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Carmen Castañeda y la historia social de la educación en México

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La educación en Guadalajara

durante la Colonia (1552-1821)

PUBLICACIONES DE LA CASA CHATA

Agradecimientos

La comunidad académica del CIESAS-Occidente agradece el patrocinio financiero que ha otorgado el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Es­tado de Jalisco (Coecytjal) a la edición e impresión de los libros científicos que producimos con nues­tras investigaciones. Gracias a ello se constituyó el Programa Editorial CIESAs-Occidente / Coecytjal 2011-2012. El CIESAS reconoce y celebra el origen de esta iniciativa en la acertada participación del di­rector general del Coecytjal, doctor Francisco Me­dina Gómez, en el seno de la Junta de Gobierno del CIESAS, de la cual es miembro distinguido.

~~ • ~~ COECYTJAL

Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco López Cotilla 1505, Col. Americana, C.P. 44140,

Guadalajara, Jalisco, México. www.jalisco.gob.mx/wps/portal/ coecytjal

La educación en Guadalajara

durante la Colonia (1552-1821)

Carmen Castañeda García

mi ClcSM

370.972 352

CAS Castañeda García, Carmen.

La educación en Guadalajara durante la Colonia, 1552-1821. Historia de sus

poblaciones escolares. Carmen Castañeda García. 2• ed., p. 464; ilus., mapas,

planos. Incluye anexos, apéndice, bibliografía, índice de ilustraciones e índice

general.

ISBN 978-607-486-181-5

1. Educación-México-Jalisco. 2. Universidades y Colegios-México. 3. Educación

Historia. Siglos XVI-XIX. 1 T.

Portada: D. Vicente Naharro en su preciosa Recopilación de los varios métodos inventados para facilitar la enseñanza de leer. De la Obra pia de Educación de la Ciudad de los Án­geles y su Obispado con obligación de darlo gratuitamente a la Escuela B. Palafoxi­na. Con licencia del Illmo. Sr. Arzobispo de México como Patronato del Hospital R[eal] de Y ndios. J[ose]ph de Nava grabó, Mig[ue]l Zendeja delineó.

Biblioteca Histórica José María Lafragua, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Fondo documental de la Antigua Junta de Caridad y Archivo de la Academia de Bellas Artes de Puebla (siglo XIX). Sección: Escuela de Primeras Letras, Subsec­ción: Material de Estudios (silabario), núm. de Expediente: Único, Años: s/ A, Caja 27.

Fotografía de portada: Dra. Marina Garone Gravier, IIB-UNAM.

Cuidado de edición: María Palomar y Pastora Rodríguez Formación tipográfica y diseño de portada: Elba L. Padilla Fotografías interiores: Israel Vizcarra Varela

Segunda edición: 2012

D.R. © 2012 Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologia Social Juárez 87, Col. Tlalpan, C.P. 14000, México, D.F. [email protected]

ISBN 968-12-0288-0 (primera edición) ISBN 978-607-486-181-5 (segunda edición)

Impreso y hecho en México

En memoria de don Luis Gon~lez

Índice

Siglas de los archivos, las bibliotecas y las colecciones de documentos utilizados................... .. ........... ........ ... .......... .. ... 13

Presentación y agradecimientos (Luisa Gabayet) .............. .................. ....... ..... .. . 15

Prólogo (Enrique González González) ......... ...... ......... ..... ... ..... ............................. 19

Agradecimientos ...... ............. .......... ..... .. .... .. ... .. ......... .... ........................... ... .. .... ............... 29

Introducción........... .. ........ ....... .. ....... .. ................................................................ .................. 33

Parte primera Guadalajara y sus instituciones educativas (1552-1821) .............. .................... 39

Capítulo I Primeros esfuerzos (1552-1696) ................................................................................. 41

1. GUADALAJARA. ... ... . ...... .......................... ........................ ..... ............................. ... ...... .. ..... 41

2. EscUELAS PARA Los INDios........ ............ ........................ .... .......................... . .................. 51

3. CoLEGios PARA LOS NIÑOS.......................................... .............. ...................................... 53

4. ESTUDIOS PARA EL CLERO REGULAR........................ .... .................................................... 79

5. ESTUDIOS PARA EL CLERO SECULAR...................... .. .... .............. ...... .. ............ ................... 89

Capítulo II Expansión (1696-1779) ................................................................................................... 101

l. GUADALAJARA ........... ................. ............................................................ ............... ........... 101

2. BEATERIOS Y COLEGIOS PARA LAS NIÑAS ........ .. .... .. ................ ...... .............. .......... ..... .. ... 103

9

10 Carmen Castañeda Garcfa

3. CoLEGios SEMINARJOS .. .. .. ..... . ........... ....... ...... . .... ..... .... ..... ... ... .. ... . .. .... ... ... .... .... ............ 115

4. LA CoNGREGACióN DEL ORATORio DE SAN FELIPE NERI.......................................... 149

Capítulo III Configuración (1779-1821) .... .. .... ...................... ...... ........................ ........ .. .................. 153

1. G UADALAJARA .............. ... . .. ........ ....... ... ......................................... ... ... ......... .. .. ............ ... 153

2. LA REAL UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA..................................... .. .... .. .. .. ................. ... 159

3. LAs ESCUELAS DE PRIMERAS LETRAS..................................... .. .............. .. .......... .. .... .. ....... 188

4. G UADALAJARA, LA REAL UNIVERSIDAD Y LOS COLEGIOS SEMINARIOS .............. .. .. .... .... 207

Parte segunda La organización de las instituciones educativas ...................................... ............ 219

Capítulo IV Las escuelas de primeras letras .. ........................ .. ................ .... .......... .... ..... .. ........ ...... .

1. PROPÓSITOS ..... . .. ........ ... ...... ............ . .... ..... ....... .. .. ........ ... .. ...... .. ... ... ............................. .. . .

2. GOBIERNO ..... .... .. .. ................ . .... . .. .......................... .... ... ....... .... . .. .... ........ ....... .......... ..... . .

3. L os MAESTROS ....... .. ........ .. .......... ......... .... .... ........... . ..................................... ...... . ..... .. . .. . .

4. Los ESTUDIANTES .... ... ... .... ................ ............ ... . ... .... . .... .... ...... .. .......... .. .... .. .. ...... ... .... .. .. .

5. Los ESTUDIOS Y LOS MÉTODOS .... .. ... .. ... ....... ..... .. ..................... ...... .... .... ...................... ..

Capítulo V

Los colegios seminarios .. ..................... ... .... ... .. .. .... ......... ... ............. ... ............................ . 1. PROPÓSITOS . .. . .. ....... ... ................. ...... .................. .................. ............. .. .. .......... . ... .. ..... ... . .

2. GOBIERNO ....... .............. .. ... . .... . ....... ... ... .. .. .. .. ............. ... . ... .. ...... ........ ........... ... .. .. ..... . ...... .

3. Los CATEDRÁTicos ..... .. ............. ..... .. ........ ..... ... ................. ....... .. ... .................................. 4. Los ESTUDIANTES ...... ............. ........ ... ..... ... .......... ...................... .. .................................... 5. EsTUDIOS Y MÉTODos .... .... ........ .... .............. .. .............. . ........................ .. . .. ........... .. .. .... ..

Capítulo VI 1

221

221

222

227

232

235

241

241

243

249

252

275

La Real Universidad de Guadalajara.............. ...... ...... ...... .. .. .............. ...... ................. 305

1. PROPÓSITOS.. .. .... ..... . ......................... . .......... .. ... ..... ...... ....... .... ... ... .... ..... ... ........ ......... .... .. 305

2. GoBIERNo ... ...................... .... ..... ........ ..... .... .. ... .. ...... ...................... ..... .... ..... ..... .. ... .......... 307

3. Los CATEDRÁTICOS ..... .......... ..... ..... ..... ..................... .. ........ .. .......... .. ...... .. ....................... 325

Índi ce 11

4. Los ESTUDIANTES.. ... ... .......... ..... .. ..... ... ..... ... . ... ... . ......... .. .. ... ................ ..... .. . .. . .. ...... .. .... .. 328

5. f ACULTADES, CÁTEDRAS Y MÉTODOS .... ............................ ........ ...... .. .... .. .......... .. ............ 336

6. GRADOS................ .. ............... ... ...... ........ ... .................... .... .. . ... . ............ .. .... .... .. ...... ...... .... 358

7. L os GRADuADos....... .. .. .. ... ..... .. .. ... . .... . ... .... .. ...... ............. ... .............. ...... ...... ... ....... .. . ...... 377

Anexos..... ..... .... ... ... ....... ...... ... .. .. ........ .. .. .. .................. ............... .............. ........... ......... ........ ... . 387

Apéndice ... .... ... .... ...... .. ........ ........... .. .......... .. .... ........ ... .. ... .. .... ................. ........ ........ ... .... ...... . 399

Bibliografía...... ........ ... .. .... .. ...... ............. ........ ................... .. ... ...... ............. ........ .......... .. ....... .. 423

Índice analítico.... .. ....... ........ ...... .... ..... ... ............. ............................ ....... ................... .. ..... ... 443

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Siglas de los archivos, las bibliotecas y las colecciones de documentos consultados

AAG ACEG AEA AGI AGN AH] AHMG AHN

AHPMJ

ARAG ARUG ASG

BARAH

BLAC

BN Madrid BN México BPEJ BPR

BPT

CEHM

Archivo del Arzobispado de Guadalajara Archivo del Cabildo Eclesiástico de Guadalajara Archivo de Exámenes de Abogados de Guadalajara Archivo General de Indias, Sevilla Archivo General de la N ación, México Archivo Histórico de Jalisco Archivo Histórico Municipal de Guadalajara Archivo Histórico Nacional, Madrid (secciones Códices, Di­versos y Jesuitas) Archivo Histórico de la Provincia de México, Compañía de Jesús Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara Archivo de la Real Universidad de Guadalajara Archivo del Seminario Conciliar Tridentino de Señor San José de Guadalajara Biblioteca y Archivo de la Real Academia de la Historia, Ma­drid Biblioteca N ettie Lee Benson, Colección Latinoamericana de la Universidad de Texas en Austin Biblioteca Nacional de Madrid (sección Manuscritos) Biblioteca Nacional de México (ArchiYo Franciscano) Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, Guadalajara Biblioteca de Palacio Real, Madrid (sección Manuscritos de América) Biblioteca Pública de Toledo, España (Colección de Manus­critos Barbón-Lorenzana) Centro de Estudios para la Historia de México Condumex

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14

LAC

LSAM

MM SHGMG

Carmen Castañeda García

Libro de Actas Capitulares del Cabildo Eclesiástico de Gua­

dalajara Libro Secreto de Asientos de Matrículas de los Colegiales del Colegio Seminario Tridentino de Señor San José de Guadala­

jara Monumenta Mexicana Sección Histórica de la Gaceta Municipal de Guadalajara

PRESENTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

Carmen Castañeda García murió el 4 de mayo de 2007 y dejó en su compu­tadora, inacabado, un proyecto que acarició durante largo tiempo: la segunda edición corregida de su agotado libro La educación en Guadalqjara durante la

Colonia) 1552-1821.

Poco después de su muerte, Luz Ayala, historiadora, colaboradora y amiga de Carmen, y la que esto escribe fuimos a su casa para buscar en su computa­dora un par de artículos que tenía casi listos para entregar. Los encontramos y, además, apareció la transcripción, que nos dio la impresión de estar completa, del libro en cuestión. Grabamos el contenido del archivo en una memoria USB con la intención de revisarla más tarde.

Empero, el comité editorial del CIESAS se reunía en esos días y decidí ha­cer una impresión del material y pedirle a Teresa Fernández, investigadora del CIESAS-Üccidente y miembro del comité editorial, que lo presentara y viera la posibilidad de la reimpresión. La idea fue acogida con entusiasmo, sobre todo por la directora general del CIESAS, Virginia García Acosta, quien propuso pedir al doctor Enrique González, historiador experto en temas de educación, escribir un prólogo donde explicara la importancia de reimpri­mir este trabajo. Al poco tiempo recibimos un correo del doctor González donde nos hacía notar, con tristeza, que los cambios anunciados por Carmen en la introducción no se habían concretado en el texto. Algunos estaban enunciados al poner entre paréntesis las palabras: ponencia, artículo, tesis de fulano( a), desgraciadamente sin mayor explicación, lo cual hacía muy difícil, si no imposible, la reconstrucción de lo que Carmen quería añadir o matizar.

Ante esta dificultad, y después de hablarlo con Virginia García, opté por únicamente corregir los errores de imprenta y de redacción que aparecían señalados en dos ejemplares de la primera edición. En efecto, en casa de Car­men también encontramos estos dos ejemplares corregidos a lápiz y además señalando los pies de imagen que faltaban, la corrección de mapas y otros

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16 Luisa Gabayet

errores que la habían dejado muy descontenta con la primera edición. En un primer momento, concentré en uno de los ejemplares todas las correcciones. Después conté con la valiosa colaboración de Ileana Gómez Ortega, becaria externa del CIESAS, quien sacrificó sus vacaciones para leer en voz alta el ejem­plar donde concentré las correcciones hechas por Carmen, al tiempo que yo cotejaba con la versión impresa del trabajo hallado en la computadora. Poste­riormente pasé las correcciones y los cambios pertinentes a la computadora. En un segundo momento y gracias a que Ana Rosa Fausto encontró la tesis original, escrita a máquina, de Carmen, pude corregir mejor las citas en latín, los mapas y añadir algunos cuadros y citas a pie de página que habían sido omitidos en la versión impresa.

Para subsanar de cierta manera el que no se pudieran incluir los aportes que Carmen había hecho con sus importantes investigaciones, se incluye en apéndice un listado de los trabajos (libros, artículos, ponencias, tesis dirigidas) posteriores a la primera edición. Así, el lector interesado puede recurrir a estos materiales.

Otro problema fue que no pudimos encontrar las ilustraciones que Car­men, según dice en su introducción, tenia preparadas. Así, tuve que recurrir a Israel Vizcarra Varela, mi asistente de investigación, para que me auxiliara con esa tarea. Israel fotografió los edificios pertinentes. Su compromiso con la empresa fue tal que llegó a ir al centro de Guadalajara de madrugada para to­mar las fotos y "evitar que salieran en ellas marimberos y mimos sangrones".

Asimismo, fotografió las portadas de los libros que leían los estudiantes de la época, las invitaciones a los exámenes doctorales y las portadas de las tesis que ilustran este libro, un material que se encuentra en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola (BPEJ) y en la Casa Zuno, lugar donde está actualmente resguardado el Archivo de la Real Universidad de Guadalaja­ra. En la Biblioteca Pública conté con la asesoría del señor Jesús Borques en la búsqueda de los libros que Carmen cita en el texto. Israel también encontró y fotografió los mapas y planos antiguos en la mapoteca del Archivo Histórico de Jalisco (AHJ) y en la propia Biblioteca Pública. Esto no fue una tarea fácil, ya que vencer los obstáculos burocráticos que se yerguen ante aquellos que pretenden acceder a los materiales no es empresa fácil, como bien lo saben todos los investigadores que se han arriesgado por ese camino. Agradecemos

Presentación y agradecimientos 17

a las autoridades de la BPEJ y del AHJ su permiso para acceder a los fondos y reproducir los materiales en este libro.

Los mapas, que en la primera edición fueron elaborados por Carmen, en esta ocasión fueron reelaborados por los geógrafos Erika Yohana García Zamora y Jorge Alberto Cruz. La primera también se encargó de rehacer algunas de las gráficas; Noemí Moreno ya se había encargado de otras y del esquema de los establecimientos de enseñanza.

El plano 1 me lo proporcionó Luz Ayala; es obra de Myrna Cortés y Car­men Castañeda y fue reelaborado por Erika y Jorge.

Finalmente, recibí una gran ayuda de parte de Stephanie Hélena Casta­ñeda Matson, diseñadora y encargada de difusión del CIESAs-Occidente, en la tarea de preparar las ilustraciones para su inserción en el texto.

Éste no es el libro con el que soñaba Carmen, pero es lo mejor que pudi­mos hacer y estamos seguros de que es un libro importante que merece ver de nuevo la luz por sus aportes a un tema poco estudiado, aun después del tiempo transcurrido desde la primera edición. Así lo hace constar el doctor Enrique González en el prólogo que intituló "Carmen Castañeda y la historia social de la educación en México". "En México", me escribe Enrique, pues aunque "estrictamente hablando, ella se ocupó de la educación en Guadalaja­ra, sin embargo fue la primera en el país en aplicar los nuevos métodos para la historia de la educación. Por lo mismo, reducir su importancia al ámbito de Guadalajara sería acortar sus méritos". No me queda más que agradecer al doctor González su afectuoso e iluminador prólogo y su atenta lectura del manuscrito.

Mil gracias a todos los que me ayudaron con sus consejos y apoyos de diferente índole: Teresa Fernández, Julia Preciado, Águeda Jiménez, Celina Becerra, Jorge Aceves, María Eugenia de la O, Susan Street, María Eugenia Arreola Nava y las "niñas de Carmen" (Noemí Moreno, Myrna Cortés, Veró­nica González) quienes, por haber sido asistentes y becarias de Carmen, te­nían conocimiento del estado de las cosas. María Eugenia Delgado digitalizó y fotocopió materiales y Fabián Castellanos me ayudó a solucionar muchos problemas "computacionales". Ana Rosa Fausto y Jaime Hernández, al frente de la Biblioteca Carmen Castañeda García del CIESAS, colaboraron en la bús­queda de materiales.

18 Luisa Gabayet

Marina Garone Gravier me proporcionó la fotografía que ilustra la porta­da y Manuel de Santiago Hemández, director de la Biblioteca Histórica ''José María Lafragua" de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, otorgó muy amablemente el permiso para utilizada.

A todos, mi profundo agradecimiento.

LUISA GABAYET CIESAS -Occidente

Septiembre de 2010.

PRÓLOGO

Carmen Castañeda y la historia social de la educación en México

Escribir acerca de Carmen Castañeda cuando ya no está con nosotros obliga a un repaso, así sea somero, de lo que fue esa vida de trabajo individual y en equipo y, al mismo tiempo, de un devoto culto a la amistad. Carmen ya no es capaz de leer ni de objetar lo que digamos de ella y, peor aún, no puede contribuir con nuevos escritos a la tarea colectiva de generar conocimientos. Y con todo, La educación en Guadalqjara durante la Colonia se mantiene vigente, y permite acercamos a lo mejor de ella. Estorbada por las molestias y los do­lores de esa enfermedad que sobrellevó con tanto vigor y valentía, no logró su acariciado propósito de revisarla y ponerla al día. Pero esta nueva edición del libro, mejor cuidada en sus aspectos formales que la original, sin duda alentará nuevos estudios.1

Nacida en Guadalajara a finales de 1941, Carmen hizo estudios de N or­mal siguiendo una tradición familiar, y en 1960 se graduó de profesora. Du­rante trece años (1957-1969) enseñó en escuelas primarias. Esa experiencia sin duda le ayudó más tarde, cuando empezó a interesarse por la historia de la educación; asimismo, debió sede provechosa a la hora de participar en la elaboración de libros de texto para alumnos y para profesores, en la SEP, entre 1970 y 1972. Pero sobre todo, marcó su vocación por la docencia, que ejerció durante medio siglo, desde los 17 años hasta pocos días antes de morir.

A una con el desempeño de sus actividades en la enseñanza elemental, emprendió estudios de maestría en historia, y en 1969 se graduó en la Uni­versidad de Guadalajara con una tesis cuyo título anuncia el núcleo de sus tra­bajos posteriores: Estudios superiores en Guadalqjara en la época colonial. A partir de entonces, sus tareas docentes se unieron de modo indisoluble a sus actividades como investigadora, consolidadas durante sus años de doctorado en El Colegio

La puntual "Presentación" de Luisa Gabayet al frente de este volumen ahorra ulteriores comenta­rios sobre las características y circunstancias de la presente edición.

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20 Enrique González González

de México, donde defendió en 197 4 la tesis La educación en Guadalqjara durante la Colonia, 1552-1821. El estudio apareció diez años más tarde como libro, con el mismo título, pero sustancialmente enriquecido con el fruto de largas pesquisas en el Archivo General de Indias de Sevilla y en repositorios de Madrid y Toledo, y es éste el que ahora volvemos a imprimir. Libro troncal, a partir de él realizó y promovió numerosos trabajos durante las dos décadas siguientes en torno a la historia de la educación, de la universidad y de la cultura impresa en el antiguo reino de Nueva Galicia. Los títulos de sus trabajos posteriores pueden consul­tarse en el Apéndice anexo a la presente edición.

Apenas regresar de México a su ciudad natal, en 1978, se incorporó como profesora en la Universidad de Guadalajara, donde enseñó historia de Es­paña, de Latinoamérica, de México y, muy en particular, de Jalisco, durante cinco lustros. Sin abandonar nunca la Universidad, entre 1983 y 1990 fue investigadora de El Colegio de Jalisco y, a partir de 1989, pasó al Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciESAS) de Occidente. A partir de su ingreso al CIESAS, Carmen Castañeda compaginó la docencia masiva ante grupos de estudiantes universitarios con el trabajo más personalizado de los seminarios de investigación. Durante tres lustros largos se desempeñó alú como eficaz y diligente tutora de historiadores y antropólogos en Clernes.

Su sorprendente dedicación a los estudiantes le permitió dirigir casi cin­cuenta tesis de licenciatura, maestría y doctorado, sin contar las concluidas des­pués de su muerte ni las que no llegaron a buen puerto (esos trabajos de amor perdidos, que a veces consumen al tutor más horas que las demandadas por una investigación dignamente concluida por el estudiante). Sus informes académi­cos dan constancia de que participó como sinodal en más de 60 exámenes; ade­más, realizó decenas de tutorías académicas a becarios y múltiples actividades en calidad de dictaminadora de proyectos de investigación, individuales y colecti­vos. De modo paralelo, su desempeño como directora del Archivo Histórico de Jalisco, entre 1978 y 1985, le dio oportunidad de conocer a fondo sus acervos, y de animar a jóvenes aspirantes a historiadores a ocuparse en su clasificación y estudio. Sus alumnos la recuerdan como lectora atenta, entusiasta y critica, de sus avances de investigación, y como meticulosa supervisora no sólo de los contenidos sino incluso de aspectos formales como la calidad de la redacción y aun la ortografía.

Prólogo 21

Las actividades de Carmen Castañeda como investigadora tuvieron siempre como centro de atracción el territorio de la antigua Audiencia de Nueva Gali­cia, muy en especial Guadalajara, su capital. Discípula de Luis González, gran renovador de los estudios regionales a mediados del siglo pasado, al ocuparse de la historia de su terruño Carmen nunca se empantanó en los trasnochados enfoques provincianos y localistas. Su pasión por la historiografía, sobre todo aquélla desarrollada en Francia por los sucesivos herederos de los Annales, la vacunó contra ese localismo que sólo es capaz de mirar su propio ombligo. Sus lecturas le sirvieron de fuente inagotable de sugerencias metodológicas y nuevos enfoques, evidentes en su propia obra y en la de sus numerosos alum­nos y discípulos. Esa actitud alerta contra el lastre de los tradicionalismos se advierte con mayor nitidez en la docena de artículos que dedicó a analizar las publicaciones recientes en los ámbitos históricos objeto de su interés, así como en las 40 reseñas aparecidas en numerosas revistas. Tales reflexiones, dicho sea de paso, nos ponen en contacto con una porción de sus vastísimas lecturas.

La educación en Guadalqjara durante la Colonia, 15 52-18 21 se propuso, como el título sugiere, dar cuenta de todos los niveles de educación escolarizada en la capital de la Audiencia, desde la instrucción elemental hasta la enseñanza universitaria, a lo largo de casi tres siglos. Para escribirlo, primero como tesis y después como libro, la autora realizó acuciosas pesquisas en más de veinte archivos y aprovechó su profundo conocimiento de la amplia bibliografía en torno a la historia de Jalisco. La magnitud del proyecto la obligó a recurrir tanto a fuentes como a estudios previos muy heterogéneos. En ocasiones de­bió contentarse con la magra información exprimida de tal o cual documento aislado. Esto vale sobre todo cuando se ocupa de las pendulares políticas de castellanización de los naturales y de las no siempre estables escuelas de primeras letras para niños y niñas españoles. Los avatares de los colegios de la Compañía fueron reconstruidos con base en fuentes muy dispersas, in­completas, y con el ocasional apoyo de las crónicas de la Orden. En cambio, tuvo la suerte de encontrar ricos archivos para el estudio de dos institucio­nes capitales: el Seminario Conciliar y la Real Universidad. El resultado, sin embargo, dista mucho de la mera "miscelánea de noticias raras y curiosas". Tiene una clara estructura y, en torno a ella, la autora integra la información recabada, pobre o rica, pero debidamente valorada e interpretada. Sin duda

22 Enrique González González

alguna, Carmen pudo haber enriquecido y actualizado esta obra con base en investigaciones posteriores, suyas y de otros estudiosos. Pero, lamentos aparte, el libro, tal y como apareció en 1984, mantiene una sorprendente vigencia, como espero justificar a continuación.

De modo especial llama la atención que La educación en Guadalqjara (ya en su versión como tesis, defendida en 1974), revele la presencia de las grandes renovaciones historiográficas de los años sesenta y setenta, que -para decir­lo en una palabra- insistieron en la necesidad de abrir un diálogo fecundo y franco entre la historia y la sociología. Durante siglos, como la misma Car­men señaló en su prólogo de 1984, la historia tradicional de la educación se había reducido "a la descripción de las instituciones educativas, sin integrarlas a la política, la sociedad y la cultura de las épocas que las originan". De ahí que los estudiosos de talante más innovador vieran con desprecio ese anticuado territorio de Clío, al que tacharon de "patito feo" de la disciplina.

Precisamente a partir de 197 4 aparecieron varios libros que Carmen sólo conocería y elogiaría más tarde. Se trata, en primer lugar, de la colección de estudios compilada por Lawrence Stone, fruto de un seminario en Princeton, que se agruparon bajo el sintomático rubro de University and S ociety. Dicho enfoque se complementó, a fines de la siguiente década, con otro trabajo colectivo: Les universités européennes du xvf au XVITf siecle. Histoire socia/e des popu­lations étudiantes (1989). En lo tocante a España, dos libros marcaron análoga renovación el mismo año de 197 4. Richard L. Kagan, discípulo de S tone, publicó Students and Society in Earjy Modern Spain, mientras que Mariano y José Luis Peset sacaron La universidad española (siglos xvm y XIX): Despotismo ilustrado y revolución liberal. Todos esos autores, desde su particular enfoque, transfor-maron el estudio tradicional de las universidades e instituciones de educación superior del antiguo régimen para llevar la disciplina al análisis del papel social de aquellas instituciones y de su significación en el campo de las ideas y de la ciencia.

Uno de los aportes centrales de ese trabajo de equipo consistió en desta­car la importancia nodal de los estudios cuantitativos en torno a las poblacio­nes universitarias, así los estudiantes como los graduados y los catedráticos. No es lo mismo una institución de 50 a 100 alumnos que una de 5 000. A la vez, se puso énfasis en la necesidad de medir las fluctuaciones de dicha pobla­ción a lo largo del tiempo. Semejantes investigaciones llevaron a la conclusión

Prólogo 23

de que, en los albores de la época moderna, tuvo lugar una auténtica "revolu­ción educativa" en gran parte de Europa, con el surgimiento de incontables universidades, y notables incrementos de la matrícula. Pero el auge alcanzó su pico a mediados del siglo XVII, y desde entonces las universidades europeas empezaron a languidecer. De ahí que las grandes revoluciones sociales, políti­cas y educativas del siglo XIX debieran hacer frente a unas instituciones sumer­gidas en un estado de contracción, decadencia y descrédito. En contraste con el declive universitario europeo al filo de la Revolución francesa, los estudios pioneros de Carmen sobre Guadalajara, y otros posteriores sobre México y Puebla en torno a la población escolar novohispana, revelan que, a fines del periodo colonial, las grandes ciudades del virreinato seguían incrementando su población escolar.

Pero no todo se limitó a consideraciones de carácter cuantitativo. El aná­lisis de semejantes datos (tan distintos para el espacio geográfico europeo y el del Nuevo Mundo) llevó a formular interrogantes de orden cualitativo, que abrieron lineas de investigación ni siquiera soñadas por la historiografía tradicional: ¿Quiénes eran los estudiantes? ¿Cómo se comportaba un esco­lar medio? ¿Cómo llegaba a la universidad<? a un colegio? ¿Por qué acudía? ¿De qué modo ocupaba su tiempo? ¿Qué aprendía? ¿Qué empleos obtenía a continuación? ¿A qué estrategias recurría para promoverse en aquella so­ciedad? ¿Qué tanto le servía lo aprendido, para su desempeño profesional y en qué medida lo aprendido transformaba su vida? ¿Cómo se clasificaban los saberes y de qué modo se organizaba su enseñanza? ¿Qué carreras preferían los estudiantes? ¿Qué tanto influían factores sociales como la pertenencia o no a las elites sociales y políticas, o los posibles vínculos con las autoridades eclesiásticas? ¿Por qué motivos las universidades americanas seguían atrayen­do a tantos estudiantes al momento de la Independencia, cuando en Europa se hablaba de cerrarlas? ¿En América seguían respondiendo con eficacia a las expectativas estudiantiles de promoción social?

Carmen Castañeda, como apunté, defendió su tesis doctoral el mismo año en que se publicaban los mencionados escritos; por con<: ·guiente, no pudo aprovecharlos entonces para su estudio de las instituciones educativas tapa tías en la época colonial. Sin embargo, recurrió a fuentes de carácter serial y se planteó diversas preguntas sobre el sentido y los alcances del fenómeno educativo en el marco de aquella estratificada sociedad. Al hacerlo, sentó las

24 Enrique González González

condiciones para que La educación en Guadalqjara siga siendo hoy en día un libro vigente, a más de un cuarto de siglo de su primera edición. Pero Carmen no procedió a resultas de una inspiración súbita. La historiografía basada en documentos seriales tomaba entonces por modelo a los maestros de la escuela económica francesa, plenamente consolidada en los años cincuenta del siglo pasado. Sus métodos se introdujeron en México a partir de estudios como los Precios del maÍiJ de Enrique Florescano, y la Geogrcifía económica de México (Siglo xvr), de Alejandra Moreno Toscano, ambos publicados en 1968. Carmen admitió gustosa que fue Moreno Toscano quien la invitó a valerse del análisis de las fuentes seriales para la historia de la educación. Al dar ese paso, aplicó por primera vez en México un método que se estaba ensayando de modo paralelo en Inglaterra, Francia, Estados Unidos y, muy poco después,

en España. En efecto, quien atienda a la estructura del libro se dará cuenta de que, en

la primera parte, consagrada a las instituciones educativas de la Guadalajara colonial, cada capítulo se abre con una visión de conjunto sobre la ciudad, su población y las instituciones políticas, religiosas y educativas en cada uno de los tres periodos en que divide su estudio: uno dedicado a los "Primeros es­fuerzos (1552-1696)", cuando Guadalajara es apenas una pequeña ciudad ad­ministrativa y comercial, lo que explica la precariedad de sus iniciales ensayos educativos, apadrinados unas veces por el clero regular y otras por el obispo y su clero secular. A finales del siglo XVII, la autora detecta un periodo de "Expansión (1696-1779)". Tras siglo y medio de incertidumbre, la capital del reino de Nueva Galicia se ha consolidado y abre paso a un periodo de desarrollo que, en lo educativo, se traduce en la casi simultánea fundación del colegio seminario de San Juan, donde los jesuitas enseñarán artes y teología, y el Colegio Seminario Tridentino de Señor San José, de tanta importancia para la formación de un clero secular cada día más influyente en aquella sociedad. El periodo incluye la expulsión de los jesuitas y la paulatina secularización de sus antiguos colegios. La exposición diacrónica culmina con un periodo que intitula "Configuración (1779-1821)". Durante esas cuatro décadas, Guadala­jara pasa de ser una ciudad de escasos 11 000 habitantes, a superar los 34 000. Aparece la industria textil, las reformas borbónicas dividen el territorio en intendencias, una de las cuales la encabeza la capital. Se multiplican las escue­las de primeras letras, esta vez con el ayuntamiento como principal promotor

Prólogo 25

y gestor. Llega la imprenta a la ciudad, se crea el Consulado de Mercaderes y, momento culminante, en 1793 se; inaugura la universidad. Solicitada por todas las autoridades locales durante más de 90 años, su fundación fue estor­bada por la férrea oposición de la Universidad de México, celosa de sus privi­legios, que se extendían a todos los territorios del virreinato. Resulta evidente que el libro, lejos de reducirse a tediosas listas de las instituciones escolares fundadas en la época colonial, en todo momento las sitúa en el marco social, económico y político en que surgieron y se consolidaron o desaparecieron.

La segunda parte cala más hondo, si cabe, en el campo de la historia so­cial, y es aquí donde resalta, con mayor nitidez, la originalidad de la obra. Si comenzó dando cuenta de las instituciones, concluye hablando de los actores, es decir, de los estudiantes y los maestros, y del modo como organizaban las diversas instituciones educativas. También aquí es evidente una rigurosa y bien meditada estructura interna. En cada uno de los tres capítulos, la autora plan­tea las mismas cuestiones, por más que las fuentes no le permitan responderlas con la misma extensión y profundidad. Uno lo dedica a la enseñanza de las primeras letras, otro, a los colegios seminarios, y el último y más extenso a la universidad. En todos, antes de tratar de los maestros y los estudiantes, se pregunta por los objetivos que se propusieron los fundadores y sostenedores de las escuelas de primeras letras, de los seminarios y de la universidad, da cuenta de la organización interna de cada uno de esos modelos educativos y del carácter de los saberes impartidos en ellos y los cambios que se trataron de introducir, no siempre con éxito, a lo largo del tiempo.

Al tratar de la enseñanza de primeras letras destaca la diferencia entre la educación ofrecida a las niñas, que privilegiaba el entrenamiento en las activi­dades "propias" de su sexo, si bien también aprendían a leer, escribir y contar y, por supuesto, doctrina cristiana. Y si bien los colegios de niñas estuvieron casi todo el periodo controladas por el obispo, se advierte una paulatina secu­larización: las maestras dejan de ser monjas y, en los últimos años, el control pasa al ayuntamiento, al igual que el de las instituciones para varones, que también aprenden "las tres cosas" y doctrina cristiana. Los enseñantes no tenían formación especial para su profesión, y bastaba con el vago requisito de ser "personas hábiles y suficientes" para su tarea.

Carmen Castañeda se refiere también a los dos colegios seminarios de la ciudad, el de los jesuitas y el tridentino. Tal vez al momento de publicar su

26 Enrique González González

obra no advirtió con suficiente claridad que se trataba de dos instituciones muy distintas en su organización, finanzas, gobierno y finalidad, pero que compartían nombre. Por otra parte, mientras las fuentes para estudiar el cole­gio jesuita de San Juan parecen más bien aisladas, las del seminario tridentino de Señor San José le permiten estudiar a fondo el número de estudiantes, si se sosterúan en el colegio mediante una beca o si pagaban una cuota anual, y qué proporción de ellos seguia una modalidad u otra. Da cuenta también de las ciudades y regiones de origen de aquellos escolares y, por supuesto, predo­mina el área de la capital. Se ocupa también de la frecuencia de las matriculas y del carácter de los estudios impartidos.

El capítulo dedicado a la Universidad de Guadalajara resulta tan original como el relativo a los seminarios. Comienza con un conciso pero elocuente relato de los obstáculos que la ciudad debió sortear para abrir las puertas de la real institución en 1793. Da cuenta también de su organización interna y sus principales autoridades: rector, maestrescuela y consiliarios, y de oficiales como el secretario, los bedeles, el capellán y el bibliotecario. Con todo, al tratar del papel de los doctores y maestros, aún se le escapa un tanto la importancia de los claustros o juntas que aquéllos realizaban periódicamente para tratar de todo lo concerniente a la universidad. A fin de cuentas, las universidades del antiguo régimen eran una corporación, un gremio, constituido por sus maes­tros y sus estudiantes. La oí decir, ya cerca del fin de su vida, que había escrito un trabajo centrado en los claustros doctorales de la universidad, pero ignoro si lo publicó y, por supuesto, le faltó tiempo para incorporarlo a la versión "to­talmente revisada y actualizada" que planeaba hacer de este libro.

Conviene señalar también que, antes de Carmen, no era común que los historiadores de la educación se ocuparan en describir los cursos y sus con­tenidos. A lo largo de su obra asoma, aquí y allá, el interés de la autora por esclarecer un aspecto medular de nuestra disciplina: qué es lo que en cada tiempo, lugar y nivel escolar se enseñaba en las aulas. Esa misma curiosidad la llevó a interesarse por estudiar la cultura y la circulación del libro, asunto al que dedicó numerosos estudios en los últimos años.

El análisis de la población escolar de la Real Universidad de Guadalajara, presente ya en la tesis de 1974, constituye el primer estudio de ese carácter en todo el continente, y la autora lo realizó, como apunté, al mismo tiempo que Stone y sus continuadores difundían las virtudes de este método aplica-

Prólogo 27

do al campo educativo. Habría que esperar hasta la última década del siglo pasado para que Mariano Peset y sus colaboradores emprendieran un trabajo análogo, sobre la Universidad de México. La autora pasa revista a la matrícu­la desde la apertura de la universidad en 1793 hasta 1821, y contrasta la cifra con la del número de graduados, a fin de ponderar los índices de deserción escolar. Analiza el origen geográfico y social de los estudiantes y encuentra que coincide, en líneas generales, con los resultados de la matrícula de los colegiales del seminario tridentino.

Al tratar de los graduados, se refiere a los 880 bachilleres en artes promo­vidos en las escasas tres décadas que van desde la apertura de la universidad hasta la independencia, con un promedio de 30 al año. Se trata de un número notable por su magnitud, pero Carmen no se detiene a valorar la importancia social de la cifra misma. Entonces no se terúa claro que las universidades, más aún en el Nuevo Mundo, eran ante todo auténticas "fábricas" de bachi­lleres en artes, el único grado al que accedía la mayor parte de los estudiantes, y que les bastaba para pretender una colocación digna. A continuación se ocupa de los bachilleres de las cuatro facultades mayores: medicina, leyes, cánones y teología, y nos señala los índices de deserción: si bien había más estudiantes canonistas que de cualquier otra facultad, la proporción de cur­santes teólogos que obtenían grado era mucho más alta. El libro concluye con los 119 licenciados y doctores de la universidad.

Una vez realizado el análisis cuantitativo de los estudiantes y graduados de la universidad tapatía, Carmen Castañeda dedicó varios trabajos a ahondar en el papel social de los universitarios, en especial los pocos que alcanzaron los grados mayores. Baste con mencionar entre los títulos más significativos el libro Historia social de la universidad de Guadalqjara (199 5)2, donde ella misma y varias discípulas abordaron temas como el de las relaciones entre "La Real Universidad de Guadalajara y el Cabildo Eclesiástico de Guadalajara", o "El crédito en la administración e inversión de los fondos de la Real Universidad de Guadalajara". Asimismo, se refirió a "La Real Universidad de Guadalajara y su influencia en la sociedad tapatía". Con todo, en el artículo "El archivo de la Real Universidad de Guadalajara, sus graduados y el estudio de la socie­dad tapa tía, 1792-1826", aparecido en 1997, la autora hace un balance de sus

En el Apéndice se citan completos los trabajos de Carmen Castañeda.

28 Enrique González González

actividades desarrolladas en este campo a lo largo de su vida, donde el lector puede encontrar sus puntos de vista en los años de plena madurez.

Una semblanza de Carmen Castañeda quedaría en extremo trunca si de­jara de lado la importancia que siempre tuvo para ella el cultivo de la amistad. Los coloquios académicos, a los que tal vez acudía en exceso, ella los volvía ocasiones de oro para entrar en contacto con los otros participantes, rela­ciones que mantenía a lo largo del tiempo gracias a un diligente intercambio epistolar, facilitado en los últimos años por la red. Siempre estaba dispuesta a conversar sobre los avances en la investigación de cualquiera de sus inter­locutores y mostraba interés por conocer sus publicaciones. Sin duda a eso debía mucho de su notable capacidad de convocatoria. Durante un congreso celebrado en el museo de Antropología de México y en el de Tepotzotlán, en plena Semana Santa de 1997, comentamos que, en fechas tan inconvenientes, sólo Carmen era capaz de lograr la presencia de los más de veinte invitados, procedentes de varias ciudades.

Aficionada a la buena mesa y a la cocina, gracias a la cómplice cordialidad de Marco, su infaltable compañía, a veces las actividades y charlas diurnas de un congreso celebrado en Guadalajara concluían en su domicilio, con comilo­nas bien regadas. Sin lugar a dudas, la docena de homenajes y reconocimien­tos que recibió en vida, sobre todo en los últimos años, permitieron subrayar la importancia de sus actividades como maestra e historiadora pero, al propio tiempo, fueron cálidas manifestaciones de amistad.

A pesar de que nos legó su original obra escrita, en particular el presente libro, y de que numerosos lectores la recordarán al hojear los libros de su ri­quísima biblioteca, donada al CIESAS, sólo quienes hemos perdido a la Carmen de carne y hueso sabemos de qué nos priva su irremediable ausencia.

ENRIQUE GONZÁLEZ GONZÁLEZ

IISUE-UNAM

Agradecimientos

Una tarde de junio de 1974 presenté en El Colegio de México en un exa­men público la tesis doctoral La educación en Guadalqjara durante la Colonia) 1552-1821. Entre los sinodales estaban los dos maestros que habían guiado este trabajo: don Luis González, quien dirigió la tesis desde su planteamiento hasta su redacción final, y la doctora Alejandra Moreno Toscano, quien, lunes tras lunes, durante tres años, cuidó el desarrollo de esta investigación histó­rica. A los dos les expreso nuevamente mi sincero agradecimiento. Otro de los sinodales fue el maestro José Luis Becerra López, franciscano, quien es autor del libro La organización de los estudios en la Nueva España) que me sirvió de modelo en investigaciones sobre historia de la educación. A él le agradezco todas las observaciones que hizo en ese entonces a la tesis, y que incorporé en el libro.

Durante mi estancia en el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México, como alumna del programa del doctorado en historia, promoción 1969-197 4, recibí orientaciones y enseñanzas de maestros e investigadores que me ayudaron a iniciarme en la tarea de la investigación histórica. Mencio­no en forma especial a los maestros Moisés González Navarro y don Daniel Cosío Villegas, quienes alentaron en sus respectivos seminarios mi inclinación por el estudio de la historia de la educación. El doctor Bernardo García Mar­tínez revisó la estructura de la tesis; el doctor Andrés Lira me sugirió valiosas indicaciones sobre las relaciones entre la educación y la ilustración; el doctor Elías Trabulse también se interesó por la tesis y me orientó con gran acierto en la identificación de los textos que se leyeron en los colegios seminarios y en la Universidad de Guadalajara, y la doctora Josefina Vázquez, con quien he compartido el interés por la historia de la educación, igualmente alentó el desarrollo de la tesis al invitarme a trabajar con ella, primero en la elabora­ción de los libros de texto y después como su auxiliar de investigación en El Colegio de México. A todos ellos les agradezco mucho su ayuda y consejo.

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460 Carmen Castañeda García

402,403,405-408,410, 412-420; de Guatemala,

311; de México, 25, 27, 124n, 125, 125n, 158, 161,

162,167, 167n, 168, 169, 169n, 170,171, 171n,

172,174, 174n, 175, 175n,299,304,306,307n,

310,311,316,327,329,330,373, 377; de Salaman­

ca, 171, 187, 307n, 336, 366,376.

Universidades Españolas, 167,168,315, 329.

Urbina, Domingo de Gesuita, rector), 116.

Uría y Berrueco, José Simón de (lic. dr. teo.), 386.

Urquidi, Víctor, 30.

Uruapan, 118.

VACACIONES, 16, 61,244,298, 299n, 300,313,327.

Valdecañas,Joaquín de (lic. dr. teo.), 386.

Valdés, Manuel Antonio, 157, 198n.

Valdés, Pedro José (lic. mtro. fil.), 386.

Valdés Téllez Girón, Mariano, 157.

Valparaíso (Fresnillo), 263, 363, 302, 303.

Valladolid, 96,173, 262,266,301,302,303,304,333.

Valladolid de Castilla, 377.

Valle, 47; de Banderas, 135, 137; de México, 266; de

Pesquería Grande, 263; de San Mateo del Pilón,

147, 263; de Santiago de Guaxuco, 262.

Valles, Francisco (dr.), 345, 355.

Van-Swieten, Gerardo, 345.

Van Young, Eric, 31 , 110, 112n, 126n, 155n, 407.

Vargas, Miguel de, 252, 252n.

Vázquez,Josefina, 29.

Vázquez Borrego, José María (lic. dr. reo.), 300, 386.

Vega, Miguel de la, 141 .

Vejamen, 283.

Velarde, José Antonio, 230.

Velasco, Luis de (virrey), 51, 52.

Velasco de la V ara, Francisco, Antonio (Iic. dr. cán.

ley.), 211.

Velásquez Lorea, Agustin (dr. arcedeano), 114n.

Velázquez Delgado, Juan María (dr. rector, Iic. reo.

ley.), 246.

Vélez y Zúñiga,JuanJosé (lic. dr. reo.), 386.

Vélez y Zúñiga,Juan María (lic. dr. reo.), 386.

V élez y Zúñiga, Pedro Antonio (lic. dr. mtro. cán. ley.

fil.), 386.

Vélez y Zúñiga, Santos (lic. mtro. fil.), 386.

Venado, El, 263, 302, 303.

Ventura de Beleña, Eusebio, 148.

Vera, Alonso de la (can.), 51.

Vergara, Maúas (regidor) , 202,226.

Vesalius, 345.

Villanueva, 332, 363.

Villaseñor, Rafael, 191, 226.

Villaseñor Bordes, Rubén ( dr.), 99n, 117 n, 122n.

Villegas, Diego Gesuita, rector), 74.

Vinnius, 346.

Virgilio, 276.

Visitas a los Colegios, 224.

Vittelleschi, Muzio Gesuita, gral.), 76.

Vizcaíno y Urrutia, Felipe (lic.) , 150n.

Vizcaínos, 46.

Vizcarra, Francisco Javier (Marqués de Pánuco), 150n,

157.

Vizcarra, José Apolinario (Marqués de Pánuco) (rec­

tor, Iic. dr. teo.), 183, 246, 386.,

Vizcarra, José María, 200.

XALA, 263.

Xalpa, 135, 262.

Xeres, 135.

Xuchipila, 51.

YAHUALICA, 303,333.

Yzatlán, 263.

ZACATECAS,64, 71, 75,128,133-135,137,157,160,

261,261n,262-264,266,268,274,301-304,332,

334,363,414,417,418.

Zacoalco, 212, 213, 262, 332, 363.

Zamora, 262, 263, 333, 334, 363.

Zamora, fr. Martin de, 97.

Zapopan, 135, 137, 303.

Zapopan, Parroquia de, 133.

Zapotiltic, 263.

Zapotlán, 266, 268.

Zapotlán el Grande, 261, 302, 303, 332, 363.

Zapotlán del Rey (La Barca), 263, 333.

Zapotlanejo, 334, 363.

Zúñiga y Acevedo, Gaspar (virrey de la Nueva Espa­

ña), 75, 75n.

La educación en Guadalqjara durante la Colonia (15 52-18 21 ), 2a edición, de Carmen Castañeda García, se terminó de imprimir en septiembre de 2012 en los talleres de Fond~s de Publicaciones de Iberoamérica y Europa, Manuel Acuna 536, Artesanos, C.P. 44200, Guadalajara, Jalisco, México.

Esta segunda edición consta de 1 000 ejemplares.

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