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M ESTIZAJE CULTURAL Rock y cajón La fusión de Miki González Histórico y latente El valioso aporte afroperuano S INCRETISMO RELIGIOSO EN LA DANZA DE LOS NEGRITOS Semana del 13 al 19 de junio de 2011

Variedades 229 negritos

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MESTIZAJE CULTURAL

Rock y cajónLa fusión de Miki González

Histórico y latente El valioso aporte afroperuano

SINCRETISMO RELIGIOSO EN LA DANZA DE LOS NEGRITOS

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2 VARIEDADES

CRÓNICA

2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.

Variedades es una publicación del Diario Oficial

DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA

DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ

SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ

EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN

DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ

TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected]

RESUMEN

NEGRITOS. El sincretismo religioso se vive en la danza de los Negritos. Agradecimiento a la asociación cultural Niño Jesús de Huánuco. FOTO. Piero Vargas

MESTIZAJE CULTURAL Y RELIGIOSO

Negritos con fervor cristianoDesde que se conocieron, los esclavos africanos y los indígenas han encontrado más coincidencias que diferencias. Con el paso del tiempo han estrechado las riquezas de sus culturas y han contribuido al sincretismo religioso que hoy se expresa a través de danzas, música y rituales.

ESCRIBE: JESÚS RAYMUNDO TAIPE

Quisieron separarlos, pero los dos mundos se inte-

graron bajo la luz de la nueva fe. Al igual que los

indígenas, las creencias de los miles de esclavos

africanos que llegaron a estas tierras ante la falta de

mano de obra, fueron violentamente reprimidas, por lo

que mantuvieron sus cultos en secreto. Mientras que en

la clandestinidad se reencontraban con sus dioses, en

los espacios públicos se confi guraba una religiosidad

mestiza.

El temor de los españoles era que ambos grupos étni-

cos se unieran para enfrentarlos por tanto abuso. Además,

eran conscientes del poder de las dos cosmovisiones

enraizadas en sus ricas culturas. Sin embargo, la estra-

tegia de distanciarlos no fue eterna. Orlando Velásquez

Benites, autor de Cultura afroperuana en la costa norte,

ICA. Los hilos de colores de los negritos de Chipao representan las camisas deshilachadas de los peones.

5 | APORTESEl legado cultural de los afroperuanos no

se limita a la música.

16 | EL OTRO YO

8 | PORTAFOLIOImágenes de la festividad del Señor de los

Temblores de Cusco.

12 | MÚSICAMiki González y su apuesta por la

simbiosis musical del rock y el cajón.

14 | GASTRONOMÍAOrígenes de emblemáticos platillos

elaborados por manos afroperuanas.

La actriz Fiorella de Ferrari

reconoce su espíritu fuerte,

intenso y profundamente

curioso.

PORTADA

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Lunes 13 de junio de 2011 3

FOLCLOR

asegura que, al promover el enfrentamiento de ambos se

estaba motivando el encuentro de sus mundos.

CREENCIAS Y COSTUMBRESEn la Colonia, los negros peruanos compartían es-

pacios más cercanos a los criollos blancos que a los

indígenas. Trabajaron en haciendas, casas de familias

urbanas blancas y en minas de plata. Mientras que los de

ascendencia africana vivían en los pueblos de la costa,

los indígenas lo hacían principalmente en la sierra y la

selva. Incluso, hay evidencias, que ambas etnias pelearon,

como durante el levantamiento de Túpac Amaru, en la

década de 1780.

Sin embargo, hubo coincidencias entre los afrope-

ruanos y los indígenas. María Rostworowski lo explicó

en su trabajo Lo africano en la cultura peruana. Ante los

movimientos telúricos, por ejemplo, ambos imploraban

a Pachacámac, el Dios de los Temblores. ¿Por qué se

unieron los negros, a pesar de tener una religión diferente?

A ellos les era más fácil entender las creencias nativas,

que los dogmas de la religión cristiana.

Con el paso del tiempo, las creencias africanas se

diluyeron para dar paso al catolicismo. A diferencia de

lo que ocurrió en otras regiones como las Antillas y el

Brasil, donde los cultos africanos se mantuvieron, en

los Andes se acentuó la integración cultural y religiosa

de los esclavos africanos. No olvidemos que la imagen

del Señor de los Milagros fue pintada por un esclavo a

mediados del siglo XVII y que San Martín de Porres es

el primer santo En tiempos de San Martín de Porres,

en que el negro era explotado, una minoría de indios

era aceptada con restricciones en la ciudad, porque se

requerían de sus servicios. Javier Mariátegui ha señalado

en Martín de Porres, precursor de la medicina integral que

ambas culturas necesitaban intercambiar conocimientos

SINCRETISMO. En los Andes se acentuó la integración cultural y religiosa de los esclavos africanos y eso se manifestó más tarde a través de danzas, música y rituales.

APUNTES En el siglo XIX, cuando

fueron liberados, los negros visitaban los nacimientos y las iglesias para adorar al Niño Jesús. Así se institucionalizó los negritos de Huánuco.

Para continuar con la tradición, los mestizos y blancos confeccionaban máscaras para representar a los negros que en diciembre y enero veneraban al Hijo de Dios.

Los negritos de Chipao evocan a quienes trabajaban en las haciendas de Ica. El látigo en el cuello, sobre un pañuelo rojo, recuerda el castigo violento que recibían de los capataces.

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4 VARIEDADES

CRÓNICA

para adaptarse a un mundo diferente que no respetaba

sus tradiciones de origen, en especial aquellos que no

coincidían con el catolicismo.

Después de la liberación de los esclavos negros,

ocurrida a mediados del siglo XIX, se evidenció que se

concentraban en las zonas urbanas de la costa. Des-

pués de que en 1650 superaron el número de blancos

del país, al alcanzar 90 mil, en el censo de 1940 habían

aparentemente disminuido a 29 mil. ¿Qué había ocurri-

do? Además de las muertes a causa de la esclavitud y el

servicio militar, esta población empezó a ser identificada

como criolla.

EXPRESIONES MESTIZASA fines del siglo XIX las manifestaciones culturales

de los negros ya formaban parte de la personalidad y el

desarrollo de la sociedad peruana. Después de vencer

la esclavitud, expresaba su alegría, su fe y su creativi-

dad a través de la música, la danza, la literatura oral y

la gastronomía. La influencia africana se reconoce en

danzas como el tondero, el toro mata, la zamacueca, el

landó, el festejo, el alcatraz, el zapateo, así como en el

sonido del cajón y la cajita.

A medida que la Colonia se fue debilitando, los

negros y los indígenas se fueron encontrando en la fe

católica. En la actualidad, una mirada a las festividades

religiosas del país permite identificar la presencia de

ambas culturas en los rituales, las danzas, la música y

los mitos. Aunque los pueblos andinos han incluido el

culto a la Virgen, al Señor o al santo, no han olvidado

sus rituales ni sus simbolismos. Se tata del sincretismo

de mil colores.

"La nueva composición de la festividad va de la mano

con los cambios que se van introduciendo y adaptándose

a la nueva corriente ideológica predominantemente

católica, pero con fuerte ingrediente indígena y afro",

afirma Velásquez Benítes. Aunque la mayoría de los

elementos de la misa es europea, no ocurre lo mismo en

las procesiones ni las actividades culturales y sociales

que se programan en los días festivos.

Un ejemplo de ello son las danzas en las que participan

los negros, morenos o negritos, quienes están presentes

en las festividades religiosas de los pueblos costeños y

andinos. En realidad, son pobladores de las zonas que

se disfrazan para la ocasión. Luis Millones, autor de

Calendario tradicional peruano, señala que las bandas

de "negros" se habrían formado para parodiar los bailes

y las canciones de los esclavos de la Colonia.

En la morenada de Chongos, en el Valle del Mantaro,

los bailarines usan máscaras y en la fiesta del Santiago,

en julio, se enfrentan a latigazos con los representantes

de otros barrios. En Santiago de Chuco, en la fiesta del

santo patrono se observan a "negros" que se pintan los

rostros y a quienes prefieren las máscaras. En Otuzco,

en la festividad de la Virgen de la Puerta, ellos visten

un saco de yute, se ciñen cadenas en la cintura y se

embetunan la cara y las manos.

FIESTAS E IDENTIDADESDesde la Colonia, las fiestas religiosas han evo-

lucionado de la mano con la creatividad y los aportes

de quienes protagonizan las celebraciones locales y

regionales. Influyen también los hechos cotidianos,

las peculiaridades de los pueblos, la globalización, los

cambios históricos y políticos, la difusión de los medios

de comunicación y la vigencia de los espacios públicos.

Por eso, la renovación es constante.

En las celebraciones festivas destacan las danzas y

representaciones teatrales que se nutren de la memoria

colectiva y reafirman las identidades sociales. Gisela

Cánepa afirma, en Fiesta en los Andes, que las danzas

tradicionales se mantienen vigentes porque la historia

es reinterpretada de manera constante en la puesta

en escena y en el diseño del personaje. "Es decir, en la

manipulación de las representaciones, del vestuario y

de las máscaras".

Es el caso de los negritos de Huánuco, que se re-

presenta en las celebraciones de Navidad y Bajada de

Reyes. Frente a los nacimientos, ellos renuevan su fe con

cantos y pasos ágiles, vestidos con trajes que imitan a

sus antiguos patrones. Las "figuras" que realizan mientras

danzan en dos columnas rememoran la jerarquía que se

vivía en las faenas agrícolas. Suelen ser acompañados

por bandas de músicos.

La estampa acoge a personajes de la Colonia, como

el caporal, que se cubre con máscara de charol. Su forma

de vestir es imitada por los negritos, quienes en las ma-

nos portan cadenas de plata y una campanilla. Aparece

también la pareja conformada por el turco y la dama, que

representa a los encomenderos españoles. Además, son

acompañados por dos abanderados, personajes de tez

blanca que portan las banderas argentina y peruana.

En el distrito ayacuchano de Chipao, provincia de

Lucanas, la Navidad se celebra con zapateos menudos y

coplas de negritos que visten camisa y pantalón blancos.

La música nace del arpa, el violón, la "marquía" (tambor-

cillo) y el "espadín" (varas metálicas de sonidos grave

y agudo). A su modo, son descendientes simbólicos de

los esclavos africanos que sus antepasados conocieron

en la faena agrícola, al sur de Lima.

ES EL CASO DE LOS NEGRITOS DE HUÁNUCO, QUE SE REPRESENTA EN LAS FIESTAS DE NAVIDAD Y BAJADA DE REYES. FRENTE A LOS NACIMIENTOS, ELLOS RENUEVAN SU FE CON CANTOS Y PASOS ÁGILES, VESTIDOS CON TRAJES QUE IMITAN A SUS ANTIGUOS PATRONES.

EXPRESIONES. Los negros y los indígenas se encontraron en la fe católica. En las fiestas se identifica la presencia de ambas culturas.

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Lunes 13 de junio de 2011 5

APORTES

DERROTERO AFROPERUANO

Gozo de la cultura

Y aunque nos sigan llamando,

de niños... negrito lindo;

¡negros de mierda!, después...

Ni de mierda, ni negrito....

¡Soy un negro del Perú!

Soy un negro del Perú, Carlos López Schmidt

ESCRIBE: JOSÉ VADILLO VILA

I. LO SENSORIAL ENTRA EN POLÉMICA

Viste buena ropa para su oficio humilde, y de verano, aun-

que el invierno se instaló en la capital hace rato; el corte

pegadito, a máquina y con maña, a lo Don Omar; arete en

la oreja para no desentonar. ¡Deja ahí!, ordena al chofer y

se queda canturreando la melodía de la Charanga Habanera

de David Calzado mientras pide pasaje con sencillo y grita

todo Brasil, avenida del Ejército, Miraflores. ¿Habla, vas?

Lleva el compás con la mano, haciendo sonar sus anillos

plateados en la lata de la puerta. Mañana irá a San Juan

a una cubanada, le cuenta al chofer, un cholo como yo y

panzón, que preferiría escuchar a Sonia Morales o al in-

mortal Chacalón, pero quiere mantener la fiesta en paz con

su cobrador, que quimboso él, piropea a las estudiantes de

secretariado, a las futuras chef, que hacen risitas cuando

el moreno se pone a bailar en el paradero aprovechando

que el semáforo anda revolucionario, y pide más volumen

hasta que una viejita pitea de tanto ruido, llega la luz verde

y el cobrador trepa al micro, tiene que conformarse con

esperar mañana, la cubanada en San Juan, no de Puerto

Rico, sino de Miraflores, y la próxima semana otra en San

Martín de Porras, mi "broder".

No hay pecado en bailar salsa ni timba cubana, más bien

es puro gusto, buenas armonías, cadencia y hasta codicia

(del cuerpo ajeno). Para la historiadora Maribel Arrelucea

Barrantes el problema es otro, que "los jóvenes afros tienen

a referentes como Susana Baca, pero les pesa más la ver-

güenza de ser peruanos, a diferencia de lo extranjero, muy

mágico, mejor y con éxito. Es una estupidez, para ellos es

Una efemérides, el nacimiento del desaparecido Nicomedes Santa Cruz, el 4 de junio de 1925, hace que en memoria de este patriarca del folclor afroperuano, se conmemore el Día de la Cultura Afroperuana. ¿Cómo se mira el legado de esta cultura en el siglo XXI?

FOLCLOR. El festejo es un aporte afro que ha calado, sin embargo, otras expresiones –como la décima o el zapateo– no crecen.

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6 VARIEDADES

CULTURA

preferible sonar a cubano, jamaiquino o neoyorquino. Es

decir, se admiten como negros, participan de una cultura

negra, pero no se admiten como negros peruanos".

El maestro Adolfo Zelada, guitarrista y bohemio, a

mucha honra, me alza la ceja. "Esos jóvenes afroperuanos

que hablan como cubanos están enfermos", dice sin barniz.

Setenta y cuatro años punteando de cabo a rabo el diapasón

de las seis cuerdas en jaranas criollas de todo calibre, lo

respaldan para que cuadre a cualquiera. "¿Creen que hablar

sandeces de esa magnitud los va a identificar? Yo que he

estado en Cuba cinco veces, no hablo como cubano. He

estado en Japón, México, Chile, Colombia... en medio mundo,

y sigo hablando como peruano". La décima de Nicomedes

Santa Cruz cae perfecta: "Cómo has cambiado, pelona,/

cisco de carbonería./ Te has vuelto una negra mona/ con

tanta huachafería".

Si hablamos de jaranas, Zelada corrobora el dato: en

aquellas fiestas criollas memorables que nacieron en los

callejones de los barrios humildes, durante las primeras

décadas del siglo anterior, la música negra no existía, sólo

valses, marineras, polcas, foxtrots. Y en las radios, los

programas de música peruana sólo ponían como colofón

un festejo o un "serranito", como para decir que existe, pero

ahí no más. "El arte negro nació mucho después que la

música de las jaranas criollas, con mucho sufrimiento y con

el trabajo de gente como Victoria Santa cruz y Perú Negro,

que han dado testimonio sobre virtudes y las canciones de

esos ritmos", explica don Adolfo, que desde 1940 se forjó

como guitarrista en el centro musical Pedro Bocanegra y

luego acompañó a Perú Negro, a Victoria Santa Cruz, a

Emilia Barrantes y un largo etcétera de celebridades.

El guitarrista y decimista Octavio Santa Cruz, que vio la

cosa "desde adentro", recuerda que desde la formación del

conjunto Cumanana (1959) –bajo la dirección de sus tíos

Nicomedes y Victoria Santa Cruz– se lideró a un grupo de

personas afros de toda calidad. "Unos, como los Vásquez,

muy conocedores de la tradición, pero otros se formaron

desde cero, porque no sabían cantar ni tocar". Y a todo este

movimiento de manifestaciones de los negros peruanos,

que apareció en una Lima pacata, la designaron como

"negroide", término que no está claro si nació a partir de

los Cumanana o un poquito antes. "Negroide" causaba

polémica, y el compositor Manuel Acosta Ojeda, apodado

"El Mono", desde los micrófonos y columnas periodísticas,

proponía que si existiera lo negroide también debería de

existir lo blancoide y lo choloide. Entonces se imponía

el "Son de los diablos", que es un festejo curiosamente

creado por un señor Soria, un blanco amante del criollis-

MUSEO. El afroperuano es el primero de su género y se dedica a investigar y difundir el patrimonio cultural de los afrodescendientes peruanos.

CULTOR. Adolfo Zelada. Guitarrista y bohemio.

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Lunes 13 de junio de 2011 7

APORTES

"EL ARTE NEGRO NACIÓ MUCHO DESPUÉS QUE LA MÚSICA DE LAS JARANAS CRIOLLAS, CON MUCHO SUFRIMIENTO Y CON EL TRABAJO DE GENTE COMO VICTORIA SANTA CRUZ Y PERÚ NEGRO, QUE HAN DADO TESTIMONIO SOBRE VIRTUDES Y LAS CANCIONES DE ESOS RITMOS..."

CONFERENCIASPor el Día de la Cultura Afroperuana, el Centro

Cultural Británico (Jr. Bellavista 531 / Malecón

Balta 740, Miraflores) lleva a cabo en su auditorio

un ciclo de conferencias sobre las diferentes

expresiones artísticas de la cultura afroperuana,

a su problemática y origen.

El martes 14, la docente Milagros Carazas

disertará sobre "La literatura afroperuana hoy"; la

historiadora Maribel Arrelucea continúa el martes

21 con "Afroperuanas: estereotipos y realidades"

y el viernes martes 28 culmina el ciclo el músico

Octavio Santa Cruz, con "Socabón: oralidad y

rima en la costa afroperuana". A las 19:30 horas.

Ingreso libre.

mo, como lo fue el propio Karamanduka y la gente de la

peña La Palizada.

Si para unos el trabajo de Nicomedes en pro de la di-

fusión de la cultura afroperuana fue loable, para otros, no.

La historiadora Maribel Arrelucea recuerda que el decimista

y folclorista limeño empezó a trabajar con "lo sensorial", y

otro era el contexto. "Empezó a mirar hacia adentro, eso hoy

para las organizaciones afro es una vergüenza. No se quiere

admitir que lo sensorial, como la música o mover el trasero,

y está la herencia del Señorita Verano Negro, en Chincha,

y también tiene identidad, y las oenegés lo ven como muy

negativo. Nicomedes empieza por lo sensorial, que hoy es

angular en la costa, en Lima, hay que admitirlo: le ha dado

un sabor a nuestra cultura peruana, sino sería aburrida".

Nicomedes era intuitivo, pero un problema de los primeros

movimientos afros, explica Arrelucea, es que adolecieron

de la falta de intelectuales: "Hubo mucho entusiasmo, pero

no visión desde la historia, la antropología, algo que recién

se subsanó en los años noventa, con afros con formación

académica y visión de futuro".

Hay un aporte afro que ha calado –como los festejos

que se bailan y gozan en todo el país–. Sin embargo, otras

expresiones culturales como la décima o el zapateo, no

crecen como hierbas del monte, también pueden perderse

porque se trata de tradiciones orales, que pasan sólo a

unos cuantos y si se descuida y no se piensa a futuro, van

a desaparecer, recuerda Arrelucea.

Octavio Santa Cruz siempre visita a su tía, doña Vic-

toria, quien permanentemente ha sido crítica con todo lo

que sucedía sobre los afroperuanos, pero hoy "no está tan

actualizada de lo que sucede", vive sus años de reposo.

"Ella nunca fue partidaria de los nuevos grupos, de la

llamada fusión, siempre le gustó lo tradicional, hizo lo que

tenía que hacer en su momento, divulgó y creó nuevas

cosas". Tampoco al guitarrista le vacila estos cambios de la

música y danza afroperuana: el aceleramiento del festejo o

las cada vez más breves vestimentas femeninas. Más que

avance y estudio, dice, la economía es el primer motor y

la urgencia de ser competitivos en el mundo globalizado.

Prima el "compromiso" con el público, que va a juerguear a

las peñas, que pide también grabaciones de cierta estética

y sabor, y no precisamente le interesa conocer de música

afroperuana. Jipi jay.

II. MIRADA FEMENINALa última estrofa del poema "Me gritaron negra", de Victoria

Santa Cruz, tiene colofón de aceptación, llega al puerto de la

identidad. Eso le sucede a muchas mujeres afroperuanas.

"Y bendigo al cielo porque quiso Dios/ que negro azabache

fuese mi color/ Y ya comprendí/ Al fin/

¡Ya tengo la llave!/ Negro, Negro, Negro, Negro."

Maribel Arrelucea explica que este poema hoy es el punto

de partida de un feminismo afroperuano, que ha puesto

el tema de esta minoría en la agenda. El feminismo actual

es más abierto a estos temas, a diferencia de los primeros

grupos de activistas de la década de los ochenta "limeñas,

blancas y de clase media".

Arrelucea prepara un libro sobre las esclavas limeñas del

siglo XVIII, quienes a pesar de su condición, del estereotipo

de "subordinadas" que le daba la sociedad, organizaron sus

redes y se vincularon con el resto de la sociedad en térmi-

nos amicales, sexuales y familiares. ¿Desde el siglo XVIII

hasta la actualidad se mantienen los estereotipos contra las

mujeres negras? "Se han replanteado con el tiempo. En la

colonia los estereotipos fueron muy fuertes: Se cumplían

tres cosas denigrantes: ser mujeres, esclavas y negras, que

las ponían en el último escalón de la sociedad".

Tampoco la llegada de la independencia a América

Latina, pese al discurso liberal, abrió un nuevo capítulo para

esta población. Criollos y españoles eran esclavistas, y carne

de cañón en sus ejércitos, con la promesa de libertarlos a

los dos años de servicio, fueron los afros.

Y de todas las capitales virreinales, Lima fue el bastión

más conservador. "Por eso aún hoy es muy difícil avanzar

en una sociedad más inclusiva. Mira que la ciudadanía

abierta, el voto de la mujer y del analfabeto, recién se

logró en el siglo XX, porque hay una resistencia enorme",

opina Arrelucea.

Los años ochenta son venturosos, porque abren la

posibilidad de encontrarnos como peruanos, se dan trabajos

académicos sobre género, clase y raza y se considera el

aporte de las otras minorías (chinos, negros y otros) como

partícipes de la sociedad peruana, y no solo la dicotomía

hispano/indígena o sólo desde el punto de vista artístico.

Arrelucea toma con pinzas la actitud de los afros que

están pasando por analizar, primero, el discurso, que lleva

más de dos siglos. "En Lima nadie dice negro, les resulta

denigrante, peyorativo, salvo que un afroperuano le diga

a otro, negro, incluso el uso de la palabra esclavo y dicen

"esclavizado".

Pero hablar de afroperuanos en vez de peruanos a

secas, como todos los que formamos este crisol de razas,

también suena como discurso separatista. "Creo –dice

Arrelucea– que las organizaciones afros están pasando por

un proceso de descubrirse a sí mismos, lo que implica,

primero, aislarse. Y después ya podemos volvernos, luego

volver a unir a este rompecabezas llamado Perú". Ella

espera que eso sea antes de 2021, cuando sólo hablemos

de peruanos y peruanas.

EXPERTOS. Octavio Santa Cruz y Margarita Arrelucea. RITMO. La música afroperuana es vivaz y cadenciosa.

Page 8: Variedades 229 negritos

8 VARIEDADES

PORTAFOLIO

Desde hace cuatro siglos, la fe de los cusqueños se manifiesta en interminables procesiones en honor al Señor de los Temblores, que sale por las calles bendiciendo a sus feligreses. Esa actividad mística ha sido retratada por la fotógrafa cusqueña Jazmín Lezama Rivas.

FE EN EL CRISTO MESTIZO

El Taitacha de los

Todos los cusqueños conocen el origen de la fe en la

venerada imagen del Taitacha Señor de los Temblores, el

Patrón Jurado del Cusco. Este se remonta a los tiempos

de la Colonia y la devoción se fue cimentando con los años. Hoy

es una grandiosa manifestación católica en la que confluyen

expresiones religiosas y ritos andinos.

Cada Lunes Santo sale la imagen en procesión desde la

catedral cusqueña. Durante su recorrido, recibe el homenaje de

diversas instituciones –civiles, militares y religiosas–. También

de fieles devotos que desde los balcones de sus casas arrojan

pétalos del ñucchu, una planta que florece por esa época del

año en los campos.

1650 es una fecha importante para los devotos del Taitacha

de los Temblores. A fines de ese año se registró un fuerte

sismo que destruyó la ciudad del Cusco. Las fuertes réplicas

generaron pánico entre la población. Los fieles sacaron en

procesión al Cristo Negro y luego lo colocaron en la puerta

de la catedral mirando a la ciudad. Los movimientos telúricos

se aplacaron.

La imagen del Patrón Jurado es llevada en hombros, en

una procesión que recorre las principales calles del centro de la

ciudad. Algunos refieren que el modo en que es llevado es similar

a como los incas solían llevar a las momias de sus ancestros.

La flor del ñucchu, que es arrojada por los feligreses al Señor

de los Temblores, era usada también por los incas, como un

ofrecimiento a sus dioses Kon y Wiracocha. Esta flor de color

carmesí, cuyos pétalos son dispersados por los fieles sobre la

imagen venerada, simboliza la sangre de Cristo.

Page 9: Variedades 229 negritos

Lunes 13 de junio de 2011 9

CUSCO

Temblores

EL COLOR OSCURO QUE OSTENTA EL TAYTACHA SE DEBE A QUE DURANTE MUCHO TIEMPO ESTUVO EXPUESTO AL HUMO DE LAS VELAS Y DE LOS INCIENSOS...

SINCRETISMO. En la procesión del Señor de los Temblores confluyen elementos del catolicismo y ritos andinos. La flor de ñucchu se utiliza desde la época de los incas.

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10 VARIEDADES

PORTAFOLIO

JAZMÍN LEZAMA REGISTRÓ MÁS DE 3 MIL FOTOGRAFÍAS DE ESTE FERVOR RELIGIOSO. EN ELLAS SE PERCIBE EL HOMENAJE A LA IMAGEN EN DIFERENTES MOMENTOS.

RECONOCIMIENTO. La festividad del Señor de los Temblores del Cusco fue declarada patrimonio cultural de la nación el 28 de diciembre de 2007; esta declaratoria reconoce a la festividad como un culto religioso que contribuye a la identidad nacional peruana debido a la riqueza de los elementos que conforman esta tradición religiosa.

Page 11: Variedades 229 negritos

NUESTRAMÚSICAEscribe: Manuel Acosta Ojeda

Lunes 13 de junio de 2011 11

Parecía un joven gigante de luto,

cuando entró por la puerta de la

casa de los Vásquez, con camisa

y pantalón negros. En la casa de Porfirio

Vásquez Aparicio, en la calle Huancabam-

ba, Breña, a media cuadra de la avenida

Arica. Nicomedes Santa Cruz Gamarra

se presentó, al envolver mi mano, con

su inmensa diestra de herrero, cálida y

sincera.

Era un día domingo y había un grupo

esperando a don Carlos Vásquez, hermano

de "Porfi", a quien "Nico" había desafiado

a un contrapunto de décima rezada, o

sea: sin canto. Por esos años –1950– no

había un "decimista" en Lima de la ca-

pacidad y fama de Carlos. Si el maestro

ganaba, realmente no pasaba nada, pero

si el nuevo lo hacía, Carlos quedaría "mal

parado". Razón por la que el reto nunca

se llevó a cabo.

Creo que pocas personas tuvieron la

suerte de conocer, tan de cerca, los inicios

artísticos de "Nico". Su férrea voluntad

de cultivarse, su avidez de incansable

lector consiguieron muy pronto formarle

una clara conciencia de la realidad y en

busca de la raíces de su raza, se enfrenta

con el sistema.

"Nico" es un autodidacta que nos da un

hermoso ejemplo: nunca es tarde para estu-

diar. Pero que también aprendió mucho de

sus amigos de barrio, artesanos, obreros,

desocupados, gente sencilla de Breña.

Su amor por la poesía y por la música

viene de casa, y fue reforzada en el hogar

de "Porfi". Su compadre Vicente "Coco"

era un fuera de serie; voz pequeña, pero

afinadísima, en "primera" y en "segun-

da". Sabio cantor de jarana, hoy llamada

marinera limeña, pero de competencia.

Habilísimo y muy ágil. Como guitarrista,

fue extraordinario, sin exagerar.

Vicente enriqueció el toque del so-

cavón, abrillantando la décima de "Nico".

Acompañaba también a las "rezadas". No

sólo se quedo en lo peruano, tocaba muy

bien lo tropical y llegó a tocar tangos con

el gran argentino Martín Torres.

La riqueza musical y guitarrística de

Carlos Hayre Ramírez influyó mucho en

su afecto por la belleza. Por mi parte,

le compartí algunos sueños, muy poco

rentables, pero que supo apreciar.

El 4 de junio de cada año, día de su

onomástico, se celebra el Día de la Cul-

tura Afroperuana, que sería más claro

y apropiado si fuese llamado Afrodes-

cendiente.

Su dolor indignado, cuando fue dán-

dose cuenta de la increíble crueldad del

español contra el negro esclavizado, lo

hizo escribir con tinta sangre la décima

que dedicara a su compadre Vicente.

Ritmos de la esclavitud

Contra amarguras y penas.

Al compás de las cadenas

Ritmos negros del Perú.

De África llegó mi abuela

vestida con caracoles,

la trajeron lo' epañoles

en un barco carabela.

La marcaron con candela,

la carimba fue su cruz.

Y en América del Sur

al golpe de sus dolores

dieron los negros tambores

ritmos de la esclavitud

Por una moneda sola

la revendieron en Lima

y en la hacienda "La Molina"

sirvió a la gente española.

Con otros negros de Angola

ganaron por sus faenas

zancudos para sus venas

para dormir duro suelo

y naíta'e consuelo

contra amarguras y penas...

En la plantación de caña

nació el triste socavón,

en el trapiche de ron

el negro cantó la zaña.

El machete y la guadaña

curtió sus manos morenas;

y los indios con sus quenas

y el negro con tamborete

cantaron su triste suerte

al compás de las cadenas.

Murieron los negros viejos

pero entre la caña seca

se escucha su zamacueca

y el panalivio muy lejos.

Y se escuchan los festejos

que cantó en su juventud.

De Cañete a Tombuctú,

De Chancay a Mozambique

llevan sus claros repiques

ritmos negros del Perú.

(1) Acompañamiento de guitarra para el canto de

las décimas de contrapunto

MI AMIGO "NICO"

AfrodescendienteReminiscencias de los inicios artísticos de Nicómedes Santa Cruz y homenaje al cultor de las décimas y al hombre afrodescendiente que se forjó en las lides poéticas de manera autodidacta

Page 12: Variedades 229 negritos

12 VARIEDADES

MÚSICA

MIKI GONZÁLEZ Y EL ROCK AFROPERUANO

Fusión sabrosa y candenteEn su reciente CD, titulado Fiesta Inkaterra, Miki González vuelve a fusionar la música electrónica, pero hoy hablamos con él sobre su trabajo de fusión entre el rock y los ritmos afroperuanos, sonidos que siempre ha mantenido vigente.

ESCRIBE: FIDEL GUTIÉRREZ M.

Tiene raíces españolas, sus costumbres son limeñas

y su música tiene una fuerte influencia afroperuana.

La fusión y la mezcla caracterizan la vida y obra de

Miki González; uno de los artistas que mejor ha logrado

combinar los ritmos negros gestados en nuestro país

con el rock y la electrónica. Lo demuestra el éxito de

varias de sus composiciones y la permanencia de éstos

en la memoria colectiva.

Su curiosidad innata y su temprano interés por el

legado sonoro africano en Occidente no le dejaban otra

opción que seguir ese campo musical. "No es posible que

hubiese hecho algo distinto a la música afroperuana",

señala convencido.

"En la música ese tipo de mezclas siempre ha exis-

tido", dice. "Cuando la gente de mi generación era ado-

lescente, escuchaba a The Beatles metiendo una cítara

de la India o una orquesta en el rock. Todas esas cosas

eran naturales en ese momento".

Para Miki el purismo tiene poco espacio cuando se

habla de lo afroperuano; género que en sí mismo puede

ser sinónimo de fusión, al reunir ritmos africanos e instru-

mentos que llegaron desde Europa, como la guitarra.

"Nicomedes Santa Cruz no era un purista, y él

inventó la mitad de la música negra que consumimos",

afirma al mencionar a uno de los personajes que más

Page 13: Variedades 229 negritos

Lunes 13 de junio de 2011 13

SONIDOS

hizo por difundir e investigar los orígenes e historia

de este estilo. "La cultura es así: Se reinventa y se

recicla", añade.

Sería una aparición televisiva de Félix Casaverde

(acompañando con su guitarra al compositor y cantante

Juan Mosto) la que llamó la atención de Miki respecto

al sonido afroperuano. Esa combinación de las raíces

africanas y el jazz con los géneros locales –en este caso,

el vals criollo– había llamado su atención tiempo atrás,

cuando estudiaba en el Berklee College of Music, en Es-

tados Unidos. Su búsqueda de autenticidad –iniciada con

su afición juvenil por el blues– lo había llevado también a

Brasil, ese paraíso musical en el que los sonidos locales

y regionales, gestados desde las comunidades negras, se

valían de instrumentos y de la influencia occidental para

configurar algo nuevo.

"No paré hasta que (el escritor y periodista) César

Calvo me presentó a Félix. Hoy todo el mundo toca como

él los valses, creo que sin saberlo".

Su encuentro con Casaverde –uno de los músicos

más influyentes del país– le permitiría a González tomar

contacto con el lado más auténtico de la música afro-

peruana y con sus mayores representantes.

INICIOS DE LA FUSIÓN"Si van a tocar rock, ¿para qué tienen un cajón?".

La pregunta la hace una de las asistentes al concierto

que se apresta a ofrecer Miki González y su banda en

el (hoy desaparecido) local de la Alianza Francesa del

centro de Lima. En esta cálida noche de febrero de 1986

la presencia del típico instrumento musical afroperuano

y del ágil Filomeno Ballumbrosio llaman más la atención

que las de un tal Andrés Calamaro y de Danny Melingo,

dos argentinos que, aprovechando la visita de su banda

–Los Abuelos de la Nada– a la Teletón, se han plegado

a esta troupé musical.

El cajonero hace lo suyo muy bien. Su instrumento

y su ejecución se adaptan con naturalidad a temas de

evidente raíz afro, como "Oba Meboto", la tradicional "A La

Molina", y al súper éxito "Dímelo, dímelo", así como a las

largas improvisaciones que el grupo desarrolla durante

su presentación. La fuerza y la cadencia de Miki en la

guitarra complementan a la perfección las secuencias

rítmicas que emanan de una batería programada.

Nadie debía sorprenderse. Filomeno es parte de una

de las familias más tradicionales de El Carmen, distrito

de Chincha poblado mayoritariamente por afroperuanos.

Guiado por César Calvo, González llegó hasta esa comarca

en 1978 y conoció a Amador Ballumbrosio, patriarca

de un numeroso clan, zapateador y cantor, además de

memorioso guardián de las canciones y bailes propios de

su gente. Sería el inicio de un periodo de colaboraciones

entre el músico y la mencionada familia, cuyos integrantes

empezaron a ganar protagonismo en sus conciertos a

partir de 1991, después que el músico se apartara un poco

de la influencia de la música post-punk británica y el rock

en castellano made in Argentina, para incursionar con el

Desde su primer disco –Puedes ser tú, de 1986– Miki

González introdujo elementos afroperuanos en los

esquemas propios del rock; en este caso, aportando

cadencias rítmicas a composiciones deudoras de la

new wave anglosajona de comienzos de los años 80. El

instrumental "Brian Meno" –un panalivio con un sonido

trabajado al estilo de los grupos del sello inglés 4AD– es

un buen ejemplo.

Su siguiente paso fue mimetizarse con las vertientes

más asequibles del post-punk británico para dar a luz

Tantas veces, su segunda producción, de 1987. Las

máquinas ya no generan la base rítmica de canciones

como "Ponte tu vestido", sino la batería de Pelo Madueño,

a la que acompaña el cajón de Filomeno Ballumbrosio.

Incluso una pieza de sonoridad muy 'dark', como "Pri-

mavera especial" cuenta con ese elemento.

Lo mismo ocurre en "La cosa está normal" y "Un po-

quito de cariño", composiciones eminentemente roqueras

de Nunca les creí (1989), su tercera grabación, que incluye

una lectura muy respetuosa del clásico "A La Molina", y

"La huelga de los panaderos"; una yunza negra.

A partir de Akundún (1993), Miki incidiría en mezclar

la música afroperuana con referentes negros de todo el

mundo. El repertorio, además de incluir el archiconocido

tema que da título al CD, presenta cantos tradicionales

de Chincha, como el panalivio.

Sus posteriores trabajos –Miki González, de 1995, y

Mikongo y su Kachanga, de 1998– se orientarían hacia

terrenos similares, añadiendo elementos andinos. En

medio de ellos, González Blues (1996) fue su reencuentro

con la música negra hecha en el delta del Mississippi. Ya

durante el presente siglo se abocaría a la electrónica, hasta

Landó por Bulerías (2010), donde mezcló lo flamenco

con lo afroperuano.

CON GUITARRAS (ELÉCTRICAS) Y CAJÓN

MÚSICA. Miki González resalta el aporte de lo afroperuano a la música popular. "Este género es sinónimo de fusión", afirma. Arriba izquierda, en 1978 conoció a Amador Ballumbrusio, con quien inicia un periodo de colaboraciones con el mencionado clan.

disco Akundún en fusiones mucho más pronunciadas,

basadas en vertientes musicales de raigambre africana

de alcance universal, como el reggae, el dancehall y la

música nordestina brasileña, pero también en variantes

locales, como el festejo y el panalivio.

Así, gracias a temas como el mencionado, "A go-

zar sabroso" y "La pequeña" (y, unos años antes, con

el videoclip de "Lola", rodado en El Carmen), Lima y

las demás urbes peruanas entraron en contacto con

Chincha y la parte más visible de sus manifestaciones

artísticas, incrementándose el interés de músicos y

mortales comunes por esta zona, hasta entonces más

olvidada de lo que está ahora. Sin embargo, González

no coincide con quienes alguna vez han considerado a

dicha localidad como una suerte de cuna de la música

y danzas afroperuanas.

"Lima tiene un componente muy grande del aporte de

cultura afroperuana, y en el norte también hay mucho de

ello", señala. "Toda la música de este tipo que se consume

ahora prácticamente es la propuesta de Victoria y Nicome-

des Santa Cruz, que eran limeños, y de Ronaldo Campos,

quien fundó Perú Negro, y que nació en Cañete".

González también destaca la figura de Porfirio Vás-

quez, músico, cantante y compositor, natural de Auca-

llama, localidad de la provincia limeña de Huaral, y del

cañetano Caitro Soto; todos ellos notorias influencias

en su música, así como en la de todos aquellos que

actualmente cultivan los ritmos negros peruanos.

Page 14: Variedades 229 negritos

14 VARIEDADES

GASTRONOMÍA

ESCRIBE: SUSANA MENDOZA

Todas las cocinas de América Latina son profunda-

mente mestizas, incluso la española señala una de

las cocineras más destacadas del país, Isabel Álvarez

Novoa. No hay cocinas puras. Todas son resultado de

procesos históricos y culturales antes, durante y después

de una conquista.

España, por ejemplo, tiene una cocina mes-

tiza por los siete siglos de presencia árabe y por

las contribuciones que recibió de las culturas

como la fenicia, griega, romana. "Es una fortuna

que existan estos matices en la cocina, y en

otras expresiones de la cultura como la danza

y la música" afirma la dueña del restaurante "El

Señorío de Sulco".

Para Isabel en el Perú no hay cocina negra,

no existe un plato netamente africano. "La ver-

dadera globalización no es la actual, económica

y política, si no la que se acaba en el siglo XVI.

Europa llega a la tierra fértil de América cargada

de todas las culturas que la nutrieron. Trae con-

sigo sus cocinas, recetas, actitudes, añoranzas

y codicias", comenta.

Uno de esos platos emblemáticos del

Perú como chanfaina, es una variante de la

chanfaina andaluza, sur de España, producto

de la presencia africana que se situó en esa región. Esa

chanfaina cuando llega a América del Sur se enriquece

durante el desarrollo de la conquista en Bolivia, Ecua-

dor, Argentina y Brasil cuando los africanos que se

aposentaron en esas tierras, reinventaron sus propias

propuestas.

La chanfainita no ha conservado su origen de proce-

dencia. Probablemente los españoles andaluces trajeron el

plato. "Aquí se enriquece, pues mientras allá se espesa con

pan, aquí se hace con papa", cuenta Álvarez. Más adelante

se le incluye cebolla china y el ande se hace presente a

través del mote que se coloca como guarnición.

"Creo con todo mi corazón que la inventiva popular, de

mediados del siglo XIX hasta mediados del XX fue sabia y

respetuosa para incorporar elementos que recrearon platos

originarios que llegaron con la conquista, y no desvirtuaron

APORTE DEL MESTIZAJE EN EL PAÍS

Cocina libre y generosaUn delicioso anticucho, una contundente sopa seca o una sabrosa chanfainita, nos remiten a olores y sabores únicos y especiales que se han configurado desde tiempos de la colonia y la llegada de los primeros africanos al Perú.

su esencia. Le dio partida de nacimiento, en este nuevo

vientre, que es el mestizaje del Perú".

EL APORTEPara la presidenta ejecutiva de LUNDU, Centro de

Estudios y Promoción Afro Peruanos, Mónica Carrillo

Zegarra, el aporte afro peruano se reconoce en algunos

platos específicos. Por ejemplo, en el uso de vísceras

en el mondonguito, anticucho, rachi o pancita. Pero

también en la cocción de otros manjares, como los

frejoles y el seco.

Reconoce que otra reserva culinaria afro se manifiesta

en la elaboración de tamales, carapulcra o sopa seca. Al

respecto, Isabel Alvarez señala que el tamal tiene múltiples

variantes que vienen desde la colonia. "Lo cierto es que

"CHANFAINA FUE UN PLATO CALLEJERO, DE PICANTERÍA. LUEGO SE QUEDÓ EN LAS ESQUINAS, COMO HASTA AHORA."

la preparación es la misma: se chanca un grano de maíz,

se muele, se le coloca manteca, o lo que se quiera, un

relleno según el gusto de la cocinera y se cocina en baño

María", afirma.

Por su parte Sonia Carrillo cuenta que la carapulcra

en El Carmen (Chincha) es de papa fresca y no de papa

seca, igual que en Kenia. "Existe una matriz africana", dice.

Y señala que la mujer transmite la cultura, la

lengua y la cocina. El comer, no solo se asocia

con una función fisiológica, sino también como

práctica cultural y visión del mundo.

En la colonia y el virreinato, la alimentación

de Lima recayó en las manos de las afrodescen-

dientes esclavizadas, cuenta Carrillo Zegarra. "La

comida limeña, hoy tan extendida en el mundo,

partió de un conocimiento afro", dice.

Y el trabajo de las mujeres negras en las

cocinas urbanas fue más valorado que en el

campo; y las labores en la casa familiar fueron

un poco menos duras que en las plantaciones.

Eso les permitió relacionarse con sus amos

de manera distinta, comenta la representante

del LUNDU.

La presencia de la cultura negra en nuestro

país se dio en la costa norte y en la del sur. Des-

graciadamente, dice la cocinera Isabel Álvarez,

aún no existen estudios sobre los platos que

prepararon. Sin embargo, usaron algunos insumos como

la manteca, que la trajeron los españoles, y la utilizaron

las mujeres negras, y su uso continúa en algunos platos

norteños.

Para Álvarez el aporte africano tiene una importancia

extraordinaria en nuestro país, pero se desconoce la magni-

tud de su presencia en nuestra cultura por los estereotipos

formados, asociados a la música, el uso del cajón o la forma

del hablar. Por eso sus comidas fueron marginadas por

los europeos y luego por los mestizos.

Chanfaina, por ejemplo, se asocia con algo despectivo:

"esto es una chanfaina". Procede del vocablo "zambila" que

significa: deterioro y desprecio. Y "Chamfai" viene de un

término africano, una palabra, que se usa para denotar cosa

menor, desprecio. "Me enoja que se le llame así a un plato

tan importante para nuestro imaginario popular", afirma.

Page 15: Variedades 229 negritos

Lunes 13 de junio de 2011 15

TINTAFRESCA

ESCRIBE: RUBÉN YARANGA MORÁN

No es reciente el interés de los arqueólogos japoneses

por investigar el desarrollo de nuestras culturas prehis-

pánicas. Esta historia se remonta a más de cincuenta

años atrás con la llegada de una misión arqueológica de la

Universidad de Tokio. La primera prueba se fundamenta en

las excavaciones realizadas por Seiichi Izumi en Kotosh.

Desde ese año, 1960, hasta la actualidad se ha sumado el

aporte peruano. Un trabajo colectivo para desenterrar las

grandezas de la humanidad, en este caso del hombre peruano

en la etapa prehispánica.

Del fruto de esa cosecha laboriosa efectuada en Caja-

marca, para ser más preciso en Kuntur Wasi, ubicado en la

provincia de San Pablo, por el equipo de arqueólogos dirigido

por el profesor Yoshio Onuki, nace el libro Gemelos prístinos.

El tesoro del templo de Kuntur Wasi, que relata y describe con

detalle la investigación desarrollada por la misión arqueológica

de la Universidad de Tokio y en la que el pueblo de Kuntur

Wasi tuvo una participación entusiasta. El libro lleva la firma

de los profesores Yoshio Onuki y Kinya Inokuchi.

De impactante tapa dura, que es la puerta de entrada

para conocer los secretos y tesoros de Kuntur Wasi, el libro

trabajado con esmero en sus 157 páginas tiene el singular

sello del Fondo Editorial del Congreso del Perú y es grata

realidad gracias al invalorable grano de arena brindado

por la Minera Yanacocha. Esfuerzo público y privado para

la difusión de los más "significativos descubrimientos ar-

PRESENTAN LIBRO SOBRE TEMPLO PREÍNCA

El misterio de Kuntur Wasi queológicos nacionales". Y del que Gemelos prístinos... es

la punta de la madeja.

Dos presentaciones y el prólogo escrito por Yoshio Onuki

acompañan a los cinco capítulos del libro. Las fotografías de

las excavaciones proporcionan el respiro necesario al lector.

Y en las últimas diecinueve páginas presenta un catálogo

que describe las cerámicas y artesanías descubiertas en las

excavaciones. El responsable de este trabajo es el fotógrafo

japonés Yutaka Yoshii.

El primer capítulo, "Kuntur Wasi y los orígenes de la

civilización andina", escrito por Yoshio Onuki, aborda las

excavaciones de Kotosh en 1960, 1963 y 1969. Lo que se

descubrió permitió afirmar que había cerámicas diferentes

al estilo Chavín y construcciones de piedra. Las investiga-

ciones iban de sorpresa en sorpresa. La mayor de ellas fue el

hallazgo del Templo de las Manos Cruzadas, construcción de

La publicación del libro Gemelos prístinos. El tesoro del templo de Kuntur Wasi confirma el pasado maravilloso del Perú y también la tarea conjunta de los investigadores japoneses y peruanos que trabajan incansablemente para desentrañar los misterios de la cultura preínca.

acabado refinado. El radio de influencia de Kotosh se expande

y llega a las cercanías del valle de Huánuco, lo que sintetiza

los inicios de la civilización andina. Hace tambalear la idea

de que Chavín es la cultura madre.

En "Las excavaciones en Kuntur Wasi" se dice que el lugar

se sitúa en el cerro La Copa. En 1946, Julio C. Tello formó un

equipo para realizar excavaciones en San Pablo. En 1982 y

1983, un grupo alemán levantó un plano del terreno, mas

no efectuó excavaciones. Las investigaciones se efectuaron

para esclarecer el vínculo que existía entre Kuntur Wasi con

otros lugares contemporáneos de Cajamarca. En 1988 se

iniciaron los trabajos y los encargados fueron los japoneses

Yoshio Onuki, Yasutake Kato y Kinya Inokuchi y las peruanas

Lucénida Carrión Sotero y Muriel Pozzi-Escot. En 1989

encontraron tres tumbas. Los trabajos prosiguieron y los

hallazgos también. En 1983 se construyó el museo Kuntur

Wasi, que tiene una historia muy interesante en la que el

pueblo es el protagonista porque quiere encargarse de la

administración de su patrimonio.

El tercer capítulo, "Cronología y secuencia arquitectó-

nica de Kuntur Wasi", lo escribe Kinya Inokuchi; el cuarto

capítulo, Las tumbas especiales", y el quinto capítulo, "Los

gemelos prístinos y otras representaciones iconográficas",

le pertenecen a Yoshio Onuki. En el último capítulo, el autor

–en palabras de César Zumaeta– "interpreta la figura de los

'gemelos prístinos', diseñada en filigrana de oro. Los gemelos

de la bella nariguera ceremonial indicarían el origen de la

agricultura y del hombre civilizado".

"EN 1946 JULIO C. TELLO FORMÓ UN EQUIPO DE ARQUEÓLOGOS CON EL FIN DE REALIZAR EXCAVACIONES EN SAN PABLO".

Page 16: Variedades 229 negritos

16 VARIEDADES

ELOTROYO

ENTREVISTA: SUSANA MENDOZA SHEENCARICATURA: TITO PIQUÉ ROMERO

El personaje de Julia es capricho-

sa, ¿cómo es usted?

–... uhmmm... ¿Cómo yo? No,

yo soy intensa, y quizá me parezco a

Julia en eso.

¿Intensa por apasionada?

–Vinculo la intensidad con el

compromiso que tengo con cualquier

proyecto en el que me involucro.

¿Amoroso también?

–¡En todo el sentido de la palabra, todos

los proyectos son impactantes. No hay uno más

que otro!

¿Es una mujer de hechos o de palabra?

–De los dos. Me gusta que las personas cuenten

conmigo, con mi compromiso, presencia y tiempo en

cualquier proyecto que me involucro. Pero también con

mi capacidad de confrontar y discutir. Para el montaje

teatral son necesarios los espacios de refl exión de lo que

la obra quiere decir. Por lo general, quien dirige tiene una

visión que uno comparte o no.

No es común que las mujeres confrontemos...

–Aquí en nuestro país. He vivido en Argentina, y es

diferente. Creo que tiene que ver con la educación. En

el hogar existe un espacio ideal para la confrontación:

la sobremesa. Mi padre siempre insistió en que co-

miéramos juntos. Fue un ritual importante.

¿En su adolescencia fue fácil confrontar para

usted?

–Fui una adolescente muy comunicativa. Mis her-

manos más bien fueron reservados. Siempre me sentí

cómoda al hablar, de decir lo que pienso y de compartir

mis emociones también.

FIORELLA DE FERRARI

“Soy curiosapor naturaleza”Fiorella De Ferrari, actriz y maestra de educación inicial, conversa con facilidad y se reconoce parte de una estirpe de mujeres genovesas fuertes e intensas. En la actualidad protagoniza la obra La señorita Julia, que va de jueves a lunes en el teatro ISIL.

Se dice que la gente hace teatro para compensar

su timidez...

–No es mi caso. No me considero una persona tímida,

sino sociable. Disfruto compartir con otros, de tener espa-

cios de conversación. Me gusta trabajar en equipo. Estoy

acostumbrada por los dos trabajos que realizo...

¿Cuál es el otro trabajo?

–Soy maestra de educación inicial. Trabajo desde

muy joven con niños, y con ellos se generan espacios

muy bonitos de diálogo por su capacidad de interpretar

el mundo con mucha libertad, y construir sus propias

teorías sobre cómo funcionan las cosas.

Es una mujer comunicativa, ¿fue difícil interpretar

el personaje de Julia?

–Sí, porque Julia busca a Juan, el criado, por una

profunda soledad, su necesidad de sentirse amada y vivir

todos los límites posibles. Es su forma de sentir más.

Debe haberla confundido ser hija de una madre liberal,

feminista y un padre conservador.

¿Se identifi ca con Julia en esa búsqueda?

–Me identifi co con ella en su necesidad por explorar.

No me identifi co con su soledad ni su necesidad por

sentirse amada.

En su caso, ¿qué inspira su necesidad de

explorar?

–La posibilidad de aprender más. Soy curiosa

por naturaleza, así nací.

¿Qué reconoce que tiene de semejante con

una mujer indígena?

–Mucho y poco. Somos mujeres, tenemos

un registro histórico y genético que compar-

timos. Hemos sido preparadas para muchas

cosas, tenemos emociones e interpretaciones

sobre la vida, semejantes y diversas. Pero fui-

mos criadas por familias distintas, ubicadas en

zonas distintas y de orígenes diferentes.

¿Qué siente que tiene de italiana?

–Cuando visité Génova, me invitaron a ver el

mausoleo de los De Ferrari. Había fotos, y una es-

pecie de árbol genealógico. Cuando vi el rostro de las

mujeres, me di cuenta que venía de ellas. Seres muy

fuertes, expresivos, dominantes, expansivos, con mucha

presencia. Seguramente, complicadas también por ser de

mucho carácter. Es lo que he heredado por lado paterno.

Me sentí reconocida en ellas, y sentí alivio.

¿Por qué alivio?

–Cuando vine al Perú, con frecuencia sentía vergüenza

de ser muy comunicativa, de sustentar mis ideas, de dis-

frutar del debate. Me sentía incómoda por ser así, porque

me encontraba en espacios donde las mujeres debatían

poco o cambiaban de tema.

¿Le creó inseguridad?

–No, pero sí cierta vergüenza. Pero entendí que tenía

que contenerme en este contexto.

¿Qué podría tener Julia de usted?

¿De mí? Mi interés por vivir hasta ser bien

vieja (risas).

Entrevista completa en www.andina.com.pe