Coyuntura 93

COYUNTURA

CCUn producto de The Media Services www.themediaservices.info

CONTENIDOCarmen Castilla Miranda

DIRECTORA

Análisis y opiniones

[email protected]

AÑO 4 GUATEMALA, 08 DE FEBRERO DE 2010 NÚMERO 93

Godo de Medeiros(Guatemala)

El Pollo de la fiesta

¿Cuándo capturarán a otros políticos

y empresarios corruptos?

Los otros tambiénPavel Matute(Guatemala)

Ramiro MacdonaldLa video-política chapina

(Guatemala)

Saquen al torturador del RenapEdin Hernández

(Guatemala)

Los descendientes de DrabaGodo de Medeiros

(Guatemala)

A 30 años de una masacreNery R. Villatoro Robledo

(Guatemala)

Justicia con reservas o “libertad” sin justiciaEdin Hernández

(Guatemala)

El éxito estuvo contigoGodo de Medeiros

(Guatemala)

¿Linchamiento en la Landívar...?Nery R. Villatoro Robledo

(Guatemala)

Deccio Lizzardy SerranoMás que mil palabras

(Guatemala)

COYUNTURAAnálisis y opiniones

editorial

Un producto de The Media Services www.themediaservices.info

Pollo Ronco sólo debiera ser el primero de una amplia listaLa justicia cayó sobre el expresidente Alfonso Portillo Ca-brera, el bonachón zacapaneco que se ufanó de ser un presidente popular pero que ahora es acusado de haberse apropiado de millones de dólares del erario nacional.Portillo se convierte en un caso concreto para la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), encabezada por el español Carlos Castresana, pero a cuya captura se agrega la esperanza de que caigan más políticos y empresarios corruptos.Si eso llegara a suceder, quizá la confianza de los guatemal-tecos comience a volcarse sobre las entidades que aplican la justicia en el país, pero si no se da, lo más seguro es que se siga abonando la creencia de que El Pollo Ronco, como

se le conoce popularmente al ex mandatario, sólo sea un chivo expiatorio con el que se busca apantallar a la opinión pública y generar una imagen de lucha contra la impunidad, inexistente en términos reales.Hoy, el ex gobernante está tras las rejas en el sector 12 del Centro Preventivo para Hombres de la zona 18, pero en el sentir popular lo que se espera es ver más caras de ese tipo tras las rejas, ya que caso contrario hasta el Eliot Ness español podría salir mal parado y ser señalado de sólo in-tentar engañar a los guatemaltecos de a pie con espejitos, mientras los que han hecho de las suyas con los fondos del Estado caminan impunemente por cualquier calle de la ciudad o del interior del país.


nacionales


El Pollo de la fiesta

Godo de Medeiros (Guatemala)Periodista, poeta y narrador. Trabajó en el desaparecido radioperiódico Guatemala Flash, Prensa Libre, periódico Universidad, la desaparecida revista Tinamit, el Diario de Centroamérica y elQuetzalteco. Ha colaborado con las revistas electrónicas La Insignia y Albedrío. Fundó las revistas literarias tayer y VozUrbana.

[email protected]

Ahora que el ex presidente Alfonso Portillo Cabrera se halla tras las rejas, es preciso recordar algunos actos de su administración (2000-2004), sin que ello signifique absolverlo de prácticas indecentes en las que haya incurrido junto con otros funcionarios de su gobierno. Recordemos que al régimen portillista se le conoció también como el de las tres cabezas, porque en las grandes decisiones intervenían el vicepresidente Juan Francisco Reyes López y el presidente del Congreso Efraín Ríos Montt, los propietarios del Frente Republicano Guatemalteco (FRG).Durante el periodo de Portillo no hubo incrementos desmedidos

en los productos de la canasta básica como tampoco en el servicio de electricidad. Hubo una política de asistencia al campesinado guatemalteco con la entrega de fertilizantes baratos y en algunos casos hasta fueron distribuidos gratuitamente.Los precios del pollo y del azúcar se mantuvieron estables e

incluso bajaron cuando Portillo abrió las aduanas para importar piezas del ave desde Estados Unidos y toneladas del edulcorante de Cuba y Brasil.En el sector financiero hizo también reformas para evitar cobros

indebidos a los cuentahabientes y usuarios de tarjetas de crédito. Además, durante los cuatro años de su gestión fue incrementado el salario mínimo para la clase trabajadora.En síntesis, Portillo implementó medidas progresistas que de

alguna manera ayudaron a las magras economías de millones de familias guatemaltecas de escasos recursos económicos. Y fueron justamente esas medidas las que incomodaron a la ciertos sectores elitistas, particularmente a las familias Gutiérrez-Bosch, propietarias del monopolio de la crianza y venta de pollo en Guatemala.En un artículo publicado en La Hora hace algunos años, Reyes

López contó la historia de una discordia entre las mencionadas familias y el Gobierno por una hidroeléctrica de nombre Renace, pero también por la importación de maquinaria e insumos para la

industria avícola.Quisiera equivocarme, pero creo que Alfonso Portillo no ha sido

perseguido ni finalmente encarcelado por los millones de quetzales que habría extraído de las arcas públicas sino porque desafió al poder real en este país: La oligarquía. Y pueda ser que no sea toda la oligarquía sino una parte de ella, con los Gutiérrez-Bosch a la cabeza.Ojalá esté equivocado, insisto, pero de no ser así que triste

resulta el papel de la justicia, pues estará actuando de una manera indecente dejándose presionar por una revancha, una discordia derivada de unos negocios que no salieron bien para alguien. Esto no ayuda en nada al llamado “proceso de fortalecimiento del sistema de justicia”. Lo debilita por el contrario, porque lo pone del lado de la balanza donde pesa más el poder histórico que reina desde la Colonia.Tras la captura del popular Pollo Ronco, el país de nuevo se

ha dividido en dos frentes: Pobres y ricos. Los primeros alegan que por qué no se captura a los ex presidentes Jorge Serrano, Álvaro Arzú y Óscar Berger (incluidos sus parientes y funcionarios de gobierno), porque todos han robado, mientras los segundos aplauden la humillación infligida a un hombre salido del pueblo que se atrevió a desafiar sus privilegios, aunque todo haya quedado en desafíos nada más, porque las estructuras del poder económico siguen igualitas a como han estado siempre. ¿Quién ha ganado y quien ha perdido con la captura de

Portillo? Pueda que Álvaro Colom.



nacionales

Los otros también

Con gran despliegue logístico y estratégico fue capturado el ex presidente Alfonso Portillo, tiene serias acusaciones en su contra, por peculado aquí en Guatemala y por lavado de dinero en los Estados Unidos, todas las evidencias apuntan a que él y un grupo de funcionarios de su gestión gubernamental se robaron un montón de millones de quetzales.

Al igual que Portillo que ya está durmiendo en el preventivo de la zona 18 deberían estar los implicados en estos malos manejos y corrupción, hay algunos presos pero no son todos los que participaron, el Ministerio Público debe cumplir con su deber de investigar y acusar a los responsables de tan execrables hechos, Guatemala no se merece tener gente tan corrupta y ladrona dentro de los funcionarios, ministros y diputados que están al frente de la administración gubernamental.

Pero no sólo los de el gobierno de Portillo, hay que empezar a escarbar desde los gobiernos militares, durante los cuáles –como todos sabemos- la corrupción campeaba tranquilamente, muchos se enriquecieron ilícitamente, luego con la “era democrática” que da inicio con Vinicio Cerezo, luego Jorge Serrano, cuyo mandato terminó Ramiro de León, Álvaro Arzú, el ya procesado Alfonso Portillo, Oscar Berger y el actual Álvaro Colom, a todos ellos se les debe investigar y de ser necesario acusar, encarcelar para juzgarlos y condenarlos a muchos años de cárcel, porque es un secreto a voces que en cada periodo presidencial ha habido malos manejos del erario.

Pero no sólo a ellos, también averiguar sobre la forma en que invirtieron el dinero los diferentes ministerios en cada periodo, los diputados tampoco se escapan, es sabido que allí en el Congreso se hacen negocios nada claros, se compran voluntades fácilmente y se tranza a granel con el bienestar de los guatemaltecos.

Claro que esto será muy difícil de llevar a cabo, por varias razones, dentro de ellas que muchos de los delitos cometidos ya prescribieron, se cumplieron los plazos establecidos por la ley, también que no hay voluntad política, recordemos que dentro de los políticos partidistas se tapan con la misma chamarra, lástima.

Los otros que deberían estar en la misma situación que Portillo o bien ya con sentencias condenatorias son los genocidas, asesinos, causantes de las masacres que sufrió Guatemala, allí se debe incluir a Efraín Ríos Montt y a todos los que con él reprimieron violentamente a los guatemaltecos, esos delitos de lesa humanidad, violaciones a los Derechos Humanos no prescriben, ya se murió Romeo Lucas García, pero no su hermano Benedicto, ni tampoco Ángel Aníbal Guevara, Germán Chupina es otro de los muertos, Pedro Arredondo todavía vive, por mencionar a algunos de los más famosos por sanguinarios, pero no son los únicos.

Son muchos los que se prestaron a la sistemática Violación a los Derechos Humanos de la población guatemalteca, desde funcionarios, ministros, hasta coroneles, comandantes de las zonas militares, oficiales y la tropa, a ellos se debe juzgar también, así como a todos aquellos que se aprovecharon desde las policías, los cuerpos clandestinos, los partidos políticos como el MLN que decía ser el de la violencia organizada, todos los comisionados militares, los caciques de los diferentes pueblos, gobernadores y un largo etcétera.

Ojalá que el Ministerio Público saque provecho de la presencia de la CICIG, que los Fiscales aprendan como se deben llevar a cabo las investigaciones, utilizando todos los medios tecnológicos y científicos para esclarecer los diferentes hechos, que aprendan a trabajar con mucha valentía, sin que nadie se entrometa, separarse de los poderes fácticos y no que al cabo del termino en que la CICIG deje de trabajar en Guatemala, volvamos a los mismos compadrazgos, los otros también tienen que pagar por sus delitos.

Pavel Matute (Guatemala)Periodista y licenciado en Comunicación por la Usac. Posee una maestría en Reingenie-ría, Cum Laude, por la Universidad Galileo. Ha laborado en medios de comunicación, así como en relaciones públicas.

[email protected]


nacionales


Sigue...

El director del Registro Nacional de Personas (Renap), Enrique Cossich debe ser destituido, como tributo a su insigne esmero como amo y señor de la colas en Guatemala, y por convertir en un guiñapo a una institución concebida para garantizar el registro de personas, y borrar la telaraña de cédulas falsas y muertos con voto duplex.

Cossich se ha dedicado a endosar su incapacidad al gobierno bajo el escudo de opositores, esos que buscan votos baratos, y de paso, sabotear el avance del Documento Personal de Identidad (DPI), sabidos que cada atraso provocado por su indigente mandamás, los acerca a confabular en lo que tienen experiencia: la negra maniobra del fraude electoral.

En dicha componenda también bailan magistrados del Tribunal Supremo Electoral, cuyas quejas por falta de plata suenan a chantaje de que sin dinero no se actualizará el padrón, y ¡ohh sorpresa!, han de caer en la votación mixta: cédulas buenas o falsas y DPI.

El mayor descaro del jefe del Renap radica en pregonar que no cumplirán los plazos para entregar el documento debido a los atrasos en los desembolsos oficiales. Sí esa fuera la regla, entonces por qué están las empresas que construyen carreteras y puentes pidiendo cacao al Ministerio de Comunicaciones. La respuesta es porque esas compañías han invertido préstamos o capital en la obra, y solo al final les cancelan el resto de la deuda.

Con ese antecedente, repetido en las licencias de Maycom y los pasaportes, cómo es que en el Renap Cossich quiere que primero le paguen a la firma favorecida. Y otra duda, ¿qué hace con la platilla de certificaciones, dpis y otros servicios tardíos que ofrecen?

Mientras el señor se pierde en su retórica del bla, bla, bla, las colas crecen a diario en todas las oficinas del Renap, con miles de personas que se duermen de pie en busca de la ventanilla siempre lejana.

La situación es crítica porque cuando por fin se llega frente al empleado, deber ir chilqueado para que todo esté en orden: nombres y demás datos correctos. Allí recibe el aviso para volver en dos meses por el DPI. “Pero es mejor venir una semana después”, nos dijo un empleado.

No es cuento

Cuando escuchamos esa recomendación en el Renap de la Plaza Etisa, claro, en segunda visita, habían pasado tres horas, la mayor parte de ellas de pie, sin gota de agua y por ende sin acceso a descargas líquidas. Vimos a dos empleados llegar una hora tarde, otros levantarse, uno más debía anotar a los 100 aprobados para DPI, y un moreno muy esforzado en su trabajo y en sacar sonrisas a sus pacientes coleros.

Hablamos que un solo diligente empleado estaba dispuesto para una creciente fila de angustiadas personas, que superaba las 20.

Por el contrario, cuando en la primera visita hay problemas, el calvario trae consigo flagelación, corona de espinas, y requiere, seguro, visitar otras sedes así como billetera gorda para el notario.

Como dirían aquellos sabihondos, nos estamos superando, y Cossich saca una especie de postdoctorado con nosotros ya que ha duplicado el plazo para ir por el plástico, muy seguro dice él.

Ese día también vimos al famoso huelguero, el Sordo Barnoya, confesó en tercera cita para recoger una certificación de

Saquen al torturador del Renap

Edin Hernández (Guatemala)Tiene 25 años como periodista, en ese tiempo ha sido editor de Internacionales en La República, re-dactor del Semanario de la Universidad de Costa Rica y corresponsal de la AFP. Tiene estudios en So-ciología y una maestría en Dirección de Medios. Es Editor de Nacionales en Nuestro Diario.

[email protected]


nacionales


nacimiento. Un empleado bien peinado y diligente trabajador le dijo que esperara a las 9am. A dicha hora, el Sordo de nuevo inquirió. “¿Cómo vamos amigo?”. Y aquél sin ver la máquina del tiempo, replicó: “A las 9 le atiendo señor”, de nuevo muy amable.

Quejas sobre quejas

En otro de los casos más recientes, digno de escándalo que debería llevar al responsable de patitas pa´la calle, el pasado 22 de enero denunciaban en la radio el corte de la energía en la sede de Villa Nueva. ¿Y por qué les quitaron la luz? Simple y llanamente por falta de pago.

Eso apenas es una muestra de la mala administración del mero mero del Renap. ¿Será que Cossich se entera de eso, o sólo vive preocupado por sus alianzas con la oposición, la que cree llegará a la Presidencia para seguir como cabeza de ese desmadre?

Según las quejas, lo de Villa Nueva es de “ripley”. A falta de energía eléctrica, para medio chambear, sacaron una planta, pero al calentarse la máquina, la debían desconectar por tres o cuatro horas para recuperar sus alientos. Eso significa sumarle el mismo tiempo a la larga espera de los clientes. Y el defensor del usuario, ni por asomo. Y Cossich, tampoco.

Al volver al puesto de Etisa, vale mencionar que no hay baños

ni alguien que informe con precisión, ya que algunos papeles pegados son insuficientes, por ejemplo, como cuando un hombre llegó a inscribir a su recién nacido, y no podía cumplir con llevar a su esposa, ya que fue nacimiento por cesárea.

Así que el reto está en quién le va a poner el cascabel al gato. O tal vez sea más preciso preguntar, ¿quién le va a cortar las alas a Cossich para devolverlo por donde llegó? No vale ni siquiera darle las gracias por ser el más grande promotor de enormes y odiadas colas en esta pobre Chapinlandia.

Como dice aquel cuate locutor, muy animado por la radio, “urrrrgeee” poner al frente del Renap a un profesional que con su trabajo garantice el rescate del principal documento de identidad personal. Hay decenas de hombres y mujeres probos para tal reto.

El Renap no es posible que lo dirija un ingeniero industrial, como dice la ley, pero las máquinas no funcionan, el carné se tarda una eternidad en ser extendido, y para ajustes, algunos cuestionan que en verdad sea tan bueno en calidad como se pregona. Así que inge, mejor renuncie antes que lo corran.

Del gobierno tampoco nos olvidamos. Debe poner orden en ese caos, como también la plata que haga falta, sin cubrir a la empresa distribuidora, y lo que sin coacción requiera el TSE.


nacionales


Hace miles de años, en un lugar de la antigua Roma, y a solicitud de unos clientes jóvenes ávidos de un espectáculo sangriento, dos esclavos fueron conminados a destazarse en la arena de una escuela de gladiadores. Uno de ellos era el célebre Espartaco y el otro era Draba, a quien las crónicas identifican también como El Africano.

Cuando dieron la orden de iniciar el combate, El Africano corrió desde el centro de la arena hacia el palco y no hacia su contrincante. Empuñó con fuerza un tridente y en el camino derribó a cuanto soldado le salió al paso. Una multitud de guardias armados finalmente lo detuvo antes de que llegara adonde estaban los jóvenes clientes y el obeso negrero esclavista llamado Léntulo Baciato, el amo. Allí mismo lo lancearon y murió con sus ojos negros mirando el cielo azul de una hermosa mañana.

Después de aquel acto heroico, mezcla de ternura y fraternidad entre compañeros de clase y de rebeldía e indignación frente a la más grave miseria humana que encarnaba la Roma imperialista de aquellos tiempos, Espartaco levantó a los esclavos en contra de lo que fue el primer poder implacable y feroz que haya existido sobre el planeta.

Muchos siglos después, en la última década de los años 1700, un hijo de un esclavo descendiente de africanos organizó una rebelión de esclavos que derrotaron nada menos que a las mismísimas tropas de Napoleón Bonaparte. Aquel hijo de esclavo también fue esclavo en su niñez y juventud y se llamó François Dominique, a quien las crónicas identifican como Toussaint L´Ouverture (El Iniciador). Murió encarcelado en Francia en 1803, pero el 1 de enero del año siguiente, Haití inscribía su nombre en la historia como el primer país de América Latina en lograr su independencia.

Aquella gesta libertaria, sin embargo, se convirtió en una

especie de condena perpetua para este país cuyo nombre significa Tierra montañosa. Ni los franceses ni los ingleses ni los estadounidenses perdonaron la osadía de unos esclavos que decidieron ser hombres libres.

Desde 1804, Haití comenzó a ser asediada, y un siglo más tarde, en los inicios de los años 1900, el nuevo Imperio, más poderoso y más bélico que aquel contra el que lucharon Draba y Espartaco, implantó sus propias leyes y decidió que este pequeño país, como escarmiento, regresara a la época de esclavitud.

Haití es el país más pobre del continente después de que Francia, Inglaterra y Estados Unidos lo esquilmaran endeudándolo hasta el punto de arrancarle su soberanía económica, política y social. Y para colmo de colmos, el terremoto del pasado 12 de enero destruyó el 80 por ciento de la infraestructura (viviendas, escuelas, hospitales, etc.) y causó la muerte de más de 111,000 personas (extraoficialmente se calcula que la cifra de fallecidos podría llegar a los 200,000), además de decenas de miles de heridos y desaparecidos.

Tras la devastación, el Imperio se apresuró a inundar de soldados el país (como si se tratara de Irak o de Afganistán), mientras que los modernos Baciato, como en los tiempos del comercio de esclavos, aprovechan para comerciar con niños. Para las empresas constructoras del nuevo Imperio, la desgracia haitiana ha resultado ser una bendición.

Así de trágica es la realidad para los descendientes de Draba.

Los descendientes de Draba


[email protected]


nacionales


Hay dos cosas relacionadas con la historia de Guatemala, especialmente la historia reciente, la del último medio siglo, “dignas” de mencionarse: una de ellas es que los guatemaltecos, la inmensa mayoría, no tienen (o no tenemos) memoria histórica; la otra es que la historia de nuestro país merece ser reconstruida, enseñada en todos los niveles de la educación (pública y privada) y difundida para que todos, absolutamente todos los guatemaltecos sepamos algo de lo que ha ocurrido. En los pensum de estudio actuales esa historia trágica apenas aparece, apenas se menciona, prácticamente se ignora. Todavía se sigue contando, en esencia, la historia de los vencedores.Hace apenas un mes conmemorábamos el 13 aniversario de

haberse firmado los acuerdos de paz entre el gobierno guatemalteco y la guerrilla de la URNG, con lo que se dio por finalizada la guerra interna que sacudió al país por más de tres décadas; apenas el 31 de enero recién pasado conmemoramos el 30 aniversario de la masacre de la Embajada de España a manos de las fuerzas de seguridad de la dictadura militar encabezada, en ese entonces, por Romeo Lucas García. Una hecho de extrema crueldad olvidado por quienes vivían en ese entonces, e ignorado por quienes eran apenas unos niños o aún no habían nacido.Dijo la Comisión para el Esclarecimiento Histórico en su informe

Guatemala, memoria del silencio, en relación a las masacres: “Especial gravedad reviste la crueldad que la CEH pudo constatar en muchas actuaciones de agentes estatales, especialmente efectivos del Ejército, en los operativos en contra de comunidades mayas. La estrategia contrainsurgente no sólo dio lugar a la violación de derechos humanos esenciales, sino a que la ejecución de dichos crímenes se realizara mediante actos crueles cuyo arquetipo son las masacres... (las masacres) constituyeron no sólo un acto de extrema crueldad sobre las víctimas, sino, además, un desquiciamiento que degradó moralmente a los victimarios y a quienes inspiraron, ordenaron o toleraron estas acciones”.La masacre de la Embajada de España fue ordenada por las más

altas esferas de poder de ese entonces: Lucas García (presidente), Donaldo Álvarez Ruiz (Ministro de Gobernación), Germán Chupina Barahona (Director de la temible Policía Nacional), entre otros. No fue la primera (años antes habían ocurrido la masacre de San Sirisai, de la cual es responsable directo Ríos Montt, y la de Panzós, en Alta Verapaz), pero acaso tiene un punto de distinción

entre las 626 masacres ocurridas en todo el país documentadas por la CEH: se llevó a cabo en plena ciudad capital, en horas del día, frente a la incredulidad de gente que fue testigo del hecho y dentro de una sede diplomática, la Embajada de España, es decir, en territorio español.Esta masacre confirmó que la dictadura militar y lo más

reaccionario del poder económico, la oligarquía, no tendrían límite en su lucha contrainsurgente, inmersa en la política de seguridad nacional diseñada en Washington para toda América Latina. La violación sistemática y permanente de los derechos humanos, elevada a rango de política de Estado muchos años antes, cobraría una nueva y terrible dimensión.Treinta años después, las 37 víctimas de ese crimen, entre

ellas don Vicente Menchú, padre de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, aún esperan que la justicia sancione a los responsables. De éstos, unos han muerto (Lucas García y Chupina Barahona), mientras de Donaldo Álvarez Ruiz se desconoce su paradero. ¿Cómo hacer para que no ocurran hechos parecidos si los criminales de guerra andan sueltos como si nada?Lo que ocurre en este mundo, en esta nuestra Guatemala en

particular, es irónico: Estados Unidos solicita la extradición de un ex Presidente guatemalteco por supuesto lavado de dinero en bancos de ese país, pero da refugio a un temible terrorista como el cubano anticastrista Posada Carriles; la justicia guatemalteca, solícita, procede a girar orden de captura para esa extradición, pero cuando la justicia española evoca la extraterritorialidad para juzgar crímenes de lesa humanidad cometidos en Guatemala contra ciudadanos españoles, la justicia guatemalteca duerme el sueño de los justos.

A 30 años de una masacre

Nery R. Villatoro Robledo (Guatemala)

Tiene estudios en Historia. Ha sido activis-ta de Derechos Humanos; es columnista de prensa y analista político.

[email protected]


nacionales


Este maltrecho país, cobijo de toda calaña de impunes, parece haber llegado a la encrucijada impuesta por la Cicig, al demostrar que para abrir la senda hacia la justicia, debe privar la ley, lo cual implica evitar filtraciones y litigar por los medios de comunicación.Aunque en nuestro caso pareciera ir contra la corriente,

son indispensables esas restricciones o reservas dictadas para evitar que antes que el juez, todo el mundo sepa que en su despacho pedirán una orden de captura contra algún sospechoso criminal, todo porque la noticia ya se difundió por radio, prensa y televisión, sin necesidad de cadena nacional.Eso sí, es preciso advertir que tampoco han de permitirse

ocurrencias particulares que veden derechos constitucionales, como por ejemplo el de defensa. Ya lo dice la Constitución, toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y en consecuencia, podrá, igual, por mandato constitucional, tener acceso a un defensor.Porque en un estado democrático, en el que impere el estado de

derecho y el régimen legal, hasta ese delincuente tiene la opción de pagar por asesorarse o acudir a la defensa pública. De lo contrario sigamos en la ley de la selva, nos ahorramos la plata de la Cicig, el MP y el Organismo Judicial, y para solucionar pequeños o grandes problemas está el sicariato de Rodrigo Rosenberg.Entonces, el clamor mediático que pregona como incontrolable

la violencia, y que vaticina la imposibilidad de salir a trabajar y retornar vivos, deberá irse acostumbrando a que las reservas judiciales se han de respetar como ocurre en muchas o casi todas las partes del mundo, durante las investigaciones judiciales.Hay países aún con mayores reservas, como España y Costa

Rica en donde de los detenidos solo se divulgan los apellidos, ni que decir de los menores de edad. Pero en este jolgorio chapín, los periodistas, muy eruditos en leyes, invocan el 35 constitucional para meterse hasta los baños de fiscales, jueces y al corazón de las reyertas cuando estallan los motines carcelarios.Sin embargo, la Comisión Internacional contra la Impunidad en

Guatemala (Cicig), del español Carlos Castresana, ha demostrado en el caso Rosenberg la imperiosa necesidad de cerrar la puerta

detrás del último investigador, porque de lo contrario, los sicarios del auto mandado a matar se habrían fugado.Aún queda por verse sí también esa medida funciona en la

investigación por el asesinato de Khalil Musa y su hija Majorie, el 14 de abril pasado. Porque con todo y el deseo periodístico por divulgar todo con olor a noticia, no siempre es bueno que ese todo vea la luz. Muchas veces esa falsa luminaria solo traza la ruta de escape a los forajidos.De manera que es preferible publicar una información completa,

como cuando Castresana develó a los cuatro vientos los detalles del novelesco asesinato de Rosenberg, pirateado del final de la telenovela “Sin tetas no hay paraíso”, a que nunca se llegue ese momento, porque se contaminó la causa y los culpables se evadieron entre incompetencia y corrupción de filtraciones.. Aún pueden imaginarse a Castresana desde el primer día

declarando que “tenemos dos celulares”, etc., etc., pues seguro el casito ese sería otra perla en el rosario nuestro de impunidad.Pero no, llegó el momento de hacer valer la ley, en ningún

momento se veda el derecho constitucional de informar y de tener acceso a las fuentes noticiosas, porque los regalos, aunque se compran antes, se abren hasta en la navidad. Lo anterior nos lleva a privilegiar las investigaciones sin obstáculos,

sin filtraciones, hasta encontrar a los criminales, sean asesinos o de cuello blanco, y demostrar en juicio, allí sí, muy público, su culpabilidad, a que antes, tengamos detalles del hecho, salpicados con pistas falsas, en una aparente abundancia informativa, pero clausurada con impunidad. Eso definitivamente no es justicia.

Justicia con reservas o “libertad” sin justicia

Edin Hernández (Guatemala)Tiene 25 años como periodista, en ese tiempo ha sido editor de Internacionales en La República, re-dactor del Semanario de la Universidad de Costa Rica y corresponsal de la AFP. Tiene estudios en So-ciología y una maestría en Dirección de Medios. Es Editor de Nacionales en Nuestro Diario.

[email protected]


nacionales


Si en algo confiamos ciegamente es en el azar. De lo contrario no existirían loterías, bingotones, telepromos, bingos, casinos y otros juegos de la suerte. El azar camina de la mano de la teología. El primero puede sacarnos del purgatorio económico, mientras la otra salvarnos del mismísimo infierno. Por eso no es extraño escuchar frases como “primero Dios me gano la lotería” o “Dios mediante y esta vez sí vamos al Mundial”.

Con el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, Fidel Castro proscribió los juegos de azar, para que la gente no depositara su futuro en el banco de la casualidad. Hizo bien Fidel, pero Cuba es Cuba y Guatemala es Guatemala. Y para nosotros, azar y teología son inherentes a nuestro ser. Algo así como nuestros rasgos de identidad visibles.

Digo esto porque entre noviembre y diciembre de 2009, Comunicaciones Celulares (Comcel), propietaria de Tigo, organizó una lotería durante 42 días, en los que repartió Q100 mil diarios y un último sorteo de Q500 mil, sumando en total Q4 millones 600 mil en premios. Los participantes tenían que enviar, desde sus teléfonos celulares, mensajes de texto a un costo de Q7.50 cada uno. El que más mensajes enviara, más posibilidades tenía de ganar.

Y siendo Guatemala un país con mayoría de habitantes en pobreza extrema, la avalancha de concursantes no se hizo esperar, por aquello de que “Dios quiera que nos ganemos algo”. De los 4.7 millones de clientes de Tigo, al menos participaron 3.5 millones. Y aquí viene lo bonito, lo excitante, el chile cobanero sobre el caldo de gallina criolla: Sólo con el primer mensaje enviado por cada participante, la compañía recaudó Q26 millones 250 mil, casi seis veces más de lo que distribuyó en premios.

Pero si el caldo está sabroso, imagínense cómo estará la carne. Resulta que para poder ganar Q100 mil, había que enviar por lo menos unos 50 mensajes, una inversión de Q375.00 que,

multiplicada por 3.5 millones de usuarios, nos da una cantidad cercana a los Q1,312 millones 500 mil diarios, lo que en 42 días sumarían Q55,125 millones.

Lo sé. Dirán que exagero. Bueno, partámoslo a la mitad: 1.7 millones de participantes: Q27,562 millones 500 mil. Pero digamos que fue la mitad: 850 mil concursantes: Q13,781 millones 250 mil. Insistamos, vamos otra vez a la mitad: 425 mil usuarios: Q6,890 millones 630 mil. Y como aún no me creen, pues de nuevo a la mitad: 212,500 clientes: Q3,445 millones 320 mil.

Claro, siguen sin creerlo. Propongo entonces: 106,250: Q3,445 millones 320 mil. Otra concesión: 53,125: Q1,722 millones 660 mil. ¿Quieren más? 26,563 participantes: Q861 millones 330 mil. ¿Hasta dónde bajamos? Bueno: 13,282 concursantes: Q430 millones 665 mil. Ahora sí, la penúltima: 6,641 usuarios: Q215 millones 332 mil 500. No, una última: 3,321: Q107 millones 666 mil 250.

Para ser una promoción de mensajitos en un lapso de 42 días, yéndonos a los datos mínimos, Q107 millones 666 mil 250 no está mal para una transnacional como Comcel y su marca Tigo. Pero la lotería fue a nivel mundial y la suma de centavitos por aquí y por allá ha de haber sido exitosa.

Dios mediante y nuestra fe en el azar, Guatemala contribuirá para que el éxito vuelva a estar conTigo en 2010.


El éxito estuvo [email protected]


nacionales


Recién he leído una nota en Facebook, cuyo contenido deja estupefacto a cualquiera. Incontables veces hemos oído de linchamientos en cualquier punto del país, en una comunidad remota de la que ni el nombre habíamos escuchado, en una cabecera municipal o departamental, incluso en la misma capital. Pero un linchamiento en una casa de estudios superiores como el que se denuncia ocurrió en la Universidad Rafael Landívar es algo inaudito. ¡Tres personas de 21, 16 y 11 años fueron objeto de linchamiento por 300 enardecidos (y envalentonados) estudiantes landivarianos que los acusaban de ladrones.

Hubo un momento en el que los linchamientos se convirtieron en algo así como el pan nuestro de cada día, parecido a lo que hoy día son los asesinatos de pilotos del transporte urbano y extraurbano de rutas cortas. La gente se acostumbró a ellos, y hubo quienes llegaron a verlos como algo necesario para detener el incremento permanente de la delincuencia. Más aún, hubo quienes los justificaban bajo este aserto: justicia con mano propia ante la inoperancia del sistema de administración de justicia. Un acto tan vil y macabro, antítesis de la justicia, visto como un acto de justicia.

Todo esto sólo se puede entender en un país en el que las violaciones a los derechos humanos en las décadas de 1970, 1980 e incluso en los primeros años de 1990, es decir, los asesinatos, las desapariciones forzadas e involuntarias (¡secuestros pues!), e incluso las masacres, el común de la gente los explicaba (simple y sencilla justificación) afirmando que (las víctimas) “en algo andaban metidos”. Es decir, los asesinados, secuestrados o masacrados eran gente de la guerrilla o izquierdistas o dirigentes estudiantiles o sindicales o gente que supuestamente apoyaba a la guerrilla que merecía morir… Era una manera absurda y estúpida de explicar la carnicería que desataron oligarcas y chafarotes y que supuso más de 200 mil víctimas.

De la misma forma que hoy muchos asesinatos y los linchamientos se explican tan absurda como estúpidamente: son mareros, delincuentes, narcos. Aquí a muchas víctimas no les concede siquiera el beneficio de la duda: si lo mataron, es porque en algo andaba metido… Vaya paisito éste.

¿De qué manera se puede entender un acto tan salvaje como éste que se denuncia ocurrió en la Universidad Rafael Landívar? Un acto en el que un niño de 11 años fue hospitalizado con trauma de cráneo y de tórax, y del que hubo quienes se ufanaron de haberle dado con el tacón del zapato en la cara. ¡Vaya estudiantes éstos! ¡Linchadores! ¡Viles y vulgares linchadores; delincuentes, criminales! Y vaya

Universidad que deja pasar un acto como éste, como si fuera cualquier partido de fútbol de ésos que al medio día se juegan en las canchas que usan incluso estos estudiantes.

Si la Universidad Rafael Landívar cerró hace ya algunos años el bar El Reducto por unas fotografías de estudiantes en estado de ebriedad haciendo streeptease que circularon por internet, y expulsó a las susodichas, ¿qué espera para tomar alguna medida ejemplar contra estos linchadores? Dicen que hay un vídeo que muestra a algunos de los linchadores, es decir, hay evidencia de los hechos. Una investigación interna debería ser el primer paso; la expulsión de los hechores, el segundo. El tercero, entregar las pruebas a las instituciones de justicia que corresponda para que se les deduzcan responsabilidades.

Da pena que un grupito que arrastró a 300 estudiantes a un acto como éste, ponga en entredicho a una Universidad que tiene mucho de qué sentirse orgullosa. Pero igual da pena que sus autoridades se crucen de brazos y que simplemente envíen un correo interno a sus trabajadores afirmando que eran unos cuantos estudiantes landivarianos que ayudaron a la gente de afuera a pegarle a los delincuentes… que fue reportado a las autoridades para que brinden más seguridad a la universidad. ¿En dónde están los valores éticos y morales y los principios de justicia que enseña la Landívar? Esto se preguntan estudiantes (que los hay, y muchos) que se sienten avergonzados e impotentes ante este hecho.

¿Linchamiento en la Landí[email protected]

Nery R. Villatoro Robledo (Guatemala)

Tiene estudios en Historia. Ha sido activis-ta de Derechos Humanos; es columnista de prensa y analista político.


nacionales


Todos las noches, como un rito comunicacional masivo, miles y miles de chapines asisten a una cita muy importante, que casi nunca deben olvidar o perder, salvo el día viernes que adquiere una dinámica nocturna diferente Esa infaltable cita diaria es, nada menos, que con un aparato de televisión, muchas veces instalado en la habitación, en la sala o en el comedor. Cuando no se tiene oportunidad de sintonizar el noticiero de la noche, se siente como si faltara algo al otro día al levantarse de la cama y asistir a los centros de trabajo.

¿Por qué? Porque se han perdido las memorables imágenes del más reciente escándalo político, o las fuertes declaraciones de un diputado con diarrea mental, o las actitudes pueriles de otra señora en el parlamento (lanzándole un vaso de agua a otro vecino) o las acciones espectaculares de algún mediático personaje de nuestra realidad chapina. Hay momentos que muchos guatemaltecos, no pueden dilucidar si las situaciones que han visto, cada noche en el noticiero, realmente las ha vivido o son producto de su imaginación, en lo que Álvaro Cuadra llama “paramnesia mediática”.

Esto no le ocurre sólo a los ciudadanos de este país, sino a muchísimos televidentes del mundo contemporáneo, que están pendientes de lo que sucede en las pantallas de televisión, para “entretenerse” poco antes de dormirse. Ellos encienden “su tele”-como dijimos- en forma ritual, y luego cierran sus ojos, buscando el descanso reparador del sueño.

Pero en sus cabezas, esas imágenes dan vueltas y más vueltas, en sus sueños, pero esa iconografía va a parar al inconsciente colectivo, como representación común que tiene cada cultura, individualizada según cada quien las pueda captar. Y sucede que estas imágenes, del noticiero nocturno, forman parte de una selección noticiosa de periodistas que buscan, con mayor énfasis, un carácter espectacular que convertirse en explicativo de la realidad.

Esas imágenes de los noticieros nocturnos (es mejor ampliar este concepto a todos) son necesariamente fugaces; únicamente con matices de entretención, con claras intenciones de diversión, con fines exclusivos de esparcimiento o de pasatiempo. No se busca aclarar lo que pasa en el Congreso, por ejemplo, sino repetir las más fuertes tomas de la tarde, sin contextualizar el suceso. Y por supuesto, los parlamentos, las diputaciones, los senados, los mismos ayuntamientos, que tienen que ver con la creación de leyes, regulaciones, etc implica una labor de procesos complejos, largos y hasta tediosos… pero se convierten (en el mundo entero) en fuentes de noticias fuertes, pero por las cosas que pasan fuera del marco de su actividad formal…son

proveedores de los más variados escándalos políticos. Esto sucede cada noche, cuando no hay motivos para pensar que,

detrás de alguna de las noticias que se reciben, hay intereses ocultos o “manos peludas” que manejan la información, para mover ciertos elementos del contenido de aquellas imágenes que vemos en la pantalla, que serán convertidas en el tema del día siguiente en los centros de trabajo.

De allí la importancia que tienen las noticias de los tele informativos, o por lo menos las implicaciones éticas que los estudiosos de la comunicación le descubren a los grandes medios televisivos, que en lugar de utilizar ese enorme poder de impacto social que poseen, simplemente “espectacularizan” la realidad, convirtiendo los hechos más altisonantes en noticias de primer orden. Hechos, incluso, sin mayor relevancia para la vida social.

Verbigracia: la captura y las declaraciones del ex presidente Portillo, las búsquedas de los narcotraficantes en el oriente del país y hasta los fuertes sucesos en el interior del Congreso Nacional. Esto también forma parte del espectáculo que se cuela todas las noches, junto a los extraordinarios accidentes viales, con su cauda de dolor y muerte…y algunas masacres en las colonias marginales, en la que el irrespeto por el dolor de los familiares de las víctimas, debería de ser sancionado por alguien… no sé quien, pero alguien debería de velar porque esos cuadros (de dolor humano) no se transmitieran en la TV o en los diarios sensacionalistas. Porque es aprovechar la muerte, para captar audiencias, y de paso insensibilizar a los telespectadores.

Para finalizar, esas imágenes nocturnas de los noticieros de televisión, forman parte de lo que ya describí como Telerrealidad, en un práctica de la video-política que nos afecta a todos. Y Guatemala no es la excepción, lamentablemente.

Ramiro Macdonald (Guatemala)Maestrando en Comunicación para el De-sarrollo por la Usac y docente de las uni-versidadesRafael Landívar, Panamericana y San Carlos. Ejerció periodismo por 26 años. Fue director del radionoticiero Gua-temala Flash.

[email protected]

La video-política chapina


imágenes


Más que mil palabras

Deccio Lizzardy Serrano(Guatemala)

Fotógrafo profesional. Su especialidad es el fotoperiodismo, actividad a la que se dedica desde hace 15 años. Actualmente es coedi-tor de fotografía en Nuestro Diario.

En la vida no todo es política, vio-lencia, falta de educación o de

salud. También hay personajes que se

convierten en el entretenimiento de grandes y chicos.

News & Politics

Coyuntura 93