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Censo de las villas nuevas medievales en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Mertxe Urteaga Centro de estudios e investigaciones histórico- arqueológicas, ARKEOLAN.www.arkeolan.com Boletín Arkeolan, 14, 2006, pp:

Censo de las villas nuevas medievales de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia

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Censo de las villasnuevas medievalesen Álava, Bizkaia yGipuzkoa.

Mertxe Urteaga

Centro de estudios e investigaciones histórico-arqueológicas, ARKEOLAN.www.arkeolan.com

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1 En este intento de censo exhaustivo se han incorpora-do, también, las villas de Treviño y La Puebla de Argan-zón, administrativamente en un islote burgalés insertadoen el territorio de Álava con el que comparte lazos es-tructurales e históricos.2 El texto que se presenta es un resumen de los resulta-dos obtenidos en el proyecto “Espacio y Patrimonio: elmundo de las villas nuevas medievales del Sudoeste”, fi-nanciado por la Iniciativa Comunitaria Interreg III (2004-2007). Especialmente relevantes en ese marco han sidolas aportaciones de Ana Galdós, Aitziber Lekuona, Lo-rea Amondaray y Daniel López de Munain; igualmente,se señala el apoyo de Mª del Mar López Colom que hapermitido contrastar y mejorar infinidad de detalles de laredacción y composición de la ponencia.

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promoción y planificación urbana, derivado de unavoluntad creadora o fundadora1. Los filtros de la re-gularidad, del perímetro amurallado o del instru-mento jurídico de aplicación se añaden a posterio-ri, expresando las particularidades de cada caso,especialmente detalladas en lo que respecta a lascaracterísticas urbanas; en este aspecto, se ha op-tado por una visión que prima la descripción delplano actual y establece las vías de acercamientoa la situación medieval, con preferencia al planofundacional; pero se ha huido expresamente de lalectura que identifica sin restricciones la realidad ur-bana de nuestros días con el proceso de formali-zación primero de las villas2.

1. Notas introductorias.

El censo de las villas nuevas de los territorios vas-cos de Álava (Araba), Bizkaia (Vizcaya) y Gipuzkoa(Guipúzcoa) reúne 74 ejemplos; en Álava se hanlistado 25, incluyéndose en la lista los lugares deVillafranca de Estíbaliz, de Portilla de Ibda y de Mon-real de Murgia, al considerar que comparten las se-ñas de identidad de las villas nuevas, aunque suproceso de desarrollo haya sido incompleto o ha-yan fracasado como tales; en Bizkaia, son 21 lasvillas, habiéndose recogido la totalidad de las fun-daciones de villazgo, por más que algunas –Gerri-kaitz, por ejemplo- hayan perdido la imagen, y lasfunciones, de un núcleo urbano; en Gipuzkoa, elconjunto se compone de 28 elementos: 25 villascon carta de población corroborada por fuentesdocumentales, 2 villas cuya identidad se obtienede fuentes indirectas, Villabona y Alegría, y un últi-mo caso de una villa señorial, Oñati, en la que seconoce un ensanche planificado bajomedieval.

El censo, por tanto, ha pretendido ser exhaustivoen sus principios, contemplando todas aquellas re-alidades, independientemente de su grado de vi-llazgo, que han sido afectadas por un proceso de

Figura 1. Situacióncon relación a laordenación regionalInterreg Sudoe

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CENSO DE LAS VILLAS NUEVAS MEDIEVALES EN ÁLAVA, BIZKAIA Y GIPUZKOA

cia el resto de Europa, especialmente la parte delAtlántico, y por el contexto político internacionalque se tiene por vecino.

La trayectoria histórica de este espacio con ante-rioridad al año 1200 sólo puede trazarse a muygrandes rasgos, pero en líneas generales es posi-ble argumentar una evolución que, partiendo de laatomización del espacio en pequeños enclaves conla desintegración de la ordenación romana, se pro-ducen sucesivas dinámicas de coalescencia quedarán lugar a los territorios históricos de Álava, Biz-kaia y Gipuzkoa tal y como hoy los conocemos de-limitados. El proceso no se completó hasta finalesdel siglo XV, quedando episodios todavía poste-riores, como el de la incorporación del Señorío deOñate a Gipuzkoa en el siglo XIX.

De los tres, es el de Álava el territorio que ofrece elnivel de desarrollo político más temprano; en la se-gunda mitad del siglo IX se tienen noticias del con-dado, en la órbita astur, y del obispado de Velegia.Bajo el conde Fernán González (932-970) estuvoasociada al condado de Castilla, aunque en un am-biente receptivo a las influencias navarras. Este vec-tor político se irá haciendo cada vez más intensoy, de hecho, a la muerte de García Sánchez (1029),Álava, y las tierras castellanas, pasaron a sobera-nía de los reyes de Pamplona.

Bizkaia, en un principio, representa sólo la zona nu-clear del territorio, acompañada de Sopuerta y Ca-rranza, luego Encartaciones, y del Duranquesado.El conde vizcaíno Momo aparece mencionado enel año 925, casado con la hija de Sancho GarcésI de Pamplona. La vinculación del condado a Na-varra se estrechará en época de Sancho el Mayor(1000-1034), manteniéndose en tiempos de Gar-cía IV de Nájera (1035-1054) y Sancho IV de Pe-ñalén (1054-1076).

En cuanto a Gipuzkoa, habrá de esperarse hastael año 1025, durante el reinado de Sancho el Ma-yor, para tener constancia escrita de su existencia;debía tratarse de una tenencia gobernada, en nom-bre del soberano navarro, por un miembro de lanobleza dotado con facultades tributarias, judicia-les y militares. Los datos arqueológicos por otraparte sugieren un panorama marcado por la ve-

El número de ejemplos es, por otra parte, suficientepara poder establecer comparaciones y reflexio-nes de conjunto, como también lo es para eviden-ciar que se trata de una densa red de aglomera-ciones urbanas o villas, sobre todo si se tiene encuenta la reducida superficie del ámbito territorialanalizado, unos 6.000 km cuadrados.

El marco histórico y geográfico.

Álava, Gipuzkoa y Bizkaia3 forman, en el presente,la Comunidad Autónoma del País Vasco; los tresterritorios cuentan con un vértice común central,en el que coinciden, ofreciendo el aspecto de unamasa triangular que limita al Norte con el Golfo deVizcaya, al Sur con el Ebro, al Este con Navarra yAquitania, y al oeste con Cantabria y Castilla. Gi-puzkoa se extiende totalmente por la vertiente atlán-tica al igual que Bizkaia mientras que Álava lo ha-ce predominantemente por la vertiente mediterrá-nea; esta posición a caballo entre espacios geo-gráficos diferenciados se acentúa en el borde nor-oriental; en este límite, el del Bidasoa, se producenlas conexiones naturales con las tierras situadas alotro lado de los Pirineos, lo que ofrece un valor es-tratégico añadido por la extensión de las rutas ha-

3 Los acuerdos forales de 1985, 1986 y 1989 decidie-ron nombrar los territorios de Gipuzkoa y Bizkaia, en eus-kera, mientras que para el tercero se optó por la deno-minación en las dos lenguas oficiales, Álava (en castella-no) y Araba (en euskera). Por otra parte, la facultad deestablecer nombres oficiales que respeten la originalidadvasca, romance o castellana ha modificado desde 1982el nomenclátor de las poblaciones de los territorios de laComunidad Autónoma del País Vasco; en algunos casosse ha actualizado la grafía, sin apenas transformación dela denominación , como en Lekeitio, Azkoitia, Bergara,Balmaseda o Zumaia; en otros, el cambio de grafía exi-ge cierta iniciación, como ocurre con los casos de Ge-taria, Elgeta o Gernika en los que las reglas de lectura deleuskera hacen pronunciar Guetaria, Elgueta y Guerni-ca. Sin embargo hay un grupo importante de actualiza-ciones que han modificado las denominaciones de las vi-llas medievales hasta hacerlas irreconocibles. Villafrancaha pasado a llamarse Ordizia, Villarreal ahora es Urretxu,y Fuenterrabía, Hondarribia. En este texto se ha opta-do, teniendo en cuenta las dificultades de identificaciónque, sin duda, se dan entre los lectores, por una solu-ción en la que se recoge la denominación vigente comoelemento ordenador, pero también la reconocible entrehistoriadores; en el listado del censo aparecen en co-lumnas separadas mientras que en la parte descriptiva,las villas se nombran atendiendo al criterio de legibilidadhistórica; entre paréntesis, cuando se requiere, se inclu-ye la denominación oficial.

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cindad del Ducado de Vasconia que, en tiemposde Guillermo Sancho, a finales del siglo X, apare-ce representado en Irun, la antigua Oiasso roma-na4; es muy posible que la influencia del ducado al-canzara San Sebastián y toda la comarca del ar-ciprestazgo del Bidasoa y tierra de Hernani, entreel Bidasoa y el Urumea. Las relaciones de paren-tesco de Guillermo Sancho con la familia de losArista facilitarían el traspaso del protagonismo enesta zona a la casa de Pamplona.

La situación de dominio navarro del espacio ana-lizado sufrirá un punto de inflexión con el asesina-to de Sancho IV en 1076. Como consecuencia delmismo se repartió el reino entre Aragón y Castilla,pasando esta última a controlar, con la adhesiónde los condes de Vizcaya, los territorios de “Biz-cahia et Ipuzcoa et Alaba”, según consta en 1082. Las desavenencias entre la reina Urraca, hija deAlfonso VI, y su marido el rey de Aragón y Pam-plona, Alfonso I, permitieron que fuera este últimoquien controlara esos territorios. A su muerte(1134), Navarra recuperará su identidad política enla figura del señor de Monzón y Tudela, biznieto deGarcía de Nájera, que subirá al trono como GarcíaRamírez. Al poco comienzan las hostilidades en-tre castellanos y navarros que se saldan con la con-quista de Álava para Castilla y el mantenimiento deBizkaia y Gipuzkoa bajo protectorado de Navarra.Los conflictos y enfrentamientos siguieron en tiem-pos de Sancho VI, hijo de García Ramírez, y Al-fonso VIII, quienes finalmente, en 1176, acorda-ron someter sus diferencias al arbitraje de EnriqueII de Inglaterra. La frontera entre ambos reinos que-dó marcada, en la zona del mar, por el valle del De-ba hacia arriba, con Icíar para Navarra; flexionabaal Oeste para englobar la cuenca del Duranquesa-

do, con excepción del castillo de Malvecín, tam-bién para Navarra; por el río Arratia alcanzaba elGorbea y ya en Álava, por el Bayas, hasta Morillasque quedaba para Castilla; desde aquí a Nancla-res y, siguiendo las aguas del Zadorra, hasta el Ebro.A pesar del acuerdo inicial, las hostilidades no tar-darán en producirse, saldándose con el dominiocastellano, por conquista, de Gipuzkoa y práctica-mente toda Álava, y de Bizkaia, a través del vasa-llaje del Señorío5.

El proceso de fundación de las villas en Álava, Biz-kaia y Gipuzkoa.

El siglo XII va a ser el tiempo en el que se ensaya ypone en acción el modelo de ordenación territorialrepresentado en las villas; este modelo tiene un com-ponente colonizador nato; ofrece ventajas econó-micas y mejoras en el régimen jurídico de sus ha-bitantes a cambio de instalarse en un asentamien-to amurallado; en la mayoría de las ocasiones denueva planta, pero también integrando unidadesde hábitat precedentes.

Del año 1100 se considera la fundación de Villafran-ca de Estíbaliz, prácticamente desconocida a los efec-tos de este estudio, y de poco antes de 1134, la deSalinas de Añana; afortunadamente de ésta se haconservado el recinto de la primera puebla que, es-tudiado arqueológicamente, está ofreciendo detallessignificativos sobre las características del perímetroamurallado. En ambos casos, sería la actividad eco-nómica representativa, el mercado de Estíbaliz o laexplotación de sal, la que justificaría la concesión deuna serie de derechos a los pobladores de la villa.

Sin embargo, conforme avanza el siglo y se intensi-fican las diferencias fronterizas entre Navarra y Cas-tilla, el villazgo será administrado como medio de con-trol sobre el terreno. Sancho VI el Sabio de Navarrafue el encargado de iniciar el proceso, tomando co-mo referencia el fuero de Logroño en las tierras del

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4 En las excavaciones de la ermita de Santa Elena en Irun,realizadas en 1971 y 1972, se descubrieron los restosde una necrópolis romana de urnas cinerarias, acompa-ñadas de varios edificios; entre ellos, un templo de re-ducidas dimensiones que fue abandonado en el siglo IV.Las investigaciones han permitido determinar que, en elsiglo X, se reconstruyó el edificio y se levantó un altar debloque en el interior; sobre el suelo enlosado aparecie-ron dos monedas acuñadas por Guillermo Sancho, du-que de Aquitania, hacia 977/996. I. Barandiarán; M. Mar-tín Bueno; J. Rodríguez Salís. Santa Elena de Irun. Ex-cavación arqueológica de 1971 y 1972. Colección Oias-so 1, centro de estudios Arkeolan, Irun, 1999, pp. 111-112.

5 Los acontecimientos políticos de los siglos XI y XII en elreino de Navarra han sido tratados por numerosos auto-res, si bien son menos los que se han ocupado de los te-rritorios de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa en esas fechas; ennuestro caso hemos recurrido como fuente principal altrabajo de G. MARTÍNEZ DIEZ, Álava Medieval. Vitoria,1974, 2 vol

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interior y el de Jaca-Estella en la costa. A su promo-ción se deben las villas de Laguardia, Bernedo, SanSebastián, Vitoria, Antoñana, y probablemente Tre-viño, La Puebla y Portilla. Su hijo Sancho el Fuerte,fundó Labraza y en esa misma iniciativa navarra seconsideran Labastida, Salinillas, Santa Cruz, Lagráne, incluso Segura y Tolosa, aunque no haya queda-do constancia documental de ello.

Alfonso VIII conquistó Álava, y Gipuzkoa, en 1199-1200, adueñándose de las villas navarras a excepciónde Bernedo, Labraza y Laguardia (y probablementeLagrán); pasaron finalmente a dominio castellanoentre 1461-1476. Tras la conquista, concedió in-mediatamente fuero a Fuenterrabía, Motrico y Gue-taria; mientras que en Bizkaia ese mismo año de1200 se fundó Valmaseda, por iniciativa señorial,pero vinculada al mismo Alfonso VIII.

Fernando III hará lo propio con Zarauz y Labastida;Alfonso X con Corres, Salvatierra, Contrasta, Salini-llas, Arceniega, Segura, Villafranca, Mondragón, Ber-gara, Tolosa y, probablemente, Peñacerrada.

El siglo XIII parece tener prisa por implantar el do-minio sobre las nuevas tierras conquistadas y lasvillas van a ser el instrumento principal para ejer-cer la autoridad territorial, en todos los ejemplosseñalados, de Alfonso VIII, de Fernando III y de Al-fonso X se sabe de la existencia de un asentamientoprecedente, en muchos casos una fortaleza o unacomunidad vecinal implantadas en la etapa nava-rra; la relación de un tercer factor, la acción de lasordenes militares y en especial la del Hospital deSan Juan de Jerusalén, añade otro elemento a fa-vor del protagonismo navarro en muchas de lasfundaciones consideradas plenamente castellanas.En Salvatierra, Tolosa y San Sebastián, por ejem-plo, se sabe de la existencia de encomiendas delGran Priorato de Navarra de esa orden militar enlas inmediaciones de la puebla6; parece que su im-plantación está relacionada con la protección delos caminos, controlando puentes en pasos estra-tégicos u ofreciendo otros servicios.

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Las fundaciones del siglo XIV van a tener otros ob-jetivos y, hay un número significativo de poblacio-nes que, efectivamente, lo serán de nueva planta.Vienen a completar las líneas maestras trazadas enla ordenación primigenia, intensificando la tramade los burgos en el territorio, de modo que se or-denan los valles de la vertiente atlántica y las rutasde conexión con la Llanada, La Rioja y la Meseta;se teje la red de tráfico marítimo con la Herman-dad de las Marismas (1296), en la que se integra-ban Santander, Laredo, Castro Urdiales, Bermeo,Guetaria, San Sebastián, Fuenterrabía y Vitoria (en1297 se unió San Vicente de la Barquera), y se ex-tienden las conexiones Este-Oeste, desde la cos-ta al Ebro. Los límites territoriales quedarán jalonados de vi-llas aforadas, Ermua en la parte vizcaína, Eibar, enla guipuzcoana; Elorrio en la vizcaína, Elgueta enla guipuzcoana, Markina y Elgoibar, Ondarroa y Mo-trico…

El fenómeno de fundación de poblaciones acaba-rá a finales del siglo XIV; en Álava la última carta depoblación es la de la villa de Monreal de Zuya, delaño 1338. La puebla no tuvo éxito y sus habitan-tes se trasladaron en 1372 a otro emplazamientocercano, a Murguía. En Gipuzkoa se cerrará el ci-clo en 1383, tiempos de Juan II, con las villas deSanta Cruz de Cestona y Villarreal de Urrechua,mientras que el mismo personaje, en calidad deseñor de Vizcaya, había accedido unos años an-tes, 1376, a la fundación de Munguía, Larrabezuay Rigoitia con las que se completa el villazgo deese territorio.

La regularidad como elemento identificador de lasvillas nuevas medievales y otras consideraciones.

En esta aproximación, regularidad indica la exis-tencia de una trama urbana ordenada, en la quelos solares se organizan en manzanas siguiendolos ejes viarios, y cubren un espacio delimitado porun perímetro determinado. Esta característica, sinembargo, ofrece diferentes facetas en consonan-cia con su carácter dinámico. La regularidad se pla-nifica, pero también se pierde y se gana, o se trans-forma. Efectivamente, se conocen un buen nú-mero de pueblas de fundación medieval que, por

6 C. GUTIERREZ DEL ARROYO, Catálogo de la docu-mentación navarra de la Orden de San Juan de Jerusa-lén en el Archivo Histórico Nacional. Siglos XII-XIX. Pam-plona, 1992, 2 vol

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Si bien la cuestión de la regularidad debe ser ma-tizada y analizada en el contexto de cada villa, tam-bién el acercamiento al plano urbano fundacionalmerece una serie de consideraciones.

La primera se refiere al valor del plano actual comoreferente del utilizado en la planificación de la villa;hasta qué punto la configuración contemporáneareproduce el proyecto original. En muchos casos,de la parcelación de un casco histórico, puede de-ducirse la forma y la extensión aproximada de laocupación fundacional, pero sin trascender el es-tadio de hipótesis de trabajo; será menester am-pliar las fuentes de información, rastrear la docu-mentación escrita, la cartografía, y aplicar los mé-todos arqueológicos para validar esa hipótesis. EnMondragón, villa fundada en 1254 en un lugar pre-viamente ocupado que tenía el nombre de Arrasa-te, se ha conseguido reconstruir la trama urbana ysu evolución desde finales del siglo XV en adelan-te. Resulta llamativo constatar que el patrón reco-nocido deriva de la reconstrucción realizada tras elincendio del año 1489 que arrasó por completo lavilla. Se hizo siguiendo unas ordenanzas de cons-trucción destinadas a sustituir la construcción demadera por la de piedra, y que regulaban la ocu-pación de los solares ante las mayores necesida-des de espacio para cimentación de muros. De lafase, o fases, anteriores, se conoce sobre todo elcinturón amurallado, cuyo trazado se ha recupera-do desde la investigación arqueológica. Solamen-te contando con las transformaciones documen-tadas a partir del siglo XV, se pueden estimar cam-bios en la composición de las manzanas, en el nú-mero de calles, ampliaciones de los espacios pú-blicos, y del recinto urbano (ocupación de la ban-da externa inmediata a la muralla).

La segunda consideración se refiere al valor de lamuralla en el proceso de delimitación del espaciofundacional, pues suele tener carácter de períme-tro y cinturón del núcleo habitado. La evolución delarmamento militar dejó obsoletas las defensas me-dievales coincidiendo con la generalización de laartillería y el uso de explosivos; a finales del sigloXV, los lugares estratégicos, situados en áreas con-flictivas, de frontera o de costa se dotan de mura-llas más potentes, con elementos abaluartados; porlos registros disponibles, se sabe que las nuevas

diversos motivos, han fracasado como núcleos ur-banos, aunque mantienen un caserío reducido. Enestos casos, se observa el abandono de la lotifi-cación original y la pérdida de las referencias prin-cipales de la urbanización. También son habitua-les los ejemplos de asentamientos con la trayec-toria inversa, aldeas que sirvieron de embrión a pro-yectos planificados o que, incluso, fueron recono-cidas jurídicamente con el mismo estatus, des-arrollándose en lo sucesivo en iguales condiciones.Serían éstas las villas “orgánicas” a las que se re-fiere Beresford7, frente a las planificadas de novo.Además, la regularidad no puede analizarse comoun fenómeno estático, por las constantes modifi-caciones a las que está sometida cualquier tramaurbana; en las villas medievales guipuzcoanas seobserva que, hasta el siglo XVI, las unidades do-mésticas estuvieron construidas en su mayoría enmadera; cuando se sustituyeron por casas de pie-dra, se constata el cambio de las medidas de lossolares y la aparición de edificios entre medianerí-as; calles enteras se construyen siguiendo este sis-tema, lo que procura ventajas en el aprovechamientode los solares y de los recursos de construcción,pues se parte del muro del edificio colindante y,con otros tres cierres, se completa un nuevo mó-dulo que, a su vez, servirá de apoyo al siguiente.Si seguimos profundizando en el aspecto de lastransformaciones que se producen en el marco dela regularidad, pueden citarse los casos de am-pliación con ocupación de áreas extramuros, devariación en la ordenación de las manzanas (pa-san de doble hilera de casas con caño o albañaltrasero a una sola hilera de casas con fachada a lacalle principal), de agregaciones y segregacionessin pausa, de intervenciones en la topografía delterreno, apertura y cierre de espacios públicos, nue-vos viales…Por lo que se sabe de la evolución ur-bana, la planificación original –regular- se ve su-cesivamente modificada a lo largo del tiempo, pre-sentando etapas más o menos diferenciadas en sutrayectoria, según el parentesco de la trama resul-tante con respecto a la fundacional. El plano deuna villa medieval en el siglo XV puede ser distin-to del plano del siglo XIII, sin merma de regulari-dad, por otra parte.

7 M. Beresford. New Towns of the Middle Ages; TownPlantation in England, Wales, and Gascony, New York,1967, p. V.

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res, por un lado; viales y espacios públicos, porotro.

Hoy en día, lo habitual es encontrar las manzanasde las villas plenamente ocupadas por solares edi-ficados; los solares presentan, además, una dis-posición ordenada, distribuyéndose en las man-zanas alineados con respecto a las calles y, con elcaballete del tejado paralelo a las mismas; si sepresentan en manzanas de doble hilera, en la par-te trasera cuentan con un patio de luces, albañalo cárcava; si no, ocupan la manzana por comple-to, desarrollándose entre calles. En los ejemplosen los que ha sido posible reconstruir el parcela-rio, remontándonos hasta el siglo XV, se observaque, si bien la superficie de las manzanas ha sufri-do modificaciones en determinadas circunstancias(ocupación del camino de ronda, de espacios ex-tramuros, incluso ensanches), en líneas generalesindican la extensión que tuvieron en tiempos me-dievales; otra cosa distinta es la evolución en laocupación, distribución y medidas de los solares.En este sentido hay pruebas de modificaciones depequeño, mediano y alto rango; agregaciones, se-gregaciones, espacios de huerta ocupados resi-dencialmente y viceversa, construcciones auxilia-res, talleres, almacenes que dan paso a otros usos,dependiendo de dinámicas económicas o de cir-cunstancias catastróficas, en un proceso que al-canza hasta nuestros días.

Con respecto a los viales y espacios públicos, ele-mentos protagonistas en la delimitación y distribu-ción de las manzanas, también resulta necesariorecurrir a los estudios de microtopografía urbanapara determinar su implicación en la trama urbanafundacional; es relativamente corriente la aperturade espacios públicos con motivo de operacionesurbanísticas, con traslado o no a otro emplazamientode las unidades edificatorias desaparecidas. Me-nos corriente, pero igualmente atestiguada, resul-ta la apertura de nuevos viales o la desaparición decantones. Sin los estudios de detalle que hemoscomentado, no se pueden aislar las intervencionessobre viales y espacios públicos que se han suce-dido en tiempos postmedievales y, de hecho, mu-chas de las ellas han sido consideradas parte delos programas fundacionales de las villas a las quepertenecen.

fortificaciones se construyeron –por lo general- ro-deando la anterior, y ampliando el recinto del bur-go. En esta evolución, el cinturón medieval evolu-cionó hacia su integración en las unidades edifica-torias, aprovechándose la estructura de apoyo,abriéndose huecos o arrasándose, en función delas necesidades de ocupación.

La muralla, como adelantábamos, viene a ser el in-dicador principal para conocer la línea que delimi-taba el espacio urbano de las villas (o burgos) me-dievales; en origen pudo ser una simple estacadade madera, pero –por lo habitual- se concibió co-mo un muro grueso, exento, torreado y con por-tales para controlar los accesos; en nuestras in-vestigaciones hemos podido confirmar la presen-cia de fosos inundados bordeando externamenteel trazado de la muralla.

La existencia de las fortificaciones puede rastre-arse por medio de documentación escrita, pero enmuchos casos quedan testimonios materiales dela misma; con el apoyo de planos detallados es po-sible registrar muros de entre 1,60 m y 2 m de an-chura formando parte de la estructura de las vi-viendas situadas en el borde del área urbana; la to-ponimia también acompaña, con calles que llevanla denominación de Zerkaosteta (tras la cerca) oCava (foso), sin olvidar la existencia de paños com-pletos, con adarves y saeteras, visibles desde losbulevares que bordean los cascos históricos. Enausencia de estas condiciones, siempre queda laalternativa a los sondeos arqueológicos y la bús-queda bajo tierra de los restos de cimentaciones.

El caso es que el perímetro amurallado es el indi-cador que mejor refleja la planta de las villas en losprimeros tiempos sobre todo porque condiciona-ron en su día los límites de la ocupación urbana;los portales, además, marcan el trazado de los via-les de acceso y salida de la villa, ofreciendo pau-tas para interpretar la configuración viaria del asen-tamiento. Resulta, por lo explicado, el factor prin-cipal en la aproximación al plano fundacional y a ladinámica morfológica posterior.

La tercera consideración tiene por objeto tratar losdemás elementos urbanos que componen la tra-ma de la parcelación de la villa: manzanas y sola-

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más, las pautas para plantear la distribución de lasmanzanas. En cualquier caso, la lectura del planourbano actual no puede considerarse más allá deuna realidad correspondiente al presente, si bienheredera, en su identidad urbanística, de una pla-nificación histórica determinada. Lo que procede,en este caso, es determinar el grado de relaciónentre ambas fases históricas, y para ello resulta obli-gado recurrir a los estudios de topografía históricay a las investigaciones arqueológicas.

En conclusión, defendemos que sólo tras la re-construcción del parcelario del plano fundacional,con sus manzanas, solares, viales, espacios pú-blicos y fortificaciones puede garantizarse el co-nocimiento del programa urbanístico con el que selevantaron las villas nuevas; sin ese instrumento deaproximación, es el perímetro amurallado el quepuede considerarse indicador del espacio en el quese desarrolló la fundación; en combinación con eltrazado de los viales, la línea de muralla ofrece, ade-

Los planos urbanos. Tipología y modelización.

Tomando como referencia las reconstrucciones his-tóricas de los planos urbanos de las villas analiza-das, se observa nítidamente la existencia de unatrama regular que ordena la parcelación; el mode-lo más extendido es el de calles longitudinales pa-ralelas, con cantones trasversales, en número pro-porcional a la longitud de los viales. En Bizkaia, por

lo que se deduce de los estudios de Arizaga y Mar-tínez8, son habituales las pueblas de planta rec-tangular, de 3 calles paralelas que, en ocasionespueden reducirse, a dos calles, o aumentar hastacinco o más; en Gipuzkoa, la tipología de las ca-

8B. ARIZAGA BOLUMBURU; S. MARTÍNEZ MARTÍNEZ,(2006). Atlas de las Villas Medievales de Vasconia. Bizka-ia, Eusko Ikaskuntza, Donostia.

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cimiento; en fin, los fosos inundados fueron partede la imagen externa de varias de estas villas, siem-pre destacadas del entorno rural, de la tierra llana,por sus cercas y murallas.

De la imagen interna, de la distribución del parce-lario, hemos de reconocer la existencia de datosque prueban el propósito de un reparto de los so-lares de acuerdo con medidas estandarizadas; enel fuero de Laguardia que se extendió a las funda-ciones de Sancho VI de Navarra, se señala el ta-maño de los solares de casa en 12 estados de fon-do y 4 de ancho; en el de Labraza de 15 x 3 esta-dos, y de 6 brazas de ancho por 9 de largo en elde Villarreal de Urrechua que, además, dice ser lacostumbre de Gipuzkoa; sin embargo, estos pa-trones son de difícil reconocimiento en el parcela-rio actual.

d. El proceso de señorialización de las villas.

Un aspecto que destaca en el análisis conjuntode las villas del País Vasco es el proceso de se-ñorialización en el que se vieron envueltas mu-chas de ellas a partir de Enrique II Trastámara. Elnuevo monarca hubo de hacer frente a los com-promisos adquiridos con la nobleza que le apo-yó en su lucha contra el rey Pedro I por el trono,iniciando un proceso que continuaron sus des-cendientes, de entrega del señorío de la villas arepresentantes de familias destacadas, los Aya-la en Salvatierra, los Gauna en Antoñana y San-ta Cruz de Campezo, los Lazcano en San Vicentede Arana, los Guevara en Salinillas…; práctica-mente todas las villas alavesas cayeron en esterégimen del que se fueron recuperando poco apoco; algunas lo hicieron con la abolición del An-tiguo Régimen. El fenómeno se extendió a zonaslimítrofes de Gipuzkoa y Bizkaia; Salinas de Lé-niz, en manos del conde de Oñate, y Valmasedaentregada por Enrique III en 1399 a Juan de Ve-lasco a cambio de 15.000 florines; los vecinosrepartieron la suma entre ellos y Valmaseda re-cuperó su condición de realengo. El fenómenotambién tiene otras manifestaciones como el se-ñorío que ejerció Vitoria sobre Elburgo, Alegría yMurguía, o la anexión a la villa de Tolosa, entre1374 y 1392 de una sexta parte de las tierras deGipuzkoa.

lles paralelas también se repite, aunque los mode-los de planta redondeada u oval están bien repre-sentados; en Álava, los patrones resultan más com-plejos y desarrollados, con gran presencia de lossistemas de fortificación.

En el valle del Urola, por ejemplo, se fundaron cua-tro villas: Azkoitia, Azpeitia, Cestona y Zumaia. DeZumaia, en la desembocadura de la ría, no se ad-vierte un tejido regular, aunque sí compacto y dis-tribuido en calles. Cestona tiene un plano regularde planta oval, con dos calles longitudinales quese cierran en sus extremos y una calle trasversalque cruza por el centro; Azpeitia presenta un mo-delo parecido con una calle más en el centro y Az-koitia, planta rectangular con 2 calles.

En la Rioja Alavesa tenemos Labastida, de lecturaurbana fundacional desconocida, Laguardia, conuna fortificación monumental y trazado urbano decalles longitudinales, Labraza, con castillo centraly perímetro fortificado de tendencia circular.

En el litoral vizcaíno, Portugalete cumple con el ti-po de las calles paralelas, al igual que Bilbao y Plen-cia. Lekeitio y Bermeo destacan por la compleji-dad y extensión de la ocupación urbana, mientrasque Ondarroa parece un modelo mixto.

Como se comprueba de las relaciones anterio-res, resulta difícil modelizar las intervenciones ur-banísticas de las villas medievales. Si añadimos,el indicador de la superficie urbana, o el de lascaracterísticas de las murallas, resulta que la di-versidad sigue en aumento. De las 20 ha de Vi-toria a las 0,5 de Labraza, en Álava, de las 6 deBilbao a las 0,4 de Miravalles, y de las 7 de SanSebastián a las 0,9 de Cestona. El paisaje de lasvillas en el País Vasco estaba muy matizado, ycada ejemplo tenía personalidad propia, lo queno quita para que se adviertan coincidencias ur-banísticas señaladas.

Villafranca y Deba siguen un mismo modelo de dis-tribución del caserío, Mondragón y Arceniega,comparten un patrón similar, al que se suma Az-peitia y La Puebla de Arganzón; Lagrán presentala misma distribución urbana de Labraza; Renteríay Hernani comparten una evolución similar de cre-

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2. El censo de villas nuevas medievales de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia9.

9 La facultad de establecer nombres oficiales que res-peten la originalidad vasca, romance o castellana ha mo-dificado desde 1982 el nomenclátor de las poblacionesde los territorios de la Comunidad Autónoma del PaísVasco; en algunos casos se ha actualizado la grafía, sinapenas transformación de la denominación , como enLekeitio, Azkoitia, Bergara, Balmaseda o Zumaia; en otros,el cambio de grafía exige cierta iniciación, como ocurrecon los casos de Getaria, Elgeta o Gernika en los quelas reglas de lectura del euskera hacen pronunciar Gue-taria, Elgueta y Guernica. Sin embargo hay un grupo im-portante de actualizaciones que han modificado las de-

nominaciones de las villas medievales hasta hacerlas irre-conocibles. Villafranca ha pasado a llamarse Ordizia, Vi-llarreal ahora es Urretxu, y Fuenterrabía, Hondarribia. Eneste texto se ha optado, teniendo en cuenta las dificul-tades de identificación que, sin duda, se dan entre los lec-tores, por una solución en la que se recoge la denomi-nación vigente como elemento ordenador, pero tambiénla reconocible entre historiadores; en el listado del censoaparecen en columnas separadas mientras que en la par-te descriptiva, las villas se nombran atendiendo al criteriode legibilidad histórica; entre paréntesis, cuando se re-quiere, se incluye la denominación oficial.

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Las villas medievales de Álava

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acceso, 3, se situaban en los extremos de la ca-lle Mayor y de la Cuesta las Cabras, respectiva-mente. El río Alegría, canalizado, contribuía a ladefensa del burgo, al modo de los fosos inunda-dos.

ANTOÑANA

En la actualidad, la trama urbana se reparte encinco calles de trazado longitudinal, Norte-Sur,calles de los Arquillos de Arriba, de los Arquillosde Abajo, Mayor, Sol de Arriba y Sol de Abajo,con un cantón trasversal mayoritariamente abier-to mediante tramos de escaleras, para salvar eldesnivel. La iglesia, dedicada a san Vicente Már-tir se sitúa al Sur, sobre el trazado del flanco me-ridional del cinturón de la villa. En el extremo NE,como se ha adelantado, se dispone el castillo, ensu versión de casa fuerte de los señores de la vi-lla.

Del análisis arqueológico del casco se ha podi-do determinar que las calles Arquillos de Arribay Sol fueron en origen el camino de ronda de la

ALEGRÍA (ALEGRÍA-DULANTZI)

El núcleo urbano se fundó en un cruce de cami-nos entre Salvatierra al Este, Vitoria y Elburgo alOeste, y al Sur, el paso por Azázeta a Antoñanay Santa Cruz, situándose el emplazamiento en elcentro del valle del Dulantzi (Alegría) que bañabala villa por el Norte. El entorno ofrece testimoniosarqueológicos significativos de época romana, tar-doantigua, y altomedieval, resaltando los ajuaresgermánicos de San Pelayo, de entorno a los si-glos VI y VII.

Por lo que se deduce del conjunto edificado y delos resultados de investigaciones arqueológicasrecientes, el núcleo se encontraba amurallado; elrecinto se distribuye en dos sectores con carac-terísticas diferenciadas; en la parte alta se levantala iglesia de San Blas, alrededor de la que se abreuna amplia plaza y edificios públicos, escuelas,ayuntamiento, frontón…El sector inferior se or-dena en dos calles longitudinales paralelas, Ma-yor y Fortaleza, con un eje trasversal central, lacuesta Las Cabras y otros laterales, calles SanBlas y cuesta de La Fortaleza. Los portales de

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cauce del río que discurre al pie de la puebla; lacalle Mayor es la de mayor anchura y trazadomás regular, ocupando la posición central; haciael Norte se abren las calles del Horno y de Aba-jo, mientras que hacia el Sur lo hacen las de laPlaza y Dalmacio Sánchez. Un eje trasversal cru-za a la altura de la iglesia parroquial de nuestraseñora de la Asunción, en cuyo entorno se arti-cula una plaza pública que viene a ocupar el áreacentral del casco. El conjunto edificado es de ar-quitectura de piedra tradicional sin que se cons-taten grupos de edificaciones fuera del recinto delburgo; en la calle Mayor se levantan las casasmás notables, con blasón y buena fábrica de si-llería.

No se han conservado testimonios visibles de lacerca o muralla, ni se han realizado investigacio-nes arqueológicas al respecto; posiblemente ve-nía a coincidir con el perímetro del casco urba-no, aunque no es posible establecer el grado decoincidencia con el mismo; por informaciones ora-les se ha podido saber de la existencia antaño deun foso inundado en el flanco Norte, o cava; enprospecciones de campo se ha identificado unatoma de agua a la altura del puente de piedra so-bre el Ayuda, aunque no pueden descartarse otrospuntos de abastecimiento. La cava, como es ha-bitual en otros burgos, alimentaba el embalse deun molino. Véase también la relación con Portillade Ibda.

BERNEDO

El espacio urbano se organiza en varias calles pa-ralelas de trazado longitudinal, adaptadas a la pen-diente del terreno; la calle de Abajo ocupa la po-sición inferior, como su propio nombre indica; lue-go viene la del Medio y más arriba la calle Mayorque, a la altura de la iglesia parroquial de la Na-tividad de Nuestra Señora se abre formando unaplaza. La calle continúa con el nombre de calleSarrea hasta el portal del mismo nombre. En es-te sector se advierten 3 ejes trasversales o can-tones. Al Sur de la calle Mayor, según se as-ciende la ladera y las pendientes son más pro-nunciadas, la ordenación es más compleja; hayun eje claro, marcado por la calle Herrería por

muralla, mientras que la calle Mayor sería la úni-ca de la villa; a ella se accedería por los portalesde Abajo, junto al castillo, y de Arriba, en la pla-za de la iglesia; de acuerdo con este plantea-miento, la calle de Arriba sería en origen un al-bañal.Los recursos de la fortificación se completan conun foso inundado, cuyo caudal deriva del río Sa-bando y que, todavía, permanece en uso pararegadío de huertas.

ARTZINIEGA

El recinto urbano se sabe que estuvo amuralla-do, aunque hoy en día haya perdido todo testi-monio de esa situación; la trama urbana se or-dena en tres calles de trazado longitudinal, Es-te-Oeste, calle de Abajo, del Medio y de Arriba;las tres calles confluyen en los extremos, coinci-diendo con la posición de los portales de acce-so, hoy desaparecidos; se observan trazas dedos ejes trasversales, repartidos regularmente enla planta de la villa para facilitar las comunica-ciones entre las calles principales. La iglesia, conla advocación de Nuestra Señora de la Asunción,ocupa el borde meridional, el mejor defendido porlas condiciones naturales. El ayuntamiento, porsu parte, en el centro de la población, se rodeade una amplia plaza.

La reconstrucción del plano original, realizada en1998, propone que el cinturón amurallado dis-curriría ligeramente retranqueado con respecto alos límites de la ocupación actual, proponiéndo-se que contaba con un paso de ronda para de-fensa de la muralla; se han dibujado tres porta-les, uno al Este coincidiendo con la entrada en lacalle Mayor y dos al Oeste, en los accesos a lascalles de Abajo y de Arriba; junto a este últimoportal, pero extramuros, se levantaba una torreexenta.

BERANTEVILLA

Presenta un plano extremadamente regular, concinco calles paralelas de trazado longitudinal Es-te-Oeste, siguiendo la alineación marcada por el

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paso de una calle a otra. Las tres, o cuatro ca-lles, confluyen en una zona abierta, de plaza, porla que se producía la entrada de la villa, a travésdel correspondiente portal, hoy desaparecido, quedaba acceso al puente sobre el Izki; contaba conotro portal en el otro extremo de la villa, en la sa-lida de la calle Mayor.

La iglesia, de San Esteban, se dispone extramu-ros, sobre una elevación estratégicamente situa-da sobre la garganta formada por el río Izki; elcasco se extiende a sus pies, hacia el Norte, yaunque no se han conservado testimonios visi-bles del perímetro amurallado, todo hace pensarque la cerca se extendería por los límites urba-nos actuales; la planta de la población sería, en-tonces, de tendencia oval, con las calles exte-riores envolventes.

ELBURGO (ELBURGO/BURGELU)

Elburgo no parece haber tenido una identidad ur-bana destacada, si tenemos en cuenta el con-junto edificado heredado; a excepción de la ca-lle Mayor, de trazado Este-Oeste, que presentahileras compactas de edificios, las demás hanperdido gran número de solares; sin embargo,se sabe que hubo un arrabal, en torno a la des-aparecida ermita de Santa Marina, en el accesoa la población por el Este.

La propuesta que se maneja plantea una plantacon tres calles longitudinales paralelas, calles Ma-yor, San Pedro y Elburgo; la iglesia que se con-sidera previa a la fundación, ocupa el borde sep-tentrional del recinto; nada se sabe de sus mu-rallas, menos aún de su trazado y característi-cas.

LA PUEBLA DE ARGANZÓN

El casco de la población ofrece una imagen com-pacta en la que se advierten las líneas maestrasde la fortificación. La muralla, con su adarve, to-davía se conserva en el frente de la calle la Ca-dena, contando con un cubo semicircular en alángulo del flanco paralelo al río. Corre práctica-

donde salía el camino a Angostina y que se abrecon trazado perpendicular a las calles anterior-mente citadas; las calles de Suso, y del Castillo,también longitudinales, parecen ordenadas en fun-ción de factores urbanísticos vinculados a la po-sición del castillo, al que se sabe se asociabandiversas dependencias.

El conjunto edificado actual apenas ha rebasadoel perímetro de la muralla medieval, a excepciónde las zonas más cercanas al valle, donde se hanido concentrando las construcciones recientes.

CONTRASTA

El plano actual presenta dos calles paralelas detrazado Norte-Sur, Mayor y San Salvador, conuna planta rectangular en la que se advierte granparte del cinturón amurallado. Parte de los flan-cos oriental y occidental, así como del meridio-nal presentan testimonios arqueológicos. La for-tificación del lado sur resulta especialmente lla-mativa, con un portal de acceso que conserva elhueco del rastrillo, y la iglesia parroquial de LaAsunción, también fortificada, cerrando la entre-ga con el flanco oriental. En éste último se man-tiene un portillo en arco apuntado cuya fábricade arenisca presenta la coloración característicade haber sufrido un incendio.

La villa dejó de ser de realengo en 1370, cuan-do fue entregada a la familia de los Gaona-Laz-cano, en un proceso que fue habitual en las vi-llas alavesas. Los nuevos señores contaban conuna torre intramuros (hoy destruida), situada jun-to a la otra salida principal, hacia el Norte.

CORRES

El casco actual de construcciones de piedra tra-dicionales presenta también ejemplos de edifi-cios urbanos notables; la trama urbana se orde-na en tres calles longitudinales, calle Mayor la cen-tral, de san Esteban, la oriental, y de la Fuentede Abajo, la occidental; existe una cuarta calle,más estrecha, calle Sur, que parece un antiguoalbañal; hay también cantones cubiertos para el

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cuentra desocupada, pero se sospecha que al-bergaba un conjunto edificado cuya extensión seprolongaba hacia el Este. Mirando hacia el valledel Ebro y en sucesivos niveles se disponen va-rias calles de sugerente nombre, calle de la Mo-ta alta y de la Mota baja, por ejemplo. Al pie dela plataforma del Santo Cristo se ha conservadoel portal de Nuestra Señora de los Ángeles delToloño, que marcaba la salida hacia la sierra deCantabria.

El área más importante del conjunto urbano seextiende, sin embargo, por la parte llana de la zo-na baja, articulándose en torno a un vial por elque discurría el camino del Ebro, la calle Real,hoy calle Mayor; conserva uno de los dos porta-les de acceso, el de Larrazuría, situado al Oeste;el portal de salida por el Este, llamado de san Vi-cente, por el contrario ha desaparecido. Es eneste sector donde se concentran las edificacio-nes emblemáticas: iglesia parroquial de NuestraSeñora de la Asunción, casa consistorial, plazamayor y palacios urbanos. El desarrollo corres-ponde, sobre todo, al siglo XVII, centuria que co-mienza con la apertura al culto de la nueva igle-sia, de grandes proporciones. El siglo XVIII con-tinúo con la tendencia de crecimiento señaladaanteriormente y la formalización del sector nobledel casco en torno a la calle Mayor y sus edificiosrepresentativos. Sin embargo, a finales de siglose encadenó un ciclo de acontecimientos desfa-vorables, comenzando con la Guerra de la Con-vención, contra la Francia revolucionaria, la de In-dependencia y las Guerras Carlistas que prece-dieron, además, a la extensión de la filoxera conla ruina económica consiguiente.

LABRAZA

En el fuero de Labraza, el monarca se dirige a lospobladores de San Cristóbal de Labraza, a losque otorga la villa, con las aldeas de Gorribusto(Barriobusto), Castellón, Expisano y Cerrán (des-poblados, en la actualidad), y el fuero de Laguardia(en la carta de fundación se mencionan las di-mensiones del reparto de solares: 15 estados delargo por 3 de ancho, 29,4 x 5,8 m, 170 metroscuadrados). Teniendo en cuenta que se conoce

mente por toda esta alineación hasta perderseen la calle del Río. Por el otro extremo se exten-dería paralela a la calle Cercas, como indica, ade-más, su nombre. En los trabajos de campo rea-lizados para este proyecto se ha descubierto uncanal que discurre paralelo a la muralla por la ca-lle de la Cadena; se ha identificado con los res-tos de un foso inundado o cava que rodearía elcinturón amurallado.

El conjunto edificado aparece distribuido en tresejes longitudinales de trazado NW-SE; el del cen-tro de mayor recorrido lleva los nombres de ca-lle la Concepción, de la plaza de la iglesia haciael extremo oriental, y calle Santiago, de la plazahasta la salida occidental, donde se situaba elhospital de ese nombre. Por el lado del río se ex-tiende la calle San Juan y en el lado opuesto lacalle Santa María; ambas calles se encuentranen sus extremos envolviendo al eje central de lacalle Santiago y dando paso a los portales de ac-ceso. Hay dos ejes trasversales repartidos a dis-tancia regular que cruzan de lado a lado la villa,permitiendo la comunicación entre calles, son lascalles, o mejor cantones, del Molino y de la Igle-sia. Al final de ésta se levantaba el portal fortifi-cado que daba acceso al puente sobre el Zado-rra.

La iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Seño-ra de la Asunción, se levanta en una manzanaabierta a las calles Santa María, Iglesia y Santia-go, contando con una buena plaza en su ante-puerta en la que se ubica la casa consistorial.

LABASTIDA

En cuanto a la configuración urbana de la villa, latrama actual resulta de lectura compleja, espe-cialmente por el traslado y modificación de lossolares residenciales; por lo que parece, el pri-mitivo recinto se extendía en las inmediacionesde la iglesia del Santo Cristo; la iglesia, que con-serva todavía elementos de la fortificación en sufábrica, ocupa la zona más alta del casco, colo-cándose –además- al pie de un cerro conocidocon el topónimo del Castillo. Hoy en día, la am-plia plataforma en la que asienta la iglesia se en-

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por informaciones de 1515. Para algunos ha si-do una fundación castellana, aunque domina laopinión de los que consideran que obedece a lainiciativa navarra; su cercanía a Bernedo, con laque formaría un entente frente a Treviño y en de-fensa de la Sonsierra, ligaría su trayectoria histó-rica a la de esa villa, suponiéndose que perma-neció bajo dominio navarro hasta 1461 0 1476.La delimitación del perímetro amurallado se hallevado a cabo recientemente, en 1998, pero lasevidencias detectadas resultan insuficientes pa-ra determinar sus características; en algunos sec-tores se han registrado paños de 7 m de alturay 1,50 m de anchura. Tendría carácter envolvente,rodeando el conjunto edificado aproximadamen-te por la línea de fachadas traseras de las man-zanas exteriores; se conocen dos portales, el deCristo, en la salida oriental, hacia Pipaón, y el deLevante, a Bernedo, desaparecido. Es muy pro-bable la existencia de foso inundado o cava, ro-deando el cinturón amurallado.

El trazado callejero se ordena en 2 calles longi-tudinales adaptadas a la topografía del terreno,calles Portal de Cristo, la principal, y calle Cen-tral. Sobre el punto más céntrico de la topogra-fía urbana se levanta la iglesia de la Natividad deNuestra Señora, y por la parte alta, con tenden-cia envolvente, la calle de Arriba. Para comuni-cación entre estas 3 calles y la plaza alrededorde la iglesia se abren varios cantones; cantón dela Iglesia, el central, de Levante y Occidental, loslaterales.

El esquema urbano de Lagrán recuerda en granmedida al de Labraza; en esta ocasión la posi-ción central del castillo es ocupada por la iglesia,pero por lo demás y dejando a un lado una ma-yor extensión de la superficie del recinto (1,6 Haen Lagrán frente a 0,5 ha en Labraza) ambos pla-nos ofrecen similitudes notables en el reparto yordenación de las calles y manzanas.

LAGUARDIA

Ocupa un cerro, prácticamente aislado en el en-torno, desde el que se domina una amplia co-marca que se extiende entre La Herrera, en la

la ubicación de la ermita de san Cristóbal dentrodel espacio intramuros, se piensa que el fuerocambio el estatus de la entidad precedente y queésta se situaba en el mismo emplazamiento queocupará la villa. Una villa, por cierto, de reduci-das dimensiones, 0,57 ha de superficie; la máspequeña de las existentes en los territorios vas-congados. En el centro, sobre el punto más ele-vado, se localiza el castillo; es la disposición deéste la que condiciona el trazado de las calles; lacalle del Medio discurre al este del castillo y unela iglesia con el portal principal, o del Sur, mar-cando un eje que separa dos áreas urbanísticas;la mitad oriental, organizada en torno a la callesan Miguel que discurre paralela a la anterior, porcota más baja, hasta unirse ambas en una pla-zuela, abierta ante el portal mencionado; la mi-tad occidental se articula con relación a la callesan Roque (antes de Arriba) que discurre por eloeste, a modo de anillo concéntrico paralelo a lamuralla y al castillo.

La muralla exterior, de la que se han conserva-do cerca de 300 m lineales edificados –tres cuar-tas partes del trazado original, no debió comple-tarse hasta bien entrado el siglo XIII, o incluso enlos inicios del XIV; se supone una altura entre 10y 12 m en los torreones y unos 6 m en los lien-zos intermedios; el camino de ronda discurriríapor un adarve. Hubo dos portales abiertos en elcinturón: el portal Sur, o principal, y el portal dela Peña, hoy cegado e inutilizado.

En cuanto a la ocupación del espacio intramu-ros, la hipótesis que se maneja parte del carác-ter nuclear del castillo y de la ausencia de edifi-caciones a su alrededor hasta el siglo XVI. Plan-tea, también, que mientras mantuvo su identidadnavarra, sólo estaría ocupada la zona oriental, entorno a la calle san Miguel, y parte de la calle desan Roque. Más adelante, aunque con anteriori-dad al XVI, se ocuparía la parte central de la man-zana meridional de san Roque.

LAGRÁN

No hay constancia de la fecha de fundación deesta villa, aunque sí de su carácter de villazgo

sierra de Cantabria y el Ebro; el burgo ocupa laplataforma de la cumbre, adaptándose a su su-perficie y desniveles. El cinturón defensivo, de1434 metros de perímetro, presenta torres deplanta rectangular reforzando el muro exento entramos regulares; tuvo foso, pero por las carac-terísticas del terreno sería un foso seco y no ca-va inundada. Al recinto intramuros se accede enla actualidad por 3 portales abiertos en el flan-co Este, de Santa Engracia, Carnicería y San Juan,uno al Oeste, el de Páganos, y un último al Sur,el de Mercadal. La trama urbana está determi-nada por la posición de las dos iglesias parro-quiales, en ambos extremos del cerro; la de SanJuan al Sur, y la de Santa María de los Reyes alNorte; en el espacio que queda tras esta última,sobre la parte más elevada de la colina se le-vantaba el castillo, destruido en el siglo XIX, mien-tras que en la parte baja, tras san Juan, asenta-ba la judería. El espacio que media entre los edi-ficios religiosos está cubierto de solares organi-zados en manzanas delimitadas por los ejes via-rios; hay una calle principal, la calle Mayor quediscurre de Norte a Sur por el eje longitudinal dela colina; a occidente de ésta se desarrolla, a ve-ces en paralelo y en otras de forma envolvente,la calle Páganos, mientras que la ordenación dellado oriental resulta más compleja, calles santaEngracia y san Andrés. A la altura de la puertade Carnicerías se abre un eje transversal en elque se organiza una pequeña plaza pública, re-ducida en tamaño con respecto al programa ori-ginal, donde se levanta el ayuntamiento.

Si bien la villa recibió el fuero de Logroño en elaño 1164 de la mano de Sancho el Sabio, lo cier-to es que la tradición urbana en esta zona se ha-bía iniciado muchos siglos antes; al pie del cas-co se conservan los testimonios del asenta-miento berón (celtíbero) de la Hoya que fue des-truido en un ataque enemigo hacia el siglo IV ade C. El asentamiento, amurallado, había sido or-denado en solares y calles, incluso con espaciospúblicos y edificios emblemáticos. Tras la ruina,el poblado se abandonó, habiéndose propuestorecientemente -a la vista de nuevos descubri-mientos arqueológicos- que sus habitantes se tras-ladaron a un lugar con mejores defensas natura-les, dando inicio a la ocupación del cerro donde

ahora se sitúa la villa. Al horizonte celtibérico lesiguió el romano, como prueban los registros ar-queológicos y, más tarde, en la alta edad media,los fondos de cabaña de construcciones de ma-dera; es posible que entre los estratos antiguosy medievales exista un paréntesis ocupacional,bien por el dominio musulmán, bien por la inse-guridad provocada por sus ataques. Lo cierto esque mucho antes de la concesión del fuero exis-tían unidades de hábitat en el mismo emplaza-miento e, incluso, una fortaleza a cuya vera cre-ció la villa.

La fundación de la villa se produce tras la cam-paña militar de Sancho el Sabio de 1163, que lepermitió ampliar sus dominios en la Rioja, Álava,Durango, Grañón, Cerezo y Briviesca, recuperandotambién Logroño. Será en gran parte del fuero deesa villa de donde se tomen las referencias parael articulado del de Laguardia que, sin embargo,cuenta con disposiciones particulares; entre ellasla de tener casas de 12 estados de largo y cua-tro de ancho (unos 23,1m x 7,7 m). La villa sedesarrolló en un clima de enfrentamientos con elreino de Castilla, convirtiéndose en una plaza fuer-te en la defensa de la Sonsierra de Navarra has-ta mediados del siglo XV; luego pasó a Castilla yse integró en la Hermandad de Álava.

En 1874, durante la III Guerra Carlista hubo derendirse a las tropas sitiadoras carlistas, con gran-des pérdidas en su conjunto edificado, especial-mente del cerco amurallado.

MONREAL DE ZUYA (MURGIA)

Siguiendo la tradición de los fueros más tardíos,fueron los habitantes de 19 aldeas situadas en-tre el Gorbea, el puerto de Altube y la sierra deArrato, los que solicitaron al rey autorización pa-ra poblar en “Maraccalda, do son las nueve fuen-tes” y que tuviera por nombre Monreal. A ello ac-cedió el rey, en 1338, asignándoles el Fuero delas Leyes o Fuero Real como ley municipal.

La puebla no tuvo éxito y 34 años después, en1372, sus habitantes pidieron permiso para po-blar el lugar de Monreal de Murguía, a 3 km de

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Nuestra Señora de la Asunción. Al Sur del edifi-cio religioso, en la antepuerta, se abre otra pla-za donde confluyen los extremos de las calles ex-teriores, San Juan y Barón de Benasque, antesde traspasar el Portal del Sur.

Se sabe de diferentes conflictos que afectaron alconjunto edificado; durante la Primera Guerra Car-lista (1833-1839) fue ocupada por carlistas y li-berales, lo que trajo consigo la renovación de susdefensas, aunque la toma final de los liberales alasalto provocó importantes daños.

PORTILLA DE IBDA

La incorporación de Portilla, un despoblado, alcenso de villas medievales de Álava obedece avarias razones; la primera de ellas se argumentadesde las informaciones que proponen un fueropara la población en tiempos de Sancho el Sa-bio de Navarra; también se ha tenido en cuentael carácter de los restos arquitectónicos conser-vados y, especialmente, los valores arqueológi-cos del lugar.

Portilla no fue tomada en la campaña de 1199 y1200 de Alfonso VIII, pero fue objeto de truequecon Miranda de Arga; bajo poder castellano pro-tagonizó un levantamiento contra Sancho IV, en1288, y fue tomada al asalto en campaña de cas-tigo. A partir de esa fecha inicia su decadencia yel traslado progresivo hacia el valle; primero alArrabal (el actual pueblo de Portilla) y después,a partir de 1312, a la nueva villa de Berantevilla. La imagen de la fortaleza y de su ciudadela des-de la llanura que se extiende a sus pies y por laque cruzan importantes rutas de comunicaciónes imponente. El castillo se coloca en lo más al-to sobre una peña que ha sido trabajada para fa-vorecer el encaje de la construcción; tiene formaalargada, en sentido este-oeste, y presenta to-rreones semicirculares en los extremos; en el cen-tro se levanta la torre del homenaje.

Al pie del castillo, hacia el Norte, y unido al mis-mo se extiende un recinto amurallado de 17.000metros cuadrados, de planta rectangular. La mu-ralla es de buena factura, con torreones de re-

distancia, permitiéndoles mantener el privilegiode población del viejo Monreal. Este segundo em-plazamiento tuvo mejores perspectivas, aunquea finales del siglo XV perdió su autonomía incor-porándose a la jurisdicción del concejo de Vito-ria.

En el plano actual de la población de Murgia nohay evidencia de una ordenación concentrada encalles y manzanas, con recinto amurallado, si-guiendo los patrones de los burgos aforados ana-lizados.

PEÑACERRADA (PEÑACERRADA-URIZAHARRA)

El casco actual apenas ofrece desarrollo urbanofuera del recinto amurallado; presenta plantaoval, con un espectacular portal de acceso, elPortal Sur flanqueado por torres semicircularesy un matacán sobre el arco de ingreso. Del res-to del perímetro amurallado se han registrado tes-timonios arqueológicos que permiten reconstruirsu trazado de forma fidedigna; unos han sido iden-tificados en paños todavía en pie, asociados a laestructura de diversas construcciones; en otroscasos ha sido preciso recurrir a excavaciones enel subsuelo para descubrir restos de las cimen-taciones. El cinturón presenta unos 530 m line-ales, de los que se han conservado a la vista 298;el resto, o bien ha desaparecido o se encuentraarrasado hasta la base y enterrado. La fábrica esde mampostería ordinaria de caliza de la zona,con 1,70 m de anchura y hasta 12 m de alturaen el Portal Sur. Los autores del estudio arqueo-lógico de las murallas plantean que el muro exen-to estaba reforzado con torres semicirculares, en-lazando con la tipología de la fortificación de Sa-linas de Añana. Tuvo 3 portales, el del Sur –yamencionado-, el Portal de Berganzo, al Oeste, elde San Juan al Este y, probablemente, un cuar-to portal al Norte.

La trama urbana heredada refleja una ordenaciónen cuatro calles longitudinales Norte-Sur, callesde San Juan, Concejo, Saturnino Bajo y Barónde Benasque; por la parte central cruza un ejeperpendicular, situándose en el cruce con las ca-lles centrales la plaza de la iglesia parroquial de

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fuerzo en el lienzo occidental; se advierte en latopografía del espacio intramuros la presencia delos restos de la iglesia de Nuestra Señora del Cas-tillo y de un eje principal que cruza la villa en sen-tido longitudinal, coincidiendo, además, con laposición de los portales de acceso. En el sigloXVI todavía se constatan señales de poblamien-to y la antigua iglesia permaneció como ermitahasta 1762.

SALINAS DE AÑANA (AÑANA)

El recinto de la villa se planificó sobre un cerroque domina el llamado valle salado, donde antesexistía una aldea previa, la de Terrazos; la villanueva ocupaba sólo la plataforma superior de lacolina, mientras que las calles que desciendenladera abajo hacia el valle, incluso la iglesia pa-rroquial, corresponden a la expansión postme-dieval del casco.

Se conocen dos fases en la delimitación del re-cinto amurallado; la inicial, del siglo XII al XIV,que se reduce a la cumbre y lleva el nombre decerca alta, y la cerca baja que se levantó poste-riormente para integrar el ensanche edificado porel lado meridional. Con el paso de los siglos, lapoblación continuó creciendo hacia las zonas deexplotación salinera, situadas en el fondo del va-lle, mientras se despoblaba el barrio de la cer-ca.

La línea de muralla, de 737 m de trazado, pre-senta una anchura de 1, 5 m, y la altura conser-vada llega a los cinco m. Estaba defendida poruna sucesión de cubos semicirculares; se hanidentificado dos calles paralelas en su interior,con un cantón trasversal, con dos iglesias en susextremos, coincidiendo con la posición de los por-tales del Mercado y de San Cristóbal; en el sec-tor occidental debió existir una fortaleza, en cu-yo interior se ubicaba la iglesia de San Cristóbal,templo documentado desde el siglo XII que fuedestruido en 1813 durante el asedio a las tropasfrancesas que la ocupaban.

SALINILLAS DE BURADÓN (BURADON GATZA-GA /SALINILLAS DE BURADÓN)

El casco se presenta, todavía, amurallado, conuna planta irregular entre cuadrangular y redon-deada. Las defensas son considerables, alcan-zando hasta 9,5 metros de altura en algunos pun-tos. La topografía del lugar parece determinar lanecesidad de obras de fortificación importantes,pues aunque el terreno ofrece desniveles de cier-ta entidad en la zona superior del recinto, las par-tes bajas se deslizan hacia el llano circundante.

La ordenación del casco en el área intramurosofrece grandes dificultades de lectura; se obser-va un eje principal, reconocido en la denomina-ción de calle Mayor, que discurre con trazado lon-gitudinal, NE-SW, entre los portales de Arriba yAbajo; el tramo que lleva a este último recibe elnombre de calle Baja; se bifurca de la calle Ma-yor en el cruce con la calle del Caño que des-ciende hacia la muralla. En el área cercana al por-tal de Arriba, en perpendicular a la calle Mayor,nace la calle Laurel con trazado longitudinal Es-te-Oeste; desembocaba en el portal de Santa Ana,hoy desaparecido. Las calles Mayor y Laurel co-rren paralelas a los flancos de la muralla, ocupandola zona baja del asentamiento; en la zona alta, elsector occidental, se disponen la iglesia parro-quial de Nuestra Señora de la Concepción, y elpalacio de los condes de Oñate que incluye en suinterior una torre medieval. La torre debió cons-truirse a finales del siglo XIV, cuando la villa pasóa señorío del linaje de los Sarmiento, como La-bastida o Salinas de Añana; entrado el siglo XVpasará a manos de los Ayala y, más tarde a losGuevara en cuyas manos permanecerá hasta elfinal del Antiguo Régimen. A estos últimos se de-ben las obras de construcción del palacio, inicia-das hacia 1630.

Recientes estudios arqueológicos han concluidoafirmando que los testimonios conservados de lasfortificaciones de la villa corresponden, sobre to-do, a intervenciones de los siglos XVI y XVII; enesta fase se replanteó parcialmente el trazado dela muralla, cortándose paños antiguos y produ-ciéndose un cambio en la orientación del flanco

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CENSO DE LAS VILLAS NUEVAS MEDIEVALES EN ÁLAVA, BIZKAIA Y GIPUZKOA

una población que no superaría los 1500 habi-tantes. El 1 de agosto de ese año, de forma for-tuita o como medio para atajar la epidemia, seprodujo un terrible incendio que destruyó prácti-camente al completo la villa. En un primer mo-mento solicitaron instrucciones a la corte, prohi-biéndose los trabajos de reconstrucción hasta larecepción de las mismas, pero ante la tardanzael concejo en 1565 tomó las riendas del proce-so estableciendo una serie de medidas para lasnuevas edificaciones. Gracias a la disponibilidadde espacio se levantaron casas de gran tamañoy características señoriales; algunas de ellas, porsus características arquitectónicas pueden con-siderarse auténticos palacios urbanos que siguenmodelos renacentistas o barrocos, y que se ro-dearon de amplios jardines. Durante el siglo XVIIIse fueron reocupando solares vacíos, colmatán-dose de nuevo el espacio urbano que, en todocaso, no recuperaría la dinámica urbana previaal incendio hasta bien entrado el siglo XX.

SAN VICENTE DE ARANA (HARANA/VALLE DEARANA)

El conjunto edificado está dominado por cons-trucciones tradicionales de piedra que se orde-nan siguiendo un plano relativamente sencillo. Pre-senta dos sectores separados por el paso del vialque traduce el itinerario de la carretera Contras-ta-Sabando; tiene orientación Este-Oeste; al Nor-te se reparte el caserío formando 5 manzanas deuna sola hilera de casas articuladas con relacióna cuatro calles de trazado Norte-Sur, siguiendola pendiente natural del terreno: calle Virgen deUralde en el extremo oriental, Menor, Mayor yMontoza en el extremo occidental. En el sectorSur se levanta la iglesia, de San Vicente, rodea-da de una plaza que va estrechándose hasta for-mar una única calle ancha por la que se sale dela villa. No hay restos de murallas, ni de fortifica-ciones, desconociéndose el proceso de evolu-ción urbana del asentamiento. Para unos, el sec-tor Norte y la iglesia componen el núcleo funda-cional amurallado, mientras que la ocupación me-ridional sería posterior, aunque no hay pruebasal respecto.

meridional. La torre de la puerta Norte tambiéncorresponde a esta fase avanzada, conociéndo-se sucesivas reformas hasta bien entrado el si-glo XX que son, en última instancia, las que handado su imagen actual al portal.

SALVATIERRA (SALVATIERRA-AGURAIN)

La villa nació amurallada como lo demuestran lasexenciones de impuestos desde 1259, sabién-dose además del programa de habilitación delfoso inundado pocos años más tarde, en 1290.El perímetro superaba los 1000 metros de longi-tud, contando con un muro de 2 metros de an-chura y hasta 10 metros de altura; a tramos re-gulares de unos 30 metros, o en puntos dondese produce un cambio en la alineación de los lien-zos se intercalaban torreones de planta rectan-gular, abiertos hacia el espacio intramuros. Es-tos torreones, de unos 7-8 metros de longitud,presentaban mayor altura que la muralla. En laparte alta se disponía un adarve corrido que fun-cionaba como una ronda elevada y permitía re-correr el cinturón en su totalidad; debió de con-tar, también, con almenas. Se conocen siete por-tales de acceso, destacando los de Santa Maríaal norte y San Juan al sur, ambos situados juntoa los edificios religiosos de la villa y fortificadoscon potentes torreones. Los Ayala que obtuvie-ron el señorío de la villa en 1382, construyeronen torno a 1447 una fortaleza junto al portal deSanta María; la situación se prolongó hasta 1521,cuando Pedro López de Ayala fue derrotado enla Guerra de las Comunidades y su señorío en lavilla fue suprimido por los reyes.

La trama urbana se ordena en tres calles longi-tudinales paralelas de trazado Norte-Sur; la ca-lle Mayor se coloca en el centro, siendo más an-cha que las laterales llamadas de Zapatari y Car-nicería respectivamente. Las calles confluyen enlos extremos, junto a las iglesias de San Juan ySanta María, abriéndose en sendas plazas don-de se celebran, todavía, las ferias y mercado. Es-ta ordenación resulta de la reconstrucción reali-zada tras el incendio de 1564; ese año una epi-demia de peste virulenta diezmó la población; al-gunos textos mencionan más de 600 muertos en

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cidiendo con la alineación marcada por el puen-te sobre el Ayuda se dispone un eje trasversalque cruza el casco en tramos de pendiente pro-nunciada resuelto mayormente con escaleras. Lle-va hasta el otro extremo de la villa, saliendo a lacalle Las Eras. Los edificios monumentales, igle-sia de San Pedro y torre de los condes de Trevi-ño, convertida en casa consistorial, se emplazanen el tramo central de la calle Mayor, configuran-do una pequeña plaza.

Del recinto amurallado se supone que envolvía alconjunto edificado existiendo cuatro portales deentrada; dos de ellos, los principales, en los ac-cesos a la calle Mayor, por donde pasaba el ca-mino de La Puebla a Vitoria; junto a la salida ha-cia el puente y la salida de la calle Las Eras, ejetrasversal, se colocarían los otros dos portales.

VILLAFRANCA DE ESTÍBALIZ

El núcleo de población que mantiene el nombrede la fundación se sitúa en las cercanías del ce-rro donde todavía se levantan los edificios del mo-nasterio benedictino de Estíbaliz. Ocupa el llanoque se extiende al oeste de la colina y de su mor-fología urbana no puede deducirse la existenciade una trama planificada que responda a una nue-va fundación; el caserío no se presenta agrupa-do excepto asociaciones de dos o tres unidades;la iglesia ocupa una posición central, resultandolos elementos de mayor relevancia los derivadosde la orientación de las unidades que componenel conjunto edificado; frente a los núcleos ruralesdel entorno, las construcciones están ordenadasen alineaciones orientadas a los puntos cardina-les, observándose cierta regularidad con respectoa los ejes viarios que comunican con las pobla-ciones de los alrededores.

VILLARREAL DE ÁLAVA (LEGUTIANO)

La evolución histórica del casco es poco conoci-da; se plantea que el recinto medieval sería másreducido y que ocuparía una superficie de plan-ta rectangular, extendiéndose por el cuadrante

SANTA CRUZ DE CAMPEZO (CAMPEZO/KAN-PEZU)

El acto jurídico de la fundación se realiza sobreun asentamiento previo, cuyos representantes,el concejo de Santa Cruz de Campezo, recibenel privilegio. Tanto las características urbanas deeste núcleo, como la evolución posterior del mis-mo con la categoría de villa de realengo resultanprácticamente desconocidas. Tomando como re-ferencia el casco actual de la población y los tes-timonios arqueológicos que se han identificado,el conjunto se encontraba rodeado por una cer-ca exenta, de unos 2 metros de anchura y másde 10 de altura, que se extendía desde la zonamás alta, donde se colocaba la fortaleza prece-dente, hasta el valle; presenta una planta ligera-mente oval o triangular, con una calle inferior, laprincipal, de trazado Este-Oeste (calle la Villa), ydos calles paralelas que van reduciendo su tra-zado según se asciende; en la parte central seubica la iglesia parroquial de la Asunción, ocu-pando una terraza elevada y, más arriba, la calleAlto del Castillo, con un amplio espacio desocu-pado; en él convergen dos calles ascendentes,calles del Potro y de Despeñadero, que ordenanlos flancos laterales del asentamiento; en la par-te baja se sabe de la existencia de un foso inun-dado; había dos portales de acceso, el de Alon-so en la entrada del camino desde Antoñana y elde la Plaza, en el camino que venía de Navarra;ambos portales estaban fortificados con torresde planta rectangular.

TREVIÑO

El urbanismo del casco actual, circunscrito al con-junto de edificios de arquitectura tradicional depiedra en su mayoría, resulta de cierta compleji-dad; las pendientes del terreno, acusadas, con-tribuyen a esta imagen de cuestas, tramos de es-caleras y revueltas. La calle Mayor de trazado lon-gitudinal Este-Oeste es la más regular, marcan-do un eje tractor en la trama del plano; paralelapor la parte inferior transcurre la calle Casal, ymás abajo la calle Salceda; sin embargo el en-cuentro entre ambas calles en el sector Suroes-te resulta intrincado y difícil de interpretar. Coin-

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do de la villa, la de San Pedro, en un solar lin-dante con la muralla occidental, y la de San Il-defonso, lindante con la muralla oriental.

Lo cierto es que en 1281, el rey Sabio enco-mendó a Romero Martínez de Vitoria la construcciónde la cava o foso inundado con el que se rodeóla colina. El foso corría paralelo a la cerca bajaque, como su nombre indica, defendía con sumuralla los bordes inferiores de la colina . Inclu-ía los dos flancos, el oriental y el occidental, pe-ro dejaba extramuros y sin habitar el flanco me-ridional, donde se celebraban las ferias. La mu-ralla en este sector corría perpendicular a la cer-ca baja, remontando la pendiente hasta la entre-ga con la cerca alta.

El espacio intramuros, atendiendo a la divisiónde los dos recintos encerrados en el cinturón dela cerca alta y de la cerca baja, se organizaba encalles regulares longitudinales y cantones tras-versales. En la ciudadela se constatan tres callesparalelas que cruzan la cumbre del cerro de Nor-te a Sur, calles Santa María, Escuelas y Fray Za-carías Martínez, con tres cantones trasversales;en el extremo septentrional se levanta la iglesiade Santa María que será colegiata en el siglo XV,y en el opuesto la de San Vicente; la memoriahistórica de los vitorianos relaciona la sacristía deesta iglesia con la capilla de San Llorente a la quese considera la iglesia de la primitiva Gasteiz. Enla carta de población de 1181 se cita también laiglesia de San Miguel, que era la juradera de lavilla y se situaba extramuros. Bordeando el re-cinto y alineadas con la topografía del terreno sedisponen en tres niveles sucesivos las calles delos ensanches. En el plano superior, las calles deCorrería al este y la de Cuchillería con su prolon-gación de calle Chiquita al oeste; en un segun-do nivel, las calles Zapatería al este y Pintorería-Santo Domingo al oeste, y en el tercero la calleHerrería al este y por el oeste la alineación de lascalles San Vicente, Nueva Dentro y Barrenkale.Las calles tienen un trazado envolvente de formaque confluyen en el extremo septentrional del re-cinto en un único vial que salía de la villa por elportal de Arriaga. El número de cantones tras-versales no es simétrico, existiendo 5 en el ladooccidental y 3 en el oriental.

NE del actual plano urbano. Se articularía en doscalles, Goikuri y Erdiko, contando como referen-cias protagonistas la ubicación de la iglesia pa-rroquial de San Blas en el extremo septentrionaly un hipotético portal de acceso, en el meridio-nal. Según este esquema, el sector ocupado porla calle Comercio y la plaza Ortiz de Zarate, noformarían parte del programa original. En apoyode la propuesta podría añadirse la mayor anchu-ra y regularidad de la calle Comercio y su relacióncon el paso de la vía rodada abierta a principiosdel XX. Sin embargo, queda por explicar la pre-sencia del portal llamado Arco de Cristo. Se abreal final de la plaza, y presenta una torre de forti-ficación sobre el arco, ligeramente apuntado y conrastrillo.

En el año 1875, en la II o, mejor, III Guerra Car-lista, fue atacada por las tropas liberales, des-atándose varios incendios en el interior del cas-co.

VITORIA (VITORIA-GASTEIZ)

Si bien la existencia de una población preceden-te estaba confirmada en el mismo fuero de San-cho VI (1181) con el nombre de Gasteiz, la Ar-queología ha añadido que este asentamiento tie-ne antecedentes medievales insospechadamen-te antiguos, del siglo VII; pero además hay evi-dencias de una ocupación más antigua, de épo-ca romana. Siguiendo con las novedades ar-queológicas, la datación del recinto amuralladode la parte alta de la colina un siglo antes de laconcesión de la carta puebla, insiste en trastocarlo comúnmente aceptado hasta la fecha. Hastaqué punto entonces puede seguir manteniéndo-se la propuesta de una evolución que, tras 1181,presenta las fechas del año 1202 y del 1256 co-mo referentes de las fases urbanas en las que seformalizó el casco. La de 1202 se argumenta des-de la reconstrucción posterior al incendio de eseaño, y se refiere al ensanche que ocupó las fal-das del cerro en su lado occidental; la de 1256,al ensanche oriental que se adjudica a la inter-vención de Alfonso X. Con la planificación de es-tos ensanches viene derivada la construcción dedos nuevas iglesias que se integrarán en el cabil-

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Las villas medievales de Bizkaia

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supone ocupado por el alcázar de Don Tello (en1353, Don Tello donó la piedra de este alcázarpara la construcción de las murallas de la villa).El recinto urbano, de 6,4 ha, se encontraba amu-rallado por voluntad del rey Alfonso XI expresa-da en 1334, y contaba con 7 portales del que seha conservado el de San Juan, en la salida ha-cia la Meseta; se ha documentado arqueológi-camente la presencia de foso inundado en la ca-lle Eskinarragua.

La iglesia parroquial dedicada a santa María dela Atalaya se encontraba extramuros, pero fuetrasladada al interior de la villa a comienzos delXIX, ocupando una manzana de casas. Mayor im-pacto sobre la trama urbana tuvieron sin embar-go otros acontecimientos, como el incendio de1504 que arrasó la población o el de 1722, en elque se quemaron 42 casas.

En origen, las áreas portuarias se extendían porel arenal de Artza o Puerto Chico, y por el Puer-to Mayor, sin contar con infraestructuras impor-tantes; la construcción de muelles y espigonescomenzó en el siglo XVI, con la intención de adap-tarse a las necesidades del comercio de la épo-ca que requería de barcos de mayor tonelaje,pero para entonces la competencia del puertode Bilbao y el mismo incendio de 1504 acaba-ron con el ciclo de crecimiento conocido en lossiglos anteriores que le valió, incluso, el título de“cabeza de Bizkaia”, recibido del rey en 1476.

BERMEO

No se conoce la fecha exacta de la fundaciónque se data por otras circunstancias en torno alaño 1236, sabiéndose que fue otorgada por Lo-pe Díaz de Haro y su mujer doña Urraca, seño-res de Vizcaya, con el fuero de Logroño. Sin em-bargo, el lugar aparece documentado desde me-diados del siglo XI; en 1051 se cita “in porto Ver-meio” y en 1053 “in loco qui dicitur Vermeio”. Enlas cercanías del casco, en la ermita de Kurtziose han descubierto restos arqueológicos de épo-ca romana. Lo cierto es que en este punto dellitoral existe una concha natural y varios fonde-aderos en sus inmediaciones que permiten bue-nas condiciones de atraque y descarga de em-barcaciones, coincidiendo el emplazamiento ur-bano de Bermeo sobre la ladera inmediata a laensenada. El casco se dispone orientado haciael sur y bien resguardado de los vientos del Nor-oeste por las espaldas. Las calles discurren adap-tadas a la pendiente de la ladera; las superioresy centrales (calles Ongintza, Irakaskintza, Aurre-koetxea, Intxausti-Bidebarrieta, Jon Nardiz-Ert-zilla), más regulares, de trazado Oeste-Este y ca-lles trasversales de comunicación, Norte-Sur(calles Andra Mari, Talaranzko, Doniene y Neka-zari); las inferiores, aunque con tramos rectilíne-os son más caóticas, con desarrollos, en cier-tos ejes, radiales y perpendiculares. En el extre-mo más cercano al mar se levanta la iglesia deSanta Eufemia junto al emplazamiento que se

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Vieja); todos ellos en las inmediaciones de laría, y vinculados, por tanto, a las actividadesportuarias.

En 1463, el Ayuntamiento de Bilbao otorgópoder a uno de sus representantes para acudira la corte y obtener el permiso real “paraensanchar la villa, desde San Nicolás, por lavega adelante”; la autorización llegó en 1483,de la mano de la reina Isabel quien puso lacondición de que el ensanche se cerrase “decal y canto, según e como está cercada oy lad icha v i l la” . Las obras comenzaron deinmediato, aunque el proceso se di lató almenos hasta la década de los treinta del sigloXVI. Las casas de la villa eran, en su mayoría,de madera lo que favorec ió e l e fectodevastador del incendio de 1571, tras el quefue preciso reconstruir la población.

En el programa de reconstrucción, se sustituyóe l t razado de la mura l la por v ia les,in tegrándose def in i t ivamente e l área de lensanche en la nueva trama; a pesar de queexiste constancia de haberse ensanchado ycorregido el trazado de las calles, de haberseabierto calles nuevas, y renovado el tejido enesta operación, se s igue manteniendo larelación directa con el plano medieval. No cabeduda, sin embargo, que la distribución actual,arranca en el plan de reconstrucción posterioral incendio de 1571, pero continúa, todavía, enel siglo XVII, respondiendo a la vitalidad de unburgo dinámico, en constante transformación.

DURANGO

El nombre oficial de la fundación fue el de Tabi-ra de Durango en alusión a un enclave prece-dente que, si bien tradicionalmente se identifi-caba con la iglesia de San Pedro de Tabira -enlas inmediaciones del emplazamiento de la nue-va puebla-, las investigaciones arqueológicas re-cientes (informaciones facilitadas por B. Bengo-etxea) indican que la ocupación previa a la fun-dación se situaba en el mismo recinto urbano.La fecha de la fundación es incierta; para unospodría tratarse de una fundación navarra reali-

La actividad económica del puerto estaba orien-tada al comercio de la lana castellana, pero tam-bién a la pesca y al transporte de hierro y otrasmercancías por el Atlántico.

BILBAO

La fundación de Bilbao, en el año 1300, va atransformar la ordenación del territorio vizcaíno deforma insospechada; Bermeo, cabeza de Bizkaia,dejará su lugar protagonista, la red viaria searticulará, en gran medida, en función del comerciode esta villa que, además, impulsará el tráfico navalen la ría y un sinfín de actividades económicas,mineras, siderúrgicas, comerciales y marítimas. Lanueva villa que ocupará un recinto de 6 ha, sefundó en término de la anteiglesia de Begoña,sobre un lugar “que dicen Puerto de Bilbao”, y lacarta puebla se otorgó a “vos los pobladores delpuerto de Bilvao”, lo que demuestra la existenciade una ocupación precedente. Ésta aprovecharíael vado natural que permitía cruzar la ría, siendoel puente –e iglesia- de San Antón el elementocaracterístico de esta posición.

Con respecto a l p lano urbano, ex is te latendencia genera l izada de cons iderar e lconjunto “de las siete calles” como el reflejodel diseño de la villa medieval, si bien en elmismo se plantean dos etapas; una, inicial,con só lo 3 ca l les de t razado Norte-Sur ,Somera, Artekale y Tendería, situadas en lasinmediaciones de la iglesia de San Antón, delpuente-vado, y de los muelles; otra, posterior,en las que se añaden las calles Belostikale,Carnicer ía, Susera y Barrenkale Barrena,resultando el conjunto de las 7 calles, con doscantones; la iglesia de Santiago ocupa en esteesquema una posición central, en el sectorseptentr iona l . S in embargo, a t ravés deargumentos arqueológicos se defiende la ideade un surgimiento sincrónico de todas lascalles que compondrían el recinto original de lapuebla, limitado por un cinturón amurallado. Eléxito económico del proyecto animaría elcrec imiento poster ior ext ramuros,documentándose arrabales en San Nicolás,Arenal, Ibeni y Allende la Puente (Bilbao, la

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CENSO DE LAS VILLAS NUEVAS MEDIEVALES EN ÁLAVA, BIZKAIA Y GIPUZKOA

minos principales de acceso a la villa; en 1554sufrió un incendio devastador, tras el que se sa-be se reconstruyó con ajustes importantes en latrama (se ampliaron calles y cárcavas y se habi-litaron espacios públicos). En 1937, en la últimaguerra civil, la villa, republicana, quedó prácti-camente arrasada tras los ataques de la avia-ción alemana.

ELORRIO

El lugar elegido, tierras de valle rodeadas de pe-queñas alturas, contaba con una amplia repre-sentación de asentamientos dispersos, con susiglesias, documentados desde los siglos VIII y IX,incluso con precedentes del período romano. Lamisma villa se fundó en terrenos de la anteigle-sia de San Agustín de Etxebarria, un monaste-rio documentado desde el siglo XI, que serviráde parroquia a la nueva puebla, a pesar de suposición alejada, a un par de kilómetros de dis-tancia. El plano urbano original parece que con-taba con dos calles paralelas, Erreka o del Río yDon Tello o del Campo, con dirección Este-Oes-te, paralelas al discurrir del río Zumelegi, y unacalle transversal, resultando seis manzanas re-gulares; un incendio, fechado en 1480, acarreótransformaciones urbanísticas de importancia, per-diéndose una manzana completa de casas (ac-tual Pío X). El recinto original se encontraba amu-rallado y contaba con un foso inundado rode-ando el cinturón amurallado. Según investiga-ciones recientes tendría planta rectangular, con100 m de largo y 80 m de ancho; contaba conseis puertas, de las que se han conservado dos;una de ellas se sitúa en la salida de la calle Elvi-ra Iñurrieta y presenta una torre con plataformapara artillería, mientras que la otra correspondeal portillo de salida al río del cantón transversal–portal del Rosario-. En el siglo XVI se levantó lanueva iglesia parroquial, dedicada a la PurísimaConcepción, extramuros -en el borde SW del cas-co-.

La imagen del actual casco de Elorrio se pre-senta, por otra parte, incluida en un conjunto ba-rroco de primer orden en el que sobresalen dife-rentes residencias palaciegas, acompañas de bue-

zada a finales del siglo XII; otros autores propo-nen la fecha del año 1290, correspondiendo portanto la misma a don Diego López de Haro, se-ñor de Vizcaya en esos años. Los aspectos ju-rídicos se establecieron según el Fuero de Lo-groño. La puebla de Villanueva de Tavira se hi-zo en un amplio valle en el curso del Ibaizabal,al pie de la barrera montañosa de los montes delDuranguesado por donde cruzaban las comuni-caciones con Álava y con la costa. Hay docu-mentada en la zona una secuencia arqueológi-ca con registros pre-romanos, romanos y alto-medievales.

Según las últimas investigaciones, la trama ur-bana original se componía de tres calles parale-las de trazado Norte-Sur (Goienkalea-Calle deArriba; Artekalea-Calle del Medio; y Barrenka-lea-Calle de Abajo), con una calle transversal quecruzaba por el medio, Zeharkalea-Calle Trave-sera, resultando una planta rectangular de 5,1ha; en el extremo Norte se emplazaba la iglesiaparroquial de Santa María; este espacio se en-contraba amurallado y contaba con foso si te-nemos en cuenta la canalización del río Mañariaque corre paralelo a las traseras de Barrenkalea,tras haber flanqueado el borde Sur del recinto,y los documentos arqueológicos que prueban lapresencia de muralla junto al canal del río. Lapresencia de una importante actividad pañeraen la villa contribuye a valorar las intervencionessobre el cauce del Mañaria. En esta fase se pro-pone la existencia de 3 portales.

Durango debió mantener una dinámica crecien-te pues a comienzos del siglo XV se conoce do-cumentada una calle nueva, Kalebarria, que dis-curre paralela a Goienkalea; la ampliación que-dó integrada en el área intramuros mediante unnuevo flanco de muralla. En este mismo proce-so de transformaciones urbanas se inscribiría laconstrucción de la iglesia de Santa Ana, en elextremo meridional, a la que se dotó de una pla-za, y la apertura de varios portales más, hastaun total de seis.

Para finales del siglo XV se defiende que el áreaintramuros estaba intensamente poblada, des-parramándose varios arrabales junto a los ca-

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Ermua, en territorio vizcaíno, y Eibar en territorioguipuzcoano constituirán un binomio que, al mar-gen de su pertenencia a uno y otro territorio, coin-cidirán en compartir el intenso desarrollo de la se-gunda mitad del siglo pasado; sus límites muni-cipales acabarán soldados en una trama conti-núa que albergará a más de 50.000 habitantes.

RIGOITIA (ERRIGOITI)

La fundación de Errigoiti es la última de la seriede iniciativas seguidas en Bizkaia desde 1199,cuando Balmaseda recibió su carta de población.Comparte cronología con las fundaciones de Vi-llanueva de Berresonaga, o Larrabetzu, y Mun-gia, y también una dinámica parecida, pues, qui-tando esta última, los otros ejemplos no llegarona convertirse en núcleos urbanos ordenadores delespacio circundante; el contexto cronológicoapoya, por otro lado, la falta de energía pobla-dora, pues desde mediados del siglo XIV vieneproduciéndose una regresión demográfica, porefecto de la crisis económica y de los episodiosde peste negra iniciados con la gran pandemiade 1347.

El plano actual demuestra la regularidad del tra-zado de dos calles paralelas de dirección Norte-Sur en las que se disponen los edificios aisladosunos de otros, con abundantes callejas y pasosentre calles en las que se adivina un eje mayorque bien puede coincidir con una calle transver-sal del proyecto original. En cuanto a la muralla,se defiende la conservación de un trazado en-volvente, siguiendo la posición de varios murosde contención perimetrales, pero no existe con-firmación arqueológica al respecto.

GUERNICA (GERNIKA)

Se conoce la existencia desde mediados del si-glo XI del monasterio de Sarospe, cuya iglesiade Santa María sirvió de referencia religiosa a lanueva población que se organizó alrededor; con-tamos con investigaciones sobre el plano origi-nal que proponen planta rectangular, de tres ca-lles de trazado lineal y paralelas (Goienkale-Ca-lle de Arriba; Artekale-Calle del Medio y Barren-

nas casas de sillería y otras más sencillas, perosin desmerecer de las demás. Este conjunto in-cluye los diferentes arrabales, arrabal de San Faus-to, de San Roque, de Suso, de Ganondo y deUrarka, que habían ido creciendo alrededor de lareducida plaza de la villa que apenas contaba con8.000 metros cuadrados, menos de una ha. Enel siglo XVIII fueron articulándose los diferentesnúcleos en un único tejido, proceso al que con-tribuyeron diferentes espacios abiertos, como elde la plaza donde se instaló la casa consistorialque hace de bisagra con el antiguo arrabal deSuso.

ERMUA

Poco se sabe de su plano fundacional y de suevolución medieval, a falta de documentación,mientras que el análisis del parcelario actual nopermite remontarse más allá de finales del sigloXVIII, cuando un incendio redujo a 7 casas el con-junto edificado. Se propone que la población ori-ginal tenía planta rectangular, con 3 calles para-lelas de trazado Este-Oeste, calles de Goienka-le-Calle de Arriba (Cardenal Orbe), Artekale-Ca-lle del Medio, y Barrenkale-Calle de Abajo (Mar-qués de Valdespina), con un cantón transversalde dirección Norte-Sur; estaba amurallada, y ensu flanco SE se levantaba la iglesia parroquial deSantiago. Parece que contaba con foso inunda-do, rodeando el cinturón amurallado. Por otra par-te, la villa de Ermua floreció por el desarrollo dela industria siderúrgica, dependiente en gran me-dida de la energía hidráulica, siendo conocida enun documento de 1462 como la “villa ferrera”. Elespacio fundacional, de apenas 0,9 ha, se viodesbordado por arrabales, siendo especialmen-te extenso el agrupado en torno a la vía que sedirigía a Eibar. Desde mediados del siglo pasa-do ha conocido un crecimiento exponencial quele ha llevado a contar con 16.583 habitantes, asen-tados en sucesivos ensanches encajonados enel valle; el casco medieval ha quedado engullidoentre bloques de viviendas y los cursos de aguaque marcaban sus límites han sido cubiertos, pa-ra mejor aprovechamiento del suelo urbano.

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te, se presenta muy disperso aunque se distri-buye en manzanas de tendencia rectangular, or-denadas siguiendo una trama reticular de calleslineales. En esta trama destaca la existencia dedos viales que se cruzan en el centro, concen-trando el núcleo de la población, iglesia, plaza…;uno –el más largo- de trazado NW-SE (calle Co-rreo-calle Real), y el segundo de trazado SW-NE, calle de la Fuente. En dirección a la laderadel monte se disponen dos calles paralelas al viallongitudinal, calles Huertas-Arena y calle Mira-bueno, mientras que la parte baja, la inmediataal cauce del río, se encuentra dominada por huer-tas; junto al puente viejo se extiende la agrupa-ción más amplia de casas del sector, ofrecien-do alineaciones (calle Lehendakari Aguirre) quese distancian de la geometría comentada. Des-taca también el carácter exento de muchos delos edificios del casco, con el caballete de la cu-bierta perpendicular a la fachada y no, como eshabitual en los ambientes urbanos, paralelo a lalínea de la calle, y entre medianerías.

La iglesia parroquial de San Pedro el Nuevo setrasladó desde el otro lado del río a su ubicaciónactual en el siglo XVI; igualmente, la construc-ción del puente nuevo, en el siglo XVIII, puedeconsiderarse otro agente importante de trans-formaciones; por este puente cruza la carreterageneral N-629 que entra en el casco por la ca-lle de la Fuente y sigue en ángulo recto por lacalle Arena hasta salir de la población; en la es-tratigrafía urbana se observa que el puente vie-jo, colocado aguas abajo, está integrado en untejido de calles menos regulares. Contando conla mayor antigüedad del puente viejo, siglo XV,parece posible deducir que la imagen más re-presentativa del casco, la situada en el centrode los ejes viarios, resulta del dinamismo del nue-vo eje viario y de la situación de edificios em-blemáticos de reciente implantación. En cualquiercaso, lo reducido de las evidencias arquitectó-nicas del casco y la falta de documentación his-tórica y arqueológica impiden aproximaciones másprecisas al plano original.

kale-Calle de Abajo), cortadas por una transver-sal (calle de Santa María) perpendicular y cru-zando el recinto por el eje longitudinal. Las pri-meras de dirección NW-SE se adaptan a la to-pografía de la ladera que desciende hasta el fon-do del estuario; el recinto, amurallado, ocupaba5,8 ha; en la zona baja de la villa se situaban elpuerto y la Rentería, junto con la iglesia de SanJuan, también extramuros.

A excepción de la iglesia parroquial de Santa Ma-ría, en el ángulo SW, el resto del conjunto edifi-cado responde al programa de reconstrucciónrealizado tras el bombardeo de abril de 1937; enel contexto de la Guerra Civil española, 1936-1939, la aviación alemana, destruyó la ciudad -símbolo cultural de la identidad vasca-; tras eldesastre, se compactaron los escombros y selevantaron sobre ellos las nuevas edificaciones,con ciertas variaciones sobre el plano predece-sor; es de esperar que las investigaciones ar-queológicas permitan conocer los restos del bur-go de origen medieval enterrado bajo las cons-trucciones actuales.

GUERRICAIZ (GERRIKAITZ)

La puebla se emplaza al pie del monte Oiz, enun cruce de las rutas que unían Markina con Ger-nika y Durango con Lekeitio, hoy apartado de lostránsitos principales; el recinto urbano ocupa 2,2ha, pero su conjunto edificado se reduce a me-dia docena de caseríos que explotan las huer-tas inmediatas, manteniendo una ordenación deparcelas que se agrupan en dos calles de tra-zado NW-SE, Bekokale-Calle de Abajo, y GoikoKale-Calle de Arriba, cortadas por un cantón trans-versal. Se ha propuesto una planta oval con cin-turón amurallado para el plano original.

LANESTOSA

El plano actual se extiende sobre una vega en lamargen izquierda del Calera, controlando el cru-ce sobre el mismo; ocupa un espacio de 4 haen el que dominan los solares regulares dedica-dos a huerta; el conjunto edificado, por su par-

LARRABEZUA (LARRABETZU)

Sobre la fecha de fundación de Villanueva de Be-rresonaga no hay unanimidad, pues se conocendos versiones, una del 1 de agosto de 1376 y laotra del 1 de marzo de 1377; hay quien piensaque la situación se debe a que la villa fue fun-dada en otro emplazamiento y luego se trasla-dó al actual, de donde le viene el nombre: La-rrabetzu.

Se cifra en 0, 96 ha la superficie ocupada por elrecinto de la villa, estimándose que sólo conta-ba con una calle por la que cruzaba el caminode Bilbao a Gernika y llevaba a la iglesia de San-ta María; si bien la etapa de fundación coincidecon un clima de inestabilidad y decadencia, a di-ferencia de lo ocurrido en Errigoiti, el recinto secompletó y, para el siglo XVI, se sabe de la exis-tencia de arrabales.

El plano actual rememora en cierta manera la tra-ma medieval, aunque muy transformada por unincendio ocurrido en 1830 que destruyó prácti-camente la villa; la reconstrucción se realizó conpatrones neoclásicos.

LEKEITIO

La carta de fundación de la villa de Lekeitio otor-gada por doña María Díaz de Haro, señora deVizcaya, en 1325, deja constancia de no tratar-se de una fundación “de novo” sino de un afo-ramiento destinado a favorecer el desarrollo dela población; poco se sabe de este emplazamiento,pero la misma fundadora hace mención en el do-cumento a una cerca, la iglesia de Santa Maríay a unos palacios de su propiedad. Nada extra-ño si tenemos en cuenta las características dellugar, una ensenada natural en el Golfo de Biz-kaia, protegida por la isla de San Nicolás y ladesembocadura del Lea-Artibai que forma unaextensa ría que se extiende tierra adentro hastala marisma de Latzia, a un kilómetro de la des-embocadura. Incluso, en el mismo emplazamientodel burgo se han descubierto restos romanos enuna amplia superficie y en la colina de Lument-

xa, a cuyos pies se resguarda la población, res-tos tardorromanos en una cueva.

A las condiciones del origen se suma una confi-guración urbana en la que se advierten tres uni-dades; la central coincidiría con la ocupación deépoca romana y tendría acceso a la ensenada,habilitada en este punto con instalaciones por-tuarias. Los testimonios urbanísticos de este sec-tor se expresan en las calles Apalloa, Azpiri, Int-xaurrondo, Bergara, Atxabal y Narea. Al Sur dela misma se extiende un tejido complejo con unazona llana donde las calles tienen mayor des-arrollo longitudinal y un área de fuertes pendien-tes en la que los ejes viales tienden a trazadoscurvos. En la zona más alta se ha propuesto laubicación del palacio de doña María López deHaro, dominado desde esta posición el enclavede la iglesia parroquial de Santa María de la Asun-ción, colocada en el borde marítimo. Al Norte delárea nuclear, se dispone el sector más regulardel burgo, organizado en calles paralelas de tra-zado Este-Oeste, calles Uribarria, Intxaurrondo,Pedrera, Atxabal y Zaldun que desembocan enuna calle inferior de trazado perpendicular a lasprimeras, calle de Arranegi, a cuyas espaldas sesitúan los muelles del puerto.

Las últimas investigaciones plantean que todoeste espacio fue incluido en el recinto amuralla-do promovido en la fundación, estimándose queen la muralla se abrían 6 portales: el de NuestraSeñora del Buen Viaje al Norte, el de Atea al Sur,el de Zumazeta y Apalloa al Oeste, el de Elexa-tea y el de Guzurmendi al Este, dando acceso alpuerto. La superficie ocupada se calcula en 6, 2ha.

El conjunto sufrió un incendio generalizado en1442 quemándose más de 300 casas; en 1490los habitantes obtuvieron permiso para levantarun muro cortafuegos de 7 metros de altura, con-servado en gran parte, en la trasera de las callesIntxaurrondo y Uribarria; cruzaba el camino deronda hasta enlazar con la muralla perimetral, ypara tránsito en las calles se abrieron dos por-tales en el cortafuegos, portales de San NicolásTolentino y de la Trinidad. En 1595 se sabe de

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otro incendio catastrófico, tras el cual se amplióla plaza de la iglesia, aprovechando solares decasas destruidas en el mismo. La presión urba-na en el interior del recinto parece que hubo deesperar hasta los siglos XVII-XVIII, cuando se ob-serva la ocupación de espacios hasta entonceslibres de construcciones, caso del camino de ron-da; en el período ilustrado se atiende la mejoradel puerto y del conjunto edificado, si bien serádurante el siglo XIX cuando se acometen las obrasde transformación más importante; se derribanlienzos enteros de muralla, se abren nuevas ca-lles y se nivelan con rellenos zonas deprimidasque darán lugar a plazas como la de San Cris-tóbal.

La vida económica de Lekeitio estaba basadaprincipalmente en las actividades realizadas enel puerto; comercio, pesca y construcción navalresultan los tres ejes principales de actividad, alos que se añade una potente industria siderúr-gica.

MARKINA (MARKINA-XEMEIN)

La villa se levantó cercada y fortificada en el lu-gar de Aspilza, un llano dispuesto junto a la des-embocadura del Urko en el río Artibai. Como cen-tro religioso se dispuso que usaran el cercanomonasterio de Santa María de Xemeingan, si-tuado al otro lado del río y fuera del recinto ur-bano.

El plano actual se resuelve en una planta más omenos rectangular de 1,5 ha, con 3 calles pa-ralelas de trazado Este-Oeste (Calle de Arriba-Guen kalea; Calle del Medio-Erdiko kalea y kaleOkerra), un cantón transversal que cruza por elmedio, y una calle Travesera, Norte-Sur que cie-rra el flanco oriental del plano. Del cinturón amu-rallado se han conservado testimonios arqueo-lógicos en varios puntos, deduciéndose que sutrazado recorría retranqueado con respecto a lasalineaciones exteriores del casco; contaba con3 portales, portal de Arriba-Goikoportala, en lasalida occidental hacia Durango; Portal de Iru-reta en la salida hacia la entidad de Etxebarria yPortal de Orueta, hacia Ondarroa. Por otras re-

ferencias se sabe de la existencia de paso deronda y, probablemente, de foso inundado; tam-bién de un incendio generalizado en el año 1411que provocó una larga fase de recuperación; enel siglo XVI se documentan arrabales junto a lastres salidas antes citadas. La amplia plaza delPortal de Arriba se explica a través del derriboen 1848 de la ermita de San Pedro que fue pa-rroquia de la villa en el siglo XV, durante los en-frentamientos por el patronazgo de la parroquiade Santa María de Xemein con los linajes de Pa-rientes Mayores de Barroeta y Ugarte.

La actividad económica de Markina ha estadomuy marcada por la presencia de canteras depiedra apreciada y yacimientos de minerales; laproducción de hierro a la que se dedicaban másde una docena de ferrerías del entorno; sin olvi-dar las rutas comerciales a las que se accedíadesde los cercanos puertos de Ondarroa y Le-keitio.

MIRAVALLES (UGAO-MIRABALLES)

La información disponible para reconstruir el pla-no de la fundación resulta insuficiente, aunqueen el aspecto arqueológico destaca el registroreciente de restos del cinturón de muralla en elnúmero 41 de la calle Udiarraga; en cuanto a lascaracterísticas de la trama urbana fundacionales preciso advertir la falta de documentación de-tallada y las propias dificultades del período; enVillanueva de Miravalles se suman tres incendiosconsecutivos, en 1388, 1487 y 1498; la reina do-ña Juana, tras el último, les socorrió con ciertasrentas que debían ser destinadas a la cerca. Deacuerdo con noticias del siglo XVIII se sabe quesólo contaba con una calle en la que había 38casas, por la que discurría el Camino Real deCastilla y en la que se situaba la iglesia parro-quial de San Bartolomé.

Este núcleo ha conocido un crecimiento urbanoconsiderable a lo largo del siglo XX que ha ocu-pado los alrededores del casco hasta albergaruna población 4.066 habitantes.

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mado por tres calles en abanico que confluíanjunto a la iglesia parroquial de Santa María; se-rían las calles Iparkale, Kalehandi y Goikokale (ac-tual Aguirre´tar Txomin). Este recinto de 2,5 ha,estaría amurallado como se desprende de la con-cesión a la villa en 1335 por parte de Juan Nú-ñez de Lara, señor de Vizcaya, de ciertos dere-chos para levantar una cerca, contando en estapropuesta con sólo 2 portales de acceso. Un añoantes en 1334 está documentada una campañade Alfonso XI de Castilla que causó graves da-ños a la villa y, a mediados del siglo XV –en 1463-otro incendio de consecuencias catastróficas.

El puerto de Ondarroa fue un puerto interior cu-yos muelles y zonas de atraque se extendían ini-cialmente en la ría del Artibai, entre el puente yla iglesia; en tiempos medievales, la ocupaciónportuaria se había ampliado por el lado Norte delespolón, aunque la remodelación definitiva de losmuelles, encauzando la ría, no se llevó a cabohasta el siglo XIX. En la actualidad, el puerto quetodavía mantiene su flota pesquera, es exterior,aunque la ría sigue siendo utilizada como lugarde atraque por embarcaciones menores.

ORDUÑA (URDUÑA)

Los orígenes de la villa de Orduña con relacióna su evolución urbana resultan complejos y con-trovertidos en su interpretación. Si bien pareceque la población se trasladó de un antiguo em-plazamiento situado alrededor del santuario deNuestra Señora de la Antigua a la ubicación ac-tual, no está claro si el proceso se produjo conmotivo de la concesión de la carta puebla del año1229, o con anterioridad; a este respecto se ha-ce valer la mención de Alfonso X, en 1256, a unaintervención de Alfonso VIII en la que se fijaronlos términos del territorio. Orduña, en cualquiercaso, aparece citada junto con Álava y Bizkaiaen la crónica de Alfonso III, además de en otrosdocumentos a lo largo de los siglos XI y XII; in-cluso, en el término municipal se encuentra elasentamiento romano de Aloria, de cierta enti-dad.

MUNGUIA (MUNGUIA)

El recinto original parece dispuesto en planta rec-tangular, con dos calles paralelas de trazado Nor-te-Sur, la Bajera o Yusera y la de Arriba o So-mera, y un cantón transversal; la cerca, exenta,contaría con varios portales abiertos en las sali-das principales: hacia el Sur para Bilbao, y ha-cia el Norte para Plentzia-Bermeo-Gernika; unportal oriental, junto a la iglesia parroquial de SanPedro, servía para la vía que salía hacia la igle-sia de Santa María, llamada también “La Anti-gua”; esta última se considera representante dela entidad previa a la villa, la anteiglesia de Mun-gia.Al poco de la fundación, el señor de Villela (se-gún Iturriza, en 1369 –antes de la carta puebla-había pedido permiso para enterrarse en el ce-menterio de San Pedro), de la facción gamboi-na se instaló en la zona Sur del recinto, contro-lando –mediante su casa torre- el paso del ca-mino a Bilbao; construyó también una ferreríaextramuros -en la trasera de la casa- que podríaser considerada indicadora de un posible fosoinundado, rodeando la cerca. Este planteamientotiene también en cuenta la posición de la pobla-ción en un meandro del río Oka, con facilidadespara derivar y desaguar las aguas, según las ne-cesidades. Están documentados incendios de-vastadores en 1602 y 1778, aunque los mayo-res desastres ocurrieron en la Guerra Civil; des-aparecieron las manzanas centrales de la villaque se sustituyeron por bloques de moderna cons-trucción. El crecimiento urbano de las últimasdécadas se ha extendido por los alrededores delcasco en un continuo urbano, donde residen14.736 habitantes.

ONDARROA

El casco actual es, sobre todo, resultado del pro-grama de reconstrucción que sucedió a la des-trucción generalizada que tuvo lugar en 1794 conmotivo de las Guerras de la Convención, contrala Francia de la Revolución. Aún con todo, se harealizado una lectura arqueológica del mismo enla que se alcanza a plantear un plano original for-

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posición de una nueva iglesia, de San Juan delMercado, entre ambas áreas marca el eje de re-lación entre éstas y el núcleo original, contandocon una amplia plaza a su alrededor. Si bien sedefiende que el primitivo núcleo estuvo amura-llado, con motivo de la ampliación del espaciourbano, se trazó una nueva muralla que englo-baba a las tres unidades en un único recinto, conuna superficie de 6 ha. Esta muralla de casi unkilómetro de desarrollo estaba reforzada con cu-bos, rematada en almenas y alcanzaba una al-tura de 8 metros; tenía, además, foso inundado,rodeando el cinturón por el exterior; se docu-mentan cinco puertas; Orruño y San Miguel, alNorte; Portal de San Julián, al Sur; Puerta de laAntigua, al Oeste, y puerta de Santa María, alEste. Del cinturón amurallado se han conserva-do testimonios de envergadura que facilitan lareconstrucción de su trazado y características.

De todas formas, resulta obligado nombrar el in-cendio de 1535 que arrasó por completo la vi-lla, y la reconstrucción posterior que, en granparte, es responsable de la trama urbana pre-sente en la actualidad.

OCHANDIANO (OTXANDIO)

La iniciativa se inscribe en el proceso de forma-lización de la ruta Vitoria-Durango, por Urkiola,con fines comerciales. El acercamiento al planooriginal resulta difícil, pues apenas se cuenta condocumentación histórica y arqueológica, y el con-junto edificado actual no ofrece indicadores ca-tegóricos. La fisonomía heredada es la de un es-pacio urbano ordenado en torno al paso de laruta descrita, reconociéndose que los factoresurbanísticos dominantes corresponden a trans-formaciones de los siglos XIX y XX, en especiallos derivados de la reconstrucción tras el bom-bardeo sufrido en la Guerra Civil (1936-1939).

Con respecto a la hipótesis del plano fundacio-nal, se duda si estuvo reducido al espacio com-prendido entre la iglesia y la plaza Andikona, con2 o 3 calles paralelas de trazado Norte-Sur, o seextendía más hacia el Sur, incluyendo el sectorde Uribarrena, y hacia el Norte, el de Urigoiena.

La carta puebla del año 1229 se otorgó, por otraparte, al “concilium” de Orduña, lo que indica laexistencia de un hábitat organizado preceden-te; Lope Díaz, señor de Vizcaya, y su esposaUrraca, hermana de Fernando III, concedieron elprivilegio, señalándose como instrumento regu-lador el fuero de Vitoria, evolución del de Lo-groño. Sin embargo, en época de Alfonso X, lavilla volvió a realengo, suscribiendo este monar-ca, en 1256, el fuero de Orduña; en 1288 reci-bieron de Sancho IV poder para celebrar una fe-ria anual que comenzaría ocho días después desan Miguel y duraría 15 días.

En este contexto se inscribe el proceso de for-malización del casco medieval que aparece or-denado en 3 unidades, consideradas diacróni-cas. La primera se vertebraría en torno a 3 ca-lles paralelas de trazado Este-Oeste, y una trans-versal Norte-Sur, situadas en las inmediacionesde la iglesia de Santa María (calle Carnicería, ca-lle del Medio y calle Santa María, la más sep-tentrional); la ordenación derivaría del paso de laruta de Vitoria que entraba por el Este y salía porel Oeste en dirección a la costa, en Castro Ur-diales; en la zona SE se situaba un castillo delque no se sabe la fecha de construcción, aun-que sí que existía con anterioridad a 1288. Estenúcleo original de planta rectangular con la igle-sia y el castillo en sus inmediaciones fue cre-ciendo; para unos, debido al dinamismo de unanueva ruta, la que unía Bermeo (y más tarde, Bil-bao) y Burgos; este camino concentraba un trá-fico intenso de mercancías; a pesar de contarcon un paso difícil, el puerto de Orduña situadoa 900 metros de altura, era muy transitado porser más corto que los que discurrían por Bal-maseda o por Vitoria. Para otros, sin embargo,el crecimiento se enmarca en la iniciativa de Al-fonso X de 1256, dando lugar a la formalizaciónde dos unidades que completan una distribuciónradial del plano urbano. En el centro y hacia elEste, el núcleo original, y al Norte un conjuntode 3 calles paralelas de dirección Norte-Sur; ca-lle San Juan, Orruño, Francos y calle Vieja, condos cantones trasversales. Una tercera unidadurbana se sitúa al Sur, con 3 calles paralelas detrazado Norte-Sur, calle Cantarranas, Nueva ycalle Burgos, con un solo cantón trasversal. La

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Plentzia ha sido una población volcada al mar,destacando en el sector de la pesca, la cons-trucción naval, la navegación de cabotaje y la dealtura.

PORTUGALETE

Contando con el factor urbano protagonista dela ubicación del puerto, la ordenación urbana delnúcleo presenta 3 calles paralelas que descien-den Norte-Sur por la ladera, calles Santa María,del Medio y Coscojales, con un cantón trans-versal que viene a cortar en dos mitades regula-res el casco; la iglesia, dedicada a santa María,se dispone a Occidente del área residencial, y elpuerto en la zona baja, al pie de la iglesia y delárea urbana. Este recinto, rodeado de una mu-ralla torreada, ocupaba una superficie de 2,7 ha.Para el siglo XV se conocen ensanches en el áreaoriental, en torno al convento de Santa Clara yla calle Barrera, que acabó incorporándose a latrama urbana como demuestran informacionesde mediados del siglo XVIII. Sin embargo, las trans-formaciones más importantes se llevaron a ca-bo entre mediados del siglo XIX, hasta la déca-da de 1960; en este período se llevan a cabo di-ferentes ensanches, primero con motivo del au-ge turístico que hizo de Portugalete uno de loslugares elegidos para residencia de notables, ydespués para albergar a la población obrera quellegó en masa a trabajar en la industria del Ner-vión; en este proceso se reforman los accesosal casco histórico, a la vez que se produce el cre-cimiento en altura de las construcciones y la ocu-pación de todos los espacios disponibles en loque fue el espacio intramuros; todos los alrede-dores del casco fueron ocupados, creciendo lapoblación hasta albergar 50.285 habitantes.

BALMASEDA

Se trata de la primera fundación realizada en te-rritorio vizcaíno; corrió a cargo de Lope Sánchezde Mena, señor de Bortedo, en 1199, probable-mente en tierras ganadas por Alfonso VIII; volvióal realengo, al poco, siendo confirmada la carta

Esta situación se explica, en gran medida, debi-do a los incendios generalizados sufridos por lavilla en 1415, 1450 y 1529.

PLENCIA (PLENTZIA)

Placencia, como se reconoce en los documen-tos iniciales, se fundó sobre un emplazamientoestratégico al borde de la ría de la desemboca-dura del Butrón, en una zona de buenas condi-ciones para el tráfico naval, disponiendo de unpuerto natural interior.

El valor estratégico del emplazamiento se com-prueba de la existencia de evidencias arqueoló-gicas de época romana, aunque será la funda-ción de la villa, con un documento primero fe-chado en 1236, sancionado por Lope Díaz deHaro y una refundación de 1299, definitiva, a car-go de Diego López de Haro, el origen de la po-blación actual. Recibió el Fuero de Logroño.El plano actual presenta 3 calles paralelas, adap-tadas a la topografía de la ladera, con orienta-ción Este-Oeste y dos cantones trasversales dedirección Norte-Sur; el conjunto edificado estáorientado al Sur y bien resguardado frente a losvientos dominantes; en la parte alta se levantala iglesia de Santa María con una plaza a su al-rededor; se estima en 2,9 ha la superficie de latrama original, pues una cuarta calle inferior, lade Ribera, ha sido incorporada a la trama en fe-chas recientes, habiendo sido en origen un arra-bal extramuros donde se concentraba la activi-dad portuaria; también se observan transforma-ciones importantes en el sector oriental; hay do-cumentados dos incendios importantes, uno en1437 y otro a finales del XVII que obligaron a re-construir la villa.

De la muralla hay informaciones documentales,y restos arqueológicos de dos portales, uno com-pleto, el de Santiago que se fecha en el siglo XVI,y otro simplemente advertido en la estratigrafíade las casas en la intersección de las calles Ar-tekale y Goienkale, antes de la salida hacia el hu-milladero de la Cruz.

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muro que irían a unir con los flancos septentrio-nal y meridional de la villa.

La villa contaba con un arrabal en tiempos me-dievales, el de las Tenerías, al otro lado del río;también tuvo una explotación de sal que perdu-ró hasta el siglo XIX. Balmaseda mantiene, to-davía, su vitalidad como centro comarcal del ex-tremo oriental del territorio, aunque su legadourbano manifiesta que a finales del siglo XIX yprincipios del XX alcanzó mayores niveles dedesarrollo.

VILLARO (AREATZA)

El casco actual se extiende por un promontoriodefendido naturalmente por el curso del río Upa-ran y su desembocadura en el Arratia; el con-junto edificado parece más extenso que el co-rrespondiente a los momentos fundacionales; sepropone un núcleo de planta rectangular con doscalles paralelas de dirección Norte-Sur, calles deBekokalea, Calle de Abajo o Yusera, y Goikoka-lea-Calle de Arriba o Susera. Sobre estos ejeslongitudinales se disponen dos travesías trans-versales, Este-Oeste, calles Zubizarra e Ilargi. Laiglesia parroquial de San Bartolomé se colocaen el ángulo NW del recinto que estaría amura-llado con cinturón exento.

Sobre el esquema comentado se asiste a un pro-ceso de expansión, tanto por el Sur en la salidaa Vitoria, donde se configura un arrabal que fi-nalmente será integrado en la trama original me-diante la configuración de la plaza pública, co-mo por el Norte. En la zona septentrional, la tra-ma resulta menos regular por el relieve pronun-ciado del terreno, pero se observan alineacionesque van a coincidir en la salida del camino condestino al puente sobre el Arratia.

puebla en 1234, por Lope Díaz de Haro, señorde Vizcaya.

La iniciativa tiene lugar en el valle de Mena, enun punto estratégico que domina el paso del ríoCadagua, en el itinerario de una antigua calza-da romana que unía Pisoraca (Herrera de Pisuerga)con Flaviobriga (Castro Urdiales). El puente apa-rece unido a la historia de la villa, habiéndoseconservado la fábrica del siglo XIII, con su ca-racterístico torreón de control de paso. El recin-to del casco histórico ocupa 5,3 ha, incluyendocuatro calles paralelas al cauce del río, con di-rección Sur-Norte (calle Vieja, actual Martín Men-día; calle del Medio, actual Pío Bermejillo; Cal-derería, actual Correría y Cuesta Alta), ademásdel antiguo barrio de San Lorenzo o Judería, ydel barrio del Cubo, en el sector meridional; laiglesia de San Severino y la plaza pública a sualrededor se disponen en el sector septentrio-nal. Estuvo amurallada y según descripciones “lamuralla abraza toda la extensión de la villa y des-pués se extiende por ambos lados, elevándosehasta unirse con el castillo (…), las murallas tie-nen trechos, en este descenso, torretas o cas-tilletes para pequeñas velas o guardias, conser-vándose algunas (…). El recinto de la villa tenía5 puertas”. Se conoce la ubicación de sus puer-tas principales, la Puerta del Campo y la de laVirgen de la Gracia en la salida hacia el valle deMena, y la del Mercado, en la salida hacia lasEncartaciones.

Se ha propuesto que el plano urbano ha ido evo-lucionando desde una trama con una única ca-lle, la más cercana al río, que se va ampliandoconforme se ocupan otras calles en paralelo, delMedio y Correría, y una última ampliación con lacuarta calle, la más elevada y adaptada a la to-pografía escarpada de la ladera sobre la que selevantaba el castillo. Del mismo se han conser-vado testimonios muy desfigurados y práctica-mente cubiertos de vegetación, además de no-ticias como la descrita más arriba y ciertas evi-dencias arqueológicas que permiten deducir laintegración de la villa en un recinto fortificadoamparado en la posición del castillo; desde, ohasta el mismo, se extenderían dos lienzos de

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Las villas medievales de Gipuzkoa

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CENSO DE LAS VILLAS NUEVAS MEDIEVALES EN ÁLAVA, BIZKAIA Y GIPUZKOA

ALEGRÍA (ALEGIA)

No se conoce la fecha de fundación de la villa,ni su carta puebla, ni la memoria de sus fueros,pero constan otros indicadores que defiendenun villazgo medieval; para unos lo obtuvo de En-rique IV, por los servicios prestados en la bata-lla de Olmedo (1445); otros proponen remon-tarlo a los primeros tiempos del proceso de fun-daciones, pues en 1391 se unió a Tolosa, aca-tando la autoridad de su alcalde. La cercanía aesta última, con la que limita, colocándose aguas

arriba en el mismo valle es, desde luego, unacuestión a tener en cuenta en este contexto, co-mo también lo es la relación con la iglesia de SanSalvador de Olazábal, el monasterio donado aLeire que provoca la primera cita histórica, 1025,del territorio de Gipuzkoa; aunque se incluye enel término municipal de Alzo, Olazábal tiene enel casco de Alegia la referencia urbana más pró-xima.

El núcleo de Alegia se estructura en una sola ca-lle, calle San Juan, que corre paralela a la mar-

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de la torre parroquial de la iglesia de San Juan; tie-ne su máxima expresión entre los años de 1598 y1678 cuando se derriban varias casas para su am-pliación y se formaliza definitivamente con la cons-trucción del edificio de ayuntamiento en 1760. Elsiglo XVIII trajo, además, otras intervenciones de in-terés en la trama urbana; se abre el Paseo de Arra-sate para mejorar el acceso principal del caminoReal, en detrimento de la salida de Gazteluondo.

AZKOITIA

De la trayectoria histórica indicada se deduce queAzkoitia debió contar con una planificación urba-na para su constitución, tras su instalación en laheredad cercana a Balda. Este plano, por lo quese observa a través de diferentes fuentes de infor-mación, tendría planta rectangular, con dos callesparalelas, calles Izarraitz y de la Compañía, y unaextensión de 1,1 ha. Se encontraba rodeada poruna cerca, con dos puertas de entrada; probable-mente tenía foso inundado. En origen, como se hacomentado, la iglesia se situaba extramuros, peroen el siglo XV se decidió su traslado al interior, enel flanco occidental, favoreciendo el ensanche dela población en este sector. La expansión estuvoarticulada por el paso del camino real que, por otraparte, canalizaba el tráfico comercial entre Vitoria yGetaria; la fuerte implantación de la industria side-rúrgica añade otro elemento dinamizador en la vi-da económica de Azkoitia; para el siglo XVI, la su-perficie urbana doblaba la del recinto original. Lavilla sufrió incendios en 1436, 1545 y 1645, y a me-diados del siglo pasado se eliminó una hilera de ca-sas correspondiente a la trama del núcleo original,resultando un espacio público que se conoce conel nombre de Plaza Berri.

AZPEITIA

El plano actual se compone de tres calles que seunen en los extremos y que dan al recinto unaforma almendrada. La calle central, Erdiko Kalea,de trazado rectilíneo y paralelo al eje marcado porel cauce del río Urola, mientras que las otras dos,Elizkale y Enparan, con forma de media luna en-vuelven este eje central. Cuenta, a su vez con un

gen izquierda del Oria, dando paso al camino re-al a Behobia y la frontera; cuenta con un crucecentral, una calle perpendicular que se dirige alpuente sobre el Oria, puente de Zubi Zaharra, endirección a Altzo y Amezketa. El trazado de laúnica calle longitudinal se encuentra compacta-do de edificios entre medianerías, formando man-zanas de longitud variable; en un extremo se si-túa la iglesia parroquial de San Juan; en el otro,el humilladero de Santa Cruz.

MONDRAGÓN (ARRASATE/MONGRAGÓN)

El plano urbano cuenta con una calle principal,llamada del Medio por la que discurría el Cami-no Real de Vitoria a Bergara (Erdiko Kalea), detrazado rectilíneo y dos envolventes, Iturrioz y Fe-rrerías, en forma de media luna, además de cua-tro cantones, dos por cada flanco. Las manza-nas situadas entre las calles Iturrioz y Ferreríasson de doble hilera con caño o albañal, mientrasque las exteriores son de una sola hilera. Coinci-diendo con las salidas del camino real se extien-den los arrabales de Gazteluondo (hacia Vitoria)y Maala (hacia Bergara). En las inmediaciones delcantón de Zurgin Kantoia, por donde salía la ru-ta en dirección a Elorrio y Bilbao, se distribuye elarrabal de Zarugalde.

El conjunto edificado hasta el incendio de 1489 erade madera, aprobándose ese año unas ordenan-zas concejiles para la reconstrucción de la pobla-ción que prohibieron el uso de ese material, sien-do sustituido por la piedra y el ladrillo; con este mo-tivo se producen ciertas modificaciones en la ocu-pación de los solares, debido al mayor grosor delos muros perimetrales. También se asume la ocu-pación del camino de ronda paralelo a la murallay el aprovechamiento de la cortina de la muralla co-mo muro de fachada para los edificios, comen-zando la modificación de las manzanas de doblehilera en los flancos; pasarán a contar con una so-la hilera de solares con ingreso a la calle principal,de Iturrioz o de Ferrerías. Otros acontecimientosdestacados en la historia urbana del casco se pro-ducen con motivo de la apertura de la plaza prin-cipal que se inicia en 1521, tras la habilitación deun pequeño espacio público en las inmediaciones

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cantón transversal que une la iglesia de San Se-bastián con el Puente de Enparan y dos peque-ñas plazas frente a los portales de salida. Paraacceder a la villa existían dos portales de los queno se conserva ningún resto. La parroquia de SanSebastián se encontraba en el extremo exterior,contribuyendo a reforzar el cinturón defensivo.

La vitalidad del asentamiento, sustentada en lavía terrestre que cruzaba la población, el comer-cio y la producción y trabajo del hierro, se tradu-ce en un crecimiento extramuros a través de arra-bales; el de mayor desarrollo se colocaba juntoa la salida meridional del recinto; en este sectorse instaló una comunidad religiosa, la de las mon-jas Franciscanas, en 1497; con el abandono delmonasterio tras la Desamortización, el edificio pa-só a convertirse en casa consistorial, y a su alre-dedor se formalizó una plaza pública con la quearrabal y núcleo de origen medieval quedaron sol-dados, en términos urbanísticos.

BERGARA

Por lo que se deduce de las investigaciones reali-zadas, la villa se constituyó con un plano de plan-ta rectangular, edificios domésticos de madera ytres calles paralelas: calles Barrenkale o de Abajo,Artekale o del Medio, y Goenkale o de Arriba. Es-te recinto, por el que atravesaban las rutas del De-ba y sus conexiones con el valle del Urola, se su-pone amurallado –aunque todavía no se han reco-nocido sus testimonios arqueológicos- y en ex-pansión durante el bajo medievo, gracias al dina-mismo económico de un poderoso sector artesa-nal basado en la producción de objetos de hierroy de paños. En este contexto se explica la amplia-ción de la villa hacia el Norte, siguiendo las pautasurbanas marcadas en el núcleo original, la sustitu-ción de las casas de madera por casas de piedraen el XVI, y la formalización de un extenso arrabalen la salida meridional. Este arrabal, que práctica-mente ocupa una superficie similar a la del sectornuclear acabará incorporándose a la trama urba-na en el siglo XVII, cuando se abra la plaza de SanMartín que servirá de macla articuladora para am-bos espacios; la construcción de edificios emble-máticos en esta plaza, casa consistorial y Real Se-

minario, antes Colegio de los Jesuitas, contribuiráa esta función. Otros arrabales, como los de Zu-bieta y Mahasterreka, siguiendo el discurrir del De-ba, han permanecido separados del casco hastaque el vertiginoso crecimiento urbano de media-dos del siglo pasado en adelante ha terminado porcolmatar el suelo llano de la vega.

DEBA

El plano actual ofrece una trama en la que se ob-serva un núcleo de planta redondeada, con unadistribución viaria en forma de cruz y orientada se-gún los puntos cardinales. La calle Mayor, actualC/ Lertsundi, de trayectoria Norte-Sur centralizabael paso de la calzada de la costa. Perpendicular ala misma se dispone la calle Portu-Gurutze, y en elcruce de ambas, la plaza de los Fueros, habilitadaen el siglo XVIII. Un anillo compuesto por las callesIturralde, Ostolaza y San Roque, rodeaba la dis-posición en cruz y, paralelo al mismo, se suponediscurría el cinturón amurallado, del que hay sufi-cientes menciones en la documentación escrita. Laplaza antigua se colocaba junto a la entrada de laiglesia parroquial de Santa María la Real que fue re-edificada en el siglo XVI y presenta una portada gó-tica policromada y un magnífico claustro asociado.Se sabe, también, que durante el período medie-val, las construcciones domésticas eran de made-ra y que fueron sustituidas por fábrica de piedradurante el siglo XVI.

Los arrabales de mayor importancia se extendí-an extramuros, junto a la entrada del camino re-al, en la calle Mayor; se conocen con el nombrede Maxpe y Amillaga, conservando varios ejem-plos de palacios y casas torre. Destacan tambiénlas casas solariegas del canal de la ría, en las quetodavía se mantienen los embarcaderos y mue-lles de uso particular.

SAN SEBASTIÁN (DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN)

El patrón urbano original no se conoce, siendolas representaciones más antiguas del siglo XVI,y parecen responder al plan de reconstrucción

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geta Kale y Txirio kale; y las otras tres eran lla-nas, Arraine Kale, Unzaga (hoy Calbetón) y Bilbo-zar. Los Caminos Reales a Ermua, Bergara y El-goibar formaban la red viaria que atravesaba lavilla. La entrada y salida de la villa se podía reali-zar exclusivamente por los tres portales de ac-ceso abiertos en la muralla. Con el tiempo, y res-pondiendo al crecimiento de la población, se cre-aron los arrabales alrededor de los caminos. Lascasas, inicialmente construidas en madera, fue-ron, a partir del siglo XVI, sustituidas por fábricasde piedra como material de construcción.

La actividad artesanal encontró en la fabricaciónde armas un sector propicio para la expansión in-dustrial; estas circunstancias tuvieron gran influenciaen la evolución urbana, con edificios nobles, bue-nos servicios públicos... El período de expansiónse vio truncado tras las consecuencias del en-frentamiento con las tropas francesas en la Gue-rra de la Convención, 1794. Un siglo después to-davía se mantenían un buen número de solaresvacíos en el casco. La recuperación llegó unidaa la implantación de la Revolución Industrial, queencontró en Eibar terreno abonado en el sectorartesanal.

La Guerra Civil de 1936 hizo estragos en el con-junto edificado, destruyéndose el casco medie-val casi en su integridad. La reconstrucción, re-alizada de acuerdo con el plan de ciudades de-vastadas, y el desarrollismo de los años sesentay setenta, han limitado la herencia de la trama ur-bana de origen medieval a la acera de los paresde Txiriokale y a la iglesia de San Andrés.

ELGUETA (ELGETA)

El lugar se dispone sobre un promontorio que mar-ca la divisoria entre tierras vizcaínas (Elorrio) y gui-puzcoanas, Bergara y Eibar; es posible que ha-ya sido aterrazado para asentar la población, dela que –por otra parte- no hay indicios de exis-tencia con anterioridad al proceso de fundación.Por los datos disponibles, se plantea que el pla-no original era de planta rectangular, con dos ca-lles paralelas y rodeada de una cerca perimetral,con sus respectivas puertas de entrada. La igle-

tras el incendio de 1489, en el que los habitan-tes huyeron del casco, instalándose en los are-nales de las inmediaciones. Los Reyes Católicosintervinieron, obligándoles a reconstruir la villa enel mismo emplazamiento. La planta de ese mo-mento es rectangular, con un lienzo de murallaperimetral, torreado en varios flancos, una plazacentral y las dos iglesias parroquiales, la de San-ta María y la de San Vicente, en su ubicación co-nocida. Con la reconstrucción se tomó la deci-sión, al igual que en otras villas guipuzcoanas,de recurrir a materiales más resistentes, aban-donándose la madera a favor de la piedra y el la-drillo. El siglo XVI trae también otros aconteci-mientos urbanos; con motivo de la inestabilidadde la frontera con Navarra y Francia, la villa, elcastillo y el puerto se integran en una unidad for-tificada; esta integración tuvo consecuencias ne-fastas para sus habitantes, ya que fue objeto denumerosos ataques militares; fue asediada y ren-dida en 1719, por el duque de Berwick; en 1794conquistada en las Guerras de la Convención, yen 1813 reducida a escombros cuando fue sa-queada por las tropas angloportuguesas que pro-cedían a su liberación. La reconstrucción se re-alizó siguiendo el proyecto redactado por el ar-quitecto municipal, Pedro Miguel de Ugartemen-dia, que adaptaba la trama urbana a las necesi-dades de la época; aunque ocupa la misma su-perficie que el recinto destruido, el trazado de lascalles se modificó y los edificios se levantaron deacuerdo con una estricta normativa de corte ne-oclásico.

Las murallas se derribaron en 1863 para dar pa-so a la ampliación de la ciudad, mediante en-sanches. En su desarrollo posterior ha tenido graninfluencia el carácter de ciudad balneario, reco-nocido desde finales del siglo XIX.

EIBAR

Si tenemos en cuenta las reconstrucciones his-tóricas manejadas, el núcleo urbano se levantócon edificios de madera, a excepción de la cer-ca y fortificaciones; nació con seis calles empe-dradas en torno a la iglesia de San Andrés. Tresde éstas calles estaban en cuesta, Ipar kale, El-

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de su ubicación original en un altozano a 700 me-tros de distancia del casco, al espacio intramu-ros. Con esta intervención desaparecen variossolares residenciales y el portal de Uribitarte. Enla delantera de la parroquia se abrió una ampliaplaza en la que se levantó la casa consistorial,entre 1724 y 1737.

La villa contaba con tres arrabales situados enlas salidas Norte, Sur y Oeste de la población–San Francisco, Santa Ana y Santa Clara.

RENTERÍA (ERRENTERIA)

El emplazamiento elegido para la nueva pueblase situaba junto al canal del río Oiartzun que ac-cedía a la bahía natural de Pasajes, donde SanSebastián y Hondarribia tenían importantes fon-deaderos para naves de buenas dimensiones. Elterreno se abría por un lado al canal citado y, porel otro, a un brazo de agua también afectado porlas mareas que dependía de la regata Pekin. Lalengua de tierra elegida, mayoritariamente terre-nos de aluvión agrupados sobre relieves conso-lidados, se encontraba prácticamente rodeadade las aguas de la bahía en pleamar y se sabede la existencia de muelles, embarcaderos, e in-cluso astilleros en sus inmediaciones.

Con respecto a los aspectos urbanísticos de lavilla nueva, ya se han advertido los ejes princi-pales de la trama de la fundación. Tuvo éxito elproyecto y, a mediados del siglo XV, se compra-ron los terrenos para hacer la ampliación que seextendió por las calles nuevas de Kapitanenea,Santa María y Santxoenea; la muralla amplió tam-bién su trazado para envolver al nuevo sector,especialmente ante la inestabilidad de la fronte-ra del Bidasoa al finalizar la Guerra de los CienAños, entre Francia e Inglaterra, y el conflicto de-rivado de la conquista de Navarra en el año 1512.Rentería sufrió incursiones de tropas enemigasen 1476, 1512, 1533, 1638, 1719, 1794 y 1808.Tras la destrucción de 1638 se pensó en trasla-dar el núcleo a una zona mejor defendida, perofinalmente se mantuvo en el mismo emplazamiento.

sia, ubicada junto a la muralla, en uno de los ex-tremos, contribuiría en funciones defensivas. Enel siglo XVI la piedra sustituyó a la madera comomaterial de construcción, ante posibles incendios.

Los arrabales se extendieron en torno a los ca-minos de acceso, siendo especialmente exten-so el situado a la vera del camino a Elorrio quellegó a contar, en el siglo XVI, con una extensiónsimilar a la del núcleo original.

Durante la última guerra civil, el frente estuvo es-tacionado en la zona durante varios meses. El-geta sufrió numerosos ataques y bombardeos queredujeron a ruinas gran parte del conjunto edifi-cado que se reedificó de nueva planta. El sectorcomprendido entre la iglesia y el paso de la ca-rretera Bergara-Elorrio es fruto de esta interven-ción.

ELGOIBAR

El plano urbano de la villa de Elgoibar presentaplanta de tendencia rectangular con dos callesparalelas de trazado rectilíneo –San Bartolomé yRosario– que se extienden siguiendo el eje mar-cado por el río Deba en la orilla derecha del va-lle. Una calle transversal corta el plano en dos mi-tades de proporciones parecidas. Contaba conportales de acceso que coincidían con las sali-das de las calles principales. El recinto se co-noce amurallado desde los primeros tiempos dela fundación, contando además con un foso in-undado que rodeaba toda la población. A finalesdel siglo XV se levantó un muro cortafuegos quedividía, cruzando por el eje trasversal, en dos mi-tades el conjunto edificado, con la intención deque pasara el fuego de uno a otro. Más tarde, enel siglo XVI, se inicia una nueva fase de evoluciónen la que los edificios de madera se irán recons-truyendo en piedra; también el foso y la murallase integrarán en suelo urbano, permitiendo la am-pliación de la planta de las edificaciones. Segúnfuentes documentales, el abandono del foso seprodujo entre 1560 y 1616. En 1617 la poblaciónsufre un incendio que obligará a la reconstruc-ción de la villa. Coincidiendo con esta fecha seaprueba el traslado de la iglesia parroquial, des-

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iglesia a finales del siglo XV y la escasa superfi-cie disponible; con esta solución se mantiene elpaso del vial, a la vez que se incrementa la plan-ta de la parroquia en un plano superior y se apro-vechan los desniveles existentes para habilitar otrasdependencias vinculadas a la misma.

HERNANI

Con respecto a su plano urbano se propone unaevolución en dos fases principales, con parecidadinámica a la observada para Rentería; en la pri-mera, el recinto tendría planta rectangular, amu-rallada, con dos calles paralelas, Mayor y Karda-beraz, y un cantón trasversal, cantón de Zapa;La iglesia se situaba extramuros, al Norte, y ha-cia ese sector se produciría la ampliación del bur-go en una segunda etapa. El nuevo sector se se-para del anterior por un espacio público, plaza delos Fueros, y al otro lado del mismo continúan lostrazados de las calles hasta coincidir a la alturade la primitiva parroquia que se trasladó intra-muros hacia 1540; se construyó en solares deJuan Lópes de Alcega, abriéndose la muralla pa-ra habilitar la superficie necesaria. En su ante-puerta se habilitó la plaza pública, donde se ins-taló la casa concejil.

El recinto amurallado de Hernani fue atendido du-rante los siglos XVI, XVII y XVIII, en el contexto deincursiones extranjeras; con motivo de la II Gue-rra Carlista, 1872-1876, se reformaron las fortifi-caciones de la villa.

FUENTERRABIA (HONDARRIBIA)

Del primitivo núcleo medieval cabe la posibilidadde establecer una delimitación aproximada, si-guiendo el trazado del cinturón amurallado queha sido posible reconstruir a través de investiga-ciones arqueológicas; este cinturón rodeaba unespacio rectangular, de 4,3 ha., en el que el cas-tillo y la iglesia parroquial de Nuestra Señora delManzano, constituyen las referencias urbanas prin-cipales; el recinto amurallado contaba con dospuertas, la de tierra, o de San Nicolás, y la deSanta María o puerta del mar, que condicionarí-

A finales del siglo pasado, conocerá la llegadadel ferrocarril y la mejora general de la red viaria.Con motivo de facilitar el tránsito rodado por lapoblación se abrió la calle Viteri, en 1846. A par-tir de este momento, se inicia la fase urbana mo-derna, caracterizada por la ocupación de los es-pacios situados alrededor del casco, mediantenuevos ensanches.

GUETARIA (GETARIA)

Con respecto al plano urbano, se propone unproceso de formalización largo y espaciado en eltiempo; concretamente la fisonomía actual deri-varía del programa de reconstrucción, probable-mente diseñado por Tiburcio Spanocci, tras el in-cendio del año 1597 que arruinó dos terceraspartes de la población. Presenta planta rectan-gular con cuatro calles paralelas y un cantón tras-versal. En los lados más cortos se han identifi-cado testimonios de la muralla que permiten tra-zar los cierres en estos flancos; la iglesia dedi-cada a san Salvador, se colocaba junto al máscercano al puerto y fue, por este sector, por don-de creció la villa extramuros, a través de las ca-lles General Arnau e Iribarrena. Si bien la tramaurbana se considera heredera del proceso de re-construcción del XVI, el conjunto edificado actuales posterior, en su mayoría, al asedio e incendioocurrido durante la primera guerra carlista (1836).Este episodio tiene otras lecturas a tener en cuen-ta, como la quema de los documentos del archi-vo de la villa, por lo que las investigaciones so-bre el urbanismo de la población se ven suma-mente condicionadas; en cualquier caso, segúnavanzan las intervenciones arqueológicas se com-prueba la existencia de fases previas a la funda-ción con viviendas de pequeño tamaño, disper-sas y sin trabazón urbana.

Otro elemento a tener en cuenta en la ordena-ción de la villa es la ubicación del puerto, que fuenecesario construir de nuevo en el XVI, y los ca-minos al mismo; contando con la plataforma pa-ra artillería de Katrapona, establecida en el sigloXVI, los accesos se resuelven en túnel; el que pa-sa por debajo de la iglesia, continuación de la ca-lle Mayor, resulta de la necesidad de ampliar la

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bre el eje longitudinal de la trama urbana, apro-ximadamente en el punto central del recinto.

Tres años después de la fundación se documentael primer incendio generalizado; el fuego volvió arepetirse en 1371 y 1492, aunque en esta últimaocasión fue obra de los propios habitantes delburgo que pretendían hacer frente, de esta ma-nera, a una epidemia de peste. En 1498 se repi-te un nuevo incendio, tras el que se adoptaronunas ordenanzas de construcción que prohibie-ron el uso de la madera como material dominanteen la construcción, a favor de la piedra y el ladri-llo. Con estas ordenanzas se reconstruyó el bur-go, habilitándose un espacio público en los alre-dedores de la iglesia parroquial y de la salida porel portal de la calle Pilar; hubo también incendiosparciales en los siglos XVII y XVIII, acompañadosde las correspondientes reconstrucciones.

La crisis profunda del núcleo se produce a me-diados del siglo XX, abandonándose un buen nú-mero de casas que sin cuidados acabarán en rui-nas, vaciándose abundantes solares. Esta situa-ción redujo el conjunto edificado en más de un50%. Sin embargo, las intervenciones de finalesde siglo, fomentando la recuperación del tejidourbano han tenido éxito y, si bien no se ha com-pletado el total de solares disponibles, la situa-ción ha invertido su tendencia decadente.

MOTRICO (MUTRIKU)

La ensenada natural que ha permitido el desarrolloa su alrededor del burgo medieval de Mutriku,constituye el elemento principal para acercarsea la entidad del enclave. Con un hábitat previo alotorgamiento de la carta puebla en el año 1209(el documento original se ha perdido), a manosde Alfonso VIII, puede suponerse, al igual que enGetaria, que la población precedente estaba su-ficientemente organizada y que, incluso pudo con-tar con un régimen de villazgo otorgado por lamonarquía Navarra.

Sin embargo, debido a lo intrincado del conjuntoedificado y a la falta de documentación, tanto es-crita como arqueológica, resulta difícil aventurar las

an el trazado de los viales principales, calles Ma-yor y San Nicolás. Las casas, hasta principios delXVI, eran mayoritariamente de madera.

A finales del siglo XV, la posición de Hondarribiase verá afectada por el avance francés hasta elBidasoa al finalizar la Guerra de los Cien Añoscon Inglaterra, y por los intentos de liberacióndel reino de Navarra, conquistado por Fernandoel Católico en 1512. La frontera entre Francia yEspaña se trasladará al Bidasoa. Estas circuns-tancias y el asedio de 1521, del que la villa sa-lió malparada, obligaron a reformar las fortifica-ciones, optándose por el modelo de plaza fuer-te abaluartada; fue atacada en 1638, en 1719 y1794; esta última trajo consigo la destrucciónprogramada de más de la mitad de la línea for-tificada.

Esta historia de combates y acciones catastrófi-cas para el vecindario restringe la capacidad devalorar la trayectoria del parcelario y de recono-cer el plano urbano que pudo adoptarse con lafundación; por los resultados de investigacionesarqueológicas se sabe de un paleocauce cuyaactividad se extiende hasta el siglo XVI, cuandocomenzó el proceso de cubrición, y que discu-rría entre las calles Panpinot y Eguskitza. Este re-gistro informa de cambios topográficos impor-tantes en el área de la villa que no habían sidovalorados hasta la fecha.

SALINAS DE LENIZ (LEINTZ-GATZAGA)

Por investigaciones recientes se sabe que acu-dieron a poblar la villa nueva los habitantes de losalrededores que abandonaron, con ese motivo,sus lugares de origen, quedando despoblados.La formalización de la puebla se resolvió con unplano regular con 3 calles de trazado Norte-Sur,calles Rosario, antigua calle de Arriba, Santiago-Pilar, antigua calle del Medio, y Santa Cruz, an-tigua calle de Abajo, y un vial trasversal, de tra-zado Este-Oeste (calle San Ignacio) por dondediscurría el camino real de Vitoria a Mondragón.La villa se encontraba amurallada, con 7 porta-les de acceso y, probablemente foso inundado.La iglesia, dedicada a san Millán, se dispone so-

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San Miguel. El origen del poder del Sr. de Oñateparece ligado al patronato de la citada iglesia, yal ejercicio de derechos feudales, concedidos porsu ayuda a los monarcas navarros y castellanos.Ocupaban la torre de Zumeltzegi, en un colladodesde el que se domina el asentamiento. Al piede la misma discurren las calles de San Antón yKalezaharra, calle vieja, que concentran la ocu-pación original del núcleo. Separado de éste seextiende el sector de Kaleberri, calle nueva, dediseño rectilíneo y regular; se organiza en dos ca-lles paralelas, la comentada de Kaleberria y la deZumalakarregi, y un cantón trasversal. La ocu-pación de este sector parece que se planificó aprincipios del siglo XV, estableciéndose una for-ma ordenada de reparto y ocupación.

A mediados del siglo XIX, el arquitecto neoclási-co Mariano José de Lascurain diseñó la plaza delos Fueros, en un terreno ganado al río que ser-virá de eje de unión entre los sectores de Kale-zahar y Kalebarria. La casa consistorial, construidahacia 1764, constituye el elemento referencial dela plaza, además de los edificios porticados quecierran la misma y el frontón, incorporado a la pla-za siguiendo corrientes urbanísticas de la época.

VILLAFRANCA (ORDIZIA)

La población estuvo amurallada y, probablemen-te, disponía de foso inundado para favorecer lasdefensas. Presenta un plano similar al de Deba,con la calle Mayor como eje principal de tránsitopor la villa que coincidía con el paso del CaminoReal de Castilla a la frontera del Bidasoa. En elpunto central de la calle se produce el cruce conlas calles Legazpi y Goitia por las que atravesa-ban los caminos a Azpeitia y Navarra, respecti-vamente. Las calles Santa María y Elkano-Goen-kalea se diseñaron formando un anillo interior; tu-vo cuatro portales en la muralla que coincidíancon los accesos de los caminos nombrados. Laplaza pública se dispone en el punto central dela trama urbana; documentada desde el siglo XVI,al menos, ha ido ampliándose con el paso de losaños; en 1925 se llevaron a cabo los últimos de-rribos y se levantó la estructura que cubre la zo-na principal del mercado.

características del plano original y su evolución pos-terior. Se advierte, como se ha adelantado, que elcasco está organizado en relación a los muelles.Las calles se orientan en esa dirección y desem-bocan en el puerto. La trama urbana resulta caó-tica, en la línea de otras villas costeras. Influye, eneste sentido, la orografía del terreno elegido, ca-racterizado por una fuerte pendiente hasta llegar almar. Las calles se adaptan como pueden al terre-no, siendo abundantes los tramos escalonados.Se sabe de la existencia del cinturón amurallado yde cinco portales de acceso, además de casas to-rre que contribuían a la defensa de la población.Se advierten tres calles principales, calle Conde deMotrico, antigua calle de Arriba, Erdiko kale, calledel Medio, y calle Barrenkale o de Abajo. Como eshabitual en Gipuzkoa, el conjunto edificado fue demadera en su mayoría hasta el siglo XVI en que sesustituyó por construcciones de piedra. En estesentido, resultan especialmente vinculantes los in-cendios de 1543 y 1548 que obligaron a la re-construcción del burgo. Los espacios públicos, pla-za Txurruka y Beheko plaza (plaza de Abajo), sonresultado de intervenciones recientes; la primerase constituyó alrededor de la casa consistorial, le-vantada hacia 1730, mediante el derribo de variascasas; a finales del siglo XVII, la plaza se rematacon la edificación de nueva planta de la iglesia pa-rroquial de Nuestra Señora de la Asunción, pro-yectada por el arquitecto neoclásico Silvestre Pé-rez.

OÑATE (OÑATI)

No se trata de una fundación con carta puebla,fuero y plano urbano regular, sino de una pobla-ción bajo régimen señorial en la que, a finales delperíodo medieval, se diseñó un ensanche regu-lar para ampliación de la misma. Oñati, incorpo-rada a Gipuzkoa en 1845 ha estado ligada al con-dado de Oñate, sede del linaje de los Guevara.Ha sido también sede de la universidad del mis-mo nombre, fundada por el obispo Rodrigo Mer-cado de Zuazola, en 1540, y clausurada a fina-les del siglo XIX.

La mención más antigua es de 1200, fecha en laque se confirman ciertos privilegios a la iglesia de

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hacia Igueldo. La salida a Aguinaga, Usurbil y elvalle del Oria se realizaba por las calles Urdaire yAntxiola, mientras que el paso hacia Zarautz, cru-zando el estuario, se resolvía mediante barque-ro, hasta la construcción en el siglo XIX del puen-te actual.

La villa estuvo amurallada y contaba con variosportales de acceso, al igual que torres defensi-vas en ciertos tramos del cinturón defensivo.

SEGURA

Ubicada en un emplazamiento elevado sobre lavega del Oria, Segura controlaba una amplia redde comunicaciones, sirviendo especialmente alpaso de la calzada real que procedente de Cas-tilla entraba en Gipuzkoa, por el paso de San Adrián.En 1420 se produjo un incendio devastador, he-cho que se repitió en 1492; en este último sólose salvaron una torre y la iglesia parroquial, porlo que hubo de reconstruirse la villa prácticamenteal completo. Los reyes contribuyeron a la re-construcción con ayudas económicas; sin em-bargo, muchos de los solares quedaron vacíos.Al poco, en 1564 hubo una epidemia de peste y,en 1645 un nuevo incendio. En el siglo XVIII seabandonó el trazado del Camino Real que pasa-ba por Segura, a favor del paso por Salinas deLéniz; también la construcción del ferrocarril delNorte que unía Madrid con Irun dejó a un lado lapoblación, por lo que ha quedado apartada delos ejes viarios dinámicos a los que estaba uni-da desde su constitución.

Se sabe que la villa nació amurallada por volun-tad del fundador y que, además, se aprovechóun emplazamiento con buenas defensas natura-les. Sin embargo, el acercamiento al plano urba-no original resulta de gran dificultad, por las su-cesivas catástrofes y reconstrucciones que se hanmencionado, sin olvidar el proceso de sustituciónde las viviendas de madera por las de piedra quese realizó en el siglo XVI. Por lo que parece, sonlas calles Mayor, Zurbano y Lardizabal las quemejor han mantenido la regularidad urbana; en laprimera que servía de eje al camino real se abrela imponente mole de la iglesia parroquial de Nues-

La madera fue el material de construcción domi-nante hasta el siglo XVI; un incendio, ocurrido en1511, redujo a escombros gran parte de la villa.Hubo de reconstruirse la iglesia parroquial de San-ta María y, prácticamente, la mayoría de los edi-ficios. Se recibieron 10.000 maravedíes anuales,durante 9 años, como ayuda procedente de lasJuntas Generales para hacer frente a los gastosde reconstrucción, a los que también contribuyóla reina doña Juana; en 1514 concedió a la po-blación el derecho a organizar los miércoles elmercado semanal, como sigue celebrándose enla actualidad.

La expansión moderna de la villa se produce enel siglo XIX, en las inmediaciones del casco, jun-to al paso del Camino Real. A lo largo del sigloXX se ha urbanizado una extensión diez vecessuperior a la del núcleo original, ocupándose laszonas de huerta circundantes, en la vega del Oria.

ORIO

La iglesia de San Nicolás resulta ser el elementohistórico de mayor repercusión en la fundación,ya que Alfonso XI, en 1329, permitió poblar unavilla alrededor de esa iglesia, a la que dio el nom-bre de Villarreal de San Nicolás de Orio, conce-diendo a sus pobladores el fuero de San Sebas-tián.

El asentamiento hacía tiempo que venía ocupandoun lugar protagonista en la comercialización dehierro hacia Inglaterra y otros lugares europeos,a través del puerto situado al pie de la citada igle-sia, en el estuario de la desembocadura del ríoOria.

El factor comercial y pesquero ligado al puerto,y el carácter de cabeza de puente en la ruta dela costa, han condicionado el desarrollo urbanode la población. El casco histórico se adapta a lapendiente de las laderas del emplazamiento. Lascalles, en cuesta la mayoría, presentan trazadosintrincados, con numerosas callejas y rincones.El camino a San Sebastián atravesaba por la ca-lle Mayor procedente del muelle; ascendía hastalo alto del pueblo continuando por Mendizorrotz

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Herrería, Emperador, Arostegieta, Santa María yGorosabel, contando con dos cantones trasver-sales. De la muralla perimetral hay abundantesinformaciones, al igual que del foso inundado quecorría por el exterior de la misma. El centro reli-gioso, iglesia parroquial de Santa María, se si-tuaba en la línea de la muralla, formando parte dela estructura defensiva; disponía de varias plazas,siendo la más importante la de plaza Berri, plazaNueva, que se abrió a finales del XVII. El recintocontaba con cinco puertas de acceso abiertas enla muralla.

Es preciso mencionar la intrincada historia urba-na de la villa, pues al poco de la carta puebla su-frió un incendio por el que quedaron exentos depagar impuestos al rey; luego, en 1290 se docu-menta otro incendio, otro en 1469 y uno más, en1503. Tras este último, se adoptó la norma deconstruir los edificios en piedra. Además de in-cendios se conocen inundaciones catastróficas,como las de 1678, 1762, 1801, etc. De esta lec-tura es posible deducir que el aspecto extrema-damente regular de las calles y manzanas, consus plazas y cantones, es resultado más que delplano original, de sucesivas intervenciones obli-gadas por la necesidad de reconstrucción. Lo quesí resulta de gran valor indicador es el perímetroamurallado, con abundantes registros documen-tales y arqueológicos; este cinturón delimitaría lasuperficie del burgo en tiempos medievales, si biensu interior ha podido ser varias veces transfor-mado de acuerdo con los episodios catastróficosseñalados.

Tolosa detentaba un puesto de primacía en lasreuniones de Juntas Generales, junto a San Se-bastián y era una de las villas en las que alterna-tivamente residía el Corregidor. En el período 1844-1854 fue nombrada capital de Gipuzkoa.

VILLARREAL (URRETXU)

La puebla fue solicitada por 24 varones, a los quese menciona con nombre y apellidos, siendo acep-tada su petición; se les concedió licencia para po-blar una villa en las tierras de Urrechua que erandel rey, deslindándose el término de la misma. El

tra Señora de la Asunción y el único portal con-servado, el de Zubihaundi que lleva al paso es-table sobre el río Oria en dirección a las que fue-ron aldeas de su término.

PLACENCIA (SORALUZE-PLACENCIA DE LASARMAS)

La población asienta al borde del río Deba, en sumargen derecha, en un fondo de valle estrecho,abierto entre los basaltos del terreno. El núcleooriginal se sitúa en torno a la iglesia de Santa Ma-ría la Real y se compone de dos calles paralelasde dirección Norte-Sur, Barrenkalea o calle deAbajo, y Kalegoien o calle de Arriba, alineadascon respecto al trazado del valle, y una calle tras-versal; cuenta desde tiempo inmemorial con am-plios arrabales, a ambos lados del río. Se reco-nocen dos espacios públicos, plaza Zaharra y pla-za Berri (plaza Vieja y plaza Nueva); de la segun-da se sabe la fecha de habilitación, siglo XVII, conla intención de abrir una entrada especiosa en lavilla; en la misma se instalaron la casa consisto-rial y la casa cural. De la primera se defiende quefue el espacio público del plano fundacional, aun-que su posición junto a uno de los arrabales, elde Kabolats, permitiría sospechar que se articu-ló con relación a esta ampliación del espacio ur-bano.

Placencia, por ser centro de aprovisionamientode armas, ha sido víctima de numerosas des-trucciones y asedios a lo largo de su historia. LaGuerra de la Convención, la Guerra de Indepen-dencia y las Guerras Carlistas han ocasionado enel último período importantes destrucciones quese han saldado con posteriores reconstruccio-nes, y modificaciones del tejido urbano.

TOLOSA

El casco histórico de Tolosa es uno de los másamplios de Gipuzkoa, aunque se supone un es-pacio mas reducido para el recinto nuclear. Ocu-pa una superficie de 5,7 ha., siendo las callesMayor y Correo las que marcan los ejes princi-pales; paralelas a éstas se disponen las calles

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junto analizado; se trata de un proyecto que noprosperó, pero a diferencia de otros fracasos, tras-pasó el villazgo al ente que le precedió y que obs-taculizó su progreso. La carta puebla, con el fue-ro de San Sebastián, se concedió a los pobla-dores de los terrenos de la parroquia de San Sal-vador de Usurbil en el año 1371, siendo el mo-narca otorgante Enrique II. Sin embargo, la pue-bla que recibió el nombre de Belmonte de Usur-bil se hizo a cierta distancia de la iglesia, en loque hoy se conoce como Kalezahar, calle vieja;en torno a la parroquia se configuró otra entidad,conocida como Elizalde; ambas se articularon conrelación al tramo final del valle del Oria, navega-ble hasta las inmediaciones de Usurbil, y sede deastilleros e instalaciones siderúrgicas. Un incen-dio devastador, ocurrido en el año 1486, a la parque el distanciamiento con respecto al centro re-ligioso determinaron el declive del nuevo burgo;a finales del siglo XVII había 38 casas habitadasy 28 solares vacíos. Por esas fechas, el concejose había trasladado a Elizalde que, para enton-ces contaba con 30 casas. Con el paso de losaños, la despoblación de Kalezahar ha ido cre-ciendo, a la vez que se producía la expansión deElizalde, donde se han concentrado los serviciosurbanos.

Hoy en día, Kalezahar ofrece la imagen de unaagrupación de edificios que, aunque dispersos,se ordenan con alineaciones similares e, incluso,se adosan formando manzanas en ocasiones. Seobserva que la agrupación se extiende por un re-cinto de tendencia rectangular con dos ejes via-rios, a la manera de las fundaciones romanas concardo y decumanus. El eje longitudinal sigue sien-do el trazado de la carretera que lleva, por un la-do a Elizalde y, por otro, hacia San Sebastián porIgueldo. Por testimonios indirectos (se ha con-servado un edificio junto al acceso de la vía prin-cipal que lleva el nombre de Portalea –el portal-), se piensa que el recinto estuvo amurallado.

VILLABONA

La incorporación de Villabona al censo de las vi-llas medievales de Gipuzkoa se debe, como enel caso de Alegría, a la existencia de fuentes his-

monarca le dio el nombre de Villarreal y estable-ció que se rigiesen por los fueros de Salvatierrade Iraurgui (Azpeitia, fuero de Vitoria). A diferen-cia de otras cartas de población, en ésta se des-cribe el proceso de reparto de los solares y susmedidas; concretamente se encarga la particióna cinco “omes buenos” de entre los nombrados(son los cinco primeros de la lista) y se les indi-ca que el solar mayor sea de seis brazas (9,6 m)de ancho por nueve (13,4 m) de largo, “segúnuso é costumbre de la tierra de Guipuzcoa” –di-ce la carta; también se menciona el medio solar,con la mitad de las proporciones del anterior.

Entre 1513 y 1537 se redactaron las Ordenan-zas de la villa, por las que sabemos de la exis-tencia de dos calles, Goikokale calle de Arriba, yBekokale o Kalebarren, calle de Abajo, alcanzando618 habitantes con 157 casas. Hay noticia de unincendio ocurrido en 1658 que destruyó 26 ca-sas, la torre de la iglesia y su pórtico.

El crecimiento urbano de esta población en el sigloXX le ha llevado a contar con 6.063 habitantes ensus reducidos 7,9 km² de término, concentrados–además- en las inmediaciones del casco históricoque mantiene las dos calles históricas y, en gran me-dida, el recinto de la fundación. Presenta planta rec-tangular, con dos calles paralelas de trazado Norte-Sur y un cantón trasversal; la iglesia se coloca en unextremo, cerrando uno de los flancos de la planta;la plaza de su delantera fue configurada a mediadosdel siglo XVII, derribándose varias casas al efecto.Estuvo amurallada y hay constancia arqueológicade un foso inundado rodeando el muro perimetral.Por los registros obtenidos, el canal del foso, unavez colmatado de sedimentos, sirvió para ampliar laplanta de los edificios del borde de la villa; esta si-tuación se ha documentado unida al proceso detransformación de las casas de la villa que de sermayoritariamente unifamiliares, pasaron a convertir-se en casas de vecinos, con una vivienda por plan-ta y hasta cuatro alturas.

USURBIL

El caso que va a describirse a continuación cons-tituye un ejemplo atípico en el panorama del con-

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do III, señalándose que el rey recibirá de cada ba-llena una tira de la cabeza hasta la cola; hastamediados del siglo XVII contaba con astilleros decierta importancia.

En la actualidad, Zarautz tiene 21.760 habitan-tes, resultado de un crecimiento que se inició afinales del XIX como ciudad-balneario y que haseguido con la expansión residencial sin pausa.El casco histórico ha conocido también trans-formaciones recientes y no es fácil acercarse ala trama urbana medieval. Contando con un in-forme anónimo de 1785, el casco estaba forma-do por 147 casas, con su huerta en la mayoríade los casos. De la ordenación del casco actual,con una calle principal, Nagusia (Mayor), de tra-zado Este-Oeste y dos paralelas, al Norte y Surde la misma, se ha planteado que correspondea la planificación medieval, pero lo cierto es quehay otras referencias importantes que quedan almargen de esta explicación; la presencia de To-rre Luzea, o de la casa Makazaga, o los alrede-dores de la ermita de Santa Marina, por ejem-plo.

CESTONA (ZESTOA)

El emplazamiento elegido para Santa Cruz de Ces-tona se extiende por un cerro que mira al caucedel Urola y que domina el puente sobre el mis-mo. Por lo reflejado en el plano actual, se dedu-ce que fue planificada con planta oval. Las ca-sas que en origen fueron de madera se reparti-rían en el recinto amurallado siguiendo el traza-do de varias calles; la principal, con una trayec-toria Este-Oeste, y dos calles perpendiculares aésta de tendencia envolvente; se juntan en losextremos para ofrecer un único acceso al exte-rior. Las entradas y salidas se producían por cua-tro portales, orientados según los puntos cardi-nales.

Un incendio ocurrido en 1549 arrasó la poblaciónque se reconstruyó con edificios de piedra; la igle-sia que ocupa uno de los bordes, se amplió enesta ocasión y se creó una extensa plaza en sudelantera.

tóricas suficientes que defienden su villazgo me-dieval, y al cumplimiento de referencias urbanasregulares en la configuración de su trama. Bienen 1490, por Real Cédula, o siglos antes comodefienden otros autores, la población adquiere elrango de villa, lo que, también, confirma su nom-bre.

El tejido urbano es sencillo, de una sola calle lon-gitudinal, trazada en paralelo al cauce del río Oria.El factor de mayor relieve en la planificación pa-rece el puente sobre el Oria que genera una or-denación reticular con respecto al eje mayor des-arrollado aguas arriba. El puente establece el pa-so de la ruta a la costa por Asteasu y Aia. La igle-sia parroquial se edificó en 1909; hasta enton-ces, dependían de la iglesia de San Martín deAmasa.

ZARAUZ (ZARAUTZ)

La carta de población es un texto breve, firmadopor Fernando III en 1237, por el que se tratan es-cuetamente los fueros dados al concilio de Za-rauz y los impuestos que recibirá el rey; para to-do lo demás se remite al fuero de San Sebastián.Estas características habían sido tenidas en cuen-ta por los historiadores a la hora de proponer laexistencia de una población anterior e, incluso,una carta de población más antigua. El caso esque, en los últimos diez años, se han producidodescubrimientos arqueológicos que certifican–en la iglesia parroquial de Santa María- una se-rie de ocupaciones que van desde la Edad delHierro, el mundo tardorromano y enlazan con se-cuencias cronológicas a partir del siglo VIII quese suceden hasta la actualidad. La iglesia se co-loca cerca del recinto medieval, pero extramurosy muy cercana a la casa de parientes mayoresde los Zarauz, patronos de la iglesia por conce-sión de 1305.

El casco histórico se extiende por un arenal pro-tegido de los embates del mar por una duna, encuya playa se amarraban las embarcaciones; elpequeño puerto que dispone se realizó a media-dos del siglo XIX. La dedicación a las faenas delmar está atestiguada desde la carta de Fernan-

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Estos dos ejes, que han servido además para eldesarrollo de los arrabales, articulan un espaciomás amplio en el que se trazan otros viales me-nores, calles Odieta, Zunbilo, Mari y San Pedro,considerados parte del espacio intramuros; lasmenciones a la muralla están registradas en ladocumentación, conociéndose, todavía, la ubi-cación de los portales principales.

La villa de Zumaia ha conocido un desarrollo ur-bano importante desde el siglo XIX; ciudad bal-neario, puerto pesquero y una industria naval deimportancia, además de su carácter de nudo decomunicaciones para las rutas costeras, han ser-vido para que el espacio urbano se haya multi-plicado alrededor del casco; para ello se han de-secado amplias zonas de marismas, se han ca-nalizado los cauces del Urola y del Narruondo loque contribuye a dificultar el acercamiento a laimagen medieval, cuando –por otra parte- la ma-yoría de las construcciones se levantaron en ma-dera.

El Camino Real del Urola, destinado al trasportede mercancías que llegaban al puerto de Bedua,transcurría por la villa.

ZUMAIA

No se sabe si la puebla se llevó a cabo en terre-nos de Roncesvalles o en heredades compradasal efecto, reciclando propiedades anteriores o sifue una fundación de novo; por las característi-cas de la trama urbana, muy intricada por su adap-tación al relieve del terreno, resulta difícil reconstruirla trama de la ordenación urbana, en la que seadvierte un eje vial protagonista, la calle Arrito-kieta que marca el acceso del camino real de lacosta por la villa, y la calle Nagusia (Mayor) quediscurre paralela al antiguo borde del estuario; enlas inmediaciones de esta última se documentandiferentes embarcaderos e instalaciones portua-rias.

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