View
235
Download
1
Category
Preview:
DESCRIPTION
La Mortalidad: Cambios, Impacto, Perspectivas
Citation preview
1
LA SALUD EN URUGUAY EN EL SIGLO XX
La Mortalidad: Cambios, Impacto, Perspectivas
Américo Migliónico
Montevideo, Uruguay
Febrero 2001
2
Los comienzos de la ciencia moderna se remontan al momento en que las preguntas generales fueron sustituidas por preguntas limitadas, es decir cuando en vez de preguntar: ¿Cómo se creó el universo?, ¿en qué consiste la materia?, ¿cuál es la esencia de la vida?, aparecen preguntas del tipo: ¿Cómo cae una piedra?, ¿cómo avanza el agua por un tubo?, ¿cuál es el recorrido de la sangre por el interior del cuerpo?. Este cambio produjo un resultado sorprendente. Mientras que para las preguntas generales sólo se encontraban respuestas limitadas, las preguntas limitadas empezaron a sugerir respuestas cada vez más generales. (Francois Jacob: El juego de lo posible, Editorial Grijalbo, España, 1982, página 29)
Hay un verso entre los fragmentos del poeta griego Arquíloco que dice: “ La zorra sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una importante”. Los estudiosos discrepan acerca de la correcta interpretación de tan oscuras palabras. Quizá quieran decir que, pese a su astucia, la zorra se da por vencida ante la única defensa del erizo. Sin embargo, en sentido figurado, tal vez dichas palabras pretendan señalar una de las diferencias más profundas no sólo entre los grandes escritores y pensadores, sino entre los seres humanos en general. Pues hay un gran abismo entre, por un lado, quienes lo relacionan todo con una única visión central, con un sistema más o menos congruente o integrado, en función del cual comprenden, piensan y sienten -un principio único universal y organizador que por sí solo da significado a cuanto son y dicen-, y, por otro, quienes persiguen muchos fines distintos, a menudo inconexos y hasta contradictorios, ligados si acaso por alguna razón de facto, alguna causa psicológica o fisiológica, sin intervención de ningún principio moral ni estético. Estos últimos llevan vidas, realizan acciones y sostienen ideas centrífugas más que centrípetas; su pensamiento está desperdigado, es difuso, ocupa muchos planos a la vez, aprehende el meollo de una vasta variedad de experiencias y objetos según sus particularidades, sin pretender integrarlos ni no integrarlos, consciente o inconscientemente, en una única visión interna, inmutable y globalizadora. Visión que, a veces, es contradictoria, incompleta y hasta fanática. Los erizos tienen la personalidad intelectual y artística de los primeros. La zorra, la de los segundos.(Isaiah Berlin: El erizo y la zorra, Muchnik Editores, España, 1998, páginas 39-40).
3
Contenido
Introducción: Alcances y objetivos 1- Dinámica de la población en el Siglo XX 1.1 Volumen y crecimiento 1.2 Distribución por edades 1.3 Natalidad y Fecundidad 1.4 Mortalidad general 2- Mortalidad, por edad, causa y sexo en el siglo XX 2.1 Mortalidad por edad y sexo 2.1.1 Tasas por edad y sexo 2.1.2 Riesgo Relativo (por sexo) 2.1.3 Riesgo Relativo (Base menores de 1) 2.1.4 Mortalidad proporcional 2.1.5 Visibilidad de la reducción: mortalidad relativa 2.1.6 Estructura de la reducción por subperíodos de tiempo 2.2 Mortalidad por causas a principios y fines del Siglo XX 2.2.1 Lista de causas 2.2.2 Cambios en la mortalidad por causas, según edad y sexo 2.2.3 Mortalidad proporcional por causa 2.2.4 Importancia de la reducción por causas, según edad 3- La mortalidad en el Siglo XX vista a través de la Esperanza de Vida 3.1 Esperanza de Vida al Nacer (EVN) y otras edades 3.2 Sobrevivencia 3.3 Años ganados en la EVN: total, por subperíodo, edad y sexo 3.4 Brecha entre sexos en la ganancia en la EVN en el Siglo XX 4- Impacto en la longevidad de la población en el Siglo XX, de los cambios en la
mortalidad según causa, edad y sexo.
4.1 Análisis global del impacto en la EVN por los cambios en la mortalidad, por causa, edad y sexo
4.2 Ganancia en la EVN por edad, por cambios en la mortalidad por causas 5- Impacto socioeconómico de la reducción de la mortalidad en el Siglo XX
4
6- Situación actual y perspectivas
6.1 Brecha en la EVN, por causa y edad, entre hombres y mujeres 1996/97 6.2 Ganancia en la EVN por eliminación de la mortalidad según edad 6.3 Ganancia potencial en la EVN según sexo y causa
7- Conclusiones
Anexos:
1- Listas de causas CIE 1 y CIE 10 2- Tasas de mortalidad por edad, sexo y causa 1908/09 y 1996/97 3- Tablas de Vida 1908/09 y 1996/97 4- Glosario de términos 5- Metodología 6- Fuentes
Lista de Gráficos Gráfico 1 Tasas de mortalidad por edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 2 Significado de la reducción: por 1000 defunciones en 1908/09, cuantas en 1996/97, según sexo y edad Gráfico 3 Riesgo Relativo (RR) por sexo según edad, 1908/09 a 1996/97 Gráfico 4 Mortalidad proporcional por edad, 1908/09 y 1996/97 Gráfico 5 Visibilidad de la Reducción: muertes de otras edades por cada muerte infantil, 1908/09 -1996/97 Gráfico 6 % de reducción de las tasas de mortalidad por edad, 1908/09 - 1996/97 y 1908/09-1950/55 Gráfico 7 Infecciosas y Parasitarias: tasas de mortalidad, según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 8 Infecciosas y Parasitarias: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Hombres 1908/09 Gráfico 9 Infecciosas y Parasitarias: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Hombres 1996/97 Gráfico 10 Infecciosas y Parasitarias: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Mujeres 1908/09 Gráfico 11 Infecciosas y Parasitarias: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Mujeres 1996/97 Gráfico 12 TBC: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 13 Tumores: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 14 Sistema Nervioso: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 15 Cardiovasculares: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 16 Respiratorias: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 17 Sistema Digestivo: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 18 Sistema Genito-Urinario: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 19 Diabetes: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 20 Causas Externas: tasas de mortalidad según edad y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 21 Causas Externas: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Hombres 1908/09 Gráfico 22 Causas Externas: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Hombres 1996/97 Gráfico 23 Causas Externas: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Mujeres 1908/09 Gráfico 24 Causas Externas: tasas de mortalidad según edad y tipo de causa, Mujeres 1996/97 Gráfico 25 Muertes maternas: tasas de mortalidad según edad, Mujeres 15 a 54, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 26 Mortalidad proporcional por causa, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 27 Probabilidad de sobrevivir, según edad, 1908/09 - 1996/97 Hombres Gráfico 28 Probabilidad de sobrevivir, según edad, 1908/09 - 1996/97Mujeres Gráfico 29 Porcentaje de la ganancia en la EVN, según edad, por reducción entre 1908/09 y 1950/55 Gráfico 30 Ganancia en la EVN, en días, por reducción de la mortalidad según edad, entre 1908/09 y 1996/97 Gráfico 31 Ganancia en la EVN, en años, según causa y sexo, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 32 Ganancia en la EVN, en días, por reducción mortalidad según causa y edad, menores de 5, Hombres, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 33 Ganancia en la EVN, en días, por reducción mortalidad según causa y edad, menores de 5. Mujeres 1908/09 - 1996/97
5
Gráfico 34 Ganancia en la EVN, en días, por reducción mortalidad según causa y edad, edades de 5 años y más, Hombres, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 35 Ganancia en la EVN, en días, por reducción mortalidad según causa y edad, edades de 5 años y más, Mujeres, 1908/09 - 1996/97 Gráfica 36 Ganancia en la EVN (en días), por Infecciosas y Parasitarias, según edad y tipo, Hombres 1908/09 - 1996/97 Gráfica 37 Ganancia en la EVN (en días), por Infecciosas y Parasitarias, según edad y tipo, Mujeres 1908/09 - 1996/97 Gráfico 38 Ganancias en la EVN por reducción mortalidad materna como % de la ganancia edad reproductiva, Total y por edad, Mujeres, 1908/09 - 1996/97 Gráfico 39 Estructura de la brecha en la EVN entre sexos, según causas, 1996/97 Gráfico 40 Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, por sexo y edad, Base 1996/97 Gráfico 41 Ganancias potenciales en la EVN, en años, según causa, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, por sexo, Base 1996/97 Gráfico 42 Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y causa, Base 1996/97, Hombres Gráfico 43 Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y causa, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 44 Tumores: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 45 Tumores: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 46 Cardiovasculares: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 47 Cardiovasculares: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 48 Causas Externas: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 49 Causas Externas: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 50 Respiratorias: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 51 Respiratorias: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 52 Infecciosas: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 53 Infecciosas: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Gráfico 54 Otras enfermedades: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Hombres Gráfico 55 Otras enfermedades: Ganancias potenciales en la EVN, en años, por eliminación mortalidad en cada grupo de edad, según edad y tipo, Base 1996/97, Mujeres Lista de cuadros Capitulo 1 Población Cuadro 1.1 Volumen de población Cuadro 1.2 Tasa de crecimiento de la población (x 1000l) cuadro 1.3 Distribución por edad de la población, total y según sexo Cuadro 1.4 Indice demográfico Cuadro 1.5 Natalidad y Fecundidad Cuadro 1.6 Mortalidad general Capitulo 2 Mortalidad por edad, causa y sexo Cuadro 2.1 Tasas especificas de mortalidad por edad Cuadro 2.2 Significado de la reducción por edad 1908 a 1997 Cuadro 2.3 Riesgo Relativo por sexo según edad (razón tasa masculina/tasa femenina) Cuadro 2.4 Riesgo Relativo (Base menores de 1, razón de tasas) Cuadro 2.5 Mortalidad proporcional por edad Cuadro 2.6 Mortalidad relativa (Base menores de 1, razón del número de defunciones) Cuadro 2.7 Estructura (%) de la reducción de la mortalidad 1908-1997, por subperíodos, según edad Cuadro 2.8 Mortalidad proporcional por causas
6
Cuadro 2.9 Significado de la reducción por causa de 1908 a 1997, hombres Cuadro 2.10 Significado de la reducción por causa de 1908 a 1997, mujeres Capitulo 3 La mortalidad vista a través de la Esperanza de Vida Cuadro 3.1 Esperanza de vida 1908-1997 Cuadro 3.2 Sobrevivencia 1908-1997 Cuadro 3.3 Ganancia en la Esperanza de Vida al Nacer, Total, por subperiodo y edad Cuadro 3.4 Diferencia mujeres y hombres: Valor, estr. (%) y rango de la ganancia 1908/09-96/97 Cuadro 3.5 Porcentaje ganancia, por sexo, según grandes grupos de edad, 1908/09-96/97 Cuadro 3.6 Diferencia en la ganancia entre mujeres y hombres, por edad, 1908/09-96/97 Capitulo 4 Impacto en la longevidad de la población por los cambios en la mortalidad según causa, edad y sexo Cuadro 4.1 Ganancia en la EVN medida en días por cambios en la mortalidad por edad y causa entre 1908/09 y 1996/97 Cuadro 4.2 Ganancia total en la EVN, Siglo XX, por sexo, según causa Capitulo 5 Impacto socioeconómico de la reducción de la mortalidad Cuadro 5.1 Estructura de los años vividos Cuadro 5.2 Aumento por etapas de la vida, de los años vividos (%) Cuadro 5.3 Razón entre el aumento de otras edades y el aumento edad productiva Capitulo 6 Situación actual y perspectivas Cuadro 6.1 Brecha entre sexos 1996/97, total y según edad, de la EVN Cuadro 6.2 Estructura de la brecha de la EVN por grandes grupos de edad Cuadro 6.3 Brecha entre sexos según causa y edad 1996-97 en días de EVN Cuadro 6.4 Que pasaría si no hubiera muertes antes de Cuadro 6.5 Ganancia potencial en la EVN por edad, según causa, hasta los 80 años, Mujeres 1996/97 Cuadro 6.6 Ganancia potencial en la EVN por edad, según causa, hasta los 80 años, Hombres, 1996/97
7
Introducción: alcances y objetivos Este no es un trabajo analítico. No intenta explicar las causas subyacentes (los porqué),
que dieron lugar a los múltiples cambios ocurridos y el impacto de los mismos.
Tampoco propone una teoría abarcadora de dichas causas. Esto por varios motivos:
-Es un periodo muy largo, casi 100 años, en el cual ocurrieron muchos cambios en la
sociedad, en la medicina, en la organización de los servicios, en los conocimientos,
hábitos y costumbres (tanto sea del personal sanitario como de la población), en las
condiciones de vida, etc. La sola delimitación de cuales han sido esos cambios, cuando
comenzaron, la magnitud de los mismos y el tiempo en el cual se desarrollaron, es un
trabajo de investigación largo y de carácter multidisciplinario. Por ejemplo, para el caso
de la TBC, importante como pocos en la salud del Uruguay en el siglo XX, eso implica la
necesidad de explorar e investigar los diversos hechos que puedan haber influenciado
la caída de la tasa por dicha causa; por ejemplo, entre otras cosas, cuando se
introdujeron los antibióticos en el país, con que intensidad se usaron los mismos, la
completitud de los tratamientos, etc. La necesidad de hacerlo es imprescindible y
complementaría el presente trabajo.
-Falta de datos sobre la distribución, por edades y sexo, de la población en la primera
mitad del siglo. Lo anterior se debe a la inexistencia de Censos de Población entre 1908
y 1963. Esto impide la estimación de las tasas específicas por edad, sexo y causa para
los años intermedios. Esto es muy importante para el caso de Uruguay, ya que el
impacto en la esperanza de vida al nacer (EVN), debido a los cambios en dicho periodo,
es las dos terceras partes del impacto total en el siglo. Se podría haber realizado este
estudio, incluyendo las causas de defunción, para los diferentes subperiodos entre
1950/55 y 1996/97, o sea la segunda mitad del siglo, pero se decidió solo analizar el
cambio por causas entre principios y fines del siglo XX, por la gran importancia de lo
ocurrido en la primera mitad del siglo.
-Existen posibles cambios y reversiones que no se reflejan en las condiciones iniciales y
finales del siglo. Por lo tanto, todo intento de explicación a partir de la situación en los
extremos del siglo puede dejar afuera cambios, que, habiendo ocurrido en el correr del
siglo, no se reflejan en la situación inicial y final. Un ejemplo importante, real, es el de la
8
mortalidad en los menores de 5 años. En la primera mitad del siglo, fue mayor el impacto,
en la ganancia de la EVN, por la reducción de la mortalidad de 1-4 años, que por la
reducción de la mortalidad infantil. Pero no se puede ubicar en que años de la primera
mitad del siglo se presentó esa situación, ni tampoco cuales causas de muerte incidieron
en ese fenómeno. Obvio es decir que si no sabemos cuando ocurrió algo y tampoco
sabemos que causas de muerte explicarían dicho algo, menos podremos decir sobre las
posibles explicaciones de lo ocurrido, sean estas referidas al desarrollo de los servicios de
atención sanitaria (individuales o de salud pública) o de modificaciones en las condiciones
de vida y factores de riesgo. Otro ejemplo podrían ser las cardiovasculares. Si bien las
tasas por edad, en ambos sexos, se redujeron entre principios y fines de siglo, nada nos
impide poder pensar que dichas tasas aumentaron entre 1908/09 y 1930 y que solo
después comenzó la reducción. Sin estudiar los años intermedios entre 1908/09 y 1950/55
o entre 1950/55 y 1963/64, no estamos en condiciones de afirmar nada sobre la evolución
en dichos periodos. Sin la información sobre el comportamiento de dichas tasas en los
años intermedios es imposible afirmar si hubo o no hubo una reversión de las tasas.
- Creer que es tan o más importante que el porqué, documentar primero qué pasó,
cómo pasó, y cuándo pasó. Eso, como diría Jacob, elimina muchas preguntas inútiles
sobre el porqué. El porqué necesita mucho más tiempo, por las razones citadas más
arriba, y se cree que presentar lo que pasó, es importante e inclusive ayuda en la
búsqueda de los porqué. Los qué, cómo, y cuándo se delimitan a continuación.
Qué:
Es sobre el concepto restringido de salud. Se la estudia exclusivamente desde el
aspecto de la mortalidad. Aspectos importantes como la morbilidad, discapacidad,
calidad, cobertura, accesibilidad, satisfacción y oportunidad de la atención médica y
servicios de salud pública (individuales y poblacionales), condiciones de vida, factores
de riesgo, etc., no han podido ser incluidos. Esto por los motivos ya citados mas arriba,
a los cuales se agrega la falta de datos, sobre muchos de dichos aspectos, cuando se
analiza un período tan largo, casi 100 años. Quizás en otro estudio se puedan
complementar estos aspectos y profundizar en el concepto de la salud y cual ha sido su
desarrollo en Uruguay.
La mortalidad es, de hecho, hasta ahora, lo que más se ha usado para el estudio de la
salud. Los indicadores derivados de ella, en especial la EVN y la mortalidad infantil,
9
siguen siendo los mas utilizados por las ventajas que ofrecen: medibilidad,
comparabilidad, precisión. Hasta ahora los intentos de incluir otros indicadores
derivados de aspectos como la discapacidad, equidad, calidad de vida, etc., para la
definición de indicadores más comprensivos de la salud, no han podido conformar una
metodología, que supla las ventajas de la mortalidad. Se debe agregar además la
escasez de información, confiable, comparable y oportuna, para la construcción de
dichos indicadores.
En todo caso, el estudio de la mortalidad, por incompleto que sea, permite aclarar el
panorama de lo que es posible e importante estudiar, ya que delimita, en gran parte, el
campo de lo ocurrido.
Cómo:
El estudio de la mortalidad se va a realizar mediante el análisis de los cambios en las
causas de muerte por edad y sexo y el impacto de los mismos en la EVN.
Se comienza con el análisis de la mortalidad por edad y sexo. A pesar de los posibles
sesgos de la declaración de la edad al morir, es una fuente muy importante para el
estudio de la mortalidad. Incluso algunos indicadores, como la mortalidad infantil y
esperanza de vida al nacer, siguen siendo considerados como paradigmáticos de la
situación de salud de una población. La asociación entre el nivel de una tasa específica
de mortalidad en una edad determinada y la estructura causal de la misma es muy
grande y permite, incluso, inferir sobre el grado y características del desarrollo
económico-social, así como de los servicios de salud de la colectividad en la cual se
presenta dicha mortalidad.
Otro aspecto que se va a analizar en el cómo de la mortalidad son los cambios en la
mortalidad por causas, según edad y sexo. Complementa el análisis anterior por edad,
ya que incluye un elemento crítico en todo estudio sobre mortalidad, y que es la causa
al morir.
La formalización del registro obligatorio de los principales hechos vitales (nacimientos,
defunciones, casamientos) se realizó en 1879, con la creación del Registro Civil.
Uruguay fue uno de los primeros países del mundo en adoptar la Clasificación
10
Internacional de Enfermedades (CIE), para la codificación de la causa de muerte. Los
datos trabajados en este documento comienzan con la 1ª. Revisión de la CIE y terminan
con la 10ª. Revisión. La CIE comenzó su implantación en el país en 1900. Previo a
dicho año, entre 1893 y 1899, se usaba una clasificación realizada por el Dr. Joaquín de
Salterain. El comienzo de la aplicación de una clasificación de enfermedades en
Uruguay, se remonta a 1874, cuando el Consejo de Higiene elabora una nomenclatura
basada en la de W. Farr.
Cuando:
El tercer aspecto sobre el tipo de análisis que se va a efectuar hace referencia al tiempo
o sea al cuándo. Aquí se divide el análisis en dos partes. La primera hace referencia al
estudio de las tasas por edad y sexo. Estas se presentan y estudian para 6 periodos de
tiempo: 1908/09, 1950/55, 1963/64, 1974/76, 1984/86 y 1996/97. El primer periodo
1908/09 es lo que llamamos principios del siglo XX y el último, 1996/97, fines del siglo
XX. La razón de la elección de estos periodos es la existencia de Tablas de Vida,
correspondientes a dichos años. La segunda parte, el análisis por causa, es parcial ya
que solo se analiza el cuándo, y su impacto, en lo que a causas se refiere, por edad y
sexo, solo entre principios y fines de siglo.
El instrumento de medición principal para cuantificar el impacto de los cambios en la
mortalidad por edad, sexo y causa, es la contribución que hacen los mismos a la
longevidad de la población, medida esta por la EVN. En el Anexo 3 se puede encontrar
la metodología usada para el calculo de dicho impacto.
Contenido del trabajo
Se comienza con una descripción, Capitulo 1, muy breve, de la dinámica de la población
en el Siglo XX.
En el Capítulo 2 se estudian los cambios en la mortalidad, con varios tipos de
indicadores, desde dos enfoques; el primero es el de los cambios en la mortalidad por
edad, mientras que el segundo aspecto agrega al primero, el factor causa de muerte,
aunque solo para comparación, entre fines y comienzos de siglo y sexo.
El autor considera que el mejor indicador sintético de la mortalidad es la Esperanza de
11
vida al Nacer (EVN). Los cambios en la EVN en el siglo XX, sus orígenes por edad y
sexo, son el objeto del estudio del Capítulo 3.
La introducción de las causas de muerte y sus cambios entre principios y fines de siglo
y el correspondiente impacto en la EVN es tratada en el Capítulo 4.
El impacto que han tenido los cambios en la mortalidad por edad y sexo en la estructura
de la población, desde el punto de vista de su composición socioeconómica- niñez,
edad productiva, tercera edad- es el objeto del Capítulo 5. Si bien su estudio es breve,
por las propias características del trabajo, se cree que es una de las repercusiones más
importantes en la sociedad uruguaya y debería ser el objetivo de una investigación
especial.
Mientras que los capítulos anteriores se dedicaban a estudiar los cambios en el Siglo
XX; el Capítulo 6 tiene un objetivo mas relacionado con las potencialidades que se
presentan a fines del siglo XX. Se estudia cual es la situación actual (con una lista más
amplia de causas que la que permitía el análisis comparativo histórico), los orígenes de
la brecha entre hombres y mujeres y sobre todo, que es lo que pasaría si se lograran
reducciones en las mortalidades por edad, sexo y causa. La importancia de este
Capítulo radica en la posibilidad de definir prioridades en los planes y programas de
salud, pública o individual, ya que permite cuantificar, en términos de mortalidad, los
efectos de los mismos.
Por ultimo el capítulo 7 es un resumen de los principales resultados que se derivan de
los hallazgos encontrados durante el presente estudio.
Todos los cuadros y gráficos se elaboraron especialmente para esta publicación, excepto
las Tablas de Vida del Anexo 3.
Por las características del registro de defunciones, las únicas desagregaciones de la
población, además de la edad y sexo, son el lugar de residencia del fallecido, léase
Departamentos. No es posible estudiar por grupos especiales las desigualdades ante la
muerte por ingreso, educacion, clase de ocupación, barrios, etnias, tipo de cobertura, etc.
De ahí la consideración especial que se hizo para presentar y analizar los cambios e
impactos diferenciales por sexo. Este aspecto, que comenzó por ser un problema de
12
factibilidad- se podía hacer- resultó ser muy fructífero. La brecha entre sexos aumentó y
su tendencia, dadas las características demográficas del país y las actuales prácticas y
procedimientos preventivos y terapéuticos de la medicina, es al aumento a corto y mediano
plazo. Lo anterior es válido desde el punto de vista demográfico. Pero más importante
desde el punto de vista epidemiológico son los cambios e impacto diferenciales por sexo
de la mortalidad por edad y causa. Son tantas las diferencias en este aspecto que no sólo
justifican la necesidad de presentar por separado el comportamiento de la mortalidad por
sexo, sino que forman la base para la investigación sobre las causas subyacentes y
mediatas.
13
1- Dinámica de la población en el Siglo XX 1.1 Volumen y crecimiento El primer Censo de Población del Siglo XX en Uruguay fue realizado en 1908 y
contabilizó poco mas de 1 millón de habitantes. Para 1950 esa población se duplica,
2.2 millones, pasa a 3.1 millones en 1990 y en el año 2000 a 3.3 millones, Cuadro 1.1.
O sea que en el correr del siglo XX la población creció en un 200 %. La participación
porcentual, con respecto a la población de América Latina y el Caribe, era de 1.7% a
comienzos del siglo, de 1.3% en 1950 y de 0.7% en el año 2000. Las proyecciones de
población reducen ese porcentaje al 0.5% para el año 2025.
Hasta 1960 la población masculina superaba a la femenina, resultado de un saldo
migratorio positivo de hombres desde fines del siglo XIX y en los primeros años del
Siglo XX. El censo de 1908 registraba un 17.4 % de la población total del país como
nacidos en el extranjero y mientras que el número de mujeres uruguayas superaba el
número de hombres uruguayos en 20 000, en los nacidos en el extranjero dicha
diferencia se invierte y los hombres superan a las mujeres en 39 000. Es esa diferencia
entre el número de hombres extranjeros y de mujeres extranjeras la que explica la
mayor cantidad de hombres que de mujeres en el total de la población a comienzos del
Siglo XX.
La clara diferencia entre las defunciones por sexo, donde las masculinas superan a las
femeninas, desde comienzos de siglo, agregado a una reversión de la migración en la
segunda mitad del Siglo XX, con saldo migratorio negativo y más concentrado en la
población masculina, hacen que, ya para el 2000, la población femenina supere a la
masculina en alrededor de 100.000 o sea del orden del 3% del total de la población. Lo
anterior conduce a una disminución de la relación de masculinidad (cantidad de hombres
por 100 mujeres): mientras que en el Censo de 1908 el valor era 104, en los siguientes
Censos el valor baja continuamente: para 1963 el valor es 99, en 1975 pasa a 96, en 1985
es 95 y en 1996 de 94. La relación de masculinidad disminuye con la edad y es mucho
más baja en la población de 65 y más años, con un valor de 68 hombres por 100 mujeres
en 1996.
De los datos provenientes del Censo de 1908 y las estimaciones correspondientes a
14
los años 1950, 1960, 1970, 1980, 1990 y 2000, es posible apreciar el distinto
comportamiento de las tasas anuales de crecimiento según los distintos subperiodos
del Siglo XX, sobre todo entre la primera y la segunda mitad del Siglo, Cuadro 1.2. La
tasa entre 1908 y 1950, 18 por mil habitantes (sin gran diferencia por sexo), triplica la
tasa registrada desde comienzos de los años sesenta, que se ha mantenido con pocos
cambios, en alrededor de 6 por mil habitantes. El crecimiento siempre ha sido mayor en
las mujeres que en los hombres, en especial entre 1950 y 1963, aunque cabe destacar
que la brecha entre las tasas por sexo ha disminuido en las últimas décadas.
1.2 Distribución por edades
Los cambios ocurridos en el Siglo XX en las tres principales variables demográficas-
mortalidad, natalidad, migración- especialmente en la primera, han conducido a cambios
muy claros en la estructura por edades de la población, en especial en algunos grupos,
Cuadro 1.3.
Las personas de 65 años y más, que representaban el 2.5% en 1908, pasan al 8.2% en
1950 y para el año 2000 se estima su valor en 12.9%. Ese aumento es más notorio en
las mujeres. Mientras que a comienzos del Siglo XX las proporciones de personas de 65
y más años, en hombres y mujeres, eran similares, 2.5%, para fines de Siglo el valor
femenino casi se sextuplica, con un valor de 14.9%, mientras que en los hombres, con
10.7%, poco más que se cuadriplica.
Ese aumento fue más importante en la primera mitad del siglo que en el segundo,
poniendo en claro que el fenómeno de envejecimiento, del cual tanto se habla ahora y que
ocurre en todo el mundo, se presentaba en Uruguay de manera muy clara antes de 1950.
Como ya se comentó, dicho fenómeno se presenta de manera mas acentuada todavía al
considerar el sexo femenino: en 1908 las mujeres de 65 años y más eran 13 mil; en 1950
97 mil; y en 1996, 256 mil; o sea que mientras que toda la población se multiplico por tres
en el correr del siglo, la cantidad de mujeres de 65 años y más se multiplicó por 20.
De manera inversa a la de 65 años y más, el grupo de menores de 15 años disminuyó su
importancia relativa, siendo mayor la caída porcentual en las mujeres, por su menor
mortalidad y mayor longevidad, que en los hombres; en estos últimos los cambios desde
15
1950 en adelante son pocos. De la misma manera que para la población de tercera edad
(65 y más), los valores eran similares, por sexo, a principios de siglo, con un 41% de
menores de 15 años. Para fines de siglo, las mujeres de menos de 15 años, representan el
24% del total de mujeres. una caída de 17 puntos, mientras que los hombres de menos de
15 años, con 26% del total de hombres, a fines del siglo, que significan un descenso de 15
puntos en el porcentaje. Esa caída en la proporción de niños en la población ocurrió
mayoritariamente en la primera mitad del siglo: 13 puntos de 15 en los hombres y 13 de 17
en las mujeres.
El grupo de 45 a 64 años es el otro grupo de edad que ha modificado en forma importante
su importancia relativa. Duplicó su proporción en las mujeres, del 9.9% al 20.0% y un 65%
en los hombres, al pasar de 11.6% al 19.1%.
El grupo que ha tenido menos cambios es el de 15 a 44 años: 45% en 1908 y 44% en el
2000 en los hombres y de 46% a 42% en las mujeres.
Analizando en forma conjunta a los 4 grupos de edad lo que se aprecia es que la
disminución de la importancia relativa de los “niños” (menores de 15 años) se reparte en
partes mas o menos iguales entre las personas de la tercera edad (65 y más años) y los
adultos mayores (45 a 64 años), quedando casi sin cambios la población en edad
reproductiva (15 a 44 años).
Una manera de poder visualizar el impacto que ha tenido en toda la población el
comportamiento de la natalidad y el envejecimiento, es la construcción de un indicador,
el Indice Demográfico. La natalidad se la mide por la cantidad de menores de 5 años
(preescolares) y el envejecimiento por la cantidad de personas de 65 años y más
(ancianos); el Indice se calcula como la razón numérica entre la cantidad de ancianos
con respecto a la cantidad de preescolares. Los valores de este Indice para los
diferentes años considerados del Siglo XX aparecen en el Cuadro 1.4. Mide el impacto
de los comportamientos estructurales, de mediano y largo plazo, de la natalidad y
mortalidad, y permite diferenciar comportamientos demográficos distintos
históricamente, incluso según sexo.
Es así que en 1908 los preescolares superaban ampliamente a los ancianos, ya que
16
con un valor de 0.16, en ambos sexos, significaba que, en promedio, cada “abuelo” (65
años y más) tenia 7 “nietos” (menores de 5); este valor es el reflejo de una alta
natalidad, con una fecundidad de 5 hijos por mujer y de una alta mortalidad, producto de
tasas altas de mortalidad en las edades jóvenes y por ende pocas personas llegando a
la tercera edad.
Los valores del Indice se acercan a 1 en 1950, producto de una gran caída en la
fecundidad en la primera mitad del siglo (casi a la mitad) y de una disminución notoria
de la mortalidad en el mismo periodo; ya para 1970 las ancianas superaban a las
niñitas. En 1990 en los dos sexos es mayor el número de “abuelos” que el de “nietos” y
para el año 2000 hay dos “abuelas” por cada “nieta”.
Los diferenciales por sexo no se presentan en los nacimientos, es solo un poco mayor
la cantidad de hombres que nacen que de mujeres (51% a 49%), pero si en las
defunciones donde ya desde el primer día de vida son mas los hombres que se mueren
que de mujeres. Como resultado de ese proceso, en el correr del Siglo XX, mientras
que las mujeres ven multiplicar el valor de su Indice por 12 –pasa de 0.12 a 1.85-, en los
hombres el Indice se multiplica por 7.5, de 0.16 a 1.20.
Si se analizan mas desagregadamente los datos del Censo de 1996, las diferencias
actuales del comportamiento del Indice son mas impactantes, ya que se encontraría
que, por ejemplo, en Montevideo, hay barrios de “nietos”-valor del Indice 0.35-, o sea
cada abuelo tiene tres nietos- y barrios de “abuelos” - valor del Indice superior a 3-, o
sea cada nieto tiene tres abuelos. Lo anterior significa que en la misma ciudad se tienen
zonas de población joven y zonas de población vieja.
1.3 Natalidad y Fecundidad
A partir de los registros de nacimientos de Uruguay, desde comienzos del siglo hasta
1997, se observa que, partiendo de una tasa bruta de natalidad (TBN) de 34
nacimientos por mil habitantes en 1908, se desciende a 21 a comienzos de la década
del 50, manteniéndose cerca de ese valor en los 30 años siguientes, para, a partir de
1980, bajar a valores de 18 por mil hasta 1997, Cuadro 1.5. Ese descenso y
mantenimiento de la natalidad es el reflejo del número de nacimientos, que desde los 36
17
mil en 1908, sube a 47 en 1950-55, para mantenerse desde 1960 en valores de
alrededor de 56 mil. Ese mantenimiento de la natalidad en las ultimas décadas es único
en el continente americano, ya que todos los países siguen bajando su natalidad y ya
son varios los países de América Latina, en el periodo 1995-2000, cuyas tasas de
natalidad son menores que las de Uruguay. Debe destacarse que este aumento y/o
mantenimiento de la natalidad en Uruguay se presenta, a pesar de la existencia, en los
últimos 30 años, de un saldo migratorio negativo y un notorio envejecimiento de la
población.
La tasa global de fecundidad (TGF) es el número promedio de hijos que una mujer tiene
a lo largo de su vida reproductiva. La independencia de este indicador de la estructura
de edades de la población lo convierte en un indicador más idóneo que la TBN para
analizar el comportamiento reproductivo de una población. Mediante un cálculo especial
para esta publicación, a partir de los datos del Censo de 1908 y de los datos sobre
nacimientos del mismo año, se estimó la TGF para ese año.
En primer lugar se destaca el valor bajo, para la época, de 1908. Con 4.76 hijos por
mujer, el valor es claramente menor que el estimado por CELADE para América Latina
en 1960/65, de 6 hijos por mujer. Elementos compatibles con ese valor relativamente
bajo, son la menor cantidad de mujeres en edad reproductiva que de hombres, por el
alto componente migratorio masculino y la maternidad más tardía a principios del siglo.
Para esto último cabe comparar los valores mucho menores que tienen las proporciones
de mujeres que declaran haber tenido hijos en los grupos de 15-19 años y de 20 a 24
años en 1908, con respecto a los valores obtenidos en el Censo de 1996. Lo que queda
por investigar es si el valor de la TGF fue alguna vez mas alto en Uruguay en periodos
anteriores a 1900. Para 1950-55 la TGF disminuye en dos hijos, a 2.73, para después
subir, en los próximos 20 años a 3.0 hijos por mujer en 1970-75 y mantenerse estable,
en valores próximos de 2.5 hijos, desde 1980 a la fecha. La tendencia de los valores de
la Tasa de Fecundidad General (TFG) o sea el número de hijos por mil mujeres de 15 a
49 años, registran un comportamiento similar a la TGF.
1.4 Mortalidad general
Los valores correspondientes al número total de defunciones registradas desde 1908 a
18
1997 muestran una duplicación del número total, pasando de 15 mil en 1908 a poco
mas de 30 mil en 1996/97, Cuadro 1.6.
Ya desde comienzos de siglo el número de muertes masculinas supera a las femeninas,
siendo mayor, desde 1960, en alrededor de tres mil defunciones. Los incrementos han
sido similares, 4 500 defunciones, en la primera mitad del siglo (el periodo más extenso
de los considerados) y en los dos periodos siguientes, 1950/55 a 1963/64 y 1963/64 a
1974/76. Por sexo el comportamiento es muy parecido, con una tendencia, leve en las
ultimas décadas, a la mayor cantidad de muertes masculinas que femeninas. Este
incremento es el resultado del continuo envejecimiento de la población que hace
aumentar el número total de defunciones, a pesar de la baja de las tasas de mortalidad
en todos los grupos de edad.
Al medir la mortalidad por la Tasa Bruta de Mortalidad (TBM, defunciones por mil
habitantes), que tiene en cuenta el tamaño de la población, el panorama cambia. Es así
que entre 1908-09 y 1950-55 las TBM, en ambos sexos por igual, caen en casi un 40%,
para después aumentar un poco y mantenerse, desde mediados de los 70, en valores
de la TBM masculina de alrededor del 11 por mil y de la TBM femenina en poco menos
de 9 por mil.
En síntesis, los cambios demográficos principales han ocurrido en la primera mitad del
siglo y los cambios que han ocurrido en la segunda mitad del Siglo, que los ha habido,
no son posibles de detectar a partir del comportamiento de la natalidad, medida por la
TGF ni por la mortalidad medida por la TBM, ya que estos dos indicadores han
cambiado muy poco en los últimos 40 años.
19
2- Mortalidad por edad y causa, según sexo
2.1 Mortalidad según grupos de edad y sexo
2.1.1 Tasas por edad y sexo
El parámetro mas comúnmente usado para definir la salud de una población es la
mortalidad. Las tasas de mortalidad, son útiles como indicadores de salud, porque la
mortalidad es un evento bien definido, a diferencia de la morbilidad y discapacidad; es
fácilmente mensurable y puede ser cuantificado y verificado. Eso no quiere decir que la
mortalidad pueda reflejar el estado de salud de una población, ya que otros
componentes, como la morbilidad y discapacidad, deberían ser incluidos para poder
recoger y analizar más completamente el variado espectro que significa el estado de
salud.
Se debe destacar que el análisis de las tasas de mortalidad por edad arroja mucha
información sobre la situación de salud. A pesar de que dicho análisis no incluya las
causas de defunción, esto no significa, que, indirectamente, las causas de muerte no
estén involucradas ya que existe una clara asociación entre el nivel de una tasa de
mortalidad en determinado grupo de edad y sexo y la estructura por causa de la
mortalidad en ese grupo de edad sexo. Es así que valores altos de la mortalidad infantil
van asociados a una mortalidad en la cual predominan las diarreas y las infecciones
respiratorias agudas; valores bajos de la mortalidad de las mujeres en edad
reproductiva expresan que estas ya han superado la etapa en la cual la mortalidad
predominante eran las transmisibles y las muertes maternas, etc. De ahí que se
comience el estudio de la mortalidad analizando en primer lugar cuales han sido los
comportamientos de las tasas especificas por edad y sexo.
Los diversos grupos de edad considerados alcanzan un total de 18: Menores de 1, 1 a
4, 15 grupos quinquenales desde 5 a 79 años y el grupo abierto de 80 años y más; cada
uno de ellos se presenta separado por sexo. Es una desagregación bastante fina para
un análisis diferencial de la mortalidad; la misma se ha utilizado para todo el análisis en
este documento.
En el Cuadro 2.1 aparecen las tasas específicas de mortalidad, según grupos de edad
y sexo, para los períodos 1908-09, 1950-55, 19953-64, 1974-76, 1984-86 y 1996-97.
20
Como se puede apreciar en dicho cuadro y en el Gráfico 1, a fines del Siglo XX todas
las tasas masculinas son mayores que las femeninas, siendo a partir de los 15 años
claramente mayores, llegando a ser el doble y hasta el triple en algunas edades. A
principios de siglo la situación no era la misma, ya que si bien la mortalidad infantil era
mayor en los hombres, las tasas eran iguales o un poco mayores en las mujeres en
edades jóvenes y recién a partir de los 40 años de edad se apreciaban valores
claramente superiores en los hombres.
La reducción de las tasas ha sido enorme en casi todas las edades, en ambos sexos.
En el Cuadro 2.2 y Gráfico 2 se presenta el significado de dicha reducción, para cada
grupo de edad, según sexo, mediante el cálculo de la razón entre las tasas, por edad y
sexo, a fines de siglo y a principios de siglo, multiplicada por mil. Por ejemplo si el
cálculo (razón de tasas por mil) da 500, resultado de que la tasa cayo a la mitad,
significaría que por cada mil que morían a principios de siglo, en el grupo de edad y
sexo considerado, de acuerdo al valor de la tasa prevalente en dicho momento histórico,
solo 500 lo hacen a fines de siglo. También se lo puede considerar como el
complemento a 1000 del porcentaje de reducción.
El porcentaje de reducción fue superior al 80% en todos los grupos de edad antes de
los 40 años, en los hombres, y, antes de los 50 años de edad, en las mujeres. Ese
porcentaje disminuye a medida que aumenta la edad, pero con valores grandes incluso
hasta los 80 años.
La reducción porcentual más grande, en los dos sexos, fue en las mujeres del grupo de
1 a 4 años con un 95%, significando eso que por cada 100 niñitas que morían a
principios de siglo solo 5 lo hacen a fines de siglo. En los hombres el grupo que vio
reducida mas su mortalidad fue también el de 1 a 4 años, con un 94%. Son reducciones
impactantes. La reducción de la mortalidad infantil fue de poco más del 80%, en ambos
sexos, o dicho de otra manera por cada 1000 menores de 1 año que morían antes, a
fines de siglo solo lo hacen menos de 200.
En cuanto que significan comparativamente, en términos agregados, esas reducciones
en las tasas durante el desarrollo del Siglo XX, se podrían hacer las siguientes
consideraciones:
A- Mujeres
21
Menores de 1 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo,
sólo lo hacen 20
De 1 a 39 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 7
De 40 a 49 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 20
De 50 a 64 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 30
De 65 a 79 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 40
De 80 y + años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 75
B- Hombres
Menores de 1 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo
sólo lo hacen 20
De 1 a 14 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo lo
hacen 8
De 15 a 39 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 20
De 40 a 49 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 30
De 50 a 59 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 50
De 60 a 79 años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo
lo hacen 60
De 80 y + años: si a principios de siglo se morían 100, a fines de Siglo sólo lo
22
hacen 85
2.1.2 Riesgo Relativo por sexo
En lo que respecta al comportamiento del Riego Relativo (RR) por sexo según edad
(razón tasa masculina sobre tasa femenina), Cuadro 2.3 y Gráfico 3, lo acaecido es
consistente con el comportamiento diferencial según sexo de la reducción de la
mortalidad por edad. El RR mide la fuerza relativa de la mortalidad, en una edad, de un
grupo (en este caso hombres), con respecto a otro grupo (mujeres en este caso).
Valores mayores que 1 indican una sobremortalidad masculina y menores que 1
sobremortalidad femenina. También se utiliza el RR para medir, en forma comparativa,
la fuerza de la mortalidad por causa, por etnia, residencia, cobertura, etc.
A principios de siglo existía ya una sobremortalidad masculina en el primer año de vida,
mientras que las fuerzas de mortalidad se igualaban entre 1 y 9 años; entre 10 y 29
años se registraba una sobre mortalidad femenina y, a partir de los 30 años y hasta el
final de la vida, una mayor mortalidad en los hombres. A mediados del siglo, 1950-55,
con excepción de las mujeres de 1 a 4 años, que presentan una pequeña
sobremortalidad, en todos los demás grupos existe una clara sobremortalidad
masculina, incluso mayor que la observada a principios de siglo, con valores máximos,
1.74 a 1.88, en los grupos jóvenes de 15 a 24 años y maduros de 45 a 64. La tendencia
de la primera mitad del siglo se consolida en al segunda mitad; para 1996-97, en todos
los grupos de edad, se observa una clara sobremortalidad masculina, siendo en cada
grupo de edad mayor que la ya registrada a mediados de siglo, con un valor máximo del
RR en el grupo 20 a 24 años, con un valor de 3, expresando que por cada defunción
femenina se registran 3 muertes masculinas.
El perfil diferencial de mortalidad por sexo a fines del Siglo XX se podría resumir,
agrupando grupos de edades y valores, de la siguiente manera:
- Hasta los 15 años una sobremortalidad masculina de casi el 30%
- Entre los 15 y 34 años una sobremortalidad masculina entre el 100% y 200%
- Entre los 35 y 54 años una sobremortalidad masculina del orden del 100%
23
- Entre los 55 y 79 años una sobremortalidad masculina entre el 100% y 150%
- En el grupo de 80 años y más, la menor sobremortalidad masculina de todas las
edades, 22%. Este grupo de edad es el que tiene menos cambios en todo el
siglo.
Los comportamientos diferenciales, tanto sean a principios de siglo como durante el
siglo, de la mortalidad por edad, según sexo, se verán reflejados y medidos mediante el
uso de las Tablas de Vida, que nos permitirán ver el impacto diferencial que han tenido
dichos cambios en la Esperanza de Vida al Nacer de hombres y mujeres.
2.1.3 Riesgo Relativo (Base menores de 1)
Otra manera de medir los cambios relativos de la mortalidad es mediante la
construcción del Riesgo Relativo (RR), con base en los menores de 1 año, es decir la
comparación de las tasas por edad, según sexo, con respecto a la tasa en los menores
de 1 año, Cuadro 2.4. Mide el cambio relativo en la fuerza de la mortalidad, al comparar
las tasas de los otros grupos de edad, tomando como base la tasa en los menores de 1
año. Valores mayores que 1 significan que la fuerza de la mortalidad es mayor en ese
grupo de edad que en los menores de 1 año. Valores en aumento en el tiempo
expresan que la fuerza de la mortalidad de ese grupo de edad se acrecienta en
comparación con la mortalidad de los menores de 1 año. O sea que se puede hacer un
doble análisis: sincrónico y diacrónico.
A principios del Siglo XX la fuerza de la mortalidad por edad sólo era igual o superaba a
la mortalidad infantil a partir de los 75 años, en los dos sexos. Para fines del Siglo XX la
fuerza de la mortalidad es mayor que la infantil desde los 60 años en los hombres y
desde los 70 en las mujeres.
Mientras que en las mujeres el RR disminuyó durante el Siglo XX en todos los grupos
de edad de 1 a 39 años, en los hombres esa disminución se observa sólo hasta los 14
años, manteniéndose estable entre los 15 y 39 años. O sea que hay una ganancia
superior en las mujeres que en los hombres por la reducción de las tasas en los grupos
de edad reproductiva.
24
A partir de los 40 años, el RR aumenta, entre principios y fines de Siglo, en ambos
sexos, siendo el aumento más apreciable en los hombres. Es así que los valores de los
RR en los hombres de 55 y más años se triplican o más durante el siglo. Para el grupo
de mayor edad considerado, 80 y más años, el aumento es similar en ambos sexos: de
una fuerza relativa de mortalidad de dos octogenarios por cada muerte infantil se pasa a
una fuerza de 8 muertes de octogenarios por cada muerte infantil.
2.1.4 Mortalidad proporcional por edad
La mortalidad proporcional por edad, o sea el porcentaje que representan las
defunciones de un grupo de edad, con respecto al total de defunciones, ha sido muy
utilizado para representar la mortalidad de una población e incluso para comparar las
distintas situaciones de mortalidad entre países y/o regiones de un mismo país, bajo el
supuesto de que mayor mortalidad proporcional en los grupos de edad mas jóvenes
indicaría mayor fuerza de mortalidad en los mismos y por ende menor nivel de salud. A
pesar de las limitaciones de este tipo de indicador, derivadas de que no toma en cuenta
la estructura de edades de la población (puede haber mas muertes jóvenes porque la
población joven tiene mayor importancia relativa y no por que dichos grupos tengan
mayores tasas), se utilizará para visualizar los grandes cambios aparentes que ha
tenido la mortalidad cuando se comparan los valores absolutos, como proporciones,
entre los distintos grupos de edad. Este análisis se complementara con otro indicador
que aparece en el siguiente apartado.
En el Cuadro 2.5 se presentan los datos de mortalidad proporcional para los 18 grupos
de edad y en el Gráfico 4 la mortalidad proporcional por grandes grupos de edad:
menores de 5 años, 5 a 14 años, 15 a 44 años, 45 a 64 años, 65 a 79 años y 80 años y
más.
Como grupo agregado son los menores de 5 años los que han visto reducir más su
mortalidad proporcional: de alrededor de 35% en los dos sexos, a principios de siglo, a
menos de 4% a fines de siglo o sea una reducción de 10 a 1. Sin embargo al interior de
este grupo el comportamiento es bien distinto ya que son los niños de 1 a 4 años los
que más han visto reducir su mortalidad proporcional, ya que pasan de una situación en
la cual a principios de siglo significaban una muerte de cada diez registradas a menos
de 0.5%. O sea la reducción ha sido del orden de 20 a 1. La reducción de la mortalidad
en los niños de 1 a 4 años es la más grande de todos los grupos de edad considerados.
25
Esto es compatible con la percepción social sobre lo “raro” que es la muerte de un niño
de esa edad.
Los grupos siguientes, 5 a 14 años y 15 a 44 años, también ven reducir su participación
proporcional en forma considerable, mas las mujeres que los hombres, tanto sea en
forma agregada como en cada uno de los subgrupos de edad que los constituyen. Para
el grupo de edad madura, de 45 a 64, la situación cambia; mientras que a nivel
agregado se mantiene el % en las mujeres, 13.2 %, aumenta un poco en los hombres,
de 21.1 % a 22.7%, con un mismo comportamiento por subgrupos: bajan los
porcentajes entre 45 y 54 años y aumentan entre 55 y 64 años, en los dos sexos. Este
aumento de la mortalidad proporcional a partir de los 55 años se mantiene en todos los
grupos de edad restantes.
O sea que el perfil de la mortalidad proporcional entre principios y finales del siglo es de
disminución de la mortalidad proporcional hasta los 54 años y aumento en las edades
posteriores.
Si el grupo agregado que más disminuía era el de menores de 5 años, con poco mas de
30% de caída porcentual, esa disminución se ve contrarrestada por el aumento de los
de 65 a 79 años y de 80 años y más, con distinto peso según sexo. El porcentaje de los
hombres aumenta 22% (de 10% a 32%) en 65 a 79 años y 20% (5% a 25%) en 80 años
y más. En las mujeres esos porcentajes de aumento son 28% y 39% respectivamente
para los grupos 65 a 79 y 80 y más respectivamente.
La menor mortalidad de las mujeres y su mayor longevidad se puede apreciar al
analizar la importancia que tiene la mortalidad proporcional en 1996-97: las mujeres que
mueren teniendo 80 y más años al morir, 46% del total, representan casi la mitad de
todas las muertes femeninas de todas las edades, mientras que el valor
correspondiente en los hombres, 25%, es solo una de cada cuatro muertes masculinas
de todas las edades. El rezago de la mortalidad masculina con respecto a la femenina
a fines del siglo XX se puede apreciar al observar que de los grupos agregados de
edad, mientras el porcentaje mayor, en las mujeres, corresponde a las mujeres de 80
años y más, en los hombres es el de 65 a 79 años. En las mujeres se dio la inversión
completa en los rangos extremos: el mayor porcentaje a comienzos del siglo en los
menores de 5 se convierte en el menor a fines del mismo y el menor porcentaje a
comienzos del siglo, en las mujeres de 80 años y más, se convierte en el mayor
26
porcentaje a fines del mismo siglo.
2.1.5 Visibilidad de la reducción: mortalidad relativa
Una manera más fácil de “visualizar” la reducción, para poder transmitir mejor el
mensaje sobre los cambios en la mortalidad proporcional, es mediante la construcción
de la razón entre el núumero de muertes registradas de determinada edad y sexo, con
respecto al número de muertes registradas en los menores de un año, del mismo sexo.
Es lo que se presenta en el Cuadro 2.6 y, en el Gráfico 5, para grupos agregados de
edad, denominados Visibilidad de la Reducción. Dado que este cálculo se realiza con el
número de defunciones y no con las tasas (esto fue hecho anteriormente mediante el
Riesgo Relativo), permite presentar lo que es la experiencia social comparativa sobre
quienes son los que se mueren, independientemente de cual sea el valor de la tasa
especifica de mortalidad. Hace referencia a los muertos que se “ven” en forma
comparativa o sea sin tener en cuenta el volumen del grupo de edad al que pertenecen
dichas defunciones.
Como ya se veía en el análisis de la mortalidad proporcional, la sociedad de principios
de siglo estaba dominada, en lo que a la muerte se refiere, por las muertes a edades
tempranas: un 40% de todas las defunciones ocurrían antes de los 15 años de edad y a
fines de siglo por las muertes a edades altas: en las edades de 65 y más años ocurren
el 78% de las defunciones femeninas y el 65% de las masculinas.
Este cambio lo podemos percibir en forma muy clara a través de los valores de este
indicador en el grupo de 80 años y más: con un valor de la razón de 0.28, se “veían”, a
principios de siglo, en forma aproximada, cuatro muertes de niñitas menores de un año
por cada muerte de una anciana de 80 años y más; a fines de siglo, con un valor de la
razón de 15, se “ven” quince muertes de octogenarias por cada muerte de una niñita.
En los hombres a principios de siglo, con valor de, 0.2, se “veían, cinco muertes de
niñitos menores de un año por cada muerte de una anciano de 80 años y más, y, a
finales de siglo el valor llega a 8: se “ven” quince muertes de octogenarios por cada
muerte de un niñito. O sea que la razón relativa (visibilidad) se multiplicó por 60 en las
mujeres y por 40 en los hombres. A principios de siglo lo común era la muerte de un
“angelito” y lo raro era la muerte de un anciano; a fines de siglo es al revés.
En los otros grupos de edad el comportamiento de la razón relativa es diferencial por
27
edad y por sexo. En los hombres esa razón disminuye hasta los 9 años (se han
convertido en más raras las muertes en esas edades comparadas con las muertes
infantiles), y a partir de los 10 años la razón aumenta, siendo este aumento cada vez
más grande con la edad. Es así que a partir de los 50 años ya se “ven” mas muertes
masculinas en esas edades que defunciones infantiles. En las mujeres la razón
disminuye hasta los 29 años; a partir de los 30 años la razón aumenta, en forma
creciente, y a partir de los 55 años son mas frecuentes las muertes en esas edades que
las infantiles, hasta llegar al valor máximo comentado anteriormente del grupo de 80 y
más años.
Mientras que en los hombres la visibilidad de los grupos entre 70 y 79 años, es superior
a la de 80 y más años, en las mujeres hay que agregar los grupos de edad de 40 a 79
años para obtener una visibilidad similar a la las mujeres de 80 y más años.
2.1.6 Estructura porcentual de la reducción según subperiodos de tiempo
A partir de los datos del Cuadro 2.1 en el cual aparecen los valores de las tasas
específicas por edad y sexo en diferentes subperíodos del Siglo XX, se ha construido el
Cuadro 2.7 en el cual se presenta la descomposición de la reducción en las tasas por
edad y sexo, en todo el siglo, según los porcentajes que corresponden a cada uno de
los subperiodos. Los 5 diferentes subperiodos del periodo total de 90 años son:
1908/09-1950/55, 1950/55-1963/64, 1963/64-1974/76, 1974-76-1984/86 y 1984/86-
1996/97. Los 5 subperiodos no tienen la misma duración; el primero cubre la primera
mitad de este siglo y los otros 4 son cada uno de alrededor de una década y cubren la
segunda mitad de este siglo. En el Gráfico 6 se presentan los porcentajes
correspondientes a todo el periodo de análisis y los porcentajes correspondientes a la
primera mitad del siglo, 1908/09-1950/55, según sexo y edad.
La importancia de este tipo de descomposición es que permite ubicar temporalmente el
lapso de tiempo en el cual han ocurrido los distintos cambios y que representan esos
cambios en el cambio total del siglo.
El interés del análisis estará centrado en el comportamiento temporal de la reducción y
no en los valores individuales; estos ya fueron objeto del análisis anterior.
En términos globales lo que se puede afirmar es que la reducción mayor ha sido en la
28
primera mitad de este siglo que en la segunda, para ambos sexos. La excepción son los
menores de 1 año, en ambos sexos y en los hombres de 80 y más años. De 1 a 49 años
en los hombres y de 1 a 54 en las mujeres, se puede decir que casi toda la reducción,
del orden del 90% o más, se dio en la primera mitad de este siglo, siendo muy menor
la reducción en los otros subperiodos; mas aun, para el grupo de edad 15 a 29 años, en
el último periodo de análisis, 1984/86-1996/97, no hubo reducción en las mujeres y
aumentó la tasa de mortalidad en los hombres. A partir de los 50 años la importancia
de la reducción en la primera mitad del siglo, aun siendo mayoritaria, disminuye y
aumenta el aporte de los otros subperiodos. Hay que destacar la excepción del periodo
1963/64-1974/76, donde se puede afirmar que hubo un estancamiento en la reducción
de la mortalidad, (excepto el grupo de 70 a 79), ya que las ganancias fueron pequeñas
e incluso negativas como es el caso de los de 80 y más años. Como era de esperar,
dados los valores bajos de las tasas de mortalidad en la población joven menor de 45
años, las reducciones importantes de los 2 últimos subperiodos se dan en la población
de 60 años y más. Por sexo las diferencias no son muy grandes, apreciándose una
reducción más temprana en el tiempo, primera mitad del siglo, en las mujeres que en
los hombres.
Si se toma el promedio de los porcentajes por edad y sexo, se tiene:
a- en la primera mitad del siglo XX, las tasas se redujeron en las tres cuartas partes
de toda la disminución observada en el siglo, en ambos sexos;
b- de 1950-55 a 1963-64 entre un 7% (mujeres) y un 11% hombres;
c- muy poca participación en la ganancia total del siglo corresponde al periodo de
1963/64 a 1974/76;
d- del orden del 6% al 8% en los dos subperiodos siguientes, 1974-76-1984/86 y
1984/86-1996/97;
Este comportamiento temporal en la reducción de las tasas se va a ver reflejado en el
impacto en la EVN, ya que vamos a encontrar que el mayor impacto de la reducción va
a estar justamente en la primera mitad del siglo.
29
2.2 Mortalidad por causas
2.2.1 Lista de causas
La lista detallada de causas utilizada para efectuar el análisis comparativo de la mortalidad
por causas en el siglo XX aparece en el Anexo 1. La misma se obtuvo a partir de las
clasificaciones utilizadas en los años correspondientes en el país, CIE 1 para comienzos
de siglo y CIE 10 para fines de siglo. Las causas consideradas existen en ambas CIE,
habiéndose efectuado algunas modificaciones para compatibilizar las mismas. Dado que
las aperturas de varios capítulos no coincidían, se consideró conveniente no realizar
ninguna apertura en los mismos. Las defunciones por causas mal definidas fueron
distribuídas entre los restantes grupos. Los grupos causales considerados son:
en el grupo de 25 a 29 años, presentan una tendencia a la baja hasta los 80 años, los
hombres mantienen altas sus tasas, en términos generales hasta el final de la vida. La
máxima tasa masculina se presenta en el grupo de 45-49 años. Otra diferencia
significativa entre los dos sexos es el comportamiento comparativo de las tasas según
sexo. Así hasta los 39 años de edad las tasas femeninas eran mayores a las
masculinas (claramente mayores entre los 10 y 34 años), a partir de los 40 años de
edad, las tasas masculinas son mayores a las femeninas, siendo en la mayoría de esos
grupos de edad claramente mayores.
Para fines de siglo las tasas se redujeron en forma drástica y la TBC casi desaparece
como causa de muerte hasta los 40 años. Las tasas a partir de esa edad son muy
inferiores que las de principios de siglo. La presencia a fines de siglo en los grupos de
40 años y más de edad, está dada básicamente por la TBC en hombres ya que en las
mujeres solo aparece, con importancia relativa, al final de la vida, en 75 y más años.
Tumores (Neoplasias) Gráfico 13
Es un grupo causal de defunción cuyo comportamiento presenta particularidades, pues
las tasas tienen variaciones diferentes según edad y sexo. Hasta los 29 años, las tasas
en ambos sexos aumentan, aunque las tasas siempre están a un nivel bajo, frente a lo
que ocurre en otras edades. Desde los 30 a los 59 años las tasas disminuyen en los
hombres, para a partir de los 60 años aumentar, especialmente a partir de los 75 años;
en las mujeres la baja en las tasas es hasta los 79 años, para aumentar en el grupo de
30
80 años y más.
Al comparar las tasas entre sexos se observa que las tasas femeninas son, en general,
menores que las masculinas, con la excepción de las edades antes de los 50 años, en
los dos extremos del siglo. Por lo comentado anteriormente para fines de siglo, sobre
aumento en los hombres y baja en las mujeres, las tasas femeninas a partir de los 55
años de edad, son claramente menores que las masculinas y en algunos grupos de
edad sus valores son menores en mas de un 50% del valor masculino.
Estos comportamientos diferenciales por edad y sexo van a conducir a que el impacto
global de los cambios en la mortalidad por tumores, medido por el efecto de los mismos
en la EVN, sea positivo en las mujeres y negativo en los hombres.
La lista de causas usada no permite hacer desagregaciones por tipo de tumores, para la
comparación entre principios y fines de siglo.
Sistema Nervioso, Gráfico 14
Para todas las edades y en ambos sexos las tasas declinaron, siendo sustanciales las
declinaciones en todas las edades. De la misma manera que para las infecciosas,
aunque con menores tasas, la presencia de las enfermedades del sistema nervioso a
principio de siglo era importante en todos los grupos de edad.
El tipo de curva de la mortalidad por edades a principios de siglo era similar en ambos
sexos: máximo valor para los menores de un año, baja hasta los 19 años y volver a
aumentar hasta el fin de la vida. Para fines de siglo la curva cambia en ambos sexos ya
que los valores máximos se presentan en los últimos grupos de edad, en especial
después de los 65 años, en forma creciente, y sólo después en los menores de 1 año.
En lo que respecta al comportamiento diferencial de las tasas según sexo, tanto a
principios como fines de siglo, no había diferencias significativas entre las tasas
masculina y femenina hasta los 29 años. Para comienzos de siglo, desde los 30 a los
74 años, las tasas masculinas son claramente mayores; en el grupo de 75 y más años
no existen grandes diferencias. Para fines de siglo desde los 30 años en adelante el
comportamiento es similar al de principios de siglo, excepto que las diferencias entre
sexos no son tan apreciables como a principios de siglo.
31
La principal causa que contribuyo al descenso de las enfermedades del sistema
nervioso fue la meningitis cuyas tasas cayeron drásticamente en el siglo en todas las
edades. Como ejemplo de la importancia de la meningitis a principios de siglo cabe
decir que eran la mayoría de las defunciones del sistema nervioso, y que en los
menores de 5 años su tasa era sólo superada por las diarreas y las respiratorias.
Sistema Circulatorio (Cardiovasculares), Gráfico 15
Para todas las edades, en ambos sexos, las tasas declinaron entre principios y fines de
siglo.
El comportamiento de las curvas tanto a principios de siglo como a fines es el mismo,
en ambos sexos: tasas de mortalidad que crecen con la edad.
La gran diferencia se presenta al analizar el comportamiento de las tasas según sexo y
dado que es después de los 45 años que se concentran la gran mayoría de las
defunciones por este tipo de enfermedades, este análisis diferencial por sexo se hará a
partir de esta edad.
Mientras que a principios de siglo las tasas masculinas eran sólo un poco mayores que
las femeninas entre los 45 y los 64 años, claramente mayores de los 65 a los 79 años,
y poco mayores en el grupo de 80 y más años, para fines de siglo las tasas masculinas
son claramente mayores que las femeninas de los 45 años a los 79 años, siendo mas
del doble en la mayoría de esas edades, para ser prácticamente iguales en 80 y más
años. O sea que las tasas, que declinaron en ambos sexos, lo hicieron en forma más
apreciable en las mujeres de 45 a 79 años. Si bien hubo reducción en las personas de
80 y más años, la misma fue menos importante que para los grupos anteriores de edad.
De la misma manera que para los tumores, la lista de causas usada no permite hacer
desagregaciones dentro de las cardiovasculares, para la comparación entre principios y
fines de siglo.
Sistema Respiratorio, Gráfico 16
El comportamiento para todas las edades, en ambos sexos, es similar ya que las tasas
32
declinaron, siendo sustanciales las declinaciones en algunas edades. Es así que en los
grupos de edad de 5 a 34 años casi desaparecen como causa de muerte.
El tipo de curva a principios de siglo era similar en ambos sexos: tasas altas en el
primer año de vida, para después bajar y comenzar a subir desde los 15 años y tomar
sus máximos valores en la población de 75 y más años. Para fines de siglo la curva se
aplana totalmente, manteniendo la misma forma: máximo relativo en el primer año de
vida, valores más bajos en los grupos de edad siguientes y comenzar a subir después.
La gran diferencia a fines de siglo se da en términos de la comparación entre los valores
de las tasas, según sexo, a partir de los 50 años. Mientras en los hombres las tasas
comienzan a crecer desde esa edad hasta el final de la vida, las mujeres comienzan su
crecimiento mas tardíamente. Lo anterior lleva a la situación de que mientras a
principios de siglo, sí bien las tasas masculinas eran sólo un poco superiores a las
femeninas, con la excepción del grupo de 80 y más años en el cual la tasa femenina era
mayor, a fines de siglo las tasas masculinas mas que duplican las tasas femeninas
desde los 50 años.
Sistema Digestivo, Gráfico 17
Se aprecia una baja en todas las tasas, excepto en hombres de 80 y más años, donde
aumenta del orden del 70% la tasa. Si bien es importante la baja (en los grupos de edad
de 1 a 39 años casi desaparece como causa de muerte), esta es menos notoria que
otras causas analizadas, en especial de la población de 75 y más años.
El comportamiento de las curvas es similar por sexo, en los dos periodos: un valor
mayor en el primer año de vida, para bajar y comenzar a crecer hasta el final de la vida.
Al comparar las tasas masculinas y femeninas en casi todos los grupos de edad, en
ambos periodos, las primeras son mayores que las segundas. La brecha entre sexos no
ha cambiado significativamente en el siglo XX, ya que en ambos extremos, la tasa es
claramente mayor en los hombres desde los 50 años, con la excepción de las mujeres
de 80 y más años, a principios de siglo, que presentan una tasa muy superior a los
hombres de la misma edad.
Sistema Genitourinario, Gráfico 18
33
Baja importante en todas las tasas, en ambos sexos, y en los grupos de edad hasta los
49 años casi desaparecen como causa de muerte.
El comportamiento de las curvas es similar por sexo, en los dos periodos: un valor
mayor en el primer año de vida, para bajar y comenzar a crecer hasta el final de la vida.
Al comparar las tasas masculinas y femeninas por grupos de edad, a comienzos del
siglo, las primeras son mayores que las segundas en el primer año de vida; después
hasta los 44 años las tasas femeninas superan a las masculinas; desde los 45 años
vuelven a ser mayores las tasas masculinas y en las ultimas edades esa diferencia es
apreciable. Para fines de siglo, en las edades en las cuales la mortalidad es
significativa, 65 y más años, la tasa es claramente mayor en los hombres. En términos
generales la brecha entre sexos no ha cambiado significativamente en el correr del siglo
XX.
Diabetes, Gráfico 19
Dada la escasa importancia de la mortalidad por diabetes antes de los 45 años de edad,
a principios y a fines de siglo, solo se comentarán los cambios a partir de esa edad.
Para los hombres la mortalidad entre principios y fines de siglo presenta pocos cambios
entre 45 y 64 años, mientras que aumentan las tasas desde los 65 años de edad en
adelante. En las mujeres las tasas caen hasta los 74 años de edad, para a partir de los
75 años aumentar claramente.
La comparación de las tasas según sexo presenta, a comienzos de siglo, un predominio
de las tasas femeninas en todas las edades, con la excepción de 75 a 79 años. A fines
de siglo son un poco mayores en los hombres, excepto en el ultimo grupo de 80 y más
años de edad.
Causas Externas, Gráfico 20
Es el grupo causal cuyas tasas, por edad y sexo, presentan un rango de valores con las
menores variaciones, en cada uno de los dos periodos. No se presenta la situación,
muy común en otras causas, de que, para un mismo año o periodo de tiempo, coexisten
tasas muy altas en algunas edades y muy bajas en otras edades. Lo anterior vale para
los dos periodos de tiempo.
34
El comportamiento de la mortalidad por causas externas ha visto pocas modificaciones
importantes en el correr del siglo XX, excepto en dos edades en las cuales se presentan
variaciones apreciables y que son las tasas de menores de 1 año y las tasas de 80 y
más años, que aumentaron claramente en los dos sexos.
En los hombres las tasas disminuyen entre 1 y 44 años, para después aumentar,
excepto en los hombres de 75-79años; en las mujeres el comportamiento es más
irregular, manteniéndose o cayendo entre 1 y 34 años, con pequeñas bajas y caídas
desde los 35 años, con la excepción ya comentada de 80 y más años de edad.
El aumento de las tasas en los menores de 1 año tiene su explicación en la
clasificación, en la CIE 10, de la inhalación de contenido gástrico (inhalación e ingestión
de alimentos que causa obstrucción de las vías respiratorias o sofocación en la CIE 9),
como un Accidente; esto no era así a comienzos de siglo, en la CIE 1. El aumento de
las tasas de las personas de 80 años y más necesita algún otro tipo explicación.
El comportamiento dentro de este capítulo de Causas Externas, según sus tres
componentes principales, Accidentes, Homicidios y Suicidios, a principios y fines de
siglo, se puede observar en los Gráficos 21 y 22 para hombres y Gráficos 23 y 24 para
mujeres.
La tendencia de todo el capítulo esta dada por la tendencia de los Accidentes, que son
la gran mayoría de las defunciones en ambos sexos, en todos los grupos de edad y en
los dos períodos de tiempo. Es el gran aumento de los Accidentes en los menores de 1
y en los de 80 años y más lo que explica el aumento notorio de las tasas de mortalidad
por causas externas en esos dos grupos de edad.
En los hombres las tasas por Homicidios se mantuvieron o bajaron en todas las edades;
en las mujeres, cuyas defunciones por homicidios eran casi inexistentes a principios de
siglo, las tasas aumentaron, aunque los valores siempre son bajos en comparación con
los hombres.
Los suicidios son casi inexistentes antes de los 15 años de edad, en ambos sexos y
para los dos periodos de tiempo; en los hombres las tasas permanecen con muy pocos
cambios entre los 15 y los 80 años de edad, mas que duplicando su valor en los de 80
años y más; en las mujeres las tasas, con valores ya de por sí bajos, disminuyen entre
35
los 15 y 40 años de edad, para aumentar entre los 40 y 69 años, disminuir entre 70 y 79
años y aumentar en las mujeres de 80 años y más.
Excepto en los menores de 5 años, donde las tasas específicas por las causas
componentes de las externas (accidentes, homicidios y suicidios) son poco diferentes
entre los dos sexos, tanto a comienzos como a fines de siglo, desde los 5 años de
edad, las tasas masculinas son cada vez más superiores a las femeninas, en los dos
periodos de tiempo, en esas tres causas.
Embarazo, Parto y Puerperio (muertes maternas), Gráfico 25
Este grupo causal aplica sólo a mujeres y sólo se van a considerar las edades de 15 a
54 años. Los descensos de las tasas han sido muy grandes en todas las edades;
incluso para las edades de15 a19 años y de 40 a 54 años de edad no se han registrado
defunciones maternas en los últimos años considerados. Las tasas fueron calculadas
haciendo el cociente entre las muertes maternas con respecto al número de mujeres
del respectivo grupo de edad y no se deben confundir estas tasas con la tasa de
mortalidad materna, cuyo denominador son los nacidos vivos. El tipo de curva se ha
aplanado casi totalmente. Mientras que a principios de siglo la tasa máxima se
presentaba en el grupo de 30-34 años, a fines de siglo el valor máximo es en las
mujeres de 25-29 años.
Resto de causas
Compuesto de las enfermedades no incluidas en los capítulos anteriores (sangre,
mentales, ojo, oído, piel, osteomusculares, y las endocrinas, nutricionales y
metabólicas, excluida diabetes), también sus tasas bajan en los dos sexos hasta los 70
años, para aumentar desde esta edad. El gran componente de este grupo, a fines de
siglo, está constituido por las enfermedades mentales.
2.2.3 Mortalidad proporcional por causas según sexo
Los cambios en la mortalidad proporcional por edad se presentaron mas arriba. Ahora
se pasará a analizar cual es el resultado en términos de la mortalidad proporcional por
causas. O sea que importancia tiene cada grupo causal en el total de la mortalidad. Este
indicador se obtiene dividiendo el número de muertes registradas (previo ajuste por
distribución de las mal definidas), con respecto al total de muertes registradas.
36
De la misma manera que hubo cambios notorios en la mortalidad proporcional por edad,
también ocurrió lo mismo en la mortalidad proporcional por causas. Grupos causales
que eran las primeras mayorías a principios de siglo- infecciosas, respiratorias- pasan
ahora a ocupar lugares secundarios y otros grupos que a comienzos de siglo estaban
alejados de los primeros lugares ahora pasan a ser las primeras causas. Los valores
aparecen en el Cuadro 2.8 y se pueden visualizar en el Gráfico 26.
Los valores de las proporciones son el resultado de los cambios en las tasas y también
de los cambios en la estructura por edades de la población, que como ya se vio, sufrió
cambios significativos durante el siglo. Los cambios en ambos tipos de mortalidad
proporcional- por edad y por causas- son inseparables, ya que, como se comento en
otra parte, se presentan simultáneamente por la estrecha asociación entre el nivel de
mortalidad en una edad y la estructura causal de la misma.
En términos porcentuales, las infecciosas y parasitarias son las que más bajaron en
ambos sexos, con caídas de 32 puntos en las mujeres y de 29 en los hombres; el
segundo lugar en la caída en las mujeres lo ocupan las respiratorias, con 12 puntos de
baja (7 puntos en los hombres), mientras que en los hombres son las nerviosas con 8
puntos (7 puntos en las mujeres). En estas tres causas las tasas bajaron como ya se
comentó y en forma agregada representan una caída de 51 puntos en las mujeres y de
45 en los hombres.
Por otro lado las cardiovasculares, son el grupo que más aumenta su participación, por
el efecto del envejecimiento de la población (las tasas se redujeron), ya que aumentan
28 puntos en las mujeres y 19 en los hombres. De la misma manera, pero con
diferencias por sexo, ya que el comportamiento de las tasas fue diferente según las
edades, los tumores ven aumentar su participación en 21 puntos en los hombres y 19
en las mujeres, también debido a los cambios en la estructura por edades. En forma
conjunta estos dos principales grupos de enfermedades crónicas, cardiovasculares y
tumores, aumentan su participación en 47 puntos en las mujeres y 40 en los hombres.
Las otras causas, con porcentajes más bajos, tanto sea a principios de siglo como al
final, y con tasas a la baja, tienen comportamientos diferentes en lo que respecta a sus
participaciones porcentuales, dependiendo de su naturaleza epidemiológica, sin
grandes diferencias por sexo.
37
Aumentan su participación las Causas Externas (2 puntos en las mujeres y 4 en los
hombres), las digestivas (poco menos de un punto en ambos sexos) y la diabetes (2
puntos en las mujeres y 1 en los hombres). Bajan su participación en dos puntos las
enfermedades del aparato genitourinario en ambos sexos y se reducen casi totalmente
las maternas. Por los problemas de codificación no se comentan los cambios en las
anomalías congénitas y las prenatales.
Aumentan sus proporciones las enfermedades incluidas en el Resto, siendo mas claro
el aumento en las mujeres, casi 6 puntos, que en los hombres, 2 puntos. Aquí cabe
agregar que los valores de la mortalidad proporcional en este grupo eran similares a
principio de siglo; la razón de este aumento diferencial por sexo en el Resto se debe a
que incluye los trastornos mentales, de gran aumento en las últimas décadas y que las
defunciones por esta causa se concentran mucho mas en las mujeres, dado que estas
presentan un envejecimiento mas acentuado.
Cabe agregar que ya para principios de siglo las cardiovasculares eran la tercera causa
de muerte proporcional, solo superada por las infecciosas y las respiratorias. Aumenta
mas su participación en las mujeres, como ya se comentó, así como las respiratorias,
que a principio de siglo eran más importantes en mujeres que en hombres y que
disminuyen mas que los hombres.
O sea que a pesar de haber bajado casi todas las tasas por causa en los distintos
grupos de edad, por efecto de la estructura de edades y de la distinta fuerza de la
mortalidad por causa según las edades, los cambios a la baja en la mortalidad
proporcional en unas causas, se transforman en aumento en la mortalidad proporcional
en otras causas.
Lo anterior sirve para destacar un aspecto importante en el análisis de mortalidad, que
no ha sido tenido en cuenta, en especial, en muchos de los trabajos sobre la transición
epidemiológica. Los cambios ocurridos en la mortalidad proporcional durante un cierto
periodo de tiempo, en especial si es largo dicho periodo, no se pueden interpretar como
indicativos de deterioro de aquella causa que haya aumentado su proporción ni de
mejora sí la proporción baja. El caso mas claro es el de las enfermedades
cardiovasculares; sus tasas por edad bajaron, en ambos sexos, entre comienzos y fines
de siglo. La interpretación correcta es de que hubo mejora en las cardiovasculares. Pero
38
si sólo se analiza la situación desde la perspectiva de la mortalidad proporcional, es
posible que se pueda considerar que hubo ”aumento” y, por lo tanto, “deterioro” en la
situación de las enfermedades cardiovasculares. Obvio es decir que en muchos casos
se le agrega a lo anterior, un intento de explicación sobre el porque de ese deterioro,
que seria causado por los cambios en el tipo de vida, los hábitos, el estrés, la dieta, la
falta de ejercicio, etc., o sea los factores de riesgo perjudiciales de la sociedad moderna.
Otra caso muy conocido, que se analiza en forma equivocada es el de las Causas
Externas. La mortalidad proporcional aumento, tanto en hombres como en mujeres,
mientras que la mayoría de las tasas disminuyeron. Por lo tanto afirmar que la sociedad
se ha vuelto más violenta entre principios y fines de siglo, porque aumento la mortalidad
proporcional por Causas Externas, es una deducción errónea, por lo menos para el
caso de Uruguay.
2.2.4 Importancia de la reducción de la mortalidad por causa según edad
Dada la estrecha asociación entre edad y causa, el análisis separado, por edad y por
causa, no permite observar los grandes cambios ocurridos en la mortalidad por causas,
cuando se analiza el comportamiento de las causas para grupos de edad por separado.
Anteriormente se presentó en el Cuadro 2.5 el significado de la reducción de la
mortalidad por edad y en el cual se efectuaba la comparación, a partir de los valores de
las tasas por edad. Si se aplican las estructuras causales a principios y fines del Siglo
XX lo que se obtiene son los Cuadros 2.9 y 2.10, que miden la importancia de la
reducción de la mortalidad por causa para cada grupo de edad, para hombres y mujeres
por separado.
Estos cuadros permiten ahora afinar en profundidad el análisis de los cambios
simultáneos por causas y edades de la mortalidad. En ellos se reflejan los diversos
cambios en la mortalidad por causas, en toda su amplitud (con la salvedad de que la
lista usada no permite mas desagregaciones). Dada la riqueza de estos cuadros, seria
posible realizar comentarios sobre cada una de las enfermedades consideradas, en
cada edad y para los dos sexos por separado. Pero sólo se van a efectuar algunos
pocos.
39
Es así que, si bien la mortalidad infantil en hombres se redujo en un 80% a lo largo del
Siglo XX, al considerar las causas de las muertes infantiles masculinas, se observa que
en las inmunoprevenibles, y TBC, la reducción fue 100%, casi 100% en meningitis y
diarreas y 90% en respiratorias. Reducciones similares de las mismas causas se dan
también en las edades hasta los 45 años. Vale lo mismo para las mujeres.
Pero si enfocamos nuestra atención a cuales son las causas que más contribuyeron a
esa caída de la mortalidad infantil, por ejemplo en hombres, hallamos que de las 808
muertes infantiles evitadas (por 1000 muertes infantiles en 1908-09 solo ocurren 192 en
1996-97), 352 (44 %), son por reducción de las diarreas, 170 (21%), por reducción de
las respiratorias y 106 (13%), por la casi desaparición de la meningitis. O sea que casi
el 80% de la reducción esta concentrada en estas tres causas.
Un grupo de edad que se podría tomar como emblemático para expresar los cambios
en la mortalidad por causa y edad simultáneamente, es el de 10 a 14 años. La causa a
considerar son las Infecciosas y Parasitarias. Mientras que a principios de siglo de cada
1000 defunciones, en cada sexo, correspondían a dicha causas 341 en hombres y 478
en mujeres, esos valores se reducen a 0 a fines de siglo. Para este mismo grupo de
edad la diferencia, a principios de siglo, entre sexos radica en la mayor mortalidad por
TBC en las mujeres.
Para el grupo de edad de 25 a 29 años, hombres, cuya tasa de mortalidad también se
redujo un 80% y la tasa de mortalidad por Infecciosas y Parasitarias se redujo a
prácticamente a 0, lo mismo que la meningitis y las respiratorias, presenta un aspecto
digno de destacar. Mientras que la mortalidad por causas externas se redujo – de 167 a
144- en comparación con principios de siglo, su importancia relativa dentro de la
mortalidad total del grupo de edad aumenta notoriamente, ya que pasa de ser el 17% a
ser el 76%. La mejor comparación que se puede hacer en este grupo de edad es entre
la TBC y las causas externas: a comienzos de siglo la TBC era una enfermedad que
causaba el 35% de las defunciones, más del doble de las defunciones debidas a
causas externas y a fines de siglo no se registra ninguna defunción por TBC. De la
misma manera que se comento mas arriba, este aumento de la mortalidad proporcional
por causas externas, ahora en un grupo de edad, no es posible interpretarlo como un
40
aumento de la mortalidad por accidentes y violencias.
En el mismo grupo de edad, 25 a 29 años, mujeres, se observa lo mismo que en
hombres, pero más notorio el cambio todavía. La tasa de mortalidad por causas
externas se redujo, pero su importancia relativa dentro de la mortalidad total del grupo
de edad aumenta, ya que pasa de ser el 3.5%% a ser el 36%. Pero en las mujeres la
TBC era el 45% del total de las muertes a comienzos de siglo y por cada defunción por
causas externas había 13 defunciones por TBC; a fines de siglo no se registra ninguna
muerte por TBC en esta edad. Incluso había mas del doble de muertes femeninas por
mortalidad materna que por causas externas y a fines de siglo sólo son la cuarta parte.
En casi todos los grupos de edad pasarían cosas similares. Por lo que significa de
diferente y por lo importante que son en la actualidad, pasemos a analizar lo que ha
ocurrido en los dos últimos grupos de edad: 75-79 años y 80 y más años.
En el grupo de edad 75-79 años la reducción fue del 36% en hombres (de 1000 a 640) y
de 54 % en mujeres (de 1000 a 463). En ambos sexos la causa que más explica dicha
reducción son las enfermedades cardiovasculares, seguidas por las respiratorias; en
esta última causa, respiratorias, la reducción ha sido mucho más importante en las
mujeres. Entre ambas causas representan el 70% de la caída en hombres y el 68% en
las mujeres. En hombres las otras causas que vieron reducir su mortalidad fueron las
enfermedades del aparato genitourinario, infecciosas y sistema nervioso, mientras que
aumentaron su importancia los tumores. Las mujeres redujeron también los tumores
además de las otras causas. En ambos sexos aumentaron las causas incluidas en el
grupo Resto, básicamente por las enfermedades mentales. Sin cambios en las Causas
Externas.
Para el grupo de 80 y más años la reducción fue del 15% en hombres (de 1000 a 847) y
de 25% en las mujeres (de 1000 a 755) el perfil de los cambios tiene modificaciones con
respecto al de 75-79 años: la reducción de las cardiovasculares y de las respiratorias es
del mismo orden; las causa que más bajaron después de las anteriores fueron las del
aparato genitourinario en los hombres y las enfermedades del sistema nervioso en las
mujeres. Aumentaron su importancia los tumores en los dos sexos y se aprecia un
deterioro en las causas externas en ambos sexos. En los hombres se observa un
41
deterioro de las enfermedades del sistema digestivo.
3- La mortalidad vista a través de la Esperanza de Vida (EV)
3.1 EV al nacer y otras edades
El total de muertes está determinado por el tamaño de la población, por la estructura de
edades y por el comportamiento diferencial de las tasas específicas por edad. Para
apreciar, medir y cuantificar el impacto que han tenido los cambios en la mortalidad por
edad en la longevidad de una población, se hace necesario introducir una medida
distinta de la TBM, que, al mismo tiempo que tenga en cuenta los cambios en las
mortalidades especificas, que ya fueron analizadas por separado, su valor no dependa
de la estructura de edades.
La mortalidad global tiene su mejor medida sintética en la Esperanza de Vida al Nacer,
(EVN), cuyo valor no está afectado por la estructura de edades. El valor de la EVN se
calcula a partir de la tabla de mortalidad. Las tablas de mortalidad son una herramienta
completa, lógica y técnica, para el análisis estadístico de la mortalidad, y de su
comportamiento por edad y sexo. Las diferencias entre las tablas de mortalidad de
distintas poblaciones- el mismo país en épocas diferentes o países diferentes en el
mismo periodo- radican únicamente en la distinta fuerza de la mortalidad en las edades
componentes.
Las tablas de mortalidad para Uruguay correspondientes a los periodos 1908/09 y
1996/97 se incluyen en el Anexo 3.
Los valores para Uruguay de la EVN, de 1908/09 a 1996/97, con valores intermedios
para 1950-55, 1963-64, 1974-76 y 1984-86, se presentan en el Cuadro 3.1. En el
Cuadro también se incluyen las Esperanzas de Vida (EV) a los 15 y a los 65 años.
La EVN aumentó 25.5 años en las mujeres y 20.5 años en los hombres durante el siglo
42
XX y 23 años al considerar ambos sexos en conjunto. Esto significa que Uruguay
todavía no pudo llegar a una EVN, para ambos sexos, de 75 o más años, aunque las
mujeres sí pasan ese nivel, con 77.7 años en 1996/97.
Son varios los elementos a destacar del análisis de la evolución de la EVN en Uruguay.
En primer lugar se destaca el alto valor a comienzos del siglo, de los más altos a nivel
mundial, (con un valor similar a la EVN de los países nórdicos de Europa, Australia y
Nueva Zelandia), indicando que, ya a fines del pasado siglo y comienzo del actual, se
habían procesado los cambios sociales conducentes a una reducción en la mortalidad.
En segundo lugar, es necesario poner de relieve, también, el alto valor a comienzos de la
segunda parte del siglo XX, 1950-55, que incrementa en 15.5 años el valor de 1908-09; o
sea que en la primera mitad de este siglo, la declinación de la mortalidad fue la mayor
observada en el país, reafirmando la permanencia de los cambios sociales favorables.
En tercer lugar los logros en la caída de la mortalidad se retardan claramente en la
segunda mitad del siglo: sólo 7.5 años de ganancia entre 1950-55 y 1996/97. Una
ganancia similar a la lograda en los primeros 50 años de este siglo daría una EVN de 82
años, para ambos sexos, en 1996-97, y a este valor se estima que Japón recién llegara
para el año 2025.
En cuarto y último lugar, hay que resaltar el comportamiento de la brecha entre la EVN
femenina y masculina: de 3 años a principios del siglo, se pasa a 6 años en los 50,
aumenta a 7 en los 70 y a casi 8 para fines de los 90. De acuerdo a las estimaciones de
Naciones Unidas para 1995-2000, con la excepción de algunos países (con diferenciales
iguales o mayores casi todos los países derivados de la ex Unión Soviética y sus aliados
europeos, y con brecha similar Brasil y Francia), ningún país tiene una brecha tan grande
entre sexos de la EVN. Esto además se ve claramente reflejado en el gran diferencial que
existe entre las EV a los a los 65 entre hombres y mujeres: en 1996-97 las mujeres tienen
una EV, a los 65 años, de más de 18 años y los hombres de 14 años.
3.2 Sobrevivencia
43
Pasaremos a analizar ahora cuales han sido los cambios registrados en el correr del siglo,
en lo que a la sobrevivencia se refiere. Por este término entenderemos cual es el % de los
que habiendo nacido llegan a cumplir una determinada edad, según sexo, de acuerdo a
los valores obtenidos a partir de las Tablas de Vida de los periodos considerados.
La postergación de la edad de muerte se la puede visualizar a partir de los Gráficos 27 y
28, en los cuales se presentan las curvas de sobrevivientes, una para cada sexo, con los
valores correspondientes a principios y fines de siglo. De acuerdo a la experiencia de
mortalidad vigente a principios de siglo, la cohorte de 100 000 se reducía a la mitad
alrededor de los 61 años en las mujeres y de los 57 años en los hombres; a fines de siglo
esa reducción a la mitad se presenta después de los 80 años en las mujeres y alrededor
de los 73 años en los hombres.
Las curvas según sexo son parecidas a principios de siglo, mientras que, a fines de siglo,
se aprecia la caída brusca en los hombres a partir de los 50 años de edad, mientras que
en las mujeres la pendiente es mucho más suave, excepto después de los 85 años. El
área entre la curva a fines de siglo y principios de siglo mide la ganancia en la longevidad
de la cohorte. Si hubiera que establecer una edad que establece un corte diferencial entre
las experiencias de mortalidad según sexo, se lo podría fijar en los 50 años. Es a partir de
esta edad donde las diferencias entre las tasas por sexo impactan más en la longevidad de
las poblaciones masculina y femenina. Esto también se ve reflejado, como se verá mas
adelante, en un comportamiento diferencial bien claro entre las causas predominantes en
los dos sexos.
En el Cuadro 3.2 se presentan los valores de los porcentajes de sobrevivientes para
dichos periodos, según sexo, hasta las siguientes edades: 5, 15, 45, 65 y 80. Dado que la
técnica de construcción de las Tablas de Vida supone tasas de mortalidad fijas, los valores
reales de la sobrevivencia deberían ser mayores en la realidad si trabajáramos con una
cohorte de nacimientos y las expusiéramos a tasas movibles de mortalidad (en general
mas bajas que las de la Tabla de Vida). Por ejemplo, el porcentaje de los sobrevivientes
hasta los 65 años en la tabla de 1908-09 se debería obtener mediante la aplicación de las
tasas de mortalidad infantil imperantes en dicho periodo, pero la tasa de la edad 1 a 4
debería ser la correspondiente a 1910-1913, la de 5 a 9 la de 1914 -1918, y así siguiendo.
Como la tendencia de las tasas a lo largo del tiempo para las distintas edades es a la baja,
44
lo anterior significaría mayor cantidad de sobrevivientes.
Para todas las edades y en ambos sexos los sobrevivientes aumentan en forma clara.
Pero es hasta los 45 años donde se observa un gran cambio en la sobrevivencia: mientras
que a principios de siglo había una caída de 20 puntos porcentuales entre 15 y 45 años, en
los dos sexos (83-84% a 63-64%), la caída a fines de siglo es solo de 2.7% en las mujeres
y de 5.5% en los hombres. Esto es el resultado de la gran caída que tuvieron las tasas de
mortalidad en ambos sexos entre esas edades; temporalmente es en la primera mitad del
siglo donde ocurre esa gran caída. Un fenómeno parecido se da entre los 45 y 65 años.
Cabe la observación aquí, que se va repetir al analizar la situación de quienes llegan a ser
octogenarios, y es la del gran aumento que tiene la sobrevivencia hasta los 65 años. Los
sobrevivientes casi se duplican entre principios y fines de siglo: mientras que a comienzos
del siglo llegaban a la tercera edad, 65 y más años, 37% de los hombres, a finales del siglo
lo hace el 71%; en las mujeres los valores correspondientes son de 44% y 85%. En
términos aproximados se puede decir que la probabilidad de llegar a la tercera edad se
duplico en el correr del siglo.
Pero es en la llegada a ser octogenario donde se aprecia uno de los grandes cambios
registrados en la situación demográfica de Uruguay, en especial en las mujeres. Estas
ultimas cuadriplican su valor al pasar de un valor de 16.5% a 57.1%; los hombres triplican
su valor pasando de 9.7% a 31.4%. O sea que, mientras a principios de Siglo 3 mujeres
de cada 20 llegaban a los 80 años, a fines de siglo ese valor sube a 11 de cada 20
mujeres. Para los hombres los valores correspondientes son de 2 hombres de cada 20
sobreviviendo a los 80 años, a principios de siglo, y, 6 de cada 20, a fines de siglo.
Si bien ha cambiado mucho la situación en lo que respecta a llegar a la tercera edad y a
ser octogenario, lo que ha cambiado muy poco es la mortalidad una vez que se es
octogenario. Para las mujeres a principios de siglo la EV a los 85 años era de 4.62 años y
a fines de siglo el valor es de 5.21; para los hombres los valores correspondientes son de
4.36 y 4.70. Del análisis de estos valores se destacan dos elementos:
1º. Las ganancias obtenidas, 0.6 años para las mujeres y 0.34 años para los hombres,
hablan por si solas de los limites- hasta ahora- biológicos para la prolongación de la vida.
45
Básicamente lo que ha ocurrido es una postergación de la muerte de edades jóvenes a
edades avanzadas y no una prolongación de la vida.
2º. A fines del siglo XX, en Uruguay, un hombre que llega a los 85 años vive, en promedio,
lo mismo que una mujer de 85 años a comienzos del mismo siglo.
3.3 Años ganados en la EVN: total, por subperiodo, edad y sexo
Ya se ha comentado anteriormente sobre la importancia que tuvo la reducción de la
mortalidad en la primera mitad del siglo, cuando se trataron los comportamientos de las
tasas según las distintas edades. Ahora lo que se va a analizar es el impacto cuantitativo
global que tuvieron las reducciones en esas tasas en la ganancia de la EVN.
Trabajando con las tablas de vida es posible descomponer los cambios en la EVN a lo
largo del siglo debidos a los cambios en las mortalidades de cada uno de los grupos de
edad, según sexo y subperiodo. Se lo ha hecho para los 5 subperiodos de tiempo:
1908-09 a 1950-55, 1950-55 a 1963-64, 1963-64 a 1974-76, 1974-76 a 1984-86 y 1984-
86 a 1996-97. En el Cuadro 3.3 aparecen los valores obtenidos, expresados en años y
también en días, para cada una de las edades consideradas y para los dos sexos por
separado, así como el porcentaje que significa la primera mitad del siglo con respecto a
la ganancia total.
El primer lugar en el aporte a la ganancia total en la EVN esta en la primera mitad del
siglo, entre 1908-09 y 1950-55, que representa las dos terceras partes de toda la
ganancia observada en el siglo, en los dos sexos; en segundo lugar esta la ganancia
aportada por la reducción de la mortalidad en el periodo 1974-76 a 1984-86, también en
ambos sexos (casi un 13% en hombres y poco más del 11% en mujeres); el tercer lugar
para las mujeres se presenta en el ultimo periodo analizado 1984-86 a 1996-97 y en los
hombres para el periodo 1950-55 a 1963-64. El periodo 1963/64 a 1974/76 es el que
presenta el menor aporte a la ganancia en la EVN, especialmente en los hombres.
Al analizar el comportamiento por edades de la contribución de la reducción en la
primera mitad del siglo la distribución presenta diferencias apreciables entre edades y
sexos, Gráfico 29. Es así que menos de la mitad de la contribución en la ganancia de la
EVN por la caída de la mortalidad infantil, 5.5 años, se origina en la primera mitad del
46
siglo. Muy por el contrario, para las edades de 1 a 34 años, del orden del 90% de la
ganancia aportada por la reducción en esas edades tiene su origen en la primera mitad
del siglo. A partir de los 35 años los valores de las contribuciones disminuyen pero
siguen siendo mayores que el 50% en las mujeres hasta los 64 años y hasta los 60
años en los hombres. Las contribuciones de la segunda mitad del siglo son
mayoritarias, en forma creciente, a medida que aumenta la edad, teniendo su máximo
valor en los hombres de 80 años y más, donde la contribución de la segunda mitad del
siglo es del 90% del total de la contribución aportada por la reducción en la mortalidad
en dicha edad y sexo.
Tanto en los hombres como en las mujeres, durante el siglo, 5.5 años son originados
por la reducción de la mortalidad infantil (menores de 1 año). La ganancia en la EVN
aportada por la reducción de la mortalidad infantil se descompone de manera desigual
entre los periodos considerados, ya que 2.5 años se originan en la reducción entre
principios y mediados de siglo, 0.8 años entre 1950-55 y 1963-64, un impacto negativo
pequeño o casi nulo de 1963-64 a 1974-76, para colaborar con más de un año de
ganancia en la EVN entre 1974-76 a 1984-86 y aportar casi un año de ganancia en el
ultimo subperiodo de 1984-86 a 1996-97.
En el Gráfico 30 se presentan cuales son los totales aportados por la reducción de cada
una de las edades a lo largo del siglo. De los 18 grupos de edad son los de menores de
5 años (menores de 1 y de 1 a 4) los que más han aportado a la ganancia en la EVN.
Después de esa edad los aportes de cada una de las edades son menores, aunque
significativos, siendo siempre mayor la ganancia, para un mismo grupo de edad, en las
mujeres.
Si se trabaja con grandes grupos de edad: menores de 1 año (lactancia), 1 a 14 años
(niñez), 15 a 44 años (edad reproductiva), 45 a 64 años (madurez) y 65 años y más
(vejez) es posible visualizar, por etapas de la vida, los aportes diferenciales que la
reducción de la mortalidad ha contribuido a la EVN. Al presentar esta visión aparece
claro de que el mayor aporte al aumento en la EVN esta dado por la reducción de la
mortalidad en la edad reproductiva, 15 a 44 años. Esto es más válido todavía para las
mujeres, cuya ganancia en la EVN, de 8 años, derivada de la reducción de la
mortalidad en la edad reproductiva, no solo es mayor que la obtenida por las menores
de 1 año, sino equivalente a toda la ganancia antes de los 5 años. En los otros grupos
47
de edad los aportes son apreciables, en especial en las mujeres que ganan 4.5 años
por reducción de 1 a 14, 4 años por reducción de 45 a 64 y 3.5 años por la reducción
en las edades 65 y más años.
3.4 Brecha entre sexos en la ganancia en la EVN en el siglo XX
Lo comentado anteriormente sobre la distinta trayectoria en el tiempo y por edades de la
reducción de la mortalidad según sexo se puede apreciar al analizar cual es el origen,
por edades, de la ganancia diferencial de la EVN, entre sexos, en el correr del siglo XX.
En el Cuadro 3.4 se presenta la brecha originada en este siglo, por los 18 grupos de
edad y la distribución porcentual de la ganancia diferencial en el correr del siglo de la
EVN favorable a las mujeres, 1817 días, 5 años más ganados que los hombres, según
el origen por grandes grupos de edad.
La mayor ganancia femenina de 5 años en el siglo, tiene su mayor explicación en la
reducción de la mortalidad femenina de los grupos de 65 años y más (tercera edad),
con 1.83 años, 37% del total, y por el grupo de 15 a 44 años (edad reproductiva), con
casi el mismo valor que el de 65 años y más, 1.79 años, 36% del total; la siguiente
ganancia diferencial, 0.75 años de EVN, es la aportada por el grupo de 45 a 64 años y
la cuarta por el de menores de 15 años con 0.60 años de EVN.
Si se consideran los grupos individuales de edad, el mayor aporte diferencial a la brecha
entre sexos, fue el grupo de 70 a 74 años, con 196 días, mas de 0.5 años de EVN; lo
siguen los otros grupos de la tercera edad y los de edad reproductiva. El grupo que
aportó menos es el de menos de 1 año de edad, con 7 días, seguido por el de 45 a 49
con 13 días.
48
4- Impacto en la longevidad de la población por los cambios en la mortalidad según
causas, por edad y sexo,
Aplicando la misma metodología ya utilizada en el capitulo anterior es posible pasar a
la descomposición de la ganancia de la EVN durante el siglo XX, según causas, para
cada uno de los grupos de edad y por sexo. Los resultados, Cuadro 4.1, nos permitirán
ahora cuantificar el impacto en el aumento de la EVN que tuvieron los cambios de las
tasas específicas de mortalidad por cada una de las causas consideradas, en cada
edad, en los dos sexos por separado. El impacto agregado, por todas las causas, en un
mismo grupo de edad, ya se vio al analizar los aportes que cada cambio de la
mortalidad por edad hizo al EVN. Los valores se presentan en días de EVN ganados,
para poder visualizar mejor el impacto de los cambios en la mortalidad; así, por ejemplo,
la disminución en hombres de las diarreas en los menores de 1 año tuvo un impacto de
872 días en el aumento de la EVN y de 830 días en las mujeres. Consistente con lo ya
comentado de aumento de las tasas por tumores en hombres de 60 años y más, se
tienen impactos negativos de 4 días en 60-64 años, de 25 días en 65-69 años, 9 días en
70 a 74 años, 14 días de 75 a 79 años y 48 días en los hombres de 80 y más años. El
valor total para los Tumores en hombres es negativo.
Al sumar los diversos valores, negativos y positivos, para una misma causa, a lo largo
de todas las edades, se obtiene un valor agregado que cuantifica el impacto global que
tuvieron en la EVN, los cambios de las tasas de mortalidad por dicha causa. Dicho de
otra manera: es posible medir el impacto en la EVN que tuvieron los diversos cambios
por edades de las tasas especificas por la causa considerada y por lo tanto
descomponer el cambio en la EVN según las diversas causas, de la misma manera que
antes se hizo para cada edad. La gran utilidad de esta medición del impacto por causa
en la longevidad de una población, medida esta longevidad por el valor de la EVN, es
que permite valorar, en un solo número, cuanto ha sido dicho impacto y por lo tanto
49
poder responder, en forma cuantitativa, si la evolución de tal o cual causa, en el tiempo,
ha sido positiva o negativa. La defensa metodológica esta en la propia defensa de la
Tabla de Vida, basada en valorar mas las defunciones a edades jóvenes que a edades
avanzadas. Por las propias características de la Tabla de Vida, basada en tasas, lo
anterior permite superar las dificultades e inconsistencias de trabajar con el método
directo o indirecto de tasas ajustadas para valorar el comportamiento en el tiempo o
entre poblaciones, ya que no depende de la estructura de edades de las poblaciones
consideradas. Los valores obtenidos mediante esta metodología sólo dependen de la
edad y de la fuerza de la mortalidad por edad y no del tamaño del grupo de edad. Esto
último significa que, por ejemplo, una reducción de 10 por 100.000 en una tasa por
causa del grupo de edad de 25 a 29 años, tiene un impacto positivo en la EVN, que
contrarresta el impacto negativo que tiene en la EVN un aumento de también un 10 por
100.000 en la misma tasa por causa del grupo de 30 a 34 años. Lo anterior se traduce
en que al sumar los dos impactos y obtener el valor para el grupo de 25 a 34 años, el
impacto será positivo, sin importar que el grupo de edad de 30 a 34 años sea, en
términos de magnitud poblacional, mucho más grande, que el de 25 a 29 años. En el
Cuadro 5.2 aparecen los valores agregados para todas las edades de las diversas
causas, para cada uno de los dos sexos, en días y años de ganancia en la EVN.
4.1 Análisis global por causas del impacto en la EVN de los cambios en la
mortalidad
Al considerar todas las edades, en el Gráfico 31, es posible apreciar las ganancias (o
perdidas) en la EVN, expresadas en años, debido a los cambios en la mortalidad por
causas, para los hombres y mujeres. Las Afecciones del Periodo Perinatal y las
Malformaciones Congénitas se han agrupado.
En un primer análisis global lo que se destaca es que para todas las causas, con
excepción de Tumores y Diabetes en hombres y del Resto en mujeres, los impactos de
los cambios en la mortalidad han sido positivos, o sea han aportado al aumento en la
EVN; incluso los aportes negativos son pequeños comparados con los aumentos
positivos. Excepto Causas Externas y Resto, donde la ganancia fue mayor en hombres,
en las demás causas consideradas la ganancia fue claramente mayor en mujeres. Las
ganancias son apreciables no solo para enfermedades transmisibles como las
infecciosas, meningitis y algunas respiratorias, sino también para las crónicas como las
50
cardiovasculares en ambos sexos y tumores en las mujeres.
La reducción de la mortalidad por Infecciosas y Parasitarias es la que más aporto al
aumento de la EVN, ya que su impacto contribuyó a un aumento de 9.8 años en
mujeres y de 8.8 años en hombres, representando el 43% de la ganancia total en
hombres y el 39% en mujeres.
En segundo lugar están las Respiratorias con un aporte de 5.9 años (23%) en las
mujeres y de 4.6 años (22%) en los hombres.
Estas dos causas, Infecciosas y Respiratorias, explican casi las dos terceras partes de
toda la ganancia en los dos sexos. Sólo por estas dos causas las mujeres aumentaron
en mas de 2 años la diferencia, en la EVN, con respecto a los hombres, durante el siglo
XX
Para la tercera causa en importancia en el impacto se establece una diferencia por
sexo: mientras dicho lugar es para las Cardiovasculares en mujeres, con mas de 3 años
de ganancia (donde casi también le saca un año de ventaja a los hombres), en los
hombres ese tercer lugar lo ocupan las enfermedades del sistema nervioso, con 2.7
años; estas últimas ocupan el cuarto lugar en las mujeres, mientras que las
cardiovasculares están en cuarto lugar en hombres.
Las enfermedades del sistema genitourinario y las digestivas ocupan el quinto y sexto
lugar en ambos sexos, con ganancias un poco mayores en mujeres. Los Tumores
aportan 0.75 año y las Maternas 0.5 año a la ganancia en mujeres. Las Afecciones del
Periodo Perinatal y Anomalías Congénitas agregadas, en ambos sexos, aportan un
valor de 0.25 año a la ganancia.
En términos generales se podría decir que la ganancia de los casi 5 años que las
mujeres le sacan a los hombres se reparte de la siguiente manera: poco menos de 1.5
años por las Respiratorias, poco más de 1 año por TBC, casi un año por Tumores y
Cardiovasculares cada una y otro medio año por las Maternas.
Al considerar los valores de las ganancias en las Infecciosas y Parasitarias, según
causas, se destacan algunos aspectos; en las mujeres es la reducción por TBC, con
4.6 años de aporte a la ganancia, la primera en aportar a la ganancia en la EVN,
superando a las diarreas y aporta casi la mitad de la ganancia en mujeres por las
51
infecciosas. Las diarreas son la principal causa de ganancia en los hombres, con poco
menos de 4 años y la segunda en las mujeres, también con casi 4 años. En un tercer
lugar están las inmunoprevenibles, con un valor de 0.7 años en los dos sexos. Los
valores en años de las ganancias por diarreas, inmunoprevenibles y resto, son similares
en los dos sexos. La diferencia en la ganancia según sexo en las infecciosas proviene
de la mayor ganancia de las mujeres por TBC.
4.2 Ganancia por edad, sexo y causa
En los Gráficos 32, 33, 34 y 35 se presenta una visualización, más detallada, de cual
ha sido el comportamiento de las ganancias por tipo de causa, mediante la contribución
de las diversas edades: en los Gráficos 32 y 33 para las edades menores de 5 y en las
Gráficos 34 y 35 para las edades de 5 años y más.
Los aportes por causa a la ganancia dentro de los menores de 1 año se explican por el
impacto en la reducción, en primer lugar, de las infecciosas, con poco mas del 50% del
total del impacto en la EVN por la caída de la tasa de mortalidad infantil. Lo anterior
significa que sólo la reducción de las Infecciosas en los menores de 1 año, aportó tres
años al aumento en la EVN; en segundo lugar las respiratorias, del orden del 20% y en
tercer lugar, con poco menos del 20%, las enfermedades del sistema nervioso,
básicamente meningitis. Dentro de las infecciosas el 80% es por reducción en las
diarreas. El único impacto negativo esta dado por las Causas Externas, en los dos
sexos. El comportamiento es similar en ambos sexos para las diversas causas, aunque
se aprecia una mayor ganancia en las mujeres en las respiratorias.
En lo que respecta a la ganancia en el grupo de 1 a 4 años, las tres causas que
explican la gran mayoría del aporte de dicho grupo de edad a la EVN son las mismas
que para menores de 1 año. Las tres causas explican el 95% del total en este grupo de
edad. Dentro de las infecciosas, el 60% es por reducción en las diarreas. La meningitis
es la principal aportante dentro de las enfermedades del sistema nervioso. A diferencia
de menores de 1 año, las causas externas presentan un impacto positivo. Se reafirma la
mayor ganancia en las mujeres de las respiratorias que continuará para las restantes
edades. El comportamiento para las diversas causas es similar en ambos sexos.
Para las restantes edades, 5 años y más, los valores en los rangos y magnitud de las
ganancias son diferentes, en especial a partir de los 10 años. Salvo las excepciones
52
anotadas de Causa Externa y Resto, en las cuales el impacto total en hombres fue
mayor que en mujeres, (resultado de que para varios grupos de edad, las ganancias
eran mayores en hombres), para los demás grupos de causas, las ganancias de las
mujeres, en los diversos grupos de edad, son siempre mayores que en los hombres
salvo las enfermedades del sistema nervioso entre 35 y 64 años y las enfermedades del
sistema genitourinario de 60 años en adelante. En estos casos las ganancias
masculinas son mayores que las femeninas, pero se ven contrarrestadas por mayores
ganancias femeninas, en las últimas edades para las enfermedades del sistema
nervioso, y en edades más jóvenes para las del sistema genitourinario.
Varios aspectos se destacan al analizar los datos sobre la ganancia por edad, causa y
sexo:
1º. Las Infecciosas y Parasitarias son la principal causa que aporta a la ganancia de la
EVN, no sólo por el impacto de la reducción de dichas enfermedades en los primeros
años de vida, sino, mayoritariamente, por el impacto en las edades posteriores a 5
años; en las edades de 5 y más años el aporte de la reducción de las infecciosas a la
EVN es del orden de 60% de todo el aporte por las infecciosas. De ahí que se conserve
como principal causa hasta los 49 años en las mujeres y los 59 años en los hombres.
Además se mantiene dentro de las 5 principales causas para las restantes edades, en
los dos sexos, por igual, aunque con distinto rango.
Dado que para las Infecciosas y parasitarias se uso una desagregación en Diarreas,
Inmunoprevenibles, TBC y Resto, es posible analizar cual ha sido el comportamiento de
las ganancias por edades de cada una de estas desagregaciones y poder visualizar el
distinto comportamiento por edades de las mismas, Gráficas 36 y 37. Ya se vio que la
ganancia de las Infecciosas estuvo dominada por las ganancias de las diarreas y de la
TBC, que incluso se intercambian el primer lugar dentro de las infecciosa, ya que
mientras la TBC es la principal causa en mujeres, las diarreas lo son en los hombres.
Al analizar el panorama por las diversas edades si encontramos diferencias apreciables,
tanto sea en el orden como en la importancia.
Las diarreas concentran sus ganancias en los menores de 5 años, donde se presenta
mas del 75% de toda la ganancia por dicha causa; sigue con ganancias, menores a las
de la primera infancia, aunque importantes, hasta los 49 años y después valores
53
menores.
Es entre los 15 y 69 años que la TBC se convierte en la principal causa dentro de las
Infecciosas, con valores que llegan a ser hasta el 90% de toda la ganancia por
Infecciosas, en una edad (por ejemplo en las mujeres de 50-54 años). Las ganancias se
presentan en todas las edades, aunque los valores mas altos se presentan entre los 15
y los 69 años. Los más de 400 días de diferencia en la EVN en la ganancia femenina
que la masculina, significan mas de 1 año de vida que las mujeres le sacan a los
hombres, se concentran casi totalmente entre los 15 y los 44 años. Es por lo tanto la
TBC la que permite mantenerse a las Infecciosas como la principal causa hasta los 49
años en las mujeres y hasta los 59 en los hombres
2º. Siendo las enfermedades respiratorias, en términos globales, l a segunda causa en
importancia, tanto en hombres como en mujeres, los valores de las ganancias, son, en
casi todas las edades, mayores en mujeres que en hombres y a partir de los 65 años
claramente mayores, ya que en esas edades le sacan poco menos de un año a los
hombres en el aporte a la EVN. En todos los grupos de edad de las mujeres, incluso los
menores de 5, es la segunda causa en importancia, excepto en las mujeres de 80 y
más, donde es la principal causa, con 0.5 años de impacto en la EVN femenina. Es de
destacar aquí la gran semejanza que tienen, en los hombres, a partir de los 25 años de
edad, los valores de las ganancias de las respiratorias y las CV.
3º. El impacto mayor de la ganancia por CV en las mujeres. Estas causas se convierten
en la principal fuente de ganancia en las mujeres a partir de los 50 años y hasta los 79
años de edad. Debido a ese hecho, las CV se convierten en la tercer causa en las
mujeres, mientras que son la cuarta en hombres. En los hombres la aparición de las CV,
como fuente de principal ganancia, es más tardía, a partir de los 70 años de edad y en
estas edades la ganancia es menor que en las mujeres. Si bien en los grupos más
jóvenes los hombres tienden a ganar mas que las mujeres, a partir de los 50 años de
edad, los valores femeninos son claramente mayores que los masculinos y con valores
mucho más altos que los de los grupos jóvenes. Se debe agregar que las CV están
presentes, dentro de las 5 primeras causas, en casi todas las edades, en ambos sexos,
a partir de los 25 años de edad.
5º. Solo Infecciosas, CV y Respiratorias aparecen en los dos primeros lugares, para
todas las edades, en ambos sexos.
54
6º. Las enfermedades del sistema nervioso aportan casi lo mismo en hombre que en
mujeres, pero por la mayor ganancia femenina en CV, aparecen como la cuarta en
mujeres y tercera en hombres. El 60% de dicha ganancia la aporta la reducción de las
meningitis, que además esta concentrada en los menores de 30 años de edad, en
ambos sexos. Mientras que en los hombres está presente dentro de las 5 primeras
causas en casi todas las edades, en las mujeres solo aparecen en los grupos jóvenes y
en las edades avanzadas. Los valores masculinos de las ganancias tenderían a ser
mayores en las edades mas jóvenes y los femeninos en las últimas edades, dando
como resultado global esa similitud de los valores agregados para todas las edades.
7º. El caso de los tumores es el que presenta una mas clara diferenciación por sexo, ya
que mientras las mujeres presentan un valor agregado positivo, los hombres no.
Mientras que hasta los 29 años, en ambos sexos, las ganancias son negativas, aunque
pequeñas, de los 30 años a los 59 años hay ganancias positivas en los dos sexos; eso
sí, siempre mayor en las mujeres. Pero, a partir de los 60 años de edad, los hombres
tienen claras pérdidas, mientras que las mujeres, excepto el ultimo grupo abierto de
edad, 80 años y más, continúan con sus claras ganancias. Mientras que en las mujeres
aparecen dentro de las 5 primeras causas entre los 50 y 79 años, en los hombres solo
aparece como quinta causa en el grupo de 50-54 años.
Si se hubiera podido dentro de los tumores separar en tres categorías; los estrictamente
femeninos (mama, útero, ovario, etc.), estrictamente masculinos (próstata, etc.) y los
compartidos, la brecha diferencial en esta ultima categoría hubiera sido mucho mayor.
Sobre esto último se volverá en el capitulo correspondiente a perspectivas, donde se
analizará la ganancia potencial, trabajando con una lista mas completa para los años
correspondientes, a lo que estamos llamando fines de siglo, y que son 1996 y 1997.
Esta nueva lista permitirá hacer esa distinción y por lo tanto valorar cual es la brecha en
tumores compartidos por ambos sexos. Ahí se podrá ver la importancia tremenda que
tiene, hoy en día, esa problemática en el Uruguay.
8º. Las enfermedades del sistema genitourinario son, en términos agregados, la quinta
causa en los dos sexos, con ganancia mayor en las mujeres, resultado de claros valores
mayores entre los 25 y 44 años. Mientras que en las mujeres aparece dentro de las 5
principales causas a partir de los 25 años, en los hombres solo aparece después de los
45 años.
55
9º. Las enfermedades del sistema digestivo son la sexta causa en ambos sexos y
también el valor femenino agregado, un año, es mayor al masculino de casi 9 meses.
Las mayores ganancias se dieron en las edades de 25 a 49 años, en los dos sexos.
años de edad y es hasta esta edad que aparecen en las 5 principales causas.
10º. En las Causas Externas la ganancia masculina supera a la femenina. Para varios
grupos de edad, en hombres, aparece como tercera cuarta o quinta causa; en las
mujeres sólo aparece como cuarta causa en el grupo de 5 a 9 años. Mientras que en las
mujeres aparecen valores positivos hasta los 35 años, para después tender a pasar a
valores negativos, en los hombres los valores positivos se presentan hasta los 44 años,
teniendo el mismo comportamiento que las mujeres a partir de esa edad con valores
negativos.
Este comportamiento de las Causas Externas, en ambos sexos, tiende a controvertir lo
que se afirma sobre el aumento de las mismas como causa de defunción con el paso
del tiempo. Tanto sea por el análisis de las tasas por edad para Causas Externas, como
por la medición global del impacto en la EVN, los resultados transmiten la información
de que la situación de mortalidad, por este tipo de causas, mejoró, poco, pero mejora al
fin, entre principios y fines de siglo.
11º. En las mujeres hay una ganancia de 181 días en la EVN por reducción de las
muertes maternas por embarazo, parto y puerperio; ganancias en todas las edades de
10 a 54 años, presentando sus valores mayores entre 20 y 29 años, con el 50% de toda
la ganancia.
Veamos ahora como es ese comportamiento cuando la comparación la hacemos con
respecto a la ganancia en la vida reproductiva de las mujeres, definida como las edades
entre 10 y 49 años, Gráfico 38. En forma agregada las maternas contribuyen en el
orden del 5% de la ganancia total que tuvieron las mujeres en esas edades. Si
juntamos las edades 40-44 y 45-49 años, la forma es casi simétrica, con un valor
máximo en la edad 25-29 años con un valor superior al 9% y después valores menores
a medida que la edad sube y la edad baja, aunque los valores, en %, son un poco
mayores en las edades jóvenes que sus correspondientes edades simétricas.
12º. La diabetes presenta una situación con muy pocos cambios, con una pequeña
perdida en hombres y una pequeña ganancia en mujeres. Si bien ambos sexos
56
presentan un deterioro a edades altas, 75 y más, mientras las mujeres obtuvieron
pequeñas ganancias a edades mas tempranas, 55 a 74, los hombres casi no ganan
nada en ninguna de esas edades.
13º. Es en las crónicas y respiratorias donde las mujeres por sus mayores ganancias en
las diversas edades, le sacan 4 años de diferencia a los hombres en el siglo XX. Los
hombres ganan por esas causas pero las mujeres ganan más. Esto se debe a una
reducción de la mortalidad en edades más jóvenes en las mujeres. Dado el gran
diferencial en 1996/97 entre hombres y mujeres por las EPOC (enfermedades
pulmonares obstructivas crónicas), es posible aventurar la hipótesis de que la mayor
ganancia de las mujeres en las respiratorias también sea debido a enfermedades
crónicas como las EPOC.
14º. La mayor ganancia femenina comparada con la mas culina, hasta los 49 años, se
concentra básicamente en dos causas: TBC y muertes maternas. A partir de los 50
años es el comportamiento de las crónicas (incluidas las respiratorias aquí por lo ya
comentado anteriormente), mucho mas favorable a las mujeres, lo que explica el
diferencial en la EVN ganada por las mujeres y la ganada por los hombres. Dicha
diferencia aumenta a medida que la edad avanza.
57
5 Impacto socioeconómico de la reducción de la mortalidad
Para este análisis se agruparon las edades en tres grandes grupos o etapas: Menores
de 15 años (niñez), de 15 a 64 años (edad productiva) y 65 años y más (tercera edad).
Se consideran como edades no productivas a la niñez y tercera edad. A los efectos de
este análisis, se entenderá por impacto socioeconómico de la reducción de la
mortalidad a las consecuencias que ha tenido la reducción de la mortalidad en el siglo
XX en tres aspectos:
a) Estructura de los años vividos por etapas
b) Aumentos de los años vividos por etapas
c) Relación entre los aumentos en las edades no productivas y el aumento en la etapa
productiva.
Los valores se presentan en los Cuadros 5.1 a 5.3, para principios de siglo, mediados y
fines del siglo XX. Si se tomara otro corte para la determinación del comienzo de la
edad productiva, cambiarían los valores, pero no la esencia de los resultados
tendenciales del siglo XX.
Con respecto al primer aspecto, estructura de los años vividos, lo primero que se
destaca es el poco cambio en el porcentaje de la edad productiva, 15 a 64 años, a lo
largo del siglo. En los hombres la vida en edad productiva es del orden de las dos
terceras partes de toda su vida (66%-65%), mientras que en las mujeres esos
porcentajes son un poco menores pero del mismo orden (64%-61%). En ambos sexos
esos porcentajes tenderían lentamente a la baja. Los años vividos en la niñez o sea los
vividos antes de los 15 años, ven reducir su participación de una cuarta parte, alrededor
del 25% de todo lo vivido, a una quinta parte, circa 20%, en los dos sexos. El
incremento relativo mayor se presenta en los años vividos en la vejez, en especial las
58
mujeres; estas casi duplican su porcentaje, de un 11% a un 20%; como tendencia hay
una clara tendencia a que estos porcentajes aumenten.
Estos cambios en los años vividos en la niñez y tercera edad conducen a que las
mujeres nacidas a fines de siglo viven mas en la tercera edad que en la niñez; en los
hombres, por la mayor lentitud en la reducción de las tasas masculinas en las edades
de la adolescencia, adultez y tercera edad, ese fenómeno todavía no se ha presentado,
pero es sólo cuestión de pocos años más. Como era de esperar los cambios más
grandes se dieron en la primera mitad del siglo.
En lo que se refiere al segundo aspecto, aumento de los años vividos, los cambios son
más notorios y diferenciales por sexo. Compatible con el aumento de la EVN en total,
los hombres han visto aumentar sus años vividos en el siglo XX en un 41% mientras
que en las mujeres ese % casi llega al 50%. Al descomponer por etapas de la vida los
cambios son bien diferentes. En la niñez, y para ambos sexos, los valores son similares,
13% y 14%. Como vida productiva los valores son también similares, con alrededor de
un 40% de aumento. Es en la vejez donde los valores son mayores y también donde las
mujeres superan claramente a los hombres: 180% frente a 148%. Estos últimos valores
significan que las mujeres que llegan a la tercera edad viven casi el triple de lo que
vivían antes al llegar también a la tercera edad (a mediados del siglo habían duplicado
su vida como tercera edad). En lo que respecta a como se descomponen en el siglo
esos aumentos por etapas, lo que se observa claramente, es que es el grupo de 15 a 64
años el que se vio mas favorecido en la primera mitad del siglo, seguido por el de la
niños, mientras que el de 65 y más años, si bien también la mayoría del aumento se
origina en la primera mitad del siglo, el aumento en la segunda mitad es muy apreciable
y casi llega al 45% del total.
Ahora se verá el tercer aspecto ya que se analizara como son los comportamientos
comparativos, durante el siglo XX, de las etapas correspondientes a la niñez y a la
tercera edad, tomando como base de comparación el aumento de la vida productiva. Al
considerar los años vividos en edad productiva los hombres aumentan en un 39% y las
mujeres en un 41%. Estos últimos valores significan un aporte muy grande a la vida
productiva, pues es el impacto que ha tenido la reducción de la mortalidad en la
economía vía el aumento real de la oferta de la fuerza de trabajo. Este impacto en el
aumento de los años en vida productiva tiene dos fuentes; la primera es el aumento de
59
los que llegan a la edad formal de comienzo de la vida productiva, 15 años, por
reducción de la mortalidad en la niñez y la segunda por la propia reducción de la
mortalidad en los años de vida productiva, 15-64 años. Como ya se vio en el párrafo
anterior la cantidad total de años vividos aumentó en un 41% en los hombres y casi un
50% en las mujeres y tiene comportamientos diferentes en la niñez y la tercera edad. El
valor total del aumento de las mujeres, 49%, es mayor que el aumento de la vida
productiva de las mujeres, 41%, indicando ya una tendencia que implica que las
ganancias por etapas se están desequilibrando.
La manera de estudiar las relaciones entre las distintas etapas es mediante la
comparación, para cada sexo, de que porcentaje representan los años de aumento en
la niñez y tercera edad obtenidos durante el siglo XX, en conjunto y por separado, con
respecto al aumento de años en vida productiva. Esto permite ver mejor los cambios en
las distintas etapas, ya que tiene en cuenta los tamaños de edad de las tres etapas;
esto es importante ya que la etapa de vida productiva incluye 50 años y es la etapa
más larga en edad de las tres.
En forma agregada el aumento en la primera y tercera etapa de la vida representan el
60.5% del aumento de los años vividos por los hombres en edad productiva y el 85.1%
del aumento de los años vividos por las mujeres en la etapa de vida productiva. Al
desagregar el origen de dicho porcentaje se aprecia que la gran mayoría del mismo
proviene del aumento en la tercera edad. En las mujeres esto último es muy superior a
los hombres, ya que por 100 años de aumento de la vida productiva, hay 72.6 años de
aumento en la tercera edad y solo 12.5 de la niñez femenina; en los hombres por 100
años de aumento en la vida productiva, hay 46.3 años en aumento de la tercera edad y
14.1 en la niñez. Si diéramos el mismo valor económico a los años en vida productiva o
activa de 15 a 64 años y a los años vividos como pasivos (niñez o tercera edad) y si
toda la población en edad activa trabajara se podría decir que el impacto
socioeconómico de la reducción de la mortalidad ha sido positivo pues existe un saldo
positivo de 39% en los hombres y de 15% en las mujeres.
Es claro de que este último ejercicio sobre el impacto socioeconómico es utópico,
aunque no en su totalidad. La parte real esta dada por el comportamiento de la
estructura de los años vividos ya que estos datos provienen de las tablas de vida y
estas están sujetas a los cambios que puedan ocurrir, que, salvo crisis demográficas,
60
implican un claro aumento del % vivido en la tercera edad, que balancea las pequeñas
caídas de los %s de la niñez y vida productiva. Lo utópico esta dado básicamente por la
participación real en la actividad laboral. Así, según los datos del Censo de 1996, la tasa
de participación de los hombres de 15 a 64 años es de 75.1%, y, de las mujeres, 47.4%;
o sea 3 de cada 4 hombres y 1 de cada 2 mujeres trabajan realmente. Por otro lado el
23% de los hombres y el 9% de las mujeres de 65 años y más, trabajan. Existe
actividad laboral de los menores de 15 pero es pequeña y una parte importante de los
jóvenes de 15 a 24 años estudia. Si se tomaran estos datos y se establecieran valores
económicos, no necesariamente iguales, para las distintas edades, podría mejorarse la
apreciación de cual es el impacto real hoy de los cambios demográficos sobre la
socioeconomía de la sociedad uruguaya. Ese impacto positivo que se estimó es claro
que disminuiría, e incluso se pueda volver negativo.
61
6- Situación actual y perspectivas
6.1 Brecha entre sexos en la EVN en 1996/97: Total, por edad y por causa
Por brecha se entenderá la diferencia en la EVN entre sexos; en 1996/97 es de 7.77
años, favorable a las mujeres. En el Cuadro 6.1 se presenta dicha brecha, según el
aporte que a dicha brecha aportan los diferenciales de mortalidad de cada uno de los
18 grupos de edad y en el Cuadro 6.2 según grandes grupos de edad.
En lo que respecta a la brecha actual de 7.77 años, 3.1 años (40% del total), se originan
en la menor mortalidad de las mujeres a partir de los 65 años; un valor poco menor, 2.8
años (36%) en la menor mortalidad de las edades entre 45 y 64 años. El grupo de 15 a
44 años aporta 1.4 años (18% del total), siendo el menor aporte el de los grupos hasta
15 años que solo aportan un total de 0.5 años (6%).
Aparece claro entonces que la posibilidad de reducir sustancialmente la brecha entre
sexos, esta estrechamente asociada a la reducción de la mortalidad en todos los grupos
de edad y en especial de los hombres de 15 años y más, ya que en ellos está el 94% de
la brecha. Vale la pena agregar aquí lo ya comentado anteriormente, sobre el hecho de
que la brecha entre sexos está aumentando con el correr de los años: para 1984-86 era
de 7 años, y creció en casi un año entre dicho periodo y 1996-97.
En términos globales la caída de la mortalidad en las mujeres no sólo fue mas temprana
en el tiempo, sino que además disminuye mas que en los hombres, con el aumento de
la edad. Anteriormente se había dicho que un corte de edad importante a partir del cual
se intensificaba la ganancia en las crónicas comparadas con las de los hombres era el
de 50 años de edad. Al analizar por los grupos mas finos de edad, se aprecia un avance
claro de las mujeres frente a los hombres también a partir de los 50, ya que la brecha
comienza a aumentar hasta llegar a casi un año de diferencia en la EVN por la menor
mortalidad femenina en cada uno de los 4 grupos quinquenales de 55 a 74 años.
62
Si lo anterior brindaba información sobre el comportamiento por grupos de edad de la
brecha entre sexos, es posible también y aplicando la misma metodología que se uso
para calcular el impacto en la EVN, de los cambios en la mortalidad por edad, sexo y
causa, calcular cual es el comportamiento de la brecha, pero ahora para cada edad y
sexo, según las distintas causas. O sea lo que se va a responder es a la pregunta:
¿cuantos días de EVN gana (o pierde) la mujer comparada con el hombre por tener una
mortalidad inferior (superior) en XXX puntos por la causa YYY en la edad ZZZ?
Como no hay necesidad de una lista de causas que sea comparable a la de principios
del siglo XX se ha trabajado con una lista, correspondiente a la CIE 10, mucho más
amplia que la considerada hasta ahora. De los 18 capítulos de causas definidas de la
CIE 10 (las mal definidas fueron repartidas), dos no se han considerado por su
mortalidad nula y que son Ojo y Oído (capítulos VII y VIII de la CIE 10) y dos se han
agrupado debido a su escasa incidencia en la mortalidad, Piel y Sistema osteomuscular
(Capítulos XII y XIII). Dada la naturaleza de la clasificación usada no es necesario
incluir un grupo Resto ya que toda la mortalidad está incluida en los 15 capítulos.
Se han considerado aperturas más desagregadas por capítulo que para el estudio
anterior. Los capítulos que se han desagregado son: Infecciosas y Parasitarias,
Tumores, Cardiovasculares, Endocrinas, Respiratorias y Causas Externas. Este ultimo
capítulo incluye a su vez subdesagregaciones dentro de los Accidentes. Dentro de las
Cardiovasculares, una subdesagregacion dentro de las Isquemicas, Infarto agudo del
miocardio. Es un total de 15 Capítulos de causas, con 36 desagregaciones. Los valores
con las tasas para mujeres y hombres aparecen en los Cuadros 3 y 4 del Anexo 2. En
el Cuadro 6.3 están los valores de la brecha, medida en días de EVN, para la lista
completa de causas y según las edades consideradas. Valores negativos, entre
paréntesis, indican que la brecha es favorable a los hombres. En el mismo Cuadro
también aparece el total por causa y la estructura porcentual de este total por causa;
esta estructura porcentual para los 15 capítulos es la que se presenta en el Gráfico 39.
Los Tumores y Cardiovasculares aparecen con un mismo valor, 25.6% y comparten el
primer lugar, seguidos muy de cerca por las Causas Externas, con 23.6%. Entre las tres
causas explican las tres cuartas partes de toda la brecha entre las EVN femenina y
masculina. En los lugares siguientes vienen las Respiratorias, con un 12% y las
Digestivas con un 6%. Las restantes causas aportan el porcentaje que falta,
63
encabezadas por las Afecciones del Periodo Perinatal y las Infecciosas, con un 3%
cada una. En sólo tres de los 15 grupos causales la brecha es negativa, indicando una
mayor fuerza de la mortalidad en las mujeres: uno de ellos es obvio que así sea, ya que
solo considera las muertes maternas; los otros dos son: Enfermedades de la piel, tejido
subcutáneo, sistema osteomuscular y tejido conjuntivo y Enfermedades de la sangre,
órganos hematopoyeticos y ciertos trastornos que afectan el mecanismo de la
inmunidad. Si sólo se consideran, en el capitulo de tumores, a los efectos de
comparación, los tumores aquellos compartibles en los dos sexos, o sea sin tener en
cuenta los tumores de mama, útero y ovario en las mujeres y de próstata en los
hombres, la brecha por ese tipo de tumores subiría al 31.4% del total de la brecha entre
sexos. O sea que de hecho la principal causa que ocasiona la brecha entre sexos esta
originada en los tumores.
Al analizar la composición de la brecha dentro de los grupos causales en los cuales se
hizo una desagregaron por causas se pueden ubicar mas fácilmente los orígenes de la
misma.
Así el 50% de la brecha por tumores se debe a la más alta mortalidad por tumores del
pulmón, traquea y bronquios; solo por esta causa (tabaquismo?) las mujeres tienen un
año mas de EVN que los hombres; un 30% de la brecha se origina en los tumores de la
boca, faringe, laringe, esófago y estómago.
En las cardiovasculares con mas del 50% del total están las isquémicas (dentro de las
isquémicas es el infarto agudo el que más colabora para la brecha) y después las
cerebrovasculares con poco mas del 15%.
El tercer grupo causal aportante a la brecha son las Causas Externas, con un valor
cercano a las dos primeras causas, tumores y cardiovasculares. Las dos terceras partes
se deben a los accidentes de todo tipo, la cuarta parte a los por suicidios y el porcentaje
restante por homicidios. Dentro de los accidentes se destacan los accidentes de
tránsito, en primer lugar, y las caídas, ahogamientos y fuego en segundo lugar. Los
suicidios tienen un impacto en la brecha similar a los accidentes de tránsito.
Dentro de las respiratorias, como ya era de prever, la principal causa aportante a la
brecha entre sexos la constituyen las respiratorias crónicas de las vías inferiores, con
casi el 70% de la brecha por todo el capítulo de respiratorias.
64
Por último en las infecciosas, como símbolo de fines del siglo XX, la principal causa
aportante a la brecha es el SIDA con el 40% de la brecha, seguida, con valores
menores y semejantes, por la septicemia y la TBC.
Al analizar el comportamiento por causa, según edad, se tiene que:
1º. La brecha en tumores se debe a la menor mortalidad femenina a partir de los 45
años. Para los grupos anteriores de edad de 25 a 44 años, la brecha es favorable a los
hombres, por la incidencia de los tumores específicos de las mujeres- mama, útero y
ovario- en esas edades.
2º. La brecha por cardiovasculares comienza a notarse desde edades tempranas, 35
años, y sigue hasta el final de la vida, teniendo sus máximos valores entre los 55 y 74
años, con más de 100 días de brecha en cada uno de los 4 grupos de edad entre esas
edades.
3º. La brecha por causas externas se presenta en todas las edades, con excepción de
5-9 años, presentando los valores mas altos entre los 15 y los 64 años, con máximos
valores entre 20 y 29 años.
4º. La brecha por res piratorias, con valores positivos, pero pequeños, hasta los 39 años,
comienza a crecer desde los 40 y llega a su máximo en el ultimo grupo de edad, 80 y
más años; para este grupo de edad, sólo los tumores causan más brecha que las
respiratorias.
5º. La b recha por enfermedades digestivas si bien está presente en casi todos los
grupos de edad (la excepción es 35-39 años con valor negativo, casi nulo), los valores
comienzan a notarse después de los 40 años y en especial entre 45 y 69 años.
6º. La brecha por Infecciosas, que en total es pequeña, presenta algunas
particularidades, ya que es negativa en los menores de 1 año (por diarreas
exclusivamente), en el grupo de 5-9 y en el grupo de 15-19. De 20 años en adelante
siempre es positiva.
65
7º. La brecha negat iva por enfermedades de la sangre, órganos hematopoyeticos y
ciertos trastornos que afectan el mecanismo de la inmunidad esta basada
exclusivamente en la brecha negativa del grupo de 80 años y más, donde la mortalidad
femenina es claramente mayor a la masculina.
6.2 Ganancia en la EVN por eliminación de la mortalidad hasta una edad
En el Cuadro 6.4 se trata de dar una respuesta a la pregunta sobre cuales serian las
posibles ganancias que se obtendrían en la EVN si las tasas de mortalidad fueron
menores. Una primera aproximación es que pasaría con la EVN si no hubiera
defunciones antes de determinada edad. Para nuestro caso las edades consideradas
son: antes del primer año de vida, antes de los 5, antes de los 15, antes de los 45, y
antes de los 65. Para el calculo se supone que las tasas de los grupos mas viejos que
los considerados quedan igual.
La reducción total de la mortalidad infantil haría subir la EVN, en 1.4 años en los
hombres y en 1.2 años a las mujeres, llevando la EVN de los hombres a 71.3 años y a
las mujeres a 78.9 años.
El aporte de los grupos de edad 1 a 4 y de 5 a 14, agregarían poco al aumento de la
EVN, reflejando el hecho de que es en esos grupos de edad donde se registran las
menores tasas de todas las edades y por lo tanto el menor aporte a la ganancia en la
EVN.
Lo anterior expresa cuantitativamente que la brecha entre sexos en la EVN tiene escasa
relevancia en el aporte diferencial que pueda ocasionar la menor mortalidad femenina
antes de los 15 años.
Hay una ganancia apreciable si se reduce toda la mortalidad antes de los 45 años de
edad: poco más de 4 años en los hombres y poco menos de 3 en las mujeres. Se
aprecia a partir de lo anterior que la brecha entre sexos comienza a originarse en la
adolescencia. Para las mujeres la reducción de la mortalidad antes de los 45 años le
permitiría pasar los 80 años de EVN.
La importancia relativa que todavía tiene la mortalidad diferencial entre hombres y
66
mujeres en el grupo de 45 a 64 años, se observa al notar que el aumento es de 9 años
en los hombres si no hubiera defunciones antes de los 65 años y de 5.6 en las mujeres.
Como otra demostración del comportamiento diferencial de la mortalidad entre sexos
cabe acotar que a pesar de que se evitaran todas las defunciones de los hombres antes
de los 65 años (lo cual es muy ideal), estos no llegarían a tener 80 años de EVN y su
valor, 79 años, seria el mismo que obtendrían las mujeres evitando las defunciones
hasta los 15 años. Las mujeres con la reducción de toda la mortalidad antes de los 65
años suben a 83.3 años su EVN.
Para poder ubicarse dentro de lo que actualmente pasa en el mundo, las EVNs de
Japón para el periodo 1995-2000 son de 82.9 años para las mujeres y 76.8 años para
los hombres. O sea que los hombres en Uruguay no llegarían al valor de EVN de Japón
reduciendo su mortalidad a 0 ante de los 45 años, seria poco mayor si esa reducción
total se prolongara hasta los 65 años y si las mujeres uruguayas reducieran a 0 su
mortalidad antes del 65 años tendrían un valor similar al valor actual de las mujeres
japonesas.
6.3 Ganancia potencial en la EVN, por edad, causa y sexo
Anteriormente en este mismo capitulo se analizó el comportamiento por edad y causa
de la brecha de la EVN entre sexos, a fines del siglo XX, con una lista amplia de
causas. Ahora lo que se va analizar es cual seria la ganancia potencial que se obtendría
en la EVN si se redujera a cero la mortalidad en cada uno de los grupos de edad, hasta
los 79 años (no se incluye el grupo de edad final abierto de 80 años y más), de acuerdo
a la mortalidad por causas registrada en 1996-97.
Los cálculos se hicieron para cada grupo de edad por separado y no por reducción
simultanea de toda la mortalidad antes de los 80 años. Se obtienen valores para cada
edad, causa y sexo, que miden el impacto o ganancia potencial, medido en días de
aumento de la EVN, por la reducción a cero de la mortalidad en ese grupo de edad,
causa y sexo. Como suma de los valores de cada edad también se obtienen las
ganancias potenciales por causa; aquí cabe agregar que esa suma no es la ganancia
total que se obtendría por la reducción a cero de toda la mortalidad por esa causa, ya
que esto solo podría obtenerse mediante la reducción simultáneamente en todas las
67
edades de la mortalidad por esa causa y ese no fue el método utilizado como ya se
comentó anteriormente. El valor obtenido es un poco menor que si se redujera a cero la
mortalidad por causa en todas las edades consideradas, ya que existe un efecto
sinérgico entre edades, cuando se trabaja con la reducción simultanea de edades.
La utilidad de trabajar con la reducción a cero de la mortalidad por cada grupo edad y el
calculo de la ganancia potencial por edad (con sus componentes por causa) es que
permite identificar, por edad, causa y sexo, donde están los riesgos más grandes y por
lo tanto posibilita la definición de programas prioritarios, definidos estos en términos de
cuales son aquellas causas, edades y sexo, en los cuales la reducción de la mortalidad
tendría un impacto mayor en la EVN.
Para los cálculos se usaron los Cuadros 5 y 6 del Anexo 2 con las tasas específicas
por edad, sexo y causa. Los valores obtenidos de las ganancias potenciales, medidos
en días de EVN, se presentan en los Cuadros 6.5 y 6.6. Como ejemplo del poco cambio
en los valores por efecto sinérgico de la reducción simultanea en los grupos de edad
comparado con la reducción por grupos de edades, al sumar los valores en las mujeres
hasta los 64 años, Cuadro 6.5 el valor es de 1957 días, o sea 5.36 años, mientras que
el valor correspondiente por reducción de toda la mortalidad hasta los 64 años, Cuadro
6.4, también en mujeres, es de 5.60 años. O sea que la no consideración del efecto
sinérgico conduce a una subestimación del 4%, en este caso. En todo caso los rangos
de magnitud no cambian y por lo tanto se usarán para efectuar los comentarios sobre
las ganancias potenciales por causas.
En primer lugar se analizaran los resultados provenientes de la ganancia potencial para
cada una de las edades, por sexo, incluido aquí sí el grupo 80-84 años. En el Gráfico 40
se presentan dichas ganancias potenciales, así como la diferencia entre sexos de las
mismas. Las curvas por sexo presentan similitudes y algunas diferencias. Después de
una ganancia apreciable, por la reducción a cero de la mortalidad infantil, de 1.2 años
en mujeres y 1.4 en hombres, revelando el peso que todavía tiene dicha mortalidad en
la EVN, los valores caen apreciablemente, con un mínimo en la edad 5-9 años, para
después subir gradualmente en las mujeres y con altibajos en los hombres. Mientras
que en las mujeres la ganancia potencial por la reducción de la mortalidad infantil sólo
es sobrepasada por la ganancia potencial en los grupos de 75 y más, en los hombres
esa ganancia es sobrepasada a los 65 años.
68
Pero lo que amerita una explicación especial es el comportamiento de las ganancias por
sexo en las últimas edades consideradas, 75-79 años y 80-84 años. Antes de esas
edades las ganancias potenciales son siempre mayores en los hombres que en las
mujeres. Eso parece razonable dado que, como ya se vio en otras partes, para fines del
siglo XX, las tasas de mortalidad en todas las edades son siempre mayores en los
hombres y en algunas edades mucho mayores (por ejemplo en 20-24 y 25-29 son el
200% mayores). Por lo tanto si las tasas son mayores la ganancia potencial “debería”
ser mayor porque son más muertes las que se evitarían al reducir la mortalidad a cero.
Pero lo extraño es que para las edades 75-79 y 80-84 también las tasas masculinas son
muy superiores a las femeninas y sin embargo las ganancias femeninas son mayores
que las masculinas. Este hecho, que parece contradictorio, no lo es y su explicación
ayuda a entender, en parte, el fenómeno ya comentado del aumento de la brecha entre
las EVN femenina y masculina con el paso del tiempo. Este fenómeno del aumento de
la brecha entre las EVN no ocurre sólo en Uruguay sino que también esta ocurriendo en
casi todos los países del mundo (Ver WPP 1998), en especial en los desarrollados. La
explicación es la siguiente: si bien las tasas masculinas son mayores que las femeninas,
la cantidad de mujeres que llegan a los 75 y 80 años es mucho mayor que la de
hombres: de acuerdo a la Tabla de vida de 1996/97, de las 100 000 mujeres que nacen
llegarían a 75 años 70,300 y a los 80 años 57,000, mientras que los correspondientes
valores de los hombres son de 46,300 y 31,400; por otro lado de acuerdo al Censo de
1996, existían 69 800 mujeres y 45 400 hombres de 75-79 años, 32 400 y 17 700 de 80-
84, y 26 100 y 11 900 de 85 y más. Es como la economía de los supermercados:
ganancia por producto individual menor, pero cantidad de productos vendidos mayor; el
resultado es una ganancia total mayor. En la medida que el hombre no acorte su brecha
de mortalidad con respecto a las mujeres antes de llegar a la tercera edad, las
ganancias potenciales de las mujeres van a ser mayores que las masculinas,
aumentando aun más la brecha, ya que si bien las tasas son mayores en los hombres,
el número de muertes que se evitarían por reducción de la mortalidad es mayor en las
mujeres. Esto es consistente con la mayor concentración, en las mujeres, de la
mortalidad a edades avanzadas, y de que los factores de riesgo para las crónicas en
especial (que forman la inmensa mayoría de las muertes a edades avanzadas) son
mayores en los hombres y de que incluso los procedimientos preventivos y terapéuticos
creados y enfocados a las crónicas en las últimas décadas también van a favorecer más
69
a las mujeres por su volumen diferencial con respecto a los hombres.
El comportamiento de la diferencia entre las ganancias potenciales por sexo también
presenta algunas particularidades. En primer lugar, se tiene un primer máximo relativo
por edades en el primer año de vida, para después descender los valores y volver a
máximos relativos entre los 20 y 29 años, reflejo esto último de lo ya comentado
anteriormente sobre la mucho mayor mortalidad masculina que femenina en esas
edades; después la diferencia disminuye para volver a subir en especial desde los 45
años y tomar los valores máximos de todas las edades entre los 55 y 69 años. Es a
partir de los 70 que comienza a bajar, por el fenómeno explicado anteriormente, y se
convierte en negativo después de los 75 años. Debe destacarse que entre 1 y 14 años
no existe prácticamente diferencia entre las ganancias potenciales por sexo.
En lo que respecta a la ganancia potencial por causa, el Gráfico 41 nos presenta las
ganancias potenciales, según sexo, de los 15 grupos causales considerados; los
valores son en número de años. Para las principales causas, medida la importancia en
términos de ganancia potencial, las ganancias son siempre mayores en hombres que en
mujeres y además el orden es el mismo en ambos sexos. Esto vale para los Tumores,
la principal, con 3.35 años en hombres y 2.76 en mujeres; lo siguen las
Cardiovasculares, con 3.21 en hombres y 2.35 en mujeres; el tercer lugar lo ocupan las
Causas Externas, donde se presenta el máximo diferencial por sexo, con 2.16 para
hombres y 0.79 en mujeres. Los siguientes lugares están ocupados por las
Respiratorias, Afecciones del Período Perinatal, Digestivas, Malformaciones Congénitas
e Infecciosas y Parasitarias, en ese orden. Es sólo en la novena causa en importancia,
Enfermedades endocrinas, nutricionales y trastornos que afectan el metabolismo, que la
ganancia potencial de las mujeres es mayor que la de los hombres. Para las restantes
causas las ganancias son menores y en términos generales los valores son similares en
los dos sexos, con la excepción obvia de las maternas.
Pasaremos ahora al análisis de las ganancias potenciales, miradas desde el punto de
vista de las causas.
Tumores, Gráficos 44 y 45
70
En hombres la ganancia potencial en todas las edades consideradas suma 1223 días
en hombres y en mujeres 1008 días. El 93% de la ganancia total se obtiene a partir de
los 40 años en hombres y de los 35 años en mujeres. En ambos sexos el grupo de edad
en el cual se presenta la mayor ganancia potencial es el de 65-69 años.
Las ganancias de los hombres son mayores que las de las mujeres desde los 45 años;
es en estas edades donde se concentra el gran diferencial existente entre sexos. Las
mujeres tienen ganancias mayores entre 20 y 44 años (irrupción de los tumores
específicos femeninos), de 10 a 24 años es mayor la ganancia en hombres; de 1 a 9
años las ganancias similares y es mayor en las mujeres de menores de 1 año.
En hombres la importancia creciente de los tumores del pulmón aparece a partir de los 45
años, lo mismo que los otros tumores, con la excepción de los de próstata cuya
importancia es a partir de los 60 años. En las mujeres el tumor de mama, principal causa,
hace notar su importancia desde los 35 años, lo mismo que los otros tumores, con la
variante de que los tumores del útero se hacen importantes en edades jóvenes y los
restantes en las edades más altas.
La leucemia, que no es de los más importantes tumores se reparte entre todas las
edades.
Cardiovasculares, Gráficos 46 y 47
En hombres la ganancia potencial en todas las edades es de 1173 días en hombres y
en mujeres 858 días. O sea que casi un año mas de ganancia potencial en la EVN
obtienen los hombres que las mujeres. El 95% de la ganancia total se obtiene a partir de
los 40 años en los dos sexos. Mientras que el grupo de edad en el cual se presenta la
mayor ganancia en hombres es el de 70-74 años, en las mujeres ese máximo se da en
el ultimo grupo de edad, 75-79 años.
Las ganancias de los hombres son mayores que las de las mujeres en todos los grupos
de edad, excepto el de 75-79 años.
En hombres se destaca la fuerte presencia en la ganancia de las isquémicas y
cerebrovasculares, en ese orden, desde los 45 años. En las mujeres las
cerebrovasculares desde los 45 años y las isquemicas desde los 55 años. Mayor
71
presencia en la ganancia por otras enfermedades isquemicas (excluido el infarto agudo
del miocardio) en los hombres que en las mujeres.
La arteriosclerosis, de menor importancia comparada con las isquémicas y
cerebrovasculares, en ambos sexos, sólo se hace presente en las mujeres de 70 años y
más y en los hombres desde los 60 años.
Causas Externas, Gráficos 48 y 49
En hombres la ganancia potencial en todas las edades es de 789 días en hombres y en
mujeres 287 días. Casi un año y medio mas de EVN obtienen los hombres que las
mujeres, siendo este diferencial por sexo el mayor de todos los grupos causales
considerados.
Claro dominio en los dos sexos de las ganancias por accidentes de todo tipo, seguidos
por los suicidios y en tercer lugar, alejado de los dos primeros, los homicidios.
Los valores de las ganancias se presentan en todas las edades, no pudiéndose hablar
de una concentración en algunas franjas de edad, como en otro tipo de causas; las
excepciones a esto ultimo son los suicidios, solo presentes desde los 10 años, y la
inhalación por contenido gástrico que se concentra en los menores de 1 año.
En todas las edades, y en especial de 15 a 64 años, la ganancia en los hombres es
mucho mayor que en las mujeres. Las mayores ganancias masculinas se presentan
entre 20 y 29 años; en las mujeres el máximo valor se presenta en las menores de 1
año, seguido por las mujeres de 15 a 24 años.
Si bien los suicidios son menores que los accidentes de transporte, la diferencia en las
ganancias potenciales no lo es tanto, ya que los mismos representan el 80%, en
hombres y 57% en mujeres, de las ganancias potenciales por accidentes de transporte.
Respiratorias, Gráficos 50 y 51
En hombres la ganancia potencial en todas las edades es de 337 días en hombres y
en mujeres 192 días. En hombres el 76% de la ganancia se concentra en los de 40
años y más y en las mujeres ese valor es de 66%.
72
Hasta los 39 años valores de las ganancias similares por sexo y desde los 40 años
valores claramente mayores en hombres.
Se registra un valor máximo relativo en los menores de 1 año (infecciones respiratorias
agudas), siendo en las mujeres también el máximo valor de todas las edades; valor
significativo en el grupo 1-4 años, bajas en las edades siguientes; en los hombres un
ascenso constante desde los 40 años; en las mujeres un ascenso desde los 50 años,
pero con valores mucho menores que los de los hombres.
En los menores de 35 años el dominio es por la neumonía, en ambos sexos. A partir de
los 40 años en hombres dominan las EPOC, mientras que en las mujeres tienen valores
similares las EPOC y la neumonía.
La diferencia entre sexos por las respiratorias se debe casi totalmente a las EPOC.
Infecciosas y Parasitarias, Gráficos 52 y 53
En hombres la ganancia potencial en todas las edades es de 156 días en hombres y
en mujeres 116 días. El máximo valor se presenta en menores de 1 año, presentando
oscilaciones en las restantes edades. Excepto en menores de 1 año y 75-79 años, la
ganancia es mayor en hombres. Se concentra en menores de 5 y de 20 años en
adelante.
El perfil dentro de las infecciosas es de dominio, en los menores de 5 años, de
las diarreas y septicemia, en ese orden, en los dos sexos. En los hombres de 20
a 44 años se ubica el SIDA como la principal causa, de 45 a 54 años, la TBC, y
de 55 años en adelante la septicemia. En las mujeres se destaca el SIDA entre
20 y 29 años y la septicemia de 45 años en adelante.
El 60% del diferencial entre sexos se explica por el SIDA y el 40% por TBC.
Afecciones del periodo perinatal y Malformaciones congénitas
Las Afecciones del periodo perinatal se concentran en un 100% en el primer año de
vida, mientras que las malformaciones congénitas lo hacen en casi el 80%. Entra estas
dos causas se explica el 70% de la ganancia potencial en el primer año de vida, o sea
73
poco menos de 1 año en el aumento de la EVN.
Es mayor la ganancia en los hombres por las enfermedades originadas en el periodo
perinatal, mientras que por las congénitas la diferencia es poco importante.
Otras causas, Gráficos 54 y 55
Este último grupo incluye las restantes enfermedades: Digestivas, Endocrinas,
nutricionales y metabólicas, Sistema Nervioso, Genito-Urinarias, Sangre y otras,
Mentales, Piel, tejido y otras, y Maternas. La ganancia potencial por todas estas
enfermedades seria de 550 días en los hombres y de 500 en las mujeres.
El valor agregado de las ganancias por edad, presenta un máximo en los hombres de
70-74 años y en las mujeres de 75-79 años. Dicho valor agregado comienza con un
máximo relativo en los menores de 1 año, para mantenerse con valores bajos, sin
diferencias apreciables por sexo, hasta los 39 años. De 40 años en adelante aumentan
las ganancias en forma constante. Dicha ganancia a partir de los 40 años es mucho
más clara en los hombres que en las mujeres y se explica por el gran aumento de las
ganancias por digestivas en los hombres.
Es la mayor ganancia potencial, en hombres, por las digestivas, la que explica el
diferencial agregado de las ganancias según sexo; esa ganancia diferencial de las
digestivas en hombres alcanza y contrarresta la mayor ganancia de las mujeres en las
endocrinas, piel, sangre y maternas.
En lo que respecta a la distribución por edades de las ganancias según estas diversas
causas, el comportamiento presenta diferencias. Mientras que las digestivas,
endocrinas, nutricionales y metabólicas, genito-urinarias, piel y tejido, mentales y
sangre y otras, sólo aparecen básicamente a partir de los 40 años (la excepción son las
endocrinas, nutricionales y metabólicas con valores significativos en los menores de 5
años), las enfermedades del sistema nervioso presentan ganancias en todas las
edades, especialmente en las extremas, y las maternas se concentran entre las mujeres
de 10 a 39 años.
74
7 Conclusiones
Los aspectos más destacables durante el siglo XX, en Uruguay, han sido:
A- Comportamiento demográfico general
-Una baja natalidad comparada en la primera mitad del siglo y el mantenimiento de la
fecundidad en la segunda parte del siglo.
- Cambio en la estructura de edades, con el continuo envejecimiento de la población. De
ser una sociedad de “nietos” (menores de 5 años) a comienzos de siglo, se pasa al final
de siglo, a una predominancia de “abuelos”, especialmente en el sexo femenino.
- La EVN aumentó 25.5 años en las mujeres y 20.5 años en los hombres; el mayor
aporte al aumento en la EVN esta dado por la reducción de la mortalidad en la edad
reproductiva, 15 a 44 años.
- La brecha entre la EVN femenina y masculina pasa de 3 años a principios del siglo, a
6 años en los 50, a 7 años en los 70 y a 8 años para fines de siglo. Este aumento de 5
años en la brecha en la EVN en el siglo, tiene su explicación en las mayores
reducciones de la mortalidad femenina en la tercera edad y en la edad reproductiva.
Además, en la medida que el hombre no acorte su brecha de mortalidad con respecto a
las mujeres antes de llegar a la tercera edad, las ganancias de las mujeres van a ser
mayores que las masculinas, aumentando aun más la brecha.
- A comienzos del siglo llegaban a la tercera edad, 65 y más años, 37% de los hombres
y 44% de las mujeres, a finales del siglo lo hace el 71% y el 85% respectivamente.
Pocos cambios en las tasas de mortalidad en las edades de 80 años y más.
Básicamente lo que ha ocurrido es una postergación de la muerte de edades jóvenes a
edades avanzadas y no una prolongación de la vida.
-Poco cambio en el porcentaje vivido en la edad productiva, 15 a 64 años, a lo largo del
siglo. Los años vividos en la niñez ven reducir su participación y un incremento grande
se presenta en los años vividos en la vejez, en especial las mujeres, que ahora viven
mas años en la tercera edad que en la niñez. Las mujeres que llegan a la tercera edad
viven casi el triple de lo que vivían antes. El impacto que ha tenido la reducción de la
75
mortalidad en la economía vía el aumento real de la oferta de la fuerza de trabajo, años
vividos en edad productiva, los hombres aumentan en un 39% y las mujeres en un 41%,
el aumento en la primera y tercera etapa de la vida representan el 60.5% del aumento
de los años vividos por los hombres en edad productiva y el 85.1% del aumento de los
años vividos por las mujeres en la etapa de vida productiva. Al desagregar el origen de
dicho porcentaje se aprecia que la gran mayoría del mismo proviene del aumento en la
tercera edad.
B- Tasas por edad y sexo
-La reducción de las tasas ha sido enorme en casi todas las edades y en ambos sexos,
con reducción en los hombres superior al 80% en todos los grupos de edad antes de los
40 años, y antes de los 50 años de edad en las mujeres.
-La sociedad de principios de siglo estaba dominada, en lo que a la muerte se refiere,
por las muertes a edades tempranas y a fines de siglo por las muertes a edades altas,
en especial en las mujeres. A principios de siglo lo común era la muerte de un “angelito”
y lo raro era la muerte de un anciano; a fines de siglo es al revés.
-La reducción mayor ha sido en la primera mitad de este siglo que en la segunda ya que
las tasas se redujeron en las tres cuartas partes de toda la disminución observada en el
siglo.
-A fines del Siglo XX todas las tasas masculinas son mayores que las femeninas y en
varias edades mucho mayores.
C- Tasas por causa, edad y sexo
-Salvo excepciones en algunos grupos de edad, todas las tasas por edad, sexo y causa
disminuyeron.
-Las Infecciosas y Parasitarias son las que más se redujeron y en algunas edades la
mortalidad cayó en cerca de un 100%, caso desapareciendo como causa de muerte.
Así hasta los 5 años de vida, el principal riesgo estaba constituido por las diarreas a
comienzos del siglo, para convertirse la TBC, después de esa edad, en el principal
riesgo y volver a ser la diarrea el principal riesgo en los fines de la vida. Las
76
inmunoprevenibles comparativamente eran un riesgo mucho menor y concentrado en la
niñez. A fines de siglo, también las diarreas son el principal riesgo al comienzo y al final
de la vida y la TBC sólo presenta importancia relativa en los hombres después de los 40
años y las inmunoprevenibles casi desaparecen completamente como riesgo de muerte.
A principios de siglo la TBC era el riesgo especifico mortal más grande que se
enfrentaba la sociedad uruguaya. Para todos los grupos de edad y sexo, su presencia
importaba y hasta los 40 años de edad las tasas femeninas eran mayores a las
masculinas.
-Hasta los 29 años, las tasas por Tumores, en ambos sexos aumentan, aunque las
tasas siempre están a un nivel bajo, frente a lo que ocurre en otras edades. Desde los
30 a los 59 años las tasas disminuyen en los hombres, para a partir de los 60 años
aumentar, especialmente a partir de los 75 años; en las mujeres la baja en las tasas es
hasta los 79 años, para aumentar en el grupo de 80 años y más; las tasas femeninas
son, en general, menores que las masculinas, con la excepción de las edades antes de
los 50 años, en los dos extremos del siglo.
-Las tasas por enfermedades del Sistema Nervioso declinaron en forma sustancial,
siendo importante a principios de siglo en todos los grupos de edad. La principal causa
que contribuyó al descenso de las enfermedades nerviosas fue la meningitis cuyas
tasas cayeron drásticamente en el siglo en todas las edades.
-Para todas las edades, en ambos sexos, las tasas por Cardiovasculares declinaron. La
reducción de las tasas es más apreciable en las mujeres. Las tasas masculinas han
sido y son, para todos los grupos de edad, mayores que las tasas femeninas.
-Para todas las edades, las tasas por enfermedades del Sistema Respiratorio se
redujeron siendo sustanciales las declinaciones en algunas edades. Mientras a
principios de siglo, sí bien las tasas masculinas eran sólo un poco superiores a las
femeninas, con la excepción del grupo de 80 y más años, a fines de siglo las tasas
masculinas mas que duplican las tasas femeninas desde los 50 años.
-Baja en todas las tasas por enfermedades del Sistema Digestivo, excepto en hombres
de 80 y más años. La brecha entre sexos no ha cambiado en el siglo XX, ya que en
ambos extremos, la tasa es claramente mayor en los hombres desde los 50 años, con la
excepción de las mujeres de 80 y más años, a principios de siglo, que presentan una
77
tasa muy superior a los hombres de la misma edad.
-Baja importante en todas las tasas por edad debido a enfermedades del Sistema
Genitourinario. Para fines de siglo, en las edades en las cuales la mortalidad es
significativa, 65 y más años, la tasa es claramente mayor en los hombres. En términos
generales la brecha entre sexos no ha cambiado significativamente en el correr del siglo
XX.
-La mortalidad por Diabetes tiene escasa importancia de antes de los 45 años de edad.
La comparación de las tasas según sexo presenta, a comienzos de siglo, un predominio
de las tasas femeninas en todas las edades, con la excepción de 75 a 79 años. A fines
de siglo son un poco mayores en los hombres, excepto en el ultimo grupo de 80 y más
años de edad.
-El comportamiento de la mortalidad por Causas Externas ha visto pocas modificaciones
importantes (con la excepción de los accidentes de vehículos motor) en el correr del
siglo XX, excepto en menores de 1 año (inhalación de contenido gástrico) y de 80 y
más años (accidentes y suicidios), que aumentaron claramente en los dos sexos. La
tendencia de todo el capitulo esta dada por la tendencia de los Accidentes, que son la
gran mayorías de las defunciones en ambos sexos, en todos los grupos de edad y en
los dos periodos de tiempo. Tanto a comienzos como a fines de siglo, desde los 5 años
de edad, las tasas masculinas son superiores a las femeninas, en los dos periodos de
tiempo, en los tres grandes subgrupos causales: Accidentes, Homicidios y Suicidios.
-Los descensos de las tasas por Muertes Maternas han sido muy grandes en todas las
edades; incluso para algunas edades no se han registrado defunciones maternas en los
últimos años considerados.
-En términos de la mortalidad proporcional las enfermedades Infecciosas, Respiratorias
y del Sistema Nervioso, en conjunto, han caído 51 puntos porcentuales en las mujeres
y 45 en los hombres. Por otro lado, en forma conjunta los principales grupos de
enfermedades crónicas, las enfermedades Cardiovasculares y los Tumores, aumentan
su participación porcentual en 48 puntos en las mujeres y 40 en los hombres. Aumentan
su participación las Causas Externas, el Resto (incluye los trastornos mentales), las
digestivas y la diabetes. Bajan su participación las perinatales, aparato genitourinario.
Se reducen casi totalmente las maternas en las mujeres y con pocos cambios las
78
anomalías congénitas.
D- Ganancia por edad sexo y causa en la EVN
-Para todas las causas, con excepción de Tumores y Diabetes en hombres y del Resto
de Enfermedades en las mujeres, los impactos de los cambios en la mortalidad han sido
positivos. Excepto Causas Externas y Resto, donde la ganancia fue mayor en hombres,
en las demás causas consideradas la ganancia fue claramente mayor en mujeres. Las
ganancias son apreciables no solo para enfermedades transmisibles como las
infecciosas, meningitis y algunas respiratorias, sino también para las crónicas como las
cardiovasculares en ambos sexos y tumores en las mujeres.
-La reducción de la mortalidad por Infecciosas y Parasitarias es la que más aporto al
aumento de la EVN, ya que su impacto contribuyó a un aumento de 9.8 años en
mujeres y de 8.8 años en hombres, representando el 43% de la ganancia total en
hombres y el 39% en mujeres. El impacto de la reducción de dichas enfermedades en la
EVN es mayor la reducción en las edades posteriores a 5 años, que antes de dicha
edad.
-En segundo lugar están las Respiratorias con un aporte de 5.9 años (23%) en las
mujeres y de 4.6 años (22%) en los hombres.
- Estas dos causas, Infecciosas y Respiratorias, explican casi las dos terceras partes de
toda la ganancia en ambos sexos. Sólo por estas dos causas las mujeres aumentaron
en mas de 2 años la diferencia, en la EVN, con respecto a los hombres.
-Las Cardiovasculares en mujeres son la tercera causa, con mas de 3 años de ganancia
(donde también le sacan casi un año de ventaja a los hombres en la EVN), en los
hombres ese tercer lugar lo ocupan las enfermedades del sistema nervioso, con 2.7
años; estas ultimas ocupan el cuarto lugar en las mujeres, mientras que las
cardiovasculares están en cuarto lugar en hombres.
-Las enfermedades del sistema genitourinario y las digestivas ocupan el quinto y sexto
lugar en ambos sexos, con ganancias un poco mayores en mujeres. Los Tumores
aportan 0.75 años y las Maternas 0.5 año a la ganancia en mujeres.
79
-En términos generales se podría decir que la ganancia de los casi 5 años que las
mujeres le sacan de diferencia a los hombres en la EVN, en el siglo XX, se reparten de
la siguiente manera: poco menos de 1.5 años por las Respiratorias, poco más de 1 año
por TBC, casi un año por Tumores y Cardiovasculares cada una y otro medio año por
las Maternas.
-En las mujeres dentro de las Infecciosas y Parasitarias es la reducción por TBC la
primera en aportar a la ganancia en la EVN, superando a las diarreas. Las diarreas son
la principal causa de ganancia en los hombres y la segunda en las mujeres y en tercer
lugar están las inmunoprevenibles.
-Por reducción de las muertes maternas por embarazo, parto y puerperio las mujeres
ganan casi medio año en la EVN. Las ganancias mayores son entre 20 y 29 años, con
el 50% de toda la ganancia.
-La mayor ganancia femenina en la EVN, comparada con la masculina, hasta los 49
años, se concentra básicamente en dos causas: TBC y muertes maternas. A partir de
los 50 años es el comportamiento de las crónicas la que explica mayoritariamente el
aumento de la brecha entre sexos en la EVN.
E- Situación actual y perspectivas
-De la brecha actual, entre las EVN femenina y masculina, de 7.77 años, 3.1 años (40%
del total), se originan en la menor mortalidad de las mujeres a partir de los 65 años; un
valor poco menor, 2.8 años (36%) en la menor mortalidad de las edades entre 45 y 64
años. El grupo de 15 a 44 años aporta 1.4 años (18% del total), siendo el menor aporte
el de los grupos hasta 15 años que solo aportan un total de 0.5 años (6%).
-En lo que respecta a la ganancia potencial por causa, hasta los 80 años, Tumores es la
principal, con 3.35 años en hombres y 2.76 en mujeres; lo siguen las Cardiovasculares,
con 3.21 en hombres y 2.35 en mujeres; el tercer lugar lo ocupan las Causas Externas,
donde se presenta el máximo diferencial por sexo, con 2.16 para hombres y 0.79 en
mujeres.
80
-El 50% de la brecha por tumores se debe a la más alta mortalidad por tumores del
pulmón, tráquea y bronquios; sólo por esta causa las mujeres tienen un año mas de
EVN que los hombres. En las cardiovasculares con mas del 50% del total de la brecha
están las isquémicas. En las Causas Externas, las dos terceras partes se deben a los
accidentes de todo tipo. Dentro de las respiratorias la constituyen las respiratorias
crónicas, con casi el 70% de la brecha por todo el capitulo de respiratorias. En las
infecciosas, la principal causa aportante a la brecha es el SIDA con el 40% de la brecha,
seguida, con valores menores y semejantes, por la septicemia y la TBC.
81
Anexo 1 Listas de causas CIE 1 y CIE 10
Es bien conocido el hecho de que la CIE, en sus distintas revisiones, ha cambiado su
lista de causas. En este trabajo no se van a incluir los problemas de los cambios de la
CIE, aunque algunos comentarios son necesarios.
Para poder trabajar con una lista comparable de causas, sólo se eligieron capítulos y
causas dentro de los capítulos, que existieran en ambos periodos, con modificaciones;
por ejemplo a principios del siglo XX, se clasificaba a la Congestión y hemorragia
cerebral,asi como al reblandecimiento cerebral, como enfermedades del sistema
nervioso y se las reclasificó como enfermedades del aparato circulatorio; otras
modificaciones importantes son las diarreas, enteritis y parásitos intestinales, de
enfermedades del aparato digestivo a infecciosas; leucemia de enfermedades generales
a tumores, debilidad senil de enfermedades de la vejez a mal definidas. La lista
comparativa de capítulos y causas se presenta a continuación, con los correspondientes
códigos de la CIE 1 y CIE 10. Mientras que para la CIE 1 se presenta la lista completa
de causas, según se codificaba en la época, para la CIE 10 sólo se presentan los
códigos, ya que la presentación completa de las diversas causas ocuparía mucho
espacio y es fácil de obtener, ya que es la lista que actualmente se usa para la
codificación. Dado que los nombres de las causas especificas dentro de cada capítulo
son diferentes para la gran mayoría de los capítulos considerados, se decidió para
dichos capítulos no hacer ninguna apertura. Los únicos capítulos que se desagregaron
fueron los de Infecciosas, Sistema Nervioso y Causas Externas.
1-INFECCIOSAS Y PARASITARIAS
A- CIE 1 1908/09
1 a. Infecciosas intestinales (diarreas)
Fiebre tifoidea (tifus abdominal); Cólera asiático; Cólera nostras; Diarrea y enteritis;
Parásitos Intestinales. Códigos 1,12,13,105-107
1 b. Inmunoprevenibles
Viruela; Sarampión; Tos convulsa; Difteria; Tétanos. Códigos 5,6,8,9,72
82
1 c. TBC
Tuberculosis laringea; Tuberculosis pulmonar; Tuberculosis meningea; Tuberculosis
abdominal; Mal de Pott; Absceso frío y por congestión; Tumor blanco; Tuberculosis de
otros órganos; Tuberculosis generalizada; Escrófula. Códigos 26-35
1 d. Resto
Tifus exantemático; Fiebre recurrente; Fiebre intermitente y Caquecias palustre;
Escarlatina; Sudor miliar; Disentería/ Peste; Fiebre amarilla; Lepra; Erisipela; Otras
afecciones epidémicas; Infección purulenta y septicemia; Muermo y lamparones;
Pústula maligna y carbunclo; Rabia; Actinomicosis, Triquinosis, etc.; Pelagra; Sífilis;
Blenorragia de los adultos; Afecciones blenorrágicas de los niños. Códigos: Resto de 1-
9, 11-38, 72, 105-107
B-CIE 10 1996/97
Capitulo I (A00-B99)
1 a. Infecciosas intestinales (diarreas). Infecciones intestinales (A00-A09)
1 b. Inmunoprevenibles
Tétanos (A33-A35); Difteria (A36); Tos ferina (A37); Poliomielitis (A80); Viruela (B03);
Sarampión (B05)
1 c. TBC
Tuberculosis (A15-A19)
1 d. Resto. Resto de A00-B99
2- TUMORES (neoplasias)
A-CIE 1 1908/09
Cáncer y otros TM de la cavidad bucal; Cáncer y otros TM del estómago é hígado;
Cáncer y otros TM del peritoneo, intestinos y recto; Cáncer y otros TM de los órganos
genitales de la mujer; Cáncer y otros TM de la mama; Cáncer y otros TM de la piel;
83
Cáncer y otros TM de otros órganos y de órganos no especificados; Otros tumores
(excepción de los de los órganos genitales de la mujer); Leucemia. Códigos 39-46, 53
B- CIE 10 1996/97
Capitulo II (C00-C97)
3- ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO
A- CIE 1 1908/09
Encefalitis; Meningitis; Ataxia locomotriz progresiva; Otras enfermedades de la médula
espinal; Parálisis sin causa indicada; Parálisis general; Otras formas de alienación
mental; Epilepsia; Eclampsia (no puerperal); Convulsiones de los niños; Corea; Otras
enfermedades del sistema nervioso. Códigos 60-63, 66-71, 73, 74
B- CIE 10 1996/97
Capitulo 6 (G00-G99)
3.1 Meningitis G00, G03
4- ENFERMEDADES DEL SISTEMA CIRCULATORIO
A- CIE 1 1908/09
Congestión y hemorragia cerebrales; Reblandecimiento cerebral; Pericarditis;
Endocarditis aguda; Lesión orgánica del corazón; Angina de pecho; Afecciones de las
arterias, aferoma, aneurisma, etc.; Embolia y trombosis; Afecciones de las venas
(várices, hemorroides, flebitis, etc.,); Afecciones del sistema linfático, linfangitis, etc.;
Hemorragias; Otras enfermedades del aparato circulatorio. Códigos 64, 65, 77-86
B- CIE 10 1996/97
Capitulo IX (I00-I99)
5- SISTEMA RESPIRATORIO
A- CIE 1 1908/09
84
Grippe influenza; Enfermedades de las fosas nasales; Afecciones de la laringe;
Bronquitis aguda; Bronquitis crónica; Bronquitis crónica; Bronconeumonía; Neumonía;
Pleuresía; Congestión y apoplejía pulmonares; Gangrena del pulmón; Asma; Enfisema
pulmonar; Otras enfermedades del aparato respiratorio. Códigos 10, 87-88, 90-99
B- CIE 10 1996/97
Capitulo X (J00-J99)
6- ENFERMEDADES DEL SISTEMA DIGESTIVO
A- CIE 1 1908/09
Afecciones de la boca y sus anexos; Afecciones de la faringe; Afecciones del estómago;
Ulcera del estómago; Otras afecciones del estómago (cáncer excluido); Hernia y
obstrucciones intestinales; Otras afecciones del intestino; Ictericia grave; Tumores
hidáticos del hígado; Cirrosis del hígado; Cálculos biliares; Otras afecciones del hígado;
Afecciones del bazo; Peritonitis simple (puerperal excluida); Otras aparato digestivo.
Códigos 100-104,108-118
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XI (K00-K93)
7- ENFERMEDADES DEL SISTEMA GENITOURINARIO
A- CIE 1 1908/09
Apendicitis y flemón de la fosa ilíaca; Nefritis aguda; Mal de Bright; Otras enfermedades
de los riñones y sus anexos; Cálculos de las vías urinarias; Enfermedades de la vejiga;
Enfermedades de la uretra, absceso urinoso, etc.; Enfermedades de la próstata;
Enfermedades no venéreas de los órganos genitales del hombre; Metritis; Hemorragia
uterina no puerperal; Tumor uterino (no canceroso); Otras enfermedades del útero;
Quiste y otros tumores del ovario; Otras enfermedades de los órganos genitales de la
mujer; Enfermedades no puerperales de la mama, cáncer excluido. Códigos 119-133
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XIV (N00-N99)
85
8-EMBARAZO, PARTO Y PUERPERIO
A- CIE 1 1908/09
Accidentes de la preñez; Hemorragia puerperal; Otros accidentes del parto; Septicemia
puerperal; Albuminuria y eclampsia puerperales; Flegmasia alba-dolens puerperal;
Otros accidentes puerperales - Muerte súbita; Enfermedades puerperales de la mama.
Códigos 134-141
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XV (O00-O99)
9- AFECCIONES PERIODO PERINATAL
A- CIE 1 1908/09
Debilidad congénita, ictericia y esclerema; Otras enfermedades especiales a la primera
edad; Falta de cuidados. Códigos 151-153
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XVI (P00-P96)
10- MALFORMACIONES CONGENITAS
A- CIE 1 1908/09
Vicios de conformación congénita. Código 150
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XVII (Q00-Q99)
11- DIABETES
A- CIE 1 1908/09
Diabetes. Código 50
B- CIE 10 1996/97
86
E10-E14
12- CAUSAS EXTERNAS
A- CIE 1 1908/09
12 a. Accidentes
Fracturas; Luxaciones; Otros traumatismos accidentales; Quemaduras por el fuego;
Quemaduras por sustancias corrosivas; Insolación; Congelación; Conmoción eléctrica
(por rayo); Sumersión accidental; Inanición; Absorción de gases deletéreos; Otros
envenenamientos agudos. Códigos 164-175
12 b. Homicidios
Otras violencias exteriores. Código176
12 c. Suicidios
Suicidio por envenenamiento; Suicidio por asfixia; Suicidio por estrangulación; Suicidio
por sumersión; Suicidio por arma de fuego; Suicidio por instrumento cortante; Suicidio
por precipitación; Suicidio por aplastamiento; Otros suicidios. Códigos 155-163
B- CIE 10 1996/97
12 a. Accidentes. Resto de V01-Y98
12 b. Homicidios. X85-Y09
12 c. Suicidios. X60-x84
13- RESTO
A- CIE 1 1908/09
Reumatismo articular agudo; Reumatismo crónico y gota; Escorbuto; Bocio exoftálmico;
Enfermedad bronceada de Adisson; Anemia, clorosis; Otras enfermedades generales;
Alcoholismo agudo crónico; Saturnismo; Otras intoxicaciones profesionales crónicas;
87
Otros envenenamientos crónicos; Enfermedades de los oídos; Enfermedades de los
ojos y de sus anexos; Afecciones del cuerpo tiroide; Gangrena; Furúnculo; Flemón,
absceso caliente; Otras enfermedades de la piel y sus anexos; Afecciones de los
huesos (no tuberculosas); Artritis y otras enf. articulaciones (TBC y reumatismo
excluidos); Amputación; Otras afecciones de los órganos de la locomoción. Códigos 47-
49, 51-52,54-59,75-76,89,142-149.
C- CIE 10 1996/97
Sangre y org. Hematopoyeticos (Cap.III); Mentales (Cap.V); Ojo (Cap.VII); Oído
(Cap.VIII); Piel (Cap. XII); Osteomusculares (Cap.XIII); Endocrinas, nutricionales y
metabólicas (Cap. IV excluida diabetes)
MAL DEFINIDAS
A- CIE 1 1908/09
Debilidad senil; Hidropesía; Muerte súbita; Causas no especificadas ó mal definidas.
Códigos 154, 177-179
B- CIE 10 1996/97
Capitulo XVIII (R00-R99)
88
Anexo 2 Tasas de mortalidad por edad, sexo y causa: 1908/09 y 1996-97
89
Anexo 3 Tablas de Vida: 1908/09 y 1996-97
90
91
Anexo 4 Metodología
A- Tasas específicas por causa, edad y sexo
Las tasas por edad, causa y sexo fueron calculadas especialmente para esta publicación.
Los datos sobre defunciones de 1996-97 provienen del Departamento Estadística, MSP y
los de 1908-09 de los Anuarios Estadísticos 1908 y 1909 (Dirección General de
Estadística, hoy INE); las tasas especificas por edad y sexo de 1908-09, 1963-64, 1974-76
y 1984-86 provienen de las Tablas de Vida publicadas por la Dirección General de
Estadística/INE y las de 1996-97 de la publicación Estadísticas de Salud 1998
(MSP/FISS); las tasas especificas por edad y sexo de 1950-55 de las Tablas de Vida
publicadas por CELADE.
La estimación, para los años 1908/09 y 1996/97 del número de defunciones por causa,
sexo y edad, a partir de las defunciones registradas, se obtuvo de la siguiente manera y
etapas:
1-Se redistribuyeron, por causa, las defunciones sin sexo y edad.
2- Para cada edad y sexo, las defunciones por causas y síntomas mal definidos, 30% en
1908/09 y 7% en 1996/97, se redistribuyeron, en forma proporcional, entre las diversas
causas definidas consideradas, excepto accidentes y violencias. Lo anterior significa que
no hubo redistribución de las mal definidas entre las causas externas.
La estimación de las tasas especificas de mortalidad por causa, edad y sexo se obtuvo de
la siguiente manera:
1- Con el valor obtenido del número de defunciones por causa, edad y sexo, una vez
cumplidas los pasos anteriores, para cada edad y sexo por separado, se calculó el
porcentaje que representaba cada causa del total de defunciones registradas en el
periodo considerado, en la edad y sexo considerada.
2- Dicho porcentaje para cada causa, edad y sexo, multiplicado por la tasa especifica
de la edad y sexo de las Tablas de Vida correspondiente, es la estimación de la tasa
específica por causa, edad y sexo.
92
B- Cálculo del impacto en la EVN de los cambios en la mortalidad por edad, sexo y causa
B1 Por edad y sexo
A los efectos de la Tabla de Vida, lo que cuenta es la edad al morir y no la causa. Por lo
tanto para calcular el impacto de los cambios en la mortalidad por edad, sexo y causa, lo
que importa en primer lugar es el calculo de los impactos debidos a los cambios en la
mortalidad por edad y sexo. Para esto se trabajaron por separado los diferentes subperiodos
de tiempo. Los mismos son: 1908/09 a 1950/55;1950/55 a 1963/64;1963/64 a
1974/76;1974/76 a 1984/86; y 1984/86 a 1996/97.
En cada subperiodo la metodología es la misma. Se ejemplificará con el primer
subperiodo, 1908/09 a 1950/55. Consta de 2 etapas:
1ª. Etapa.
En la Tabla de Vida de 1908/09 se reemplazan, una por vez, las tasas especificas
por edad y sexo, de los diversos grupos de edad considerados, por las correspondientes
tasas especificas por edad y sexo, de 1950/55. En cada una de esas nuevas tablas de
vida, 18 por cada sexo (son 18 grupos de edad), se calculan las nuevas EVNs. Cada uno
de estos nuevos valores representaría la EVN que se tendría por el cambio de la tasa de
mortalidad en el grupo de edad en consideración en el subperiodo 1908/09 a 1950/55. La
diferencia entre esta nueva EVN y la original de 1908/09 mide la ganancia (o pérdida si la
tasa es menor), de primer orden, debido al cambio en la mortalidad en dicho grupo de
edad.
2ª. Etapa
Por lo general, la suma de las 18 ganancias, una por cada grupo de edad, no es igual a la
diferencia entre la EVN 1950/55 y la EVN 1908/09. En nuestro caso, donde todas las 18
tasas son menores en 1950/55 que en 1908/09, esa suma es menor. La razón de esta
discrepancia radica en la existencia de efectos sinérgicos entre las distintas edades
debido a que los cálculos de la tabla de vida no se acumulan linealmente por cambios en
las distintas edades. Es así por ejemplo, que si se cambiaran simultáneamente las tasas
de mortalidad infantil y del grupo de 1 a 4 años, en vez de cada una por separado, el
efecto en la EVN, al calcular los años vividos por la cohorte de 100.000 nacidos vivos
antes de cumplir 5 años, tiene tres componentes; el primero es el debido al cambio solo
93
en la mortalidad infantil, calculado en la primera etapa; el segundo es el debido al cambio
solo en la mortalidad en la tasa de 1-4 años, también, calculado en la primera etapa; el
tercer componente es proporcional a la diferencia de las probabilidades de morir o sea a
(q(0)-q’(0))*(q(1)-q’(1)), donde q(0) y q(1) son las probabilidades de morir antes de cumplir
un 1 año y entre 1 y 5 años, en 1908/09 y q’(0) y q’(1) son las correspondientes a
1950/55. La interpretación es simple: al cambiar simultáneamente la mortalidad infantil y
de 1 a 4 años, hay una ganancia sinérgica debido a que los menores de 1 año no solo
impactan en la EVN por su propia reducción, sino que también tienen su impacto por la
reducción en el grupo de edad 1- 4 años. Por ejemplo, las probabilidades de morir en el
primer año de vida y entre 1 y 5 años exactos, en hombres, se redujeron 33 y 40 por mil
en este subperiodo respectivamente; eso significa que, de acuerdo a la base de recién
nacidos vivos de la cohorte inicial, 100.000, de los 3300 niños que se benefician por la
caída de la mortalidad infantil, por la reducción de la probabilidad de morir entre 1 y 5
años, también se benefician de dicha reducción 132 niños (3300*0.040). Este es un
efecto sinérgico de segundo orden; en este caso entre menores de 1 años y de 1-4 años.
Si se consideran otros grupos de edad, también existirían efectos de segundo orden,
entre todos los pares de edades. También existen efectos de tercer orden, debidos a la
caída simultánea de tres probabilidades de morir en tres grupos de edad; de cuarto orden
y así siguiendo. Si la probabilidad de morir en un grupo de edad no cambia, tanto el efecto
de primer orden como los de segundo orden y ordenes mayores son nulos. Por la
naturaleza de los efectos de tercer orden y mayores, proporcionales a la multiplicación de
las diferencias de las probabilidades de morir, los valores obtenidos son muy menores
comparados con los de segundo orden.
Como la importancia numérica de los efectos sinérgicos de 2º. orden y más, es
proporcional a la diferencia entre las probabilidades de morir en los diversos grupos de
edad y con el propósito de simplificar la descomposición del cambio en la EVN entre
1950/55 y 1908/09, adjudicando la misma solo a los grupos individuales de edad, se
repartió la diferencia entre la EVN de 1950/55 y la EVN de 1908/09 y la suma de las
ganancias de primer orden por edad, entre los diferentes grupos de edad, en forma
proporcional a las ganancias de primer orden de cada grupo de edad. De esta manera se
obtiene el impacto de cada grupo de edad en el cambio de la EVN y la suma de los
impactos es igual al cambio total en la EVN.
94
Si los cambios en la mortalidad por edad son pequeños, la suma de las ganancias de
primer orden, es un valor muy próximo a la diferencia entre las EVN y el ajuste al
redistribuir cambia poco los valores obtenidos en la primera etapa. En nuestro caso
particular, el ajuste resulto importante, poco mas del 10% del total de la diferencia entre
las EVN, para el subperiodo 1908/09 a 1950/55. Para los otros cuatro subperiodos el
ajuste fue mucho menor.
Los valores de las ganancias de cada grupo de edad y sexo, para los 5 subperiodos, así
como la ganancia total del periodo 1908/09 a 1996/97, expresadas en años de EVN, son
las que se presentan en el Cuadro 3.3. También se presenta para el total del siglo XX la
ganancia, por edad, expresada en días. El valor en días se usará para la descomposición
de la ganancia por edad según las diversas causas consideradas.
B2 Por edad, sexo y causa
La descomposición de la ganancia en la EVN debida a los cambios en la mortalidad por
sexo, edad y causa, sólo se realiza para el periodo total de estudio, 1908/09 a 1996/97. El
cálculo, para cada edad y sexo, de la descomposición de la ganancia en dicho subgrupo
es simple y lógico. Si la ganancia en un grupo de edad y sexo, fue, por ejemplo, de 100
días y la reducción en la tasa de una de las causas consideradas en dicho grupo de edad
y sexo, explica el 50% de la reducción de la tasa en dicho grupo de edad y sexo, nada
más lógico que atribuirle a dicha causa el 50% de la ganancia, o sea 50 días. En general:
la ganancia en un grupo de edad y sexo, se distribuye proporcionalmente entre las
diferencias de las tasas entre 1908/09 y 1950/55 por las diversas causas en dicho grupo
de edad y sexo.
Los valores de las tasas por edad, sexo y causa, para 1908/09 y 1996/97, usados para
este calculo, son los que aparecen en los Cuadros 1 y 2 del Anexo 2. En el Cuadro 4.1 se
presentan los valores obtenidos, según los cruces de edad, sexo y causa y en el Cuadro
4.2 la ganancia total en la EVN, por sexo, según causa. Los valores de la ganancia total
según causas se obtienen sumando las ganancias individuales, por edad, según dichas
causas.
95
Anexo 5 Glosario
TASA
Es una medida de la frecuencia relativa de la ocurrencia de un fenómeno en una
población determinada. El uso de las tasas en lugar de los valores absolutos es esencial
para poder comparar las distintas experiencias del fenómeno en las diversas poblaciones,
en diferentes tiempos o lugares o entre diferentes subpoblaciones. Los componentes de
una tasa son el numerador, el denominador, el periodo especifico de tiempo en el cual el
fenómeno ocurre y una potencia de 10 que transforma a la tasa de una fracción o decimal
en un numero entero. Ejemplos: Tasa de mortalidad infantil, tasa de nupcialidad, tasa de
analfabetismo, tasa de desempleo, etc. Algunas tasas son proporciones ya que el
numerador esta contenido en el denominador. A veces también se usa de manera
diferente a la anterior para expresar las diferencias relativas en dos cantidades (tasa de
masculinidad) o los cambios relativos en el tiempo (tasa de crecimiento de la población,
de natalidad, del Producto Bruto Interno, etc.).
Razón
El valor obtenido al dividir una cantidad por otra cantidad; es un termino general e incluye
como subconjuntos a las tasas, proporciones, porcentajes, índices, etc. La diferencia
importante entre una proporción y una razón, es que el numerador de una proporción esta
incluido en el denominador, cosa que no es necesaria que ocurra en una razón. Es una
expresión de la relación entre un numerador y un denominador donde por lo general
ambas cantidades son distintas y separadas, ninguna incluida en la otra. De la misma
manera que para la tasa también se usa, a veces, multiplicar el cociente por una potencia
de 10.La dimensionalidad de una razón se obtiene a partir de las dimensiones del
numerador y denominador y ambas deben ser especificadas, especialmente en aquellos
casos en los cuales tiene un nombre especial, como por ejemplo la Razón de
Dependencia, que la relación existente entre un numerador compuesto por los menores
de 15 años y los de 65 y más y el denominador por los de 15 a 64 años. Por lo general
todos las mediciones que se expresan PER CAPITA o por alguna otra unidad son
razones. Ejemplos: Producto Bruto per capita, Personas por hogar o por vivienda, Numero
promedio de hijos por hogar, Accidentes fatales por vehículo, Promedio días de Estada,
Habitantes por médico, etc. En este trabajo el Indice Demográfico (ver mas abajo) es una
razón.
96
Proporción
Es un tipo de razón en la cual el numerador esta incluido en el denominador. La razón de
una parte con respecto al todo, expresada como una “fracción decimal” (ej; 0,2), como una
“fracción común” (1/5), o como un porcentaje (20%). Por definición, una proporción p debe
estar en el rango 0-1.Dado que el numerador y el denominador tienen las mismas
dimensiones, la proporción es una cantidad sin dimensiones. Se hace a partir de conteos,
como por ejemplo la mortalidad proporcional (el 71% en Uruguay en 1996 de las
defunciones tiene 65 y más años al morir) o a partir de mediciones, el 8% del total de
niños recién nacidos pesa menos de 2500 gramos.
Tasa Bruta de Natalidad (TBN)
Es la razón, en un determinado año, entre el número de nacidos vivos en una población y la
cantidad de habitantes de dicha población. El numerador es el número de nacimientos que
ocurren durante el año y el denominador es el volumen de la población (estimada, por lo
general, a mitad del año) donde han ocurrido esos nacimientos.
Tasa de fecundidad general
Medida de la fecundidad de una población, mas refinada que la TBN, ya que el denominador
se restringe a la población de mujeres en edad fértil, 15 a 44 años ó 15-49 años. Es
costumbre multiplicar este cociente por 1.000.
Tasa global de fecundidad (TGF)
Para un determinado año o período, es el número promedio de hijos que habría tenido una
mujer (o grupo de mujeres) durante su vida, si sus años de reproducción transcurrieran
conforme a las tasas de fecundidad por edad de dicho año o período. Por lo general se
trabaja con mujeres de 15 a 44 ó de 15 a 49 años. Se calcula sumando las tasas especificas
de fecundidad por edad para todas las edades consideradas, multiplicando el resultado por
el tamaño del intervalo en el cual las edades fueron agrupadas, que, por lo general, es 5.
Tasa de fecundidad por edad
Es la razón, en un determinado año, entre el número de nacimientos de mujeres en un grupo
de edad y la cantidad de mujeres de dicho grupo de edad. El numerador es el número de
nacidos vivos que ocurren durante el año de madres de dicha edad y el denominador es el
97
volumen de la población de mujeres (estimada, por lo general, a mitad del año) donde han
ocurrido esos nacimientos. Es costumbre multiplicar este cociente por 1.000. Por lo general
se trabaja con grupos de edad quinquenales: 15-19,... 30-34, etc. y para las adolescentes es
común usar el grupo de edad de 15 a 19 años. Para este grupo de edad, 15-19, se calcula
como el cociente entre el número de nacidos vivos en el año (numerador) de madres de 15 a
19 años en el momento del nacimiento y el número de mujeres de 15 a 19 años
(denominador)en la población, estimado, por lo general, a mitad del año, multiplicado por mil.
Tasa Bruta de Mortalidad (TBM)
Es la razón, en un determinado año, entre el número de muertes en una población y la
cantidad de habitantes de dicha población. El numerador es el número de defunciones que
ocurren durante el año y el denominador es el volumen de la población (estimada, por lo
general, a mitad del año) donde han ocurrido esas defunciones. Es costumbre multiplicar
este cociente por 1.000
Tasa de mortalidad infantil
Es la razón, en un determinado año, entre el número de muertes de niños menores de un
año y el número de nacidos vivos, en dicho período de tiempo. Se calcula como el cociente
entre el número de nacidos vivos que mueren antes de cumplir un año de edad (numerador),
en el período dado de un año, dividido el número total de nacidos vivos (denominador),
durante el mismo período de tiempo, multiplicado por mil.
Tasa de mortalidad especificas por edad
Mide el riesgo o probabilidad de morir en la edad respectiva. Se calcula como el cociente,
para un año determinado, entre el número de defunciones, por todo tipo de causas, en el
grupo de edad " i", en el año definido (numerador) y el volumen poblacional del mismo grupo
de edad "i”, en dicho período de tiempo, estimado a mitad del año (denominador),
multiplicado por mil. Para menores de un año, el calculo se hace diferente (Ver tasa de
mortalidad infantil). Si las defunciones utilizadas para el calculo son las registradas son tasas
registradas y si son las estimadas son tasas estimadas. Para el caso de que sean estimadas
se debe incluir el método de estimación. En algunos casos la estimación se efectúa también
para el volumen poblacional.
Tasa de mortalidad especificas por causas
98
Mide el riesgo o probabilidad de morir por una causas determinada. Se calcula como el
cociente, para un año determinado, entre el número de defunciones, por esa causa, en un
grupo de edad o todas las edades, en el año definido (numerador) y el volumen poblacional
del grupo de edad considerado, en dicho período de tiempo, estimado a mitad del año
(denominador), multiplicado por mil. Dado que para la gran mayoría de enfermedades, la
distribución de las defunciones es muy desigual por edades, estas tasas se usan
generalmente para grupos específicos de edad.
Tasa de crecimiento anual de la población
Es la razón, para un año determinado, entre el incremento anual de la población y la
población total. Se calcula como el cociente entre el incremento anual- nacimientos menos
defunciones más el saldo migratorio(inmigrantes menos emigrantes)- en el año (numerador)
y la cantidad total de la población (denominador), estimada, por lo general, a mitad del año,
multiplicado por 1.000. La diferencia con la tasa de crecimiento natural o vegetativo es que
en esta última no se tiene en cuenta el saldo migratorio.
Indice Demográfico
Razón entre la población de 65 y más años con respecto a la población de menos de 5 años.
Es una medida de la estructura etaria de una población, que trata de expresar, en un solo un
valor, las características de la pirámide demográfica de la misma. Valores por encima de 1
representan una situación, dominada demográficamente por las personas de edad, ya que
las personas de 3ª edad son numéricamente mayor qu e los preescolares, indicando al
mismo tiempo una población en proceso de envejecer y también una baja natalidad; por el
contrario valores muy menores a 1 indican una presencia mucho mayor de niños. Los
cambios en los valores de este índice son mucho más lentos en el tiempo que otros
indicadores demográficos, pues resultan de cambios acumulados tanto sea en la fecundidad
como en la mortalidad.
Estadísticas Vitales
Incluyen los nacimientos, defunciones, divorcios y muertes, basados en los registros de
estos eventos vitales. Los registros de estadísticas vitales, de los cuales se destacan los
nacimientos y defunciones, son un conjunto de métodos permanentes, continuos y
99
compulsorios, para el registro de la ocurrencia y características de los eventos vitales, por su
valor como documentos legales y por su utilidad como fuente de estadísticas. El registro de
un nacimiento o certificado de nacimiento, es un documento legal y oficial en el cual se
registran detalles del nacimiento, que incluyen la fecha, nombre, identidad de los padres,
lugares de residencia y ocurrencia, el peso al nacer y otras informaciones adicionales, como
edad, ocupación, etc. El registro de una defunción o certificado de defunción, es un registro
firmado por un médico autorizado o por otra persona legalmente designada y autorizada;
incluye la causa de la muerte, el nombre del difunto, sexo, fecha de nacimiento, lugar de
residencia y de muerte. Ocupación, lugar de nacimiento y otra información son también, a
veces, incluidas. La causa inmediata de la muerte se registra en la primera línea, seguida por
las condiciones que dieron lugar a la causa inmediata. La causa subyacente se registra al
final. Otras condiciones pueden ser registradas en forma separada, como ser si la muerte fue
accidental, etc. Se consideran nacimientos y defunciones registradas a todos aquellos
nacidos vivos o muertes (excluye muertes fetales), inscritos en el registro civil, ocurridos en la
población de facto. En la medida de lo posible se refieren a nacimientos o defunciones
ocurridas en el año en consideración. En algunos casos, sin embargo, se refieren a hechos
vitales (nacimientos o defunciones), que aunque ocurrieron en años previos (inscripción o
registro tardío), fueron registrados en ese año y excluyen algunos eventos que ocurrieron en
el año, pero todavía no han sido registrados. La ausencia de registro de un evento vital,
aunque sea en forma tardía, se considera subregistro. Se considera como subregistro de la
natalidad el porcentaje que representan los nacimientos registrados con respecto a el total de
nacimientos estimados y como subregistro de mortalidad el porcentaje que representan las
muertes registradas del total de muertes estimadas. Para el caso de Uruguay, a fines del
siglo XX, se considera que no existe subregistro de nacimientos ni de defunciones.
Riesgo Relativo
En general es la razón entre el riesgo de enfermedad o muerte entre los expuestos con
respecto al riesgo entre los no expuestos. En nuestro caso se lo usa como la razón entre
la fuerza de mortalidad (tasa específica de mortalidad por edad) de hombres versus
mujeres o de los otros grupos de edad con respecto a la mortalidad infantil.
Términos de la Tabla de Vida
100
m(x):Tasa específica de mortalidad del grupo de edad x. Para nuestro caso las
edades son: 0 (menores de 1 año), 1 a 4 años, 15 grupos quinquenales de edad desde
5-9 años, a 75-79 años y el grupo final abierto de 80 años y más.
q(x): Probabilidad de que un individuo que llega a la edad exacta x, muera antes
de llegar a la edad exacta x+1.
l(x): Sobrevivientes. Son aquellos que, de la generación inicial de l(0)=100.000
(base de recién nacidos), sobreviven en los distintos aniversarios. Los sobrevivientes
están unidos a las probabilidades de muerte por la siguiente relación: l(x+1)= l(x)-l(x)*q(x)
d(x): Son los fallecidos de la tabla entre el aniversario x y el aniversario x+1. Su
valor es l(x)*q(x).
L(x); Número de años vividos por la cohorte entre el aniversario x y el aniversario
x+1.
T(x); Número acumulado de años vividos por los miembros de la cohorte inicial de
100.000 que llegan a la edad exacta x. Su valor es: T(x)= L(x)+ L(x+1)+........+ T(80 y +).
EV(x): Esperanza de vida a la edad x. Representa el número medio de años que le
quedan por vivir a los sobrevivientes a la edad x. Se calcula como: EV(x)=T(x)/l(x)
EV(0): Esperanza de vida al nacer, EVN. Valor particular de EV(x) cuando x=0.
Para una población y año determinado, es el número promedio de años que un nacido vivo
en dicha población y año, puede esperar a vivir si se mantuvieran constantes durante su vida
las tasas especificas de mortalidad, por edad, correspondientes a dicho año. Se calcula
como el cociente entre el número total de años que una cohorte de niños recién nacidos
llegaría vivir si estuviera expuesta, a lo largo de su vida, a dichas tasas de mortalidad
(numerador) y el tamaño de la cohorte (denominador). En algunos casos se toma un periodo
de tiempo mayor al año.
101
Anexo 6 Fuentes
Dirección General de Estadística, Censo General de la República en 1908, Uruguay 1911
Instituto Nacional de Estadística, VII Censo General de Población Mayo 1996, Uruguay,
1997
Instituto Nacional de Estadística/ CELADE, Uruguay: estimaciones y proyecciones de la
población por sexo y edad, Total del país 1950-2050, Uruguay, 1998
Dirección General de Estadísticas y Censos/CELADE, Tablas abreviadas de mortalidad
908-09, 1963-64, 1974-76 y 1984-86
Ministerio de Salud Pública/FISS, Estadísticas de Salud, Edición 1998, Uruguay, 1999
Ministerio de Salud Pública/FISS, Serie Histórica de mortalidad en el Uruguay por causa,
edad y edad, CD-ROM, 1999
CELADE, Boletín Demográfico No.61, América Latina: Tablas de mortalidad 1950-2025,
Santiago de Chile, 1998
United Nations, World Population Prospects (WPP), The 1998 Revision, New York, 1999
Recommended