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Hesiodo Teogonía del Cosmos

Teogonía - Daniel Martín

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Hesiodo

Teogonía del Cosmos

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Según la Teogonía (‘origen de los dioses’) de Hesíodo, el Caos fue el primer dios elemental antiguo en surgir en la creación del universo. Tras él surgieron rápidamente Gea (la Tierra), Tártaro (el Inframundo) y Eros (el Deseo que trae la vida). Aunque así se narra en la Teogonía, es frecuente sin embargo cometer el error de considerar a estas deidades descendientes del Caos.

Caos

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Gea o Gaya (en griego antiguo Γαῖα Gaĩa o Γαῖη Gaĩê, ‘suelo’ o ‘tierra’; en koiné Γῆ Gễ) es la diosa que personifica la Tierra en la mitología griega. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego y se la consideraba una Diosa Madre o Gran Diosa. Su equivalente en el panteón romano era Terra.

Gea

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En la mitología clásica, Urano (en griego antiguo Οὐρανός Ouranos, ‘cielo’, ‘firmamento’, latinizado Uranus) es el dios primordial del cielo. En la mitología griega era personificado como hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra. Ambos fueron ancestros de la mayoría de los dioses griegos, pero ningún culto dirigido directamente a Urano sobrevivió hasta la época clásica,[1] y el dios no aparece entre los temas comunes de la cerámica griega antigua. Sin embargo, la Tierra, el Cielo y Estigia podían unirse en una solemne invocación en la épica homérica.

Urano

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En la mitología griega, Crono o Cronos (en griego antiguo Κρόνος Krónos, transliterado también Cronus y Kronos) era el líder y —en algunos mitos— el más joven de la primera generación de Titanes, descendientes divinos de Gea, la tierra, y Urano, el cielo. Crono derrocó a su padre y gobernó durante la mitológica edad dorada, hasta que fue derrocado por sus propios hijos, Zeus, Hades y Poseidón, y encerrado en el Tártaro[1] o enviado a gobernar el paraíso de los Campos Elíseos.

Cronos

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En la mitología griega, la titánide Rea (en griego antiguo Ῥεία Reia, Ῥέα Rea, Ῥείη Reiē o Ῥέη Reē, ‘flujo [menstrual o del líquido amniótico]’ o ‘facilidad [en el parto]’) era hija de Urano y Gea, hermana y esposa de Crono, y madre con éste de Deméter, Hades, Hera, Hestia, Poseidón y Zeus. Estaba fuertemente asociada a Cibeles, tanto que en obras de arte solía ser representada en un carro tirado por dos leones, y no siempre era posible distinguirlas. En la mitología romana, fue la Magna Mater deorum Idaea y se le identificaba con Ops. Según Hesíodo fue nodriza de Dioniso.[1] En la Antología Palatina se la menciona como nodriza de fieras y leones.[2

Rea

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En la mitología griega, los Cíclopes (en griego Κύκλωψ Kýklops, plural Κύκλωπες Kýklopes, que viene de κύκλος kyklos, ‘rueda’, ‘círculo’ y ὤψ ops, ‘ojo’) eran los miembros de una raza de gigantes con un solo ojo en mitad de la frente.

Cíclopes

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En la mitología griega, los Titanes —masculino— y Titánides —femenino— (en griego antiguo Τιτάν, plural Τιτᾶνες) eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad dorada.

Los Titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; en su Biblioteca mitológica Apolodoro añade un decimotercero, Dione, una doble de Tea. Estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el sol y la luna, la memoria y la ley natural. Los doce Titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Crono, quien derrocó a su padre, Urano (‘Cielo’), a instancias de su madre, Gea (‘Tierra’).

Titanes

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En la mitología griega, Tifón, Tifaón o Tifeo (en griego antiguo Τυφών Typhôn, Τυφάων Typhaôn, Τυφωεύς Typhôeus o Τυφώς Typhôs, de τῦφος tuphos, ‘humo’; en latín Typhon) es una divinidad primitiva que se presenta en forma de huracán destructor o de un enorme y espeluznante monstruo alado con un centenar de serpientes repartidas por sus muslos y que lanza llamas por la boca.

Tifón

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En la mitología griega los Hecatónquiros o Hecatónqueros (en griego Έκατόνχειρες Hekatonkheires o Έκατόνταχειρας Hekatontakheiras, ‘los de cien manos’), conocidos también como Centimanos (del latín Centimani), eran gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas, hijos de Gea y Urano. Su padre los arrojó al Tártaro, pero fueron rescatados por Crono, al que ayudaron a castrar y derrocar a Urano. Tras ayudar a Crono, éste les encerró de nuevo en el Tártaro, donde permanecieron guardados por Campe hasta que Zeus los rescató. Durante la Guerra de los Titanes, arrojaban rocas de cien en cien a los Titanes.

Hecatónquiros

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En la mitología griega, la Titanomaquia (en griego antiguo Τιτανομαχία Titanomakhía, ‘Guerra de los Titanes’) fue la serie de batallas libradas durante once años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la humanidad: los Titanes, luchando desde el monte Otris, y los Olímpicos, que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Se la conoce también como la Batalla de los Titanes o la Guerra Titánica. Es confundida por algunos autores (como Ovidio) con la Gigantomaquia a pesar de las múltiples diferencias entre ambas

Titanomaquia

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La Gigantomaquia (del griego antiguo γιγαντo-μαχια, literalmente ‘guerra de los gigantes’) es un episodio de la mitología griega, que sigue a la Titanomaquia. Zeus había encerrado a los Titanes en el Tártaro. Gea, su abuela, madre de Cronos y Rea, se enfadó y declaró la guerra a los dioses olimpicos, enviando a sus hijos, los Gigantes, al combate. El ataque de Gea no ocurrió justo después de la afrenta, por lo que Zeus tuvo tiempo de prepararse. Como los Gigantes eran inmortales ante los dioses, Zeus se unió a Alcmena y engendró a Heracles.

A su vez, Gea hizo crecer una hierba que volvía a sus hijos invisibles a los ojos de los humanos e inmortales a sus golpes. Al saber esta situación, Zeus impidió que Helios, Selene y Eos se levantasen hasta que lograse descubrir la hierba mágica.

Gigantomaquia

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En la mitología griega, Prometeo (en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’, ‘prospección’) es el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el tallo de una cañaheja, darlo a los humanos para su uso y ser castigado por este motivo. Como introductor del fuego e inventor del sacrificio, Prometeo es considerado el protector de la civilización humana.

En Atenas Prometeo tenía un altar en la Academia de Platón (Pausanias i.30§2), desde donde partía una carrera de antorchas celebrada en su honor por la ciudad, en la que ganaba el primero que alcanzaba la meta con la antorcha encendida.

Prometeo

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En la mitología griega Epimeteo (en griego antiguo Ἐπιμηθεύς Epimêtheús, ‘que reflexiona más tarde’) era hijo del titán Jápeto y de la oceánide Clímene (hija de Océano y de Tetis), y hermano de Prometeo, Atlas y Menecio. A diferencia de su hermano Prometeo (quien podía ver el futuro), este veía con retraso cosas que ya habían acontecido.

Unido a Pandora, tuvo una hija, Pirra la roja, que unida a Deucalión (hijo de Prometeo) fueron los padres del género humano tras el diluvio.

Epimeteo

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En la mitología griega, Pandora (en griego antiguo Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego.Prometeo advirtió a Epimeteo no aceptar ningún regalo de los dioses, pero Epimeteo no escuchó a su hermano y aceptó a Pandora, enamorándose de ella y finalmente tomándola como esposa.

Hasta entonces, la humanidad había vivido una vida totalmente armoniosa en el mundo, pero Pandora abrió el ánfora que contenía todos los males (la expresión «caja de Pandora» en lugar de jarra o ánfora es una deformación renacentista) liberando a todas las desgracias humanas (la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen, etc). Pandora cerró el ánfora justo antes de que la esperanza saliera.

Pandora

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FIN