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REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA Director· C JIMÉNEZ DÍAZ. Secretarios: J. DE PAZ Y F. VIVANCO A i M · ' 13 Madrid / Administración y Correspondencia: Editorial Científico Médicll> Redacción: nton o aura, , . NúM. s, 15 DE SEPTIEMBRE DE 1943 TOMO X REVISIONES DE CONJUNTO LAS ALTERACIONES E STRUCTURALES EN LA ALTURA Y SU MECANISMO P ATOLóGI CO F. J. GARCÍA CoNDE INTRODUCCIÓN Cuando en la segunda mitad del sigl_o XIX VIRCHOW su Patol ogía Celular, ya no es postble concebir la enfermedad y la perturbación funcional sin un substrato anatomopatológico. GRISSINGER . comentando la obra del gran histopatólogo alemán, decía que se había sobrevalorado en ella lo morfo- lógico, con manifiesto olvido, afirmaba, "de las al- teraciones de la sangre y de los nervios". En el momento actual las ideas de VON BERG- MANN, han sobreestimado con una visión igualmente unilateral de los problemas biológicos lo funcional sobre lo morfológico. En patología experimental y en medicina aero- náutica estas dos corrientes del pensamiento médico se desenvuelven cronológicamente de un modo in- verso. En 1941, GRAYBIEL 1 , refiriéndose a las modifi- caciones que el aparato circulatorio, y singularmente el corazón, experimentan en la altura, y después de examinar los antecede ntes de s de siete millones de viajeros que habí an desfilado por las Compañías de navegación aérea de los EE. UU. , expuso su opi- nión de que todas estas modificaciones, de orden fun- cional, tenían up. carácter reactivo y de a las circunstancias del nuevo ambiente en que los sujetos se d esenvuelven. RUFF y STRUGHOLD 1 consideran que l_os sujetos sometidos a las circunstancias de altura varían en sus modificaciones funcionales según cua.tro zonas: 1. 0 Hasta los dos mil quinientos metros, no se pre· senta alteración alguna, y por ello esta zona es ca- lificada con el nombre de "zona indiferente". 2. 0 Des- de esa altura hasta los cuatro mil metros encontra- mos una completa acomodación orgánica: "zona re- 23 acc iona!'' . 3. 0 Desde los cuatro a los siete mil metros se observan manifestacion es clínicas expresivas de una incompleta compensación funcional: . "zona de alteraciones". 4. 0 En las alturas supen ores a los ste- te mil metros nos encontramos ya en la "zona crí- tica mortal" En estos últimos tie mp os se han dado a conocer en los sujetos, y en los animales de experi!Dentación sometidos a depresiones intensas y continuadas , al- teraciones histopatológicas que se extienden de modo pr eferente al sistema nervioso, corazón, hígado, ri- ñones, y cuya naturaleza y mecanismo patogénico nos proponemos revisar en este trabajo. ALTERACIONES HISTOPATOLÓGICAS A) SIS TEMA NERVIOSO.-Ya en 1936 BÜCH- NER y LUFT J observaron la aparición de ,graves al- teraciones celulares, degenerativas, del sistema ner- vioso central en cobayas sometidos duran te varios días a la acción de depresiones equivalentes a siete y ocho mil metros de altura. A iguales conclusiones llegaron los investigadores japoneses AMBO y NA- KAMU RA 4, trabajando con conejos en la cámara de bajas presiones ( C. B. P.). Más recientemente, AL TMANN y ScHUBOTHE s, en 1942 , han intentado aclarar el m eca nismo y la razón de existencia de estas alteraciones estructurales. Los citados investigadores se p lant ea n estos tres problemas previos: a) ¿Prodúcense las mismas alteracion es celulares en el sistema nervioso de los animales de jerarquía cerebral superior, trab ajando en condiciones experi- mentales similares o id énticas? b) Si estas alteraciones se producen, ¿tienen igual localización? e) ¿Debe admitirse que estas alteraciones estruc- turales son de origen agón ico? O por el contrario, ¿son causadas por la hipoxidosis? Confirmaría esta última hipótesis la presencia de alteraciones morfo- lógicas en los animales, que después de haber sobre- vivido a la hipoxidosis, son mu ertos súbitamente por decapitación .

ALTERACIONES ESTRUCTURALES EN LA ALTURA - Elsevier

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REVISTA CLÍNICA ESPAÑOLA

Director· C JIMÉNEZ DÍAZ. Secretarios: J. DE PAZ Y F. VIVANCO

A i M · '13 Madrid / Administración y Correspondencia: Editorial Científico Médicll>

Redacción: nton o aura, , . NúM. s,

15 DE SEPTIEMBRE DE 1943 TOMO X

REVISIONES DE CONJUNTO

LAS ALTERACIONES ESTRUCTURALES

EN LA ALTURA Y SU MECANISMO

PATOLóGICO

F. J. GARCÍA CoNDE

INTRODUCCIÓN

Cuando en la segunda mitad del sigl_o XIX セイ・。@VIRCHOW su Patología Celular, ya no es postble concebir la enfermedad y la perturbación funcional sin un substrato anatomopatológico. GRISSINGER. comentando la obra del gran histopatólogo alemán, decía que se había sobrevalorado en ella lo morfo­lógico, con manifiesto olvido, afirmaba, "de las al­teraciones de la sangre y de los nervios".

En el momento actual las ideas de VON BERG­MANN, han sobreestimado con una visión igualmente unilateral de los problemas biológicos lo funcional sobre lo morfológico.

En patología experimental y en medicina aero­náutica estas dos corrientes del pensamiento médico se desenvuelven cronológicamente de un modo in­verso.

En 1941, GRAYBIEL 1, refiriéndose a las modifi­

caciones que el aparato circulatorio, y singularmente el corazón, experimentan en la altura, y después de examinar los antecedentes de más de siete millones de viajeros que habían desfilado por las Compañías de navegación aérea de los EE. UU., expuso su opi­nión de que todas estas modificaciones, de orden fun­cional, tenían up. carácter reactivo y de 。⦅セッュッ、。」ゥョ@a las circunstancias del nuevo ambiente en que los sujetos se desenvuelven.

RUFF y STRUGHOLD 1 consideran que l_os sujetos sometidos a las circunstancias de altura varían en sus modificaciones funcionales según cua.tro zonas: 1.

0 Hasta los dos mil quinientos metros, no se pre· senta alteración alguna, y por ello esta zona es ca­lificada con el nombre de "zona indiferente". 2.0 Des­de esa altura hasta los cuatro mil metros encontra­mos una completa acomodación orgánica : "zona re-

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acciona!'' . 3. 0 D esde los cuatro a los siete mil metros se observan manifestacion es clínicas expresivas de una incompleta compensación funcional: . "zona de セ。ウ@alteraciones". 4.0 En las alturas supen ores a los ste­te mil metros nos encontramos ya en la "zona crí­tica mortal" •

En estos últimos tiempos se han dado a conocer en los sujetos, y en los animales de experi!Dentación sometidos a depresiones intensas y continuadas, al­teraciones histopatológicas que se extienden de modo preferente al sistema nervioso, corazón, hígado, ri­ñones, y cuya naturaleza y mecanismo patogénico nos proponemos revisar en este trabajo.

ALTERACIONES HISTOPATOLÓGICAS

A) SISTEMA NERVIOSO.-Ya en 1936 BÜCH­NER y LUFT J observaron la aparición de ,graves al­teraciones celulares, degenerativas, del sistema ner­vioso central en cobayas sometidos durante varios días a la acción de depresiones equivalentes a siete y ocho mil metros de altura. A iguales conclusiones llegaron los investigadores japoneses AMBO y NA­KAMURA 4, trabajando con conejos en la cámara de bajas presiones (C. B. P.).

Más recientemente, AL TMANN y ScHUBOTHE s, en 1942, han intentado aclarar el mecanismo y la razón de existencia de estas alteraciones estructurales.

Los citados investigadores se plantean estos tres problemas previos:

a) ¿Prodúcense las mismas alteraciones celulares en el sistema nervioso de los animales de jerarquía cerebral superior, trabajando en condiciones experi­mentales similares o idénticas?

b) Si estas alteraciones se producen, ¿tienen igual localización?

e) ¿Debe admitirse que estas alteraciones estruc­turales son de origen agónico? O por el contrario, ¿son causadas por la hipoxidosis? Confirmaría esta última hipótesis la presencia de alteraciones morfo­lógicas en los animales, que después de haber sobre­vivido a la hipoxidosis, son muertos súbitamente por decapitación .

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Los investigadores citados han realizado sus ex periencias en gatos, los cuales por su mayor riqueza expresiva en el sistema motor, así como por la exis­tencia de investigaciones anteriores sobre su sistema n ervioso, ofrecen a los autores un magnífico material de observación y control. El planteamiento de estas experiencias sugiere algunas reflexiones.

Hasta ahora los problemas experimentales médico­aeronáuticos eran concebidos de modo simplista, alu­diendo únicamente al defectuoso aporte de oxígeno, y hemos de ver cómo las modificaciones estructura­les que aparecen en el sistema nervioso no se deben de modo exclusivo a la magnitud qel defectuoso aporte de oxígeno, sino que se hallan condicionadas de igual modo por el tiempo de permanencia de los animales en la C. B. P .

El equipo de gatos estudiado por Jos investigado­res de Friburgo, ofrecía la siguiente distribución:

Grupo A. -Estaba integrado por tres gatos man­tenidos dos veces diarias durante dos horas en de­presiones inferiores a la depresión crítica. La expe­riencia era repetida en días sucesivos de 6 a 12 veces.

Grupo B.- Constituído por tres gatoc; sometidos de una a ocho horas consecutivas a una depresión crítica.

Grupo C.- Integrado igualmente por tres gatos sometidos de una a ocho horas consecutivas a una depresión crítica y repitiendo la experiencia una o dos veces en días sucesivos.

Grupo D . -Lo forman seis gatos mantenidos de seis a ocho horas en una depresión crítica. La ex­periencia era repetida en días sucesivos de siete a die­cisiete veces.

Grupo E. - Lo forman tres gatos sometidos dos o tres veces a siete horas de depresión crítica, y una o dos veces durante veinte horas consecutivas a una depresión idéntica.

Las alteraciones aparecieron en un caso del gru­po C, en tres del D y en toda la serie E. Debe ha­cerse notar que en la serie C, los animales eran some­tidos al experimento graduando la intensidad del mismo con arreglo a sus condiciones individuales.

Parece desprenderse de estos protocolos que la hi­poxidosis sólo provoca alteraciones cuando es soste­nida durante algún tiempo, y que estas alteraciones varían desde el punto de vista anatomopatológico, desde la simple necrosis parenquimatosa hasta los reblandecimientos más extensos, en relación a la in­tensidad y duración de la hipoxidosis.

La histopatografía de las lesiones era ya en los trabajos primitivos de BüCHNER 6 y colaboradores en los cobayas selectiva, afectándose preferentemente cerebelo, cerebro y medula oblongada, y en estos ór­ganos se afectaba de modo casi exclusivo la substan­.cia gris.

Una cosa similar se ha encontrado por AL TMANN y SCHUBOTE 7 en los gatos en los cuales se afecta de ゥセオ。ャ@ modo casi exclusivamente el territorio gris, ini­ctalmente el cerebelo, y más tarde el cerebro ha­biendo セ・。ャ。 、ッ@ SCHOL TZ 8 la correlación. ent;e las alteraciones histopatológicas de ambos territorios del sistema nervioso central en la epilepsia.

. En algunos casos se afectan también el cuerpo ge­mculado lateral y la porción caudal del estriado, en .tanto el putamen es notablemente resistente a la hi-

poxidosis. El globus pallidus sólo se afectó en un caso.

Las 。ャエ・セ。」ゥッョ・セ@ de la medula oblongada y de la medula espmal eran muy raras.

Inicialmente セ・@ afectan _los elementos ー。セ・ョアオゥュ。N@tosos llegando a la necrosts, en tanto la glía perma. nece inalterada e incluso prolífera, y en un segundo estadio estos elementos claudican también frente a la hipoxidosis, produciéndose extensos セ・「ャ。ョ、・」ゥᆳ

mientos. Las alteraciones que se observan en las células

afectan los tipos histológicos más variados, desde la isquémica y edematosa hasta el enturbiamiento 0 en­cogimiento celular. Es cosa interesante qpe en uno de los gatos coexistían en territorios muv próxi­mos alteraciones celulares completamente diferentes. SCHOLTZ 9, que ha estudiado en estos últimos años los problemas de la morfología íntima del sistema nervioso. ha llegado a la conclusión de que los más diversos tipos de alteración celular pueden sub<eguir a alteraciones circulatorias, si bien únicamente la forma isquémica es directamente imputable a la hi­poxidosis.

Ante estos resultados nos preguntamos: ¿La mo­dalidad de alteración celular es expresiva de una ma· yor o menor intensidad de la hipoxidosis o es, por el contrario, el resultado de una especial manera d< responder ante el defectuoso aporte de oxígeno dt los elementos formes que se afectan?

Para unos autores como SCHOL TZ la altcrac1ón depende de la intensidad de la hipoxidosis. Como consecuencia de la agudeza de ésta. se provocaría una sobreacid ificación hística, y subs1guientcm.:nte, la co3gulación del protoplasma, constituyéndose as[ el substrato de lo que él llama "alteración celular aguda" ( Akut, Zellererkrankung), en tanto que si la hipoxidosis es menos intensa y más continuada la célula se altera más lentamente: "alteración celular crónica" (Schwer, Ze/lererkrankung) .

Sin embargo, MÜLLER 11 ha observado que las cé· lulas de Betz de las capas tercera y quinta exhiben la alteración celular crónica mientras que los elementos celulares circundantes se afectan con la modalidad aguda. Como las células antes mencionadas son tan sensibles a la hipoxidosis como las demás, hemos de pensar que la estructura celular condicionaría en al· gún modo la forma especial de s11 degeneración.

Si resumimos todas las perturbaciones · estructura­les observadas vemos que inicialmente la célula ner­viosa en hipoxidosis exhibe una coloración blanco­azulada del protoplasma con disolución de los gru­mos de Nissl. y formaciones estriadas en el mismo, en tanto el núcleo se mantiene bien limitado y sin ostensibles alteraciones. Cuando este estadio pasa a la cronicidad se observa una intensa granulación pro· toplásmica, falta de limitación entre· el núcleo y el protoplasma, y picnosis nuclear. En las fases más avanzadas del proceso aparece la vacuolización del protoplasma, que como veremos es la modificación más típica que ofrecen todos los órganos ante la hi­poxidosis, y que representaría en sentir de ScHIR­MEISTER y ROTTER 12 una fase en la evolución de la célula nerviosa hacia la necrosis ante el aporte defec­tuoso de oxígeno .

En realidad estos dos períodos no están delimita·

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dos tan rígidamente, y entre uno y otro. en.contra­mos fases evolutivas que expresan la contmUldad de la hipoxidosis. Una cosa idéntica ha observado oセッᆳROKOW 13, cuando somete conejos a sobrecalentamten­tos, y lo mismo ROSENTHAL 1

4, ■ョエックゥ」£セ、ッャッウ@ con guanidína. En uno y otro caso van aparee1endo al.te­racíones morfológicas graduales que varían con la 10-

tensidad del calentamiento y de la intoxicación, res­pectivamente.

En las células de Purkínje del cerebelo se han ob­servado alteraciones de los nucleolos, que gan la im­presión de hallarse vacuolízados e integrados por varías formacion es esferoideas separadas por banda obscura. SUZUKI 15, estudiando la degeneración de la célula nerviosa ha observado idénticas modificaciones, señalando por otra parte la posibilidad de que el nú­cleo puede regenerarse a partir del nucleolo.

B) MúSCULOS. -En cobayas a los que había sometido a hipoxidosis por variados mecanismos (de­presiones intensas, supresión de la イ・ウーゥイ。」セセョ@ de oxí­geno en grandes alturas, privaciones de oxígeno con presión normal, mezclas respiratorias, intoxicación por óxido de carbono, colapso ortostático, etc.) en­contró PICHOTKA 16 alteraciones muy singulares en la fibra muscular estriada, variables en su estructura en relación con la cuantía de la hipox idosis.

E n la fibra muscular estriada del corazón del co­bayo, se observa en primer lugar una degeneración hialina y una desaparición de la ordenación nQ_rmal de los núcleos, colocados, como es sabido, a lo largo de la fibra muscular. En casos más avanzados se des­arrollan en una mayor extensÍón del halo perinu­clear notables aclaramientos. Estos aclaramientos no tienen limitación precisa, integrando en ocasiones un anillo claro que rodea los núcleos hialinizados. Es frecuente observar en este estadio que algún núcleo, sumándose a los anillos, completa el círculo. El acla­ramiento va extendiéndose y origina una vacuola, no tan bien delimitada como las vacuolas hepáticas, pero ya claramente visible.

Las vacuolas se encuentran a lo largo de la fibra muscular integrando en ocasiones a modo de un co­llar de perlas que permanece bien separado del núcleo. Estas vacuolas y la degeneración gutular hialina no se observan en el corazón normal del cobaya, en el que pueden generarse seudovacuolas originadas por encogimiento de las fibrillas vecinas, y colocadas tan­gencialmente al núcleo.

La presentación en el corazón del 」ッ「セケ。@ de alte­raciones iniciales en el halo perinuclear por la hipo­xidosís se debe a que es éste el lugar más alejado de la pared vascular y es por ello el que primero se afec­ta ante el aporte defectuoso del oxígeno.

C) HíGADO. - E n condiciones experimentales idénticas a las empleadas para observar l(!s alteracio­nes de la fibra muscular cardíaca encontró PICHOT­KA, en el hígado de los cobayos, singulares modifi­caciones anatomopatológicas.

Los hallazgos hepáticos ofrecían diferencias con relación a la situación del animal. Si la muerte so­「セ・カゥ・⦅ョ・@ después de un período muy breve de hipo­XldOslS el cuadro histopatológico es muy similar al que ofrece el hígado del cobayo normal. ·

La célula no está totalmente rellena de protoplas-

ma y éste se condensa- en dos 「。ョ、。セL@ una 。ャイ・セ・、ッイ@d¿ los límites celulares y otra envolv1endo al ョオ」ャセッN@Entre ambas señálase un espacio ópticamente vac10. En otras ocasiones el protoplasma no 。、セーエ。@ Qセ@ for­mación en bandas, ofreciendo formas aun n;as re­gulares, y en los alrededores . del . call}po penportal obsérvanse anillos de células sm ntngun fallo Y con un protoplasma relativamente homogéneo. Entre es­tas dos variedades celulares encuéntranse ,formas de tránsito. . ,

Alrededor de la vena central del lobuhllo obser-vanse en una extensión variable células aisladas o en serie con un protoplasma espeso y claramente basó­filo. En estas células aparecen en ocasiones una gran vacuola y rara vez varias pequeñas vacuolas. El pro­toplasma es unas veces granu)s>so y turbio, 」ッョウエゥセオᆳyendo en ocasiones esta alteración protoplasmática el único hallazgo anatomopatológico.

En estos animales la riqueza glucogénica del hí­gado es aproximadamente igual a la del 」ッ 「。カセ@ nor­mal. únicamente en la parte central del lobuhllo el glucógeno ha desaparecido. y, como consecuencia de ello, existe una condensación del protoplasma, en­centrándose las células adelgazadas y con una gran vacuola.

Distinto es el cuadro en los animales muertos des­pués de una larga privación .. de oxígeno. Todo el lobulillo señala la existencia de células de igual espe­sor, con un protoplasma en gran parte turbio y lleno de finas granulaciones. En muchas células se obser­van en el interior del protoplasma clarificaciones redondeadas en su forma total, pero irregulares en sus límites. Contrariamente a lo que ocurre en la fibra muscular estriada, las clarificaciones no se en­cuentran en las proximidades del núcleo. sino prefe­rentemente en la periferia protoplásmica.

En otras células hállanse vacuolas redondeadas, de límites bien precisos y de tamaño muy pequeño. co­existiendo al lado de células fuertemente eosinófilas otras con una estructu ra basófila homogénea.

Po r último, encontramos en algunas células, va­cuelas completamente limitadas de grosor y forma muy variables, y cuando existen varías, aléanzan en­tre todas ellas el tamaño de una sola. Su forma es redondeada u oval y mucho más regular que la de las grandes vacuolas. La deformación nuclear apa­rece en las células hepáticas con menos frecuencia que en las fibras musculares estriadas.

El contenido de las vacuolas es variable, óptica­mente vacío en unas , ofrece en otras un contenido homogén.e? coloreable con eosína y rara vez con hem atox1lma, en aparente dependencia con la colo­ración del protoplasma. E l espesor de la coloración varía en los diferentes animales, rellenando en unos casos completamente la vacuo la, o condensándose la セ。エN・イ■。@ 」ッャッイ。ョエセ@ en un anillo que flota en un espacio optlcamente vaoo. En estos casos el glucógeno d es­aparece en una gran exten'Sión.

La ordenación de las vacuolas es característica en los lobulíllos h: páticos. En los casos en que apare­cen leves 。ャエ・セ」QPョ ・ウN@ col?came éstas en la parte cen­tral del lobul.tllo, d1smmuyendo hacía la periferia. En las vacuohzacíones extensas se observa un fenó­meno similar, llamando la atención que -las dos 0 tres セ← ャオャ。 ウ@ que rodean la vena central no están va­cuohzadas.

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Esta localización de las alteraciones hepáticas sub­siguientes a hipoxidosis corresponde セ@ lo ・ョ」ッョセイセ、ッ@por varios ゥョカ・ウエセァ。、\[^イ・ウ@ . en . l_as ャ・ウキョ・セ@ セ・ー。エQ」。ウ@subsiguientes a h1pOx1dosts ammales. Idenhcos ha­llazgos han realizado Aカヲセleセ@ y ROTTER 1

7 el?- ャセウ@sujetos ュオ・イエッセ@ por htpoxldoslS. 。ァオ、セN@ J?sta. セエウエョᆳbución se exphca por la progres1va d1smmuc10n de la tensión de oxígeno de la periferia al centro del lobulillo que da origen a una insuficiente arteriali­zación de la sangre en la zona central.

D) OTROS ÓRGANOS. -Las alteraciones renales son insignificantes, y únicamente tienen valor cuan­do coexisten con alteraciones cardiohepáticas.

MüLLER y RoTTER han encontrado en dos suje­tos muertos por hipoxidosis aguda en la altura de­generación vacuolar en la medula suprarrenal. En uno de ellos encontraron degeneración gutular hia­lina en las células basófilas de la hipófisis, y en el tiroides, degeneración gutular, que, como veremos después, constituye una fase previa a la vacuoli­zación.

MECANISMO PATOGÉNICO

Numerosas teorías han pretendido explicar el me­canismo patogénico de las alteraciones morfológicas que acabamos de exponer. Vamos a revisar las de mayor interés.

A) TEORÍA AGÓNICA. - BücriNER 18 ha seña­lado que las alteraciones celulares del sistema ner ­vioso central en los gatos y cobayas sometidos a hi­poxidosis son notoriamente preterminales, pero des­arrolladas sobre la base de una alteración metabólica previa. Las alteraciones celulares pueden originarse poco antes de la muerte del animal, pero, sin embar­go, esto no quiere decir que la necrosis del parén­quima celular sea imputable directamente a la agonía.

Numerosos investigadores señalan que una larga alteración metabólica condicionada por el defectuoso aporte a los tejidos puede determinar una- necrobio­sis celular acompañada de inhibición que se mani­fiesta bruscamente, dando b impresión de que las cé­lulas pasan· de modo súbito desde la integridad fun­cional a la muerte.

B) TEORÍA DEL AGOTAMIENTO HIDROCARBO­NADO. - En los animales de experiencia en los cua­les la permanencia en la C. B. P. es de Lirga dura­ción, ha de tenerse en cuenta el agotamiento de reservas hidrocarbonadas a que conduce la defectuosa alimentación de los animales. El aflujo nutritivo al cerebro se halla alterado probablemente por agota­miento de las reservas glucogénicas del hígado, no recibiendo el sistema nervioso central la suficiente glucosa para atender a sus necesidades funcionales. Hasta qué punto es importante la existencia de glu­cosa para el metabolismo de la célula nerviosa nos lo demuestran las investigaciones de HIMVICH y co­laboradores 1

9, que pudieron demostrar una dismi­セオ」ゥョ@ de l,a capacidad de la célula nerviosa para uti­hzar el ox_1geno cuando se encuentra en penuria de glucosa. Dtferentes autores nos suministran datos en apoyo de esta teoría. SUGARD y GERARD zo han ob­servado en el electroencefalograma una precoz des-

aparición del potencial b_ioeléctrico, después de h ligadura de todas las artenas que afluyen al cerebro previa inyección de insulina, una };lora antes de ¡; supresión del aflujo sanguíneo a los centros.

Los trabajos de diferentes investigadores inglese¡ y norteamericanos señalan que en los aviadores 50•

metidos a sulfamidoterapia las consecuencias del de· fectuoso aporte de oxígeno se dejan sentir con gran rapidez. La deficiente utilización del oxígeno en es­tos casos セ・「・@ at_ribuirse a la accióJ?- セョィゥ「 ゥ、ッイ。@ qu1 las sulfam1das eJercen sobre la acttvtdad funciona' de la vitamina B1 , que repercute sobre la integridad del metabolismo hidrocarbonado. como ha ウ・。ャ。、セ@recientemente VON EULER 21 al poner de manifiesto el acúmulo de ácido pirúvico en la sangre de los ani. males en avitaminosis B 1 •

P or otra parte, las alteraciones estructurales que se provocan en t>l sistema nervioso central después de la intoxicación por sulfamidas son muy similaw a las que venimos estudiando como consecuencia dt la hipoxidosis, según se desprende de los estudios dt ENGELHARDT y BIRKENMAIER 11•

C) TEORÍA DE LA PARÁLISIS RESPIRATORIA.­La significación de la detención respiratoria en el des· arrOllo de alteraciones estructurales en el sistema ner. vioso central se ha puesto de relieve en los expen· mentos de narcosis realizados por BLUME y ME YER n. Si la detención respiratoria duraba por !1 menos tres minutos se observa un claro ー。イ。ャ・ャゥウュセ@entre ella y la intensidad y extensión de las altera· ciones cerebrales. Sin embargo, después de dtez mi­nutos de pausa respirato ria pudo encon trarse un. ausencia absoluta de lesiones.

WEINBERGER y GIBBON 24 han ウ・。ャ。、セ@ que pue· de interrumpirse durante tres minutos el aflujo de sangre al sistema nervioso central sin consecuencias para éste, y, por otra parte, en las investigaciones de AL TMANN y colaboradores, en animales en los que se habían producido varias detenciones respiratorias, no pudieron determinar alteración morfológica al· guna.

D) TEORÍA HEMODINÁMICA. -Después de las investigaciones de SCHNEIDER 2

5 se sabe que el cola¡r so de altura debe atribuirse a un súbito descenso de la circulación cerebral a valores mínimos. Se encuen· tra un descenso de la presión arterial y un aumento de la presión venosa que hace insuficiente la diferen· cial arteriovenosa para el mantenimiento de la circu· !ación cerebral. Estas alteraciones hemodinámicas aumentan, como es natural, la hipoxidosis. Como consecuencia de estas alteraciones circulatorias gene· rales se presentan trastornos en la distribución vascu· lar local. Hasta qué punto la electividad de las lesio­nes es atribuíble a esta alteración en la distribución sanguínea o a un espasmo vascular de los territorios respectivos es cosa que no puede decidirse. Sea cual· quiera la causa, el h ech o es que esta alteración hemo· dinámica incrementa la hipoxidosis.

REIN 26 ha señalado el menor rendimimto del co· razón aislado, cuando es separado del hígado. セQ@lado de la importancia que sobre la hemodínámtca tiene el hígado no podemos olvidar en la hora pre· sente su intervención, señalada por el ヲゥセQャッァッ@ de Gottingen como órgano creador de substancias ac-

toセエッ@ X N(•NRR· 5

ALTERACIONES ESTRUCTURALES EN LA ALTURA 301

tivas que intervienen sobre el ュ・エ。「ッャゥセュッ@ íntimo de la fibra muscu:ar cardíaca. Lo que ha ウ Qセ P@ llamado por los autores alemanes "capital ・エ[・ イ ァセエエ」ッ@ 、セャ@ .co­razón" está integrado por el adenosm ptrofosfonco, el glucógeno y el 」イ・。エ■セMヲッ セヲ イゥ」ッN@ _SCHUMANN

27 h,a

observado, en sus expenene1as de hgadur_a 、セャ@ c\_セ・ᆳdoco en las ratas blancas, una notable dtsmmucton de las dos primeras substancias. Podríamos interpre­tar estas alteraciones metabólicas del corazón como el substituto previo a la vacuolización de la fibr_a muscular estriada cardíaca que tendría su razón pn­mera en la perturbación del hígado, el cual repercu­tiría sobre el corazón por su doble alteración hemo-dinámica y metabólica. .

MüLLER y RoTIER 28 han señalado retteradamen-te las alteraciones hemodinámicas con preferente re­percusión en el h ígado, que aparecen en los aviadores muertos por hipoxidosis brusca en altura:

La vacuolización que aparece en los ammales ana­filactizados podría atribuirse a las graves alteraciones de la hemodinámica similares al colapso de altura. Sin embargo, no está todavía explicado por qué ra­zón en los sujetos inmunizados, en los cuaJes, según FISCHLER y HJARRE 29, no se provocan graves alte­raciones vasculares, aparece la vacuolización de las células hepáticas.

E) TEORÍAS FÍSICOQUÍMICAS. - L a ーイ・ウ・セエセᆳción de vacuolas celulares en otros ・ウエ。、アセ@ patologt­cos. singularmente en las intoxicaciones, ha hecho pensar a numerosos autores que la vacuolización de­bía atribuirse a una perturbación físicoquímica 、セ@

la célula. ZIEGLER y ÜBOLONSKY JO han descrito vacuoli-

zaciones hepáticas en las intoxicaciones por arsénicc y fósforo. EHRLICH 31 las ha puesto de manifiesto en 1a intoxicación cocaínica del ratón. JAFFE 32 las encontró en la intoxicación por fenilhidracina. FISCHER 33, en las intoxicaciones por hidrato de amilen o. Más modernamente VOGT 34 ha descrito estas alteraciones celulares en la intoxicación por fa­loidina.

Para FISCHER, que ha estudiado la acción vacuo· lizante de diversos tóxicos liposolubles. su mecanis· mo estribaría en una permeabilización de la mem­b rana celular para el agua, a consecuencia de la acción del tóxico sobre esta membrana.

PICHOTKA 35, después de sus estudios sobre la de­generación vacuolar, sostiene la hipótesis de que estos tóxicos bloquean la actividad fermentativa de las células, inhibiendo . las oxidaciones y provocando subsiguientemente una hipoxidosis aguda. El punto de ataque de estos tóxicos sobre el sistema Redox no es exactamente conocido, pero es evidente el bloqueo del aporte de oxígeno a la célula.

RAUM 36 estableció por vez primera que la hipo­presión osmótica de las soluciones empleadas condu­cía a un desequilibrio entre la tensión osmótica de los vaws y tejidos. Esta diferencia de tensión sería compensada por el paso de agua a la célula , estadio previo a la vacuolización.

Sin embargo; SKRAMLICK y H ÜNERMANN 37 pro­vocaron la vacuolización celular con soluciones iso­tónicas de sangre, suero y solución salina fisiológica. En estos caws no puede encontrarse una explicación

a la formación de vacuolas en la diferen.ci(! de tensión_ osmótica entre las células y el ambtente que las

rodea. .. 8 • ANITSCHKOWS, BANG y SJOWALL 3 .sosttenen que

las vacuolas celulares se originan a partlr de l?s con­driosomas, pasando por una fase. intermedta, que sería la degeneración hialina. Es evtdente que en los animales recién nacidos, donde el número de con­driosomas es muy reducido, la presentación de va­cuotas en las células es menos frecuente, Y cuando aparece evoluciona más lentamente. Por otra parte, los dos últimos autores 39 han observado estas 。セエ・ᆳraciones en los condriosomas de las células hepáttcas de los animales intoxicados por fósforo y clorofor­mo, siguiendo en magníficas preparaci_ones toda la evolución de las 。ャ エ・ イ。 」ゥッョ・セ@ del condnosoma hasta la vacuolización.

La causa de esta degeneración e ゥョィゥセセ」ゥョ@ ac?<?sa debe radicar en un aumento de la tens10n osmottca celular. Las experiencias anteriormente 」ゥエ。セ。 ウ@ de SKRAMLIK y HÜNERMANN no pueden por Sl solas conducir a la vacuolización. Es necesario pensar en una alteración de la ten ción osmótica que provoque un remanso de la circulación y subsiguientemente una alteración de la permeabilidad celular. La ma­nera sencilla de explicarse el punto creador de estas diferencias de potencial osmótico está en pensar en una desintegración de los componentes celulares, que provocaría a セ・ァ オゥ、ッ@ una inhibición acuosa del pro-toplasma.

¿Qué substancia se 、・ウゥョセ・⦅ァイ。イ■。_L@ セ ehnAMrtz@ 44 h,a pensado en una desintegrac10n del actdo エエュ ッ ョオ」セ・エᄋ@nico del núcleo celular. Por otra parte el contemdo de las vacuolas da una reacción albuminoidea. Sin embargo, este hallazgo no es tan decisivo que permita explicar por una desintegración de las proteínas el desequilibrio osmótico.

No es probable que la vacuolización se halle en co­nexión directa con la pérdida de glucógeno, ya que la pared celular e igualmente la vacuolar son permea­bles para el azúcar de dentro afuera, y no podría pensarse que fuera precisamente la glucosa la que ori­ginara un potencial activo. P odría tratarse de una molécula hidrocarbonada más grosera , pero esto· es cosa no definitivamente establecida.

BANG y SJOWALL han ッ「セ・イカ。、ッ@ que la acción de las bilis sobre las células hepáticas conduce rápi­damente a una catástrofe de la actividad fermentati­va íntima de estos elementos, cuyo resultado es la transformación de los condriosomas en gotas.

H OLTF.R y DAYLER 41 han comprobado que el fermento amílasa de las células hepáticas está unido a la actividad de las mitocondrias. Podría pensarse que la liberación de estos fermen tos 、・ セ ゥョエ・ァイ。イ■。@ la célula, provocando un aumento de su p resión os­mótica.

PAPPENHEIMER, HAWTHORNE y TERBRÜGGEN P

encuentran en las células hepáticas vacuolas libres de grasa y con una inclusión central. PICHOTKA, en los animales que wbrevivían a graves hipoxidosis. en­contró vacuolas con un contenido idéntico. TFR­BRÜGGEN 43 señaló estas vacuolizaciones en infeccio­nes generales, poniéndolas en conexión con altera­ciones circulatorias. N o es cosa decidida que estas vacuolas se h allen en conexión con la hipoxidosis,

302 REVISTA CL!NICA ESPAFIOLA 15 septiembre 1941

si bien parece que sean uno de los estadios más avan­zados de la vacuolización.

EPPINGER .u sostiene que la hipoxidosis provoca una inflamación serosa, y a consecuencia de ell a se lleO'a a la al teración del ーイッエ ッ ーャ。 セ ュ 。@ celular. P ara BOCHNER se iniciaría el proceso en la alteración pa­renquimatosa. E n todo caso no deb e olv idarse que la sangre, la membrana capilar y el parénquima re­presentan una unidad fun cional que quieb ra íntegra­mente al provocarse un defectuoso aporte de oxígeno a la memb rana y al protoplasma celul ar.

Resumiendo todo lo h asta ahora dicho, podem os llegar a la conclusión de que el defectuoso aporte セ ・@oxígeno p rovocado en la altura como consecuenCia de la h ipotensión de este gas. se acompaña de un agotamiento de la reserva h idrocarbonada que está en razón con el esfuerzo o trabajos realizados y con la defectuusa al imentación. Este déficit hid rocarbo­nado dismin uye la capacidad de las células pa ra fi ,iar el oxígeno, y estos elementos. al verse p rivados de él, inician la degeneración vacuolar por la liberación de los fermen tos celulares, desin tegración protoplás­mica y ul terior inhibición acuosa.

Muy recíent.mente ZEIGER 45 ha señalado que las 。」エゥカゥ、。、 ・セ@ funcionales de la célula no están asegu ra­das fundamentalmente por su composioón química. sino que dependen de la orden ación t émporoespacial de sus di ferentes estructuras. En todo caso, bioquími­ca o arqui tectó nicamente, la unidad m orfológica se altera y a consecuencia de ella todas las actividades funcionales se perturban, apareciendo la vacuoliza­ción como una expresión más de la quiebra funcio­nal de los tejidos ante el déficit de oxígeno.

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ORIGINALES

ESTUDIOS SOBRE LOS ESTADOS DE

DESNUTRICióN

VI Comunicación

Ulteriores observaciones sobre {a provocación de

edemas con dietas aproteicas

C. JIMÉNEZ DfAZ, F. VIVANCO y R. MORA

(Instituto de Investigaciones Médicas, Madrid. Director: PROF. C. JIMÉNEZ DfAZ)

La producción de edemas por hipoalbuminemia en los perros a los que se ha hecho plasmaferesis (LEPORE 1

, L EITER 2) y las condiciones de su pre­

sentación son bien conocidas, pero simultáneamente algunos autores han producido edemas con dietas es­peciales. DENTON y KOHMAN 3 publicaron sus resul­tados de producción de edemas en las ratas some­tiéndolas a un régimen especial. Posteriormente

F RITSCH MENDEL y PEBERS 4 han atribuído a la hipoalbuminemia el edem a obtenido por aquéllos. pues consiguen descensos hasta de un 40 por 1 oo de las proteínas del plasma con una dieta pobre en pro­teínas mantenida durante 2 - 3 meses. T ambién WEECH s y colaboradores han producido, con una dieta simil ar a la de D ENTON y KOHMAN, hipopro­teinemia y edemas en los p erros, pero en realidad, salvo en algún caso excepcional, el descenso de albú­minas logrado es muy escaso, siendo más bien una disminución de la cantidad de plasma lo que se pro­duce. Nosotros hemos hecho anteriorm.ente expe­riencias de privación proteica en las ratas 6 y no hemos visto producirse nunca edemas ; las cifras de proteínas totales han permanecido norma.les, sí bien la cantidad de plasma circulante efectivamente ha disminuído y la fracción albúminas baja también a partir de cierto tiempo, descendiendo el cociente albúminasj globulínas. El criterio de Ú ENTON Y KOHMAN para aceptar la existencia de edemas en las