otro mozo vestido de conscripto. El pasodeestecarrofue muyovacionado (ElUniverso, Guayaquil, 5 dejunio, 1944). Entre las pancartas, el vespertino La Prensa de Guayaquil

    destac dos: "un militarexterminando a un carabinero, cuyo sable yaca por tierra" y "un avin con emblemas de Velasco que se dispona al ataque."

    Quhizo Velasco Ibarra paraquese dieran estasmanifestaciones de fervor popular? Cmo se explican estosactosde adhesina unpoltico quevivienel exilioporcasi nueve aosy a quien no se le permiti dirigiren el passu campaa electoral? Qu expectativas tenan los seguidores del lder? Cmo funcionaban los comits electorales y qu motiv a tantagentede tandiversa condi

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  • cin socioeconmica y tnica a unirsea Velasco? Qu signific el hechode que los actoresde la revuelta popular del 28de mayointerpretaran sus actoscomouna luchacontra la oligarqua de las trincas liberales y en favordel puebloy de la democracia, representados por Velasco Ibarra? Qu ocurri el 28 y 29 de mayo? Qu tipo de racionalidad entra la accincolectivade las multitudes?

    Para responder a estas preguntas, es necesario comenzar por reconstruir la sublevacin militar de Guayaquil y los acontecimientos en otros lugares del pas.

    La tirana de la Argolla Liberal

    La prensa de la poca, as como el testimonio del director militar de la revuelta en Guayaquil -Capitn Sergio Enrique Girn- I y las memorias de algunos participantes -Arzaga Vega (1990); Maldonado Tamayo(1947); Muoz Vicua (1984); Naranjo (1945); PrezCastro (1990) - sealancomo razonesde la revuelta del 28 de mayo: un sentimiento de rechazoal fraudeelectoral practicado en el pas por el Partido Liberal; la derrota militar frente al Peren 1941; la animosidad entreloscarabineros (literepresiva del gobierno) y el ejrcito y ampliossectoresde la poblacin civil; por ltimo, la polticaeconmica del gobierno, que haba provocado un incremento casi inaguantable del costo de la vida.

    Amplios sectores de la poblacin pudieron constatar el fraudeelectoral.

    La Ley deelecciones... haca de lostenientes polticos los grandes electores yaquelescorresponda presidir lasjuntasreceptoras delosvotos, hacer losescrutinios.formular y certificar con susfirmas las actas de los sufragios que constituan el testimonio nico dela voluntaddelosvotan

    t, El libro de Oirn (1945) incluye testimonios de otros lderes militares, asi como reproducciones deperidicos de lapoca.

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  • tes, mientras las papeletas deban ser incineradas (Plit Ortiz 1984: 83). En la provincia de Manabi, "en las parroquias rurales y

    tambin enmuchas cabeceras cantonales, lasautoridades atemorizabana loselectoreshumildes y lesobligaban a depositar las papeletas que ellas les entregaban ya marcadas" (Gutirrez Solrzano 1984: 189).

    Velasco Ibarra representaba lo contrario del fraude electoral y de las campaas polticas realizadas al interior de los clubes de notables. En un trabajo escrito en 1945, Rafael Arizaga Vega seala:

    Laaparicin deVelasco lbarra enelescenario poltico nacional trae como consecuencia uncambio radical enlaforma de realizar una campaa electoral. Efectivamente, hasta su aparicin, lascampaas polticas se haban realizado siempre en estrechos crculos, en lasaltas directivas de lasJuntas Supremas Liberales, en concilibulos ms o menos secretos, sinquelosdiferentes candidatos hubieran tenido laoportunidaddetratar directamente conelpueblo, mediante asambleas y plebiscitos los principales problemas desusprogramas polticos. Con Velasco lbarra cambia totalmente esta modalidad. hacindose presente por primera ocasin el orador popular, el lder, el conductor demultitudes quesedirige alpueblo endemanda deapoyo para sus planes polticos. En contraposicin al caudillo militar aparece el lder deextraccin social, elagitador en una palabra. Velasco en su campaa poltica del ao 33 rompe la tradicin recorriendo elpas, ponindose encontacto directo con elpueblo. Labase desu campaa, elleit motiv de sus fogosos discursos, lo constituye la censura violenta de loserrores delpartido liberal. Reclama libertaddeconciencia, libertaddeeducacin ysobre todo libertad electoral (El Ecuador y su Evolucin Constitucional, Guayaquil 1945, enArizag 1985: 33).

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  • En 1939-40 Velasco Ibarra realiz una campaa electoral que, a diferencia de la de sus rivales, contcon grandes concentracionespopulares. El candidato liberal, Carlos Arroyo del Ro,fueel ganador de esta contienda electoral. Mucho se ha debatido sobre si huboo no fraude electoral. En todocaso,su triunfo fueconsiderado como fraudulento por grandes sectores de la opinin publica. Por ejemplo, el influyente peridico de Guayaquil El Universo del viernes 12deenerode 1940, ensu editorial manifiesta: "no ha habido en ninguna otrapocaunafarsa electoral mayorque la presente, ni que jamsse ha hechouna burla igual del pueblo" (tambin reproducido en El Universo, 30 de mayo, 1944)2.

    Conmotivode la guerra conel Per(1941) ArroyodelRo decret la concentracin de los poderes legislativo, ejecutivoy judicial en el Presidente de la Repblica. Estospoderes omnmodos, comolos llam la oposicin, se mantuvieron durante muchos aos despusde terminada la guerra. El gobierno de Arroyo del Ro no permiti que Velasco Ibarra regresara al pas a dirigir su campaa electoral de 1944. Esta negativa, unida a la represin de dirigentes velasquistas y al recuerdo de la fraudulenta eleccin de Arroyo, fueron factores que, para varios sectores de la poblacin, constituan el anunciode unnuevofraudeelectoral en favordel candidato oficial Miguel Albornoz. Su lema electoral, "Albornoz ganar" y su slogan,"cuadreo no te cuadreAlbornoz ser t padre", reforzaron esta impresin (LaPatria [Quito] 16de mayo, 1944).

    El Gobierno de Arroyo perdi rpidamente legitimidad. El 12deenerode 1941, cuando enel Estadio Nacional deQuitojuraban la bandera los reservistas, "se produjo un motn de grave carcter subversivo, conel pretexto de exigirla inmediata libertad de aviadores que se hallaban presos, desde enero de 1940" (Arroyo del Ro, 1946: 29) debidoa su participacin en la insurreccin fallida contra los resultados de laselecciones de 1940. El 28 de mayode 1942 un grupode militares y civiles asaltaron el Palacio de Gobierno con la intencin de capturar al Presidente Arroyo del Ro. La falta de legitimidad del gobierno liberal se tom dramtica en mayo de 1943

    2 Para unanlisis de lacontienda electoral de 1939-1940 vase elCaptulo V.

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  • cuandola oposicin, aduciendo faltade garantasconstitucionales y en protesta contra laprisinde lderespolticos, boicotelas eleccionesparaDiputados y Senadores. Peseal boicot,segncifrasoficiales la participacin no fuemenorque en ocasiones anteriores. Enmayo de 1943 votaron 93.224personas, mientras queen laselecciones previas para Diputados y Senadores de mayo de 1941 apenas votaron 60.000personas (AguiJar Vsquez 1943).

    El PartidoLiberal-Radical que se habaescindidoa principiosde losaoscuarenta entreel PartidoLiberal-Radical y el Partido Liberal Independiente, se dividi an ms al momento de designar al candidatopresidencial paralaselecciones dejuniode 1944. Luego de muchos debates y de la oposicon de sectores importantes del liberalismo, se nombra Miguel Albornoz, quienen palabrasdelCanciller del gobiernode Arroyodel Ro,Francisco Guarderas, "fue un nombreenel vaco" (1945: 327).E114demayo,debidoa su faltade popularidad y al tono violento de las confrontaciones entre albornocistas y velasquistas, Miguel Albornoz cancel "definitivamente toda gira por las provincias de la Repblica ya que slo las realizar en caso de triunfar en las elecciones presidenciales" (El Telgrafo [Guayaquil] 14de mayo 1944).

    Los partidarios de Velasco Ibarraorganizaron clubeselectoralesy comitspopulares. Francisco PlitOrtizdescribeel funcionamiento de estos ltimosen Quito.

    Surgieron loscomits populares encada barrio delasciudades, en cada pueblo y en loscampos. Elprimer Comit popular de Quito fue el CAP/TAN LEONIDAS PLAZA LASSO, en la esquina de las calles Pichincha (hoy Benalczar y Oriente.

    Cada Comit sesionaba todas las noches, se corra lista deasistentes. La actividad era grande. No reciba dinero sino libretines de bonos que haba quevender para losgastos depropaganda queera slo devolantes, porque las radios estaban prohibidas por el gobierno para ADE. Vender bonos era tarea dura, porque si la polica o los pesquisas los encontraban, arrebataban bonos y dinero y

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  • encarcelaban J apaleaban; de all que la venta se haca medial/te comisiones de tres o cuatro personas. Loscomits reciban noche a noche visitas de dirigemes de ADEy delegaciones de otros comits. Otras noches haba que concurrir a asambleas barriales quecasisiempre terminaban en enfrentamientos con la polica que iba a disolverlas... En el comitse confunda el obrero, el artesano, el intelectual, el estudiante, hombre y mujer. Cada cualdaba su cuota a medida de sus posibilidades... Durante el da haba que repartir la propaganda quedaba el Comity la Central de ADE. Ms tarde se hicieron canciones con msicade piezaspopulares conocidas que se les enseaba a los nios de los barrios. Entre ellas recuerdo IIl1a con la msica de AYJALISCO NOTERAJES!: "Velasco, Velasco, Velasco. T tienes tu tierra que es la ecuatoriana. Patriota y valiente, nadie msquerido por toda la genteque Velasco [barra. Ay Velasco no te achiques. Mesaledelalmagritarconcalor. [Abrir todo elpechoy echarestegrito! Que Viva Velascot, palabra de honor". Lospintores hermanos Ayavaca hicieron un retrato del candidato de casi dosmetros de alto. Losestudialites embarcados en camin salanpor todas las callesde Quito cantando J vivando al candidato ya ADEhasta la Plaza Mayor pasandofrenteal Palacio de Gobierno (1984: 47-48). Los partidarios de Velasco Ibarra fueron reprimidos y pro

    vocados por la policaen varioslugaresdel pas. Por ejemplo,el 15 de mayo"a eso de las dos y treintade la tarde,un grupode albomocistas ebrios, entre los que el pblicodijo reconocer agentesde seguridad", pelearon con los vecinos velasquistas del Barrio de La Victoria de Guayaquil (El Telgrafo, 15de mayo, 1944). Ese mismo da,enQuito,partidarios de Velasco fueron atacadosporcarabineros de cabal1era y se "daba orden de allanamiento de varias casas de velasquistas que se encuentran vigilados por la Secreta" (Ibid), Por su parte, los ve1asquistas tambin atacaron, aunqueen menorgrado, a sus oponentes. Fue el caso del periodista guayaquileo Manuel

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  • Orellana, quien se neg a alquilar su casa para un club electoral velasquista.

    El ambiente de intranquilidad lleg a niveles tales que el Ministro de Gobierno, A. Aguilar Vsquez, el 15 de mayo dirigi la siguiente circular a los Gobernadores:

    Varias informaciones queproceden defuentes autorizadas hanhecho conocer alGobierno queciertos conocidos sectores velasquistas, se encuentran empeados en producir en toda la Repblica, unparode actividades de las clases trabajadoras... el gobierno conoce quienes son las personas, muchasdeellasextraas a lasfilastrabajadoras... Ustedseor Gobernador, se servir dar lasordenes del caso para quese evite laejecucin delplan propuesto (El Telgrafo, 15de mayo, 1944). Los carabineros aprendan a manejar tranvas y trenes por

    si hubiera huelga, mientras "muchas familias han optado por proveerse con tiempo de los artculos de subsistencia indispensables" (ElTelgrafo, 17 de mayo 1944), pese a que los dirigentes velasquistas habian negado estar empeados en ese propsito.

    Mientras para el gobierno resultaba evidente que se preparaba algn movimiento subversivo, para la oposicin era indudable que se fraguaba un nuevo fraude electoral. El 24 de mayo ADE del Guayas manifestaba que "las diversas maniobras rabuescas con las cuales se trata de impedir el conocimiento exacto del censo oficial en las parroquias, as como la incautacin que, agentes del albornocisma hacen de las cdulas de algunos ciudadanos desprevenidos" ponen de manifiesto que ocurrir un fraude electoral (El Telgrafo, 24 de mayo, 1944). El 26 del mismo mes, sostena que "el fraude electoral que acaba de ejercitarse durante los cuatro das de inscripciones terminados ayer, 24 de mayo, es un preludio de la forma como transcurrirn las elecciones: en un ambiente de terrorismo poltico, de persecuciones, de provocacin, de cinismo y descaro" (El Telgrafo, 26 de mayo, 1944).

    Por lo tanto, no extraan, a posteriori, los comentarios del periodista y escritor liberal antivelasquista Ral Andrade en torno

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  • a que se haban dado todas las condiciones para un San Bartolom criollo.

    Todo loque"ay enestepasde mugriento y dedscolo est aportando su esperanza para este 'purificador bao de sangre', como ya lo insinan con descaro los incitadores resbaladizos... Esya indudable quese intente embarcar al pueblo en un tobogn sangriento... Va a repetirse elfenmeno dequeelgato liberal. elperro conservadory elratn socialista concurran aservirse unplato de vsceras calientes sobre laspirasquese encendieron hace treinta aos'. Laansiedadescreciente e irreprimible. Qui'l. snosvamos a verenvueltos enuna sbita llamarada sinescapatoria (El Telgrafo, 18 de mayo, 1944). La segundacausa de la sublevacin fue la derrotamilitar

    del Ecuadorfrente al Peren 1941 que trajo comoconsecuencia la prdida de la mitad del territorio ecuatoriano y fue interpretada por muchoscomo el resultadode la ineptitud del gobierno liberal. En particular, la oficialidad joven del ejrcitose sinti traicionada por el gobiernoy por laaltaoficialidad. Porejemplo,el librodelcapitn SergioEnriqueGirn (1945) presenta muchosejemplosde herosmo y valorentre los oficialesbajosy los soldadosen la guerracon el Per. Y sostieneque el "valor y coraje ecuatorianos",bien dirigidos,habranpodidofrenarel expansionismo de los "cobardesperuanos."

    La oficialidad joven vea la necesidad de depurar la institucinmilitary "no permitirpormstiempoel deprestigio del Ejrcito, resolviendo desdeesemomento buscar laformade eliminarde sus filas a todoelementoincapacitado y amoral y as reconstruirlo" (Naranjo 1945: 12). La hoja volante"Muera el Traidor," sin firma y publicada en 1941,concluye:

    Soldados ecuatorianos qu hacis que no cogis las armas, quesonde la Patria, para castigar al Traidor y trafi

    3 Ral Andrade se refiere al arrastre de losAlfaro, ocurrido el28 deenerode 1912.

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  • cantequese ha vendido y Iza vendido el suelopatrio!Soportaris pormstiempo la infamia de obedecer las rdenes de semejante monstruo? (BAEP, Hojas Volantes /939-45 N /00). La impresin de queel gobierno haba traicionado al pas

    se reforz a finales de mayo con la firma de tratados conel Per,en losquese defina lasnuevas fronteras. Porejemplo, El Telgrafo de Guayaquil del 27 de mayode 1944, mostraba un mapa de la zona en conflicto, con el titular"EL NUEVO SACRIFICIO ECUATORIANO." Al da siguiente, la primera pgina del mismo peridico deca, "EL PRESIDENTE DEL PERU BATE PALMAS POR LA FORMA COMO HA CONCLUIDO EL DIFERENDO."

    Por otro lado, se acus al gobierno de instrumentar una poltica entreguista hacia los Estados Unidos, por venderles materias primas a precios muybajosy cederles las islasGalpagos para la instalacin de bases militares. La izquierda atribua la poltica proimperialista del gobierno al hecho de que Arroyo del Rose desempeaba comoabogado de compaas extranjeras. Tambin se le acus de deshonestidad y a los colaboradores y amigos del Presidente,de cobrar honorarios y coimas para facilitar negocios con el gobierno.

    La deshonestidad y el entreguismo del gobierno se denunciaban en la siguiente leyenda, queapareci pintada en varios lugares del centrode Quito -la Universidad Central, la Compaa de Jess y el pasaje Royal, entre otros-: "Arroyo vendi el Oriente ahora quiere vender el resto de la Repblica. Se vende el Ecuador por lotes, informes, Presidencia de la Repblica" (en Girn 1945: 113).

    Un poema suscrito por LBR, "La Argolla en los Infiernos (San Juan)", y publicado luego de La Gloriosa, ilustra esos sentimientos de rechazo al gobierno.

    Quince aosde esta argolla hasufrido el Ecuador... luchando valientemente del verdugo usurpador.

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  • Ya las islasGalpagos se encuentran en otro poder con esosamericanos... de la noche al amanecer.

    Porquelos americanos ' .., han comprado al Ecuador c-, los que viven engordando

    porel verdugo traidor...

    Amargas penas padecen los hijosdel Ecuador pero los capitalistas cada da ms mejor. (BAEP, HojasVolantes 1939-45 N 208). La tercera causade la insurreccin fue la rivalidad entreel

    ejrcitoy los carabineros. El Capitn Girn(1945) menciona rumoressegnloscualesel gobierno quera suprimirel ejrcito,poniendo ensu lugara unapolica bienpreparada. Lalitedecarabineros haba sidoconstituida en 1938, y armada y entrenada de mejormanera que el ejrcito. Paraponerunejemplo, en 1940recibieron entrenamiento de una misin de la Guardia Civil Espaola de Franco (Vil1alobos Malina 1985).

    Lasuperioridad blica de los carabineros se evidenci en Guayaquil en las revueltas del 28 y 29 de mayo. Los carabineros disponan de armasde ltimo modelo, mientras el ejrcito usaba armamento anticuado y los pocos aparatos deartillera pesada a losque tuvieron acceso-dos tanques- se malograron: el unopormalmantenimiento y el otro porque se qued sin combustible. Adems, mientras los rebeldes eran en su mayora civiles y conscriptos con poqusima preparacin militar, los carabineros eranex soldados del ejrcito(Naranjo 1945: 21).

    Los carabineros no slo eran autnomos respecto del ejrcito,sinoque adems constituan uncuerporepresivo paralelo y con atributos superiores a losdelejrcito. Comoes lgico,las relaciones entre ambas fuerzas eran de rivalidad. Un comunicado del Partido

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  • Conservador sobre la coyuntura poltica de entonces seala: "no es de hoy, es ya antigua la inquina entre el Ejrcito y los Carabineros... el ejrcito conoce la superioridad de la fuerza contraria" (El Telgrafo, Guayaquil 13 de marzo, 1944). El Mayor de Ingenieros Luis A. Nez,dirigente de la revuelta del 29 de mayo en Riobarnba, relata los siguientes incidentes entre el ejrcito y los carabineros.

    Los vejmenes y los ultrajes inferidos por los carabineros venan alimentando ciertaanimosidad para stos... en actitud grosera y desafiante llegaban hasta el cuartel. para amedrentar y buscarcamorra a los del (batalln) "Crdova n, dirigindoles frases como estas: "No les consideramoscomosoldadosy cuando seadepelearpor Arroyo, les castigaremos como a guambras n (el/ GirI/ 1945: 307).

    No slo los soldados sino tambin grandes sectores de la poblacin odiaban a los carabineros. Y stos as lo sentian. En una entrevista. oficiales de carabineros en Guayaquil manifestaban que el grito de 'Viva Velasco Ibarra' era una consigna para "injuriar a nuestra institucin y no deben extraarse de nuestra reaccin en defensa del decoro del cuerpo a que pertenecemos" (El Telgrafo, 15 de mayo, 1944). Y es evidente que no bromeaban. Albert Franklin, norteamericano que vivi en el Ecuador en los aos treinta y cuarenta relata:

    El grito de "Viva Velasco lbarra!", que durante nueve mioshaba sidoUTIsimpleinsulto contralaautoridadCOI/Stituida, empeza oirseconmayorfrecuencia y COI/ unnuevo significado. La ausencia de Velasco del pas habla aumentado su leyenda, el/lugar de disminuirla. En Quito, a la Vde la Victoria se le agregotra V, y nadiedud del significado de las "ves formadas con las dos mallos:n "t Viva Velasco! ". Estaspalabras se convirtieron en undelito, y las crceles comenzaron a llenarse de delincuentes (1984 [1944J: 350-351).

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  • En Guayaquil se produjo un incidente que molest mucho a la opinin pblica.

    Seran las 5 y 5 de la Tarde, narra el dirigente de ADEdel Guayas Aritaga Luque, cuando o desdemi estudio un alboroto en la calle... Al inquirir por lo quepasaba, lospesquisas me contestaron que Tenan orden superior de llevarse presos[ami]chofer y [mi]carro, a loque lescontest que si queran podan apresar al primero; pero que en cuanto al segundo, yo era la nica persona que poda disponer de l, ya que era de mi propiedad particular... Ame esta situacin y como estaba resuelto a no dejarque se llevaran el carro en ningunaforma, saqumi revolver y griT tantoa losagentes como al pblico quese haba congregado alli quese abrieran porque si el carroarrancaba disparara a losneumticos delauto, parahacerimposible queesteanduviese... Losagentes deseguridad trataban de llevarse mi carro solamente porqueTamo en el parabrisas COl1/0 en laparteTrasera Tengo pegado el retrato deldoctor Jos Mara Velasco [barra, candidato a la Presidencia de la Repblica, conunaleyenda quedice: 'Luchemos por el granausente' 'Viva Velasco ....

    A lospocosinstantes de haber sido llevado preso el choferBonilla lleg la camioneta de la oficina de seguridadcongran nmero de agentes. La gentequese haba aglomerado comenzaba a lanzar griTOS enfavordeldoctor Velasco [barra, ame lo cual los agentes sacaron a relucir sus pistotas y fueron arrojadas bombas lacrimgenas en medio del pblico...

    A lasseisde la Tarde... llegaba Tambin el Jefede Seguridad, teniente coronel Manuel Carbo Pardedes, el que se baj de su automvil y se detuvo en la acera del frente de la ventana del estudio del Dr. Arizaga luque. El teniente coronel Carbo Paredes portaba un revlver en la mano derecha, ydirigindose aldoctorArlzagagriT: 'Caraja Viva Arroyodel Rio', a lo que el doctorArzagacon

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  • test: 'Viva Velasco lbarra'. ElJefede Seguridad, siempre COI/ el revlver el/ la mal/O, le dijo entonces: 'Baja hijode p--- si eres hombre, quea mnomejode nadie 'o El doctor Arizaga Luque le respondi: 'dispare queustedabusa porque estapoyado porsus agentes ',

    Como el teniente coronelCarbo Paredes no disparara, los agentes de seguridad que estaban detrs de l arrojaron dos bombas lacrimgenas hacia la ventana del estudio... sinqueninguna deellaspenetrara al interior. (El Universo, 4 de abril. 1944). Estoshechosprovocaron manifestaciones quefueron repri

    midas, dejandoheridos y contusos (Ibid; Girn 1945: 140-150), El 19de mayo, en Guayaquil, los carabineros asesinaron al

    estudiante Hctor HugoPauta. E121,en Quito, mataron a Mara del Carmen Espinosa, de quinceaos de edad.Losentierrosde las vctimasse convirtieron en actosde protesta contrael gobierno. El Telgrafo deGuayaquil, al referirse al asesinato de HctorHugoPauta resalta sujuventudy lasbrillantes notasconquese gradude bachiller en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte y reproduce la protesta que el padre de la vctima dirigiera a la ciudadana y, en especial, a lajuventudy a los estudiantes

    ... que mu)' pronto sacarn a la patria ecuatoriana del estado lamentable enqueyace... enelquelamatonerla delos llamados a mantener el orden y la tranquilidad... para el mantenimiento de la prebenda, mataln], otropella]n], ultraja]n]; y sacrificaln] a indefensos y correctos hijos de familia (El Telgrafo, 21 de mayo, 1944).

    Perola muerte del estudiante, que no particip en ninguna manifestacin, no fue suficiente provocacin: al parecer, loscarabineroso pesquisas intentaron apoderarse delatadque permaneca en la casade los padres del finado.

    El entierro, el da 21, fue muy concurrido, especialmente por estudiantes que marcharon en silencio (El Telgrafo, 22 de

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  • mayo, 1944), una delegacin de ADE y "hombres de las diversas actividades sociales de la localidad que se asociaban de esa forma al dolor del estudiantado" (Ibid), Cerca del anfiteatrodonde debia realizarse la autopsia del cadver, los carabineros impidieronel ingreso de la comitiva al edificio. La actitud de los carabineros, segn el mismo reportaje, fue violenta: cargaron las bayonetas y apuntaron contra el pblico. Por suerte, la "intervencinserena de algunas personas caracterizadas evit la segura mortandad del estudiantado y pueblo desarmados" (lbid).

    En Quito, la marcha fnebre de Maria del Carmen Espinosa, el 23 de mayo, atrajo a diez mil manifestantes y cuatrocientos vehculos. Participaron los partidos politicos de ADE, "todos los sindicatos de trabajadores, ntegramente los gremios de choferes y de controladores del servicio urbano y no pocos del rural, y una inmensa muchedumbre perteneciente a todos los sectores sociales" (El Comercio, 24 de mayo, 1944). En algunas pancartas se solicitaba ayuda econmica para la madre de la vctima y en otras se denunciaba al gobierno: "Un asesinato cobarde ha sido motivo para unir al pueblo y combatir a los leprosos de la patria"; "Con la vara que has medido sers medido".

    Estos funerales convirtieron a las vctimas de la represin en mrtires. Como perspicazmente anotara Ral Andrade el 23 de mayo en su columna de El Telgrafo, "Vietas del Mentidero," 4 al condenar el asesinato de la joven Espinosa: "la sublevacin ya tiene su herona... Hoy ser aprovechada como un smbolo. El desconocido nombre de la infanta entrar con todos los honores en el secreto parasode Josmrtires." Andradeestaba en lo cierto, ya que como lo seala Jos Alvarez Junco,en la culturacatlicade los paises latinos, "la fuerza del martirio... no slo exige honras pstumas, sino que produceculpay reclamavenganza;no calmasino que atiza pasiones.

    4- En su estudio sobre la obra de Ral Andrade, Abelardo Moncayo explica el significado del nombre de la columna de Andrade. "El mentidero. en estas crnicas, es el nombre quiteoque reciba la PlazaGrande -la Plazade la Independencia. en la nomenclatura municipal-, lugar al que antes concurran, almediodfay a la tardecita. los quiteos 'clsicos', a caza de noticias y comentarios" (1991: 55)

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  • Esjustamenteloqueconvienea unmovimiento movilizador" (1990: 255), pues,"ademsde impulsara la lucha, la sangrederramada por lacausagarantiza la victoria, el advenimiento de la redencin"(Ibid: 256).

    Lacuartacausade La Gloriosa fue el malestarpopularpor el alto costo de la vida. La Unin General de Empleados de El Comercio en una carta abierta al Presidente de la Repblica del 20 de abril de 1943,seala que el costo de la vida desde elide enero de 1942 hastaelideabrilde 1943 sehabaincrementado de lasiguiente forma:

    - lechelitro50% - papasquintal64% - mazquintal 100% - zapatos62% - telasdel 40%al 72% (BAEPHojaVolante 4, HojasVolantes, 1943-45).

    Elestudiode INIESEC sobreel 28demayorevelaque "los precios de los alimentos bsicos subieron entre 1938y 1944en un 400%,mientrasque el promedio mensual de remuneracin real disminuyde 164,44 sucres en 1941 a 133,31 sucresen 1943" (1984: 46-47)5.

    La inflacin y el alto costode la vida,factoresquehansido destacados en las interpretaciones marxistas de La Gloriosa, no fueroncausasdirectasde larevuelta, puesloeconmico eraconsiderado como resultadode lo poltico; es decir, de la ineptitud y deshonestidad del gobierno. Por ejemplo,en un editorial titulado"El Ecuador Pas Desgraciado! Preludios de Catstrofe Econmica," el escritor socialista Coln Serrano atribuye la crisis de las exportaciones de balsaa la errada poltica del gobierno: no se discutieron condiciones favorables con los Estados Unidos a los que se vendael 98%de las exportaciones (ElTelgrafo, 14de mayo, 1944). El PartidoConservador,en unmanifiesto del 2 demayode 1944,acusaal gobiernode serel causantede losaltosprecios(BAEP, HojaVolante N34,Hojas

    5- Vanse las tablas 12y 13en el Capitulo11.

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  • Volantes 1943-45). Ensu informe alX Congreso delPartido Socialista, Manuel Agustn Aguirre critica la poltica econmica del gobierno por carecer de planificacin y por "otorgar, dadivosamente, fabulosas ganancias al crculo parasitario adherido al poder" (1943: 2). Luego de reproducir titulares deperidicos sobrelaescasezdeazcar, leche, combustibles, etc., y la especulacin y los altos precios, una hoja volante concluye que "slo Velasco terminar con la especulacin y miseria... ConVelasco el pueblo nomorir dehambre" (BAEP HojaVolante #35, Hojas Volantes 1943-45). Por esto, no extraan las afirmaciones de Franklin PrezCastro, entonces activista y dirigente del Partido Comunista delquese retirara en losaossesenta.

    No me acuerdo que haya salido una sola manifestacin a reclamar porque la vida estuviera cara, porqu subi eso, porque nose puede comer, de ollas vacas como se llama ahora; no, no haba, las manifestaciones eran cielito por cielito polticas, de protesta por determinados abusos de autoridad cometidos por el gobierno; contra el gobierno traidor deArroyo delRo(1990: ll, Todos estos factores -la derrota en la guerra con el Pe

    r; el fraude electoral que, a juicio de muchos, se avecinaba; la arbitrariedad de los carabineros; y, la catica poltica econmica del gobiemo- se expresaban en sentimientos mesinicos e inmediatistas en tomo a la necesidad de salvar al pas. Por ejemplo, el Secretariode la Unin Democrtica Universitaria de Guayaquil, Jos V.Ordeana, manifest: "el Ecuadorvivelosmomentos msgraves de su historia, en estosdas de huracanes cvicos,slo los cobardes permanencen en sus lechos" (en Girn 1945: 157).

    La sublevacin en Guayaquil

    Segntestimonios de participes de la revuelta (Girn 1945; MuozVicua 1984; Naranjo 1945; PrezCastro 1990), en Guaya

    6 Laprimera marcha de hambre de la quehayevidencia se realiz durante el segundo velasquismo, en diciembre de 1945 en Guayaquil.

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  • quil algunos oficiales jvenes del ejrcito y los directivos de ADE del Guayas haban acordado realizar un levantamiento armado. Las consultas entre civiles y militares del Batalln Carchi y del Grupo Vi1Iamil empezaron en abril. El 17 de mayo convinieron en atribuir el movimiento a una de estas tres causas: "1) masacre al pueblo; 2) prisin de alguno de los oficiales comprometidos; y 3) fraude electoral" (Naranjo 1945: 13). En esa misma reunin, civiles y militares se dividieron tareas:

    Los representantes deADEse comprometieron a efectuar las prisiones de las autoridades civiles)' el control de los medios de comunicaciones, telgrafo, telfonos, estaciones de radio, etc., valindose de sus afiliados)'de sus agrupaciones que llevaban el nombre de "Guardias de Choque"; efectuar los trabajos necesarios de seguridad intemaconaly procurar la vellida deldoctor Velasco Ibarra sin tropiezo ni dificultad. Los oficiales nos encargbamos netamente de la parte militar: prisin de las autoridades militares, ataque al cuartel de carabineros y otros objetivos (Naranjo 1945: /3).

    Las guardias de choque se haban conformado con anterioridad a los contactos con el ejrcito, pues en opinin de los directivos de ADE, "iba a haber pelea". En una entrevista concedida en mayo de 1990, Frankl in Prez Castro narra cmo se organizaron estos grupos. Bajo la direccin de Simn Zambrano se conformaron cinco grupos de choque que cubran los diversos sectores de Guayaquil.

    Porejemplo enmicaso(grupo de choque delOeste), poco a pocofui hacindome de un grupo de mso menos unos treinta compaeros de este tipo con los cualeshaca reunionessecretas enla casa decualquiera deellos, cualquier da determinado, para hablar entreotras cosasde las posibilidades de insurreccin, de la peleacon la polica {...] al principio se les deca que el grupo era solamente para defender las manifestaciones... En esas condiciones fue

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  • cambiando esta consigna y se fue acentuando la parte conspirativa y como tenamos necesidad de ir probando a fondo a lagente, entonces cuando ya lesdijimos dequse trataba esto y que cualquier da iba a haber un levantamiento ... Nosotros citbamos a lasguardias de choque dicindoles: "vea, compaero, vamos a hacer as: cualquier da es el levantamiento. nosotros los vamos a citar a ustedesa algunas reuniones, dicindoles queese da es ellevantamiento, pero no sabemos si va a ser o no va a ser, mejor dicho, ustedes no van a saber si va a ser o no vaa serel levantamiento, esolovo)' a saber yo )' selosdirslo el momento que estemos reunidos ". Y as se hizo (1990: 21-22).

    El apresamiento de lderes civilesy las sospechas del ejrcitode quealgo tramaba la oficialidad joven,hizoadelantar la fecha parael domingo 28de mayo, dade la Madre, a lasdiezde la noche.

    Los elementos militares del Batalln Infantera Carchi, Ingenieros Chimborazo, artillera y conscriptos Vi1Iamil, junto con cientos de civiles y guardiasde choquedel batallnRoosevelt -creado para la ocasin- atacaron el cuartel de carabineros. Los insurrectos mostraban gran precariedad en trminos de logstica y armamento. Los camiones y automviles, de propiedad de civiles, necesarios para transportar a la tropay la artillera,no llegaron, haciendopeligrarlaoperacin. Loslderes deADEse presentaron con retraso en los cuarteles. Franklin Prez narra cmo recogi a los lderes izquierdistas de ADEdel domicilio de Andretta, dondeestaban reunidos.

    Me fui a toda carrera, carajo, con el rifle al hombro y por ah cerca s haba balas, cierto es, por eso es que estos gallos no queran bajar, porque haba balas espordicas poresos sectores.

    Al llegar comenc a gritar, porque yo no saba, porque esa casa es larga, grande, en cul departamento estaran. "[Hey camaradas, ya estall la insurreccin, los

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  • militaresquieren quevayan, salgan! "lesgritvarias veces y no asomaban. Entonces, mecalent, echun disparo al airey clame:

    "Salgan, carajo, maricones, quelosestn esperando en el cuartel!" "No se puede perder tiempo!" Entonces abren una ventanita del tercer piso de la casa y sacan una mano y mehacen sea de queespere, creo que era la mano de Enrique Gilpor laforma medio parsimoniosa de mover el brazo para decir queya bajaban. "Aprense, carajo! "Cuando viqueabrieron lapuerta decalle. queya iban a salir, pum, pasa uncarro, hermano, porque lostaxistas enesa poca, eran entusiastas y ayudaban mucho, eran decididos y alguno curioso y arrojado asom por ah; le digo Pare! Me reconoci. "Pare, compaero, que tenemos quellevar unos compaeros ".Era untaxi bastante alargado, entramos, estaban Angel F. Rojas, Enrique Gil, Palacios Senz; Pedro Saad. Quin msestaba ah? No recuerdo, haba cinco o seis de los principales, pero casi todos de izquierda: porque parece quelos izquierdistasse escondieron en un lado; losde Arizaga Luque, por otro; losde derecha, porloquese vio deCamacho Santos [que noestaba escondido], porotro lado (1990: 24-25).

    La precariedad de armamento y personal de los insurrectos se poneen evidencia en los comentarios delCapitn Naranjo.

    Nuestros conscriptos del "Carchi" por primera ocasin iban a utilizar el fusil, nunca haban hecho prcticas de tiro; no saban del tableteo de las ametralladoras en el campo delentrenamiento y hoyiban directamente al campodela realidad con fe, con mucho patriotismo y marcado optimismo; era la ocasin de medir su coraje e iniciativa contra veteranos yfogueados, como eran loscarabineros, ex-soldados de nuestro Ejrcito (J945: 2J).

    Losciviles tenian pocas armas, Franklin Prezrelata:

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  • Cuando viqueeral/ diezparalasnueve, tenamos unacaja de balasque noshaban dado, unacajadefierro, /lena de balas, nada msquebalas; yo tenaunarmahaca tiempo, unapistola, y 111I0 queotro compaero tenaunosrevolvitos;doso trestenian revlveres depococalibre (1990: 22).

    En todo caso, los grupos de choque se haban preparado para saber cmo proceder y en dnde presentarse al momento de la insurreccin. "Habamos hecho una lista de quines saban manejar rifle, quines sabian otras artes militares, quines haban sido conscriptos, quines podan servir para los servicios de la cruz roja o para cualquier otra cosa" (lbid: 23). De manera que frente a los cuarteles se

    encontraba desplegada gran cantidad de gente especialmentelos Grupos de Choque estaban amotinados frente a la Prevencin y sus contornos, ofrecan sus servicios y pedan armas; se oangritos: ..Viva la Revolucin ", "Viva Velasco [barra ", .. Viva el Ejrcito ", "Abajo Arroyo" (Naranjo 1945: 23).

    El combate con los carabineros fue largo y sangriento.

    Elpueblo COIl decisin temeraria, colaboraba codoa codo con los militares. UI/OS confusiles y otros a duraspenas armados de palos, cruzaban la zona de peligro detrs de losmilitares y el/el claro oscuro de la madrugada, impresionaba el cruce de siluetas desarrapadas, la mayora hombres el/camisa y sil/zapatos, queporsu ignorancia de los secretos militares o su delirante espritu eran blanco fcil de losdisparos contrarios.

    Caa 111I hombre y dos de ellosse apersonaban a arrastrarlo hasta Ull lugarcubierto, dedonde pedanrecogerloy volvan a su tarea conabsoluta impavidez (enGirI/ 1945: 326).

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  • En la maana del 29 de mayo,alrededorde las siete y media, se procedi al asalto del cuartel. "Cuando lleg la fase final del combate, o sea el asalto al cuartel de polica,esa masa humana,desafiando el peligro,se acerc al cuartel y los varones de toda edad penetraron en l, con el propsito de armarse" (Ibid: 214).

    Inmediatamente de tomado el cuartel, procedieron a lanzarpor las ventanas, al pueblo todo el armamento queen estese encontraba: fusiles, sables, y ataganes, cartuchos y cartucheras; una cantidaddepapelesdeanotaciones, ypocos momentos despus se abrian las puertas del cuartel, correspondientes a las calles Cuenca y Chimborazo, por lasquepenetr toda lagente quehaba acudido al ataque (/bid: 2//).

    La entrada al interior del edificio resulta indescriptible. Hombres que arrojan las armas y con el terror retratado ensusrostros, se entregaban a su propia suerte. Civiles quese desparramaban portodas susdependencias, destruyendo cuanto se hallaba a su alcalice, soldados de rostros fatdicos, quetrataban deponer orden y lo COIlSeguan a duras pellas (/bid: 327). Por ltimose incendi el cuartel.

    Averiguado elorigen delincendio sesaccomo conclusin queun grupo delpueblo enfurecido y conel odio latente, noquisieron queexistiera niel edificio quedialbergue al quefue Batalln deCarabineros enGuayaquil, por tal razn, prendieron laparte demadera, cuando todo elpeligro del tiroteo haba desaparecido (Naranjo /945:32). La nochedel 28 de mayocivilesy conscriptosal mandode

    Lara Cruz, "conocido lder comunista", atacaron la oficina de telgrafos interrumpiendo las comunicaciones con Quito. A las 11: 15 p.m. conscriptosy civilesse tomaron laoficinade seguridad. Triunfaronluegodeun tiroteo. Destrozaron partedel mobiJario y liberaron a los detenidosque se encontraban en el calabozo. Mientras se desa

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  • rrollaban estos acontecimientos, grupos de civiles marchaban por la ciudadgritando: "VivaVelascoIbarra."Se prendifuegoa los locales albornocistas localizados en los salones de baile "El Pigalle" y "El Dixie",de los hermanos Echeverra, y los bares-restaurantes Miraflores del seor Enrique Zamora, acusado de ser albornocista. Tambin se incendi el almacn de abarrotes y saln de licores de Tarquio Alaa, partidario de Albornoz. Adems, se destrozaron la JefaturadeTrnsito,laComisara Terceray la Inspectora Provincial del Estanco. El automvil del gobernadordel Guayasy el domicilio del Inspectorde Seguridaddel Pas,ComandanteManuel Carbo Paredes, fueron igualmente quemados. Tambinse prendifuego a la caballerizade la polica.

    En la ciudad la situacin tornbase difcil, continuaba la accin de los franco tiradores, una parte del pueblo en grupos, asaltaba determinadas propiedades marcando sumaintranquilidad en loshabitantes, razn por laqueOficiales)'tropa tuvieron quemultiplicarse afin de mantener el orden )' devolver la tranquilidad a la ciudad (Naranjo 1945: 33). Cules fueron los blancos de ataque de las muchedum

    bres?Porqu si estabanarmadosno se dedicaronal pillaje indiscriminado? Por qu se respetaron las propiedades de los ricos no arroyistas-albornocistas? Ensuma, qu tipode racionalidad tuvo la accin colectivaen Guayaquil?

    Si bien las multitudes escogieron cuidadosamente como blancos de ataque los smbolos que representaban ms claramente las instituciones y propiedades de personasdel odiado rgimen, dejaron intactasaquellasde los no albornocistas. Aparte de denunciar como arroyistas a enemigos fcilmente reconocidos como tales por los vecinosde los barrios, no se atac a personas ni propiedades de los ricos, por el hecho de serlo. La idea era hacer justicia con los representantes de un gobierno represivoy nacido del fraude electoral. Y no slo hacerjusticiasino erradicary quemar los smbolosde la "tirana arroyista", Por supuesto, las acciones de las muchedumbres trascendieron los limitesdefinidospor los lderesde la revuelta.

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  • La Guarnicin Militar de Guayaquil entreg una proclama explicando las razones de la sublevacin. Los militares -deciacon el apoyo del pueblo "entero, principalmente, estudiantes, trabajadores, empleados e intelectuales" se ha sublevado para terminar "con la odiosa tirana de traidores" (en Girn 1945: 210-211). Como causas se sealaban: la corrupcin administrativa, la firma de un nuevo tratado de limites con el Per que coincidi con el 24 de mayo, da de la Patria; y, las intenciones del gobierno de cometer un fraude en las elecciones. La proclama llamaba a la calma y a estar "en guardia de cualquier desmn, robo, asalto o incendio. Detened), apresad a los delincuentes y provocadores" (ibid: 211). Por ltimo, se afirmaba que el ejrcito no buscaba el poder y que se convocara inmediatamente a elecciones. Entonces, como era de esperarse, el ejrcito patrull las calles para "prevenir desrdenes".

    En los testimonios de participes recopilados cuarenta aos despus, abundan relatos de cmo los lideres de la izquierda protegieron las propiedades de amigos de Arroyo del Ro. Por ejemplo, Jos Ignacio Guzmn (1984: 78) recuerda:

    desuerte queempec a organizar brigadas de conscriptos y obreros, para poner guardias en algunas casas que se crean podan ser vctimas de ataques por la incomprensin, porelhecho dequeeran amigos deArroyo y, porotro lado, brigadas para recorrer la ciudad y desarmar a los ladrones.

    Pedro Jorge Vera relata:

    el aviso dequeuna turba sededicaba al saqueo de la casa [delGobernador delGuayas)...determin quenosdirigiramos hacia all en un auto Pedro Saad [lder sindical, idelogo y luego Secretario delPCE) y yo. En efecto, hombresy mujeres bajaban portando lmparas, sillas, objetos diversos. Sin msarmas queuna pistola queportaba Saad, logramos losdos imponer el orden, aunque losasaltantes eran msde una veintena (1984: 37).

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  • Parece que el seor Saad no durmi tres dias tratando de imponerel ordenen Guayaquil. El Telgrafo del 31demayode 1944 narra los siguienteseventos:

    A lasochoy 25de lamaana dehoy, enorme poblada entre la que se veia soldados y marinos armados, lleg a... la panadera La Unin del seorJ.M. Villacrs, paracapturarlosindicndolo dealbomocista... violentado el pblico en vista dequeno lo hallaban. resolvi saquear lapanaderay cuando haban logrado yaabrirla bodega de harina, que est situada paredcon pared. con la panadera lleg el seor Pedro Saad, vocal de la Junta de Gobierno y Secretario del Comit Nacional de Trabajadores, quien viajaba en un carro rojodel cuerpo de bomberos.

    Revlver en mano, se dirigi al lugary comono fuera reconocido, hizoun disparo al aire, con loque logr que el pblico se apartara momentneamente, mientras otrosdisparos defusil. hechos al airepor marineros y tropa, atrajeron la atencin hacia l.

    Dijo: Camaradas:

    No es posible permitir que continen estas cosas. Es evidentequede ciertas casasse nos dispara y se nosmatay hayque impedir quesigan hacindonos vctimas: peroestas cosasdeben serdenunciadas a laJunta Militar para ir con tropa armada y disciplinada a reducirlos. No deben continuar estasalgazaras quea liada conducen y nosperjudican.

    Respondamos al triunfo obtenido ya,condisciplinay correccin; y yoa nombre de laJunta deGobierno les pido tranquilidad y orden.

    As. puescamaradas. ida vuestros trabajos yenviada la Zona vuestras justas y legtimas denuncias. que yo os ofrezco quereduciremos a todosnuestros enemigos.

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  • Id ya a vuestro trabajo. Ya habiscumplido vuestrodebercvico)'ahora sloresta trabajar, honradamente, paraganaros el pande vuestras familias.

    Si maana no concurrs a vuestro trabajo )'0, en calidad de Secretario del Comit Nacional de Trabajadores, autorizar vuestros despidos.

    Cmo interpretar las acciones de Saad y otros lderes izquierdistas que mantuvieron el orden y trataron de encauzar a las muchedumbres hacia canales polticos institucionales? Para los crticos de izquierda (Aguirre, 1983; Vega, 1987; Ycaza, 1991), la respuesta a posteriori es clara. Dada la ausencia de una visin poltica adecuada para el momento, el Partido Comunista del Ecuador, el Partido Socialista del Ecuador y Vanguardia Socialista Revolucionaria se dejaron envolver en las tramas de la institucionalidad de la democracia burguesa y con estas actitudes yotras, como la de devolver las armas, perdieron la posibilidad, que en algn momento tuvieron, de hacer la revolucin. Pero ms all del cuestionable anlisis leninista segn el cual la voluntad revolucionaria emanada de una adecuada concepcin terica es la clave para hacer la revolucin, es necesario interpretar las acciones en el contexto en que se desarrollaron'.

    El seor Saad, por ejemplo, comparte con los militares y otras personas de clase media un cierto temor a la "irracionalidad de las masas". No slo por ser de clase media, sino por su formacin terico-poltica, si bien ve a las masas, en particular al proletariado, como el sujeto revolucionario, a la vez pone el nfasis en la necesidad de encauzar las energas revolucionarias en el marco de una visin poltica adecuada. En este caso, la tarea es la democracia, lo que responde a la visin etapista de los partidos comunistas de la poca. Pero tambin Saad, el activista y dirigente poltico, trataba de encaminar la accin colectiva dentro de parmetros modernos.

    7- Para una excelente critica a las teoras y explicaciones voluntaristas de las revoluciones, vase Skocpol (1979).

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  • Siguiendo los trabajos sobre Europa de Charles Tilly (1977; 1989; 1991) YSidney Tarrow (1989) podemos introducir la nocin derepertorios deaccin colectiva. Losrepertorios sonformas de interaccin colectiva desarrolados histricamente, quemarcan los limites de lo posible en momentos concretos en que los grupos actan pblicamente porsus intereses e ideales. En palabras de Tilly, "el trmino repertorio ayuda a describir loquepasidentificando un set limitado de rutinas [de accin colectiva] que son aprendidas, compartidas yactuadas dentrode unproceso relativamente deliberadode elecccin" (1991: 23).Enel Ecuador de losaoscuarenta coexisten dosmarcos de accin colectiva. Por unlado, LaGloriosa es una insureccin que apunta a la toma del poderestatal comopunto de partida para realizar transformaciones en la sociedad. Pero, a la vez,lasmuchedumbres deGuayaquil impusieron justicia,castigaron a quienes juzgaron comorepresentantes del odiado rgimen de las argollas liberales, saquearon y, sobre todo, quemaron los smbolos de la tirana, seanestosel cuartel de carabineros, el autodel Gobernadoro algunas tiendas de alimentos. Resulta evidente queestasacciones directas dejusticiapopular atentaban contra los principios de reestructuracin democrtica del pas, a decir de los lideres de la revuelta.

    Luego deasegurado el triunfo militar, empez la fiesta. Las muchedumbres salieron a festejar en las callesde Guayaquil. Algunoscelebrantes invirtieron lossmbolos delpoder, mofndose de los emblemas del antiguo cuerpo represivo. Por ejemplo, "llam poderosamente la atencin la forma como ungrupode ciudadanos montando los caballos del escuadrn de sables del regimiento de carabineros, recorran la ciudad vivando al doctor Velasco Ibarra y al ejrcito" (en Girn 1945: 222). Estas acciones iconoclastas desmontaron smbolos aceptados y a veces temidos y reverenciados de poder, comoel sablequecastigaba a quienes lanzaban el grito"subversivo": "[Viva Velasco"! Parafraseando a BruceLincoln:

    fue su intencin eldemostrar dramticamente y enpblico lafalta depoder de estas imgenes )' por lo tanto illfligir una doble desgracia a quienes se vanagloriaban de ellas,

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  • primero exponiendo la bancarrota de sus ostentosos smbolos y segundo su impotencia frente al ataque a stos (1989: 120).

    De ah que los asaltantes del cuartel de carabineros guardaran como "trofeos recordativos del hecho, los antiguos sables de los miembros de dicho cuerpo, los cuales eran mostrados en medio del mayor entusiasmo en forma insistente" (Girn 1945: 222).

    Es difcil saber el nmero exacto de muertos y heridos registrados en Guayaquil entre el 28 y 29 de mayo. Algunos peridicos hablan de un saldo de ms de doscientos heridos y ciento veinte muertos. Otros sealan que hubo 55 entierros y de 15 a 63 cadveres no identificados en el Anfiteatro Anatmico, la mayora de ellos carabineros. Una nota periodstica afirma que de mil carabineros, apenas se salvaron noventa. Otra identifica 60 cadveres, adems de 20 carabineros incinerados y 52 cuerpos no identificados. Los peridicos de Guayaquil, en su narracin de los eventos, presentaron listas de las vctimas. En algunos casos figura el nombre, profesin, lugar de residencia y edad; en otros, slo el nombre y, a veces, sobre todo al informar sobre los carabineros que murieron en el incendio del cuartel, nicamente su profesin. El anlisis de estas listas sirve de sondeo parcial de quines participaron en la revuelta.

    De los 32 muertos identificados (ver apndice 1), 8 o el 25% pertenecen al ejrcito; la mitad son oficiales y la otra mitad conscriptos y soldados. El mayor nmero de vctimas identificadas, 14 o el 43.75 %fueron carabineros, al igual que la mayora de cadveres no identificados. El 31.25% de las vctimas identificadas correspondi a civiles, 1 profesional y al menos 4 personas de las clases populares. Es dable suponer, asimismo, que las personas de cuya profesin no se dio cuenta, pertenecan a estratos populares. De aproximadamente 200 heridos, 119 son identificados. La mayora 76 (64 %) son civiles. Entre ellos se encuentra un estudiante y un dirigente politico e intelectual del Partido Comunista, Enrique Gil Gilbert. El resto corresponde a clases populares. El 30.25% son militares, la mayora oficiales del ejrcito. Solamente el 6% de los heridos son carabineros.

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  • El 29 de mayo en Quito, Cuenca y Riobamba

    Losacontecimientos en otroslugares del pasnorevistieron el mismo dramatismo que los deGuayaquil. EnQuito, loscarabineros no opusieron resistencia armada. Luego de conocerse la renuncia de Arroyo del Roen lasprimeras horasde la nochedel Lunes29, se organizaron manifestaciones en losbarrios, que posteriormente confluyeron en la Plaza de la Independencia. Al grito de "Guayaquil Guayaquil", portando retratos de Velasco y banderas del pas, haciendola sealde la V,"mso menosa lasdiezde lanoche,se poda afirmarque cerca de la mitadde la poblacin de la ciudad se haba volcado a las calles" (ElComercio, 30de mayo, 1944). Lascelebracionescontinuaron el da treinta y la ciudad amaneci embanderada. ElComercio reporta queel gritode Viva Velasco Ibarra erael saludo general entre los ciudadanos. Se organiz una manifestacin en la que participaron entre cuarenta y cincuenta mil personas y a la que plegaron pobladores de variasparroquias ruralescon bandasde msica. Desfilaron ciudadanos colombianos con una pizarra que deca: "Colombia os aplaude." Lesseguan los estudiantes de la Universidad Central y mujeres universitarias que portaban banderas. A continuacin marchaban estudiantes secundarios, el sindicato de educadores, la motobomba del municipio, que portaba un enorme retratode Velasco, "el cual ibacustodiado por losempleados de distintas dependencias municipales", sindicatos de ex tranviarios, la guardia de honorde ex soldados, mujeres del mercado y pobladores rurales(ElComercio, 31de mayo, 1944). Esteperidico concluye su reportaje indicando que

    en muchos ciudadanos provocaba una indecible emocin el paso demuchos elementos delpueblo. hombres y mujeres, pobres, hambrientos y desarrapados quesin embargo exteriorizaban caras radiantes y dejbilo y que lessobraba nimo y alientos para proferir exclamaciones de Viva Velasco [barra y otra clase de vtores populares. En Cuenca se respondi con represin policial a las cele

    braciones por la renuncia de Arroyo. Se disparcontra los manifes

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  • tantes que gritaban "Viva Velasco, Abajo el Rgimen de Tirana, Viva la Revolucin" (ElTelgrafo, 3 de junio, 1944) cuando pasaron frente al edificio de Estancos y Alcoholes. Murieron tres personas. Una de ellas, el ebanista Luis Moncayo antes de morir se expres as: "Viva Velasco compaeros sigan luchando hasta salvar a la patria. No miren mi sangre, miren como sangra y se desgarra la patria" (El Comercio, 31 de mayo, 1944). Asimismo, el mecnico Miguel Zambrano exclam: "muero por mi patria", a 10 cual uno de los familiares que lo sostena contest "as me gusta valiente muchacho" (lbid). Tambin muri un hojalatero. Resultaron heridas diez personas: un estudiante universitario, un joven, un chofer, un sastre y seis personas de ocupacin desconocida.

    Al da siguiente, segn relata en sus memorias Rafael Arzaga Vega:

    unaenorme muchedumbre recorri las callesde la ciudad y al pasar por el domicilio de 11110 de los msfanticos arroyistasfuimos provocados enforma cobarde, lo quedio como resultado el asaltoa dicha casa y el incendio de los muebles, incluido ungranpiano, quefueronarrojados a la calleporel pueblo enardecido... y cuando encontr dinero en efectivo lo dejsin tocarUII sucre, puesel asalto110fue pararobarsinoparacastigar la insolencia de cuatro mios de losdueos de la vivienda (1990: 163-164). El robo habra contradicho el sentido moral de la revuelta

    en contra del corrupto rgimen liberal. En Riobamba, el 29 de mayo se apres a lderes de ADE.

    Cuando el universitario V. Haro fue golpeado y acuchillado por los carabineros por gritar a un grupo de espectadores "Viva Velasco Ibarra, muchachos. Sigan luchando contra la opresin" (El Comercio, 5 de junio, 1944), la indignacin popular estall. La Hoja Popular de Riobamba del 8 de junio narra los acontecimientos.

    El mayor (del ejrcito) Ne: - empez nuestro informante- al medioda del 29 de mayo, se dirigi al nume

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  • roso pueblo congregado a laspuertas delcampamento militarde San Nicols, mso menos enestostrminos:

    "Pueblo /10 temis; estoy con vosotros. No voy a masacraros niapermitirlo. Soy1"'0 de losvuestros), siento vuestros dolores como sifueran mospropios".

    Hasta entonces el pueblo, l/O obstante la iraque loposea por losatropellos quecometlan lasautoridades, sobre todo, por la noticio que circulaba, de boca en boca, acerca delasnuevasprisiones efectuadas esamaana, y la falsa de queel universitaro V. Haro haba sidovictimado en la oficina de seguridad, de u/la pualada que le diera unode losmatones venidos deGuayaquil, y quedespus se supo fue Qui/;/lez, el guarda espalda de Carbo Paredes, hasta entonces, el pueblo repiti nuestro irformante, no haca sinou/la manifestacin pacfica, porque lefaltaba un jefe quelo guiase; nadie se atreva a hacerlo porque crea en la imposibilidad de una victoria en vista delamparo de fuerza queprotega a la tirana. Al escuchar laspalabras alentadoras delmayorNez; cobr bros ypoco apoco la oleada degente empez amoverse y lleg a laestacin, sin tener unplan preciso.

    De pronto circul el rumor de que en el Hotel Ecuador sealojaba enesosmomentos el comandante Carbo Paredes; mas, lafalta de jefes que dirigieren el movimiento volva a hacerse patente, pues todos vacilaban. Entonces nuestroferroviario seadelam hacia elhotel, seguido de algunos del pueblo; de un puetazo rompi la ventana quecorresponda a /ahabitacin donde segn habian informado viva el Comandante Carbo. Encontraron dosmujeres quenegaron hubiera otra persona all; Ul/a de ellas hizo las V. V. con ambas manos. Mientras tanto los allanadores haban visto debajo de la cama a doshombres y loshicieron salir. Elferroviario lediunapatada alms bajo de el/os, al propio tiempo que le increpaba y lo hizo salirdel hotelpor la puerta, lo mismo que al compaero queeraun negro bien fornido y de malaspecto. Como al

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  • gunode los del pueblo aglomerado en la calledijera que no era Carbo Paredes lo iban a dejarlibre, cuando unjoven de apellido Meneses dijo: se es el verdugo Paredes.

    Elferroviario quiso arrebatarle lapistola quellevaba enfundada, perono logr. Despus quisoquitarle los pantalones, perosloalcanz a bajarlos hasta lasrodillas. Mientras tanto, elpueblo empezaba aapedrearle ya arrastralo hacia el campamento de San Nicols y muri en la forma que ya tenemos referida: pero cuando lleg, el cadver estaba completamente desnudo y la nica prenda de vestirquellevaba era la corbata.

    Mielltras as mora Carbo Paredes, la genteatacaba tambin a su compaero )' guarda espaldas. el negro Quillnez: en su indignacin algunos ferroviarios se dirigan en busca de petrleo y gasolina paraquemarlo vivo, peronohallaron. Como quisieran proveerse dealgunos de dichos artculos en otra parte, varias personas que no haban perdido la cabeza, empezaron a decirque tal accin seradesdorosa para Riobamba por loque los incineradorescambiaron deopinin y mataron al negro apedradas y tiros, segn hemos referido ya (en Girn 1945: 314-316).

    En su edicin deiS de junio de 1944 El Comercio de Quito describe el arrastre de Carbo Paredes y Quinez en los siguientes trminos:

    losjusticieros abrieron la ventana (delhotel) que daba a la calley echaron los cuerpos de los rendidos a la muchedumbre enfurecida. Una vezquefueron amarrados, una lluvia de piedras y garrotes empez a caer violentamente sobre Carbo Paredes)'Quiinez, Losgolpes iban acompaados de toda e/asede interjecciones y de losgritos "Tomen porasesinos ". Luego empez la marcha hacia el cuartel San Nicols, situado a unasdiezcuadras delHotel Ecuador. Las piedras y los palos caan sin cesarhasta quelosdoshombres se vinieron alsuelo. Entonces losven

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  • gadores tomndolos de los pies iniciaron el arrastre. De trecho en trecho se detenan para tomar descanso como para queloscuriosos arrojaran laspiedras y lospalos que esgriman sintrmino.

    La memoria colectiva ha aadido salvajismo a estosactos de justicia popular. Se dice que en Riobamba se jug ftbol con la cabeza deCarboParedes. Yes evidente quenose llega esosextremos. Adems, se impidi la incineracin de losodiados jefes de policapor "desdorosa paraRiobamba". Pero, porquestedeleite en el arrastre de Carbo Paredes y del negroQuinez?

    Natalie Davis, ensu estudio sobreritosde violencia religiosa, explica los actosde tortura y furor colectivos a travs de la idea dequesedanlascondiciones para una"masacre libredeculpa."Esto es, las vctimas se convierten en demonios, seres dainos para la comunidad, quedeben extirparse. "El factor crucial esque losasesinos deben olvidar que sus vctimas son seres humanos. Estos seres dainos para la comunidad han sido previamente transformados en 'demonios'.Los ritosde violencia religiosa completan este proceso de deshumanizacin" (Davis 1975: 181).

    Lo que no queda claro, todava, es cmoeste proceso discursivo no slo deshumaniz a los carabineros y vio la fuente de todoslos males enel gobierno liberal, sinoquetransform aVelasco Ibarra en la figura que habra de solucionar todos los problemas del pas. Peroantesdeanalizar el marco discursivo de losaoscuarenta -esencial para comprender la accin colectiva en LaGloriosa- es necesario estudiar lasestructuras socieconmicas del pas. Slodespus deconocer el tipo deestructuras sociales y lasrelaciones deproduccin que imperaban, es posible analizar el discurso de la poca. As,este trabajo superar el riesgo de caeren el objetivisrno supuestamente cientfico, que no toma en cuenta los marcos discursivos, o en el idealismo del anlisis del discurso, que lo abstrae de lasestructuras socioeconmicas.

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  • CAPITULO 11

    ECONOMIA y SOCIEDAD EN EL ECUADOR DE LOS AOS

    30Y40

  • Para comprender los cambios que se operan en la estructura social ecuatoriana, el surgimiento y decadencia de grupos sociales y las diferentes formas de resistencia en las dcadas del treinta y del cuarenta, es importante diferenciar analticamente cuatro regiones: la costa, la sierra centro-norte, la sierra sur y el oriente. Lo ideal sera relacionar las transformaciones en la estructura social con diferentes y cambiantes formas de organizacin y con distintos tipos de protesta en las distintas regiones. Desafortunadamente, con la excepcin del trabajo de Blanca Muratorio (1987), la literatura existente, al no relacionar cambios en la estructura social con formas de conflicto, no permite un estudio completo sobre este periodo. En todo caso y pese a que este captulo se basa parcialmente en literatura secundaria, se presenta un esbozo de las relaciones de produccin, organizaciones en la sociedad civil y patrones de accin colectiva en las cuatro regiones del pais. Este estudio sobre la economia y la sociedad es clave para el anlisis de la accin colectiva en La Gloriosa y del discurso de la poca, que se presenta en el captulo III. Antes de desarrollar este anlisis, es necesario mencionar algunas caractersticas generales de la economa ecuatoriana de esos aos.

    Contrariando la visin convencional de que los treinta y los cuarenta constituyeron una poca de estancamiento y de transicin de la produccin cacaotera a la bananera, estudios recientes demuestran la diversidad de experiencias regionales (Deler 1987; Luna 1989a; Maiguashca 1989; Maiguashca y North 1991; Marchn 1987). Esta coyuntura no estuvo signada nicamente por el colapso del primer ciclo agroexportador cacaotero", sino tambin, como lo ilustra la Tabla 1, por el crecimiento de otros productos de exportacin tales como caf, sombreros de paja toquilla, tagua, arroz, petr

    8 ElEcuadorfueel mayorproductor de cacaoa finalesdel sigloXIX. En 1894, unao antesde la Revolucin Liberal,el paisproducael 28.3% de la produccin mundial. A mediados de los aos veinte,debido a la combinacin de la competencia internacional y enfermedades de las plantas, la produccin ecuatoriana se redujoaI6.8% de la produccin mundial. Estasituacinse agravcon la cada de los preciosprovocada por la crisis mundial de los aos treinta(Rodrguez 1985). Lasexportaciones cacaoteras que en 1913 representaban el 63% del lolal del valor de las exportaciones, en 1933 declinarona menosdel 20%(UninPanamericana 1954: 30).

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  • leo, oro y, en la SegundaGuerraMundial,balsa y caucho. Este grfico tambin demuestra que a diferencia del ciclo cacaotero, con la excepcinde la produccinbananera,el comportamientode los productosde exportacinen los treintay cuarentafueerrtico", Adems, por primeravezen la historiade la Repblica se modificala especializacin regional del pas, caracterizadapor una reginagroexportadora costea y una regin serrana orientada al mercado interno.

    Tabla 1 Productos de Exportacin por Porcentaje del Valor 1922-1948

    (Aos Selectos) Productos en cdigos

    Ao (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (lO) (11) 1992 65,6 7,8 0,3 0,7 0,1 8,1 6,7 0,0 0,0 0,4 3,9 1933 19,7 12,6 0,1 3,4 1,3 6,7 5,5 27,6 0,4 0,2 17,0 1938 36,6 9,8 7,0 8,1 0,1 4,1 4,6 25,7 1,4 2,4 12,7 1940 17,5 11,0 3,8 8,7 0,1 5,1 3,9 14,8 1,9 2,3 17,1 1942 13,5 5,8 1,0 17,2 0,1 2,4 7,4 8,3 8,6 11,9 8,5 1943 13,2 11,0 0,5 24,1 0,0 1,6 6,4 6,1 11,0 5,9 7,0 1944 9,0 9,3 0,4 27,5 0,0 1,3 14,8 6,2 6,8 8,2 5,7 1945 14,2 11,3 0,7 16,0 0,0 1,9 18,4 7,4 4,9 6,2 4,1 1948 30,0 16,1 6,9 24,2 0,0 1,3 7,0 3,5 0,6 0,0 4,6

    (1) Cacao (7) Sombreros de paja (2) Caf (8) Petrleo (3) Bananas (9) Balsa (4) Arroz (10) Caucho (5) Azcar (11)Oro (6) Tagua

    Fuente: Rodrguez (1984: 181).

    9- Existe unaamplia literatura sobreel boom cacaotero. Los lrabajosms importantes 5011: Chiriboga (1980); Crawford (1980); A. Guerrero (1980)y Quintero (1980).

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  • Desde lapoca dela Independencia Fasto 1920 lasexportaciones de la costa representaron del60 al80 por ciento del valor total de las exportaciones ecuatorianas. Entre este ltimo ao y 1946 laparticpacin de la costa descendi a menos del 50 por cielito. El interior del Ecuador, durante este perodo porlo tamo, nopuede serconsideradocomo sumido enuna economa desubsistencia o volcado. exclusivamente, al mercado interno. Loquetenemos a la vista es unadescentralizacin y IlIIa dinamizactn de actividades econmicas a lo largo del pas (Maiguas/ca /989: /73).

    La Tabla 2 sugiere la importancia de diferenciar dos fases en el perodo que comprende desde 1930 a 1950. "El primero, que va desde la crisis hasta 1939, momento de extremada inestabilidad econmica y, el segundo, desde 1940 hasta 1947, caracterizado por la expansin de las exportaciones estimuladas por la segunda ~uerra mundial y que precede al auge bananero" (Mio 1983: 55) 0. La balanza de pagos favorable en el segundo perodo se explica en un informe escrito a principios de los cuarenta por la Comisin Ecuatoriana de Desarrollo Interamericano y se atribuye a los siguientes factores:

    (/) unincremento ennuestras exportaciones, enparticular deproductos estratgicos tales como caucho. balsa y chinchona, ascomo tambin dearroz; (2) unincremento delos precios mundiales de esosproductos debido a la creciente demanda en lospases enguerra; (3) decrecimiento de las importaciones debido a los racionamientos de guerra, la reduccin de espacio en los barcos, etc.; (4) regreso de capital al paspara escapar de las eventualidades y con-

    10- La importancia del comercioexterioren el funcionamiento general de la economa se ilustra tambin porla dependencia del presupuesto estatalde losimpuestos al comercio exterior. Deacuerdoa la Unin Panamericana ste represent: 55,2% en 1925; 38,2% en 1930; 47,6% en 1935; 37,7% en 1940; 29,4% en 1945 y 34,6% en 1946 (1954: 14).

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  • tingencias delaguerra; (5) ingreso decapital extranjero a travs deunpequeo nmero de inmigrantes y para pagar losgastos, equipos)' salarios de lasbases Americanas establecidas en Salinas y Galpagos; (6) ingreso de capital para incrementar laproduccin nacional a travs deprstamos otorgados por el Export-lmport Bank y el Ecuadorean Development Corporation (/944: 86),

    Tabla2 Importuciones y Exportaciones Aos Selectos en Dlares

    Ao Export, Import, Export, - Import,

    1929 12'681.100 16'895.900 -4'184.80 1930 11'378.100 12'669.500 -1'291.400 1933 4'248.100 5'355.800 -1'106.900 1934 8'513.600 7'926.200 587.400 1935 6'611.300 9'709.400 -3'198.100 1940 7,583.900 11'174.500 -3'590.600 1941 10'385.100 9'966.500 418.600 1942 17'057.100 13'914.300 +3'142.800 1943 22'606.200 16'146.900 +6'459.300 1944 28'611.900 24'530.100 +4'081.800 1945 22'796.400 23'964.700 -1'195.300 1946 35"469.200 30'686.400 +4'782.800 1947 43'023.700 44'776.200 -1'752.000 1948 44'382.600 49'686.000 -5'303.400

    Fuente: Fischer(1983: 122,171).

    Esta coyuntura econmica caracterizada por la cada del cacaoy elsurgimiento ydiversificacin deotrosproductos deexportacin afectde diferentes formas a las distintas regiones del pas.

    l. Relaciones de produccin y accin colectiva en las cuatro regiones del Ecuador

    1) Lacosta: crisiscacaotera y crecimiento de la produccin dearroz,azcary banano.

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  • En los cantonesde Yaguachi y Milagro de la Provincia del Guayas, la crisiscacaotera erosion y reestructur las relaciones entre los grandes hacendados cacaoteros y sus trabajadores (Uggen 1975). A diferencia de la sierra, "un sistema patriarcal... no tuvo tiempo dedesarrollarse en la costa. Lasplantaciones cacaoteras eran propiedades relativamente 'nuevas' consolidadas alrededor de 1870 y 1880"(Uggen 1975: 125).

    La crisis cacaotera modific Jos paisajes agrcola y social. El arroz y el azcar reemplazaron al cacaoy losgrandes hacendados cacaoteros, que constituan una lite exportadora ms que agricultora, cambiaron la orientacin de sus operaciones, mientras los hacendados medianos y pequeos se vieron eventualmente eliminados por la crisis (Marchn 1987: 276). Por10 tanto, algunas haciendas cacaoteras desaparecieron, otrasse fragmentaron y una nueva litede productores azucareros y bananeros fue reemplazando a la lite cacaotera.

    Para muchos trabajadores el primer efecto de la crisis fue el desempleo (R. Guerrero 1978). Algunos ex trabajadores cacaoteros se convirtieron en aparceros, otros encontraron trabajo en las plantaciones azucareras, mientras otros migraron a las ciudades,sobre todoa Guayaquil.

    Las grandesextensiones que quedaron sin cultivarfueron transformadas por los campesinos en zonas de aparcera arrocera. Laproduccin de arrozse increment de 957.164 quintalesen 1939 a 1'610.489 quintales en 1942 (Direccin Nacional de Estadstica 1944: 239), transformndose el producto en uno de exportacin (vase la Tabla 1).

    Elazcarysusderivados seconvirtieron en unaimportante industria que,entre 1914 y 1929, experiment un boom basadoen el incremento de los precios en el mercado nacional, toda vez que los precios del mercado mundial slo se incrementaron durante la Primera Guerra Mundial (R. Guerrero 1978; Fischer 1983). "Entre 1900-1919, la produccin azucarera crecide 6.000a 11.000 toneladas; entre 1920-1926, sta aument de 10.000 a 26.000toneladas; loquesignifica una tasade crecimiento anual promedio, parael primer perodo, de 3,1%,para el segundo perodo de 14,6%" (Fischer 1983: 106).

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  • Debido a la competencia de pases como Per y Cuba la produccin nacional dismin