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Introducción: En el siglo II a.C. el seléucida Antíoco Epífanes cometió muchas barbaridades con los judíos. Profanó y saqueó el templo de Jerusalén, ofreció sacrificios prohibidos en el altar, levantó una estatua a Júpiter dios de los romanos o Zeus para los griegos. Prohibe la circuncisión y ordena quemar todos los ejemplares de las Escrituras sagradas judías. A través de la historia muchos han tratado de destruir la Biblia. Otros la han querido desacreditar y otros se han dedicado a atacarla o han tratado de torcer sus doctrinas dando origen a muchas herejías a través de la historia. Hoy mencionaré algunas de ellas. Montanismo El montanismo es una falsa doctrina iniciada en el siglo II por un hombre llamado Montano originario de Frigia, Turquía. Era un sacerdote pagano de la diosa llamada Cibeles. Supuestamente, este hombre se convierte al cristianismo mas o menos en el año 155 d.C. Él dijo que había recibido una unción de parte del Espíritu Santo, y que éste lo poseyó y que Dios lo había escogido como su profeta para ocuparse de la preparación de la segunda venida de Cristo y que la iglesia debía practicar tanto el ayuno como la oración para estar lista como la esposa espiritual para la venida de su esposo, Jesucristo. Dijo que se estaba empezando una nueva era para la iglesia, que él estaba siendo enviado por el Espíritu Santo y que por lo tanto esta nueva era se trataba de la Era del Espíritu. A este movimiento se le llegó a llamar movimiento reavivador. El pentecostalismo actual es algo muy parecido a esto. Según la enciclopedia ilustrada de la historia de la iglesia la doctrina de los montanistas descansaba en tres cosas: 1. Que la obra de Dios no se hacía solo a través del clero sino también por medio del poder activo del Espíritu Santo. 2. Que la iglesia debía tener la disciplina de una vida ascética. 3. Enfatizaban mucho la segunda venida de Cristo. En cuanto a su primera verdad, que la obra de Dios de podía hacer por medio del E. S. y no solo a través del sacerdocio católico, enseñaban que todo creyente es un sacerdote, que el poder del E. S. debe intervenir principalmente en la obra de la iglesia, y esto est á bien, pero enfatizaban mucho las formas místicas en la profecía, revelaciones a través de los sueños y el pronóstico acerca del futuro. Ellos decían que estaban recibiendo nuevas revelaciones, no de la Biblia, sino aparte de ella porque no toda la revelación de Dios estaba allí, aunque supuestamente trataban de que estas nuevas revelaciones no estuvieran en contra de la Biblia (Ap. 22:18-19 dice: “18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.). Su segunda verdad, que los cristianos debían tener una vida ascética, ellos promovían días de ayuno obligatorios, alababan el celibato mas que al matrimonio, que el creyente debía buscar el martirio. Tertuliano escribió que el creyente no debía huir si era perseguido. En cuanto a todo esto, tenemos en el A. T. que solo había un día obligatorio

Ataques contra la Biblia

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Introducción: En el siglo II a.C. el seléucida Antíoco Epífanes cometió muchas barbaridades con los judíos. Profanó y saqueó el templo de Jerusalén, ofreció sacrificios prohibidos en el altar, levantó una estatua a Júpiter dios de los romanos o Zeus para los griegos. Prohibe la circuncisión y ordena quemar todos los ejemplares de las Escrituras sagradas judías.A través de la historia muchos han tratado de destruir la Biblia. Otros la han querido desacreditar y otros se han dedicado a atacarla o han tratado de torcer sus doctrinas dando origen a muchas herejías a través de la historia. Hoy mencionaré algunas de ellas.

MontanismoEl montanismo es una falsa doctrina iniciada en el siglo II por un hombre llamado Montano originario de Frigia, Turquía. Era un sacerdote pagano de la diosa llamada Cibeles. Supuestamente, este hombre se convierte al cristianismo mas o menos en el año 155 d.C. Él dijo que había recibido una unción de parte del Espíritu Santo, y que éste lo poseyó y que Dios lo había escogido como su profeta para ocuparse de la preparación de la segunda venida de Cristo y que la iglesia debía practicar tanto el ayuno como la oración para estar lista como la esposa espiritual para la venida de su esposo, Jesucristo. Dijo que se estaba empezando una nueva era para la iglesia, que él estaba siendo enviado por el Espíritu Santo y que por lo tanto esta nueva era se trataba de la “Era del Espíritu”. A este movimiento se le llegó a llamar “movimiento reavivador”. El pentecostalismo actual es algo muy parecido a esto.Según la enciclopedia ilustrada de la historia de la iglesia la doctrina de los montanistas descansaba en tres cosas:1. Que la obra de Dios no se hacía solo a través del clero sino también por medio del

poder activo del Espíritu Santo.2. Que la iglesia debía tener la disciplina de una vida ascética.3. Enfatizaban mucho la segunda venida de Cristo.

En cuanto a su primera “verdad”, que la obra de Dios de podía hacer por medio del E. S. y no solo a través del sacerdocio católico, enseñaban que todo creyente es un sacerdote, que el poder del E. S. debe intervenir principalmente en la obra de la iglesia, y esto está bien, pero enfatizaban mucho las formas místicas en la profecía, revelaciones a través de los sueños y el pronóstico acerca del futuro.Ellos decían que estaban recibiendo nuevas revelaciones, no de la Biblia, sino aparte de ella porque no toda la revelación de Dios estaba allí, aunque supuestamente trataban de que estas nuevas revelaciones no estuvieran en contra de la Biblia (Ap. 22:18-19 dice: “18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”).Su segunda “verdad”, que los cristianos debían tener una vida ascética, ellos promovían días de ayuno obligatorios, alababan el celibato mas que al matrimonio, que el creyente debía buscar el martirio. Tertuliano escribió que el creyente no debía huir si era perseguido. En cuanto a todo esto, tenemos en el A. T. que solo había un día obligatorio

para ayunar y era el día de la expiación. Todo el resto del año era voluntario. En el N.T. se enseña acerca del ayuno pero jamás se pone como obligatorio. La Biblia no enseña que el celibato sea mejor que el matrimonio, mas bien el apóstol Pablo enseñó que si alguien no tiene el don de continencia que mejor se case para que no se esté quemando (1 Co. 7:9). La Biblia habla de las aflicciones de los hijos de Dios en el mundo pero no enseña que busque el martirio, y Cristo mismo les dijo a sus discípulos que huyeran cuando hubiera persecución.

Su tercera verdad era sobre la segunda venida del Señor. Decían que Cristo volvería por segunda vez en un lapso de tiempo muy corto.

Hubo dos mujeres profetisas que ayudaron mucho a Montano las cuales se llamaban Priscila y Maximila. Decían que la venida de Cristo estaba por suceder y que la capital del reino que él establecería estaría en Frigia, de donde era Montano. Las dos profetisas Priscila y Maximila abandonaron la comunidad conyugal con sus maridos, pusieron como deber imitar su ejemplo y prohibieron la celebración de matrimonios en el corto espacio que, según sus visiones, faltaba para la venida del Señor (Tertuliano transforma posteriormente esta prescripción en la condena de las segundas nupcias). Priscila a las razones escatológicas contra el matrimonio, añadía otra: la abstención de la vida matrimonial, decía, capacita particularmente para las visiones y comunicaciones proféticas (cfr. Eusebio, o. c., 3,5.18.3). Maximila murió el a. 179 y ella precisamente había anunciado: «Después de mí no vendrá ningún profeta, sino la consumación del fin» (cfr. S. Epifanio, o. c., 48,2.4).

Su doctrina fue condenada por el papa Ceferino, en un tiempo en que Montano ya había muerto.La iglesia rechazó esta doctrina porque enseñaban que con ellos se inició una nueva era y que con esta sería el fin de la historia.

Arrianismo El maestro de Arrio fue el influyente teólogo Luciano de Antioquía (240-312) quien se cree que fue el fundador de la escuela de Antioquía. Su enseñanza era que Dios el Padre creó a su Hijo, Jesucristo, o sea, no ha existido eternamente y no era Dios. De aquí surge el arrianismo. Arrio enseñaba que el Padre, aparte de ser eterno era tenía una pureza tal que era imposible que fuera una misma sustancia con el Hijo y que viniera a la tierra. Él predicaba que el Padre y el Hijo eran distintos en naturaleza y que el Hijo era la más grande creación de Dios el Padre y algunos de sus seguidores enseñaron que el Espíritu Santo fue la mayor creación del Hijo. Arrio decía que el Hijo llevó a cabo la creación y que Dios el Padre permitió que fuera adorado por la gran autoridad que le otorgó. De hecho, esta doctrina ya existía anteriormente. Un hombre llamado Pablo de Samosata enseñó lo mismo en sus libros. También Tertuliano (190-220, (nació, vivió y murió en Cártago, lo que hoy es Túnez) creía esto y Orígenes. También promovió el arrianismo Eusebio de Nicomedia (siglo IV), obispo de lo que hoy es Beirut y bautizó a Constantino I el Grande cuando estaba muriendo. El Concilio de Nicea, llevado a cabo en 325 d.C. En este concilio había 318 obispos y la mayoría en el concilio estuvo de acuerdo en que el Padre y el Hijo eran una misma sustancia. 18

siguieron creyendo como Arrio pero fueron cediendo y solamente quedaron dos que no aceptaron el Credo Niceno que fueron Eusebio de Nicomedia y Teognio de Nicea. Arrio es excomulgado y desterrado por el emperador Constantino I y también los antes mencionados. Este emperador mandó quemar los escritos que promovieran la doctrina arriana y aprobó la pena de muerte para los que no quisieran entregar estos escritos. Después de algunos años, este mismo emperador estuvo de acuerdo con esta doctrina. Una de las sectas contemporáneas muy fuerte retiene esta falsa doctrina: Los Testigos de Jehová.

Docetismo.

Viene de una palabra griega que se pronuncia doceiko que significa apariencia. Parece que esta herejía surge de la filosofía de Platón que enseña que lo único real son las ideas y el mundo un reflejo de esas ideas y como en aquél tiempo se creía que la materia era mala y que el cuerpo era una prisión para el espíritu el cual era bueno y se caía entonces en un dualismo, entonces Cristo el Hijo de Dios no se podía haber encarnado. Los gnósticos de los primeros siglos creían esto ya que ellos decían que su conocimiento acerca de Dios era una revelación mejor que la que se tiene en las Escrituras. De hecho los islámicos también creen que Cristo era solo una apariencia. Esta doctrina enseña que Cristo fue crucificado solo en apariencia, y si así hubiera sido el caso, entonces la salvación no sería posible para el ser humano porque no habría sangre derramada para limpiar nuestros pecados.

Eusebio de Cesarea, historiador eclesiástico que vivió en los siglos III y IV registra que un docetista muy fuerte del primer siglo fue un tal Cerinto que se opuso a las enseñanzas del apóstol Juan en la ciudad de Efeso. Juan contrarresta las falsas enseñanzas de Cerinto escribiendo la epístola de 1 Juan y es muy enfático cuando dice que Cristo vino en carne y sangre (1 Juan 4:2-3; 5:6 “En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.”). También en Jn. 1:14: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”.

Apolinarismo.

Apolinario, fue obispo de Laodicea por el año 361 d.C. quien sostenía que Cristo poseía una mente que no era humana ni su espíritu tampoco, pero que su cuerpo sí era humano. Él enseñaba que tanto el espíritu como la mente de Cristo tenían su origen en la naturaleza divina de la segunda persona de la Trinidad, Cristo, el Hijo de Dios. Esto quiere decir que una parte de Cristo era divina y otra era humana, pero no poseía cada una al 100%. Colosenses 2:8-9 dice “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”.

Las enseñanzas de este hombre no fueron aceptadas por los líderes de la iglesia de la época porque para ellos, si Cristo solo tenía cuerpo humano, entonces sólo podría redimir nuestro cuerpo y no nuestra mente y nuestro espíritu o alma y esto no va de

acuerdo con Hebreos 2:17 que dice: “Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo”. Según este versículo, Jesucristo debía ser de forma completa todo un ser humano para darnos también una salvación completa. Fue por esta razón que esta enseñanza no fue aceptada ni por el Concilio de Alejandría en el año 362 d.C. ni en el Concilio de Constantinopla en el año 381 d.C.

Nestorianismo.

Nestorio era de Antioquía. Fue un predicador muy conocido y obispo de Constantinopla por el año 428 d.C. Se cree que el enseñó que Cristo era dos personas diferentes viviendo en un solo cuerpo, una persona humana y la otra divina. Nos podríamos preguntar ¿Por qué esto es inaceptable? Porque no tenemos alguna referencia bíblica que Cristo la persona humana de Cristo actúe de forma independiente de la persona divina, no se nos dice que ellas interactuaban o que hubieran tenido problemas la una contra la otra, o que la persona divina le ordenara cosas a la persona humana, sino que siempre tenemos en la Palabra de Dios a una sola persona en Cristo de forma completa, él nunca usa la 1a. persona plural “nosotros” para referirse a sí mismo, siempre dice “yo”: “yo soy la puerta”, “yo soy el buen pastor”, “yo y el Padre uno somos”, etc. Cuando se habla en tercera persona para referirse a Cristo se usa el pronombre en singular “él” y no el plural “ellos”, como dice Grudem. La Biblia nunca hace referencia a que en ciertas ocasiones habló la persona humana de Cristo y en otras la persona divina, siempre se habla de Cristo como una persona completa que temía 100% naturaleza divina y 100% naturaleza humana pero en una sola persona.

Monofisismo (Eutiquianismo).

El Monofisismo o Eutiqianismo fue promovido por Eutico quien existió en el siglo IV y V después de Cristo (378-454 d.C.). Vivió en Constantinopla donde tenía a cargo un monasterio. Este tipo de enseñanza sostenía que Cristo no poseía la naturaleza humana y la divina sino que decía que en un principio Cristo poseía la naturaleza humana y la divina pero luego la divina absorbió a la humana lo cual resultó en una especie de mezcla y las dos juntas formaban una tercera naturaleza.

Esto fue muy serio para la Iglesia cristiana porque se estaba hablando de un Cristo que no era un Dios real ni tampoco un hombre real. De ser cierta esta enseñanza ¿cómo podía Cristo ser semejante al hombre para identificarse con él y como podía ser Dios para otorgarnos salvación?

El concilio reunido en Calcedonia de 451 d.C, cerca de Constantinopla elaboró una declaración acerca de Cristo en contra del apolinarismo, el nestorianismo y el eutiquianismo. Una parte de esta declaración dice: “Nosotros, por tanto, siguiendo a los santos padres, con el asentimiento de todos, enseña- mos a los hombres a confesar a uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, igualmente perfecto en deidad y también perfecto en humanidad; verdaderamente Dios y verdadera- mente hombre, de un solo razonable [racional] alma y cuerpo; consustancial con el Padre de acuerdo a la Deidad, y consustancial con nosotros conforme a la humanidad; en todo como nosotros, sin pecado…”

El tráfico de indulgencias

Martín Lutero nación en Alemania el 10 de noviembre de 1483. En 1505 recibió el grado de maestro en artes y doctor en filosofía. Se preocupaba mucho por su salvación así que se hizo sacerdote. Era muy masoquista porque deseaba alcanzar la santidad. Al leer Romanos 1:17 se dio cuenta que las buenas obras no le salvarían, sino la fe en Jesucristo. De hecho, ya se encontraba muy inconforme con la iglesia católica porque hacían muchas cosas que no eran bíblicas.

   En 1502 el fraile dominico Juan Tetzel se aparece como vendedor de indulgencias. La iglesia había abierto un vasto mercado y la salvación de las almas fue ofrecida al mundo a un precio muy reducido. Al acercarse Tetzel a alguna ciudad, un enviado llegaba diciendo: "La gracia de Dios y del Santo Padre está a vuestras puertas". Inmediatamente todo el mundo salía con cirios para recibir a los vendedores de indulgencias que viajaban en un carruaje lujoso, acompañados de tres jinetes. La procesión se dirigía a la iglesia principal. Primeramente, en un cojín de terciopelo, venía la bula de gracia del Papa. en seguida venía el principal vendedor, llevando una cruz grande de madera, roja, y entre cantos, oraciones y el humo de incienso, la procesión penetraba en la iglesia. La cruz era colocada enfrente del altar y de ella pendía el escudo papal. Subía Tetzel al púlpito y con tono de confianza encarecía su mercancia. La gente escuchaba con admiración y creía que tan luego como daba su dinero hacía segura su salvación o la liberación inmediata de sus deudos del purgatorio.

   Él decía en sus discursos: "Las indulgencias son los dones más preciosos y más nobles de Dios. Esta cruz (señalando la cruz roja) tiene tanta eficacia como la misma cruz del Calvario. Venid, yo os venderé cartas, todas debidamente selladas, que perdonarán los pecados aun de los que tenéis intención de cometer. No cambiaré mis privilegios por los de San Pedro en el cielo. Yo he salvado más almas por mis indulgencias que el apóstol con sus sermones. No hay pecado demasiado grande que una indulgencia no pueda remitir. Si alguien hubiera querido violar a la bienaventurada Virgen María, la madre de Dios (cosa sin duda imposible) con tal que paque y pague bien, todo le será perdonado. Reflexionad: por cada pecado mortal (después de ser confesado y haber sentido constricción), tendréis que hacer penitencia por siete años, en esta vida o en el purgatorio. Ahora, ¡reflexionad! ¿cuántos pecados mortales se cometen en un día, cuántos en un mes, cuántos en un año, cuántos en la vida entera? ¡Ay de nosotros! tales pecados son casi infinitos y traen por consiguiente una pena infinita en los fuegos del purgatorio. Ahora por estas cartas que vendo, podéis una vez en vuestra vida, conseguir una absolución plenaria de todos vuestros pecados (con la sola excepción de cuatro pecados reservados por la Sede apostólica) que aún tendrá valor después en el artículo de muerte".

   "Podéis madar dinero a Roma", decía Tetzel, "con un costo de cinco o diez por ciento y ¿no queréis introducir en el paraíso, por un metal vil, sino un alma divina e inmortal, sin riesgo, por veinticinco centavos? A más de esto las indulgencias valen no únicamente por los vivos, sino por los muertos. ¡Sacerdotes!, ¡nobles!, ¡comerciantes!, ¡esposas!, ¡jóvenes!, ¡señoritas!, ¿no oís a vuestros padres y otros amigos muertos que están clamando del fondo del abismo? Dicen: '¡Sufrimos tormentos terribles!, una limosna pequeñísima nos libraría', vosotros podéis darla y ¡no queréis!". Todos temblaban oyendo la voz atronadora del fraile.

   "Al mismísimo instante", continuaba Tetzel, "que el dinero suena en el fondo del arca, el alma se escapa del purgatorio y vuela libre al cielo. ¡Oh, gente bruta y estúpida que no entienden la gracia ofrecida tan ricamente! El cielo está ahora abierto en todas partes. ¿Rehusáis entrar ahora? ¿Cuándo pues entraréis? Ahora podéis redimir vuestras almas. ¡Hombre perverso e imprudente! Con veinticinco centavos puedes librar a tu padre del purgatorio ¿y eres tan ingrato que no le salves? Yo seré justificado en el día del juicio, pero tú, tú serás castigado más severamente por haber tendo en poco una salvación tan grande. Os digo que aunque no tengáis más que un saco, debéis quitaroslo y venderlo para obtener esta gracia".

   La gente no hablaba de otra cosa y por todas partes se oían sarcasmos y quejas del amor al dinero que

   Entresacamos los siguientes incidentes de este tráfico abominable que sin duda interesarán al lector:

La Muerta no necesitó misas.   Se murió la esposa de un zapatero y fue enterrada sin que se dijera alguna misa. El viudo fue citado ante las autoridades acusado de desprecio de religión. Preguntó el juez: "¿Está muerta su esposa?" "Sí, señor". "¿Qué ha hecho usted con ella?" "Enterré su cuerpo y encomende su alma a Dios", contestó el hombre. "Pero, ¿mandó usted decir alguna misa para el descanso de su alma?" "No señor, hubiera sido inútil. Ella entró al cielo al momento de su muerte". "¿Cómo lo sabe?" "Aquí está la prueba", dijo el hombre, sacando la indulgencia de su bolsillo. Leyó el juez que el documento prometía al comprador que no iría al purgatorio, sino directamente al cielo. El viudo entonces dijo: "Si el cura dice que hay necesidad todavía de una misa, mi esposa fue engañada por el santísimo Padre el Papa. Si no fue así, entonces es el sacerdote quien me engaña". El juez despidió al hombre.

Una indulgencia sobre un pecado futuro.   Un noble de Sajonia se acercó a Tetzel y le preguntó si tenía poder para perdonar los pecados que alguien proponía cometer. "Ciertísimo", contestó Tetzel, "he recibido del Papa toda facultad para hacerlo". Dijo el noble: "Quiero vengarme de un enemigo que tengo, sin poner en peligro su vida; le daré diez pesos por una carta de indulgencia que me justifique". Tetzel no quiso, el precio era demasiado bajo. Por fin convinieron en treinta pesos. Recibió el noble la carta y se fue. Con unos hombres puso una emboscada, cayeron sobre el mismo Tetzel, le dieron una leve paliza y le quitaron su caja fuerte. Tetzel levantó su voz en un grito al cielo y acusó al noble ante el juzgado. El ascusado presentó la carta de indulgencia que le perdonó el crimen de antemano. El soberano del país, el Duque Jorge estaba furioso, al oir lo del atentado, al leer la carta, inmediatamente puso en libertad al noble.

Lutero desconoce las indulgencias.

   Un día sentado en el confesionario, Lutero oyó muchas confesiones. Los que se confesaban, se acusaron de adulterio, usura, robos, etc. Lutero les regañó y les requería que abandonaran estos pecados. Los penitentes se negaron rotundamente a hacerlo y le enseñaron las cartas de indulgencia vendidas por Tetzel. Lutero no hizo caso de estos

documentos y les amonestó que si no se arrepintieren de todos sus pecados perecerían, y que si no abandonaran su maldad no les absolvería. Ellos gritaban y protestaban pero el doctor era inflexible y volvió a decirles: "Si no dejáis de hacer lo malo y aprendéis a hacer el bien, no os daré la absolución".

   Llenos de dudas los compradores de indulgencias regresaron a Tetzel diciéndole que había un sacerdote que desdeñaba sus cartas: Tetzel subió al púlpito y con maldiciones e insultos dijo: "Yo he recibido del Papa poder para quemar todos los herejes que tuvieran la temeridad de oponerse a las indulgencias". Para mayor efecto mandó encender varias hogueras en la plaza.

   Lutero a su vez subió al púlpito y con mansedumbre precavió a sus oyentes del peligro de confiar en las indulgencias. El Papa había condedido al protector de Lutero, el príncipe Federico, indulgencias especiales para la misma iglesia donde estaba Lutero predicando, pero no importaba. A pesar de la posibilidad de perder el favor de su príncipe, el pastor defendería sus ovejas del lobo rapaz. El sermón impresionó grandemente a la congregación, fue publicado pero el asunto no pasó de ahí.

   Siguió Tetzel con su tráfico de mercaderías. ¿Guardaría Lutero silencio? Como pastor había predicado el sermón, como teólogo debía defender la doctrina pura de Cristo, dirigiéndose a los que enseñaban la palabra de Dios.

   Sin consultar a nadie, ni aun a sus amigos más íntimos, Lutero escribió noventa y cinco tesis o proposiciones contra la doctrina de indulgencias. El 31 de octubre de 1517, multitudes de peregrinos acudieron a la iglesia de Wittemberg para adorar y contemplar las muchas reliquias que el Elector Federico había reunido allí. Estas reliquias fueron adornadas con tanto oro, plata y piedras preciosas de tanta magnificencia, que quedaron deslumbrados los que las vieron. Los peregrinos creyeron que ganarían ricas indulgencias con su asistencia y sus oraciones. A la vista de esas multitudes, entrando y saliendo Lutero se dirigió denodadamente a la iglesia, y fijó en la puerta sus noventa y nueve puntos, que él mismo defendería en la universidad al día siguiente, contra todos lo que quisieran oponerse. Pronto toda la ciudad se puso en movimiento.

      En esta discusi ó n tenemos el comienzo de la Reforma del siglo dieciseis. Los reformadores anteriores, Hus y Wicliffe, hab í an atacado la vida irregular del clero. Lutero atac ó su doctrina. M á s tarde, Lutero afirm ó que al declarar en estas proposiciones que somos justificados (salvados) por la fe, el hacha fue puesta a la ra í z del á rbol papal. Sostuvo en ellas que todo debe basarse en la palabra de Dios, que el Papa la hab í a quitado al pueblo y la hab í a falsificado. "Yo venc í al Papa", dijo Lutero, "porque mi doctrina es de Dios y la de é l es del diablo ” .

Han sido muchos los ataques que la Biblia continúa recibiendo pero la Palabra de Dios permanece para siempre.

1 Pedro 3:15: “Sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia”

El gran reformador Juan Calvino dijo: “Un Perro ladra cuando se ve que su amo está siendo atacado. Sería un verdadero cobarde si viera que la verdad de Dios está siendo atacada y me quedara quieto sin hacer ningún ruido”

Después de comparecer como acusado ante el rey Carlos V, Lutero oraba de esta manera: "¡Oh! Dios todopoderoso y eterno, cuán terrible es este mundo que ha abierto su boca para tragarme y yo tan poca confianza, todo se perdió. Mi última hora ha venido, mi condenación ha sido pronunciada... ¡Oh! Dios... ¡Oh! Dios... ¡Oh! Dios... ayúdame contra la sabiduría del mundo. Hazlo Señor, Tú debes hacerlo... Tú solo, porque esta no es mi obra, sino tuya. Yo no tengo nada que hacer aquí, nada por qué pelear con esos grandes del mundo. Yo desearía pasar mis días pacíficos, felices. Pero la causa es tuya y es una causa justa y eterna. ¡Oh Señor, ayúdame! ¡Tú eres Dios fiel e inmutable! En ningún hombre pongo mi confianza, sería vano. Todo lo que es de los hombres es incierto, todo lo que proviene del hombre, falla. ¡Oh! Dios, Dios mío, ¿no me oyes...? Dios mío ¿estás muerto...? No, no puedes morir, únicamente te escondes. Que tú me escogiste para esta obra, yo lo sé bien... Haz, pues, oh Dios; estate a mi lado, por amor de tu bien amado Jesucristo, quien es mi defensa, mi escudo y fortaleza grande".

Inerrancia y autoridad de las Escrituras.La curiosidad de un general romanoCuando el general romano Pompeyo entro triunfante en Jerusale n en el siglo primero a.C., estaba decidido a satisfacer su curiosidad sobre ciertas historias que circulaban en el mundo mediterra neo acerca del modo de adorar del pueblo judi o. Despue s de conquistar la ciudad, uno de sus primeros actos fue entrar en el templo y descubrir la verdad detra s de las enigma ticas afirmaciones de que los judi os no teni an estatuas ni ima genes fi sicas de Dios en su sitio de adoracio n ma s sa- grado, el Lugar Santi simo del templo.Para Pompeyo resultaba inconcebible que se pudiera rendir culto a Dios sin personificarlo en algu n tipo de semblanza fi sica como una es-tatua. Asi que entro “temerariamente” en ese recinto prohibido, el santuario ma s sagrado, y vivio para contarlo. Lo que Pompeyo vio lo dejo completamente perplejo. No encontro ninguna estatua o imagen religiosa, ni descripcio n gra fica alguna del Dios he- breo. So lo hallo un lugar vaci o. Salio del templo¡sin pronunciar una sola palabra!Este poderoso general romano experimento en Jerusale n algo que no habi a visto jama s en todos sus viajes por el imperio. En comparacio n con otros pueblos, ¡cuan diferente era su formade rendir culto! ¡Cua n diferente de otras religiones! En Jerusale n se adoraba a un Dios completamente distinto de aquellos a los cuales el mundo rendi a homenaje.Pompeyo no entendio que se trataba del Dios invisible (Hebreos 11:27) quien no debi a ser re- presentado por ima genes hechas por el hombre. Era el Dios que habita la eternidad (Isai as 57:15), quien se revelo a si mismo ante Moise s como “Yo soy el que soy” (E xodo 3:14). Era el Dios que tie- ne vida eterna en si mismo (1 Timoteo 6:16).Este Dios omnipotente, omnisapiente e invisible debe ser adorado en espi ritu y en verdad, puesto que e l es Espiritu (Juan 4:24). En cambio, para los antiguos romanos, babilonios, asirios y egipcios, las ima genes religiosas constitui an una parte normal de sus cultos. Esta fue la razo n inicial por la que Pompeyo se negaba a dar cre dito a los informes provenientes de Jerusale n sobre un pueblo que honraba a su Dios sin utilizar estatuas u otras representaciones fi sicas. Para el, eso era inso lito. No teni a sentido para la mentalidad romana adorar a un dios sin saber que apariencia teni a.Pero cuando Dios libero a Israel de la esclavitud y del engan o religioso en que vivi a en Egipto, le dio a conocer los requisitos especi ficos que hari an a sus seguidores diferentes del resto del mundo (Deuteronomio 7:6). Por lo tanto, a esa nacio n de esclavos liberados se le dieron los Diez Manda- mientos (E xodo 20:1-17; Deuteronomio 5:6-21), un co digo moral que no es de origen humano sino de origen divino, ya que fue dado al antiguo Israel por el Dios eterno.

Inerrancia significa que la Biblia no contiene absolutamente ningún error en sus escritos originales.

No podemos hablar de la inerrancia de las Escrituras sin mencionar la inspiración de las mismas. 2 Timoteo 3:16-17 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redarg:uir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente

preparado para toda buena obra”. El término “inspiración” viene del griego QeovpneustoV que viene de dos palabras griegas Theos - Dios y pneo - respirar. La Palabra de Dios fue respirada, soplada por el mismo Dios. Inspiración entonces significa que las palabras de la Biblia son del mismo aliento de Dios. Los creyentes genuinos en todo el mundo concordamos que tanto el Antiguo como El N. T. son la Palabra de Dios y la aceptamos como la única regla de fe y práctica. La iglesia de Inglaterra, que es la iglesia cristiana mas grande en Inglaterra elaboró en 1563 39 artículos para afirmar su doctrina basada en la Palabra de Dios, y Charles Hodge en su libro de teología, citando el Artículo VI escribe: “La Sagrada Escritura contiene todas las cosas necesarias para la salvación: de manera que todo lo que no se lee en ella, ni puede ser demostrado por ella, no debe ser requerido por ningún hombre, que deba ser creído como artículo de fe, ni ser considerado preciso ni necesario para la salvación”. Y el mismo autor cita la Confesión de fe de Westminster elaborada en 1646 como una iniciativa del parlamento inglés quien reunió a "teólogos piadosos, doctos y juiciosos" para que se congregaran en la Abadía de Westminster y dar su parecer acerca de asuntos que tenían que ver con adoración, doctrina, gobierno y disciplina de la Iglesia de Inglaterra. Sus reuniones, tuvieron lugar por un largo periodo de cinco años, produjeron esta confesión de fe. Y citando el capítulo 1 punto 2 dice: “Bajo el nombre de Santas Escrituras o Palabra de Dios escrita están contenidos todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos, todos los cuales fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y vida”.

Todo lo que se necesita saber acerca de la salvación eterna del ser humano y todo lo que los creyentes necesitamos saber para aprender como vivir en este mundo lleno de pecado está contenido en las Sagradas Escrituras, no necesitamos ningún otro libro ni nuevas revelaciones. La Biblia es un libro confiable 100%.

El canon de las Sagradas Escrituras.

La palabra canon viene de la palabra griega kanon la cual viene del hebreo qaneh y significa “caña”. La caña, en general, en aquel tiempo se usaba para medir, por eso la palabra canon llegó a tener el significado de regla o norma. El el libro comprendamos como se formó la Biblia, se nos dice que “también se usaba para referirse a una lista o índice, y cuando se aplica a la Biblia denota la lista de los libros que son recibidos como Santa Escritura. Por consiguiente, si uno habla de los escritores ‘canónicos’ está hablando de aquellos libros que son considerados con autoridad divina y que comprenden la Biblia”.

Los judíos aceptaban como divinamente inspirados a todos los libros del Antiguo Testamento con excepción de los libros apócrifos

Cuando hablamos del canon de las Sagradas Escrituras no solo estamos hablando de que la Biblia es la regla de fe y práctica que Dios nos ha provisto de una vez por todas sino que también estamos hablando de que al ser la Biblia la Palabra de Dios, tiene toda autoridad para ser creída y obedecida.

Flavio Josefo, historiador judío del primer siglo en uno de sus escritos llamado Contra Apión (Apión (c. 20 a. C. - c. 45-48 d.C.) fue un gramático y estudioso de Homero que nació en el oasis de Siwa, en Egipto y vivió en la primera mitad del siglo I. Estudió en Alejandría y dirigió una delegación enviada a Calígula en el año 38 por los alejandrinos para quejarse de los judíos y de los privilegios que les habían concedido en Alejandría. Sus

acusaciones fueron contestadas por Flavio Josefo en su Contra Apionem. Se asentó en Roma -aunque no esté claro cuando- y enseño retórica hasta el reinado de Claudio. Apión era un hombre muy trabajador y de mucha erudición, pero extremadamente vanidoso. Escribió varias obras, ninguna de las cuales ha perdurado. La conocida historia Androclo y el león, preservada por Aulo Gelio, pertenece a sus trabajos. Fragmentos de sus obras aparecen en Etymologicum Gudianum (ed. Sturz, 1818).) dice: “Por esto entre nosotros no hay multitud de libros que discrepan y disienten entre sí; sino solamente veintidós libros, que abarcan la historia de todo tiempo y que, con razón, se consideran divinos. (39) De entre ellos cinco son de Moisés, y contienen las leyes y la narración de lo acontecido desde el origen del género humano hasta la muerte de Moisés. Este espacio de tiempo abarca casi tres mil años. (40) Desde Moisés hasta la muerte de Artajerjes, que reinó entre los persas después de Jerjes, los profetas que sucedieron a Moisés reunieron en trece libros lo que aconteció en su época. Los cuatro restantes ofrecen himnos en alabanza de Dios y preceptos utilísimos a los hombres”. De acuerdo a lo que dice Flavio Josefo, el canon del A.T. se componía en su tiempo de 22 libros (donde están, de hecho los 39 que tenemos en la Biblia porque no era la misma división que tenemos ahora)

Sobre el canon sagrado podemos decir también que en el siglo III D.C. Orígenes, teólogo e investigador bíblico, contaba también 22 libros del A.T. y lo mismo opinaba Jerónimo en el siglo IV D.C.

Y en el año 367 d.C. Atanasio de Alejandría publica una lista de 27 libros del N. T. que la iglesia cristiana aceptaba entonces como inspirados por Dios y son los mismos que son reconocidos hoy.

Entonces, si creemos que todo el canon de las Escrituras son palabras de Dios porque él inspiró a hombres fieles para que escribieran la Biblia en su totalidad, podemos decir que este libro sagrado no tiene equivocaciones y que no falla, o sea, es inerrante, no contiene absolutamente ningún error. Los creyentes en su mayoría sostenemos que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos son Palabra de Dios.

Wayne Grudem en su libro de teología sistemática define inerrancia de la siguiente manera: La inerrancia de la Biblia significa que la Biblia en los manuscritos originales no afirma nada que sea contrario a la verdad.

Ahora, voy a resaltar de forma sintética algunos puntos que este autor menciona en su gran volumen de teología.

1. La Biblia es inerrante y sin embargo habla en un lenguaje ordinario.La Biblia no es un libro de ciencia ni se comunica en lenguaje científico, por eso, la Palabra de Dios puede hablar de que el sol se levanta y la lluvia cae porque está escrita desde el punto de vista del escritor humano que Dios inspiró para plasmar su Palabra. Muchas veces, al usar números, solo se usan números redondos que no contradice para nada ninguna doctrina de las Escrituras. Y hablando de números podemos ver que en los libros de los reyes y en los de crónicas a veces no concuerdan en cantidades cuando se refieren al mismo asunto y esto se debe a algunos pocos errores de los copistas de aquel tiempo, pero no a la Escritura original, pero repito, que aun estos errores de copia no contradicen la enseñanza de la Escritura sagrada.

2. La Biblia es inerrante en cuanto a citas libres o aproximadas.

Un ejemplo de esto es cuando Cristo cita Isaías 29:13 en Mateo 15:8-9. Isaías dice: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se cerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado”. y la cita de Mateo dice: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”.El griego escrito de la época del N.T. no tenía todos los elementos gramaticales que nosotros tenemos hoy como las comillas y signos de puntuación, así que cuando se necesitaba citar alguna porción de un escritor bastaba con decir o escribir la idea correcta del contenido de lo que esa persona dijo o escribió, no se exigía que se citara cada palabra al pie de la letra. Por eso, muchas de las citas del A.T. que se encuentran en el Nuevo continúan siendo inerrantes ya que hasta el mismo Señor Jesús aplicó este principio.

Hay quienes dicen que la Biblia tiene sólo autoridad en lo que tiene que ver con “fe y práctica”.Si creemos esto entonces llegaríamos a pensar que la Biblia nada mas tiene autoridad con aquellos pasajes que nos dicen directamente lo que debemos de creer y hacer, pero que pasajes históricos y que hablen de otros temas no los debemos tomar en cuenta. Cierto autor dijo que cada palabra escrita en la Biblia es importante. Pablo dice en Romanos 15:4 que “todo lo que se escribió antes” refiriéndose al A. T. “se escribió para enseñarnos”. además en 2 Timoteo 3:16 se nos asevera que toda la Escritura el útil para nosotros.

El Nuevo Testamento nos provee de mucho material del A.T.: Se cita a David que comió del pan de la proposición (Mt 12:3-4), Jonás en el vientre del gran pez (Mt 12:40), el arrepentimiento de los ninivitas (Mr 12:41), a la reina del sur que vino para oír la sabiduría de Salomón (Mt 12:42). En Hechos 24:14, Pablo dice que adoramos a Dios «de acuerdo con todo lo que enseña la ley y creo lo que está escrito en los profetas». En Lucas 24:25 Jesús dice que los discípulos son «torpes» porque son «tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas». Estos pasajes no enseñan que haya alguna parte de la Biblia en que no se debe confiar o apoyarse por completo. Un rápido vistazo a los detalles históricos del Antiguo Testamento que se citan en el Nuevo Testamento indica que los escritores del Nuevo Testamento estaban dispuestos a confiar en la veracidad de todas las partes de las narraciones históricas del Antiguo Testamento. Ningún detalle es demasiado insignificante como para no usarse en la instrucción de los creyentes del Nuevo Testamento (vea, por ejemplo, Mt 12:3-4,41; Lc 4:25-26; Jn 4:5; 1 Co 10:11; He 11; 12:16-17; Stg 2:25; 2 P 2:16; et ál.). No hay indicación de que pensaran que ciertas categorías de afirmaciones bíblicas no eran confiables (como las afirmaciones «históricas y científicas» a diferencia de pasajes doctrinales y morales). Parece claro que la Biblia misma no apoya ninguna restricción del tipo de temas de los que habla con absoluta autoridad y verdad; a decir verdad, muchos pasajes bíblicos en realidad excluyen la validez de esta clase de restricción. Una segunda respuesta a los que limitan la necesaria veracidad de la Biblia a cuestiones de «fe y práctica» es señalar que dicha posición confunde el propósito principal de la Biblia con el propósito total de la misma. Decir que el propósito principal de la Biblia es enseñarnos en cuestiones de «fe y práctica» es hacer un sumario útil y correcto del propósito de Dios al darnos la Biblia. Pero como sumario incluye solamente el propósito más prominente de Dios al darnos la Biblia. No es, sin embargo, legítimo usar este sumario para negar que sea parte del propósito de la Biblia hablarnos de detalles históricos menores, o respecto a algunos aspectos de astronomía o geografía, y cosas por el estilo. No se puede usar apropiadamente un sumario para negar una de las cosas que está resumiendo. Es mejor decir que todo el propósito de la Biblia es decir todo lo que dice, sobre cualquier tema. Dios considera cada palabra suya como

importante para nosotros. Por eso Dios dicta severas advertencias contra toda persona que se atreva a quitar una sola palabra de lo que él ha dicho (Dt 4.2; 13:32; Ap 22:18-19). No podemos añadir a las palabras de Dios, ni quitarles tampoco, porque todas son parte de su principal propósito al hablarnos. Todo lo que consta en la Biblia está allí porque Dios quiso que estuviera allí. Dios no dice nada sin intención.

La Biblia es nuestra autoridad final.

Dios le dio a Moisés los Diez mandamientos en tablas de piedra, los israelitas tenían que obedecerlos para ser bendecido, pero luego Dios quiso se sus palabras fueran escritas en un libro

El gran reformador Juan Calvino dijo: “Un Perro ladra cuando se ve que su amo está siendo atacado. Sería un verdadero cobarde si viera que la verdad de Dios está siendo atacada y me quedara quieto sin hacer ningún ruido”.

3.

Esto quiere decir en primer lugar que la totalidad de los libros de la Biblia

1. Esta cita se puede usar cuando se tiene la oportunidad de defender la verdad de la Palabra de Dios en la cual basamos la esperanza de nuestra fe: "Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros".

2. El gran reformador Martín Lutero, en el último sermón pronunciado en Wittenberg el 17 de enero de 1546, es decir, un mes antes de morir, dijo: "La prostitución, los grandes crímenes, la embriaguez, el adulterio, ésos son pecados que se notan. Pero cuando llega la razón, la novia del diablo, la bella ramera, y quiere ser prudente y piensa que todo cuanto dice es del Espíritu Santo, ¿quién le pondrá remedio? Ni el jurista, ni el médico, ni el rey, ni el emperador, porque es la más alta ramera que tiene el diablo”.

Esta cita se puede usar con un tema que enseñe que la Biblia está por sobre la razón humana. "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo" (Colosenses 2:8).

3. Charles Spurgeon dijo: "Con perseverancia el caracol entró en el arca”.

Esta cita la podemos usar al hablar de la perseverancia como hijos de Dios en medio de un mundo malo, aun si nos tocara pasar por la gran tribulación. Marcos 13:13 "Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.

65 años de casados

Una pareja de ancianos que cumplían 65 años de matrimonio, deciden ir a un restaurante para celebrar este evento. Ya cuando están en el restaurante son atendidos por un mozo a quien cuentan el motivo de su celebración. El mozo los ubica en un lugar romántico para que disfrutaran de la cena. El viejito, le dice a ella: -Mi reina ¿dónde quieres sentarte? -Aquí, dice la anciana. Luego el anciano le dice: -Mi princesa ¿quieres un aperitivo para comenzar? La anciana le responde: -Me gustaría un vinito. El anciano pregunta: -Mi ángel ¿qué te gustaría comer? Ella pide la carta y hace su pedido. El mozo no podía creer lo que oía. Durante la comida el anciano vuelve a preguntar: “Mi vida ¿qué quieres para acompañar tu cena? Pero ahí la anciana le dice, primero iré al baño, necesito ir urgente. El le responde: -Ve mi corazón, yo aquí te espero. La anciana se va y el mozo sorprendido le pregunta al anciano: -¿Cómo es que después de tanto tiempo llama usted a su señora con esas palabras tan lindas: Mi reina, mi ángel, mi princesa, mi vida, mi corazón? Usted me tiene admirado. El anciano lo mira y le responde: -Es que ya no me acuerdo como se llama.