trabajo de conservación y puesta en valor del patrimonio

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1er. Congreso Iberoamericano y VIII Jornada “Técnicas de Restauración y Conservación del Patrimonio” 10 y 11 de Septiembre de 2009 – La Plata, Buenos Aires, Argentina

TRABAJO DE CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO PICTÓRICO DEL MUSEO PROVINCIAL

DE BELLAS ARTES “FRANKLIN RAWSON”

Hernández Ávila, C. V. MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES “FRANKLIN RAWSON” - Av. Rawson 610 sur. Capital -

San Juan- tel: 0264-4229638 carina27272003@yahoo.com.ar RESUMEN: Esta ponencia se basa en el trabajo de conservación que realicé junto a un equipo interdisciplinario, en el marco del proyecto Reformulación de las nuevas Instalaciones Para el Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson”. Son muchos los aspectos que se desarrollaron en el proyecto, comenzando por la transformación positiva al depósito del museo, espacio que estaba provocando un deterioro progresivo a la colección y que en la actualidad se puede comparar con el depósito de cualquiera de los museos de arte más importantes del país. Primera Etapa: reconocimiento y trabajos de recopilación de datos. Obtención y almacenamiento de material fotográfico de las instalaciones de depósito y salas de exhibición que albergaban el acervo del museo. Segunda Etapa: diseño del espacio necesario para albergar las obras de arte. Traslado de las obras de arte al espacio diseñado y construido para su resguardo y conservación. Tercera Etapa: catalogación y reporte de condiciones con detalles de cada una de las obras para la elaboración de un inventario definitivo que permita fijar prioridades para los restauradores. Tareas de conservación y limpieza de las obras de arte. Cuarta Etapa: traslado del acervo al depósito acondicionado hasta su traslado definitivo a las nuevas instalaciones. Como conclusión al trabajo desarrollado se pudieron reconocer los factores de deterioro. Mediante un estudio minucioso a 500 obras, entre las cuales se encuentran pinturas al óleo, acrílico, técnicas mixtas, acuarelas, pasteles, dibujos y grabados fue posible determinar que el 52 % de estas obras se encontraban en buen estado de conservación mientras que un 27% estaba en estado regular, un 8% en estado malo y sólo un 13% en muy buen estado. Entre los factores causantes de este estado de cosas pueden mencionarse los siguientes:

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Físicos: temperatura elevada, luz excesiva y sin filtros para radiaciones UV e IR; por las características climáticas de la región, la humedad relativa raramente supera el 50%, por lo cual, en general es buena salvo en el caso de obras que estaban guardadas en un subsuelo a las que debió aplicársele un proceso paulatino de secado para poder retirarlas de allí; Químicos: la contaminación atmosférica debida no sólo a productos de la combustión (gases de vehículos), polvo, transformaciones químicas provocadas por la luz sino que empeoraba ya que los pisos se limpiaban con lampazos humedecidos con gasoil; Biológicos: microorganismos (hongos, bacterias), insectos (termitas cucarachas, polillas, etc.) y roedores eran común denominador ya que tenían el medio propicio para desarrollarse; y Humanos: manipulación inadecuada, uso inadecuado, falta de limpieza, etc. Los principales deterioros encontrados fueron: 79 obras con desgarros, 200 con rasguños o rayones, 156 con marcas de golpes, 86 con perforaciones, 242 con faltantes, 71 con etiquetas antiguas adheridas a la capa pictórica, 21 con parches, 77 con retoques, 215 con deposiciones de insectos, 204 con manchas de distinta índole, 130 con craquelados, 55 con hongos, etc. Este estudio minucioso nos permitió ver que el principal problema es el agente que trabaja sin capacitación y que el problema se soluciona con acciones indirectas o generales tales como: acciones administrativas en el manejo y control de los fondos y en el nombramiento de personal; acciones arquitectónicas en el diseño, elección de materiales y mantenimiento de las instalaciones; acciones educativas tanto para el personal como para el usuario y, además, una de las más importantes, las legales, en nuestra provincia la Ley 9801, que protege el patrimonio pero no regula el funcionamiento de los museos. En esta ley de museos también se está trabajando. TRABAJO DE CONSERVACIÓN Y PUESTA EN VALOR DEL PATRIMONIO PICTÓRICO DEL MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES “FRANKLIN RAWSON” Esta ponencia se basa en el trabajo de conservación que realicé junto a un equipo en el marco del proyecto Reformulación de las nuevas Instalaciones Para el Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson”. Son muchos los aspectos que se desarrollaron en el proyecto, comenzando por la transformación positiva del depósito del museo, espacio que estaba provocando un deterioro progresivo a la colección y que en la actualidad se puede comparar con el depósito de cualquiera de los museos de artes más importantes del país. Puntualmente hablaré del trato que se tuvo con toda la colección, desde sacarla de los espacios donde las condiciones existentes estaban perjudicándola hasta las tareas de limpieza, catalogación, fotografiado y embalaje de conservación. Estas acciones cierran con la colocación de toda la colección en un espacio “ideal”, con un sistema de sujeción en parrillas suspendidas sobre rieles, con temperatura, humedad, radiaciones infrarroja (IR) y ultravioleta (UV) absolutamente controladas y testeadas periódicamente. Esta colección hoy cuenta con un fichaje y análisis que podría definirse

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como el DNI de cada una de las obras, con reportes de condición que dan cuenta de todos y cada uno de los detalles y con las fotografías digitalizadas del anverso y reverso de cada obra. En la actualidad, los valores brindados por el perito evaluador hablan de una colección auténtica, con un valor cultural y monetario de prestigio mundial, lo cual quedará ratificado con la futura realización del nuevo edificio, espacio ideal para esta imponente colección.- Lo positivo de todo este plan de acción es que trabajamos en equipo las personas de San Juan junto a especialistas que trajo el Consejo Federal de Inversiones, de manera que la capacitación y el constante asesoramiento y seguimiento en cada una de las tareas dio un resultado exitoso. Iré describiendo e ilustrando por medio de imágenes lo más detalladamente posible cada una de las acciones que realizamos. Primera Etapa: reconocimiento y trabajos de recopilación de datos. Obtención y almacenamiento de material fotográfico de las instalaciones de depósito y salas de exhibición que albergaban el acervo del museo. Se comenzó con la recopilación de todo tipo de documentación que tuviera relación con el proyecto en cuestión, ya sea material fotográfico, planos y la revisión “in-situ” de los diferentes espacios y elementos afectados en el proyecto. En el caso del Museo de Bellas Artes “Franklin Rawson”, y después de analizar su realidad edilicia, cotejamos que el mismo tenía siete salas de exposiciones permanentes, cinco de ellas dedicadas a la colección de arte argentino, abarcando el período que va desde mediados del siglo XIX hasta pasada la mitad del siglo XX. Dicha colección estaba en un alto grado de deterioro por la mala colocación de las obras, muchas de ellas colgadas de ventanas disimuladas por una cortina de paño, sin ningún tipo de aislamiento térmico, excesiva exposición a la luz (desde 40 hasta más de 600 luxes en ciertas zonas), fluctuaciones climáticas en verano que van de 25ºC a 35ºC, exposición a agentes contaminantes como el polvo e insectos y, además, en riesgo ya que el piso de las salas es de madera, con una fosa de aproximadamente 1 metro de profundidad y atacado por termitas. En cuanto a la colección “guardada” en el depósito presentaba las mismas características que la exhibida en las salas pero la situación se agravaba dado que aquélla estaba ubicada en el piso y algunas obras apiladas una sobre otra. El otro aspecto preocupante era el control de obra, la cual estaba descripta en un inventario sábana en el que se mezclaban obras existentes con otras dadas de baja, con definiciones y características que no daban una idea amplia y exacta de lo que en realidad existía, además de errores conceptuales en cuanto a técnicas, etc. Lo que sí quedaba demostrado en este primer reconocimiento era que gran parte de las obras poseían un valor “incalculable”, ratificado más tarde por el perito tasador, lo cual elevaba el carácter del proyecto en favor del futuro Museo de Bellas Artes.

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En este primer estudio quedó evidenciado que el edificio museo no contaba con un espacio “ideal” para la conservación y, en menor medida, para la exposición. Tampoco reunía los requisitos mínimos (sistema de temperatura controlada e iluminación adecuada) para funcionar y era muy propenso a los cambios climáticos, dejando las obras de arte expuestas a fluctuaciones de temperatura y humedad y, por ende, a sufrir daños y deterioros que son irreversibles. Por todo esto se llegó a la conclusión que era necesaria la capacitación del personal del museo en el manejo de obras de arte y técnicas de restauración, manipulación, embalaje, catalogación y fichado, guías de museo, realización de guiones museológicos y museográficos; también el organizar y acondicionar un espacio “ideal” para la conservación de todas las obras de arte que posee el museo. Segunda Etapa: diseño del espacio necesario para albergar las obras de arte. Traslado de las obras de arte al espacio diseñado y construido para su resguardo y conservación. Las tareas en el depósito, en función de ser el espacio de guardado de la obra, quedaron concluidas con la instalación de las parrillas. Las parrillas y todo el equipamiento interno tanto del depósito como el del ante-depósito fueron realizados siguiendo ejemplos de los museos más importantes del mundo, describiré todas las acciones realizadas en este lugar desde el comienzo del proyecto:

Estudio y análisis del depósito “antiguo” para saber con qué acervo cultural contaba la institución.

Vaciado del depósito y habilitación de un espacio de trabajo “temporal” para las tareas de limpieza, desinfección, catalogación, fotografiado y embalado de conservación de las obras.

Una vez retiradas las obras, para un mejor uso y aprovechamiento del espacio se procedió a reparar muros, cerrar con Durlock para aislamiento de las aberturas que dan al exterior con protección térmica mediante fibra de vidrio. Pintado de muros con látex blanco.

Instalación de parrillas para el nuevo guardado y cuidado de las obras. Apertura de puertas internas para la comunicación del depósito con el ante-deposito. Arreglo del sistema eléctrico e Instalación de un sistema de iluminación. Instalación de sistemas de sujeción para el colgado de la obras. Instalación del sistema de ventilación con control de humedad y temperatura para la

conservación preventiva de las obras. Instalación de estanterías de chapa para el guardado de obras. Sistema de inventario interno del depósito para el fácil acceso y control de cualquier

obra de arte. Tercera Etapa: catalogación y reporte de condiciones con detalles de cada una de las obras para la elaboración de un inventario definitivo que permita fijar

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prioridades para los restauradores. Tareas de conservación y limpieza de las obras de arte. Los reportes de condición de pinturas contienen todos los datos, tanto administrativos como técnicos de cada una de las obras de arte, lo cual permitirá una rápida identificación de la colección y su estado. Se divide en tres sectores y está compuesto de la siguiente manera: Sector superior: (datos administrativos) autor, título, técnica, Nº de inventario, Nº de fotografías, año de ejecución, medidas, soporte y ubicación. Sector medio: (datos técnicos) identificación del estado del reverso, tipos de deterioro, grafico de ubicación de los deterioros identificados. Sector inferior: responsable del reporte, fecha de realización, observaciones, caracterización del estado de conservación en bueno, regular o malo. Los trabajos de identificación descriptos brevemente, fotografiado, desinfección, embalaje y traslado de dichas obras al espacio óptimo para su guardado hasta su traslado definitivo al nuevo museo son las tareas que se realizaron en el Museo de Bellas Artes de San Juan. En la actualidad puede afirmarse que todas las obras del Museo se encuentran en un espacio “ideal” y que responde a las normas de conservación preventiva en las cuales tendrían que haber estado siempre. Los deterioros a los que ha sido expuesta esta valiosa colección han sido, en algunos casos, revertidos y en otros estabilizados, lo importante es que la colección hoy está controlada en todos los aspectos: limpieza – guarda y clasificación, sabiéndose con certeza absoluta que es lo que hay y de que manera debe ser conservada. Agentes de deterioro En función de dar una mirada compleja a todo el proceso de trabajo es que vuelvo a revisar las etapas realizadas pero esta vez poniendo énfasis en los agentes de deterioro Sobre unas 500 piezas (pinturas, grabados, dibujos, etc.), que estaban en el depósito o en salas de exhibición, se realizó un diagnóstico general determinando que las obras se encontraban en muy mal estado. Un 70% de ellas se hallaban colocadas en el piso apoyadas unas encima de las otras, con suciedad, polvo, ataques de insectos xilófagos en material madera, desgarros en las telas, faltantes de la capa pictórica; muchas de las obras sobre soporte papel guardadas en carpetas no adecuadas o sueltas, el sitio donde se encontraban guardadas no contaba con climatización adecuada para su almacenaje ni puerta de emergencia, como tampoco burletes en sus aberturas para evitar el ingreso de suciedad y/o variaciones térmicas, la iluminación era escasa y deficiente en el depósito pero excesiva en las salas, no existía registro de movimiento, ingreso, egreso y traslado de las obras, tampoco había estanterías ni planeras para el almacenamiento de obras sobre papel. El sistema de grillas era obsoleto por su gran peso y sistema de rodaje no adecuado.

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Una vez hecho el diagnostico general, el paso siguiente fue organizar por etapas los procedimientos a realizar.

Primero se acondicionaron dos salas del museo con la finalidad de realizar los trabajos necesarios (sellado de aberturas, oscurecimiento de las salas, desinsectación del espacio, colocación de mesas y materiales diversos, etc.). Paralelamente se instruyó al personal asignado para realizar las labores que a continuación se detallan:

Traslado en forma ordenada y paulatina de las piezas existentes en depósito al

nuevo espacio de trabajo.

Se eliminaron los clavos, tornillos, alambres y elementos punzantes u oxidados que estaban en el reverso de las obras para evitar daños en contacto con otras obras.

Agrupación por tamaño y peso para evitar deterioros posteriores.

Aislamiento de las piezas que se hallaran infectadas por microorganismos (hongos) e

insectos para su posterior tratamiento.

Se confeccionó una ficha técnica específica (pintura-papeles) para ingresar todos los datos concernientes a las obras: nombre del autor, técnica, medidas, año de ejecución, número de inventario y, a través de un sistema de gráficos, se señalaron los distintos deterioros encontrados (Ej. roturas, fisuras, infectaciones, alabeos, oxidación, faltantes, deformaciones del soporte, etc.) Estado de conservación de cada pieza para determinar la prioridad e importancia de su restauración.

Se fotografió de anverso y reverso de todas las obras.

Se las identificó mediante un marbete de material reversible y con los datos primarios

de la obra colocado en el reverso de la misma.

Con pinceletas suaves se realizó una limpieza mecánica superficial en toda la obra. En algunos casos se retiró, mediante vía-húmeda (proceso de extracción con gel de restauración), una antigua etiqueta adherida sobre la capa pictórica.

En el caso de las pinturas sobre tela que se encontraban con desgarros y deterioros

importantes se realizaron velados parciales de protección para evitar mayores consecuencias y pérdida definitiva del material (con papel Japón libre de ácido y metilcelulosa).

En muchos casos, las obras sobre papel se sacaron de sus marcos por ser estos

muy deficientes (cartones extremadamente ácidos, clavos y material oxidado). En las obras que estaban afectadas por hongos y ataque de insectos, previamente se

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realizaron tareas de conservación (desinfección mediante vaporización con fungicida).

Luego se procedió al embalaje de las obras con papel glassine (papel encerado que evita la adherencia del polvo a la superficie de las obras, libre de ácido, resistente a la temperatura y muy maleable).

En el caso de los grabados, dibujos, acuarelas, tintas, se confeccionaron cajas

especialmente diseñadas para el guardado en las que cada obra fue intercalada en carpetas o folios en papel glassine. Se restauraron un total de 21 acuarelas de Santiago Paredes que documentan el terremoto de 1944; se eliminó el passepartourt y cartón (muy ácidos), se removieron las cintas de sujeción de papel madera engomado que dañaban el soporte de la obra y se mandaron a construir marcos-caja para su enmarcado. Las acuarelas se encamisaron en cartones de conservación libres de ácido, color marfil y con sus ventanas cortadas a 45°. El procedimiento de sujeción que se realizó contempla el uso de bisagras de papel Japón separadas de marcos y vidrio para evitar la proliferación de hongos. El marco-caja actúa como una pequeña vitrina que conserva y protege a la obra de futuros deterioros y prematuro envejecimiento.

Se trabajó sobre el embalaje de “La Inmaculada”, obra del autor Franklin Rawson, medidas 300x180cm, que se hallaba colocada en forma plana en un tablero o mesa. La misma estaba suelta, sin bastidor, con desgarros de lado a lado, desprendimientos, craquelados, oxidación y degradación del barniz, deformaciones y ondulaciones del soporte por pequeños velados realizados en restauraciones anteriores, parches de telas gruesas (tipo loneta) en el reverso de la obra con adhesivo sumamente ácido y perjudicial para la misma. Para ello se procedió a la eliminación de los velados con metilcelulosa, extracción de parches antiguos, aplanamiento de las deformaciones con solución hidrólica de baja concentración y rápida evaporación para evitar una penetración importante, con termocauterio o plancha de calor y paños absorbentes, controlando en todos los casos las respuestas del material a los procedimientos que se efectuaban. Luego se colocaron nuevos velados con papel Japón más engrudo de conservación, se unieron todas las partes y se colocó una banda de muselina o gasa a lo largo de la rotura mayor para poder unir la pintura y proceder al embalaje. Se intercalaron distintos materiales para acolchar la obra (papel glassine, lienzo de algodón y fiselina) y, para enrollarla, se utilizó un cilindro de importante diámetro y debidamente acondicionado. El anverso de la pintura se colocó hacia arriba para evitar craqueladuras y desprendimientos de la capa pictórica. El embalaje de la obra se realizó con la finalidad de protegerla hasta que se decida su restauración.

Cuarta Etapa: traslado al depósito con todas las medidas y condiciones para el resguardo del patrimonio hasta que sean trasladadas a su lugar definitivo (nuevo edificio del Museo que actualmente se encuentra en obra)

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Se creó un sistema de documentación en planillas para que cada parrilla tenga identificado con exactitud el lugar de cada obra para un fácil acceso cuando se desarrollen tareas posteriores. Reconocimiento y determinación de los factores de deterioro. Mediante un estudio minucioso a 500 obras, entre las cuales se encuentran pinturas al óleo, acrílico, técnicas mixtas, acuarelas, pasteles, dibujos y grabados pudo determinarse que el 52% de estas obras se encontraban en buen estado de conservación mientras que un 27% estaba en estado regular, un 8% en estado malo y sólo un 13% en muy buen estado. Entre los factores causantes de este estado de cosas pueden mencionarse los siguientes: Físicos: temperatura elevada, luz excesiva y sin filtros para radiaciones UV e IR; por las características climáticas de la región, la humedad relativa raramente supera el 50%, por lo cual, en general es buena salvo en el caso de obras que estaban guardadas en un subsuelo a las que debió aplicársele un proceso paulatino de secado para poder retirarlas de allí; Químicos: la contaminación atmosférica debida a residuos de la combustión (gases de vehículos), polvo y transformaciones químicas provocadas por la luz, empeoraba ya que los pisos se limpiaban con lampazos humedecidos con gasoil; Biológicos: microorganismos (hongos, bacterias), insectos (termitas cucarachas, polillas, etc.) y roedores eran común denominador ya que tenían el medio propicio para desarrollarse; y Humanos: manipulación inadecuada, uso inadecuado, falta de limpieza, etc. Los principales deterioros encontrados como podrá verse en el cuadro muestran que las obras no sufrieron de un envejecimiento natural sino que directamente intervino la acción de las personas de diferente manera. Se analizó el proceso de limpieza que anteriormente se realizaba y se determinó que la mayoría de los rasguños o arañazos provenían del plumero con que se limpiaban los cuadros. Aún los daños ocasionados por accidentes o los producidos por catástrofes, como en nuestro caso por un terremoto, tienen que ver con la falta de previsión sobre la manipulación y sistemas de almacenamiento en depósitos y de sujeción para la exhibición. Este estudio minucioso nos permite ver que el principal problema es el agente que trabaja sin capacitación y que el problema se soluciona con acciones indirectas o generales tales como: acciones administrativas en el manejo y control de los fondos y en el nombramiento de personal; acciones arquitectónicas en el diseño, elección de materiales y mantenimiento de las instalaciones; acciones educativas tanto para el personal como para el usuario y, una de las más importantes, las legales, en nuestra provincia la Ley 9801, que protege el patrimonio pero no regula el funcionamiento de los museos. En esta ley de museos también se está trabajando.

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Deposiciones de insectosRetoques

ParchesEtiquetas adheridas

FaltantesPerforaciones

GolpesRasguñosDesgarros

7721

71

86

79

Obras

Principales deterioros encontrados en las obras de arte

Estado en el que se encontraba el depósito.

“Figuras” de Lino Spilimbergo, expuesto en sala.

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Estado crítico de deterioro encontrado.

Equipo trabajando en la conservación.

Estado final del depósito.

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AGRADECIMIENTOS Al Arq. Juan José Dávila por el apoyo y los conocimientos brindados. A las restauradoras: Damasia Gallegos y Silvina Echeveste por la capacitación brindada. A las autoridades de mi provincia Gob. José Luis Gioja, por la confianza y el apoyo brindado. A las autoridades de la Subsecretaria de Cultura: Zulma Invernizzi y Mónica Arturo. A la Sra. Ilda Estela García, Coordinadora General Programa de Cultura A dos personas que me apoyaron y tienen mucho que ver con mi formación: Amadeo Laurín y Jorge Espeche. A Elina Borcosque y Daniel Orellano que colaboraron Y fundamentalmente a mi familia. REFERENCIAS GARCIA FERNANDEZ, I.M., “LA CONSERVACION PREVENTIVA Y LA EXPOSICION DE OBJETOS Y OBRAS DE ARTE”, Editorial K. R., Murcia, 1999, pp. 13-321. DIAZ MARTOS, A., “RESTAURACION Y CONSERVACION DEL ARTE PICTORICO”. Arte Restauro S.A., Madrid, 1975, pp. 13-157; 173-197; 203-210. GOMEZ, M.L., “LA RESTAURACION-EXAMEN CIENTIFICO APLICADO A LA CONSERVACION DE OBRAS DE ARTE”. Ediciones Cátedra, Madrid, 1998, pp. 17-30; 80-170; 261-400. VILLANT CALLO, M., VALENTIN RODRIGO, N. “PRINCIPIOS BASICOS DE LA CONSERVACION DOCUMENTAL Y CAUSAS DE SU DETERIORO”. Instituto del Patrimonio Histórico Español, Madrid, 1996, pp. 13-133. MAYNOR, C.I. “CATALOGO DE CONSEVACION DE PAPEL” del IAC, Fascículo 2, Hongos. Conservaplan. Documentos para conservar Nº 14, Caracas, 1998, pp. 3-25. OGDEN, S. “MANUAL DE PRESERVACION DE BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS” del CCDN, Fascículo 2. Medio Ambiente. Conservaplan. Documentos para Conservar Nº 7, Caracas, 1998, pp. 5-48. OGDEN, S. “MANUAL DE PRESERVACION DE BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS” del CCDN, Fascículo 3. Manejo de Emergencias. Conservaplan. Documentos para Conservar Nº 7, Caracas, 1998, pp. 5-62. OGDEN, S. “MANUAL DE PRESERVACION DE BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS” del CCDN, Fascículo 6. Procedimientos de Conservación. Conservaplan. Documentos para Conservar Nº 7, Caracas, 1998, pp. 5-48. OGDEN, S. “MANUAL DE PRESERVACION DE BIBLIOTECAS Y ARCHIVOS” del CCDN, Fascículo 3. Manejo de Emergencias. Conservaplan. Documentos para Conservar Nº 7, Caracas, 1998, pp. 5-50. “COMO CONFECCIONAR CONTENEDORES DE PROTECCION PARA LOS LIBROS Y OBJETOS DE PAPEL”. Notas del ICC 11/1. “ALMACENAMIENTO DE LAS OBRAS SOBRE PAPEL”. Notas del ICC 11/2. “MATERIALES TRANSPARENTES PARA ENMARCAR OBRAS SOBRE PAPEL”. Notas del ICC 11/3. “ENGRUDO DE ALMIDON DE TRIGO”. Notas del ICC 11/4. “COLOCACION EN CARPETAS DE LAS OBRAS SOBRE PAPEL”. Notas del ICC 11/5. “COMO DESENMARCAR LOS OBJETOS DE PAPEL”. Notas del ICC 11/6. “COMO ENMARCAR LAS OBRAS DE ARTE SOBRE PAPEL”. Notas del ICC 11/9. “ENCAPSULACION”. Notas del ICC 11/10. “PAUTAS PARA LA EXHIBICION Y EL DEPOSITO DE PINTURAS”. Notas del ICC 10/3. ROSE, C. “LA CONSERVACION PREVENTIVA”. Boletín de Apoyo, vol. 3, Nº 2, Diciembre de 1992.