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Valoración del nuevo Proyecto de Embalse de Biscarrués, complementaria al informe de “Alternativas a Biscarrués”, presentado en su día ante la Comisión del Agua.

Pedro Arrojo Agudo – Prof. del Dpto. de Análisis Económico de la Univ. de Zaragoza

I- Antecedentes y estudios anteriores

Los documentos y estudios que sirven de referencia al presente documento son los siguientes:

- Informe sobre “Alternativas a Biscarrués”, elaborado por D. Pedro Arrojo Agudo y D. José Javier Gracia para la Comisión del Agua

- Dictamen de la Comisión del Agua sobre Biscarrués.- “Estudio Socioeconómico de la zona del Reino de los Mallos: análisis del impacto

de las actividades de rafting en la economía local” elaborado por IDEMA.- La tesis doctoral de Javier Fernández Comuñas, dirigida por el Profesor Arrojo,

leída en la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de Zaragoza en 1999.- Estudio Económico del nuevo proyecto de embalse de Biscarrués elaborado por

Iberinsa que aparece en la memoria del proyecto como anexo nº 18.

En su momento se presentó a la Comisión del Agua el informe de “Alternativas a Biscarrués”, elaborado por D. Pedro Arrojo Agudo y D. José Javier Gracia. A pesar de que en dicho informe se ofrecían alternativas que no requerían ni preveían ningún nuevo embalse sobre el cauce del río Gállego, la citada Comisión acabó aprobando por mayoría un Dictamen que preveía la construcción de un embalse en Biscarrués, de dimensiones menores a las previstas inicialmente.

El Dictamen fue rechazado por la Coordinadora Biscarrués- Mallos de Riglos y por Coagret, que desde entonces vienen insistiendo en que la presa, aunque no inunde el casco de Erés, ni la zona alta del Cañón de los Mallos de Riglos, si inundaría la zona baja del tramo usado para actividades de aguas bravas, afectando al 30% de la actividad empresarial vinculada a este tipo de actividades. Por ello, las citadas asociaciones, con el apoyo de los ayuntamientos y de las asociaciones empresariales de la zona, vienen oponiéndose al nuevo proyecto de embalse. Entre las razones presentadas destaca el argumento de que no es necesaria tal infraestructura para los objetivos que la propia Comisión del Agua estableció, con lo que el presupuesto previsto, de más de 138 millones de Euros, debería tener mejor destino.

Es de notar que el informe sobre “Alternativas a Biscarrués” fue en su momento validado técnicamente por la comisión mixta formada con expertos de la FNCA y de la CHE que estudió las posibles alternativas al proyecto de presa grande de Biscarrués. De hecho, buena parte de las opciones de regulación en tránsito acordadas en el Dictamen de la Comisión se basaron en ese documento de Alternativas. En lo que se refiere al embalse menor sobre el eje del Gállego, la única razón que se presentó por parte de la CHE fue que brindaría la posibilidad de captar puntas de crecida en años de sequía, lo que permitiría aliviar el déficit hídrico en RRAA en tales circunstancias.

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En 2005 la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos publicó un estudio sobre los impactos económicos directos e indirectos que se habrían generado en la comarca, si se hubiera construido la presa de Biscarrués. El estudio, elaborado por IDEMA, “Estudio Socioeconómico de la zona del Reino de los Mallos: análisis del impacto de las actividades de rafting en la economía local”, concluía que el volumen de negocio facturado por la empresas de aguas bravas, gracias a los 80.000 descensos contratados en 2004, se elevaba a 1.140.405 €/año; a esta cantidad había que sumar una facturación en hostelería y restauración de 3.496.522 €/año. La suma de ambas cantidades supone una facturación de 4.636.927 €/año.

La tesis doctoral de D. Javier Fernández Comuñas, dirigida por el Profesor Arrojo, leída en la Facultad de CC. Económicas y Empresariales de Zaragoza en 1999 con la calificación de sobresaliente cum laude, valoraba el excedente del consumidor que se habría sacrificado, si se hubiera construido la presa grande, en unos 33,5 millones de Euros de finales de los 90. La técnica empleada en aquel estudio fue la del Coste de Viaje. Teniendo en cuenta que entonces el número de bajadas contratadas era de 40.000 y que actualmente es del doble, unas 80.000, estaríamos ante un excedente del consumidor de unos 67 M€.

El presente documento, más allá de ratificar la validez actual, tanto del documento de “Alternativas a Biscarrués”, como de la tesis doctoral de Javier Fernández Comuñas y del estudio elaborado por IDEMA citado anteriormente, aporta una valoración crítica del Estudio Económico de Iberinsa (Anexo 18 de la memoria del proyecto), para acabar haciendo una valoración propia del nuevo proyecto de presa de Biscarrués.

II- Valoración crítica del Estudio Económico –Anexo 18- del nuevo proyecto de Biscarrués.

El trabajo de Iberinsa parte de una loable introducción en la que se presenta la necesidad de realizar un análisis económico para determinar “en qué medida la construcción del embalse de Biscarrués cumplirá con el principio de recuperación de costes de los servicios de agua que promulga la Directiva Marco del Agua”. El trabajo incluso se propone en ese primer apartado de “Objetivos y Metodología” estimar e integrar los costes ambientales a la hora de considerar el nivel de cumplimiento de dicho principio.

Los datos base de los que parte el análisis son los siguientes:

- Previsiones presupuestarias: sitúan la inversión a realizar en 127.649.911 € (incluida la turbina), es decir 8,6 M€ menos que los presupuestos que se están barajando en la actualidad.

- Proceso de amortización: se asumen 50 años y una tasa de descuento del 4%, lo que parece razonable.

- Costes de mantenimiento: se asumen unos costes anuales del 3% de la inversión.- Volúmenes que regulará la presa: tal y como se dice en el trabajo: “ con el

aprovechamiento de las avenidas ordinarias se podrá derivar al sistema un volumen total anual de 30,831 hm3 para el regadío.

- Caudales usados para la producción hidroeléctrica: la central turbinará en régimen constante todo el caudal circulante, en media 14,15 m3/s durante las 24 horas del día los 365 días del año, lo que supone unos 446 hm3/año, produciéndose 17 millones de Kwh/año, con un valor de 1,4 M€/año, del que se derivaría un margen neto de 280.000 €/año.

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Con estos datos Iberinsa presenta un balance de costes actualizados a cubrir de 5.201.842,8 €/año. Tales costes, repartidos entre los 30.800.000 m3/año regulados por el embalse dan un coste por metro cúbico regulado de 0,168891 €/m3.

Llegados a este punto resumiremos en los siguientes apartados los graves errores cometidos en el estudio. Errores que en algunos casos resultan tan injustificables que entran, a mi entender, en el ámbito de lo que debería calificarse como “prevaricación técnica”.

1 – Costes por metro cúbico a asignar al regadío y a la producción eléctrica para calcular lo que llama cánones teóricos para la recuperación de costes.

Iberinsa considera que, no sólo se turbinarán los caudales circulantes, es decir 446 hm3/año, sino además los casi 31 hm3/año derivados para riego, con lo que el total de caudales turbinados serán 477.065.400 m3/año. Con ello el canon medio sería 0,010915 €/m3.

A continuación calcula cánones teóricos ponderados para el regadío y para producción hidroeléctrica, en función del margen neto generado por dichas actividades. Estima el margen neto total de la producción eléctrica en 281.119 €/año y el margen neto total generado por el regadío en 3.880.473 €, lo que supone respectivamente el 6,76% y el 93,24% del margen neto total. Sobre la base de estos datos, Iberinsa pretende ponderar un reparto del canon. Calcula, mediante una errónea ponderación, un canon teórico para el regadío de 0,010178 €/m3, que se debería aplicar a 30.800.000 m3/año; y un canon teórico para la producción hidroeléctrica de 0,000737 €/m3, que se debería aplicar a 477.065.400 m3/año.

El estudio considera que tales cánones teóricos garantizarían la recuperación íntegra de coste. Sin embargo, tal recuperación de costes en absoluto se produce, en la medida que la ponderación de esos cánones, que se aplican sobre volúmenes de agua muy diferentes, ha sido incorrecta. Basta calcular lo que se recuperaría a través de estos cánones teóricos, pretendidamente ponderados desde los correspondientes márgenes netos:

0,010178 * 30.800.000 + 0,000737 * 446.000.000 = 642.184 €/año.

Tan sólo se recuperaría por tanto 665.364 €/año, lo que supone un 12,8 % de los costes totales estimados por el propio estudio de Iberinsa, que recordemos eran 5.201.842,8 €/año.

En estas condiciones, el nivel de recuperación de costes que se derivaría del cobro de los cánones y tarifas que operan actualmente sería del 45 % según Iberinsa. Este resultado es erróneo, en la medida que la pretendida recuperación de costes se hace contando que con los cánones teóricos calculados se conseguiría una recuperación íntegra de costes. De lo explicado anteriormente se deduce, por tanto, que sólo se recuperaría el 45% del 12,8%, es decir tan sólo se recuperaría el 5,7% de los costes reales calculados por Iberinsa.

2 - Por otro lado, se pasa a considerar el margen neto de las actividades turísticas basadas en las aguas bravas, estimado en 2.000.000 €/año, como otra componente de beneficio del embalse, bajo el argumento de que este proyecto, al sustituir al anterior de 192 hm 3, evita el coste que supondría acabar con esas actividades empresariales. Con ello, Iberinsa llega a la conclusión que el cobro de los cánones y tarifas actualmente vigentes llevaría a un nivel de recuperación de costes del 97,4% (pg 17). El hecho de que en un robo nos puedan robar 1000 € no significa que ganemos 900 € si sólo nos roban 100 €…

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Resulta evidente que lo correcto sería contabilizar como costes los impactos sobre este sector empresarial y sobre los valores ambientales en los que se apoyan esas actividades empresariales. Para ello se deben considerar, cuando menos, el excedente del productor y el excedente del consumidor sacrificados.

La estimación de que el nuevo proyecto de Biscarrués afectaría sólo el 5% de la facturación, y que tal afección quedaría compensada por la posibilidad de realizar actividades en las aguas tranquilas del embalse, no se sostiene. De hecho, en el embalse de Ardisa, inmediatamente aguas abajo, existe tal posibilidad y sin embargo no genera ninguna actividad empresarial. Por otro lado, las propias empresas de rafting presentan datos sumamente concretos según los cuales la facturación de las actividades en el tramo de aguas menos bravas que quedaría afectado representa el 30% de su facturación actual. Asumiendo estos datos, y aceptando las estimaciones ofrecidas por Iberinsa sobre el margen neto de estas actividades empresariales, habría que añadir a los costes presupuetados 0,3 * 2.000.000 = 600.000 €/año. Más adelante ofreceremos nuestros propios cálculos en esta cuestión.

Por otro lado, habría que añadir los costes ambientales estimados a través del excedente del consumidor sacrificado, si desapareciera la zona de rafting bajo las aguas del embalse. La tesis de Javier Fernandez Comuñas calculó dicho excedente del consumidor empleando la técnicas del Coste de Viaje. Tal y como se ha explicado, extrapolando los resultados de dicha tesis doctoral con los datos actuales del rafting en la zona resultan 67 M€, lo que supone un coste anual de 2,5 M€/año (con tasa de descuento del 3%). En este caso, aunque la facturación afectada supone el 30% del total, habría que repetir las encuestas realizadas en su momento para determinar el porcentaje de ese excedente del consumidor que quedaría afectado al sacrificarse sólo el tramo de aguas menos bravas. Sin duda el excedente del consumidor sería menor, dada la mayor escasez de aguas bravas más intensas. Si tomamos un 15% (en lugar del 30%) de esos 2,5 M€ quedaría un coste ambiental de unos 375.000 €/año.

En definitiva, complementando los costes de 5.201.842 €/año, calculados por Iberinsa, nos encontraríamos con unos costes a recuperar anualmente de 6.176.842 €/año.

Con estas correcciones, y sobre la base esencial de los cálculos del propio estudio de Iberinsa, la recuperación de costes que se haría con el cobro de los cánones y tarifas vigentes (en regadío y en generación hidroeléctrica) sería tan sólo del 4,7% del coste real a compensar.

3 - Los costes ambientales y su pretendida recuperación

En este apartado el estudio de Iberinsa es sorprendentemente atrevido, en un principio, al abordar el coste que induce la contaminación agraria a través de los retornos, estimados en un 20% de los 30,8 hm3/año regulados para el regadío. El coste de depurar esos retornos (con nitratos, pesticidas y sales…) lo estima en 0,29 €/m3, coste que, en efecto, correspondería a la aplicación de tecnologías de ósmosis inversa. El coste total que resultaría por tanto:

30.800.000 m3 * 0,2 * 0,29 €/m3 = 1.786.400 €/año

Tal coste debería distribuirse entre los 30.800.000 m3/año regulados para el regadío, lo que supondría: 1.786.400 / 30.800.000 = 0,058 €/m3 como coste de contaminación, a añadir al coste de amortización y de gestión de cada metro cúbico destinado al riego.

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En este caso resulta evidente que la fuente contaminadora sería el regadío, y por tanto debería de aplicarse íntegramente a los caudales de riego.

No obstante, Iberinsa, en lugar de asumir estos 1,8 M€ como un coste anual, los tomar como una inversión a amortizar (a 50 años…), rehaciendo cálculos similares a los hechos para determinar los llamados cánones teóricos, y obtiene finalmente una nueva componente ambiental del canon teórico de riego que resulta ser de 0,006739 €/m3.

La insistencia final en considerar los 2 M€ de margen neto de las actividades empresariales ligadas a las aguas bravas como beneficios generados por el nuevo embalse de Biscarrués acaba de completar un cuadro escandaloso en la valoración de unos valores ambientales que inicialmente se había presentado de forma muy interesante.

III - Valoración de la Presa de Biscarrués para estrategias de sequía, de acuerdo con el Dictamen de la Comisión del Agua

El Estudio Económico, elaborado por Iberinsa, que aparece como Anexo 18 en la memoria del nuevo proyecto de Biscarrués, asume como objetivos del proyecto:

- Regular 30,8 hm3/año de caudales procedentes de las avenidas ordinarias que se usarán en los regadíos de RRAA.

- Turbinar en régimen permanente los 446 hm3 que se estima circulan en media anualmente por ese tramo del río Gállego.

Sin embargo, es de notar que, de acuerdo con lo previsto en el Dictamen aprobado por la Comisión del Agua, la regulación de caudales del Gállego para RRAA, en años normales, se realizaría desde la Sotonera y desde una serie de nuevos embalses de regulación en tránsito previstos dentro del propio sistema. En este contexto, el nuevo proyecto de embalse de Biscarrués, con 35 hm3 de capacidad, tendría como objetivo central captar puntas de crecida en años de sequía para reforzar la garantía de riego en esos periodos.

Es de notar que dicho objetivo es muy diferente al de regular crecidas ordinarias. El régimen de uso que se debería hacer de ese embalse sería muy diferente. En todo caso, según lo previsto por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino:

“… El nivel de Biscarrués, en situación normal (sin avenidas), tendrá unas entradas que oscilarán entre los 5,5 m3/s y los 16 m3/s, con lo que en esos rangos se situarán los caudales de salida, lo que mantendrá un nivel constante en el embalse. Ese nivel se sitúa en la cota 437 con 9,9 hm3, que sólo variará en situación de avenida…”

Ello significaría que, de forma permanente, el volumen disponible para regular posibles crecidas sería de 25,1 hm3. Ignoramos cómo Iberinsa habrá calculado que se regularán en estas condiciones una media de 30,8 hm3/año, pero aparentemente tal previsión no parece consistente. En todo caso habría que hacer la pertinente simulación del sistema y ver qué ocurre si el régimen de utilización del embalse fuera el publicado por Ministerio.

En todo caso, ese régimen de uso tan simplista, estaría lejos de aportar una estrategia óptima de sequía, que fue lo que sustanció en la Comisión del Agua la justificación de esta obra.

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III.1 El coste real del proyecto de la Presa de Biscarrués

Ante todo, es preciso estimar de forma realista, el coste del proyecto, en línea con lo que exige la Directiva Marco de Aguas (DMA), considerando tres componentes fundamentales:

1- El coste presupuestado en el proyecto 2- El excedente del productor sacrificado en las empresas de aguas bravas. 3- El excedente del consumidor sacrificado en el sector turístico.

1- El coste presupuestado en estos momentos se eleva a 136,3 M€, aunque, siguiendo la experiencia empírica en materia de ejecución de obras de este tipo, sería prudente considerar cuando menos un 30% más de desviación presupuestaria (unos 41 millones más). Asumiremos, no obstante, de forma conservadora 136,3 M€.

2- A la hora de contabilizar las afecciones productivas directas sobre las actividades de aguas bravas y sobre los negocios de hostelería y restauración, consideramos los datos y resultados del estudio elaborado por IDEMA. Teniendo en cuenta que el impacto del nuevo embalse proyectado, según las empresas del sector, reduciría la facturación del rafting en un 30% (por inundación de la zona baja usada en este tipo de actividades), y teniendo en cuenta el dato de tal facturación, aportado por IDEMA, 1.140.405 €/año, la afección directa sería de 342.121 €/año; mientras que la hostelería y restauración verían disminuidos sus ingresos, actualmente de 3.496.522 €/año, en 1.048.956 €/año. Sobre la base de la encuesta contable realizada en el sector, estimamos que dicho excedente del productor se situaría actualmente en torno al 25% del volumen de facturación, lo que supone en total unos 4.636.927 €/año. Por lo tanto, el excedente del productor sacrificado sería de unos 347.769 €/año; lo que supone un valor total, actualizado al 3% de tasa de descuento en 50 años, de 9.064.420 €.

Es importante reseñar, no obstante, que el daño sobre los empresarios directamente afectados iría mucho más allá del sacrificio del excedente del productor, pues buena parte de las inversiones ya realizadas no serían recuperables ni trasladables a otros espacios donde la actividad en cuestión pudiera desarrollarse. A pesar de todo, asumiendo un enfoque conservador, y conscientes de que infraestimamos los costes de afección a indemnizar a los empresarios, contabilizaremos sólo la mencionada proporción de excedente del productor.

Por otro lado, el arrastre económico de estas actividades turísticas ligadas al río Gállego irían mucho más allá. El trabajo de IDEMA, apoyándose en diversos estudios económicos realizados en EEUU sobre este tipo de actividades empresariales en aguas bravas, concluía que el multiplicador que relaciona el volumen de negocio total inducido por este tipo de actividades respecto al volumen de negocio generado directamente por las empresas de aguas bravas oscila entre 1,7 y 2,06. Aplicando este abanico de valores al multiplicador, el impacto económico global de las actividades de aguas bravas en la Galliguera oscilaría entre 5.944.087 €/año (con un multiplicador de 1,7) y 7.202.835 €/año (con un multiplicador de 2,06). Asumiendo que los impactos indirectos del nuevo embalse mantuvieran la proporción del 30% sobre el volumen de negocio de las aguas bravas, el impacto global sobre la economía comarcal oscilaría entre 1.783.226 €/año y 2.160.850 €/año.

No obstante, teniendo en cuenta que las posibles compensaciones por los impactos directos generarían a su vez dinámicas de arrastre económico imposibles de predecir sin estudios más

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afinados, optaremos por no contabilizar estas afecciones por impactos indirectos de arrastre sobre la economía comarcal.

3- En cuanto al excedente del consumidor sacrificado, si se aplicara el porcentaje del 30% sobre el coste de 67 M€ reseñado anteriormente (calculado empleando la metodología del Coste de Viaje), supondría 20,1 M€. Sin embargo, tal y como se ha argumentado anteriormente, si se hicieran las encuestas pertinentes para aplicar la técnica del Coste de Viaje al tramo de aguas menos bravas, parece razonable esperar que el excedente del consumidor se reduzca en términos relativos, al ser más escasos los tramos de aguas bravas, propiamente dichos, de la parte más alta. Por ello hemos asumido aplicar una afección del 15% en lugar del 30%, sobre la estimación de excedente del consumidor afectado de 10,05 M€, lo que equivale a algo más de 375.000 €/año.

Sumando estas tres componentes de coste obtenemos un coste actualizado total de:

136,3 M€ + 9,06 M€ + 10,05 M€ = 155,41 M€

Amortizar 155,41 M€ en 50 años considerando un 3% de tasa de descuento implica recuperar 5,85 M€/año. Para entender mejor lo que esto significa, debemos tener en cuenta que, suponiendo que cada año sirviéramos los 30,8 hm3 de agua regulada que el estudio de Iberinsa presupone, el coste por metro cúbico servido sería de 0,19 €/m3, no muy lejano de los casi 0,17 €/m3 calculados por Iberinsa.

III.2 La justificación y el uso del nuevo proyecto de embalse de Biscarrués

Antes de entrar a valorar el papel de este proyecto en el marco de una estrategia de sequía para la Intercuenca Gállego-Cinca, recordaremos lo que ya hace años veníamos planteando al respecto en el citado documento de “Alternativas a Biscarrués”:

1- Flexibilizar las concesiones hidroeléctricas del Gállego (Salto del Lobo-Marracos) y del Cinca (Salto de Arias), en beneficio del uso de riego en periodos de sequía.

2- Preparar adecuadas baterías de pozos de sequía sobre el acuífero aluvial del Gállego (con una capacidad de más de 200 hm3, de los que cuando menos 44 hm3 son renovables), permitiría reforzar la dotación del Bajo Gállego en años de sequía.

3- Una estación de bombeo en el embalse del Grado, permitiría disponibilizar hasta 107 hm3, si fuera necesario, para el sistema de Riegos del Alto Aragón, desde el Cinca, a costes asequibles, en años de sequía.

4- Retirada de superficies salinizadas, o de bajo rendimiento, mediante acuerdos con los regantes con adecuadas compensaciones; ello permitiría ahorrar hasta 140 hm3 que, entre otros fines, podrían suplementar reservas para ciclos de sequía.

Aunque estas medidas se consideraron en la Comisión del Agua, nunca se usaron para diseñar un auténtico plan de sequía en la Intercuenca Gállego-Cinca.

Aún habría una medida sencilla y viable a considerar:

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5- Flexibilizar la gestión del embalse de la Peña modernizando sus compuertas para operarlas en conexión con el SAIH, a fin de captar crecidas en años de sequía.

Las cinco medidas reseñadas serían consistentes con las recomendaciones de la Comisión de Expertos de Sequía formada hace tres años por el Ministerio de Medio Ambiente, (Arrojo, 2007).

En todo caso, hechas estas consideraciones, pasaremos a valorar qué se podría esperar del actual proyecto de embalse como “regulador de puntas de crecida en años de sequía”.

III.2.1 El uso de Biscarrués para regular crecidas en ciclos de sequía

Si la presa en cuestión tuviera realmente como uso prioritario la captación y regulación de puntas de crecida en ciclos de sequía, el coste del metro cúbico regulado sería desmesurado.Definiremos “año de sequía” en el Gállego, como aquel en el que la aportación del río no cubra la demanda de 504 hm3/año del Bajo Gállego, lo que supone respetar 16m3/s en continuo, y no sea capaz además de llenar la Sotonera (189 hm3). En suma, se puede considerar año seco aquel en el que la aportación, en la estación de aforos de Santa Eulalia, sea inferior a 694 hm3. Esto supone, en el periodo de 1944 a 2003, un total de 18 años; es decir un 30% de los años, sobre la base de 60 años (ver gráfico 1).

GRÁFICO 1

Ello significa que si la presa se construye realmente para tal fin, los costes de amortización, gestión y mantenimiento deberían concentrarse sobre el servicio que el embalse pudiera prestar en esos años de sequía.

Ahora bien, dado que el objetivo central del proyecto sería regular puntas de crecida en esos años, es preciso cuantificar cuantas veces el río ha tenido crecidas que pudieran ser captadas

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por el embalse proyectado, para luego ser derivadas hacia la Sotonera y demás embalses de regulación interna del sistema, en esos años de sequía. Hemos de tener en cuenta que la capacidad del canal de derivación a la Sotonera, desde Ardisa, es de 90 m3/s, y que el caudal mínimo ambiental a respetar en ese punto es de 16 m3/s. Ello supone que para poder almacenar caudales en el embalse proyectado tendría que haber un caudal superior a 106 m3/s.

En el gráfico 2 se representa en abcisas la aportación anual en la estación de aforo de Santa Eulalia para la serie de 60 años, entre 1944 y 2003; mientras que en ordenadas se marca el número de días, de cada uno de esos años, en los que el río llevó más de 9,15 hm 3/día, que es lo que supone un caudal de 106 m3/s durante 24 horas.

La línea roja vertical deja a la izquierda los años de sequía, en los que las aportaciones en Santa Eulalia fueron inferiores a 694 hm3. Tal y como puede verse, a la izquierda de esa línea aparecen los datos de los 18 años de sequía que hubo en esos 60 años. Pues bien, en esos 18 años más secos tan sólo hubo 41 días en los que, al llevar el río más de 106 m3/s, habríamos podido captar caudales para el regadío en ese embalse, si hubiera existido.

GRÁFICO 2

Datos elaborados por Juan José Gracia sobre la base de la serie de aforos en Santa Eulalia

Sin embargo, el que en esos 41 días hubieran podido almacenarse caudales no significa que hubiera podido llenar el embalse. En esos 18 años tan sólo habríamos podido almacenar en Biscarrués lo que rebasase, en esos días de crecida, los 9,15 hm3/día (equivalente a 106 m3/s).

El cuadro 1 nos ofrece los caudales diarios por encima de 9,15 hm3/día en esos 41 días señalados. Tal y como vemos, dicho volumen habría sumado en los 60 años estudiados 162,1 hm3, oscilando entre 0 hm3/año (en 9 de los 18 años de sequía no hubo puntas de crecida) y 58 hm3/año, en la crecida de 1946, de los que tan sólo se habrían podido almacenar en Biscarrués 33 hm3 (suponiendo que en esa ocasión el embalse estuviera vacío). El volumen medio que se habría podido regular en los años de sequía habría sido, por tanto, de tan sólo de 7,73

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hm3/año. Si repartimos esa función reguladora entre los 60 años considerados, la media de estos caudales regulados habría sido de 2,3 hm3/año.

Si asumimos que el objetivo de la presa fuera exclusivamente captar puntas de crecida en años de sequía, la amortización de los costes totales cargados sobre tan sólo 2,3 hm3/año, en lugar de los 30,8 hm3/año que supone Iberinsa, nos llevaría a un coste de casi 2,54 €/m3.

Cuadro 1 Caudales regulables en Biscarrués

Aportación anual (hm3/año)

Suma anual de la aportación en Santolaria por encima de 9,15/día

(hm3/año)

Número de días con caudales en Santolaria por

encima de 106 m3/s (días/año)

1991 92 0,0 01948 49 220,9 18,5 11944 45 261,0 0 01988 89 408,4 0,0 02001 2 473,2 0,0 01989 90 550,0 0,0 01998 99 553,5 0,9 11956 57 598,2 13,9 42003 4 605,8 8,3 61986 87 626,1 0,0 01975 76 630,3 0,0 01946 47 639,3 57,8 131957 58 647,6 18,1 61952 53 649,6 22,5 41990 91 653,2 0,0 01980 81 653,6 0,0 01981 82 675,0 17,7 41953 54 685,4 4,4 2

Año

Total 162,1 hm3 41 días

De todo ello se deduce que, en realidad, si el proyecto se llevara adelante, el principal uso de la presa no sería el que se ha argumentado, sino el de la producción hidroeléctrica, especialmente en años de normalidad.

Desde un enfoque más realista, en años normales, la presa se dedicaría esencialmente a la producción hidroeléctrica, con lo que los costes de amortización del embalse deberían cargarse sobre esos usos hidroeléctricos. Sin embargo, en los años en los que se declarara pre-alerta de sequía el embalse se destinaría a prevenir la escasez sobre el regadío. En estas circunstancias el regadío debería responder de esos costes, que recordemos serían 5,85 M€/año. Hay que tener en cuenta que en estos años debería de dejarse el embalse prácticamente vacío para poder recoger las correspondientes crecidas, con lo que la producción hidroeléctrica sería muy baja o nula.

Teniendo en cuenta que en esos años de sequía hemos establecido que se regularía una media de 7,73 hm3/año, ello supondría un coste de amortización de 0,76 €/m3. Supuesto que la compañía eléctrica fuera capaz de obtener beneficios en esos años con turbinado libre, emergería un coste de oportunidad complementario: ese beneficio dividido por los 7,73 millones de metros cúbicos de agua regulada para el regadío sería ese coste de oportunidad a añadir a los 0,76 €/m3. Sería conveniente recordar, para no perder las referencias de valor en este campo, que la desalación de agua de mar se sitúa hoy en menos de 0,4 €/m3; y que esos 0,76 €/m3 era el coste medio al que hubiera resultado el metro cúbico en el proyectado trasvase del Ebro que finalmente fue derogado (ver Arrojo ***)

III.2.2 Criterios económicos para priorizar opciones en el diseño de un plan razonable de sequía para la Intercuenca Gállego-Cinca

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A la hora de diseñar un plan de sequía para la intercuenca Gállego-Cinca, aplicando los criterios Coste-Eficiacia que exige la Directiva Marco, habría que ordenar las diversas opciones según sus costes por metro cúbico servido en ciclos de sequía. Las opciones consideradas en este caso serían las referenciadas en el párrafo III.2, en contraste con la del actual proyecto de embalse de Biscarrués.

1- En la opción de flexibilizar las concesiones de los pequeños saltos hidroeléctricos sobre el Gállego y sobre el Cinca, tomando los datos presentados en el cuadro 2, se constata que turbinar un metro cúbico produce 0,23 Kwh en el Cinca y 0,13 Kwh en el Gállego. Asumiendo un coste de 0,08 €/Kwh (según los datos del informe de Iberinsa) resultarían respectivamente 0,016 €/m3 y 0,010 €/m3.

CUADRO 2 Producción de los pequeños salto hidroeléctricos sobre Gállego y Cinca

NOMBRE Cauce MUNICIPIO PROPIETARIO

PUESTA EN

SERVICIOPOTENCIA

(Kw )

CAUDAL Concesión

(m3/sg)SALTO BRUTO REGIMEN DE EXPLOTACION

m3 turbinados

al año estimados

Producc ión estimada

(Gw h/año)

Producción en kw h por

m3

Producc ión en kw h por m3 por eje

f luv ial

EL GRADO I GRADO (EL) ENHER 18560 80 25,8 630.720.000 40 0,0632

ARIAS I ESTADILLA 1975 6000 40 16,77LA PRODUCCIÓN MEDIA ES DE 33

Gw ·h/AÑO. 30 M3/SEG SON EN PRECARIO

630.720.000 26 0,0411

ARIAS II FONZ 1973 6000 40 15,27LA PRODUCCIÓN MEDIA ES DE 30

Gw ·h/AÑO. 10 M3/SEG SON EN PRECARIO

630.720.000 24 0,0374

ARIESTOLASALMUNIA DE

SAN JUAN 1958 5760 20 34,9LA PRODUCCIÓN MEDIA ES DE 45 Gw ·h/AÑO. 10 M3 /SEG SON EN

PRECARIO630.720.000 54 0,0855

MARRACOS PIEDRATAJADA ERZ 1904 5200 15 42 473.040.000 49 0,0772

VALDESPARTERA BISCARRUESC. G. RIEGOS

ALTO ARAGON

1989 5000 16,6 30,5 473.040.000 35 0,0560

0,2272

0,1332

CINCA

GALLEGO

HIDRO NITRO

CUADRO 3 Saltos hidroeléctricos existentes y futuros en RRAA

C.H de ValdesparteraC.H de

Sotonera Berbegal OdinaC.H de

Montanera C.H de Piracés C.H. Torrollón

Ubicación Canal del Gállego. TM. de Biscarrués

Embalse de Sotonera.

Tormos-A lcalá de Gurrea

Canal de Terreu

Canal de Terreu. TM de

Ilche

Canal de enlace de los Canales del

Cinca y Flumen. TM. de

Piracés

Embalse de Torrollón. Canal del Flumen. TM

de Huerto

Salto Bruto Máximo

28,95 m 24 m. 32 m. 18,81 m. 18,41 Máximo: 16,26 m.

Salto Bruto Mínimo

27,35 m 9 m. 27,34 m 16,91 15,21 m

Salto neto máximo

28,43 m 21,52 m. 29,63 m. 7,9

Caudal Turbinable

Máximo: 16,6 m3/sg 25 m3/sg 8 m3/sg 8 m3/sg 8 m3/sg 8 m3/sg 7 m3/sg

Caudal Turbinable

Mínimo5 m3/sg 5 m3/sg 2 m3/sg 2 m3/sg 2 m3/sg 2,3 m3/sg 2m3/sg.

Turbina Tipo Kaplan, de eje verticalTipo Kaplan, de

eje verticalTipo Kaplan de

eje verticalOssberger

Tipo Kaplan, eje vertical de

doble regulación

Tipo Kaplan, eje vertical

Tipo Kaplan de eje vertical y

doble regulación

A lternadorSíncrono trif ásico de acoplamiento directo

Síncrono trif ásico de

acoplamiento directo

Síncrono trif ás ico, de acoplamiento

directo

A síncrono, acoplado mediante

multiplicador

Síncrono trif ás ico con acoplamiento

directo

Síncrono Trifás ico de acoplamiento

directo

Síncrono trif ásico de

acoplamiento directoPotencia

instalada5000 KVA 2.300 KVA 630 KV A 1.145 KV A 1.135 Kva. 893 KV A

FuturasActuales

Por otro lado es de notar que la perdida de producción hidroeléctrica que se produciría al flexibilizar estos saltos sería inferior a la reseñada, ya que el agua derivada al sistema de

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RRAA podría turbinarse en los saltos que ya existen en dicho sistema y en un futuro, en la salida de los embalses de regulación interna.

2- En lo que se refiere a la opción de construir baterías de pozos de sequía en el Bajo Gállego, el acuífero está bien estudiado. Ya en 1990 (Octavio et al, 1990) la CHE inventariaba 316 puntos acuíferos con un profundidad de menos de 40 m y fácil acceso al tendido eléctrico. Tomando la referencia de la papelera Montañanesa, que extrae unos 40.000 m3/día (13 hm3/año), el coste medio por metro cúbico, incluyendo amortización de inversiones, energía y mantenimiento, se situaría en torno a 0,03 €/m3. Contando que la amortización habría que cargarla sobre los años de sequía se asumiremos un coste de 0,05 €/m3.

3- Respecto a la opción de bombear agua del embalse del Grado para suplementar caudales en sequía al sistema de RRAA, el coste de ese bombeo, de unos 10 m de altura en media, supondría menos de 0,02 €/m3. A este coste habría que añadir el coste de oportunidad derivado de sacrificar el turbinado de esos caudales, lo que podría suponer a lo sumo 0,08 €/m3. El coste total sería pues de 0,1 €/m3. De este coste habría que detraer de nuevo el valor de la producción eléctrica por metro cúbico en los propios saltos hidroeléctricos que existen y se proyectan en el seno del sistema de Riegos del Alto Aragón.

4- En cuanto al coste de recuperar caudales de regadío de bajo rendimiento para reforzar la disponibilidad para cultivos de mejor rendimiento, en tiempos de sequía, dependería de la compensación por retirar una hectárea de este tipo de regadíos. Si tal compensación fuera de 6000 € por hectárea definitivamente retirada del riego, amortizando esa compensación a 50 años al 3% de tasa de descuento, el coste por metro cúbico sería de unos 0,03 €/m3.

5- La opción de modernizar las compuertas del embalse de la Peña para poder operarlas en conexión con el SAIH a fin de captar crecidas en años de sequía, tendría costes que no sabemos estimar. En todo caso, una vez conocidos, se deberían calcular los costes de amortización anual y se dividirían por los 2.300.000 m3/año que es el volumen que se espera regular en media por año procedente de puntas de crecida en años de sequía (ello suponiendo que todo el coste de tal modernización de compuertas se cargara sobre esta función por no haber otras utilidades significativas…).

6- Los costes referenciados en los puntos anteriores deberían contrastarse, por tanto, con los 0,76 €/m3 regulado en años de sequía con el proyecto de embalse de Biscarrués, que como hemos visto se elevaría a. Incluso desde los cálculos que presenta hoy la CHE, en base al estudio de Iberinsa, asumiendo que no sólo se regulan caudales para años de sequía, sino que se regulan casi 31 hm3 cada año (haya sequía o no), el coste sería de 0,17 €/m3.

CONCLUSIONES

1- Se han identificado los graves errores cometidos en el Estudio Económico de Iberinsa, recogido como anexo 18 del proyecto de embalse de Biscarrués, en lo que se refiere al cálculo de los cánones teóricos de recuperación de costes. Rectificando estos errores

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la pretendida recuperación de costes del 45% en el estudio de Iberinsa, si se aplicaran los cánones y tarifas actualmente vigentes, pasa a reducirse a tan sólo un 5,7%.

2- La valoración del impacto sobre las actividades turísticas ligadas a las aguas bravas se valoran erróneamente como beneficios. Si se corrige este increíble error y se contabilizan tales impactos como costes, calculando el “excedente del consumidor” y el “excedente del productor” sacrificados, la recuperación de costes con los cánones y tarifas vigentes actualmente baja al 4,7%.

3- Si se asume como objetivo esencial del proyecto la captación y regulación de crecidas en años de sequía, en el marco de estrategias de sequía para el sistema de Riegos del Alto Aragón, se comprueba que sobre la serie de 60 años en la estación de aforos de Santa Eulalia, habría habido 18 años de sequía, en los cuales habría habido tan sólo 41 días con puntas de crecida, con un volumen total captable por el embalse en cuestión de 162 hm3. Ello supone una media en esos 18 años secos de 7,73 hm3/año; y si hacemos la media en los 60 años considerados, 2,3 hm3/año. Si se supone que la utilidad del embalse es sólo ésta y se amortizan los costes sobre estos caudales regulados resulta 2,54 €/m3.

4- Si asumimos una explotación más realista del embalse (caso de que se construyera), destinándolo a producir electricidad en años normales y reservándolo a su genuino objetivo de captar crecidas en años de sequía, vaciándolo para captar posibles crecidas sólo en situación de prealerta o alerta de sequía, la amortización en estos años caería sobre el riego, mientras en años normales debería caer sobre el uso hidroeléctrico. En este escenario, los 5,85 M€/año a amortizar en esos años de sequía, supondrían 0,76 €/m3.

5- Aplicando el criterio Coste-Eficacia que exige la DMA las alternativas estudiadas para disponer de nuevos caudales en años de sequía quedarían en el siguiente orden:

1º- Flexibilización de saltos hidroeléctricos en Gállego y Cinca: 0,01-0,016 €/m3

2º- Recuperar caudales de riegos ineficientes con compensación: 0,03 €/m3.3º- Baterias de pozos de sequía en el Bajo Gállego: 0,05 €/m3.4º- Bombear caudales desde el Embalse del Grado: 0,1 €/m3.

Sin duda la opción de modernizar las compuertas del Embalse de la Peña ofrecería un coste muy bajo por metro cúbico, y probablemente ocupara la primera posición.

En todo caso tales costes comparados con los 0,76 €/m3 del escenario realista para el proyecto de embalse de Biscarrués demuestra claramente que esta opción debería ser desechada aplicando el citado criterio Coste-Eficacia.

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