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A&ID Magazine "Architecture & Interior Desing" Edición Especial Conociendo La Arquitectura Manierista.
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Edición Especial, Cabimas 2015
Contexto Histórico
Características
Siglo XVI Italia Contrarreforma
Exponentes Significativos
La arquitectura manierista es
aquella fase de la arquitectura
europea que se desarrolló entre
1530 y 1610, es decir, entre el
final de la arquitectura
renacentista y el comienzo de la
barroca.
Los historiadores consideran al
manierismo como la última fase
del Renacimiento, precedida por
las del humanismo florentino y
por el clasicismo romano; sin
embargo, si las primeras dos fases
son distinguibles temporalmente,
no resulta tan claro con el
clasicismo y el manierismo que
coexistieron desde inicios del
siglo XVI.
El término «maniera», usado
ya en el siglo XV para
indicar el estilo de cada
artista, fue empleado por
Giorgio Vasari en el siglo
posterior para describir uno
de los cuatro requisitos de las
artes (orden, medida, diseño
y maniera), con particular
referencia a las obras de
Miguel Ángel; luego lo
utiliza Jacob Burckhardt para
definir de manera peyorativa
el arte italiano entre el
Renacimiento y el Barroco.
No obstante a inicios de siglo
XX, a la luz de las nacientes
culturas surrealistas y
expresionistas, la crítica
revaloró la cultura
manierista.
Bryan A. Reyes R.
Estudiante de
Arquitectura
PU
BL
ICID
AD
El manierismo se desarrolló en
Italia e influyó la arquitectura de
buena parte de Europa. Por eso
ayuda conocer el contexto
histórico del continente.
A fines del siglo XV se
desarrollaron las grandes
monarquías, en España, Francia
y en Inglaterra; en 1493
Maximiliano I de Habsburgo
llegó a ser Emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico,
mientras que Rusia encontró la
unidad política bajo Iván III.
Además, con el ascenso al trono
francés de Francisco I y la
coronación de Carlos V, el
escenario europeo un cambio
radical, con la anexión a España
de Alemania y de otros
territorios, como Milán, Nápoles
y el Mezzogiorno.
En Italia, en 1527 se produjo el
Saco de Roma por obra de los
lansquenetes; este evento marca
el comienzo del manierismo.
Muchos artistas tuvieron que
dejar Roma, trasladándose a
Florencia y Venecia. En
Florencia, los eventos de 1527
favorecieron la persecución de
los Médicis; sólo se dominó la
rebelión después de un largo
asedio, entre 1529 y 1530, que
restableció a la familia en el
gobierno de la ciudad. En
cambio, Venecia era el más
importante arsenal de Italia y un
centro cultural de primer orden,
gracias a la gran difusión de la
actividad editorial.
El Papa Paulo III instauró de
nuevo, en 1542, el tribunal de la
Inquisición, que precedió pocos
años a la convocación del
Concilio de Trento. El clima
controrreformista llevó a la
fundación de la Compañía de
Jesús, que ejerció notable
influencia también en el campo
artístico dirigiendo la
arquitectura religiosa hacia el
estilo barroco.
El manierismo rechaza el equilibrio y la armonía de la arquitectura
clásica, concentrándose más bien en el contraste entre norma y
transgresión, naturaleza y artificio, signo y subsigno.3
De esta manera, la carga pierde su peso, mientras que el sostén no sostiene
nada; el punto de fuga no se concluye en un punto focal, como en la
arquitectura barroca, sino que termina en nada; las estructuras verticales
asumen dimensiones excesivas y confieren al conjunto un inquietante
equilibrio «oscilante».1
Si en la arquitectura del Renacimiento la fábrica de los edificios a menudo
denuncia su propia conformación interna también hacia el exterior
(mediante, por ejemplo, la presencia de cornisa intermedia, extradós e
intradós), las obras manieristas generalmente se alejan de esta tendencia,
escondiendo su propia estructura de base.4
Desde el punto de vista decorativo, asume particular importancia el
fenómeno de lo grotesco, un tema pictórico de tiempos del imperio
romano, redescubierto a fines del siglo XV, durante algunas excavaciones
arqueológicas.
Estas pinturas, centradas en representaciones fantásticas e irracionales,
están de moda durante el manierismo (por ejemplo en las decoraciones del
Palacio del Té) y aunque de manera esporádica, influencian la misma
arquitectura; esto es evidente en las bizarras aperturas en el frente del
Palacio Zuccari de Roma y en el Jardín Orsini (conocido como Parque de
los monstruos) en Bomarzo. Otras influencias, sobre todo ligadas a temas
zoomórficos, antropomórficos y fitomórficos, se encuentran en los
adornos de edificios como la Casina de Pío IV en el Vaticano, realizado
por Pirro Ligorio, el Palacio Marino y la iglesia de Santa María presso
San Celso de Galeazzo Alessi en Milán.
1.- LA ARQUITECTURA MANIERISTA Entre sus características destacan: La arbitraria alteración
de la correspondencia entre las partes y el conjunto del edificio, con lo que rompe la lógica de las relaciones espaciales y se provoca la desintegración de la estructura renacentista.
La preferencia por los
espacios longitudinales y salas estrechas que favorecen la perspectiva.
La pérdida o
debilitación de las coordenadas axiales, las que ordenan el edificio según un eje de simetría.
Destaca el Palacio del Té, en
Mantua, obra de Giulio Romano.
2.-MANIERISMO ESCULTÓRICO Hay preferencia por la figura “serpentinata”, contorsionada con artificio de formas que dibujan la ascensión helicoidal. Destaca Juan De Bolonia con la Fuente de Neptuno en Bolonia y el Rapto de las Sabinas.
La tendencia al desgarramiento propio de este estilo aparecen en la exagerada musculatura de “Perseo con la cabeza de Medusa” de Benvenutto Cellini. Fue fundida en bronce de una sola pieza, lo que supone una enorme dificultas técnica.
3.- PINTURA MANIERISTA. Se caracteriza por la arbitrariedad en el uso del color y las proporciones. Las proporciones anatómicas se alteran a su voluntad. El alargamiento de las figuras es constante. Ej: Madonna del cuello largo de PARMIGIANINO.
Se prefiere el trazado serpentiforme, los abundantes y tensos escorzos, la distorsión como forma de expresar una dramática escisión en la conciencia y en el mundo. Las figuras está constreñidas en marcos estrechos, lo que acentúa las expresiones angustiadas. La utilización de fondos negros, en los que se representan las figuras como auténticos objetos-luz, nos anuncian en Barroco. Otro autor es Corregio, con este "Ío y Zeus"
Manierismo es la denominación historiográfica del periodo y estilo artístico que se sitúa convencionalmente en las décadas centrales y finales del siglo XVI (Cinquecento en italiano), como parte última del Renacimiento (es decir, un Bajo Renacimiento). Su caracterización es problemática, pues aunque inicialmente se definió como la imitación de la maniera de los grandes maestros del Alto Renacimiento (por ejemplo, el propio Tintoretto pretendía dibujar como Miguel Ángel y colorear como Tiziano), posteriormente se entendió como una reacción contra el ideal de belleza clasicista y una complicación laberíntica10 tanto en lo formal (línea serpentinata, anamorfosis, exageración de los movimientos, los escorzos, las texturas, los almohadillados, alteración del orden en los elementos arquitectónicos) como en lo conceptual (forzando el decorum y el equilibrio alto-renacentistas, una "violación de la figura"),11 que prefigura el "exceso"12 característico del Barroco. Por otro lado, también se identifica el Manierismo con un arte intelectualizado y elitista, opuesto al Barroco, que será un arte sensorial y popular.13 Considerado como una mera prolongación del genio creativo de los grandes genios del Alto Renacimiento (Leonardo, Rafael, Miguel Ángel, Tiziano) por sus epígonos (como los leonardeschi), el Manierismo fue generalmente minusvalorado por la crítica y la historiografía del arte como un estilo extravagante, decadente y degenerativo; un refinamiento erótico14 y una "afectación artificiosa"15 cuya elegancia y grazia16 no fue apreciada plenamente hasta su revalorización en el siglo XX, que comenzó a ver de forma positiva incluso su condición de auto-referencia del arte en sí mismo.17
Se desarrolló en Italia desde 1520 hasta finales del siglo XVI.
El término manierista se ha empleado fundamentalmente con
dos significados distintos, debido a que en su origen se
encuentra unido al término italiano "maniera", que se aplicaba
para designar a los artistas que eran meros imitadores de los
grandes maestros, esencialmente Miguel Angel, Rafael y
Leonardo, tanto para los que eran considerados como
imitadores de una forma fría e impersonal como aquellos que
incluían algún matiz creador u original.
Se empleaba por tanto la expresión "manierista" con la
significación equivalente a modo o manera, y como tal los
artistas que así eran designados se englobaban dentro del
Renacimiento.
Esta idea surgió a partir del siglo XVII, en que Bellori y otros
opinaron que el manierismo era un movimiento de ínfima
calidad, que se producía después del Renacimiento clásico.
En el siglo XX se inició su valoración, sobre todo debido a
autores como Hauser y Dvorak, que han dado forma a una
tendencia dominante que considera al Manierismo como un
estilo artístico, independiente y con entidad propia. Es decir,
se ha pasado de una valoración peyorativa del término a una
acepción mayoritaria que le define por una serie de valores
intrínsecos propios.
Simultáneamente a la evolución del significado del
Manierismo, algunos investigadores han puesto de relieve que
el Manierismo no es sólo un estilo pictórico, como en
principio se consideraba, sino que además hay que extenderlo
a otras manifestaciones artísticas, culturales y espirituales,
como la arquitectura, la escultura, la literatura y la música.
El Manierismo supone, con respecto al renacimiento clásico, un distanciamiento que se
empieza a producir a partir de la fecha de la muerte de Rafael, 1520.
Esta quiebra en la armonía tiene su base en acontecimientos sociales, como fue la
epidemia de peste de 1522, la invasión de Italia por tropas francesas y españolas, el
Saco de Roma en 1527, la ruptura en la unidad de la Iglesia con la Reforma
protestante, la crisis económica provocada por la introducción del racionalismo
económico, el nacimiento de la concepción científico-natural del mundo y la nueva
forma de entender el patronazgo y la obra de arte.
El Manierismo ya se había iniciado en las últimas obras de Rafael y en toda la etapa
final de Miguel Angel. La meta de los artistas manieristas fue la ruptura de la unidad
espacial y del equilibrio: el espacio lo entendieron como diverso y por tanto con
diferentes visiones. Frente al agrupamiento masivo de figuras se oponen espacios
vacíos y los motivos principales pasan a situarse en un segundo plano,mientras que los
secundarios adquieren una capital importancia.
Dentro del Manierismo se han distinguido dos corrientes: el espiritualismo místico
muy exacerbado, cuyo mejor representante es el Greco, y el naturalismo panteísta, en
el que las cosas reales aparecen muy detalladas, cuyo mejor representante es Brueghel.
Sin embargo estas dos tendencias no aparecen siempre separadas.
El manierismo puede ser definido como el mundo de las cosas reales, enmarcadas en
un espacio ficticio. Se produjo desde 1520 hasta fines de siglo, en que adquirió fuerza
el Barroco, estilo con el que tendrá una importantísima diferencia: mientras que el
manierismo se realiza exclusivamente para una clase social elevada, el Barroco es un
estilo popular.
El Manierismo además coincide con el momento de internacionalización del
Renacimiento, pues será a partir de 1520 cuando Éste se extienda por toda Europa.
El Manierismo es el producto de una sociedad escéptica y preocupada por el gozo y el
refinamiento, sólo entusiasmada por rodearse de belleza. Las obras de este período
tendrán un marcado carácter subjetivo y antinaturalista.
La belleza no se descubre sólo mediante la simplicidad natural, sino creando un arte
artificial en el que la naturaleza y la imitación dejan de ser el modelo y el eje de la
creación artística.
El ideal de belleza se forma en la mente del artista y es resultado, no de la imitación,
sino de la especulación y el invento. Se rechaza la pretendida superioridad del arte
antiguo frente al consciente conocimiento y destreza del artista y a su libertad
creativa.
El Manierismo, fenómeno de origen italiano, sólo es entendible donde el lenguaje
clásico se ha refinado y donde, como en el caso de Italia y los artistas del alto
Renacimiento, se han impuesto las bases de su superación.
Se extiende con facilidad por algunas cortes europeas, donde el gusto por la
elegancia, lo complejo y lo sofisticado mantiene la tradición tardo-gótica en el siglo
XVI.
Son formas que comparten algunas características con las manieristas, pero a las que
falta la experiencia clásica y la armonía de la que parten los artistas italianos para
sustituirla.
Difíciles de clasificar son las obras raras o con falta de conocimiento de las normas
clásicas, o las que recogen elementos manieristas y los incluyen dentro de tradiciones
locales, en lugares que, como España, no han introducido y aceptado las normas
clásicas y dan lugar a formas híbridas de valoración distinta de la propiamente
manierista.
La necesidad del manierismo de encontrar nuevas soluciones, sin valorar las del
pasado, hizo indispensable el intercambio de experiencias y la capacidad de
enfrentarse con nuevas situaciones. Esto facilitó el encuentro con otras tradiciones y
culturas y contribuyó a la difusión de sus formas.
Jacopo (o Giacomo) Barozzi (Vignola (Italia), 1507 – Roma, 1573), conocido como Jacopo Barozzi de Vignola o, más común y simplemente como Vignola, por haber nacido en esta ciudad italiana próxima a Módena, fue un destacado arquitecto y tratadista del Renacimiento italiano.
Andrea Palladio, de nombre Andrea di Pietro della Góndola (Padua, 1508 - Maser, 1580) fue un importante arquitecto italiano de la República de Venecia. Trabajó fundamentalmente en la ciudad de Vicenza y sus alrededores, y también en la misma Venecia. Se le considera el arquitecto que tal vez «mejor supo actualizar la herencia de las formas clásicas con la realidad del momento central del Cinquecento».1 Sus villas campestres y otras obras han influido de manera importante en la arquitectura del Neoclasicismo.
Planta villa Capra (rotonda), Vicenza 1550
Giulio Pippi más conocido como Giulio Romano (Roma, h. 1499 - Mantua, 1 de noviembre de 1546) fue un pintor, arquitecto y decorador italiano del Siglo XVI, prominente alumno de Rafael, cuyas innovaciones en relación al clasicismo del alto Renacimiento ayudaron a definir el estilo definido como manierismo. Los dibujos de Romano han sido muy buscados por los coleccionistas. Los grabados de la época sobre su obra fueron una contribución significativa para la difusión del estilo manierista en toda Europa.
El Palacio del Té (en italiano: Palazzo del Te o Palazzo Te) es un palacio en las afueras de Mantua, Italia. Es un buen ejemplo del manierismo en la arquitectura, la obra maestra reconocida de Giulio Romano. El nombre oficial, y de lejos el nombre más común en Italiano, es Palazzo Te, pero esto puede ser un uso relativamente reciente; Vasari lo llama Palazzo del T (pronunciado «Te»).
Michelangelo Buonarroti (Caprese, 6 de marzo de 1475-Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.1 Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médicis de Florencia y los diferentes papas romanos.
La Capilla Nueva de San Lorenzo
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