La Montaña, 21 de julio de 2016.

“El árbol del ahorcado”

Mis queridas semillas,

Cada día contemplo este valle, estas montañas y cada día descubro un color nuevo, oigo sonidos de pájaros nuevos, son esas nuevas voces que han nacido en la primavera y que tenemos la suerte de poder escuchar esas vidas que amanecen, esos bambis que se pasean, está lleno de vida este rincón.

Vino Robert a plantarnos patatas, judías verdes, rúcula, tomates, berenjenas, pimientos, como cada año fiel

al reconocimiento de la madre tierra y nosotros cada día lo regamos, quitamos las malas hierbas y terminamos cansadísimas, claro tenemos el reconocimiento de la cama, por la noche cuando vamos a dormir ¡Ayyy! el colchón, la almohada nos recibe amorosamente y nuestros riñones, espalda y rodillas lo agradecen muchísimo, esa es nuestra recompensa, somos

tan felices de poder comer nuestros tomates, nuestras ensaladas naturales, todo lo que tenemos

aquí en la huerta y lo compartimos, viéndolo cada día y dando gracias a Dios nos damos cuenta que estamos vivos y “cuerdos”, van a comprender por qué les digo estás palabras.

Hoy en día muchos padres están muy preocupados por sus hijos y ¿Cuál es la preocupación? que todos son nini, ni quieren estudiar, ni quieren trabajar ni quieren estudiar, ni quieren hacer nada, no saben lo que quieren y nunca están satisfechos, vivirían sin hacer nada, pero teniendo todas las comodidades y exigiendo lo que quieren en aquel momento preciso, hacer su santa voluntad.

Un padre le estaba hablando a los otros de su hijo que solamente pensaba en las fiestas, en salir, chatear, whatsapp, siempre estaba en las redes sociales, se daba citas con grupos que no conocía y durante años este padre que era rico, que era millonario, le decía a su hijo: “Hijo estoy muy preocupado porque hoy tienes muchos amigos y gente que te adula y te llama, pero es solo por tu dinero, ten cuidado no lo gastes guarda para cuando seas mayor, el día que yo me muera no tendrás dinero, estarás en

la ruina y todos tus amigos se irán, ni se acordarán de ti”. Su hijo le decía: “Sí papá” se daba media vuelta y se iba, el padre iba envejeciendo y cada día su hijo hacía lo mismo, se levantaba tarde, iba con sus amigos y hasta la noche muy tarde no se iba a dormir, al día siguiente le pasaba lo mismo y el padre continuaba a estar muy preocupado de su hijo.

Pasaron los años y el padre murió, pero antes de morir construyó unas maderas con la forma de un árbol del ahorcado y le dijo a su hijo: “Mira bien hijo mío, este árbol del ahorcado es para cuando yo me muera ya sabes lo que tienes que hacer, te ahorcas, es lo único que tendrás, lo único”. El hijo lo miró y dijo: “Sí papá” se rio y se fue.

Después de tantos años, al morirse el padre, el hijo continuó a salir a invitar, a estar con sus amigos y llegó un día donde se terminó la fortuna, ya no tenía más, estaba arruinado. Del día a la mañana se fueron todos sus amigos, toda la gente que lo adulaba, toda la gente se fue y lo abandonó y después de tantos años el hijo fue a aquel lugar donde el padre le había enseñado y le había hecho construir ese árbol del ahorcado y había un papel que decía: “Recuerda hijo mío, cuando estés solo y desesperado, sólo te queda que ahorcarte” y llegó ese momento y dijo el hijo: “¡Cuánto me arrepiento! Ahora que no está mi padre he comprendido que he despreciado la vida que lo he insultado, que lo he humillado, él quería sólo el bien para mí, no tengo dinero, no tengo nada, no tengo valores y voy a hacer lo que me dijo”.

Subió en un taburete, se ató la cuerda y se tiró, para colgarse porque es lo único que le quedaba. Al colgarse el peso hizo que se rompiera la rama y al romperse la rama cayó al suelo y encima de su cabeza empezaron a caerle monedas de oro, lingotes de oro, brillantes y

diamantes, abrió los ojos y no creía lo que estaba viendo, también cayó un papel y estaba escrito: “Hijo mío tal como te lo dije te ha llegado, pero tu padre más allá de este mundo continúa amándote y protegiéndote, recoge esta fortuna y aprovecha de la segunda oportunidad, estoy seguro que sabrás lo que tienes que hacer”.

El hijo se puso a llorar y pidió perdón a su padre, aprovechó muy bien la segunda oportunidad, abrió una empresa, empleó a todos los jóvenes que no tenían trabajo, a las personas mayores que no tenían para comer y desde aquel instante fue el más feliz del mundo.

Jóvenes, una vez más sois muy brillantes, pero es porque vuestros padres están ganando el dinero que estáis gastando, muchos habéis pedido que queréis ir a Granada, pero es solamente holiday, unas vacaciones egoístas, ¿Por qué no os ponéis a trabajar este verano? Aunque sea limpiar las calles de donde vivís, aunque sea sacar la basura de vuestro país o de vuestra isla ¿No os dais cuenta que estáis sacando la sangre de vuestros padres? A qué hora se levantan vuestros padres para ir a trabajar, a qué hora se acuestan, estáis estudiando, pero no trabajáis, hay muchos que aún no saben hacer la habitación ni su cama, serán infelices, nunca encontrarán la felicidad porque han hecho como este chico, no han apreciado el sacrificio de vuestros padres.

Trabajar, buscar trabajo un mes para pagaros el Curso de Granada, si La Jardinera ve que hacéis un sacrificio os ayudará, si no hacéis sacrificio quedaros en vuestros países y preparar el árbol del ahorcado, es lo único que os queda, no tenéis otra solución, de qué os sirve el cerebro tan brillante si con el

pensamiento estáis matando a la humanidad por vuestros celos y vuestro egoísmo, el egoísmo mata. ¿Podéis escribirme si hacéis vuestra cama? ¿Si ayudáis a vuestra madre y a vuestro padre? ¿Estáis dando Curso para ayudar a los jóvenes?.

Padres, no sacrifiquéis más vuestra vida, no la sacrifiquéis, vosotros no tuvisteis tanto, es el motivo que os sentís culpables para que no

les falte nada, dejar que vivan lo que tengan que vivir y pasar y guardar vosotros para vuestra vejez. Las nuevas generaciones no tienen sentimientos, no tienen escrúpulos, ante todo son muy egoístas y destruyen el planeta.

Ninguno de los jóvenes de este planeta, pocos conozco que vayan a trabajar la tierra, por el placer que ayuden a su nonno o a su avô a su abuelito o a sus padres, las flores, un árbol, una fruta. En el Moncayo conozco a dos jóvenes que desde muy pequeños ya vendimiaban la viña, recogían los frutos, cortaban el césped, iban a buscar champiñones, pero los padres sabían muy bien que si no le daban caprichos a sus hijos, mañana serían hombres con respeto con dignidad y con mucho amor y así son Ana y Pedrito del Moncayo, que Dios os bendiga, dejasteis la infancia y sois unos jóvenes responsables, brillantes extraordinarios, conozco a otros que aún se están preguntando por qué no tienen más cosas y no se hacen la habitación por pereza y la pereza es la madre de la oscuridad, el trabajo nunca ha matado a nadie, estar sin hacer nada en el confort es el bajo astral que está con vosotros, elegir, cada quien es libre de hacer lo que desee, en esta Enseñanza siempre se ha hablado de libre albedrío, lo que sembráis recogeréis.

Mis amados padres siempre sois ejemplares, aunque vuestros hijos os critiquen, mañana ya veremos lo que harán ellos, no tenéis nada que reprocharos. Hay una madre coraje y muchísimas más, que crio a sus dos hijos y se lo han devuelto muy mal, el hijo se ha comportado malísimamente mal con su madre y la hija también, ¡qué lástima! Porque esa madre ha trabajado para ellos como tantas madres.

Padres, hombres y mujeres continuar a contemplar la belleza de la naturaleza y lo que nos da la tierra, cada día es un despertar, cada día tenemos que agradecer, es lo que nos mantiene en la Luz.

Sentiros bien estrellas y sentiros felices, siempre con vuestra consciencia, seáis sinceros siempre con vosotros mismos y veréis que la autoestima subirá como una copa de champagne y es lo que os ofrezco, una buena copa de champagne y todo mi amor.

La Jardinera