“DISCURSOS DEL SEXO COMO TRABAJO”. Sexo, trabajo y emprendimiento: aproximación a los discursos...

Preview:

Citation preview

VII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo. El Trabajo en el Siglo XXI.

Cambios, impactos y perspectivas.

Grupo de trabajo No. 04

Mercados laborales y sexualidades disidentes

“DISCURSO DEL SEXO COMO TRABAJO”. Sexo, trabajo y emprendimiento:

aproximación a los discursos circundantes”

Wilner Arbey Riascos

Docente investigador, Universidad de San Buenaventura Cali.

Psicólogo, magister en psicología del trabajo y las organizaciones, doctorando en Psicología

Social Universidad de São Paulo.

Jorge Eduardo Moncayo Quevedo.

Docente investigador, Universidad Antonio Nariño Cali.

Psicólogo, magister en sociología, doctorando en Educación Universidad de Brasilia.

Lina Marcela Naranjo Prado.

Estudiante de psicología de la Universidad San Buenaventura Cali.

“DISCURSO DEL SEXO COMO TRABAJO”. Sexo, trabajo y emprendimiento:

aproximación a los discursos circundantes”

Campo: Del trabajo y las organizaciones

Modalidad: Trabajo de investigación en curso

Resumen:

Este trabajo discute los discursos sobre la prestación de servicios eróticos y afectivos en

relación a los aportes conceptuales sobre el significado del trabajo, los discursos

administrativos que han permeado la vida cotidiana y los análisis alrededor de la sexualidad

y sus transformaciones en la modernidad. Para ello retomamos el trabajo de Hurtado (2011)

que logra articular una discusión entre la sexualidad y las lógicas del mundo del trabajo en

un grupo de mujeres afrodescendientes. A partir de entrevistas y análisis documental se

refleja cierto grado de institucionalización de la prestación de servicios eróticos-afectivos, al

punto de existir manuales, regulaciones, capacitaciones y estrategias tanto de marketing

como de captación y sostenimiento de clientes. Se evidencia la existencia de capitales

sexuales en la relación oferta y demanda (edad, componente étnico racial, género, estética).

Se legitima este tipo de mercado de trabajo a partir de las lógicas de capital, en donde, la

demanda del cliente y la posibilidad de ganancia económica justifica la existencia de estos

servicios.

Aspectos preliminares

El siglo XX es un siglo de transformaciones no solo a nivel económico, sino cultural, social,

laboral, político y sexual. En estas trasformaciones llaman particularmente la atención los

cambios en los contextos del trabajo y en la sexualidad.

La disminución de cupos de empleo a nivel estructural, las crisis económicas cíclicas que

afectan a las organizaciones, anudado a un imperativo actual alrededor de la

individualización (Beck & Beck-Gerscheim, 2003) que implica la responsabilización sobre

el desarrollo de carrera en el mundo del trabajo, se constituye en parte del terreno abonado

para la emergencia fuerte del discurso del emprendimiento como forma de supervivencia en

las actuales formas de vinculación con el mundo del trabajo.

En el ámbito de la sexualidad, resalta el paso de la sexualidad privada a lo público, del

pecado a la exaltación de la vivencia liberada y una sexualidad plástica ligada al placer y

desligada del afecto y la reproducción (Hurtado, 2011).

Se denota en términos generales el paso de una sexualidad ligada a la reproducción en donde

el placer particularmente el masculino no estaba necesariamente ligado al ámbito casero,

sino que se procuraba por fuera del hogar.

Posteriormente, se puede denotar la influencia de la modernidad y de las nuevas

concepciones acerca del hombre y la sociedad que impulsan el imperativo del amor

romántico. Por ende, el sexo, el placer y el amor quedan intrínsecamente ligados.

El placer y el sexo quedan articulados al plano de la intimidad. Sin embargo, la época

contemporánea con todos los cambios sobre todo a nivel tecnológicos y de valores,

influenciados ampliamente por la revolución feminista trae consigo la transformación de

valores alrededor del sexo, el placer y el amor. Producto de la masificación de artefactos

tecnológicos y de comunicación, el sexo se desliga del amor y pasa de la esfera privada a la

esfera pública como un imperativo de logro por parte de la persona.

Estos dos ámbitos, tanto de la sexualidad como del trabajo, pueden confluir en las prácticas

laborales de prestación de servicios sexuales y afectivos (. Por lo tanto el interés del estudio

es el indagar sobre los significados del trabajo y discursos de personas que ejercen estas

actividades y la forma cómo es referenciada y promovida en un ámbito de libre mercado.

¿El sexo puede ser pensado como trabajo?

En el cotidiano permanece la idea de que los servicios sexuales “es el oficio más antiguo de

la humanidad”. La consideración alrededor de que el sexo se articule a las lógicas de trabajo

pudiese parecer algo que pone en tela de juicio lo que se entiende por la institución de

trabajo, caracterizada en gran parte de su historia por ser una actividad al que se le adjudican

valores sociales usualmente positivos.

Blanch (2003, p. 35) presenta elementos que permiten situar el concepto de trabajo. Para este

autor el trabajo es toda aplicación humana:

De conocimientos Habilidades energías

Por individuos Grupos organizaciones

de modo consciente e

intencional

sistemático y sostenido autónomo y heterónomo

con esfuerzo Tiempo compromiso

en un marco tecnoeconómico Jurídicopolítico sociocultural

mediante materiales técnicas e instrumentos informaciones

sobre objetos personas u organizaciones conocimientos

para obtener bienes elaborar productos prestar servicios

que son escasos deseables valiosos

y generar riqueza utilidad sentido

y así satisfacer

necesidades

recibir compensaciones alcanzar objetivos

de carácter biológico económico psicosocial

Esta descripción desde una óptica psicosocial plantea una noción mas allá de la visión

economicista de los mercados de trabajo o de la lectura meramente contractual alrededor de

esta actividad, y permite una ampliación del término en tanto se puede considerar trabajo no

solo aquellas actividades en las que existe una relación de subordinación, patrones fijos del

tiempo y un salario preestablecido a partir de una relación de contrato, características propias

del empleo como una de las modalidades de trabajo.

Será posible entonces a partir de esta definición dada por Blanch ¿podría pensarse la

prestación de servicios eróticos y afectivos como trabajo? Desde la perspectiva del presente

estudio, si se puede considerar como un trabajo, que puede o no tener las condiciones de

empleo y en donde hay una transacción por un servicio.

Para el presente trabajo se entiende trabajo sexual desde la perspectiva de Hurtado (2011, p.

65) como toda aquella actividad económica ubicada en el sector de los servicios, dedicada a

la producción del sexo-afecto como bien de consumo; una actividad informal, no regulada,

ilícita y/o alegal dependiendo de donde se ejerza. Esta actividad se puede ejercer de manera

voluntaria o forzada, de manera autónoma o dependiente, de forma profesional o amateur,

prestar servicios sexuales o de índole afectivo, en forma regular u ocasional dedicándole

tiempo parcial, medio tiempo o la jornada completa, a cambio de una remuneración

económica, sin que necesariamente exista entre el trabajador y quien requiere de sus

servicios una relación contractual u obrero patronal formal de por medio. Los servicios que

se prestan: sexuales, emocionales o afectivos, espectáculos o exhibiciones en sus diferentes

géneros (trabajo de calle, damas de compañía y trabajo sexual de élite, el sexo virtual, el sex

chat, y las ofertas homo, hetero, trans, swinger y de fetiches, como algunas de las formas

distintas de ejercicio del trabajo sexual y de consumo) se definen como bienes simbólicos e

inmateriales.

Algunas de las nociones que orientan el desarrollo de la presente investigación articulan la

condición del mercado de trabajo, los discursos sobre emprendimiento y la configuración de

un campo alrededor de la comprensión de este fenómeno.

Trabajo y emprendimiento.

El emprendimiento es comprendido por algunos autores como la acción decidida de un

individuo hacia el desarrollo de un proyecto en el cual debe asumir un riesgo para iniciarlo

(Saleme, 1989, Degen, 1989, Morales, 2000, Drucker, 2000, Rosero, 2009). Para Hiam y

Olander (1997), esta palabra que proviene del francés entrepreneur (pionero), hace alusión a

la capacidad de una persona de hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo;

ha sido empleada también para referirse a la persona que iniciaba una nueva empresa o

proyecto. Este mismo término fue después aplicado a empresarios innovadores o que

agregaban valor a un producto o proceso ya existente.

Ampliando la anterior perspectiva autores como Saleme, (1989), hace alusión a que el

emprendimiento no solo es una aptitud sino una actitud que influye en que la persona pueda

iniciar nuevos retos y proyectos, permitiéndole avanzar un paso más, ir más allá de donde ya

ha llegado, tomando la decisión de alcanzar mayores logros. Así mismo, Anzola, (1995)

expone el término Intrapreneur, haciendo referencia al emprendedor que aplica su talento a

crear su propia empresa o desarrolla su propio emprendimiento teniendo en cuenta que

dentro de cada una de las organizaciones siempre existe un emprendedor quien es aquella

persona que hizo posible que la empresa se iniciara en algún momento.

Para explicar algunos de los alcances que ha logrado el emprendimiento a nivel no solo

económico sino también social, Anzola, (1995), argumenta que el entorno que se genera

alrededor de la cultura emprendedora puede llegar a ser una de las razones más poderosas

para comprender el fenómeno de la innovación en las organizaciones existentes o bien, en

los procesos de gestión de nuevas organizaciones. Esto originado por una tendencia

globalizada de búsqueda de alternativas que garanticen la sostenibilidad social a través del

trabajo como medio de subsistencia en un mundo de cambios permanentes, el cual avoca a

que las personas busquen la manera de garantizar su sustento a través de prácticas como el

emprendimiento.

Sin lugar a duda, el emprendimiento incide en que la persona sea lo suficientemente

autónoma para realizar cambios en los recursos con los que cuenta, lo que quiere decir que si

es necesario que realice acciones para obtener mejores y mayores resultados en su

productividad pueda realizarlos con la libertad que amerite las circunstancias.

Para Anzola, (1995), la definición pragmática de emprendedor está relacionada con el

emprendimiento desde la comprensión de una persona que inicia su propio negocio nuevo y

pequeño, que aplica su talento creador e innovador para iniciar su propia empresa o

engrandecer una ya existente. Para este autor el emprendedor es aquella persona que hace

que las cosas sucedan, es decir, es aquel que se esfuerza por convertir sus sueños en realidad,

sin embargo, esto no excluye que el emprendimiento no se dé en empresas de gran escala y

se logren avances significativos de desarrollo tanto para el profesional que tiene a cargo el

proyecto como para la empresa.

Siguiendo en esta misma línea, tal como lo indica Degen, (1989), se puede dar una

definición básica estableciendo que el emprendimiento es característico de aquellas personas

que convierten una idea en un proyecto concreto, ya sea una empresa con fines de lucro o

una organización social que está generando algún tipo de innovación y empleos. A su vez

Morales, (2000), argumenta que el emprendimiento es uno de los caminos para desarrollarse

el ser humano desde diferentes ámbitos como son: el social, económico y personal, es decir,

tomarlo como una opción de vida, que implica riesgos, constantes cambios e innovación y

según como el emprendedor maneje su independencia laboral puede llegar a representar un

desarrollo como individuo acorde a las expectativas en la calidad de vida que tenga.

En la ley 1014 del 26 de enero de 2006 del Estado Colombiano, se define emprendedor

como una persona con capacidad de innovar; entendida esta como la capacidad de generar

bienes y servicios de una forma creativa, metódica, ética, responsable y efectiva. El

emprendimiento se entiende como una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación

de riqueza. Es una forma de pensar, razonar y actuar centrada en las oportunidades,

planteada con visión global y llevada a cabo mediante un liderazgo equilibrado y la gestión

de un riesgo calculado, su resultado es la creación de valor que beneficia a la empresa, la

economía y la sociedad.

Desde esta perspectiva, en una economía de mercado, el emprendimiento con todas sus

movilizaciones económicas, políticas, sociales y subjetivas, se constituye como parte de la

agenda de diferentes países en procura de posibilitar el acceso a bienes, servicios y capital a

las personas. Se promueve desde la política, se fomenta a través de los medios, se intenta

educar desde la escuela, se discute en los medios académicos y medida en que permea la

sociedad, impacta subjetivamente a las personas en la medida que impone una racionalidad

en la cual es percibido de manera positiva el iniciar un camino que promete independencia

económica, autonomía financiera y estatus en la sociedad.

Sin embargo, en el desarrollo de este tipo de dinámicas de competitividad en los mercados

de trabajo, la prestación de servicios eróticos y afectivos no está por fuera de otros tipos de

discusiones: las de moral y ética pública, relacionadas sobre todo con las tradiciones

religiosas que plantean una lectura particular frente a lo público-privado del cuerpo y el

sexo.

Sin embargo, el presente trabajo si bien reconoce la existencia de esa discusión, no se centra

en ella en la medida que se quiere analizar un fenómeno social que independiente de las

discusiones antes mencionadas, hace parte de la cotidianidad social y está presente con

mayor difusión en nuestra época.

Por otro lado, también se reconoce la condición perversa que en ocasiones envuelven las

actividades de prestación de servicios eróticos y afectivos. Cabe señalar que no se desconoce

la existencia de actos violentos en contra de personas como la trata, el engaño para la

prostitución, el uso de menores de edad para algunas actividades sexuales y otros tantos que

corresponden a segmentos de ese mercado particular. Frente a este panorama, el estudio

abordó solamente personas o información procedente de sitios electrónicos o trabajadores

que lo hacen de manera autónoma, sin engaños o condiciones que impliquen pérdida de

derechos fundamentales para las personas. En cambio, se abordó información y personas que

lo hacen de manera libre, relativamente abierta y con consentimiento de parte de ellos y

dentro de un marco legal de relaciones de trabajo.

Volviendo a las dinámicas de mercado, la movilización de recursos y capitales que

promueve el mundo relacionado con el sexo tiene relaciones parecidas con cualquier otro

mercado del mundo del trabajo. En las actuales condiciones del mundo del trabajo,

predomina la solicitud de cierto tipo de condiciones que las personas deben cumplir para

poder acceder a un lugar de empleo. Es así como aspectos ligados a las competencias, se

hicieron populares en la jerga de análisis de las dinámicas organizacionales. Las

competencias, entendidas desde una perspectiva construccionista, donde se plantea como

una combinatoria de recursos para actuar de manera pertinente en una situación (Le Boterf,

2001). En este sentido, se convierte en una noción clave para la identificación de los

repertorios construidos para afrontar el mercado de trabajo.

Sin embargo, este conjunto de recursos bien pudiera estar relacionado con el concepto de

capital, particularmente el capital erótico. Se entiende el capital como “una fuerza inscrita en

la objetividad de las cosas que determina que todo no sea igualmente posible”, “es trabajo

acumulado, bien en forma de materia, bien en forma interiorizada o incorporada” (Bourdieu,

2005). Se reconoce desde esta lectura la existencia de tres tipos de capital: el económico, el

cultural y el social.

Además de estos tipos de capital, se podría señalar también la existencia, desde la

comprensión del mercado de prestación de servicios erótico y afectivos, de un capital erótico

(Hurtado, 2011) el cual incluiría una posesión de atributos físico de seducción (color de piel,

edad etc.) con el cual se posibilitan intercambios y transacciones principalmente de orden

económico.

Estos atributos se constituirían entonces desde una lectura de la competitividad en los

mercados de trabajos, en un valor agregado a la prestación del servicio y que introduce la

segmentación de la oferta y la demanda en cumplimiento de características más específicas.

Las anteriores consideraciones ayudan a configurar la pregunta de investigación: ¿Cuáles

son los discursos ligados al trabajo presentes en la prestación de servicios sexuales y

afectivos?

Los objetivos son:

General

Explorar diferentes discursos de la prestación de servicios sexuales y afectivos.

Específicos

Describir los significados del trabajo que presentan personas relacionadas con servicios

sexuales y afectivos.

-Analizar la forma como operan la oferta de servicios sexuales y afectivos a través de medios

de comunicación.

-Identificar los posicionamientos alrededor de la prestación de servicios sexuales y afectivos

presentes en los medios de comunicación.

Método

Con el fin de alcanzar el objetivo planteado se recurrió a la investigación de tipo exploratoria

(Hernández, Fernández y Baptista, 2006) utilizando herramientas de recolección de

información como lo son los análisis documentales (videos, clasificados, artículos de revista

o periódico) y las entrevistas a personas vinculadas a la prestación de servicios sexuales y

afectivos de ciudades como Cali y Medellín.

Algunos actores involucrados en la investigación son los empleados, empleadores y

trabajadores independientes.

La prestación de servicios eróticos y afectivos se concentrará principalmente en las llamadas

webcammers y videochats eróticos para el caso de las entrevistas. Para el caso de la

información escrita, se tienen en cuenta clasificados en periódicos y artículos de revista en

donde se expresen personas que trabajan en este sector.

Las modalidades de este trabajo se manejan de dos formas:

La primera es realizada desde una agencia que ofrece contrataciones y además facilita los

utensilios para llevar a cabo esta labor (habitación, computador, cámara, micrófono, teclado,

clientes etc.), además las personas que requieran hacer parte de esta agencia deben pasar por

una serie de entrevistas donde miran sus perfiles y su capital erótico.

Por otro lado se encuentran las trabajadoras independientes las cuales no pasan por un

proceso de selección y entrevista ya que ellas/os deben por sus propios medios conseguir los

clientes y realizar el trabajo desde casa o algún lugar donde sea posible la intimidad.

Para la recolección de información a través de entrevistas se contactaron 3 (tres)

participantes. Uno de ellos realiza la primera modalidad; es decir, tiene una agencia de

contratación de modelos webcamer y presta servicios de habitación, computador, cámara,

micrófono y demás. Los dos participantes restantes realizan sus labores de manera

independiente y desde sus casas debido a que el tiempo requerido en las agencias no es

flexible a sus horarios y por esta razón recurren a páginas prestadoras de servicios

autónomos.

A cada uno de ellos le fue presentado un formato de consentimiento informado en el cual se

detallaban los objetivos de la investigación, sus alcances y todo lo relacionado con las

condiciones éticas que se tienen en cuenta en su realización. De cada uno de ellos se obtuvo

este consentimiento y autorización para el uso de la información.

Haciendo uso del análisis de contenido desde la perspectiva de Bardin (1991), se retomó la

información recogida desde las diferentes fuentes de información, y a través de un

procedimiento de discusión en torno a las categorías fueron organizados los resultados.

RESULTADOS PRELIMINARES.

A partir de la información recolectada por los clasificados, artículos, revistas, videos y

entrevistas se logra apreciar que a partir de los discursos circundantes de las voces de

personas que trabajan prestando servicios y desde los medios de comunicación hay una

connotación de formalidad en el desarrollo de esta actividad, entendida como el grado de

institucionalización que alcanza en su forma de organización. Es por esto que a partir de tres

categorías se entrará a sustentar por qué el servicio de prestaciones sexuales y afectivas no

solamente puede considerarse trabajo sino también como se articulan la oferta con la

demanda y la manera en que operan discursos del mundo del trabajo en la manera de

referirse a este campo de trabajo.

Características de los clasificados

Las mujeres usualmente presentan sus servicios con particularidades como: lengua

juguetona, tierna, cariñosa, apasionada, busto 36 B, culta, morbosa y, descomplicada.

Los hombres presentan sus servicios con características como: dotado, exmilitar, varonil,

cuerpo atlético, excelentes piernas y deportista con músculos tensionados.

Lo anterior da cuenta del manejo del discurso para dar valor agregado a la oferta, además de

las estrategias de venta que debe utilizar la persona que ofrece servicios sexuales y afectivos

para la gran competencia que existe. Las estrategias de venta deben incluir: buena

publicidad, buena atención al cliente, que sea asequible, diferenciador y seductor. Además

entré mayor capital erótico exista en sus ofertas mayor será la visibilización y el capital

económico; esto se debe a que la demanda busca un prototipo de mujer u hombre dado por la

sociedad y entre mayor características llamativas se coloquen mayor será el consumo del

servicio.

Además en cuanto al emprendimiento, se logró observar desde los discursos de estas

personas prestadoras de servicio, que a partir de la gran precariedad laboral y exigencias del

mercado frente a realizar estudios para posicionarse como empleadoras/es se ven en el

aprieto de ser emprendedoras/es y buscar por sus propios medios la posibilidad de

emplearse. Lo cual se presenta desde el capital social dado por Bourdieu (2005) donde el

incremento de redes sociales ayuda al aumento del capital económico. Mientras más

reconocido se vuelva el servicio por la red y mayor estabilidad logre dar a sus clientes,

mayor será el consumo y el incremento monetario.

Es por esto que a partir de los discurso de algunas personas prestadoras de servicios sexuales

y afectivos se logra sacar ciertas características que dan cuenta de la gran formalidad que se

teje a la posibilidad de ser pensado como trabajo.

Perfiles: exigencias y competencias

“Para llegar aquí todas pasaron por una entrevista y un casting en el que tuvieron que

desnudarse. No buscaban cuerpos perfectos, operados y sin gramos de grasa, si no

personalidades morbosas, los criterios nunca son estéticos. El usuario no quiere ver porno

profesional. “Esto es casero, estamos acercándonos a la realidad, buscando excitación”

(participante empleador).

Lo anterior es una muestra de que las características exigidas para la inserción en este

segmento de mercado de trabajo varían en función de las demandas que hacen los clientes y

debido a la variedad de gustos en relación a lo erótico, la oferta permite que personas que no

necesariamente cumplen el estándar de belleza que se promueve en los medios masivos de

comunicación (delgados, con cuerpos atléticos y rostro juvenil y agradable) puedan entrar a

prestar este tipo de servicios.

Además, entran a jugarse temas relacionados con la inclusión y exclusión laboral visto como

una posibilidad de inserción en el mercado donde no necesariamente debes cumplir con las

exigencias ligadas a la culminación de carreras profesionales, a tener un recorrido de

experiencias laborales y a no ser aceptado por las preferencias sexuales y color de piel. La

edad entra como un factor que varía de acuerdo a la demanda de clientes; sin embargo,

también logra verse como una posibilidad más de inclusión en este mercado erótico –

afectivo.

Una de las habilidades laborales que en ciertas agencias se presentan como exigencia, es el

manejo del idioma inglés, lo cual en cierta medida se incluye en la categoría de exclusión

debido a las implicaciones que tiene aprender un idioma extra al nativo en nuestro contexto.

“Aquí la mayoría de clientela hablan inglés, se conectan personas de todo el mundo y es el

idioma universal. Entonces necesito personas que tengan un buen manejo del inglés o en su

defecto le toca usar traductor” (participante empleador).

Por otro lado, el perfil de una modelo Web Cam debe ir ligado a la Actitud; palabra

entendida desde la Real academia española como la “Disposición de ánimo manifestada de

algún modo”. Y palabra con mayor uso en los anuncios publicitarios y los discursos de las

personas encargadas de contratar este servicio. “Lo único que necesito para que alguien

trabaje conmigo es que sea mayor de edad, que tenga mucha actitud, es decir, que se sienta

con la capacidad de realizar la labor o si por lo menos no se siente capaz o es tímido, pues

que ponga todo de sí para aprender, tener perseverancia, ser constante ya que comenzar es

demasiado complicado, pero para eso se debe hacer el intento” (participante empleador).

“Para alcanzar un merecido éxito y maximizar tus beneficios, es necesario conocer los

trucos básicos y seguir ciertas recomendaciones fundamentales. Como en cualquier otro

trabajo, es imposible conseguir grandes beneficios sin dedicarle esfuerzos y atención”

(webcamer hombre).

Como cualquier trabajo, el reconocimiento de estrategias, técnicas, procedimientos,

discursos y formas de interacción constituyen la base fundamental para poder prestar

servicios con mayor eficacia y lograr captar la atención (y el consumo) de los clientes.

La actitud se vuelve la exigencia principal para la inserción en este mercado laboral. La

necesidad de tener una condición de aprendizaje, perseverancia, constancia y ganas, se

convierten en la base fundamental para incluirse en esta actividad prestadora de servicios.

Los discursos dulces e insinuantes, los trajes o disfraces eróticos, los juguetes sexuales, el

baile, el movimiento y el gesto, hacen parte de las competencias que deben adquirir los y las

modelos para el logro de competencias en satisfacción del cliente y aumento del mismo.

“Trato de ser muy cariñosa con ellos, les gusta sentirse importantes”, “Con una sola caricia

que ella se proporcione puede enloquecer al hombre”(webcamer mujer).

Otra de las competencias importantes que deben adquirir las personas que se inserten

laboralmente en esta actividad, es manejar el idioma inglés como se mencionó en las

exigencias del perfil. Esto debido a la gran demanda de clientes de habla inglesa en este

mercado. El manejar el idioma agiliza las competencias de los y las modelos, ya que

aquellos que no lo manejan debe tener paciencia para traducir lo que el cliente desea decir y

volverlo hacer para escribir lo que él o la modelo desea contestar. “Incluso la gente que lleva

bastante tiempo trabajando con nosotros aprende ingles por la misma exigencia de sus

clientes”

Significados del trabajo

“La webcam es una especialidad como cualquier otra dentro del mundo del entretenimiento.

La mía es meterme en la cama para prestar servicios sexuales sin derecho a roce. Aunque

ellos pagan, yo tengo el poder”.

“Llegué a este medio por huir del acoso laboral a la edad de 19 años, necesitaba estudiar y

estaba decidida, pero si el costo era acostarme con un jefe preferí irme a los medios

virtuales donde nadie más iba usar sus manos sobre mi cuerpo, y bajo este mismo concepto

más de uno empieza en este trabajo, la necesidad de ofrecer un porvenir a sus hijos, padres,

el deseo de sacar una carrera adelante, sostener un hogar; pienso que es un trabajo más

digno que estar mendigando en una calle”. (Julie Cabrera – Soho).

“Lo que vivo día tras día en el fascinante mundo de la internet, trabajo como webcammer

aproximadamente hace un año, y en lo que al inicio fue solo un ingreso adicional, se ha

convertido hoy en día para mi, en mi trabajo de tiempo completo, ahora pienso, vivo, hablo,

hago e imagino, girando alrededor de todo lo que he aprendido y como ha cambiado mi

vida mi nuevo empleo”.

Estas expresiones reflejan la valoración de este trabajo por parte de quienes la ejercen a

través de mostrar la posibilidad de tener autonomía sobre lo que se hace y también las

ganancias económicas derivadas de la actividad. La defensa de lo que realizan como un

trabajo que no es prostitución aparece de manera reiterativa en los artículos donde ellas

tienen una voz. Este aspecto, ligado al hecho que no hay contacto corporal constituye uno de

los argumentos fuertes en la reflexión que hacen de su trabajo.

La prestación de servicios eróticos y afectivos es posicionada como una actividad más de

trabajo, legitimada por la existencia de algunos que la demandan y que están dispuestos a

pagar por ella. Además, en aquellas que no implica contacto físico, se presenta como un

entretenimiento que resulta de poco riesgo en la medida en que se tiene mayor control sobre

las personas e interacciones que allí sucede.

Se percibe en las entrevistas, la consideración positiva del trabajo (Blanch, 2003) y además

el carácter concreto de la actividad (Salanova, Gracia y Peiró, 1996) en el cumplimiento de

reglas pactadas de antemano con quien hace las veces de empleador y en las condiciones que

resultan de mayor favorabilidad para quien presta el servicio.

Características de los clasificados y aproximaciones a los discursos circundantes

A partir de la información recolectada por los diferentes medios de documentación como

clasificados, artículos de revistas, videos, periódicos y demás, se ha percibido la necesidad

de que la labor de prestar servicios sexuales y afectivos se incluya en el mundo del trabajo

como cualquier otra labor inscrita en el; no solo por la necesidad vista desde los discursos

circundantes, sino también por la forma como son ofrecidos sus servicios y las

características necesarias para suministrarlos y mantenerlos en un mercado laboral

caracterizado en diferentes ámbitos por ser precario y competitivo.

Hurtado (2011) señala que el mundo está experimentando un crecimiento en el sector de los

servicios y mercados denominados trabajo “no clásicos” o los “otros trabajos”. Modalidades

de trabajo no industriales que adquieren importancia con la globalización y que surgen con

la mercantilización de lo sexual y afectivo. Lo anterior, esclarece la idea de pensarse la

inserción de lo sexual en el campo del trabajo, no solo por las características requeridas para

ejercer esta labor sino por la formalidad que a través de sindicatos, movimientos, leyes,

definiciones y demás, es demandada la dignificación y el reconocimiento a su labor.

Capital – Oferta

Unas de las características más apreciadas a la hora de prestar servicios sexuales y afectivos

es la oferta; aquella proposición inicial que va más allá de las palabras debido al valor

agregado con el que se cuenta para seducir a los potenciales compradores y hacerla más

atractiva a la hora de su negociación. Palabras como “Varonil, dotado, exmilitar, cuerpo

atlético, lengua juguetona, cariñosa, morbosa, culta y bustona. (Clasificados el país.com)”

son estrategias de oferta utilizadas por personas prestadoras del servicio para lograr un eficaz

posicionamiento en la lógica del mercado y del consumo; estrategias que posiblemente están

ligadas a fetiches y representaciones de lo que se considera deseable actualmente en hombres

y mujeres, además del ideal que se tiene de eficacia sexual.

La oferta está mediada por el intercambio de un capital erótico: Color de piel, edad,

contextura, habilidades sociales, nacionalidad, entre otras… los cuales son atributos físicos

y sociales utilizados como herramienta de canje con otros capitales para la obtención de un

beneficio económico, en este caso la mercantilización del servicio por dinero. Es por esto

que las tipologías utilizadas en los perfiles de las diferentes ofertas se convierten en cartas

de presentación para las personas que requieren de este servicio; el perfil es la forma de

satisfacer intereses por lo cual se percibe como uno de los elementos claves a la hora de

conquistar y atraer a los consumidores. “Un perfil atractivo te asegura muchos más

visitantes, ya que te diferenciará del resto de modelos” (Knut, 2011).

Actividad como una narrativa de emprendimiento

Las condiciones y características del trabajo actual no cumplen con expectativas de

estabilidad y bienestar económico, lo cual se convierte en una de las razones por las que

personas prestadoras de servicios sexuales y afectivos buscan alternativas de inclusión en un

tipo de actividad que permita la satisfacción de sus necesidades.

La prestación de este servicio al ser parte de las lógicas del mundo del trabajo se ve

permeado por discursos que promueven formas distintas de hacerle frente a la precariedad y

en esta misma line nace la promoción del emprendimiento como un patrón de conducto

deseable ya que proyecta bienestar, autonomía e independencia. Desde el punto de vista del

lenguaje se ha observado que en nuestros días palabras como: gestión, productividad,

eficacia, profesionalismo, producto, mercado y demás, han invadido el léxico corriente

utilizado para el intercambio cotidiano (Chanlat, 2002) lo cual da cabida a pensarse el

aumento de discursos similares del emprendimiento y a la mercantilización de la vida.

Una de las características de precariedad laboral es la exigencia personal de buscar por sus

propios medios la posibilidad de emplearse, lo cual promueve la utilización de discursos

ligados al Auto: “Autónomo, autosuficiente, automotivación, autoaceptación,

autorrealización, etc.” y demás, con el fin de hacer parte del mercado laboral y lograr

posicionarse como personas independientes las cuales logran manejar no solo su tiempo sino

su cuerpo, además se liga con modalidades contemporáneas de trabajo como lo es la

estructuración de los espacios de trabajo (casa u oficina) donde se permite de manera

análoga el logro de fantasías sexuales. “Llegué a este medio por huir del acoso laboral a la

edad de 19 años, necesitaba estudiar y estaba decidida, pero si el costo era acostarme con

un jefe preferí irme a los medios virtuales donde nadie más iba usar sus manos sobre mi

cuerpo, y bajo este mismo concepto mas de uno empieza en este trabajo, la necesidad de

ofrecer un porvenir a sus hijos, padres, el deseo se sacar una carrera adelante, sostener un

hogar; pienso que es un trabajo más digno que estar mendigando en una calle” (Andrea la

Prepago/Soho).

Por otro lado, se observa en el discurso del empleador, el uso de un conjunto de palabras y

frases propias del argot de los negocios, el cual permite realizar una separación entre la

discusión social moral del ejercicio de la actividad de la constitución de un espacio particular

de trabajo. Los conceptos y dinámicas de la empresa, como él la denomina, incluyen

aspectos de orden legal en las relaciones de trabajo, inducción y acompañamiento a la

persona que comienza a ejercer la actividad a través de capacitación, estrategias de

mercadeo, mecanismos de control, dinámicas de cobro, mecanismos de persuasión y

fidelización del cliente, conocimiento de los gustos y necesidades del cliente y en suma, todo

el andamiaje que constituye cualquier empresa o negocio.

Identidad ocupacional

Desde otra perspectiva, es importante señalar la importancia que existe para las personas

prestadoras de servicios sexuales y afectivos el significado que se le otorga a su trabajo y la

relación estrecha que existe con los discursos de promoción del emprendimiento y la

posibilidad de establecer carrera.

Por un lado, desde los discursos circundantes se ha encontrado la formalización en el

significado otorgado a su labor ya que los términos utilizados para dirigirse a ellas han

puesto en marcha la idea de dejar a un lado aquella condición de rechazo o sumisión que se

les ha concedido por ser una labor de poco prestigio en la sociedad; y que por el contrario, se

ha logrado adjudicar a su labor cierto grado de estimación que formaliza su trabajo y que son

presentadas como: “Modelos de protocolo, damas de compañía, Webcammers o

trabajadoras”.

Emerge en este sentido el concepto de identidad ocupacional. Lawler (2008) plantea que el

término identidad proviene de una raíz latina idem, que significa igual, de la cual también se

obtiene idéntico, en el sentido que se comparten características comunes a otros seres

humanos, pero también comporta la idea de diferencia, en tanto particularidad en relación a

otros. En relación a este concepto también está presente el ámbito de la identificación, de

inscribirse en ciertas categorías, es decir, de hacer la identidad.

La identidad ocupacional correspondería a ese espacio discursivo en el que las personas se

presentan en relación al mundo del trabajo. En suma, se responde a la pregunta ¿Quién soy

para el mundo del trabajo?

La identidad ocupacional en la prestación de servicios eróticos y afectivos en parte está

mercantilizada. El cuerpo sirve como mecanismo de transacción económica, de ganancia

personal, búsqueda de la satisfacción de las necesidades de consumo, de culto capitalista.

Se ha puesto en marcha la idea de una identidad ocupacional frente a su trabajo al igual que

una dignificación a lo que hacen. El esperar un reconocimiento o aceptación de otros es

aquello por lo que a través de sindicatos, leyes y movimientos han querido promover y dar a

conocer las Webcammer: “Este es un trabajo como cualquier otro. La gente le pone mucho

misterio”. La distinción hecha de su labor es producto de la dignificación de la persona, para

ellas existe una gran distinción frente al “trabajo más antiguo del mundo”.

REFERENCIAS

Anzola, S. (1995). La actitud Emprendedora: Espíritu que enfrenta los retos del futuro.

México D.F, México.; Mc Graw Hill.

Bardín, L. (1991). El Análisis de Contenido. España: Ediciones Akal.

Blanch, J. (2003). Trabajar en la modernidad industrial. En J. Blanch, M. Espuny, C. Gala, y

A. Martín. Teoría de las relaciones laborales. Fundamentos. Barcelona: Editorial

UOC.Beck, U. & Beck-Gerscheim, E. (2003). Individualización. El individualismo

institucionalizado y sus consecuencias sociales y políticas. Buenos Aires: Paidós.

Bourdieu, P. (2005). Capital cultural, escuela y espacio social. México: Siglo Veintiuno

editores.

Chanlat, J. (2002). Ciencias sociales y administración: en defensa de una antropología

general. Fondo editorial Universidad EAFIT. Medellín, Colombia.

Degen, R., (1989). Fundamentos de la Iniciativa Empresarial. Brasil : Mc Graw Hill.

Drucker, P. (2002). Innovation and Entrepreneurship. United Kingdom.: Truman Talley

Books.

García, F. (2002). Pierre Bourdieu: La sociología como crítica de la razón. España.

Hernández, R., Fernández, R. & Baptista, P. (2006). Metodología de la investigación.

México: McGraw-Hill.

Hiam, A. & Olander, K., (1997). Guía del Emprendedor. México D.F, México.: Prentice

Hall Hispanoamericana.

Hurtado, T. (2011). Mujeres, negras e inmigrantes construyendo la ocupación de

“proveedoras” de servicios afectivos y “vendedoras” de bienes erótico-amorosos en los

espacios transnacionales. Tesis de doctorado: Universidad Autónoma de México de

Iztapalapa.

Knut, B. (2011). Libro/Manual: Trabajar con webcam: guía para modelos de video chat

adulto.

Lawler, S. (2008). Identity: Sociological Perspectives. United Kingdom: Polity.

Morales, A. (2000). Memorias del Décimo Cuarto Congreso Latinoamericano sobre Espíritu

Empresarial. Centro de Desarrollo del Espíritu Empresarial. Universidad Icesi. Santiago

de Cali.

Revista Soho. (2012) Comunidad soho según los usuarios. Testimonios.

Rosero, O. (2009) Emprendimiento: tendencias y perspectivas. En M. C. Aguilar, y E.

Rentería, Psicología del trabajo de las organizaciones. Reflexiones y experiencias de

investigación. Colombia: Editorial y publicaciones Universidad Santo Tomás, Editorial

Universidad del Valle.

Saleme, M., (1989). Manual del Emprendedor. Taller de Simulación Empresarial. México:

Universidad Autónoma Metropolitana.

Salanova, M., Gracia, F. y Peiró, J. (1996) Significado del trabajo y valores laborales. En J.

Peiró & F. Prieto. (Dir.) Tratado de psicología del trabajo. Volumen II: Aspectos

psicosociales del trabajo (pp. 35-63). Madrid: Síntesis.