Cómo Manejar Al Niño Ahogado

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Manejo prehospitalario

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¿Cómo manejar al niño ahogado?

El ahogamiento constituye una de las principales causas de muerte en niños,

sobretodo en países en desarrollo. La prevención y el manejo inicial constituyen los

pilares para prevenir esos fallecimientos. Resumimos una revisión de la

revistaPediatrics in Review sobre este importante tema.

Prevención

El 80% de los ahogamientos en niños son prevenibles. Las principales

recomendaciones son:

Supervisión cercana de adultos (la mayoría son silenciosos).

Barreras que impidan el acceso del niño al agua.

Prevención del consumo de alcohol y drogas cerca del agua.

Los conocimientos de natación no entregan completa seguridad.

Fisiopatología

El daño es por hipoxia, isquemia y reperfusión. La hipoxia se produce por

laringoespasmo, apnea y aspiración de agua y/o vómito. Esto lleva a hipoxia, acidosis

e hipercapnia, que causan falla de la contractibilidad cardiaca y arritmias. La

cadena termina en paro cardiorrespiratorio (PCR) si la asfixia es prolongada.

El daño pulmonar se debe a alteraciones del surfactante y aumento de la

permeabilidad. Generalmente no existe diferencia importante según el tipo de agua

(dulce o salada), en cuanto a daño pulmonar y alteraciones hidroelectrolíticas.

El daño neurológico se produce por hipoxia e isquemia cerebral y se relaciona con:

duración del PCR no tratado, reanimación cardiopulmonar (RCP) básica precoz y

daños cerebrales secundarios (hipoxia, isquemia, edema, hipertermia, etc.).

Manejo inicial

Los determinantes más importante del daño neurológico son el rescate precoz y

laRCP básica inmediata. No se debe olvidar llamar una ambulancia precozmente.

La combinación de compresiones torácicas y respiraciones artificiales es la mejor

opción, comenzando por 2 respiraciones y luego alternándolas con 30 compresiones

torácicas. Las compresiones deben realizarse en la mitad inferior del esternón,

comprimiendo un tercio del diámetro antero-posterior del tórax, a 100 compresiones

por minuto y evitando las intervenciones innecesarias. La mayoría de los PCR ocurren

por bradicardia extrema o asistolia, pero también puede presentarse fibrilación

ventricular. No se recomiendan las compresiones abdominales (maniobra de

Heimlich), porque causan vómitos y aspiración de contenido gástrico.

Muchos niños continúan con shock debido a disfunción miocárdica e hipovolemia.

Se deben manejar con monitoreo hemodinámico continuo e  inótropos. La resistencia

vascular sistémica y pulmonar suele estar alta.

El objetivo de la ventilación es la normocapnia y prevenir la hipoxia. Se debe evitar

la atelectasia y la sobredistensión, utilizando ventilación protectora. Algunos

pacientes pueden desarrollar un distrés respiratorio de difícil manejo. No se requiere

profilaxis antibiótica de neumonía, aunque ante signos clínicos objetivos se debe

iniciar tratamiento precozmente.

Los niños con hipotermia severa (menor a 28ºC) se deben recalentar siempre,

mientras los con hipotermia moderada (28ºC-32ºC) se deben recalentar si tienen

shock o coagulopatía. Mantener una hipotermia leve (32ºC-34ºC) por 12-24 horas

puede ser razonable en niños comatosos y hemodinámicamente estables. El

recalentamiento en caso de shock debe ser interno activo, con fluidos calientes

endovenososo o en cavidades (peritoneal, vesical, pleural o gástrico), además de

circulación extracorpórea si está disponible. El recalentamiento externo activo está

contraindicado, porque produce vasodilatación y mayor compromiso hemodinámico.

En los casos leves se puede utilizar el calentamiento externo pasivo (frazadas o

mantas).

Se debe inmovilizar la columna sólo en caso de accidentes que involucren alta

energía, como accidentes de buceo, botes,  automóviles, caídas de altura, etc. Se

debe optimizar la neuroprotección, evitando la hipoxia e hipotensión, además de

tratar las convulsiones, hipoglicemia, hiperglicemia e hipertermia.

El niño debe ser trasladado a un centro de alta complejidad, donde además se

evalúen lesiones traumáticas. La reanimación debe continuar hasta la recuperación

de circulación espontánea o que las maniobras se consideren inútiles. No es posible

predecir qué pacientes tendrán daño neurológico hasta 24 horas después del evento.

Conclusiones:

Los pilares de la prevención son: supervisión de adultos, barreras adecuadas y

prevención del consumo de alcohol y drogas.

El ahogamiento produce falla ventilatoria, hemodinámica y neurológica. Se puede

acompañar de otras lesiones traumáticas.

Lo más importante es el rescate precoz y la reanimación cardiopulmonar básica

inmediata.

Los niños más graves requerirán manejo avanzado de ventilación, inótropos, fluidos,

recalentamiento activo interno y neuroprotección. Deben hospitalizarse en una unidad

de cuidados intensivos apropiada.

Se debe dar soporte agresivo a lo menos por 24 horas, ya que no es posible definir el

pronóstico antes de ese plazo.

Artículo fuente:

Meyer R, Theodorou A, Berg R. Childhood Drowning. Pediatrics in Review

2006;27;163

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