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Xq se va la luz

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¡En fin! ¿Por qué se va la luz?

Por Edwin Guerra*

Durante el último medio siglo hemos escuchado las más inverosímiles excusas de “por qué se va la luz”.

Que si “pinches de calderas”, o si el “vuelo de chichiguas; a los dominicanos nos han bombardeado con

todo tipo de pretextos para justificar por qué se va la luz para unos y “no llega” para otros. Se ha

satanizado a los generadores, la renegociación de los contratos, la renacionalización de las EDEs, las

tarifas altas, el robo generalizado. En fin, todos tenemos la culpa de problema eléctrico, excepto los que

han estado a cargo de resolverlo. Mientras tanto, la luz se sigue yendo; y resignados, ya nos hemos

“acostumbrado” a los apagones, al extremo de que la población ha perdido la esperanza de que algún

día tener luz las 24 horas. Solamente los “muy dichosos” moradores en Las Terrenas y Punta Cana,

donde la distribución es privada, o residentes en complejos como Casa de Campo, Metro y demás

proyectos energéticamente independientes, ostentan este “privilegio”. Como reflejo de esta percepción,

el índice de calidad del servicio eléctrico del Foro Económico Mundial 2010-2011 sitúa al país en la 8va

peor posición entre 139 países. Pero, ¡en fin! ¿Por qué se va la luz?

El representante del BID en el país, lo resumió magistralmente: “el problema NO es que la gente no

pague, sino que no se factura ni se cobra a los usuarios, pero hay que pagarles a los generadores”.

Afortunadamente, las autoridades actuales al frente de la CDEEE y los nuevos gerentes de las EDEs,

tienen bien claro que la raíz del problema es financiera. Desafortunadamente, éstos no son magos ;y ni

su gran experiencia, decisión y buena voluntad será suficiente para eliminar el problema. El Gobierno y

los organismos financieros internacionales deberán sin dudas darles “una mano”.

Los datos del informe de la CDEEE sobre desempeño en el 2009 del sector eléctrico revelan que los

cobros realizados por las EDEs apenas cubren el 67% de sus costos. La diferencia se financia con crédito

de los generadores. Pero éstos sólo pueden aguantar 40 a 60 días, porque cuando tienen que volver a

comprar combustible, si no tienen los recursos, no les queda otra opción que apagar sus plantas. Y se

disparan los apagones. El Gobierno hasta tiene presupuestado un subsidio para cubrir este “faltante”.

Cuando se excede (como ocurrió nuevamente este año), el Estado se endeuda o recorta el presupuestos

de sus instituciones. O sube la tarifa como el año pasado. Pero esto es “políticamente incorrecto” y

“cuesta votos”, por lo que (contrario a la ley) la misma se mantiene congelada ¡hasta nuevo aviso!.

Pero un ajuste de la tarifa que aportaría unos US$400 millones, resulta insuficiente para contener “el

sangrado” del sector eléctrico fruto de las pérdidas comerciales de más de US$800 millones. Aunque,

con US$0.21/Kwh tenemos la 2da tarifa más barata del Caribe, con excepción de Trinidad & Tobado que

produce gas y petróleo (según la Caribbean Electric Utility Service Corp.); cuando nos comparamos con

los países de Latinoamérica miembros de la CIER (Comisión de Integración Energética Regional), nos

situamos en una posición intermedia para los clientes residenciales de baja tensión (con US$0.118 y

0.161 el kWh). Sin embargo, para los clientes comerciales e industriales de media tensión, la “puerca

retuerce el rabo”. Para estos grupos, cuyas tarifas oscilan entre US$0.232 y $0.248 el kWh, ocupamos la

2da y 1ra posición (hasta un 7% por encima de países como Brasil), lo cual refleja, cual gravamen fiscal,

la pesada carga del subsidio que pagan nuestras empresas para poder solventar la ineficiencia de las

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EDEs (del Gobierno) de evitar las pérdidas comerciales en su operación. Esto merma su competitividad y

provoca desempleo.

Un análisis presentado al FMI por la industria eléctrica local (y que pueden bajar desde mi blog

www.bonoluz.blogspot.com) revela que si estas pérdidas no existieran, el sector generaría un superávit

del 3% sobre los costos del sistema estimados en US$2,010 millones. Aunque algunos atribuyen dichas

pérdidas a que “medio país se roba la luz” (mito que confiamos haber aclarado en nuestra pasada

entrega), la realidad es que a partir de las cifras de la CDEEE, el robo de energía significó sólo 1,168 Gw

(ó US$150 millones valorados al costo ó US$233 MM valorados a precio de mercado). Esto representa

menos de un 30% de las pérdidas del sector. El BID y las autoridades del sector están más cerca de la

verdad cuando advierten que es en la falta de facturación y por tanto, de cobro, por parte de las EDEs,

donde está el problema. A esta causa le antecede la falta de medición a 2 de cada 3 hogares conectados

al sistema, puesto que la energía que no se mide, tampoco se puede facturar, ni mucho menos cobrar.

Si a los 1.6 millones de hogares sin medición, le imputamos un consumo medio de 100 kWh al mes, las

pérdidas por falta de medición se estiman para el 2009 en 2,536 Gw (US$308 MM al costo), para un 58%

de las pérdidas totales de ese año. Este consumo incluye los 1,158 Gw “perdidos” en los barrios PRA,

donde los “clientes” solo pagan el 11% de su consumo. Para ese año estimamos que la falta de cobro

generó solo el 13% del total de pérdidas (546 Gw ó US$70 MM). Reconocemos que debido al precario

estado y deterioro de la mayor parte de las líneas de distribución, habría que “ajustar” en un 10% las

cifras antes indicadas. Debido a la ausencia de recursos, por la falta de cobro de las EDEs, las redes no

pueden mejorarse, ni el consumo medirse, ni dar un servicio de calidad a los que pagan; causando

cuantiosas pérdidas tanto a las EDEs, como en pérdida de vidas y enseres a los mismos usuarios que no

pagan el servicio. ¡En fin!, la luz se va, por la falta de visión de quienes estuvieron al frente del sector

eléctrico por tanto tiempo y la tradicional falta de voluntad de los Gobiernos. Felizmente ya superadas

ambas, ahora es por la falta de recursos suficiente a dedicar exclusivamente a la restauración de las

redes y medición eficiente de TODOS los usuarios. ¿Cómo lograr esto, cuánto costaría y en qué tiempo

se haría?, será objeto de nuestra próxima entrega.

*, El autor es economista ([email protected]) Mas información en www.bonoloz.blogspot.com