20
NO PONGÁIS LA LÁMPARA DEBAJO DEL CELEMÍN Evangelio según el Espiritismo. Cap. XIV Ricardo Cardona Cuervo

No pongáis la lámpara debajo del celemín

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: No pongáis la lámpara debajo del celemín

NO PONGÁIS LA LÁMPARA DEBAJO DEL CELEMÍN

Evangelio según el Espiritismo. Cap. XIV

Ricardo Cardona Cuervo

Page 2: No pongáis la lámpara debajo del celemín

LÁMPARA DEBAJO DEL CELEMÍNPOR QUÉ JESÚS HABLA POR PARÁBOLAS

No se enciende unacandela para ponerladebajo del celemín; masse pone sobre elcandelero para quealumbre a todos los queestán en la casa. (SanMateo, cap. V, v. 15).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 3: No pongáis la lámpara debajo del celemín

No hay nadie que, despuésde haber encendido unalámpara, la cubra con unavasija o la ponga debajo dela cama; más la ponga sobreel candelero, para que, losque entren, vean la luz;porque no hay nada secretoque no haya de serdescubierto, ni nada ocultoque no haya de serconocido y manifestadopúblicamente. (San Lucas,cap. VIII, v. 16 y 17).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 4: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Sus discípulos, acercándose,le dijeron: ¿Por qué leshabláis por parábolas?Respondiéndoles dijo:Porque a vosotros, os esdado saber los misterios delreino de los cielos: más aellos no les es dado. Yo leshablo por parábolas porqueviendo no ven y oyendo nooyen ni entienden.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 5: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Y la profecía de Isaías se cumple en ellos, cuandodijo: Escucharéis con vuestros oídos y no oiréis;miraréis con vuestros ojos y no veréis. Porque elcorazón de este pueblo está entorpecido y susoídos se quedaron sordos, y cerraron sus ojos demodo que sus ojos no vean, que sus oídos nooigan, que su corazón no comprenda, y queestando convertidos, yo los sane. (San Mateo, cap.XIII, v. de 10 a 15).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 6: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Les hablo por parábolas, porque no están enestado de comprender ciertas cosas; ven, miran,oyen y no comprenden; decírselo todo sería inútilen este momento; pero a vosotros os lo digo,porque os es dado comprender estos misterios.Trataba, pues, con el pueblo, como se hace con losniños cuyas ideas no están aún desarrolladas.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 7: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Lo mismo sucede con los hombres en general que con los

individuos; las generaciones tienen su infancia, su juventud y su

vejez; cada cosa debe venir a su tiempo, pues el grano sembrado

fuera de estación no fructifica. Mas lo que la prudencia manda a

ocultar momentáneamente, debe descubrirse más o menos tarde,

porque llegados a cierto grado de desarrollo, los hombres buscan,

ellos mismos, la luz viva; la obscuridad les pesa. Habiéndoles dado

Dios la inteligencia para comprender y guiarse en las cosas de la

Tierra y del cielo, quieren razonar su fe; entonces es cuando no se

debe poner la candela debajo del celemín, porque sin la luz de la

razón, la fe se debilita.Ricardo Cardona Cuervo

Page 8: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Si, pues, en su sabia previsión, la Providenciasólo revela verdades gradualmente, las revelasiempre que la Humanidad está madura pararecibirlas; las tiene reservadas, pero no debajodel celemín.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 9: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Así todas las religionestuvieron sus misterios, cuyoexamen prohibieron; peromientras esas religionesvan quedando retrasadas,la Ciencia y la inteligenciahan marchado y rasgado elvelo misterioso; el vulgo seha vuelto adulto y haquerido penetrar en elfondo de las cosas, yentonces rechazó de su felo que era contrario a laobservación.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 10: No pongáis la lámpara debajo del celemín

“No puede haber misterios absolutos y Jesús está en lo cierto cuando dijo que no hay nada secreto que no deba ser conocido. Todo lo que

esta oculto será revelado un día, y lo que el hombre no puede comprender aún en la Tierra, le será sucesivamente revelado en los mundos más avanzados, y cuando estuviere purificado;

en este mundo, él está aún en tinieblas”.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 11: No pongáis la lámpara debajo del celemín

LOS SANOS NO TIENEN NECESIDAD DE MÉDICO

Estando Jesús a la mesa, en la casa de esehombre (Mateo), vinieron muchos publicanos ypersonas de vida mala, que se sentaron a lamesa con Jesús y sus discípulos; y viendo estolos fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por quévuestro Maestro come con los publicanos ypersonas de vida mala? Mas Jesús, oyéndoles,les dijo: Los sanos no tienen necesidad demédico, sino los enfermos. (San Mateo, cap. IX,v. 10, 11 y 12).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 12: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Jesús se dirigía, sobre todo,a los pobres y a losdesheredados, porqueéstos son los que tienenmás necesidad deconsuelos; a los ciegosdóciles y de buena feporque quieren ver y no alos orgullosos que creenposeer toda la luz y notener necesidad de nada.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 13: No pongáis la lámpara debajo del celemín

EL VALOR DE LA FE

Todo aquel que me confesare y me reconocieredelante de los hombres, yo lo reconoceré yconfesaré también, yo mismo, delante de nuestroPadre que está en los cielos; y todo aquel que menegare delante de los hombres, yo lo negarétambién, yo mismo, delante de nuestro Padre queestá en los cielos. (San Mateo, cap. X, v. 32 y 33).Si alguno se avergonzare de mí y de mis palabras,el Hijo del hombre se avergonzará también de él,cuando viniere con su gloria y con la de su Padre yde los santos ángeles. (San Lucas, cap. IX, v. 26).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 14: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Aquellos que tuvierenmiedo de confesarsediscípulos de la verdad, noson dignos de ser admitidosen el reino de la verdad.Perderán el beneficio de sufe, porque es una fe egoístaque guardan para ellosmismos, pero que la ocultanpor miedo de que lesocasione perjuicio en estemundo.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 15: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Así será con los adeptosdel Espiritismo, puestoque su doctrina no es otraque el desarrollo yaplicación de la delEvangelio; a ellos sedirigen también laspalabras de Cristo.Siembran en la Tierra loque recogerán en la vidaespiritual; allí recogeránlos frutos de su valor o desu debilidad.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 16: No pongáis la lámpara debajo del celemín
Page 17: No pongáis la lámpara debajo del celemín

CARGAR LA CRUZ. QUIEN QUIERASALVAR LA VIDA, LA PERDERÁ

Seréis muy felices, cuando los hombres os aborrecieren, osapartaren, os injuriaren y desecharen vuestro nombre como malopor causa del Hijo del hombre. Regocijaos en aquel día y exultaosde alegría, porque una grande recompensa os está reservada en elcielo, porque fue así que vuestros padres trataran a los profetas.(San Lucas, cap. VI, v. 22 y 23). Llamando a sí al pueblo y a susdiscípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, renuncie así mismo, cargue su cruz y sígame; porque aquel que quierasalvarse a sí mismo se perderá; y aquel que se pierda por amor amí y por el Evangelio, se salvará. Porque, ¿qué aprovechará a unhombre ganar todo el mundo y perderse a sí mismo? (San Marcos,cap. VIII, v. 34 a 36. San Lucas, cap. IX, v. 23, 24, 25. San Mateo,cap. X, v. 38 y 39. San Juan, cap. XII, v. 24,25).

Ricardo Cardona Cuervo

Page 18: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Estas palabras pueden sertraducidas así: “Sed felicescuando los hombres, por sumala voluntad haciavosotros, os proporcionen laocasión de probar lasinceridad de vuestra fe,porque el mal que os hacense vuelve en provechovuestro. Compadecedles,pues, por su ceguedad, y nolos maldigáis”.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 19: No pongáis la lámpara debajo del celemín

Después añade: “Que el que quiera seguirme cargue su cruz”; es decir, que sobrelleve con

ánimo las tribulaciones que su fe le proporcionará; porque el que quiera salvar su vida y sus bienes renegando de mí, perderá las ventajas del reino de los cielos, mientras que aquellos que hubieren perdido todo en este

mundo, aun la vida, para el triunfo de la verdad, recibirán en la vida futura el premio de

su valor, de su perseverancia y de su abnegación; pero a aquellos que sacrifican los

bienes celestes a los goces terrestres, Dios dice: Ya recibisteis vuestra recompensa.

Ricardo Cardona Cuervo

Page 20: No pongáis la lámpara debajo del celemín