Meditaciones sobre la ciudad y el Primer Anuncio

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“En esta ciudad hay un pueblo numeroso que me está reservado” Hech 18,10

“Y dijeron los unos á los otros: Vamos, edifiquémonos una ciudad

y una torre, cuya cúspide llegue al cielo…”

El episodio es muy famoso en el

imaginario popular, se encuentra en el

culmen de la "prehistoria bíblica"

(Gen 1-11)

“Si hubiera

diez justos en

la ciudad…

No destruiré

la ciudad en

atención a

estos diez”

.

"Puertas" significa en realidad toda la ciudad. Las ciudades portuarias bíblicas son el lugar donde hay comercio, donde se administra la justicia, un lugar de encuentro y comunicación, lugar fronterizo y cruce de caminos, donde la gente puede reunirse con otras personas de afuera. Dios ama de la ciudad esa parte, las puertas. Le encanta que, en cada ciudad, estén esos lugares donde la gente se reúne.

"Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una

ciudadela privilegiada, ha llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo.

Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo compromiso para todos

los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe”.

(Misericordiae vultus 4).

Nazareth

Jesús no tenía lugares privilegiados para su misión.

Cada contexto de vida humana es para Él

un lugar donde el Evangelio puede penetrar, un lugar de salvación

“No hay ni judío ni griego ; ni esclavo ni libre; no hay ni hombre ni mujer , porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús ” (Gal 3,28).

La iglesia que Pablo hace nacer en la ciudad no sacraliza algún lugar para reunirse, pero vive de la Palabra enseñada, compartida y actualizada entre los creyentes que se descubren iguales delante del Señor.

El proyecto de Pablo tiene como meta todos los pueblos. Abrirse al universalismo y no encerrarse en un gueto: “Dios todo en todos” (1Cor 15,28).

El supera las fracturas que en aquel entonces

dividían la humanidad,

sirve a un Dios imparcial y

colabora con El, creando una

nueva humanidad en Cristo.

Pablo no busca solo la colaboración de personas singulares, sino valoriza mucho la seguridad ofrecida por la vida comunitaria de frente a una sociedad que

divide, separa, crea jerarquías.

Sr. Gloria Elena García Pereira - CMA