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Georgia Cates

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Estefidenise Jut

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Maia 8

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El presente documento tiene como finalidad impulsar la lectura

hacia aquellas regiones de habla hispana en las cuales son

escasas o nulas las publicaciones, cabe destacar que dicho

documento fue elaborado sin fines de lucro, así que se le

agradece a todas las colaboradoras que aportaron su esfuerzo,

dedicación y admiración para sacar adelante este proyecto.

Igualmente les animamos a apoyar a los autores comprando el

formato original de sus libros.

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Georgia Cates

Traducido por Jhos

Corregido por aLexiia_Rms

Jessie Boone es el autoproclamado chico malo y no marcha al ritmo del

tambor de nadie, sólo al suyo. Crecer en circunstancias menos que deseables no lo hace ajeno a los duros golpes de la vida, y su

determinación de dejar todo atrás es intensa. Cuando se encuentra transferido a East Franklin High School, ve la oportunidad de usar su habilidad atlética para conseguir una beca universitaria de fútbol, pero

Forbes Henderson, el jugador que Jessie quiere reemplazar, no está abandonando su puesto voluntariamente. De hecho, Forbes está

dispuesto a llegar a medidas extremas para mantener su lugar como el primer mariscal. Cuando el malicioso plan de Forbes para calumniar a su reemplazo falla, Jessie está furioso y determinado a demostrarle que

se metió con la persona equivocada; no solo va a tomar su posición como primer mariscal, también va a tomar a su chica.

Claire Deveraux es la perfección en su máxima expresión. Es hermosa, inteligente y sin darse cuenta acaba de convertirse en la conquista de

Jessie Boone como venganza contra su novio, Forbes Henderson. Al igual que su actuación impecable como la perfecta hija y estudiante, la actuación de Claire siendo la novia perfecta tiene a todos engañados,

excepto a Jessie Boone, y su temor a que el tatuado chico malo vea su deseo secreto por explorar su amenaza cruda y promesas de rock en su perfecto mundo crece.

Si Claire decide ceder a un momento sin inhibiciones con Jessie,

¿aprenderá demasiado tarde que todo era un acto de venganza, o Jessie aprenderá que el sabor del primer amor es más dulce que la venganza?

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Georgia Cates

CRÉDITOS

SINOPSIS

1. LOCAS HABILIDADES

2. PIDIENDO UN AVENTÓN

3. LAS INTOCABLES

4. PRINCESA

5. EL ENCANTO DE EAST FRANKLIN

6. EL TARDI NAZI

7. SÓLO PORQUE SEPAS MI NOMBRE

NO SIGNIFICA QUE ME

CONOZCAS

8. NECESITO UNA ESCOBA RÁPIDO

9. DISCULPA FALSA NO ACEPTADA

10. CAJA DE PENALTIS

11. GARANTÍA DE REEMBOLSO

12. TODOS LOS BOTONES

CORRECTOS

13. LUCES DEL VIERNES POR LA

NOCHE

14. NO QUIERO ESTAR BIEN

15. ASUSTADO

16. MUCHAS TONALIDADES DE

NEGRO

17. AGUIJÓN

18. UNA ENREDADA TELARAÑA

19. CÁLLATE

20. ¿ES ESTE EL COMIENZO O EL

FIN?

21. DECLARACIONES

22. MATERIAL PARA ESPOSA

23. DULCES SUEÑOS

24. BÉSAME BIEN

25. BESAR Y CONTAR

26. CORDERO A LA MASACRE

27. ¿QUÉ DEMONIOS?

28. ESO VA A DEJAR UNA MARCA

29. LO QUE NO TE MATA TE HACE

MÁS FUERTE

30. NO VOY A DEJAR QUE SEAS MI

CULPA

31. TOMARÉ LO QUE PUEDA

CONSEGUIR

32. ROCES ACCIDENTALES

33. ESCÚPELO YA

34. AMIGA

35. SIMPLE HUMANIDAD

EEPPÍÍLLOOGGOO

PPLLAAYYLLIISSTT OOFFIICCIIAALL DDEE GGOOIINNGG UUNNDDEERR

PRÓXIMO LIBRO: SHALLOW

SOBRE LA AUTORA

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Georgia Cates

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Georgia Cates

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Georgia Cates

LLooccaass HHaabbiilliiddaaddeess

Traducido por Jhos Corregido por Estefidenise

JJeessssiiee Faltaban dos semanas hasta que comenzaran oficialmente las clases en la Secundaria East Franklin como el nuevo chico, pero hoy iba a

conseguir una entrevista de mis nuevos compañeros de equipo y competencia en el campo de fútbol. Por lo que había escuchado y leído sobre el entrenador Osborne, era serio sobre su equipo, y

dando cualquier cosa menos que mi mejor esfuerzo, no obtendría una muy necesitada posición en primera línea. El puesto era

necesario si planeaba conseguir una beca de fútbol y dejar todo esto atrás.

Conduje al campo de fútbol. El estacionamiento junto al centro

deportivo no parecía como si estuviera lleno con vehículos pertenecientes a chicos de la Secundaria, parecía más como un ayudante del The Peabody1. Mi viejo cacharro definitivamente no

encajaba, así que tomé esto como la primera pista de que yo tampoco lo haría.

Me uní al grupo de chicos sentados en las bancas y el hombre de pie ante nosotros anunció:

―Soy el entrenador Osborne y este es mi asistente, el entrenador

Sheffield. Antes de ponerlos en el campo, necesito una copia de sus exámenes físicos.

No teníamos que realizar exámenes físicos en Collinsville, así que, ¿qué pasa con eso? Un examen físico significa ver a un médico, lo que requeriría dinero que no tengo. Pensé en la lesión en mi hombro,

preguntándome qué podría hacer si no podía encontrar un doctor que me permitiera jugar a pesar del extenso trauma. La terapia física había ayudado, pero no estaba al cien por ciento y todavía tenía un montón de

dolor, con el que había elegido tratar en lugar de controlar con narcóticos.

1 The Peabody: Famosa cadena hotelera de lujo.

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Georgia Cates

Observé a los otros jugadores mientras se alineaban para entregar sus exámenes físicos y pensé sobre cómo las cosas nunca cambian para mí.

Había pasado mi vida entera extendiendo mi mano para decirle a alguien que no tenía las cosas que necesitaba y aquí estoy, con

dieciocho años, todavía haciendo la misma cosa.

―Entrenador, no he realizado un examen físico todavía. Soy un estudiante transferido y no sabía que necesitaba uno. No eran

requeridos en mi antigua escuela. ―Traté de hacerlo sonar más como una falta de conocimiento en lugar que una falta de dinero.

—No puedo dejarte participar en la práctica hasta que estés examinado

y tenga la página en el archivo. Es una nueva política, pero uno de los otros estudiantes será requerido pronto. ¿Cuál es tu nombre?

―Jessie Boone.

Levantó su portapapeles y comenzó a escribir.

―¿Para qué otra escuela jugabas?

Suspiré. Era solo cuestión de tiempo antes que mis nuevos compañeros me descubrieran, pero tenía la esperanza que les tomara más tiempo

que un día. La probabilidad de encontrar una opción con esos mocosos desapareció cuando anuncié que anteriormente asistí a Collinsville, porque todo el mundo sabía que solo pobres y chicos en desventaja

asistían a la Secundaria Collinsville.

El entrenador Osborne no levantó la mirada de su portapapeles o pareció reconocer lo que mi asistencia a Collinsville significaba.

―¿Qué posición?

―Estaba comenzando como mariscal, señor ―anuncié con arrogancia,

luego me giré para mirar a la multitud de chicos irrumpiendo en risas.

―Parece que tienes algo de competencia, Henderson ―dijo uno de los chicos riendo.

El chico que asumí era Henderson me evaluó e hice lo mismo para probar que no estaba asustado de un poco de competencia.

El entrenador miró a los chicos pero no dijo nada, luego regresó sus

ojos a su portapapeles y continuó tomando notas.

—¿Lanzas con tu brazo derecho o izquierdo, Boone?

―Ambos ―respondí.

―De acuerdo, déjame reformular la pregunta. ¿Cuál es tu mejor brazo lanzador?

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Georgia Cates

Me deleité informando al entrenador.

―Ambos son bastante iguales porque soy ambidiestro. Puedo arrojar

sobre sesenta metros con cualquier brazo, así que nunca me agoto en exceso.

Escuche murmullos de la multitud, luego:

―Él está lleno de ello.

El interés del entrenador era notable y estaba curioso por ver si lo que

yo proclamaba era cierto.

―Solo hay una forma de descubrirlo. ―Me escoltó al campo y la multitud nos siguió, esperando para ver la prueba de mi rara habilidad.

El entrenador Sheffield me lanzó un balón y dijo:

―Es hora de mostrarnos lo que puedes conseguir. Cooper, puedes ser

su recibidor.

Un chico pijo en una camisa polo y vaqueros caros corrió al final de la zona y esperó por mi lanzamiento. Caminé fuera del centro del campo y

estiré mis dos brazos. Mi hombro izquierdo se sintió un poco apretado y rogué por que no defraudara porque esta era mi gran oportunidad de

probar mi lugar en este equipo comenzando como mariscal.

Hice una seña al chico llamado Cooper para que comenzara a correr y di mi mejor lanzamiento con mi brazo derecho, girando la pelota de

fútbol un poco por debajo de las sesenta yardas. El pase fue completado perfectamente cuando Cooper lo atrapó en la zona final.

El entrenador Osborne asintió y dijo:

―Muy bien. Ahora, muéstrame lo que puedes hacer con el otro brazo.

Cooper me lanzó la pelota y rodé mi otro hombro en preparación. Le

indiqué a Cooper que comenzara a correr de nuevo y le di mi mejor tiro. Observé la pelota girar hacia Cooper y él fácilmente completó el pase. Di un silencioso gracias a mi recientemente traumatizado hombro por no

fallarme en frente del entrenador y el equipo.

―Ese fue un buen trabajo, hijo. Por supuesto, he escuchado de mariscales que pueden lanzar con ambos brazos, pero nunca lo he visto

yo mismo y de seguro nunca soñé con tener uno que se mostrara esperando por jugar para mí. Creo que acabo de encontrarte un lugar

en este equipo, pero no puedo dejarte practicar hasta tenerte examinado. ¿Crees que puedes conseguir un examen físico esta semana?

―Sí, señor ―mentí.

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―De acuerdo, trabaja en conseguir eso tan rápidamente como sea posible así puedo ponerte dentro. Hasta que estés examinado, quiero

que observes al equipo para ver cómo trabajan juntos.

Asentí y tomé asiento en la banca mientras los otros se vestían. Cuando

los jugadores vinieron al campo escuché a Henderson decir:

―Mejor consigues acostumbrarte a sentarte en la banca porque ahí es donde tu tiempo de juego pasará.

Me giré para ver una sonrisa maliciosa y no me pude resistir a darle un golpe bajo con una mella.

―¿Estoy confundido o eres tú el mariscal que consiguió entregarle el

culo en el juego del campeonato estatal la temporada pasada?

El entrenador caminó en el campo entre nosotros y su presencia

interrumpió nuestra discusión, pero sabía que no había acabado, solo era pospuesta.

La práctica comenzó y el equipo funcionó de manera diferente a como

había jugado en Collinsville. Aunque era la primera práctica, el equipo se desempeñaba bien junto y cuando lo observé, me puse un poco

nervioso sobre encontrar mi lugar entre ellos.

Cuando el pateador tomó un respiro para tomar agua, se sentó en la banca junto a mí.

―Escuché cosas bastante malas de Collinsville. ¿Cómo te las arreglaste para no conseguir un disparo?

Me pregunté qué lo hacía estar tan seguro de que no lo había recibido.

―Solo suerte supongo.

Él extendió su mano y dijo:

―Soy Dane Wickham, por cierto.

Sacudí su mano firmemente.

―Jessie Boone.

―Sí, lo oí. Tienes algunas locas habilidades. ¿Cómo hiciste para entrenarte para lanzar con ambos brazos tan bien? ―Giró la botella de agua en su manos y bebió mientras esperaba por mi respuesta.

La verdad era que esa fue la única ventaja genética que conseguí de mis padres sin inconvenientes, pero no iba a ir allí con este chico.

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―No me entrené para hacerlo. Siempre he sido capaz de usar cualquiera de mis manos para hacer cualquier cosa.

―Bueno, es en verdad genial y estoy feliz de tenerte en nuestro equipo, incluso si Henderson está actuando como un imbécil.

―Gracias. Estoy feliz de estar aquí en lugar de Collinsville. Mi viejo entrenador no daba un nada por nosotros incluso si ganábamos un juego simple. El solo se presentó porque era parte de su trabajo que no

podía hacer esquivar.

―¡Hey, aguador! Tráeme algo para beber. ―Mi nuevo némesis gritó desde el otro lado del campo. Pasé de él para hacerle saber cómo me

sentía sobre su orden. Imaginé que era mejor esto que ir más pronto que tarde.

―Supongo que averiguaste que ese es Forbes Henderson, pero ignóralo. Era nuestro primer mariscal de campo el año pasado y se está exhibiendo porque sabe que acabas de fastidiarlo de titular.

Esto era algo sobre lo que necesitábamos estar claros desde el comienzo.

―Espero que no parezca que me importa, porque no lo hago.

El chico rió y dijo:

―De alguna forma recogí eso por el dedo medio que acabas de darle. Ya

puedo decir que esto está poniéndose interesante. Eres diferente a cualquiera en esta escuela.

―Amigo, no tienes ni idea.

―¿Wickham, vas a patear hoy o no? ―gritó entrenador desde el otro lado del campo.

―Esa es mi única advertencia. No me siento como para correr vueltas, así que supongo que te veré después.

―Hasta más tarde.

La práctica duró tres horas y observar a Henderson con sus mediocres habilidades de lanzamiento me hizo desear vehemente salir allí con el equipo. Estaba listo para mostrarles de que estaba hecho; estaba listo

para mostrarle a Henderson.

Cuando el entrenador nos dejó ir, fui al centro deportivo para conseguir

mi jersey y encontré a Henderson esperándome. Después que entré, caminó al umbral para bloquearme la salida y dijo:

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Georgia Cates

―Con ese pequeño truco elegante puedes empujar, pero no creo que solo vayas a caminar a la posición de mariscal de campo titular, porque

no planeo dártela.

Agarré mi bolsa de la banca y caminé directo hacia él sin responder.

Cuando traté pasar alrededor de él, empujó su hombro contra el mío y dijo:

—¿Me escuchaste, chico?

Sus palabras y su sonrisa boba activaron algo en mí, un recuerdo de la forma en que Wayne sonreía antes de golpearme cuando era un niño pequeño. Lo agarré por su jersey y lo empujé del umbral, golpeándolo

contra la pared de bloque de cemento del centro deportivo.

―Nunca me toques de nuevo. ¿Entendido?

Él no respondió cuando me miró directo a los ojos y no estaba seguro si era desafío o miedo lo que vi.

—¿Tenemos ya un malentendido, chicos? ―Escuché al entrenador

preguntar desde el umbral de su oficina cuando se puso de pie con sus brazos cruzados, esperando por una explicación.

Me rehusé a perder la mirada baja y respondí:

―No, entrenador, creo que hay un entendimiento claro como el cristal entre nosotros. ¿No estás de acuerdo, Henderson?

Él entrecerró sus ojos hacia mí y respondió:

―Sí, creo que Boone y yo nos entendemos el uno al otro perfectamente.

―Me alegra escuchar eso. Ahora fuera de aquí, Henderson. Boone,

necesito verte en mi oficina.

Genial. Era lo único que me faltaba, conseguir ser expulsado. Eso no

debería ser una sorpresa, solo era tan natural que el chico rico consiga salirse con la suya.

Seguí al entrenador a su oficina. Él cerró la puerta, entonces me dijo

que tomara asiento. Cerrar la puerta nunca era una buena señal y sentarse quería decir que tenía bastante que decir, una señal incluso peor. Rogué que no fuera sobre mí siendo expulsado del equipo.

Necesitaba este puesto desesperadamente, así que inhalé profundamente y puse mi mejor cara de póquer para proteger mi

miedo casi abrumador de ser expulsado.

―¿Eres consciente del magnífico talento que tienes, Boone?

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Me encogí de hombros. No estaba acostumbrado a escuchar ningún tipo de elogio, pero sabía que podía hacer que fuera especial.

―Hay un montón de universidades ahí afuera que sueñan con conseguir sus manos en alguien como tú.

Sentí que podía respirar de nuevo cuando me di cuenta que no me iba a ser mostrada la puerta. Admití:

―Estoy feliz de escucharle decir eso. Espero que esté en lo correcto

porque tengo que conseguir una beca completa si quiero ir a la universidad.

Él pareció un poco desgarrado sobre lo que quise decir y sentí una

punzada de nervios regresar.

―Boone, soy un tipo honesto, así que solo voy a preguntarte. ¿No has

conseguido el examen físico porque no sabías sobre ello, o no puedes permitírtelo?

Cada momento importante en mi vida siempre venía con esto, la parte

donde soy forzado a admitir que vengo de nada. De mala gana dije:

―No sabía sobre ello, pero incluso si lo hubiera hecho no puedo

permitírmelo. Planeaba hablar con mi jefe esta tarde. El podría dejarme tener un adelanto de mi cheque de pago.

El entrenador comenzó a escribir una nota y dijo:

―El hermano de mi esposa es médico. Este es su nombre y la dirección de su oficina. Le dejaré saber que estarás yendo a su oficina a verlo. Él se encargará de ti sin ningún cargo.

Nadie me había cortado la respiración en mi vida excepto por mi jefe, Earl. Miré el escrito deslizarse del papel.

―¿Por qué haría eso por mí?

―Te quiero. Entre más pronto te consiga practicando, más pronto puedo ver exactamente lo que puedo hacer contigo.

Nadie me había querido en mi vida entera y la sensación dentro de mí era extraña.

―Gracias, Entrenador.

Estaba feliz de no tener que preocuparme sobre cómo iba a pagar por la visita al médico, pero no me gustaba sentirme como un caso de caridad.

Esperaba que los otros chicos no descubrieran que el entrenador arregló un examen gratis para mí. Nunca terminarían de hacerme bromas al respecto.

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Cuando caminé fuera de la casa de campo, un montón de chicos estaban pasando el rato en el estacionamiento y más de una docena de

chicas se habían unido a ellos. Todas estaban usando pantalones deportivos cortos y camisetas cortas que decían EFHS, así que decidí

que debían ser el escuadrón de animadoras llegando para practicar.

Mi nuevo archienemigo estaba sosteniendo sus manos con la más caliente en el grupo. Ella era una pequeña linda cosa con una pequeña

cintura y una apretada camisa para mostrar sus pechos turgentes. Su largo cabello estaba empujado en una clásica cola de caballo de animadora y no podía decidir si era marrón o rojo, así que decidí

llamarlo castaño.

Caminé hacia mi furgoneta, totalmente esperando un golpe bajo, y

Henderson no me sorprendió cuando gritó a través del estacionamiento.

―Oye, superestrella. ¿Todavía estas esperando que la NFL te envíe tu primer cheque de pago así podrás comprar un auto que no venga del

desguace?

Cuando se rió sarcásticamente, su aparente novia tiró su mano de la

suya y escuché una palmada audible cuando lo golpeó a través del pecho. Estuve decepcionado de que no fuera su rostro, pero ella no tenía ninguna razón para defenderme y estaba sorprendido de que no

se le uniera para humillarme.

Abrí la chirriante puerta de mi furgoneta y dije:

―Wau, Henderson. Eso fue creativo para alguien que acaba de ser

golpeado por el segundo en cadena.

Me metí en mi furgoneta y cerré la puerta antes de que tuviera la

oportunidad de tomar represalias y menospreciarme más en frente de las animadoras. Dudé en arrancar el motor. Rogué que no se estancara en mí como algunas veces hacía. La suerte estaba conmigo hoy y estaba

increíblemente agradecido cuando arrancó en el primer intento. Dejé el campo sabiendo que esta cosa entre mí y Forbes Henderson solo acababa de comenzar.

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PPiiddiieennddoo uunn AAvveennttóónn

Traducido por aLexiia_Rms Corregido por Maia8

CCllaaiirree

—¡Claire! Por favor, date prisa. Payton está aquí y no quiere llegar tarde

a su primer día de clases. —Escuché a mi madre gritar desde abajo.

—Genial —murmuré para mis adentros mientras agarraba mi corto vestido marfil floreado y rápidamente me lo echaba encima de la cabeza.

Tenía la intención de trenzar al frente mi cabello hoy, pero ya no tenía tiempo, así que torcí la parte delantera y la puse a un lado, sujetándola firmemente con un par de horquillas en una X.

Miré el reloj.

—¡Uf! —gemí. Payton iba a matarme. Llegar tarde era la historia de mi

vida. Nunca era mi intención, pero debía ser genético porque a pesar de lo mucho que lo intentara, no podía no llegar tarde.

—Payton, dame un minuto más y voy a estar abajo —le grité desde mi

habitación mientras me rociaba un suave, con esencia a melocotón y jazmín, aerosol de cuerpo, luego me froté las piernas y los brazos con la misma loción corporal perfumada.

Como de costumbre, ella estaba a tiempo y eso me ponía al límite sabiendo que podría hacer que llegáramos tarde a nuestro primer día de

clases, porque sabía que iba a sacar el infierno de ella.

Odiaba pedir un aventón, aunque fuera a mi mejor amiga, y maldecía al ignorante que golpeó mi vehículo en el centro comercial y dejó un hueco

enorme en el parachoques. Con suerte, podría tener mi vehículo de regreso del taller antes de la fogata de regreso a clases en lo de Harrison

Cleveland la noche del viernes, ya que habíamos planeado usar mi sistema de sonido para la música.

Rápidamente me puse las botas nuevas, me eché un vistazo en el espejo

y pensé que me faltaba algo. Parecía muy simple, así que busqué en mi armario donde guardaba mis accesorios. Puse mi bufanda albaricoque alrededor de mi cuello porque se veía como si estuviera hecha para ir

con mi vestido y el color se veía fabuloso con lo rojo en mi cabello. Una

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vez que estaba satisfecha con la forma en que me veía, agarré mi mochila y bajé corriendo las escaleras.

Mi mamá estaba vestida para el trabajo y de pie en la parte inferior de las escaleras ya sea para saludar o regañar. Decidí que era regañarme

cuando vi que estaba claramente agitada. Me observó frotando por las escaleras mientras estaba de pie con las manos en sus caderas y sabía que ella pensaba que no crió a su hija para que estuviera siempre

llegando tarde.

—Claire, tengo una reunión hasta tarde esta noche y tu padre está de guardia, por lo que tendrás que valerte sola en la cena, pero debería

estar en torno a las nueve o alrededor —dijo mientras caminaba a la cocina y regresaba con mi taza de viaje llena de café.

La agarré y dije:

—No hay problema, mamá, y gracias por el café. —La puse bajo mi nariz, inhalando el aroma, y jugando nuestro pequeño juego de

adivinanzas para identificar el sabor—. ¿Chocolate Frambuesa?

—Lo tienes, mi nena. —Incluso a los diecisiete años, todavía me

encantaba oír a mi madre llamarme así.

—Eres increíble, mamá —le dije mientras la abrazaba. Después de que ella nos dijo que tuviéramos un gran primer día en la escuela, Payton y

yo salimos de mi casa y nos dirigimos a la escuela. Condujo más rápido de lo que debía porque nos hice estar atrasadas y me prometí que lo haría mejor el resto de la semana dado que me estaría dando aventón.

Mi teléfono sonó y ambos reconocimos el tono como Forbes. Agarré mi bolso, saqué mi teléfono y esperé a ver qué Payton tendría que decir

porque siempre había algo interesante. Ella empezó a bajar el volumen de la música, y luego dijo:

—Déjame adivinar. El tipo que solo piensa con la cabeza que no se

encuentra en sus hombros, quiere que vayas y aligeres su mente antes de clases.

—Deja de decir cosas como esa. —Leí el texto de él preguntando dónde

estaba y le dije a Payton:

—Él me busca porque tiene miedo de que pueda estar hablando con

otro hombre. Está a la defensiva, pero creo que tiene miedo de que lo corte porque ya no es el mariscal de campo. Pero, no te atrevas a decir una palabra al respecto.

—Claire, sus inseguridades son muy poco atractivas. ¿Cuán superficial cree que eres? Quiero decir, ¿realmente piensa que lo vas a cortar por el

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nuevo chico de Collinsville solo porque él es el nuevo mariscal de campo estrella?

—No sé exactamente lo que esté pensando, pero cortarlo es como flojo, Payton. No acostumbra a perder —defendí.

Ella se rió y dijo:

—Sí, lo entiendo, pero no ver que no eres más que algo atractiva... Él todavía está atascado en la mentalidad de que es la estrella en East

Franklin y perdió ese lugar cuando fue sustituido por el nuevo.

Nada de eso era nuevo para mí. Forbes despreciaba el aire que el chico respiraba y yo sabía de primera mano la posición pobre del nuevo chico

porque me enteraba de ello sin cesar.

—Así que, ¿cuál es el nombre del nuevo chico ardiente de todos modos?

—preguntó Payton.

—No lo sé porque solo oigo referírsele con algún tipo de blasfemia, pero por favor, no lo llames “nuevo chico ardiente” delante de Forbes.

Realmente no quiero oírlo insultarte.

—Que se joda Forbes Henderson. Le diré que el nuevo chico es un sexy

tatuador de puta madre y me atreveré a decir cualquier cosa al respecto —amenazó.

Sí, sabía que ella tenía razón, pero Forbes se sentiría humillado por la

pérdida de su puesto por un chico de Collinsville y hoy tenía que enfrentar a todos en la escuela. Estaba muy seguro de que el alumnado se reiría a sus espaldas, pero en realidad, no importaba quién fuera el

mariscal de campo, siempre y cuando nuestro equipo estuviese ganando. Y no me importaba si no estaba saliendo con el mariscal de

campo estrella.

La actitud de fiesta de autolástima era un completo giro, pero no lo mencionaba porque era la novia perfecta, pero me había fastidiado

tanto como planeaba soportar. Si seguía así, me vería obligada a decir algo al respecto porque lo estaba usando como una razón para tratar de conseguir entrar mis pantalones y me estaba hartando.

—¿Qué tal si intentas no provocar a Forbes hoy? —le supliqué.

—¿Cuál sería la diversión en eso? —dijo en un tono atrevido.

—Por favor, no, Payton.

—¡Uf! —se quejó—. Está bien, no voy a provocarlo, pero por favor tienes que saber que va en contra de mi buen juicio el no aprovecharme de él

porque puede ser que no tenga otra oportunidad en corto plazo —dijo.

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Georgia Cates

Mi mejor amiga y mi novio se odiaban mutuamente y me estresaban sin fin. —Sí, estoy totalmente consciente de lo doloroso que debe ser para

ti. Tal vez deberías conectar con el nuevo tipo y luego los dos podrían molestar a Forbes juntos cuando esté cabizbajo.

—Eso casi suena como un gran plan ya que es ardiente como el infierno, pero sabes que totalmente no es mi tipo —dijo, como si debiera saberlo mejor.

—Ni siquiera lo conoces, ¿cómo sabes que no es tu tipo?

—Umm... es el chico pobre y, además, nunca saldría con un chico de Collinsville. Deberías saberlo mejor.

¿Hablaba en serio?

—Ya no es de Collinsville —argumenté.

Ella me miró con una ceja levantada.

—Bueno, él estuvo ahí en un momento dado y eso me dice todo lo que necesito saber. No es mi tipo de material para novio.

—Wow, realmente estás superando el nivel de perra, Payton.

—Uh... no. Significa que mis padres tendrían un total colapso si llevara

un chico así a casa conmigo. Ese gran y jodido tatuaje cubre su brazo entero y no saldría del radar de mis padres, porque nada menos que una manga larga lo ocultaría.

—¿Y qué? Un tatuaje no lo hace una mala persona.

—Dice suficiente por él, Claire. En serio, ¿qué tipo de chico de secundaria tiene tatuajes así? Parece que ha estado en la cárcel, tal vez

una cárcel para presos sexys, pero tú sabes que no hago lo del chico malo tatuado.

No podía atreverme decirle a Payton que pensaba que el tatuaje saliendo de su manga era la cosa más sexy que jamás vería, porque pensaría que estaba loca. Nadie, ni siquiera ella, imaginaría que la

perfecta Claire Elizabeth Deveraux podría encontrar toda su maldad atractiva. El problema era que yo no era la perfecta Claire que todos pensaban. Payton conocía mis imperfecciones mucho mejor que nadie,

pero incluso ella no se daba cuenta lo mucho que quería salir del capullo protector colocado alrededor de mí.

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Georgia Cates

LLaass IInnttooccaabblleess

Traducido por aLexiia_Rms Corregido por Maia8

JJeessssiiee Aparte de Dane Wickham, no hice amigos al entrar al equipo de fútbol de East Franklin como nuevo mariscal titular de campo. Las prácticas

habían sido tensas como mucho, pero no estaba allí para hacer amigos y prefería saber dónde estaba y no quedar cegado de la manera que fue toda mi vida.

Hoy era mi primer día en East Franklin. Me desperté dos horas antes de donde mi alarma fue programada a explotar y me quedé mirando el

techo con un caso severo de miedo. Por un lado, preferiría no tener mi culo siendo transferido a EFHS con ese montón de ricos y esnob niños. Por otro, podría posiblemente ser mi única oportunidad de evitar el

camino sin esperanza destinado para mi vida gravemente desfavorecida.

Los paneles de techo caídos sobre mi cama eran un recordatorio de lo diferente que era de los niños ricos que asistían EFHS. Podría

garantizar que ninguno de ellos estaba acostado en su cama mirando un techo amenazando ceder en cualquier momento, así que era muy

fácil abstenerme de engañarme en creer que encajaría con ellos.

Me levanté de la cama y fui a la cocina a comer algo para desayunar mientras mi abuela, Rita, bebía una taza de café negro fuerte y fumaba

un cigarrillo igualmente fuerte en la mesa del comedor de mala muerte en la pequeña cocina de su remolque. No me molesté en ofrecerle a Rita

algo para comer porque reconocí la mirada en su cara como que estaba con resaca. Ella y sus amigos habían festejado aquí anoche. No me molesté en mirar el reloj, pero era bien entrada la mañana cuando oí el

golpe de puertas de vehículos cerrándose, yéndose para volver a sus propias casas destrozadas.

Mientras estaba sentado comiendo mi desayuno, me di cuenta de varias

bolsas de plástico llenas de marihuana en la mesa, así que supe lo que vendría. Comí en silencio y evité mirar la droga en la mesa mientras

esperaba que Rita me diera órdenes. Mientras comía, ella alternaba entre sorber su café humeante y fumar sus cigarrillos Camel sin filtro con la boca permanentemente fruncida.

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Georgia Cates

Teníamos un acuerdo, ella y yo hablábamos solo cuando era necesario y nuestra política nos servía a ambos muy bien, pero esta mañana

encontró la necesidad de hablar conmigo. Ella señaló hacia la droga con su mano con un cigarrillo.

—Quiero que vendas estos hoy. Con cargo extra porque esos chicos ricos pueden permitirse el lujo de pagar un poco más.

Disfuncional no empezaba a describir la dinámica familiar. Las abuelas

de otros hacían cosas de abuela por ellos, sea lo que fuera, pero la mía me utilizaba como su propia infiltración de personal para vender drogas en la escuela al igual que mi madre me hizo hacer antes de morir.

No quería hacerlo, pero era nuestro acuerdo, porque no tenía donde ir. Vendía droga y ella me daba un lugar para vivir. Estaba un poco

sorprendido de que quisiera que vendiera en mi primer día en una escuela nueva, no una decisión inteligente.

—¿No crees que debería percibir, al menos, la situación en primer

lugar? Quiero decir, averiguar quién está en el mercado. ¿Qué pasa si le pregunto a un traficante si quiere algo de hierba? Estaría con mierda

hasta el cuello porque tengo dieciocho ahora.

—No me importa dónde vendas, solo dame algo de dinero hoy si quieres seguir quedándote aquí —amenazó.

Cuando terminé de comer, lavé los platos y los puse a secar, porque no teníamos el lujo de un lavavajillas como todos los demás. No me importaba. No se habría sentido bien tener algo en mi vida que la hacía

un poco más fácil, de todos modos.

Puse la droga de Rita en mi mochila, y luego fui al baño a tomar una

ducha. Era increíble cómo los Camel de Rita hacían apestar todo. El hedor de sus fuertes cigarrillos era repulsivo para mí, y había sido un fumador desde los 12 años. Traté de fregar lo más que podía mi cabello

y piel, porque no quería ir a la escuela con olor hasta el culo de Camel, pero sabía que era inútil, porque todavía tendría el olor en mi ropa.

Me puse una camiseta ajustada negra y un nuevo par de pantalones

vaqueros deslavados, que era el mejor que tenía y todo lo que podía darme el lujo con el poco dinero que quedaba de mi último cheque de

pago después de pagar por el trabajo de mi camioneta. Lo bueno es que los jeans desgastados estaban a la moda, y sería lo único que llevaría el resto de la semana.

Agarré mi mochila llena de droga, la misma que había usado durante los últimos dos años, y Rita no me ofreció palabras de aliento mientras

caminaba hacia la puerta para unirme a una forma de infierno comúnmente conocida como Secundaria.

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Georgia Cates

Era autosuficiente, pero no porque me fue otorgado con la motivación de ser un mérito adicional. Obtuve eso genéticamente, lo que significaba

que no tenía un solo miembro de la familia al que le importase lo suficiente como para hacer algo por mí. Earl, mi jefe en el taller, era la

única persona en mi vida que me había ayudado y se sentía más como una familia para mí que la mujer a la que estaba genéticamente atado.

A medida que me acercaba a la Secundaria East Franklin, temía más a

las miradas que conseguiría cuando los niños ricos vieran mi vieja camioneta estacionada al lado de sus Porsches y Mercedes caros. Ellos probablemente verían mi auto y moverían sus vehículos por temor a

que sus vehículos de lujo pudieran coger algo de mi vieja chatarra.

Realmente me importaba un bledo lo que la gente pensara de mí, pero

me molestaba cuando pensaban que eran mejores que yo, así que esperaba problemas en esta escuela. Estaba poblada por los niños de médicos y abogados que después de la junta escolar restringieron a los

niños del parque de caravanas en el lado sur de Collinsville y los reemplazaron con los niños de los barrios del lado norte de Franklin. Ni

siquiera estoy seguro de que fuera legal, pero es así desde hace cinco años, cuando se construyó la nueva escuela.

Fue por accidente que asistiera a East Franklin desde que me vi

obligado a mudarme con Rita durante el verano, y aunque estoy seguro de que no tendría un problema con mi liberación, Secundaria Collinsville se negó a admitirme sin matricula solo porque vivía en el

distrito escolar de East Franklin.

No teníamos el dinero para la matrícula y Rita no me ayudaría aunque

tuviera un millón de dólares. Ella dejó muy claro que yo era una incomodidad y la única razón por la que me permitía quedarme era porque estaba de acuerdo en traficar su mercancía. Cuando me

graduara, rápidamente me mostraría la puerta. El sentimiento era mutuo, por lo que no tenía que preocuparse de forzarme a la salida. Ella me trataba igual que mi madre, Twyla, toda mi vida, y no me cabía

duda sobre dónde aprendió sus asombrosas habilidades como madre.

Alejé los pensamientos de mi madre fuera de mi mente y entré al

estacionamiento de mi nueva escuela. Aparqué en la segunda fila y apagué el ensordecedor motor de mi camioneta que necesitaba un nuevo silenciador. Ya venía el día de pago, tendría que vaciar mi cartera

si Earl no podía encontrar uno usado decente en el depósito de chatarra.

No quería admitirlo, porque lo veía como una debilidad, pero mis nervios estaban sacudiéndose, así que encendí un cigarrillo antes de que me viera obligado a entrar por las puertas de mi nuevo infierno

personal. Mientras estaba sentado en el refugio de mi camioneta fumando un calmante para el estrés que tanto necesitaba, vi a los estudiantes regresando a mi alrededor, reuniéndose en el

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Georgia Cates

estacionamiento. Como era de esperar, salieron de cualquier cosa, desde pequeños vehículos deportivos de dos puertas hasta los

deportivos gigantescos que no podía permitirme el lujo de llenar de gasolina.

El reloj de mi camioneta estaba roto, así que miré el mío y vi que tenía diez minutos hasta que empezara oficialmente mi día de tormento. Me preguntaba si tenía tiempo para fumar un cigarrillo más después de

terminar el de mi mano, y mientras daba una larga calada, vi un Lexus blanco de lujo entrar al estacionamiento detrás de mí.

Miré por el espejo retrovisor para ver qué tipo de estudiantes de

Secundaria conducían un Lexus y no me sorprendí cuando vi que eran un par de animadoras que había visto durante la práctica de fútbol,

una de ellas era la novia de Forbes Henderson.

Su amiga parecía más una Barbie que una muñeca Mattel como ella. Tenía el cabello largo y rubio y un par de piernas asesinas con una

falda corta de mezclilla exageradas con un par de zapatos de tacón de cuña altísimos. Mientras me preguntaba cómo iba a salir con una falda

así de corta en la escuela, ella se enderezó y la bajó más, pero no lo suficiente como para pasar desapercibida desde mi vista. Seguía una estricta regla; mantener a los bárbaros a raya.

La novia de Henderson llevaba un vestido marfil floreado con una bufanda larga, de color melocotón en el cuello y un par de botas de color marrón degradado asumí que fueron hechas por un diseñador del

que nunca había oído hablar. Diablos. Una chica con vestido y botas era caliente, no solo era una lástima que estuviera ocupada, sino

también que fuera su novia, que me hizo saber un poco sobre quién era como persona. Ella estaba con el enemigo y por lo tanto en mi contra por asociación.

Con el enemigo o no, estas chicas no eran como las que yo estaba acostumbrado en mi antigua escuela. Chicas como estas eran intocables para alguien como yo, y podía imaginar a la Barbie

encarnada darme un saludo con dos dedos sobre su frente formando una “L” para recordarme mi estado perdedor.

Cuando vi a la chica de Henderson en el espejo retrovisor caminar hacia la puerta de mi conductor, tiré la colilla de mi cigarrillo por la ventana y sentí una abrumadora necesidad de molestarla. Okay. Tal vez solo

quería hablar con ella y verla de cerca para convencerme de que no era todo eso. En el momento justo, abrí mi puerta para evitar que ella

pasara. Esto iba a ser divertido.

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Georgia Cates

PPrriinncceessaa

Traducido por Jhos Corregido por Maia8

CCllaaiirree

Nos detuvimos en estacionamiento de la escuela y Payton estacionó

detrás del furgoneta del sexy rudo drogadicto. Él todavía estado sentado en su viejo cacharro y creo que vi un cigarrillo en su mano, luego él confirmó mi suposición cuando lo vi elevarlo a sus labios por

una calada y la punta brilló en naranja ardiente. Asqueroso.

—¿Por qué tenías que estacionarte detrás de él? —resoplé cuando sentí el calor elevarse a mi cuello y rostro.

—¿Cuál es tu trato con él, Claire? —preguntó, luego miro hacia mí y dijo:

—Tu rostro está rojo remolacha. ¿Qué está mal contigo? ¿Estás ruborizándote?

Salir del auto al mismo tiempo significaba caminar dentro de la escuela

junto a él y eso no haría a Forbes feliz. Payton no comprendía el escándalo que esto causaría porque no tenía un novio y no mejoraba las cosas que no pudiera soportar a Forbes. Ella creía que era débil y

trataba de agradarle, pero la verdad era que solo no me sentía como para escuchar a Forbes lloriquear más.

—Quiero evitar la necesidad de explicarle a Forbes porqué estoy caminando a la escuela con el chico que él odia. Eso solo para comenzar una discusión innecesaria que no quiero tener a primera hora

de la mañana.

—Con el riesgo de repetirme, Forbes es un idiota. No estacionaré en la

parte trasera del estacionamiento y caminaré un kilómetro extra para salvar sus sentimientos de inseguridad y si tienes que explicar eso, entonces deberías botar su trasero.

Sabía que tenía razón. Yo era un poodle saltando a través de los aros para mantener la paz y eso era ridículo además de agotador.

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—No estoy discutiendo cuán ridículo es esto, ¿pero podemos al menos alejarnos de él así no tengo que explicar porque estamos caminando

juntos? —rogué.

Ella resopló y dijo:

—Esto es ridículo, sabes eso, ¿no? Tu vida podría girar en torno a lo que Forbes quiere, pero la mía no.

Cuando Payton no se movió lo suficientemente rápido para mi gusto, la

arrastré fuera de su auto, dejándola detrás. Vi la colilla de un cigarrillo volar fuera de la ventana del lado del conductor del chico nuevo, luego su puerta se abrió frente a mí, evitando mi escape. Dio un paso fuera de

su furgoneta, mirando hacia a mí y sonrió cuando dijo:

—Perdóneme, Princesa. No quería bloquear tu camino.

Su voz era aterciopelada, pero no había error en la frialdad cuando su tono transmitía su desprecio por mí. Su incomprensible desdén por mí inmediatamente elevó mi bandera de bruja porque él no tenía nada para

basar su aversión dado que no me conocía.

Esta era nuestra primera vez cara a cara y de cerca, las otras veces que

lo vi fue cuando robé unas cuantas miradas durante las prácticas de animadoras en las últimas dos semanas cuando estaba segura de que Forbes no estaba vigilándome.

Me di cuenta que era mucho más guapo de lo que lo al principio creí ahora que esa mascara facial no estaba obstruyendo mi visión. Su cabello era tan negro como esperaba, y puntiagudo, y sus pálidos ojos

azules eran penetrantes. El contraste de su palidez contra su oscuro cabello era casi impactante y tuve que forzarme para evitar perderme en

ellos.

Estaba enojada con él por hacer suposiciones sobre mí, pero estaba más furiosa conmigo misma por encontrarlo tan cautivador. Probé mi

mejor reacción cuando se formó en mi lengua, pero no pude evitar de dejar salir impulsivamente Gilipollas.

Puso su mano sobre el lado derecho de su pecho donde debería estar su corazón y dijo:

—Sentí eso directo a mi corazón.

Lo observé cerrar su puerta mientras esperaba por mi contraataque y empujé pasándolo cuando dije:

—Que te jodan y mi nombre no es Princesa. Es Claire, así que si vas a

insultarme, al menos ten la decencia de conseguir mi nombre correcto.

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—Hmm, creo que me quedaré con Princesa. Parece quedarte mejor —dijo a mi espalda cuando caminé lejos.

No podía estar segura que las llamas no estuvieran saliendo del infierno de mis botas cuando prácticamente corrí lejos, pero Payton se las

arregló para ponerse al día conmigo y dijo:

—Estoy totalmente indignada por ti, Claire.

—¿Y eso por qué sería? —casi grité.

—Ese fue uno de las mejores muestras de pensar demasiado que haya visto nunca. Él te superó y sé que te enseñé mejor que eso. Básicamente te ganó. ¿Cómo puedo llamarte mi mejor amiga cuando

cediste tan fácilmente? Y por cierto, tienes algo en tu trasero.

Giré alrededor para mirar a la parte trasera de mi vestido cuando

empuje la parte falda alrededor para mirar y dije:

—¿Qué es?

—Los ojos del Sexy Chico Nuevo.—Se murió de risa y dijo:

—Lo siento, Claire, pero caminaste justo dentro de esa.

Entrecerré mis ojos y presioné mis labios cuando dije:

—Tal vez eres la más grande idiota de los dos. Definitivamente deberíais ser pareja.

—Esa carecía de creatividad y eso me insulta como tu infame maestra.

Tenemos que trabajar en tus regresos porque en seria me estas dejando mal —dijo, luego añadió:

—Desearía que pudieras ver tu rostro justo ahora. Lo que sea que te

hizo te tiene despistada. No puedes decidir si deberías estar enojada o caliente por él.

Me giré para mirar a esta persona loca que llamaba mejor amiga de pie junto a mí.

—Estoy celosa de lo que sea que estás fumando porque eso te tiene

completamente desafiando la realidad.

—Él está equivocado cuando te llamo Princesa. Debería haberte llamado Reina de la Negación porque nunca admitirás lo que está pasando aquí

—acusó.

Era justo como Payton llegaba a una conclusión sin evidencia real para

suportar su teoría.

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—No tienes idea del tipo de disparates que estás hablando.

—Espero que él consiguiera descansar anoche porque sus piernas van a

estar realmente cansadas después de correr a través de tu mente todo el día —rió, haciéndome enojar.

Me di cuenta de que iba pisando fuerte mientras caminaba hacia la entrada de la escuela.

—Deberías haber tomado tu píldora para dormir esta mañana en lugar

de anoche porque estás definitivamente soñando.

—Cuando retrocedas a este momento dentro varios meses, no olvides la única palabra que voy de decirte, Claire Deveraux. Coqueteo.

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EEll EEnnccaannttoo ddee EEaasstt FFrraannkklliinn

Traducido por val_277 Corregido por Maia8

JJeessssiiee Vi a Claire alejarse, junto con el vaivén enojado de sus caderas en su vestido de flores corto, y me reí de lo bien que le sentaba la furia. De

mala gana admití que mi esperanza en ella era más bien poca. Ella era todo eso, más una gran cantidad de agallas que no esperaba.

Después de mirar de cerca, me di cuenta de que su pelo era más rojo

que marrón y estaba más largo de lo que parecía cuando se lo recogió en una coleta en la práctica de porristas. Al principio pensé que sus

ojos eran de color marrón, y estaban en el centro, pero el borde exterior era verde y como ninguno que hubiera visto antes. Por un segundo casi me pareció que podían brillar como el Increíble Hulk porque estaba tan

enojada conmigo.

Se puso furiosa cuando la llamé Princesa, así que eso quiere decir que tiene una fuerte aversión a eso. Por suerte para mí, eso significaba que

acababa de pulsar el botón que estaría empujando en cada oportunidad que tuviera.

Miré hacia abajo para ver si tenía tiempo para otro cigarro antes de clase. Nope, solo seis minutos para tener que ir al salón. Podría haber recibido mi dosis de nicotina en lugar de hablar con la Princesa, pero

valía la pena perderse unos cigarros con tal de tirar su cadena. Tal vez corrió a decirle a su novio acerca de nuestro enfrentamiento verbal por

lo que se iniciaría una pelea y me gustaría tener una excusa para pisar el suelo.

A la mierda. Lo encendí para poder conseguir algunas caladas camino a

clase. Mentiría si dijera que no sabía que East Franklin tenía una política de no fumar si fuese atrapado por un profesor.

Di una inhalada de humo cuando me acercaba a la entrada de la

escuela y me pregunté si tendría alguna clase con la Princesa. Abrí una pastilla de menta y vi a un tipo perdido buscando mientras estudiaba

una copia de su horario de clases, así que supongo que no era el único estudiante nuevo en East Franklin.

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Caminé hacia aula pensando en cómo estaba contento de haber venido a principios de semana para establecer mi horario con el consejero y

localizar mis clases, incluso si se trataba de un dolor. Sin nada más, evité mirar al tonto tipo mientras se tambaleaba en busca de sus clases.

Entré en aula de la Sra. Garrett y me dirigí hacia la fila de atrás, donde los alborotadores y los que quieren ser invisibles eligieron para sentarse. Me dejé caer en mi escritorio, pretendiendo que nadie me iba

a ver si seguía deslizándome en el inferior. Recorrí la habitación buscando a la Princesa y maldije cuando no la vi porque era la única cosa que podría haber sido de interés en esta habitación.

Mientras estaba ocupado mirando hacia el espacio y el pensamiento acerca de la Princesa, escuché a alguien sentarse en la mesa junto a mí

y decir:

—Hola, Jessie.

Alcé la vista al oír mi nombre y vi a Dane Wickham, mi único amigo en

mi nueva escuela. Había vuelto de forma inesperada a ser muy bueno, incluso si él era uno de los niños ricos, y pasábamos el rato juntos en

su casa después de la práctica un par de veces.

Le di una breve inclinación de cabeza y le pregunté:

—¿Qué pasa?

Negó con la cabeza y dijo:

—Nada que merezca la pena.

Me senté y dije:

—Y que lo digas.

Decidí que Dane podría ser mi único acceso a la información dentro de

Claire, así que le pregunté

—Oye, ¿sabes quién es Claire?

Él frunció el ceño y preguntó:

—¿Claire Deveraux?

Le di un encogimiento de hombros.

—Puede ser. No sé su apellido.

—¿Cabello largo marrón? —me preguntó, y luego levantó las manos ahuecadas hasta el pecho y añadió—. ¿Con un magnífico par de

pechos?

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Georgia Cates

Quería corregir su evaluación de su color de pelo, ya que estaba mal, pero había acertado sobre sus pechos.

—Sí, ¿cuál es su problema?

—Ella es la chica de Henderson —dijo en forma de hecho.

—Sé mucho de eso —le dije, un poco irritado por oír la prueba de su asociación con mi némesis.

—¿Has oído hablar del encanto de América? Bueno, ella es el encanto

de East Franklin. Todo el mundo la quiere y las cosas siempre tienden a seguir su camino si sabes lo que quiero decir. No tengo que decirte lo caliente que es y es más inteligente que nadie en nuestra clase. Será

nuestra mejor estudiante seguro. Sus padres son acomodados, por lo que consigue todo lo que quiere y está saliendo con Forbes desde la

mitad de nuestro segundo año. Sus padres son grandes amigos, por lo que siempre están pasando todas estas vacaciones familiares juntos.

Apuesto a que ese hijo de puta con suerte se estaba definitivamente

metiendo en sus pantalones cada vez que podía y estaba probablemente muy bien con los padres, siempre y cuando se alojara dentro de su

propia clase social.

—Te vi hablando con ella en el estacionamiento esta mañana. ¿Tratando de usar los movimientos con ella?

Había un buen número de movimientos que me gustaría hacer con ella, pero dije:

—Nah, solo pensé que había un lío con Henderson hablando con ella.

Me imaginé que había corrido a decirle.

—No se debe empujar a Forbes porque empuja de vuelta y no siempre

sigue las reglas del juego. Es una bala perdida —me advirtió, y añadió:

—Claire piensa que lo sabe, pero ella no ha visto el lado que he visto yo. Confía en mí, él es un perro turbio.

La idea de Forbes como una amenaza me dio ganas de reír.

—Amigo, yo he visto balas sueltas y Forbes Henderson es nada más que una depuración de fuegos artificiales en carretera para mí.

—Hay algo que tengo que decirte acerca de él y sus amigos. Los escuché hablando de sacarte para que no puedas jugar más. No conozco los

detalles, pero va a suceder en algún momento antes del primer juego. Creo que deberías decirle al entrenador.

Me gusta el cara a cara, pero me hago cargo de mí mismo y no necesito

que nadie lo haga por mí.

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—De ninguna manera, amigo. Prefiero tener mi culo pateado de ser un soplón.

—Es tu funeral.

—Ni una sola palabra al entrenador. Puedo manejar cualquier cosa que

repartan —advertí—. Pero gracias por decírmelo. Sé que no tienes que hacerlo. Si oyes algo más, ¿me dejarás saber?

—Claro, no hay problema.

Mientras consideraba los diferentes escenarios de lo que podría significar. Lo más probable es que se tratara de atraparme en algún lugar fuera de la escuela y pegarme o algo así. Solo había una pequeña

falla con su plan. Esos pequeños idiotas ricos no se daban cuenta de que estaban jodiendo a la persona equivocada.

Cuando terminó la clase, caminé por el pasillo hasta mi primer periodo. Pasé a la feliz pareja de East Franklin y los ojos de Claire atraparon brevemente en los míos mientras era girada por el hombre tratando de

quitarme la oportunidad de una beca de fútbol y, finalmente, la pérdida de un futuro digno de tener.

Giré mis ojos lejos de ella y odié la punzada que me dio, entonces fui a mi primera clase de Cálculo. Mientras esperaba que la clase comenzara, la compañera de animadoras de Claire entró en clase y echó

un vistazo alrededor antes de espiarme. Se sentó frente a mí, y luego se dio la vuelta en su escritorio y me tendió la mano.

—No nos hemos conocido oficialmente. Soy Payton Archer ¿y tú eres?

Su nivel de calentura ardía, pero no me impresionó tanto como Claire. Cogí su mano y dije:

—Jessie Boone.

Ella no perdió el tiempo, fue directamente al grano y me preguntó:

—Entonces, Jessie Boone, ¿qué tipo de movimiento fue el que trataste

de poner en Claire en el estacionamiento?

Me reí y dije:

—Eso no fue un movimiento y si ella piensa que lo fue, entonces

Henderson es muy deficiente en el departamento de habilidades.

—No voy a estar en desacuerdo acerca de Forbes y sus habilidades,

pero estoy diciendo mierda. Conozco que el juego como tu entrepierna conoce la palma de tu mano y definitivamente vi un movimiento, así que te voy a dar el lujo de una advertencia. No te metas con Claire, debido a

lo que está pasando entre tú y Forbes. ¿Estamos de acuerdo?

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Me incliné hacia delante y susurré:

—¿Sufres de síndrome de labio inquieto? Porque hacen la medicación

para eso. —Mi insulto extrañamente trajo una sonrisa a su cara.

Nuestra profesora del cálculo, la señorita Dulaney, comenzó la clase y

Payton susurró:

—Puedes conseguir algunas anotaciones en el campo de fútbol, pero puedes olvidarte de conseguir una en la zona de Claire.

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Georgia Cates

TTaarrddii NNaazzii

Traducido por Jhos Corregido por Maia8

CCllaaiirree

Me senté en el salón de clases de la Sra. Jenson mirándola observar a

sus compañeros sobre sus antiguas gafas de lectura mientras pasaba la lista de asistencia. ¿Qué pasaba? Pensé que el último año se suponía que tenía que ser genial. Se supone que debe ser uno de los momentos

más fabulosos de mi vida, pero cuando miré alrededor del aula a mis compañeros de clase, me di cuenta que esto no era lo asombroso que me prometieron y quería un reembolso.

Yo estúpidamente me coloqué en el radar de tardanza de la Jenson cuando apenas entré rápidamente al aula mientras sonó la campana.

Intenté colarme en un asiento sin llamar la atención hacia mí, pero solo me las arreglé para exitosamente conseguir el escrutinio no deseado de mi nueva profesora cuando tropecé con la mochila de Griffin Jackson

en el pasillo, haciendo que la base de una de mis botas patinara sobre las baldosas de linóleo recién encerado. Griffing rápidamente alcanzó mi brazo, tocando mi pecho en el proceso, y me salvó de caerme en mi

espalda en frente de toda la clase.

Él dulcemente susurró:

—Lo siento, Claire. —No estaba segura de si él se refería a lo de tocar mi seno o de dejar su mochila en el pasillo, pero fue culpa mía tropezar porque estaba pensando sobre unos ojos azul claro y un negro y

puntiagudo cabello.

—Está bien, Griffin.

La vieja Jenson hizo un espectáculo de mirarme por encima del hombro mientras cruzaba por el aula para sentarme en el pupitre al lado de mi amiga y compañera animadora, Allie Bumphis. Pretendí que no noté los

ojos de Jenson siguiéndome, pero me di cuenta de por qué era su mirada; una advertencia no verbal por atreverme a llegar tarde.

Allie se inclinó un poco hacia mí y me susurró:

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—Te vi hablando con el nuevo mariscal de campo en el estacionamiento. ¿Lo conoces?’

—Nop —dije, resaltando la p, luego añadí:

—Claro que no.

La Sra. Jenson se aclaró su garganta y preguntó:

—Señoritas… ¿tienen algo que les gustaría compartir con la clase?

¿Es en serio? Somos de último curso, no niños de guardería. ¿Quién no

deja que sus estudiantes hablen en el aula en su primer día de escuela? Eso es inaudito.

—No. No tengo nada que quisiera compartir.

Hombre, me alegré que no tenía otra clase con ella aparte de esta porque eso apestaría. Puse mi codo en mi pupitre y apoyé mi cabeza en

la palma de mi mano. Miré hacia mi derecha y vi a Trevor McWilliam. Sonrió como si estuviera emocionado de que yo notara que él estaba vivo y vi un gran y blanco grano en su frente, por eso quité mi mano de

mi cara cuando su grano me recordó por qué no debería poner mis manos en mi cara. La última cosa que necesitaba era un gran grano.

Después de escuchar los anuncios y cumplir mi condena en el aula con Jenson, la campana sonó y corrí por el pasillo hacia mi casillero donde sabía que encontraría a Payton. En nuestros casilleros vecinos, la

encontré pintando sus labios con Perfect Peach, su característico color, mientras ella se miraba en el pequeño espejo magnético fijado dentro de su casillero.

Se pasó el dedo índice sobre el labio inferior para perfeccionar la línea que había trazado con la barra del brillo labial, luego metió la mano en

su largo, rubio cabello y lo revolvió rápidamente. Ella sonrió como si le gustara lo que vio y debería porque ella era hermosa.

Se giró hacia mí cuando alcancé el pomo de mi casillero.

—¿Me has perdonado, Claire Bear?

Yo tenía un pobre registro de récord por estar enojada con Payton y ella sabía que yo no seguiría estando enojada.

—No. No podría estar nunca enojada contigo.

—Genial, porque tengo que contarte acerca de mi suerte de mierda.

Tuve que sentarme al lado de “Ladies’ Man” en el aula. ¡Ugh!

Marcus Lee se había ganado el nombre de “Ladies’ Man” por Leon Phleps, el anfitrión cachondo del programa de entrevista en el clásico

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Saturday Night Live. Él era tan idiota que realmente pensaba que el apodo era un cumplido.

Ella gruñó y sacudió su nariz con rigor al recordar su encuentro cercano con Marcus.

—Él es como un bicho raro. Me siento como si necesitara una píldora del día después y una dosis fuerte de antibióticos.

El chico sabía cómo violar a una chica solo con sus ojos y yo estaba

agradecida de que él no tendría que ser la primera cosa de ver cada mañana. Estaba dolorosamente atormentada con su golpe diario y

agobiante rutina durante mi segundo año, así que yo tuve mi turno dos años atrás.

Era una lástima que Payton tuviera que enfrentarse visual y

verbalmente a ser molestada por Marcus cada mañana.

—Lo siento, he estado allí y he hecho eso y no es bonito, pero te deseo la mejor de la suerte con ese perro caliente. Estuve atrapada con el

“Tardi Nazi” en el en el aula principal. Ella me enviará a detención cuando exceda mi límite de tardanza y terminaré atrapada con él,

también.

De repente, fui agarrada por detrás y cuando estaba girándome, brevemente hice contacto visual con el sexy rudo hermoso pálido azul

antes de que él hiciera una cara de disgusto y entrara a la clase cálculo de la señorita Dulaney. Genial. Eso quería decir que no tenía el primer

período con él.

Después que mis pies tocaran el piso, sentí que me plantaron un beso en la parte de atrás de mi cuello y me di la vuelta para encarar a mi

atacante. Le pegué a Forbes en su brazo con mi puño mientras dije:

—Es mejor que termines con eso antes de que Mr. Grishham nos vea.

Tú sabes que él no tolera ninguna forma de exhibición pública de afecto.

Él salió ileso de mi débil intento de librarme de él.

—Claire, te preocupas demasiado. Él no va a decir nada porque somos de último año ahora.

El mejor amigo de Forbes, Cooper, estaba parado a nuestro lado y

estuvo a mi favor.

—Ella tiene razón, Forbes. Él es realmente estricto es esas cosas de

exhibición pública. Nos sancionó a Caitlyn Johnson y a mí cuando estábamos saliendo por agarrarnos de la mano en el pasillo.

Forbes no aflojó su control mientras decía:

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—Por dios, ¿parezco como si me importara lo que él diga? —Él me tiró más cerca y empujó mi cabello a un lado para plantar otro beso en mi

cuello y sentí una oleada de escalofríos por mi cuerpo.

—Vamos, Forbes, no quiero meterme en problemas en el primer día de

escuela. —Mientras miré nerviosamente alrededor del pasillo por el Sr. Grisham. La última cosa que necesitaba era que mis padres recibieran una llamada de la escuela por contacto físico inapropiado. Mi madre ya

estaba convencida que Forbes y yo estábamos en ello en cada cualquier oportunidad que tuviéramos y si las cosas fueran a su manera, mi mamá no estaría lejos de la realidad.

Él definitivamente había comenzado a presionar más para llegar hasta el final con él desde que toda esta cosa de mariscal de campo empezó y

era bastante claro sobre su creciente impaciencia, pero yo no estaba lista y me negaba a terminar solo porque habíamos estado saliendo por un año y medio.

La primera campana sonó y me sentí aliviada cuando finalmente estaba libre sin ser descubierta por Grisham.

—¿Qué tienes en el segundo período, bebé?

—Tengo a la Sra. Tanner en mi clase avanzada de Humanidades en el edificio donde los de primer años están.

Forbes sacudió su cabeza mientras se quejó:

—Eso es simplemente ridículo. Es una clase avanzada estancada en el medio del edificio de los estudiantes inferiores. ¿Tiene sentido poner a

los estudiantes más inteligentes y antiguos ahí con los pequeños punks que acaban de salir de la secundaria?

—No es un gran problema porque es la primera aula a la derecha cuando entro y es mi clase favorita. Estoy emocionada de estar en la clase de la Tanner de nuevo. Ella nos deja hacer algunas cosas

geniales.

Él frunció el ceño y dijo:

—Bueno, a mí no me gusta porque no me deja verte entre el primer y

segundo período.

—Eres un bebé. Te prometo que superarás no verme. —Miré mi reloj y

dije:

—Tengo que irme a aprender algo de Español. Adiós.

Entré a la clase de Español II de la Santiago y me senté en frente de

Cooper.

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—Hey, Claire, no sabía que teníamos Español juntos. ¿Me dejarás fijarme o qué? —rió Coop.

—Español probablemente no es la clase que quieras escoger para tratar de fijarte de mí porque es mi peor materia —le advertí.

—Tu peor nota vence a la mejor mía en cualquier día. Sabes que tendrás una A fácil en esta clase. Quiero decir, serás la que dé el discurso de despedida de fin de curso. Todos sabemos que eres tú, así

que no pretendas como si no fueras a sacar A en esta clase.

Él lo hizo sonar como si me fueran a dar una A y yo no tendría que trabajar por ella.

—Tengo que trabajar por mis notas, también, y no soy la única buena estudiante en East Franklin, Coop —argumenté.

Odiaba las suposiciones sobre quién era yo e incluso los amigos que me conocían mejor no conocían la verdadera yo. Todo el mundo veía a la perfecta, intocable Claire Deveraux porque eso era lo que querían ver.

Todos pensaban que mis notas perfectas y estilo de vida envidiado era fácil para mí, pero no lo era y nadie me daba crédito por el trabajo duro

que invertí en ganar todas esas cosas por mí misma. Hacerle honor a las expectativas de mis padres y compañeros de clase era agotador y algunos días pensaba que preferiría ser sin rostro o invisible.

Cuando la clase comenzó, la Santiago se presentó en Español, luego nos hizo ir alrededor de la clase e presentarnos a nosotros mismos usando nuestros nombres en Español. Algunos estudiantes tenían unos

nombres Latinos extraños, pero Claire seguía siendo Claire en Español así que tuve suerte.

Cooper se inclinó y dijo:

—¿No piensas que hay algo un poco injusto sobre que chicos mexicanos tengan permitido cursar Español? —Hizo un gesto hacia la pared y vi a

un chico latino sentado en la fila más cercana a la pared—. Tal vez me fije de él en vez de ti se rió.

Rodé mis ojos hacia Cooper y sacudí mi cabeza.

—Tú eres muy unbien, Cooper.

—Tendré que verificar con la profesora sobre esa palabra, pero no creo

que unbien sea una palabra en español así que definitivamente me fijaré de él en vez de ti.

Cuando la larga hora se terminó, Cooper se quejó:

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—Maldición. Esto no fue interesante. Pienso que podría haber tenido mi primer orgasmo de aburrimiento.

Reuní mis libros y dije:

—Podría estar ofendida si no te conociera, pero es muy clásico de ti

decir algo así.

Salimos por la puerta y Cooper vio a Payton parada afuera de la puerta esperando por mí y dije:

—Nos vemos más tarde chicos. Tengo alguna pierna que perseguir en el otro final del pasillo.

Yo sabía que Coop tenía un enamoramiento por Payton, pero nunca lo

había mencionado a ninguno de los dos.

—Nos vemos luego, masturbador —le dijo Payton mientras él se iba.

—Es realmente malo que él nunca saldrá de tu zona de amigos porque ustedes dos serían perfectos para cada uno —insinué.

—Dime que eso es un pensamiento errático. Nunca podría salir con él

después de la floja línea que usó cuando nos conocimos.

No había manera que pudiera olvidarla, pero me encantaba escuchar la

interpretación de Payton de lo que Cooper dijo la primera vez que se conocieron.

—No creo que la recuerde en este momento. Recuérdamelo.

En su mejor interpretación de Cooper, ella dijo:

—Oye, hermosa, ¿es eso un espejo en tu bolsillo de atrás? Porque puedo verme en tus pantalones.

Empecé a reírme y ella dijo:

—Tú sabes que lo recuerdas. Sólo querías escucharme haciendo mi

imitación.

—Te prometo que lo haces mejor cada vez que lo imitas.

—Bueno, ¿quieres que haga la imitación de cómo Jessie Boone dijo

cuando lo enfrenté sobre lo que pasó en el estacionamiento esta mañana? —preguntó.

—¿Jessie Boone? —pregunté, confundida sobre de quien hablaba, luego

lo supe—. No, no lo hiciste. Por favor, dime que estás mintiendo así no tengo que matarte porque de verdad no te quiero muerta.

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Georgia Cates

—Oh, lo hice porque quería ver su reacción y fue solo como me la imaginé. Espero que creas en el futuro porque ese chico está a punto de

estar detrás de ti.

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Georgia Cates

SSóólloo PPoorrqquuee SSeeppaass MMii NNoommbbrree NNoo

SSiiggnniiffiiccaa QQuuee MMee CCoonnoozzccaass

Traducido por CrisCras13 Corregido por Maia8

JJeessssiiee Vaya. Esa era mi segunda advertencia del día para que no me metiera

con Claire y solo era el segundo período. Esa gente definitivamente no me conocía porque para advertirme tenían que hacerme frente.

Tomé un asiento en Humanidades y me sentí arrepentido por haber

aceptado sin enterarme de qué se trataba antes. Miré alrededor de la clase y asimilé toda la extraña parafernalia de las paredes mientras me sentaba allí con otros seis; cinco chicas y un tipo, la persona que sería

la octava en esta clase debía de haberse enterado y haber abandonado. No era una buena señal.

Miré al único otro chico en la clase y pregunté:

—Oye, amigo, ¿qué tipo de clase es esta?

—Es Humanidades avanzada con la Sra. Tanner —respondió

secamente.

—Sé que clase es, lo que quiero decir es, ¿qué es Humanidades? ¿Vamos a hacer alguna cosa extraña aquí o qué?

Por la mirada en la cara del tipo, me di cuenta demasiado tarde de que él y yo no éramos almas gemelas solo porque fuéramos los únicos

hombres en la habitación.

—Humanidades no se refiere a un tema particular. Es el estudio de muchas cosas, tales como inglés, pero incluye literatura, gramática,

escritura y composición. También incluye historia, arte, cultura y filosofía, y las relaciones entre todas ellas y cómo contribuyen a

nuestras vidas y a la sociedad. Piensa en ello como lo contrario de matemáticas y ciencias.

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Georgia Cates

¿En qué me he metido?

—Eso quiere decir que esta es una de esas clases extrañas, ¿verdad? —

Él sacudió la cabeza y pareció irritado por mi falta de entusiasmo antes de alejarse.

Mientras estaba sentado allí contemplando cómo decirle al consejero que iba a saltarme esta clase, alcé la vista y vi a la Princesa Claire entrar por la puerta cuando sonó la sirena. Mostró una enorme sonrisa

cuando vio a la profesora y se acercó para darle un abrazo.

Por lo visto, ellas no eran extrañas, ya que se estaban comportando como viejas amigas. Cuando el espectáculo del reencuentro de Claire y

la Sra. Tanner terminó, Claire se sentó enfrente de mí, reconociendo que yo era la persona sentada detrás de ella.

La Sra. Tanner caminó casualmente por delante de su escritorio y se dejó caer en la parte superior mientras decía:

—Creo que todo el mundo está familiarizado con la excepción de

nuestro nuevo alumno transferido, Jessie Bone.

Observé la espalda de Claire de tensarse mientras se sentaba más

erguida en su escritorio y ver su reacción ante mi nombre me hizo feliz porque significaba que ella sabía quién era yo y que yo había conseguido meterme bajo su piel con éxito esta mañana. Misión

cumplida.

—Ya que somos una clase pequeña, quiero que todos se presenten a Jessie, pero primero vamos a reorganizar estos escritorios porque he

enseñado antes y sé que mirar hacia adelante no funciona para mí. Es crucial que se vean los unos a los otros en los momentos de discusión,

así que vamos a empezar con un círculo y si no les gusta eso, vamos a tratar de enfrentarlos por parejas, ya que haremos divisiones en grupos de dos la mayoría del tiempo.

Nos pusimos de pie para empezar a mover nuestros escritorios y vi a Claire robando una mirada en mi dirección mientras estábamos formando el círculo, así que le dediqué una enorme sonrisa que le

permitiera saber que no me había pasado desapercibido. Me gustaba esta cosa del círculo porque significaba que ella no tendría dónde

esconderse.

Después de que todo el mundo se presentara, la Sra. Tanner se sentó sobre el escritorio al otro lado de Claire para hablarnos.

—Humanidades no es como otras clases que han dado y puede expandir su visión e imaginación, para aprender a reconocer la

creatividad cuando la ven. Esto quiere decir ser capaz de reconocerla en nosotros mismos y también en otros para liberar nuestro potencial

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Georgia Cates

interno para la creatividad, la autocrítica y la autocondena es importante.

Y ahí está, damas y caballeros. La rareza ha empezado.

Ella continuó:

—Con demasiada frecuencia rechazamos nuestros propios impulsos y acciones, pero hoy tengo un ejercicio para ustedes, utilizando ingredientes claves para contribuir al pensamiento creativo. He hecho

seis listas en el tablero. Quiero que elijan un compañero, luego los dos elegirán un elemento para llegar a conocerse mejor creativamente el uno al otro.

Miré alrededor mientras los demás estaban separándose en parejas y estaba contento cuando vi que estaría con Claire sin siquiera intentarlo.

Me sentí como si debiera sacudir un poco su jaula.

—Princesa, ¿debería considerar una mala señal que nadie quiera ser tu pareja?

—Ya te dije que me llamo Claire, ¿y quién dijo que ellos no quieren ser mis compañeros? Tal vez no quieren ser el tuyo. ¿Alguna vez pensaste

en eso? —respondió ella.

—No —respondí secamente.

Ella resopló y miró el tablero mientras decía:

—¿Qué elemento quieres? ¿“Reconocer Patrones”?

—No, y no quiero “Hacer Conexiones” o “Aprovechar una Oportunidad”.

—Bueno, porque yo no voy a hacer conexión contigo o dejar que te

aproveches de nada. ¿Qué te parece “Correr Riesgos”?

Tal vez debería de haberla llamado Víbora en vez de Princesa, porque

ella tenía una lengua terriblemente afilada.

—Es un no para “Correr Riesgos”. —Tengo mi idea para el día a día y no tengo ganas de ir allí con ella.

—Eso deja “Desafiando Suposiciones” y “Ver de Nuevas Maneras”.

—Elección de la Princesa —ofrecí.

—Alex, me quedaré con “Ver de Nuevas Maneras” de seguro —dijo con

humor.

Después de que eligiéramos nuestro ingrediente, la Sra. Tanner nos dio

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Georgia Cates

un sobre con un tema específico a tratar.

Ideas Preconcebidas; tu pareja tiene una sobre ti, así que cámbiala haciéndole verte de una nueva forma. Sé creativo.

—¿Qué pasa con esa mierda? —pregunté. ¿Qué tipo de clase era esta y

en serio iba a obtener crédito por ella?

Ella sonrió y dijo:

—Bueno, este ejercicio ya se ha terminado porque tú acabas de

confirmar mi idea preconcebida en vez de cambiarla.

—¿Cuál es exactamente tu idea preconcebida sobre mí, Princesa? —pregunté.

—El ejercicio no dice que tenga que decir cuál es mi idea preconcebida. Dice que tengo una y que tú tienes que intentar cambiarla haciéndome

verte de una forma diferente, así que vamos a ello. Hazme verte de una nueva forma, porque en estos momentos, no eres tan agradable.

—¿Crees que yo te encuentro muy agradable? Te llamé Princesa y tú me

llamaste gilipollas. Princesa, positivo. Gilipollas, negativo.

—Oh, claro, tú dices Princesa de una forma positiva —dijo mientras

rodaba los ojos de esa forma que solo las chicas pueden—. Sé lo que piensas de mí. No necesito que lo expliques.

—Está bien, cambio de opinión. Ayúdame a verte de otra manera, ya

que es nuestra tarea.

Podía verla midiendo sus palabras con atención, fueron veladas cuando empezó a hablar finalmente

—Mi nombre es Claire Deveraux. No Princesa. No Goody Goody. No Miss Perfección. No la Novia de Forbes Henderson. La gente asume que

me han dado todo en una bandeja de plata porque mis padres son bien compensados por el duro trabajo que hacen. Mi vida no es fácil o simple, y soy una persona real con problemas reales. No puedo ser yo

misma porque no es lo que se espera. Me siento atrapada, como si nunca estuviera bien que fuera yo porque quien soy en realidad va a decepcionar a todo el mundo.

En vez de abrazar quién era ella, se quejaba de ello, y eso me enfureció. Que intentara vivir de la forma en que yo lo hacía y que luego me dijera

si no estaba bien ser Claire Deveraux, ya que nunca había estado bien ser Jessie Bone.

Cuando vi a esta chica pensé que era una de las más calientes que

había visto jamás, pero la fiesta con el ambiente de lástima era un giro completo que solo demostraba que era la princesa mimada que pensé

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Georgia Cates

que era.

—¿Hablas en serio o estás jugando conmigo? —acusé.

Una mirada de furia cruzó su rostro.

—Soy totalmente seria —espetó.

—Dime una vez en tu vida en la que no estaría bien ser Claire Deveraux. Lo tienes todo a tu favor. Sé que vienes de una familia rica porque puedo echarle una mirada a la forma en que vas vestida y

saberlo. Tus botas cuestan más que mi camioneta. Ya he oído que eres súper inteligente porque se rumorea que eres la próxima en dar el discurso de despedida y eres una de las chicas más hermosas que he

visto nunca.

De algún modo, entre mi primera palabra y la última, caí en la trampa

de decirle lo maravillosa que era en vez de lo ridículamente mimada.

Ella bufó otra vez.

—Eres exactamente igual que los demás. Solo ves el exterior y lo que

quieres ver.

—Muéstrame algo diferente y tal vez veré algo diferente —la desafié.

Ella declinó mi desafío diciendo:

—Mi turno se ha acabado, eres el siguiente.

Consideré cuál debía ser su hipótesis sobre mí y decidí que no tenía lo

suficiente para una discusión para cambiarla, porque la mayoría de las cosas que ella probablemente creía sobre mí eran verdad.

—Estoy bien —dije, sabiendo que no me libraría, pero incapaz de

resistirme a intentarlo.

—No, no estás bien. Eres el siguiente.

—No voy a decir nada que cambiará tu opinión sobre mí, así que me temo que este ejercicio puede considerarse un fracaso —la informé.

—Esta es mi tarea, así que tienes que decirme algo.

—¿Cómo qué? —pregunté.

Ella me miró a través de sus largas pestañas, y con la voz más suave que había oído jamás, me dijo:

—Cuéntame algo real.

La forma en que me miró casi me hizo pensar que le importaba, pero

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Georgia Cates

luego recordé quién era yo y con quién estaba hablando y pensé que un poco de factor de choque podría venir bien.

—Mi nombre es Jessie Bone, también conocido como gilipollas. Soy un perdedor de Collinsville como todo el mundo piensa. No vengo de una

familia rica como todos ustedes, mocosos malcriados, lo que me define completamente a mí y a lo que soy capaz de hacer, así que nunca llegaré a nada porque es lo que me han dicho toda mi vida.

Su medidor de choque no pareció ceder en lo más mínimo.

—Entonces, ¿esto cambia cómo me ves o valida exactamente lo que piensas que ya sabes sobre mí?

—No y sí. No, no cambia lo que pienso sobre ti, y sí, hace válido que aún eres un gilipollas.

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Georgia Cates

NNeecceessiittoo UUnnaa EEssccoobbaa RRááppiiddaa

Traducido por val_277 Corregido por Estefidenise

CCllaaiirree

Mientras caminaba hacia mi casillero después de la clase de

Humanidades, solo podía pensar en la severa contradicción de Jessie Boone. Estuvo indefenso y sincero por un breve momento en que se olvidó temporalmente de ser un imbécil. Pensé que la tarea había sido

exitosa por un minuto y podría verlo de una nueva forma, entonces el pensamiento se disipó tan rápido como se formó mientras lo veía cambiar de nuevo a su antiguo ser. Me pregunté cuál Jessie era el

verdadero porque no podía ser ambos.

En el momento en que me di cuenta de que estaba en mi clase y estaba

sentado detrás de mí, me sentía sin aliento. Cuando traté de echar un vistazo hacia él, me vio y sonrió para darme a conocer que fui capturada. La comprensión de que supiera que lo estaba mirando me

hizo querer morir en ese mismo momento.

Probablemente era el chico más guapo que había visto nunca. Luché con llamarle chico, porque la forma en que su negra camiseta se

tensaba sobre su pecho y alrededor de sus brazos musculosos demostraba claramente que el término no se le ajustaba.

Mientras, estaba en mi casillero intercambiando mis libros para mi siguiente clase, pensando en la forma en que el tatuaje negro de Jessie se asomaba por la manga cuando recogió el lápiz que cayó de su

escritorio. Creo que estaba en el modo de fantasía profunda porque dejé escapar un chillido embarazoso cuando Payton se puso detrás de mí y

comenzó a hablar. El Sr. Grisham estaba en el pasillo y nos dio esa mirada que todos conocemos que dice “s, manténganlo bajo”.

Giré sobre mis talones y dije:

—No te acerques sigilosamente a mí de esa manera, Payton.

—No me acerqué sigilosamente. Simplemente no me escuchaste porque estabas en la luna... con Jessie Boone —me susurró al oído.

—No lo estaba —mentí.

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Georgia Cates

—Oh, mi querida Claire, sabes que eres la peor mentirosa. No sé por qué siquiera lo intentas, ya que prácticamente tienes un medidor de

mentiras en la frente y en este momento me está diciendo que me acabas de decir una grande y gorda —bromeó.

—Está bien. Me tienes, pero solo pensaba en él porque teníamos la segunda clase juntos y tuvimos que ser compañeros en un ejercicio de clase —le expliqué inocentemente.

—Tu medidor de mentiras está registrando una media verdad, porque estabas pensando en él como un compañero que incluye ejercicio, pero no en una tarea de clase. Más como en el tango horizontal.

Le di un empujón y le dije:

—No, no lo estoy. Eres tan bruta que deberías haber sido un chico,

Payton.

—Hey, alguien tiene que vivir en la realidad —dijo riendo.

Forbes se acercó y se unió a nosotras en nuestros casilleros.

—¿Qué estamos manteniendo real? ¿La necesidad de Payton por la penicilina?

Payton dio la vuelta para enfrentarse a Forbes y le dijo:

—Estás acariciando seriamente mi botón de impulso de proxeneta que da bofetadas, así que es mejor que te respaldes.

La tarea de arbitrar a los dos era agotadora. Señalé a Payton y le dije:

—Tú. Historia de los Estados Unidos. Ahora. —Metí a Forbes en la dirección de su próxima clase y dijo:

—Ve, antes de exceder los límites de moderación para impulsar su botón de proxeneta que da bofetadas.

Entré en la clase de Historia de Estados Unidos con el Sr. Buckley y me senté en la última fila con Payton porque era nuestro lugar. Como no interrumpíamos la clase, los profesores nunca dijeron nada acerca de

nosotras sentadas en la parte posterior. Yo estaba, después de todo, en la carrera por el Valedictorian y Payton era en general una buena estudiante. El día del examen era aún mejor estudiante cuando podía

ver mis respuestas.

Estábamos pasándonos notas experimentadas y leyendo los labios con

fluidez. Creo que se podría llamar nuestro don. Nuestro truco favorito era escribir una nota mediante presión fuerte y pasar las páginas en blanco por debajo, por lo que si lo tomara el maestro viera solamente

una página en blanco. Y una de nosotras reclamara a los otros que es

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Georgia Cates

necesario para tomar prestada una hoja de papel. Ese pequeño truco nos había salvado en más de una ocasión.

A la espera de que la clase de Buckley empezara, Jessie Boone caminó hacia su lugar, en silencio rogué por que se sentara en el lado opuesto

de la habitación, pero se sentó frente a mí. Miró por encima del hombro y susurró:

—Tomaste mi lugar.

Hice un chequeo de búsqueda en la mesa por su nombre y dije:

—Lo siento. No veo tu nombre en ningún lugar.

Se dio la vuelta y empezó a escribir su nombre en el escritorio con el

lápiz y esperaba que saliera de su escritorio para que yo pudiera conseguir otro vistazo de su tatuaje cuando lo vi llegar por ello. Llegó a

mis sentidos y mentalmente me di una palmada en la mano por pensar en eso porque estoy bastante segura de que me hacia una apestosa novia.

—Ya está. Ahora mi nombre está en él.

—Eso se llama destrucción de la propiedad escolar —le advertí

sarcásticamente.

Mi declaración le hizo gracia y se rió antes de que se diera la vuelta en su asiento. Miré hacia abajo para borrar su nombre y vi que no decía

Jessie Boone. Él había escrito “Deberías sonreír más”.

Me incliné hacia delante y le susurré:

—¿Por qué dices eso?

Miró por encima del hombro de nuevo.

—Porque se ve bien en ti.

Ahí estaba otra vez, esa misteriosa contradicción que me hace pensar acerca de Jessie Boone más de lo que debería. El Sr. Buckley comenzó la clase, pero yo no podía oír sus palabras sobre el aleteo en mi

estómago. Sentí la mirada de Payton y me volví para mirarla, viendo en su boca la palabra “preliminares” y me reí para mis adentros mientras negué con la cabeza.

Esperaba que Jessie no se diera la vuelta y dijera algo más para mí, porque no necesitaba una razón más para pensar en él. Salió de la clase

sin mirarme, y aunque era lo que yo quería, me encontré tontamente decepcionada.

Payton y yo nos juntamos fuera de la clase de Buckley antes de que ella

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Georgia Cates

me acorralara.

—Ahora, dime que no es sexy para ti.

—Él no es sexy para mí, Payton. Acaba de tener un poco de diversión con la Princesa. Eso es todo —le dije mientras la esquivé a su alrededor

para ir a mi casillero.

Abrí mi casillero y oí a Payton susurrar:

—Noticia de última hora, Claire... acabamos de tener esta conversación

una hora antes de ti siendo la peor mentirosa y es verdad, puedo verlo en tu cara. Él puede llamarte Princesa, pero no te trata como a una, y te gusta.

Su teoría era increíble.

—¿Por qué me gusta la forma en que me trata? Es un tonto conmigo,

así que ni siquiera tiene sentido.

Payton me miró como si yo fuera una idiota.

—Oh Dios mío, Claire, como puede ser tan densa alguien tan

inteligente. Creo que voy a ser obligada a deletrearlo para ti. Él no te soporta porque piensa que eres una podrida princesita mimada, pero no

puede dejar de estar caliente por ti. Esta es la primera vez que has conocido a un chico que no quiere ponerte en un pedestal y estás fascinada por ello.

—Lo siento, no me di cuenta que comenzó tu carrera en las evaluaciones psicológicas. ¿Quieres que le diga a mi mamá para que ella pueda conseguirte como mi psiquiatra? —le pregunté

sarcásticamente.

—Todo esto es parte del juego, Claire. No me entiendas mal. Estoy

orgullosa de tu esquema recién descubierto, pero hay una cosa que tienes que recordar. Es el tipo de hombre que juegas con un poco de diversión, no del tipo que se enamora.

Cerré la puerta de mi casillero antes de ir en la dirección opuesta a física. Oí a Payton llamarme por el pasillo.

—Tengo un Benjamín en el bolso que dice que tengo razón.

Prácticamente corrí a Física para escapar de las acusaciones de Payton y su propuesta porque no quiero considerar la posibilidad de su

exactitud. Me senté de nuevo y puse mi cabeza sobre la mesa.

Sentí una mano cálida en la parte posterior de mi cuello y oí:

—Oye, nena, ¿está todo bien? ¿Te sientes enferma?

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El sonido de la voz de Forbes me sorprendió y levanté la cabeza para verlo sentado en mi mesa en la silla junto a mí. Me olvidé que teníamos

esta clase juntos.

—No me siento demasiado bien —mentí.

¿Qué estaba pasando conmigo? Nunca mentía, ¿por qué de repente les estaba mintiendo a mi mejor amiga y a mi novio? Me recosté en mi asiento y observé el motivo de mi repentina capacidad de engaño de pie

a través de la puerta del aula.

—Genial, aquí viene el sucio de Collinsville —dijo Forbes.

Miré hacia arriba para ver a Jessie entrar en clase con Gretchen, más

conocida como Penívora, caminando detrás de él. Ella lo siguió detrás de él como un perrito perdido, luego se sentó a su lado en la mesa

delante de nosotros.

La hora consistió de su coqueteo descarado, que dejaba poco a la imaginación, dejándole saber a Jessie que podía hacer lo que él

quisiera. Era repugnante.

Durante la conferencia de la Bishop, mi concentración estaba alterada

entre la física y la escapada de follar seco delante de mí, a la vez que mi novio a largo plazo se sentaba sin sospechar nada debajo de mi nariz. Hombre, yo era una apestosa novia.

Recordé el plan perfecto de Forbes y lo que había hecho y decidí que este interés sin sentido tenía que parar. Al final, me gustaría estar con Forbes y que Jessie se revuelque con Gretchen, como la mitad de los

chicos de East Franklin habían hecho antes que él, y este interés temporal en Jessie Boone era solo un detalle menor que tenía que

barrer cuidadosamente debajo de la alfombra.

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Georgia Cates

DDiissccuullppaa FFaallssaa NNoo AAcceeppttaaddaa

Traducido por Jane Kent Corregido por Maia8

JJeessssiiee Algunas cosas no cambian, con dinero o no; una puta sigue siendo una puta incluso si estuviera usando ropa de diseñador. No estaba

interesado en Gretchen, por lo menos no hoy. Ya había estado ahí con esa clase de chica antes, pero siempre estaba bien tener un plan de respaldo si decidía estar interesado.

El resto de mis clases fueron aburridas sin tener a Claire para burlarme juguetonamente, así que me sentí como si nunca fueran a terminar.

Cuando finalmente acabaron, bajé al centro deportivo y me vestí para la práctica, luego fui al terreno y calenté mientras esperaba a que el resto del equipo apareciera para practicar.

Me acerqué donde Dane estaba calentando su pierna pateadora.

—Entonces, ¿qué pensaste de tu primer día en East Franklin? —preguntó mientras estiraba su pierna.

¿Qué podía decir? Fue bueno estar en la escuela y no encontrarme con los chicos que se presentaban en la puerta de mi casa para comprarles

drogas a mi mamá y su novio, Wayne. Me gustó no ser conocido como el chico con una madre que podía conseguirte cualquier tipo de droga que quisieras.

Estaba a punto de contestar la pregunta de Dane cuando noté a las animadoras llegando al terreno para practicar. Vi a Claire en la

multitud y respondí:

—Definitivamente diferente de mi vieja escuela, pero la vista aquí es mucho mejor.

—Entiendo que quieras molestar a Forbes, pero Claire es una chica agradable, así que no hagas nada que la lastime.

Allí estaba. Otra advertencia.

—No soy una especie de animal. Vamos, solo estoy jugando con ella

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para irritar a Henderson. Has visto algunas de las cosas que él me ha hecho y tú precisamente sabes lo que él ha planeado. No habrá ningún

daño para ella solo por hablar. ¿Cuál es el problema? ¿Estás por ella o algo?

—Nuestros padres son amigos y la he conocido por mucho tiempo, pero olvida que dije algo porque vas a hacer lo que sea que quieras hacer de todas formas.

Hombre, yo no quería pelear con mi único amigo. Cuando estaba a punto de prometerle a Dane que dejaría a Claire fuera de mi conflicto con Henderson, el mismo diablo se acercó y no pudo resistir empezar a

molestarme.

—Oye, prostituta de Collinsville, ¿usas las dos manos para

masturbarte?

Desafortunadamente, no tenía mucho material para un contragolpe. Podría mantener mi boca cerrada y tomar el camino fácil, pero no lo

dice porque Jessie Boone nunca había retrocedido ni un día en su vida.

Sonreí y dije:

—Tu novia no se estaba quejando anoche sobre lo que podía hacer con ambas manos.

Nuestro grupo de compañeros de equipo estallaron en una risa y

escuché:

—Ooh, Henderson acabas de ser derrotado.

Si hubo una cosa que pronto aprendí en mi vida, fue como esquivar un

puño dirigido a mi cara. Me incliné fuera del alcance del puño de Forbes y reí mientras decía:

—Creo que ese fue el golpe bajo más lento que hubiera visto.

—¡Henderson! ¡Boone! ¡En mi oficina ahora! —Escuché al Entrenador gritar desde la puerta de la casa de campo y él no sonaba feliz sobre

nuestro pequeño altercado.

Caminé dentro de la oficina del Entrenador y me dejé caer en una de las sillas con mis brazos cruzados, bastante seguro de cómo esto iba a

resultar.

—Esto se termina ahora. No quiero escuchar una excusa o explicación.

Solo necesito que no haya más peleas, verbal o físicamente. No quiero suspender a ninguno de ustedes de un juego, pero lo haré si los atrapo peleando otra vez, así que consideren esto como su última advertencia.

¿Lo entienden?

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Simultáneamente respondimos: Sí, entrenador, pero ambos sabíamos que esto no era el final porque Henderson no lo iba a dejar hasta que

devolviera su golpe.

—Ustedes dos no se hablaran el uno al otro a menos que sea requerido

en el terreno acerca de una jugada. Y pueden ir pensando sobre cómo llevarse bien mientras cada uno de ustedes hace diez vueltas extras cuando terminemos con la práctica hoy.

Eso iba a apestar.

Cuando regresé al terreno, Dane no pudo evitar decir:

—Simplemente no pudiste resiste, ¿verdad?

—Nop. Nunca he sido capaz de resistir un desafío. Es mi único defecto de naturaleza —admití.

—Bueno, por la mirada en la cara de Claire, tienes un infierno por pagar. Espero que lo haga bien porque lo mereces y espero estar alrededor para verlo cuando ella lo haga —rió.

—Qué amigo resultaste ser.

—Cuando seas defendible, te defenderé, pero no tienes una defensa,

boca grande.

El entrenador nos hizo trabajar duro y no me sentía con ganas de correr vueltas extras cuando termináramos con la práctica, pero lo hice

porque no tenía opción.

Las animadoras terminaron la práctica y dejaron el terreno antes que

nosotros y me alegré porque no quería hacerle frente a la ira de Claire en delante de los chicos o el escuadrón de animadores. Supongo que eso me convierte en un cobarde, pero Dane tenía razón. Yo iba a tener

el infierno de ella, pero no sería hasta mañana, así que tenía toda la noche para temerlo.

Después de terminar mis vueltas, caminé hacia mi camión y la pareja

perfecta de East Franklin estaba parada en el estacionamiento, aparentemente discutiendo el reciente altercado entre nosotros. El

entrenador estaba en el estacionamiento, también, así que tomé la oportunidad para retorcer más el cuchillo burlándome de Claire, sabiendo que Forbes no podía decir ni una palabra con el entrenador

aquí.

—Te veías bien en la práctica hoy, Claire.

Mis palabras no provocaron una respuesta de ella, pero Forbes estaba

furioso y me encantó. No quería exagerarlo con la Princesa hoy, así que abrí la puerta de mi camión y dije:

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—Te veré mañana, Claire.

***

De mala gana admito que yací despierto preocupándome sobre Claire

anoche, pero no por su ira. Eran sus sentimientos lo que tenía en mi mente y me empecé a sentir como el cabrón que ella me acusó de ser.

Llegué a Humanidades y ella aún no estaba en la clase, así que tomé el mismo asiento de la clase pasada y esperé ansiosamente para ver lo que la Princesa tendría en la tienda para mí porque ya había descubierto lo

afilada que su lengua podía ser.

Ella entró al salón de clases y sentí mi corazón caer a mi estómago

cuando me di cuenta que estaba menos preparado para verla de lo que pensaba. Mi nivel de ansiedad me había hecho sentir ridículamente incómodo. Reuní mis pensamientos para la disculpa perfecta, luego la vi

saltarse el asiento al lado mío y pedirle a Brad intercambiar con ella, convirtiéndolo en mi compañero por el día.

Ella me estaba ignorando, actuando como si no estuviera en el aula, y

no me gustaba. Oh, era un brillante plan por su parte si quería meterse bajo mi piel porque estaba absolutamente funcionando.

Humanidades fue desagradable con Brad como mi compañero. Él eligió “Reconocer Patrones” como nuestro tema para la discusión, pero el único patrón que reconocí fue él hablando y yo queriendo que se

callara.

La única cosa buena sobre ser compañero con Brad es que él hablaba solo para escuchar su propia voz lo cual significaba que yo no tenía que

hacerlo. Mientras él divagaba, miré a Claire, esperando que mirara en mi dirección así podría levantar la bandera blanca para hacerle saber

que ella había ganado y mi asociación con Brad podía ser mi penitencia por mi mal comportamiento.

Cuando el timbre sonó, Claire se levantó y se fue, sin darme la

oportunidad de disculparme con ella. Caminé al tercer período con la intención de hacer que ella me hablara, tanto si le gustaba o no, incluso

si tenía que derrumbar su voto de silencio femenino con el fin de hacerlo.

Esperé hasta que supe que Claire y su guardaespaldas hablador se

habían ido a Historia de los Estados Unidos antes de entrar. No le iba a dar otra oportunidad de alejarse de mí.

Ella y Payton habían tomado asiento en el lado opuesto del cuarto en la

primera fila sin escritorios libres alrededor de ellas y ella pensó que había ganado otra vez, pero estaba equivocada.

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Georgia Cates

Caminé hacia la chica sentada detrás de ella y dije:

—Olvidé mis gafas hoy y no puedo ver la pizarra. ¿Te importaría mover

tu asiento hacia una o dos filas?

—No hay problema. A veces olvido mis gafas también.

Tomé el asiento detrás de Claire, dándome la ventaja porque era capaz de inclinarme para susurrarle en su oído, forzándola a escucharme y no desperdicié tiempo en hacerlo.

—Sé que lo que hice estuvo mal y lo siento. ¿Podrías, por favor, seguir adelante y maldecirme o lo que sea que tienes planeado?

Ninguna respuesta. De nuevo.

Buckley empezó la clase, pero no estaba listo de dejar ir eso. Cuando se puso de espaldas para desenrollar un mapa, me incliné más hacia su

oído y dije:

—No tienes que seguir ignorándome. Lo entiendo. Tú estás enojada y tienes toda la razón de estarlo. Dije que lo sentía. ¿Qué más quieres que

haga?

Payton se inclinó hacia mí y dijo:

—Puedes dejarlo porque ella no acepta disculpas falsas. Créeme.

No le estaba dando una disculpa falsa. Esto era tan real como real era para mí, de todas maneras. Susurré en su oído.

—Este soy yo siendo real. Lo siento.

Entonces, ella me quitó de su hombro.

Payton se inclinó de nuevo y susurró:

—Uh, eso se traduce como disculpa falsa no aceptada.

—Sí, gracias. Yo como que lo descifré por mi cuenta.

Hombre, pensé que Forbes se había metido con el tipo equivocado, pero tal vez yo me metí con la Princesa equivocada.

Volví a mi asiento, aceptando mi derrota temporal, todo mientras

planeaba mi próximo movimiento. Encontraría una manera de hacer que la hermosa Princesa me perdonara.

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Georgia Cates

CCaajjaa ddee PPeennaallttiiss

Traducido por Caro_Chan Corregido por Maia8

CCllaaiirree

Pasé todo el día ignorando a Jessie Boone sin ceder, excepto cuando le

di el dedo medio, y eso no cuenta porque no le hablé en voz alta.

Él creía que sabía cómo esta cosa iba a acabar. Él esperaba que yo caminara hacia él, le dejara tenerlo, después aceptara la suave disculpa

en la que él había trabajado toda la noche. ¡Adivina qué! Tenía otra cosa en mente porque no lo iba a dejar escapar tan fácilmente.

Estaba sorprendida de lo bien que estaba funcionando ignorarlo y

amaba como lo estaba volviendo loco. Dándome cuenta de que se volvería inmune a ello pronto, sabía que tenía que hacer una extensión

del plan y quien mejor para preguntar que él mismísimo Sergeant Spite.

Mientras nos estirábamos antes de la práctica de porristas, le dije a Payton.

—Tengo un trabajo para ti y solo una mente tortuosa como la tuya lo haría.

—Ya me gusta —dijo, mientras unía sus manos—. ¿Qué tienes para mí?

—No he acabado con Jessie Boone y necesito ideas, algo para hacerlo pensar dos veces acerca de usarme como munición contra Forbes.

—Oh, amaría ayudarte a ponerlo en la caja de castigo —dijo, sonriendo y asintiendo—. De hecho, lo disfrutaría. Déjame pensarlo y tendré algo para el final de la práctica de hoy.

Me di cuenta de que Payton pasó mucho tiempo mirando a los jugadores de fútbol en vez de concentrarse en las rutinas. En un punto

de la práctica, Payton me codeó y suspiró.

—Te está mirando entre cada jugada y sus ojos no te dejaron ni cuando Gretchen se inclinó en esos ridículamente cortos pantaloncitos para

darle vista a su vagina.

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Georgia Cates

Ew, no estaba segura de que me hiciera sentir mejor saber que escogió mirarme a mí sobre una mirada a los pantalones de la Penívora pero

resistí la urgencia de mirarlo.

—Eso es bueno. Si me está viendo entonces puede ver que continúo

ignorándolo.

—No te preocupes. Él ve tu falta de interés y no creo que le intereses por una pequeña mordida. Él todavía no lo sabe, pero me acaba de dar

la munición que necesitaba para idear el perfecto plan de represalia.

En cuanto estuvimos solas en el carro de Payton después de la práctica, ella dijo:

—Este argumento es tan simple, pero tan increíblemente astuto. No sé si estás para ello.

—Oh, estoy para ello —la tranquilicé.

—Está bien. Jessie Boone pudo haberte utilizado como munición en la lucha entre él y Forbes, pero Betty… el chico quiere ser tu Pedro

Picapiedra para que pueda hacer tu lecho de roca.

Vale, su analogía era chistosa, pero no me sonaba como un plan.

—Estoy oyendo acerca de unas caricaturas, pero fallando en oír un plan, oh brillante ser malvado.

—Vas a continuar ignorándolo, después de varios días vas a actuar

como si estuvieras yendo alrededor y siendo amigable con él. Después de que lo hagas estar cómodo con tu amistad, lo vas a convertir en una relación de flirteo y molestarlo un poco. En un par de semanas, él

creerá que estás lista para caer locamente en la cama con él, entonces lo vas a descomponer y le dirás que él acaba de caer en una trampa.

Este plan no lo estaba entendiendo.

—¿Y cómo tendré esta relación de flirteo con Jessie Boone mientras tengo novio?

—Un punto válido —admitió ella—. Tienes que hacerlo pensar que lo estás haciendo a espaldas de Forbes.

—Entonces, tengo que engañar a Jessie y a Forbes. Eso suena

arriesgado para mí.

—No te preocupes, Forbes no se enterará si eres cuidadosa y no se

enterará porque estaré vigilándote —me tranquilizó—. La belleza de todo el plan es que eres tú la que tiene el control, no Jessie. Lo harás saltar por aros para estar contigo bajo tus condiciones y te garantizo

que lo tendrás comiendo de tu mano.

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Georgia Cates

Payton podía ver mi indecisión, pero sabía las perfectas palabras para empujarme sobre el borde.

—No olvides como te avergonzó enfrente de todo el equipo de fútbol y de las porristas con su pequeño anuncio. Él básicamente les dijo a todos

que él estaba contigo detrás de Forbes. Eso es tan bueno como que te llamara una puta.

—Tienes razón, amaría borrar esa arrogante sonrisa de su cara. —

Incluso aunque fuera una de las más atractivas caras que hubiera visto.

—Dale hasta el viernes, entonces calienta el escenario.

Era un buen plan, cuando capté la esencia, pero no teníamos garantía de que él quisiera que lo calentara.

—¿Sabes que tu plan no tiene valor si yo no le gusto, verdad?

Payton sonrió a sabiendas y dijo:

—Créeme, él va a necesitar una barrera de erección para esconder la

tienda en sus pantalones cuando hayas acabado con él.

Pasé los siguientes tres días haciendo un perfecto trabajo ignorando a

Jessie, y por ordenes de Payton, me desperté más temprano de lo normal esta mañana para poder ponerme más sexy para la actividad de hoy de calentarlo. Estuve a tiempo por primera vez en mi vida y Payton

estaba complacida con ambos, mi puntualidad y apariencia cuando llegó para llevarme a la escuela por último día porque iba a tener mi carro esta tarde.

—¡Sí! Tú totalmente diste en el clavo con la apariencia que quería y no olvides dejarlo acercarse un poco y empieza a bajar la guardia un poco

hoy. Intenta ser emparejada con él en la clase de Humanidades pero que parezca que fuiste forzada a hablar con él.

—Lo tengo. Eso no será un problema porque él hará cualquier cosa

para no ser emparejado con los otros.

—Hombre, desearía poder estar contigo porque sé que me harás sentir orgullosa.

—Deséame suerte —dije, mientras entrabamos en el estacionamiento. Lo vi sentado en su camión fumando un cigarro y Payton se aseguró de

estacionarse junto a él.

Payton fue por delante de mí mientras yo pretendía regresar al coche por algo, lo calculé perfecto para entrar juntos, conmigo solo unos

pasos por delante. Estaba un poco decepcionada porque estábamos a

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Georgia Cates

medio camino de la puerta frontal y él no había dicho una sola palabra, pero luego lo oí.

—Hey, ¿me vas a forzar a asociarme con uno de los cerebritos hoy?

No respondí y continué caminando, luego lo oí.

—¿Supongo que eso es un sí?

Seguí mi rutina de la mañana usual y cuando caminé a Humanidades, Jessie me miró cuando entré por la puerta. Me miró caminar hacia él, y

aunque él esperaba que le preguntara a Brad para cambiar lugares hoy también, me senté en el escritorio junto a de él.

—¿Decidiste que acabaste de ignorarme? —preguntó optimistamente.

Me ocupé buscando en mi mochila, luego saqué una carpeta y la abrí para prepararla para la clase, no reconociéndolo a él o a sus palabras.

—Si planeas seguir ignorándome, ¿entonces porque te sentaste junto a mí? Podrías haber hecho un mejor trabajo del otro lado del salón y tienes que admitir que tu tratamiento de silencio se hecha a perder si

hacemos la cosa de parejas hoy.

Cuando tampoco respondí, se alejó de mí y la Sra. Tanner cerró el

salón, luego se unió a nosotros en el círculo como siempre hacía.

—Hoy vamos a seguir discutiendo nuestros seis ingredientes para la creatividad. Pueden quedarse con su compañero pasado o elegir uno

nuevo, pero quiero que ustedes y su compañero elijan un ingrediente que no hayan discutido todavía.

No hice un movimiento, tampoco Jessie, haciéndonos pareja por esta

hora.

—¿Qué han discutido tú y los otros? —pregunté, mientras miraba las

opciones que quedaban en el pizarrón.

—¿Ella habló? —preguntó sarcásticamente.

Lo miré y rodé mis ojos.

—Tú y yo cubrimos “Viendo en Nuevos Modos el Lunes”. ¿Qué cubriste con Brad ayer?

—“Reconocer Patrones”.

—Eso es bueno porque Kara y yo cubrimos ese ayer. ¿Tienes una preferencia para hoy?

—Creo que “Suposiciones Desafiantes” está bien conmigo.

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Georgia Cates

Abrí el sobre de la asignación que nos proveyó la Sra. Tanner y leí las instrucciones en voz alta.

—Enlista tres suposiciones que hayas hecho de tu compañero y provee evidencias de por qué tú has hecho esas suposiciones. Cuando tu lista esté completa, estate preparado para concordar con la opinión de tu compañero o persuade la opinión de tu compañero.

—Eso no parece muy diferente de nuestras nociones preconcebidas de

la actividad del lunes —se quejó.

—Todos estos ejercicios en parejas intentan hacernos más confortables

con el otro para promover nuestra creatividad sin miedo del rechazo. Este ejercicio es un poco diferente porque tú debes mostrar evidencia de tu suposición en vez de aceptarla simplemente como opinión —

expliqué.

Se veía un poco preocupado.

—Esto podría ponerse interesante. Podría aprender qué tan poco

realmente piensas en mí. Espero no salir muy lastimado.

No respondí a su comentario mientras abría mi libro de composición

para empezar mi lista de suposiciones. Acabó antes que yo, y aunque no lo miré, sentí su mirada mientras continuaba trabajando en mi lista.

—Si no dejas de mirarme, voy a hacer la suposición de que eres

espeluznante —amenacé.

—No me has mirado, ¿entonces que te hace pensar que te estoy

mirando? —Se rió.

—No lo creo, lo sé porque siento tus ojos en mí.

—¿Debería asumir que eso te hace psíquica o psicópata?

—¡Lo que sea! —dije por mis rechinantes dientes.

—Lo que sea es lo que alguien dice para admitir la derrota sin actualmente admitirla —se burló.

—¡Whoa! Eso captó mi atención y subí mi mirada de mi cuaderno y pregunté:

—¿De dónde sacaste esa basura? ¿Lo compones sobre la marcha?

Parecía complacido por capturar toda mi atención, dijo:

—No la hice. Es un hecho bien conocido.

Era tiempo para que ambos fuéramos a la misma página.

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—Dejemos una cosa clara; no soy fácilmente derrotada, pero cuando lo soy, no lo sabrás si yo no quiero que los sepas.

Me miro y dudó por un momento antes de preguntar:

—¿Has terminado de derribarme con tu lista de suposiciones? Porque

yo he acabado con la tuya.

—Estoy lista, hagamos esto. Incluso iré primero —le ofrecí.

—No hay problema, Princesa.

—Fumas cigarros así que asumo que no te importa tu salud.

¡Ja! Me gustará ver como argumenta contra eso.

Asintió, como si estuviera capturado y dijo:

—Me tienes parcialmente en esa. Fumo, pero no significa que no me importe mi salud. No entendía los riesgos cuando empecé a fumar

porque era joven. Ahora que soy mayor, quiero dejarlo, pero no es la cosa más fácil en el mundo para hacer.

—¿Entonces me estás diciendo que eres demasiado débil para dejarlo?

Eso captó toda su atención.

—¿Adicto a la nicotina? Sí. ¿Débil? No. Nunca me confundas como

débil. Princesa.

No tenía que convencerme de que no era débil porque oí la fuerza cuando habló.

Lo vi en sus ojos y en la persistencia que mostró cuando no se venció en hablarme toda esta semana mientras yo lo ignoraba.

—Eres el siguiente, así que ilumíname y dime algo que no sepa de mi —

lo reté.

Sonrió, había aprendido en el corto tiempo en que lo había conocido que

siempre había una travesura detrás de ella.

—Vale. He oído que tu familia es amiga de la familia de Forbes. Considerando el hecho de que él es un completo imbécil, solo puedo

asumir que estás con él porque es lo que tus padres quieren, no lo que tú quieres.

¿Cómo un ejercicio en la escuela podía volverse algo tan personal? Esto

no estaba funcionando para mí, rezumbé sarcasmo cuando dije:

—Por favor, no temas ponerte personal en cosas que no son tu asunto.

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—No recuerdo que el ejercicio dijera algo de evadir asuntos personales, así que escúpelo. ¿Estás locamente enamorada de Forbes o solo estás

durmiendo con él hasta que alguien mejor venga?

Ahí estaba, otra especulación sobre mí.

—Eres un idiota.

—Me han llamado peor, pero estás evadiendo la pregunta, Princesa.

Dudé y considere mi respuesta antes de decir.

—Forbes es mi novio y es todo lo que tú tienes que saber.

Se inclinó hacia atrás en su asiento y dobló sus brazos a través de su pecho, sonriendo.

—Entonces no estás enamorada de él.

—No dije eso.

Me sonrió como si tuviera la ventaja.

—Oh, pero lo hiciste. Solo no con esas palabras, es tu turno.

Tomé el papel donde había apuntado mis suposiciones y lo desgarré

rápidamente por la mitad.

—Vale. Dos pueden jugar el mismo juego.

—No tengo miedo así que da lo mejor de ti, Princesa —me retó.

—Vale. Tú hablas y caminas así como si no te importara nada en el mundo, pero no querías que estuviera enojada contigo sobre lo que

dijiste. Tú pones una barrera porque si te importa lo que otros piensen. Te importa lo que yo pienso.

—¿Cuál es la evidencia detrás de tu suposición?

Jodió el plan. Tendríamos que ajustar el plan en consecuencia porque no lo iba a dejar ganar esto.

—Vamos, inmediatamente volaste a disculparte conmigo por lo que dijiste el segundo en que me viste después de que sucediera. ¿No lo recuerdas? Déjame refrescarte la memoria. —Hinché mi pecho e hice mi

mejor impresión de él burlándome—. Este soy yo siendo real y siento lo que dije de ti. —Luego reí por lo fácil que borre esa sonrisa arrogante de su cara.

Miró su papel y empezó a garabatear mientras decía.

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Georgia Cates

—Me disculpé porque lo que dije estuvo mal, pero eso no me hace un cobarde.

Claramente toqué un nervio.

—No dije que fueras un cobarde, dije que te importaba lo que otras

personas pensaran de ti. Has pasado toda la semana tratando de hacer que te perdone porque te importa lo que piense de ti.

—Creo que es mi turno, ahora —dijo y rompió en una hermosa

sonrisa—. Con una opinión tan profunda y pensada opinión acerca de mí, solo puedo asumir que eso significa que has estado pensando en mí. Mucho.

El chico era valiente, si nada más, y no tenía idea de qué tan correcto estaba. Pensé en él mucho más de lo que debería durante la semana,

pero moriría antes de admitirle eso.

—¿Hola? Esa era la tarea. Tenía que pensar de ti porque es un requisito para la tarea de la Sra. Tanner. ¡Duh!

—Estás mintiendo y está escrito en tu cara sonrojada.

Estaba cansándome de todos leyéndome la cara y sentí el calor

subiendo por mis mejillas.

—Mi cara está roja porque haces que mi sangre hierva.

—Tú te mueres por mí, por eso es que sientes como si tu cara estuviera

incendiándose.

Nada de esto era parte del plan. Se suponía que yo tenía el control. ¿Cómo podían haber salido tan mal las cosas tan rápidamente?

Mientras contemplaba qué decir, fui salvada por la campana. Literalmente. Rápidamente recogí mis cosas sin mirarlo, todo sin negar

su especulación.

Antes de salir por la puerta, lo miré. Petulante arrogancia se difundía por su cara y mi perra interior dio un paso adelante para tomar el

control porque me negaba a dejarlo ganar este round. Esperé afuera del edificio por las mesas de picnic usadas por los de la clase de primer año en el receso. Salió del edificio en mi dirección y usé mi dedo haciendo

un movimiento para que se acercara. Sonrió, creyendo que me tenía done él quería, y sonreí porque sabía que no era así.

—¿Algo que admitir, Princesa?

Calentar el escenario tal vez no era una opción como Payton y yo habíamos discutido. Lo que estaba a punto de hacer podía ser

considerado más como saltar de cabeza primero.

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Georgia Cates

—Puedes haber anunciado en frente de todo el equipo de fútbol y de porristas que ficticiamente me gustaba lo que tus manos hicieron

conmigo, pero acabo de hacerte venir con un dedo, así que dime ahora quien tienes las habilidades.

Le hice un guiño antes de irme caminando, luego oí:

—Ese es el juego que vamos a jugar porque creo que oí un reto y no creo deber aceptarlo si no te doy una advertencia primero. Yo no

retrocedo, Princesa.

Nunca temí que lo hiciera. El pánico se instaló y me pregunté: ¿En qué me acabo de meter?

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Georgia Cates

GGaarraannttííaa ddee RReeeemmbboollssoo

Traducido por aLexiia_Rms Corregido por 5247584

JJeessssiiee Esta versión de la Princesa era divertida. Podía jugar con esta sin miedo a un rechazo real. Siempre y cuando no me viera serio, podría aceptar

que me ignorara, por lo que me decidí a empujar mi suerte hasta el extremo de conseguir una reacción de ella.

Necesitaba un poco de tiempo para crear una estrategia, así que evité

sentarme junto a Claire en el tercer período; Historia. Me senté en el aula, pero no pude evitar que mis ojos vagaran en su dirección. En base

a sus marcadas expresiones faciales, su conversación con Payton era profunda.

Ella se negaba a reconocer mi presencia mirando en mi dirección, pero

Payton me miró y me dio lo que yo percibía como un movimiento de cabeza de “Qué miedo, está viendo”. No pensaba que Claire tuviera en ella hacer demasiado daño, pero de Payton no estaba tan seguro y pasé

una hora pensando en lo que podrían estar tramando.

Llegué a clase de Física temprano y esperaba que Claire llegara poco

después sin Forbes, para así tener un momento para jugar con ella. Cuando entró por la puerta sola, estaba satisfecho y me giré a un lado para verla mejor. Me di cuenta, demasiado tarde, de que tuve que

mirarla con una sonrisa de hiena cuando me preguntó:

—¿Qué pasa con esa sonrisa hambrienta de mierda?

Sabiendo que el juego comenzaba, me decidí con toda mi fuerza intentar provocarla.

—Estaba pensando... que también podrías dormir conmigo, todo el

mundo ya piensa que lo estás. Te prometo que no te decepcionará. Garantía de reembolso.

Ella se echó a reír y dijo:

—Estás realmente trastornado. Nadie cree que estemos durmiendo juntos.

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Ella no me dio una mirada gélida o me llamó de forma vergonzosa, así que decidí intentar un poco más fuerte.

—Bueno, ya que has atraído mi atención al hacerme venir con solo un dedo, estoy especialmente interesado en saber lo que toda tu mano

puede hacer. Puedes culparte por mi interés alcanzando su punto máximo.

Sacudió su cabeza como si no pudiera creer que le dijera algo así y me

contestó:

—Si este es el verdadero tú, cualquiera podría decir que no pudiste darte peor consejo.

Todavía no me había dicho que me fuera al infierno, así que le dije:

—Vamos, sal conmigo esta noche. Es nuestra última noche de viernes

libre por meses y me comprometo a sacudir tu mundo.

—Sabes que tengo novio, entonces ¿por qué aún lo preguntas?

Puse mi mano abierta sobre mi corazón y le dije:

—Soy un romántico empedernido. Además, él no tiene por qué saberlo. Soy muy bueno guardando secretos.

Ella se quedó pensativa, como si pudiera estar pensando en ello, y luego dijo:

—Lo siento, no puedo hacerlo.

Vi a Henderson entrar por la puerta y rápidamente le susurré:

—Algún día me vas a llamar “mi verdadero amor que se fue”.

Giré al frente de la clase y oí a Henderson sentarse detrás de mí, junto a

Claire.

—Hey, nena. ¿Tuviste un buen día? —le preguntó.

Ella se echó a reír y respondió lo suficientemente alto como para que la escuchara:

—Sí. Ha sido un día muy bueno, muy interesante. Me enteré de que me

gustan algunas cosas que no sabía que me gustaban.

—Espero que descubras algunas cosas esta noche que no sabías que te gustaban.

Por supuesto, tendría planes con su novio, pero eso no me hizo sentir menos rechazado cuando me veía obligado a escuchar su conversación

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sobre salir esta noche. Me calmé, esperando oír la respuesta a su comentario, pero no hubo ninguna.

Gretchen entró y se sentó a mi lado, viéndose especialmente cachonda hoy en una falda corta y una camisa con escote. Ella habló, como lo

había hecho todos los días de esta semana, y me decidí a devolverle su afecto amistoso en un intento de atrapar la reacción de Claire.

La miré de arriba abajo y hablé un poco más fuerte para que mis

palabras llegaran fácilmente a los oídos de Claire.

—Maldita sea, Gretchen, estás que ardes hoy y esa camiseta se ve muy bien en ti. Permite acentuar tus… ojos.

Ella sonrió como el gato que se comió al canario y se acercó a acariciar mi brazo mientras decía:

—Muchas gracias y me alegra de saber que finalmente te des cuenta.

—Por favor, no creas que no lo he notado, porque lo hice —la tranquilicé falsamente.

Oí el golpe de la carpeta contra la mesa, y luego a Henderson preguntar:

—¿Qué pasa contigo?

—Nada, absolutamente nada —dijo.

Yo lo sabía mejor y así como había esperado, coqueteando con Gretchen, había llamado la atención de Claire. Para probar mi teoría,

decidí tomar mi coqueteo un paso más allá.

—¿Tienes planes para esta noche?

Gretchen se inclinó hacia delante, dándome una gran vista de su escote

y me dijo:

—Sí, pero nada que no pueda incluirte. Se supone que debo ir a una

hoguera en lo de Harrison Cleveland. La mitad de la escuela estará allí; la mejor mitad, y su hermano mayor comprará unos barriles. Le dije a Ben Averitt que iría con él, pero le puedo cancelar si quieres ser mi

pareja.

Dejé a mis ojos viajar a su escote y le dije:

—Creo que tendrías un momento mejor conmigo que con Ben. ¿No te

parece?

Ella sonrió y dijo:

—Estoy totalmente de acuerdo.

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Oí el golpe de un libro de texto sobre el suelo, causando que Gretchen saltara. Se dio la vuelta, sus ojos disparando dagas a Claire y le dijo:

—¿Como que muy torpe?

Claire la miró y dijo:

—¿Como que muy puta? —En represalia.

—Noticia de última hora, Claire, un cinturón de castidad no es una declaración de moda —dijo riendo.

Claire entrecerró los ojos y dijo:

—Por lo menos mi pierna derecha no desconoce mi pierna izquierda porque no se han visto en mucho tiempo.

Gretchen se burló cuando dijo:

—Al contrario de lo que crees, Claire, ser una mojigata no es una virtud.

—Gretchen, la cosa más inteligente que ha salido de tu boca es el pen...

—¡Whoa, Claire! —interrumpió Henderson, provocando que se dieran cuenta de que estaban entreteniendo a toda la clase con su intercambio

de insultos.

La Sra. Bishop, ajena al espectáculo gratuito en su clase, comenzó a

enseñar y traté de concentrarme en su conferencia, pero no podía dejar de analizar el motivo detrás del ataque verbal de Claire a Gretchen. ¿Le disgustaba mucho o había algo más? ¿Podría realmente estar celosa?

Cuando la clase terminó, Claire fue la primera en salir por la puerta, con Henderson detrás de ella. Su ausencia me dejó con pocas razones para hablar con Gretchen, excepto por el hecho de que había hecho una

cita con ella.

—¿A qué hora quieres buscarme? —preguntó.

Rápidamente consideré cómo podría salir de esto para que no fuera como una cita de verdad y le dije:

—Tengo que estar en un lugar el sábado por la mañana, por lo que

probablemente tendré que irme temprano. ¿Por qué no te encuentro allí?

Ella se acurrucó en mí, frotando sus pechos contra mi brazo mientras

me explicaba:

—Estoy más que bien con irnos de la fiesta temprano.

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—Voy a tener que salir muy temprano y no me gustaría arruinarte un buen momento, por lo que es probablemente mejor encontrarnos allí.

Ella frunció el ceño ante la idea, obviamente decepcionada, pero dijo:

—Bueno, supongo que va a funcionar.

Mientras me alejaba, ella dijo:

—¿Sabes cómo llegar a lo de Harrison?

Hice como que el detalle se me olvidó tontamente y dije:

—Oh, sí, supongo que necesito direcciones. —Pero habría estado bien conmigo saltarme toda la cosa y fingir ignorancia cuando volviéramos a la escuela el lunes.

Cuando terminó de darme direcciones para la fiesta, me dijo que la encontrara allí a las ocho, y aunque estuve de acuerdo, todavía estaba

en el aire si quería aparecer o no. Ambos sabíamos cuáles eran sus intenciones y no me quedaba la impresión de que planeara una reunión entre su pierna izquierda y su pierna derecha esta noche, y no

estaba interesado en una chica que había visto más techos que Miguel Ángel.

Caminé por el pasillo pensando si el lío en el que me había metido con Gretchen valdría los posibles celos de Claire o no, cuando me encontré con Dane en el pasillo. Chocamos los puños mientras decía:

—Hey, Boone, ¿vienes a la hoguera en lo de Harrison esta noche?

—Se supone que debo ir con Gretchen, pero no estoy seguro de qué voy a hacer.

—Debes venir. Harrison dice que va a haber un montón de cerveza.

Pensé en las consecuencias de no presentarme.

—Gretchen probablemente se molestará si no me presento dado que más o menos le pedí que fuera mi cita.

—Amigo, yo que iba a advertirte sobre jugar con Claire para poner a

Forbes loco, pero si vienes con Gretchen, entonces sé que no tendrás tiempo para causar problemas debido a que tus manos estarán llenas, literalmente.

Iba a ir, si Claire iba a estar allí.

—¿Estás seguro que Claire estará?

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—Por supuesto, ella estará allí —prometió—. Estamos utilizando su coche para la música porque tiene un sistema de sonido personalizado.

Hogueras con cerveza y sistemas de sonido no me parecían el tipo de cosas del interés de Claire, así que supuse que había muchas cosas que

no sabía de ella.

—He cambiado de idea. Voy.

—Increíble, pero tengo que preguntar quién es el factor de persuasión

—se rió.

—Estoy bastante seguro de que puedes adivinar quién es el factor de persuasión, pero te voy a dar una pista; no es la chica con más

pinchazos que un tablero de dardos de segunda mano.

—¿Serviría de algo pedirte que no empezaras nada con Forbes?

—No tengo la intención de pelear con Forbes —le prometí—. Pero si quiero hablar con Claire y ella quiere hablar conmigo, nadie nos va a detener.

—Es bueno saber que por lo menos tienes en cuenta sus sentimientos en estos días.

—No debería haber dicho lo que dije sobre ella, pero no temas que no lo consiga, porque el viejo dicho es cierto; el infierno no tiene tanta furia como una mujer despreciada. Francamente, no estoy seguro de que ha

terminado conmigo todavía, pero estoy listo para saber.

—Por favor, ten cuidado. Forbes y su pelotón aún no han hecho un buen plan para llevarlo a cabo y solo queda una semana hasta el primer

juego. No hagas nada para empujarlo al borde esta noche —declaró Dane.

—Ya te dije que no les tengo miedo y me lo repito cuando te digo que he pasado a través de más que Forbes Henderson, además de noquearlos.

—Y ya te dije que Forbes no juega según las reglas, así que supongo

que a este punto al que hemos llegado se llama un callejón sin salida.

—Un callejón sin salida, eso es —estuve de acuerdo.

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Georgia Cates

TTooddooss llooss BBoottoonneess CCoorrrreeccttooss

Traducido por Sisabel1320 y Jhos Corregido por Maia8

CCllaaiirree

¿Qué estaba mal conmigo? Actué como una completa imbécil cuando

Jessie le dio a la mariposa sexual un poco de atención y la peor parte de ello no era que tuviera miedo de que Forbes mirara directo hacia mí, tenía miedo de que Jessie no lo hiciera.

Pasar tiempo con él hoy solo confirmó la intensa e innegable atracción que siento hacia él. Aunque esto se trataba de un juego que estaba jugando, pensé que la atracción era mutua, pero luego él invitó a salir a

otra chica mientras me lo restregaba todo en mi cara.

Los límites de este juego que jugaba eran cada vez más claros para mí.

La idea de Gretchen tratando de utilizar a Jessie como su próximo objeto sexual estaba volviéndome loca, pero el pensamiento de él diciendo que sí me dejó con una sensación aún peor y entonces lo

capté. No quería que él la deseara a ella porque quería que él me deseara a mí.

Todo el asunto me golpeó puesto que yo tenía un novio, y no cualquier

novio, un novio a largo plazo que, básicamente, mis padres escogieron por mí. Forbes Henderson era todo lo que querían para mí.

¿Qué es lo que realmente siquiera sé de Jessie Boone? Venía de Collinsville, lo que significaba que probablemente era pobre. Si la dirección anterior no lo demostraba, afuera, su camioneta chatarra lo

hacía. Su familia probablemente era inculta, lo que significa que, seguramente, no le animaran a tener éxito. Apuesto a que sería la

primera persona en su familia en graduarse de la escuela secundaria.

¿Y, cómo podría estar atraída por un fumador? Siempre lo había encontrado tan desagradable y asqueroso, pero había algo en la forma

en que sostenía su cigarrillo entre el pulgar y el dedo índice cuando lo ponía al lado de sus labios llenos que era tan increíblemente sexy. ¿Qué había de malo en mí? Deseé que oliera a humo, ya que podría encontrar

eso desagradable, pero no lo hizo. Su fragancia era limpia y masculina, incluso boscosa, y me dieron ganas de inclinarme más cerca por una

profunda inhalación.

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Gretchen estaría disfrutando de la forma en que él olía esta noche, no yo. De hecho, estaba segura de que estaría llevando su fragancia por

todo su cuerpo antes de que terminara la noche.

El cuarto período pasó volando y cuando sonó la campana, me di

cuenta de que había pasado toda la clase pensando sobre Jessie y cómo iba a pasar la noche con su cita. Hice lo mismo en el último período y cuando sonó la campana, prácticamente corrí para encontrarme con

Payton en mi casillero.

―Payton, ¿estás lista para irnos? ―supliqué―. Realmente tengo que salir de aquí.

Ella permaneció sin cuidado en su casillero, mientras yo estaba muriéndome.

―Estoy lista. ¿Todavía necesitas que te lleve al concesionario a recoger tu auto?

―Sí, lo usaremos para la música esta noche en la hoguera.

―Me encanta ―cantó―. Eso significa que podemos que elegir la música.

Esperé mientras Payton tomó las cosas que necesitaba de su casillero y

caminamos hasta su auto, encontrándonos con Jessie al pie de su vehículo.

―Oye, Claire, ¿Te veré en la hoguera? ―preguntó Jessie, con una

sonrisa en su cara, casi como si supiera la ansiedad que me estaba causando.

Quería darle una respuesta simple, pero al igual que el día en que nos

conocimos, sentí las palabras formándose en mi lengua y era incapaz de controlar lo que salió después.

―Bueno, supongo que todo depende.

―¿De qué? ―se rió.

―Si pasas la noche entera follando a Gretchen, entonces no me verás en

absoluto, pero si solo pasas parte de la noche follándola, entonces podrías llegar a verme en la parte libre de la noche. ―En el momento en que empecé hablar, me di cuenta de lo celosa y grosera que sonaba,

pero ya era demasiado tarde, porque ya estaba allí fuera.

Mierda. Ni siquiera podía mirarlo ahora.

―¿He hecho algo malo, Claire? ―preguntó inocente, al igual que todos.

Negué con la cabeza y miré hacia otro lado mientras respondí con pesar:

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―No, no has hecho nada malo. ―Y no lo había hecho porque no teníamos ninguna relación y él no tenía ningún tipo de obligación

conmigo. Era libre para estar con quien alguna vez quisiera y yo no.

―Como dijiste, no te voy a ver si me decido a follar a Gretchen toda la

noche, así que, en caso de que haga eso, déjame decirte ahora que pases un buen rato ―confrontó. No estaba segura de si se dio cuenta del efecto de sus palabras sobre mí, pero sospechaba que lo hizo y es

por eso que estaba empujándome tan duro.

No pude hablar por temor a que podría vomitar. Él conocía todos los botones correctos para empujarme a estar furiosa, celosa y con náuseas

al mismo tiempo.

Payton y yo nos metimos en el auto y dijo:

―Claire, él quiere que lo invites para deshacerse de Gretchen. Es tan obvio.

Ella estaba tan obsesionada con el plan que no pudo ver el efecto que él

tenía sobre mí. Lo miré esperando en su camioneta estacionada al lado de nosotras. Quería salir y gritarle que no se quedara con Gretchen esta

noche. Cuando él me miró, yo sabía que estaba esperando por mí y todo lo que tenía que hacer era decir las palabras para que él la dejara.

Puse mi mano en la manilla de la puerta con nerviosismo, pero vacilé

mientras mi corazón estaba latiendo fuera de mi pecho.

Si me acercaba a él en este momento, yo era un caso perdido con seguridad porque ya no estaba pensando estratégicamente.

Cerré los ojos y le dije:

―Solo ve.

―Estás echando a perder el plan, Claire. ¿Qué está mal contigo?

No podía abrir los ojos para mirarlo.

―Solo necesito que me saques de aquí. Ahora.

Payton no podía ver ni pies ni cabeza de mi reacción. Ignoré cómo me puse nerviosa acerca del plan porque temía que lo viera en mi cara. Le dije que todavía quería seguir adelante con esto, así que no advirtió

sobre cómo me sentía realmente.

Después de que pasé la tarde al borde de la histeria, recogí a Payton y

conduje hacia Harrison, escuchando mientras explicaba el cambio en nuestro plan.

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Georgia Cates

—He pensado en una forma de salvar el plan. Si el va a la hoguera con Gretchen entonces el planea tener sexo esta noche, pero he llegado con

un plan para alejarlo de conseguir cualquier acción. Llámalo El Coitus Hiatus2.

Payton podía estar sobre algo. Me gustaba como sonaba el plan.

—Tienes que conseguir que cree sobre estar contigo por decirle que estas dentro con el pero necesitas algo de tiempo para pensar sobre la

situación con Forbes. La maniobra del Coitus Hiatus entra en acción cuando le dices que puede olvidarse sobre cualquier cosa entre los dos si toca el desliza botón de desbloqueo de Gretchen a causa que no le

haces a las sobras de la Penívora.

Maldición, esta chica era buena, pero allí podría haber un fallo.

—¿Que si no lo veo antes que el consiga con Gretchen? Esa zorrita es rápida.

—Llegaremos allí primero, así que tienes que estar segura que lo

consigas antes de que ella tenga oportunidad de dejar caer sus bragas.

—No quiero insultar tus habilidades de engaño por preguntar, pero

¿puedes mantener a Forbes ocupado mientras hablo con él? —pregunté.

—No es un problema. Puedo mantener a Forbes y a todos de sus amigos

atados con el embudo por un rato. De hecho, probablemente podría conseguir a Forbes canalizar unas cuantas cervezas así tú puedes estar libre el resto de la noche si quieres que lo haga —sugirió.

Payton con un embudo y una multitud de chicos era un asunto peligroso porque tenía una forma de conseguir que los chicos hicieran

todo lo que quisiera.

—No necesito que los mates con envenenamiento por alcohol. Solo mantenlos ocupados por un poco de tiempo.

—Sabes que no puedo aguantar a Forbes, así que veremos, pero es un hecho que no puedo ser acusada por nada si lo hace por sí mismo. De cualquier forma, conseguiré cubrirte —prometió.

—Gracias, creo.

Fuimos algunas de las primeras en llegar porque estábamos a cargo de

la música y vimos que el hermano de Harrison había venido a través de los barriles como prometió y no sé quien estaba más satisfecho con la presencia del alcohol, yo o Forbes y Cooper.

2 Coitus Hiatus: Interrupción del coito.

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Georgia Cates

Miré alrededor, pero no ve a Gretchen o Jessie y Payton dijo:

—Calma, todavía es temprano. No estarán aquí hasta un poco más

tarde, así que tienes un montón de tiempo.

—¿Tienes tiempo para qué? —preguntó Forbes cuando vino desde

detrás para envolver sus brazos a mi alrededor. Se inclinó alrededor y besó mi cuello y no sentí emoción cuando me tocó. Si estuviera siendo honesta conmigo misma, nunca la tuve. Cuando estabas lejos, no hacía

mucho para estar con él y ese hecho me dijo todo lo que necesitaba saber sobre mi relación con él.

Me pregunté lo que mis padres pensarían si terminaba con Forbes. En

realidad no había salido con otros chicos, así que nunca han tenido la oportunidad de tener aversión por alguien que hubiera elegido.

Forbes me tendió un vaso de plástico rojo lleno con cerveza en mi camino.

—Aquí, vamos a hacer que esta fiesta comience.

—Es un poco temprano para comenzar a beber, ¿no crees? Si comenzamos ahora, estaremos borrachos antes de las nueve.

Levantó las cejas hacia mí y dijo:

—Precisamente.

Eso podría no ser una mala idea para conseguir relajarme un poco

antes que Jessie llegara aquí para prevenirme de enloquecer como lo hice más temprano, así que tomé la cerveza para calmar mis nervios un poco.

Los ojos de Forbes se iluminaron como si le hubiera tocado el premio gordo y dijo:

—Ahora, eso es sobre lo que estaba hablando. Échale un vistazo a mi chica, Coop. Te dije que no era una princesa.

Sentí mi corazón saltar en mi garganta y dije:

—¿Porque me llamas eso?

—Uh, no te he llamado nada. De hecho, dije que no eres una princesa. Hay una gran diferencia en llamarte princesa y decir que no eres una.

¿Cuál es la gran cosa sobre ser llamado princesa de todos modos?

Puso su vaso en su boca, tomando un gran trago, y me di cuenta que

era solo una coincidencia que hubiera utilizado el apodo de Jessie para mí.

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Georgia Cates

—Nada. Olvida lo que dije.

—Estás siendo un poco rara esta noche. ¿Eso significa que estás

nerviosa por algo? —preguntó, claramente esperanzado que esta noche sería la noche en que conseguiría lo que quería de mi.

No tenía ni idea de cuán nerviosa estaba, pero desafortunadamente para él, no tenía nada que ver con tener sexo con él como él planeaba. No era tonta. Sabía que estaba empujarme a la cerveza para mí era una

estrategia para esperanzadoramente relajarme, y entonces meterse en mis bragas.

La llegada de Jessie no alteró realmente mis sentimientos hacia Forbes.

No podía recordar una vez cuando siquiera sintiera como si estuviera enamorada de él. Él reunía todas mis expectativas, pero estaba enferma

de vivir mi vida para todos los demás y sus expectativas. Esta noche era la primera noche del resto de mi vida. Por primera vez incluso, estaba eligiendo hacerme feliz a mí misma.

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Georgia Cates

LLuucceess ddeell VViieerrnneess ppoorr llaa NNoocchhee

Traducido por Maia8 Corregido por Estefidenise

JJeessssiiee Mierda. Hablando de una total decepción. Por un momento, casi me pareció que tenía a Claire lista para saltar de ese coche para decirme

que abandonara a Gretchen. Se veía tan cerca, pero luego la realidad se impuso y sus sentidos antibarrios bajos aparecieron.

Claire necesitaba un empujoncito en la dirección correcta, o tal vez un

fuerte empujón, y yo estaba dispuesto a dárselo. Probablemente fue un error utilizar a Gretchen en el proceso, pero algo me decía que esta no

sería la primera vez que había sido usada y dejada a un lado. Yo no estaba tan seguro de que le importara tanto. De hecho, como que me preguntaba si podría ser masoquista.

Llegué a las ocho, pero no porque quisiera llegar a tiempo por Gretchen. Quería un montón de tiempo para mostrar lo que Claire se estaba perdiendo por no estar conmigo.

Me estremecí un poco cuando me di cuenta de que el convertible de lujo estacionado en el centro del campo del cual salía la música pertenecía a

Claire. Hombre, era más fácil sentirse un poco más seguro cuando no sabía que ella conducía un coche que cuesta más que el tráiler donde vivía.

Puse los pensamientos de las cosas materiales a un lado y recordé cómo reaccionó cuando coqueteé con Gretchen y lo cerca que pareció ceder a

mí esta tarde. Salí de mi camioneta y bajé el portón trasero y me senté mientras esperaba a que ella hiciera acto de presencia.

Sentí el cambio de mi camioneta mientras Dane se sentaba a mi lado en

mi puerta trasera.

—Me alegra que lo hicieras. ¿Dónde está tu señorita?

Suponiendo que se refería a Gretchen, le respondí:

—Estoy bastante seguro de que no puedes llamarla señorita, pero no la he visto todavía. Francamente, no tengo ganas de encontrarla porque

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Georgia Cates

cuando se dé cuenta de que ella y yo no tenemos la misma agenda para esta noche, es probable que no vaya a ir bien.

—¿Y cuál es tu agenda para esta noche? —preguntó, suspicaz.

—Las cosas con Claire han cambiado un poco desde que hablamos. Me

encontré con ella después de la escuela y tuvimos una interesante... digamos interacción. Creo que casi la tenía.

—¿Qué quieres decir con que crees que casi la tenías?

—Creo que ella estaba a punto de decirme que me deshaga de Gretchen esta noche —me jacté.

—Creo que te equivocas en eso —me informó.

¿Qué le hacía pensar que sabía algo acerca de mí y Claire?

—¿Cómo lo sabes? Tú no estabas allí.

Él tímidamente respondió:

—Amigo... Odio decírtelo, pero Forbes dijo que esta noche era la noche para él y Claire.

Sabía exactamente lo que estaba insinuando, pero necesitaba confirmación.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Él dice que mojará esta noche.

—Supongo que te refieres a Claire, y no a un barril. Si está

presumiendo de mojar esta noche, entonces eso significa que nunca ha aprovechado antes.

Era bueno saber eso y me gustó saber que no se había entregado a él.

De hecho, me encantó y me hizo preguntarme si yo había descubierto a Claire Deveraux en absoluto.

—Te deseo la mejor de las suertes si Claire está contigo, pero estate preparado para la ira de Henderson, ya que no será suficiente si tomas su chica. Sobre todo si se piensa que está finalmente a punto de

conseguir por lo que ha trabajado durante tanto tiempo —advirtió Dane.

Miré a través del campo, con los ojos en busca de Claire. La vi a través

de la luz de oro de la hoguera con un pequeño grupo de amigos junto a Forbes y Payton.

—Estaría decepcionado si su ira era nada menos que fea.

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Georgia Cates

Los ojos de Claire se encontraron con los míos y sonrió. Cuando volví a sonreír, la vi repentinamente desaparecer cuando sentí una mano en mi

brazo y me di la vuelta para ver a Gretchen de pie a mi lado.

Dane tomó la llegada de Gretchen como su señal para salir y dijo:

—Me pondré al día contigo más tarde.

Tenía la esperanza de hablar con Claire antes de quedar con Gretchen. Por supuesto, no tuve esa suerte.

—¿Has estado aquí por mucho tiempo? —preguntó.

—No, acabo de llegar hace unos cinco minutos.

—Me preguntaba si te podrías resistir. —Se rió como si no fuera ni

siquiera una posibilidad remota y totalmente inconsciente que tendría en un instante si solo la chica correcta me lo hubiera pedido.

—¿Quieres ir a dar un paseo? —me propuso con un tono sugerente.

Wow, ella no perdió el tiempo, pero no debía sorprenderme porque la chica tenía un apetito sexual bastante grande.

—Estoy bien. Vamos a pasar el rato aquí por un tiempo. ¿Quieres una cerveza?

—Claro —dijo, su voz empapada de decepción por mi rechazo a la invitación sensual.

Tal vez ella se emborrachara y luego se fuera y me dejara en paz para

que yo pudiera hablar con Claire.

—Creo que voy a agarrar un par. Ya vuelvo.

Cogí una taza y empecé a llenarla de cerveza para mi cita cuando vi que

Claire caminaba hacia mí. Cuando se detuvo a mi lado, dije:

—Hey, Princesa, ¿necesitas una recarga?

Ella sonrió y se rió cuando dijo:

—Sí, voy a dejar que me la llenes. —Entonces suavemente mordió el labio inferior mientras esperaba mi respuesta.

—Eres una chica muy sucia y todo el mundo se deja engañar. Pero eso ya lo sabes, ¿verdad?

Sonrió maliciosamente y dijo:

—Podría tener a la mayoría de las personas engañadas, pero no a todo el mundo.

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Georgia Cates

Negué con la cabeza en acuerdo.

—No, no me habrías engañado. Tal vez lo hiciste un poco al principio,

pero ni siquiera duró un día entero.

—¿Por qué? Las personas que me han conocido toda mi vida no me

pueden ver, por lo que realmente soy, pero tú no me conocías ni un día antes de que me vinculase.

—Tal vez somos más parecidos de lo que crees.

Miró a su alrededor en busca de espías, y luego dijo:

—Tengo que hablar contigo a solas, pero no ahora.

Allí estaban, las palabras que moría por escuchar.

—Está bien. ¿Qué tienes en mente?

—Dame al menos media hora, y luego nos encontraremos en el bosque

justo allí —dijo mientras señalaba la zona donde estaría.

—Está bien, te veré ahí —dije antes de separarnos y volver con la cerveza de Gretchen.

Comenzó su interrogatorio en cuanto volví.

—¿Qué te dijo la Srta. Mojigata?

—Nada que te importe saber —le contesté secamente, lo que no era una mentira total.

—Estoy bastante segura de que ella no dijo nada de lo que me

importaría escuchar, ¿pero era algo que te importase oír? —dijo.

—Mira, yo no doy explicaciones a las niñas acerca de todo lo que hago, así que nos hacemos un favor y no vayas allí —le advertí.

—Solo estoy pensando que es un poco extraño que tomase toda la semana que me notaras, entonces el momento en que lo haces, la Srta.

Reina Virgen con el novio está golpeando libros alrededor como si estuviera loca como el infierno y ahora te está pillando a solas para hablar contigo. Es obvio que algo está pasando entre ustedes dos.

Evité el contacto visual y no negué la acusación cuando levanté mi vaso de plástico para tomar un trago de cerveza.

—No te escucho negarlo —señaló.

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—Como dije antes, no estoy afligido por la necesidad de dar explicaciones a nadie —le reiteré, posiblemente un poco demasiado

fuerte.

—No hay necesidad de sentirse molesto al respecto. No me importa si

estás detrás de ella o si ella te persigue. Solo estoy tratando de averiguar si tengo que encontrar otra cita porque la mía está obsesionada con alguien además de mí.

—¿Quieres saber que estoy obsesionado contigo o prefieres escuchar la verdad? —le pregunté, con frialdad.

—Tú sabías desde el principio que ibas a tratar de conseguirla,

¿verdad? Es por eso que no aceptas mi invitación —acusó.

—No, no quiero tu invitación porque no quiero quedar atrapado contigo

toda la noche. No tiene nada que ver con Claire. Ese mérito es totalmente tuyo propio —le informé.

—Me usaste para hacer que Claire Deveraux se pusiera celosa. Y

funcionó. Si yo no estuviera tan contenta con este hecho, podría estar muy enojada contigo en este momento

—Me alegro de que los dos tenemos algo que sacar de esto.

Ella se inclinó hacia mí y dijo:

—No he tenido exactamente lo que quería, y para que lo sepas, no

tienes que engañarme para ponerle el cinturón de castidad celoso porque lo habría hecho con gusto por reírme de ella. Pero ahora que sé lo que está pasando, con mucho gusto te ayudo a ponerla tan celosa

como desees.

—Creo que estoy bien por ahora —me negué, y luego se inclinó aún más

y me besó lentamente en la boca.

Cuando ella se apartó, ella sonrió y dijo:

—Claire nos está mirando, lo siento. No pude resistirme a hacer eso

para hacerla hervir la sangre. No te olvides, estoy dispuesto a ir más lejos si me necesitas.

—Te lo haré saber si llega el momento —me reí.

Esperaba que el beso de Gretchen no hiciera a Claire cambiar de opinión acerca de conocerme. Después de que los primeros treinta

minutos fueron pasando, empecé a preguntármelo. Esperé y observé por Claire para hacer su escapada a los bosques, mientras que Gretchen y yo hablábamos en la puerta trasera de mi camioneta. De vez

en cuando, miraba hacia donde estaba y capturaba una vista de Forbes

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Georgia Cates

besándola o sosteniendo su mano y no me preocuparía de la forma que me hacía sentir.

Casi una hora más tarde, la vi escabullirse de un Forbes muy borracho. Esperé un momento antes de seguirla para evitar que cualquiera nos

vea a escondidas en el bosque juntos porque sentía la necesidad de protegerla.

Con ansiedad y nerviosismo caminaba en su dirección, luego oí

susurrar:

—Psst, por aquí. —Y me di la vuelta para ver su cabeza de detrás de un árbol grande.

Me acerqué a ella y se recostó contra el árbol y coquetamente dijo:

—Oye, tú.

—Hey, Princesa —le dije suavemente, dándome cuenta de que el apodo que una vez utilizaba como un insulto ahora lo utilizaba por una razón completamente diferente.

—Te las arreglaste para escapar de la Penívora.

Tuve que reír cuando le pregunté:

—¿La qué?

—La Penívora. Ya sabes, como un herbívoro o carnívoro. Gretchen es más conocido en la escuela como la devoradora de penes.

—Wow, la habría invitado a salir antes si lo hubiera sabido —me reí.

Claire cerró el puño y me golpeó tan fuerte como pudo en el pecho antes de comenzar a alejarse. Yo estaba un poco impresionado con el dolor

que quedaba después de su golpe y me froté el pecho con una mano, mientras que agarraba su brazo con la otra.

—Vuelve, no te enfades. Solo estaba bromeando, Princesa —le supliqué.

La detuve para situarme frente a ella y empezó a retroceder mientras caminaba hacia ella hasta que su espalda estaba contra el árbol y no

podía ir más allá. No me detuve hasta que estuvimos cara a cara. Su pecho subía y bajaba rápidamente y nuestros ojos nunca perdieron el contacto, mientras decía:

—¿Había algo que querías hablar conmigo?

—Sí —susurró, sin aliento.

—Estoy escuchando —le dije en voz baja.

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Georgia Cates

Esperé con anticipación, esperanzado de oírla decir que estaba interesada en mí como yo estaba interesado en ella, pero ella

permaneció en silencio. Me incliné hacia delante para animarla mientras esperaba a que ella hablara. Puse mis labios contra su oído y

le susurré:

—¿Por qué estás tan asustada, Princesa? Te prometo que no te voy a morder... a menos que me lo pidas.

Volvió la cara hacia mí y sentí la suavidad de su mejilla contra la mía, ya que rozó mi rostro sin afeitar. Ella rozó suavemente sus labios a lo largo de mi mandíbula hasta la suavidad de mis labios y la calidez de

su aliento se cernía sobre mi boca, pero sin tocarla. Pensé que entraría sin duda una combustión espontánea si no la besaba antes, pero no

estaba dispuesto a correr el riesgo de asustarla porque me había movido demasiado rápido, así que dejé todo el control en sus manos.

—Quiero besarte, pero no debería —susurró contra mi boca.

—Quiero darte un beso, y yo no tengo una razón para no hacerlo, pero no lo haré hasta que me preguntes —dije y me quedé lo suficientemente

cerca como para sentir su aliento en mi boca.

—Quería que me encuentres aquí solo porque necesitaba preguntarte si había algo entre nosotros. Creo que tengo mi respuesta.

Pensé que mi atracción por ella era tan transparente, pero supongo que estaba equivocado. Toqué el labio con el pulgar y le pregunté:

—¿De verdad creías que tenías que hacerlo?

Sus labios eran tan suaves y sentí que se movían contra mi dedo cuando ella respondió:

—Tenía que ser positiva antes de que preguntar lo que voy a preguntarte.

La anticipación de averiguar lo que quería de mí estaba a punto de

matarme.

—¿Qué?

—Siento esta atracción loca entre nosotros, pero tengo un año y medio

invertido en Forbes y necesito un poco de tiempo para estar segura de que estoy dispuesta a tirar todo eso de inmediato. Necesito saber si

estás dispuesto a darme el tiempo que necesito para decidir.

—¿De cuánto tiempo estamos hablando? —le pregunté.

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Georgia Cates

—No lo sé, porque nunca he hecho esto antes. ¿Una semana? Tal vez dos, pero hay algo más que necesito de ti y puedes no encontrar el resto

de mis peticiones tan razonables.

Me trasladé a la otra oreja y susurré suavemente:

—Dime lo que quieres de mí.

Ella vaciló antes de responder:

—Deja a Gretchen. No duermas con ella, porque no voy a ser capaz de

tener una relación contigo si lo haces.

Eso no sería un problema, pero ella no tenía por qué saberlo, entonces me acordé de lo que Dane me había dicho acerca de los planes de

Forbes con Claire esta noche y pensé que era justo que ella acordase las mismas reglas.

Corrí hacia ella, porque quería ver su reacción cuando le dije:

—Voy a hacer un trato contigo. Estoy de acuerdo en no dormir con Gretchen si no duermes con Forbes y podemos ver que lo que hay entre

nosotros va sin ningún remordimiento —le propuse.

Ella sonrió y pareció feliz de conseguir lo que quería.

—Me comprometo si lo haces.

Sonreí porque estaba contento de que estuviera haciendo lo que quería y le prometí:

—Lo haré.

Este acuerdo parece el más ridículo que hice con ninguna otra chica y nunca lo he hecho con nadie, excepto Claire. Lo bueno es que yo no

podía estar más contento con la idea de que la novia de Forbes estuviera con él, pensando en mí y me reí de mí mismo cuando me di

cuenta que era el responsable de su cinturón de castidad sin siquiera haberlo querido realmente.

—Creo que será mejor que vuelva antes de que comiencen a extrañarme

y llamen a la patrulla de rescate —dijo, de mala gana.

Yo sabía que no me quedaría si mi tiempo con ella había terminado, así que le dije:

—Creo que me voy a ir.

Ella parecía decepcionada cuando preguntó:

—¿Por qué tan pronto?

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—Francamente, no creo que quiera verte salir con tu novio —le dije—. Y como que parece inútil que yo salga con Gretchen.

Me di cuenta de que no quería que me fuera y eso me hizo feliz, pero yo no veía el sentido de quedarse si no podíamos estar juntos.

—Bueno, entonces supongo que no te veré otra vez hasta la clase del lunes. ¿Quieres ser mi pareja? Sé que todavía tenemos que Hacer Conexiones.

—Estoy bastante seguro de que acabas de hacer una —le contesté, e incluso en la oscuridad de la noche, pude ver su hermosa sonrisa y me sentí feliz porque sabía que era la razón detrás de ella.

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Georgia Cates

NNoo QQuuiieerroo EEssttaarr BBiieenn

Traducido por Jhos Corregido por Maia8

CCllaaiirree

Al momento en que regresé, Payton me empujó fuera del borde, lo que

no era necesario considerando como perdidos estaban Forbes y sus amigos, y comenzó a preguntarme sobre mi encuentro secreto en el bosque con Jessie.

—Entonces, ¿cómo fue? Estaba en lo cierto, ¿no? Te quiere —dijo, tan segura de sí misma.

Recordé cuán cerca estuvo su rostro del mío y escalofríos se difundieron

por mi cuerpo.

—Él estaba tan cerca de mi rostro que pude sentir el calor de su aliento

en mi boca, pero no me besó. Me dijo que no lo haría hasta que se lo pidiera.

—Sabía que te quería. —Sonrió, luego empujó ligeramente mi hombro—

. ¿Por qué no le pediste que te besara, tonta?

—No lo sé, tal vez algo sobre pedirle a un chico que me bese cuando mi novio está a cuarenta metros de distancia no se siente exactamente

correcto para mí —expliqué.

—Sí, supongo que tienes razón. Eso podría calificar como un poco en el

lado vago —admitió.

—Sí, ¿creo? —pregunté.

—Probablemente yo lo habría hecho —confesó.

—Sí, no tengo duda de que lo harías.

Miré sobre mi hombre a Jessie yendo a su camión, luego miré al culo

borracho de Forbes y no había una decisión que tomar. No había suficiente jugo de tolerancia en esos barriles para que me quedase y tratase con un perdido y cachondo Forbes el resto de la noche. Dada la

vista, tenía cerca de un minuto antes de que la única cosa interesante aquí esta noche se fuera en un viejo camión chatarra.

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Georgia Cates

—Forbes y Cooper están hechos polvo y no me siento como una niñera así que voy a irme. ¿Puedes pensar en cómo puedes cubrirme con

Forbes y llevar mi auto a casa para mí?

—Claro, pero eso podría ser en la mañana, dependiendo de cómo vayan

las cosas aquí.

Le di un abrazo y dije:

—No hay problema y gracias, Payton. Eres un amor.

—Si tu auto esta quedándose aquí, ¿cómo vas a llegar a casa y que se supone voy a decirle a Forbes?

—Voy a atrapar un aventón con Jessie así puedo trabajar en el plan. Ya

sabes… golpear mientras el hierro está caliente. Solo inventa algo que decirle a Forbes. Está demasiado destrozado para saber la diferencia y

puedes enviarme un mensaje después asó podemos conseguir que nuestras historias coincidan.

Escuché a Jessie arrancar el ruidoso motor de su camión y supe que

tenía que apresurarme.

—Ta llamaré mañana y te diré todo.

Comencé a correr cuando vi el camión de Jessie salir del lugar donde estaba estacionado. Comenzó a arrastrarse lentamente hacia delante, pero me encontré con él y golpeé la ventana del lado del conductor para

conseguir su atención. Después de detener el camión, bajó su ventana.

—¿Está algo mal?

—No, todo está bien, pero me estaba preguntando si podía conseguir un

aventón contigo. Quiero decir si no está demasiado lejos de tu camino.

—Claro, puedo conducir a tu casa. —Cuando comencé a caminar

alrededor al lado del pasajero del camión, me detuvo—. Espera.

Salió del camino para acompañarme al lado del pasajero. Abrió la puerta para mí y salté dentro rápidamente con la esperanza de no ser

vista. Estaba a la vez nerviosa y emocionada sobre donde mi movimiento arriesgado estaba yendo para llevarme cuando mi corazón se aceleró y mi estómago se revolvió.

Lo observé caminar alrededor del frente del camión con los faros destellando en él. Era demasiado diferente de Forbes. Estaba vistiendo

unos pantalones descoloridos y una camiseta negra con diseños desplazándose en ella, nada como las ropas pijas que todos los chicos en la escuela utilizaban. El diseño en su camiseta me recordó del

tatuaje en su brazo y rápidamente miré para ver si podía atrapar un

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Georgia Cates

vistazo de su tatuaje. Fue demasiado rápido para mí y perdí mi oportunidad.

Regresó adentro y escuché su puerta chirriar cuando la empujó para cerrarla. Puso el camión en conducción y comenzó a acelerar hacia

delante. Cuando condujo lentamente adelante, dejamos el mundo detrás de nosotros y supe que esto iba a cambiar todo.

Cuando llegamos al borde de la propiedad donde se encontraba la

carretera, se detuvo y preguntó en qué dirección quería que fuera. Sabía que no estaba lista para que me llevara a casa.

—¿Tienes prisa para ir a casa?

Él rió hacia mí y dijo:

—No. No tengo toque de queda. ¿No necesito apurarme para llevarte a

casa a tiempo?

Su preocupación sobre mi toque de queda me divirtió.

—No, no tengo prisa por llegar a casa en cualquier momento pronto.

—¿Entonces por qué camino quieres que vaya?

No podría llevarme a cualquier parte que hubiera sido más emocionante

que su camión con él en este momento.

—Sorpréndeme.

—No digas eso a menos que lo digas en serio —advirtió.

—Lo digo en serio. Llévame a cualquier parte que quieras.

Podía ver su atractivo rostro por las tenues luces de tablero y rompió en una enorme sonrisa, no su normal sonrisa maliciosa.

—De acuerdo, voy a sorprenderte, pero recuerda que tú lo pediste.

Arrancó sobre la carretera y mi corazón estaba latiendo tan fuerte que

podía escucharlo en mis oídos y cuanto más me concentraba en ello, más nerviosa me ponía. Alcancé la radio, esperando que algo de música pudiera distraerme, pero no sabía cómo encenderla.

—¿Podemos encender un poco de música?

Alcanzó y giró un botón.

—Claro. Puedes buscar la estación que gustes.

—¿Qué tipo de radio es esta?

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—Del tipo de personas pobres. Es original del camión así que no es una radio satelital, pero aún funciona. —Señaló al botón en la derecha—.

Puedes girar a la estación de radio.

Comencé a girar el botón y la primera canción que encontré era una

nueva banda country con un éxito en el pop charts. Aunque no me importaba por la música country, me gusto la canción así que la dejé.

—¿Fanática de la música country? —preguntó.

—No del todo, pero me gusta esta canción. Es dulce. Es sobre el tipo de amor que todo el mundo quiere encontrar. —Esperaba que eso no lo hiciera sentir incómodo. Tal vez no debería haber dicho eso, pero la

cerveza que bebí tenía a mi lengua un poco floja. Seguramente, eso hizo mi estado calificar para la inmunidad de borracho.

—No estoy en la música country tampoco, pero me gusta esta también.

Olvidando que era una sorpresa, pregunté:

—¿Dónde vamos?

—Me dijiste que te sorprenda. Si te digo, entonces no sería una sorpresa ahora, o sí? —Estaba tentándome.

—¿Qué sobre una pista?

Lo pensó cerca de un segundo y dijo:

—No está en Franklin y pasé un montón de tiempo allí cuando era un

niño.

No sabía mucho sobre él, pero solo podía hacer una suposición basada en esa información.

—Estás llevándome a Collinsville, ¿no es así?

—No estoy diciéndote porque es una sorpresa —bromeó.

Estaba cerca de quince minutos de conducir a nuestro destino y hablamos sin parar en el camino. Conseguí la impresión de que Jessie no quería compartir mucho sobre su vida personal, pero podía decir que

estaba llevándome a un lugar que ocupaba un lugar especial en su corazón incluso si no lo decía.

Estacionó en el estacionamiento externo de lo que parecía ser un

parque.

—Tengo dos lugares que quiero mostrarte.

—¿Al parque?

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—El primer lugar es el parque.

Alcancé por la manija de la puerta y dijo:

—Espera, déjame. —Cuando salió del camión y vino alrededor a abrir mi puerta.

Después que salí, cerró mi puerta y dije:

—Puedes ser bastante no gilipollas cuando quieras serlo así que creo que podría necesitar encontrar un nuevo nombre para ti.

—Estoy a favor de eso, pero sigo manteniendo tu nombre. Nunca podría pensar en ti como cualquier cosa más sino princesa. —Me gustaba que tuviera un nombre especial para mí que solo él utilizaba.

Tomó mi mano en la suya y su toque inició una excitación en mí que nunca sentí por Forbes. Me llevó hacia la zona de juego de los niños y

nos detuvimos frente a un gran conjunto de juegos.

—¿Ves un tema en común? —Cuando parecí perpleja, preguntó:

—¿Tal vez algo que discutimos recientemente?

Miré alrededor del área de juegos y vi columpios, resbaladeros y gimnasios de la selva, pero nada que estuviera sonando la campana

para mí.

—Será difícil de ver porque está oscuro, pero mira allí y ve si registras cualquier cosa.

Miré en la dirección que señaló y de repente me golpeó.

—Oh, lo veo ahora. Es un castillo.

—Sí, y este era mi reino cuando estaba creciendo. Siempre traté de

hablar a una de las chicas en el parque para ser mi princesa, pero siempre se rehusaban. Supongo que les he enseñado. Opté por traer

una princesa de otro reino.

Me sentí extrañamente divertida.

—¿Me darás una gira?

—Absolutamente.

Nos subimos dentro del conjunto de juegos, pero tuve que agacharnos porque era demasiado bajo. Una vez dentro, señaló la esquina y dijo:

—Ahí es donde tuve mi primer beso.

—¿Cuál era su nombre así que sabré de quien estar celosa?

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Se encogió de hombros.

—No lo sé. Era una linda rubia y eso es todo lo que necesitas saber.

—Oh, ¿así que prefieres las rubias? Veo cómo eres —bromeé.

—No había ninguna linda chiquilla pelirroja, ¿entonces qué se suponía

que hiciera? Solo tenía ocho. ¿Qué sabía yo? Comencé a fumar cuando tenía doce, así que creo que he establecido que no era el chico más brillante.

Pasamos el rato en el castillo hablando cerca de una hora, entonces dijo:

—Esto ha sido divertido, pero hay otro lugar más al que me gustaría

llevarte. ¿Está eso bien?

Iría felizmente a cualquier parte que quisiera llevarme mientras todo

estuviera con él.

—Seguro.

Dejamos el parque y condujo fuera a un campo abierto y estacionó en el

centro. Dejó la llave conectada así podíamos escuchar la música y dijo:

—Te estarás preguntando porque estamos en medio de este campo, ¿no

es así?

—Más o menos. No hay nada aquí.

Señaló a su sien.

—Aquí está. Solo no puedes verlo porque está todo en mi cabeza. —Alcanzó a través de la cabina, tomó mi mano y me empujó a través del asiento hacia él. Pensé que iba a besarme, pero abrió su puerta para

salir del camión y recordé lo que dijo. No me besaría hasta que se lo pidiera.

—Este lugar tiene mucha importancia porque es donde aprendí a jugar fútbol. Es un campo de práctica ahora, pero esto usualmente solía ser el campo de fútbol de Collinsville hace tiempo. Creo que debí haber

pasado media vida justo aquí aprendiendo como lanzar un balón de fútbol.

—Parece que la práctica ha dado sus frutos, señor mariscal de campo

titular.

—Jugar fútbol significa algo diferente para mí que para el resto del

equipo, no es solo un concurso de popularidad para mí. Es mi oportunidad de una beca de fútbol. Dado que robaste mi oportunidad de ser mejor estudiante, el fútbol es mi plan de respaldo.

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Georgia Cates

Me senté en el asiento del conductor enfrentando a Jessie mientras él se apoyaba en la puerta abierta. Una de mis canciones favoritas

irónicamente vino en la radio y la cerveza que bebí todavía me tenía sintiendo un poco valiente así que dije:

—Baila conmigo.

—¿Qué? ¿Quieres que baile contigo en un campo de fútbol?

Me deslicé al borde del asiento del conductor.

—Sí, ¿por qué no? Ya parecemos lo suficientemente tontos sentados aquí sin hacer nada y no creo que tengamos audiencia, pero está bien si no quieres.

Su sonrisa maliciosa reapareció y preguntó:

—¿Quién dijo que no quería? —Alcanzó mi mano y me empujó fuera de

su camión, luego me llevó unos pocos pasos lejos. Tomó mi mano derecha en la suya y me empujó más cerca alrededor de mi cintura.

Nos movimos al ritmo lento de la música mientras la casi luna llena

bailaba sobre nosotros. Era un buen bailarín y amé la forma en que me sostuvo cerca mientras me guiaba para que lo siguiera. Reí ante mis

pensamientos porque sentí que lo seguiría a cualquier parte si solo me lo pidiera.

Me alejo un poco y dijo:

—No he escuchado esta canción en un largo tiempo. ¿Cómo se llama?

Conocía la canción como la palma de mi mano y no dudé en responder:

—Bésame.

—Creí que nunca lo pedirías. —Dejó ir mi mano y cintura y ubicó ambas manos en mi rostro, empujándome más cerca para nuestro

primer beso, pero no comenzó en mis labios. Comenzó por bromear en mi cuello debajo de mi oreja y mi cuerpo entero comenzó a hormiguear. Tomé una respiración profunda porque tenía la cabeza ligera y se movió

más abajo en mi cuello, luego alrededor al otro lado. Cuando hubo terminado de torturarme allí, movió sus labios a través de mi mandíbula hacia mis labios y su respiración se profundizó. Sentí su

cálido aliento a través de mi rostro y quería besarme duro cuando mi respiración comenzó a coincidir con la suya, pero le tomé el pelo

sosteniendo mis labios sobre los suyos y empujándome hacia atrás cada vez que él avanzaba. Eso lo condujo a la locura y cuando no pudo soportarlo, de repente me empujó tan cerca que fui incapaz de escapar.

Y no quería.

Sonreí contra sus labios.

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Georgia Cates

—Me engañaste. Dijiste que no me besarías hasta que te lo pidiera.

—Oye, solo estaba haciendo lo que me dijiste. Sé cómo una princesa

puede lanzar un ataque cuando no lo consigue a su manera.

Retrocedí, empujándolo de las manos e inclinándome en el camión.

—Ahora estas diciéndolo de nuevo.

Besó mi frente, luego cada una de mis mejillas y finalmente mi boca. Tomó una respiración de nuevo y profundizó nuestro beso cuando

escuchó mi desesperada toma de aire. Envolví mis brazos a su alrededor apretadamente, empujando su cuerpo duro contra el mío y presioné mis pechos contra el suyo.

La forma en que me hizo sentir era enferma, como si lo dejaría hacer cualquier cosa que quisiera conmigo en este momento. Descansé mi

cabeza contra su camión, dándole acceso total a mi cuello y dijo:

—Claire, necesito un momento. —Se alejó de mí y corrió su mano a través de su cabello mientras tomaba una respiración profunda.

Lo observé girar lejos de mí.

—¿Estás bien?

Se detuvo de espaldas hacia mí, con sus manos en sus caderas mientras miraba arriba al cielo nocturno.

—Sip, pero tal vez no lo estarás si no nos detenemos ahora.

Sus palabras encendieron una llamarada en mí después de comprender lo que quería decir y me di cuenta de que no estaría bien si eso significaba que tenía que parar. Cuando me incliné contra su camión y

miré a su espalda, supe que esto no era sobre relaciones o parte de un plan y estaba ansiosa por ver dónde iría.

—¿Puedo verte mañana? —pregunté suavemente.

—Estoy trabajando todo el día. ¿Qué sobre mañana en la noche?

¡Ugh! Mi familia tenía planes con los Henderson.

—Tengo planes que no puedo romper. ¿Qué sobre el domingo?

Finalmente se dio la vuelta.

—Tengo planes que no puedo romper.

Se hizo evidente que verlo de nuevo este fin de semana no estaba en el registro.

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Georgia Cates

—¿Qué sobre el lunes en el segundo periodo? ¿Quieres ser mi pareja?

Rió y dijo:

—Es una cita.

No me besó o tocó de nuevo, pero quise que lo hiciera y pensé

seriamente sobre decirle que aparcara en el camino a mi casa así podría mostrarme cómo podía hacerme sentir no bien.

Aparcó en la calle frente a mi casa y quise pedirle que viniera adentro

porque ninguno de mis padres estaba en casa, pero darle esa invitación era claramente una invitación para algo más. Me recordé que todavía tenía un novio y lo que Jessie pensaría de mí si hacía lo que quería

hacer justo entonces.

Quise quedarme en su camión y hablar el resto de la noche, pero me

había dicho que tenía trabajo el día siguiente, así que supe que tenía que dejarlo ir.

—Tuve un maravilloso momento esta noche.

—Yo también.

Esperé, pero no hizo ningún movimiento para besarme. Alcancé la

manija de mi puerta y dije:

—Supongo que te veré el lunes.

Levantó su dedo índice indicándome que esperara. Caminó alrededor

del camión y abrió mi puerta para mí como lo había hecho toda la noche.

—Te veo el lunes.

De mala gana caminé sin besarlo ya que no hizo ningún movimiento. Supongo que estaba asustado de comenzar algo que no podríamos

parar. Esperó hasta que estuve dentro de la casa para conducir lejos y me incliné contra la puerta pensando sobre nuestra noche juntos. Toqué mis labios y recordé la forma en que me sentí cuando sus labios

estaban allí. Había muchas incertidumbres excepto una, estaba en un hermoso lío.

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Georgia Cates

AAssuussttaaddoo

Traducido por CrisCras13 Corregido por 5247584

JJeessssiiee En algún lugar entre el punto A y B, algo se había perdido. Pensé que follar con Claire para enloquecer a Forbes sería la venganza perfecta

contra él; pero algo había cambiado a lo largo del camino. No quería quererla de verdad, pero lo hacía. Nunca tuve la intención de que hubiera emociones involucradas, pero mientras me alejaba de ella me di

cuenta de que a mi corazón no le importaba mucho cuáles habían sido mis intenciones, ya que eran totalmente diferentes ahora.

Ella creía que me alejé de ella porque estaba a punto de tomarla. Lo estaba, pero no era por eso por lo que necesitaba alejarme de ella tan desesperadamente. Ella me hacía desearla de una forma diferente, una

para la que no era lo suficientemente bueno y una que requería que diera más de mí de lo que estaba dispuesto a renunciar.

La forma en que ella se entregaba libremente me había asustado. Allí.

Lo admitía.

Después de llegar a casa, me tumbé en la cama recordando el sabor de

su piel y la forma en que ella me animó a tomar lo que deseaba, más que el aire en mis pulmones. Sabía que había perdido de vista el premio cuando pensé en hacerle el amor, en vez de follarla para poder

restregárselo a la cara a Forbes.

Necesitaba controlarme. Tener a una chica como Claire significaba

compartir cosas que no estaba dispuesto a compartir. No podía arriesgarme a que mi pasado llegara a ser conocido, porque no podría soportar verme en sus ojos como lo que realmente era.

Estaba preocupado por ella y los recuerdos de nuestro tiempo juntos cuando estaba trabajando el sábado. Earl vio el cambio en mí y me preguntó qué había pasado para que estuviera tan tranquilo. Le dije

que estaba pensando en el fútbol, pero era una chica de cabello castaño rojizo la que había robado todos mis pensamientos.

Mientras trabajaba debajo de un camión, se me cayó una llave en la cabeza por tercera vez y Earl gritó:

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Georgia Cates

—¡FUERA! —Me deslicé de debajo del vehículo, curioso de la razón por la que me había gritado, nunca antes lo había hecho. Lo miré

esperando oír cuál era el problema.

—Vas a sacarte un ojo si sigues dejando caer la pesada llave sobre tu

cara. Sé que pasa algo, así que suéltalo. ¿Rita te ha hecho algo?

Se pondría furioso si supiera que me tenía vendiendo droga para ella, pero esa no era la razón de mi distracción.

—No, Rita solo está siendo Rita.

—Entonces, ¿qué pasa? Sé que algo está mal porque no puedes siquiera apretar un tornillo sin causarte una conmoción cerebral.

Earl había sido lo único estable en mi vida desde siempre, pero nunca habíamos hablado sobre chicas y realmente no sabía cómo abordar el

tema.

Cuando no dije nada, él preguntó:

—Es una chica, ¿verdad?

Supongo que me conocía mejor de lo que yo pensaba.

—Sí, se trata de una chica; una que es demasiado buena para mí.

Él estrechó los ojos en mi defensa.

—¿Quién dice que es demasiado buena para ti?

Me senté y dije:

—Cualquiera al que le preguntes.

Puso sus manos sobre sus caderas y se alzó por encima de mí.

—¿Qué pasa con ella? ¿Qué dice?

No iba a contarle la parte acerca de tener un novio.

—Dice que quiere probar las cosas entre nosotros para ver a dónde van.

—¿Y eso es un problema para ti?

No podía decepcionarle diciéndole que había planeado usar a la chica contra su novio, así que me salté esa parte y fui directamente al otro

problema.

—Ella no es como yo. Estamos cortados por diferentes patrones y nunca funcionaría porque ella se largaría a toda velocidad cuando descubriera

la verdad sobre mí.

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Georgia Cates

—¿Cuál es la verdad sobre ti? —me desafió.

—No soy lo suficientemente bueno para ella. Ella es hermosa, lista y

rica; así que no hay necesidad de intentarlo.

—Para mí suena como que no le estás dando mucho crédito y si dijo

que quiere intentar las cosas contigo, sospecho que se merece un poco más. Creo que estás siendo muy cerrado de mente porque no quieres salir herido, pero nunca sabrás si las cosas podrían funcionar si no lo

intentas.

Ya me conocía esta canción y este baile. La consejera a la que estuve viendo el verano después del accidente me dijo que tenía un complejo

sobre dejar entrar a la gente. Ella lo llamó: mi mecanismo de defensa.

—No puedes pasarte el resto de tu vida negándote a darle una

oportunidad a la gente. Toda la gente que conoces en tu vida no es como Twyla y Rita. Hay gente buena en el mundo, y además, suena como si esta chica quisiera mostrarte un poco de amabilidad. Tal vez

deberías dejarla. No sería la peor cosa del mundo si no funciona.

Tal vez tuviera un poco de razón.

—Pensaré en ello.

Mientras Earl se alejaba, dijo:

—Bueno, piensa después de salir del trabajo, de lo contrario podrías

terminar causándote un estado de coma si se te vuelve a caer esa llave en la cabeza otra vez.

Me deslicé de nuevo debajo del camión y volví al trabajo sin hacer

promesas que no podría cumplir, porque sabía que mis pensamientos solo serían de Claire.

Salí del trabajo después de arreglármelas para reparar el camión sin golpearme la cabeza con una herramienta otra vez. Cuando llegué a la caravana de Rita, vi varios coches en el patio y supe que eso significaba

que habría una fiesta esta noche. Fui dentro y cogí un cambio de ropa sin decir una palabra y me fui a la casa de Dane, esperando encontrarlo ahí.

Su madre respondió a la puerta y me invitó a entrar.

—Hola, Jessie. Dane está en su habitación. Puedes subir si quieres.

—Gracias, Sra. Wickham. —Era una agradable. A Dane le gustaba quejarse de que ella lo mimaba, pero no tenía ni idea de lo afortunado que era; me encantaría tener una madre que me mimara en vez de

ponerme a vender droga.

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Georgia Cates

Subí las escaleras con mi cambio de ropa en la mano y llamé a la puerta del dormitorio de Dane. Cuando abrió la puerta, él se echó a reír.

—Amigo, ¿qué pasa con el atuendo de mono lleno de grasa?

—Tuve que trabajar hoy, y sé que es un poco extraño aparecer y pedirlo,

pero, ¿podría darme una ducha aquí?

—No hay problema. —Entré en su habitación y él se sentó en su cama. Me quedé de pie porque no quería sentarme con mi ropa del trabajo

sucia—. ¿Conseguiste una cita caliente con Gretchen?

—¡De ninguna manera! —Le miré como si hubiera perdido la cabeza—. He acabado con esa chica.

—¿Quieres decir que se lo hiciste? —se rió.

Levanté las manos y dije:

—Nooo. No voy a tocar eso ni con un palo de tres metros.

—¿Qué te pasó anoche? Un minuto estaban allí y al siguiente te habías ido.

Debatí si decirle que había estado con Claire. Sospechaba que a él le gustaba ella, porque había actuado tan protector con ella, pero decidí

confiar en él de cualquier forma.

—Estaba con Claire.

Su boca se abrió.

—De ninguna manera, amigo.

—Me estaba marchando y ella me pidió que la llevara a casa. Terminamos hablando hasta las dos de la mañana, cuando la llevé a

casa.

Él sacudió la cabeza hacia mí.

—¿Podrías haber estado follando a Gretchen, pero estuviste hablando con Claire hasta las dos de la mañana? Realmente debes querer causarle mal a Forbes para renunciar a un polvo.

—No fue así. Dejé a Gretchen antes de saber que Claire quería que la llevara porque no quería estar con ella.

—Eres un bastardo con suerte. A Claire Deveraux le gustas y ella te

gusta. No tiene nada que ver con esta cosa entre tú y Forbes. Tú has estado al frente de todo en este tiempo.

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Georgia Cates

Me sentí vulnerable, permitiendo que Dane supiera cómo me sentía respecto a Claire, pero era un secreto que no quería ocultarle a mi único

amigo.

—Ella me pidió darle tiempo para explorar esta cosa entre nosotros

antes de que rompa con Forbes y yo estuve de acuerdo, pero no sé si puedo soportar verlos juntos después de lo que pasó entre nosotros anoche.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué sucedió entre ustedes dos? —preguntó.

Podía olvidarse de conseguir los detalles.

—Las cosas entre nosotros se pusieron un poquito intensas y eso es

todo lo que te voy a decir sobre ello.

Se sentó, asombrado, y dijo:

—Esto realmente podría suceder. Tú y Claire podrían estar juntos.

Si yo no supiera lo loco que sonaba, podría haberme enfadado con él por estar tan sorprendido por la posibilidad de que Claire y yo

estuviéramos juntos. Su reacción hizo que las dudas me inundaran e inmediatamente empecé a dar marcha atrás.

—Nah, eso nunca va a suceder. Ella no romperá con él por mí.

—Creo que estás equivocado. Claire no se hubiera ido contigo y hubiera dejado que las cosas se pusieran intensas si no hubiera una

posibilidad. Creo que te das muy poco crédito.

Dane me estaba animando a esperar algo que nunca iba a pasar, pero era una lección que yo había aprendido ya de forma temprana en la

vida: no te permitas tener esperanza porque era una broma cruel de la vida permitirte subir más alto antes de dejarte caer de culo.

—Supongo que lo veremos.

—Supongo que lo haremos, pero necesitas darte una ducha, amigo. Si Claire te oliera ahora mismo, ella correría en la otra dirección. Apestas.

Trabajar alrededor de aceite de motor era un peligro laboral.

—Gracias, no lo sabía.

—Si hueles mejor cuando salgas de la ducha, puedes pasar el rato

conmigo y con Harrison esta noche.

—Está bien, eso suena bien.

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Georgia Cates

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Georgia Cates

MMuucchhaass TToonnaalliiddaaddeess ddee NNeeggrroo

Traducido por aLexiia_Rms Corregido por 5247584

CCllaaiirree

La primera cosa que hizo Payton en la mañana del sábado fue llamarme

y yo medio le mentí. No le conté la parte en la que estuve con Jessie

hasta las dos de la mañana o la parte en la que casi me lancé a él bajo

la luz de la luna, pero sí le dije que hice unos cuantos movimientos para

que ella no sospechara que él parecía un poco más amigable conmigo.

Pasé la noche del sábado con mis padres y los Henderson, y traté de

evitar estar a solas con Forbes. Él sabía que algo no estaba bien, pero

me encontré desinteresada en ello y pasé la noche preocupándome por

los pensamientos de la noche que compartí con Jessie.

Cuando llegó el día siguiente, todavía tenía a Jessie en mi mente y

pensé en los planes que tenía para el día y no pude parar. Me pregunté

si sería una chica y sentí una chispa de celos. Traté de no obsesionarme

con ello, pero si hubiera tenido una forma de averiguar a dónde vivía,

confieso que lo habría acechado para enterarme.

Me alegré cuando el lunes por fin llegó, así podría verlo de nuevo. Le

gané en llegar a clase y tomé el asiento que garantizaba que sería mi

pareja por una hora. Habíamos cubierto cinco de los seis ingredientes,

por lo que hoy quedaba “Hacer Conexiones” y sonreí con el pensamiento

de la conexión que ya habíamos hecho.

Esperé con ansiedad a que él entrara en el salón de clase, y cuando

finalmente lo hizo, mi corazón dio un vuelco porque él me miró y me

sonrió, asegurándome que no lamentaba el tiempo que pasamos juntos.

Las mesas estaban acomodadas de manera diferente hoy, en grupos de

dos, y él se sentó frente a mí.

—Hey, tú.

Bajó su mochila y dijo:

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Georgia Cates

—Hey, Princesa. ¿Tuviste un buen fin de semana?

—Tuve un fin de semana fabuloso. —Contaba mi noche con él como

algo fabuloso—. ¿Y el tuyo?

Él sonrió y fue precioso.

—Tuve un buen comienzo, pero fue cuesta abajo desde ese punto. Me

siento un poco optimista y mantengo la esperanza de que esta semana

vaya a ser mejor.

Levanté una ceja y dije:

—¿Le has preguntado a la todopoderosa 8-Ball? Te garantizo que va a

tener una respuesta para ti.

Se inclinó hacia mí y me dijo en voz baja:

—No, pensé en preguntarte a ti en su lugar.

Sabía a qué se refería, pero quería oírlo decir las palabras.

—¿Preguntarme qué?

Su voz era muy suave.

—Si quieres pasar un rato conmigo otra vez. Estoy bastante seguro de

que todavía nos queda algo de exploración que hacer.

Sí, teníamos mucho que explorar y estaba deseando que llegara.

—Sí, me gustaría mucho.

La Sra. Tanner cerró la puerta del salón y nos dijo que estaríamos

terminando con el último ingrediente creativo hoy. Nos dio nuestro

sobre de asignación y lo moví en dirección a Jessie.

—Lee la asignación de hoy.

Lo abrió y leyó en voz alta:

—Hacer o ver conexiones reúne aparentemente no relacionadas ideas,

objetos o eventos de una manera que conduce a un nuevo entendimiento.

Hacer conexiones está en el centro de aprendizaje. Averiguar lo que es lo

mismo, lo que es diferente y hacer conexiones inusuales es la esencia de

la creatividad. Para familiarizarse con su compañero, elaboren una lista

de similitudes y diferencias, y compárenlas. Hay una lista de

sugerencias si lo desean.

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Georgia Cates

Agarré la lista. Dejé que mis dedos rozaran los suyos y recordé su tacto

y la forma en que me hizo sentir. Lo miré a los ojos y quise tocarlo de

nuevo. Con nuestros escritorios frente a frente y juntos, extendí mi

mano para tocarle la suya detrás de la mochila ocultando el acto

después de que la puse entre nuestros escritorios. Mi contacto lo

sorprendió y me apretó la mano. Sabía que nuestro toque solo podía

durar un momento, pero aproveché la oportunidad porque necesitaba

desesperadamente sentir su piel contra la mía.

Ninguno de los dos habló, pero ambos sonreímos, nuestras manos se

separaron.

Miré la lista de sugerencias y leí la primera de la lista.

—Comparar su dinámica familiar.

***

JJeessssiiee La dinámica familiar no era algo mío que me gustaría compartir con

Claire. El verdadero Jessie Boone era demasiado complicado y escuchar

sobre su vida sería difícil e incómodo, así que decidí decirle cosas que

eran fáciles de escuchar.

Le pedí que me hablara de su mundo perfecto primero, así tendría

tiempo para crear mi vida ficticia que retrataría una vida aparentemente

cómoda y no traería simpatía.

—Vivo con mis dos padres y soy la menor de tres hermanos. Mi padre

es un médico, ginecólogo, y mi madre es psicóloga clínica. Mi hermano,

Ryan, es el más grande, está en la escuela de medicina y mi hermana,

Maggie, es una enfermera anestesióloga.

Podría decirle la verdad; vivía con mi drogadicta abuela porque mi

madre fue asesinada a balazos en un negocio de drogas que salió mal.

Las mismas personas que mataron a mi madre delante de mí, después

me dispararon y me dieron por muerto, mientras que mis dos hermanos

pequeños se escondían en un armario. Tal vez su madre psicóloga

podría ayudarme a encontrar la manera de no estar tan jodido después

de todo lo que he pasado. Tal vez quisiera alguna vez ir conmigo a las

raras ocasiones en que llegaba a ver a mis hermanos pequeños en la

casa de su padre adoptivo.

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Georgia Cates

Nop. De ninguna manera le contaría la verdad, por lo que comencé a

tejer mi historia.

—Vivo con mis dos padres, y fui el único de la camada. Mi papá es

mecánico y maneja un taller y una tienda de repuestos, así que sé

mucho sobre arreglar coches, y mi madre es peluquera.

Extendió su mano y tocó mi cabello.

—¿Es por eso que tienes un cabello genial?

No entendí lo que quería decir al principio, porque no estaba pensando

en mi mentira, entonces me di cuenta.

—¿Crees que tengo cabello genial?

Ella comenzó a garabatear en una hoja suelta y sonrió.

—Cambiando de tema... Comparar planes después de su graduación.

Vivir en una familia con un médico, una psicóloga, un estudiante de

medicina y una enfermera anestesista me hizo sospechar sobre lo que

saldría de su boca.

—Déjame adivinar, algo en el campo de medicina.

Ella se echó a reír y dijo:

—Diablos, no. Ese sería el mayor fracaso épico de todos los tiempos.

Mataría a alguien en mi primer día de trabajo. —Su rostro

repentinamente adquirió una expresión muy seria y esperé oír cómo

planeaba cambiar el mundo con algún tipo de meta increíble en su

profesión—. Voy a ser una bailarina del tubo.

Una descarada imagen de Claire se formó en mi mente.

—¿Lo dices para hacerme fantasear sobre ti en un tubo? Si ese era tu

objetivo... misión cumplida.

—No soy una odiadora. Soy enorgullecedora. A pesar de que estoy

bromeando acerca de hacerlo profesionalmente, tengo planes de tener

un tubo en mi casa porque es una forma de arte menospreciada.

Tragué saliva y chillé:

—¿Quieres casarte conmigo?

Ella se rió y rechazó mi propuesta, y luego dijo:

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Georgia Cates

—Cuando no esté bailando en mi tubo, voy a ser una trabajadora social.

Wow. No eran las palabras que esperaba que salieran de su boca. Había

tenido mi parte justa de relaciones con trabajadores sociales y sabía a

ciencia cierta que era un trabajo duro y daba muy poco dinero, para la

basura con la que trataban.

—¿Por qué trabajadora social? —De hecho, por qué cualquier profesión

que tuviera la palabra trabajo en ella, ya que siempre significaba que

ibas a trabajar demasiado duro por, básicamente, ninguna paga.

—La adopción tiene un lugar especial en mi corazón porque mi

hermano, mi hermana y yo fuimos adoptados y quiero ayudar a los

niños que necesitan un buen hogar a encontrarlo.

Totalmente no lo vi venir.

—Ryan es de Rusia y Maggie de China. Mis padres pensaban que su

familia estaba completa con un niño y una niña y luego vine yo

inesperadamente. La mujer, adicta a la heroína, que me dio a luz, entró

en el hospital donde trabajaba mi padre pariendo a un bebé y luego se

alejó del hospital sin pensarlo. Como estaba muy enferma, nadie en el

sistema de cuidado de crianza me quería llevar. Mis padres eran las

únicas personas que quisieron.

Todo este tiempo, pensé que era muy diferente a mí, pero no. En

realidad no, a excepción de que su final ha resultado mucho mejor que

el mío.

—No estés tan triste, Jessie. Mi historia tiene un final feliz. Estoy bien.

No estaba triste por ella. Estaba enojado conmigo mismo. Ella había

compartido una parte importante de su vida conmigo, algo real, y yo

había fabricado una grande y gorda mentira.

Ella me dio un codazo en el brazo.

—Por favor, anímate, porque la expresión de tu cara me está llevando

hacia abajo.

Forcé una sonrisa.

—Lo siento. No quiero ser una carga. Estoy sorprendido, eso es todo.

Queriendo cambiar de tema rápidamente, sonrió y me preguntó:

—Entonces, ¿qué quieres ser cuando seas grande?

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Georgia Cates

La ironía de lo que quería hacer a veces me hacía reír histéricamente,

pero quería aligerar el ambiente primero.

—Voy a ser un artista del tatuaje. También es una forma de arte

menospreciada. Me interesé hace unos meses cuando tuve mi primero.

—Me levanté la manga para que pudiera tener una mejor vista de mi

tatuaje y le pregunté:

—¿Qué piensas?

Esperaba que me dijera que era guay o algo genérico como eso, pero ella

alargó la mano para tocar mi brazo y dijo:

—Me encanta.

Sus palabras combinadas con su toque me prendieron fuego y no creo

que pudiera haberme prendido más si hubiera tocado mi interruptor. La

clase no era donde quería que esto sucediera, así que traté de enfriarme

y pasar a un tema menos estimulante.

—Cuando no esté inyectando tinta en las personas, voy a ser un

abogado, pero no la clase de mala calidad. Quiero enjuiciar a los

culpables, no defenderlos.

Ella frunció el ceño.

—Eso es un verdadero problema. Vas a tener que usar un traje y

cubrirá esa pequeña belleza.

—Podría ser confundido por el criminal si no lo cubro.

Ella estudió el diseño y me preguntó:

—¿Vas a conseguir otro pronto?

Señalé el área donde planeaba hacerlo.

—Sí, voy a aprovechar esta parte de abajo más cerca de mi codo.

No podía haberme sorprendido más con su pregunta.

—¿Puedo ir contigo cuando te lo hagas?

Pensé en ella estando conmigo mientras me hacía un tatuaje y no

estaba seguro de cómo me haría sentir, pero no podía esperar para

averiguarlo.

—Puedes hacerlo si lo deseas. ¿La semana que viene?

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Georgia Cates

Ella lo pensó brevemente y dijo:

—Perfecto.

Agarré su brazo y fingí examinarlo.

—¿Tengo que hacer una cita para dos?

Ella se echó a reír mientras apartaba su brazo y dijo:

—Voy a estar observando, pero quizás la próxima vez.

El resto de Humanidades voló e igual Historia, pero luego vino Física y

tuve que soportar a Claire estando con Forbes cuando la quería toda

para mí. Al menos estaban sentados detrás de mí, así que no tenía que

mirarlos todo el tiempo. Todavía estaba obligado a oírlos hablar y me

volvía loco la hora entera preguntándome si él la estaba tocando.

Después de sobrevivir a Física y mis otras clases restantes, fui al campo

para la práctica. Nuestro primer partido estaba a cuatro días de

distancia, lo que significaba que Forbes tenía cuatro días para tratar de

sacarme y me pregunté si hoy sería el día. Me vestí y me recordé a mí

mismo que debía estar en guardia, preparado para cualquier cosa.

Tenía que ser consciente en todo momento para evitar que saliera

herido.

Después de dos horas de práctica, estábamos agotados y empecé a relajarme porque decidí que nadie podía tener la energía para tratar de

atacarme. Me di la vuelta para ver a Claire antes del próximo juego y la vi siendo aventada en el aire mucho más alto de lo que me gustaba y mi corazón se detuvo hasta que vi sus pies en la seguridad del suelo otra

vez. Di un suspiro de alivio y de repente vi muchas tonalidades de negro.

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Georgia Cates

AAgguuiijjóónn

Traducido por MaryJane Corregido por 5247584

CCllaaiirree

Treinta minutos más de práctica y estaría libre para escaparme por un

poco de tiempo con Jessie, si pudiera encontrar una manera de deshacerme de Forbes. Pensé en diferentes escenarios y decidí que podría tener que recurrir a la ayuda de mi mejor amiga, incluso si

eso significaba mentirle.

Mis compañeros se reunieron a mí alrededor para otro lanzamiento, pero Payton estaba ocupada mirando hacia el campo, entonces la oí

preguntar:

—Hey, ¿qué está pasando ahí fuera?

Me di la vuelta para ver a lo que se refería y vi a todo el equipo en un círculo mirando hacia abajo. El entrenador Osborne y el entrenador Sheffield estaban en el suelo y nos dimos cuenta de que un jugador se

había lesionado.

—Parece que alguien se enojó. Tal vez fue Forbes —dijo Payton esperanzada.

Harrison salió corriendo del grupo hacia la casa de campo, pero no respondió cuando Payton le preguntó lo que estaba pasando. Miré de

nuevo hacia la multitud y vi a Dane mirándome, y luego de nuevo hacia el jugador en el suelo. La segunda vez que lo sorprendí mirando en mi dirección, me hizo una seña para que me acercara.

Me quedé en la parte de atrás de la multitud y Dane se acercó a mí.

—Es Jessie. Está abajo, y no se levanta. No lo pueden despertar.

Sentí mi corazón comenzar a acelerarse.

—¿Qué quieres decir con que no está despertando? ¿Está inconsciente?

—Han pasado varios minutos y nadie puede hacerle abrir los

ojos. Harrison fue a llamar a una ambulancia.

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Georgia Cates

Me abrí paso entre la multitud y lo vi tendido inmóvil en el suelo con el entrenador Osborne a su lado. Harrison volvió con un teléfono y un

operador de emergencias del otro extremo. Sostuvo el teléfono hacia él y dijo:

—Entrenador, quieren hablar con usted.

El entrenador Osborne me miró.

—Claire, sostén su mano y habla con él mientras yo le digo a la

operadora lo que pasó.

No sé por qué me eligió a mí, porque nadie sabía de mi relación con Jessie. Solo pude asumir que pensó que una chica podría hacer un

mejor trabajo sosteniendo la mano de Jessie y hablando con él. No me importó cuál fuera la razón cuando caí de rodillas junto a él, porque

estaba aterrorizada por lo que le sucedió.

—Jessie, es Claire. ¿Puedes abrir los ojos para mí? —le dije y no obtuve una respuesta por parte de él—. Jessie, trata de abrir los ojos.

Le apreté la mano y recé en silencio para que se despertara, pero no lo hizo. Me incliné cerca de su oído y dije:

—Oye, tú. Es Princesa y quiero que me mires. —Cuando me levanté de nuevo a mirar su cara, me pareció ver un aleteo de sus párpados, por lo que le dije de nuevo:

—Esta es Princesa hablando contigo y quiero que abras los ojos para que puedas verme. Déjame ver tus ojos.

Esta vez, cuando me levanté para mirar su rostro, sus hermosos ojos

azules me devolvieron la mirada.

—Hey, tú. Me alegro de verte de nuevo. Nos dejaste durante unos

minutos.

—¿Qué pasó? —me preguntó.

—No lo sé. Me di la vuelta y vi una multitud de pie a tu alrededor,

entonces Dane quería que viniera porque estabas noqueado.

La multitud de jugadores poco a poco comenzó a dispersarse a medida que comenzaban a ver que Jessie estaba bien.

—Me asustaste —susurré.

—Fue un poco horrible despertar con todo el equipo de pie junto a mí.

Me incliné cerca, aunque el equipo se había alejado, y le dije:

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Georgia Cates

—Sí que mi corazón deber ser bueno. Si no lo fuera, habría tenido un ataque al corazón en el momento en que me di cuenta que eras tú.

Tomó un par de minutos el tomar tu mano y que te hablara antes de que volvieras.

Su rostro adquirió una expresión orgullosa.

—Me hablaste y sostuviste mi mano en frente de todos, ¿incluido Forbes?

—Sí, tonto. Lo hice y todavía estoy hablando contigo y sosteniendo tu mano delante de todos, incluyendo a Forbes.

Trató de levantar la cabeza para mirar hacia abajo.

—No siento mi mano.

Apreté su mano.

—¿No puedes sentir esto?

Una mirada de preocupación apareció en su cara.

—No, no puedo sentir nada.

Con mis uñas le pellizqué la piel, lo suficiente para dejar una marca.

—¿Qué pasa con eso?

—Nop. Nada.

La comprensión comenzó a formarse en mi mente.

—Hay una ambulancia en camino. No trates de moverte en

absoluto, especialmente la cabeza y el cuello.

Vi la comprensión en su cara y me dijo

—Tengo miedo, Princesa. No puedo sentir nada en mi brazo.

—¿Qué pasa en la pierna? —Me agaché a su pierna derecha y la pellizqué tan fuerte como pude, aterrorizada de que me dijera que no

podía sentirlo.

—Ouch, eso va a dejar una marca.

—Lo siento. —Le toqué el brazo y la pierna del lado izquierdo de su

cuerpo—. ¿Todo en el lado izquierdo está bien?

—Sí, creo que sí.

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Georgia Cates

Puse la sonrisa más confiada y fingí una cara valiente, pero sentía terror puro en el interior y esperaba que no lo viera en mi cara.

—No te preocupes, todo va a estar bien.

La ambulancia llegó y un collar cervical se colocó inmediatamente en el

cuello, volviendo esto un poco surrealista. Pusieron una vía intravenosa y no se inmutó con el pinchazo, no era una buena señal.

Él me miró y dijo:

—No es tan malo tener una aguja enorme en tu brazo cuando no puedes sentirla.

Sonreí ante su broma para tranquilizarlo, pero tenía muchas ganas de

llorar en su lugar.

El entrenador Osborne me pidió ir con Jessie en la ambulancia y me

pasé todo el viaje al hospital sosteniendo su mano y asegurándole que todo estaría bien. Cuando llegamos a la sala de emergencias, una serie de personal médico nos rodeó cuando estuvimos dentro y la única cosa

que pude hacer fue apartarme de su camino. Pensé en sus padres y no podía creer que no se me había ocurrido antes contactar con ellos, pero

no sabía cómo y ahora no era el momento para interrumpir.

Cuando terminaron su evaluación y la prisa inicial terminó, volví a su lado.

—Tus padres necesitan ser llamados. Lo haré si me das un número —ofrecí.

Vaciló, y luego respondió:

—Están fuera de la ciudad.

—Ellos todavía tienen que saber lo que ha sucedido. Necesitas a tu

familia aquí contigo. ¿Puedo llamar a un abuelo o un amigo de la familia?

La forma en que me miraba me asustó porque no sabía lo que

significaba.

—¿Qué pasa, Jessie? —pregunté.

Antes de que pudiera responder, dos hombres entraron en la habitación

y se lo llevaron rápidamente para hacer pruebas y me quedé sola, sin saber qué hacer. No tenía duda de que el entrenador Osborne y el

equipo estarían en la sala de espera, buscando información, pero yo no tenía respuestas, así que me quedé en la habitación de Jessie esperando a que regresara.

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Georgia Cates

Se sintió una eternidad mientras estuve allí sentada esperando y rezando. Imaginé todos los escenarios posibles, pero cada uno de ellos

terminaba en el mismo pensamiento. Me maldije a mí misma por no ser más optimista, pero fue duro cuando supe que no podía sentir nada.

Después de lo que pareció una eternidad, él finalmente regresó de sus pruebas. Cuando el personal se fue y nos quedamos, él dijo:

—Empecé a sentir mi brazo mientras estaban realizando pruebas y

puedo moverlo ahora. ¿Ves?

Miré hacia abajo y él estaba buscando mi mano. No pude moverme lo suficientemente rápido cuando llegué a tomarla en la mía.

—¿Puedes sentirme? —pregunté después de llevármela a la cara y la frotarla por mi mejilla.

—Puedo. Mi brazo arde como el infierno, pero al menos puedo sentirlo —dijo con optimismo.

La apreté con fuerza.

—¿Y esto?

—Sí.

Me moví al brazo de su tatuaje y deslicé mis uñas en su brazo.

—¿Y eso?

—Sí.

El alivio me inundó y me incliné hacia adelante y puse mi frente contra la suya. Cerré los ojos y di gracias a Dios por permitir que estuviera bien.

—Estaba muy asustada —admití finalmente.

Alzó la mano y la apoyó en la parte trasera de mi cuello, sosteniéndome

para que no pudiera alejarme y dijo:

—Lo sé. Yo también. Pensé que mi brazo estaba paralizado.

Lo besé en la boca mientras las lágrimas rodaban por mis

mejillas. Había cosas que quería decir, pero no pude porque estaba tan abrumada por el alivio.

Oí a alguien aclararse la voz desde la puerta y me di la vuelta para ver a

mi padre de pie allí desconcertado. Mierda.

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Georgia Cates

—Estaba entre los casos y oí que estabas aquí con un amigo, así que pensé que podría comprobarte. ¿Está todo bien?

Me sequé las lágrimas de mi cara, después saqué mi mano de la de Jessie.

—Papá, este es Jessie Boone. Vamos a la escuela juntos. Él recibió un golpe en el campo hoy y estuvo inconsciente por un tiempo. Cuando volvió en sí, no podía sentir su brazo, pero la sensación volvió ahora.

Me miró como si supiera que éramos más que compañeros de clase.

—Parece que tienes un aguijón. Debes estar bien y sin daño permanente si ya estás recuperando la sensación. Si eso es lo que

resulta ser, entonces tienes mucha suerte y sé que el entrenador Osborne será relevado.

—Sí, señor. Estoy pensando en que soy muy afortunado en este momento.

Los ojos de mi padre flotaron al tatuaje de Jessie asomando desde su

bata de hospital y yo hice una mueca internamente. Esta no era la manera en que hubiera querido que mi padre conociera a Jessie y sentí

alivio cuando escuché su alarma. Él lo miró y dijo:

—Tengo un paciente en la mesa, así que tengo que correr. Fue agradable conocerte, Jessie, y te veré en casa más tarde, Claire.

—Encantado de conocerlo, Dr. Deveraux y gracias por revisarme —dijo Jessie.

Cuando mi papá se fue, me di cuenta de que había estado conteniendo

la respiración y escuché a Jessie exhalar profundamente.

Él me miró y me dijo:

—Vaya, eso fue incómodo, Princesa. No soy muy bueno con los padres.

—Lo siento —me disculpé—. No es así como había planeado esto.

Él sonrió y preguntó:

—¿Eso significa que quieres que conozca a tus padres?

La idea de Jessie yendo a mi casa para conocer a mi familia agitó mariposas en mi estómago, tanto por el nerviosismo y la emoción.

—Por supuesto, me gustaría que conocieras a mis padres si empezamos a salir. ¿No te gustaría que yo finalmente conociera a los

tuyos, si nos convertimos en una pareja?

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Georgia Cates

Ahí estaba otra vez, esa extraña mirada en su rostro y evitó contestar mí pregunta diciendo:

—Sugiero que comiences a pensar en cómo vas a explicarle a tu padre acerca de por qué estabas haciéndolo conmigo.

—No estaba haciéndolo contigo —discutí.

—Apuesto a que no se veía de esa manera para tu padre desde donde estaba —señaló.

Estaba en lo cierto. Había que dar algunas explicaciones, pero primero tenía que decidir. ¿Volvería a elegir lo seguro y cómodo al quedarme con Forbes o elegiría a Jessie con un resultado potencialmente explosivo?

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Georgia Cates

UUnnaa EEnnrreeddaaddaa TTeellaarraaññaa

Traducido por MaryJane Corregido por 5247584

JJeessssiiee Aunque las circunstancias eran solo hipotéticas, oír de Claire sobre ser una pareja hizo cosas extrañas en mi interior. Debería haber estado

pensando y planeando cómo golpear a Forbes por lo que me hizo, pero me olvidé de la venganza cuando miré a Claire, porque mis sentimientos por ella revocaban mi deseo de hacer daño a Forbes. No quería que su

novio se enfadara. La quería porque me había enamorado de ella y ahora tenía que encontrar la manera de convencerla de que ella me

pertenecía en lugar de a él.

Oí la cortina deslizarse y levanté la mirada para ver entrar al médico de urgencias.

—Señor Boone, las enfermeras me dicen que ha recuperado la sensibilidad en el brazo. Eso es una gran noticia y me tranquiliza que su lesión sea, probablemente, a lo que nos referimos como un

aguijón. Lo vemos bastante a menudo en atletas.

—¿Qué es exactamente lo que sucede cuando tienes un aguijón? —

pregunté.

Lo demostró moviendo su cabeza y cuello mientras explicaba:

—Puede suceder de una de dos maneras. Puede ser que su cabeza y

cuello fueron forzados contra su hombro y los nervios que van de la médula espinal a el brazo se comprime o la cabeza y el cuello fueron

forzados fuera del hombro y esos nervios se estiraron. Ambos son considerados menores y espero que pueda tener una recuperación completa; pero podría haber sido una lesión muy grave que le hubiera

ocurrido a su hombro izquierdo, debido al extenso trauma previo.

Si iba a estar bien, solo tenía una pregunta en mi mente.

—¿Cuándo puedo volver al campo?

Se rió de mi ansiedad.

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Georgia Cates

—Probablemente mañana debería tomar el día libre de la práctica, es posible que vuelva a jugar el miércoles. Quiero observarlo un par de

horas más y si todo sigue bien, entonces creo que podemos dejar que se vaya a casa.

—Gracias, doc.

Antes de irse, me dijo:

—No hay de qué, y me alegro de que no resultara ser más grave. Es un

joven con suerte.

Tuve suerte, pero si Forbes sabía el daño que podría causar a mi otro hombro, no pude haber sido tan afortunado.

Sabía que iba a venir, así que no estaba sorprendido cuando ella le preguntó:

—¿Qué tipo de trauma has tenido?

Incluso si el médico no había mencionado mi lesión, yo sabía que Claire había visto las significativas cicatrices cuando mi camiseta fue cortada

por los paramédicos. No quería que ella supiera que había recibido un disparo o las circunstancias que me llevaron a ello, así que mentí:

—Me rompí la articulación del hombro izquierdo y tuve que tener cirugías extensas para repararlo. Los chicos no saben y quiero que siga siendo así, porque como oíste, podría ser utilizado en mi contra.

—Confía en mí, sé guardar un secreto —prometió y le tomé la palabra—. ¿Fue doloroso?

—Digamos que no lo recomiendo.

Ella miró su reloj y dijo:

—Si vas a salir en un par de horas, creo que debo llamar a Payton y ver

si ella trae mi auto aquí, para así llevarte a casa.

No había manera en que estuviera pasando. Claire nunca llegaría a diez millas de donde yo vivía, si tenía algo que ver con eso.

—Creo que debería llamar a Earl. Él mantiene un ojo en mí cuando mis padres están fuera de la ciudad y probablemente debería haberle llamado ya, pero no estaba pensando cuando llegamos al hospital.

—¿Quién es Earl? —cuestionó.

—Es mi jefe en el garaje.

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Georgia Cates

Me acordé de decirle que tenía un trabajo, pero no recuerdo diciéndole dónde y me pregunté si ella podría pensar mal de mí, porque trabajaba

en un garaje.

—¿Oh, en el garaje de tu padre? —preguntó.

Me había olvidado de eso. Estaba empezando a comprender el viejo dicho de "¡Oh, qué enredada telaraña tejemos" porque una mentira llevaba a otra.

—Sí, probablemente va a estar enojado y no quiero empeorar las cosas al no llamarlo para que me recoja.

—Claro, no quiero que estés en problemas con Earl o tus padres.

Claire me acompañó durante mi período de observación de dos horas, entonces la enfermera entró para sacar mi intravenosa. Sabía que no

pasaría mucho tiempo hasta de que me dieran de alta, así que decidí que era hora de llamar a Earl por un paseo.

Claire había salido de la sala de espera para darle al entrenador

Osborne y el equipo noticias y Earl entró en mi habitación mientras terminaba de firmar los papeles de salida.

—Jessie, deberías haberme llamado cuando esto sucedió —regañó.

—Todo sucedió muy rápido y no estaba pensando con claridad cuando llegué aquí. Tuve un muy duro golpe, pero dicen que voy a estar bien. —

Levanté mi mano para demostrar que tenía pleno uso de ella—. Ya tengo todo la sensación de nuevo, ¿ves?

—Todavía me gustaría que hubieras llamado. Alguien debería haber

estado contigo.

—No estaba solo. Claire estuvo conmigo todo el tiempo excepto cuando

fui a las pruebas —le corregí.

Claire entró por la puerta justo a tiempo para oír a Earl preguntar:

—¿Es Claire, la chica en la que no podías dejar de pensar cuando casi

te rompiste la cara con la llave?

Me estremecí, porque sabía que estaría explicando eso más y le dije:

—Sí, señor, la misma chica que está de pie detrás de ti ahora.

Solo hubo tiempo para una breve presentación entre Earl y Claire antes de que mi enfermera regresara con una silla de ruedas para llevarme a

la salida.

—¿Tengo que ir en eso? Soy capaz de caminar bien.

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Georgia Cates

Ella me dio una sonrisa comprensiva.

—¿Qué te parece si dejo que el embajador te saque?

Earl salió a buscar el camión y una mujer mayor que yo y Claire me llevó a la salida a través de la sala de espera, donde esperaba ser

bombardeado, pero no vi a nadie de la escuela.

—Los envié a casa. Les dije que serían horas antes de que te dejaran ir, pero que estabas bien y no debían preocuparse. Espero que esté bien —

explicó.

—Está más que bien, porque no tenía ganas de ser acosado con preguntas. —Tomé su mano y le dije:

—Podría besarte.

—Y yo podría dejarte, pero estamos en el medio de la sala de espera —

me recordó.

La mujer me deseó lo mejor y ella nos llevó a la salida, luego Claire y yo nos quedamos en el toldo esperando a Earl. Payton se detuvo con un

frenazo para recoger a Claire y me miró irritada.

—¿Ella está bien? Se ve muy molesta.

—Es impaciente, la espera no es lo suyo.

—Dile que lo siento por estar paralizado temporalmente. No quería arruinar su noche —dije con sarcasmo.

Ella sacudió la cabeza, obviamente no le preocupaba Payton.

—Lo superará. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? Puedo conducir tu camión a casa y recogerte para la escuela por la mañana.

Fue una pena no poder permitirme estar demasiado cerca de ella porque ella lo estaba haciendo fácil. Rechacé su ofrecimiento diciendo:

—Nah, Earl me llevará por el campo para recoger mi camión, así que estoy bien, pero gracias por la oferta.

Nos despedimos cuando Earl se detuvo y me dio consuelo al saber que

la vería de nuevo en menos de once horas.

Cuando llegó la mañana, los pensamientos de Claire me habían robado el sueño. No había duda de la increíble química entre nosotros, pero no

se trataba de atracción sexual. Yo sabía lo que se sentía y esto era mucho más, algo que nunca había experimentado en mi vida. Al ver la

forma en que se mantuvo allí conmigo ayer, cuando creía que estaba paralizado. Ella se quedó.

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Georgia Cates

Fui a la cocina a buscar el desayuno, pero Rita no estaba sentada en la mesa y me alegré; ya que, mis lesiones y viaje al hospital me impidieron

vender su droga por ella. Me preparé lo más rápido que pude sin hacer demasiado ruido y salí disparado de la puerta antes de que me

arrestaran.

Llegué a la escuela temprano, así que aparqué y saqué un cigarrillo. Encendí el mechero y me reí al pensar en el día que Claire me

dijo que no me preocupaba por mi salud y me preguntó si era demasiado débil para dejar de fumar. Puse el cigarrillo lejos de m, mientras consideraba las razones para dejar de fumar y sabía que

nunca encontraría una mejor que Claire.

Abrí la primera pieza de chicle para el día en mi boca y abrí mi libro de

cálculo, mientras esperaba a que las manecillas del reloj giraran. Los estudiantes finalmente comenzaron a llegar a la escuela y vi a Payton en el estacionamiento. Estuve emocionado brevemente hasta que

recordé que Claire no estaría con ella.

Volví mi atención a las matemáticas delante de mí, y luego oí un golpe

en la ventana de mi puerta del pasajero.

Me volví hacia la puerta del pasajero para ver a Payton y me incliné para levantar el bloqueo. Ella abrió la puerta abierta y se metió en mi

camioneta sin esperar permiso o una invitación.

—Por favor, únete a mí —le dije mientras le hacía señas con la mano para que ella tomara asiento a pesar de que ya estaba en el interior—.

¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?

—Sí, me alegro de haberte encontrado, porque tengo que hablar contigo

en privado sobre Claire.

Dije lo obvio.

—No creo que vaya a ser mucho más privado que esto. ¿Qué es?

—¿Estás enamorado de Claire? —preguntó con valentía.

No sabía cuánto Payton sabía o si sabía algo, así que no estaba seguro de cómo responder a su pregunta.

—¿Por qué quieres saber?

—Mira, soy su mejor amiga, así que sé que has accedido a probar las

cosas, pero necesito saber si debo fomentar esta relación o no. Si la estás usando para llegar a Forbes, esto se detiene aquí. Si estás realmente enamorado de ella, entonces eso es una historia

completamente diferente. Está en ti, pero no voy a sentarme y verla lastimada.

111111999

Georgia Cates

No le respondí de inmediato, ya que no podía. Admitir sentimientos y emociones, simplemente no era lo mío.

Buscó en mi rostro la respuesta a su pregunta.

—Lo estás, ¿verdad?

Me encogí de hombros y me hice el tonto.

—¿Qué?

Parecía tan sorprendida cuando dijo:

—No tienes que decirme porque puedo verlo. Realmente te enamoraste de Claire. No es un juego para ti.

No negué su afirmación, lo que demostró su alegación. Sentí que me

volvía muy vulnerable, pero en el buen sentido.

Payton era la única persona, además de Claire, que podría responder a

la pregunta en mi mente y yo decidí dejar de esconderme detrás del muro de protección que había construir alrededor de mí.

—¿Estoy loco por pensar que podría tener una oportunidad con ella?

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Georgia Cates

CCáállllaattee

Traducido por aLexiia_Rms Corregido por Bibliotecaria70

CCllaaiirree

Casi logré salir por la puerta del salón antes de que Payton me

alcanzara y me llevara hasta la esquina del pasillo.

—¡Pequeña puta, perra astuta! Estoy sumamente orgullosa de ti.

—¿Qué? ¿Me estoy perdiendo algo aquí?

—Sabía que podías conseguir que Jessie Boone te deseara, y tenía la esperanza de que pudieras conseguir que quisiera salir contigo, pero nunca soñé que podrías hacer que se enamorara. Enhorabuena. El

poder que tienes sobre él es una locura asombrosamente buena. No puedo creer que superaras mis expectativas. Este es un momento tan

tatuable. No tengo la intención.

Me atrapó con la guardia baja.

—No se ha enamorado de mí. ¿Por qué piensas eso?

—Porque hablé con él esta mañana y tengo la oficialidad —chilló.

Le di un empujón y tropezó hacia atrás.

—Cállate. Dónde, cuándo, cómo, por qué. Necesito todos los detalles.

—Lo atrapé solo en el aparcamiento esta mañana y le dije que necesitaba hablar con él sobre ti. Para ver lo que estabas logrando,

Claire. En fin... cuando le pregunté si se estaba enamorando de ti, no me respondió. Le dije que me parecía que lo estaba y no lo negó. Entonces, me preguntó si tenía una oportunidad contigo.

—¿Y tu respuesta fue? —le pregunté con ansiedad.

—Claro, le dije que fuera a por ello porque te gustaba. Claire, esto no

podría ir más perfectamente si lo hubiese orquestado yo misma.

—Lo orquestaste tú misma —le recordé, entonces rememoré cuando le pedí que formulara el plan en un principio.

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Georgia Cates

Se rió y dijo con orgullo:

—Lo sé.

Payton y yo estábamos encantadas con los sentimientos de Jessie hacia mí por razones completamente diferentes. Sabía que le gustaba y se

sentía atraído por mí, pero sabiendo que se estaba enamorando de mí me hacía sentir algo diferente.

El primer período me lo pasé ansiosa por ver a Jessie y me entristecí

cuando recordé que habíamos terminado nuestras asignaciones en parejas con los ingredientes creativos. Echaría de menos ese tiempo especial a solas con él cuando nos fuimos conociendo mejor uno al otro.

Cuando entré a Humanidades, sabía que no estaríamos en parejas porque las mesas se habían reorganizado en un círculo en lugar de

grupos de dos. Me senté y un minuto después, Jessie estaba sentándose en el asiento de al lado.

—Hola, Princesa.

—Hola, tú. ¿Tu brazo sigue bien? —Extendí la mano para tocarle su brazo, en parte porque lo necesitaba para decirme que sentía mi tacto,

pero también porque no podía resistirme a sentir mi piel contra la suya.

Sonrió y dijo:

—Como nuevo.

—Estoy tan contenta. Pensé en ti toda la noche. Quiero decir... Estaba preocupada por tu brazo.

—Pensé en ti toda la noche, pero no era sobre tu brazo sobre lo que

pensaba.

Sus palabras me enviaron a la órbita.

—Dime en qué pensabas de mí.

—Pienso que probablemente Payton ya te lo contó. Tenía una cierta mirada “corre y cotillea” en su cara cuando salió de mi camioneta esta

mañana.

Me reí y no confirmé o negué lo que Payton me había dicho de su conversación y esperaba que se volviera loco por las ganas de saber.

La Sra. Tanner comenzó la clase y anunció que pasaríamos los próximos días en la biblioteca haciendo una investigación sobre el

significado de las letras detrás de la canción de Billy Joel We Didn´t Start the Fire. Dado que era en parejas, no podía ser más feliz.

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Georgia Cates

Entramos en la biblioteca y los dos nos encaminamos hacia la parte trasera y nos sentamos en una mesa con un ordenador que tenía una

ubicación inconveniente que podíamos aprovechar para estar ocultos de los demás.

—Aquí está aislado. Podría aprovecharme de ti y nadie lo sabría.

Levanté una ceja.

—¿Me lo prometes?

Puso su mano sobre mi rodilla y apretó suavemente.

—Estoy hablando de robar tus respuestas sobre la letra de Billy, niña sucia.

Me encantaba el juego de insinuación juguetona que jugábamos.

—Tenemos una asignación, entonces supongo que deberíamos empezar.

Sonrió con esa sonrisa pícara que le pertenecía solo a él. Me encantaba.

—Sí, tenemos que entrar en ello3. Quiero decir... manos a la obra. La

asignación, eso.

Me dio una palmada juguetona en la pierna.

—Tú eres la sucia aquí.

Después de que empezamos a buscar el significado de la letra, atrapé a

Jessie mirándome como si estuviera hipnotizado. Extendió su mano a mi cara.

—¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?

—Sí, tienes algo. —Extendió más su mano y rozó la parte posterior de sus dedos contra mi mejilla—. Tienes algo pequeño y precioso justo ahí.

Sentí el aumento de calor en mis mejillas porque no estaba

acostumbrada a escuchar cosas así. Forbes nunca decía cosas románticas porque estaba demasiado ocupado planeando cómo

conseguir lo que quería de mí.

—Quieres besarme, ¿no? —preguntó audazmente y mi cara empezó a latir con fuego.

Era tan atrevido y me encantaba. En un instante, decidí ser valiente de regreso.

3 Entrar en ello originalmente es “Get on it”, que es una indirecta sexual, pero

después corrige y dice “Get it on” que significa “Empezar” o “Manos a la obra”.

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Georgia Cates

—No tienes idea de cuánto.

Vi que él no sería el que daría marcha atrás. Como, recordé, me había

advertido.

—Apuesto a que tengo una buena idea, ya que probablemente quiero

besarte en igual medida, si no más.

Estábamos solos, muy probablemente a salvo de ser vistos, pero no estaba garantizado, lo que lo hacía mucho más emocionante. La

emoción de ser atrapada corría por mis venas y miré a sus ojos azul pálido, deseando que se inclinara hacia adelante y tomara el beso que estaba dispuesta a darle.

—Lo haré —amenazó.

—Entonces hazlo. Te reto. De hecho, te re-reto si te atreves —le

provoqué.

Vi una mirada en sus ojos que me gustó.

—Princesa, te he dicho que nunca me retracto.

—Con eso cuento, así que demuéstralo —invité.

Creí que iba a inclinarse hacia adelante y robarme un beso rápido, pero

no lo hizo. Me tomó la mano y me condujo a través de la parte posterior de la biblioteca. Miró en todas direcciones antes de abrir una puerta y empujarme dentro de un armario que no sabía que existía. Cerró la

puerta detrás de nosotros con llave desde el interior. Puso sus manos alrededor de mi cintura y me jaló hasta que nuestros rostros casi se tocaban.

—¿Ya me crees?

—Nope. Necesito más pruebas —desafié.

—Esperaba que dijeras eso.

Puso dulces y suaves besos en mis labios y sentí como si mis piernas se derretirán debajo de mí. Se trasladó a mi cuello y lo dejé porque sabía

que la puerta estaba cerrada. Mi respiración se volvió entrecortada y sus besos se hicieron más urgentes, pero se detuvo de repente cuando oímos a alguien moviendo el pomo de la puerta desde el otro lado.

Comencé a reír y me tapó la boca, haciéndome callar.

—¿Quieres que nos atrapen? —susurró.

Sentí un poco de rebeldía burbujeando en mí y me di cuenta que no me importaba si nos atrapaban porque estaba teniendo mucha diversión.

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Georgia Cates

—Vamos, será mejor que salgamos antes de que alguien vuelva con una llave.

Abrió la puerta y se asomó, asegurándose de que la costa estaba libre. Cuando estuvo seguro de que no seríamos vistos saliendo, abrió la

puerta y corrió hacia la mesa. Me reí todo el camino de vuelta porque tenía mucha emoción por casi ser atrapada.

Casi tan pronto como nos sentamos, la Sra. Tanner apareció en nuestra

mesa para registrar nuestro progreso.

—Ustedes dos están un poco más atrasados que los demás, necesitan acelerar el ritmo.

—Sí, señora —dijimos al unísono, luego nos reímos ante la ironía de sus

palabras después de que se fuera4. Definitivamente íbamos a por ello,

pero no de la forma en que quería.

—Vale, vamos a obtener una mala calificación si no nos ponemos serios. No me hagas arrepentirme de permitirte ser mi pareja —dijo en broma.

—¿Permitirme ser tu pareja? Puedo arreglar que Brad sea tu pareja de nuevo. De hecho, apuesto a que puedo encontrarle en este momento y

convencerle.

Me puse de pie, fingiendo buscarlo. Tomó mi brazo y suavemente me llevó a su regazo.

—No tengo dudas de que puedas hablar con Brad y convencerlo hacer cualquier cosa por ti.

Miré a mí alrededor, y luego le di un rápido beso antes de salir de su

regazo y volver a mi silla.

Tomamos un poco más en serio nuestro trabajo ya que estábamos

atrás, y me di cuenta de algo. Jessie era inteligente... como muy inteligente. No tuvimos que buscar muchas de las cosas mencionadas en la letra porque él ya sabía lo que significaba.

—¿Cómo sabes todo esto? Eres como un motor de búsqueda andante.

—¿Cómo no sabes estas cosas? Cada una de estas letras llegaron a los

titulares. La mayoría fueron muy odiadas y controvertidas.

—¿Peyton Place? He oído hablar de eso, pero nunca supe lo que significaba —admití.

4 La maestra dijo “Acelerar el ritmo”, y lo redirigieron a su momento semi-cachondo.

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Georgia Cates

—Fue una novela publicada acerca de algunas personas en un pequeño pueblo que ocultaban sus secretos sórdidos. Fue hecha una serie de

televisión y películas. Como imaginarás, un libro que incluye incesto, aborto, adulterio, lujuria y asesinato fue muy controvertido durante la

década de 1950.

Jessie siguió iluminándome y sorprendiéndome con su conocimiento sobre los acontecimientos mundiales. A pesar de que no fue intencional

de su parte, me hizo ver como cualquier cosa excepto la mejor estudiante de la escuela.

Fuimos al tercer periodo y nos sentamos en los mismos asientos que

habíamos tomado en el primer día de clases. Me incliné hacia delante y le susurré:

—¿Lo estoy haciendo mejor?

Volvió la cabeza y me susurró por encima de su hombro:

—¿Qué?

Me incliné más cerca de su oído.

—Me dijiste que debería sonreír más. He estado trabajando en ello.

—Sí, y te sienta muy bien podría añadir. —Sonreí más porque era él lo que me iba bien y me encontré deseando una vida más simple, una en la que pudiera incluirlo sin causar una erupción completa de caos.

—No estoy ansioso por este periodo —confesó y oí el dolor en su voz. Lo que decía Payton era cierto; se estaba enamorando de mí. Tenía que tomar una decisión pronto, porque lo que estaba haciendo estaba mal.

No tenía derecho de pedirle que estuviera a un lado y me viera con mi novio mientras tomaba la decisión de mantenerlo o mandarlo a volar.

Física fue cruel y casi pensé que Gretchen sabía que estaba presionando mis puntos especiales cuando tocaba continuamente a Jessie mientras resolvíamos fórmulas. Si no era su brazo, era su pierna

o su espalda. Cada vez que la veía lo estaba tocando, sentí cómo caía en su trampa. Finalmente me perdí cuando la oí decirle:

—Esos pantalones se ven muy sexys en ti, pero se verían aún más en el

suelo de mi habitación.

No pude soportarlo más y tuve un impulsivo desliz con mi control.

—Gretchen, él no quiere intercambiar fluidos corporales contigo, así que deja de acosarlo ya.

Ella me sonrió y dijo:

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Georgia Cates

—Bueno, podría estar de acuerdo contigo, pero luego estaríamos ambas equivocadas.

Forbes interrumpió en una conversación que claramente no le inmiscuía:

—Otra vez no, Claire. No es asunto tuyo lo que pasa entre ellos.

Gretchen me sonrió y casi juro que el brillo en sus ojos gritaba que me tenía. Creo que ya se había dado cuenta y se burlaba de mí porque

sabía que podía mientras estuviera indefensa y obligada a tomar lo que me hiciera.

Esto no podía seguir así mucho más tiempo. ¿Podría reunir la fuerza

para ir en contra de todas las expectativas que la gente tenía de mí? Decidí que no podía alargar esto mucho más tiempo o me volvería loca.

Tendría que tomar una decisión este fin de semana.

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Georgia Cates

¿¿EEss EEssttoo EEll PPrriinncciippiioo oo EEll FFiinn??

Traducido por Caro_Chan Corregido por Bibliotecaria70

JJeessssiiee Estaba caminando al campo y un pensamiento cruzó mi mente. Tendría que agradecerle a Gretchen más tarde por ese pequeño truco que sacó

en Física, incluso si fuera por propio placer. Tenía que concedérselo, definitivamente tenía un don para meterse en la piel de Claire cuando se trataba de mí. Aunque había renunciado a mi incursión con Forbes,

no pude más que amar que él viera la posesividad de Claire hacía mí cuando Gretchen invadió su territorio.

No estaba esperando con ansias sentarme en el banquillo en la práctica de hoy, pero escogí seguir las órdenes del doctor dado que la pérdida temporal de sensibilidad en mi brazo me asustó sin sentido. Nunca

podría admitir el miedo a nadie excepto a Claire.

Me hallé voluntariamente contándole cosas que no desvelaría a otra persona, cosas que llevaban mi corazón y mi alma. Inesperadamente

amé la vulnerabilidad de compartir pequeñas partes de mí con ella porque era algo que solo había vivido con Deandra.

Había estado emparejado con Deandra como mi consejera después de mi cercana experiencia a la muerte porque posiblemente podía experimentar algún estrés post-traumático. En el inicio de nuestras

sesiones, estaba seguro de mantener mi boca cerrada, pero luego me di cuenta de que no sería liberado de su cuidado hasta que confesara y le

contara lo que quería saber de mí. Nunca imaginé la libertad que sentiría por decirle a alguien, a un extraño que no me juzgaría, acerca de mi pasado.

Había pasado un mes desde que había visto a Deandra, pero extrañaba nuestras sesiones. Creo que era la conexión con otro ser humano lo que extrañaba más, más que ella en particular. Sabía que estaría orgullosa

por la forma en que estaba haciéndome vulnerable y abriéndome a Claire.

Debería estar poniendo atención a la práctica, pero era terriblemente difícil mantener mis ojos lejos de Claire cuando estaba justo ahí en esa ajustada camiseta y shorts mostrando sus piernas bien formadas.

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Georgia Cates

Dane robó mi atención cuando amenazó:

—Tío, estás siendo descaradamente obvio con tus miradas. Babeaste el

frente de tu camiseta.

Estaba en lo cierto. No estaba intentando esconder mi interés en ella

porque era demasiado fácil pretender que estábamos juntos.

—No puedo hacer nada. Es un poco fácil estar distraído por ella cuando no me tengo que preocupar por Forbes intentando romper mi cuello.

Tenías razón acerca de él. Debería haber escuchado, pero nunca pensé que iría tan lejos.

Dane se paró a mi lado estirando su pierna para la práctica.

—Debo admitir que estoy un poco sorprendido. No pensé que intentaría causarte una parálisis permanente, pero probablemente lo suspenderá

por un tiempo ya que sabe que lo tienes en tu radar. ¿Le vas a decir algo?

Por mucho que me gustaría herirlo físicamente, no podía ponerle una

mano encima. Las autoridades me tenían en su radar desde que estuve presente en un negocio de drogas que salió mal. No era un niño a los

ojos de la ley y la pena por asalto era dura.

—No, creo que le voy a dejar retorcerse con la anticipación de cómo ejecutaré mi ajuste de cuentas.

—Ese probablemente es tu mejor movimiento. —Dane tomó un sorbo rápido de agua y dijo:

—Debo entrar ahí antes de que el entrenador me vea flojeando. Quería

decirte que mis padres están fuera de la ciudad en su viaje anual de aniversario, así que daré una fiesta en mi casa después del partido el

viernes por la noche. ¿Crees que puedas ir?

—Claro. Suena divertido.

—Claire está invitada, pero ¿le vas a preguntar para que vaya contigo?

Era una situación pegajosa y deseé que no existiera.

—No lo sé. No ha roto con Forbes. Pero estoy listo para decirle que es él o yo. Verlos juntos me está volviendo loco. No puedo creer que esté

sentado esperando a que decida si me quiere a mí o a ese imbécil. No hay manera de que hiciera esto por cualquier otra persona.

—Claire es especial y es por eso que lo estás haciendo. No tengo duda de que es a ti a quien quiere, pero tiene miedo de abandonar la zona de confort. No te preocupes, funcionará. He visto la forma en que te mira

—me animó.

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Georgia Cates

Aprecié sus palabras de aliento, pero no me estaba sintiendo tan seguro.

—Desearía tener tu confianza.

—Uh oh… El entrenador ya me vio. Tengo que volar —dijo Dane

mientras se dirigía al campo.

Moví mi atención de nuevo a la jugada de ese momento y miré a mi equipo con Forbes actuando como quarterback. Podía admitir que no

era terrible, pero no tenía lo que contaba, el corazón en el juego.

Las animadoras acabaron la práctica y miré a Claire mientras abandonaba el campo.

—No puedes quitar tus ojos de mi novia. ¿Puedes, perra? —dijo Forbes viciosamente.

Me giré rápidamente ante el sonido de sus palabras. Quería golpearlo en su presumida cara y romper su nariz, pero no podía poner un dedo sobre él.

—Puedo mirar lo que quiera y tú no puedes hacer nada al respecto, Henderson.

—Sigue así y tal vez la próxima vez tengas un golpe en el campo en el que no tendrás tanta suerte —dijo antes de alejarse de mí de la forma en que un cobarde lo haría. Básicamente me amenazó, pero lo dejé ir

sin decir nada porque no estaba interesado en combatir con palabras.

***

El siguiente par de días pasó y Claire y yo disfrutamos el juego en el que nos habíamos vuelto fluidos en jugar, pero me había cansado de la

farsa que retratábamos para todos y planeaba darle un ultimátum en la fiesta de Dane.

Nos sentamos en la biblioteca acabando nuestra investigación y tomé su mano, algo a lo que ella se había acostumbrado a que hiciera en nuestra mesa privada hacía la parte de atrás de la biblioteca.

—Necesito hablar contigo.

Levantó su mirada de su trabajo y dejó su lápiz en la mesa, dándome

toda su atención.

—Suena serio.

—Lo es. Al menos para mí lo es —admití.

—Está bien. Dispara.

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Georgia Cates

Nerviosamente junté las palabras que quería decirle en el modo que las había practicado en mi cabeza mil veces.

—Ha sido una semana.

—Ha sido una semana —convino.

—Sé que te dije que te daría el tiempo que necesitaras, pero he cambiado de parecer. Ya no puedo aguantar verte con él. Me está volviendo loco y te estoy pidiendo que decidas entre nosotros.

—Ya he tomado una decisión e iba a decírtelo a la noche en casa de Dane.

Pensé lo que me haría si oía que ella no me quería y no estaba listo para

oír las palabras si decidía quedarse con Forbes. Tragué fuerte porque iban a ser unas largas doce horas. La miré y supe que esta noche sería

el inicio de algo increíble o el final de algo memorable. Pensé en que tal vez nunca la volvería a besar después de esta noche y tomé su mano.

La jalé a la sala de suministro y cerré la puerta con llave detrás de

nosotros. Tomé su cara en mis manos y empecé a besarla como si nunca más lo fuera a hacer. Envolvió sus brazos alrededor de mi cuello

y me empujó más cerca, haciéndome preguntarme si estaba tomando ventaja de esto como nuestro último beso.

Cuando levantó su barbilla, moví mis labios a su cuello y la motivé a

escogerme a mí en vez de a él. Su respiración se volvió más profunda y no podía imaginarme no tenerla en mis brazos de esta manera de nuevo.

Oí la desesperación en mi voz, pero era incapaz de detenerme de intentar persuadirla mientras sin respiración susurraba contra su

garganta.

—Escógeme, Princesa. Escógeme a mí en vez de a él.

Ella alcanzó mi cara y me empujó para mirarme a los ojos, pero no dijo

nada y sentí que mi esperanza se desinflaba y el tiempo marchaba hacía adelante.

Era como oír la voz de alguien además de la mía mientras las palabras

salían de mi boca.

—Estoy siendo atormentado por los pensamientos de no estar contigo

porque me he enamorado de ti.

La campana sonó y me espetó de mi aturdimiento de mirarla mientras sentía su pecho moviéndose contra el mío.

—La campana sonó —susurró.

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Georgia Cates

—No me quiero mover —confesé, temiendo que no la volvería a sentir en mis brazos de esta manera de nuevo.

Sonrió y dijo:

—Encuéntrame en casa de Dane esta noche y hablaremos.

Sus palabras me asustaron porque no eran ni tranquilizadoras ni siniestras y sentí como si fuera a vomitar.

—Estaré ahí, Princesa.

Fuimos a nuestra siguiente clase y Claire estaba preocupada. Me preocupé que fuera porque estaba pensando como rechazarme. Repetí nuestra entera interacción en la biblioteca en mi mente y diseccioné

cada toque y cada palabra hablada en un intento de descifrar cual sería su respuesta esta noche.

Cuando mis clases restantes acabaron, volé al refugió de mi camión. Necesitaba y quería tanto un cigarro que podía sentirme temblando, pero resistí la urgencia por Claire, la primera influencia buena en mi

vida. Porque ella lo despreciaba, no sería más una parte de quien yo era porque cambié de opinión. No pararía hasta que fuera mía.

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Georgia Cates

DDeeccllaarraacciioonneess

Traducido por Jane Kent Corregido por Bibliotecaria70

CCllaaiirree

Esperaba haber hecho la elección correcta. Estuve muy cerca de decirle

a Jessie cuál había sido mi decisión cuando estábamos detrás de esa puerta cerrada. No podía soportar la miseria en su cara sabiendo que yo era la causa. Ya le había pedido demasiado y ahora estaba haciéndole

esperar hasta esta noche para finalmente averiguar si lo amaba o no.

Cuando llegué para el partido, los jugadores ya estaban en el campo calentando y mis ojos inmediatamente buscaron a Jessie con el jersey

número siete. Me quedé hipnotizada mientras lo miré lanzar hacia Cooper así que fui fácilmente sorprendida cuando Payton se acercó por

detrás de mí y dijo:

—Ya sabes, deberías dejarle esta noche. Ya está enamorado de ti, así que no ganarás nada llevando esto más lejos aparte de una pérdida de

tiempo y energía. La fiesta de Dane sería el lugar perfecto para que pase porque todo el mundo estará ahí.

Pensé en sus palabras de amor para mí y quería correr hacia él

mientras recordaba su declaración para que lo eligiera. No podía apartar mis ojos de él mientras le mentía a mi mejor amiga.

—Pensaré en eso.

—Si no decides dejarle esta noche, tal vez deberías decirle lo mucho que le amas porque está terriblemente claro.

—Desearía poder —confesé en mi aturdimiento mirando a Jessie, entonces jadeé y estrellé mi mano sobre mi boca. Quería comerme las

palabras, empujarlas dentro en el momento que se escaparon, pero era muy tarde. La malvada manipuladora me había engañado para admitir mi amor por Jessie Boone.

—¡Demonios, Claire! ¿De verdad pensaste que podías engañarme? Soy el jugador que reconoce el juego. ¿Cómo pudiste olvidar eso?

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Georgia Cates

Me entró el pánico, tratando de decidir si debería fingir que estaba tratando de dejarle o luchar por el loco y hermoso amor que tenía por

Jessie. Decidí ir por mi corazón.

—No tuve la intención de enamorarme de él, Payton. Simplemente pasó

mientras pasaba tiempo con él y estábamos muy equivocados respecto a quién es él.

Payton me miró como si no estuviera lo bastante segura de qué pensar

de mí y le dije mi plan.

—Se lo diré esta noche en la fiesta de Dane.

—¿Estás segura que quieres hacer eso primero? —preguntó.

—Payton, él me tiró en el armario de la librería de la escuela y me besó hasta que estuve sin sentido. Me pidió que lo eligiera sobre Forbes. Me

dijo que se había enamorado de mí.

—¿Qué pasa si está jugando para llegar hasta Forbes? —sugirió.

—No lo está. Lo sabría si lo estuviera.

***

Cuando el equipo estaba por salir corriendo al campo, Forbes empezó a caminar hacia mí por su tradicional beso de la buena suerte y actué

como si no lo hubiera visto. Rápidamente le dije a Payton que me pusiera en una parada de hombros para evitar la incomodidad de besarlo frente a Jessie. Después que subí, Forbes se giró y se unió al

resto del equipo detrás del cartel de la carrera y sentí un suspiro de alivio.

Mientras estaba parada en los hombros de Payton agarrando uno de los

lados del cartel, mis ojos encontraron a Jessie en el grupo y él me estaba mirando. Articulé con mi boca las palabras: Buena suerte, hacia

él.

Sonrió y articuló: Gracias, luego el equipo corrió a través del cartel,

rasgándolo en pedazos.

El instituto Franklin anotó solo minutos en el partido cuando Jessie tiró por las sesenta yardas hacia Cooper en la zona de anotación. Lo hizo de

nuevo en el primer cuarto, luego un tercero antes del medio tiempo. Tiró un cuarto pase completo resultando un touchdown antes del final

del último cuarto y Dane lo hizo bien en cada patada, así que el juego fue una victoria aplastante de 35-0 contra Nortonville.

Mientras el Entrenador reunió al equipo para la charla después del

partido, Payton y yo aprovechamos la oportunidad de ir rápido a mi

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Georgia Cates

casa para estar listas para la fiesta de Dane. Me cambié a un vestido negro casual y sandalias, luego peiné mi cabello antes de trenzarlo al

frente y sujetarlo con un broche encima de mi oído. Suavicé la parte de atrás de mi cabello después de rizarlo libremente, luego retoqué mi

maquillaje antes de rociarme con mi colonia favorita para el cuerpo.

Payton me silbó.

—Espero que sepas RCP5 porque vas a quitarle el aliento a Jessie.

Di una vuelta completa para Payton.

—¿Realmente crees que me veo bien?

Ella asintió y levantó sus cejas.

—Creo que te ves asombrosa y sé que Jessie lo pensará, también. ¿Quieres que conduzca así tú puedes irte con él y no tener tu auto atascado en lo de Dane?

—Eso sería perfecto si no te importa.

Aunque no me lo había admitido, desesperadamente quería la aprobación de Payton y no podía haber estado más feliz cuando me dio

su consentimiento. La abracé apretadamente y dije:

—Gracias, Payton. Tu apoyo significa el mundo para mí.

Me devolvió el abrazo y dijo:

—Lo que sea por mi Claire Bear. Ahora, vámonos así puedes ir y empezar a tener tu felices para siempre.

Cuando llegamos, estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo sobre la decisión que había hecho. Caminamos hacia la casa y vimos chicos por toda la casa bailando la fuerte música mientras bebían cerveza de

vasos de plásticos y sabía que la señora Wickam tendría un ataque si supiera lo que estaba pasando en su casa.

Busqué en la multitud a Jessie, pero no lo pude ver en ninguna parte. Escuché que mi teléfono me notificaba un nuevo mensaje de texto, lo saqué para encontrar un texto de Jessie diciéndome que estaba afuera

en el frente esperando por mí.

5 RCP (Reanimación cardio pulmonar): En inglés CPR (cardiopulmonary

resuscitation): El tratamiento para conseguir y reiniciar la respiración o latidos de

una persona. La RCP puede hacerse presionando el pecho, poniendo un tubo a través

de la garganta o mediante otro tratamiento.

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Después de decirle adiós a Payton, me fui por la puerta principal. Vi a Jessie esperando por mí en su camión en frente de la casa de Dane,

corrí y salté dentro junto a él.

—¿Eres el chófer de la entrada?

Estábamos estacionados bajo una farola así que podía ver claramente la preocupación en su rostro y estaba ansiosa por darle un descanso.

—Sí. Supongo que lo soy si quieres irte de aquí.

—Sí quiero irme de aquí. ¿Dónde me estás llevando esta noche?

Se veía muy inquieto.

—¿Dónde quieres ir?

Sonreí, esperando traer un poco de tranquilidad a su mente.

—No tengo preferencia por cualquier lugar pero aquí no.

Lentamente se alejó de la casa de Dane y dijo:

—Creo saber el lugar, pero pensarás que es un poco extraño.

Había picado mi curiosidad.

—No puedo conformarme con extraño.

—No sé si extraño es la palabra correcta. Tal vez inesperado lo describe

un poco mejor.

Él encendió la radio para ahogar el silencio entre nosotros mientras me conducía al destino inesperado. Nos detuvimos en un taller de autos y

estaba momentáneamente confundida hasta que recordé que Jessie trabajaba en el taller de su padre.

—¿Te importar meterlo adentro por mí? —preguntó.

Era un automático así que seguramente podía hacerlo.

—Está bien.

Él salió del camión para levantar la puerta del taller y me deslicé hacia el asiento del conductor. Puse su camión en marcha y lo metió dentro del establecimiento. Bajó la puerta detrás de nosotros y se sintió como

que el mundo fuera de estas cuatro paredes desaparecía. Me deslicé de nuevo en mi asiento y él volvió al camión.

—¿No era lo que esperabas, huh?

Me reí y dije.

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Georgia Cates

—No. No era lo que esperaba, pero después de lo del patio de recreo y el campo de fútbol me he acostumbrado a no esperar nada que venga de

ti.

—Cuando no estaba en el campo de fútbol, estaba aquí con Earl.

Siempre estaba enseñándome cosas sobre motores.

De repente yo era todo nervios cuando empezaron a inquietarse mis pies. Miré alrededor como si me hubieran atrapado dentro del taller de

su padre, pero realmente estaba evitando mirarle y abordar el tema por el cual él me trajo aquí para discutir.

Volvió a girar la llave en el contacto de encendido, luego encendió la

radio como hizo la noche que bailamos en el viejo campo de futbol. —¿Esta emisora de radio está bien para ti?

Sonaba una suave canción de amor y pensé que era el humor ideal para lo que quería decirle.

—Sí, es perfecta.

—Estás inquieta. ¿Por qué estás tan nerviosa?

Paré de mover nerviosamente mis pies y encogí casualmente mis

hombros.

—No estoy nerviosa —mentí.

—Eres una terrible mentirosa.

Me sentí como si estuviera parada en medio del punto de no retorno, pero lo desconocido de estar con él ya no me asustaba. Me había enamorado de él y había llegado el momento para no estar más

camuflada. Estaba lista para ser expuesta.

—Quiero agradecerte por darme el tiempo que te pedí porque no tenías

que hacerlo. Has sido increíblemente compresivo esta semana aunque no intencional, discúlpame por cualquier molestia que te causé.

Le vi que apretó con fuerzas sus ojos, preparándose para escuchar lo

que había confundido como el comienzo de un adiós. Me deslicé más cerca de él, a través del asiento de su camión. Tomé su mano y la llevé a mis labios. Planté un ligero beso sobre esta y dije:

—Tú eres mucho más de lo que esperaba, incluso más de lo que me atreví a esperar.

Me incliné más cerca y presioné un suave beso en sus labios y susurré:

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Georgia Cates

—Siento que… me estoy hundiendo. Me estoy ahogando en ti porque estoy tan desesperadamente enamorada de ti. Tú eres el único que

quiero.

Una sonrisa reemplazó la preocupación en su cara al igual que su

miedo se evaporó.

—Estaba asustado de que no quisieras darte la oportunidad con alguien como yo.

—No se siente como tomando una oportunidad. Se siente correcto, como que eso es lo que tengo que hacer, pero todavía tengo que romper con Forbes.

Puso su brazo alrededor de mí y descansé mi cabeza en su hombro cuando comenzó a acariciar mi brazo.

—Quiero que lo hagas lo antes posible porque no puedo soportar el pensamiento de ti siendo de él por otro minuto.

—Puedes regresarme a lo de Dane así puedo hacerlo esta noche, pero

eso significa renunciar a este tiempo juntos. —Levanté mi cabeza y besé su mentón—. ¿De verdad quieres hacer eso? —Me levanté y moví mis

labios a través de su mandíbula hasta que alcancé el lugar sensible de su cuello debajo de su oído, el mismo lugar que él besó cuando me llevó al estupor. Escuché un gemido escapar de sus labios, diciéndome que

nos quedaríamos donde estábamos así que mi intento de persuasión para que se quedara fue un éxito.

Sentarse lado a lado en la camioneta de Jessie fue incómodo y me

impidió sentirle de la manera que quería, así que le dije que se metiera en el medio del asiento lejos del lado del conductor. Trepé encima de él

con mis rodillas a cada lado de sus caderas porque estaba desesperada por sentir su cuerpo presionando contra el mío. Él puso sus manos en mis caderas debajo de mi vestido y me tiró con fuerza contra él

mientras le alcanzaba por detrás de su cuello y apreté nuestro abrazo. Su boca abandonó mis labios y arrastró besos bajando por mi cuello, hasta mi pecho y lo sentí temblar debajo de mí.

Nunca le permití a Forbes libertad con mi cuerpo, pero me sentí diferente con Jessie. Aunque se sentía bien estar de esta forme con él,

no estaba lista para tener intimidad física y decidí que era una buena idea estar en la misma página. Me retiré y ahuequé su cara con mis manos, poniendo mis pulgares sobre sus labios.

—Sé que me arrastré encima de ti como si fuera a devorarte, pero no puedo dormir contigo. Quiero, pero soy virgen y no estoy lista para

cambiar eso.

Él asintió con mis manos aún sosteniendo su cara y susurró:

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—Lo sé.

Todo el mundo asumió que estaba durmiendo con Forbes porque

habíamos estado juntos por tanto tiempo y me pregunté por qué pensaría diferente.

—¿Cómo pudiste saberlo?

—Forbes está presumiendo de cómo te iba a joder la noche de la hoguera. Supe que él estaría presumiendo sobre eso si nunca hubiera

estado contigo, pero el sexo no es por lo que quiero estar contigo. Estaría con Gretchen si eso es lo que quisiera.

No quería saltar de un chico que estaba tratando de meterse en mis

pantalones hacia otro, así que sentí que él necesitaba una advertencia justa.

—No sé cuándo o si alguna vez estaré lista y deberías saber eso primero.

Frotó sus manos arriba y abajo en mi espalda.

—Esto es suficiente. Solo estar contigo es todo lo que necesito.

Su tranquilizadora promesa confirmó lo correcto que estaba esto entre

nosotros.

—Quiero tocarte, besarte y sentirte contra mí, pero no quiero ser solo un juego.

—Tú no eres un juego porque me has dicho que no dormirás conmigo. No voy a mentir y decir que no quiero porque si quiero, pero tus límites son claros y estoy bien con eso. Ya sé lo que esperar de ti, pero si las

cosas se vuelven muy calientes y te digo que me des un minuto, necesito que des marcha atrás.

Saber que quería estar conmigo sin la expectativa del sexo fue un alivio y sentí mi amor por él crecer por eso.

—No te merezco.

Cerró sus ojos y apoyó su cabeza contra el asiento como si estuviera luchando con algo.

—Estás equivocada. Soy yo quién no te merezco.

Con su cabeza contra el asiento y su cara levantada, su cuello estaba expuesto y quería tomar todo el provecho. Le dije:

—No discutiremos sobre esto. —Entonces volví a besarlo hasta que sentí que temblaba por mi toque.

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Traducido por Sisabel1320 Corregido por Estefidenise

JJeessssiiee Claire se sentó a mi lado con su mano sobre mi pierna mientras conducía a su casa. Cubrí su mano con la mía y entrelacé nuestros dedos, ocasionalmente llevando su palma a mis labios para un beso.

Ella apoyó su cabeza contra mi hombro y dijo:

—¿Tienes que trabajar mañana?

—Durante todo el día.

—Ya que no podemos hacer nada juntos mañana, ¿podríamos charlar en una cita mañana por la noche?

Su pregunta trajo una sonrisa a mi cara y a mi corazón, porque creo que esta chica muy posiblemente podría convencerme de cualquier cosa.

—Podría ser persuadido.

Ella se llevó mi mano a sus labios y puso un beso encima.

—¿Con un beso?

—Es una buena posibilidad —insinué.

—¿Te importaría que nos quedemos en casa? Quiero cocinar para ti.

Ir a su casa para que ella pudiera cocinar para mí sonaba como su manera de presentarme a su mamá y de familiarizarme de nuevo con su papá.

—¿Me estás pidiendo que haga la cosa de reunirme con los padres?

—Técnicamente ya has conocido a mi papá, pero no me refiero a la cosa

de los padres. Mamá y papá van a estar fuera de la ciudad hasta el domingo en la noche, por lo que solo seremos nosotros. Podemos salir y hacer algo si tú prefieres. No es gran cosa.

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Me sentí aliviado porque ella no me estaba pidiendo que pasara tiempo con sus padres, pero pensé que sería mejor mantener esa información

para mí.

—Me encantaría ir, pero no voy a salir del trabajo hasta las seis.

—¿Podrías estar ahí a las siete? —negoció.

—Siete suena perfecto.

Cuando me detuve Claire cerró el espacio esta vez, nuestra despedida

fue diferente. Era más como hacer nuestra sesión de besos en el garaje y yo estaba peligrosamente cerca de necesitar un minuto para calmarme cuando ella me dijo que creía que debía entrar.

En lugar de caminar alrededor para abrir la puerta del acompañante, abrí la mía y me deslicé fuera. Ella salió detrás de mí y me dio un

último beso antes de entrar a la noche.

Cuando llegué a casa y me instalé en la cama, no podía conciliar el sueño debido a que estaba pensando en que mi realidad con Claire era

mucho mejor que cualquier sueño que pudiera tener. Reviví en mi memoria el oírle decir que me amaba, pero me quedé con sentimientos

encontrados. Yo estaba muy emocionado porque me amaba, pero una verdadera relación con ella significaba que eventualmente sería obligado a decir la verdad sobre mi vida. No podría ocultar mi pasado para

siempre y estaba aterrado de que ella viera lo que realmente era y se daría cuenta de que era demasiado buena para mí.

Mi miedo de perder a Claire me mantuvo despierto casi toda la noche y

me sentí agotado cuando la alarma comenzó a chillar, pero me levanté porque no tenía otra opción. Earl estaba contando con mi ayuda y yo

necesitaba el dinero ya que sufría de un caso crónico del síndrome del bolsillo vacío.

Earl se me adelantó en el garaje hoy y estaba bajo un viejo Buick6

cuando entré en la tienda.

—Buenos días, Earl.

—Bueno, buenos días a ti, chico amoroso —dijo desde debajo del coche.

Sabía que iba a decir algo sobre Claire—. Llegas tarde. ¿No has podido dejar de soñar con tu nueva chica?

Miré el reloj en la pared de la tienda.

—Yo no llego tarde, tú solo te adelantaste aquí esta mañana.

6 Buick: Marca de automóviles de Estados Unidos fundada en el año 1903 y

propiedad del grupo industrial General Motors.

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Él se deslizó fuera desde abajo del viejo Buick.

—¿Cómo están las cosas con tu chica?

—Su nombre es Claire y las cosas no podrían estar mejor. Me invitó a cenar esta noche. Dijo que quería cocinar para mí.

Earl se limpió las manos en un trapo viejo y dijo:

—Bueno, puedes averiguar ahora si ella tiene material para esposa o no.

—Es un poco pronto para evaluarla para eso, creo.

Él se rió de mí como si yo fuera un niño tonto.

—Mira, chico... nunca es demasiado pronto para evaluar la capacidad

de una mujer para cocinar. Si ella te ha invitado a comer su comida tan pronto en la relación, entonces estás probablemente en buena forma

porque ella no querría invitarte si no pensara que podría cocinar una buena comida. El problema es cuando una mujer no sabe que su comida es terrible. Una vez salí con esta hermosa mujer, pero ella no se

daba cuenta de que su cocina era horrenda.

Ese no era el final de la historia y él quería que yo le preguntara para

extenderse.

—¿Cómo lo manejaste?

Él se echó a reír y dijo:

—Me casé con ella y mi madre tuvo que enseñarle como cocinar, pero no lo recomiendo, en tanto puedas encontrar una esposa que ya sepa cocinar.

—Me encanta la comida de la señorita Hazel. No puedo imaginarla ser nunca una cocinera horrible.

—Bueno, yo no podía imaginar casarme con una mujer que no pudiera cocinar, pero lo hice y la tarea de enseñarle no fue fácil, así que toma mi consejo y ahórrate algunos problemas.

Earl siempre me cuidaba, así que supongo que él pensaba que era su deber asesorarme en la búsqueda de una esposa, aunque era demasiado pronto para considerarlo.

—Recordaré eso, Earl.

Aparte del ocasional protocolo de inspección, mi día estuvo lleno de

cambios de aceite, pero eso era bueno ya que tenía menos

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probabilidades de arrojar una llave a mi cara puesto que no podía dejar de pensar en Claire.

Earl me dejó salir un poco más temprano, así que corrí a la floristería y busqué un ramo de flores, luego corrí hacia el centro comercial y

compré un nuevo jersey azul claro para mi primera cita real con Claire. No era de una marca muy popular como la que usaban los otros chicos en la escuela, pero la vendedora dijo que tenía que conseguirlo porque

el color emparejaba mis ojos perfectamente. Esperaba que Claire lo notara porque el dinero que gasté en la camisa debería haber sido para las reparaciones de mi camioneta.

Después de correr para lograr estar listo, llegué a lo de Claire a las siete en punto y llamé a su puerta nerviosamente con flores en la mano. Ella

abrió la puerta, llevaba un sexy pequeño vestido de verano y tragué saliva mientras sostenía las flores.

—Espero que te gusten las margaritas.

—Lo hacen. Mucho, de hecho. Gracias.

Ella llevó las flores a su nariz, olió una y dijo:

—Adelante la cena está casi lista.

Me llevó a la cocina y estudié los alrededores mientras la seguía. Su casa era aún más grande de lo que imaginaba, parecía salida de una

revista. Nada lucía fuera de lugar y se sentía como un museo a excepción de la ocasional foto familiar esparcida aquí y allá.

—Tu casa es hermosa.

—Gracias. Mi mamá está realmente aplicada en la decoración del hogar. Es demasiado formal para mi gusto, pero es la manera en que a ella le

gusta.

Cuando entramos en la cocina, Claire me dijo que me relajara en el bar mientras ella terminaba de cocinar. Cuando me senté en un taburete,

ella tomó un delantal y se lo puso encima de su vestido de verano. Mientras lo ataba alrededor de su cintura, no pude dejar de pensar cuán hogareña lucía, como si ella debiera ser la esposa sexy de alguien

más en vez de una chica de diecisiete años. Me pregunté si la impresión habría cruzado mis pensamientos si Earl no hubiera puesto la idea de

inspeccionar su posible material para esposa en mi mente.

—No sé mucho sobre cocina, pero ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?

Ella sonrió ante mi oferta.

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—Nah, lo tengo cubierto. He estado instruyéndome a mi manera alrededor de una cocina por mucho tiempo.

Se veía tan cómoda y segura cuando se dio la vuelta hacia la cocina en su delantal de diseñador que decía: “Reina de Todo”.

—¿Supongo que te gusta cocinar? —le pregunté.

—Me encanta cocinar y probar cosas nuevas. Meto la pata de vez en cuando, pero ¿qué cocinero no lo hace?

Nadie se había tomado el tiempo para enseñarme a cocinar nada, por lo que era una especie de aprender mientras proporcionaba algún tipo de

experiencia para mí y la mayoría de las veces no era suficiente.

—Yo lo estropeo más de vez en cuando.

Ella se giró hacia la luz del horno y vi su vestido de verano levantarse

en la parte posterior de sus muslos cuando ella se inclinó para mirar lo que había en el horno.

—Tal vez pueda enseñarte algunas cosas.

Me gustó la forma en que sonaba.

—Estoy listo para ello en cualquier momento.

Convencí a mis ojos para mirar lejos de su dobladillo, justo a tiempo para que ella no viera mi mirada cuando se dio la vuelta. Me recordé lo que sus límites no incluían y decidí que estaba innecesariamente

torturándome mirándola de esa manera.

—Ya casi está. —Puso dos platos en la mesa, luego llenó nuestras copas

con hielo—. ¿Quieres un refresco o té dulce?

—Agua está bien para mí. No tengo el hábito el beber refrescos y tú tampoco deberías hacerlo porque no son buenos para ti.

Ella se dio la vuelta y me miró.

—Fumas cigarrillos que te dan cáncer, ¿pero no bebes refresco?

—No he dicho que nunca los beba. Te dije que no lo hago por hábito. Y,

por cierto, dejé de fumar. No he tenido un cigarrillo desde el martes por la mañana, hace cuatro largos días.

—¿Qué te hizo decidirte a dejar de fumar? —Sonrió, sabiendo que ella era mi única razón.

En lugar de preocuparme por lo que ella podría pensar, hice todo lo

posible porque quería que viera lo que estaba dispuesto a hacer por ella.

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—Lo estoy haciendo por ti, Princesa, porque es lo que quieres y quiero hacerte feliz.

Ella se acercó a donde yo estaba sentado en el taburete, rodeó con sus brazos mis hombros y me miró por un momento antes de decir:

—Gracias por hacerlo por mí, pero gracias más por hacerlo por ti.

Tomé su cara entre mis manos.

—Haría cualquier cosa por ti, porque eso es lo mucho que significas

para mí.

Una mirada seria vino a su cara y me preocupé un poco, entonces ella dijo:

—Rompí con Forbes hoy.

Quería saltar arriba y abajo, tal vez incluso hacer una voltereta, pero

me convencí a mí mismo de mantener la calma.

—¿Cómo lo llevó?

—Digamos que no fue bien.

Mi corazón se aceleró y mi espalda se puso rígida cuando me senté más erguido en la silla.

—¿Te hizo daño? Lo voy a matar si te puso una mano encima.

—No, no fue nada de eso, pero estaba muy molesto. Estoy bastante segura de que sospecha que he estado viendo a alguien. Sabe que mis

padres se han ido, así que espero completamente a que conduzca aquí esta noche buscando al chico misterioso y cuando vea tu camioneta, me temo que va a tener una crisis. Él realmente, realmente te odia.

—Bueno, yo no estoy encantado con él tampoco, puede tener un pequeño berrinche conmigo, pero mejor que no te mire mal o me las

arreglaré con él.

El temporizador se disparó en el horno y Claire me dio un beso rápido en los labios.

—No hablemos más de él. La lasaña ya está hecha y yo estoy lista para comer. ¿Tienes hambre?

Asentí con la cabeza y dije:

—Muerto de hambre.

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Georgia Cates

—Bien, porque hice un montón. —Después de sacar la lasaña del horno, cortó dos porciones y las colocó una en cada plato junto a la

ensalada y el pan de ajo—. Puedes llevar nuestras bebidas al comedor si quieres. Yo ya he puesto la mesa, así que toma asiento, estaré allí en un

minuto.

Entré en el comedor y me senté con extremo cuidado para no derramar nuestras bebidas debido a que la formalidad de la habitación me puso

muy nervioso.

Cuando Claire entró en la habitación, puso el plato delante de mí, luego encendió dos velas sobre la mesa y se sentó en la silla junto a mí antes

de decir:

—Bon Apetite.

La lasaña de Claire era fabulosa, por lo que pasó la inspección sobre tener material para esposa según los estándares de Earl.

—Esto es delicioso. ¿Quién te enseñó a cocinar tan bien?

—Mi mamá me enseñó mucho acerca de la cocina, pero ella cocina comida tradicional. Tiene miedo a tratar con nuevos alimentos, por lo

que veo programas de cocina porque me gusta probar nuevos ingredientes. A veces resulta muy bien. Otras veces, no tanto, pero estoy aprendiendo lo que no tratar. Mantuve lo tradicional por ti ya que esta

fue la primera vez que comes mi comida. No quería asustarte.

No creo que ella pudiera asustarme aun si me diera de comer un oso vivo.

—Gracias por la invitación y por tomarte la molestia de cocinar para mí. Todo ha sido perfecto.

—La noche no ha terminado —dijo, y luego se sonrojó de un profundo carmesí antes de mirar su plato.

—Te estás sonrojando.

Ella se cubrió la cara con las manos.

—Y tú estás haciéndolo notable.

—Solo porque estoy intrigado acerca del por qué. Dime —persuadí.

Echó un vistazo a través de sus dedos hacia mí.

—Más tarde, ¿de acuerdo?

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Georgia Cates

A pesar de la curiosidad por saber lo que la hizo estar tan ansiosa me estaba matando, a regañadientes accedí a dejar el tema por el

momento.

—Está bien, pero no lo voy a olvidar.

Terminamos de cenar y me ofrecí a limpiar, pero ella solo estuvo de acuerdo en permitir que la ayudara. Cuando terminamos la limpieza, fuimos a la sala y nos sentamos uno al lado del otro en el sofá. Pasó a

través de los canales hasta que se encontró con una película que solo una chica podría desear ver.

—¿Quieres ver esto?

—Tú eliges esta noche Princesa ya que cocinaste toda la tarde para mí. Vamos a ver lo que sea que se te antoje.

Alcancé sus pies y le dije:

—Aquí, pon tus pies en mi regazo y yo voy a masajearlos para ti porque sé que estuviste de pie en las baldosas de cerámica de la cocina mucho

hoy.

Ella con mucho gusto se quitó sus tacones y se dio la vuelta. Tomé sus

pequeños pies en mis grandes manos y empecé a masajear mientras veíamos la película. De vez en cuando ella hacía un sonido que solo podría describir como algo entre un suspiro y un gemido. Me concentré

en todo de la habitación tratando de no excitarme por los sonidos que provenían de ella, porque sabía que ella no tenía la intención de que fueran sexuales de ninguna manera. Cuanto más trataba de olvidar, lo

peor llegó y mis manos se movieron lentamente desde los pies a sus piernas.

Acaricié sus pantorrillas arriba de los tobillos y sus rodillas descendiendo de nuevo, una y otra vez. Sus piernas recién afeitadas eran tan suaves y lisas contra mis manos y me moría por sentir más de

ella, pero no me atrevía a empujar aún más.

Ella sacó los pies de mi regazo y me maldije por empujarla demasiado lejos.

—Lo siento, Princesa, no debería haber... —Pero ella se acercó más e interrumpió mis palabras cuando me besó con urgencia. Puso las

manos en la parte posterior de mi pelo y apretó mi boca contra la suya y cuando eso no fue lo suficientemente cerca, cayó de espaldas en el sofá tirándome encima de ella. Me estrecho contra ella y dobló sus rodillas

para rodearme ajustadamente entre ellas, pero cuando ella envolvió sus piernas alrededor de mi cintura y presionó la parte inferior de su cuerpo

fuertemente contra el mío, decidí que debía decirle que necesitaba un minuto.

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Georgia Cates

Cuando rompí nuestro beso y me aparté para decirle, vi a alguien de pie detrás del sofá mirando por encima de nosotros. Me tomó un minuto,

pero mi cerebro finalmente registró que estaba viendo a Forbes Henderson observándonos a Claire y a mí mientras nos besábamos.

Alcancé a tirar hacia abajo el vestido de Claire sobre sus piernas y grité:

—¿Qué demonios estás haciendo en casa de Claire?

Claire se levantó rápidamente del sofá para ver a quién le estaba

gritando y vi una mirada de asombro, horror e incredulidad llegar a su la cara.

—¿Cómo entraste a mi casa?

—Así que, estás follando con la basura de Collinsville, Claire? —gritó Forbes—. ¿Cuándo decidiste que querías ir a los barrios bajos?

—Vete —le gritó Claire.

Forbes agarró su pelo con una mano cerrada y arrastró las palabras.

—Él no se preocupa por ti, Claire. Solo está jodiéndote para llegar a mí.

¿Por qué no puedes verlo? —Entonces él tropezó hacia ella.

Me puse delante de Forbes y le puse la mano en el pecho.

—Whoa, amigo. Estás borracho y seriamente necesitas retroceder. —Él intentó empujarme, pero se tambaleó hacia atrás.

—Cállate, basura. Tú no tienes derecho a estar aquí —me gritó.

—No lo hagas, Forbes —declaró Claire.

—¿Qué no haga qué? ¿Recordarle que es basura y no uno de nosotros? —dijo como si yo necesitara recordar lo que era o cómo no encajaba.

Claire se cruzó de brazos.

—Nosotros rompimos y tú no tienes derecho a entrar en mi casa sin ser

invitado.

—¿Cómo crees que tus padres se sentirían sobre ti visitando los barrios bajos con la basura? —Cuando Claire no le respondió, él continuó:

—No te entiendo, Claire. Hemos estado juntos durante un año y medio y rompes conmigo para poder joder con un don nadie que has conocido por dos semanas.

Ella sacudió la cabeza y dijo:

—No lo entenderías, Forbes.

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Georgia Cates

Dio otro paso hacia ella.

—Él nunca será capaz de darte las cosas que deseas o necesitas.

—Quiero que te vayas ahora —gritó ella.

Yo había oído suficiente.

—Creo que es hora de que te vayas.

Él estaba a punto de tomar represalias en mi contra, pero en ese instante llamaron a la puerta principal. Claire y yo nos miramos el uno

al otro, preguntándonos quién podría ser. Ella fue al vestíbulo, abrió la puerta y oí la voz de Cooper en la sala de estar.

—Pensé que lo encontraría aquí. Traté de tomar sus llaves, pero se me

escapó antes de que pudiera. Voy a sacarlo de aquí.

Cooper entró en la sala y puso su brazo alrededor de Forbes.

—Vamos, amigo, vas a venir conmigo.

Forbes no luchó con Cooper, pero de camino a la puerta se volvió hacia mí y entrecerró los ojos.

—Esto no ha terminado ni por mucho.

Cuando se fueron, me acerqué a Claire y la abracé muy cerca. Cuando

afloje mi agarre, ella me miró.

—No quiero estar sola esta noche. ¿Te quedarías conmigo?

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Georgia Cates

DDuullcceess SSuueeññooss

Traducido por Maia8 Corregido por Estefidenise

CCllaaiirree

La mirada en los ojos de Forbes era feroz y yo nunca había visto nada

igual. Estaba nerviosa porque él conocía mi casa tanto como yo la suya, pero estaba más alarmada por su habilidad para pasar inadvertido, porque estaba segura de que cerré la puerta principal después de que

dejé a Jessie entrar.

Otro factor estresante era mi invitación intrépida a Jessie para pasar la noche a solas conmigo en mi casa. Levanté la cabeza de su pecho para

calibrar su reacción y vi una expresión que no podía definir.

—Lo siento. No debería haberte preguntado. Estoy segura de te esperan

en casa esta noche.

Sus fuertes brazos me apretaron y él acarició con su mano la parte de atrás de mi cabello como una madre consuela a su hijo.

—Por supuesto que me quedaré contigo. No hay manera de que te deje en esta casa después de lo que acaba de suceder. ¿Existen llaves escondidas afuera?

—Hay una, pero él no sabe nada de ella.

—Es probablemente prudente obtenerla porque no necesita encontrarla

y tener acceso a la casa mientras tus padres se han ido —me recomendó.

Caminamos fuera y recuperamos la llave oculta de su lugar.

—Es aquí, pero te puedo decir que ha sido movida recientemente. Así tiene que ser cómo entró porque sé que cerré la puerta detrás de ti

cuando viniste.

Sacudió la cabeza como si no pudiera creer que Forbes hubiera ido tan lejos.

—Esa fue una jugada muy audaz. Creo que probablemente debería activar la alarma como medida de precaución.

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Georgia Cates

Las cosas de repente se sintieron mucho más graves y vi la mirada de preocupación en su cara.

—Creo que no va a volver. —Puso dos dedos debajo de mi barbilla y levantó mi rostro para mirarlo—. No tengas miedo. Voy a estar aquí si

vuelve y no voy a dejar que te haga daño.

Empecé a relajarme porque confiaba en la capacidad de Jessie para protegerme y me deleité con lo segura que me hacía sentir.

—Gracias. No creo que pudiera quedarme aquí esta noche sin ti.

Trató de aligerar mi estado de ánimo.

—¿Vamos a pintar las uñas y hablar de chicos en esta fiesta de

pijamas?

Me extendió la mano, descansando los brazos sobre los hombros.

—Nop. Quiero empezar desde donde estábamos antes de que nos interrumpieran.

Él no parecía compartir mi ansiedad para continuar donde lo dejamos y

mi esperanza cayó a mis pies.

—¿Hice algo mal?

—No, estabas haciendo las cosas bien y ese es el problema. Cómo hacerlo de esa manera es completamente diferente para un hombre. ¿Te acuerdas cuando te dije que si las cosas se calientan demasiado, podría

decirte que necesitaba un minuto y eso significaba que tenía que dar marcha atrás?

—Sí, lo recuerdo.

—Bueno, las cosas se calentaron demasiado para mí y estaba a punto de decirte que necesitaba un minuto antes de que levantase la vista y

viera a Forbes —me dijo.

Dejé caer mi cara y me apreté contra su pecho porque estaba mortificada de que le hubiera molestado más allá del punto de sus

limitaciones.

—Lo siento, soy demasiado agresiva.

Me tomó la cara entre las manos, me obligó a levantar la cara.

—No es tu culpa que seas demasiado sexy para tu propio bien.

No pude evitar sonreír, porque estaba encantada de

escucharlo llamarme sexy.

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Georgia Cates

—¡Ajá! Ahí está, esa sonrisa que tanto amo.

Tomé su mano y tiré de él hacia el sofá.

—¿Vas a tratar de ver una película conmigo si te prometo que no te asaltaré esta vez? Puedes escoger dado que te quedas como mi niñera.

Él optó por terminar la película que empezamos antes ya que claramente quería hacerme feliz y me dio otra razón para estar loca por él. ¿Cómo no amar a un hombre que podría elegir voluntariamente una

película para chicas por mí?

Estaba preocupada por iniciar el contacto físico con Jessie otra vez, pero él puso su brazo alrededor de mí y me puse cerca, por lo que lo

sentí cuando puse mi cabeza contra él y apoyé la mano sobre su pierna.

No sé cuánto tiempo había pasado desde que nos dormimos, pero no

podía recordar gran parte de la película cuando me desperté. Mi cuello estaba tieso de estar inclinada hacia un lado por tanto tiempo y me movía lentamente, ya que parecía que tenía un calambre atrapado en el.

—Hola, Bella Durmiente.

Estiré mi cuello un poco más y el agarre de su brazo no se sentía como

mi cuello lo hizo.

—Lo siento mucho, me refiero a dormirme sobre ti. ¿Hay incluso una posibilidad remota de que te duela el brazo?

—Mi brazo está bien y no me puedo quejar porque me divertí mucho oyendo las cosas que dijiste mientras dormías. Tienes algunas ideas muy interesantes sobre mí —bromeó.

Sentí una punzada de calor en la cara.

—No me digas lo que he dicho, porque no quiero saber.

—Buena idea —dijo riendo.

Cerré los ojos con fuerza y traté de recordar lo que estaba soñando.

—Te estoy tomando el pelo, Princesa. No has dicho nada. Es posible que

hayas suspirado un poco, pero era completamente inocente.

Me sentí aliviada, pero le golpeé duro en la pierna.

—Te lo haré pagar.

—No tengo ninguna duda de que sí, pero merece la pena ver tus mejillas encenderse así, lo que me recuerda. ¿Qué te hizo sonrojar

durante la cena? —preguntó.

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Georgia Cates

Sentí el calor que quedaba en mis mejillas.

—Estaba pensando en algo que quería preguntarte.

—Dime. Quiero escuchar lo que provocó tan increíble sonrojo.

Me quedé en silencio mientras él me miraba expectante y suavemente

pregunté:

—¿Qué soy yo para ti?

Disparó de nuevo sin dudarlo.

—¿Qué quieres ser de mí? —Fue un reto para admitir cuáles eran mis expectativas.

—Te he preguntado primero —le dije al esquivar responder a su

pregunta y me preparé para oír el veredicto.

—No sé lo que eres para mí. —La decepción me inundó porque no era lo

que esperaba escuchar, mis esperanzas se levantó cuando él continuó.

—Pero, sé lo que quiero que seas.

—Necesito que lo digas así los dos estamos claros al respecto —lo

animé.

—Dado que ambos admitimos que estamos enamorados el uno del otro,

solo hay una conclusión que tenga sentido para mí. Somos una pareja, tú eres mi chica.

—¿Tu chica? Me gusta cómo suena. Hey, hay una canción sobre mí

llamada, la chica de Jessie, todavía la oigo en la radio de vez en cuando.

—Sí, todo el mundo desea ser la chica de Jessie —se rió.

Empecé a tararear la melodía y me preguntó:

—Por cierto, en caso de ir a dormir, ¿tengo que estar fuera a una determinada hora por la mañana para evitar a tus padres? Yo no creo

que vaya a hacer una gran impresión si me encuentran aquí cuando vienen a casa.

—No vienen a casa hasta mañana por la tarde, así que no tienes que

salir temprano.

Se estaba haciendo tarde. Lo vi mirar el reloj y dije:

—Es más de la una. ¿Es más allá de tu hora de dormir?

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Georgia Cates

—Normalmente no, pero estoy agotado. No dormí mucho anoche después de que una cierta muchacha hermosa me dijo que me amaba y

me besó durante horas.

Me estiré y le dije:

—Yo también estoy bastante cansada. Cierto chico guapo con los más magníficos ojos azules me mantuvo despierta la noche anterior después de que él me dijo que me amaba y me besó durante horas, horas y

horas, así que estoy lista para ir a la cama si tú lo estás.

Me puse de pie para ir arriba, pero él no se bajó del sofá.

—Creo que es mejor que duerma en el sofá que en tu cama.

No tenía la intención de tenerlo en mi casa sola toda la noche durmiendo en un piso completamente diferente.

—Quiero que te quedes conmigo arriba.

Bajé la vista hacia él, con la esperanza de que él estaría de acuerdo.

—No creo que sea una buena idea, Princesa.

No tenía la intención de renunciar tan fácilmente.

—Quiero estar cerca de ti. Quiero sentirte junto a mí cuando me

duermo.

Llegó a mis manos.

—¿Te asusta tanto?

—No, no es eso. Estaba pensando que deberíamos aprovechar esta oportunidad. ¿Quién sabe cuándo vamos a tener otra oportunidad de estar tan cerca el uno del otro? —le pregunté con la esperanza que

fuera suficiente para convencerlo.

—Si estoy de acuerdo con esto, no puedes calentarme como lo hiciste

antes. No envuelvas tus piernas alrededor de mí o frotes tu cuerpo contra mí porque ni un santo podría haber frenado, como yo lo hice. No hago garantías si hay una próxima vez —me advirtió.

—Seré una niña buena —le dije, pero no estaba segura de si iba a ser capaz de mantener mi promesa.

—Esa sonrisa traviesa en tu cara ha plantado semillas de duda en mi

mente.

Tomé las manos para sacarlo de la cama.

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Georgia Cates

—Vamos. Nada malo va a suceder.

Después de que él me siguió escaleras arriba, usó el baño de mi

hermano para ir a la cama, mientras yo me preparaba para la cama en el cuarto de baño dentro de mi dormitorio. Después de que me cepillé

los dientes y me lavé la cara, me puse un top que se combina con pantalones de pijama de boxeador. Abrí la puerta del baño y vi una camisa.

Jessie estaba de pie a los pies de mi cama vistiendo pantalones de pijama de punto de mi hermano y me detuve en seco.

—¿De qué lado de la cama duermes? —preguntó.

—Todas las partes, pero que comienzan en el lado izquierdo. Tengo el sueño un poco loco. Al menos eso es lo que me han dicho. Me puedes

dar tu opinión en la mañana.

—¿Me voy a despertar con una llave de cabeza? —se rió y rompió un poco la tensión.

—No voy a decir que no es una posibilidad, al menos de acuerdo a mi familia.

Él comenzó a quitar los cojines de la cama.

—Es posible que no lo haya mencionado en el aviso legal.

—Todavía habría estado de acuerdo.

—Sí, lo sé.

Me quedé congelada en la puerta de mi cuarto de baño, no porque tuviera miedo de Jessie, sino porque tenía miedo de su hermoso cuerpo.

Me rogaba que lo tocase y me pregunto qué diría si volviera a romper mi promesa de ser una buena chica.

Negué con la cabeza, tratando de aclarar los pensamientos.

—¿Encontraste todo lo que necesitabas en el baño de Ryan?

—Lo hice, gracias.

Al no hacer un movimiento hacia la cama, me miró preocupado y me preguntó:

—¿Estás segura de que es lo que quieres?

Lo miré y asentí porque me quedé sin palabras de la anticipación de compartir una cama con este hermoso hombre esta noche. Me dirigí a

mi lado de la cama y volví las sábanas, luego las subí.

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Georgia Cates

Me volví hacia mi lado y apoyé mi cabeza para mirar a Jessie. Mi lámpara de noche despedía un resplandor tenue, pero fue suficiente

para darle un buen vistazo. Estudié su tatuaje primero porque era la primera vez que lo había visto en su totalidad. Se ampliaba hasta el

hombro como supuse y extendí la mano para trazar el detalle complejo con mis dedos.

Sonrió cuando lo toqué y me preguntó:

—¿Por qué estás tan fascinada por mi tatuaje?

—No estoy fascinada. Me gusta mucho. Me gusta lo que dice acerca de ti —admití.

—¿Y qué dice de mí? —preguntó con curiosidad.

Pasé un dedo a lo largo de una de las curvas.

—Dice que no te importa lo que piensen los demás. Estás viviendo para ti, no para todo el mundo o lo que quieren para ti.

—Creo que estás leyendo más en él. Realmente lo tengo para que las

mujeres pensaran que estaba caliente.

Sentí una punzada de celos al pensar en Jessie estando con otra chica

así.

—¿Cuántas chicas han visto todo tu tatuaje? —le pregunté, pero ambos sabíamos que yo estaba pidiendo una cuestión totalmente diferente.

—¿De verdad quieres ir allí? Dudo que te guste la respuesta, porque la mayoría de las niñas en Collinsville no son como tú. Son más como Gretchen.

Era su manera de advertirme de que podría no ser capaz de manejar la verdad, y mientras me debatía empujando el tema, puso su brazo y me

dijo:

—Ven aquí.

Me acerqué más a él y puse mi cabeza en su hombro mientras trataba

de poner mi mente en reposo.

—Tú eres la única para mí. Cualquier otra chica está en el pasado.

Puse mi mano en su pecho, pero no pude resistir la tentación de correr

mi mano hacia atrás y adelante a través de su pecho musculoso. Cerró los ojos y me pregunté si estaba empujando demasiado duro nuevo.

—¿Está bien que te toque así?

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Georgia Cates

—Sí, me gusta. Es muy relajante.

Le acaricié el pecho hasta que su respiración se hizo más profunda y

constante, entonces me di la vuelta para apagar la luz, pero él me agarró con el brazo.

—No te vayas, Princesa.

—No quise despertarte. Simplemente apagaré la lámpara. No voy a ninguna parte.

Después de apagar el interruptor de la lámpara, me acurruqué contra Jessie y volví a dirigir mi mano sobre su pecho liso. Quería estar cerca de él y explorar su cuerpo, pero estaba claro cuáles eran sus límites

para mí.

Sentí que su pecho subía y bajaba profundo y uniformemente, lo que

me confirmó que estaba dormido y terminando cualquier posible explorar que tuviera en mi mente.

—Dulces sueños —susurré, esperando que cualquiera que él tuviera me

incluyera a mí.

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Georgia Cates

BBééssaammee BBiieenn

Traducido por rihano Corregido por Jut

JJeessssiiee Me desperté a la mañana siguiente con Claire felizmente acurrucada conmigo y fue un regalo que no pensaba que pudiera ser real. Puse mi

nariz contra su pelo y respiré profundamente, captando su olor. No me había dado cuenta anoche porque estaba demasiado cansado, pero su cama olía igual que lo hacía ella, dulce y floral con un toque de

melocotón y cereza.

Mientras yacía a medias bajo ella, recordé cómo pasaba su mano sobre

mi pecho rítmicamente hasta que me quedé dormido y no podía pensar en un momento en mi vida que me hiciera sentir más relajado y feliz.

Levanté mi cabeza un poco y miré hacia abajo para ver nuestras piernas

entrelazadas con uno de sus brazos tirado en mi bajo vientre, peligrosamente cerca de la cintura de mis pantalones de pijama prestados. Dejé caer mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos,

tratando de concentrarme en nada que no fuera la posición en que estábamos.

Claire se despertó unos minutos más tarde y solo agravó la situación moviéndose contra mí mientras se estiraba y conseguía acomodarse. Ella rodó saliendo de encima de mí y sobre su espalda, luego volvió para

mirarme. La luz del sol sonreía a través de las ventanas de su habitación en su cabello haciéndolo que se viera aún más rojo y yo la

miré a la cara, pensando que era impresionantemente hermosa.

Extendí la mano para tocar su cara.

—Eres tan hermosa.

Ella sonrió y preguntó:

—¿Puedes quedarte conmigo todas las noches porque me encantaría

despertarte cada mañana?

—De alguna manera dudo que a tus padres le gustara eso. —Ella no

estuvo en desacuerdo y decidí hacer frente al tema de lo que

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Georgia Cates

probablemente me arrepentiría—. Las cosas que Forbes dijo sobre mí

eran ciertas, así que ¿qué crees que tus padres van a pensar de mí?

—Las cosas que él dijo no son ciertas —argumentó ella.

—Si estuvieras siendo honesta conmigo y contigo misma, tendrías que

admitir que la mayor parte es cierta. Yo no encajo. No soy como todos

ustedes. No tengo dinero ni vengo de una familia como la tuya.

Suspiró y dijo:

—No me importa y no le importa a mis padres tampoco. Es cierto que

estamos acomodados y somos amigos de los ricos, pero ellos son

amables y justos. No van a juzgarte o no les vas a gustar porque no vengas de una familia rica.

Los pensamientos de sentarme a hablar con los padres de Claire me

ponían nervioso.

—Te he dicho que no hago las cosas de los padres bien.

Firmemente me informó:

—Lo sé, pero si voy a estar contigo, entonces tienes que conocerlos

porque somos una familia muy unida. Sin excepciones.

Acepté mi destino y pregunté:

—¿Tengo una fecha límite?

—Te voy a dar un poco de tiempo para acostumbrarte a la idea. ¿Qué

tal el próximo fin de semana? Mi papá no estará de guardia, por lo que

deben estar libres. ¿Podrías venir el sábado por la noche?

Me reí y acepté.

—Si tengo que hacerlo.

—Sí, tienes que hacerlo, o podrías quedarte y conocerlos esta tarde.

Incluso si eso sonaba atractivo, no podía porque estaba viendo a mis

hermanitos hoy en la casa de sus padres sustitutos.

—Tengo una cosa de familia hoy.

—Nunca hablas de tu familia —dijo, buscando información sobre ellos.

—En realidad no hay mucho que decir acerca de ellos.

—¿Cuándo vas a dejarme conocerlos? —preguntó.

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Georgia Cates

Intenté evitar contestar a su pregunta.

—¿Por qué no me dejas pasar por conocer a tus padres primero? Ellos

son los que realmente importan. Entonces iremos allí.

—Tu familia es importante, también —estuvo en desacuerdo—. Quiero

gustarles.

Le di un beso en la nariz.

—¿A quién no le encantarías?

Sonrió y dijo:

—Mantén ese pensamiento. —Se levantó al baño y tomé la misma

oportunidad mientras ella estaba fuera de la cama. Por suerte, Claire me había provisto de un cepillo de dientes nuevo anoche y lo utilicé para librarme de mi aliento matutino.

Me estaba esperando en la cama cuando volví y aparté las sábanas para subirme junto a ella. Se acurrucó contra mí y envolvió mi brazo

alrededor suyo, atrayéndola hacia mí y nada en el mundo parecía más perfecto que este momento.

Miré el reloj de Claire en la mesita de noche y eran pasadas las once.

Tenía menos de dos horas hasta mi visita señalada con Harley y Ozzy y tenía que ir a casa para prepararme.

—Realmente quiero quedarme en esta cama contigo todo el día, pero tengo un lugar en el que estar pronto así que tengo que irme.

—¿La cosa familiar? —me interrogó.

—Sí. Tengo que estar allí a la una.

—Estoy de acuerdo en dejarte ir con una condición —respondió.

Estaba muy interesado en escuchar esto.

—¿Y cuál es?

Ella levantó ligeramente las cejas y dijo:

—Bésame tan bien que no sea capaz de dejar de pensar en ello el resto

del día —me retó.

—Oh, puedo hacer eso —le dije mientras la levantaba y la volteaba para

encontrarme a mitad de camino.

Mi boca encontró la suya y me atormentó mientras juguetonamente mordisqueaba mi labio inferior con sus dientes, luego lo chupó

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Georgia Cates

suavemente con su boca. No tenía la intención de que esto fuera nada más que casto, pero incluso sus besos inocentes me volvían loco de

deseo.

Me di la vuelta encima de ella para tomar el control de nuestro beso y

me di cuenta demasiado tarde que no estaba al mando de mi cuerpo cuando sentí un acalorado anhelo por ella. Besé su cuello y discutí con mi boca cuando quiso ir más bajo, pero perdió la discusión cuando mis

labios dejaron besos entre sus pechos. La oí jadear y sentí sus uñas presionar en mi espalda.

Me deslicé hacia abajo y adoré su cuerpo con mis manos mientras yo

levanté su camisa para besar su pequeña cintura y vientre plano. Ella gimió y se movió debajo de mí y me di cuenta de que la estaba

atormentando peor de lo que ella me había hecho la noche anterior.

Me detuve para mirarla a la cara. Ella levantó la parte superior de su cuerpo y se apoyó en sus codos esperando a ver lo que yo diría.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Lo siento. Me dejé llevar un poco —confesé.

Se dejó caer sobre la almohada y dejó escapar un profundo suspiro.

—¿Eso crees? Hiciste eso a propósito para enseñarme lo que se siente al

necesitar un minuto.

—No quería ir tan lejos. En serio. Estoy necesitando un minuto aquí,

también, ¿sabes?

Me quejé y me desplomé en la cama junto a ella y ambos nos quedamos mirando el techo en silencio. Cuando volví a mirar el reloj, eran las once y media y pasado del tiempo para irme.

—Me tengo que ir, Princesa. No puedo llegar tarde.

—Lo sé.

Me levanté de la cama y me acerqué a donde mi ropa estaba doblada sobre su tocador. Dejé caer el pantalón de pijama que pedí prestado y me puse mis pantalones vaqueros y camisa mientras ella me miraba

desde la cama.

Ella parecía a punto de reventar en carcajadas.

—¿Qué?

Se echó a reír y dijo:

—Me preguntaba si eras un hombre de calzoncillos o boxers.

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Georgia Cates

—Y ahora no tienes que preguntarte más.

—No. Ya no tengo que preguntarme nunca más —estuvo de acuerdo.

Me senté a su lado en el borde de la cama para ponerme los zapatos. Cuando terminé, ella se levantó y puso sus brazos alrededor de mi

cintura con su cabeza contra mi espalda.

—Te amo —susurró.

Volví la cabeza y le susurré por encima de mi hombro.

—También te amo.

Tomé su mano alrededor de mi cintura y me la llevé a los labios para un

beso.

—Me tengo que ir, Princesa.

Se levantó de la cama para acompañarme a la puerta.

—Enciende la alarma cuando salga por la puerta, ¿de acuerdo?

—Voy a estar bien y mis padres van a estar en casa pronto, así que no

te preocupes.

—Lo sé, pero ahora es mi trabajo preocuparme por ti, porque tú eres mi

chica.

Ella sonrió y dijo:

—Me encanta cuando me llamas así. —Y me abrazó fuertemente antes

de salir, dejando a la mujer que amaba ir a ver a los hermanos que

también amaba.

***

Me detuve en la casa de los Stevens unos minutos antes de la una y vi

las caras de Harley y Ozzy presionadas contra el cristal de la gran ventana en la parte delantera de la casa. Mientras caminaba hacia la casa, los chicos salieron corriendo gritando:

—Jessie, Jessie. —Y me encontraron en el patio, casi derribándome

contra el suelo.

Me puse de pie en el césped con un niño colgando en cada pierna y me agaché para abrazarlos.

—¡Feliz cumpleaños, muchachos!

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Georgia Cates

—¿Nos traes regalos, Jess? —preguntó Ozzy mientras estaba

repetidamente palmeando mi hombro para llamar mi atención.

—Por supuesto que tengo regalos por el cumpleaños de mis chicos.

Saben que no me olvidaría.

—¿Dónde están? Quiero el mío ahora —me informó Harley.

—Harley, sé que estás emocionado, pero ¿que decimos acerca de la

paciencia? —le recordé.

—Un hombre que domina la paciencia puede dominar cualquier cosa —

cantó en una voz adrede.

Los Stevens parecían una buena familia y les estaba agradecido por proporcionarle a Harley y Ozzy un hogar estable, pero admito que me

irritaba tener que pedir permiso para pasar tiempo con mis propios hermanos ya que yo era el que los había criado desde su nacimiento hace cuatro y cinco años.

—Tengo que hablar con el señor y la señora Stevens primero, y si está

bien para ellos, quiero sacarlos un rato.

Los muchachos jalaron de mis brazos, arrastrándome hacia la casa.

—Pregúntales ahora porque sé que van a decir que sí.

Fui a la casa y pasé un poco de tiempo con el señor y la señora Stevens

y fueron muy lisonjeros sobre el comportamiento de los niños. Cuando pedí permiso para sacar a los niños por la tarde, estuvieron de acuerdo

en permitirme tres horas con ellos y pensé que el parque parecía una buena idea.

No sabía si el señor y la señora Stevens tendrían una tarta de

cumpleaños para Harley y Ozzy, así que les compré un pequeño pastel y puse cuatro velas en un lado y cinco en el otro. Nos sentamos en una mesa de picnic y les canté feliz cumpleaños y les hice soplar sus velas y

pedir un deseo.

—Me gustaría que vinieras a vivir con nosotros a la casa de Brian y

Heather —me dijo Harley.

—Harley, se supone que no debes decirle a nadie lo que deseas o no se

va a hacer realidad —le dije.

Él se encogió de hombros.

—No va a hacerse realidad todos modos, así que no importa de ninguna

manera.

—Nunca se sabe —lo animé.

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Georgia Cates

Ozzy intervino y dijo:

—Yo no voy a decir cuál fue mi deseo porque quiero que se haga

realidad.

Puse un pedazo de pastel en frente de Harley y él miró a Ozzy.

—No te hagas ilusiones.

—A veces la esperanza es todo lo que tienes, no deberías quitarle eso,

Harley.

Pasé un poco de torta a Ozzy y en su rostro se dibujó una enorme

sonrisa.

—Chocolate. Mi favorito.

Terminaron su pastel y luego abrieron los regalos que compré para ellos. No tenía mucho dinero para gastar, así que era una buena cosa

que no necesitara regalos caros para complacerlos.

Mi tiempo con los chicos fue muy corto, pero los regresé con Brian y

Heather cuando las tres horas terminaron y luego vino la peor parte. Ellos lloraban y me rogaban que no los dejara, por lo que hice promesas de volver a verlos pronto. Mientras me alejaba, me prometí que

estaríamos juntos como una familia algún día. No sabía cómo iba a llevarlo a cabo, pero encontraría una manera de hacer que sucediera.

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Georgia Cates

BBeessaarr yy CCoonnttaarr

Traducido por Maia8 Corregido por 5247584

CCllaaiirree

Abrí la puerta y Payton gritó:

—Empieza desde el principio porque quiero saberlo todo.

Retrocedí en la puerta.

—¿Te gustaría pasar por la puerta por primera vez?

Ella irrumpió por la puerta.

—Quiero oírte hablar de un poco de calor, así que no te atrevas a darme

la versión picante editada. Quiero que la completa.

Nos dejamos caer en el sofá.

—Estoy tan loca por él, Payton. Los sentimientos que tengo por él son

tan diferentes de lo que sentía por Forbes. Son tan intensos y sé lo que

la gente va a pensar y decir sobre nosotros, pero no me importa.

Sinceramente, no me importa.

Ella señaló con el dedo.

—Eso se llama amor, el tipo real y auténtico. Sé que he dicho algunas

cosas duras sobre él y lo siento por juzgar, pero quiero que seas feliz y

si es él que hace eso, entonces yo digo que vagas a por ello.

—Gracias por tu comprensión. No sé qué haría si no lo hicieras. —

Entonces me di cuenta de que ella no estaba de acuerdo con Forbes,

por lo que esto era un paso adelante.

Se levantó para sentarse sobre sus piernas, por lo que se acomodó en el

sofá.

—Dime todo lo de anoche.

—Pasó la noche —le grité en voz alta.

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Georgia Cates

Payton se cubrió la boca con la mano mientras centraba sus ojos en mí.

—No hay manera maldita. ¿Jugaste al carpintero y le dejaste que te

clavara?

Ella tenía esa habilidad con las palabras.

—Qué romántico, pero la respuesta es no. No jugamos al carpintero.

Me miró con recelo y preguntó:

—¿Lo planeaste sin decirme?

—No, no fue de la forma en que estás pensando. Todavía estoy teniendo

un poco de problemas para creer lo que pasó —le expliqué.

Ella gritó con frustración.

—¿Qué pasó? Me estás matando aquí.

Le reiteré todos los detalles de la noche anterior y ella se sentó en la

incredulidad.

—Claire, tendrás que dar las gracias a Forbes por ese movimiento

estúpido después porque no podrías haberlo planeado mejor si lo

intentáramos. Lo que me mata es que no puedo creer que te acostaste

con él en su cama y no lo dejaras dar el siguiente paso. ¿El medidor de

urgencia de quién estaba peor, el tuyo o el suyo?

No había nada malo con mi departamento de urgencia.

—No, ambos medidores estaban al 100% intactos y él tuvo que refrescar

mis reactores.

Levantó las cejas y asintió con la cabeza.

—Estás tan caliente por él. Lo puedo asegurar.

Le di una palmada en la pierna.

—¡Payton! Sabes que yo no soy así.

Se rió y me dijo:

—Tal vez no fuera así con Forbes, pero las cosas son diferentes entre tú

y Jessie. Él te hace algo que Forbes no podría. Lo vi el primer día de

clases. Él es tu media naranja.

—¿Mi media naranja?

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Georgia Cates

—Sí. Ya sabes, la persona de la que estás enamorada y en la que

piensas todo el tiempo —explicó.

Empecé a asentir.

—Sí, supongo que es mi media naranja porque lo amo. Realmente,

verdaderamente, con locura lo amo. Ahora, tengo que decirle a mis

padres acerca de él. Ya viene la próxima semana para reunirse con ellos

y estoy nerviosa por lo que pensarán de él. Está tan diferente a lo que

estaban acostumbrados con Forbes.

—Es posible que sea un poco de choque cultural, pero será bueno para

ellos y creo que finalmente van a estar bien con la relación una vez que

lleguen a conocerlo y pasar de todo el aspecto convicto sexy.

Lo odiaba cuando lo llamaba así.

—Tienes que dejar de decir eso de él. No es un convicto. Es un

ciudadano respetuoso de la ley. De hecho, quiere ser un abogado.

Cuando se recuperó de su breve momento de shock, dijo:

—Vaya, no esperaba eso.

—Yo tampoco —admití.

—Sin duda, eso suma algunos puntos con tus padres —me animó.

No quería tener en cuenta el resultado de su desaprobación.

—Espero que sí, porque no sé lo que haría si no lo aprueban. No estoy

dispuesta a renunciar a él porque crean que no es lo suficientemente

bueno o no el tipo de persona para mí.

Oímos la puerta del garaje abrirse y mi mamá gritó:

—Ya estamos en casa.

—Estamos aquí —anuncié desde el salón.

Mi madre entró en la sala y se sentó en la silla frente a mí y Payton.

—¿Se divirtieron?—le pregunté a mi mamá.

Estaba sentada tan bien con la postura perfecta, incluso después de

conducir durante horas en el coche.

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Georgia Cates

—Sí. Fue maravilloso escapar del hospital y el pitido constante del

localizador. Deberíamos hacerlo más a menudo porque me siento tan

fresca.

Definitivamente estaba muy bien con ellos alejándose más a menudo

debido a que potencialmente significaba más dormir fuera de casa con

Jessie.

—Deberías hacerlo más a menudo porque tú y papá se merecen un

descanso de todo el caos.

Ella nos habló de su viaje de fin de semana corto a las montañas

mientras papá descargaba el coche. Cuando terminó, preguntó acerca

de mi fin de semana y de si era el momento adecuado para que

apareciera Jessie y mi ruptura con Forbes.

Papá no me había preguntado acerca de verme besando a Jessie en el

hospital, pero estaba segura de que se lo había dicho a mi mamá.

Decidí que la presencia de Payton podría ser el tampón ideal para esta

conversación, así que decidí ir a por ello.

Le dije:

—Mamá, tengo noticias para ti y mamá. Rompí con Forbes este fin de

semana.

Relajó su postura y se recostó en la silla, colocándose como lo hacía

cuando estaba en el modo de orientación.

—¿Tu ruptura no tiene nada que ver con un joven seguro con el que

fuiste vista besándote en la sala de emergencia a principios de esta

semana?

Yo sabía que mi padre no se lo habría ocultado a ella.

—Sí y no. Digo que no porque no creo que haya tenido alguna vez

sentimientos de tipo novia con Forbes, pero digo que sí, porque no lo

reconocí hasta que conocí a Jessie.

Parecía contenta con lo que estaba compartiendo con ella.

—¿Por lo tanto, el nombre del misterio del chico es Jessie?

—Sí, señora.

—Me he sentido un poco dejada de lado ya que era el único que no

había conocido a este Jessie —confesó.

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Georgia Cates

—Le he pedido que venga la próxima semana si papá está libre. Quiero

que lo conozcan, porque sé que creerán que es tan maravilloso como yo

lo creo —le aseguré.

—Los dos estamos libres la próxima semana, así que creo que va a

funcionar, pero voy a tener que consultar con tu padre primero —estuvo

de acuerdo, y luego preguntó:

—¿Es guapo?

¡Por supuesto! Creo que querría tener hijos con él solo para que mis

hijos pudieran tener una oportunidad de conseguir sus ojos.

Me reí ante mi pensamiento tonto y le dije:

—Mamá, es tan guapo. Tiene los ojos azules más cautivantes que jamás

he visto.

Mi madre sonrió como si estuviera feliz por mí.

—Te ves tan vertiginosa. Estás radiante hablando de él. Me alegro de

que hayas pasado de Forbes, aunque puede ponerse un poco incómodo

con los Henderson. He sabido por mucho tiempo que no eran el uno

para el otro y puedo decir por la mirada en tu cara que a este nuevo

chico en su vida sin duda lo es.

Me decidí a sacar todo de mi pecho y mostrarlo.

—He estado tan asustada de que tú y papá se enojaran conmigo por

romper con Forbes.

—Nos encantan los Henderson, pero no quisiera que salgas con su hijo

si no quieres. Sabíamos que era solo cuestión de tiempo antes de que

alguien más pudiera venir a derribar tu fantasía y parece que el tiempo

está aquí.

Me sentí tan aliviada y triunfante. Esto realmente estaba sucediendo y

de repente iba bien al mismo tiempo. Me levanté del sofá y fui a abrazar

a mi mamá.

—Gracias, mamá. Me siento mucho mejor ahora.

Mi padre se acercó y dijo:

—¿Nos echaste de menos mientras estábamos fuera?

Me acerqué a mi padre para abrazarlo.

—Yo también te extrañé.

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Georgia Cates

Mientras abrazaba a mi padre, mi madre dijo:

—No te dejes engañar, cariño, porque eso no es lo que se trata. Tu hija

me acaba de decir que ha roto con Forbes y tiene un nuevo hombre en

su vida. Como dijiste, así que tenías razón.

—¿No tengo siempre la razón, DeeDee? —pregunté mi papá a mi mamá

llamándola por su apodo.

—No cuando yo tengo razón —argumentó juguetonamente.

—Bueno, voy a concederte esa —contratacó mi padre.

Mis padres decidieron ir a desempacar en vez de dejar las cosas fuera y

yo esperé hasta que se fueron a la habitación para empezar a saltar

arriba y abajo con alegría.

—No puedo creer lo fácil que fue.

—Qué suerte que sus padres sean tan geniales. Ojalá los míos fueran

más como los tuyos.

—Lo sé. Tengo muy buenos padres, incluso mejor de lo que pensaba y

no puedo esperar a que Jessie se reúna con ellos.

***

La semana en la escuela fue justo como pensé que lo haría, Jessie y yo

éramos en la comidilla de la escuela, pero no me importaba. Ya no tenía

que ocultar mis sentimientos hacia él y mostraba con orgullo su afecto

a cada oportunidad que tenía, dejando que el mundo supiera que él era

mío.

El sábado por la noche llegó y mi confianza sobre que Jessie conociera a

mis padres había progresado en certeza por completo soplado. Había

hablado con mi madre durante toda la semana, dándole pequeños

fragmentos de información acerca de Jessie y mi aparente felicidad con

él parecía hacerla feliz. Eran las siete y esperaba ansiosamente a que

Jessie llegase. Me puse de pie junto a la ventana de la sala de estar

buscando su camioneta, tirando nerviosamente las cortinas cada pocos

segundos.

—Claire, vas a tirar las cortinas de las barras si no los dejas en paz —

advirtió mi mamá.

—Lo siento. Estoy muy emocionada y ansiosa y nerviosa. Tengo muchas

ganas de que te guste Jessie porque significa mucho para mí —admití.

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Georgia Cates

Mi madre sonrió y me dio un abrazo tranquilizador.

—Lo sé, Claire. Deja de preocuparte. Si lo deseas, estoy segura de que a

tu padre y a mí nos va a gustar —dijo mi madre, tratando de relajarme.

Escuché su ruidosa furgoneta en la parte delantera de la casa y mi

corazón latió de un millón de millas por minuto.

—Él está aquí —dije mientras miraba por la ventana—. ¿Me dejas

llevarlo en la cocina de conocerlo por lo que no se siente tan formal?

—La cocina será entonces. —Mi mamá se reía porque pensaba que

estaba siendo tonta.

—¿Dónde está papá? —Me entró el pánico.

—En su oficina.

Me enderecé mi vestido y me paré en la puerta esperando su llamada.

Cuando noté de los tres golpes, casualmente abrí la puerta para

encontrar que el Jessie de pie no tenía el aspecto de mi Jessie.

Llevaba una camisa abotonada con las mangas enrolladas debajo de los

codos y pantalones de color caqui. Sabía que las mangas largas eran

para ocultar sus tatuajes y mi corazón saltó porque sabía que la

elección de su atuendo era todo en un intento de obtener la aprobación

de mis padres, aunque no quería que fingir que era algo que no era.

—¿Quién eres tú y qué has hecho con mi novio? —susurré.

Él sonrió y me tendió las manos.

—¿Esto pasa la inspección?

Di un paso fuera de la puerta y le di un rápido beso y le dije:

—Siempre pasas la inspección. —Extendí la mano para limpiar la

evidencia de nuestro beso de sus labios y le pregunté:

—Entonces, ¿estás listo para esto?

Tragó saliva.

—Listo como siempre, princesa. —Sonrió, pero no llegó a sus ojos, y eso

me dijo que no estaba tan seguro.

—No te preocupes. Puedes hacerlo —le animé—. Te quiero, así que no

hay manera de que ellos no te quieran.

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Georgia Cates

Abrí la puerta y tomé su mano en la mía, tirando de él adentro. Su

resistencia me hizo sentir como si estuviera arrastrando el sacrificio al

altar, pero todo estaría bien en un minuto y entonces él podría

relajarse.

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Georgia Cates

CCoorrddeerroo aa llaa MMaassaaccrree

Traducido por Jhos Corregido por Estefidenise

JJeessssiiee Yo era un cobarde. Quería darme la vuelta y correr, pero no lo hice porque no se trataba de mí. Esto era sobre hacer feliz a Claire. Si se me necesita para hacer la cosa de los padres, no habría ninguna discusión,

lo haría por ella.

Si iba a conocer a sus padres, quería ganar su aprobación. Nada sería peor que los padres de Claire odiándome, así que admito que me puse

la camisa para ocultar mis tatuajes. No estaba avergonzado de ellos, pero creí que podría distraerlos de conocerme si se quedaban fijos en

esa parte de mí.

Ella enlazó su brazo con el mío y me apretó el brazo mientras caminábamos por el vestíbulo.

—No tienes que ocultarlos.

Ahuequé mi mano sobre las de ella alrededor de mi bíceps.

—Lo sé, pero quería que me vieran a mí, no a la tinta. Supongo que tengo miedo de que puedan no ser capaces de ver el bosque por los árboles.

Ella asintió.

—Lo entiendo, pero por favor, sabes que no es necesario.

Su padre entró en la sala de estar como nosotros.

—Papá, ¿recuerdas tu encuentro con Jessie en el hospital?

—Ciertamente. Es bueno verte de nuevo, Jessie —dijo mientras

caminaba por la habitación.

Claire soltó mi brazo y alcancé a estrechar la mano de su padre.

—Es bueno verlo de nuevo, Dr. Deveraux.

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Georgia Cates

—Lo recuerdo, en el juego de anoche desde que mi esposa trabaja hasta tarde. No parecía que estabas teniendo problemas lanzando con tu brazo.

—No, señor. No he tenido ningún problema con él, ya que la sensación regresó —le contesté con mucho gusto.

Hizo un gesto hacia el sofá y dijo:

—Toma asiento —continuó—, eres un joven extremadamente talentoso. Los ojeadores universitarios sin duda van a estar mirándote.

Empecé a relajarme un poco después de ver la dirección que tomaba la conversación porque podía hablar de fútbol con quien sea.

—Espero que sí, señor. Estoy esperando una beca.

—Yo no me preocuparía si fuera tú. Tengo la sensación de que obtendrás un montón de ofertas si sigues jugando tan bien como lo

hiciste anoche. ¿Cuáles son tus planes después de la Secundaria, además de jugar al fútbol a nivel universitario? —preguntó y me pregunté si era la prueba para ver si era digno de su hija.

—Voy a ser abogado, un fiscal.

—Eso es una gran meta, Jessie. Sé que tu familia debe estar muy

orgullosa de ti.

No dije nada porque no quería decir una mentira que no podría arreglar después. Parecía complacido por mis objetivos y dijo:

—Claire, cariño, ¿por qué no te llevas a Jessie a la cocina a conocer a tu madre? Me reuniré con ustedes en un minuto. Tengo que terminar algo en mi oficina, no tomará más de un segundo.

Claire estaba sonriendo de oreja a oreja, y yo sabía que estaba feliz con la forma en que iban las cosas.

—Por supuesto, papá.

Caminamos hacia la cocina y ella alcanzó a mi mano.

—Mi papá fue el que me tenía un poco nerviosa, pero eso fue súper. Mi

mamá va a ser un as en la manga. Está muy emocionada por conocerte.

Entramos en la cocina y la Sra. Deveraux estaba encorvada

comprobando el pan en el horno y Claire me dio un guiño antes de decir:

—Mamá, quiero que conozcas a alguien. —Causando que su madre se

enderezara y girara.

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Georgia Cates

—Mamá, este es Jessie Boone. Jessie, esta es mi mamá, Deandra Deveraux.

NO. NO. NO.

Esto no podía estar pasando. Sentí que mi corazón comenzaba a acelerarse y oí el golpeteo en mis oídos. Me sentí aturdido y mareado

mientras miraba fijamente a mi consejera psiquiátrica, Deandra, con incredulidad.

Claire apretó mi mano.

—Jessie, ¿algo está mal? Parece que acabas de ver un fantasma.

Me gustaría que fuera así. Un fantasma hubiera sido preferible.

—No, estoy bien.

La conmoción también inundó su rostro, pero se las arregló para encubrirla de nuevo y dijo:

—Es un placer conocerte, Jessie. Claire nos ha dicho algunas cosas maravillosas acerca de ti.

Ella se acercó y sacó el mismo taburete que había ocupado en la noche

que Claire cocinó para mí.

—Por favor, ven a sentarte en el bar y bebe algo. Te ves un poco pálido.

Claire, sírvele a Jessie algo para beber.

Me senté. Estaba en estado de shock por más de una razón. En primer lugar, Claire era la hija de Deandra. ¿Cuáles eran las probabilidades de

que la única chica en el mundo que amaba con todo mi corazón fuera la hija de la mujer que sabía mis secretos más profundos y oscuros? En segundo lugar, ella estaba fingiendo que no me conocía. No entendía

por qué no me estaba gritando para que saliera de su casa porque sabía lo que era y de dónde venía.

Claire estaba al otro lado de la sala de consiguiendo hielo de la nevera y Deandra susurró:

—No voy a decirle nada porque no puedo. Estoy obligada éticamente.

Un momento más tarde, Claire estaba a mi lado con una bebida.

—Bebe esto. Tal vez te haga sentir mejor.

El mareo había pasado y me tomé un buen trago, pero no dije nada mientras miraba fijamente el suelo.

—¿Mejor? —preguntó Claire esperanzada.

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Georgia Cates

Levanté la vista del suelo y asentí.

—Creo que sí.

El contador de tiempo en el horno se apagó y Deandra tomó el pan del

horno. Me miró después de colocar la bandeja en la parte superior de la estufa y dijo:

—Espero que se sienta lo suficientemente bien como para quedarte a cenar. Vamos a tener filetes de atún a la parrilla.

—Filete de atún no es raro. Recuerda, te dije que ella no es lo

suficientemente valiente como para probar algo raro —me tranquilizó Claire.

Mi mente zumbaba. Quería correr para poder escapar de la mujer que

sabía más de mí que toda madre. Debía saber sobre el nuevo novio de su hija. Miré a Claire y vi lo feliz que era y me pregunté cómo podía

arruinar este momento para ella.

Claire y Deandra terminaron de cocinar la cena y preparar la mesa mientras yo estaba sentado en el bar decidiendo cómo pensaba que esta

noche podría desarrollarse. ¿Íbamos realmente a sentarnos durante la cena fingiendo que no sabíamos uno del otro? Entonces, pensé en sus

palabras.

Ella estaba éticamente obligada y no podía decir nada a Claire, lo que significaba que esperaba que yo le dijera.

Como todo en mi vida, era una situación desesperada. De ningún modo ella permitiría que Claire y yo estuviéramos juntos. Me estremecí, porque ella sabía que era traficante de drogas, no por voluntad propia;

pero al final eso no tendría importancia a los ojos de una madre.

—Todo está listo. Claire, ¿puedes ir a decirle a tu padre que la cena está

lista? —Ahí estaba. Su manera de dejarme solo para que pudiera decirme cómo iba a terminar las cosas con su hija.

Vi a Claire caminar fuera de la cocina y esperé sus instrucciones.

—No voy a decirle a Claire que eras mi paciente, pero vas a terminar tu relación con mi hija. No me importa lo que tengas que decirle. No voy a

tenerla implicada en las cosas en que estás involucrado y sé que sabes de qué estoy hablando.

Ella tenía razón. Nunca he considerado la posibilidad de tener a alguien

como Claire.

—No tenía idea de que ella era su hija.

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Georgia Cates

—Te creo, pero eso no cambia las cosas. No voy a permitir que seas parte de su vida —prometió.

Nuestra conversación privada fue interrumpida cuando Claire y el Dr.

Deveraux entraron en la cocina.

—Huele muy bien, DeeDee —elogió el padre de Claire a medida que

entramos en el comedor y nos sentamos.

Mientras esperaba a todos los demás para empezar a comer, Deandra dijo:

—Claire y Warren dicen que eres completamente un muy buen mariscal de campo. Warren dice que eres tan talentoso que tendrás ojeadores universitarios zumbando alrededor de East Franklin antes de que

termine la temporada.

No había necesidad de fingir que no necesitaba una beca para la

universidad.

—Por supuesto, espero que pase porque necesito una beca de fútbol.

—Debes tener buenas notas si estás en la clase de colocación avanzada

con Claire. Podrías solicitar una beca académica, así como una atlética —sugirió el Dr. Deveraux.

—Tengo un GPA de 4.0, así que supongo que es una posibilidad —ofrecí orgullosamente.

—No sabía eso —dijo Claire.

—Nunca se surgió —me defendí.

—Parece que Brad no es tu única competencia de mejor alumno —dijo Deandra como parte de la fachada, así no llegaría a parecer la culpable

cuando todo esto terminase.

—Suena como que posiblemente tenga que intensificar mi juego —se rió

Claire.

No dije mucho durante la cena y me di cuenta de que Claire me observaba con curiosidad. Sabía que se preguntaba qué estaba pasando

y que tendría preguntas que responder cuando nos quedásemos solos después.

Cuando terminamos la cena, Claire dijo:

—Jessie y yo vamos a mi habitación, si está bien. —Y yo esperaba a la disputa de Deandra.

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Georgia Cates

El padre de Claire dio su aprobación antes de que Deandra pudiera hacer una disputa.

—Sabes la política. Mantén la puerta abierta.

—Lo sé, papá —dijo Claire y me pregunté si nos darían la misma respuesta si supiera que había estado en su casa toda la noche en la

cama de su hija el fin de semana anterior.

Seguí a Claire a su habitación y ella se sentó a mi lado en el borde de su cama. Ella se inclinó y chocó su hombro contra el mío.

—Hey, ¿todavía te sientes mal? ¿Por qué estuviste tan callado en la cena?

—Supongo que estoy nervioso —mentí.

Estaba apoyada contra mí con la cabeza inclinada hacia mí.

—No deberías estar nervioso porque te aman como yo. Sabía que sería

así, así que todo este nerviosismo era para nada.

Me empujó sobre la cama y se arrastró sobre mí, besándome en el cuello.

—Whoa, Claire. Tus padres están abajo —le susurré.

Ella me miró sonriendo.

—Nunca me llamas Claire, así que debes estar realmente nervioso, pero no te preocupes por ellos. Su dormitorio está abajo y nunca vienen por aquí, así que no nos van a atrapar.

Volvió a besarme en el cuello y comenzó a desabrocharse la camisa. Le di un empujoncito de distancia y le dije:

—No me siento bien haciendo esto. ¿Qué pasa si uno de ellos sube y no

lo oímos? Enloquecerían si nos ven de esta manera.

—Tienes razón y lo siento si te hice sentir incómodo, pero tienes este

modo no intencionado que me hace quererte tan mal. No siempre estoy en control contigo y yo siento que a menudo estás obligado a discutir conmigo —confesó.

Lo que Deandra dijo me había arrojado por un bucle y no estaba seguro de si alguna vez volvería a ser normal alrededor de Claire de nuevo.

Tenía algunas decisiones importantes que debía tomar.

—Creo que tengo que irme.

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Georgia Cates

—Nooo. Por favor, no te vayas. Lo siento. Voy a estar bien. No más cesiones. Te lo prometo. —Se subió encima de mí y cogió el control remoto de la mesita de noche—. Podemos ver la televisión. ¿Vale? Será

muy inocente.

Incluso si me quedase, no estaría con ella, porque mi mente estaría en

otro lugar pensando cómo manejar esta situación, cómo terminar las cosas que significan todo para mí.

—Lo siento, me tengo que ir —le dije, no ofreciendo una razón de por

qué.

Ella estaba tan decepcionada y yo estaba enfermo con la idea de hacerle daño; pero tenía cosas por solucionar y estar con ella en esta casa no

era la manera de conseguirlo.

—¿Te puedo ver mañana? —preguntó.

Eso no era una buena idea.

—Tengo mucho que hacer mañana, así que no creo que vaya a funcionar.

La expresión de su rostro estaba llena de dolor y pensé que era solo un preludio para el dolor que iba a causarle cuando se enterara de todo

sobre mí. Me puse de pie y ella me siguió mientras caminaba hacia la puerta principal.

Pasamos a través de la sala, donde estaban sus padres y dije:

—Fue un placer conocerlos a ambos, Sra. Deveraux, gracias por la cena. Realmente la disfruté. —Me sentí como una mentira pretendiendo que no nos conocíamos y que no me importaba la forma en que me hizo

sentir.

—Gracias por venir, Jessie. Fue muy agradable verte de nuevo —me dijo

el Dr. Deveraux.

—Fue un placer conocerte, Jessie, y espero que vuelvas —dijo Deandra.

El ambiente se estaba poniendo un poco tenso, porque los dos

sabíamos que no volvería de nuevo a su casa o que ya no iba a volver a salir con su hija.

Claire iba a caminar hasta mi camioneta, pero no le di la oportunidad cuando me volví y le dije:

—Nos vemos el lunes. —Mientras dije un adiós cortante con la mano.

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Georgia Cates

Sabía que ella estaba pensando cómo había empezado la noche tan bien y de repente se fue cuesta abajo mientras permanecía frente a su puerta y me vio entrar en mi camioneta y marcharme.

Mientras conducía a casa, pensé en las cosas que había dicho Deandra. Ella conocía casi todos los detalles de mi vida, así que no podía culparla

por no permitir que Claire estuviera conmigo. No tenía sentido ni siquiera intentar convencerla de lo contrario, así que tuve que decidir cómo hacerlo. Tenía que elegir mi veneno y ¿decidir cómo iba a

romperle el corazón de Claire?

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Georgia Cates

¿¿QQuuéé DDeemmoonniiooss??

Traducido por Im_Rachell Corregido por 5247584

CCllaaiirree

¿Por qué sentía como si Jessie acabase de salir de mi vida?

Me entraron ganas de llorar. Las cosas habían empezado tan perfectas

con papá, todo parecía ir normal, cuando de repente se encontró con

mamá. Sé que no me lo imaginaba e iba a llegar hasta el fondo del

mismo.

Corrí adentro y me fui a la sala de estar para hacer frente a mi mamá.

—Algo está mal con Jessie. Él estaba bien cuando llegó aquí. Él y papá

se estaban llevando genial y lo vi cambiar el segundo que entró en la

cocina para conocerte.

Dejé a mi acusación tácita quedarse, mientras observaba su rostro por

alguna señal de explicación. Cuando ella se quedó en blanco, le

pregunté:

—¿Qué pasó, mamá? No lo entiendo.

—Creo que no se sentía bien, Claire. Probablemente quería salir antes,

pero se quedó a cenar por cortesía —afirmó.

Mi padre intervino para apoyarme.

—No parecía enfermo cuando hablé con él. Pensé que parecía contento

de estar aquí, tal vez un poco nervioso, pero estaba bien. También vi un

cambio en él en la cena, así que tengo que estar de acuerdo con Claire.

Algo ocurrió desde el momento en que hablé con él hasta que lo vi de

nuevo en la cena.

Mi madre parecía inquieta.

—Lo único que puedo decir es que yo no le he hecho nada a Jessie.

—¿Le has dicho algo a él cuando salí de la habitación? —acusé.

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Georgia Cates

Parecía que estaba eligiendo cuidadosamente sus palabras.

—Hablamos cuando fuiste a buscar a tu padre —admitió.

—¿Qué le has dicho? —le grité.

Ella cerró los ojos y levantó la cabeza hacia el techo.

—No puedo decirte, Claire —contestó.

—Mamá, ¿hay alguna razón por la que no puedas decirme lo que

hablaste con Jessie?

Ella no respondió y sentí que mi estómago cayó a mis pies.

—¡Oh dios mío, mamá! ¡Jessie es tu paciente!

—No puedo confirmar ni negar eso —dijo con su voz más clínica.

—¡Mamá! No es de extrañar que se encerrara en sí de repente si es tu

paciente. Nunca va a volver —le grité.

—Sabes que tengo un juramento y que no puedo decirte nada, Claire.

Sentí las lágrimas en mis ojos.

—Esto no es acerca de tu estúpido juramento. Es acerca de mí y Jessie.

Lo amo, mamá, y te necesito para hacer esto bien. Quiero que le digas

que no mantienes nada de lo que te ha dicho en su contra y que es

bienvenido en nuestra casa.

—Claire, esta es una situación muy delicada —defendió mi padre.

Mi mamá no me miraba.

Necesitaba hablar con Jessie. Ahora. Pero no sabía dónde estaba ni

dónde vivía. Salí de la cocina y me fui a mi habitación para encontrar

mi teléfono. Llamé a Jessie, pero no me respondió y no me sorprendí. Le

envié un texto diciéndole que tenía que hablar con él, pero no esperaba

una respuesta después de lo que había descubierto.

Llamé a Dane, la única persona que se me ocurrió que podría saber

dónde vivía Jessie.

—Hola, Dane. Es Claire. Estoy tratando de encontrar a Jessie y no sé

dónde vive. ¿Tú sabes?

—Nunca me ha llevado a su casa, porque siempre hemos pasamos el

rato en mi casa. Las cosas que ha mencionado me hacen pensar que

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Georgia Cates

vive en la parte sur de la provincia. Tengo el presentimiento de que vive

en ese parque de casas rodantes en la línea del condado, pero nunca le

he pedido su dirección ni se lo mencioné porque no quería avergonzarlo.

Nunca había tenido una razón para explorar el lado sur, así que no

estaba familiarizada con el área en absoluto.

—No sé de dónde estás hablando. ¿Te importaría llevarme?

Vaciló como si estuviera pensando en ello.

—¿Estás segura de que es una buena idea? Quiero decir, si él te

quisiera en su casa, ¿no te habría llevado hasta allí?

—Él no me habría llevado allí, si está demasiado avergonzado por el

lugar donde vive, pero quiero que sepa que no debería estarlo.

Me di cuenta de que no quería molestar a su amigo, pero finalmente

admitió:

—Te llevaré si realmente quieres que lo haga, pero puede no ser donde

él vive. Lo único que podemos hacer es conducir de esa manera y

buscar su camioneta.

Estaba dispuesta a intentar cualquier cosa.

—Si no estás en medio de algo muy importante, lo que realmente quiero

es que me lleves. Tengo que verlo, Dane.

Envié una oración y esperé la respuesta de Dane.

—Está bien, iré a tu casa en unos quince minutos.

Suspiré un suspiro de alivio.

—Te estaré esperando. Y Dane... muchas gracias.

—Bueno, no voy a cargar con la culpa si lo encontramos y él está

enojado como el infierno por sobre ti apareciendo en su casa sin

invitación —advirtió.

—Prometo que tomaré toda la culpa —le aseguré.

Cuando Dane se detuvo en mi casa, corrí a la puerta antes de que

tuviera la oportunidad de salir de su coche. Me subí y le dije otra vez lo

agradecida que estaba por su ayuda, y luego condujo en la dirección a

donde sospechaba que Jessie vivía.

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Georgia Cates

Nunca había estado en ese lugar, pero había una clara diferencia en el

alojamiento cuanto más al sur nos dirigíamos. Dejamos las dos grandes

tiendas detrás de nosotros y progresivamente fuimos a lo que la

mayoría de mis amigos se refieren como un gueto.

Esperaba que Dane estuviera equivocado acerca de dónde vivía Jessie,

pero si no lo estaba, no importaba. Yo lo amaba y no me importaba en

qué tipo de casa vivía o si no tenía dinero.

Dane giró en un lugar donde las casas móviles estaban revestidas con

solo suficiente espacio para un empotrado en el porche y un par de

coches en el medio. Buscamos la camioneta de Jessie mientras

conducía lentamente a través del parque de caravanas, pero no vi ni un

signo de ella y mis esperanzas empezaron a desvanecerse.

Dane vio la decepción en mi cara.

—Creo que estaba bien equivocado acerca de este siendo el lugar o

quizás no volvió a casa después de salir de la tuya.

Me puse a llorar de mi desesperación por encontrar Jessie y necesitar

arreglar las cosas entre nosotros.

—Gracias por intentarlo, Dane —gemí.

Dane trató de consolarme diciendo:

—Por favor, no llores, Claire. Estoy seguro de que no es tan malo como

piensas. Sé que Jessie está loco por ti, así que estoy seguro de que lo

van a solucionar.

—No sé si lo haremos, Dane. Es bastante serio —sollozaba mientras

continuaba con la búsqueda de la camioneta de Jessie en cada metro

que conducimos.

Finalmente me di por vencida después de dos horas de conducir y le

dije a Dane que me podía llevar a casa. Intenté una última vez llamar a

Jessie, consiguiendo su correo de voz nuevo.

—Jessie, por favor llámeme. Realmente necesito hablar contigo.

***

El domingo vino y se fue sin oír una palabra de Jessie y estaba

aterrorizada de que hubiese decidido que las cosas no iban a funcionar

entre nosotros. No dormí bien durante una segunda noche y me levanté

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Georgia Cates

cuando todavía estaba oscuro para ir a la escuela el lunes por la

mañana.

Esperé en Humanidades con impaciencia y falta de aliento cuando

finalmente llegó a través de la puerta.

Este era, el momento de la verdad.

Él se sentó a mi lado, puso su mochila en el suelo, luego me miró y en

voz baja dijo:

—Hola, Princesa.

Oírlo llamarme princesa me hizo sentir un poco más a gusto.

—Hola —dije, manteniendo nuestra rutina habitual. Miré mi bloc de

notas y garabatos mientras añadía:

—No me devolviste mis llamadas o textos.

Cuando empezó a responder, lo miré.

—Lo siento. Sé que estás probablemente un poco confundida acerca de

lo que está pasando conmigo, pero no tengo tiempo para entrar en esto

antes de la clase. ¿Vas a reunirte conmigo después de la práctica para

que podamos hablar?

—Por supuesto que lo haré —estuve de acuerdo—. ¿Quieres que nos

encontremos en tu camioneta?

—Sí, eso funcionará. —Él no me miraba y yo lo tomé como una mala

señal, por lo que fui un manojo de nervios por el resto del día.

Después de la práctica, lo esperé en su camioneta mientras mi

estómago estaba ocupado atándose en nudos. Temía esta conversación

porque estaba segura de que iba a ser casi imposible convencerlo de

que sus sesiones con mi mamá no eran relevantes para nuestra

relación.

Se veía tan agotado cuando caminaba hacia mí desde el campo y me

pregunté si era por la práctica o si estaba tan falto de sueño como yo.

—Te ves muy cansado. ¿Es ahora un buen momento para que nosotros

hablemos? Porque podemos esperar si quieres.

Negó con la cabeza.

—No. Necesito hacer esto.

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Georgia Cates

Sus palabras hicieron a mi corazón acelerarse porque no me gustaba lo

que implicaban. Me metí en el carro con él y dejó caer la cabeza hacia

atrás en el asiento y cerró los ojos.

—Dijiste que tenías que hacer esto. ¿Qué significa eso? ¿Qué necesitas

hacer? —le pregunté mientras me preparaba para lo peor.

Aspiró profundamente y luego voló lentamente el aire a través de los

labios fruncidos.

—No quiero volver a verte. Fingí que estaba enamorado de ti, porque

quería ver si podía tomarte de Forbes. Parece que hice un buen trabajo

y tengo que darte las gracias por hacer esto muy divertido para mí.

Pensé que podría meterme en tus pantalones, pero ya que me cierras

eso, no hay realmente ninguna necesidad de continuar con esto.

—No te creo. Sé que es otra cosa —argumenté.

Se volvió para mirar por la ventana, mientras dijo:

—El hecho de que no me creas no quiere decir que no sea cierto.

—Estás mintiendo. Ni siquiera me miras a la cara cuando lo dices —

reté.

Se arrojó sobre el asiento y me agarró la mandíbula.

—Cada vez que me provocabas yo estaba pensando en cómo iba a coger

a Gretchen cuando me alejara de ti. Así es, Claire. He estado durmiendo

con ella todo el tiempo.

Sentí las lágrimas aumentando, amenazando con derramarse de mis

ojos. No se trataba de mi madre en absoluto. Yo era solo un juego para

él. Nunca fue real. Él no me quería, porque si lo hiciera, nunca habría

utilizado a Gretchen para hacerme daño.

Sentí las lágrimas rodando por mi cara mientras él me sostenía con

firmeza en su mano. Esto no era lo que esperaba y yo no estaba

preparada para ello. Me aparté de él y lo miré fijamente en silencio por

un momento antes de abrir la puerta del pasajero. Tropecé cuando me

puse de pie, con las piernas amenazando con ceder, porque se sentían

como gelatina.

Dejé abierta la puerta abierta de pasajeros y corrí hacia mi coche para

tirarme en el interior. No tenía idea de cuánto tiempo me quedé allí

sentada con la mirada perdida en mi volante, pero no había ni un coche

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Georgia Cates

en el aparcamiento cuando finalmente me levanté. Me volví a mirar a

donde estaba aparcado el camión de Jessie. Se había ido también.

Cuando me tranquilicé lo suficiente como para volver a casa, me sentía

entumecida. Aparqué en mi lugar de siempre, pero no recordaba cómo

había llegado allí. Fue como una experiencia extra-corporal, como si

alguien hubiese manejado a casa por mí.

Entré en la casa y mi mamá dijo algo que sonaba como estática y la

ignoré. Subí las escaleras hasta mi habitación y me tiré en la cama, la

que había compartido con Jessie no hace mucho tiempo.

Oí a mi madre golpear, entonces empujó con cuidado mi puerta abierta.

—¿Puedo pasar?

No le respondí y ella lo confundió con una invitación. Se sentó a mi lado

en la cama y me acarició el pelo de la manera en que lo hacía cuando

era una niña.

—Supongo que las cosas no salieron bien hoy.

—Jessie rompió conmigo. —Todavía no podía creerlo, incluso cuando yo

decía las palabras.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó.

Yo no estaba lista, porque el dolor era demasiado fresco y profundo.

—No puedo en este momento.

—Está bien. Sabes que puedes decirme cualquier cosa cuando decidas

que estás lista. Siempre estaré aquí para ti. —Me atrajo hacia sí y me

abrazó firmemente.

—Mamá, no te asustes si nunca estoy lista.

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EEssoo VVaa aa DDeejjaarr MMaarrccaa

Traducido por Josez57 Corregido por Maia8

JJeessssiiee Demonios. Eso iba a dejar una marca.

Claire era mi todo y ahora había vuelto a no tener nada. Era como si hubiera visto su deslizar de mis manos en cámara lenta cuando le dije

la mentira más oscura que nunca había salido de mis labios.

Tomé un vistazo a la expresión devastadora en su cara y supe que creía mi engaño. No podía sentirme más miserable, pero era necesario que

creyera que no la amaba. De lo contrario, no me dejaría ir y, finalmente, se enteraría de toda la verdad acerca de mí.

Necesitaba hablar con alguien, una persona que supiera de Claire. Dane era la única persona que vino a mi mente, así que conduje a la dirección de su casa.

Cuando abrió la puerta, todavía llevaba la ropa de la práctica.

—Necesito que vengas y corras conmigo.

Me miró como si estuviera loco.

—Amigo, estás fuera de tu mente. Mi culo está arrastrándose y el tuyo también debería, así que ¿por qué quieres correr tras el entrenamiento

intenso que el entrenador nos dio hoy?

—Porque tengo que hablar contigo.

Se rió y negó con la cabeza.

—Podemos hablar sin correr.

Necesitaba estar en actividad como una distracción para evitar que esto

se convirtiera en algo tan incómodo.

—¿Vienes o no?

Suspiró profundamente.

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Georgia Cates

—Caray, no quiero, pero creo que lo haré.

Empezamos a correr y no podía encontrar las palabras que necesitaba para empezar, a continuación, Dane me animó diciendo:

—Solo te estoy dando una calle, por lo que esta conversación se está convirtiendo en más corta a medida que hacemos el círculo de vuelta a

mi casa.

Viendo que estaba ante una restricción, le dije:

—Rompí con Claire.

Oí la confusión en su voz.

—¿Por qué hiciste eso? La amas.

Lo bueno de correr era que no tenía que mirarlo cuando le expliqué.

—La quiero, pero hay cosas que no conoce… cosas malas que arruinarían la forma en que ella siente por mí. No soy bueno para ella.

Caray, no soy bueno para nadie y era solo cuestión de tiempo antes de que ella lo descubriera por su cuenta.

—Eres un cobarde, eso es lo que eres. Tienes miedo y estás dejándola ir

por lo que no tienes una oportunidad, porque es más fácil que ser lastimado —acusó.

—Eso no es cierto.

Él estaba listo para una pelea.

—Es cierto, y no sería mucho de un amigo si llamo la atención por eso.

Sabe que no vienes de una familia con dinero y no le importa. Estaba muy molesta por lo que nunca sucedió el sábado por la noche que tuve que conducir a su alrededor por más de dos horas buscándote porque

no fuiste lo suficientemente hombre para tomar sus llamadas.

—No entiendes.

—Trata de explicarme, porque tienes razón: No entiendo. La amas. Ella te quiere. Es muy sencillo de entender en mi libro.

No había manera de hacerle entender sin decirle lo que estaba pasando.

—Es mucho más complicado que eso. Vengo de algo que no puedes ni imaginar —le expliqué.

—¿Qué es tan diferente es tu familia? —me preguntó.

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Georgia Cates

Algo pasó en mí y me sentí como si fuera a romperme si no le dijera a alguien lo que estaba pasando conmigo porque estaba harto de vivir esta mentira.

—Dane, crecí viendo a mi mamá vendiendo drogas para tratar de ganarse la vida. Este verano, un hombre le disparó y la mató delante de

mí, porque pensaba que le estaba robando y que probablemente lo estaba. Pensó que me mató cuando él puso una bala en mí y todo esto sucedió mientras mis dos hermanos pequeños se escondieron en un

armario en su dormitorio. Ahora, yo vivo con mi abuela, quien le enseñó a mi madre cómo contrabandear y que me está obligando a hacerlo a cambio de un techo sobre mi cabeza. Mientras tanto, tengo dos

hermanos menores en hogares de crianza para lo cual tengo que encontrar la manera de obtenerlos y cuidarlos, así que no trates de

decirme que dejé a Claire porque sería más fácil porque no hay nada en mi vida que sea fácil .

Dejó de correr y me miró fijamente.

—No quiero que nadie lo sepa. Especialmente Claire —le advertí.

—No se lo diré a nadie, pero no puedes seguir haciendo eso, amigo. Es

ilegal. Podrías ir a la cárcel —dijo como si yo no lo supiera, ya que era una posibilidad.

Traté de defender mis acciones.

—Bueno, ahora mismo necesito un techo sobre mi cabeza, así que no tengo mucha opción, pero ese no es el final de la historia. Lo creas o no, se pone mucho peor.

Me miró como si no fuera posible que empeorase.

—Después de que me dispararon, mi médico pensó que necesitaba

asesoramiento psiquiátrico, así que fue referenciado con posible estrés post-traumático.

Cuando sus ojos se abrieron con el tamaño de los platillos, sabía que él

estaba uniendo los puntos.

—Di que no es así.

—Sí, es así. La señora Deveraux era mi consejera. No pude conseguir deshacerme de ella hasta que empecé a hablar para que sepa todo sobre mí y quiero decir todo. Podría haber muerto cuando entré en la

casa de Claire y la vi la noche del sábado. Ella fingió que no nos conocíamos, pero solo porque no tenía otra opción. Ella me dijo que rompiera con Claire, ¿y qué se supone que debía hacer?

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Podía ver sus ruedas girando, tratando de encontrar una solución para mí.

—Amigo, lo siento mucho, porque sé lo mucho que la amas, pero

tenemos que alejarte de tu abuela. Puedes quedarte conmigo por lo que no tienes que hacerle frente a ella nunca más.

—No, no puedo. Sé que suena terrible, pero es lo que yo he conocido toda mi vida, así que estoy acostumbrado a ella. No es tan malo y solo tengo que hacerlo hasta que me gradúe. Voy a conseguir un trabajo a

tiempo completo y encontrar un lugar para quedarme hasta que se inicie el semestre de otoño, entonces voy a vivir en el campus donde quiera que vaya a la universidad.

—Eso suena como un buen plan y todo, pero y si te pillan y vas a la cárcel, mientras tanto —propuso.

—Sé que tendrás cuidado, pero yo hablaba en serio acerca de no decir nada a nadie. ¿Me entiendes?

—Lo hago —prometió.

Volví a correr y él me siguió.

—Lo siento, amigo. No debería haber tirado todo eso de ti, pero me sentí

como que iba a explotar si no hablaba con alguien pronto.

—Me alegro de que confías en mí lo suficiente como para contarme, pero creo que le debes explicar todo a Claire. Ella te ama

incondicionalmente. Vi eso la noche del sábado.

—¡No! Nunca lo puede saber.

***

No estaba preparado para hacer frente a Claire, así que no fui a la escuela el martes y porque era tan fácil no enfrentarme a ella el martes, no fui el miércoles tampoco. Tenía miedo de no poder jugar en la noche

del viernes si faltaba a la escuela más de dos días, así que de mala gana regresé el jueves.

A propósito esperé hasta que sonó la campana de tardanza antes de ir a

Cálculo porque era más fácil tomar la tardanza que tener la conversación de ¿Cómo pudiste hacerle eso? con Payton. Mantuve mis

ojos en mi reloj mientras esperaba a que sonara el timbre y de alguna manera logré esquivarla después de clase.

Me senté en Humanidades temiendo el momento en que Claire entrara

en clase porque no estaba seguro de que podía manejar verle la mirada

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Georgia Cates

de dolor en su rostro. Sonó el timbre sin rastro de ella y la señora Tanner dijo:

—Jessie, me alegra ver que has vuelto y que te has recuperado de lo

que a Claire y ti los ha puesto fuera de la escuela esta semana, pero parece que ella no va a venir de nuevo hoy. ¿Sabes si se está sintiendo

algo mejor?

Tenía noticias para ella. Yo no estaba cerca de recuperarme y no sería en el corto plazo.

—No, señora. No he hablado con ella.

Pareció confundida cuando dijo:

—Espero que ella esté bien.

Me miró, esperando mi respuesta, pero yo no podía darle algo que no tenía, así que me quedé en mi escritorio y esperé a que tomase la

indirecta.

Sufrí a través de la hora, y luego hice un segundo intento de evitar a Payton cuando llegué a la clase de Historia, pero no tuve tanta suerte

esta vez. Se sentó frente a mí Historia, se dio la vuelta y me dijo en la cara.

—Voy a darte el beneficio de la duda y escuchar tu explicación antes de patearte en el culo.

Miré a mi cuaderno porque tenía miedo de que pudiera ver lo que

estaba tratando de esconder de ella.

—No tengo que explicar nada.

Golpeó su mano sobre la mesa para llamar mi atención, sin importarle

que llamara la atención de todos nosotros.

—Uh, sí... tienes que explicarme. Animé a Claire a perseguir una

relación contigo sobre la base de lo que tú me llevaste a creer, por lo que me debes una explicación.

Era el momento de sacarla de mi camino.

—He jugado y he jugado bastante bien… podría añadir. Siempre se trataba de llevarla a Forbes, pero cuando ella no quiso dormir conmigo,

yo ya había terminado con ella porque tengo mejores maneras de pasar el tiempo.

Frunció el ceño mientras me miraba.

—No sé lo que está pasando aquí, pero yo no te creo.

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—¿Qué eres? ¿Un detector de mentiras humano? —me reí.

Me miró y dijo:

—Cuando alguien dice una mentira, la mueca que lo acompaña siempre

dice la verdad y eso es un hecho, Jack.

El Sr. Buckley terminó nuestro enfrentamiento cuando comenzó la clase

y yo no podría haber estado más aliviado.

Esa chica era demasiado perspicaz para su propio bien, y si no tenía cuidado, iba a romper este caso completamente.

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Georgia Cates

LLoo QQuuee NNoo TTee MMaattaa TTee HHaaccee MMááss

FFuueerrttee

Traducido por Rihano Corregido por Jut

CCllaaiirree

Estaba sorprendida de que mi madre me permitiera faltar a la escuela durante tres días. Ella sabía que estaba herida, pero cuando llegó el

viernes por la mañana, entró en mi habitación y me dijo que no podía evitar la vida para siempre y que había llegado el momento de que

regresara a la escuela.

Sabía que tenía razón, pero eso no significaba que no temiera ir. No quería ver a Jessie porque no estaba segura completamente de poder

sin descomponerme.

Aunque mi madre encendió mi luz brillante, me acosté en mi cama y pensé en cómo Payton me había llamado después de la escuela ayer y

me habló de su conversación con Jessie. Insistió en que algo estaba fuera de lugar, que él parecía más afectado de lo que debería haber

estado para un idiota que me usó así, como decía ella con delicadeza. Me recordé a mí misma que ella no vio la mirada en sus ojos cuando me agarró la cara y me dijo cómo me había utilizado para vengarse de

Forbes, todo mientras estaba durmiendo con Gretchen.

Sentí náuseas pensando acerca de ellos juntos. Recordé la forma íntima

en que nos besamos y tocamos, y estaba enferma cuando empecé a preguntarme cuántas veces le había preparado para que pudiera ir con Gretchen después de que me dejaba.

¿Cómo pude ser tan estúpida? Pensaba en cómo terminé las cosas con Forbes por Jessie e imaginaba cómo todo el colegio debía haberse reído cuando se enteraron de la muerte de nuestro breve romance.

Apuesto a que todos pensaban que me dieron exactamente lo que merecía después de dejar a Forbes. Era absolutamente humillante, pero

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Georgia Cates

me acordé que no había hecho nada malo, excepto seguir a mi corazón por primera vez en mi vida. Mira qué desastre había resultado ser.

Cerré los ojos para dejar fuera la dura realidad y oí a mi madre llamar a

mi puerta.

—Claire, vas a llegar tarde si no te levantas y te preparas.

Tenía razón, pero no me atreví a contestar. Me arrastré fuera de la cama

mientras estaba parada junto a mi puerta mirándome, asegurándose que me levantara y no continuara quedándome ahí sintiendo lástima por mí. Entré en mi cuarto de baño y por pura costumbre encendí mi

lista de reproducción favorita antes de llegar a la ducha. Me puse de pie bajo el agua cayendo deseando que esta lavara los acontecimientos de las últimas semanas, pero por desgracia encontré que sería infructuoso.

Stronger comenzó a sonar y escuché la letra, recordando que no era la única persona en el mundo que alguna vez se sintió de esta manera, si

hay canciones escritas acerca del dolor después de una ruptura. Me preguntaba por qué había pasado los últimos tres días pensando que la única solución a esto era yacer y morir. No estaba acabada porque él

escogió estar fuera de mi vida. No iba a permitir que lo que me hizo me matara. Esto iba a hacerme más fuerte.

Sentí una oleada de fuerza que no había tenido en días y me apresuré a prepararme, entusiasmada por encarar la realidad de lo que había ocurrido y mostrar al mundo que podía sostenerme más alto. Me puse

un poco más de maquillaje de lo habitual, con la esperanza de ocultar los signos visibles de lo que los últimos días habían dejado bajo mis

ojos, y me puse uno de mis vestidos más atrevidos y botas.

Mirando en el espejo, me sentí confiada. ¿Quién podría mirarme vestida así y creer que no había superado completamente a Jessie Boone?

Después de clase, me encontré con Payton en nuestros casilleros. Ella me echó un vistazo y dijo:

—Bueno, alguien se ve muy bien después de no salir de la cama

durante tres días debido a un cierto anónimo gilipollas.

—Estoy bien. En serio. Estoy superando todo. Se necesita más que los

encantos de Jessie Boone para hacerme yacer y morir —le dije para

convencerla.

—Esa es mi chica —dijo Payton mientras me abrazaba—. Ya es hora de

archivarlo debajo de A quién le importa.

—Ojalá no hubiera faltado a la escuela por tres días como una cobarde,

pero es demasiado tarde para cambiar eso.

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Georgia Cates

Cuando terminé de escarbar en mi casillero por mi libro de español, me volví justo a tiempo para verlo caminando hacia Cálculo y él rápidamente desvió la mirada cuando me vio mirándolo.

—Lo único que puedo hacer es mostrar a todos lo poco afectada que

estoy por él.

—¡Sí! Eso es exactamente lo que necesitaba escuchar de ti. No tenía

ganas de ser toda simpática y cagarla, pero todavía gano puntos de amiga contigo, porque estaba dispuesta a hacerlo, ¿verdad?

Era un juego tranquilo que habíamos jugado desde la escuela primaria.

—Por supuesto, tú todavía consigues puntos de amiga.

—¿Estás segura de que estás preparada para el segundo periodo con él?

—preguntó.

—Absolutamente —le dije mientras le sonreía. Incluso si cedía en el

interior, nadie lo sabría porque no había nadie que pudiera poner un mejor frente que Claire Deveraux.

Cuando entré en la clase de la Sra. Tanner, confiadamente me senté en mi asiento normal, junto a Jessie, porque me negué a darle la

satisfacción de huir. Tenía algo que demostrar y este era el primer paso para demostrarle que no tiene ningún control sobre mí.

—Claire, me alegro de verte de nuevo en clase —dijo la señora Tanner—.

Estaba preocupada de que estuvieras muy enferma.

—Era solo temporal, señora Tanner —le aseguré, y luego miré a Jessie,

y añadí:

—Me tomó unos días, pero estoy por encima de esto, ahora.

Se negó a mirarme, mientras yo valientemente lo miraba y esperaba que sintiera mis ojos tangiblemente sobre todo él. No hicimos pareja en

ninguna asignación hoy y estaba decepcionada porque tenía toda la intención de comenzar mi búsqueda para demostrar que estaba por encima de lo que pasó entre nosotros. No tuve la satisfacción de

demostrarle nada, porque él me ignoró en la clase de la Sra. Tanner, y luego de nuevo en el tercer periodo.

Fui a Física y me senté detrás de él y Gretchen. No actuaron como una pareja, pero como solo estaban durmiendo juntos, supongo que no calificaban como una. Verlos sentados en su mesa juntos me recordó

las cosas que me dijo Jessie y mi mente comenzó a imaginar las cosas que él no había dicho.

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Georgia Cates

Tenía ganas de llorar, pero me aguanté, me senté un poco más erguida y sostuve mi cabeza en alto mientras miraba directamente adelante orando porque la señora Bishop empezara a hablar pronto y mantuviera

mi interés lo suficiente para poner fin a mi tormento.

***

Cuatro semanas más tarde y muchas lágrimas después.

Los días parecen correr mientras pasaba, sin embargo, mi vida cotidiana. Actué como si Jessie nunca me hubiera lastimado, como que lo que pasó entre nosotros fue un lapso momentáneo de locura de juicio

de mi parte. A pesar de que tenía a casi todo el mundo convencido, no podía ganarme a la única que mayormente importaba, a mí misma.

Había vuelto a caer en mi relación con Forbes, ya que era tan familiar y segura. Tenía la esperanza de que me hiciera olvidar al que devastadoramente rompió mi corazón, pero sin darme cuenta se

convirtió en un recordatorio constante.

En el exterior, actuaba como si Jessie Boone nunca entró en mi vida. El interior era una historia completamente diferente y mientras más

trabajaba para olvidarlo, más imposible se volvía el dejar de amarlo.

Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero ese no había sido el

caso hasta ahora y esta noche no se sentía diferente cuando me senté frente a Dane Wickam y sus padres en la mesa de mi comedor. Mi mente vagaba y me volví curiosa por saber si había sabido acerca del

plan de Jessie para utilizarme, pero me senté y permití que sucediera.

Escuché como nuestros padres se ponían al día y ocasionalmente se

reían de uno de sus chistes, pero estaba preocupada por cómo iba a interrogar a Dane cuando lo alejara de nuestros padres.

Cuando nuestros padres salieron del comedor para sentarse en la sala

de estar, decidí que era hora de hacer mi movimiento.

—Dane, necesito hablar contigo un minuto. ¿Caminas afuera conmigo?

No se sorprendió por mi invitación.

—Por supuesto.

Salimos por detrás por la piscina y nos sentamos en el patio. Él no me

insultó, fingiendo que no sabía de qué se trataba.

—Me sorprende que no me hayas acorralado hasta ahora.

—Créeme... no era porque no quería. Me quedé pensando en que este

dolor mejoraría, pero solo ha conseguido empeorar en el último mes y

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Georgia Cates

que no es ni siquiera la parte más patética. —No quería llorar, pero

sentí las lágrimas picando mis ojos—. No puedo seguir adelante porque

todavía lo amo incluso después de lo que me hizo —admití.

Parecía desgarrado, como si quisiera decir algo importante.

—Lo único que puedo decirte es que hay más en esto de lo que crees.

Estaba sorprendida por sus palabras y no entendía el significado de ellas, pero implicaban que Jessie podría tener sentimientos por mí.

—Tienes que decirme —le supliqué.

—Creo que tienes el derecho de saber todo, pero no me corresponde

decirte. Jessie tiene que ser el que te diga —explicó.

—¿Decirme qué? —le rogué.

—Él va a odiarme o amarme por lo que voy a hacer.

Sentí mis esperanzas elevarse más altas.

—Por favor, dime de qué estás hablando —le supliqué.

—Nunca le prometí que no te diría esta parte. —Tomó aliento y dijo:

—Jessie nunca te usó. Bueno, tal vez lo hizo un poco al principio, pero

nunca de la forma que tú piensas que lo hizo. Él te ama con todo su corazón y alma, pero tenía razones para terminar las cosas contigo, cosas fuera de su control. No te puedo decir nada más que eso, porque

él tiene que ser el que te diga el resto.

Me senté incrédula mientras recordaba la forma en que las cosas habían terminado. Era difícil para mí creer que él me amaba, después

de la forma en que terminó las cosas entre nosotros.

—¿Cómo sabes que me ama?

—Porque él me dijo que lo hacía. Vino a mi casa después de que rompió

contigo y me dijo todo. Él es increíblemente miserable sin ti, aunque actúa como si no lo fuera. —Una mirada de angustia se apoderó de su

rostro—. Oh, hombre, él va a matarme por decirte todo esto.

Abracé a Dane y dije:

—Nunca sabrá que me dijiste algo. Lo prometo.

Casi parecía arrepentido de decirme.

—¿Qué vas a hacer, Claire? —preguntó, ansiosamente.

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Georgia Cates

No había ninguna decisión que tomar. Había terminado con estos juegos infantiles y estaba lista para tener a Jessie de vuelta en mi vida, independientemente de las medidas que tuviera que tomar.

—No lo he decidido aún, pero ¿puedo contar contigo para ayudarme si

te necesito?

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Georgia Cates

NNoo VVooyy aa DDeejjaarr QQuuee SSeeaass MMii CCuullppaa

Traducido por Caro_Chan Corregido por 5247584

JJeessssiiee Las últimas cuatro semanas fueron un borrón total, con solo una excepción, extrañaba a Claire fieramente. Era miserable sin ella y verla volver con Forbes casi me mató. La única cosa peor que verla de regreso

con él era la forma en que parecía no afectada por nuestra separación. Su sonrisa y su risa nunca escapaban de mi atención y admito que duele saber que podía irse y moverse tan rápidamente mientras yo

seguía estancado en mi miseria sin ella.

El fútbol parecía ser la única cosa que me podía traer algún tipo de paz.

Creo que era porque el juego era la única cosa en mi vida que requería de suficiente concentración para temporalmente sacar a Claire de mi mente.

Era la noche del viernes y yo estaba parado en la línea de salida mientras mis compañeros de equipo jugaban la defensa. Estábamos tan

por delante del otro equipo que no tenían oportunidad de hacer un contraataque y mis compañeros ya habían empezado a celebrar nuestra victoria.

Dane caminó junto a mí y dijo:

—Oye, Jessie, todos van a la casa de Harrison a celebrar después del juego. ¿Te unes?

Pensé en la noche en que Claire y yo fuimos al bosque para estar juntos lejos de la casa de Harrison. La primera vez que admitimos que había

algo entre nosotros, y no podía soportar el pensamiento de estar allí con ella.

—No, no lo creo.

—¿Por qué no? —preguntó, como si necesitara una explicación.

—Sabes por qué no.

Se quedó quieto, moviendo su cabeza.

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Georgia Cates

—No lo entiendo, hombre. Si no vas a estar con ella, al menos deberías intentar vivir un poquito. No te mataría tener un poco de diversión. Tal vez te gustaría, ¿sabes?

—Tengo que estar en el trabajo temprano en la mañana, así que no hay punto en ir; ya que, será muy tarde cuando salga de ahí.

Sí, eso sonaba más como una excusa.

La mirada en su cara me dijo que ya sabía que estaba dándole una excusa.

—¿Así que me estás diciendo que te vas a casa y luego a tu cama?

—Sí, Dane. Rita está en Texas en una gestión farmacéutica, así que estoy solo y planeo tomar ventaja. Me voy a casa para tener un sueño

ininterrumpido ya que raramente tengo eso. Además, tengo un trabajo que me requerirá todo el día de mañana. No puedo andar por ahí y

luego dormir la mitad del día como tú.

—Ya sea lo que digas, pero vas a perderte de mucha diversión. Incluso puedes encontrar otra chica que te guste además de Claire —sugirió.

—No hay forma de que eso pase, confía en mí —le aseguré.

—Nunca lo sabrás si no lo intentas.

Me di por vencido y no respondí porque podía ver que no estaba llegando a ningún lado con él. No entendía la severa complejidad de la situación entre Claire y yo; y, seriamente, dudaba de que algún día lo

hiciera.

Después de ganar el juego, fuimos a la casa del campo para cambiarnos. He de haber oído cien diferentes conversaciones acerca de

ir a casa de Harrison, pero la que venía del otro lado de los casilleros llamó por completo mi atención.

—Claire no viene a casa de Harrison porque no se siente bien, así que supongo que es noche de chicos. —Oí a Forbes alardear.

—¿Vas a estar con Gretchen de nuevo? —Oí de Cooper.

—Cállate, tío. No digas eso en voz alta aquí. Cualquiera podría oírlo —lo previno Forbes.

Así que estaba con Gretchen a las espaldas de Claire. Lindo. Apuesto que la Penívora estaba disfrutando de su victoria.

Mientras manejaba a casa, sentí un poco de satisfacción al saber que

Forbes no estaría con Claire esta noche. Pero no me gustaba la idea de él engañándola tampoco. No tenía idea de cómo se había alterado su

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Georgia Cates

relación en las últimas pocas semanas, pero me encontré enfermo por querer saber si se había vuelto físico. Lo mataría si él estuviera haciendo doble inmersión y mientras más pensaba qué tanto Claire le

había permitido a Forbes ir, me ponía más descontento.

Cuando me metí en el coche, no vi un patio lleno de coches y fue

agradable para mis ojos, porque estaba muy cansado de Rita y su gente.

Después de entrar en la casa, puse algo de música y me metí a la

ducha. Dejé el agua correr sobre mí hasta que no había una sola gota de agua caliente que quedara cuando acabé, lo cual no tardó mucho.

Me sequé y até una toalla alrededor de mi cintura y caminé hacía la

cocina, disfrutando de la libertad de estar solo en la casa. Mientras entraba a la sala, de repente me di cuenta de que no estaba en absoluto

solo cuando mis ojos encontraron a una pequeña chica de cabello castaño, vestida con un uniforme de porrista del East Franklin, sentada en el borde del sillón del deteriorado remolque de mi abuela.

Ella pertenecía a este lugar tanto como una bella mariposa pertenecía a un lodoso estanque y me sentí enfermo solo por el hecho de que

estuviera en este basurero que llamaba casa.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Nerviosamente pasó sus sudorosas palmas sobre la falda de su

uniforme.

—Te seguí a casa después del juego. Por favor, no te enojes. Quiero hablar contigo. Tengo cosas que necesito decir.

Recordé las palabras de Forbes y dije:

—Creí que no te estabas sintiendo bien.

—Eso es lo que le dije a Forbes para poder alejarme de él —explicó.

—¿Así que estás de regreso a este lugar? ¡Oh eso es clásico! Estás mintiéndole a tu novio para que puedas escabullirte a los barrios bajos

y ver la mierda —me mofé.

—No estaríamos de regreso a eso, si tú no hubieras roto conmigo —

replicó. Como si todavía creyera que teníamos una relación real.

Diablos, esto no era justo. Ya la había herido una vez y no debería tener que hacerlo una segunda vez.

—No estés desilusionada en creer que fue una verdadera ruptura, porque nunca fuimos una verdadera pareja.

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Georgia Cates

Puso sus manos sobre su corazón.

—El dolor en mi interior me dice que fue real. Todavía me dice que lo es y no creeré otra cosa.

Ahora no era el momento de derribarse.

—Estás equivocada —dije secamente.

Negó con su cabeza y dijo:

—Nuestra relación tal vez empezó como un juego para mostrar a Forbes lo que le podías quitar, pero resultó ser mucho más.

Me encogí de hombros.

—¿De verdad? Porque no se ve como mucho para mí.

—Lo acabaste porque estabas asustado —acusó ella.

Enojado, lancé mis manos al aire.

—¿Asustado? ¿Asustado de qué? ¿De Forbes?

—No, estabas asustado de que me enterara de la verdad sobre ti.

—¿Y cuál es esa verdad? —grité.

—No querías que supiera quién eras, dónde vivías o que mi madre era o

es tu consejera, pero necesito que escuches cuidadosamente lo que te voy a decir. Sé quién eres y te amo con todo mi ser. Veo donde vives y

escogí estar contigo aquí. No estoy huyendo y no me importa lo que te llevó a volverte paciente de mi madre. La única cosa mal de esto es nosotros no estando juntos.

Así que sabía que era paciente de su madre.

—No sabes nada de mí, Claire.

—Estás equivocado, pueden haber cosas que no me permitiste saber de

ti; pero no estabas jugando un juego cuando me senté junto a ti en la cama del hospital y me dijiste lo asustado que estabas. Vi el verdadero

tú cuando me miraste a los ojos y me dijiste que te habías enamorado de mí.

Era tiempo de acabar esto y solo había un modo seguro, la verdad.

—Todo lo que piensas que sabes de mí, es una mentira.

—No hay nada que pueda cambiar el modo en que me siento —declaró.

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Georgia Cates

—¿Puedes amar a un mentiroso? ¿Qué tal alguien con un récord criminal? ¿Puedes decir que ha sido tu aspiración de vida enamorarte de un traficante de drogas?

Justo como sospechaba, no tenía una respuesta para eso.

—Quieres tanto la verdad; te la voy a dar. Voy a hacerte un favor y darte

la versión corta. Crecí en un parque de remolques en Collinsville con una adicta por madre y nunca conocí a mi padre. No estoy realmente seguro de que ella supiera quién era. Mi mamá, Twyla, era una

traficante de drogas y me usaba para infiltrarla a las escuelas para dársela a niños de mi edad.

Apunté a mi hombro y dije:

—No conseguí esta cicatriz por cirugía. La obtuve este verano cuando un hombre vino a nuestra casa y mató a mi madre enfrente de mí, luego

me disparó. Pensó que estaba muerto y lo hubiera estado si mis hermanos pequeños que se escondían en el armario no hubieran salido después de que él se fue y llamado por ayuda. Ozzy y Harley fueron

amparados por el estado y llevados al sistema de acogida de familia, pero tengo suerte porque los puedo ver ocasionalmente. La buena

noticia para mí es que tengo a Rita, una abuela dispuesta a aceptarme, pero solo si vendo drogas para ella. Es cierto. Lo adivinaste. Rita es una vendedora de drogas también.

Claire estaba en silencio.

—No quiero ser así, pero es quien soy y no tengo opción. Incluso cuando salga de aquí tras graduarme, tengo que dar con un modo para

sacar a Ozzy y a Harley del sistema de acogida y cuidarlos. Hay cosas en mi plato que ningún chico de dieciocho años debería tener que

preocuparse y aceptarme significa tomar mis problemas. Entonces, ¿lo ves? No quieres mezclarte con un tipo como yo porque el único lugar al que puedo llevarte es hacía abajo y tu madre sabe eso. Eso por lo que

ella me dijo que tenía que terminar las cosas contigo.

Ella vino a mí a través de la pequeña estancia y se paró silenciosamente

enfrente de mí, mirándome. Tragué duro mientras miraba en mis ojos y esperé oírla decirme cómo no podía estar con alguien como yo.

Miró debajo de mis ojos y alcanzó a tocar la cicatriz en mis hombros.

Pasó sus dedos a través de ella con el más suave toque, después se inclinó hacia adelante y puso suaves besos ahí. Cerré mis ojos, apretándolos con fuerza mientras disfrutaba el toque de sus labios en

mi piel una y otra vez después de estar tanto tiempo sin él. Miró hacia arriba de su beso y dijo:

—Quiero hacer desaparecer todas las cosas malas para ti.

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Georgia Cates

—Desearía que pudieras, pero las cosas malas en mi vida no se van a ir a ningún lado pronto y es por eso que no podemos estar juntos. No te haré parte de esto.

—Es muy tarde, porque ya soy parte de esto-argumentó ella.

Moví mi cabeza. Mientras fruncía mis labios.

—¡No! Estás equivocada. No te dejaré ser mi culpa.

Ella agarró mi cara, forzándome a mirarla.

—Podemos hacer que esto funcione.

Alcancé mi cara y puse mis manos sobre las de ella para alejarlas.

—No, no podemos. Tu madre sabe todo sobre mí. No nos dejará estar juntos.

—No es su decisión —me gritó.

La agarré por los hombros.

—No te dejaré darle la espalda a todo por mí. No lo valgo.

—No tienes idea de qué tan maravilloso eres. Eres tan desinteresado y soy yo la que no te merece. Si mi madre sabe todo de ti, entonces

seguro ve eso también.

—Lo dudo —me reí.

—Yo no, ni por un segundo —dijo mientras me alcanzaba de puntillas y me empezaba a besar.

Llevó sus dedos arriba a la parte de atrás de mi cuello y a mi cabello

mojado mientras me apretaba con fuerza contra ella. Sus besos se volvieron más intensos y ella empezó a caminar hacia atrás, jalándome con ella hacía mi cuarto.

—¿Qué estás haciendo? —pregunté, pero agarró mi mano y me jaló hacia el pasillo, hacia los dormitorios.

Se paró en la primera puerta y preguntó:

—¿Es este el tuyo?

Asentí porque mi cabeza estaba demasiado confusa para responderle y

entró a mi cuarto, luego se paró junto a mi cama esperando a que me le uniera.

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Georgia Cates

Ella estaba haciendo tan fácil olvidar la realidad de nuestro sombrío futuro, y en ese momento, me negué a pensar en nada que no fuera tenerla de vuelta en mis brazos mientras cruzaba la distancia entre

nosotros. La tomé en mis brazos y puse mi mejilla contra la de ella tan delicadamente que cosquilleaba. Moví mis labios por su cara y siguieron

el camino hacía ese lugar especial en su cuello que ella amaba que besara. La oí gemir suavemente y deslicé mis manos arriba de la parte de atrás de su espalda para sentir la piel desnuda de su espalda.

Empezó a retroceder hacia mi cama y cayó hacia atrás, jalándome con ella. Yací perfectamente quieto, como ella, ya que mi toalla estaba peligrosamente cerca de perderse en la caída. Ella buscó en mis ojos

cualquier pista de cuáles eran mis pensamientos, luego dijo:

—Hazme el amor, Jessie.

Tomé un profundo respiro, luego lo saqué lentamente y tomé mi toalla mientras rodaba lejos de ella.

—No puedo.

Yacimos lado a lado mirando el techo caído sobre mi cama como si amenazara con caer en cualquier minuto y ella susurró:

—¿Hice algo mal?

Continué mirando hacia arriba porque no podía mirarla.

—No, eres absolutamente perfecta, y mereces mucho más que esto. Tu

primera vez debería ser especial y esto es lo completamente opuesto de especial. Nunca puedes retroceder una vez que está hecho y no quiero que tengas que mirar atrás hacia mí como algo que lamentar.

Ella rodó fuera de su espalda y yació encima de mí, alcanzando la toalla apenas en mis caderas.

—Tú eres la única cosa que necesito para hacer esto perfecto para mí.

Tomé su muñeca.

—No voy a dormir contigo en este basurero de casa-tráiler como

cualquier puta.

—¡Ugh! —gritó—. Jessie, tú tienes esta concreta idea de qué tan

perfecto debería verse y está basada en lo que todos los demás dicen que debería ser, pero ¿qué si mi idea de perfecto es algo totalmente diferente?

—¿Cuál es tu idea de perfecto? —pregunté.

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Georgia Cates

—Sería perfecto si pasaras cada noche después de esta recordando cómo se sintió tenerme en esta cama contigo. Sería perfecto si te fueras a dormir cada noche recordando cómo se sintió tenerme debajo de ti por

primera vez. Perfección sería nunca querer a otra chica como Gretchen porque no puedes olvidar como me hiciste el amor.

Ella realmente no tenía idea de lo que me había hecho.

—Nunca podría querer a cualquier otra, porque tú has arruinado todas las otras chicas en el mundo para mí.

Mientras yacía ahí considerando la idea de cómo hacer que esto funcionara con ella, oí un golpeteo en la puerta y me senté en la cama.

—Quédate ahí y no salgas no importa qué. ¿Lo entiendes?

Asintió mientras me levantaba. Rápidamente me puse una camiseta y pantalones de franela, luego fui a la puerta para encontrar a uno de los

clientes de Rita.

Se quedó frotándose los brazos y tartamudeó.

—Necesito hablar con Rita.

—No está aquí y no volverá hasta dentro de un par de días.

Podía ver que estaba teniendo unos muy malos síntomas de abstinencia

antes de que dijera:

—Realmente necesito una pastilla.

—No puedo ayudarte, hombre —dije mientras empezaba a cerrar la

puerta.

Empujó sus hombros a la puerta que yo intentaba cerrarle.

—Puedes pensar que no me vas a ayudar, pero lo vas a hacer porque sé

que Rita tiene algo escondido en algún lugar de esta casa.

Estábamos peleando en la puerta cuando repentinamente él empezó a

gritar y a frotarse los ojos. Lo empujé lejos de la puerta y le di un portazo, luego vi a Claire detrás de mí agarrando las llaves de su carro con una pequeña lata de spray de sal pimienta que ella usaba en su

llavero.

Con una voz temblorosa, Claire me preguntó si estaba bien y me di

cuenta que esto era una fuerte llamada para recordarme por qué Claire y yo no podíamos estar juntos.

Miré por la ventana y vi al hombre subirse al lado del pasajero de un

carro e irse. Cuando el carro estaba fuera de mi vista, tomé a Claire de

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un brazo y abrí la puerta de enfrente. La jalé fuera y la llevé a su carro, dije:

—Tienes que irte y no quiero que vuelvas a venir nunca más.

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Georgia Cates

TToommaarréé LLoo QQuuee PPuueeddaa CCoonnsseegguuiirr

Traducido por Jane Kent Corregido por 5247584

CCllaaiirree

Sé que no acaba de suceder. No obstante, me senté en mi auto afuera de la casa de Jessie mirando fijamente a la puerta del frente. Él solo me

arrastró y supe qué pasó. Estuve tan cerca de tenerlo de vuelta, y entonces lo vi deslizarse de mis manos con un simple golpe en la puerta.

No podía soportar perderlo otra vez. No creo poder sobrevivir por segunda vez.

Me senté en mi auto con incredulidad por el incidente que acababa de

ocurrir y decidí que esto no había acabado. Salí de mi auto pisoteando fuerte hacia la puerta, pero estaba bloqueada. Golpeé ligeramente y

llamé a Jessie un par de veces, pero no respondió. Golpeé más fuerte la puerta, elevé mi voz y dije:

—Jessie, por favor déjame entrar así podremos hablar de esto.

Mientras golpeaba la puerta, el miedo a la realidad comenzó a establecerse y lágrimas se deslizaron por mi cara cuando golpeé mis

palmas contra la puerta y grité:

—¡Jessie! Sé que podemos hacer que esto funcione porque te amo.

Me deslicé por la puerta como una lunática y me senté contra esta.

Continué golpeando la puerta por las próximas horas mientras lloraba con desesperación, pero él me ignoró.

Una repentina ráfaga de viento sopló, trayendo lluvia con ella y me

senté hasta que estuve mojada hasta los huesos en mi uniforme de animadora. Se hizo evidente después de una segunda hora de no

responder los golpes, que Jessie no tenía la intención de abrirme la puerta, así que me rendí y conduje a casa.

Era la una de la madrugada cuando caminé a través de la puerta

escurriendo agua. Mi mamá estaba esperando por mí en la sala de estar y dijo:

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Georgia Cates

—Te ves horrible, pero supongo que deberías, desde que estás supuestamente enferma. —No dije nada y continuó:

—Forbes llamó para comprobarte. Le dije que estabas durmiendo.

Otra vez, no respondí y dijo:

—¿Dónde has estado ya que obviamente no estabas con Forbes?

Podía mentir y evitar toda la confrontación, pero estaba lista para dejar todo afuera.

—Tú hiciste que Jessie rompiera conmigo.

—Claire, ven siéntate conmigo un minuto, así puedo hablar contigo —me ordenó.

Lo hice cuando lo pidió y caí en una silla enfrente de donde ella estaba

extendida en el sofá. Apagó la televisión y empezó:

—Eres mi hija y te amo. Lo que estoy a punto de decirte va contra todo

lo que represento como una consejera, pero tú eres más importante que cualquier juramento que tomé. Sé que amas a Jessie, pero él no es quien tú crees que es. Él es peligroso y no es bueno para ti. Solo te va a

lastimar.

—Sé lo que tiene que hacer por su abuela, pero no es porque él quiera.

Me dijo todo y eso no cambió lo mucho que lo amo. Todavía quiero estar con él —le declaré a mi mamá.

Ella se levantó de donde descansaba y se sentó en el borde del sofá.

—Jessie es un buen chico y ha tenido que aguantar algunas circunstancias horribles. Es un verdadero milagro que siga vivo, pero no te permitiré que formes parte de su mundo. Es simplemente demasiado

peligroso.

Sentí la furia en mí crecer.

—¡Me encanta la manera en que ustedes dos han tomado todas las decisiones sobre qué es lo mejor para mí! —grité.

—Jessie es inteligente y sabe que tu lugar no es con él —respondió.

—Si sabes todo sobre él, entonces sabes que no quiere hacerlo y que solo va a vivir ahí hasta la graduación —expliqué.

—No vamos a discutir sobre ti saliendo con un chico que vende drogas ilegales porque no va a pasar. Este tema ya no está en discusión.

Tenía que hacerla entender.

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—Él nunca ha tenido que depender de nadie y mira como ha resultado. Es muy inteligente y atléticamente talentoso. Va a hacer algo asombroso de él mismo. No será siempre así.

—Bueno, no tienes que hacer nada con él mientras lo sea —insistió.

—Tendré dieciocho en unos meses y no vas a poder detenerme después

de eso —grité en un berrinche, cuando salía enfurecida de la sala de estar a mi habitación.

Corrí por las escaleras hasta mi habitación y estrellé la puerta. Recé

para que no viniera a mi habitación para hacerme cambiar de idea y no lo hizo. No hubiera hecho nada bueno de todas maneras porque no me rendiría hasta que Jessie volviera conmigo.

Mi mamá no me dejó salir de la casa por el resto de la semana con miedo de que fuera hacia Jessie. Fue un movimiento inteligente de su

parte porque era exactamente a donde iría incluso si él bloqueaba su casa y me ignoraba mientras yo golpeaba y gritaba en su puerta.

Ya que no podía salir de casa en toda la semana, esperaba con ansias la

escuela el lunes y esperaba que Jessie no faltara. Mis músculos estaban tensos con mi mandíbula apretada mientras me senté en mi auto

esperando por Jessie. Sabía lo que tenía que hacer.

Lo vi entrar en el estacionamiento, me escabullí fuera de mi auto y golpeé en la ventada del lado del pasajero antes de que él se parara

completamente. Vaciló y supe que estaba pesando los pros y los contras de dejarme entrar en la camioneta, pero cuando se inclinó para desbloquear la puerta, salté dentro antes de que pudiera protestar.

Nos sentamos en un incómodo silencio por un minuto, luego miré abajo a mis manos en mis rodillas.

—Siento lo del viernes por la noche. No debí haber ido a tu casa sin que lo supieras. Supongo que eso no me hace mejor que Forbes y perdóname por enloquecer como lo hice.

Miré hacia arriba y la cara de Jessie estaba girada lejos de mí, mirando fuera de la venta de su camioneta.

—Desearía que mis circunstancias fueran diferentes, pero no hay manera de cambiar mi realidad ahora mismo. Te amo con todo mi corazón, pero no puedo tener una relación contigo mientras estoy en el

medio de este desastre. Terminarías lastimada y no podría vivir conmigo mismo si algo te pasara.

—No tengo miedo.

Él aún seguía sin mirarme.

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Georgia Cates

—Si estuviera eligiendo entre estar contigo o mantenerte a salvo, elegiría mantenerte a salvo, siempre.

Se giró para verme y dijo:

—La noche del viernes fue una verdadera revelación para mí. Odio pensar qué hubiera pasado si él hubiera llegado más allá de mí.

—Pienso que hice un trabajo bastante bueno defendiéndonos a ti y a mí. ¿Necesito recordarte que fui yo la que lo roció con spray de pimienta?

—¿Necesito recordarte que la única razón por la que necesitaste rociarlo con spray de pimienta era porque estabas conmigo? En caso de que lo hayas olvidado, era un adicto que vino a mi casa y mató a mi mamá

enfrente de mí, y luego trató de matarme.

Él alcanzó el otro lado de la camioneta y agarró mi mano. La apretó

cuando dijo:

—Nunca me perdonaría si… —Pero no fue capaz de terminar su pensamiento.

Estaba desesperada por mantener cualquier forma de contacto y me deslicé a través del asiento. Tomé su cara con mis palmas y dije:

—Por favor no te alejes de mí. Si no puedo estar contigo de la forma que quiero, tomaré lo que pueda conseguir.

Arrugó su frente.

—¿Estás diciendo que quieres que seamos amigos si no podemos estar juntos como una pareja?

Cerré mis ojos y puse mi frente contra la de él, un movimiento no de

amigo, pero no me importó. Dije que iba a tomar lo que sea que él me diera y lo dije en serio.

—Lo estoy, si eso es todo lo que estás dispuesto a darme.

Lo sentí sacudiendo su cabeza, causando que la mía se moviera también.

—No lo sé.

No podía soportar el dolor de volver a pretender que él no existía, pero

sería peor él pretendiendo que yo no existía.

—¿De verdad quieres regresar a la forma que hemos sido por el pasado mes?

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Georgia Cates

Puso sus manos encima de las mías, sobre su cara.

—No quiero regresar a nada excepto a estar contigo cada minuto de cada día, pero eso no es lo mejor para ti.

Estaba tranquilo mientras especulaba sobre mi propuesta, luego dijo:

—Supongo que podemos tratar, pero creo que deberías estar con Forbes

porque solo lo haría más difícil si estamos los dos solteros.

Sacudí mi cabeza violentamente.

—No. Forbes no es al que amo y no quiero ser su novia nunca más.

—Escuchar eso le hace bien a mi corazón, pero pienso que estamos destinados al fracaso como amigos si los dos estamos disponibles.

Yo quería fallar al ser amigos porque sentí náuseas por el pensamiento

de él con otra.

—¿Eso significa que tendré que verte con alguien más?

—No. Si no es seguro para ti tener una relación conmigo, tampoco lo será para alguien más. No me importa porque no me puedo ver a mí mismo con alguien más además de ti.

Quería que él estuviera feliz, pero estaba contenta de que no tendría que verlo con otra chica. Pensé en el dolor que él experimentaría de

verme a mí con Forbes y dije:

—No es justo, tú no deberías verme con Forbes.

—Estoy siendo egoísta por decirte que te quedes con él porque sé que

no lo amas. Si tú estuvieras con alguien más, yo estaría preocupado y preguntándome constantemente si yo estuviera presente y verte enamorante de alguien más.

—Así que, ¿esto es todo? —pregunté, dolorosamente.

Se apartó de mí y el no sentir su toque fue como una retirada dolorosa.

—Esto es todo. Amigos desde ahora.

Miré alrededor del estacionamiento, luego a mi reloj. Me di cuenta que estábamos tarde para la clase, porque habíamos hablado más de lo que

pensamos.

—Llegamos tarde.

Sonrió y dijo:

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Georgia Cates

—Sí, lo sé, pero no me importa.

Miré otra vez alrededor. El estacionamiento estaba lleno de autos, pero sus ocupantes ya se habían ido.

—Si vamos a llegar tarde, no deberíamos estar sólo un poco tarde. Si tenemos que recibir un ticket de tardanza, un minuto no es diferente a

diez.

Sonrió y estrechó sus ojos hacia mí.

—¿Qué estás tramando, Princesa, porque estoy seguro de que hay un

significado oculto que no estoy viendo?

Mi corazón se regocijó cuando me llamó Princesa porque me encantaba. Me deslicé tan cerca de él que el aire apenas podía separarnos.

—Necesito un momento para decir adiós si somos solo amigos desde ahora.

Se apartó ligeramente y dijo:

—No creo que esa sea una buena idea. Sabes que va a empezar algo que nosotros claramente tendremos que decidir pararlo.

—Tú decides si debe terminar —le recordé—. Y no te estaré dejando ir hasta que no reciba un adiós apropiado.

Me moví e incliné mi cabeza hacia la de él para tomar el beso que me merecía. Lo molesté al principio plantando un beso ligero en su boca, luego metí su labio inferior en mi boca y tiré del este suavemente.

Prolongué el jugueteo de nuestro beso por otro minuto, luego escuché un suave gemido y me envió a la órbita. Simultáneamente supe que lo amaba con todo mi corazón, pero no iba a estar de nuevo así con él y

sentí un intenso anhelo de aprovecharlo al máximo.

Me levanté en mis rodillas y me monté sobre él con una rodilla en cada

lado de su pierna y él no me detuvo como pensé que lo haría. En vez, llegó bajo mi falda y tiró de mis caderas más fuertes contra él cuando se presionó contra mí firmemente. Alcancé el botón de sus pantalones y

dije:

—Lo quiero hacer. Ahora mismo. No quiero esperar más.

Luego empezó a ayudarme con sus jeans, entonces me di cuenta de que estaba equivocada. En vez de eso, él tomó mi mano y me detuvo de ir más lejos, pero continué besándolo en su cuello incluso cuando me dijo:

—Esto no es lo que quieres.

Entre besos, murmuré:

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Georgia Cates

—El infierno que no. Nunca he querido nada más que tú ahora mismo.

Agarró mis hombros y gentilmente me alejó.

—No lo estamos haciendo en el estacionamiento de la escuela en un

vehículo parqueado para que alguien camine y nos vea.

Estaba desesperada por no perder este momento. Lamí mis labios

mientras miré a su boca y dije:

—Entonces llévame a tu casa. Llévame a una habitación. Conduce lejos de aquí y aparca donde nadie nos pueda ver. No me importa.

Sentí lágrimas construyéndose y cubrí mi cara cuando no pude detenerme de llorar. Me recompuse del repentino incontrolable sollozo y dije:

—Solo quiero estar contigo. No me importa dónde.

Cuando abrí mis ojos, Jessie estaba llorando conmigo y me acerco más

así que mi frente descansó en la de él.

—Lo sé, lo sé.

Me senté a horcajadas encima de él y nos agarramos a la vida mientras

llorábamos por nuestro inminente adiós.

Cuando se sintió como si no tuviera más lagrimas que llorar, Jessie

susurró:

—Tenemos que entrar.

Sabía que tenía razón. Él siempre era la voz de la razón, pero lo apreté

un poco más fuerte y con voz ronca dije:

—Dame otro minuto, solo otro más, entonces entraremos.

Me dio cinco más y yo acaricié cada uno como si fuera el último que

tendría con él porque por lo que sabía, así era.

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Georgia Cates

RRoocceess AAcccciiddeennttaalleess

Traducido por rihano Corregido por Jut

JJeessssiiee Fue una idea tonta pensar que Claire y yo podríamos tener un beso de despedida que no se convirtiera en... esto. La atracción física que compartíamos era una locura y estuve de acuerdo con su propuesta de

adiós sabiendo que sería intenso, pero nunca soñé que terminaríamos llorando uno en los brazos del otro como si nunca nos reuniríamos de nuevo.

Nos pusimos de pie lado a lado en la ventana de la oficina esperando nuestras notas por retrasos y ella permitió que sus dedos rozaran los

míos, enviando una sensación de hormigueo por todo mi cuerpo. Creí que fue un accidente, pero cuando lo hizo por segunda vez, la miré y silenciosamente pronuncié la palabra:

—Para.

Aunque sonrió diabólicamente, parecía que podría empezar a llorar otra vez. Sus ojos estaban hinchados e inyectados en sangre, haciéndolos que se vieran aún más verdes, y pensé que nunca se había visto más

hermosa porque sabía que las lágrimas que derramó eran por mí y la pérdida de su esperanza para nosotros estar juntos.

Poco a poco me rozó la mano con la de ella por tercera vez. Busqué alrededor por miradas indiscretas, y luego alcancé su mano y la llevé a los labios para un beso rápido. Esto provocó una verdadera sonrisa en

su cara y me prometí que lo haríamos mejor mañana porque hoy solo quería hacerla feliz.

Después de recibir nuestras notas por retrasos, caminamos hacia nuestro primer período de clases. Llegamos a mi primera clase y me dijo:

—Te veré en Humanidades.

Miré hacia abajo para ver lo tarde que llegábamos. Caramba, llegábamos muy tarde a clase.

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Georgia Cates

—Sí, muy pronto a juzgar por la hora en mi reloj.

Ella fue hacia atrás y dijo:

—Bien. —Antes de que se diera vuelta para ir a clase. Me paré al lado

de la puerta de mi aula observándola hacer su camino por el pasillo. Ella se dio la vuelta para ver si todavía estaba ahí mirándola y sonrió

cuando vio que era yo.

Estábamos siendo ridículos como dos adolescentes enamorados, porque eso es exactamente lo que éramos. La parte ridícula no era cómo nos

parábamos alrededor rozando manos cuando nadie estaba mirando o cómo nos mirábamos el uno al otro con la esperanza de que nadie

tomara nota. Porque no podíamos ser dos adolescentes despreocupados enamorados era la parte sin sentido de todo.

No estuve en Cálculo mucho antes de que fuera el momento para el

segundo periodo con Claire. Estaba extrañamente neurótico de estar en clase con ella hoy. Las cosas se sentían tan diferente y extrañamente

desubicadas, a pesar de que ambos acordamos que estábamos diciendo adiós a cualquier cosa entre nosotros aparte de amigos.

Por primera vez, nos encontramos el uno al otro en el camino a clase.

Claire instintivamente se estiró para enlazar su brazo con el mío y envió mi corazón a galopar. Un segundo más tarde, recordó por qué no debería y lo sacó, lo que me hizo estar triste. Era extraño haber estado

tan íntimamente cerca en mi camión hace solo media hora y ahora incapaz tocarnos físicamente.

Solo estuvimos en Humanidades un par de minutos cuando la Sra. Tanner anunció que estaríamos pasando nuestro tiempo de clase en la biblioteca hoy. Caminamos en silencio a la biblioteca, ambos

preguntándonos lo que el otro pensaba de ir a nuestra mesa privada hacia la parte posterior de la biblioteca. Nos detuvimos para mirarnos

mientras nuestros compañeros se dispersaron sin el más mínimo pensamiento acerca de su elección de mesa.

Claire se hizo muy consciente de que yo no iba a hacer un movimiento y

dijo:

—¿Nos vamos con la tradición o es hoy el día en que elegimos una

nueva mesa?

Lo más seguro que hacer era elegir una mesa en el medio de todos los

demás estudiantes, pero no me estaba sintiendo como si quisiera compartir a Claire hoy. La quería en la parte posterior de la biblioteca

donde estaríamos solo nosotros dos.

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Georgia Cates

—Creo que el hoy ya ha sido ocupado con bastantes sorpresas, así que

¿por qué no nos atenemos a lo que estamos acostumbrados? Creo que hacemos un gran trabajo sin todas las distracciones.

Ella sonrió porque le gustó el sonido de eso y dijo:

—No podría estar más de acuerdo.

Nos sentamos en la mesa y se inclinó hacia adelante para sacar algo de su mochila. Vi la forma en que su pelo cayó hacia delante lentamente, formando una cortina que ocultó su rostro. Esto me recordó de cuando

yacía debajo de ella en mi cama y este cayó hacia delante, rozando mi cara y pecho desnudo.

Ella levantó la vista y me vio observándola. Sonrió y preguntó:

—¿En qué estás pensando?

Sabía que no debería porque solo habría agitado los problemas, pero no podía hacer nada para detenerme de decirle.

—Estaba viendo la forma en que tu pelo cae mientras te inclinabas

sobre tu mochila y me recordó la forma en que se veía cuando estabas encima de mí, como se vino todo precipitado hacia mí y cayó contra mi cara y el pecho. Estaba recordando la forma en que cosquilleó y envió

un hormigueo feroz a todo mi cuerpo.

—Solo escucharte decir eso envía hormigueos por todo mi cuerpo en

este momento —confesó, y luego me miró tan tristemente.

—Lo siento. No debería haber pensado en ello y no debería haberlo

dicho. Ya no podemos decir cosas así si solo somos amigos —me

disculpé. ¿A quién estábamos engañando? Esto no era tan fácil como podríamos haber pensado.

—Podemos ser capaces de controlar el decirlo, pero no creo que

podamos controlar el pensarlo. Al menos, sé que yo no puedo —dijo

mientras hojeaba la carpeta que había sacado de su mochila.

—Así que, ¿estamos manteniendo nuestros pensamientos para nosotros

mismos? —pregunté.

—Supongo que esa es nuestra única opción si esta cosa del amigo va a

funcionar.

Hicimos un buen trabajo de terminar la asignación de la señora Tanner

después de nuestro acuerdo, si no tienes en cuenta los pensamientos interminables de Claire corriendo por mi mente o los numerosos roces accidentales de nuestras manos.

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Georgia Cates

El tercer período fue un poco más de amigo amistoso ya que no nos sentamos juntos y Claire tuvo Payton para distraerla. Traté de esforzarme en no mirarla, pero cedí en un par de veces. Cada vez que lo

hacía, ella estaba mirando directo al frente escuchando al Sr. Buckley, y me pregunté si ella estaba encontrando esto más fácil que yo. La

cuarta vez que robé una mirada hacia ella, se volvió para mirarme y sentí satisfacción en descubrir su deseo de mirarme también.

El resto del día pareció ir un poco más suave ya que lo pasamos siendo

solo amigos. Lo que era extraño realmente. No llegamos a experimentar con ser amigos antes de que saltáramos de cabeza en una relación romántica, porque estábamos demasiado ocupados discutiendo y

soplando el vapor de nuestra intensa atracción sexual el uno del otro, así que fue agradable ver a Claire en un nivel completamente diferente.

Cuando entré al gimnasio para cambiarme para la práctica, el entrenador me llamó desde su oficina.

Él nunca hacia eso, por lo que me sorprendió un poco con la guardia

baja y me tuvo preguntando qué pasaba.

Me acerqué a la puerta de su oficina y me paré, esperando una

invitación para entrar.

—Entra, Jessie. Cierra la puerta y toma asiento.

Después de cerrar la puerta, me acerqué a la silla y me senté después de poner mi mochila en el suelo.

Este tipo de interacción siempre me ponía nervioso, porque por lo general significaba que algo andaba mal o que yo estaba en problemas.

—Tengo una gran noticia para ti. Recibí una llamada de Doug Stanton

hoy. ¿Sabes quién es?

Sí, sabía quién era Doug Stanton. Cualquiera que siguiera el fútbol americano colegial sabía que él era el entrenador a largo plazo en la

estatal.

—Sí, señor, lo sé.

—Está interesado en ti, hijo. Ha oído hablar de ti y quiere venir a verte

jugar. Es terriblemente temprano en la temporada para que alguien se comunique conmigo respecto a ti, pero creo que quiere conseguir

adelantarse sobre ti antes de que alguien más tenga la oportunidad. Viene la próxima semana.

Mi corazón se aceleró y me di cuenta que lo primero que quería hacer

era decirle a Claire, mi amiga.

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Georgia Cates

—Vaya, entrenador. La estatal sería mi primera elección. —No estaba

lejos de mis hermanos y tenían un increíble historial de éxito con Stanton como su entrenador.

—Esto lo es, Jessie. Este es el comienzo del resto de tu carrera

futbolística. Así es como consigues ser observado por los profesionales —dijo él—. Tú tienes el tipo de talento para eso si lo has pensado o no.

Puede que tenga ese tipo de talento, pero no había considerado jugar profesionalmente porque nunca esperé ser descubierto jugando para Collinsville.

—No quiero que nadie en el equipo lo sepa, entrenador.

—¿Por qué no? —preguntó.

Decidí decirle el por qué, pero no el quién.

—No van a estar todos contentos con esto y no quiero darle a nadie una razón para tratar de sacarme antes del partido.

—No tienes que decir ni una palabra. Has sido un verdadero jugador de equipo al no mencionarlo antes, pero sé exactamente a quién te refieres

y he estado manteniendo un ojo en Forbes Henderson desde el día en que tuviste que salir del campo en una ambulancia. He sido su entrenador durante cuatro años y lo conozco bien. El no me ha

engañado. Ahora, vamos a salir allí y hacer algo de práctica así estarás listo para hacer tu mejor esfuerzo por Stanton.

—Claro que sí, entrenador y gracias por todo. Esto, literalmente, va a

cambiar mi vida —le expliqué.

—Sé que lo hará, Jessie, y no podría estar más orgulloso de tener algo

que ver en esto.

Cuando llegué al campo de práctica, vi a Claire a través del campo y estaba ansioso por contarle sobre mi buena noticia, pero no porque ella

fuera mi amiga, sino porque la amaba.

Jugamos nuestro juego perpetuo de observarnos el uno al otro entre jugadas y aplausos. Ella vio la mirada extática en mi cara y sabía que

sospechaba que algo estaba pasando conmigo. Quería correr hacia mí y averiguar qué era. Podía verlo en sus ojos, como si yo estuviera leyendo su mente, mientras me observaba atentamente desde donde estaba

parada.

Los verdaderos amigos podrían haber charlado después de la práctica,

pero nosotros no podíamos, y esto les hablaba a las multitudes de esta cosa que falsamente llamábamos una amistad. Ella me observó meterme en mi camioneta e irme, mientras se paraba al lado de su

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Georgia Cates

coche con Forbes, y me di cuenta de que podríamos etiquetar nuestra relación de la forma que quisiéramos, pero las cosas no eran diferentes de cuando estábamos probando los límites de nuestra relación en el

principio.

Una cosa era diferente esta vez. La mantendría alejada para mantenerla

a salvo. Algo más cerca era un riesgo para Claire que no estaba dispuesto a correr.

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Georgia Cates

EEssccúúppeelloo YYaa

Traducido por Jess16 Corregido por Jut

CCllaaiirree

Quise llamar a Jessie para ver qué lo tenía riendo tanto, pero tuve miedo de empujar el sobre de amigo demasiado lejos. Si continuaba

actuando como más que una amiga, tenía miedo de que retirara su contacto de mí por completo y eso era algo que no podía arriesgarme. El contacto amistoso era mejor que ninguno en absoluto. Casi tuve que

atar mis manos lejos de mi teléfono, pero de algún modo logré no llamar a Jessie. Por el momento nos reunimos en el camino a Humanidad al día siguiente, mi paciencia se había ido.

—Tienes que decirme lo que te hacia sonreír como una hiena ayer. Me

muero por saberlo. —Él se detuvo y se puso a la entrada del edificio de

estudiantes de primer año alejado de nuestros amigos. Rompió en una enorme sonrisa y dijo:

—El entrenador del Estado viene a verme jugar la próxima semana.

Esto es enorme, Princesa. Es exactamente lo que quería porque no está

lejos de Harley y Ozzy y ellos tienen un colegio de abogados imponente.

No pude controlar mi emoción por él y lancé mis brazos alrededor de su

cuello.

—Jessie, eso es impresionante. Estoy tan feliz por ti. —Él me levantó y

me hizo girar durante unos segundos antes de ponerme en el suelo. Miró a mi cara y no podía obligarme a dejar de lado lo que le dije—.

Nunca hemos hablado de ello, pero planeaba ir al mismo Estado,

también.

Su expresión era pensativa y respondió:

—No, nunca me lo dijiste. —Me quedé dentro de los límites de la zona

amigo y me mordí la lengua en vez de decirle cómo resolver todos

nuestros problemas y cómo íbamos a estar juntos, porque se suponía que íbamos a estarlo. En su lugar, le dije:

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Georgia Cates

—Sí, es la universidad de mi mamá. Maggie también fue allí. —

Sonreímos y me di cuenta de que todavía me aferraba a él. Le solté y dije:

—Lo siento. Me puse muy emocionada por ti es todo. —Cuando llegué a

por mi mochila en la acera. Nos volvimos para caminar hacia la clase y

él golpeó mi hombro, su forma de decirme que mi entusiasmo estaba bien.

—Está bien. Lo amigos pueden abrazarse. Estoy bastante seguro de que

lo hacen todos los días.

Sonreí a medias por su despido de nuestro abrazo, pero ambos sabíamos que se basaba en algo más que amistad, aunque ninguno de

los dos lo reconoció.

Pasé el resto de la semana luchando con todos mis movimientos en torno a Jessie. Era agotador luchar contra lo que era algo natural para

mí. Desviar mi instinto de tocar su piel y decirle cómo lo amaba no era fácil. De hecho se ponía cada vez más difícil con cada día que pasaba y me pregunté si él sentiría lo mismo que yo.

Nos sentamos en la biblioteca, el lugar que había aprendido a amar, en nuestra mesa privada en la parte trasera. Jessie llamó mi atención

varias veces cuando levantó la vista de su obra a mí. Cada vez que miraba en su dirección, se daba la vuelta de mí como si hubiera cambiado de opinión acerca de decir la cosa en su mente.

Cuando vi que lo hacía por quinta vez, me decidí a hacerle frente. Puse mi lápiz sobre la mesa y dije:

—¿Qué?

—No he dicho nada.

Los dos llegamos a coger el lápiz ya que amenazó con rodar por el suelo.

—Sí, ya sé que no lo hiciste, pero has mirado a mi alrededor una media

docena de veces como si quisieras, por lo que escúpelo ¡ya!

Negó con la cabeza.

—No es nada.

Hace días que no sentía sus caricias y no podía soportarlo más, así que extendí la mano para tocarle la mano.

—Dime. Quiero saber lo que te pone tan nervioso. —Sonrió y dijo:

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Georgia Cates

—Voy a ver a mis hermanos pequeños en la casa de sus padres de

acogida el domingo. —Sentí alegría absoluta en mi corazón por él.

—Oh, eso es maravilloso. Sé que estás tan emocionado de verlos, ya que

ha pasado un tiempo. Estarán muy felices de verte.

Esa mirada inquieta de querer decirme algo no dejó su rostro.

—¿Hay algún problema, Jessie? ¿Los chicos están bien? —Sonrió

porque le gustaba mi preocupación por sus hermanos.

—Nada está mal, pero hay algo que me gustaría preguntarte. —Esperé y

cuando no dijo nada, me animé a hablar.

—Adelante, Jessie. Estoy escuchando.

—Voy a entender por completo si no quieres, así que no te sientas como

si tuvieras que decir que sí. —Él estaba haciendo tiempo y me estaba

volviendo loca.

—Está bien, Jessie. Dime lo que es antes de morir de la curiosidad.

Se detuvo unos segundos más hasta que se hizo un poco incómodo, y luego dijo:

—Quería preguntarte si te gustaría ir conmigo a ver a Harley y Ozzy el

domingo. —Su invitación hizo que mi corazón se inflamara casi hasta el

punto que pensé que podría estallar. El gesto era tan inocente, aun así íntimo. Volví la cabeza y miró hacia el techo para absorber la humedad

de nuevo y le dije:

—Sí, me encantan los niños. Suena divertido. ¿A qué hora? —Me las

arreglé para hacer que las lágrimas en mis ojos se fueran a otro lugar que a mis mejillas y me di la vuelta para mirarlo.

—Mi visita comienza a la una. ¿Puedes encontrarme alrededor de las

doce y media en la cochera? —No podría haber estado más llena de

encanto, pero mantenía mi euforia bajo control porque no quería arruinar esto.

—Claro. Puedo estar allí a las doce y media.

Terminamos nuestra tarea un poco pronto, él aprovechó la oportunidad

para hablar de Harley y Ozzy y que tenía padres de acogida desde que su madre era normalmente MIA7 o se drogaba. Me dijo cosas graciosas acerca de sus vidas para mantener la luz al estado de ánimo, pero la

realidad de la situación era simplemente triste. Aunque me reía sobre las historias de sus aventuras en la crianza de los niños, me encontré

7 MIA: Missing In Action, se le dice cuando una persona está desparecida.

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Georgia Cates

en secreto enfureciéndome con una mujer muerta. Las cosas que lo había forzado a soportar eran de lo más injustas, pero podía ver cuánto amaba a Harley y Ozzy y mi conjetura sería que no iba a sacar nada en

el mundo por tener que criar a los dos niños.

Cuando el domingo llegó, se me ocurrió una especie de mentira loca

para decirle a mi madre acerca de dónde iba y estaba fuera de la puerta en el garaje de Earl para cumplir con Jessie. Cuando llegué a su encuentro, estaba en realidad a tiempo, pero él me había vencido ahí.

Se bajó de su camioneta y se acercó a la ventanilla del lado del conductor. Mi corazón casi se detuvo porque pensé que tal vez se había replanteado todo y me pediría que me fuera, pero preguntó:

—¿Te importa si cogemos tu coche? Creo que lo mejor es no dejar un

descapotable de lujo con un sistema de sonido caro desatendido en Collinsville —aconsejó.

—Veo tu punto —estuve de acuerdo. Regresó y cerró su camioneta, y

luego se metió en mi coche conmigo.

—Va a ser interesante ver sus reacciones ante ti hoy. —Eso sonó como

un poco a una advertencia.

—¿Debo estar asustada o algo así? —Puse la marcha atrás y retrocedí

mientras respondía:

—No, va a estar bien una vez que vean cómo eres.

—¿Y cómo soy exactamente? —pregunté. Dudó cuando empecé a

conducir hacia adelante, y brevemente creía que no iba a responder en absoluto, pero en voz baja dijo:

—Maravillosa. —Fue uno de esos momentos que merecían un beso si

hubiéramos estado saliendo, pero no lo estábamos, y se sentía dolorosamente obvio en este momento, así que quería cambiar de tema.

—¿Vamos a permanecer en la casa de sus padres de acogida o vamos a

llevarlos a algún lugar?

—Espero que podamos llevarlos a algún lugar. Los Stevens son muy

agradables, pero es un poco incómodo tratar de interactuar con Harley y Ozzy normalmente cuando soy el bicho raro en su casa. —Podía

entender cómo eso le haría sentirse incómodo.

—¿Te han permitido a llevarte a los muchachos antes?

—Sí. Me dejaron tenerlos por unas horas en sus cumpleaños. Hay

exactamente una diferencia de año en sus edades porque tienen el

mismo día de cumpleaños.

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Georgia Cates

—Ah, esto es estupendo. ¿Cuánto hace que conseguiste esto con ellos?

Hizo una pausa y luego dijo:

—Fue el día después de pasar la noche contigo. —No importa cómo

tratara de cambiar de tema a algo seguro, esto siempre volvía para recordarme que ya no estábamos juntos, pero cómo desesperadamente

quería estarlo otra vez. Cuando llegamos a la casa donde vivían Harley y Ozzy, vi a dos pequeñas cabezas balanceándose arriba y abajo en una ventana grande en la parte delantera de la casa. Me reí de la vista y dije:

—Creo que solo veo a dos niños deseosos de ver a su hermano mayor.

—Tengo que admitir que estoy ansioso por verlos, también. Ha pasado

demasiado tiempo. —La puerta de entrada colgaba abierta y dos de los

más lindos muchachitos vinieron corriendo por el césped, luchaban contra Jessie allí mismo en la hierba. Él los recogió y balanceó a ambos al mismo tiempo.

—Ooooh, los extrañé mucho chicos.

—Te echamos de menos también, Jess. —El más grande de los dos,

dijo. Los puso abajo y el más pequeño intervino y dijo:

—Tú nos dijiste que volverías y lo hiciste.

—Siempre cumplo mis promesas, ¿no? —preguntó.

—Sí —respondieron al mismo tiempo.

—Ahora tengo a alguien que quiero que conozcan. —Me acerqué a los

chicos y me agaché a su nivel cuando Jessie me presentó—. Esta es

Claire.

Puse mi mano para una sacudida y el chico mayor la tomó.

—Tú debes de ser Harley. He oído cosas muy buenas de ti.

—¿Eres la novia de Jessie? —preguntó con suspicacia. Jessie me salvó

diciendo:

—Claire es mi amiga y quería que viniera a conocerlos a ti y Ozzy,

porque ella es muy especial para mí.

Harley se rió y dijo:

—Eso quiere decir que es tu novia. —Jessie me miró y se encogió de

hombros como si fuera a dejarlo pasar por lo que yo, también. Ozzy se escondía detrás de la pierna de Jessie asomando la cabeza hacia mí. Me agaché aún más baja para hablar con él, porque Jessie me había dicho

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Georgia Cates

que tenía una tendencia a ser tímido con las personas que no conocía. Hablé bajo cuando dije:

—Hola, Ozzy. Es muy bonito conocerte. —Él salió corriendo de detrás de

la pierna de Jessie y se lanzó sobre mí, y me dio un abrazo que no

esperaba, pero me dio la bienvenida. Puse mis brazos alrededor de él y sonreí a Jessie cuando vi la mirada sorprendida en su cara. Ozzy saltó a

mi cadera y puso su cabeza en mi hombro como si fuera un niño de gran tamaño, pero lo dejé porque me parecía hacerle feliz.

—Nunca hace eso con nadie. No estoy seguro de que él jamás haya

abrazado a la Sra. Stevens de esa manera y ha estado viviendo con ella

durante meses.

—Supongo que eres como tu hermano. Él tiene un gran gusto con las

chicas —me reí. Una pareja que parecía estar en sus treinta y tantos

años salió de la casa después de darnos unos minutos con los chicos.

—Hola, Jessie. Es bueno verte de nuevo. Harley y Ozzy han tenido

muchas ganas de verte hoy y veo que tienes una amiga contigo. Soy

Heather y este es mi marido, Brian.

Le ofrecí la mano que no sostenía a Ozzy en mi cadera y me presenté. Después de que brevemente hablamos cuando devolver a los

muchachos, nos marchamos con ellos y nos dirigimos hacia el parque. De vez en cuando miraba en el espejo retrovisor a los muchachos que se

sentaban tan altos en sus asientos de seguridad. Se sentía un poco extraño tener niños en mi coche y me reí de mí misma cuando me di cuenta de que estaba conduciendo muy lento. Miré en el espejo a los

niños hermosos que Harley y Ozzy eran y me pregunte como una madre podría preocuparse tan poco por ellos. Estiré la mano y le toque la pierna de Jessie solo porque yo quería y le dije:

—Empaqué un picnic en el caso de tuviéramos que sacarlos. No lo

mencioné antes porque no sabía qué esperar, pero está en el maletero. Son solo sándwiches, patatas fritas y bebidas, porque no sabía lo que les gustaba. Nada especial. —Miré hacia delante mientras conducía,

pero pude ver que me miraba y brevemente me volví hacia él antes de poner los ojos en la carretera—. ¿No está eso bien? —pregunté. Tomó

mi mano y la llevó a sus labios. Él besó la parte superior de mi mano y la paso a lo largo de su cara, luego susurró:

—Sé que no es parte del pacto de amigos, pero tengo que decirte algo.

Te amo más ahora que nunca. Nadie ha hecho algo como eso para ellos.

Wow. Nunca soñé que la mantequilla de maní y la mermelada le haría romper el pacto de amigos así. Fue un poco sorprendente cómo un acto

tan simple podría significar tanto para él y me dio una idea de lo terrible

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Georgia Cates

que su niñez debió haber sido. Cuando nos sentamos debajo de un gran árbol sobre una manta, repartí la comida.

—Jessie nos trajo un pastel de cumpleaños y comimos en las mesas de

picnic, pero nunca he tenido un día de campo real en el terreno antes —

dijo Harley antes de tomar un bocado de su sándwich. Aunque tenía la boca llena de sándwich, continuó—. Me gusta mucho esto.

—No hables con la boca llena —le dijo Jessie. Ozzy no estaba comiendo

su bocadillo, así que le pregunté:

—¿No tiene hambre?

—Estaba pensando en algo —respondió.

Curiosa sobre lo que un niño de cuatro años podría pensar con tanta fuerza, le pedí que me digiera que estaba en su mente y él preguntó:

—¿Se besan tú y Jessie? —Su pregunta me pilló muy por sorpresa y no

sabía la respuesta adecuada para dar a un niño pequeño. Miré a Jessie para un poco de ayuda, pero él estaba demasiado ocupado riéndose mientras esperaba oír mi respuesta a la pregunta de Ozzy.

—Nos hemos besado —dije.

Él se quedó pensativo, y luego continuó con su línea de preguntas.

—¿Se gustan el uno al otro? —Miré de nuevo a Jessie, pero se encogió

de hombros, haciéndome saber que tenía esto por mi cuenta. Puesto que él no estaba dispuesto a ayudarme, no estaba haciendo privada a

mi respuesta, así que me incliné y le susurré al oído a Ozzy:

—Amo a Jessie mucho. —Ozzy levantó sobre sus rodillas y me llevó a su

nivel para poder susurrarme al oído.

—¿Quieres casarte con Jessie y ser mi nueva mamá ya que la mía ha

muerto? —Sentí la sangre de mi cara drenarse y Jessie debe de haberlo

visto porque él interrumpió nuestra sesión de susurro diciéndole a Ozzy

que dejara de pararse y comiera. Miré a Jessie con gratitud por la interrupción, porque yo no sabía cómo responder a la pregunta de este

niño.

Cuando terminamos de comer, nos fuimos al parque y nos quedamos hasta que llegó el momento de llevar a los niños de nuevo a los Stevens.

—Vamos, muchachos. Es hora de llevarlos a casa —anunció Jessie y

ambos se quejaron, pero obedecieron sin ningún problema.

Era desgarrador mirar a Jessie como lo forzaron a abandonarlos, pero sabía que estaba en su mejor interés en este momento. Él les prometió

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Georgia Cates

que volvería a verlos pronto y sabían que lo haría, por lo que hizo la despedida un poco más fácil.

Nos metimos en el coche para conducir y vimos sus dos pequeñas

cabezas en la ventana mirándonos mientras nos alejábamos.

—¿Qué te susurró Ozzy en tu oído hoy? —Dudé porque no estaba

segura de qué quería decirle, o mantenerlo en secreto entre Ozzy y yo,

pero decidí decirle el secreto.

—Quería saber si íbamos a casarnos, así sería su madre.

—Oh. Lo siento mucho sobre eso —se disculpó.

—No, no lo sientas, porque no lo estoy. Fue muy dulce de su parte

pensar en mí de esa manera.

—Ellos te adoraban, pero sabía que lo harían. Especialmente Ozzy.

Ahora ves lo que mi vida va a ser cuando comience de nuevo. No voy a estar en fiestas universitarias y divirtiéndome con amigos. Va a ser todo

sobre el cuidado de dos niños pequeños.

Esto de repente se registró conmigo. Esto era por qué él me trajo hoy.

Quiso que viera y entendieran la responsabilidad que él tenía con aquellos dos niños. Quería utilizarlo para asustarme, pero estaba equivocado. La responsabilidad de cuidar a sus hermanos no me asusta

en absoluto.

—Esto fue todo acerca de que nosotros iremos a la misma universidad.

Tú no quieres que ponga mis esperanzas sobre lo de estar juntos. —Él

no respondió y continúe.

—¿De verdad cree que tú responsabilidad con ellos me haría salir

corriendo? —pregunté con dureza.

—Sí, en cierto modo lo hice —admitió—. Me encantan, pero son una

gran responsabilidad y no cada adolescente querría estar atado, así que

pensé que deberías ver que es lo que tengo en mi plato más pronto que tarde.

—Tal vez tenías razón por mostrarme lo que es la gran responsabilidad

que tienes con ellos, pero que estabas equivocado acerca de la otra

parte. No me van a espantar tan fácilmente.

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Georgia Cates

AAmmiiggaa

Traducido por MaryJane Corregido por 5247584

JJeessssiiee Ver a Claire con mis hermanos solo confirmó lo correcta que era para mí, pero eso no cambiaba el hecho de que yo era el equivocado para ella. No se merecía pasar de ser una adolescente despreocupada con un

brillante futuro a estar en drogas por alguien como yo. Pensé que cuando viera en qué estaba metido correría en dirección contraria, pero no lo hizo y solo me hizo quererla más.

Harley y Ozzy estaban locos por ella y ella parecía devolver el mismo afecto por ellos. No esperaba que las cosas salieran así. Era tan natural

con ellos, como si se conocieran desde siempre. Me reí al pensar en la relación peculiar de Ozzy con Claire. Él no se abría a las personas con facilidad y yo envidiaba su relación porque él parecía preferirla a ella

sobre mí. De hecho, optó por aferrarse a ella la mayor parte del día en vez de jugar en el parque infantil.

Pasé el resto del día preguntándome si había tomado la decisión equivocada llevándola conmigo a verlos. ¿Abrí una puerta que no podía cerrar por permitirle entrar en esa parte de mi vida?

Cuando entré en el auto, vi el auto de Rita y me maldije. Tenía muchas ganas de evitarla hoy porque sabía que era hora de que me enviara de nuevo.

Entré en su casa, como ella tomaba cada oportunidad para recordarme, y la vi sentada en el sofá fumando un Camel.

—Ya era hora de que trajeras tu trasero.

—Fui a ver a Harley y Ozzy —le informé, no es que le importara, y no me sorprendió cuando ella no preguntó cómo estaban.

—Tengo algunas bolsitas en la mesa que quiero que vendas hoy —dijo, y tomó una bocanada de su cigarrillo.

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Siempre pensé que estar cerca del humo del cigarrillo después de dejarlo me haría querer volver a fumar, pero algo acerca de la visión de ella hizo que me preguntara por qué había fumado en primer lugar.

Miré a la mesa y vi una docena de bolsas de droga.

—No puedo vender todo eso esta noche.

—Puedes o no dormirás aquí esta noche —amenazó.

Tenía tarea y necesitaba hacerla en lugar de salir a ser un matón para ella, pero esa era la belleza de tener a Rita como una abuela. A ella no le

podría importar menos y eso era lo que iba a hacer: salir y nunca volver tan condenadamente fácil.

Tiré de las bolsas de droga de la mesa y volví a mi camioneta. Salí a la

carretera en el camino a Collinsville porque infiltraría a East Franklin con su basura.

Agarré mi teléfono e hice algunas llamadas para alinear algunas ventas. Llamé a los mismos clientes viejos a los que les había vendido por años y por suerte tendría medio alijo vendido en una parada.

Me detuve en el complejo de apartamentos que había frecuentado una y mil veces. Me bajé y llamé a la misma puerta a la que siempre había

ido. La puerta se abrió y un hombre grande y corpulento se paró en la puerta.

Extendió su puño para que lo chocara y me dijo:

—Jess, me alegro de verte. No has estado alrededor por un tiempo.

No quería estar aquí ahora, pero no tenía otra opción.

—Sí, no vengo mucho por aquí desde que estoy en Franklin.

—Entra, amigo —ofreció.

No quería quedar atrapado hablando, o peor, quedarme mientras se

mostraban la mercancía.

—Nah, no puede quedarme. Tengo unos lugares más que ir. Ya sabes, las personas esperan su mierda —dije como si eso fuera genial para mí.

—Puedes entrar mientras consigo tu dinero. No podemos hacer este cambio en la puerta para que las personas lo vean —dijo, y volvió a

caminar hacia la parte posterior del apartamento.

Sabía que él tenía razón, así que entré en la habitación y cerré la puerta detrás de mí. Vi a varios chicos sentado en la sala de estar.

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Georgia Cates

—Oye, tú eres el tipo que me estafó hace unos meses —dijo uno de ellos mientras se levantaba del sofá.

Probablemente tenía razón. Twyla me había hecho estafar personas de

izquierda y derecha. Era rápido y no tuve tiempo de reaccionar. El tipo me dio un puñetazo en la cara con el puño y vi mi sangre rociar la

pared. Uno de los chicos gritó:

—Diablos, ¡sí!

Luché con él en el suelo luego me puse encima de él y le di un puñetazo

uno buen tiempo, pero sus amigos no iban a sentarse y verme golpear su trasero. Oí a uno de sus amigos decir:

—Vamos a enseñarle a entrar en razón después de haber estafado a

alguien.

Sentí una fuerte patada en la espalda y un dolor insoportable lo

acompañó. Sentí otra patada en mi abdomen, luego un estallido en la parte posterior de mi cabeza y sentí la sangre caliente en la parte posterior de mi cabeza sobre mi cuello y hombros.

Caminé hacia la puerta y la abrí, porque no había manera de que pudiera ganar esa lucha desigual. Ellos deben haber sentido como si me

hubieran enseñado la lección, porque de alguna manera me las arreglé para alejarme del trío y encontrar refugio en mi camioneta. Corrí fuera del complejo de apartamentos y me dirigí hacia Rita.

Metí la mano en mi bolsillo y descubrí que había perdido hasta el último bolso de droga en la confusión. Cerré mi puño contra el volante de mi camioneta.

—¡Eres tan estúpido! —me grité.

Cuando me metí en el patio de Rita, temía la lucha que íbamos a tener y

me pregunté si me echaría.

Entré en su tráiler y me dijo:

—Eso fue rápido. Creo que te estás volviendo tan bueno como tu

madre lo fue.

Mientras estaba allí cubierto de sangre, me enfurecí con ella. ¿No podía

ver que podría haber sido asesinado? ¿Acaso le importaba en absoluto? Entonces, recordé de con quién estaba hablando y recordé cómo no le importaba si alguien me mataba mientras ella vendiera su

droga.

—Fui atacado por tres chicos y tienen todo el bote.

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Georgia Cates

No tuve que esperar mucho tiempo por su respuesta.

—Entonces, parece que me debes algo de dinero por la suma de unos ciento veinte dólares y yo apuesto a que no serás tan estúpido la

próxima vez.

No estoy seguro de lo que esperaba de ella, pero esto superó todo. Fui a

mi habitación y saqué el dinero de mi escondite oculto de efectivo y volví a entrar en la sala donde estaba sentada. Tiré el dinero en la mesa de café frente a ella y me dirigí de vuelta a mi habitación.

Me metí en la ducha para lavar la sangre que cubría la mayor parte de mi cuerpo. Cuando me lavé el cabello, ardió como el infierno y me pregunté si iba a necesitar algunos puntos de sutura en la herida que

sentía. Hice una mueca solo de pensar en cómo iba a ser el dolor en la mañana.

Cuando salí de la ducha, utilicé un espejo para ver la parte de atrás de mi cabeza y vi que continuaba sangrando un poco en las zonas que tenían sangre coagulada. Iba a tener que ir al hospital, por lo que me

vestí y cogí una toalla para ponerla sobre el asiento de la camioneta para salvarla de ser rociada con más sangre.

Era casi medianoche cuando salí de la sala de emergencias. Después volví a lo de Rita, hice mi tarea, entonces me acosté para dormir un poco antes de tener que estar en la escuela.

Como sospechaba, estaba dolorido cuando me desperté unas horas más tarde. Me revolví en mi cama por unos minutos, temiendo el movimiento real al levantarme, luego me obligué a levantarme. Entré a la cocina y

tomé un par de analgésicos de venta libre, y luego tomé la ducha más caliente que el calentador de Rita proporcionaría.

Salí de la ducha y miré mi cara hinchada y amoratada. A Claire no le iba a gustar esto, pero lo peor sería explicar cómo sucedió. Pensé en decirle una mentira, pero ¿era bueno en eso? Ella debe saber que estoy

involucrado en este tipo de cosas por lo que obtendrá la imagen sobre el cambio.

Miré a la parte de atrás de mi cabeza, donde los puntos estaban y hombre, parecía horrible donde el médico había colocado un gran parche después de afeitar la parte de atrás de mi cabeza. Creo que sería

mejor que afeitara el resto, pero no tenía ninguna tijera. Quería cubrirlo con una gorra, pero la escuela no permitía usarlos.

No iba a esconderle esto de Claire, así que decidí que sería mejor acabar

de una vez.

Ella me vio en mi camino a cálculo y la sonrisa que tenía para mí me

derritió mientras estaba en su casillero anonadada con Forbes a su

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Georgia Cates

lado. Sus ojos no me dejaron una vez se dio cuenta de la forma en que estaba mi cara y yo estaba seguro de que vio la herida y la calvicie en la parte posterior de mi cabeza cuando entré en clase. Su reacción a la

forma en que me veía me tenía aterrorizado en el segundo periodo con ella. Los ojos de Payton se agrandaron cuando entró en cálculo y se

sentó frente a mí como había acostumbrado a hacer. Sabía que nunca sería lo suficientemente afortunado para que ella mantuviera sus labios inquietos en silencio.

—Te ves como una mierda —dijo con ojos enormes.

—Gracias, pero me gustaría que me dijeras cómo te sientes —dije con sarcasmo.

—¿Qué pasó, además de que te sacaran el infierno? —preguntó.

Negué con la cabeza, haciéndole saber que no se lo iba a decir.

—¿Tu amiga Claire te ha visto ya? —se burló.

—Brevemente —contesté.

—Ella va a enloquecer, ¿sabes?

No le respondí, pero sabía que Payton tenía razón.

—¿Quieres que ponga un poco de maquillaje en esa cara bonita para ti,

Amiga? —rió.

Sabía que pensaba que merecía lo que me dieron después de la manera que las cosas se hundieron con Claire porque todavía no sabía toda la

historia.

—Estoy bien, pero gracias.

Cálculo pasó demasiado rápido y fue el momento de hacer frente a

Claire aunque no quisiera, pero no tenía elección. Ella me había seguido a clase y me miraba mientras caminaba y me sentaba a su lado.

Su rostro estaba pálido.

—¿Qué pasó, Jessie? —susurró.

—Cuando llegué a casa, Rita me dijo que tenía que salir a vender. Fui

golpeado por tres cabezas drogadas y me quedé en la sala de emergencias hasta casi medianoche para que cosieran mi cabeza —

expliqué.

—Date la vuelta —ordenó.

Di vuelta y ella se quedó sin aliento. Cuando me di la vuelta, dijo:

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Georgia Cates

—No puedes permanecer más allí.

Me reí y le pregunté:

—¿Qué se supone que debo hacer? ¿A dónde voy a ir? ¡No tengo a

nadie! Tengo suerte de que Rita me deje quedar con ella.

—No es suerte. Es egoísmo y codicia lo que le permiten dejarte allí por

lo que puede obligarte a hacerlo por ella. Vivir allí es peligroso y tienes que salir. No sé dónde irás, pero vamos a pensar en algo. Tu madre casi hace que te maten y Rita va a terminar el trabajo si no conseguimos

que salgas de allí.

—No estoy apegado a ella por ningún medio, pero no tengo a dónde ir —expliqué.

Extendió su pequeña mano sobre la mesa y la puso encima de la mía mucho más grande.

—No te preocupes. Ya se nos ocurrirá algo.

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Georgia Cates

SSiimmppllee HHuummaanniiddaadd

Traducido por rihano Corregido por Bibliotecaria70

CCllaaiirree

No iba a dejar que la abuela de Jessie consiguiera matarle. Pasé el resto

del día estrujando mi cerebro, pensando en una manera de alejarle del

peligroso dominio de Rita.

Todo en lo que pensaba requería de los recursos monetarios que él no

tenía y porque yo era una inutilidad total para saber qué hacer, recurrí

a la única opción que tenía: mis padres.

Entré en la casa después de la práctica de animadoras con una misión.

Iba a buscar ayuda para Jessie y recurriría a lo que tuviera con el fin de

conseguirla.

Me encontré a mi madre en la cocina preparando la cena. Entré en la

cocina y me quedé mirándola.

Se dio la vuelta para mirarme y vio las lágrimas en mis ojos.

—¿Qué pasa, Claire? —dijo con una mirada de preocupación en su

rostro.

—Es Jessie.

—¿Le pasó algo? —preguntó mientras ponía sus guantes de cocina

sobre la encimera.

—Mamá, Jessie no puede seguir viviendo con su abuela. Le obliga a

vender drogas a cambio de un lugar donde vivir. Él no quiere hacerlo,

pero no tiene a dónde ir. No tiene familia que lo acepte. Está atrapado

allí con ella hasta que termine el instituto y va a conseguir que lo maten

si tiene que seguir vendiendo drogas para ella. Tres chicos le asaltaron

anoche y le golpearon muy duro. Le abrieron la parte posterior de la

cabeza y su cara se veía mal. Ni siquiera quiero ver lo que su cuerpo

parece debajo de su ropa, porque cada vez que se movía hoy, parecía

que estaba con mucho dolor. Tú fuiste su consejera. Sin duda, eso pone

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Georgia Cates

algún tipo de responsabilidad sobre ti para ayudarle. Si no, solo por

simple humanidad pon algún tipo de responsabilidad en nosotros para

ayudarle.

Se mordió el labio, luego dijo:

—Claire, ¿qué quieres que haga?

—Quiero que hagas lo que sea que estés dispuesta a hacer por él, lo que

tu conciencia te diga que debes hacer —le rogué con todo mi corazón.

Algo que dije le habló a la humanidad en ella y sentí que mi corazón

comenzaba a latir en mi pecho cuando dijo:

—Tengo que hablar con tu padre acerca de esto. No puedo tomar una

decisión así sin él.

Corrí hacia ella y tiré mis brazos su alrededor, apretándola con fuerza.

—¿Cuándo estará papá en casa?

—Me dijo que llegaría a casa para la cena, así que sospecho que dentro

de una hora, pero ya sabes cómo una hora se puede convertir en dos o

tres con tu padre.

Pasé las siguientes dos horas paseando esperando que mi padre llegara

del trabajo. Cuando finalmente entró por la puerta, me dirigí

rápidamente hacia él, envolviendo mis brazos a su alrededor.

—Bueno, ¿qué he hecho para provocar una recepción así?

Levanté la mirada con lágrimas en los ojos y me dijo:

—¿Qué pasa, Claire?

Mi madre gritó desde la otra habitación.

—Claire, deja que tu padre pase por la puerta y vamos a discutirlo todo

durante la cena.

Me aleje de mi padre y le permití cerrar la puerta del garaje. Aunque me

estaba muriendo de ganas de decirle todo, no dije ni una palabra,

porque mi madre me había dicho que esperara.

Yo ansiosamente ayudé a mi madre a preparar nuestros platos y nos

sentamos en la mesa del comedor.

—Bueno, las dos me tenéis un poco nervioso acerca de lo que está

pasando.

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Georgia Cates

Mi madre empezó:

—Claire me dijo algunas cosas acerca de Jessie que llamaron mi

atención hoy y de las que yo era inconsciente, pero voy a dejarle que te

cuente toda la historia.

Empecé por el principio y le dije a mi padre todo lo que sabía acerca de

Jessie ya que mi madre todavía estaba obligada a no hablar de él o de

su situación. Empecé con su infancia y el incidente que mató a su

madre, junto con él siendo casi asesinado. Le hablé de Harley y Ozzy y

cuán maravillosos eran gracias a la crianza que tuvieron de Jessie.

Concluí con la historia de la vida de Jessie, con su situación actual y

cómo estaría muerto antes de la graduación si no hacíamos algo para

ayudarle a alejarse de su abuela.

Mi padre pareció sorprendido por los detalles de la horrible vida de

Jessie.

—Claire, tu madre y yo necesitamos hablar de esto sin ti. Sube las

escaleras y te llamaremos para que bajes después de que hayamos

tomado una decisión.

Fui a mi habitación y me pasee. Cinco minutos se convirtieron en veinte

y veinte se convirtieron en sesenta. Antes de darme cuenta, me puse de

pie en medio del suelo de mi habitación preparada para tener un ataque

de pánico completo cuando mi madre vino a mi puerta y dijo:

—Puedes venir abajo ahora.

Inhalé lenta y profundamente, porque pensé que podría estar a punto

de desmayarme, pero seguí a mi madre bajando las escaleras y me

senté en la silla frente a mis padres sentados en el sofá.

Oí el ruido sordo de mi corazón en mis oídos y casi se sobrepuso al

sonido de la voz de mi padre, pero me las arreglé para escuchar.

—Fue difícil para nosotros tomar una decisión acerca de esto. La vida

de Jessie ha sido una tragedia absoluta, pero vemos mucho potencial

en él. Es muy inteligente y dotado atléticamente, no tenemos ninguna

duda de que va a hacer grandes cosas si se le da la mitad de una

oportunidad. Ahora, aquí viene la parte difícil.

Sentí que mi corazón tropezaba mientras esperaba escuchar la parte

que no quería oír, la parte donde me decían que no podían hacer nada

para ayudarlo.

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Georgia Cates

—No hay debate sobre la necesidad de que se vaya de la casa de su

abuela y que necesita ser tan pronto como sea posible. El debate llega

en que hacemos con él una vez que lo llevemos a cabo. Ayudarle a

conseguir un lugar para vivir por sí mismo no parece la respuesta

correcta, porque tenemos algunas preocupaciones sobre lo apasionada

que te sientes por él. Podemos decirte que no vas a verlo todo lo que

queramos, pero en realidad, eso no va a suceder, porque sabemos que

lo amas. Creemos que ponerle en un lugar sin la guía de un adulto

podría estar preparándoles para una situación que no estáis listos para

manejar. No sois adultos, incluso si crees que lo eres, no estáis listos

para tomar decisiones adultas sobre tener sexo y sabemos que es a

donde os llevaría si se os da la libertad.

Sentí que me encendía de todos los tonos de rojo a medida que

escuchaba a mi padre hablar de Jessie y de mí tomando la decisión de

tener relaciones sexuales. Esto no era lo que estaba esperando oír de

ellos.

—Hemos debatido sin descanso sobre esto, pero ambos hemos llegado a

la conclusión de que Jessie se vendrá a vivir aquí, de manera temporal,

hasta que podamos hacer arreglos más permanentes. —Me di cuenta de

que había estado conteniendo la respiración, por demasiado tiempo y

jadee mientras mi padre continuó:

—Podemos controlar mejor la intimidad entre vosotros teniéndoos aquí,

pero habrá condiciones, como supondrás. En ningún caso habrá

ninguna travesura en esta casa. Se trata de ayudar Jessie a estar

seguro, no se trata de mudarle aquí, para que juegues a los piecitos

debajo de la mesa o incluso mucho más que eso. Si nos enteramos de

que ha habido algún contacto inapropiado entre vosotros, tendrá que

irse de inmediato.

Me levanté y corrí hacia mi padre primero. Lancé mis brazos alrededor

de él y le dije:

—Entiendo. —Miré a mi madre y supe que enorme acuerdo fue este

para que ella soltara todo lo que sabía acerca de Jessie.

—Gracias, mamá. Nunca olvidaré esto mientras viva.

Me volví hacia mi padre y le dije:

—Quiero ir a buscarlo ahora.

Mi padre sonrió porque estaba divertido por mi urgencia, pero él no

entendía la extrema desesperación de la situación de Jessie.

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Georgia Cates

—Claire, son casi las nueve y tenemos que hablar con él acerca de esto

primero. Nosotros no podemos solo aparecer en su puerta y decirle a un

chico de dieciocho años que empaque sus cosas porque estamos ahí

para rescatarle.

—Sí, podemos. Te prometo que saldrá esta noche porque quiere salir de

allí muchísimo. —Empecé a llorar porque sentía la necesidad urgente

de que Jessie estuviera fuera de ese lugar peligroso—. Por favor, papá.

¿Y si algo le ha pasado esta noche? No viste lo mal que estaba golpeado

anoche. Tomó más de cincuenta puntos acomodar su cabeza. Tú sabes

más que todos nosotros lo malo que tenía que ser para esa cantidad de

puntos.

Cuando parecía que estaba pensando en ello, ataqué de nuevo con:

—Por favor, papá. No voy a dormir esta noche de todas formas

sabiendo que todavía está en ese lugar.

Mi madre asintió con la cabeza, dando su aprobación y mi padre cedió.

—Está bien, pero no vas a ir tú sola. Voy contigo.

Estaba inundada de alivio.

—Gracias. Muchas gracias. —Fui a coger mi teléfono mientras papá

agarraba sus llaves.

Traté de llamar a Jessie varias veces mientras nos dirigíamos a su casa,

pero no lo pude conseguir.

—No estoy consiguiendo que me responda. Espero que eso no sea una

mala señal.

Mi padre no dijo nada y yo nerviosamente comencé a morder mis uñas

recién pintadas. Mi padre se acercó y me agarró la mano para evitar mi

inquietud nerviosa.

—Va a estar bien.

Yo no descansaría hasta que viera a Jessie a salvo fuera de esa casa de

drogas.

Llegamos y la camioneta de Jessie estaba en el patio, así que nos

relajamos un poco porque sabía que, al menos, lo había encontrado.

Miré a mi padre antes de que saliéramos y no podía comenzar a decirle

lo agradecida que estaba, y lo que significaba para mí que él y mamá

ayudaran a Jessie así. Era más de lo que podía esperar.

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Georgia Cates

—Gracias, otra vez.

Me apretó la mano y me dijo:

—Ven, vamos a salvar a este chico que amas.

Nos bajamos del coche y subimos por las escaleras hasta la puerta del

frente del remolque donde toqué fuerte. Mientras estábamos parados

allí esperando, empecé a sentir que algo no estaba bien. Volví a tocar y

dije:

—Jessie, soy Claire.

Cuando él no llegó a la puerta, tuve una sensación inminente de

fatalidad. Algo estaba definitivamente mal acerca de esto.

—Algo no está bien, papá. No contestó su teléfono y no está abriendo la

puerta.

Me acerqué a la ventana y traté de mirar, pero era demasiado pequeña

para ver por encima de la pieza de mobiliario empujada contra la

ventana.

—No puedo ver nada. —Cogí el pomo de la puerta, pero mi padre me

detuvo.

—No puedes solo entrar ahí. Podría haber una razón por la que él no

está viniendo a la puerta —sugirió, pero sabía que Jessie no estaba allí

con otra chica si ese era su rumbo.

Se inclinó rodeándome y se asomó por la ventana, y vi sus ojos abrirse

grandes. Corrió hacia la puerta frontal y trató de girar el pomo de la

puerta, pero estaba cerrada.

—¿Qué es, papá? ¿Qué viste?

—Hazte a un lado, Claire —dijo, mientras me empujaba suavemente

lejos de la puerta y la pateó varias veces.

—¿Qué estás haciendo, papá?

La última patada envió la puerta a estrellarse dentro y mi padre corrió

hacia el interior. Seguí detrás de él insegura de qué era lo que

encontraría. Jessie estaba pálido y tirado en el suelo en un charco de

sangre. Llegamos demasiado tarde. Ya estaba muerto. Mi mente

inmediatamente comenzó a negarlo. No estaba muerto. No podía estarlo

porque todo estaba a punto de arreglarse para nosotros.

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Georgia Cates

Mi padre se inclinó sobre él escuchando su respiración y sintiendo el

pulso.

—Llama al 911. Ahora.

Cogí mi teléfono y marqué el número con dedos temblorosos mientras

veía a mi padre realizar la RCP en el chico que amaba. Nada estaba

sucediendo. No estaba despertando. Él no se movía en absoluto.

Prácticamente, estaba muerto.

Pareció como una eternidad antes de que llegara la ambulancia y mi

padre saliera de su camino, mientras ellos entraban con un monitor.

Aplicaron las almohadillas a su cuerpo y buscaron por cualquier

actividad cardíaca.

Cuando anunciaron que no tenía ninguna, me quedé sin aliento.

Cuanto más me esforzaba por respirar, menos aire parecía atrapar. Pude oír a mi padre diciéndome que disminuyera mi respiración, pero no podía y mi cuerpo solo lo toleró por un minuto antes de que cediera

y cayera al suelo, todo volviéndose negro porque el chico que amaba había muerto.

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Georgia Cates

TTrreess aaññooss ddeessppuuééss

Traducido por Jhos Corregido por Bibliotecaria70

CCllaaiirree

Como de costumbre, llego tarde. Miré mi reloj y vi que se suponía que tenía que estar en casa de mis padres en treinta minutos para la fiesta

de cumpleaños mientras estaba de pie en la tienda de artículos de deportes sin una pista de qué iba a llevar como regalo.

Saqué mi teléfono y elegí el contacto en la cima de la lista de mis

favoritos. Cuando escuché la voz en el otro lado, dije:

—Oye, voy tarde como de costumbre y necesito ayuda para escoger los regalos. ¿Alguna sugerencia?

Después de escuchar muchas sugerencias, limité mi elección y finalmente tomé mi decisión. Rápidamente comprobé, luego conduje a

la fiesta, llegando solo diez minutos tarde.

Caminé a través de la puerta con los regalos en mano y mi padre corrió hacia delante para ayudarme.

—Claire, en verdad no deberías llevar todo eso a la vez. Sabes que tu equilibrio está de verdad fuera de centro. Podrías caerte.

—Lo siento, papá. Trataré de recordar eso —prometí.

Tomó los regalos de mí y los llevó al bar donde los otros estaban y dos pequeños ángeles sin alas corrieron hacia mí, ambos arrojando sus

brazos alrededor de mi abdomen expandido.

—Claire, quiero sentir al bebé moverse. ¿Puedes hacer que se mueva para mí? —Escuché del pequeño rostro presionado contra mi vientre.

Reí y le recordé:

—Puedes seguir diciendo él, pero ¿qué si es ella?

—Oh, es un él. No hay duda en mi mente —me aseguró.

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—Te diré qué. Comeré un gran pedazo de pastel de cumpleaños y beberé un gran vaso de refresco. Casi puedo garantizar que él o ella estará moviéndose como loco después de eso. ¿Eso funcionará?

Observé los hermosos pálidos ojos del chico iluminarse mientras acordaba conmigo sobre mi plan y dije:

—Vamos, creo que mamá está lista para que nosotros cortemos el pastel.

Fuimos dentro de la cocina donde vi un pastel de chocolate con siete

velas en un lado y ocho en el otro. Mi madre al principio les ofreció a Harley y Ozzy pasteles separados en su sexto y séptimo cumpleaños después de que mis padres los adoptaran, pero querían mantener la

tradición y compartir un pastel desde que era lo que Jessie siempre había hecho por ellos. Adoraba cómo querían seguir con la tradición y

sentí la responsabilidad de ayudar a mantener cualquier tradición de Jessie viva en ellos.

Mientras mi madre trabajaba en encontrar un encendedor para las

velas en el pastel, sentí unos cálidos y musculosos brazos envolverse alrededor de mí por detrás y escuché:

—¿Cómo está haciéndolo la mamá de mi bebé? —susurró en mi oído.

Rompí en una risa y dije:

—La mamá de tu bebé está haciéndolo bien.

—¿Sin dolor hoy? —preguntó.

—No he dicho eso —respondí.

—¿Crees que puedes dar a luz a nuestro hijo o hija en el cumpleaños de

nuestros hermanos?

Pensé acerca de cómo sonaba eso.

—Jessie, alguien que no nos conociera creería que eso suena en verdad como un desastre.

Jessie puso sus manos en mi gran estómago enorme de embarazada y

se inclinó hacia mi vientre para decir:

—Solo estoy diciendo… sería realmente interesante si pudieras nacer

para tío Harley y tío Ozzy, pequeño bebé Boone.

—Tratar de convencer a este bebé de nacer hoy en el cumpleaños de Harley y Ozzy no tiene nada que ver con cuán ansioso estás de

averiguar si es niño a niña, ¿cierto? —pregunté, con sospecha.

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Georgia Cates

—Tiene absolutamente todo que ver con ello. Estoy enloqueciendo aquí, mujer —admitió.

—Fue tu idea de no averiguar si era un niño o niña, así que entiéndelo,

amigo. Falta otra semana para los nueve meses. Este bebé vendrá cuando él o ella esté listo y ni un minuto antes.

Reí por su ansiedad infantil porque era peor que Harley y Ozzy juntos.

Mi madre se rió de nuestra conversación mientras encendía las velas sobre el pastel y dijo:

—Jessie, espero que este bebé se parezca a ti porque si se parece a Claire, no va a venir hasta el siguiente año.

Rodé mis ojos divertida hacia ellos dos, luego cantamos Feliz cumpleaños a los chicos. Como prometí, estaba más que feliz de tener un gran pedazo de pastel de cumpleaños para tentar al bebé a moverse.

Agregué una gran bola de helado para ello por si acaso y bebí un refresco mientras Jessie me observaba porque pensaba que debería

beber agua en su lugar.

—Sé lo que estas pensando y papá dice que puedo tener una al día.

Jessie arrojó sus manos al aire como un criminal inocente.

—No dije ni una palabra, Princesa.

—Estabas pensando en ello porque lo vi en tu rostro —acusé.

No negó mi acusación, pero no tuve tiempo para pensar en ello a causa que sentí una gran patada.

—Ozzy, ven aquí, rápido. El bebé está moviéndose sólo para ti.

Ozzy corrió hacia mí y puso su cabeza y manos contra mi vientre. Sentí un gran movimiento y esperé para escuchar su respuesta.

—Pateó en mi oído. —Ozzy levantó la mirada hacia Jessie y dijo:

—Va a ser un pateador como yo, no un mariscal.

Jessie puso su mano encima de la cabeza de Ozzy y desordenó su

cabello.

—Oye… mejor observa, pequeño mono —advirtió divertido.

Comencé a reír y sentí una explosión, luego agua cálida mientras fluía

abajo por mis piernas. Mi corazón se aceleró un poco mientras me daba cuenta de lo que estaba pasando y Jessie notó la reacción en mi rostro mientras miraba abajo.

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—¿Qué está mal, Princesa?

Sonreí, luego mire hacia Jessie y dije:

—Bueno, mira, parece que el bebé se va a parecer a ti.

—¿Qué quieres decir? —preguntó con nerviosismo.

—El bebé no se va a retrasar como yo —dije, dándole una pista de lo

que estaba pasando.

Jessie se puso un poco pálido.

—¿Estaba viniendo ahora?

—Sí, él o ella está viniendo ahora. Acabo de romper aguas.

***

Después de que la habitación se quedó tranquila de la entrega y la

emoción de la familia dentro y fuera para ver nuestro pequeño milagro, estábamos finalmente solo nosotros tres. Jessie me miró mientras yo sostenía a nuestro bebé en mi pecho. Comenzó a sonreír y quise saber

lo que estaba en su mente porque había estado tan callado después de que llegamos al hospital.

—¿Qué estás pensando, Jessie?

No apartó la mirada de nuestra hija mientras dijo:

—Supongo que tengo dos Princesas ahora.

—¿Estabas esperando un chico?

La alcanzó para acariciar su cabeza.

—No. En cierto modo me siento como que ya he criado a dos chicos, así

que quería una niña. Ahora que la he visto, no puedo imaginar vivir sin ella.

Suspiró uno de esos lindos suspiros que solo un recién nacido puede hacer.

—Lo sé, yo tampoco. Es perfecta y es nuestra.

Pensé en todos los cambios que habíamos experimentado en los últimos años. Una vez que Jessie se recuperó de su todavía otra experiencia cercana a la muerte, vino a vivir con nosotros y mis padres se

enamoraron de él tanto como yo. Cuando vieron que rechazaba estar de acuerdo con cualquier futuro que no le incluyera, le aceptaron.

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Georgia Cates

No consiguió su beca de fútbol porque fue incapaz de terminar la temporada, pero eso no importó porque me golpeó fuera del mejor promedio y recibió una beca completa por eso en combinación con su

puntaje en las pruebas. Mis padres tomaron a los chicos y más tarde los adoptaron así podíamos ir a la universidad sin la preocupación de

criarles y porque mi madre sufriera de un caso del síndrome de nido vacío después de que nos hubiéramos ido.

Contra la advertencia de mis padres, nos casamos antes de terminar la

universidad porque ese loco e intenso amor que tenemos el uno por el otro no lo puso más fácil. Unos pocos meses después, descubrimos por qué deberías estar casado antes de tener sexo cuando esta pequeña

sorpresa cayó sobre nosotros.

Alcancé y toqué su mano.

—Se que no fue planeada, pero gracias por dármela.

Llevó sus ojos de nuestra hija y me miró y reí mientras decía:

—Sip, todavía necesito averiguar cómo te di una para así no repetirlo y

darte otra antes de lo que quiero.

Sabía lo que tenía la culpa y decidí que era tiempo de confesar.

—Estoy bastante segura que esto tiene un poco que ver con ese camisón que usé en tu cumpleaños y un divertido baile de tubo en el dormitorio, si piensas en eso por un momento.

Frunció su frente en concentración y rompí en una sonrisa mientras recordaba los eventos de la noche.

—¿Crees que fue cuando fue concebida?

—Estoy positivamente segura de que fue cuando ella sucedió —le aseguré.

Miró de nuevo hacia ella y dijo:

—Ella es el mejor regalo de cumpleaños que me han dado. —Se giró de nuevo para besar mis labios, luego dijo:

—Gracias.

Sonreí mientras le acariciaba de nuevo y pregunté:

—¿Nos decidimos por Finley?

—Finley Elizabeth Boone —lo dijo en alto, como si estuviera probando conducirlo—. Sip, lo adoro.

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Se inclinó y susurró en el oído de Finley:

—Pero creo que pegara con Princesa. Parece quedarle mejor.

FFFiiinnn

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WWhhoo MMaaddee WWhhoo –– AACC//DDCC Jessie mostrando su talento como mariscal de campo

TToouucchhiinn’’ OOnn MMyy -- 33OOHH!!33 La canción que Payton pone en el camino a la escuela

EEaatt TThhee RRiicchh -- AAeerroossmmiitthh El primer día de Jessie en la escuela

MMrr.. KKnnooww IItt AAllll -- KKeellllyy CCllaarrkkssoonn La ira de Claire porque Jessie piensa que ya la ha descifrado sin

conocerla

NNoottiicceedd -- MMuutteemmaatthh

Jessie pensando en Claire después de haberle hablado por primera vez

HHaauunntteedd -- JJeewweell

Claire considerando sus sentimientos por Forbes

BBrreeaakk tthhee SSaammee -- MMuutteemmaatthh Claire tratando de explicar que ella no tiene una vida perfecta

CCoommiinngg DDoowwnn -- DDuumm DDuumm GGiirrllss Jessie pensando durante la clase

NNoo hhaarrmm -- TThhee BBooxxeerr RReebbeelllliioonn Claire considerando el comportamiento incoherente de Jessie

SSoorrrryy -- RRoossss CCooppppeerrmmaann Jessie teniendo remordimiento por usar a Claire como munición contra

Forbes

TThhee PPrroommiissee ((AAccoouussttiicc)) -- RReennddiittiioonn bbyy JJuussttiinn FFuurrsstteennffeelldd ffrroomm BBlluuee

OOccttoobbeerr Jessie intentando disculparse con Claire

SSaayy IItt -- BBlluuee OOccttoobbeerr Claire enojada con Jessie después de insultarla frente a todo el mundo

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Georgia Cates

WWhhaatt LLiieess BBeenneeaatthh -- BBrreeaakkiinngg BBeennjjaammiinn Claire decidiendo vengarse de Jessie

AAwwaayy --BBrreeaakkiinngg BBeennjjaammiinn Claire ignorando a Jessie

MMooddeerrnn DDaayy ZZeerroo -- SSppiitt YYoouu OOuutt La actitud de Claire cuando ignoraba a Jessie

BBlluusshh -- BBeenn LLeeee Jessie proponiéndole a Claire rockear su mundo

Radiohead - Creep Los sentimientos de Jessie cuando Claire lo empieza a cachondear

CCoommee UUnnddoonnee -- JJaacckkssoonn WWaatteerrss

Claire volviéndose loca cuando Jessie le presta atención a Gretchen

HHoollddiinngg OOnn aanndd LLeettttiinngg GGoo -- RRoossss CCooppppeerrmmaann

Una genial descripción de Claire queriendo a Jessie

LLeett IItt GGoo -- FFaauuxxlliiaaggee

Jessie y Claire preguntándose qué es lo que el otro siente

CClloosseerr -- MMeexxiiccoollaass

Jessie y Claire escabulléndose juntos en la hoguera

JJuusstt AA KKiissss -- LLaaddyy AAnntteebbeelllluumm Reproduciéndose en el radio después de que Claire se fuera de la hoguera con Jessie

SSiiggnnss OOff LLiiffee -- AAnnddrreeww BBeellllee Jessie y Claire en el estacionamiento en Collinsville

KKiissss MMee -- JJaassoonn WWaallkkeerr

Bailando en el antiguo campo de fútbol en Collinsville

AAllll II’’mm TThhiinnkkiinngg OOff -- TTyyrroonnee WWeellllss

Jessie sin poder parar de pensar en Claire

UUggllyy SSiiddee -- BBlluuee OOccttoobbeerr

Jessie mintiéndole a Claire sobre su dinámica familiar

SSllooww && SStteeaaddyy -- SSlleeeeppiinngg AAtt LLaasstt

Jessie y Claire explorando los sentimientos del otro

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RRiigghhtt RRoouunndd -- FFlloo RRiiddaa Conversación sobre convertirse en una bailarina del tubo y un artista del tatuaje

YYoouu AArree AAllll II HHaavvee -- SSnnooww PPaattrrooll

Los sentimientos de Jessie por Claire después de que se estuviera con él en el hospital

IInn MMyy VVeeiinnss ((ffeeaatt.. EErriinn MMccCCaarrlleeyy)) -- AAnnddrreeww BBeellllee El beso de Jessie y Claire en el hospital

AA DDrroopp IInn tthhee OOcceeaann -- RRoonn PPooppee Payton preguntándole a Jessie si está enamorado de Claire

TTooggeetthheerr -- TThhee KKiinn Flirteando en la librería y besándose en el armario de almacenamiento

FFoorr YYoouu II WWiillll -- TTeeddddyy GGeeiiggeerr Jessie pidiéndole a Claire que lo elija a él sobre a Forbes

TTiimmeess IInnffiinniittyy -- MMeexxiiccoollaass Claire declarando su amor por Jessie

DDoonn’’tt YYoouu WWaanntt TToo SSttaayy -- JJaassoonn AAllddeeaann aanndd KKeellllyy CCllaarrkkssoonn

Claire pidiéndole a Jessie que se quede con ella

SShhoouulldd BBee LLoovveedd-- BBlluuee OOccttoobbeerr

Forbes entrando a la casa de Claire sin invitación

TTaanngglleedd UUpp IInn YYoouu -- SSttaaiinndd

Despertándose con Claire después de pasar la noche

LLooookkiinngg AAtt HHeerr FFaaccee -- TTyyrroonnee WWeellllss

Viendo a Claire después de levantarse juntos

SSoommeeddaayy YYoouu WWiillll BBee LLoovveedd -- DDeeaatthh CCaabb ffoorr CCuuttiiee El deseo de Jessie para que Claire tenga a alguien mejor que él

AAmmnneessiiaa -- BBlluuee OOccttoobbeerr Jessie conociendo a la mamá de Claire

SSttrroonnggeerr -- KKeellllyy CCllaarrkkssoonn Claire sacando fuerzas para volver a la escuela después de romper con Jessie

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Georgia Cates

IIff YYoouu OOnnllyy KKnneeww -- SShhiinneeddoowwnn Los sentimientos de Jessie después de que pensara que lo ha superado

TThhee MMaann II WWaanntt ttoo BBee -- JJaayy OOlllleerroo Los pensamientos de Jessie sobre el dolor que le causó a Claire

RRuunn DDrryy -- CCiivviill TTwwiilliigghhtt Jessie encontrando a Claire en su casa después del juego de pelota

YYoouu AArree TToooo BBeeaauuttiiffuull -- HHaawwkksslleeyy WWoorrkkmmaann Claire tratando de seducir a Jessie en su casa

TThhee AAnnsswweerr -- BBlluuee OOccttoobbeerr La necesidad de Jessie por ser firme antes de dejar a Claire entrar

PPiiccttuurree -- MMuutteeMMaatthh

La esperanza de Claire después de que sus padres aceptaran ayudar a Jessie

IInn MMyy AArrmmss -- PPlluummbb Jessie y Claire con Harley y Ozzy

PPlleeaassee DDoonn’’tt GGoo -- BBaarrcceelloonnaa Claire y su padre encontrando a Jessie moribundo

CClluummbbssyy CCaarrdd HHoouussee -- BBlluuee OOccttoobbeerr Y vivieron felices por siempre

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Georgia Cates

La mejor amiga de Payton Archer, Claire, se esfuerza por ser perfecta en todas las formas posibles. Pero Payton no, y esta es su historia.

A Nick Hawke le gusta su veloz coche, y

chicas que lo son aún más. Él corre a mujeres incluso más rápido que en sus carreras de autos debajo de "The Strip" en Collinsville, y

no lo gustaría que fuera de otra manera. Decidido a evitar la devastación que ha visto a su padre soportar como consecuencia del

abandono de su madre, él cree que no hay lugar en su vida y su corazón para una

relación que dure más de una noche. Él busca la felicidad en cosas que no le defraudarían; coches rápidos, adrenalina y rollos de una noche. Para su consternación absoluta, todo eso cambia cuando

inesperadamente se encuentra con un viejo amigo y le presenta a Payton Archer, la primera chica que siempre quiso tener más de una

noche. Sólo hay un inconveniente; es completamente inmune a él y a su tranquila forma de hablar… Payton Archer está buscando lo que Claire tiene con Jessie, pero ha renunciado a encontrarlo... o al menos hasta

que vaya a la universidad en el otoño, porque es cierto que es allí donde encontrará el hombre perfecto para encajar en su mundo perfecto. No

planea nada para el Verano excepto tres meses llenos de diversión sin incidentes pero resulta ser todo menos ordinario cuando Payton es presentada a Nick Hawke, uno de los viejos amigos de Jessie en

Collinsville. Ella se sorprende por su atracción inmediata e intensa hacia "Hawke" porque nada de él es lo que Payton está buscando. Claro, es ardiente y sexy, pero él es de Collinsville, y eso no es, sin duda, algo

en su lista de requisitos previos. Todo en él hace que el corazón de Payton se acelere porque es emocionante y peligroso, pero su coche

rápido y las decisiones peligrosas que toma no son lo que más asusta a Payton... es la forma en la que Nick Hawke la hace sentir cada vez que la mira.

¿Puede Payton encontrar ese momento de intrepidez total y tomar la decisión de abandonar un seguro, poco profundo amor para arriesgar hundirse por

completo?

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Georgia Cates

ha vivido toda su vida en Mississippi. Es esposa, madre de dos hijas, enfermera de

parto y ávida amante de cualquier cosa romántica. Fue durante la escritura del segundo libro de la serie The Vampire Agápe

que la idea de Going Under se desarrolló y dejó el trabajo de ese proyecto para

desarrollar la hermosa historia de Jessie y Claire.

Puedes encontrarla en su Blog, Facebook, Twitter y Goodreads.

LLiibbrrooss ddee GGeeoorrggiiaa CCaatteess

Serie Beauty:

1. Beauty From Pain

2. Beauty From Surrender

3. Sin título (Publicación 2014)

Serie Going Under:

1. Going Under

2. Shallow

Serie The Vampire Agápe:

1. Blood of Anteros

2. Blood Jewel

3. Blood Doll

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Georgia Cates

TTTrrraaaddduuuccciiidddooo,,, CCCooorrrrrreeegggiiidddooo yyy

DDDiiissseeeñññaaadddooo

eeennn:::

Un anhelo... una ilusión… la unión de varias mentes con un mismo objetivo; la oscuridad es su camino… las tinieblas su trono.

¿Qué esperas? El Lado Oscuro te llama.