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Pato H.

E D I T O R I A L P O P U L A R L A P A J A R I L L A

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Nota de la Editorial.

Como Editorial Popular LaPajarilla una de nuestras motivaciones y quehaceres es darle al contacto con los compas que escriben y quieren publicar y compartir sus textos, desde cualquier tipo de creación, ya sea cuentos, debates, poesía, subversión, historia… y lo que se vaya inventando.

Queremos potenciar la difusión de la Cultura Popular, propia y subversiva, que ninguna relación tiene con el capi-talismo de la concertación y la alianza; los empresarios y especuladores depredadores-explotadores, los pacos y los milicos, el mercurio y copesa; ninguna relación más que mandarlos a la cresta y encumbrarnos a vivir y hacer nuestras vidas populares.

Porque el capitalismo, el mercado, la competencia, la dominación y la explotación tienen un techo, que no es otro que la vida digna y plena de nuestro pueblo, que solo en y desde el mismo pueblo puede ser conquistada.

Las ganas de más y más de pronto nos embarcan en la vorágine de la necesaria destrucción y ataque a la sociedad capitalista de los ricos y sus perros guardianes pagados por el estado... sin embargo, la historia nos ha enseñado que esto no debe ser un obstáculo que nos aleje de la creación de lo nuestro, de nuestro pueblo y la normalidad capitalista que querámoslo o no, opera cotidianamente utilizando a nuestra gente que si bien de mala gana, volun-tariamente resuelve día a día con el costo de la propia vida el movimiento ‘exitoso’ del capital.

No son los combatientes los que otorgarán el mejor vivir para los populares, sino que son los pueblos los que posibi-litan la revolución, son los pueblos los que le dan al combatiente su razón de ser. Hoy por hoy, combatir también es la provocación al gigante popular, instruirse, la propaganda de las ideas, la protesta, la interpretación certera de los escenarios para la mejor acción…

Porque estas ganas incontenibles se proyectan cada día que pasa, los roces y topones entre los subversivos fl orecen, las expectativas crecen, los nuevos escenarios de lucha que se van tejiendo nos demandan mayor compromiso y or-ganización, y siempre más y más provocación al gigante popular para ser fuerza útil y efi caz.

Por esto es que como clase, como pueblo, debemos necesariamente que prepararnos y dotarnos con la capacidad de autodirigirnos, de tener nuestra propia dirección política, de constituir una fuerza popular que sea voz y acción certera de nuestros asuntos.

Es larga la vuelta que nos dimos en estos breves párrafos, pero esa es la intención, por eso convocamos a rescatar a los clásicos, pero también a darle al aquí y ahora, a difundir las ideas del presente, para poder ser útil a la cua-lifi cación del emergente movimiento popular que irrumpe la normalidad del nuevo siglo.

Que lo disfruten y les sea útil.

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En la pobla siempre ha sido difícil la vida. Aquí cada peso se gana con caleta de esfuerzo y no son muchos los gustitos que uno puede darse. Ni cagando. Lo que menos tenemos son motivos para alegrarnos. Estamos todo el día tratando de sobrevivir de alguna forma. Algunos cuidando autos, otros vendiendo helados, algunos en la contru, como mi papá, otros de reponedores en los super o trabajando en la feria, como yo y mi mamá. Todo para que los patrones nos tiren un par de migajas a fi n de mes mientras ellos se llevan todo el pastel. Cuicos culiaos, nos tienen en la miseria pa que ellos puedan vivir en sus casitas bonitas pasándola terrible bien. Nosotros limpiamos sus autos, nosotros cortamos su pasto, recogemos su basura, hacemos funcionar sus fábricas, cuidamos a sus cabros chicos ru-bios, construimos sus iglesias y sus colegios, nosotros hacemos todo pero no recibimos nada. Son como dos mundos en guerra, ellos contra nosotros. Y la mala cuea es que ellos van ganando. Nos tienen hambrientos, cansados, ignorantes, sometidos, explotados. Cada vez que un loco mata a otro por doscientos pesos pa comprar pasta base, cada vez que un fl aite cogotea a un trabajador, cada vez que votamos, cada vez que nos entretenemos viendo tele, cada vez que un weon le pega a su mina, ellos están ganando. Pero, aunque parezca imposible, esto se puede cambiar. Con lucha y organización se puede cambiar. Yo antes ni me imaginaba que se podía luchar por algo diferente, cachaba que la weá estaba mal, igual que todos, pero no hacía nada y tampoco sabía qué chucha había que hacer. Pero juntándome con mis vecinos y mis amigos pa tratar de solucionar los problemas por nosotros mismos, me fui ascurrien-do de que la weá pasaba por luchar contra los weones que nos explotan, organizándonos entre nosotros mismos y plantando la semilla de la revolución. A las fi nales si yo, que soy un cabro Chiko, pude ascurrirme con el puro odio a los weones de allá arriba y queriendo ayudar un poco a mi familia, la gente que está mucho más cagá que yo tiene muchas más razones pa unirse al combate. Aquí les voy a contar un poco cómo me fui dando cuenta poco a poco de que la única forma pa cambiar la mierda de vida que nos tocó vivir es con la subversión, dándole el poder a los que no tenemos nada, para construir una sociedad justa y libre.

Rabia en las periferias

Yo cacho que hay cosas de las que uno, por haber nacido pobre, siempre ha estao vío. Siempre le he tenio mala a los pacos, siempre he cachao que hay weones ricos que viven a costa de los pobres, siempre he cachao que la wea es injusta, que está mal y todo eso. Pero hay otras cosas de las que me fui dando cuenta en el camino. Luchando sobretodo. Y que son las cosas que uno tiene que saber y sentir pa poder cambiar esta mierda. Si alguien me pre-guntase cuando empecé a ascurrirme de estas cosas y dejé de ser uno más de rebaño, yo cacho que le diría que todo empezó esa noche cuando nos sacaron la chucha en la plaza. Todavía me acuerdo terrible bien como fue. Eran como las nueve de la noche y estábamos en la plaza el Luchín, el Bayron, el Pelusa y yo. Nos pegábamos unas rimas pa pasar el rato y no quedarnos en la casa viendo tele

Algunos nacen en la cuneta ¿por qué?Y otros nacen en la cuna de oro ¿por qué?Algunos nacen en la pobreza ¿por qué?Y otros nacen en la isla del tesoro ¿por qué?Algunos pueden estudiar ¿por qué?Algunos pueden trabajar ¿por qué?Las empresas tienen libertad ¿por qué?Pero los pobres tienen que pagar ¿por qué?Algunos toman para olvidar ¿por qué?Otros se drogan para escapar ¿por qué?Y todos piensan que esto es libertad…

No había nadie más en la calle y nosotros ya íbamos a entrarnos, cuando de repente sentimos con escándalo la sirena de la yuta. Una zapatilla salió de la nada y frenó frente a nosotros haciendo cagar las llantas. - ¡Quédense quietos cabros culiaos! - nos gritaron unos pacos corriendo hacia nosotros luma en mano.- ¿Oiga mi cabo qué pasa?- le pregunté y recibí un lumazo en las costillas – ¡qué weá loco, yo no he hecho na!- me

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llegó un segundo lumazo en las costillas. Otro paco agarró al Bayron y el Luchín con el Pelusa arrancaron antes de que se bajara más yuta.- ¿Les gusta andar weando cabros culiaos?– nos decían mientras nos pateaban - ¡ahora se les van a pasar las ga-nas!- Oiga pero si no hemo hecho na, conchetumare.- ¿A quién te creí que le vení a sacar la madre cabro culiao?- el paco se enojó y me pisó la cabeza. Nos tuvieron en el suelo pateándonos un rato y cuando se aburrieron se subieron a la zapatilla pa virar, no sin antes ponerme una tonta patá en la raja como despedida. - ¡Qué yo sepa cabros culiaos que andan rayando de nuevo las casas, los meto en cana y los encierro en el calabo-zo!- gritaron desde el auto y arrancaron en la oscuridad. ¿Rayando?- me pregunté mientras me retorcía del dolor - ¿Quién chucha andaba rayando? Pacos culiaos locos, tan pitiaos de la mente - apenas podía pararme y no cachaba qué chucha pasaba, pero igual traté de ayudar al Ba-yron que estaba con la cara llena de sangre. – ¿Oye estay bien? Bayron. Oye Bayron- no respondía, estaba como desmayao. Yo igual estaba medio mareao así que me senté y traté de despabilar. No entendía nada. Estaba rapeando piola con los cabros y de un minuto pa otro estaba en el suelo sangrado. Miraba pa todos lados buscando la cámara indiscreta, no entendía ni una weá.

- ¡Papelucho! ¡Papelucho!- entre despierto y dormido escuché que me llamaban- Papelucho, ¡qué te pasó hijo!- esta-ba tan atontao que no dije nada.- Tía, estábamos terrible piola aquí en la plaza y llegaron los pacos culiaos como locos y empezaron a pegarnos. Agarraron al Papelucho y al Bayron y nosotros tuvimos que librar- explicó el Luchín, que había llegado con mi mamá, medio nervioso. - Pelusa anda a buscar a la mamá del Bayron pa que los llevemos a la posta- le dijo mi mamáLa mamá del Bayron llegó al tiro y casi se desmayó cuando vio la cara de su hijo llena de chocolate. Buscaron mo-neas pa un taxi pero no tenían ni uno así que fueron a la casa de Don Lalo a pedirle que nos llevara a la posta. En el auto logré despabilar un poco. – Dijeron que habíamos rayado una casa, por eso nos pegaron- les dije. Todos se dieron vuelta y me miraron. - Pero no pasa na- dijo el Luchín- nunca anduvimos rayando tía, la pulenta, nosotros estábamos terrible piola en la plaza. Los pacos se agilaron y se fueron en la volá.- ¡Pero cómo se les ocurre pegarles así, si son cabros chicos, ni a los delincuentes los tratan así, y ni siquiera se los llevan detenidos, les sacan la mierda y los dejan votados! - dijo mi mamá un poco más tranquila al ver que ya por lo menos hablaba.- Le apuesto a que si fuesen rubiecitos con ropita de Mall no les hubieran hecho nada- respondió Don Lalo- los ha-brían llevado a su casita pa que su papito no pase malos ratos.

Cuando llegamos a la Posta estaba más desordenao que un gallinero. Locos sangrando, gente quejándose, señoras alegando, unas locas desmayándose, locos apuñalaos, fracturaos, y todos sin que ni un medico los hubiera visto. Todos esperaban a que algún día sonara su nombre en el altoparlante y los pudieran atender. Por mientras, había que puro esperar, llorando, sufriendo, con un hueso roto, desmayándose, sangrando, con el apéndice estallando. Eran como las once y algunos llevaban más de ocho horas esperando. A los únicos que atendían al toque era a los pacos culiaos, que pasaban derechito pa adentro, pero los demás teníamos que quedarnos en la cola como weones. Por último una camilla o un asiento piola pa los locos que están más mal. Pero no, en las bancas de madera noma o parao si es que no hay puestos. Había que estar casi agonizando pa que a uno lo atendieran, y más encima cuando a uno lo atendían las enfermeras y los médicos eran terrible pesaos y no estaban ni ahí si uno estaba gritando de dolor, lo miraban a uno de reojo, le preguntaban un par de weás y seguían de largo. Terrible charcha la salud en este país. “No mas colas”, había dicho una vez la mentirosa culiá de la Bachelet, puro grupo noma.

- Aquí tenemos pa rato- le dijo Don Lalo a mi mamá. Y fue así. Pasó una hora y nadie fue atendido. Mi mamá em-pezó a ponerse histérica y fue a alegarle a los de Informaciones.

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- Hay gente que lleva horas esperando a que la atiendan y todavía no pasa nada. Yo tengo a mi hijo ahí sangrado esperando a que lo atiendan ¿tengo que esperar a que se desangre pa que lo pueda ver un medico?- Cálmese señora – le dijo una mina vestida de blanco detrás de una ventanilla- vamos tan rápido como se puede, tenemos pocos médicos. Si no le gusta, llévelo a otro lugar.- ¡Y vo creí que tengo mucha plata pa llevarlo a otro lado! – le respondió mi mamá casi gritándole. Se acercó tanto a la ventanilla que pudo ver pa adentro. Ahí cachó a unas enfermeras que estaban riéndose mientras se tomaban un café. Esto la emputeció- ¡Mire, pero mire, qué hacen esas weonas ahí paradas. Estamos hace horas esperando y los weones allí adentro comiendo y cagándose de la risa!Las palabras de mi mamá emputecieron al resto y la ventana de Informaciones se llenó de gente reclamando. Se armó un alboroto y un paco tuvo que meterse pa calmar a la gente. Fue peor. Mi mamá se paró frente a él y em-pezó a gritarle.- ¡Por culpa de ustedes mi hijo está así. Mire, mire cómo lo dejaron. Asesinos de mierda! – el paco no supo que hacer y se quedó tieso mientras mi mamá lo puteaba. Don Lalo tuvo que llevársela pa que no armara más escándalo. Al rato el resto de la gente volvió a sentarse, aunque de tanto en tanto volvían a la ventanilla pa reclamar. Al parecer tanto alboroto resultó porque ya a eso de las tres de la mañana ya me iba pa la casa. No tenía ningu-na fractura, puros moretones y ramillones noma. Pero el Bayron estaba terrible machucao, tenía una costilla rota y varios hematomas en la cara. Parecía mapache.

Cuando llegué a mi casa mi papá casi sale a quemar una comisaría cuando supo lo que me había pasao. Juro ven-ganza y estuvo como una hora echando puteadas. Yo lo escuché un rato pero ya no tenía ganas de saber de nada así que me fui a acostar terrible adolorio. - Pacos culiaos – pensaba. No era la primera vez que tenía ataos con la yuta. Desde Chiko había tenido que arran-car de los de verde cuando trabajábamos con mi mamá en la feria, no vendiendo verduras como ahora, sino CDs piratas. Todavía me acuerdo, empezaban los chifl idos y teníamos que pescar las cosas y hacernos los weones pa que los pacos no nos quitaran las cosas. De repente teníamos mala cuea, nos pillaban y los maricones se dejaban todos los CDs pa ellos. Y cuando nos pillaban, cagábamos. Mi mamá tenía que conseguirse moneas pa poder com-prar la comida y juntar algunas chauchas pa volver a comprar CDs pa vender. Esa wea si que era pal pico. Una vez nos quitaron todas las cosas y al otro día mi mamá tenía veinte pesos noma pa comprar el pan. Casi se muere. Se puso a llorar y estuvo deprimida como una semana. Y mi papá, que buscaba y buscaba pega y no encontraba nada, empezó a pitiarse de la mente. Se puso a tomar y la pensó caleta pa ver si se ponía a robar en Providencia pa poder traer un poco de plata pa la casa. Al fi nal dejó de tomar y no tuvo que ponerse a robar porque un tío le ofreció pega de pioneta en un camión de gas, así que ahí estuvo piola durante un tiempo. - Pacos culiaos- seguía pensando. Aunque esa vez no fueron los pacos sino los guardias del Líder los que me tuvieron dos horas encerrao agarrándome a cachuchazos por haber robado un pañal pa regalárselo a mi hermana chica y un yogurt pa capear el hambre. Paco o guardia, la misma mierda, son los weones que andan cagándonos. Y más encima la tele está llena de programas donde la yuta y los tiras aparecen como los weones más buenos del mundo y algunos paos más encima les creen. Si supieran lo que los de verde andan haciendo en las poblas. Pacos culiaos. Son los mismos que el año pasado entraron en la casa del Flaco Cristian y se la hicieron cagar buscando cocaína. Pero mentira loco, aquí todos sabíamos que el Flaco vende pura marihuana y que el único que vendía coca aquí en la pobla era el Moncho, que era amigo de los pacos y de los ratis. Creen que somos weones pero en la pobla todos cachábamos que entraron en la casa del Flaco porque le estaba haciendo la competencia al Moncho con los pitos. Pacos culiaos. Son los mismos perquines que en el verano se llevaron preso al Chiko Terry y le sacaron la chucha cuan-do lo cacharon abriendo un grifo. Giles culiaos, como si uno tuviese plata pa ir a la playa o a esas mansas piscinas que muestran en la tele. No po, uno tiene los grifi tos noma que igual son bacanes.- Pacos culiaos. Qué ganas de sacarle la chucha a un paco- pensaba casi dormido- Por eso es bacán cuando hay protesta, porque todos vamos a darle a los pacos. Les tiramos piedras y los agarramos pal webeo. Y es más bacán todavía cuando están los encapuchaos, ahí la yuta se asusta y los cabros los tapan a tiros y a molotov. Sí po, esa weá es bacán, ni un paco se atreve a entrar a la pobla, porque si entran los encapuchaos nos defi enden y los pacos se tiran. A las fi nales, como dice el Ronald, los pacos están pa defender a los ricos, nosotros tenemos que defendernos

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solos.

Cómo le roban al pueblo

Lo único bueno de que me sacaran la chucha fue que estuve tres días sin ir al colegio. Lo malo: puras mierdas en la tele. Los matinales: una mierda. Que la pinochetista de la Paty Maldonado, que el patético de Lucho Jara, que el pao de Camiroaga, puros pajarones hablando puras weás. Después los programas de farándula: pura mierda ¡A quién chucha le importa la vida de los cuicos! Que la no se quién ese metió con el no sé cuánto, que la querella no sé por qué, que la modelo, que el futbolista, pura mierda noma. Y pa qué hablar de la teleseries, pura cebolla. Pero lo malo no era la pura tele, también aguantar las quejas de mi mamá: “de dónde voy a sacar plata… vamos a tener que comer menos pan… de dónde voy a sacar leche pa darle a la Ji, etc., etc.”. Y era verdad. El lunes en la noche avisaron en las noticias que iba a subir el pan, la leche y la micro. “¿Y los sueldos? ¿Y cuándo van a subir los sueldos?”, se preguntaban todos.

A mi mamá no le gustaba que estuviera de ocioso en la casa, así que me tenía de perquin haciendo el aseo, lavando la losa y mandándome a comprar pa todos lados. - Papelucho anda a comprar pan- me mandó mi mamá y ahí partí de nuevo por segunda vez esa mañana.En el negocio de la señora Carmen estaba sonando Víctor Jara

Levántate y mira la montañade donde viene, el viento el sol y el agua.Tú que manejas el curso de los ríos,tú que sembraste el vuelo de tu alma.Levántate y mírate las manos,para crecer estréchala a tu hermano.Juntos iremos unidos en la sangre,hoy es el tiempo que puede ser mañana.Líbranos de aquel que nos domina en la miseria,tráenos tu reino de justicia e igualdad.Sopla como el viento en la fl or de la quebrada,limpia como el fuego el cañón de mi fusil

- Señora Carmen me da un kilo de pan, porfa.- Ahí está – me dijo pasándome la bolsa con pan- son mil doscientos.- ¡¿Qué?! Terrible caro.- Los precios suben y suben y los sueldos nunca- me dijo la señora Carmen después de que vio mi cara de sorpresa – Si ahora tenemos que pagar una millonada por todo. El otro día fui a Cartagena oye y tuvimos que pagar como ocho peajes y la bencina. La bencina oye está cada vez más cara, sube y sube. Si falta que nos cobren por respirar noma. - Sí po, si hoy día tuvimos que juntar todas las chauchas pa poder comprar pan. Chia, luca dociento, terrible caro – le dije pensando en la cara que iba a poner mi mamá cuando le dijera cuanto salió.- Pero la Rosita ya nos dijo ya, no podemos dejar que nos roben por todos lados. En la noche toda la población tiene que salir a protestar pa que bajen los precios. Por último que nos bajen la micro, si yo ya ni salgo tan cara que está la micro.- Ya señora Carmen, me voy a tomar desayuno pa después avisarle a los cabros de la protesta.- Sí, oye Papelucho llévale esto a tu mamá- me pasó una caja de leche en polvo- dile que es para la niña, que cuando pueda me la paga.- Gracias, señora Carmen.- Si no nos ayudamos entre nosotros, quién- me dijo mientras salía del almacén.

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Partí a la plaza a ver si estaba algunos de los cabros. No había nadie, así que fui a la Sede a ver que tramaba la Rosita con las otras viejas de la Junta de Vecinos. En el camino me tercié con el Ronald, el Miguel y el Pato.- Qué pasa wacho- les dije.- Na choro. Oye podríai darte un pancito – me dijo el Miguel tirando la mano a la bolsa del pan.- Sale no pasa na, me salió más de luca la weá de pan – le dije alejando la bolsa de su mano.- Oye Ronald me dijeron que hay protesta en la noche. ¿Va a estar wena o no?- le pregunté.- Las señoras van a salir a protestar, si los pacos se pasan películas ahí vamos a ir a darles pero la mano es que proteste la gente y que la weá esté piola- respondió el Ronald.- ¡Ah, qué fome! – dije alegando- yo pensé que iba a ser como pal once.- A lo mejor po- dijo el Pato- si cortan harto rato la calle y son hartos dándole jugo a los pacos igual puede quedar la cola.- Igual nosotros vamos a estar preparaos, si hay que pelear, peleamos- dijo el Ronald.- Sí po, hay que puro darle a los pacos culiaos. El otro día nos pescaron con el Bayron y nos sacaron la chucha.- Sí, si cachamos. Pacos culiaos- dijo el Ronald- los confundieron con otros locos.¿A quiénes viste rayando ese día Miguel? A los de la Avenida…- No eran los de la San Eugenio- corrigió el Miguel.- Cacha como nos dejaron- les mostré un moretón que tenía en la cintura.- Tení que puro cobrar la parte. Si armai una buena barricada y llegan los pacos, ahí mismo les sacamos la chucha- dijo el Ronald pa animarme.- Ya choro, nos vemos en la noche entonces – le di la mano a todos y caminé pa mi casa con la idea de salir a juntar cosas con los cabros y armar la tremenda barricada pa que llegaran los pacos. Iba a ser fome si era una protesta con las puras viejas de la Junta. Tenía que haber pelea pa que el Ronald con el Pato, el Miguel y los demás cabros le dieran la vida un rato a los pacos.

- Va a haber protesta en la noche por el alza del pan y la leche… y la micro- le dije a mi mamá cuando llegué a la casa - La Rosita va a tomarse la calle- no me pescó, estaba ocupada haciendo el almuerzo- ¿Y el vuelto?- me preguntó mientras sacaba unas cebollas de un cajón- ¡Qué vuelto! Si la cuestión salió luca dociento… y la señora Carmen, terrible buena onda, te mandó una leche pa la Ji – mi mamá miró la leche y siguió cocinando.- La Carmencita siempre nos regala cosas, apenas tenga plata se la voy a pagar – me dijo mi mamá como sacan-do cuentas en su mente pa que nos alcanzara la plata pa todo el mes. Mi mamá siempre se sentía mal cuando nos regalaban cosas, pero las recibía igual, al principio lloraba y le daba vergüenza salir a la calle a pedir pan o comida cuando nos cagabamos de hambre y mi papá estaba cesante, pero después se dio cuenta de que la gente tiene que ayudarse y que si ella pedía porque estaba cagá, cuando ella estuviera bien y otro vecino cacao, ella lo iba a ayudar también.

…Supo la historia de un golpe, sintió en su cabeza cristales molidos.Y comprendió que la guerra era la paz del futuro…

Cantaba mi mamá con los ojos llenos de lágrimas mientras picaba cebolla. - ¡Ahh, no piquí cebolla po, no ví que duelen los ojos!- le reclamé yo.- Ándate pa tu pieza si no te gusta, si querí comer tení que aguantarte noma – me respondió y siguió cantando.

… lo más terrible se aprende enseguiday lo hermoso nos cuesta la vida.

Yo me fui pa la pieza pa no sentir el olor a cebolla. Me tiré en la cama un rato. Pensaba en lo del alza de los precios. Era brigido como doscientos o quinientos pesos podían signifi car caleta de cosas. Uno podía cagarse hambre si las cuestiones subían trescientos miserables pesos, incluso a uno se lo podían pitiar si uno le daba color por un par de

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gambas. Esa weá si que era charcha. Locos matando por 100 pesos. Hace un par de años un cabro de aquí de la población volvía de un carrete y ahí en el cruce un pastero se lo terció. “Entrega las weás”, le dijo el pastero. El otro loco no tenía ni uno así que le dijo que no lo weara porque no tenía moneas. El pastero se puso weon y empezó a darle cualquier jugo, el otro loco volvió a decirle que no tenía moneas y empezó a caminar. El pastero yo cacho que estaba tan angustiao que ni la pensó, sacó una cortapluma y le puso seis puñaladas. Se lo pitió. Y cuando le revisó los bolsillos el maricón culiao cachó que era verdad lo que le decían, encontró gamba cincuenta noma. Cocodrilos culiaos, matando por una gamba, ni un brillo. Más encima no están ni ahí si son cabros chicos, señoras o viejos. Por último que se vayan a robar pal barrio alto los cocodrilos culiaos en vez de estar cogotiando a la gente de la po-blación que es igual de pobre que ellos. Menos mal que los cabros del MPR echaron a todos los trafi cantes. Ahora los pasteros en la población ya ni se ven y ya nadie se anda reventando las casas por peleas weonas.Después de comerme un rico encebollao con arroz salí a wear un rato a la calle y cachar lo de la protesta. Me en-contré con el Pelusa, el Luchín y el Chiko Terry en la plaza. Estaban rapeando

…cuando la calle está caliente nuestra gente se defi ende,barricada ardiente, la guerra allá afuera ya se siente,todos los rebeldes se ponen de frente dándole a la reprecon un grito de vida o muerte ¡no pasaras!Aquí no cabe capataz, aquí no cabe mandamás,aquí no cabe Satanás, date la vuelta y regresa pa atrásSi los ricos te tienen cagao: LUCHASi el Estado te tiene cagao: LUCHASi los pacos te tienen cagao: LUCHASi te vienen a mandar, sácale la chuchaMaldigo al traidor, marioneta del dictador,no te lo mando a decir con nadie paco conchetumareJuicio y castigo a los culpables,los grandes capitales criminales que nos tratan como animales…

- Qué pasa wacho, ¿y el Bayron?- El weon está pa la cagá todavía- respondió el Pelusa.- Puta. Cacharon que en la noche hay protesta.- Sí, pero va a ser de las puras viejas- dijo el Luchín.- Ni un brillo- dijo el Pelusa.- A mí el Ronald con los cabros me dijeron que si cortábamos la calle con la mansa barricada, ahí podían llegar los pacos y si llegan los pacos van a venir los encapuchaos y ahí la weá se podía poner wena.- Tenemos que puro juntar weás pa armar la barricada entonces- dijo el Chiko Terry.- Sí po, traimos palos de allá del cerro y después pedimos neumáticos en la vulca- les dije.- Ya po, wena, vayan ustedes a buscar esas cuestiones que yo voy a preguntarle a mi tío si me presta un sillón viejo que tiene ahí pa que lo quememos- dijo el Chiko Terry.- Ya po.El Chiko Terry caminó y nosotros nos fuimos al cerro a recoger palos. Subimos una carretilla que sacamos de la casa del Pelusa, la llenamos con palos y los bajamos al cruce de San Martín con Salvador Allende, que es donde se hacen las protestas en la pobla. El Pelusa se puso a alegar que eran muy pocos palos así que volvimos subir al cerro. Yo me traje la carretilla con palos y el Luchín con el Pelusa un colchón viejo que encontramos. Dejamos las cosas en el cruce y nos fuimos a pedir neumáticos a la vulcanización. Nos dieron cinco y los apilamos con el resto de las cosas. - Ya loco, tenemos hartas cosas pa quemar.- Vamos a tomar once y nos juntamos en la noche.- Ya po.Nos despedimos y me fui pa la casa. Mi papá ya había llegado y estaba comiendo.

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- ¿Dónde andabai maldaoso?- Estaba con los cabros juntando cuestiones pa prender en la protesta- le respondí.- ¿Hay protesta?- le preguntó a mi mamá- Sí, la Rosita está organizando alboroto pa la noche.- Estaba bueno ya, si no están metiendo la weá hasta por la raja subiendo todas las weás… mira, cacha esos weo-nes – apuntó a la tele donde mostraban un nuevo caso de corrupción de la Concertación- puros ladrones culiaos. El Lagos, la Bachelet, todos los weones iguales. Weones ladrones y los otros culiaos de la Derecha también, están picaos porque no pueden robar ellos y…- Mira y ese weon, el… el cómo se llama, el…- El Vidal- dijo mi papá.- Ese weon es más desgraciao.- Son todos los weones iguales. El Zaldivar, el Vidal, el Lagos, el Piñera, la Bachelet. Todos los culiaos pelando por quién roba más plata y nosotros pa la cagá con todas las weás subiendo de precio.Mientras mi mamá discutía con mi papá pa ver quién era el más ladrón de la Concerta, en la calle empezaron los griteríos y los ollasos.

¡Nos suben la leche y la locomoción,por culpa de los fachos y la Concertación!

- ¿Papá vai?- No, no creo, estoy cansao. Anda noma.- Te he dicho que no me gusta que el niño vaya a esas cuestiones- le dijo mi mamá.- No le dí color, el niño tiene que aprender que tiene que pelear por las cosas, que no le van a regalar nada en la vida.- ¡Vuelve temprano que mañana tení que ir al colegio! ¡No andí haciendo tonteras!- me gritó mi mamá mientras corría a unirme a la marcha.La protesta

Cuando me uní a la marcha éramos como cuarenta pero mientras avanzábamos la gente se iba sumando y aunque muchos se quedaban en la casa, la mayoría nos aplaudía y nos daba su apoyo. - Vecino, vecina, salga a la calle, no podemos seguir dejando que nos pasen a llevar. Hoy es la leche, el pan y la micro, mañana va a ser el agua, la luz o el gas. Vecino, vecina, hay que organizarse y salir a la calle a pelear por lo que es justo- gritaba la Rosita detrás de un lienzo que encabezaba la pequeña marcha. La gente fue sumándose de a poco y cuando estábamos a dos cuadras del cruce ya éramos como cien. El Luchín, el Pelusa y el Chiko Terry me esperaban en el sillón que el tío del Chiko había tirao a la balanza. - Oye ¿quién trajo bencina o alguna weá pa prender la barricada?- les pregunté.- Puta la weá yo iba a traer de mi casa y se olvidó- dijo el Chiko Terry.- Puta que soy pao- le dijo el Pelusa y le pegó un wate.- Ya calmao cabros, le voy a pedir a don Lalo un poco- dijo el Chiko Terry y partió corriendo a conseguirse benci-na.La gente de la marcha hizo taco agrupándose en medio de la calle y la Rosita empezó a hablar:

“Vecinos, hoy estamos protestando porque no podemos dejar que sigan abusando de nosotros. En esta población somos gente de esfuerzo, gente de trabajo que lucha día a día por tratar de sobrevivir con la mierda de sueldo que ganamos, mientras los empresarios y los políticos se llenan las manos con la plata que nos roban. Vecinos, no pode-mos dejar que esto siga así, tenemos que luchar porque sólo con la lucha vamos a lograr las cosas que queremos.”

La Rosita dejó de hablar y se llevó aplausos de la gente que estaba allí. De entre la multitud empezaron a salir neu-máticos, palos y pedazos de madera y se empezaron a armar barricadas. Nosotros hicimos lo mismo y nos encarga-

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mos de cortar una de las tres calles del cruce, justo la avenida que entra a la población. Colocamos las cinco ruedas a lo largo de la calle y encima les tiramos los palos, el colchón y el sillón. El Chiko Terry con el Luchín empezaron a rociar las cosas y yo me fui a conseguir un encendedor con una señora. Me agaché para prender las ruedas. Sentí que los cabros me decían algo pero no los escuché, prendí la barricada y saltó una llama que me dejó chamuscaos todos los pelos del brazo.- Teniai que prenderlo con un pedazo de papel prendio, embarao, te quemaste todo el brazo, longi.No los pesqué, me daba lo mismo quemarme, estaba preocupao de que la weá prendiera bien pa que llegaran los pacos.Se prendieron barricadas en las tres calles del cruce y la de nosotros era la más grande. No pasó mucho rato cuando empezaron a sonar los chifl idos característicos de cuando aparecen los pacos y a lo lejos apareció una zapatilla. Cagá de miedo se empezó a acercar pa que oyéramos lo que un paco hablaba por el megáfono.

“Se ordena el desalojo inmediato de la avenida para el reestablecimiento del transito vehicular. Si de aquí a diez minutos no se retiran del sector, nos veremos obligados a utilizar la fuerza”

El paco terminó de hablar y lo tapamos a chuchadas. Nadie le hizo caso. Al contrario, empezó a llegar más y más gente y todos traían cachureos pa prender las fogatas. Pasaron los diez minutos y apareció una micro de Fuerzas Especiales, un Zorrillo y un Guanaco. La gente se puso nerviosa pero con los cabros nos pusimos a recoger piedras pa darles la pelea. Los pacos se acercaron y de un altavoz ordenaron que nos dispersáramos. Los mandamos a la chucha. El Zorrillo respondió tirando bombas lagrimogenas y la gente empezó a correr. Una bomba cayó cerca de nosotros y el Pelusa trató de patearla pero no le achuntó y quedó lleno de humo. Con el Luchín libramos y nos fuimos pa donde la señora Fresia a robarle algunos limones. Con los ojos ardiendo y llenos de lágrimas volvimos al cruce, allí estaba el Pelusa con el Chiko Terry llorando.- Puta pacos culiaos, no alcanzamos ni a tirarle piedras.

Pasaron algunos minutos y el aire empezó de a poco a limpiarse. Los pacos seguían allí y la gente que había arran-cado empezó a reunirse de nuevo pero en la vereda. Las viejas de la Junta empezaron a meter ruido y en diez minutos la multitud estaba otra vez lista pa volver a la calle.- Mira, el Guanaco maricón nos mojó la barricada- apuntó el Luchín.- Puta ahora no la prendimos ni cagando- le dije.La gente estaba amontonada en la vereda y la Rosita discutía con las otras viejas pa cachar qué hacían. Pero no tuvieron que discutir más, sonó un grito y todos nos quedamos callados.

¡Contra el capitalismo y la mierda multinacional,MPR subversivo y popular!

- ¡Wena loco son los cabros! ¡Oye Luchín son los cabros, ahora vamos a ir a darle a los pacos! - grité con alegría al ver como se acercaban los encapuchaos.

¡Compañera Claudia López! ¡Presente!¡Compañero Daniel Menco! ¡Presente!¡Compañero Alex Lemun! ¡Presente!¡Compañero Rodrigo Cisternas! ¡Presente!¡Compañero Matías Catrileo! ¡Presente!¡Compañero Eduardo y Rafael Vergara! ¡Presente!¡Ahora y Siempre! ¡Ahora y Siempre!¡Ellos lucharon hasta Vencer o Morir!¡Hasta Vencer o Morir!¡¿Quién los mato?! ¡Los pacos culiaos!

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¡¿Quién los mato?! ¡Los pacos culiaos!¡¿Y quién los vengará?! ¡El Pueblo!¡¿Y cómo chucha compañeros!?¡LUCHANDO, CREANDO, PODER POPULAR!¡LUCHANDO, CREANDO, PODER POPULAR!

Los gritos y los aplausos que recibieron a los cabros del Movimiento Popular Revolucionario, el MPR, me dejaron casi sordo. Ahí estaba el Ronald, el Miguel, el Pato y el resto de los cabros. La gente, que no paraba de aplaudir y de gritar, se acercó a los encapuchaos y el Ronald se adelantó para hablar. Todos sabían quienes eran pero nadie decía sus nombres, era una forma de protegerlos de la yuta y de los ratis. El Ronald, el mismo que desde que tenía memoria había estado organizando las protestas en la población; el mismo al que expulsaron de la Universidad cuando estaba a punto de egresar por haber sido el dirigente de una toma; el mismo que a principios de año había entrado, junto a resto del los cabros del MPR, a la casa del Moncho, el trafi cante, se la hicieron cagar y le dijeron, poniéndole una escopeta en la cabeza, que si no dejaba de vender pasta base y cocaína en la pobla se lo iban a pitiar. Por lo que el Moncho se fue de la pobla y desde entonces nadie vendía ni coca ni pasta en la pobla y las balaceras en la noche se habían acabao. El Ronald y el MPR, los cabros que todos respetan, los cabros que hacen talleres de reforzamiento pa los cabros chicos porros, los que hacen ollas comunes con la Rosita pa juntar plata pa los vecinos más pobres, los que nos protegen de los fl aites de las poblaciones vecinas y de los pacos que se meten a darnos jugo. El Ronald, el mismo que ahora, escopeta en mano, le hablaba a la población:“El día de hoy el pueblo pobre, el pueblo que es explotado y maltratado en el trabajo, el pueblo que se muere de hambre, el pueblo que muere por las deudas y que ve como a sus hijos les roban el futuro. El pueblo que siempre ha sido marginado y explotado por este sistema, ha salido hoy a la calle para protestar por el robo y la violencia que sufre cotidianamente. Lo que era una manifestación pacifi ca del pueblo, fue reprimida violentamente por los perros guardianes de la clase alta. Nosotros sabemos que el Estado y los ricos siempre han actuado así. Cuando el pueblo no les cree, cuando el pueblo empieza a cuestionar el ir al Mall y endeudarse, el ver Kike Morande o el Reality, los ricos nos reprimen con la más cruel de las violencias, porque ellos quieren que sigamos durmiendo, no quieren que despertemos y cuando despertamos nos golpean para que sigamos dormidos. Por esto debemos saber que si que-remos cambiar esta situación debemos organizarnos, en la pega, en el colegio y aquí en la pobla, en todos lados, pero no organizarnos porque sí, hay que organizarse para pelear. Porque si ellos, que son unos pocos que viven a costa nuestra, tienen esa fuerza, nosotros, que somos la inmensa mayoría del pueblo explotado, somos invencibles. Por eso, si ellos quieren guerra, guerra van a tener y que sepan que el pueblo no está indefenso, el pueblo tiene con qué defenderse. Así que ahora pueblo, vamos a la pelea

¡Contra el capitalismo y la mierda multinacional,MPR subversivo y popular!”

El discurso del Ronald nos subió a todos el ánimo y la gente empezó a armar de nuevo las barricadas con más ener-gía que antes. Con los cabros volvimos a apilar los neumáticos con los palos que quedaban pero no teníamos como prenderlos. No tuvimos que cabecearnos mucho porque un encapuchao apareció al lado de nosotros, le echó ben-cina a las ruedas y con una molotov prendió toda la hilera de neumáticos. Los pacos, al cachar que las barricadas volvían a prenderse y que la gente se tomaba la calle, empezaron a avanzar, pero el Zorrillo no alcanzó a disparar ninguna bomba porque apenas avanzó unos metros ya tenía a tres encapuchaos encima tirándole tres cototas mo-lotov. Lo quemaron entero y los gritos y aplausos llegaron de todos lados. Nosotros recogimos unas piedras y nos ganamos detrás de un árbol esperando a que pasara alguna weá pa tirárselas. El Guanaco hizo su ruido característico y avanzó pa la barricada que habíamos armado.- ¡Ahora wacho!- dije con los cabros, pero antes que nosotros dos encapuchados corrieron y le dieron al Guanaco en pleno parabrisas. Nosotros les tiramos las piedras y salimos arrancando pa que no nos llegara el chorro. Los pacos empezaron a tirar lagrimogenas y a disparar balines pero ahora la gente no arrancó, al contrario, reco-gían las lagrimogenas y se las devolvían.

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Vimos que algunos que los encapuchaos que andaban con fi erros daban la vuelta a la cuadra así que los seguimos. Detrás del negocio de Don Pedro tres encapuchaos, uno con una escopeta recortada y los otros dos con pistolas, esperaban a que algún paco se bajara de la micro. Alrededor de los encapuchaos, nosotros y un montón de cabros chicos sapeabamos escondios detrás de los árboles esperando a que se pitiaran a algún paco. Pasó lo que estábamos esperando, unos pacos se bajaron pa dispararle a la gente y los tres encapuchados les respondieron con un concierto de balazos. Yo no caché si le achuntaron a alguno, el Luchín me dijo que sí, pero yo no vi nada, lo único que caché fue que los pacos se urgieron y no se volvieron a bajar. En el otro lado, el Guanaco también arrancó pero lo despidieron con las últimas molotov que quedaban.Los encapuchados se volvieron a reunir, gritaron algunas consignas, tiraron unos balazos al aire y se fueron. La pelea había terminao. - ¡Wena choro, estuvo terrible wena!- le dije al Pelusa.- Sí loco, pero los pacos están todavía ahí, hay que puro ir a darles- me respondió el Pelusa.- No, no pasa na, se asustaron, ya no va a pasar nada, yo me voy pa la casa.- Uy, maricón- me webeó el Chiko Terry.- Sale, tengo que irme pa la casa, tengo que levantarme temprano mañana, como tu colegio está aquí mismo en la pobla te levantai terrible tarde weon fl ijo- le dije al Chiko.- Ya mariconcito – dijo el Chiko riéndose- Nos vemos mañana.- Ya, nos vemos.

En el lugar equivocado

En la mañana todavía se sentía el olor a lagrimogena y a neumático quemao. Eran las siete y estaba esperando la micro cagao de frió después de haberme bañado con agua helada porque había que ahorrar el gas que estaba terrible caro. La gente hablaba de la protesta de anoche y contaban como los pacos sin provocación alguna se ha-bían puesto a dispararle lagrimogenas y balines a la gente. Pasó un rato y a lo lejos apareció la micro, empezaba el show. El webeo de tomar la micro no eran tanto esperar una hora o cuarenta minutos a que pasara, el webeo era tener que pelear con cuarenta personas por subirse a una weá que ya venía llena y donde con suerte cabían cinco personas más. A veces las micros mariconas no paraban y pasaban de largo, o de repente se alcanzaban a subir dos personas y todos los demás nos quedábamos abajo, y ahí el webeo de nuevo, esperar otra media hora y en esa media hora llegaba más gente al paradero, así que si es que la micro paraba éramos pocos los que nos podíamos subir. “El progreso del Transantiago”, decía la Presidenta. Yo, como soy medio Chiko y fl aco, casi siempre alcanzaba a subir y me metía por entremedio de la gente y quedaba piola, pero la gente más grande cagaba, algunos estaban como dos horas tratando de tomar la micro, otros tenían que tomar un taxi y otros se rendían y se iban pa la casa, había gente que por no poder tomar micro la habían echado de la pega por atrasos o cabros que nos alcanzaban a llegar a dar las pruebas. A las fi nales, pa poder tomar micro había que ser terrible ascurrio.Pero ese día, por lo menos hasta la mañana, creía que andaba con suerte. Esperé veinte minutos noma, la micro se llenó y cuando yo pensaba que ya no me podía subir por delante, el Luchín, que iba detrás, me pegó un grito y con otra gente abrieron la puerta de atrás y nos subimos cuando la micro ya estaba partiendo. El chofer empezó a alegar y mandó unos gritos pa los que nos habíamos subido por detrás, pero la gente lo mandó a la chucha. - ¡Para de dar jugo conchetumare y apura la weá!- ¡Ya po viejo apura la weá!- ¡Para de darle color loco si el sueldo te lo van a pagar igual!

Aprovechando el atao y pa darle jugo al chofer, nos tiramos unas rimas pa la ocasión

No hagas Bip, Bip en cada viajeNo cargues la tarjeta, elude siempre el cobro del pasajeNo avales el ultraje, no les pagues nadaHagamos colapsar el monopolio con desobediencia organizada…

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Pingüino qué vas a hacer tú en el bus para con el ejemplo predicar:subirte por detrás, abrir la puerta por la fuerzapara que los demás puedan llegar un poco más temprano hacia su hogar.Es tu deber el de movilizar, el de salir a la calle a protestar,hazlo por tu mamá, hazlo por tu papá,hazlo por los que llegan cada día más cansados de la pega.Por culpa de un transporte público que es como el picoy por la congestión vehicular que producen los autos de los cuicos…

Con el Luchín somos primos, íbamos al mismo colegio y estábamos en el mismo curso. Estábamos terrible piola en el municipal, ahí con el Chiko Terry, el Bayron, el Pelusa y el resto de los cabros, hasta que a mi mamá se le ocurrió que en una de esas weás particular-subvencionadas, con niñitos weoncitos que les gusta el Internet, echarse gel en el pelo, hacerse peinaos raros, ponerse chapitas y vestirse como weones, íbamos a poder ser esa weá que llaman “ser alguien en la vida”. Yo no estaba ni ahí con esa weá, igual yo sabía que tenía buenas notas y que me iba mejor que a mis compañeros del municipal, pero no estaba ni ahí con irme a estudiar con puros hijitos de papá. A mi tía le gustó la idea y metió al Luchín en el mismo colegio. Viejas tontas, nosotros la pasábamos terrible mal en el cole-gio, no le hablábamos casi a nadie porque eran puros pajarones que nos caían mal, y ellas tenían que gastarse la mitad del sueldo pagando la mensualidad, los libros y útiles terrible caros que nos pedían y esas weás de insignias, corbatas y buzos que teníamos que usar. Puros weones noma mis compañeros, que sabían de trabajar o de pasar hambre, a estos weones nunca les ha faltado na, les compran todo lo que sale en la tele, Playstation, computador, celular, pendrive y todas esas weás, si hasta mesada tienen, mientras uno tiene que andar pegando con neoprén las tillas cuando se rompen pa que no parezcan perros o andar bolseándole computador a algún vecino pa poder hacer los trabajos porque a los profes no les gusta que uno haga las weás a mano. Y más encima le dan cualquier corte y a las fi nales no son na del barrio alto, son de clase media noma, pero le dan color con todas las weás que se compran y la pican a cuicos. A mí con el Luchín siempre nos sacaban pica porque no teniamo las weás bacanes que se compraban ellos, pero con el Luchín les cobrábamos la parte y les robábamos las colaciones, cuando tocaba educación física les robamos las poleras y a veces a los más mateos les sacamos esas weás de cartas con las que juegan y se las quemábamos en el patio. Los weones sabían que éramos nosotros pero no nos acusaban, sabían que si sapeaban les sacábamos la chucha.

La micro llegó al centro y con el Luchín nos bajamos a tomar el Metro. Ni un brillo la weá de Metro, todos los vagones llenos y la gente como sardina en lata. Si la micro es penca, el Metro es peor. Yo siempre he encontrado charcha viajar. No es como en la plaza o en la feria que uno conoce a la gente que pasa y se saluda o pasan locos que uno conoce e igual a uno lo miran y lo saludan, es más buena onda la cuestión. En la micro es terrible penca porque nadie se habla, nadie conversa y van todos parados mirando pa adelante con cara de estar enojados. Puta y en el Metro es peor, por último en la micro te podí encontrar con alguien y darle jugo, o de repente alguien se empuja y se tiran unos garabatos, pero en el Metro nadie hace ni una weá, nadie se empuja, nadie roba, van todos como zombis mi-rando pal techo o mirándose la cara en el vidrio de la puerta. Ni un brillo. Mas encima en las estaciones está igual, todos callaos, lleno de guardias, ni un rayao, ni una basurita en el suelo, ni un perro por ahí weando a la gente, ni un brillo la weá. Viajar es charcha. Mas encima parecemos ovejas, todos apretaos caminando de aquí pa allá y lo peor es que son todos los días iguales. Yo cacho que si uno le preguntase a cualquier loco cuál es la diferencia entre ayer, antes de ayer y hoy día, no cacharía porque a las fi nales todos los días son igual de pencas.

Nos bajamos del Metro y salimos corriendo con el Luchín pal colegio porque íbamos medio atrasaos. Ese día nos tocaba la peor clase de todas, castellano o Leguaje y Comunicación como le gustaba a la profe que le dijéramos al ramo. Lo penca del ramo no era la materia sino la profe. La “señorita Andrea Carvajal” era una loca de como treinta años, que hablaba como cuica y que se pasaba toda la clase alegando “que la delincuencia… que los anar-quistas… que el lumpen… que los drogadictos, etc.”. Con el Luchín nos tenía chato y hasta habíamos pensado en

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decirle a alguno de los fl aites de la pobla que vinieran a cogotear a la vieja pa que se dejara de wear un rato.- Jóvenes- empezó a decir la profe- voy a pasar la lista y cuando los nombre quiero que me traigan la tarea que había para hoy.- ¿Tarea?- le pregunté al Luchín y los dos nos miramos con cara de que la habíamos cagao- ¡Conchetumare no hice la tarea! Puta Luchín ¿qué chucha le digo a la vieja?- No sé, yo tampoco la hice. Puta, voy a meterle una chiva, tu estai cagao, estai de los primeros en la lista, que le vaya bien compare- me dijo burlándose.- Papelucho su tarea- dijo la profe.- Presente- dije como si no la hubiese escuchado. El curso entero empezó a reírse.- No le estoy preguntando si está presente, lo puedo ver, le estoy preguntando por la tarea para hoy- Eh… eh… me la robaron – risas de todo el curso. La profe puso cara de seria.- No se haga el gracioso, explíqueme por qué no hizo la tarea.- Invéntale algo weon- me susurro el Luchín.- Ahh… eh…- Estoy esperando, y no me mienta- dijo la profe ya enojada.- Es que en la semana… me caí. Mire – le apunté a unas costras que me quedaban en la cara. Saqué el certifi cado medico y se lo pasé- estuve en cama y no pude hacer la tarea- la profe me miró con cara de que no me creía nada, miro un rato el certifi cado y me lo devolvió.- Está bien, quiero la tarea para la próxima semana.- ¡Te cagué!- le dije al Luchín, que se cachaba que estaba preocupao porque todavía no había inventao na.- Luís su tarea- preguntó la profe.- Es que me caí- dijo el Luchín y todos se cagaron de la risa.- ¿Por qué no hizo su tarea?- dijo la profe ahora sí enojada.- Es que… ehh… ehmmm… la iba a hacer ayer pero… pero… estaba en la protesta y llegué muy tarde a la casa – yo fui el único que se cagó de la risa y todos los demás se quedaron cayados. Puta la excusa tonta del Luchín ahora la profe lo iba a retar toda la clase.- ¿Qué estaba dónde?- preguntó la profe como si no hubiese creído lo que le dijo el Luchín.- En la protesta po, usted sabe que hay que protestar para que baje el pan, la leche y la micro. Si no bajan la mi-cro, cómo voy a venir al colegio. Y si no bajan la leche y el pan, cómo voy a tomar desayuno pa tener energías pa estudiar- el Luchín estaba terrible nervioso. La profe se paró y empezó a hervir como tetera.- Delincuentes, puros delincuentes, este país no va a llegar a ningún lado con gente así. Delincuentes, incivilizados, salvajes, qué más se puede esperar de la gente que viven en las periferias llenas de mugre- lo que dijo empezó a enojarme pero me quedé callao pa evitarme problemas- ¿Usted cree que es muy bonito andar atacando a Carabi-neros, ah? ¿Usted se cree acaso muy hombrecito, muy “choro”, por andar haciendo destrozos, ah? Responda pues.- Pero si yo no andaba haciendo destrozos. Nosotros salimos a protestar tranquilos y llegaron los pacos…- ¡Carabineros, Carabineros!- Bueno, los Carabineros y nos empezaron a disparar y nosotros no les habíamos hecho nada po.- No me venga con cuentos, yo sé muy bien como actúa el lumpen. Ustedes salen a puro destruir y a provocar a los pobres Carabineros y ellos, que sólo están haciendo su trabajo, tienen que aguantar los insultos y las agresiones de ustedes- la profe se quedó callada unos segundos y empezó a dar vueltas por la sala como loca- Delincuentes, anarquistas, gente rota sin educación. Son los mismos vándalos que le tiraron la molotov a la Moneda, ignorantes, no respetan ni a la democracia. Si es que saben que es eso esos roticuajos. Y son los mismos delincuentes que andan por ahí robando en los supermercados y asaltando a la gente. Un día se visten de encapuchados, otro día son ladrones y al otro día drogadictos, son los mismos delincuentes en todos lados. - No, no pasa na- le dijo el Luchín a la vieja.- Usted se me calla – le dijo la vieja ya ultra histérica- Delincuentes. ¿Usted cree que va a conseguir mucho tirando piedras y quemando neumáticos, ah? Si usted sigue así va a terminar de qué, ah, ¿de qué? ¿De recolector de basu-ra? ¿Robando? ¿En una esquina fumando pitos? ¿Ah? ¿Vendiendo en la feria?- cuando dijo esto yo me emputecí al máximo. Fue como si viniesen a domingo a la feria y a mi mamá le dijeran que vale callampa.

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- ¿Y qué tiene de malo vender en la feria?- le dije a la vieja en un tono terrible chorizo.- No me interrumpa Papelucho.- No, que pasa. Usted está diciendo que trabajar en la feria es de delincuentes y no pasa na. Yo trabajo con mi mamá en la feria y no andamos na robando. A lo mejor pa usted y pa estos weones es malo andar vendiendo en la feria porque a ustedes les regalan las weás. Pero los pobres tenemos que ganarnos las moneas trabajando pa comprar las weás pa comer, así que no me webee, la pulenta.- ¡A la Inspectoría! ¡Qué se cree hablándome así, maleducado! ¡A la Inspectoría!- gritó la vieja, entre enojada y llorando.- A las fi nales yo te hablo como quiero vieja culiá. Y me voy a la Inspectoría, no estoy ni ahí. Y pa que sepai esta heria me la hicieron los pacos a los que tanto apañai porque a las fi nales esos weones están pa defender a los puros weones con moneas. Vieja culiá- le dije y cerré la puerta de la sala con un golpe. Estaba tan enojado que ni siquiera me di cuenta de lo que había hecho.

En la Inspectoría ni siquiera me miraron. Esperaba a que el Inspector me paqueara un rato pero fue peor, la vieja armó tanto escándalo que me mandaron donde el Director. El Director era un cura guatón famoso por ser más pesao que la chucha.

- ¿Se da cuenta de que lo que ha hecho usted es de extrema gravedad? – dijo el Director con una voz de querer darle color- Ha pasado a llevar todas las normas de convivencia de este establecimiento- siguió hablándome como una hora y en verdad me da lata contarlo. Fue una hora de decirme que había a pasado a llevar las buenas cos-tumbres, la moral católica, la honra de la profesora, que yo iba en contra de lo que el colegio esperaba de sus alumnos, etc., etc.- Sí, está bien- le dije al fi nal, ya chato de haberlo escuchao tanto rato- estuvo mal haberle dicho garabatos a la profe, pero ella no tenía por qué discriminarme, na que ver po, que se cree hablando así de la gente que vende en la feria.- Lo que sea que le hayan dicho, usted no puede reaccionar así. ¿Acaso siempre que usted oiga algo que no les gusta va a reaccionar con insultos o con violencia?- No.- No, claro que no. En este colegio enseñamos a que prime el diálogo por sobre la violencia y los insultos, pero usted no ha sabido comprender eso. Además, usted le mintió a la profesora con respecto a los moretones que tiene en su cara. Le dijo que fueron producidos por una caída y no por una pelea con Carabineros.- Qué pelea, si nunca peleamos, nosotros estábamos piola rapeando en la plaza y los pacos nos confundieron y nos pegaron.- No me mienta, yo sé muy bien que los Carabineros no andan golpeando porque sí, de seguro que usted con sus amigos andaban en algún acto ilícito…- No, no pasa…- Y en el caso, que no creo- me dijo haciéndome callar- de que los Carabineros se hubiesen equivocado. No se les puede culpar. Míre su pinta ¿Cómo quiere que no le hagan nada si anda con esa pinta? Con los pantalones abajo y ese pelo cualquiera puede pensar que usted es un delincuente. Además, no me diga que no, porque yo sé que ustedes los hip hop o raperos o como se llamen, andan en lo mismo, rayando las paredes, fumando marihuana en las plazas y delinquiendo por ahí.- Chaa, no pasa na.- Ya, que no se discuta más el asunto. En este establecimiento no queremos ni vándalos ni delincuentes, así que lo quiero aquí mañana a primera hora con su apoderado para discutir su permanencia en el establecimiento.Salí de la ofi cina del viejo culiao entero enojao. No sé si la vieja le dio mucho corte o mis compañeros son muy sapos pero mientras caminaba por los pasillos todos me miraban y murmuraban weás. Hasta con el dedo me apuntaban algunos.

En el patio, el Luchín con otros compañeros no tan longis me estaban esperando.

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- ¿Cómo te fue?- me preguntaron.- Puta el viejo culiao me pegó el manso reto. Que soy delincuente, vándalo y no sé qué chucha más. Y mañana tengo que venir con mi mamá pa ver si me echan o no.- Puta los culiaos maricones. A mí igual me mandaron a llamar al apoderado- dijo el Luchín.- Igual yo no estoy ni ahí si me echan, a las fi nales quiero puro volver al municipal.- Sí, yo igual- dijo el Luchín mientras pateaba una piedra- Oye cachaste las noticias.- No, ¿qué weá?.- El lunes hay protesta de los estudiantes por la weá del pasaje y de los precios.- Wena, hay que puro ir. Si es que no me echan, porque si me echan mi mamá me va a tener castigao como hasta el otro año.- Da lo mismo si al fi nal.

Estamos hartos de su violencia,estamos hartos de que nos inculque la competencia.Ya sabemos que su trabajo es prepararnospara tener un futuro miserable como esclavos,sabemos que el que enseña no es usted sino el Estado…

- No, no calmao- le dije al Luchín- voy allegar a donde la vieja de castellano y le voy a decir

No nos hable de vocación sobre su profesión,ya sabemos que pedagogía estudióporque pa otra carrera no le alcanzó la puntuación.Hemos llegado a la triste conclusión que en vez de venir a aprender,venimos día a día a sólo vivir abuso de su poder.

- Wena choro, esa estuvo wena. Al fi nal tienen que puro echarnos, así nos vamos al municipal con los cabros y salimos luego de esta weá.

Los prepotentes colegios de clase media

- Oye tení que ir mañana pal colegio- le dije a mi mamá cuando llegué a la casa.- ¿Y por qué, se podría saber? ¿Qué embarrá te mandaste ahora?- Puta, hoy día me puse a discutir con la vieja de castellano y se me salieron unos garabatos.- ¡Pero cómo se te ocurre agarrar a garabatos a la profe, soy tonto, qué tení en la cabeza!- Ah, pero si la vieja empezó a hablar puras weás. Dijo que los que trabajábamos en la feria somos puros delincuen-tes y que no tenemos futuro. Y yo me le paré noma y le dije que no pasaba na y me enojé tanto que le dije “vieja culiá”.Mi mamá se quedó callada un rato como pensando.- Tú sabí que tení que ser respetuoso con tus mayores, sobretodo en el colegio- Sí sé, pero estaba terrible envenao con la vieja.- ¿Y qué te dijeron? Que te iban a echar.- No, el Director dijo que quería hablar contigo pa ver si me echaban o no- mi mamá se quedó callada otro rato.- Aweoná, ¿qué se cree esa vieja? Como ella no tiene que sacarse la chucha pa poder comprar las weás y pagar las cuentas – ahora mi mamá no estaba enojada conmigo y la agarró con la profe - Mañana mismo vamos a ver si la weona es tan chora como pa decirme las weás en la cara.

A la noche llegó mi papá y le conté el atao con la profe y con el Director. - ¡Qué weá se creen esos curas culiaos! Como ellos no tienen que mantener una familia los weones fl ojos, nunca han

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trabajado, pasan todos los días de su vida pechando en la misa. Los weones viven de las moneas que les damos nosotros y de las que roban con los políticos. - Pero no todos los curas son iguales- respondió mi mamá.- ¡Qué no! son todos ladrones y pedófi los. Terrible ladrones. O de dónde creí que sacan la plata pa hacer esas mansas iglesias y los medios colegios que tienen. Se la roban los culiaos.- Sí, más encima son terrible pesaos los curas, andan paqueando por todo. Si con el Luchín de hace rato ya que estamos chatos y queremos puro volver al municipal- le dije.- ¡Tú te quedai ahí noma! Creí que vai a aprender mucho en el municipal, lo único que vai a aprender van a ser maldades – me dijo mi mamá.- ¡Weno y qué tanta weá! digamos la dura noma. Ya, está bien, el cabro es vío y tiene buenas notas, pero qué. No tenemos plata pa seguir pagándole la weá de colegio. De hace dos meses que no pagamos la mensualidad y a mí la pega no me va a durar mucho. Cuando terminemos la obra nos van a cortar a todos y ahí si que vamos a andar con el cinturón apretao. Ma encima estamos llenos de deudas, el sueldo no nos está alcanzando pa llegar a fi n de mes y si seguimos así vamos atener que volver a pedir un crédito pa poder pagar las cuentas. Adema pa qué tanto webeo con un colegio bueno, si a las fi nales aunque le vaya bien en el colegio, cuando salga ni cagando tenemos plata pa pagarle la Universidad- Sí, pero no podemos negarle al Papelucho una buena educación- contestó mi mamá.- ¡Qué buena educación! si a las fi nales si sigue en ese colegio el cabro va a terminar como longi, va a terminar como esos weoncitos paos que andan por el centro dándose vueltas con las mechas teñias y con la cara de longi. No pasa na, yo no quiero que mi hijo me salga weon y si el niño es inteligente no importa que no vaya a un colegio pituco porque el cabro va a saber hacerla igual. Cacha al Ronald, ese cabro igual estuvo en el municipal y estudió en la Universidad, ¿por qué?, porque el loco de Chiko que fue vío.Mi mamá como que quedó indecisa y no dijo nada más. Pero se le notaba que no estaba convencida de que yo me fuera del colegio. Ya chato de discutir la weá, me fui a acostar, estaba tranquilo, no me habían paqueao y mi papá casi me había dado la razón, pero igual me daba lata que mi mamá pensara que si no seguía en ese colegio no iba a llegar a ni un lado.

Al otro día, entré detrás de mi mamá a la ofi cina de del Director. Este se cachaba un poco más calmao que ayer pero igual me miraba como si me quisiera matar. Nos sentamos y el Director empezó a hablar. La misma mierda de ayer: que fui irrespetuoso, que la weá de las buenas costumbres, de la moral cristiana, la imagen del establecimien-to, bla, bla, bla. - Pero no es sólo lo que pasó ayer- dijo el Director- desde hace algún tiempo vengo recibiendo quejas respecto a su hijo. Son varios los comentarios y quejas de sus compañeros respecto a Papelucho, sobretodo en lo que se refi ere a la perdida de objetos personales. Es más, hace dos semanas vino a hablar conmigo uno de sus compañeros quien lo denunció de haberle robado su teléfono celular. Tuve que ir personalmente a la sala con el Inspector y revisar todas las mochilas y casilleros para ver quién lo había hurtado. Algo inédito en este establecimiento. Finalmente el celular apareció en un tacho de basura, pero era un secreto a voces que Papelucho era el autor de robo.- Chaa, no pasa na, ¿pa qué voy a querer un celular yo? Qué le apuesto a que el Javier fue el que vino a sapear. Na que ver po, si el celular del Javier se lo robó el Christopher porque estaba picao porque el Javier le tapó todos los tiros en el partido de educación física. Todo el curso sabía.- No me venga con esas cosas señor, el alumno Claro no se involucraría en ese tipo de estupideces. Toda su familia, su padre y sus hermanos, han sido de los mejores alumnos que ha recibido este establecimiento. Además, lo que us-ted me dice no es lo que yo escuché de sus compañeros. Ellos mismos fueron los que me dijeron que usted había sido quien había hurtado el celular.- Maricones culiaos- pensé yo, siempre que se mandaban alguna cagá me echaban la culpa a mí o al Luchín.- Oiga, es injusto que culpe así a mi hijo - le dijo mi mamá con la voz más “educada” que pudo poner – Él le está diciendo que el otro chiquillo fue. Que toda la familia de ese cabro haya estudiado aquí no signifi ca que no pueda andar haciendo tonteras.

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- Ese es un tema que no vamos a discutir. Aquí yo he recibido reclamos constantes de su hijo y no del resto de sus compañeros- el Director sacó una hoja de papel y empezó a leerla- Anotación por arrojar papeles a sus compa-ñeros, anotación por usar los pantalones abajo, anotación por usar aros, anotación por quitarle la colación a un compañero, otra anotación por usar los pantalones abajo, anotación por faltar a clases sin autorización, anotación por rayar los baños. Son muchas faltas y usted lo sabe, no es la primera vez que tiene que venir a hablar conmigo por este tipo de situaciones. - Dale más color – pensaba.- En este establecimiento hacemos lo que podemos por tratar de guiar correctamente a nuestros alumnos- dijo luego de unos segundos en silencio- pero sin la ayuda de sus padres es poco lo que podemos hacer y en este caso lo que puedo ver son grandes falencias de parte de la familia en la educación del alumno. - ¿Qué quiere decir con eso?- le preguntó mi mamá.- Quiero decir que usted y su marido no han sido capaces de educar adecuadamente a su hijo. Talvez en su entorno sean comunes cierto tipo de costumbres y modales pero en este establecimiento se requiere de alumnos que sepan ubicarse y que respeten tanto a sus compañeros como a sus mayores.- Ah, ¿usted me está diciendo que somos muy rotos para un colegio como este?- le dijo mi mamá con un tono de voz más elevado.- No, no estoy diciendo eso, de ninguna forma. Lo que quiero decir es que la forma en la que ha sido educado su hijo hace que él no pueda adaptarse adecuadamente al ambiente educacional que promovemos aquí- no sé si yo soy weon pero lo que dijo el Director fue lo mismo que le había dicho mi mamá - Junto con esto, hay otro punto que quería tocar con usted - siguió el Director- Según lo que me han informado de Finanzas, usted adeuda dos meses de mensualidad y según el compromiso que estableció al momento de matricular a su hijo, usted no debía concurrir en dudas con el establecimiento. A esto hay que sumarle que no ha cancelado ninguna cuota del Centro de Padres.- Sí, la verdad es que no estamos pasando por una situación muy buena- dijo mi mamá volviendo a un tono más suave y “educado”- Pero le juro que vamos a cancelar. Denos otra oportunidad. Le juro que mi hijo va a empezar a portarse mejor. Además él es desordenado pero siempre ha tenido buenas notas.El Director se quedó un rato pensando y mirando los papeles donde estaban las anotaciones y las mensualidades. - Lo siento – dijo el Director después de pensarla – Por muy buenas que sean las notas de su hijo no podemos seguir aceptando un comportamiento así…- Pero…- Mire señora – interrumpió el Director- si usted no tiene las condiciones para mantener a su hijo en un establecimien-to como este, retírelo y métalo en un lugar donde su hijo se sienta más cómodo y donde su bolsillo no sufra tanto. Seamos sinceros, este no es un lugar para gente como su hijo, para eso están los colegios municipales, ahí su hijo se va a encontrar con niños parecidos a él y usted no va a tener que incurrir en gastos innecesarios- esto fue como una puñalada al corazón de mi mamá. El colegio por el que tanto había webiao le estaba diciendo en su cara que las puertas estaban cerradas para nosotros, que éramos muy picantes para estar en ese colegio tan bonito.- Ya, ya no siga más, ya entiendo- dijo mi mamá ya abandonado toda esperanza de que me quedara en el colegio y ahora con ganas de decirle unas cuantas verdades al Director- Usted me dice que nosotros somos muy rascas como pa estar en este colegio.- No, yo no he dicho eso.- No, si está claro. Si yo no tengo plata pa pagar, pa qué mi hijo va a seguir aquí, no cierto. Ademas, mi hijo destiñe a todos los niñitos bonitos que andan por ahí en el patio, no cierto- a esa altura mi mamá ya había dejado de hablar “educadita” y ahora hablaba como cuando me retaba y me agarraba a coscachos- Usted está confundiendo las cosas.- No, yo no estoy confundiendo nada, ayer le dejaron clarito a mi hijo lo que pensaban. No me venga a decir ahora que es mentira que ayer trataron a mi hijo de delincuente y de vándalo ¡Dígame que es mentira! Pero déjeme decirle algo, mi hijo no es ni ladrón ni delincuente, lo que pasa es que ustedes aquí lo están discriminando por ser pobre y vestirse diferente. ¿Acaso es un pecado ser pobre? Yo me saco cresta y media por mandar a mi hijo a este colegio porque yo pensé que iba a recibir buenos valores y una buena educación, pero ¿qué ha recibido?, pura discrimina-ción ¿Acaso Jesús no dijo que había que ayudar al prójimo y al más pobre?...

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- ¡No venga aquí a decirme lo que Jesús dijo o no!- dijo el Director enojado- Yo soy un servidor de Dios y conozco muy bien las escrituras. Yo pensaba darle una última oportunidad pero al parecer la madre es igual al hijo…- ¡Sabe qué más! – le interrumpió mi mamá- ¡no estoy ni ahí con oportunidades, métaselas por la raja! Sabe qué más, no le pienso pagar ni una weá y no pienso seguir aguantando que me traten de delincuente por ser pobre. Yo saco a mi hijo de aquí y prefi ero que esté en un municipal a que esté con un montón de pollos culiaos arribistas- mi mamá se paró, me pesco del brazo terrible fuerte y salió de la ofi cina. El Director trató de decirle algo pero mi mamá le cerró la puerta en la cara.

Y ahí estaba yo, como pollito, no tenía nada que hacer ni nada que decir, por fi n me iba al municipal pero no sé por qué chucha me sentía medio culpable. Yo sabía que aunque me mandé una cagá, la culpa no era mía. Era de esos weones del colegio. Yo cacho que al fi nal me sentía mal porque era como si se acabara el sueño de mi mamá de verme en un colegio bueno. Pero fi lo, así noma era la weá. Igual lo único que quería era que en la protesta del lunes pasáramos frente al colegio pa hacerlo cagar a peñascazos. ¡Curas culiaos, qué weá se creían! Me trataron de delincuente y de vándalo, demole entonces po, les voy a hacer cagar la Iglesia y les voy a pitiar todos los autos. Ahí vamos a ver quién es el vándalo.

Guerreando en el centro

Nueve y media de la mañana y hacía cualquier frío en Plaza Los Héroes. A esa hora, a parte del Luchín, el Chiko Terry, el Pelusa y yo, ya había llegado algo de gente, unos piños de escolares por allí y uno que otro universitario por allá. Pero en ese momento más que gente lo que había de sobra eran pacos, guanacos y zorrillos, casi todos apiñados en Calle 18 y en grupitos en cada esquina de la Alameda.- Oye cualquier paco- me dijo el Luchín – no vamos a poder hacer ni una weá.- Puta, ojala que llegue más gente sino va a estar terrible fome- le dije yo.

Estábamos aburrios así que pa pasar el rato empezamos a rapear.

Todo se llenó de Mc’ donald, Coca Cola, Mall,McComb, conection in the World,todo ok, pero los que trabajan todo el mesni la ven que lo que ven en la tele no lo van a tener,con el part time que no te deja money ni time, es como un fl otadory sólo te salvai porque el agua te llega hasta el cogotey tu vida entera está al lote.De que te vale ganar cien mil, doscientos mil,si llegas en la noche a puro dormiry a tu mujer no la ves, no le tocas sus piely tus hijos son extraños que no ves crecer.Y así es, y no ves como la vida se te fue en la rutina,la vida se te fue…

De a poco empezó a llegar gente y no nos dimos ni cuenta cuando la Plaza se llenó y el bandejón de la Alameda ya no pudo aguantar más. Un mar de personas empezó a tomarse la parte norte de la Alameda y los pacos tuvieron que parar el tránsito. Éramos miles y miles de estudiantes que estábamos en la calle. Los pacos empezaron a urgirse y yo pensé que iba a quedar la cola ahí mismo, pero los pacos se movieron y se fueron a colocar unas cuadras más adelante. La marcha era terrible grande y con los cabros no sabíamos donde irnos. Mientras la vendíamos pa cachar dónde nos íbamos, pasamos al lado de la tele. Un periodista terrible empaquetao estaba en directo informando pal matinal. Los que pasaban por detrás se tapaban la cara pa que no los cacharan en la casa, a mi me daba lo mismo así que en vez de esconderme me gané detrás del periodista y grite “vamos a dejar la cagá giles culiaos”

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mientras hacía un olluo.Como la marcha no avanzaba, con los cabros empezamos a recorrerla desde el principio. Aunque la mayoría éra-mos secundarios y universitarios, también habían trabajadores, mapuche y deudores habitacionales. Había pancar-tas y lienzos de todos los colores y con todos los mensajes. Igual casi todos decían lo mismo aunque habían unos que igual estaban piolas. “Bachelet, si no tení plata, toma leche de este otro”- decía uno de un colegio de La Pintana; o uno del ARCIS que decía: “si nos suben la leche: robémonos las vacas; si nos suben el pan; saqueemos las panaderías; si nos suben el pasaje: tomémonos las micros ¡A RECUPERAR LO QUE ES NUESTRO!.También había hartos panfl etos. Los que más se veían eran unos llamando a una Protesta Nacional Poblacional pa mañana en la noche.- Wena- pensaba yo- otra protesta, pulento.Seguí recogiendo algunos panfl etos, del Aplicación, del ARCIS, del MIR, del Cervantes, de la UTEM y de la Acade-mia. De repente estaba recogiendo unos del Pedagogico, cuando apareció el Ronald.- ¿En qué andai maldaoso?- me dijo después de ponerme un wate en el cogote.- Wena Ronald. Oye va a quedar la cagá o no.- Ojala, yo creo que sí pero más adelante. Mientras estén entregando la carta en el Ministerio al fi nal de la marcha va a empezar el webeo.- Ah, entonces nos vamos al fi nal.- Sipo, adelante van puros traidores culiaos. Weones de la Concertación, el Partido Comunista y la CONFECH, que andan puro defendiendo sus intereses partidistas – El Ronald nos pasó unos panfl etos de un turro que tenía en la mano- Léanlos y repártanselos a los cabros que conozcan- Yo recibí como veinte y me los guardé en el bolsillo del polerón- Ah, cabros, en la USACH la pelea empieza como a las una, pa que vayan, ahí sí va a estar entretenida la cosa.El Ronald caminó y unos metros más adelante volaron por el aire los panfl etos que andaba trayendo. Yo saqué uno de los que me había pasado y lo leí:

Una vez más el gobierno de los ricos ataca al pueblo pobre. No les basta con robarnos todos los días en la pega, con tenernos con una educación hecha para convertirnos en mano de obra barata o con tener a nuestros vecinos metidos en la pasta base. No, ahora quieren quitarnos hasta la última moneda del bolsillo. Quieren cagarnos de hambre y mantenernos quietos para que no luchemos y puedan seguir enriqueciéndose a costa nuestra. Aquí los políticos y la televisión nos dicen que el país está creciendo, que vamos rumbo al desarrollo pero aquí lo único que crece es la ambición y las billeteras de la clase alta.

Y al otro lado del panfl eto decía:

No permitamos que nos sigan robandoEl único empresario bueno es el empresario muertoA organizarse contra la dictadura de la Concertación y la AlianzaPorque somos rebeldes, porque somos pobladores,Porque somos subversivos, a generalizar la lucha social.Contra el capitalismo y la mierda multinacional,MPR subversivo y popular

Por fi n la marcha empezó a avanzar y con los cabros nos fuimos pa atrás y marchamos al lado de unos pingüinos que se cachaba que andaba en la misma que nosotros. Nos fuimos toda la marcha webeando, gritándole a los pacos y apañando en los cantos. Igual no cantábamos todas las weás. La marcha era de casi puros estudiantes pero no todos gritaban las mismas cosas, unos gritaban contra el gobierno, otros contra el alza de las micros y otros lanzaban el grito de su universidad o colegio, estos últimos no tenían ni un brillo. Con los cabros apañábamos gritando contra la Bachelet y por la educación, las otras las agarrábamos pal webeo. “Con lucha y decisión se organiza la población”,

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era la que más gritábamos, aunque igual había otras que gritábamos harto: “Ole, Ole, el que no salta es Bache-let”, “Educación primero pal hijo del obrero, educación después pal hijo del burgués”, “Adelante, adelante, obrero y estudiante”, “Concertación vergüenza nacional, hay plata para coimas y no para estudiar”, “Ejercer, Construir, el Poder Estudiantil”.Aunque marchábamos lento no nos demoramos mucho en llegar al Ministerio. Allí se armó un círculo y una mina uni-versitaria empezó a hablar por megáfono. No la pesqué mucho pero caché algo de una carta que querían entre-garle a la ministra pa alegarle por el pasaje escolar y lo de las alzas y que iban a esperar una hora pa que dieran la respuesta. La gente empezó a acomodarse pa esperar la respuesta pero varios piños de pingüinos y algunos universitarios vestidos de negro caminaron pal fi nal de la marcha. Los pacos, que nos habían escoltado durante toda la marcha, se colocaron en todas las calles de los alrededores y movieron los guanacos apuntando hacia la gente. Algunos se urgieron pero los pacos se quedaron quietos como esperando a que pasara algo.Pasaron cincuenta minutos y la ministra no se veía por ni un lado. Nosotros estábamos terrible aburrios, queríamos puro guerrear. Mirábamos pa todos lados esperando a que pasara algún encapuchao o alguien hiciera alguna weá loca. Pasaron otros cinco minutos y no pasaba nada, hasta que cachamos que los locos que habían caminado pa atrás empezaron a juntarse y encapucharse. Con los cabros fuimos pa donde estaban y caleta de pingüinos em-pezaron a juntarse. Los encapuchaos sacaron unas cajas de cartón, les tiraron unos palos encima y con un bidón de bencina prendieron el terrible fuego. Una mitad de la marcha empezó a aplaudir y chifl ar y más locos empezaron a encapucharse. La otra parte de la marcha, los que estaban frente al Mnisterio y que eran casi puros universitarios medios cuicos, empezaron a pifi ar y a gritarnos que éramos delincuentes.- Vayan a chuparle el pico a la ministra giles culiaos- les gritamos.Uno de los encapuchados sacó una molo y empezó a hablar:

“Loco, ni ahí con andar mandándole cartas a la ministra ni a nadie, ni ahí con andarle suplicando a los mismos weo-nes que nos están cagando loco. No tenemos na que pedirle permiso a nadie pa protestar loco, si a las fi nales la única forma en que entienden estos weones es dejando la cagá loco. Ni ahí con el Ministerio, esa weá tenemos que quemarla cabros, igual que a la Moneda que es donde se esconden los ladrones.”.

El encapuchao tomó una molotov y la reventó en las ruedas del Guanaco. Empezó la weá. El Guanaco empezó a sonar y avanzó hacia la multitud tirando agua. Los pajarones que estaban frente al Ministerio levantaron los brazos como pidiéndole a los pacos que no los mojaran pero el Guanaco los hizo cagar a todos. Nosotros dimos vuelta un basurero buscando botellas y otros locos rompieron las bancas del bandejón pa armar una barricada. El Guanaco partió pa donde estábamos nosotros y lo recibimos a puros botellazos. De repente cachamos que el Zorrillo con la micro estaban dando vuelta y que nos iban a hacer una encerrona, así que todos libramos pal otro lado de la Ala-meda. El Guanaco nos siguió y un Zorrillo se puso a tirarle lagrimogena a los weones que seguían frente al Ministe-rio. Nosotros seguimos dándole al Guanaco pero cuando cachamos a los pacos de Fuerzas Especiales bajándose de la micro y corriendo pa donde estábamos nosotros libramos al toque. Con el Chiko Terry pensamos que la protesta se había funao pero cachamos que la gente bajaba a los Héroes a empezar de nuevo la weá. Con los cabros nos fuimos de vuelo corriendo pa Los Héroes, allí estaban cortando de nuevo la calle y unos encapuchaos empezaron a hacer cagar una paradero del Transantiago. Fuimos a ayudarles pero ya se lo habían pitiao entero así que cruzamos al bandejón y nos dedicamos a tirarle piedras a la embajada de Brasil. A lo lejos apareció el Guanaco, el Zorri-llo y la micro así que nos fuimos a buscar piedras. De nuevo lo mismo, le tiramos unas piedras, el Guanaco nos tiró agua, el Zorrillo se tiró unos peos, los pacos se bajaron pa tratar de agarrarnos y otra vez arrancamos, ahora por unas calles chicas, y volvimos a salir a la Alameda. Los pacos se estacionaron en Los Héroes pero los maldaosos nos volvimos a juntar y bajamos, ahora por la vereda. Con el Luchín nos dieron ganas de comer chicle así que lanzeamos unos en el primer kiosco que pillamos. - ¡Oye cabros culiaos no le anden robando al pueblo, pajarones culiaos!- nos dijo un encapuchao.- ¡Qué weá!- le dije yo haciéndome el chorizo.- ¡Na de qué weá aquí, el tío del kiosco está igual de cagao que nosotros! Si van a andar robando róbenle a Fala-bella o al Líder pero no se fl aiteen al tío del kiosko, paos culiaos.

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El Luchín trató de echarle la espantá al encapuchao pero yo me quedé callao. Igual tenía razón, na que ver andarle robando al tío, a mí no me gustaría que llegaran unos fl aites y me cogotiaran el negocio en la feria. - Lorea - dijo el Luchín - ahí hay un super, a esa weá si le podemos robar, saquiemosle todas las weásAlgunos de los que estábamos allí prendimos con la idea pero el guardia nos cachó y cerraron el super con unas rejas metálicas. Pero no importaba, mientras nosotros nos preocupábamos del super otros locos miraron pal lado y se empezaron a pitiar una caseta de Seguridad Ciudadana. -Ahora Luchín- lo agarré y empezamos a hacer cagar la caseta. En un minuto ya no quedaba ni un vidrio y las weás que tenía adentro se las llevaron los encapuchaos pa armar otra barricada. Volvimos a cortar la Alameda un poco más abajo ¡justo frente al colegio!-Aquí está la mía- me dije en voz alta y recogí unas piedras pa pitiarle los vidrios a la iglesia del colegio. Iba a pitiarmelos pero caché que iba a ser el único y podían cacharme así que me quedé parao esperando la oportuni-dad. Al lado de la pileta de Cumming, el Luchín, el Chiko Terry y el Pelusa trataban de pitiarse un paradero. Otra vez llegaron los pacos, pero ahora fue con más cuatica, en vez de venir primero el Guanaco, llegaron dos zorrillos y se pusieron a tirar lagrimogenas como weones. Yo no los pesqué y aprovechando que la gente corría me pitié dos vidrios de la iglesia. Ahora sí que les iba a doler a los curas culiaos. Por fuera se veían como vidrios normales pero por dentro eran vitrales con imágenes religiosas y lo más seguro era que fuesen terrible caras. Atrás mío llegó arrancando el Pelusa, pero los otros cabros se nos perdieron. - Puta los weones paos- le dije- ¿ahora qué chucha hacemos?- Vamos pa la USACH, yo cacho que los cabros van a llegar pa allá.Le hice caso al Luchín, preguntamos dónde estaba la USACH y partimos. Como a las tres cuadras de nuevo empezó a juntarse la gente, todos caminaban pa la USACH, que estaba llena de gente cuando llegamos. Como recién eran las doce y media, fuimos con el Pelusa al baño porque estábamos de hace rato que nos meabamos. De nuevo en la calle, encontramos al Luchín y al Chiko Terry. Estaban pa la cagá, les había llegado el gas del Zorrillo en los ojos y habían tenio que correr como ciegos.

Eran cinco pa las una y el frontis de la USACH estaba repleto. De adentro de la U se escucharon unos gritos y una pequeña marcha apareció. Tiraron unos panfl etos y todos nos fuimos a tomar la calle. Nosotros aprovechamos y tira-mos los panfl etos que nos había pasado el Ronald. Los pacos no se demoraron en llegar pero se cachaba que ahora iba a estar weno, los pacos no podían meterse y estábamos apiñaos caleta de locos que queríamos puro combatir. Llegó un Guanaco con cuatica y se puso a tirar agua como weon, la gente entró a la U y detrás de la reja todos empezamos a apiedrar al Guanaco. Puta ahora la weá sí que era bacán, el Guanaco trataba de mojarnos pero no podía entrar a la U así que nosotros corríamos le tirábamos piedras y arrancábamos un poco hasta quedar fuera del alcance del chorro. La weá estaba terrible entretenía hasta que los pacos se pudieron a disparar lagrimogenas. Los culiaos disparaban al aire y las weás subían y caían en medio de la gente. Teníamos que andar como pajarones mirando pa arriba pa que no nos llegara una en la cabeza. Cachamos que unos locos se colocaban atrás de los árboles pa que no les llegaran así que hicimos lo mismo. Así estaba de vío porque las weás no nos podían llegar. Pero la weá mala fue que todo el aire se puso terrible tóxico y tuvimos que librar pa otro lado de la U. Llegamos a otra entrada y ahí volvimos a cortar la calle. De repente escuchamos unos gritos y llegaron los encapuchaos.- Harto tarde llegaron estos weones- decían algunos. Después escuché que habían tenido ataos pa llegar porque los pacos los habían cachao entrando con bencina y casi los agarran. Pero fi lo, estaban ahí y cuando apareció el primer Zorrillo, tuvo que salir arrancando pa que el Guanaco lo apagara por tantas molotov que le llegaron. Los pacos volvieron a llenarnos de lagrimogenas pero ahora les devolvimos algunas. El Zorrillo con el Guanaco volvieron a acercarse y otra vez salieron incendiaos. Así estuvimos un buen rato, nos tira-ban lagrimogenas, las devolvíamos, los pacos se acercaban, nosotros les tirábamos piedras, los encapuchaos molo-tov, y así. Hasta que algo pasó. La gente empezó a decir que el Rector de la Universidad le había dado permiso a los pacos pa que entraran y nos llevaran a todos en cana. Los encapuchaos como que cacharon, tiraron las últimas molo que les quedaban y empezaron a replegarse. - Ahora arrancan los maricones, andan puro weando, delincuentes culiaos- le dijo una mira con cara de cuica a un encapuchao.

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- Qué andai hablando pajarona culiá. A lo mejor a ti te gusta que caguen a tu familia y que se rían de ti en tu cara pero a nosotros no po loco, nosotros tratamos de hacer algo por cambiar esta weá y no nos quedamos sentaos viendo como los ricos nos cagan. Y sabí porque loca, porque somos subversivos, no somos na delincuentes, somos jó-venes concientes y populares que peliamos por cambiar esta weá y no conformistas como vo weona sumisa- le dijo el encapuchao y la mina quedó loca, yo cacho que llegó a su casa a puro llorar y no le habló a nadie como en dos semanas.-“Subversivo”- pensaba yo- esa es la mano. Na de andar vendiéndola como los cocodrilos culiaos que cagan a sus propios vecinos o como los weones que se pasan todo el día alegando y no hacen nada.

En la volá de la subversión

En la micro de vuelta no dejaba de pensar en lo que el encapuchao le había dicho a la mina: “somos subversivos, no somos na delincuentes”. Eso mismo pensaba yo que debería haberle dicho a la vieja de castellano o al Director: “soy subversivo gil culiao, no soy na delincuente, peleo con los pacos y ando protestando porque no me gusta que me caguen y me tengan pal webeo”.- La lleva ser subversivo- le dije a los cabros.- ¿Por qué oye?- me pregunto el Chiko Terry.- Porque sí po. Porque los locos son bacanes po, defi enden al pueblo, pelean con los pacos y todos les tienen respeto, como al Ronald.- Sí, igual son bacanes los locos – dijo el Pelusa – mi mamá me dice siempre que se llene la casa de humo de lagri-mogenas porque los cabros andan protestando a que se llene la casa de pasteros que andan robando. - Sipo, si a las fi nales los locos andan haciéndola- les dije – Los cuicos culiaos y los políticos quieren cagarnos y los cabros salen pa pararles la mano ¿Te acordai Luchín cuando vino esa micro culiá del Lavin?- Eh, devera- se acordó el Luchín- andábamos con el Papelucho en la feria y llegó una micro llena de weones con gorritos y chapitas de la UDI…- Sipo - le interrumpí- y los maricones culiaos tenían caleta de mercadería que empezaron a repartirla junto con unas fotos de Lavin. “Joaquín Lavin se preocupa por ustedes, si votan por Joaquín Lavin no sólo tendrán mercadería sino que se acabarán todas las injusticias de este país y recuperaremos nuestra patria. Si usted desea un Cambio, si usted cree en Joaquín Lavin, reciba este regalo de parte de Joaquín”, decía un gil culiao por megáfono. Las se-ñoras de la feria como que no les compraban mucho y algunas noma sacaron un par de paquetes de tallarines. Y de repente loco, apareció el Pato con el Miguel y otros locos y les hicieron cagar los carteles, les robaron las cajas con mercadería y echaron a los cuicos culiaos a puros piedrazos. El Miguel abrió las cajas con comida y empezó a repartírselas a la gente diciéndoles que esa comida les pertenecía porque era la comida que los ricos les quitaban todos los días cuando los explotan en la pega.- De vío po loco - dijo el Pelusa. - Sipo los cabros la llevan – les dije – si a las fi nales nosotros tenemos que ser como los cabros. O prefi eren andar fumando pasta y andar robándole a los vecinos o andar como los pokemones culiaos tapaos en chapas y vestios como mono japonés. No pasa na, si como dice el Ronald, el pueblo está terrible pa la cagá mientras los weones de allá arriba están metale ganando moneas. Y nosotros como pobladores tenemos que puro ascurrirnos y organizarnos pa pelear.

- “Chirimoya, chocopanda, piña doble, cremino helado. Chirimoya, chocopanda, piña doble, cremino helado”- em-pezó a gritar un heladero que se subió a la micro.- ¡Aquí loco, dame un chocolito! – le dije y le pasé una moneda de a 100.- Valen doscientos ahora compadre- me dijo el heladero.No podía ser. Esa fue como la gota que revalsó el vaso. Podía subir todo pero menos los clásicos helados de cien pesos que siempre me salvaban de cagarme de calor. Me baje de la micro echando puteas, no podía ser esta weá, ¡si hasta los helados habían subido! Ya en mi casa, nos pusimos a ver con mi papá y mi mamá las noticias. Yo estaba puro esperando a que aparecieran

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las noticias de la protesta.

“El lumpen y el vandalismo fueron los protagonistas de la protesta estudiantil contra el alza de precios. Lo que en un principio era una manifestación multitudinaria y pacífi ca fue interrumpida por delincuentes infi ltrados que comenza-ron a alterar el orden público y a atacar a Carabineros. Como suele ocurrir en este tipo de hechos repudiables, los delincuentes cubrieron sus rostros con capuchas siendo rápidamente dispersados por Carabineros, siendo ya reesta-blecido el orden a eso de las doce del día”

- Mentiroso culiao- pensaba yo- estuvimos guerreando como hasta las tres y este weon dice que se funó a las doce.- Mira los cabros maldadosos- dijo mi mamá mientras veía las imágenes de un encapuchao rompiendo una banca- andan puro haciendo destrozos.- Está bien po- le dije yo- si a las fi nales si uno no deja la cagá nadie lo escucha. Hay que hacer que se asusten los ricos pa que dejen de cagarnos.- Qué andai subversivo cabrito- dijo mi mamá weandome.- Demás po. Mejor ser subversivo que pastero o pokemon.- No digai tonteras, mira que los subversivos terminan re mal, sino pregúntale a tu tío Manuel.- ¿Qué le pasó al tío Manuel papá?- El Manuel, ese weon si que era de verdad po- dijo mi papa después de un rato de silencio- ese andaba metido en cuestiones cuaticas y la hacía piolita, ni en la familia sabíamos. Yo era Chiko me acuerdo, estábamos en plena dictadura de Pinochet, y un día llegaron los pacos, qué pacos ¡los milicos! Me pescaron a mí y a tu abuelo y nos pusieron contra la pared apuntándonos con los fusiles. Nosotros nos cagamos de miedo porque en ese tiempo los milicos andaban todos los días matando gente. “Las armas, las armas”, preguntaban los weones. “¿Qué armas?”, les preguntaba tu abuelo que no cachaba ni una weá de lo que pasaba. Los milicos hicieron cagar la casa hasta que se metieron en la pieza de tu tío Manuel. Y claro, encontraron los tontos fi erros que este weon tenía escondios. Menos mal que el Manuel no estaba en la casa, yo cacho que lo hubieran matado ahí mismo, pero tuvo que estar caleta de tiempo fondeao. Al fi nal igual lo agarraron y los milicos culiaos lo torturaron y lo metieron en la cárcel ocho años.- ¿Por tener armas?- le pregunté.- No, porque con esas armas había asaltado un camión con pollos y los había repartido en una población- Pero cuando salió de la cárcel tuvieron que sacarlo en silla de ruedas, ahora tiene que andar con muletas de tan mal que lo dejaron – dijo mi mamá como queriendo mostrarme que así terminaban los subversivos.- Bueno, pero a las fi nales el loco cayó como choro- respondió mi papá defendiendo a mi tío – estábamos todos ca-gaos de hambre y el Manuel asaltó el camión pa darnos de comer a los pobres y si el loco estuvo en cana, aguantó como valiente noma.Me fui a acostar pensando en mi tío. Nunca habría pensado que mi tío andaba en muletas porque había sido tortu-rado. Igual era bacán lo que había hecho. Me imaginaba que pasaría si yo con los cabros asaltásemos el Líder o el Mall y repartiéramos las weás en la población. Así mi mamá no tendría que pedirle fi ado a la señora del negocio, tendría pañales para la Ji y mi papá no se gastaría todo el sueldo comprando weás. Con estos pensamientos me quedé dormido.

Me desperté al otro día con el rico sonido que hacen los camiones de gas cuando pasan por afuera de la casa. En la tele seguían hablando de la protesta. A la marcha de ayer se sumaron protestas en algunas poblaciones en la noche. El gobierno estaba pal pico, desde todos lados lo criticaban y en las encuestas la Bachelet caía con cuatica. Con lo de las coimas y lo del alza la gente ya no le creía ni una weá al gobierno. Con su cara de pajarona y de cínica, la Bachelet trataba de calmar la situación: - “El alza de los precios es algo normal que muestra la salud de nuestra economía. Hemos llegado a índices ma-croeconómicos históricos que han signifi cado un considerable aumento en la calidad de vida de todos los chilenos y es normal que junto con estos avances se produzca un ligero aumento en algunos productos, pero que no afectan mayormente al bolsillo”- dijo la Bachelet con una cara de mentirosa que ni se la podía.

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- Vieja culiá mentirosa, anda puro sacándose los pillos- dijo mi mamá mientras pelaba unas papas.

“Por su parte, el Ministro del Interior, Belisario Belasco, destacó el actuar de Carabineros y condenó los actos de vio-lencia ocurridos tanto en el centro de Santiago como en sectores periféricos. Anunciando el aumento de la dotación policial y de las medidas de seguridad para la noche de hoy”

- Viejo conchetumare. Hay que puro pitiarselo- pensaba yo.

“En tanto, organizaciones políticas, sociales y sindicales anunciaron para hoy en la noche una protesta y cacerolazo popular en todas la poblaciones de la capital, como forma de manifestar el descontento contra el gobierno y contra lo que consideran como un robo hacia el pueblo”

Ahora que no tenía ni colegio, y mientras mi mamá hacía los papeleos pa que volviera al municipal, estaba más de perquin que nunca. Que anda pa allí, que anda pa allá, que tráeme esto, que tráeme esto otro, que hace el aseo, que lava la losa, que limpia los muebles, que saca la basura, que cuida a la Ji, que la Ji está llorando, que dale mamadera, que hacele gracias… chia, era la mansa pega, pa eso me hubiera quedao en el colegio. De vuelta de una de las tantas compras que hice ese día me encontré el piso tapizao en cuentas. - Puta estos weones- me dije recogiendo las cuentas - cómo que se ponen de acuerdo pa venir a dejar todas las cuentas juntas – abrí la cuenta de la luz. Salió caleta. Mi papá ya me había dicho que iba a salir más porque estos weones el mes pasado habían subido la weá un 20%, según ellos porque el gas de Argentina había subio y les salía más caro hacer la weá de corriente. Pero mi papá me decía que éramos terrible giles los chilenos porque ese era problema de ellos y no de nosotros. Me contaba que hace algunos años no había ni una weá de agua en los lagos, estaban todas secas las weás y no había llovido de hace caleta de tiempo, así que pa que la luz alcanzara pa todos hubo racionamiento eléctrico y cortaban la luz en Santiago por algunas horas, obvio que pal barrio alto no po, a esos weones nunca los tocan. Ya, piola, era mas o menos comprensible, pero después llegaron las cuentas. Terrible caras. Cortaban la luz y más encima subían las cuentas. O sea, al fi nal cagábamos nosotros y ellos se llevaban las mismas moneas. Mi papá decía que éramos weones porque Chilectra era la que tenía que pagarnos a nosotros por cortarnos el servicio y no al revés.

Después de lavar la loza del almuerzo y hacer dormir a mi hermana, mis labores de perquin terminaron así que salí a la calle pa ponerme de acuerdo con los cabros pa la protesta de la noche.

Agitando tu dictamen mientras aprendo a respirar con deudasde la rutina liquida y el truque de sinergia,se desvanecía en un pánico incendiario,todos los idiomas, voz armada en el barrio…

Mientras tarareaba buscando a los cabros, me encontré con el Ronald en la Plaza. - Wena choro.- Wena, ¿cómo saliste ayer, no te pasó nada?- preguntó el Ronald.- No, estuvo bacán, le dimo la mansa pelea a los pacos culiaos… bacán la weá, los encapuchaos la llevan, ahora con los cabros queremos puro meternos en la volá de la subversión.- ¿Ah sí?- se rió- bien po, pero pa ser subversivo tení que andar meno alumbrao sipo, no tení que andar vendiéndola de encapuchao, tení que guardártela piolita noma. Porque si te cachan, te salta la patá y te pesca la yuta y erai.- No si estoy vío, piola noma.- Además, pa ser revolucionario tení que hacer otras cosas aparte de andar agarrándote con los pacos, eso es lo más fácil. Tení que participar en las ollas comunes, en los talleres, en el preu que tenido aquí en la pobla, en las rifas que hacemos pa los vecinos que están más cagaos, en todo eso po, si al fi nal somos revolucionarios pa ayudar al pueblo, pa que la gente deje de pasarla mal.

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- Estoy vío loco, estoy vío. Si igual yo me saco la chucha pa ayudar en la casa porque no tenemos plata pa ni una weá y a mi taita le pagan un moco en la pega… pero igual sé que hay otros locos que están igual de cagaos que yo y a las fi nales tenemos que puro ayudarnos entre nosotros porque los weones de allá arriba quieren puro ca-garnos.- Wena choro, estay vío, ahí tení que puro participar en las actividades que hagamos, mientras más seamos mejor. Ahí vai a empezar a cachar mejor por qué peleamos.- Sipo si igual hay caleta de weás que no cacho po. Como esas cuestiones que gritan del Poder Popular, el capita-lismo y todos esos locos que nombran, la Claudia no se cuanto y el Alex no se qué…- Esos son compañeros que han muerto peleando contra este sistema de injusticia y desigualdad. El Daniel Menco fue un estudiante universitario que lo mataron los pacos allá en el Norte en una protesta estudiantil, la Claudia López también era estudiante, del Pedagógico, y la mataron en la Pincoya en una protesta del 11 de septiembre, el Alex Lemun y el Matias Catrileo eran mapuches que estaban luchando por recuperar sus tierras allá en el Sur y también los mataron, el Rodrigo Cisternas era un trabajador de las forestales que agarró una maquina, un cargador parece, y atacó a los pacos en una huelga, también lo mataron, y el Jhony Cariqueo, que lo mataron hace poco, era un es-tudiante que murió después de que los pacos se sacaran la chucha en una protesta del 29 de marzo. Cachai, matan a compañeros igual que en la dictadura, porque seguimos en dictadura y vamos a seguir en dictadura mientras no derrotemos a los weones de allá arriba. Y por eso recordamos a los caídos, pa tener la fuerza de la lucha que dieron ellos y poder seguir peleando.- Wena, yo no cachaba quienes eran esos locos… oye y eso del Poder Popular, qué weá es.- Cacha que lo del Poder Popular viene de la época de la Unidad Popular, pero no tiene nada que ver con Allende ni con la Unidad Popular. En ese tiempo la gente era más conciente y todos luchaban por lograr la revolución social, por eso, cuando el gobierno Allende se mostró incapaz de avanzar en contra de los ricos y prefi rió dedicarse a ne-gociar, el pueblo decidió organizarse por si mismo cachai, a gobernarse a si mismo. Entonces los obreros se tomaron las fábricas y dejaron de trabajar pa los patrones y empezaron a trabajar pa ayudar a satisfacer las necesidades del pueblo. Los mismos trabajadores empezaron a controlar las industrias y se coordinaron entre las distintas indus-trias para poder pelear juntos, esos fueron los Cordones Industriales. No sé si te han enseñao eso en el colegio, no creo…- No, no cachaba esa weá.- Demás po, a los que gobiernan no le conviene que el pueblo se acuerde de eso. Pero así fue. Los trabajadores se apoderaban de las industrias y se organizaban en Cordones industriales, los pobladores se organizaron en las comunas y mandaron a la chucha a los alcaldes y a las municipalidades y también empezaron a organizarse entre ellos mismos, cachai, y formaron los Comandos Comunales, la organización de los pobladores. Y los campesinos, que no tenían tierras, empezaron a tomarse los grandes fundos de las familias ricas y también se organizaron entre ellos mismos pa administrar esas tierras, cachai, esos fueron los Comandos Campesinos. Y eso es el poder Popular po. El gobierno del pueblo organizado desde abajo, sin gobiernos, sin partidos, sin patrones, sin alcaldes, cachai, trabaja-dores, campesinos y pobladores organizados entre ellos mismos pa decidir entre ellos lo que hay que hacer. - Wena.- Sipo por eso cuando gritamos Poder Popular, pensamos en que esa organización del pueblo puede volver a surgir po. Si no necesitamos que ningún presidente, alcalde, empresario, ni ningún otro weón venga a decirnos qué tenemos que hacer. Tenemos que organizarnos y decidir entre nosotros mismos noma.- Demás que sí. Yo igual estoy de acuerdo con esa weá. Oye Ronald escuche que iba a haber una protesta. - Sipo, en la noche va a haber protesta, va a ser de las grandes.- Sipo, si eso caché.- Así que junten weás pa armar la barricada po.- Demás po, si pa eso salí ahora. Pero igual quería cachar si estaba la mano pa tirar unas molo.- Ahí hay que cachar. No sé. Si la weá está segura y hay harto material, demás que podemos enseñarte a tirarlas, pero tení que estar tranquilo weon, andar piola y que nadie te cache, uno nunca sabe cuándo puede haber un sapo por ahí.El Ronald se fue y yo seguí buscando a los cabros.

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…roja primavera nadie reza y todos bailan,cantan y luchan, la esencia, sense maya.Calla, bajo el absoluto del fuego perfecto,donde el viento rebelde se camufl a en el huerto…Calla, bajo el absoluto del fuego perfectode verdad y conocimiento…

Me encontré a los cabros en el cruce. Ya habían juntado algunas weás pa la protesta así que les seguí ayudando. Estábamos pidiendo neumáticos en la vulca y la Rosita apareció pa decirnos que le pusiéramos weno porque la protesta iba a empezar como a las diez. Toda la tarde estuvimos juntando cuestiones. Ya eran como las ocho y me-dia y teníamos un cerro de weás apiladas en Salvador Allende. Con los cabros nos separamos pa ir a tomar once y quedamos de juntarnos a las diez.

Prendiendo la mecha

En las noticias mostraban como ya estaba empezando a armarse el webeo en La Pincoya, Lo Hermida y Villa Fran-cia.

“Son las nueve y cuarto de la noche y ya se presentan cortes de luz e interrupciones en por lo menos doce pobla-ciones de la capital. Sorprende la masividad con la que ha sido acogido el llamado a protestar. Desde los más pe-queños hasta los más ancianos se han tomado las calles en su repudio contra el alza de los precios y de las políticas del gobierno, las que han sido califi cadas de abusivas y un atentado a la dignidad del pueblo”

- Empezó tempranito la cuestión- comentó mi mamá.- Ahora sí que se van a asustar estos weones y van a tener que bajar todas las weás- dijo mi papá.- Ya, yo me voy a la protesta- les dije cuando caché que eran como las nueve y media.- Cuídate Papelucho, no te andí metiendo en leseras… y éntrate temprano- me grito mi mamá mientras iba salien-do.Mientras caminaba por la calle me tercié con el Ronald.- Oye, wacho te andaba buscando, necesito que me ayudí.- ¿En qué compadre Ronald?- Oidia vamos a salir con cuatica y nos hacen falta manos pa llevar las molo ¿podí?.- Demás po, demole noma – le respondí al toque sin pensarla.Nos fuimos con el Ronald conejeando por unas calles chicas hasta llegar a la cancha de la pobla. Caminamos hasta una parte donde no llegaba la luz y ahí nos encontramos con varios cabros conocidos de la pobla. Estaban todos callaos en la oscuridad, fumando cigarros y mirando la hora, como preparándose pa una guerra.- Ya cabros el Papelucho va a ayudarnos - dijo el Ronald a los demás.El Pato que estaba un poco más atrás se adelantó y me llevó pa donde estaban unas bolsas y unas botellas con bencina y mechas, las molotov.- Así que soy revolucionario ahora- me dijo el Pato weandome.- Sipo- le respondí yo y el Pato se rió, pero no con una risa de burla sino como dándome la bienvenida. En ese mo-mento yo me sentía como importante, estaba entremedio de los cabros del MPR y me sentía como uno de ellos. Era pulento, desde Chiko había visto a los cabros del MPR pelear con los pacos y hacer actividades en la pobla, sabía que todos les tenían wena y respeto. Igual yo cacho que en el fondo todos los cabros chicos de la pobla soñaban con ser del MPR. - Ya choro, te explico. En un rato vamos a salir todos encapuchaos, tú igual, vamos a pegarnos un trote de aquí hasta el cruce, hablándole a la gente y repartiendo panfl etos. Cuando lleguemos al cruce va a estar lleno de barricadas, ahí vamos a esperar a que lleguen los pacos y les vamos a dar pelea. Nosotros, tú, yo y otros cabros nos vamos a

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ganar detrás del negocio de Don Juan. Tú lo único que tení que hacer es llevar esta mochila y las bolsas con material hasta el cruce y allí pasarnos las molo cuando te las pidamos. Cuando se acaben las molo o la weá se termine, nos vamos a devolver pa otro lado pa sacarnos las capuchas e irnos pa la casa. Es fácil. Lo importante es que andí todo el rato al lado de nosotros.- ¿Y el Ronald?- El Ronald va ir en otro piño y esos locos van a estar en otro lado porque van a andar con puros fi erros. Igual vamos a marchar juntos hasta el cruce pero ahí nos vamos a separar. Tú andai con nosotros noma… ah, y no nos llamí por los nombres, di “cabros” noma y trata que no te cachen tus amigos.- Ya cabros, prepárense- dijo el Ronald después de unos veinte minutos.Los cabros empezaron a encapucharse, a revisar los fi erros y a cachar los últimos detalles. El Miguel me pasó una polera y me ayudó a encapucharme. Después me pasaron unos guantes pa que mis huellas no quedaran en las molo y me arreglaron un poco pa que no se cachara tanto quien era.- Ahí quedó listo compadre.Cuando ya estuvimos todos encapuchaos y todas las cosas listas, nos dividimos en dos grupos, el piño del Pato y el del Ronald.- Ya compañeros, estamos listos, ustedes ya saben, anden con cuidado, aquí no somos ni cobardes ni suicidas, no olvi-den nuca que nosotros peleamos por el pueblo y para el pueblo. ¡Contra el capitalismo y la mierda multinacional!- ¡MPR subversivo y popular!- gritamos todos a coro.

Partimos en fi la divididos en dos grupos. Nosotros cargados de molotov y el piño del Ronald con revólveres y esco-petas hechizas. Nos fuimos al trote gritando consignas, tirando panfl etos y llamando a la población a protestar. Los gritos de los cabros del Movimiento Popular Revolucionario eran brigidos, cada vez que gritaban la pobla parecía retumbar y se veía como las luces de las casas se encendían y la gente salía a la calle a aplaudir o a sumarse a la protesta. Yo igual estaba medio pajero, así que en el trote, y más encima llevando lasa dos bolsas y la mochi-la, estaba un poco pa la cagá. Cuando, pa mi alivio, llegamos al cruce nos encontramos con caleta de gente que empezó a aplaudir cuando nos vieron llegar. Las calles estaban llenas de barricadas y fogatas y la Rosita con las otras viejas de la Junta de Vecinos tenían toda la avenida llena de lienzos. Nosotros nos detuvimos y el Ronald de adelantó pa hablar:

“Ya todos sabemos porque estamos en la calle, todos hemos sufrido con este nuevo robo que favorece a los mismos de siempre y todos nos hemos dado cuenta de que la única forma de acabar con esta situación es expresando nuestro descontento y organizándonos para luchar por nuestros derechos. En este mismo momento en todo Santiago hay gente como nosotros, trabajadores, cesantes, estudiantes y dueñas de casa, pobres y explotados que se han tomado las calles exigiendo una vida más digna. No estamos solos, somos miles en todo Chile los que estamos en la pelea, porque sólo juntos y unidos podremos cambiar esta realidad de mierda. Por eso, ahora nos toca a nosotros, a la gente de esta población, hacer su aporte a la lucha que en este mismo momento están dando todos nuestros hermanos explotados.

¡Contra el capitalismo y la mierda multinacional¡¡MPR subversivo y popular!”

Cuando terminó de hablar el Ronald, los del grupo del Pato nos fuimos a ganar detrás del negocio de Don Juan, mientras que el piño del Ronald cruzó pal otro lado pa tener mejor puntería y no darnos a nosotros. Ahí estuvimos un buen rato esperando a que llegaran los pacos. Mientras esperaba me quedé mirando la protesta. La calle ardía por las fogatas y la gente cantaba y golpeaba ollas pa meter ruido. Desde donde estaba yo, alcanzaba a ver al Chiko Terry y al Pelusa armando la mansa barricada. Iban a quedar locos cuando les contara que había estado con los cabros del MPR, aunque en realidad, no sabía muy bien si contarles o no. El Ronald y el Pato habían dicho que era mejor quedarse piola, así que era mejor así, ademas no quería que mi mamá supiera, si me cachaba me iba a castigar quizás hasta cuándo.

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Aunque esperamos harto rato, los pacos llegaron igual. No hubo preámbulo. Un Guanaco se tiró derechito a apagar las barricadas y a dispersar a la gente. - ¡Ahora cabros! - grito el Pato y los encapuchaos con molotov dejaron entero prendio al Guanaco. Yo me quedé en el negocio a lado del Pato, que revólver en mano y molotov en el suelo vigilaba todos los movimientos de la yuta. Igual yo estaba terrible nervioso, pero mi pega no era muy difícil, lo único que tenía que hacer era abrir las bolsas pa que los cabros sacaran las molo.Después de quemar al Guanaco, los cabros volvieron, sacaron cada uno una molotov y se quedaron agachados en el negocio esperando a que el Guanaco o el Zorrillo la vendieran. Mientras tanto, en el otro lado los cabros del Ronald tenían pa la cagá al Zorrillo y la micro. Paco que trataba de bajarse era recibido por una ráfaga de tiros. Tantos fueron los balazos que una de las ruedas de la micro de pinchó.- ¡Wena! – grito el Pato cuando se pinchó la rueda- los tenimos pa la cagá.Un Zorrillo empezó a avanzar pa donde estábamos nosotros. Los cabros ni la pensaron y se tiraron de vuelo a in-cendiarlo. El Zorrillo como que quedó loco con tanto fuego y el embarao se quedó parao tirando lagrimogena al lote. Los cabros volvieron por más molo, así que les pasé las que quedaban en la bolsa y abrí la mochila pa sacar las últimas. Como sobró una, el Pato me la pasó y me dijo que la tirara. - Ya wacho, aproveche que el Zorrillo la está vendiendo- me dijo.Yo me quedé como tieso. Quería puro tirar una molo y ahora que se me daba la mano me chupaba entero. - Puta es que no sé cómo tirarlas- le dije al Pato con pura voz de saco wea.- Mire compare- me dijo mientras me pasaba un encendedor- la colocai así de lado, pero no tanto porque se te puede empezar a salir la bencina, le prendí la mecha y empezai a hacer círculos pa que la mecha agarre y la weá no se te apague en el aire cuando la tirí. Cachai. Después corrí haciendo círculos con el brazo y cuando cachí que le llegai al Zorrillo, se la tirai.- Ya wacho, ya caché- le dije, entre entusiasmado y nervioso.- Ya loco- me dijo el Pato- tírasela ahora que la weá la está vendiendo.Le eché una mirada al Zorrillo y avancé unos pasos, y traté de encender la mecha. El encendedor estaba medio malo o yo estaba muy nervioso, pero la weá es que al cuarto intento recién prendió. La mecha se tapó en fuego y yo empecé a hacer círculos como me había dicho el Pato. Cuando caché que la mecha estaba bien prendida empecé a correr hacia el Zorrillo. La weá estaba ahí mismo pero yo corría y corría y no llegaba nunca. De repente empecé a sentir calor en la mano y me urgí, pensaba que la molo se había desarmao o que se iba a reventar y me iba a dejar el brazo pa la cola. Me urgí tanto que tiré la molo antes y la weá se reventó en el suelo, como a tres metros del Zorrillo. Volví corriendo a donde Pato sintiéndome el weon más penca del mundo. - ¡Puta la weá!- le dije- no le achunté.- ¡La tiraste muy antes po weon!- ¡Puta es que la weá se puso caliente y me urgí po!.- No tení que urgirte weon, es el calor de la mecha, la molo no se va a reventar ni te va a quemar. Toma, tira la mía – me dijo el Pato y me pasó la molo que tenía a sus pies – aprovecha que el Zorrillo está todavía parao.Pesqué la molo del Pato y no tan nervioso pero muy picao, la prendí de una y empecé a correr hacia el Zorrillo haciendo círculos con el brazo. Empecé a sentir calor en la mano pero no lo pesqué, avance nomás y llegué terrible cerca del Zorrillo, le tiré la molo y le deje todo el vidrio tapao en fuego.- ¡Wena conchetumare!- gritaron los vecinos que estaban viendo la mocha y tirándole piedras a los pacos.- ¡Wena compare!- me dijo el Pato cuando llegué- ahora sí que soy un combatiente de verdad.La weá había sido bacán. El correr con la weá, achuntarle preciso al Zorrillo, los gritos de la gente, todo. Quedé terrible prendio, quería puro tirar otra, pero pa mi mala surte las molos se habían acabado.Al otro lado, el grupo del Ronald hizo los últimos tiros y empezamos a replegarnos. De nuevo nos fuimos en fi la, trotando por calles chicas, sólo que ahora ni me cansé, me sentía tan bacán que hasta correr era pulento. Llegamos trotando hasta una parte oscura a la orilla del cerro y allí empezamos a cambiarnos pa pasar piola. Nos sacamos las capuchas, algunos se cambiaron de ropa, quemamos los guantes y nos echamos caleta de desodorante pa que no se sintiera el olor a bencina o a pólvora. Nos quedamos ahí un rato y después nos separamos y nos fuimos pa las casas. El Ronald me fue a dejar a la casa porque igual era medio brigido el sector y podía pasarme algo. A una

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cuadra de mi casa el Ronald se despidió.- Ya wacho, te dejo hasta aquí. Vale por la ayuda, lo hiciste bien. Si seguí así vai a ser igual que tu tío Manuel.- ¿Conocí a mi tío, Ronald?- Demás que sí po, aquí en la población todos lo conocen, tu tío si que era un revolucionario de verdad.

Entré a mi casa despacito pa no meter ruido y no despertar a la Ji, pero la Ji estaba despierta jugando con unos juguetes y mi mamá planchaba una ropa de mi papá mientras escuchaba a Violeta Parra

Miren como sonríen los presidentescuando le hacen promesas al inocente,miren como le ofrecen al sindicatoeste mundo y el otro los candidatos,miren como redoblan los juramentes,pero después del voto doble tormento.Miren el hervidero de vigilantespara rociarle fl ores al estudiante,miren como relumbran carabinerospara rociarle fl ores a los obreros,Miren como se visten cabo y sargentoPara teñir de rojo los pavimentos…

- Papelucho anda al tiro a acostarte mira que mañana tenemos que levantarnos tempranito pa ir a la feria – me dijo apenas entré.- Sí- le dije con cualquier animo.Estaba terrible prendio. Me sentía contento y terrible entusiasmado por lo que había pasado. Me sentía bacán y no dejaba de pensar en los aplausos que escuché cuando dejé pa la cagá al Zorrillo. Pensé tanto en la cuestión que de repente, de la nada, empezó a bajarme la pena. Aunque me sentía bacán por la experiencia, me ponía triste que uno tuviese que estar agarrándose a balazos con los pacos pa poder conseguir algo. Al fi nal, yo todo lo que había hecho era por mis papás, pa que ellos estuvieran un poco mejor y tuvieran menos problemas. Era raro porque en vez de sentirme bacán por haber ayudado de alguna forma a mis papás, me sentía mal porque ahora más que nunca me daba cuenta del esfuerzo y sufrimiento que ellos y que mucha otra gente igual de cagá tenían que soportar pa que los weoncitos de barrio alto pudieran tener los mansos autos, salir de vacaciones a la nieve o al extranjero y pasarla terrible bien. Era bacán sentirse vivo luchando pero era triste lo que uno tenía que vivir todos los días. Ahí me di cuenta de lo que me dijo el Ronald: ser revolucionario es más que agarrarse con los pacos, es pelear por la gente, por el pueblo.

La lucha recién comienza

El olor característico de la feria no lograba acabar con la lagrimogena que todavía weaba por el aire. Pero la gente, a pesar de que estornudaba por el olor y no paraba de rascarse la nariz, se veía contenta. Era temprano y había poca gente comprando así que me eché encima de unos limones y me puse a dormir. Ya estaba casi dormido cuando un suave wate en el cogote me despertó. Era el Ronald.- Trabaja weon, no te quedí dormio- me dijo cagao de la risa- Hola señora, ¿cómo está?- Aquí po, poniéndole weno a la pega y su mamá ¿cómo está?- preguntó mi mamá.- Bien, gracias, ahora está en la casa preparando el almuerzo así que me mandó a mi a comprarle un kilito de to-mates – dijo el Ronald mientras sacaba unas monedas de su bolsillo- Oiga ¿vió las noticias de la mañana?- No, salimos temprano ¿qué pasó?- Anoche quedó la cagá, medio Santiago salió a protestar y los ladrones del gobierno se asustaron. Salió la Bache-let hablando en cadena nacional hoy día en la mañana y dijo que iban a subsidiar los precios, así que ahora va a

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bajar el pan, la leche y la micro.- Estaba bueno ya, si sube todo, alguna vez que bajen las cuestiones, sino siempre van a estar ganado ellos.- Así es, esto es lo que se le logra cuando los pobladores nos unimos y peleamos por nuestros derechos- el Ronald le pagó a mi mamá y se despidió.Mi mamá siguió trabajando pero se notaba que se sentía un poco más aliviada. - A ver si ahora podemos comprar un par de cajitas de leche pa la Ji- me dijo. Yo sabía, y mi mamá y mi papá y todos los pobres, que a fi n de mes igual íbamos a tener que apretarnos el cinturón y cuidar cada peso pa que nos alcanzara pa comer. La baja en los precios no nos iba a cambiar la vida, pero era un granito de arena para hacer la weá un poco menos dura. Habíamos ganado una pequeña batalla pero todavía queda por librar una gran guerra. Ahora sí que me sentía bacán. Gracias a lo que hicimos ayer, mis papás y caleta de gente más iban a ser un poco más felices o, en realidad, estar un poco menos tristes. Era una pequeña victoria que conseguimos entre todos, porque como dice el Ronald y la Rosita, cuando nos unimos y pelamos todos juntos podemos lograr cualquier cosa. Ayer fue por las alzas, pero todavía quedan muchas cosas por cambiar, los sueldos siguen como el pico, la educación es terrible mala, los consultorios dan pura pena, a un montón de gente le falta casa, caleta de locos se cagan de hambre, y los ricos siguen gozando a costa nuestra. Son un montón de cosas que quedan por cambiar. Pero ayer demostramos que se puede, que con lucha y organización se puede. A las fi nales yo creo que eso es ser subversivo, revolucionario: luchar por defender los derechos del pueblo, pelear por ver felices a las personas, a los que uno quiere, aunque a uno le llegue un tunazo o termine en cana o pa la cagá como mi tío Manuel. Ayer dejamos muertos de miedo a los ricos, pero esto weá está recién empezando, queda todo por hacer, así que hay que puro ponerle weno. Hasta Vencer o Morir, como decía el Che.

A modo de epilogo

La actual situación de miseria y exclusión en la que vivimos millones de chilen@s no da para más. Millones somos l@s que apenas podemos llegar a fi n de mes, l@s que recibimos esa burla que llaman “sueldo mínimo”, l@s que tenemos que hacer eternas colas en los consultorios, l@s que nos gastamos toda la plata en la micro, l@s que no tenemos casa propia, l@s que no podemos continuar con nuestros estudios, l@s que sufrimos día a día sin hacer nada al respecto. Parece paradójico: en un país en donde unas cuantas familias (los Angelini, Luksic, Piñera, Said, Edwards, Matte, etc.) controlan el 80% del poder económico y el 99% del poder político-militar, y en donde todo el resto se pudre en el chiquero, l@s desposeídos seguimos dormid@s creyendo en las mentiras de esa manga de asesinos que nos gobiernan. Talvez sea por el miedo instaurado por la Dictadura de Pinochet, por la “buena labor” de la Concertación o por las ilusas promesas del consumo. Sea como sea, esto no puede seguir así. Y así lo van entendiendo poco a poco l@s millones de explotad@s que comienzan a organizarse y a levantar su voz. Parece que los tiempos de la borrachera concertacionista comienzan a despedirse y se abre un nuevo período de luchas sociales. Las movilizaciones de los subcontratistas, de l@s emplead@s fi scales, de l@s pescador@s artesanales, de l@s trabajador@s del agro, mineros, forestales, de l@s estudiantes secundari@s, universitari@s, la rabia de l@s poblador@s el 11 de septiembre, de l@s deudor@s habitacionales, la lucha del pueblo Mapuche, etc., son mues-tras de que los tiempos están cambiando.

Y, en este contexto, lo que necesitamos es generar conciencia y contribuir a la organización del pueblo. Es a esto a lo que aspira Papelucho ®. No busca ni entretener, ni hacerse famoso, ni hacer dinero. No. Este es un texto Político, porque tiene claras intenciones políticas: mostrar la realidad de los sectores populares, realizando una crítica al sistema de explotación capitalista, y presentar a la revolución como mejor alternativa frente a una estructura des-igual que sólo benefi cia a los poderosos. Generar conciencia, esto es lo que busca Papelucho ®. Aquí no hay mundos fantásticos y mágicos, ni relatos morbosos o faranduleros, ni palabras extrañas e incomprensibles para el pueblo. No. Este es un escrito nacido desde el pueblo y dirigido hacia el mismo pueblo. Aquí no interesa llegar a la clase alta ni media-alta, ni al hijo del empresario, ni al intelectual de izquierda (que escribe desde su sillón y que nunca ha conocido una población), ni al crítico literario. Aquí interesa llegar al pueblo: a la dueña de casa, trabajador@s,

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PAPELUCHO SUBVERSIVO

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estudiantes, cesantes, pero sobretodo a l@s jóvenes. A tod@s aquell@s jóvenes que actualmente se encuentran marginad@s, obligad@s a delinquir, sumergid@s en la pasta base o estupidizad@s por las modas del capita-lismo (pokemones, otakus, emo, visual, etc.). Cabr@s, DESPABILEN. Nuestros papás se sacan la chucha todo el día para mantenernos y nosotros no estamos haciendo ni una weá para ayudarlos. Estamos pelándonos entre nosotr@s, viendo programas que nos convierten en seres weones (Yingo, el Diario de Eva, Amango, Mekano, etc.), bailando raggaeton, emborrachándonos, consumiendo y gastando, gastando, gastando y gastando. Nuestros padres viven una mierda de vida para mantener las modas weonas que nos han impuesto, mientras la clase alta, los políticos, empresarios y l@s rubiecit@s del barrio alto, se cagan de la risa de nosotr@s. Tengamos un poco de dignidad y luchemos, sólo la lucha nos hará libres.

A construir Poder Popular Revolución o Muerte

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EDITORIAL POPULAR LAPAJARILLA

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En su próxima aventura Papelucho es-tará de vuelta en el colegio municipal de su población. Pero este no será un año de estudio sino de lucha. Los pro-blemas existentes en la educación chile-na y la necesidad de realizar cambios profundos a la educación de mercado, llevarán a Papelucho y a sus amigos a involucrarse en el movimiento estudiantil y a sumarse en la toma generalizada de colegios. Pero la toma no será fácil ya que el Director, familiar del Alcalde de la Comuna y ladrón de profesión, hará todo lo posible para evitar cual-quier tipo de movilización. Sin embargo, Papelucho no estará solo, luchará jun-to al resto de los estudiantes de Chile y contará con el apoyo del Ronald y los cabros del MPR así como de la gente de su población.