Selvicultura de Quercus petraea y Quercus robur

Fuente: Selvicultura de Quercus petraea Matts. Liebl. y Q. robur L.. En: SERRADA, R.; MONTERO, G. y REQUE, J.A.; (Eds.); 2008. Compendio de selvicultura aplicada en España. Edit. Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaría y Fundación Conde del Valle de Salazar. 1178 pp. Madrid.

Selvicultura de Quercus petraea (Matts. Liebl.) y Quercus robur L. (J.A. Reque)

Los robledales albares son propios de zonas de media y alta montaña y constituyen frecuentemente el límite superior de distribución del arbolado. La presencia de pies seniles, testigos de antiguos usos silvopastoriles es muy común. Constituyen estos legados biológicos un patrimonio natural de incalculable valor por lo que su conservación debe ser la norma

Robledales albares en la cuenca alta del río Pisuerga (Palencia) (Foto: Sonia Roig)


El rodal de la imagen muestra una masa biestratificada. Los pies del estrato superior crecieron en baja espesura lo que les permitió desarrollar copas amplias y abiertas. El estrato inferior muestra pies con fustes rectos consecuencia de haberse desarrollado en condiciones de mayor competencia. La búsqueda de madera de calidad en los robles pasa por mantener espesuras altas en estadíos iniciales e intermedios que favorezcan una adecuada formación de fustes. El aforismo de la selvicultura del roble “pie a la sombra, cabeza al sol” queda patente en la imagen

Salcedillo (Palencia) (Foto: J.Reque)


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Aclareo Sucesivo y Uniforme en masa regular de roble albar (Fase diseminatoria). El peso de las bellotas y el temperamento de la especie explican que este tratamiento selvícola de regeneración (en su aplicación úniforme o por bosquetes) sea el más comúnmente aplicado en los robledales.

Alto Pisuerga (Palencia) (Foto: J. Reque)



Aclareo Sucesivo y Uniforme en masa regular de roble albar (Fase aclatatoria). La retención estructural de algunos pies dispersos para su incorporación al ciclo del decaimiento es en esta fase una medida esencial para aumentar la diversidad estructural resultante




Claras en masa regular de roble albar. La utilización de maquinaria para la ejecución de claras es esencial para hacer autofinanciable el tratamiento. Una buena planificación del aprovechamiento es requisito para minimizar daños a la masa remanente y optimizar los rendimientos. El acceso de luz al sotobosque posterior a la clara permitirá un buen desarrollo de los acebos que contribuirán positivamente en la formación de los robles (evitando aparición de brotes epicórmicos y ramas bajas) creando además un hábitat más complejo y diverso. Por el contrario, en futuras tratamientos de regeneración podrá suponer un limitante.

Santa Gadea (Burgos) (Foto: J. Reque)



Claras de selección de árboles de porvenir. Los directos competidores de los árboles seleccionados son anillados con el objeto de a) liberar de competencia al pie de porvenir (marcado con una flecha), b) provocar una muerte más gradual del árbol evitando así un acceso brusco de luz al fuste del árbol de porvenir lo que se traduciría en emisión de brotes epicórmicos y c) posibilitar la incorporación de necromasa al ecosistema. Por otro lado, la clara permitirá d) un mayor acceso de luz al suelo posibilitando un mejor desarrollo del sotobosque. En este caso una arandanera, especie clave en la conservación de muchas especies animales.




Claras de selección de árboles de porvenir. Los directos competidores de los árboles seleccionados han sido son anillados. Se aprecia el espacio libre que podrá ocupar la copa del árbol liberado (en el centro de la imagen). La aplicación del aforismo “pies a la sombra, cabeza al sol” se desarrolla claramente con la aplicaión de claras de selección de árboles de porvenir.Alto Pisuerga (Palencia) (Foto: J. Reque)


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Selvicultura de Quercus petraea y Quercus robur