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radio colmena dossier no 2 / Alberto Mont en Los animales no se aburren

voy por la mitad. Llegué el martes, presenté el li-bro ayer domingo en la Feria, y ahora se viene la semana de salida.

Está muy bien. En Wikipedia dice que naciste en Ecuador pero que sos chileno, ¿cómo es eso?Ehhh… Primero, ¿estoy en Wikipedia?

Estás. No te googleaste, eso significa que no sos vanidoso.No, tal vez me googleé antes de que salga yo en Wikipedia. Yo nací en Quito, en Ecuador, mi viejo es chileno y mi mamá es ecuatoriana, y ahí tengo una doble nacionalidad mientras ninguno de los dos países se queje.

En una charla que diste en TED escuché que cuando eras niño no tenías radio ni tele, sino que cazabas boas y dibujabas.(risas) No, eso suena un poco exagerado. Lo que sí es verdad es que mi viejo es agrónomo, traba-jaba en el campo y en Ecuador vivíamos en una zona rural que queda en las estribaciones de Los Andes, que es muy selvática, y efectivamente hay, no sé si boas exactamente, pero hay serpientes

cruzarse a alberto montt por Buenos Aires a fines de abril no era una tarea difícil. El dibujan-te chileno-ecuatoriano estuvo en la ciudad para presentar su flamante Rompe, paga (Ed. De la Flor) en la Feria del Libro y, como el curioso artis-ta que es, aprovechó la estadía para disfrutar de la ciudad.

Dueño de uno de los trazos más personales de la joven camada de historietistas (chequear tam-bién al rosarino Decur), Montt se explayó en esta charla con “Los animales no se aburren” sobre el descubrimiento de los dibujos en su infancia, la relación con el público, las editoriales indepen-dientes y por qué es pésimo para contar chistes.

En algún lugar de la ciudad de Buenos Aires está elongando para meterse en “Los animales no se aburren” un gran dibujante. Alberto Montt, ¿cómo estás?Bien, ¿cómo están?

Alberto, contanos, ¿viniste a Buenos Aires para la Feria del Libro y te quedaste unos días más?Sí, mi plan era quedarme alrededor de 10 días y

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gigantes. Yo no las cazaba, yo acompañaba las pocas veces que salieron a cazarlas, digamos, y efectivamente no tenía luz eléctrica, entonces mi contacto con el mundo era a través de libros.

¿Libros de ilustraciones?En realidad eran mucho “Ediciones De la Flor”, uno que otro libro de Olafo, y a veces tiras cómi-cas en general. No sé, yo pienso que mi viejo salía al pueblo y encontraba dibujos que tenían aden-tro niños y pensaba que eran libros infantiles y me los compraba. Entonces ese fue mi primer acercamiento a la literatura y al dibujo.

¿Y en algún momento te imaginaste que esos libros que agarrabas, que decían “Ediciones De la Flor”, después iban a ser de la misma editorial que publicara tus propios libros?Noooo, pero para nada. Ni siquiera llegaba a ser un sueño, porque no creí que podría ser posible, porque veía la gente que estaba en esas edito-riales y los nombres son monstruosos. Entonces para mí no entraba dentro del espectro de lo al-canzable. Y cuando sucedió fue como graduarse y ya, me puedo morir en paz que lo hice.

Hay un estante en la editorial en el que están los libros de Quino y los de Montt compartiéndolo.¿Te das cuenta? Es ridículo. Ahora que Quino está de paso por la ciudad, por ahí estar con él un rato conversando es como… es ridículo, es como… (an-gustiado) ¡no estoy a la altura, no estoy a la altura!

(risas) ¿Te da vergüenza hablarle, decirle algo?No, ¿sabes qué? Lo superé. Es como en los con-ciertos, que uno idealiza en el disco, y de repente cuando vas al concierto y por ahí ves que tienen pelos en la nariz pierde un poco esa calidad de Dios. Pero sí, es loco, porque en el fondo tú pue-des preparar todo un discurso para decirle, y al rato de los ratos lo único que te sale es “Maestro, maestro, maestro”, y quedas como oligofrénico o sin neuronas. Entonces prefiero el silencio, que no se dé cuenta de que soy imbécil.

Alberto, ¿en qué momento te das cuenta de que

esto de dibujar podía ser un trabajo?Fue paulatino, porque empecé estudiando Arte, lo primero que se me vino a la cabeza porque dibujé siempre y cuando pensé en qué estudiar pensé en arte y deseché las otras dos opciones que me habían interesado, que eran Biología ma-rina y Abogacía. Entonces me metí en Arte y no me gustó, me metí en Diseño y ahí lo que trata-ba de hacer era dibujar en los trabajos de Diseño que tenía. El paso de dibujar cobrando en diseño a enterarme que existía una profesión que era dibujar y cobrar por ello es medio difuso, porque los logotipos son un poco dibujos, los afiches que hacía eran un poco ilustración. Lo que sí recuerdo es que en un punto dije “no voy a diseñar más y voy a hacer sólo dibujitos”, y eso fue hace 14 años. Quizá ese fue el punto en que me di cuen-ta. No me di cuenta de que podía vivir, porque fue bastante suicida el lanzarse al agua, pero me di cuenta de que eso es lo que me gustaría como sueño.

Hay algo en lo que decís y en la forma en que lo decís que me sugiere que estás muy cerca de aquel niño que salía a cazar serpientes gigantes. En tu dibujo se ve una frescura, un placer. ¿Qué re-lación creés que tienen con ese chico que fuiste?Bueno, relación gráfica tiene mucha, porque los dibujos gráficamente son el resultado de haber copiado esas miles y miles de historietas, desde Condorito hasta Fontanarrosa. Y luego, concep-tualmente, también tiene mucha relación por-que toda esa primera literatura es la forjadora de tu manera de enfrentarte al mundo. Esto lo he hablado muchas veces con mucha gente que está en el campo de la literatura y el humor, el hecho de que hacer humor, uno no hace humor, uno vive con humor y luego es que haces litera-tura o haces dibujos o eres, no sé, traficante de drogas. Eso debe salir por algún lado, esa manera de ver el mundo. Desde esa perspectiva yo creo que el niño sigue ahí, el niño que se asombraba de los dibujos. Yo sigo asombrándome cada vez que sale un personaje de un lápiz.

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“da vinci me escupiría en la cara”

En tu último libro, Rompe, paga, el prólogo está a cargo del escritor mexicano Juan Villoro. En una parte cuenta, a modo de infidencia, que vos mis-mo le revelaste que pensás que no sabés dibujar, o que dibujás feo…Yo creo que hay dos tipos de dibujo: El dibujo que es correcto y virtuoso, al cual yo no aspiro ni aspiraré; y el dibujo que es simplemente un tipo de gráfica que te ayuda a comunicar. Yo creo que pertenezco a ese. No sé si es feo o bonito, porque eso depende de cada quien y de cómo lo reciba el que lo lee, pero sí creo que no es ese dibujo correcto, que todo el mundo o gran porcentaje de la población define como buen dibujo. Viste que hay dibujantes, que a mí me parecen muy grossos, como Calpur-nio, que son gente que dibuja con palitos y círculos, que a mí me parecen muy buenos dibujos. Pero estoy se-guro de que si se los enseño a Da Vinci, pro-bablemente me escu-pa en la cara.

En cierta forma lo que sucede con tus dibujos es como que graficás una ocurrenciaTodo el mundo tiene ocurrencias, todos hacemos chistes cuando estamos entre amigos, todos nos reímos de las mismas cosas.

Me encantaría que me pase en la cabeza lo que pasa en tus libros.Es que yo estoy seguro de que te pasan en la ca-beza, pero probablemente no les das la suficien-te atención o no los bajas a tierra. En el fondo lo que yo hago cuando dibujo es que estoy toman-do polaroids de ideas estúpidas. Es un poco eso. Y por esa razón muchas veces va a haber chis-tes, viñetas, cartones que puedo yo graficar que probablemente se te ocurrieron a ti también. Yo

creo que eso es parte del encanto, que alguien vea el blog en donde subo imágenes y diga “esto se me ocurrió a mí”, o “yo pensé algo parecido”. O lo otro: “¿cómo se le ocurrió esto a este idio-ta?” A mí me causa mucha envidia eso, cuando veo cosas que hacen Liniers, Decur o Gary Lars-son, pienso: “¿cómo se le ocurrió esto a este hijo de…?” Es un poco esa amargura de la envidia con admiración, que a mí me alimenta mucho.

Eso que vos decías recién de cosas que quizás se le pudieron haber ocurrido a otro, uno lo ve en las redes sociales. Quizá toman un dibujo tuyo y etiquetan a otra persona como diciéndole: “Mirá, esto es lo que charlábamos el otro día”.Exactamente. Me lo dijo justo ayer una niña que fue a que le firmara un libro, ella busca para

los cumpleaños de sus amigos la viñeta precisa. Y me dijo que también soy un inefi-ciente por no tener etiquetas en las viñe-tas, pero ese es otro cuento. Es un poco eso. Todos nos pode-mos sentir identifica-dos con alguna u otra viñeta. También por-

que creo que lo que hago yo –y muchos otros– es que nos ponemos enteros en los dibujos; entonces habrá una rama que sea muy seria, que tenga pretensiones de filósofo, otra que sea absurda. Entonces siempre va a haber alguien para algo, para alguna.

Siempre va a resonar en alguien.Ojalá. Pero yo lo hago sin esas pretensiones. Yo lo hago para divertirme, y si a otro más le divierte, me doy por pagado.

música, argentinos y hobbits

Hay una cosa que me da mucha envidia de tu trabajo, y es que podés trabajar escuchando mú-

Todo el mundo tiene

ocurrencias, todos

hacemos chistes

cuando estamos entre

amigos

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sica. Cuando decís “hoy me voy a malcriar”, ¿qué disco escuchás?Ehhh, ¿tienes tiempo? No sé, yo dejé de coleccio-nar discos cuando llegué a los mil setecientos…

Uff, es una enfermedad, no es un hobbie. Es un Hobbit ya directamente.Un hobbit. Bueno, colecciono a esos enanos de mierda (risas). Te llenas de porquerías y después tienes que andar regalando en los cumpleaños de los otros. Imagínate ahora cómo aumentó la enfermedad, cuando estás a un click de cualquier discografía. Y va variando, me puedo sentar a oír Homero Manzi toda una semana y después cam-biar a Radiohead, después darme un encuentro con mi juventud y poner a Genesis, y saltar a Atahualpa Yupanqui. Es un poco esquizoide, ¿no? Pero así so-mos, es difícil poner un disco. Quizá a los dieciséis, diecisiete, me habrías preguntado y probablemen-te habría soltado uno de Genesis, uno de Floyd; ahora es muy complicado porque un José González me emociona tanto como un Tom Waits.

Vos mencionaste ya a Atahualpa Yupanqui, a Ho-mero Manzi, a Quino, a Liniers, a Fontanarrosa. Todos argentinos, y el estereotipo argentino no es precisamente el más simpático en el resto de Latinoamérica.Por otro lado eso tal vez hable de mi masoquis-mo, al amar a este país. ¿Sabes qué? Mira, yo ten-go madre ecuatoriana, padre chileno y me ama-manté con Argentina. Estamos hablando de una época en que todo estaba convulsionado por las dictaduras y la gente se movía. Llegaban muchos argentinos a Ecuador, a México, muchos mexi-canos llegaban a no sé dónde y la literatura que me llegaba a mí era Cortázar, Borges; la música que me llegaba era Les Luthiers, tango, Mercedes Sosa. Entonces, yo vendría a ser como un bolivia-no extraño, como para poner un punto interme-dio en la triangulación. Me siento muy a gusto acá, me siento muy a gusto con la literatura, con la música, con la idiosincrasia.

En esa cosa medio esquizofrénica de pasar de

un disco a otro y entregarte a eso, ¿en el dibujo a veces pasa eso? Cuando uno ve tus libros, hay un estilo muy fuerte pero, ¿te pasa a veces en el dibujo de llegar a lugares que no son los habi-tuales?Mira, pasa lo siguiente: Cuando te metes a traba-jar en cualquier cosa es muy posible que termi-nes en un carrusel de rutina. Entonces, hace un año, cuando me vi enfrentado a esta rutina, aga-rré una libreta y comencé a dibujar en una libre-tita de viaje mientras iba de viaje, en aeropuer-tos, salas de espera y me dediqué a buscar ahí, a jugar, a reencontrarme con ese dibujo que había perdido en términos del sorprenderme con el re-sultado. Y, de hecho, acabo también de presentar en la feria un libro que edité con la editorial Orsai, que se llama “Libreta de viaje”, que es una reco-pilación de este último año, de reencuentros con el dibujo, con el trabajo manual, porque yo utilizo un computador, una tableta Wacom y ya el papel lo utilizo para nada. Entonces, este reencuentro de este año me ha hecho volver a aquello que tú nombras, ese sorprenderme con aquello que sale de un lápiz.

editoriales de los sueños

Sin necesidad que te pelees con nadie, Casciari mencionó en una charla también de TED que él comenzó con el proyecto Orsai después de ha-berse enojado, de alguna manera, con las gran-des editoriales. ¿Encontrás alguna diferencia vos en tu trabajo para, por ejemplo, Ediciones De la Flor, y el trabajo para editorial Orsai?Mira, son como dos corrientes, dos caprichos dife-rentes. De partida, estar en Ediciones De la Flor con Daniel Divinsky es un lujo. Cada vez que me siento a hablar con ese hombre es destapar un baúl de historias y anécdotas. Desde esa perspectiva es muy divertido, son muy mimadores, me encanta ser parte de la familia. Y es un tipo de trabajo que me gusta mucho, que es el que disfruto haciendo a diario. Pero en esa editorial no hay cabida para ese otro disfrute que tengo, que es el de dejar vo-

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lar la imaginación sin trabas o sin un objetivo es-pecífico. Ahora, con respecto a las distintas edito-riales, he tenido suerte yo. He tenido muy buenos editores y gente con la cual he establecido víncu-los de afecto. Pero sí hay que reconocer que tra-bajar en una editorial es muchísimo menos com-pensatorio económicamente que trabajar en un experimento como Orsai. También es un aspecto importante en la vida de uno el tener que comer, digamos. Entonces, no sé, vender mil libros de Ors-ai es vender 7 mil de otra editorial. Pero todavía no estoy dispuesto a dejar ninguna de las dos porque en ambas me siento muy cómodo.

Mencionó Casciari también que, cuando se ven-de algún libro a través de la editorial Orsai, a vos (como autor) te llega un mail con la dirección de quien te lo compró. ¿Vos después mantenés al-guna comunicación?La verdad es que antes puede haber sucedido eso, y ahora está algo que se llama Proyecto embudo, que está todavía armándose. En teoría, después vamos a recibir la lista de gente que compró el li-bro, no ha sido “click de comprar y llega el mail”, pero sí va a llegar. Cuando lleguen, yo me encarga-ré de escribir, agradeciendo básicamente, aunque con algunos ya me encontré en la Feria, y definiti-vamente es una experiencia impresionante la de saber quién se lleva a tu hijo a su casa. Pero, por otro lado, yo soy un fanático de las redes sociales, y Twitter para mí es una herramienta más de co-municación. Entonces, de alguna u otra forma, esa idea antigua del autor como un tipo que estaba detrás de su escritorio escribiendo, mandaba el original y la editorial distribuía, mientras él nunca aparecía en la vida del que lo leía, ya no viene al caso hoy en día porque estoy a un click. De alguna forma ya tengo ese contacto con la gente.

¿Y ese contacto con la gente no te influye al mo-mento de ponerte a trabajar? Cuando dibujás, ¿no pensás en qué les gustaría ver o pensás sólo en vos?Yo pienso en mí, solamente en mí y en nadie más que en mí, y me amo, y me voy a casar conmigo (risas). No, en el momento en que haga eso estoy traicionando justamente a la gente que me lee.

¡contate uno, montt!

Siempre que leemos tu humor adentro de nues-tra cabeza suena tu chiste, tu ocurrencia, de una manera determinada. Si de pronto esto fuera un asado, y ya cada uno tomó suficiente vino como para contar chistes, y tuvieras que contar un solo chiste corto, ¿sabés cuál sería?Soy pésimo para contar chistes.

Es que esa es la experiencia que queremos escuchar…Es que, mira, yo soy un tipo que reacciona, ¿me explico? Si en la conversación está sucediendo algo, yo puedo hacer un remate.

Queremos rematar ahora nosotros diciendo: ¿Vieron que Montt no era gracioso?(Risas) ¡Qué jodido! Les devuelvo la plata, mán-denme sus cuentas bancarias.

Drexler dice: “Los músicos no bailamos”, por ahí es una buena excusa para zafar de esto…Benedetti dice que es imposible estar enamo-rado y escribir de amor al mismo tiempo. Es un poco eso. No puedo ser el payaso de la fiesta. De hecho, alguna vez leí que todo humorista es un profundo amargado. Bueno, ése soy yo.

Mucho gustoSí. Hola, soy un amargado, y vengo a joderles la fiesta, manga de… (risas)

Entrevista: Marco Tiraboschi y Juan Carlos Martínez / Desgrabación: Juan MartinezLunes 6 de mayo de 2013 en Los animales no se aburren, (lunes 19 a 21 hs, por Radio Colmena)Conducción: Marco Tiraboschi y Juan Carlos Martínez / Diseño Gráfico: Isa Crosta / Edición: CC Matienzo Descargar en formato .epub Escuchala online


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