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LITERATURA LATINOAMERICANA
SEGUNDO PARCIAL
Cafieri, Lorena
Chasampi, María Mercedes
Molina Vildoza, Tiziana
Rodríguez María Celeste
1- Describir la estructura de la novela y explicar el significado que sugiere el
título. ¿Por qué se dice que lo que ocurre en Macondo es una metáfora de
América latina?
El libro se compone de 20 capítulos no titulados, en los cuales se narra una historia
con una estructura cíclica temporal, ya que los acontecimientos del pueblo y de la
familia Buendía, así como los nombres de los personajes se repiten una y otra vez,
fusionando la fantasía con la realidad. En los tres primeros capítulos se narra el éxodo
de un grupo de familias y el establecimiento del pueblo de Macondo, desde el capítulo
4 hasta el 16 se trata el desarrollo económico, político y social del pueblo y los últimos
cuatro capítulos narran su decadencia.
La novela tiene una estructura irregular de tipo cíclica o circular porque a la larga es
una cadena de repeticiones en donde todo vuelve a suceder en forma periódica.
Si analizamos el título encontramos por un lado la referencia al tiempo “100 años” y en
segundo lugar encontramos este sustantivo “soledad”, el título está relacionado con la
condena que tuvo que sufrir la familia Buendía de vivir 100 años de soledad, ya que
ninguno de sus integrantes pudo nunca llegar a la completa felicidad, y solo logró la
plenitud cuando nació la primera criatura de la familia fruto de verdadero amor.
Se dice que Macondo es una metáfora de América Latina en primer lugar, porque el
pueblo ficticio e idealizado creado por Gabriel García Márquez representa de alguna
manera los mitos fundadores de América Latina: el descubrimiento, la conquista de la
selva, el asentamiento, la independencia, la guerra civil, etc. Y que además representa
también la geografía latinoamericana en su totalidad. Hay claros paralelismos entre
episodios de Cien años de soledad y la historia de Colombia. Un ejemplo viene del
coronel Aureliano Buendía quien lucha en 32 guerras civiles, y el episodio de la
anécdota de la masacre bananera de Macondo además de que este último viene a
representar hechos que son constantes a lo largo de la historia de los pueblos
latinoamericanos.
2- Esquematizar cómo se suceden las siete generaciones de los Buendía, qué
cosas van motivando sus vínculos o desvínculos entre sí o con otros
personajes. Cómo es y que podría simbolizar la pareja José Arcadio Buendía-
Úrsula Iguarán. El rol de Melquíades (¿Dios?) en la historia de la familia.
Primera generación José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán
Segunda generación José Arcadio, Coronel Aureliano Buendía, Amaranta,
Rebeca
Tercera generación Arcadio, Aureliano José, Santa Sofía de la Piedad, 17
Aurelianos
Cuarta generación Remedios la bella, José Arcadio Segundo, Aureliano
Segundo, Fernanda del Carpio
Quinta generación Renata Remedios (Meme), José Arcadio, Amaranta
Úrsula,
Sexta generación Aureliano Babilonia
Séptima generación Aureliano (el nombre que elige su madre es Rodrigo,
pero no llega a usar ninguno de los dos)
Los Buendía representan de alguna manera el pueblo en el que viven, sus personajes
a lo largo de la historia se ven marcados por encuentros y desencuentros, por amores
y desamores, la muerte, odio entre los personajes, rencores, envidias, infidelidades,
etc.,:
“La armonía recobrada sólo fue interrumpida por la muerte de Melquíades.” (Muerte)
“Amaranta fingió aceptar la decisión y poco apoco se restableció de las calenturas,
pero se prometió a sí misma que Rebeca se casaría solamente pasando por encima de
su cadáver”. (Envidia, rencor)
“La casa se llenó de amor. Aureliano lo expresó en versos que no tenían principio ni
fin”. (Amor)
“Úrsula no perdonó nunca lo que consideró como una inconcebible falta de respeto, y
cuando regresaron de la iglesia prohibió a los recién casados que volvieran a pisar la
casa”. (Odio, rencor)
No podemos olvidarnos de la mentira, la ocultación de cosas y el engaño de muchas
acciones y personajes a lo largo de toda la obra que poco a poco van construyendo el
tema de la soledad.
Un claro ejemplo lo podemos ver en Fernanda del Carpio, una mujer que fue educada para
ser reina pero que Aureliano II trajo a Macondo donde años más tarde fue la culpable de la
muerte de Babilonia (el novio de su hija Meme) y la cuál también encerró en un cuarto al
nieto que no quería que era hijo de Meme y Babilonia y sería el que descifraría los
manuscritos de la familia.
La pareja José Arcadio Buendía-Úrsula Iguarán es fundamental en esta historia ya que
son ellos quienes al contraer matrimonio dan comienzo a la saga de los Buendía.
En primero lugar podríamos decir que representan el pecado original, y es ese pecado
y la creencia en un castigo y en una condena a lo que habían hecho lo que los hará
vivir toda una vida de remordimientos.
José Arcadio representa el arquetipo del viejo sabio, comparándose
Simbólicamente a Jesús al morir atado a un árbol, y el segundo fue clavado a una
cruz de madera: El árbol es símbolo de la vida y de la muerte que aparece
también en la contraparte de Jesús, Judas, quien se colgó de un árbol para morir.
José Arcadio fue fundador de Macondo un lugar desconocido, cumpliendo el
papel de creador por lo que podría adjudicársele el papel de padre-creador:
“… con la violencia salvaje de su fuerza descomunal destrozó hasta convertirlos en polvo los
aparatos de alquimia… se necesitaron veinte para arrastrarlo hasta el castaño del patio, donde
lo dejaron atado ladrando en lengua extraña… estaba atado de pies y manos al tronco del
castaño…”
“…José Arcadio Buendía, era una especie de patriarca juvenil que daba instrucciones para la
siembra y consejos para la crianza de niños y animales y colaboraba con todos, aún en el
trabajo físico, para la buena marca de la comunidad… su casa era la mejor de la aldea, las
otras fueron arregladas a imagen y semejanza…”
Úrsula, su esposa es la gran matriarca, quien vive más de cien años al cuidado
de su familia y del hogar. Y se caracteriza por ser una mujer emprendedora y
trabajadora que con su esfuerzo y arduo trabajo empuja hacia adelante a toda
la familia Buendía. Posee un comportamiento fuerte y busca el bienestar de
todos; es la voz de la razón y la que en todo momento encarna la lucidez, es
también la memoria de toda la estirpe, la gran madre protectora, el sostén y
columna principal de toda la estirpe.
Melquíades, uno de los personajes importantes de la novela, hasta el punto de que él
es quien escribe la historia de la familia antes de que acontezca. Este personaje se
asemeja a un narrador omnisciente, pero su misterio va más allá como reconocen
todos los personajes. Este personaje, a modo de un Dios, crea el futuro, igual que un
escritor crea un texto. Pero se diferencia del Dios y del escritor en que,
inevitablemente, muere.
3- Explicar cómo es el realismo mágico de García Márquez, es decir, la aparición
de hechos fantásticos dentro de lo cotidiano de los personajes. Dar ejemplos
tomados de Cien años de soledad.
El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo
irreal o extraño como algo cotidiano y común. Es, sobre todas las cosas, una actitud
frente a la realidad. Una de las obras más representativas es Cien años de soledad, de
Gabriel García Márquez.
Características del realismo mágico.
• Mezcla de elementos reales y fantásticos, sin que los personajes distingan las
fronteras.
• Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
• Transformación de lo común y cotidiano en una vivencia que incluye experiencias
"sobrenaturales" o "fantásticas".
• Tiempo cíclico, no lineal, según tradiciones disociadas de la racionalidad
contemporánea.
• Tiempo distorsionado para que el presente se repita o se parezca al pasado.
• Ruptura de la narración lineal, cronológica, y aparición de técnicas como la
retrospección narrativa, también conocida como analepsis (racconto y flash-back), y la
anticipación narrativa, también llamada prolepsis o flash-forward.
Ejemplos:
El diálogo entre los vivos y los muertos:
"una noche en que no podía dormir, Úrsula salió a tomar agua al patio y vio a Prudencio
Aguilar junto a la tinaja. Estaba lívido, con una expresión muy triste, tratando de cegar con
un tampón de esparto el hueco de su garganta. (...) - Vete al carajo- le grito José Arcadio
Buendía-. Cuantas veces regreses volveré a matarte. (...)
“Una noche en que lo encontró lavándose las heridas en su propio cuarto, José Arcadio
Buendía no pudo resistir más. – Esta bien, Prudencio – le dijo-. Nos iremos de este pueblo,
lo más lejos que podamos, y no regresaremos jamás. Ahora vete tranquilo".
"Pero en realidad, la única persona con la que él podía tener contacto desde hacía mucho
tiempo era Prudencio Aguilar....Prudencio iba dos veces al día a conversar con él.....era
Prudencio Aguilar quien lo limpiaba, le daba de comer y le llevaba noticias....".
La cruz:
"…El miércoles de ceniza, antes de que volvieran a dispararse en el litoral, Amaranta
consiguió que se pusieran ropas dominicales y la acompañara a la iglesia. Más divertidos
que piadosos, se dejaron conducir hasta el comulgatorio, donde el padre Antonio Isabel les
puso en la frente la cruz de ceniza. De regreso a casa, cuando el menor quiso limpiarse la
frente, descubrió que la mancha era indeleble, y que lo eran también la de sus hermanos.
Probaron con agua y jabón, con tierra y estropajo, y por último con piedra pómez y lejía, y
no consiguieron borrarse la cruz. En cambio, Amaranta y los demás que fueron a misa se
la quitaron sin dificultad".
Cuando Remedios, la bella, desparecía volando con una sabana:
"Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las
desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus
pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios,
la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para
identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz,
viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano...".
Cuando hubo en Macondo un diluvio que duro más de cuatro años:
"Llovió cuatro años, once meses y dos días".
La peste del insomnio con la cual los que se enferman dejan de dormir y olvidad el
nombre de las cosas, personas y de su propia identidad.
La lluvia de flores:
"Poco después cuando el carpintero tomaba las medidas para el ataúd, vieron a través de
la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas".
El nacimiento del último miembro de la familia con cola de cerdo:
"Sólo cuando lo voltearon boca abajo se dieron cuenta de que tenía algo más que el resto
de los hombres, y se inclinaron para examinarlo. Era una cola de cerdo".
Cuando el último integrante de la familia Buendía lo comen las hormigas:
"…Y entonces vio al niño. Era un pellejo hinchado y reseco, que todas las hormigas del
mundo iban arrastrando trabajosamente hacia sus madrigueras por el sendero de piedras
del jardín…".
4- El tiempo de la novela: qué función tienen las prolepsis (anticipaciones) que
hay en el texto. ¿Cómo son tratados en la novela los tópicos del amor, la muerte,
el incesto?
La prolepsis es un recurso narrativo que consiste en interrumpir la línea temporal de la
narración para explicar un hecho del futuro.
En el inicio de la novela, el narrador anticipa qué le sucederá a uno de los
personajes:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había
de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era
entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de
aguas claras y diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes
como huevos prehistóricos”. [...]
Vemos cómo el narrador salta al futuro para explicar dónde estará el personaje años
después, y en qué pensará estando allí, y luego regresa al pasado para contar lo que
le sucedió cuando era niño.
Más adelante, todavía en el primer capítulo de la novela, encontramos otra prolepsis:
“Melquíades [...] era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste, con una mirada asiática que
parecía conocer el otro lado de las cosas. Usaba un sombrero grande y negro, como las alas
extendidas de un cuervo, y un chaleco de terciopelo patinado por el verdín de los siglos. Pero a
pesar de su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso, tenía un peso humano, una condición
terrestre que lo mantenía enredado en los minúsculos problemas de la vida cotidiana. Se
quejaba de dolencias de viejo, sufría por los más insignificantes percances económicos y había
dejado de reír desde hacía mucho tiempo, porque el escorbuto le había arrancado los dientes.
El sofocante mediodía en que reveló sus secretos, José Arcadio Buendía tuvo la certidumbre
de que aquel era el principio de una grande amistad. Los niños se asombraron con sus relatos
fantásticos. Aureliano, que no tenía entonces más de cinco años, había de recordarlo por el
resto de su vida como lo vio aquella tarde, sentado contra la claridad metálica y reverberante
de la ventana, alumbrando con su profunda voz de órgano los territorios más oscuros de la
imaginación”. [...]
Es importante fijarse en cómo el autor se ha preocupado de dejar claro cómo la
narración pasa a referirse a un tiempo futuro, tanto en el primer ejemplo:
Muchos años después , frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había
de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a [...]
... como en el segundo:
Aureliano [...] había de recordarlo por el resto de su vida como lo vio aquella tarde, sentado
contra la claridad metálica [...]
Igualmente, el autor se ha preocupado de dejar claro el regreso al momento anterior al
salto:
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a [...]
Lo mismo en el segundo ejemplo:
Aureliano [...] había de recordarlo por el resto de su vida como lo vio aquella tarde, sentado
contra la claridad metálica [...]
Si no lo hacemos así, el lector podría perder el hilo de la narración.
Una prolepsis puede emplearse para generar expectativa en el lector, como ha hecho
Gabriel García Márquez en el primer ejemplo, o simplemente para añadir una
información a la escena que se esté narrando, como sucede en el segundo.
Desde luego, sabemos por el título que el tema central de la novela es la soledad, la
soledad como problema ontológico, propio del ser que nace y muere aislado en su
caparazón. Una estirpe que está marcada con la impronta de la soledad y que de alguna
manera, consiente o inconscientemente se sobrepone a la tragedia de la soledad a
través de la búsqueda constante del amor, como única fuente para salvar la frontera del
aislamiento interior, de la alienación, del olvido, de la locura en definitiva.
La estirpe de los Buendía se acaba, como lo señala Ursula, por la falta de amor.
Resulta impresionante descubrir que todos los personajes de la novela están buscando
amor, mientras matan el tiempo de su vida con sueños militares, unos, alquímicos otros,
comerciales, lujuriosos, etc.
La muerte
La muerte en esta novela es muy mencionada, porque todos los personajes que se
mencionan terminan con la historia de su vida con la muerte de ellos mismos, o se
menciona también la muerte de algún otro personaje que no es de los principales y
que no se cuenta nada de ellos mas que cuando mueren, o como murieron.
Estas muestras son algunas pocas veces de los muchos momentos en que es
mencionado el tema de la muerte:
“-Todavía no tenemos un muerto -dijo él-. Uno no es de ninguna parte mientras no
tenga un muerto bajo la tierra.
Úrsula replicó, con una suave firmeza:
-Si es necesario que yo me muera para que se queden aquí, me muero.”
“Era un simple recurso de desahogo, porque en verdad estaban ligados hasta la
muerte por un vínculo más sólido que el amor: un común remordimiento de
conciencia.”
“-Si has de parir iguanas, criaremos iguanas -dijo-. Pero no habrá más muertos en este
pueblo por culpa tuya.”
“-Vete al carajo -le gritó José Arcadio Buendía- Cuantas veces regreses volveré a
matarte.”
“Lo atormentaba la inmensa desolación con que el muerto lo había mirado desde la
lluvia…”
“Así fue como se enteró Úrsula de la muerte de su madre…”
El incesto
El incesto es un tema recurrente y crucial si se quiere ya que a lo largo del relato. Las
relaciones entre parientes se marcan dentro del mito del nacimiento de un hijo con
cola de cerdo; a pesar de ello, éstas son presentes entre diversos miembros de la
familia y diversas generaciones a lo largo del relato.
La historia comienza con la relación entre dos primos: José Arcadio Buendía y Úrsula,
quienes crecieron juntos en la antigua ranchería, y tienen referencia de unos tíos
suyos que tuvieron un hijo con cola de cerdo. Posteriormente José Arcadio hijo se
casa con Rebeca "Buendía" (hija adoptiva), en una supuesta relación de hermanos,
pero en realidad nunca se habían conocido bien porque él se fugó en su adolescencia
con los gitanos. Cuando llega inesperadamente José Arcadio a la casa se enamoran
instantáneamente y se casan, cosa no aprobada por la familia, especialmente Úrsula
que considera eso traición. Aureliano José se enamora de su tía Amaranta en una
relación frustrada, llegando a proponerle matrimonio, pero ésta lo rechaza. También se
puede relacionar el amor de José Arcadio (hijo de Aureliano Segundo) con Amaranta
(su tía), frustrado pues ella muere y él estudia para ser Papa, invoca esa frustración
hacia la homosexualidad. Finalmente se presenta la relación entre Amaranta Úrsula y
su sobrino Aureliano, quienes desconocen su parentesco debido a que Fernanda del
Carpio, abuela de Aureliano y madre de Amaranta Úrsula, ocultó la verdad del origen
de él, afirmando que había sido encontrado en una canastilla que flotaba en el río.
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