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Boletín Congregacional - 18 -
celebraciones
C on gozo nos preparamos para celebrar el
156 aniversario de la fundación de nuestra Congregación. Es una fiesta de acción de gracias a Dios y a N.P. Fundador Jerónimo Usera por la historia de la Congregación, tantas hermanas uni-das por el mismo carisma y entregadas por el mundo a la misión. Hoy celebramos en unión con la Familia Amor de Dios, con las hermanas y seglares que continuamos viviendo con la fuerza del carisma.
En estas fechas nos preparamos también para la celebración del XVI Capítulo General, momento privilegiado para reavivar nuestro Ca-risma-Misión. Por eso, en este triduo vamos a orar a partir el mismo lema del Capítulo: “Al so-plo del Espíritu anunciamos el Evangelio” para empezar ya a reavivar en nuestro corazón el sen-tido carismático de la Congregación y de toda la Familia Amor de Dios.
El amor de Dios nos urge, con la fuerza del Espíritu, a ser manifestación de ese amor donde sea necesario, entre los hombres de hoy. Que la luz de este Espíritu ilumine a las hermanas capi-tulares y fortalezca la capacidad de audacia y entrega en cada una de nosotras.
Símbolos: Foto del Padre Usera y Constitu-ciones
Monición: Jesús fue consagrado y ungido por el Espíritu para cumplir la misión encomendada por el Padre. Es el mismo Espíritu que Jesús trans-mitió a su Iglesia para que continuase su obra en el mundo a lo largo de la historia. Por eso el Espí-
ritu la recrea con la diversidad de dones y caris-mas.
También nosotras desde los orígenes canta-mos “El Espíritu Santo nos dio vida”. Él es el pri-mer protagonista, Él nos impulsa desde dentro en toda la historia, vida y misión de la familia Amor de Dios. Nos urge a permanecer en el amor y nos anima a continuar la obra de Jesús, siguiendo las huellas de nuestro querido P. Jerónimo Usera.
Cantamos:
El Espíritu Santo nos dio vida En la herida del Sagrado corazón En el huerto de la Iglesia sacrosanta Somos planta que promete fruto y flor
La Virgen nos cobija con su manto Somos esposas del Cordero santo Somos las Hermanas del Amor de Dios.
(Durante el canto se coloca la foto del Padre y las
Constituciones)
Acción de gracias
Con esta oración damos gracias a Dios por la riqueza de la historia congregacional y por su presencia entre nosotras.
Te damos gracias Padre, lleno de amor y misericordia, por todos los bienes y regalos que has derramado en todos los hombres y mujeres a lo largo de la historia de la humani-dad.
Primer día –24 de abril
“Al Soplo del Espíritu”
Tríduo del 27 de Abril de 2020
Boletín Congregacional - 19 -
celebraciones
Tu nos tenías presentes y nos amabas antes de la explosión del universo y de surgir la vida.
Desde el comienzo de los tiempos, ha esta-do tu Espíritu presente en medio del devenir his-tórico de la humanidad.
Todas las esperanzas y los anhelos, los afa-nes y los trabajos, todas las acciones y compromi-sos que han nacido en el corazón de las personas, han estado acompañadas por la fuerza y la luz de tu Espíritu Santo.
Tu has guiado la historia de la humanidad hacia la plenitud inaugurada y llevada a término en la encarnación, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo.
Tu Espíritu alienta el caminar de la Iglesia y de cada comunidad para hacer realidad tu Reino. Por eso te cantamos:
Hoy Señor, te damos gracias,
por la vida, la tierra y el sol;
hoy Señor queremos cantar
las grandezas de tu amor.
Tu has guiado la historia de nuestra Con-gregación por caminos de amor y bien, Tu has conducido nuestra historia a través de momentos de oscuridad y sombra, pero en todo, tu amor ha salido siempre victorioso.
Tú vas haciendo camino con nosotras, y conduces los hilos de nuestra vida, para que sea-mos siempre y en todo lugar, manifestación de tu amor.
Con la confianza de hijas que se sienten seguras en las manos del Padre, te cantamos.
Gracias Padre, Tú guías mis pasos
Tú eres la luz y el camino,
conduces a Ti mi destino,
como llevas los ríos al mar.
Silencio
Sl 91: Es bueno dar gracias al Señor
El salmo 91 es un himno de acción de gra-cias al Señor por su amor y su bondad, por la obra de sus manos. Le agradecemos por sus obras, no solo en la naturaleza, sino también en nuestras hermanas y que esto nos llene de gozo y alegría.
(proclamamos a dos coros)
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad.
Tus acciones, Señor, son mi alegría
y mi júbilo las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios.
En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Monición a la Palabra
El Espíritu lleva adelante la misión de la Iglesia por medio de los diferentes carismas que él concede para atender a las necesidades urgen-tes en un momento de la historia. La Vida Consa-grada está llamada a responder proféticamente a esta misión de la Iglesia, cada uno según el don recibido.
1ª Cor, 12, 4-11
Boletín Congregacional - 20 -
celebraciones
De la 1ª Carta de san Pablo a los corintios
“Hay diversidad de carismas, pero un mis-mo Espíritu; 5hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; 6y hay diversidad de actuacio-nes, pero un mismo Dios que obra todo en to-dos. 7Pero a cada cual se le otorga la manifesta-ción del Espíritu para el bien común. 8Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíri-tu. 9Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. 10A este se le ha concedido hacer milagros; a aquel, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. 11El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como el quiere”. Palabra de Dios.
Silencio
Canto:https://www.feadulta.com/images/
Musica/el_me_ha_ungido.mp3
EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO SOY SUS OJOS, SOY SUS MANOS, SU LATIDO EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO
Me ha enviado a ser hermano de los pobres me ha enviado a liberar a los cautivos a anunciar que hay que tener alma de niño para amar con corazón abierto y limpio
Me ha enviado a poner gesto a su Palabra me ha enviado a compartir pan y esperanza me ha llamado a levantarme, abrir las alas y abrigar a aquel que llora, sufre o calla
EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ
PORQUE ÉL ME HA UNGIDO
El Señor se acercó a mí, posó su mano y mi corazón cambió y vio a sus hermanos y se llenaron de vida, días y años pues cobraron el sentido que buscaron El Señor derrama en todos su caricia su bondad nos alimenta y nos aviva somos hijos, somos cauce de la Vida y su Amor a cada uno, es la Noticia
EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO
Porque Dios no se reserva para nadie se derrama sobre todos sin cansarse nos promete a todos Vida nos enseña su Justicia acaricia con Amor nuestras heridas
EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO SOY SUS OJOS, SOY SUS MANOS, SU LATIDO EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO EL ESPÍRITU DE DIOS ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO
Unidas a María, damos gracias a Dios por sus obras a través de tantas hermanas en estos 156 años y alegres cantamos
Magníficat
Oración: Te pedimos Señor, que cada una de nosotras sea fiel al don recibido para la edifi-cación de la comunidad. Danos generosidad para poner nuestra vida en servicio y dar gracias por formar parte de la Congregación en este Cuerpo que es tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Símbolos:
Segundo día –25 de abril
“Anunciamos
el Evangelio”
Boletín Congregacional - 21 -
celebraciones
La Biblia, la Palabra que anunciamos y nos da vida.
Icono de Pentecostés, el Espíritu nos constitu-ye en comunidad.
Monición inicial
La fuerza del Espíritu Santo convirtió a los após-toles en testigos de Jesús Resucitado, desde Gali-lea hasta los confines de la tierra. También nues-tra comunidad ha sido llamada para anunciar a Jesucristo y su evangelio, y para testimoniar a todos los hombres el amor de Dios.
“En comunión recibimos la fuerza del Espíritu y, en comunión, somos testigos de Jesús, dilatando nuestros horizontes para ir donde sea necesario y dar gratis lo que gratis hemos recibido: el Evangelio. La salida misionera es la razón de ser de la Iglesia expresada en el mandato de Jesús: “Id al mundo entero”. Nuestro Padre Fundador buscó personas abiertas y generosas para entre-garse a la misión donde fuese necesario. Tam-bien hoy “hay toda una humanidad que espera el anuncio y el testimonio de los discípulos que, con su vida, hacen presente el evangelio”.
Canto: Nos envías por el mundo a anunciar la buena nueva….
Mientras se canta se coloca la biblia delante del altar.
Monición: El salmo 70 nos habla del profeta que ha escuchado la llamada de Dios para anunciar sus maravillas. El amor será su roca y su refugio en las dificultades. La llamada, desde el seno materno, se graba a fuego en el alma de quien escucha la voz de Dios.
Salmo 70. (elegir una lengua)
https://musicasparamissa.com.br/musica/salmo-
70-71-minha-boca-anunciara-todos-os-dias/
Mi boca contará tu salvación, Señor.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías.
Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.
Monición: El XV Capítulo General nos re-cuerda la importancia de nuestra misión evange-lizadora, por medio del anuncio y el testimonio. Somos enviadas en comunidad y en nombre de ella realizamos la misión. La vida en comunión es signo para el mundo y ella misma, en cuanto tal, es ya misión.
“Las hermanas realizamos la misión como envia-das de la comunidad con la conciencia de que no es nuestra, sino de Dios, y que, por lo tanto, tiene que ser realizada en su nombre y con crite-rios evangélicos. Tratamos de dar una respuesta comprometida encarnada en cada lugar con nuestra entrega” (Nº 43).
Silencio
Se coloca el icono de Pentecostés: el Espíritu nos constituye en comunidad.
Canto: Llévame donde los hombres
Monición: El lema que llevamos inscrito en la cruz nos recuerda el fundamento de nuestra vida y misión: el amor de Cristo nos impele, nos envía, nos convoca, nos urge a ir al mundo ente-ro y ser testigos de su amor. Con Pablo procla-mamos: Nada ni nadie nos separará de este amor.
Amor de Dios”
Boletín Congregacional - 22 -
celebraciones
Lectura: 2ª Cor. 5, 14
“Porque nos apremia el amor de Cristo al consi-derar que, si uno murió por todos, todos murie-ron. Y Cristo murió por todos, para que los que viven, ya no vivan para si, sino para el que murió y resucitó por ellos”. Palabra de Dios
Canto: Charitas Christi, urget nos
https://www.youtube.com/watch?v=TFj8W81w9k8
Entonamos, con María, el canto de alabanza, por las maravillas que Dios hace en nosotras.
Canto: Magníficat
Oración final
Señor, dame la valentía de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar y pies para caminar
al paso de los hombres.
Infúndenos, Señor, el deseo de darnos y entregar-nos, de dejar la vida en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida, propaga-dores de tu reino, ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres para lle-varles el tesoro de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíri-tu para ser condu-cidos a dar la vida desde la cruz, desde la vida que brota cuando el grano muere en el surco. Amén
Tercer día –26 de abril
Continuando la misión
“Amor de Dios”
Monición
E sta tarde nuestra oración tiene como foco la misión Amor de Dios. El proyecto evangeli-
zador de la Congregación a lo largo de estos 156 años ha ido conformándose a las necesidades de cada momento y lugar. Hoy, más que nunca, la Iglesia nos pide buscar nuevos caminos para reavivar el carisma recibido, porque el mundo ha cambiado y hay nuevos desafíos para la mi-sión.
En la convocatoria al próximo Capítulo, la Supe-riora General recuerda la insistente llamada del papa Francisco a anunciar la alegría del Evange-lio. Esto nos lleva a considerar de nuevo la mi-sión como núcleo de nuestra vocación y a pre-guntarnos qué significa y exige hoy vivir la mi-sión en fidelidad. Este camino de búsqueda y
fidelidad al mismo tiempo está marcado por el ritmo del Espíritu. Cuando aceptamos romper la comodidad y la rutina Él abre ante nosotras nue-vas fronteras, realidades nue-vas, otras cultu-ras y otras ne-cesidades don-de ser portado-ras y testigos del Amor de Dios.
Símbolo: el cartel del capítulo.
Boletín Congregacional - 23 -
celebraciones
C omenzamos nuestra oración invocando al Espíritu Santo para que abra nuestra mente y
nuestro corazón a su voz.
Donde no hay Espíritu, no podemos reunirnos en tu nombre.
Todas: Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no puede brotar la vida.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, lo único posible es el mie-do.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, aparecen los fantasmas.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, la rutina lo invade todo.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, se olvidan las cosas esencia-les.
Danos tu Espíritu, Señor.
Donde no hay Espíritu, no puede haber esperanza.
Danos tu Espíritu, Señor,
Canto. (Se puede cantar una invocación al Espíri-
tu)
Monición: El profeta Elías en un tiempo de fuer-te sequía, urgido por la compasión por el pueblo, sube al Monte Carmelo a escrutar el mar hasta percibir la pequeña “señal” de una historia nueva, de una “lluvia grande”. La brisa tenue se puede identificar hoy con tantos deseos inquietos de nuestros contemporáneos, que buscan interlocu-tores sabios, pacientes y compañeros de camino, capaces de acogida a corazón abierto, para nue-vas épocas de fraternidad.
Lectura: 1ª Re 18
“Elías subía a la cima del Carmelo para encor-varse hacia tierra, con el rostro entre las rodi-llas. 43Había ordenado a su criado: «Sube y mira hacia el mar»; el criado subió, miró y dijo: «No hay nada». Elías repitió: «Vuelve»; y así siete ve-ces. 44A la séptima dijo el criado: «Aparece una nubecilla como la palma de una mano que sube del mar». Entonces le ordenó: «Sube y dile a Ajab: “Engancha el carro y desciende, no te vaya a detener la lluvia”». 45En unos instantes los cielos
se oscurecieron por las nubes y el viento, y sobre-vino una gran lluvia”. Palabra del Señor.
Canto: Yo veo una pequeña nube
https://www.youtube.com/watch?v=tJC36vEhtmY
Monición: ¿Hacia donde vamos? El camino es incierto. No saber el camino puede ser motivo de inquietud y angustia. Pero es también motivo de reconocer nuestra pequeñez. Junto con el salmis-ta, pidamos al Señor que sea Él quien nos enseñe el camino, sus caminos, que siempre enseña a los humildes.
Se coloca el cartel del Capítulo.
Salmo 24: Señor, enséñame tus caminos.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Terminamos nuestra oración esta tarde dando gra-cias a Dios, con María, por la historia de la Con-gregación, por las obras que ha realizado a través de la pequeñez de tantas hermanas que desde 1864, han sido fieles al carisma recibido.
Magníficat
Boletín Congregacional - 24 -
celebraciones
Oración
Dios nos eligió para mostrarnos unos a otros el rostro del amor de Dios.
Somos el vocabulario de Dios; palabras vivas pa-ra dar voz a la bondad de Dios con nuestra pro-pia bondad, para dar voz a la compasión, la ter-nura, la solicitud y la fidelidad de Dios con las nuestras propias.
Unidas en comunidad, hacemos nuestro el cla-mor de nuestro Padre Fundador y le pedimos al Señor que ilumine nuestros pasos y abra nuestros corazones para decirle una vez más: “Dame, Dios mío, mas dilatados horizontes, nuevas tie-rras, para extender tu reino”. Amen
E stamos de fiesta. Celebramos el Amor de Dios. Hace 156 años Dios entregó a Jeróni-
mo Usera un carisma al servicio de la Iglesia y los pobres. Un grupo de jóvenes aceptaron darle vi-da y, hasta hoy, han sido muchas hermanas las que se han entregado a ser “manifestación del amor de Dios” a los hombres. Agradecemos por Jerónimo Usera, por todas las hermanas que nos han precedido y por la familia Amor de Dios hoy, que se ha enriquecido con los seglares que han acogido este don.
Canto:
1ª lectura: Hch 4, 32-33
E l grupo de los que seguían a Jesús habían sido llamados personalmente para vivir en
comunión con Él y con los otros discípulos, para compartir su vida y su destino, para ser signo de la vida y comunión inaugurada por Él. La comu-nidad religiosa se siente en continuidad con el grupo que seguía a Jesús. La vida fraterna se vive a sí misma como espacio teologal en el que pue-
de experimentar la presencia de Jesús resucitado.
Lectura de los Hechos de los apóstoles
“El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en co-mún. 33Los apóstoles daban testimonio de la resu-rrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. 34Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido 35y lo ponían a los pies de los apóstoles;
Eucaristía - 27 de abril
Celebramos
el Amor de Dios
Boletín Congregacional - 25 -
celebraciones
luego se distribuía a cada uno según lo que nece-sitaba”.
Palabra de Dios.
Salmo 138
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque escuchaste las palabras de mi boca;
delante de los ángeles tañeré para ti;
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera tu fama.
Cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu mano contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Evangelio: Ev. Jn 15, 9-16
J esús entrega a sus discípulos lo más grande que tiene: el amor del Padre y esto es motivo de
alegría plena. Es más, antes de partir les confía su misión. Los ha elegido para enviarles a dar testi-monio de su amor, por eso el distintivo de los se-guidores de Jesús es la entrega hasta el fin por amor, como Él mismo hizo.
Del evangelio de S. Juan
C omo el Padre
me ha ama-do, así os he amado yo; permaneced en mi amor. 10Si guardáis mis mandamien-tos, perma-neceréis en mi amor; lo mismo que yo he guar-dado los mandamien-tos de mi Pa-dre y permanezco en su amor. 11Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. 12Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. 13Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. 14Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os man-do. 15Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegi-do y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca”.
Palabra del Señor
Renovación de votos
L a llamada a seguir al Señor en la vida consa-
grada es decir “Sí” a la invitación: “Tú eres
importante para mí, te quiero, cuento contigo,
ven y sígueme”. Jesús a cada uno de nosotros nos
hace esta invitación. De la respuesta afirmativa
nace la alegría de vivir la vocación a la que cada
uno hemos sido llamados.
Las hermanas del Amor de Dios han hecho suya
la consigna de San Pablo: “La caridad de Cristo
nos urge” y con su vida y misión son, en la socie-
dad, signo vivo de la misericordia y la ternura de
Dios. En este momento van a renovar su consa-
gración al Señor conscientes de que son instru-
mentos en las manos del Señor para anunciar su
Reino donde sea necesario.
Boletín Congregacional - 26 -
celebraciones
El celebrante:
Hermanos y hermanas, agradecemos a Dios y a
la Iglesia, la vocación recibida en el seguimiento
de Cristo pobre, casto y siempre obediente al Pa-
dre de las hermanas de esta comunidad.
(Breve silencio)
El celebrante: Bendito eres, Señor, porque por
tu Espíritu has llamado a hombres y mujeres
para que, consagrados a Ti, sean en la Iglesia
manifestación viva del seguimiento de Jesu-
cristo, imitándole en todo. Por ello ¡te glorifi-
camos!
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
Lector: Te glorificamos, Padre, porque en tu
Hijo Jesús nos has mostrado el camino del
amor sin medida por medio del servicio solíci-
to y generoso. Cristo ha hecho de Tu voluntad
su alimento y su descanso, su fortaleza y su
alegría.
Hermanas: Gracias, Padre, por habernos que-
rido asociar íntimamente a este misterio de
Obediencia filial en Cristo. La Virgen María,
Sierva obediente de Dios, nos precede en la
sincera acogida de tu Voluntad; como hijas
suyas renovamos el espíritu de obediencia en
el seno de tu Iglesia.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
Lector: Te glorificamos, Padre, porque en Cris-
to, nuestro Dios y Señor, nos has dado la Ver-
dad de tu Amor. Jesucristo, que siendo rico se
hizo pobre para enriquecernos con su Pobre-
za, nos ha mostrado la bienaventuranza evan-
gélica reservada para los mansos y humildes
de corazón, los pobres de espíritu, los miseri-
cordiosos, los que trabajan por la paz, los per-
seguidos y los que sufren a diario por causa de
tu Reino.
Hermanas: Gracias, Padre, por Cristo, tu Hi-
Hijo Amado, a quien nos invitas a escuchar
siempre. Él es el Hombre-Dios compasivo y
fiel, que nos enseña a no tener otro lugar don-
de reclinar nuestra cabeza sino en Tí. Junto al
Señor Jesús somos dichosas de vivir desprendi-
das, compartiendo nuestros bienes con los ne-
cesitados y proclamando que sólo Tú eres
nuestra riqueza.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
Lector: Te glorificamos, Padre, porque en Je-
sucristo, el Hijo Bendito de María, hemos sido
seducidos por tu Amor y conducidos a la virgi-
nidad de nuestros corazones.
Hermanas: Gracias, Padre, por tu Hijo Jesús,
Esposo fiel de la Iglesia. Renueva en nosotras
la llama de tu Amor, la dicha y la alegría de
vivir la verdadera Castidad y la pureza sincera,
de cuerpo, mente y corazón, en el camino de
santidad, camino de verdadera plenitud.
Asamblea: Gloria a Ti, por los siglos.
El celebrante: Señor, mira con ojos de misericor-
dia a quienes un día llamaste para seguirte deján-
dolo todo por ti. Renueva hoy en sus vidas la lla-
ma del amor primero y acoge la acción de gra-
cias que te han dirigido asociándola a esta Euca-
ristía. Ayúdales a ser fieles al Evangelio. Que
sean profetas de misericordia para este mundo
necesitado de tu amor; que sean testigos creíbles
y evangelizadores incansables en la comunión de
la Iglesia. Te lo pedimos en el Nombre de Jesús,
tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los si-
glos.
Asamblea: Amén.
Acción de gracias
Señor y Padre nuestro, que has querido convo-carnos y congregarnos en Jesús por el Espíritu para que, formando un solo corazón y una sola alma, seamos evangelio vivo en el servicio a los hermanos.
Te damos gracias por la Congregación y por to-das y cada una de nuestras hermanas. Por los 156 años de vida al servicio de todos siendo mensajeras y testigos de tu amor.
Gracias, Señor, por la “Familia Amor de Dios” heredera y continuadora de la obra de Jerónimo Usera.
Gracias, Señor, por las hermanas que nos han precedido: por su sencillez y su entrega, por su fidelidad y testimonio, por su espíritu de fraterni-
Boletín Congregacional - 27 -
celebraciones
dad; gracias por su donación y entrega desintere-sada a la misión.
Que la celebración de este aniversario sea para nosotras un tiempo fuerte de renovación, siguien-do el carisma que nuestro Padre Fundador recibió del Espíritu y nos transmitió como preciosa heren-cia.
Señor y Padre nuestro, ayúdanos a vivir siempre
atentos a tu Palabra, como María, a fin de que
nos convirtamos en transparencia de Jesús, a cu-
yo seguimiento hemos dedicado nuestra vida por
vocación y queremos dedicar siempre con fideli-
dad creciente.
Al soplo del Espíritu
“El Espíritu Santo nos dio vida”. Profundamente
agradecidos hacemos memoria de nuestros oríge-
nes. Recordamos a Jerónimo Usera, que vivió ungi-
do y urgido por el Espíritu Santo y, contagiado por
su Fuego, descubrió y recorrió los caminos que Él le
marcó, ofreció su vida, su palabra y su servicio en
la oración, la predicación del Evangelio, la cateque-
sis, la educación, el servicio a los pobres, a los en-
fermos, a los encarcelados... Su testimonio de fideli-
dad al Espíritu y la obra que el Espíritu realizó en él,
nos interpelan hoy.
“El Espíritu Santo nos da vida”. Él es el Principal y
Primer Protagonista. Secundar su obra y seguir su
ritmo nos reclama apertura y escucha silenciosa,
docilidad constante y obediencia pronta y audaz. Él
impulsa y anima, desde dentro y misteriosamente,
la historia y el presente de la Congregación, su vida
y su misión...
Anunciamos el Evangelio
La Palabra de Dios es lámpara que nos guía y
acompaña. El texto: “Recibiréis la fuerza del Espíritu
Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis tes-
tigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta
el confín de la tierra” (Hch 1,8), ilumina el tema
capitular...
En continuidad con los Capítulos Gene-
rales anteriores
Participamos de la misión evangelizadora de la Igle-
sia y la vivimos desde nuestra identidad carismática
“Amor de Dios”. El X Capítulo General (1984) ana-
lizó, iluminó y dio orientaciones sobre la misión
Amor de Dios. El documento “Misión Compartida
Amor de Dios”, es nuestro proyecto evangelizador,
ratificado por los Capítulos Generales siguientes y
motor en el proceso y dinámica de la formación
para la misión compartida. Las Constituciones nos
indican el camino…
La insistente llamada del Papa Francisco a anunciar
la alegría del Evangelio, nos obliga a considerar de
nuevo la misión como núcleo de nuestra vocación,
y a preguntarnos qué significa y exige hoy vivir la
misión en fidelidad. La misión es de Dios; no nos
‘pertenece’, sino que ‘participamos’ en ella...
Haciendo memoria de la Convocatoria del Capítulo
General por parte de la Superiora General y dando gracias
¡¡’Te invitamos a leer de nuevo
la circular y refrescar lo que se está viviendo en esta
etapa precapitular!! (15 de septiembre de 2019)
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