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EL MUNDO EN LA NUEVA ERA IMPERIALIGNACIO RAMONET
Periodista y experto de enorme proyeccin en geopoltica, es
director de la revista francesa Le Monde Diplomatique, edi-
tada en ms de veinte idiomas y considerada publicacin de
referencia de buena parte de la izquierda internacional. Fun-
dador, a su vez, de la organizacin no gubernamental Attac, que persigue la fijacin
de una tasa social sobre las transacciones financieras internacionales, y de Me-
dia Watch Internacional, se ha convertido en uno de los idelogos del movimiento
antiglobalizacin. Es, adems, uno de los principales promotores del famoso Foro
Social Mundial de Porto Alegre. Doctor en semiologa e historia de la cultura por la
Escuela de Altos Estudios de Pars, en la que fue discpulo de Roland Barthes, en la
actualidad es tambin catedrtico de Teora de la Comunicacin en la Universidad
Denis-Didedot (Pars-VII) y consultor de geopoltica de la ONU. Entre sus libros ms
recientes figuran Geopoltica y comunicacin del final del milenio (2000), Marcos,
la dignidad rebelde (2001), Propagandas silenciosas (2002), La Post-Televisin
(2002), Guerras del siglo XXI (2002), Abecedario partiel et partial de la mundializa-
cin (2003), este ltimo en colaboracin con Ramn Chao y Jacek Wozniak o bien el
reciente Fidel Castro, biografa a dos voces (2006), un libro-entrevista que resume
cien horas largas de conversacin con el presidente cubano.
IgnacioRamonet
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 139
Dos aos despus de la toma de Bagdad por las tropas estadounidenses, y tras la
guerra contra la red terrorista al-Qaida, cules son las principales caractersticas geopo-
lticas del planeta en estos comienzos del siglo XXI?
Estados Unidos domina el mundo como ningn otro imperio lo ha hecho jams. Su su-
premaca es aplastante en las cinco esferas tradicionales del poder : poltica, econmica,
militar, tecnolgica y cultural. En cierto modo, Estados Unidos es el primer estado pro-
tomundial opina un analista norteamericano. Tiene la capacidad de liderar una ver-
sin moderna del imperio universal, un imperio espontneo cuyos miembros se someten
voluntariamente a su autoridad. 1
As pues, por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo se encuentra do-
minado por una nica hiperpotencia. Esta hiperpotencia ha exhibido en Afganistn y en
Irak su hegemona imperial de tres maneras: aniquilando bajo las bombas en cuestin de
semanas al rgimen talibn y al de Sadam Husein ; poniendo en pie una formidable coali-
cin militar de apoyo a su accin (aunque no obtuve para la invasion de Irak el visto bueno
de la ONU); y, por ltimo, reclutando como simples tropas auxiliares a las antao orgullo-
sas fuerzas britnicas.
No obstante, en esta nueva era, tal despliegue de podero militar y diplomtico resul-
ta engaoso. En efecto, a pesar de su inmensa superioridad, Estados Unidos no consigue
pacificar militarmente Irak Por qu? Porque, a diferencia de lo que ocurra en el siglo
XIX y durante gran parte del XX, la supremaca militar ya no se traduce en conquistas terri-
toriales. En la coyuntura actual, y consideradas a largo plazo, stas resultan polticamen-
1
International Herald Tribune,
7 de enero de 2002.
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 140
te incontrolables, militarmente peligrosas, econmicamente ruinosas y mediticamente
funestas, en un contexto que ha confirmado a los medios de comunicacin como actores
estratgicos de primer orden. 2
Otro fenmeno esencial: todos los estados se ven afectados por la dinmica de la glo-
balizacin economica. En cierto modo, se trata de una segunda revolucin capitalista. La
globalizacin econmica se extiende a los rincones ms apartados del planeta soslayando
tanto la independencia de los pueblos como la diversidad de los regmenes polticos.
Tanto es as que la Tierra vive una nueva era de conquistas, como en la poca de las
colonizaciones. Pero si los principales actores de la anterior expansin conquistadora eran
estados, esta vez quienes pretenden dominar el mundo son empresas privadas y conglo-
merados, grupos industriales y financieros. Los dueos de la Tierra nunca fueron tan po-
cos ni tan poderosos. Estos grupos estn situados fundamentalmente en la trada Estados
Unidos-Unin Europea-Japn. La mitad de ellos tiene su base en Estados Unidos.
Esta concentracin del capital y del poder se ha acelerado formidablemente durante los
ltimos veinte aos, bajo el efecto de las revoluciones de las tecnologas de la informacin. El
siglo XXI que comienza ser testigo de un nuevo salto cualitativo impulsado por las modernas
tcnicas genticas de manipulacin de la vida. La privatizacin del genoma humano y la con-
cesin generalizada de patentes sobre los procesos biolgicos abren nuevas perspectivas de
expansin al capitalismo. Se prepara una privatizacin a gran escala de todo lo que afecta a
la vida y la naturaleza, que favorecer la aparicin de un poder probablemente ms absoluto
que cualquier otro que haya podido conocerse a lo largo de la Historia.
La globalizacin no aspira tanto a conquistar pases como a ganar mercados. El obje-
tivo de este poder moderno no es la anexin de territorios, como en las pocas de las gran-
des invasiones o en los periodos coloniales, sino el control de riquezas.
Esta conquista trae consigo destrucciones impresionantes, como atestigua la espec-
tacular quiebra de Argentina en diciembre de 2001. Dicho pas era el mejor exponente del
modelo universal preconizado por el FMI, que intenta exportarlo a todo el planeta con dog-
mtica tozudez. La cada de Argentina es al neoliberalismo lo que la cada del Muro de Ber-
ln fue al socialismo estatal: la evidencia del descrdito, la constatacin del fracaso. En el
resto del mundo, en todas las regiones, industrias enteras se ven abocadas al cierre. Con
los sufrimientos sociales que de ello se derivan: paro masivo, subempleo, precariedad, ex-
clusin... Quince millones de parados en la Unin Europea, mil millones de desempleados
y subempleados en el mundo... Sobreexplotacin de los hombres, de las mujeres y, lo que
es ms escandaloso, de los nios: trescientos millones de menores la sufren en condicio-
nes de extrema brutalidad.
2
La antigua secretaria de estado
del presidente Clinton, Madeleine
Allbright, ha llegado a afirmar, por
ejemplo, que la cadena CNN es el
decimosexto miembro del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas.
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 141
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 142
La globalizacin es tambin el saqueo de la naturaleza, el pillaje planetario. Las gran-
des empresas privadas depredan el medio ambiente utilizando herramientas desmesura-
das; esquilman las riquezas naturales, que son el bien comn de la humanidad; y lo hacen
sin escrpulos y sin freno. Este fenmeno se aade a una criminalidad econmica ligada
al mundo financiero y a la gran banca, que reciclan sumas superiores al billn de euros por
ao, es decir, ms que el producto nacional bruto (PNB) de un tercio de la humanidad.
La mercantilizacin generalizada se traduce en un formidable agravamiento de las
desigualdades. Aunque la produccin mundial de alimentos bsicos equivale a ms del
110% de las necesidades del planeta, treinta millones de personas siguen muriendo de
hambre cada ao y ms de ochocientos millones sufren malnutricin.
En 1960, el veinte por ciento de los ms ricos de la poblacin mundial tena unas ren-
tas treinta veces superiores a las del veinte por ciento de los ms pobres. Era una situacin
escandalosa, pero, lejos de mejorar, ha seguido agravndose: en la actualidad, las rentas
de los ricos son, no treinta, sino ochenta y dos veces superiores a las de los pobres... De los
seis mil millones de habitantes del planeta, apenas quinientos millones viven desahogada-
mente, mientras que cinco mil quinientos subsisten en condiciones precarias. El mundo ha
perdido el rumbo.
Las estructuras estatales, al igual que las estructuras sociales tradicionales, son
barridas de forma desastrosa. En mayor o menor medida pero de forma generalizada, en
los pases del Sur y del Este, el estado se desmorona. La autoridades se retiran o son ex-
pulsadas de los territorios perifricos, que se convierten en autnticas zonas sin ley. En
Pakistn, en el Caucaso, en Argelia, en Somalia, en Sudn, en el Congo, en Colombia, en
Filipinas o en Sri Lanka, se desarrollan entidades caticas e ingobernables que se sustraen
a cualquier forma de legalidad y vuelven a un estado de barbarie. La fuerza prevalece so-
bre el derecho, y slo los grupos violentos se muestran capaces de imponer su ley some-
tiendo a las poblaciones.
Surgen nuevas amenazas: hiperterrorismo, fanatismos religiosos o tnicos, prolife-
racin nuclear, crimen organizado, redes mafiosas, especulacin financiera, quiebra de
macroempresas (Enron), corrupcin a gran escala, extensin de nuevas pandemias (sida,
virus bola, enfermedad de Creutzfeld-Jakob...), desastres ecolgicos, efecto invernadero,
desertizacin, tsunamis, etctera.
Paradjicamente, cuando la democracia y la libertad triunfan, en apariencia, en un
planeta que se ha desembarazado de la mayora de los peores regmenes dictatoriales, la
censura y las manipulaciones retornan con renovada fuerza bajo diversos disfraces. Se-
ductores opios de las masas proponen una especie de mundo feliz, distraen a los ciu-
La globalizacin econmica,
que es tambin el saqueo de la
naturaleza y el pillaje planetario,
lleva a la Tierra a una nueva era
de conquistas. Slo que en vez de
los estados, que se enfrentan al
hecho de que la supremaca militar
ya no se traduce en conquistas
territoriales, son grandes empresas
que aspiran a ganar mercados
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 143
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dadanos e intentan apartarlos de la accin cvica y reivindicativa. En esta nueva era de la
alienacin, en la poca de Internet, la World Culture, o cultura global, y la comunicacin
planetaria, las tecnologas de la informacin desempean un papel ideolgico fundamental
para amordazar el pensamiento.
Todos estos cambios estructurales y conceptuales, iniciados hace una dcada, han
producido un autntico estallido del mundo. Conceptos geopolticos fundamentales como
estado, poder, soberana, independencia, frontera o democracia han adquirido significados
totalmente nuevos. Hasta tal punto que, si observamos el funcionamiento real de la vida
internacional, no podemos dejar de constatar que sus actores han cambiado.
A escala planetaria, los tres protagonistas principales (que, bajo el Antiguo Rgimen
monarquico, eran la nobleza, el clero y el estado llano), son actualmente: 1) las asocia-
ciones de estados: Alena (Estados Unidos, Canad y Mxico), Unin Europea, Mercosur,
Asean, etctera; 2) las empresas globales y los grandes grupos mediticos o financieros;
y 3) las organizaciones no gubernamentales (ONG) de envergadura mundial (Greenpeace,
Amnista Internacional, Attac, Human Rights Watch, World Wide Life, etctera).
Estos tres nuevos actores operan en un marco planetario fijado no tanto por la Or-
ganizacin de las Naciones Unidas, como signo de los tiempos por la Organizacin
Mundial del Comercio (OMC), nuevo rbitro global.
El voto democrtico del conjunto de los ciudadanos tiene muy poco peso en el fun-
cionamiento interno de estos tres nuevos actores. Esta gran mutacin del mundo, que
vaca de contenido a la democracia, se ha consumado sin que nadie lo advirtiera, ni si-
quiera los propios responsables polticos. En efecto, todos estos cambios, rpidos y bru-
tales, desestabilizan a los dirigentes polticos. En su mayora, se sienten desbordados por
una globalizacin que modifica las reglas del juego y los reduce, siquiera parcialmente, a
la impotencia. Porque los verdaderos dueos del mundo no son aqullos que ostentan las
apariencias del poder poltico.
sta es la razn de que los ciudadanos multipliquen las acciones y las movilizaciones
contra los nuevos poderes, como pudo verse en diciembre de 1999, con motivo de la cumbre
de la OMC en Seattle, y ms tarde en Praga, Davos, Niza, Quebec, Gnova, Barcelona, etc.
Estn convencidos de que, en el fondo, el objetivo de la globalizacin liberal, en el milenio que
acabamos de iniciar, es la destruccin de lo colectivo, la apropiacin de las esferas pblica y
social por parte del mercado y el sector privado. Y estn decididos a oponerse.
Otra evidencia: en la era del neoliberalismo, la supremaca geopoltica y el ejercicio de
la hiperpotencia distan de garantizar un nivel de desarrollo humano satisfactorio a todos
Los cambios estructurales y
conceptuales en el mundo derivados
de la tecnologas de la informacin
han producido un autntico estallido
del mundo. Conceptos geopolticos
fundamentales como estado,
poder soberana, independencia,
frontera o democracia han
adquirido significados nuevos
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 145
los ciudadanos. Entre los habitantes de un pas tan rico como Estados Unidos, por ejemplo,
hay treinta y dos millones de personas cuya esperanza de vida es inferior a sesenta aos,
cuarenta millones sin cobertura mdica, cuarenta y cinco millones viviendo por debajo del
umbral de la pobreza y cincuenta y dos millones de analfabetos funcionales... De modo si-
milar, en el seno de la opulenta Unin Europea, en el momento del nacimiento del euro, te-
nemos cincuenta millones de pobres y dieciocho millones de desempleados...
A nivel mundial, la pobreza sigue siendo la regla y el bienestar, la excepcin. Las des-
igualdades se han convertido en una de las caractersticas estructurales de nuestro tiem-
po. Y siguen agravndose y alejando a los ricos de los pobres cada vez ms. Las doscientas
veinticinco mayores fortunas del mundo representan un total de ms de un billn de euros, o
el equivalente a los ingresos anuales del cuarenta y siete por ciento de las personas ms po-
bres de la poblacin mundial (dos mil quinientos millones de seres humanos!). Hoy por hoy,
hay particulares ms ricos que muchos estados: el patrimonio de las quince personas ms
ricas del planeta supera el producto interior bruto (PIB) 3 total del conjunto de los pases del
frica subsahariana.
Quin domina el mundo en este umbral del siglo XXI? Puede afirmarse que las riendas
del planeta estn en manos de un doble triunvirato, que acta como una especie de ejecutivo
mundial. En el plano geopoltico y militar, el triunvirato est constituido por Estados Unidos, el
Reino Unido y Francia. En el econmico, financiero y comercial, por Estados Unidos, Alemania
y Japn. En ambos casos, Estados Unidos ocupa una posicin hiperdominante.
El nmero de estados del planeta, que a comienzos del siglo XX eran apenas una cua-
rentena, ha ido aumentando hasta aproximarse a los dos centenares. La proliferacion de
estados ha sido una de las grandes caracteristicas del siglo XX. Pero, en el plano geopol-
tico, el mundo sigue dominado por el pequeo grupo de estados (Reino Unido, Francia, Ale-
mania, Japn y Estados Unidos) que lo diriga a finales del siglo XIX. Entre las decenas de
pases surgidos del desmantelamiento de los grandes imperios coloniales britnico, fran-
cs, espaol, holands, portugus y belga, apenas tres (Corea del Sur, Singapur y Taiwn)
han alcanzado un nivel de progreso suficiente para permitirles acceder a la categora de
pases desarrollados. Los dems siguen estancados en un subdesarrollo crnico y en una
pobreza aparentemente eterna.
Salir de esa situacion les ser tanto ms difcil cuanto que el precio de las mate-
rias primas (incluidos los hidrocarburos), de cuya venta depende esencialmente su eco-
noma, experimenta una imparable cada, dado que los grandes pases desarrollados,
adems de no querer pagar las materias primas a su justo precio, han reducido conside-
rablemente el uso de buen nmero de productos bsicos (metales, fibras, comestibles),
cuando no los han reemplazado por productos sintticos. En Japn, por ejemplo, cada
3
Valor de la produccin global
(bienes y servicios) de un pas.
Las desigualdades se han convertido
en una de las caractersticas
estructurales de nuestro tiempo. Y
en la medida en que la nueva riqueza
cada vez ms se basar en la materia
gris, los tres factores tradicionales
del poder territorio, demografa
y materias primas han pasado
a convertirse paradjicamente
en graves desventajas
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 146
unidad de produccin industrial ha reducido su consumo de materias primas en casi un cuarenta por ciento
respecto a 1973.
A medida que avance el siglo XXI, la nueva riqueza de las naciones se basar cada vez ms en la materia gris,
el saber, la informacion, la investigacin y la capacidad de innovar, y no en la produccin de materias primas. A
este respecto, no es exagerado afirmar que, en esta era postindustrial, los tres factores tradicionales del poder
extensin del territorio, importancia demogrfica y abundancia de materias primas han dejado de constituir
atributos envidiables para convertirse, paradjicamente, en graves desventajas.
Los estados muy extensos, muy poblados y muy ricos en materias primas Rusia, India, China, Brasil, Ni-
geria, Indonesia, Pakistn, Mjico... figuran entre los pobres del planeta. La excepcin de Estados Unidos con-
firma la regla.
En el extremo opuesto, en nuestra poca de globalizacin financiera, microestados sin apenas territorio, con
muy poca poblacin y ninguna materia prima Mnaco, Liechtenstein, Gibraltar, las islas Caimn, Singapur...
tienen algunas de las rentas per cpita ms altas del mundo.
El rea del caos generalizado se ampla de forma constante, englobando y atrayendo a un nmero creciente de
estados cuyo sistema econmico se halla definitivamente estancado, y sumiendo a un nmero creciente de pases
en la violencia endmica. Desde 1989, ao que vio el fin de la Guerra Fra, se han producido ms de sesenta con-
flictos armados, con un saldo de centenares de miles de muertos y ms de diecisiete millones de refugiados. En la
actualidad, en muchos lugares del planeta, la vida cotidiana es sencillamente infernal. No es de extraar que un
nmero creciente de personas, en especial los ms jvenes, quiera huir del caos y la violencia e intente emigrar a
toda costa hacia zonas desarrolladas y pacificadas de Europa occidental y America del Norte.
En muchos pases pobres del Sur, el estado ha fracasado, ha sido incapaz de garantizar la paz, el desarrollo y
la seguridad a sus ciudadanos. Y stos se han visto obligados a emigrar masivamente. Cerca de ciento veinte mil
marroques, por ejemplo, emigran cada ao, la mayora de ellos clandestinamente. Seis millones de marroques,
de los treinta que tiene Marruecos, viven ya en el extranjero, es decir un habitante de cada cinco Es una pro-
porcion muy superior a la que conocieron, en los siglos XIX y XX, los grandes paises de emigracion europeos, como
Irlanda, Italia, Polonia, Portugal y Espaa. Se ha dado el hecho de que los habitantes de determinados pases del
Sur renieguen de la lucha de sus mayores por la independencia y reclamen el retorno de la potencia colonial (en las
Comores), o incluso la pura y simple absorcin por la metrpolis dominante (en Puerto Rico). En tanto que entidad
poltica, el Tercer Mundo ha dejado de existir.
Son otros tantos sntomas de la crisis del estado-nacin y de la poltica, en un momento en que la segunda
revolucin capitalista, la globalizacin de la economa y las mutaciones tecnolgicas estn transformando el pa-
norama geopoltico. En un momento en el que, por aadidura, el nmero de macroempresas cuyo peso supera a
menudo al de los estados se multiplica a golpe de fusiones y de concentraciones. El volumen de negocio de General
Motors es superior al PIB de Dinamarca; el de Exxon Mobil excede al PIB de Austria. Cada una de las cien empre-
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 147
sas globales ms importantes del mundo vende ms de lo que exporta cualquiera de los ciento veinte pases ms
pobres. Estas macroempresas globales controlan el setenta por ciento del comercio mundial.
Sus dirigentes, como los de los grandes grupos financieros y mediticos, detentan la realidad del poder y, por
el intermedio de sus poderosos lobbies, influyen con todo su peso sobre las decisiones polticas de los gobiernos
legtimos y los parlamentarios elegidos. En definitiva, secuestran la democracia en su provecho.
Los contrapoderes tradicionales (partidos, sindicatos, prensa libre), ms necesarios que nunca, parecen
poco operantes. Y los ciudadanos se preguntan qu audaces iniciativas restablecern el contrato social frente al
contrato privado en este siglo XXI. Recuerdan que, en octubre de 1917, a la revolucin bolchevique le bastaron
diez das para convulsionar el mundo. Y que, por primera vez, la apisonadora del capitalismo tuvo que detener-
se prolongadamente.
El mpetu del capitalismo se haba beneficiado del impulso de los aportes de grandes tericos (Adam Smith,
David Ricardo), de decisivos avances tecnolgicos (mquina de vapor, ferrocarril) y de importantes transforma-
ciones geopolticas (consolidacin del Imperio britnico, unificacin de Alemania, emergencia de Estados Unidos).
La conjuncin de todos estos factores produjo la primera revolucin capitalista. Pero, al mismo tiempo, esta ex-
pansin aplastaba a los mismos trabajadores cuyo esfuerzo creaba la riqueza en las nuevas fbricas, como ates-
tiguaron, en novelas estremecedoras, Charles Dickens, mile Zola o Jack London.
Cmo obtener provecho colectivo de la formidable riqueza producida por la industrializacin, evitando al mis-
mo tiempo la aniquilacin social de los humildes? sta es la pregunta a la que respondera Karl Marx en su obra
fundamental, El Capital (1867). Y habr que esperar otros cincuenta aos para que un genial estratega poltico
llamado Lenin consiga conquistar el poder en Rusia a la cabeza de los bolcheviques, y funde la Union sovietica con
la esperanza mesinica de liberar a los proletarios de todo el mundo.
Ochenta aos despus, la Unin Sovitica se ha ido a pique y el mundo experimenta otra gran mutacin, que
he dado en llamar la segunda revolucin capitalista. Como la primera, es el resultado de la convergencia de un
haz de transformaciones sobrevenidas en tres campos.
En primer lugar, en el mbito tecnolgico. La informatizacin de todos los sectores de actividades y la revolu-
cin digital (sonidos, textos e imgenes transmitidos a la velocidad de la luz mediante un cdigo nico) han permi-
tido la realizacion de las autopistas de la comunicacion y llevan aparejados cambios revolucionarios en el trabajo,
la economa, las comunicaciones, la educacin, la creacin, el ocio, etctera.
En segundo lugar, en el mbito econmico. Las nuevas tecnologas favorecen la expansin de la esfera fi-
nanciera y estimulan las actividades que poseen cuatro cualidades fundamentales: globalidad, permanencia, in-
mediatez e inmaterialidad. El big bang de las Bolsas y la desreglamentacin, impulsados en los aos ochenta por
Margaret Tatcher y Ronald Reagan, han favorecido la globalizacin de la economa, que constituye la dinmica fun-
damental de este inicio de siglo y a cuya influencia ningn pas puede sustraerse.
I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 148
En tercer lugar, en el mbito sociolgico. Las dos transformaciones sobredichas hacen
tabla rasa de las prerrogativas tradicionales del estado-nacin e invalidan cierta concep-
cin de la representacin poltica y del poder. ste, antao jerrquico, vertical y autoritario,
tiende hoy a adoptar una estructura reticular, horizontal y gracias a la manipulacin de
las conciencias que facilitan los grandes medios de masas consensual.
Desorientadas, las sociedades se lanzan a una bsqueda desesperada de sentido y de
modelos, pues estos tres grandes cambios se producen simultneamente, lo que acenta
el efecto de choque. Al mismo tiempo, dos de los pilares sobre los que descansaban las
democracias modernas el progreso y la cohesin social son reemplazados por otros
dos la comunicacin y el mercado que desvirtan su naturaleza.
La comunicacin, convertida en la primera supersticin del tiempo presente, se nos ofrece
como un medio capaz de regularlo todo, incluidos los conflictos interpersonales, tanto en el seno
de la familia como en el de la escuela, la empresa, la fbrica o el estado. Es la pacificadora uni-
versal. Sin embargo, cabe temer que su misma abundancia origine una nueva forma de aliena-
cin y que sus excesos, en lugar de liberar las conciencias, acaben aprisionndolas. 4
En la actualidad, el mercado tiende a gestionar, a reglamentar todas las actividades
humanas. Antao, ciertos mbitos la cultura, el deporte, la religin se mantenan
fuera de su alcance. Ahora, son absorbidos por la esfera del mercado. Los gobiernos le ce-
den terreno de forma gradual y le abandonan actividades del sector publico (electricidad,
ferrocarriles, correos, enseanza, etc.) mediante las privatizaciones. Sin embargo, el mer-
cado sigue siendo el principal enemigo de la cohesin social (y de la cohesin mundial),
pues su lgica slo concibe una sociedad dividida en dos grupos: los solventes y los insol-
ventes. Estos ltimos, que ni producen ni consumen, no le interesan en absoluto; estn,
por decirlo as, fuera de juego. Por naturaleza, el mercado es un productor de desigualda-
des, lo que no le impide exhibir una arrogancia pasmosa.
Consecuencia: se palpa en el ambiente la necesidad de soadores que piensen y pen-
sadores que sueen, para encontrar, no un proyecto de sociedad al uso, sino un modo de
ver y analizar la sociedad que permita reemplazar a tiempo, por medio de una nueva arqui-
tectura de conceptos, la ideologa liberal.
4
Cf. Ignacio Ramonet, La
tirana de la comunicacin,
Debate, Madrid, 1998.
La comunicacin, convertida en
la primera supersticin del tiempo
presente, se nos ofrece como un
medio capaz de regularlo todo.
Es la pacificadora universal.
Sin embargo cabe temer que su
misma abundancia origine una
nueva forma de alienacin y que
sus excesos, en lugar de liberar
conciencias, las aprisione
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