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“Barcelona Plus” Propuesta para un futuro marco de cooperación para el Mediterráneo Dr. Martin Jerch (Universidad Autónoma de Madrid) Introducción En 1995, la UE y los llamados Países Mediterráneos No Comunitarios (PMNC) firmaron la Declaración de Barcelona que dio lugar a un nuevo proceso de cooperación (Proceso de Barcelona) entre la UE y los Países Vecinos del Sur, con el objetivo final de establecer una zona de paz, prosperidad y estabilidad en el Mediterráneo. Nueve años después, los avances hechos son muy limitados. No obstante, en ambas orillas se percibe la necesidad de seguir adelante, aunque de forma modificada. Cada vez más expertos reclaman la necesidad de dar un paso adelante en el Proceso i . En la actualidad, todas las esperanzas de la comunidad política y académica europea residen en el nuevo enfoque que quiere dar Bruselas a las relaciones con sus “nueva fronteras” tras la ampliación de la Unión que se celebra el 1 de Mayo de 2004. Testigo de este nueve enfoque es el muy discutido documento Wider Europe— Neighbourhood: A New Framework for Relations with our Eastern and Southern Neighboursii No obstante, en los últimos meses se ha producido una serie de nuevos documentos y estrategias, debido a los atentados del 11-S, la guerra en Irak de 2003 y los supuestos objetivos de la administración Bush de convertir el Oriente Medio en democrático ha causado la redirección de la atención del Wider Europe. La discusión se centra hoy día ante todo en la pregunta sobre la manera, como reformar económicamente y políticamente estos países. La necesidad de ello se deduce de la convicción, que el no desarrollo y la falta de libertades crean un ámbito, fructífero para el reclutamiento y el apoyo al terrorismo. En este sentido, no cabe duda, que objetivo explícito como implícito de las políticas o estrategias que se dirigen a la zona, es llevar a cabo reformas para liberalizar o democratizar aquellos países. Por que el mayor desafío del futuro de los Países de la cuenca sur del Mediterráneo es la reforma de sus sistemas políticos y

Barcelona Plus\" Propuesta para un futuro marco de cooperación para el Mediterráneo

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“Barcelona Plus” Propuesta para un futuro marco de cooperación para el Mediterráneo

Dr. Martin Jerch

(Universidad Autónoma de Madrid)

Introducción

En 1995, la UE y los llamados Países Mediterráneos No Comunitarios (PMNC)

firmaron la Declaración de Barcelona que dio lugar a un nuevo proceso de cooperación

(Proceso de Barcelona) entre la UE y los Países Vecinos del Sur, con el objetivo final de

establecer una zona de paz, prosperidad y estabilidad en el Mediterráneo. Nueve años

después, los avances hechos son muy limitados. No obstante, en ambas orillas se

percibe la necesidad de seguir adelante, aunque de forma modificada. Cada vez más

expertos reclaman la necesidad de dar un paso adelante en el Procesoi.

En la actualidad, todas las esperanzas de la comunidad política y académica europea

residen en el nuevo enfoque que quiere dar Bruselas a las relaciones con sus “nueva

fronteras” tras la ampliación de la Unión que se celebra el 1 de Mayo de 2004. Testigo

de este nueve enfoque es el muy discutido documento “Wider Europe—

Neighbourhood: A New Framework for Relations with our Eastern and Southern

Neighbours”ii

No obstante, en los últimos meses se ha producido una serie de nuevos documentos y

estrategias, debido a los atentados del 11-S, la guerra en Irak de 2003 y los supuestos

objetivos de la administración Bush de convertir el Oriente Medio en democrático ha

causado la redirección de la atención del Wider Europe. La discusión se centra hoy día

ante todo en la pregunta sobre la manera, como reformar económicamente y

políticamente estos países. La necesidad de ello se deduce de la convicción, que el no

desarrollo y la falta de libertades crean un ámbito, fructífero para el reclutamiento y el

apoyo al terrorismo. En este sentido, no cabe duda, que objetivo explícito como

implícito de las políticas o estrategias que se dirigen a la zona, es llevar a cabo reformas

para liberalizar o democratizar aquellos países. Por que el mayor desafío del futuro de

los Países de la cuenca sur del Mediterráneo es la reforma de sus sistemas políticos y

económicos. Por tanto, es de gran utilidad, comenzar un estudio que intenta dibujar

modificaciones de la actual política en vigor, desde la pregunta por la forma de

introducir las reformas.

En otras palabras, el objetivo del presente trabajo es diseñar una propuesta para

revitalizar el Proceso de Barcelona, una modificación que se podría denominar

“Barcelona Plus”iii, a través de la discusión de cómo promover la democracia en los

países árabes. Eso es, según mi comprensión de los principales objetivos de los

esfuerzos de las UE y de sus países miembros con sus países vecinos del Sur.

El presente trabajo se estructura de la siguiente forma: en primer lugar, se estudia

diferentes estrategias de promoción de la democracia en los PMNC. Después se

discutirá las propuestas más importantes y recientes, que dará lugar también al análisis

la cooperación transatlántica frente al Mediterráneo y el Oriente Medio. En un tercer

lugar, se evaluará la propuesta de Nueva Vecindad. Y finalmente, en el último capítulo,

se dibujará un marco institucional bajo el cual se puede coordinar las diferentes

iniciativas, todo aquello con el fin de llevar a cabo las reformas necesarias para la

introducción de la democracia en estos países.

1. Como promover reformas económicas y políticas en los Países Árabes

No cabe duda, que uno de los desafíos si no el desafió más importante de los países

árabes del futuro es la necesidad de llevar a cabo reformas tanto en términos

económicos como políticos para sacar estos países de su estado de subdesarrollo socio-

económico y su letanía y apatía política.

La necesidad de reformar el sistema económico y político se pone cada vez más

evidente, como demuestran los dos informes de PNUD sobre el Desarrollo Humano

Árabe. El impacto de estos dos informes es enorme, ya que raro es la vez, que no se

hace referencia de estos informes en una publicación o una conferencia que trata del

futuro de los países árabes. Según estos dos informes que fueron elaborados por

especialistas árabes, el estado de retraso del Mundo Árabe se debe principalmente a un

déficit de libertades, del conocimiento, y del papel y de los derechos de las mujeres en

la sociedad (empowerment).

Además, se puede apreciar un cambio esencial con respecto a la discusión acerca de

Islam y Democracia. Mientras hace muy poco, la discusión se centro en el tema de la

compatibilidad entre Islam y democracia, hoy día esta discusión ha sido sustituido

paulatinamente por la discusión sobre como promover la democracia en los países

árabes. Un interesante trabajo que rechaza empíricamente la tesis de incompatibilidad

entre Islam y democracia es el de Stepan y Robertson (2003), que demuestran, que fuera

del Mundo Árabe, los países musulmanes suelen tener un marco de instituciones

democráticas por encima de que su nivel de desarrollo económico sugiera.

Pero la necesidad de reformas no solo es una percepción de los países democráticos

fuera de la región o de las movimientos opuestos a los regimenes políticos de la zona,

sino los propios regimenes en el poder, reclaman oficialmente, que ha llegado la hora de

reformar, como indica la propuesta de integrar la discusión sobre como llevar a cabo las

reformas en la agenda de la cumbre de la Liga Árabe que se iba a celebrar a finales de

Marzo de 2004 en Túnez, pero que finalmente, no tuvo lugar debido a la

incompatibilidad entre las posturas de los diferentes países. Por debajo del Estado,

Mustapha Kamel al Sayyidiv, Profesor de la Universidad de El Cairo, consta que existen

dos tipos de movimientos por reformas: los movimientos islamistas y los democráticos

liberales. Y a nivel regional, el mismo profesor, subraya la existencia de tres reuniones

pan-árabes que enfatizan reformas: dos encuentros que tuvieron lugar en Alejandría y

Beirut, y donde se habló sobre los derechos humanos y la liberalización política. En

concreto, mientras en Alejandría se reclamó la limitación del poder del Estado, en

Beirut se exigía la celebración de elecciones libres y la reducción de las restricciones

que sufren los partidos no-islamistas. La tercera reunión que fue organizada por el Arab

Business Council, donde se enfatizó temas de reformas relacionados con el sector

privado y de los negocios.

Estrategias de promoción de la democracia

Pues bien, en general, se distingue dos estrategias de promover la democracia, una que

es principalmente económica, y otra, cuya enfoque es más bien político.

Antes de profundizar en estas estrategias, es necesario hacer una pequeña, pero vital

diferenciación entre “liberalización política” y “democratización”, como lo sugiere

Daniel Brumberg (2004), ya que los dos conceptos son utilizados a menudo como

sinónimos. “Democracia” hace referencia a reglas instituciones y procedimientos

políticos a través de los cuales los ciudadanos expresan regularmente su voluntad

política. La “liberalización política” a cambio hace hincapié en la promoción de

medios de comunicación más libre e independientes, en la necesidad de la libre

articulación de la sociedad civil o en el establecimiento de un sistema de partido

políticos pluralista. Importante es como indica Brumberg, que la liberalización política

es necesaria pero de ningún modo condición suficiente para la democratización.

Además, no hay ninguna evidencia empírica, que en el contexto del mundo árabe, la

liberalización política lleva necesariamente a la democratización. La evidencia empírica

de los cortos momentos o breves indicios de liberalización política que remontan a los

años 80 y principios de los noventa indican más bien el contrario, es decir, que no

llevaban a la democratización, y que en cualquier momento, la liberalización puede

llevar a la deliberalización. Los últimos años ha sido caracterizados un continuó declive

de los derechos políticos, como lo indica por ejemplo Brownlee (2002) para el caso de

Egipto. Casi siempre se justifica el aumento de los cortes de las libertades por la lucha

contra los movimientos Islamistas radicales o más recientemente por medidas en la

lucha contra el terrorismo.

El enfoque económico de la promoción de la democracia

Volviendo a las dos estrategias de promover la democracia, la estrategia económica

busca en este sentido en un primer momento la liberalización política a través de la cual

luego se llegará a la democratización. Los instrumentos de este enfoque económico son

reformas económicas, la promoción de libre comercio, y de la sociedad civil. Los

cálculos son que las reformas económicas y el libre comercio mejorarán la situación

socio-económica en estos países y eso ayuda al crecimiento de una clase media que

reclamará más participación política. Esta clase media junto con una sociedad civil

reforzado se convierten entonces en agentes de un modelo de reformas paulatinas,

basado en la demanda por más participación, un modelo de reformas que protege el

mundo árabe ante cambios drásticos. Algunos autores incluso indican, que en los

próximos años, el mundo árabe estará caracterizado por autocracias liberalizadasv. Esta

política se conoce también como acercamiento bottom-up, es decir, la democracia se

introduce desde abajo (sociedad) hacia arriba (gobierno, elite político). El peligro de

estas estrategias es que dichas autocracias liberalizadas no solo representan un estado de

transición, sin se establezcan para largo plazos. Además, si se identifica las principales

causas del subdesarrollo del mundo árabe y si se repasa las experiencias con la

liberalización del mundo árabe, es más que dudable, que esta estrategia puede lograr sus

objetivos (véase también Brumberg, 2002). Además, si se identifica los problemas con

el desarrollo económico del conjunto de los países árabes, es más que cuestionable, si el

enfoque económico de la promoción de la democracia cumplirá con sus expectativas.

Distorsiones y desequilibrios del desarrollo económico en los PMNC

Muchos esfuerzo han sido realizados para determinar los problemas y causas del

mal rendimiento económico del conjunto de los países árabes (véase p.e. Richards /

Waterbury, 1996; Lorca / Escribano, 1998). En general, se puede afirmar que las

distorsiones son a la vez consecuencia y causa de la política económica del Estado. Y la

falta de legitimidad es un factor esencial sin el cual no se puede comprender las

políticas económicas llevadas a cabo, ya que afectan directamente al crecimiento y a la

transformación estructural, como se verá a continuación.

Después de la revisión de las teorías del subdesarrollo, Ian Roxborough llega a la

conclusión que “[t]o each form of economic devlopment there corresponds a particular

form of politics and form of state aparatus“(Roxborough cit. según Murphy, 1999:12)

Este autor argumenta que tanto el tamaño y la forma del aparato estatal como sus

relaciones con la sociedad están determinados por el momento de desarrollo económico

en que se encuentra.

Añadiendo a esta primera observación la afirmación de Lorca y Escribano (1999),

que las estrategias de desarrollo elegidas por el Mundo Árabe a lo largo de las últimas

décadas concuerdan con las de los demás países en vía de desarrollo y a su vez

reflejaban y reflejan los paradigmas del pensamiento económico preponderante, surge la

pregunta si estas diferentes fases o estrategias –cada una con sus elementos

particulares– fueron sustituidas por completo de la fase o estrategia siguiente, o había o

hay elementos que sobrevivirán las estrategias supuestamente abandonadas. En otras

palabras, ¿Las fases u orientaciones económicas llevadas a cabo por el Estado han sido

sustituidas plenamente o hay “residuos” que se mantienen durante las fases

subsiguientes? La respuesta es claramente “no”, y que siguen existiendo “residuo”

institucionales de una estrategia en la siguiente. Lorca y Escribano (1999) verifican por

ejemplo, que las antiguas estrategias no desaparecían con la puesta en marcha de las

nuevas, sino que se superponían.

De allí surge la pregunta, por que no se ajustó el paisaje institucional a los requisitos de

la nueva estrategia. La respuesta se sitúa en el cambio de la función de la administración

pública. La crisis económica estaba acompañada por una crisis de legitimidad. Es decir,

los regimenes post-independencia que basaron su legitimidad en la promesa de

modernizar un país rico y aumentar el nivel de vida, no cumplieron su promesa. Y para

mantenerse en el poder y controlar cualquier germen de oposición, la administración

pública se ha convertido de una institución para distribuir la riqueza en una institución

para controlar cualquier resistencia popular. Ofreciendo un puesto de trabajo en la

administración pública a cualquier posible opositor al régimen sirvió por un lado para

calmar el “espirito revolucionario”, y por otro, ayudó a controlar. Además, se logró con

la administración pública la división o fragmentación de cualquier movimiento de

oposición así que de allí viene la expresión de “divide y gobierna”. Esta mala gestión de

la economía política no se debería deducir del no conocimiento, sino a la falta de

mecanismos regulares de legitimación.

Ahora bien, a esta falta de legitimación de la elite política en el poder se debe también

los momentos de liberalización económica y política que se vivía en los años 80 y

principios de los noventas. El empeoramiento de la situación macroeconómica de esta

década hicieron imprescindible las intervenciones del Banco Mundial y del Fondo

Monetario Internacional, para sanear estas economías. Y para calmar otras presiones

externas y internas por más libertades, se inauguró finalmente un proceso de

liberalización gradual. Es decir, se llevó a cabo las exigencias de las instituciones con

sede en Washington, entre otras la introducción de sistemas de recaudación de

impuestos (IVA; impuestos sobre las rentas) y se reducía el papel de Estado en la

actividad económica, y a la vez se celebró elecciones y daba más libertades a los medios

de comunicación. No obstante, todas estas medidas eran graduales, es decir, en ningún

momento se trataba de perder el control sobre la economía ni la política. En estos

momentos, se podría clasificar estos regimenes como “autocracias liberalizados”, sin

que se había modificado las reglas y procedimientos del poder.

En la medida que se reducía las presiones por reformas, en la medida, se empezó a

reestablecer la situación anterior a la liberalización, a menudo justificando estas

retroceso con la necesidad para hacer frente a movimientos islamistas radicales, y más

recientemente, como medidas necesario en la lucha contra el terrorismo. Brumberg

(1995) describe estas prácticas con el concepto de las “estrategias de supervivencia”.

Estas prácticas además han sido y son apoyados por los mayores actores internacionales

en esta zona, que son los EEUU y la UE.

Y teniendo en cuenta las actuales iniciativas de la UE no parece que a corto y medio

plazo, no va haber cambio en este planteamiento. La nueva política de vecindad, incluso

refuerza esta estrategia de liberalización gradual y aceptan los regimenes autoritarios

liberalizados, ante todo por el temor, que cambios drásticos favorecen las fuerzas

islamistas radicales tuviera como resultado la desestabilización de la región entera, y

peligrarán los intereses de la UE.

No obstante, esta estrategia de liberalización política con el mantenimiento del status

quo político también tiene efectos secundarios negativos, que son la perdida de

credibilidad y seriedad frente a las sociedades de estos países. Es decir, desde el punto

de vista popular, es decir, de todos aquellos que sufren directamente la mala gestión de

sus gobiernos sin tener la posibilidad de expresar su descontento y rabia frente a la

privación de derechos fundamentales, la retórica de Bruselas de reclamar la protección

de los derechos humanos y más democratización por un lado, y el apoyo de estos

regimenes autoritarios por otro, causa la perdida de credibilidad de las políticas de la

UE. Esta perdida de credibilidad no solo esta causada por la política de mantenimiento

del status quo, sino también por la pasividad frente al sufrimiento del pueblo palestino y

recientemente del pueblo de Irak, a menudo percibido por las masas como sufrimiento

de sus hermanos musulmanes.

No obstante, hay que hacer hincapié en el hecho, que esta percepción del conflicto entre

palestinos e Israelí ha sido intensificada a menudo a través de los propios gobiernos, que

instrumentalizaron el conflicto para desviar la atención de problemas internos. La actual

vinculación de los regimenes árabs de las reformas con la solución del conflicto testifica

esta forma de aprovechar el conflicto por sus propios intereses. El argumento

predominante es, que sin la paz árabe israelí, las reformas económicas, pero ante todo

políticas, no es posible, es uno de los argumentos más consensuado. Cabría preguntarse

ingenuamente ¿por que no se puede llevar a cabo reformas mientras no haya paz entre

árabes e israelíes? o ¿que tienen que ver reformas en Marruecos con la situación en

Oriente Próximo? Si esta relación es valido, por las razones que sean, y que se acepta

como se ha demostrado antes, que los líderes en el poder no tienen ningún interés en

abandonar su poder, se podría incluso afirmar sarcásticamente, que nadie tienen

realmente interés en la paz entre Israelíes y Palestinos.

Pues bien, volviendo a las estrategias de promoción de la democracia, surge otra duda

acerca de la posibilidad de que el actual acercamiento puede lograr sus objetivos. Como

se argumento antes, la razón, por que la UE y también los EEUU (al menos hasta hace

poco) están inclinados en un modelo de reformas paulatinas basado en la demanda por

parte de la sociedad civil, que será fruto del desarrollo económico, corre el peligro de

entrar en un círculo vicioso, y al menos se debería considerar seriamente la siguiente

argumentación.

Diferentes autores han indicado, que la sociedad política en el Mundo Árabe sigue

siendo débil y fragmentada, sin duda alguna, resultado del tremendo aparato de

servicios y policías secretos, y de la estrategia de “divide y gobierna” (Kienle, 1998;

Brumberg, 2004). La vida política ha sido dominada por una capa pequeña de elites

cuya principal preocupación ha sido la negociación con la elite en el poder a través de

partidos políticos, asociaciones profesionales o sindicatos controlados e incluso

financiados por el Estado. Sullivan (2000) incluse introduce el término “GONGO”vi

para diferenciar entre las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y las

Organizaciones No Gubernamentales Organizados por el Gobierno. Por la falta de

apoyo popular e independencia de estas organizaciones es difícil e incluso imposible de

imaginárselas como fundamentos sobre las cuales se puede construir una sociedad

política eficiente. La única excepción en este sentido representan los grupos islamistas,

porque han logrado de sobrepasar esta situación de despolitización esforzada.

Paradójicamente, restricciones legales o el poder arbitrario de los autócratas de legalizar

nuevos partidos, o aquellas leyes que restringen la competición de grupos políticos

abiertos a menudo benefician solamente a los islamistas. Su control de las mezquitas

urbanas o de instituciones caritativas le da ventaja sobre los grupos no-islamistas. Por

tal motivo, inherente a las reformas del sistema de partidos y del sistema electoral es el

peligro que los grupos islamistas aumentan su ventajas sobre los demás formaciones

políticas, no porque son la mayoría sino porque constituyen una pluralidad organizada.

Por otro lado, sin estas reformas, los partidos políticos y los parlamentos continuarán ser

foros, donde las elites negociación por su propios intereses en vez de ser un lugar que

controla y limita el poder del ejecutivo.

Esta debilidad de la sociedad política del Mundo Árabe, no se puede superar

promocionando la sociedad civil. Muchos programas de la cooperación al desarrollo

para fomentar la sociedad civil han conseguido resultados no favorables a la

democratización. Porque cuando una organización cívica con tareas especificas, se ve

esforzado de cargar también con tareas de representación política, una tarea que es

propio de los partidos políticos, los resultados no es la democracia, sino una politización

excesiva y una fragmentación ideológica (Brumebrg, 2004).

Por todo aquello, es más que cuestionable, si la estrategia de promoción de la

democracia enfocando el desarrollo económico y la promoción de la sociedad civil es la

solución, teniendo en cuenta los posible efectos opuestos, que es en vez de aplicar un

modelo de reformas paulatinas para evitar cambios drásticos que favorecerían las

fuerzas islamistas incluso se fomenta o al menos se promociona a los grupos islamistas

una ventaja sobre los agrupaciones políticas no islamistas.

El enfoque político de la promoción de la democracia

El segundo acercamiento, es el enfoque político. Dado el reconocido consenso, que

cambios revolucionarios o dramáticos llevaría una victoria segura de las fuerzas

islamista, se discuta en la actualidad en acercamiento gradual a la introducción de la

democracia. Este proceso de reformas políticas debería enfocar la manera de integrar a

las fuerzas islamistas en el sistema político, con el fin de moderar sus objetivos ilegales

y radicales. Además, hay algunos países, en donde se legalizó partidos islamistas y

donde se podían organizar y competir en las elecciones abiertamente, como en Jordania,

Kuwait, el Líbano o Marruecos (Langohr, 2002).

No obstante, no existe consenso sobre las medidas con las cuales se debería comenzar

este proceso gradual de democratización. Unos argumentan, que este proceso debería

llevarse a cabo reforzando los partidos políticos, porque eso ayudaría a los partidos

seculares actualmente muy débiles para ganar ventaja sobre los partidos religiosos. En

segundo lugar, se recomienda aumentar el papel del poder legislativo (Langohr, 2002).

A cambio Brumberg (2004) argumenta, que una estrategia de reforma que se centra en

el Estado tiene que enfocar principalmente las reglas del juego de los poderes, que

evitan que haya una representación democrática. Es decir, toda reforma y todas las

programas de cooperación al desarrollo en la área no pueden desarrollar todo su

potencial, mientras no hay cambio en la distribución de poder. Algunos expertos

recomiendan, que los que el Mundo Árabe necesita en primer lugar es “good

governance” y que ello debiera sustituir la demanda por más democracia. Pero la

pregunta por que no haya “good governance” reside indiscutiblemente en las reglas del

poder. Y mientras no se cambian estas reglas, no se va a experimentar una mejora de la

gobernabilidad sostenible y a largo plazo. En otras palabras, todos los esfuerzos de

promover la democracia no van a ser efectivo, mientras el poder real no esta adjudicado

al parlamento que representa la voluntad electoral verdadera de la sociedad.

Otro aspecto clave que enumera Brumberg es la necesidad de tener un poder judicial

verdaderamente independiente. A pesar de unos signos ocasionales de independencia,

los sistema judiciales en el Mundo Árabe siguen siendo muy arbitrarios, de tal forma,

que Nathan Brown afirma, que la norma en el Mundo Árabe no es “rule by law” sin más

bien “ rule of law” (citado en Brumberg, 2004).

En resumen, una estrategia que pretende introducir reglas democráticas en el Mundo

Árabe solo puede ser eficiente en el momento que establece como prioridad más

importante el cambio de la distribución de poder. La experiencia con momentos de

liberalización política en el Mundo Árabe indica, que los sistemas autoritarios

liberalizados, no representan ninguna garantía de convertirse en verdaderas

democracias. O como argumenta Carothers (2003): “ long surviving semi-authoritarian

regimes such as those in Egypt, Jordan and Morocco are masters at absorbing

liberalizing influences without really changing their core political structures “. Una vez

conseguido esta modificación de las estructuras del poder, aumenta la probabilidad que

las iniciativas o propuestas de reformas empiecen a funcionar mejor.

De estas afirmaciones surge la pregunta por el ¿como se consigue esta modificación de

las estructuras de poder? Langohr (2002) indica, que los países occidentales deberían

aumentar la presión diplomática por reformas que empiezan desde arriba. Y para

aumentar esta presión diplomática, es imprescindible la estrecha colaboración

transatlántica. Las reacciones sobre la Greater Middle East Initiative, testifiquen, que es

posible, como se verá a continuación.

La iniciativa del Gran Oriente Medio (Greater Middle East)

Ninguna de las iniciativas recientemente publicado ha creado más polémica y atención

que la de Gran Oriente Medio (GOM). Es el impacto que ha generado esta iniciativa que

indica según mi opinión, un camino para futuro del Mundo Árabe y las relaciones con

el, ya que esta iniciativa refleja un cambio fundamental en la orientación política frente

a la zona. Esta nueva orientación había sido anunciada por el presidente G. W. Bush

durante su conferencia en la Carnegie Endowment, el día 6 de noviembre de 2003.

Durante esta charla, el presidente declara “..sixty years of Western nations excusing and

accommodating the lack of freedom in the Middle East, did nothing to make us safe” y

por lo tanto, los EEUU han adoptado una “new policy, a forward strategy of freedom in

the Middle East” (citado según Hawthorne, 2004).

El borrador sobre el GOM ha sido resultado de este cambio de orientación. Ahora bien,

importante para la promoción de la democracia como planteado arriba, no es tanto el

contenido del documento, sino el hecho, que por primera vez, un presidente

estadounidense criticó oficialmente la falta de libertades y democracia de los países

árabes y las reacciones y críticas.

Reacciones frente al GOM

Desde el Mundo Árabe, los países más fieles aliados de Washington, como Egipto y

Arabia Saudita se convirtieron en portavoces de las críticas procedentes del Mundo

Árabe. Principal crítica de ellos, ha sido, que no fueran consultados ellos y que las

reformas no se pueden obstruir desde fuera, que tienen que surgir desde dentro. Y la

segunda crítica más contundente ha sido, que no propone ninguna solución para el

conflicto entre árabes e israelíes. A parte de estas reacciones oficiales, un experto

marroquívii resumió las reacciones dentro del Mundo Árabe a lo largo de tres posiciones.

En primer lugar, y como ya mencionado, se encuentra la posición oficial, que rechaza

esta iniciativa, que no les interesa, por la sencilla razón que las reformas se dirigen

contra ellos mismos. La segunda posición es la de los radicales, que igualmente lo

rechazan, debido a la falta de credibilidad de los EEUU; ellos lo perciben como otro

tipo de complot de Washington para asegurar sus propios intereses económicos. Y

finalmente, la posición de los moderados, que reconocen que enfatiza un punto de

extrema importancia, que significaría el fin del estatus quo político. Aceptan la idea,

pero tampoco creen que Occidente sea creíble.

La reacción de la UE en un principio parecían favorables, pero después de mucho poco

tiempo, el escepticismo ha empezado a dominar los Europeos. Las principales críticas

de los europeos son muy parecidos a la versión oficial árabe, y que son: a) la falta de no

consultar la iniciativa con el Mundo Árabe y b) no incluir en la propuesta el problema

palestino.

Pero especial importancia, y aquí se centra la clave de todo, fueron los pocos días en las

cuales parecía que la UE y los EEUU navegaban en el Mediterráneo en el mismo barco.

Porque los líderes árabes reaccionaron de forma muy nerviosa, pusieron el tema de las

reformas desde dentro en la agenda de la cumbre de la Liga Árabe que se iba celebrar el

pasado mes de marzo, pero que finalmente fue suspendido por la incapacidad de lograr

una posición común en el seno de la Liga. A consecuencia, Mubarak viajaba a Europa,

para explicar a los líderes Europeos, que las propuestas de reformas se debería consultar

con los países en cuestión, y que cualquier apertura brusca resultará en la victoria en las

urnas de los islamistas. Finalmente, como es bien conocido, la posición europea frente

al GOM es de escepticismo, haciendo hincapié en la necesidad que la UE tiene que

desarrollar su propia iniciativa. A pesar de todo ello, queda bien evidente, que en el

momento que los EEUU y la UE tiran del mismo extremo de la cuerda, tiene un

poderoso instrumento para ejercer presión sobre las autocracias del Mundo Árabe.

Con respecto de las críticas, habría que destacar, que la UE al menos hasta hace poco

usaba un doble estándar. Por un lado, el GOM está previsto de ser un borrador para

crear un marco de cooperación entre EEUU, los miembros del G-8 y la UE. Es dudable,

que los autores de este borrador lo diseñaron como “plan de acción” inmediato para

reformar los países árabes, sino como un documento para acerca las posiciones con

diferentes socios. En este sentido, la crítica de no haberlo consultado se relativa. El otro

aspecto de la crítica, el de no incluir el problema palestino en el documento ha sido -al

menos hasta hace poco- también una característica de las iniciativas de la UE. Ni en el

Proceso de Barcelona, ni en la Nueva Política de Vecindad, se habían incluido la

solución del Proceso de Paz como objetivo de las iniciativas. Algunos diplomático

incluso subrayan, que es necesario de separa de la máximo posible el Proceso de

Barcelona del Proceso de Paz en Oriente Medio (Mirapeix, 2002), postura que se recoge

también en la respuesta de la UE al GOM.

La respuesta de la UE o The Strategic Partnership with the Mediterranean and the

Middle East

No obstante, la UE en la actualidad esta elaborando una estrategia más global para el

Mediterráneo y el Oriente Medio, en la cual, se ha incluido todos estos puntos ausentes

en la GOM. Parece que este documento, titulado EU Strategic Partnership with the

Mediterranean and the Middle Eastviii es la respuesta de la UE a la propuesta

estadounidense del GOM. En dicho documento, se enumera once objetivos y principios

de la Unión con respecto de sus relaciones con el Mediterráneo y el Oriente Medio. Y el

principio número tres se subraya, que la resolución del conflicto árabe-israelí es

prioridad estratégica de la UE. Además incluye un párrafo propio “consultación con la

región”, que evidencia, que la UE ha aprendido de los supuestos errores de Washington.

No cabe duda, que la propuesta europeo está hasta ahora, mejor elaborado, más

minucioso y detallista que la GOM.

Con respecto de las relaciones transatlánticas, la respuesta europea es contundente: la

UE debería continuar su propia estrategia, pero no rechaza la posibilidad de coordinar

su estrategia con los EEUU en el marco del partenarriado transatlántico. La descripción

de las posibilidades de cooperación con Washington, continúa diciendo, que la UE

debería definir su acercamiento complementario, pero distinto. Esta respuesta, se

explica claramente por el temor que una cooperación más estrecha con EEUU en esta

zona, tendría efectos negativos sobre la imagen de la UE que goza en el Mundo Árabe.

Dicho de otro modo, la colaboración con EEUU podría “infectar” la credibilidad

europea. Además, los europeos tienen una considerable ventaja en las tareas de la

política baja (low politics), frente al dominio estadounidense de la política alta (high

politics). Por tanto, Bruselas no considera oportuno, estrechar la cooperación con

Washington, por que se considera que perjudica más que ayuda.

Aquí se sitúa una de los errores en el planteamiento de Bruselas, un aspecto que si se

debería tener en cuenta a la hora de elaborar Barcelona Plus. En vez de rechazar la

posibilidad de cortar distancias entre los dos lados en el atlántico, la UE debería

aprovechar este cambio en la orientación de la política de Washington, para introducir

las modificaciones necesarias para aumentar la credibilidad en la zona, y para lograr la

meta final de sus esfuerzos, que es sin duda, la democratización de estos países. El

marco de esta cooperación lo da la propia administración Bush de forma no

intencionadamente.

El modelo de Helsinki o “Paz a cambio de reformas”

En un principio, miembros de la propia administración Bush buscaba la comparación o

la semejanza de su iniciativa del GOM con el Proceso de Helsinki o la Conferencia de

Seguridad y Cooperación en Europa. Una idea, que no es nada nueva, ya que se ha

escuchado a menudo propuestas que buscaban copiar el modelo de Helsinki. No

obstante, después de poco tiempo, Washington se daba cuenta de la peligrosidad de

promover la analogía con el modelo de Helsinki, porque la probabilidad de entrar en

una dinámica que EEUU no quería era muy alta. Esta dinámica contraria a sus interese e

intenciones es llevar la discusión regional sobre temas de seguridad, ya que la seguridad

representaba el núcleo de la CSCE. El objetivo principal de la GOM es el aumento de

las libertades y la introducción de la democracia en Oriente Medio. En este sentido, a

Washington no conviene “copiar” el modelo de Helsinki, ya que el principal aspecto de

seguridad lleva directamente al conflicto entre palestinos e israelíes, y eso es un asunto

que Washington ha dejado fuera de su planteamiento de GOM. Además, el

funcionamiento de la CSCE se basaba principalmente en la idea cada lado accede al otro

lado un asunto de relativa importancia para ellos. Por lo tanto, si los países árabes

inician un proceso de democratización como exigido por Washington, ¿que podrían

recibir a cambio? Es decir, Washington no parece estar dispuesto de dar algo a cambio,

lo que sin duda alguna podría ser la Paz en Oriente Medio (Ottaway / Carothers, 2004)

Para recordar, el Proceso de Helsinki nació en 1972 como consecuencia de la insistencia

de la Unión Soviética de conseguir el reconocimiento formal de las fronteras europeas

de la Pos II Guerra Mundial. La fase preparatoria culminaba en 1975 en la firma de la

Acta Final de Helsinki, también conocida de Decálogo de Helsinki.

En los años siguientes de la firma de este acuerdo, el Proceso se había convertido en un

importante instrumento para Occidente de reclamar a los países que comprendían el

Pacto de Varsovia la mejora de la situación de los derechos humanos y la realización

paulatina de reformas políticas. Probablemente fue esta experiencia positiva que

provocó a Washington buscar inicialmente la analogía entre Helsinki y Oriente Medio.

La estructura del contenido del Decálogo que se divide en tres capítulos o cestas o su

carácter procesal y político explica, porque a menudo se encuentra referencias a la

política euro-mediterránea de la UE, el llamado Proceso de Barcelona.

No cabe duda, los analistas y comentaristas de estas iniciativas a menudo buscan la

comparación de ellas con el Proceso de Helsinki y la Conferencia de Seguridad y

Cooperación en Europa (CSCE). Sea quien sea el que lanza la iniciativa, la tentación de

buscar algunas lecciones útiles de la CSCE que logró terminar el conflicto Este-Oeste

para su aplicación a la zona del Mediterráneo y el Oriente Medio es omnipresente.

Uno de las principales críticas es que no se puede comparar la situación inicial de ambas

partes. Y como lo indica el intento de evitar cualquier comparación con Helsinki, es

evidente, que no existe voluntad política por parte de Washington de aplicar el modelo

de Helsinki en la zona, porque Washington no quiere ofrecer nada a cambio y ni

siquiera hablar de seguridad. Y además, mientras la situación en Europa permitía de

hablar de prácticamente dos bloques opuestos, en el Mediterráneo tuviéramos más que

tres bloques. Es decir, la UE, EEUU, Israel, y la Liga Árabe, pero no es muy probable,

que el Mundo Árabe hablase con una sola voz.

No obstante, la idea que la CSCE hiciera que funcionara consistía en que ambos partes

pensaban que ganase por las negociaciones (el bloque oriental, el reconocimiento de las

fronteras, y occidente, la apertura política). Esta relación de intereses en Europa que

evidente no existe, puede dar algunas pautas cruciales para una posible creación de esta

conferencia. Y aquí podría entrar el papel clave de la UE, aprovechando la necesidad

percibida por EEUU de crear un Oriente Medio democrático, y reclamar y convencer de

la necesidad de resolver el conflicto. Y por otro lado, la UE y los EEUU podrían ejercer

suficiente presión diplomática, para introducir la democracia antes descrita. Es decir, la

UE debería orientar todos sus esfuerzos diplomáticos para que se establezca el modelo

de Helsinki bajo la formula “Paz a cambio de reformas”. Este modelo puede servir

como macro-marco en el cual se pueden desarrollar las diferentes iniciativas diseñadas,

de las cuales la “Nueva Política de Vecindad” puede ser la más prometedora.

Wider Europe – La Nueva Política de Vecindad de la UE

Como suele ser habitual, cada ampliación va mano a mano con una modificación de las

políticas dirigidas hacia los vecinos de la UE en la cuenca sur del Mediterráneo. La

Nueva Política de Vecindad representa en este sentido una continuación. Esta nueva

orientación de la política hacia las áreas fronterizas de la UE no substituyen la actual

política, el Proceso de Barcelona, sin ofrecen a esta política más instrumentos para

profundizar la cooperación con los socios del sur. La idea principal, es que se sustituye

la condicionalidad negativa por el concepto de la condicionalidad positiva. Es decir, en

vez de castigar se pretende premiar. En otras palabras, los esfuerzos de reformas en

tareas económicas o en tareas de la economía política se ven compensado por una

profundización de la integración en el mercado europeo que incluye todo, menos la

adhesión, es decir, se ofrece las 4 libertades: la libre circulación entre ambas orillas de

capital, bienes, servicios y personas.

El lema de esta nueva estrategia se puede resumir en “speak softly and carry a big

carrot” (Sendagorta, 2004). En un principio, esta nueva política había sido planteado

como un marco de cooperación con Ucrania, Moldavia y Bielorrusia, pero el presidente

de la Comisión, Romano Prodi insitió en la inclusión de los países de la cuenca sur del

Mediterráneo, a pesar de la resistencia de Reino Unido, Países Bajos y Austria.

Durante el Consejo de Asuntos Generales y de Relaciones Exteriores del 16 de junio del

2003, se desarrolló una serie de incentivos, que ofrece la UE a sus países vecinos, es

decir, la zanahorias que son entre otros, “la perspectiva de participar progresivamente en

el mercado interior de la UE, relaciones comerciales preferenciales, apoyo al ingreso a

la OMC y una mayor y mejor ayuda financiera”. No obstante, se ofrece algunos

incentivos, que resultan más dudosas, ya que se trata de medidas, que son necesario

independientes de que estos gobiernos progresan en su agenda de reformas o no, como

pueden ser “un diálogo político más efectivo, una cooperación más intensa para

prevenir y combatir las amenazas comunes, una cooperación más estrecha en materias

relacionados con la inmigración legal o una cooperación cultural más estrecha, una

mayor comprensión mutua y contacto directos entre las sociedades”. Resulta un poco

difícil, imaginarse estos últimos incentivos como incentivos, ya que la cooperación

cultural es tan necesaria, o incluso se hace más necesaria con los países que más retraso

tienen con respecto de la agenda de reformas. Pero no solo en estos casos más dudosas

resulta difícil, que estas zanahorias son suficiente grandes, para que la elite en el poder,

deja de comer su “caviar”, para comer zanahorias, aunque no cabe duda, que la

zanahoria seria mucho más sano que el caviar.

Los mecanismos de esta nueva orientación de la política comunitaria se deduce de la

positiva experiencia que la UE hizo con los países del Este de Europa que desde hace

poco se han convertido en miembros de la UE. La principal diferencia es y la más

importante acerca de la aplicación de estas mecanismo para los PMNC, es que estos

incentivos ayudan mucho para la consolidación de la democracia y mejorar el

funcionamiento del mercado, ya que los gobiernos con legitimación están muy

interesados en una alimentación sana (zanahoria) para estar en forma en los próximos

comicios, a través de un rendimiento socio-económico favorable. Pero a cambio, es

poco probable, que la alimentación saludable es tan importante para los autócratas del

mundo árabe. O como resume como afirman Pirouz y Leonard, “EU’s constructive

engagement approach – hoping that economic liberalisation will bring about political

change- is unlikely to disturb the sleep of autocratic rulers”.

En resumen, la idea de la política de nueva vecindad es buena, pero solo puede ser

efectivo, en el momento que la distribución del poder en los países árabes se haya

modificado de acuerdo con los principios democráticos.

Propuesta para un Barcelona Plus

Como principales conclusiones destacan que,

a) la UE debería replantarse su forma de promover la democracia en los países árabes;

b) es esencial de actuar coherente y creíble, aunque en este contexto existe lo que se

podría llamar un “dilema de actores”, es decir, no se puede exigir la protección de los

derechos humanos y la democratización y al mismo tiempo mantener el status quo

político.

c) a pesar de toda la mala gestión de los EEUU frente a la zona, que va mano a mano

con la falta de credibilidad de Washington en la zona, la cooperación transatlántica es

esencial; la UE debería evitar, que la estrategia de los líderes árabes de “divide y

gobierna” como se practica habitualmente en sus asuntos exteriores, se transfiere a

escala internacional en general y en las relaciones transatlánticas en particular.

d) con respecto de la propuesta de la política de nueva vecindad, surge la leve sensación

que, la UE de nuevo, usa una política de “segundamano”. Es decir, es necesario que la

UE empiece desarrollar estrategias propias para la región del Mediterráneo, o al menos

propuestas que se ajusten más a las necesidades de los Países Mediterráneos No

Comunitarios (PMNC). La idea de la Nueva Política de Vecindad, es un instrumento

valioso, en donde la tarea es la consolidación de la democracia y mejorar el

funcionamiento de los mercados.

U como se ha visto a lo largo de este trabajo, existen dos diferentes formas de promover

la democracia. Cada uno tiene sus ventajas, pero dada la situación política en los países

árabes, es esencial, que se modifique en primer lugar el patrón de poder y de las reglas

(enfatizar la política). Esto solo se consigue a través de ejercer presión diplomática.

Como muestra la reciente visita del presidente egipcio Mubarak a EEUU, parece que la

“forward strategy for freedom in the Middle East”, no es simple retórica, ya que por

primera vez, un presidente estadounidense ha tematisado la “democracia” en un

encuentro con un líder árabe. Y parece que hay indicaciones que se retira la ley de

emergencia en Egipto, que está en vigor desde 1981, lo que significaría un importante

primer paso hacia la democratización de Egipto.

Y para que se puede ejercer y aumentar esta presión es necesario, que la UE y los

EEUU homogenizan sus posturas, y ejercen esta presión con una sola voz. Una vez

modificado estas estructuras, es muy probable, que iniciativas como el Proceso de

Barcelona junto con la Nueva Política de Vecindad, o la Middle East Partnership

Initiative de Washington empiecen a funcionar como esperado. En términos de

promoción de la democracia, este se podría expresar de la siguiente forma, es decir, la

cambio político tiene que representar el núcleo de las reformas y con el tiempo se

debería expandir a tareas económicas.

Reforma Poder

Reformas Económicas

tiempo

Aplicado este modelo de la promoción de la democracia gradual a las diferentes

iniciativas, se dibuja el siguiente gráfico:

i Para un resumen muy detallado del Proceso de Barcelona véase por ejemplo Núñez Villaverde (2004) o Huldt (2002). ii COM(2003) 104 final, Bruselas 11.3.2003 iii Termino viene prestado de Alvaro de Vasconcelos iv Discusión durante una mesa redonda sobre las reformas en el Mundo Árabe, el día 7 de mayo de 2004. www.ceip.org/files/events/2004-05-7-political-reform.asp?pr=1&EventID=701 v una idea expresado por Perthes durante la reunión anual de EuroMeSCo en Marzo 2004 en Barcelona. vi GONGO = Governamental Organizad Non Governamental Organisations. vii Fouad Amor durante la reunión anual de EuroMeSCo en Marzo 2004 en Barcelona. viii Un borrador de este documento ha sido publicado en el EUROMED Report No 73, del 23 de marzo de 2004.

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