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1 Cultos prehispánicos en ChihuahuaCésar Alfonso Padilla Galicia

Cultos prehispánicos en Chihuahua

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“Cultos prehispánicos en Chihuahua”

César Alfonso Padilla Galicia

2

Índice

Nota preliminar……………………………………………………………………………………………….3

Justificación…………………………………………………………………………………………………….3

Marco teórico…………………………………………………………………………………………….……4

Introducción: Los mayas históricos………………………………………………………………….5

1. Entorno geográfico………………………………………………………………………………….……...5

2. Orígenes………………………………………………………………………………………………….……….5

3. Esplendor cultural………………………………………………………………………………………......7

4. El Posclásico…………………………………………………………………………………………………..10

5. Dominación española……………………………………………………………………………..…….11

6. Época independiente………………………………………………………………………………..…..12

Desarrollo: El pasado y el presente de la religión maya…………………………………12

1. Pensamiento religioso maya en la época prehispánica……………………………….…12

2. Pensamiento religioso maya en la época actual………………………………………….…19

3. La notación calendárica maya y sus diversas interpretaciones……………………...27

4. José Argüelles: Un replanteamiento moderno de la religión maya……………..….35

5. Guillermo Medina Gómez y su obra……………………………………………………………..…44

Conclusión……………………………………………………………………………………………………..53

Bibliografía…………………………………………………………………………………………………….58

3

Justificación

El objeto de esta investigación es, ante todo, explicar la manera en que la filosofía maya ha

servido como base de un nuevo culto que ha progresado en nuestra entidad federativa desde

2009 por mano de Guillermo Medina Gómez. Él, bajo la identidad de Uuc Kan (o “Semilla

Resonante” de acuerdo a su fecha de nacimiento en el calendario de las Trece Lunas), se ha

dedicado a difundir dicha sabiduría ancestral con fundamento en los escritos de José Argüelles

(1939-2011), historiador del arte doctorado por la Universidad de Chicago, quien planteó una

readaptación de los preceptos prehispánicos a una nueva fórmula calendárica, alentando

ideales tales como el respeto a la naturaleza, el amor entre los hombres y la armonía con el

cosmos.

Sin embargo, es menester recalcar el hecho de que esta propuesta, a pesar de alinearse a

muchos de los conceptos mayas, obedece más a la interpretación del citado José Arguelles, y

es por lo tanto divergente del calendario originalmente empleado por nuestros antepasados.

Además, esta filosofía adopta nociones no solo de la ideología mesoamericana, sino también

de varias religiones como lo son el cristianismo, el budismo, el hinduismo y el Islam, y de una

colección de obras y autores recientes (como Antonio Velasco Piña y Ayocuan, los cuales

retoma Guillermo Medina) en su intento por reconciliar una multitud de posturas dentro de un

mismo mensaje divino, de una revelación del universo hecha al ser humano a través de

diferentes momentos de su historia.

Dicho eclecticismo conllevará, naturalmente, a ciertas bifurcaciones de lo que podría

llamarse propiamente “maya” (entendiéndolo en este sentido como el bagaje histórico-

cultural desarrollado antes de la Conquista en toda la zona que abarca desde Tabasco hasta el

Salvador), impregnándolo de las perspectivas arriba enumeradas y consecuentemente

derivando en un sincretismo de índole contemporánea, aún más que en una recuperación

exacta de los valores y significados de un pueblo concreto.

Será, por lo tanto, el objetivo de este trabajo mostrar las similitudes y las diferencias

encontradas entre la religión practicada por este movimiento con respecto de aquella propia

del pueblo maya actual, y de cómo ambas se fueron separando de su fuente original, cuyas

raíces se encuentran en la época prehispánica.

Quedará, en dado caso, al juicio del lector establecer en base a lo que se expondrá a

continuación aquellos puntos que más cambiaron de la tradición original, y cuales fueron

mayormente preservados. Si algo puede afirmarse, es que este culto es, como México mismo,

el producto de una mezcla, de la fusión de diferentes formas de ser y de pensar que nos

engendraron y nos definieron por lo que ahora somos.

Y como mexicanos, quizás sea enriquecedor conocer sobre esta nueva forma de vida que

precisamente pugna por aceptar esa realidad: que ya no somos hijos ni de Mesoamérica, ni de

España o de África, sino de un mundo en constante evolución, y del cual podemos elegir tomar

lo mejor para constituirnos a nosotros mismos como una sociedad más completa, y, si es

posible, más humana.

Marco teórico

4

Nota: se recurrirá a bibliografía de un trabajo que se hizo anteriormente, intitulado Los

mayas y su gran civilización para el curso de Historia e historiografía de México I, Semestre

Enero-Julio 2013, de la maestra Izabela Tzocz.

En este apartado se intentarán identificar cada una de las influencias que desencadenaron

en la formación de este movimiento.

Se hablará, primeramente, de la historia maya desde sus inicios en el Preclásico (1600 a.C.-

250 d.C.) hasta la época presente, esbozando algunos aspectos importantes de su cultura

como lo son su cosmogonía, su pensamiento religioso y su notación calendárica básica. Para

esto, se recurrirá a fuentes bibliográficas como Historia y religión de los mayas de Eric J.

Thompson, Historia maya de Tatiana Proskouriakoff, la Relación de las cosas de Yucatán, de

Diego de Landa y a otras publicaciones como los son el número 44 de la revista Arqueología

Mexicana, referente a la civilización maya. Se recurrirá, además, al libro de El Universo de

Quetzalcóatl de Laurette Séjourné para conceptualizar el pensamiento religioso

mesoamericano, y después a la compilación intitulada Los zinacantecos, editada por Evon

Vogt, y donde se enuncian los cambios que han acontecido en la cosmovisión maya en los

tiempos recientes.

En segundo lugar, se hablará de las correlaciones entre los calendarios maya y gregoriano

hecho en primer lugar por el ya citado Diego de Landa, y después por Spinden y Goodman-

Martínez-Thompson. Se mencionará también la propuesta de José Argüelles, sintetizada en su

libro El factor maya, fuente principal de Guillermo Medina. Se establecerán tanto los puntos

en común como las discrepancias que mantienen todas estas interpretaciones del calendario.

En tercer lugar, se elucidarán los fragmentos de las obras de otras autores que

influenciaron a Guillermo Medina y que lo llevaron en parte a integrarse a este movimiento,

como lo son los libros de Antonio Velasco Piña (Regina. 2 de octubre no se olvida), Ayocuán (La

mujer dormida debe dar a luz), y Stephanie South (Crónicas de la Historia Cósmica). Para esto

utilizaremos un libro de corte autobiográfico escrito por el mismo Guillermo: El 2012 cósmico.

Este mismo libro (el 2012 cósmico) nos servirá, a su vez, para conocer el inicio de su

predicación del conocimiento ancestral, así como los primeros pasos que se dieron para

propiciar su integración y difusión en el estado de Chihuahua.

Introducción- Los mayas históricos

1. Entorno geográfico

“Que Yucatán no es ni isla ni punta que entra al mar como algunos pensaron, sino tierra firme…que

es tierra muy llana y limpia de sierras…que su costa es baja y por eso los navíos grandes van algo

apartados de tierra…”1

Con estas palabras inicia Diego de Landa su vasta descripción sobre el entorno geográfico

que hoy hemos llegado a conocer como el área maya. Ésta comprende actualmente la parte

suroriental de nuestro país, incluyendo los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche,

1 De Landa, Diego. Relación de las cosas de Yucatán. Pág. 43.

5

Chiapas y Tabasco, y varios países centroamericanos, como lo son Guatemala, Belice y una

pequeña región de Honduras. La tierra es descrita por Landa como muy caliente y de un sol

abrasador, pero no por esto desprovista de la fresca brisa del mar que llega por las tardes. El

clima es básicamente tropical: entre enero y febrero hay un breve verano carente de lluvias,

que no empiezan sino hasta abril y terminan en septiembre, tiempo en el que se siembra; el

invierno empieza por estos meses y termina a finales de marzo.

El territorio se caracteriza principalmente por su diversidad ecológica: al norte pueden

encontrarse planicies y ríos subterráneos; al sur, los ríos sobresalen en forma de aguadas,

lagunas y pantanos. Por la misma ruta meridional, los ríos se vuelven caudalosos hasta llegar al

sistema montañoso Chiapas-Guatemala para finalmente desembocar en el Pacífico. En las

Tierras Bajas se encuentran rocas calizas y dolomitas, y en las Altas, granitos, basaltos y

andesinas de origen volcánico. Entre ambas regiones se localiza la piedra jadeíta, ampliamente

utilizada por los mayas para la fabricación de bienes de lujo.

2. Orígenes

Prehistoria: etapa lítica (12,000-2,500 a.C.)

En el área maya, la evidencia arqueológica establece el año 12,000 a.C. como fecha inicial

de los primeros asentamientos humanos. Estos pobladores originarios eran cazadores

nómadas que se transportaban en toda la región: se refugiaban en cuevas de manera temporal

y comenzaron a radicarse en las orillas de los ríos y de las lagunas. En la costa, se dedicaron

ampliamente a explotar los recursos del mar. Sin embargo, con la cada vez más pronunciada

utilización del maíz, cambiaron su régimen de vida hasta volverse sedentarios y dedicarse por

completo a la agricultura. Aún así, no está claro si estos errantes primitivos fueron los

ancestros de los mayas del Preclásico.

El Preclásico (1600 a.C. 250 d.C.)

Del segundo al primer milenio a.C. apenas se da la transición de las sociedades nómadas a

las estacionarias en Mesoamérica. No se tiene mucha información, a pesar del descubrimiento

de ciertos restos cerámicos no muy claramente identificables con lo “propiamente” maya.

“¿Cuál fue la poderosa fuente de energía, al parecer inagotable, que hizo posible que esta proeza

humana se realizara en una época tan temprana en nuestra historia?”2

La cita anterior alude a los increíbles progresos que los mayas alcanzaron a lo largo de los

750 años comprendidos entre el 1000 y el 350 a.C. En tan temprana fecha, estos remotos

indígenas habían emigrado del Golfo de México hacia Tollán (Tula, Estado de Hidalgo), en el

Altiplano Central. Permanecieron en la región por algunas décadas, concretando los arreglos

políticos necesarios con los olmecas (en su cénit en aquella época) para su tránsito a la

península de Yucatán, donde se asentarían definitivamente. Hacia el 800 a.C., llegan al sitio

seleccionado y fundan Tikal (El Petén, Guatemala) en un lugar inhóspito, hogar de las selvas

más densas de Mesoamérica, de profundas hondonadas y abundantes pantanos, y poco

propicio para la siembra de bienes codiciados como el cacao, el copal y el henequén.

2 Luján, Gabriel. Síntesis Histórica de los mayas. Pág. 17

6

“Bien visto, el Preclásico Tardío es el periodo en el que se establecen y en muchos sentidos se

consolidan, los rasgos característicos de las ciudades-Estado del Clásico.”3

Hacia el 400 a.C. aproximadamente desaparece misteriosamente la civilización olmeca. Por

cuatro siglos, los mayas se han asentado en la península sólida y progresivamente,

expandiendo sus emplazamientos cada vez más hacia el sur y ahora, en ausencia de la llamada

cultura madre, hacia el oeste en 350 a.C. con plena confianza de que ni ellos ni los nahuas

ocuparían el lugar. Llegaron a lo que ahora es el límite entre los estados de Tabasco y Veracruz,

y fundaron la capital provinciana de Comalcalco en 300 a.C., convirtiéndose en los dueños

indiscutibles de los mejores territorios productores de cacao y de copal, los cuales

intercambiaban por obsidiana y otras piedras preciosas. Después, fundan Palenque en el 150

a.C.

Con miras a una cercana prosperidad, fruto de una economía dinámica y un comercio

floreciente, los mayas se dedicaron a la construcción de obras públicas, ocupando así al

campesinado sin trabajo por el rezago agrícola de la temporada. En esta época aparecen los

primeros observatorios astronómicos y edificaciones con bóveda de saledizo, típicas de este

pueblo. A finales del periodo se desarrolla la arquitectura monumental, así como el arte

escultórico, las notaciones calendáricas y la escritura jeroglífica. Dedicaron una porción

importante de sus activos a la educación y el desarrollo de las ciencias. Para esto, abrieron la

primera ciudad escuela de América: Uaxactún (El Petén, Guatemala), hacia el año 100 a.C., a

donde fluyeron dirigentes, ingenieros, administradores, dibujantes, escultores, escribas,

parteras, sacerdotes y militares por citar algunos ejemplos, desarrollándose así los prodigios

que ahora le han investido tanto renombre a esta cultura.

Hubo un incremento considerable en la población, se perfeccionaron las técnicas

constructivas y agrícolas y se profundizó la jerarquización social, haciendo posible la

elaboración de grandes complejos arquitectónicos. Sin embargo, a finales de este periodo

sobrevendría una era de decadencia y despoblamiento de los centros ceremoniales como el

Mirador, dando lugar a Tikal y Calakmul, que aprovecharían para nuevamente dominar la

escena política.

3. Esplendor cultural (200-987 d.C.)

Mucha de la información con la que disponemos acerca de este periodo proviene en su

mayor parte de las estelas encontradas en los diferentes asentamientos mayas. Por estela se

entiende un monolito tallado en el que los mayas inscribían una serie de fechas determinadas,

como el cierre de sus ciclos cronológicos; por lo general también hacían alusión a eventos

históricos y/o datos biográficos de los gobernantes en turno.

En base a estos descubrimientos, podemos afirmar que las primeras estelas del periodo

Clásico se encuentran en Tikal (estela 29) y en Uaxactún (estela 9). La primera ronda del año

3 Revista Arqueología mexicana. Mundo Maya, esplendor de una cultura. Pág. 34.

7

340-350 d.C., e incluye el emblema característico de Tikal, lo cual comprueba que para este

tiempo esta ciudad ya era capital de su propia provincia. Existen otras estelas en ciudades

como Yaxhá y el Zapote previas al 390 d.C.

En el periodo 337-386 d.C., la estela 31 de Tikal nos narra una serie de acontecimientos

que bien podrían ligarse con una posible invasión de la ciudad por extranjeros. Durante la

segunda mitad del sigo V y principios del VI d.C. otras ciudades empiezan a registrar su historia

en monumentos, apareciendo también en la escena política. Estos son Altar de Sacrificios en el

nacimiento del Usumacinta (Guatemala) con las estelas 10 y 11, Copán al oriente con la 24 y

Yaxchilán (en la continuación del río Usumacinta en Chiapas) con la estructura 22.

Entre los años 485-583 d.C. empezaba la expansión maya, ahora incluyendo a Calakmul,

Yaxchilán, Caracol, Oxkintok, Naachtún e inclusive Cobá, que para este tiempo también alzaron

sus primeras estelas y monumentos.

Paulatinamente se empiezan a perfilar las ciudades-Estado mayas. Entre ellas están, aparte

de aquellas previamente citadas, Toniná al sur de Palenque y Yaxuná en las planicies

nororientales de la península de Yucatán. La más grande de todas sería, naturalmente, Tikal,

que, junto con Uaxactún, representarían la vanguardia en todos los aspectos de la civilización

maya durante prácticamente tres siglos.

Al igual que las ciudades-estado griegas, las mayas sostenían prolongados conflictos

bélicos las unas con las otras, lo cual, tristemente, desembocó en la decadencia y abandono de

sus grandes centros hacia el siglo IX.

Tikal mantuvo una política que oscilaba entre la alianza y el conflicto, y sufrió una derrota

en el VI siglo d.C. por Yaxchilán y Caracol, propiciando que Calakmul (y el reino de los señores

de Kaan concretamente) detentarán el mayor poder de la región.

Para el 600, las diversas dinastías de Tikal, Calakmul, Palenque, Yaxchilán y Dzibanché se

habían vuelto poderosas y se presentaba el declive en las ciudades de las Tierras Bajas. La

escritura y el calendario se encontraban ya perfectamente definidos, fungiendo un papel

importante en la legitimización de cada casa reinante. El incremento demográfico y un auge

constructivo vinieron de la mano con ricas y complejas decoraciones para adornar los ahora

abundantes edificios públicos. Las inscripciones jeroglíficas dan cuenta de importantes

sucesos, dígase ceremonias rituales, entronizaciones, júbilo por las conquistas, el

ensalzamiento de los gobernantes y amplias descripciones del panorama bélico de la época.

Las guerras se libraron en pos de subyugar a los enemigos y/o para obtener candidatos para

los sacrificios humanos. El gobierno emanaba de los centros ceremoniales, conformando

frágiles estados belicosos cuya hegemonía rara vez fue prolongada.

Hubo un notable abandono a la construcción de monumentos en Tikal durante el segundo

y tercer cuarto del siglo VI, probablemente porque sus gobernantes se trasladaron durante

este tiempo a Dos Pilas ya por otra invasión extranjera o por una sublevación del pueblo; otra

teoría que explica la ausencia de arquitectura es su intensa actividad militar, que debió haber

absorbido la mayor parte de sus recursos.

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Al contrario de Tikal, Calakmul despliega sendas muestras de prosperidad, erigiendo 14

estelas solo en el lapso de 633 a 682. La inactividad de Tikal permite a otras urbes expandirse y

competir por posiciones de influencia.

El cénit del Clásico maya se alcanza en el lapso de 731-780 d.C., pues se habían creado

nexos pacíficos en toda la región del Usumacinta desde el 690 d.C. Tikal experimenta un

renacer y se convierte en un sitio de peregrinación religiosa para los establecimientos

fronterizos y regiones adyacentes al Petén. Reanuda su producción de templos y estelas.

Tikal empezaría a mostrar su hostilidad contra Calakmul en los terrenos políticos,

comerciales y financieros principalmente, lo cual guiaría ultimadamente a las confrontaciones

armadas a finales del siglo VII y la primera mitad del VIII. Así, en 695 d.C., Tikal venció a

Calakmul, reiterando su victoria en 734. Sin embargo, Copán, que se había con Calakmul,

quedaba al oriente y podría presentar peligro para Tikal.

Emisarios del Petén Central partieron a Yaxuná, Oxkintoc y a Edzná (tres urbes cuya

importancia resultaría vital para la creación de este nuevo eje) para negociar la edificación de

la nueva capital provincial, que sería situada a las orillas de Oxkintoc y sería llamada Uxmal. Se

empezó también a construir una gran calzada de 103 kilómetros de longitud, que unió Cobá

con Yaxuná.

Las interminables guerras intestinas que empezaron durante el siglo VIII y que durarán

hasta bien entrado el IX propiciaran una decadencia que se volverá irrecuperable a partir del

800; este declive tendrá como consecuencia la desaparición de la práctica totalidad de las

ciudades-Estado de las Tierras Bajas del sur. El Petén sufriría una serie de invasiones desde el

800, demostrando una serie de modificaciones en el estilo de sus últimas estelas, con rasgos

traídos por la oleada invasora proveniente de Campeche, que portaba una fuerte influencia

tolteca.

La primera ciudad en ser abandonada sería Copán, grabando su última fecha en 805 d.C.

Cinco años después, Palenque, Yaxchilán, Piedras Negras y Bonampak le siguieron, impelidos

por las diferencias irreconciliables que nunca pudieron mitigar. Edzná les secundó en ese

mismo año de 810 d.C.

Con el centro de sus actividades comerciales desplazado y su economía frenada, Tikal y

aliados centraron sus actividades en Uxmal. Se reforzó la unidad de la Región Puuc con

hermosas construcciones y caminos que conectasen a las ciudades. Se quiso recurrir a

occidente, a Comalcalco, para renovar el comercio con el Altiplano Central.

A pesar de los esfuerzos, cuatro décadas después del abandono de Edzná, Oxkintoc

también se abandonaría en 849 d.C. Tikal, en un monumental esfuerzo por revivirla,

inauguraría en 850 un palacio de tres niveles en Sayil y otros proyectos en Labná, Kabáh y

Uxmal, pero no tendría éxito en resucitar a su compañera. Sucumbió 20 años después,

exactamente 1669 años después de su fundación.

Este abandono masivo supuso la pérdida de ancestrales tradiciones, tales como el registro

de la llamada Cuenta Larga (cuya última fecha corresponde al 889 d.C. del calendario

gregoriano). Aún así, las regiones de Puuc, Río Bec y Chenes se aprovecharían de la situación y

9

utilizarían las rutas comerciales que sus pares dejaran en desuso por su súbita desaparición.

Una era acababa de terminar, fruto de los conflictos, el desgaste humano y la explotación de

los recursos naturales; la interdependencia que las antiguas ciudades mayas tenían la una con

la otra se desplomó, truncando a todo el sistema, y con él, mucho de su civilización.

Casi simultáneamente, los putunes o mayas chontales hicieron su aparición en los

territorios desocupados. Procedentes del sur de Campeche y del delta del Usumacinta y del

Grijalva en Tabasco, culturalmente hablando estaban más influenciados por las culturas del

Altiplano que por las propiamente mayas del sur y oriente.

Los putunes se trasladaron desde Poronchan (otro de sus sitios originarios) hasta llegar al

Altar de los Sacrificios cerca del 800, y de ahí avanzaron hacia las afluentes del río de la Pasión,

conquistando Seibal y extendiéndose hasta la frontera de Honduras con la cuenca del río

Belice en 850. Otros puntunes llegaron al sur del río de la Pasión, y bautizaron su tierra como

Alcalá o Alcalán o “Tierra del Pueblo de las Canoas”, dado su lugar de origen en el Usumacinta.

Ahí se mantuvieron hasta 1695, y fueron llamados “lacandones” por los españoles.

Este pueblo llegó a dominar las rutas marítimas de la península de Yucatán, y los iztáes

(una de sus ramas), llegaron a conquistar Chichen Itzá en el 918 d.C. Durante los siguientes 50

años, los putunes abrieron canales de comunicación con su tierra natal en Campeche, y en 987

recibieron a Quetalcóatl-Kukulcán, que venía desde Tula tras haber sido expulsado por sus

adversarios. Este grupo acompañando al gobernante usurpado traería influencias mexicanas

todavía más marcadas.

En el lapso de 850-950 de nuestra era, los putunes controlaron el norte de Tabasco, el sur

de Campeche, Cozumel, Bakhalal y Chetumal, Chichén Itzá, algunos centros dentro de Yucatán

y gran parte del río de la Pasión y el Ucanal, en la cuenca del Belice. Este proceso es descrito

por J. Eric S. Thompson en los siguientes términos:

“La expansión de este grupo periférico al terminar el periodo Clásico en lo que fuera el núcleo de la

cultura maya es comparable al engrandecimiento macedonio a costa de la Grecia clásica cuando ésta

había dejado atrás su culminación cultural.”4

4. El Posclásico (987-1550)

Tras el colapso de las grandes urbes mayas de las Tierras Bajas, el centro de importancia

política y cultural se desplaza principalmente a dos regiones: la de la Costa del Caribe y el

centro y norte de la Península de Yucatán. Uxmal, una de las urbes creadas desde el Clásico

Tardío, detenta la total hegemonía de entre la variedad de asentamientos que anteriormente

conformaban la región Puuc. Al norte, Chichen Itzá dominará por espacio de dos siglos a partir

del año 1000 d.C., siendo abandonada aproximadamente en 1200.

Entran a la escena nuevos pueblos venidos del oeste: unos de ellos son los tutul xiu,

provenientes de Tabasco, que llegan a Chichén Itzá en 1027, cuando los itzáes ya la habían

abandonado. Se marchan de dicha ciudad alrededor del 1150, y se asientan definitivamente en

Uxmal en 1263.

4 S. Thompson, J. Eric. Historia y religión de los mayas. Pág. 23.

10

Los itzáes, por su parte, vuelven a Chichén Itzá durante este lapso, iniciando una nueva era

de esplendor cultural en la cual se va a dar una suerte de mescolanza entre las ideas del

altiplano y las mayas. Su influencia se dejaría sentir también en otras urbes como Mayapán,

Chichén, Uxmal y Sayil. Los itzáes se destacarían de sus pares mayas por su destreza con el

arco y la flecha, facilitándoles la reconquista de Chichén Itzá, y una vez asentados allí, erigirían

los imponentes edificios del Caracol, el Castillo, el Templo de los Guerreros y el Juego de

Pelota.

Tras la caída de Chichen Itzá, Mayapán reclamaría el poder en la región y lo conservaría

hasta 1441, cuando tanto itzáes como tutul xius (ambos sometidos por Mayapán) se rebelarían

contra ella, la destruirían y matarían a todos los miembros de la casa reinante, en ese tiempo

perteneciente a la tribu de los cocomes.

Simultáneamente, se crearía alrededor de Tulum un sistema comercial marítimo en la

costa de lo que ahora es Quintana Roo. Durante esta época se perciben ciertos cambios en la

organización social y política, pasando del sistema de mul tepal (alianza entre diferentes urbes,

que de cuando en cuando rotaban su cede de poder conjunto) al de k’uuchkabal (o provincias

dominadas por un gobernante supremo o jalach winik, y sus funcionarios, denominados

batabes).

Un huracán asolaría a toda la zona después de la caída de Mayapán, y se iniciaría un

periodo de guerras inter-tribales que no permitirían ningún asentamiento permanente, y

mucho menos un renacimiento cultural como había acontecido en Chichén Itzá dos siglos

antes.

“Cuando los españoles de Montejo consumaron en 1539-1542 la conquista, hacia algunos años que

la cultura maya se había extinguido definitivamente.”5

5. Dominación española (1527-1821)

Puede decirse con certeza que el área maya fue una de las primeras en el continente en

ser descubiertas por los españoles. El mismo Cristóbal Colón se encontró con los mayas en

1502 y poco después, en 1511, aconteció en estas tierras el desafortunado naufragio de

Jerónimo de Aguilar y de Gonzalo Guerrero (eventos narrados por Diego de Landa en su

Relación). Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva dirigirían expediciones de

reconocimiento en 1517 y 1518 respectivamente, desembocando en la campaña militar

empezada en 1519 por Hernán Cortés al interior del territorio mexicano. Pedro de Alvarado

conquistaría Guatemala en 1523, mientras que Diego de Mazariegos haría incursiones en

Chiapas. Francisco de Montejo (el “Adelantado”) y su hijo del mismo nombre empezarían en

1527 a penetrar en la península, fundando Campeche y Mérida.

A la par de las acciones militares, se establecerían en el lapso de 1540-1600 los dominicos

en Chiapas y Guatemala, y los franciscanos en el norte de la Península. Los mayas yucatecos y

los itzáes huirían hacia el sur, a lo que ahora son los estados de Campeche y Quintana Roo, y a

Guatemala. La densidad de la selva en esas regiones les permitió sobrevivir y retomar muchas

5 Martínez, José Luis. El mundo antiguo VI. América antigua. Nahuas/mayas/quechuas/otras culturas.

Pág 241.

11

de sus costumbres anteriores a la conquista española, si bien adoptaron algunos elementos de

la religión católica (sobre todo imágenes de los santos y de la virgen, las campanas de las

iglesias, la Pascua y la misa) y los incorporaron a sus viejas celebraciones (sobre todo el auto-

sacrificio y la quema de copal para los dioses antiguos).

Los españoles tardarían más de siglo y medio en conquistar totalmente el área, lapso

durante el cual mantendrán un estrecho comercio con los itzáes en los márgenes de sus

dominios, influenciándolos no solo en su religión, sino también en otros aspectos como su

vestimenta y sus tradiciones.

El apego de los itzáes a su notación calendárica les ayudaría a seguir resistiendo, pues,

según su tradición ancestral, éste preveía que cada katún (20 años) se daban una serie de

augurios (denominados “profecías katúnicas”) destinadas a repercutir en el orden político y

social de los hombres. Habían figurado que la Conquista española había sido uno de tales

eventos previstos por su calendario, suceso que, al igual que todo lo demás dentro de su

concepción cíclica del tiempo, debía terminar algún día para que renaciese el gobierno

independiente.

Reacios a aceptar la hegemonía extranjera, y esperanzados por los pronósticos de su

calendario, los indígenas harían repetidas incursiones en el territorio español, robando a sus

mujeres para forzarlas a servirles de la misma manera en que ellos habían hecho con las suyas.

Dado lo anterior, los españoles penetraron cada vez más en su territorio, tomando Noh Petén

(capital de los itzáes) y Tayasal en 1697, forzando así a los nativos a concentrarse en 1699 en El

Chan, uno de sus últimos bastiones autónomos

Durante el siglo XVIII, las diferentes tribus mayas que quedaban libres se concentraron en

Chichaná, población que durante el siglo XIX se enfrentaría con otro reducto indígena

insumiso, el de Chan Santa Cruz.

6. Época independiente (1821-2013)

La situación de los mayas no cambió con el fin de la presencia española en México, sino

que continuo bajo la forma de una encarnizada guerra civil empezada en 1848 y terminada en

1901 que tendría, por un lado, a los maya de Chan Santa Cruz, y por el otro, al gobierno

mexicano, que se disputaba entre exterminarlos (siguiendo el ejemplo norteamericano) o bien

evangelizarlos para así incorporarlos a la civilización.

Chan Santa Cruz representó un punto de unión entre las diferentes tribus mayas, pues se

creía que José María Barrera (indígena rebelde) había encontrado allí una “cruz parlante” que

exhortaba al pueblo maya a continuar su lucha contra los blancos. Se establecería de esta

forma la sociedad cruzo’ob, quienes hostilizarían no solo contra el gobierno mexicano, sino

también contra la ya mencionada tribu de Chichaná.

Ambas tribus recurrirían a terceros para mediar su querella. Los cruzo’ob se aliarían con

los británicos del Belice, mientras que los de Chichaná buscarían la ayuda de México. La guerra

no terminaría sino hasta 1900-1901, cuando Porfirio Díaz mandaría a Ignacio Bravo a tomar

Chan Santa Cruz en una campaña que duraría cinco meses.

12

Los peregrinajes a Chan Santa Cruz reiniciaron hacia 1980, y todavía hay personas

encargadas de guardar el lugar sagrado. Actualmente, siguen existiendo numerosos grupos de

lacandones en Yucatán, Quintana Roo y Campeche, los cuales lograron conservar muchos de

sus usos prehispánicos debido al escaso contacto que mantuvieron con los gobiernos externos

después de la Conquista. En Chiapas, sobreviven los tzeltales, los tzotziles y los tojolabales, los

cuales concentran su actividad económica en los Altos de Chiapas.

Desarrollo- El pasado y el presente de la religión maya

1. Pensamiento religioso maya en la época prehispánica

Visión del cosmos maya

Para los mayas, al igual que para el resto de los pueblos mesoamericanos, el mundo y la

vida estaban centrados en el mantenimiento del orden cósmico, la fertilidad y el bien común.

El nacimiento, el matrimonio y la defunción formaban parte de este proceso cíclico que los

mayas plasmaba dentro de sus calendarios para determinar los roles de sus gobernantes y

regir el proceso de la agricultura. Los reyes y sacerdotes debían presidir ciertos ritos, como el

sacrificio, el auto-sacrificio, danzas especiales y el juego de pelota.

Esencialmente, el mundo era un plano cuadrado en medio de las diferentes capas del

paraíso y del inframundo. Existían 13 niveles del primero, regidos por los trece señores del

supra-mundo, los oxlahuntikú; de igual manera, había 9 escalas en el segundo, dominadas por

los nueve señores de la noche, los bolontikú. Se cree que, por esta razón, los mayas dividían los

días en trece horas de luz y nueve de noche y tinieblas. Había una guerra divina entre ambas

urbes, la celestial siendo la benigna y la infernal la maligna. El cielo era masculino y la tierra

femenina. Uniendo el cosmos existía el yaxché o árbol sagrado de los mayas, con las raíces en

el averno y las ramas alzándose a través de la tierra y los diferentes escalones del cielo. Los

mayas creían que sus ancestros habían ascendido por las raíces al mundo corpóreo y que los

muertos avanzaban por el tronco hasta los cielos. El mundo estaba orientado hacia cuatro

direcciones: el rojo (este), el amarillo (oeste), el norte (blanco) y el sur (negro).

La muerte y la vida eran uno solo. Los muertos eran intermediarios entre este mundo y el

otro, y por esta razón eran honrados; sus tumbas eran decoradas y se les solía enterrar con

objetos de valor según su posición social, que les servirían en su viaje al inframundo.

El sacrificio, en sí mismo, era un medio para perpetuar la vida, un reclamo de los dioses por

haber creado el mundo y con lo cual se aseguraba su porvenir. El ofrecimiento de corazones

humanos era el pago perpetuo exigido por las divinidades a cambio de haber dado al hombre

el conocimiento necesario para utilizar el fuego; se sacrificaban guerreros cautivos, y, para

invocar la lluvia, a niños. En el juego de pelota también existían estas implicaciones cósmicas,

en las que la pelota, golpeada por las caderas y coyunturas de los jugadores, simbolizaba el

tránsito de astros como el Sol, la Luna y Venus a través del espacio. Los conceptos de muerte,

vida y resurrección estaban fuertemente arraigados dentro de este deporte, en el que

literalmente se jugaban la vida los competidores. En ceremonias rituales, por ejemplo, el

equipo ganador decapitaba al perdedor.

13

Finalmente, se creía que los seres humanos tenían un equivalente en el mundo animal,

que fungía como una suerte de protector y/o guía espiritual. La fauna era muy importante para

los mayas, tanto que muchas de las veces ellos representaban a sus dioses con atributos

animales (como de venados, caimanes, serpientes, águilas, etc.). Se decía que los sacerdotes

particularmente poderosos podían convertirse en uno de estos animales (que aquí llamaremos

nahual, y a la creencia en sí, nahualismo), para obtener uso de sus características especiales

(fuerza, vuelo, etc.) y/o comunicarse directamente con la divinidad.

Inframundo

El inframundo maya era llamado Xibalbá y era el lugar al que todas las almas descendían

en el umbral de la muerte. Se entraba a él por medio de una cueva, y se necesitaba la guía de

un perro para penetrar en sus profundidades; se bajaban unas escaleras muy empinadas, y se

cruzaba por varios ríos: el primero de ellos era muy rápido y estaba resguardado por dos

jícaras espinosas a cada lado; el segundo era de pús; el tercero de sangre y el cuarto fluía entre

dos barrancos. Se llegaba entonces a un sitio donde se cruzaban cuatro caminos de colores,

cada uno con un significado determinado: eran negro, rojo, blanco y amarillo, siendo el

primero el camino directo a Xibalbá. Los 12 señores de Xibalbá se encuentran finalmente ahí,

sentados en una gran sala de 13 asientos, siendo el sobrante para el viajero, y el cual estaba

diseñado para quemarlo al primer contacto.

Origen del hombre

“Entonces (los dioses) convinieron en crear a nuestros primeros padres y madres. Y a nuestros

primeros padres, que fueron cuatro les hicieron su carne solamente con las mazorcas amarillas y

blancas; solo con esta comida les hicieron sus brazos y piernas.”6

Como se lee en el Popol Vuh, para los mayas el hombre actual es producto de dos intentos

fallidos de los dioses por crear seres inteligentes que los reverenciasen y los reconocieran

como creadores. El primer hombre fue hecho de arcilla, pero no podía hablar y se deshacía con

gran facilidad; los dioses lo exterminaron, creando entonces al hombre de palo, que si bien

logró reproducirse, estuvo falto de razón y no se postró ante sus padres. De nuevo, los dioses

lo arrasaron y crearon entonces a cuatro hombres de pasta de maíz, que triunfaron donde los

anteriores dos prototipos no, ya que pudieron reconocer y honrar a sus dioses. De esta

manera, los mayas actuales se denominan a sí mismos “los hombres del maíz”, reconociéndose

así herederos de este tercer intento exitoso.

Los dioses mayas

“La idea de una reunión general de los dioses no tiene lugar en la teología maya, y las visiones del

comportamiento de los carnalísimos dioses griegos y romanos que esa palabra evoca hubieran sido

juzgados por los mayas totalmente impropios de los seres divinos…el trato con los dioses exigía del

impetrante maya la limpieza ritual y la ausencia de preocupaciones sexuales; la idea helénica de que los

6 Ximénez, Francisco. Popol Vuh, versión de Agustín Estrada Monroy. Pág. 89.

14

dioses tenían constantemente aventuras amorosas con los seres de carne y hueso…les hubiera

repugnado.”7

Con lo anterior, Thompson intenta mostrarnos qué tan diferentes eran los dioses mayas de

los occidentales propios de la Antigüedad Clásica, y enumera una serie de características que

los distinguían en muchos sentidos de las deidades griegas y romanas. Por nombrar algunas,

podemos decir que pocos eran los dioses mayas que poseían forma humana; por lo general se

conformaban de combinaciones de animales u otros elementos naturales. Los dioses solían

tener una personalidad cuádruple (los cuatro puntos cardinales y sus respectivos colores) pero

a la vez singular, que de alguna forma recuerda a la trinidad cristiana. Hay una dualidad latente

en cada divinidad: son benignos y malignos, femeninos y masculinos, viejos y jóvenes a una

sola vez. Además, podían pertenecer a varias categorías: así, el dios sol, divinidad celeste,

podía tornarse señor de la noche al ocultarse en el oriente y hacia el inframundo. Los dioses

mayas también estaban estrictamente relacionados con periodos de tiempo, habiendo

prácticamente una deidad por día. Se adoraba a los animales, y se creía que objetos

inanimados podían recibir un espíritu para cobrar vida e inclusive divinizarse.

A continuación se hace un breve listado de los principales dioses mayas:

1- Dios A, o Yumi Kimil. Es el señor de la muerte, representado como un ser humano

esquelético, con partes negras (signos de descomposición), vientre hinchado (putrefacción) y

olores fétidos saliendo ya sea de su nariz o de su ano.

2-Dios C, o K’u (o Ch’u). Es el dios de lo sacro y lo divino, es representado con cara de mono

y se le pinta en un artefacto ceremonial, al lado de otra deidad, junto a un gobernante o como

marca en un árbol sagrado.

3-Itzamnaaj. Dios creador del universo y de todo cuanto existe. Tenía diferentes nombres y

se le representaba como un anciano cuya morada estaba en el cielo, desde el cual dictaba sus

designios al resto del universo.

4-Dios E o Nal. Dios del maíz, representado como un hombre joven con cráneo deformado

saliendo del grano sembrado.

5-Dios G o K’nich Ajaw. Deidad solar, padre del tiempo, la luz, el calor y los cuatro rumbos

del universo. Su nombre significa Señor del Ojo Solar, y su representación más frecuente es la

del glifo k’in (sol, día, tiempo y fiesta). El glifo de su cabeza también se utiliza para aludir al

número 4.

6-Dios K; Dios GII o K’awiil. Es el dios de los linajes divinos, asociado con la nobleza, el

relámpago, las semillas, las ofrendas de sangre, la fertilidad y la germinación. Se le

representaba como un hombre con pierna de serpiente y una trompa de reptil con varios

molares y un gran colmillo.

7-Dios L. De nombre desconocido, se le vincula con la noche, el instante de creación del

cosmos, la destrucción, el inframundo, Venus (cuando no es visible) y el comercio. Su rostro es

7Thompson, J. Eric. Historia y religión de los mayas. Pág. 247.

15

de anciano, tiene orejas de jaguar, el cuerpo pintado de negro y posee un sombrero con

plumas del ave “moan”.

8-Dios M o Ek’Chuak. Es el dios de los comerciantes y del centro del mundo (donde reside

el primer fuego), a quien se le rendía culto de noche. Tenía forma humana, con rasgos de viejo

o de joven, cola de escorpión y labios rojos, sin mencionar un bastón que usa de apoyo y un

bulto en la espalda lleno de mercancías.

9-Dios N o Pawahtún. Patrono de escribas y pintores, era el dios cargador del cosmos.

Tenía una cuádruple personalidad, cada una sosteniendo las cuatro esquinas del mundo. Era

representado como un viejo desdentado, a menudo con un caparazón de tortuga cubriéndole

la espalda.

10-Dios Q. Era la divinidad de la guerra y los sacrificios. Era representado como un hombre

joven en actitud belicosa frente a otras deidades o atestiguando un sacrificio.

11-Diosa I; diosa O o Ix Chel. Diosa de la luna, representada con una faceta joven (luna

creciente) y otra vieja (luna menguante). Presidía las actividades afines a su género, como la

concepción, el embarazo y el parto, así como otros rubros como la medicina, la pintura, los

textiles, las aguas, el arco iris, la fertilidad de la tierra y la noche.

12-Chaac. Es una de las deidades más antiguas de Yucatán, con un culto ya establecido

desde el Preclásico. En general, tenía injerencia sobre la producción agrícola, la lluvia, el

relámpago y el trueno. Al igual que GI o K’nich Ajaw, era tetravalente, teniendo cuatro facetas

según cada color y rumbo del universo. El más conocido de los cuatro es el Chaac rojo del este,

o Chak Xib’ Chaak. También se le relaciona con Itzamnaaj, y por lo tanto con la fertilidad, razón

por la que en el Clásico se le agregó una diadema de concha recortada a su atavío. Chaac era

ampliamente usado como nombre o parte del atuendo de los gobernantes mayas, y

normalmente se le representaba con una figura antropomórfica o de serpiente con una

trompa larga con rasgos de víbora, lagarto y tapir (después achicada para añadirle las barbas

del pez bagre). Su color era el azul, y portaba ya sea una vasija con agua o un hacha capaz de

controlar los truenos y los relámpagos.

Además de estos seres divinos, existían los llamados “dioses remeros”, que se

representaban como dos hombres viejos que tenían la tarea de llevar al dios del maíz por los

ríos del inframundo en una canoa para asegurar la germinación de este alimento. El primero

de estos viejos portaba una espina de raya en el tabique nasal y se le representa con el glifo

k’in (día). El segundo tenía rasgos propios del jaguar, como sus manchas y sus orejas; su glifo

era akbal (noche). Por ende, los mayas consideraban que, en conjunción, estas dos deidades

aseguraban la continuidad de los amaneceres y los crepúsculos, y por lo tanto la permanencia

de la vida material sobre la tierra.

Finalmente estaban los bacabes, que eran 4 dioses que sostenían al cielo por sus cuatro

esquinas, y a cada uno correspondía un color: rojo, blanco, negro y amarillo. Aún hoy son

considerados como los protectores de las cuatro entradas de las aldeas y de las esquinas de la

milpa. Se cree también que ellos plantaron una ceiba a manera de axis mundi, sirviendo como

camino hacia el cielo a partir de la tierra.

16

Quetzalcóatl/Ku-Kul-Kán

La Serpiente Emplumada como deidad y concepto filosófico-religioso existe con profundo

arraigo en prácticamente toda Mesoamérica, aunque adoptó características particulares de

acuerdo a las diferentes regiones y culturas que, a través de variadas expresiones artísticas

(arquitectura, escultura, etc.) expresaron uno o todos sus atributos (como lo son el ave, el

reptil y/o el caracol) y sus consiguientes significaciones dentro de una cosmovisión

relativamente homogénea. Para empezar a entender a Quetzalcóatl, es menester empezar por

distinguir los elementos conceptuales que lo componen:

1-El pájaro: es un símbolo eminentemente celestial. Aves como el águila representan al

sol, mientras que el colibrí emula el alma que asciende desde la tierra.

2-La serpiente: se le asocia con la materia, con la tierra y con la muerte, pero no en un

sentido inerte, sino como posible germen de vida y de renacimiento. La serpiente es, por lo

tanto, movimiento constante.

3-La serpiente emplumada: la fusión de lo material con lo insubstancial en base a dos

principios o fuerzas opuestas, ligados el uno con el otro por un movimiento dinámico realizado

por ambas partes: así, el ave vuela bajo para acercarse a la tierra, y la serpiente alza su cuerpo

para entrar en contacto con el cielo.8 De esta comunión nace Quetzalcóatl como

representación de la dualidad, puesta de manifiesto por primera vez probablemente en el siglo

II o III d.C. por Teotihuacán, que asocia simbólicamente en un solo jeroglífico la noción de

poder con la de la cabeza de la serpiente emplumada, resultando así en la creación del

concepto de “Señor Quetzalcóatl”9.

4-El caracol: este, por su parte, funge como símbolo de la vida y de la muerte, es natalicio y

finalidad. Se encuentra expresado tanto por mayas como por nahuas, lo mismo que en el

propio mito de Quetzalcóatl, pues, después de su inmolación, el mítico rey resurge como el

planeta Venus en el firmamento. E ahí una alegoría cíclica de lo que podría llamarse la vida del

hombre, destinada a ascender al “país del sol”, pero también a hundirse en la oscuridad de la

materia.

El mito de Quetzalcóatl, de hombre a la vez que dios, alude a toda una manera de pensar

que Laurette Séjourné nombró “humanismo quetzalcoatliano”, el cual puede resumirse en los

siguientes puntos:

-El hombre está destinado a encontrar la apoteosis y es por naturaleza un ser

trascendental, capaz de alejarse de lo material hasta acercarse a lo divino por medio de un

movimiento sagrado que “conduce a la liberación de la energía iluminante que el corazón

encierra.”10

-El hombre es capaz de guiar el movimiento sagrado (mencionado anteriormente), y por lo

tanto de convertirse en el dueño de su propio destino. Para esto, cada individuo debe aspirar a

la perfección interior por medio de sus obras, ejerciendo así su libertad creadora de manera

8 Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Págs. 35 y 36.

9 Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 42.

10 Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 138.

17

plena. La penitencia a la que nos invita Quetzalcóatl para lograr esto no indica sumisión ni

dependencia, sino, por el contrario, el poder para “ayuda(r) a la conciencia a rechazar toda

enajenación.”11

-La iluminación del ser humano no se detiene en un proceso solitario y personal, sino que

supera los límites de lo individual y tiende a convertirse en un proceso colectivo en el que la

espiritualidad se hace asequible para todos. “Por eso, la insistencia de…(Quetzlacóatl)… sobre

el sentido de la justa conducta que el individuo debe adoptar tanto hacia sí mismo, como en

relación a los demás.”12

-“El mesoamericano se apasiona por descubrir en…(su época)…los principios universales

que lo salven de su finitud, en la creencia de que…no puede alcanzar la vida eterna más que

trascendiéndose.”13 Lo anterior es claro en establecer que, de acuerdo a la filosofía de

Quetzalcóatl, el hombre no debe intentar legar a la historia los aspectos mundanos de su vida,

sino aquellos hechos por los cuales precisamente llega a superarse a sí mismo.

-La obra material del hombre no tiene fin ni valor en sí misma, más que en la medida en

que le ayuda a indagar en su propio auto- descubrimiento. De ahí a que muchos de los grandes

edificios de Teotihuacán hayan sido demolidos varias veces por sus propios habitantes al

término de cada ciclo de 52 años (práctica que sobrevivirá hasta los aztecas), con el propósito

de ser reconstruidos sobre las cenizas de lo anterior cada vez con más belleza y vitalidad.

-La materia, la vida, el pensamiento, la razón y el espíritu se unifican en el hombre de

manera coherente e integral, de manera que la tarea de este último consiste únicamente en

tomar consciencia de dicha unidad y ver por su realización, “porque a través de lo humano, es

el universo todo el que realiza su unificación.”14

Los elementos anteriores vienen como resultado de un profundo análisis arqueológico

hecho por Séjourné principalmente en Teotihuacán durante los “siglos creadores” (como ella

llama al periodo Clásico), pero que decaerán en el Posclásico (denominado por ella como los

“siglos guerreros”). Y en efecto, porque se pueden encontrar reproducciones del simbolismo

de Quetzalcóatl en lugares tan separados entre sí como lo son Chichén Itzá y Tula, ambas

capitales de grandes reinos fundados a principios del Posclásico. Según Florescano, estas urbes

fueron receptoras contemporáneas del esparcimiento nahua dado a razón de su decadencia

acontecida entre los siglos IX y X de nuestra era. Dicha migración provocó, en el caso de

Chichén Itzá, un mestizaje tanto racial como cultural entre los linajes guerreros nahuas con las

estirpes mayas yucatecas15, quienes se declararon a sí mismas como las herederos de Tollan, la

metrópolis sagrada que, según Florescano, no sería Tula, sino la misma Teotihuacán. Ellos

reclamarían que Ku-Kul-Kán (versión maya de Quetzalcóatl), había emigrado a sus territorios

tras su expulsión de Tollan con el fin de fundar un nuevo reino, de esta manera convirtiéndose

en el “gran señor” y “capitán” que los mayas le describieron a Landa cuando él les peguntó por

el origen y posible fundador de esa ciudad.

11

Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 141. 12

Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 148. 13

Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 150. 14

Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 164. 15

Florescano, Enrique. Quetzalcóatl y los mitos fundadores de Mesoamérica. Pág. 175.

18

Sin embargo, el ingreso al territorio mesoamericano de tribus “bárbaras” chichimecas

supondría, a la par del abandono masivo de los principales centros ceremoniales del Clásico,

un giro en las tradiciones y abstracciones rondando la mítica figura de Quetzalcóatl. Ya para el

tiempo en que los aztecas irrumpen en la escena, Sejourné nos dice que el mensaje original de

dicho dios-profeta se había degradado a raíz de “las constantes masacres guerreras, los abusos

de la esclavitud, así como las torturas sacrificiales en nombre de la supuesta superioridad de

un pueblo o de una ambigua responsabilidad cósmica…sin otro ideal básico que la dominación

material”16. El sacrificio humano, en algún momento prohibido por Quetzalcóatl durante su

estancia mortal en Tollan, había sido retomado por los aztecas y otras culturas del Posclásico a

causa de su incomprensión del significado transcendental de los arcaicos conceptos religiosos,

degradando así la tradición milenaria que rondaba no solamente en torno al derramamiento

de sangre (como hicieran los aztecas), sino en torno al progreso de la consciencia espiritual del

hombre.

La magia

“A diferencia de la religión que…consiste en el encuentro personal con lo sagrado, la magia es

considerada generalmente como una práctica humana por la que se obtienen unos favores

inalcanzables por medios naturales ordinarios”17

Dicha práctica por lo general era conducida por los sacerdotes (aunque en ciertos casos

también podía ser ejecutada por gente común) por medio de rituales específicos destinados ya

sea a alejar el mal de una persona, causar daño o bien recurrir a la divinidad para hacer un

prodigio y adquirir ciertas habilidades.

Este último rubro tenía amplia difusión dentro del pensamiento maya, pues pensaban que

emulando las características de cierto objeto (o teniendo contacto con él) podían obtener sus

cualidades. Este tipo particular de práctica se le conoce simplemente como “magia imitativa”.

En un ritual, por ejemplo, a los niños de 4 meses (por ser los lados de la milpa) y a las niñas de

3 (por el número de piedras del hogar) se les ponían los utensilios propios de su género

(machetes, hachas, objetos de cocina, entre otros) en sus manos para que hicieran ademán de

usarlos. Se creía que esto los haría buenos en sus futuras ocupaciones como adultos.

Sacerdocio

Existían en Yucatán, como en todas religión, varios niveles de jerarcas religiosos. El más

alto de ellos aparentemente era el halach unic, el “hombre verdadero”. Ningún hombre podía

hablarle cara a cara, y por lo general se cubría el rostro con un paño. Tenía funciones tanto

políticas como religiosas.

El siguiente peldaño era ocupado por el sumo sacerdote, llamado ahau can mai, traducido

como “tabaco serpiente cascabel” o “venado serpiente cascabel”. Sus funciones incluían

enseñar la escritura jeroglífica, los rituales, el cómputo del calendario, la adivinación y el poder

para nombrar a candidatos para el sacerdocio.

16

Laurette, Séjourné. El universo de Quetzalcóatl. Pág. 186. 17

Sahagún, Lucas. 10 palabras clave en religión. Pág. 61.

19

Los sacerdotes regulares eran los ah kin, “el del Sol”. Eran clérigos regulares, haciendo las

veces de párrocos de las comunidades y presidiendo sus ceremonias. El sacerdote encargado

de dirigir un sacrificio humano era llamado batab o “el que empuña el hacha”, mientras los

chacs (generalmente ancianos) sostenían los brazos de las víctimas. Los rezadores menores

recibían el nombre de ah men, “el ejecutante, o el que hace”, y se encargaban de los ritos

relacionados al campo y la selva.

Por último, se especula existía una orden de vírgenes que vivían al lado de los templos,

teniendo la responsabilidad de cuidar el fuego sagrado.

El culto y los sacrificios

“Esencialmente, la religión maya es una cuestión de contrato entre el hombre y sus dioses. Los

dioses ayudan al hombre y le proporcionan alimento; a cambio esperan un pago, y la mayoría de las

veces debe hacerse por adelantado.”18

Para los mayas era muy importante presentarse en el debido estado mental cuando fuesen

a hacer sus ofrendas u otras prácticas rituales ante sus deidades. Por esto, los mayas ayunaban

y soportaban largos periodos de continencia antes de hacer sus peticiones. Inclusive se

encuentran registros acerca de confesiones públicas.

El ayuno básicamente consistía en abstenerse de comer carne, chile y sal por determinados

lapsos de tiempo. En el caso de la continencia, los hombres pasaban a vivir a sitios especiales

allende a los templos para no convivir con sus esposas. La confesión era una forma de

purificarse y se practicaba por lo general cuando alguien estaba gravemente enfermo.

En cuanto a los sacrificios, es prudente empezar por definir el concepto que los mayas

tenían del mismo. El equivalente yucateco para tal vocablo hispano es p’a chi, o “abrir la

boca”, haciendo alusión a la práctica de untar sangre del corazón de la víctima en los labios del

ídolo.

Existían diferentes tributos de sangre, ya sea de animales y/o humanos. Desde el

Preclásico, era muy común que los mayas se ejecutaran sangrías en la lengua, las orejas, los

brazos y el pene. Esta sangre era depositada en hojas de papel de amate que después se

recogían en platos y se ofrendaban a los dioses. El sacrificio humano consistía en la extracción

del corazón de la víctima al tiempo que cuatro ayudantes sujetaban sus extremidades. En

Piedras Negras, un detalle escultórico muestra el ritual, representando la sangre que brota del

cuerpo mutilado como plumas de quetzal, aludiendo al inmenso valor del líquido vital. Este rito

también podía efectuarse mientras el candidato estaba amarrado a un palo.

2. Pensamiento religioso maya en la época actual

Según Florescano, actualmente los indígenas de Mesoamérica siguen compartiendo

rasgos comunes en cuanto a sus concepciones del origen del cosmos (cosmogonía), la

composición del universo (cosmografía), las leyes que mantienen su equilibrio (cosmografía) y

finalmente la función de los seres humanos en la tierra (historia).19 Nos muestra a su vez las

18

Thompson, J. Eric. Historia y religión de los mayas. Pág. 215.. 19

Florescano, Enrique. La visión del cosmos de los indígenas actuales. Pág. 15.

20

increíbles similitudes que en estos aspectos pueden todavía encontrarse entre comunidades

tanto del Altiplano como en la península yucateca. Empezaremos por mencionar los rasgos

que han sobrevivido de cada uno de estos aspectos, y cuyas raíces se encuentran en el legado

prehispánico que, pese a medio milenio de aculturación, ha perdurado en su consciencia

colectiva.

Cosmogonía

En cuanto a la creación del universo, los indígenas siguen manteniendo la versión de que

fue creado en diferentes etapas, a cuyo término todo era destruido para permitir el

nacimiento de cada nueva era (como en el Popol Vuh). Esta es la versión que todavía sostienen

los chamulas, quienes dicen que hubo cuatro etapas previas a nosotros, pero que, al haber

fallado todas por la debilidad de sus ocupantes, fueron aniquiladas hasta engendrar la

presente (la quinta era), que fue la única que pudo concretarse correctamente.

Los nahuas de Chicontepec, Veracruz, nos hablan a su vez de los varios intentos de los

dioses por engendrar una humanidad perfecta: dicen que en el primero fueron hechos de

barro; en el segundo, de papel; en el tercero de madera de cedro; en el cuarto de tubérculos; y

finalmente, en el quinto (el presente) fueron constituidos de masa de maíz, huesos

ancestrales, amaranto y frijol. Las primeras cuatro fueron respectivamente destruidas por

fieras, huracanas, incendios e inundaciones. En la quinta edad, los dioses dispusieron el cielo

arriba de la tierra, la cual levantaron por medio de cuatro postes localizados en cada una de

sus esquinas; debajo de ella situaron el inframundo, y unieron todo mediante el cerro

Postecitla, lugar donde también se engendró a la humanidad y se guardaron los alimentos

esenciales.20 Se habla también del Xochicauhuitl, una ceiba sagrada que unía al cielo y la tierra.

Lo anterior guarda increíble semejanza con la antigua creencia maya de los bacabes, que

sostenían las esquinas del mundo, y no pocos paralelismos con lo relatado en el Popol Vuh,

sobre todo en el hecho de que la humanidad surgió a raíz de varios intentos, perdurando

solamente aquella que fue hecha de maíz, y que tuvo también dicha planta como alimento.

Existen otras semejanzas cuando se analizan ciertas informaciones como la recabada por

Alfred Tozzer en 1907 en las cercanías de la ciudad de Valladolid, Yucatán. En dicho relato, se

habla de los hombres que habitaron la región maya en las diferentes épocas, siendo los de la

primera los constructores de las grandes ciudades prehispánicas, y el resto los pobladores

subsecuentes que vinieron a la región tras una serie de diluvios que acontecieron entre cada

una de las etapas, que en total son cuatro. En esta época final, se dio una mezcla de los

remanentes de todas las humanidades anteriores, que hoy día todavía pueblan Yucatán. De

nuevo, vemos el elemento de la destrucción de las edades, a su vez que se muestra la situación

del diluvio, tan recurrente no solo en la mitología maya, sino también en las creencias de los

pueblos del Altiplano.

Cosmografía

Tanto los nahuas de Chicontepec como los tzotziles de Chamula y los tzeltales de

Zinacantán concuerdan en que el mundo está divido en los tres planos que mencionamos

20

Florescano, Enrique. La visión del cosmos de los indígenas actuales. Pág. 16.

21

anteriormente: la tierra, el cielo y el inframundo, todos orientados a los cuatro rumbos del

universo: el este de donde sale el sol, el oeste en donde se oculta, el norte y finalmente el sur,

lugar de los muertos21. A estas direcciones les correspondían los cuatro colores que se

mencionaron anteriormente, a saber: el rojo (este), el amarillo (oeste), el norte (blanco) y el

sur (negro), siendo equivalentes a los preceptos de orientación descritos por los mayas siglos

antes.

El cielo está, a su vez, compuesto por 7 capas, mientras que el inframundo cuenta con 5,

sumando un total de 13. La tierra sigue teniendo, como lo establecieron los antiguos mayas,

una connotación de matriz femenina, mientras que la bóveda celeste aún detenta las

características de un fertilizador masculino.

Los nahuas de la sierra de Cuetzalan nos dicen que el inframundo no es solo la residencia

de los muertos, sino que es también un lugar de fertilidad, de donde surge la vida tanto

humana como animal (en códice de Dresde se le representa con dios y diosa de la muerte

copulando). Guarda esto analogía con la creencia maya antigua de que los primeros hombres

ascendieron el mundo desde esta región, trepando por el yaxché o árbol sagrado. Los

indígenas todavía piensan en el inframundo de una manera muy similar a como lo hacían los

mayas prehispánicos del Xibablbá, viendo a éste como un lugar oscuro, húmedo y surcado por

cuevas y ríos subterráneos.

Cosmología

Los indígenas de hoy en día, al igual que sus pares precolombinos, siguen rigiéndose por un

sistema de dos calendarios que tienen como base el movimiento del sol. Ambos están repletos

de fiestas agrícolas y religiosas que mezclan conceptos propios con los cultos a los santos y

otras celebraciones de orden occidental/cristiano. Rafael Girard nos habla a este respecto en

un estudio realizado a los pueblos mayas chortís, aludiendo al uso de su sistema calendárico y

los rituales en torno al mismo. Nos habla que durante su año nuevo (el 8 de febrero) los

chamanes dirigen una celebración que intenta replicar el momento de creación del cosmos, a

su vez que hace hincapié sobre otras fechas importantes como los solsticios (21-22 de junio y

21-22 de diciembre) y el “día de recordación de los muertos” el 29 de octubre y el 1 de

noviembre.22 Además, al parecer, el calendario de los chortís parece contar también con un

periodo de 5 días nefastos entre el 2 y el 7 de febrero, siendo en todo análogos a los wayeb

que precedían al año nuevo maya. También se preservaron los ciclos de 52 días, las cuentas

por novenas y trecenas, y el rito del Fuego Nuevo el 20 de marzo o Semana Santa.

Como prueba del sincretismo ocurrido entre la antigua religión prehispánica y el

cristianismo tenemos la fiesta de la Santa Cruz en el pueblo de Ameyaltepec. Empieza el

primero de mayo, y consiste en una serie de procesiones a los cerros de San Juan y de

Ameyaltepec, donde hay altares con una serie de cruces a las que se les ofrecen alimentos

como mole verde de semilla de calabaza, pan y chocolate; a su vez, se queman grandes

cantidades de copal y se adora la imagen de la virgen, llamada por los nativos Tonantzin (lo

que prueba el sincretismo entre los cultos mayas y nahuas, ya que Tonantzin era el término

21

Florescano, Enrique. La visión del cosmos de los indígenas actuales. Pág. 18. 22

Florescano, Enrique. La visión del cosmos de los indígenas actuales. Pág. 21.

22

con el cual los aztecas se referían a Coatlicue, su antigua diosa madre de la tierra). Johanna

Broda nos ayuda a esclarecer los aspectos poco cristianos de dicha ceremonia al recordarnos

que los aztecas elaboraban una similar para pedir lluvias, y que las cruces, antes que símbolos

cristianos, parecen emular al Wakan-chan o árbol cósmico maya, como se ve en el Templo de

la Cruz de Palenque. Ya se había dicho que este árbol unía los tres planos del mundo, y,

aparentemente, también este concepto sobrevivió a la imposición cristiana.

Florescano atribuye la supervivencia de todas estas costumbres a factores de cohesión

social y a la tradición oral, junto con el arraigo desarrollado por estos pueblos durante al

menos los últimos 5000 años23a los ciclos agrícolas inherentes a su tierra, ayudándoles así a

preservar, si no los conocimientos originales de su religión, al menos si su aplicación práctica a

través de sus ritos y sus calendarios.

Los zinacantecos

Para ahondar un poco más en el pensamiento y proceder religioso de las comunidades

indígenas actuales, se eligió a la ya mencionada comunidad maya de Zinacantán, ubicada a 60

kilómetros de la ciudad de San Cristóbal de las Casas (fundada en 1528 en honor de fray

Bartolomé de las Casas) en los Altos de Chiapas, la cual Evon Z. Vogt visitó y estudió entre los

años 1957-1963. Lo expuesto a continuación es, entonces, un resumen de las principales

observaciones hechas por él como por otros investigadores como Benjamin N. Colby, Pierre L.

Van Den Berghe, Frank Cancian y Victoria R. Bricker acerca de las prácticas religiosas

zinacantecas y su relación con los antiguos rituales hechos por sus antepasados mayas.

Nociones preliminares de los zinacantecos

Los ya citados Benjamin N. Colby y Pierre L. Van Den Berghe nos dan una breve pero

concreta vista panorámica de dicha población, que en la década de 1950 contaba con

aproximadamente 125,000 habitantes. Dichos pobladores pertenecen en su mayoría a dos

grupos lingüísticos de la familia mayense, el tzotzil y el tzeltal, y conforman grupos étnicos

relativamente pequeños, entre los cuales se encuentran los chamulas, los huistecos, los

tenejapanecos y los ya mencionados zinacantecos. Mantienen estrechas relaciones de tipo

comercial con la cercana ciudad de San Cristóbal, que en ese tiempo contaba con 17, 473

habitantes plenamente castellanizados, y a los que los autores nombran ladinos, en

contraposición con los indígenas, que forman parte de un modelo cultural propio y

escasamente hispanizado.

Ambos grupos (los indios y los ladinos), practican la religión católica, si bien su concepción

y práctica de la misma es completamente diferente, ya que en los primeros se ha dado una

inserción y adaptación de sus antiguas deidades paganas, mientras que en los segundos se

preserva una práctica más ortodoxa, que es más bien una variante del catolicismo romano.24

Existe poca secularización entre los indígenas, mientras que las funciones del clero ladino

tienden a estar especializadas. Los zinacantecos conciben el alma como un conjunto de 13

partes y dos animales (nahuales), mientras que los ladinos tienen un concepto unitario de la

misma. En los indígenas prevalecen las ceremonias curativas como forma de combatir las

23

Florescano, Enrique. La visión del cosmos de los indígenas actuales. Pág. 25. 24

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 37.

23

fuerzas malévolas del universo, mientras que en los ladinos los sacramentos fungen un

importante papel en la conservación de las relaciones con Dios.

Organización ceremonial

En otro apartado, el mismo Evon Vogt nos habla de los patrones de poblamiento de

Zinacantan. Las comunidades se encuentran en su mayor parte esparcidas alrededor de una

cabecera o centro ceremonial y político, donde se ubican las tres iglesias católicas principales,

el cabildo y una plaza donde se da un rico intercambio de bienes durante las fiestas.25 Los

caseríos (que van desde los 150 hasta los 1200 habitantes) se encuentran concentrados en

torno a cinco manantiales, todos con una fuerte connotación sagrada. Las casas tienden a

estar divididas en grupos de 2 o de 3, y en ellos coexisten varias familias patrilocales; a esta

unidad Vogt la llama sná.

Así, los zinacantecos salen de sus caseríos y parten hacia sus centros ceremoniales para la

celebración de sus fiestas religiosas. Los cargos para la administración del culto suelen ser

rotativos, de manera que una persona puede ocuparlos solo durante determinado tiempo para

después pasárselo a otra. Dentro de los templos existen ciertos ministros especiales que

laboran en ellos permanentemente, y llevan el nombre de sacristanes. Ellos saben las

oraciones específicas que deben darse a los santos. Existen otros puestos, como el de músico,

alférez y los escribanos, quienes llevan registro de los libros sagrados con los nombres de los

zincantecos que deben ocupar determinado puesto por un determinado número de años.

Este sistema guarda mucha relación con aquel empleado antiguamente con los mayas, ya

que se creía que existía “un cuerpo sacerdotal permanente, sobre todo en el periodo clásico

tardío…y de que estos sacerdotes permanentes tuvieran las principales responsabilidades,

mientras que los de rango inferior ocupaban sus puestos a merced de un sistema rotativo de

grados escalonados.”26

El mundo sobrenatural

Existen cuatro conceptos de divinidad dentro de la religión zinacanteca.

El primero de ellos es el totilme’iletik (“padres-madres”), que son representados como

indios ancianos que residen en las montañas sagradas que rodean el centro ceremonial, en las

colinas que están sobre los manantiales y en las unidades residenciales. Su lugar de reunión se

encuentra en el kalvario (término prestado del español, pero que para los zinacantecos

significa “santuario ancestral”), donde deliberan, efectúan ceremonias y esperan el sacrificio

de gallinas negras y la ofrenda de velas blancas. Pueden castigar o premiar, y se relacionan con

los zinacantecos vivientes por medio de el ch’ulel (alma) y el chanul (nahual) que forma parte

de cada uno de estos. Los zinacantecos creen que su ch’ulel está compuesto de 13 partes, de

las cuales los totilme’iletik les pueden quitar una o más si incurren en una falta grave. El

zinacanteco en cuestión tendrá que recurrir a un h’ilol para recuperar ese fragmento de su ser

por medio de una curación. Además, ellos creen que su chanul, o animal sagrado, se guarda

junto con los chanules del resto de la comunidad dentro de un establo llamado B’ankilal

25

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 64. 26

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 83.

24

Muk’ta Vits (“gran montaña del hermano mayor”), donde los cuidan los totilme’iletik. De la

misma forma, si un zinacanteco comete un acto inmoral, los padres-madres abrirán este corral

sobrenatural, dejando ir al chanul del indígena en cuestión y exponiéndolo a los peligros de la

intemperie (los cuales, de sucederle, también repercutirán en el zinacanteco). Igualmente,

para asegurar que los padres-madres vuelvan a insertar a su chanul dentro del corral sagrado,

los zinacantecos deben hacer una ceremonia para pedir perdón a los dioses.

El segundo concepto de divinidad lo conforma el yahval b’alamil (“dueño de la tierra”), y se

le representa como “un ladino…grande y gordo que posee mucho dinero y gran número de

vacas, mulas, burros y gallinas.”27 Se pueden manifestar en las aberturas de la tierra,

especialmente en las cuevas calizas o desaguaderos, por medio de los cuales los indígenas

pueden comunicarse con él. Se dice que este ser necesita de trabajadores, y que un ch’ulel le

puede ser vendido, forzando así a que un individuo trabaje para él. Vogt nos dice que las

ceremonias que se deben realizar para liberar un ch’ulel de sus garras pueden ser arduas y

costosas.

El tercer concepto lo conforman los 37 santos que se encuentran distribuidos entre los tres

templos del centro ceremonial, todos con cualidades especiales. Los individuos les dirigen

plegarias, además de que los grupos que se encuentran en “misiones curativas” recurren a su

ayuda por medio de rezos.

El cuarto y último concepto es “el dios creador del mundo” (o vaxakmen). Se supone que Él

fue el que instauró a los totilme’iletik en las montañas, y puso a los santos en las iglesias. Es

polifacético, ya que los zinacantecos creen que cuatro vaxakmen sostiene al mundo por sus

esquinas, tal y como sus ancestros mayas creía en los cuatro bacabes que levantaban la tierra

desde los cuatro puntos cardinales.

Además, existen ciertos símbolos sagrados por medio de los cuales los zinacantecos se

relacionan con la divinidad. Uno de los más importantes es la cruz, la cual representa en su

caso no el significado cristiano, sino una “puerta” que lleva hacia sus divinidades. De ahí que

los zinacantecos hayan situado cruces frente a sus montañas sagradas y frente a sus

manantiales y cuevas (donde reside el yahval b’alamil), ya que sirven de entrada a los

dominios de sus dioses. En el caso de las montañas sagradas, los indígenas hacen procesiones

curativas hasta ellas, ofreciendo incienso, velas y flores frente a las cruces para después

adentrarse hasta la cima (considerada por ellos el asiento de sus padres-madres), donde

repiten la ofrenda para después pasar a otros montes. Este ritual, Vogt nos dice, es paralelo a

las procesiones que los mayas del clásico efectuaban a sus pirámides, que en este caso serían

una réplica de las montañas naturales que habitaban sus dioses ancestrales.28 Lo mismo

sucede en el caso de las cruces, las cuales los zinacantecos reverencian de una manera muy

análoga a como los mayas de las zonas clásicas del Petén lo hacían con respecto de sus propios

altares y monumentos, ofreciéndoles incienso a la vez que plegarias. Es considerado, inclusive,

que después de hacer estos rituales frente dichos monumentos, los mayas antiguos subían

hasta la cima de sus pirámides para comunicarse directamente con sus dioses, de una manera

27

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 91. 28

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 95.

25

muy parecida a como los zinacantecos de hoy en día escalan sus montañas sagradas para

rezarle a sus padres-madres.29

Finalmente, parece que sobrevive la antigua noción maya de un universo compuesto por

fuerzas dicotómicas. Así, los zinacantecos tienden a dividir todo en los conceptos de b’ankilal y

‘its’inal, o “hermanos mayores” y “hermanos menores”. De tal manera que Vogt, al presenciar

sus festejos navideños, nos describe algo tan increíble como lo siguiente:

“…En la escena de la Natividad en el templo principal estaban José y María y no uno sino dos niños

Dios reposando en el pesebre: uno de estos niños era b’ankilal y el otro ‘its’inal.”30

El culto y el sacerdocio

Vogt nos dice que los “zinacantecos son nominalmente católicos desde el siglo XVI”31,

aunque él admite que su catolicismo es más bien una variante local que en nada se parece a

aquel practicado por sus pares ladinos de San Cristóbal. En su religión fungen un papel

fundamental tanto el sacerdocio como el chamanismo.

Para recalcar lo anterior, puede destacarse que existen 55 cargos relacionados con el culto

a los santos y con los templos del centro ceremonial. Probablemente el más significativo de

estos puestos sea el de h’ilol (vidente, profeta), que funge como curandero o chamán. En el

tiempo en que Vogt escribe, existían entre 100 y 150 de estos sacerdotes en Zinacantán. El

requisito para convertirse en h’ilol era “(soñar) tres veces que ha sido llamado por el consejo

de los dioses a las montañas e instruido por él para realizar las ceremonias curativas”.32 El

nuevo chamán (o chamana, ya que también se sabe de algunas mujeres que han asumido esta

posición) se dirige entonces a la Tierra Caliente, donde corta un bastón de bambú (símbolo de

su profesión), y realiza alguna de las ocho ceremonias curativas aceptadas por los

zinacantecos. Es su deber también consagrar a toda la comunidad en los centros ceremoniales

durante las fiestas de mayo y de octubre.

Estos h’iloletik (plural de h’ilol) pueden tener rangos que van desde uno hasta 100,

dependiendo no de su edad o poder curativo, sino de los años en que han prestado su servicio

desde su aparición pública.

Las personas recurren a los h’iloletik cuando sufren alguna enfermedad, la cual atribuyen

por lo general a que hayan perdido una parte de su ch’ulel, a que su chanul esté fuera de su

corral o bien a que una persona de mala fe esté intentando perjudicarle por medio de la

brujería. Los chamanes recurren así a dos técnicas: el pik’ich’ o “tocar sangre”, y el sat’ixim o

“granos de maíz” para determinar la causa del padecimiento. La segunda técnica la utilizan

principalmente para saber cuántas partes de su ch’ulel ha perdido la persona en cuestión:

29

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 96. 30

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 94. 31

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 88. 32

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 89.

26

“El h’ilol usa 13 gramos de maíz blanco, 13 de maíz amarillo, 13 de maíz rojo y 13 de maíz negro. Las

cuatro series de granos se arrojan a un recipiente que contiene agua salada, en el orden en que se han

anotado los colores…el h’ilol inspecciona los 52 granos y cuenta cuántos de ellos flotan o permanecen

‘parados’ y cuántos permanecen en el fondo del recipiente. Los granos “parados”...indican el número de

partes que ha perdido el ch’ulel.”33

Se puede ver claramente el arraigo de los antiguos preceptos mayas en este procedimiento

que involucra los cuatro colores de los rumbos del mundo, así como los números 13 y 52. El

mismo Vogt reconoce que esto pudo haberse fundamentado en alguna creencia relacionada

con un patrón de numeración o un cálculo calendárico a la manera en que lo hacían los mayas

clásicos.

Otro de los principales rituales en los que participan los h’iloletik es el k’in krus, el cual

comienza con una comida ritual, el ofrecimiento de velas y de flores. En ellas tiende por lo

general a intervenir un sná o un grupo específico en torno a los manantiales, dejando ofrendas

tanto para los padres-madres como para el “dueño de la tierra”. Es curioso recalcar que la

palabra k’in significa para los zinacantecos “fiesta”, mientras que para sus predecesores tenía,

como ya se dijo, los significados de “sol”, “día” o “tiempo”.

En cuanto a su jerarquía ceremonial, cabe destacarse que una persona solo puede

detentar un cargo por lapso de un año, para después ceder la posición y descansar entre 3 y 20

años. Durante el tiempo en el que se detenta un cargo, los gastos de las ceremonias corren por

completo a cuenta de la persona. Se sabe que dichos gastos pueden oscilar entre los 50 y los

14,000 pesos34, de manera que el individuo tiene que prepararse económicamente desde

antes para poder solventar los costos de los ritos, y, cuando no, arriesgarse a quedar

endeudado por carecer de las cantidades requeridas. El prestigio, en este caso, reside en la

cantidad de tiempo y de dinero que se han sacrificado para atender las necesidades

espirituales de la comunidad.

Nociones espacio-tiempo

Victoria Bricker nos dice que “el hombre, la carga y el camino son los símbolos por medio

de los cuales los antiguos conceptos mayas del tiempo y espacio son expresados en los glifos

calendáricos.”35 Y, si tomamos en cuenta que, como explicaba Thompson, “los mayas

concebían las divisiones del tiempo como cargas que eran llevadas a lo largo de la eternidad

por relevos de cargadores”36, entonces es significativo que los zinacantecos también hagan

“relevos” en los puestos de su jerarquía sacerdotal, además de que consideren que, mientras

los dioses deben llevar la carga del tiempo eternamente, sus funcionarios mortales deban

llevar esa carga solo durante determinados espacios de tiempo.

Es interesante también que, en sus procesiones, los miembros de mayor jerarquía (los que

han servido por más tiempo) vayan detrás de los de menor rango (los que llevan menos

tiempo), lo cual corresponde a la antigua noción maya de que la dirección en la cual el

33

Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 120. 34 Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 321. 35 Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 356. 36 Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 356.

27

cargador del tiempo lleva su carga es el futuro, mientras que el lugar del cual se aleja

corresponde siempre al pasado.37 De esta manera, los jóvenes (el futuro) van al frente,

mientras que los viejos (el pasado), les siguen.

Finalmente, existen una serie de palabras zinacantecas que tienen un significado tanto

espacial como temporal, mezclando ambos conceptos de manera parecida a como sus

ancestros los concebían: ejemplo de lo anterior es la palabra nopol, que puede significar tanto

“cerca” como “temprano”; k’al, que puede ser “tan lejos como” y “hasta”; b’u, que se usa para

decir “donde” y “siempre”; y finalmente yo’, que puede referirse a “lugar en donde” y a

“tiempo en que”.

3. La notación calendárica maya y sus diversas interpretaciones

Conceptos básicos

Los mayas empleaban básicamente dos calendarios:

1-El solar o haab de 365 días, compuesto de 18 meses de 20 días y cinco wayeb’, o días de

mala fortuna. Se utilizaba primordialmente para establecer las fechas relacionadas con los

ciclos productivos y rituales propios de su religión.

2-El lunar o tzolkin de 260 días, conformado por 13 meses o trecenas (cada una

representando un número) de 20 días (cada uno con un nombre o glifo único). Cada día poseía

una significación divina que regía toda la vida de los individuos, determinando su oficio,

carácter, animales y plantas que le eran afines y, en última instancia, su destino. En muchas

ocasiones, los infantes llegaban a ser bautizados con el nombre de la combinación que se

suscitase el día de su nacimiento.

Fechas específicas del calendario solar y lunar coincidían solo una vez cada 52 años dentro

de la llamada rueda calendárica. Por esta razón, los mayas crearon el ciclo conocido como

“Cuenta Larga” para evitar cualquier confusión que pudiese surgir en la compaginación de los

días de los meses y los días de las trecenas de los calendarios respectivos.

La Cuenta Larga, empleada solamente por los mayas del clásico, contaba el tiempo en

bloques de 5125 años. La serie suplementaria empezaba con un glifo introductorio secundado

por cinco divisiones, todas de base vigesimal: baktún (400 años), katún (20 años), tun (1 año de

360 días), uinal (o mes de 20 días), y finalmente el kin (1 día).

El último ciclo empezó (según la notación GMT) el 11 de agosto del 3114 a.C. y terminó el

21 de diciembre de 2012 d.C. En la notación decimal del calendario maya, este último lapso se

escribiría como 0.0.0.0.0 en su fecha inicial (11 de agosto del 3114 a.C.) y 13.0.0.0.0 como

fecha final (21 de diciembre de 2012 d.C.).

Diego de Landa

37 Vogt Z., Evon. Los zinacantecos. Pág. 364.

28

“Con las letras de los indios puestas atrás, ponían nombres a los días de sus meses y de todos los

meses juntos hacían un modo de calendario, con el cual se regían para sus fiestas como para sus

cuentas, tratas y negocios…no comenzaban su calendario el día primero de su año, sino muy adelante, lo

cual hacían por la dificultad con que contaban los días de los meses…porque aunque las letras y días

para sus meses son 20, tienen costumbre de contarlas desde una hasta 13. Tornan a comenzar de una

después de las 13, y así reparten los días del año en 27 trecenas y 9 días sin los aciagos…”38

De esta manera, Diego de Landa nos describe la manera en que los mayas registraban el

tiempo, dedicándole un capítulo completo en su Relación de las cosas de Yucatán.

Este fraile es probablemente el primero en hacer una burda correlación entre los

calendarios maya y gregoriano. Inicia explicando ciertas similitudes, como el hecho de que

tanto el gregoriano como el haab constaban de 365 días y 6 horas. Luego menciona algunas

diferencias, como el hecho de que los mayas agrupaban los días en meses de extensión

variable: la primera de dichas maneras era de 30 días de duración, y tenía por nombre

simplemente U; y la segunda, la Uinal Hunekeh, era un mes de 20 días repetido 18 veces para

dar un año de 360 días. A cada día correspondía una de las veinte “letras o caracteres con los

que los nombran”39, quedándose solo los últimos 5 días y 6 horas sin nombre por ser

considerados de mala suerte, pues era durante este lapso en que se desfasaba la relación

entre el calendario lunar (el cual Landa no distingue del haab en su descripción) y el solar y se

pronosticaban diferentes augurios40. Cada 4 años se acumulaban las horas, y resultaba un año

bisiesto de 366 días. Las 20 “letras” descritas por Landa son como se ve a continuación:

Según Landa, el primer día del calendario maya siempre correspondía al 16 de julio del

gregoriano, siendo según su cuenta el día 12 Kan del mes Pop el primero de su año, mientras

que el último era el día 7 Akbal del mes Cumku, que venía justo antes de los 5 días de mala

suerte o wayeb. En el orden propuesto por Landa (que intenta hacer una equivalencia con los

12 meses gregorianos), los meses mayas eran: Yax, Zac, Ceh, Mac, Kankin, Muan, Pax, Kayab,

Cumku, Pop, Uo, Zip, Zodz, Tzec, Xul, Yaxkin, Mol y Chen. 38

De Landa. Diego. Relación de las cosas de Yucatán. Pág. 124. 39

De Landa. Diego. Relación de las cosas de Yucatán. Pág. 114. 40

De Landa. Diego. Relación de las cosas de Yucatán. Nota al pie de Miguel Rivera Dorado en la pág. 123.

29

De esta forma, enero correspondía a la segunda mitad del mes maya de Chen y todo el

Yax, mientras que a diciembre le tocaba todo el mes Mol y la primera mitad de Chen.

Además, Landa nos dice que los mayas se servían de su sistema vigesimal para contar eras

de katunes de 20 años (lo que posteriormente se llamó “Cuenta Corta”41) hasta llegar a 13

veintenas, un total de 260 años, como se muestra a continuación:

Lo anterior se debe a que, cuando Landa llegó a Yucatán, hacía cuatro siglos que los mayas

habían dejado atrás un antiguo sistema que registraba el tiempo en cantidades mucho más

grandes (hoy conocido como Serie Inicial o Cuenta Larga, como lo definió A.P. Maudslay42),

limitándose a esta forma abreviada que surgiría tras el final del Clásico y el inicio del

Posclásico.

Goodman-Martínez-Thompson (GMT)

Durante el siglo XX, tres destacados mayistas, Joseph T. Goodman, Juan Martínez

Hernández y Eric J. Thompson intentarían establecer una correlación entre los calendarios

gregoriano y maya con base en la Fecha Juliana. Dicha fecha, cabe resaltar, corresponde al

primero de enero del año 4713 a.C., y fue propuesta en el siglo XVI por Joseph Justus Scaliger

para hacer una equivalencia entre los calendarios occidentales y cualquier otro calendario

antiguo.

La línea de razonamiento que desembocó en la creación de su correlación fue empezada

por Goodman a finales del siglo XIX, ya que él fue el primero en proponer el 3114 a.C. como el

año de inicio de la Cuenta Larga. Su tesis fue apoyada por el yucateco Juan Martínez, quien

introduciría a Goodman al estudio del Chilam Balam y de la Crónica de Oxkutzkab, ambos

escritos por los mayas durante la época colonial.

41

De Landa. Diego. Relación de las cosas de Yucatán. Nota al pie de Miguel Rivera Dorado en la pág. 157. 42

Martínez, José Luis. El mundo antiguo VI. América antigua. Nahuas/mayas/quechuas/otras tribus. Pág. 169.

30

Thompson retomaría los argumentos de ambos en 1927 y las informaciones provistas por

Diego de Landa, quien afirmaba que el año de 1553 correspondía en la notación maya a la

fecha 11.16.13.16.4. Dicha fecha equivalía a aproximadamente a 1, 704,204 días transcurridos

entre su fecha inicial (el 3114 a.C. propuesto por Goodman) y el año en que Landa escribía. Los

días que habían transcurrido para ese entonces con respecto a la Fecha Juliana eran 2, 288,

488. Por lo tanto, lo único que Thompson hizo fue restar la cantidad de días existente entre el

lapso 3114 a.C.-1553 d.C. (1, 704,204) de aquellos entre el lapso 4713 a.C.-1553 d.C. (2, 288,

488), siendo el resultado la constante, que fue de 584, 284.

Posteriormente, Thompson llevó a cabo investigaciones arqueológicas en la región Puuc y

las comparó con eventos astrológicos; y, tras volver a revisar los textos de Landa y el

calendario todavía empleado en las tierras altas mayas de Guatemala, su constante osciló

entre los valores de 584, 285; 584, 284 y 584, 283, siendo esta última la más aceptada tanto

por él mismo como por la comunidad académica. En base a esta constante (584, 283) se

concluye que la fecha exacta del inicio de la Cuenta Larga fue el 11 de Agosto de 3114 a.C., o,

en maya, el día 4 Ajaw.

Discusiones posteriores afirmarían a la vez que rechazarían la posibilidad de que hubiese

un “desfase” de un día en la relación de Landa entre ambos calendarios por causas diversas,

como el hecho de que la notación sufrió ciertos cambios en la transición del Clásico al

Posclásico, o de la posibilidad de que el fraile (o bien sus informantes indígenas) hayan

cometido errores al hacer la correlación dado su ignorancia mutua ante formas tan diferentes

de registrar el tiempo, que provenían, al igual que ellos, de distintos mundos.43 Si algo puede

decirse, es que la constante no es definitiva; el mismo Thompson la modificó varias veces, y

aún él tiene sus detractores.

En cuanto a la fecha de inicio del calendario maya con respecto al gregoriano,

simplemente se tuvieron que agregar 10 días a la fecha originalmente establecida en el juliano

por Landa (16 de julio), de manera que ahora es el 26 de dicho mes.

Spinden

Herbert Joseph Spinden, antropólogo graduado de la universidad de Harvard, establecería

una correlación un tanto diferente a la de Goodman-Martínez–Thompson por la época en que

el último de sus autores (Thompson) hacia las modificaciones finales a su constante. Viajaría

entre 1910 y 1921 al área maya con motivo de sus exploraciones arqueológicas, y ya como

director del museo de Brooklyn se concentraría en hacer toda una colección de arte

prehispánico de México, Centro y Sur América. En 1924 publicaría “A Reduction of Mayan

Dates”, donde exponía sus conclusiones acerca de la relación entre los calendarios maya y

gregoriano.

El valor de su constante es de 489, 383, casi 100, 000 días menos que la de Thompson.

Para él, la Cuenta Larga había iniciado en 3374 a.C. y había terminado en 1752 d.C., teniendo

260 años de diferencia con respecto a la GMT. Algunos estudiosos como Pedro de Eguiluz

Selvas, Michael D. Coe, Porter-Weaver y E. Wyllys Andrews IV han apoyado a Spinden en base

43

Martin, Simon. Skidmore, Joel. Una exploración de la correlación 584286 entre el calendario maya y el europeo. Pág. 11.

31

a la evidencia arqueológica, que apunta a que quizás los grupos del altiplano penetraron en el

área maya con anterioridad a las fechas propuestas por la GMT, lo cual justificaría el atraso de

260 años de Spinden y lo aproximaría a hacer una descripción más exacta de los hechos

históricos. Las pruebas de carbono catorce hechas después de 1950 también favorecieron su

teoría, aunque también darían algunas concesiones a la GMT, de manera que no han podido

dar una solución real al debate entre ambas constantes.

Por su parte, John E. Teemple (colaborador de Thompson) refutaría a Spinden en 1930,

aunque éste último no formaría ninguna respuesta formal para defender sus postulados.

Actualmente, su constante no goza de mucha aceptación, y el mismo Thompson llegaría a

decir que “Spinden era más un historiador del arte que un arqueólogo, habiendo estudiado el

arte de varias culturas primitivas mucho antes de que naciese el interés público por ese

campo.”44

José Argüelles

A continuación se hará una breve exposición de la vida de José Argüelles para

contextualizar su adaptación contemporánea del calendario lunar maya. No se hablará por lo

pronto de su movimiento religioso, el cual se tratará con más detalle en la siguiente sección.

José Argüelles nació el 24 de enero de 1939 en Rochester, Minnesota. En 1953, a los

catorce años de edad, visitaría las Pirámides de Teotihuacán, donde “tuvo una experiencia

cósmica cuando subió a la plataforma superior de la Pirámide del Sol…fue su iniciación y donde

recibió su misión de descifrar la tradición maya-tolteca.”45 Se gradúa con maestría en Historia

del arte en 1961, y en 1976 visita la tumba de Pacal Votan, lo cual lo influye profundamente y

reitera su misión cósmica en nuestro planeta: difundir el conocimiento del calendario sagrado

maya (tzolkin), para así cambiar la “frecuencia vibratoria” del planeta. Según la Ley del Tiempo

de Argüelles, actualmente vivimos en la “frecuencia de la máquina” o 12:60, donde el tiempo

es dinero y el significado espiritual de la vida se ha perdido por completo. Obtiene su nombre

del calendario gregoriano de 12 meses y las horas de 60 minutos, lo cual Argüelles arguye

desarmoniza con los procesos naturales de la Tierra. En contraste a este sistema, propone el

13:20, el cual adquiere su nombre también en base a números calendáricos: son los trece

ciclos (las trecenas mencionadas por Landa en su Relación) y los 20 días del calendario lunar

maya, el cual él afirma está alineado con los ciclos naturales del planeta, y por lo tanto con la

vida misma. De esta forma, en la Ley de Argüelles “la energía multiplicada por el tiempo es

igual a arte. En esta ecuación, (E) se refiere a todos los fenómenos en los procesos de su

devenir; (T) es el momento presente funcionando de acuerdo a la…constante 13:20. Todo lo

que es hecho por el tiempo es arte.”46 La ecuación en cuestión se manifiesta de la siguiente

forma: T(E)= Arte.

Esta revelación la recibió Argüelles en Suiza en noviembre de 198947, dos años después de

haber publicado su libro “El factor maya, un camino más allá de la tecnología”, donde explica

44

Dictionary of Art Historians. http://www.dictionaryofarthistorians.org/spindenh.htm 45

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 179. 46

Foundation for the Law of Time. Page. http://www.lawoftime.org/lawoftime.html 47

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 180.

32

las experiencias que lo pusieron en contacto con el conocimiento maya y plantea la

adaptación del tzolkin a la vida diaria.

A partir de 1994 “se reconoce a sí mismo como ‘El mensajero’ y se pone a trabajar en

descifrar los códigos de la Profecía cuyo mensaje esencial era que la humanidad debía adoptar

el calendario de las 13 Lunas y los siete años de la profecía (1993-2000) era el tiempo dado al

Mensajero para entregar el mensaje.”48 En los siguientes años también recibe la revelación de

que él es Valum Votan, una suerte de reencarnación espiritual de Pacal Votan. Dedicó los

últimos 17 años de su vida a propagar este mensaje, anunciando el fin del “…tiempo

artificial…y el principio del retorno al tiempo natural.”49 Murió el 23 de marzo de 2011 a las

6:10 de la mañana.

En base al su libro “El factor maya”, donde viene contenida a grandes rasgos su propuesta

espiritual centrada en el empleo del Tzolkin, nos dice que el inicio de la Cuenta Larga fue el 13

de agosto del año 3114 a.C.50, difiriendo así en dos días con respecto a la GMT, que propone

que fue el 11 del mismo mes. John Major Jenkins, investigador independiente dedicado a la

preservación de la filosofía y cosmología maya, recalca la monumental importancia de esa

diferencia de dos días en su libro Tzolkin: Visionary Perspectives and Calendar Studies, en el

cual afirma que el 13 de agosto correspondería a la constante 584, 285. Dicha correlación

había sido propuesta en un primer momento por el mismo Thompson, aunque éste, después

de sus estudios de los mayas quichés en Guatemala, restaría dos días a su constante,

alineándose así al calendario todavía empleado por dicha comunidad. La constante 584, 285

sería sustentada por Floyd Lounsbury y Linda Schele, quienes argumentaban que la cuenta se

había atrasado dos días en algún momento previo a la conquista. Por lo tanto, la fecha final,

según la correlación 584, 285, se atrasaría también dos días, quedando el 23 de diciembre del

2012 y no el 21, como propone la GMT. Por su parte, en la página 43 de su libro, Argüelles

afirma que el 21 de diciembre de 2012 será cuando se repetirá la fecha 13.0.0.0.0., la cual él

nos dice que se dio también al inicio de la Cuenta Larga entre el 6 y el 13 de agosto. Lo curioso

del caso es que él fija la fecha final solo en el 21 de diciembre, mientras que al aceptar un

rango de 7 días como posibles entre el 6 y el 13 de agosto omite el hecho de que tal variación

implicaría también un cambio en la fecha final, como nos lo muestra Major Jenkins con las

correlaciones 584, 285 (a la cual correspondería el 23 de diciembre) y la 584, 283 (a la cual

corresponde el 21). Más significativo todavía es que Argüelles, en la misma página 43, nos diría

que en “…1927, se completó lo que embarazosamente se conoció como la correlación de la

cronología Maya y Cristiana de Goodman-Martínez Hernández-Thompson”, calificando así

peyorativamente la correlación que él mismo está empleando al afirmar el 21 de diciembre

como fecha final, cuyo cálculo no sería posible si no tomase como base la GMT (que fija el ciclo

entre los años 3114 a.C. y 2012 d.C., a diferencia de otras como la de Spinden, en cuyo caso la

Cuenta hubiera terminado 260 años antes, en 1752), aún cuando lo hiciese erróneamente,

pues para que el final de la Cuenta pudiese corresponder con el 21 de diciembre tendría que

empezar el 11 de agosto y no el 13, como Argüelles sostiene que fue.

48

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 180. 49

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 181 50

Argüelles, José. El factor maya, un camino más allá de la tecnología. Pág. 74.

33

Major Jenkins escribió, además, otro artículo51 donde hace una crítica del sistema utilizado

por Argüelles con respecto al calendario hoy en día empleado por los quichés, arguyendo,

entre otras cosas, que según la tradición quiché (llamada por él “La Verdadera Cuenta”) la

fecha de 21 de diciembre correspondería al día 4 Ajaw (misma con la que había empezado el

11 de agosto), lo cual en efecto sucedió, mientras que en la de Argüelles fue 12 Manik,

contando así con un desplazamiento de 47 días con respecto a la cronología quiché.

Lo anterior puede comprobarse siguiendo las instrucciones de las dos tablas presentadas a

continuación, las cuales resumen el método de José Arguelles para establecer las correlaciones

entre ambos calendarios, tal y como se ven plasmados en el libro El 2012 cósmico de Guillermo

Medina Gómez:

51

Major Jenkins, John. The Key to Dreamspell. http://edj.net/mc2012/fap6.html

34

35

De tal manera que, sumando 58 (que corresponde al año 2012) a 149 (que es el 21 de

diciembre) da 207, número que, al buscar en la tabla C, corresponde a 12 “Mano” o Manik,

como se ve traducido por Medina. Lo encerrado en los círculos muestra los tres datos.

Por su parte, en la página de Mayan Exploration Center, se ofrece un sistema

computarizado para establecer la misma correlación, dando la opción inclusive de seleccionar

entre una de varias constantes. Empleando la GMT (584, 283), el resultado de buscar el 21 de

diciembre de 2012 fue:

36

Lo cual corresponde con lo planteado por Major Jenkins de que la fecha volvería a ser 4

Ajaw.

4. José Argüelles: un replanteamiento moderno de la religión maya

A continuación se hablará sobre las ideas principales de José Argüelles.

La historia cósmica y la cuestión de Pacal el Grande y de la Reina Roja

La Historia Cósmica es la propuesta hecha tanto por José Argüelles como por Stephanie

South de entender la historia y al mundo de una manera espiritual, contrapuesta a lo que

denominan la “historia materialista” o “historia profana”, que no es más que una

manifestación del terror y de la ignorancia de los sistemas religiosos y de pensamientos

relativistas que los hombres han forjado (y a los que se han apegado) a lo largo de las eras.

Como contraparte, los autores nos ofrecen la Historia Cósmica como la historia de los procesos

evolucionarios e involucionarios del alma, entendiéndola a ésta última como una

manifestación del pensamiento de Dios. Es, en fin, la historia de la concientización del alma en

un eterno devenir en el que irá perdiendo su apego a la materia, volviéndose cada vez más

abstracta, y por lo tanto más cercana a su fuente original, que en este caso sería Dios. Esto es

en resumidas cuentas lo que engloba el Plan Divino de Dios: la toma de consciencia del alma

humana, la cual está destinada a concretarse por medio de la Ley de Tiempo, la cual se

describió en el apartado anterior.

Esta Ley establecía la ya aludida dicotomía 12:60-13:20, que opone, respectivamente, al

calendario establecido por el papa Gregorio XIII en 1582 como una reforma al ya vigente

calendario juliano, y que, según Argüelles, propicia la “profundización de los patrones

mentales de pensamiento condicionados o la aceptación de…conceptos como los impuestos, la

37

democracia, la guerra, el dinero, el éxito económico, la seguridad...”52, y el calendario de las

Trece Lunas de ciclos de 28 días, cuyo uso facilitará que “el ser humano gradualmente

evolucione a mayores estados de simplicidad con respecto a sus necesidades físicas. A la par

de lo anterior, el humano alcanzará una existencia más evolucionada como ser espiritual de un

plano invisible, no físico y no material.”53

Por lo tanto, “cuando reemplazamos el calendario gregoriano por el de las Trece

Lunas/ciclos de 28 días, no solo reemplazamos un calendario por otro; estamos de hecho

reemplazando una matriz irregular con una matriz perfectamente harmónica.”54

Argüelles apoya lo anterior estableciendo ciertas correlaciones matemáticas alrededor de

el descubrimiento de la tumba de Pacal el Grande en 1952 y de la Reina Roja, su esposa, en

1994 (recuérdese que el mencionado Argüelles se considera a sí mismo la reencarnación de

Pacal, mientras que Stephanie South, coautora de la saga de libros de las Crónicas de la

historia cósmica, se considera a su vez la reencarnación de la Reina). Así, toma como profético

el hecho de que entre la fecha en que se selló la tumba de Pacal (692 d.C.) al año en que fue

reabierta (1952), hayan pasado exactamente 1260 años, que corresponde con el número

12:60, el cual la Ley de Tiempo nos describe como “el número del exilio dentro del plano

tridimensional del materialismo”55, mientras que, por otro lado, de 692 al 2012 haya un

espacio de separación de 1320 años, concurriendo así con el número 13:20, establecido por la

misma Ley como “la frecuencia de la redención del tiempo.”56 Además, el hecho de que la

tumba del rey, en oposición a la de reina, esté pletórica de inscripciones, es un signo de que la

parte masculina (en este caso Pacal) sigue estando inscrita dentro de la historia de la era

pasada, mientras que la femenina, al carecer de elementos identificables, es post-histórica, y

está en la espera de iniciar el nuevo ciclo que todavía es desconocido, pero que está próximo a

acontecer.57

Esto se respalda también en que tanto Argüelles como South, como ya se mencionó

anteriormente, se consideren a sí mismos como “emanaciones avatáricas” de los reyes de

Palenque. De hecho, ellos dicen que las Crónicas de la Historia Cósmica fueron escritas

mediante un proceso de “dictado”, en el cual Argüelles fungió el papel de transmisor de

conocimiento o “cerrador del ciclo”, mientras que South fue la receptora o “iniciadora del

ciclo”. Esto es significativo si lo adscribimos a las creencias del cambio de era zodiacal

acontecido durante el siglo XX (propugnado principalmente por el movimiento New Age), de

52

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Pág. 24. 53

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Pág. 26. 54

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Pág. 26. 55

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Prefacio, pág. xvi. 56

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Prefacio, pág xvi. 57

Argüelles, José; South, Stephanie. Cosmic History Chronicles. Volume I. Book of the Throne: the Law of Time and the Reformulation of the Human Mind. Prefacio, pág xvi..

38

Piscis a Acuario, representando, a su vez, el presagiado predominio de la feminidad sobre la

masculinidad imperante durante toda la época anterior.

Finalmente, Argüelles identifica la civilización maya del Clásico (la que empleaba la Cuenta

Larga original, en base a la cual él diseñó su calendario) como a los “mensajeros” divinos o

galácticos que fueron enviados de las Pléyades para impartir el conocimiento sagrado del

calendario. A su vez, nos dice que ha habido esbozos de verdad espiritual que han llegado a

través de la revelación del Corán por parte del ángel Gabriel a Mahoma, o los movimientos

reformadores llevados a cabo por iniciados como Buda o Jesucristo.

Sin embargo, estas religiones solo captaron la realidad espiritual de ciertas áreas del

planeta, más no alcanzaron a englobar su totalidad conforme el conocimiento de éste fue

expandiéndose. Y, conforme fue avanzando el tiempo, estas religiones se cerraron en sí

mismas, aferradas a la parcialidad del mundo anterior del cual provinieron, pero que ahora

están ciertamente caducas. Esta tendencia, dice Argüelles, es auto-destructiva, y propició los

diferentes fundamentalismos religiosos que ahora conocemos (cristiano, musulmán, etc.). Para

él, la única forma de escapar de dicha estrechez (y sus consecuentes problemas) es

modificando voluntariamente la conciencia humana, de manera que esta englobe, primero, al

planeta como un todo, y después a la galaxia y al Universo del cual forma parte. Para esto, es

necesario conocer la noosfera, término que se definirá a continuación.

La noosfera58

Este término Argüelles lo define como la “capa mental de la tierra”, donde se guardan

todas las interacciones mentales de toda la vida terrestre que se ha generado en el pasado,

que se genera en el presente y que se generará en el futuro. Es un campo de telepatía cuyo

entendimiento, nos dice Argüelles, nos ayudará a obtener capacidades previamente

inexploradas, como la de captar directamente la energía solar (a la manera en que las plantas

lo hacen) y usar esa energía para crear “campos sensoriales” e ingresar a un estado de “super-

consciencia”, que ayudará a hacer una asimilación más amplia de la realidad que nos rodea. La

consciencia humana ha estado mucho tiempo inhibida por el calendario Gregoriano y el

materialismo, que no la deja explorar su verdadero potencial espiritual. Actualmente estamos

en la transición de ese estado de consciencia limitada a uno de consciencia amplificada,

proceso que se vería facilitado por el rayo de energía cósmica que se producirá (o más bien

que ya se produjo) en el año 2012.

Dado lo anterior, Argüelles alienta la meditación como forma de acercarnos a ese estado

exaltado de consciencia, el cual también es promovido por su organización (la de la Ley del

Tiempo) y el proyecto CREST, del cual se hablará a continuación.

Los CREST

58

Los acuñadores del término son los científicos Pierre Teilhard de Chardin, Vladimir I. Vernadsky y Henry Bergson. La palabra define la siguiente “era geológica” de nuestro planeta. Guillermo al respecto nos dice en su libro Me-xhic-co despierta (página 173) que actualmente vivimos en la tecnosfera, era de transición entre la biósfera y la noosfera. Esta tecnosfera presenta una degradación de nuestro planeta con la creación de un sistema de comunicaciones artificial (celulares, computadoras, etc.), que, nos dice Guillermo, se verá reemplazado por la “verdadera telepatía” entre todos los seres del planeta sin necesidad de tales artefactos destructores de la Madre Tierra durante la siguiente era.

39

Los CREST (Centers for the Restitution of the Human Mind, por sus siglas en inglés) son un

conjunto de comunidades auto-sustentables creadas con el propósito de implementar el

sistema de vida 13:20 propuesto por José Argüelles, así como la implementación y seguimiento

del calendario de las Trece Lunas. Son lugares de meditación y sincronización planetaria que

tienen el fin de facilitar la evolución cósmica de la consciencia humana, que se verá acelerada

por el cambio de era acaecido en el lapso 2012-2013. Al principio se planeaba abrir trece

comunidades en diferentes puntos del planeta, aunque actualmente solo 8 han sido

exitosamente activadas. Estas son: la Aldea de Paz Magos de Tollan, el Centro de Retiro

Tiempo de Brotar y Epuyen, las tres en Argentina; el CREST Ben Urubici en Brasil; la Aldea

Antukelen en Chile; el Monte Belukha en la República Altaica (Federación Rusa); Jardín Ur Gaia

en Uruguay; y el de Yepomera, Chihuahua, México, registrado legalmente bajo el nombre de

“Comunidad Galáctica 13 Lunas A.C”. A continuación se presenta el modelo estructural de los

CREST, como lo propuso el mismo Argüelles en el Manifiesto por la Noosfera:

40

El calendario de las Trece Lunas y el tzolkin maya

El calendario implementado por José Argüelles (al cual nos referiremos como Calendario

de las Trece Lunas) retoma ciertos conceptos del tzolkin maya original, aunque es menester

indicar que éste es más una adaptación moderna que una continuación de las cuentas

actualmente utilizadas por los herederos indígenas de dicha tradición (y cuyas discrepancias

con el calendario de las Trece Lunas se manejaron anteriormente). Los conceptos de los 20

días como se cree eran originalmente concebidos en la época prehispánica serán expuestos a

continuación en una tabla provista por la revista Arqueología Mexicana:

41

Estos días son reformulados por Argüelles dentro de su versión del calendario, los cuales

expondré por medio de una tabla sacada de su libro El factor maya:

1. IMIX: Fuente de Vida, Dragón, Agua primordial, Sangre, Nutrición, Pecho, Energía Materna, Poder de Dar a Luz. ORIENTE.

2. IK: Espíritu, Aliento, Viento, Energía Cósmica, Inspiración; Principio Vital, Sistema Respiratorio. NORTE.

3. AKBAL: Casa, Tinieblas Circundantes, Noche, Cuerpo, Lugar de Misterio, Corazón y órganos Internos. OESTE.

4. KAN: Semilla, Idea, Poder del Crecimiento, Principio Generador, Sexo y Reproducción. SUR.

5. CHICCHAN: Serpiente, Sistema Nervioso, Cerebro Reptídico, Integración y Logro de las Funciones Autónomas. ORIENTE.

6. CIMI: Muerte, Revelación, Comprensión de la Mortalidad del Cuerpo Físico. NORTE.

7. MANIK: Mano, Agarrar, Final, Conocimiento del Poder de Conclusión, Comprensión de lo Finito del Ser Físico. OESTE.

8. LAMAT: Estrella, Armonía, La Octava, Comprensión Intuitiva del Modelo de la Vida Suprema, Amor, Estrella - Simiente. SUR.

9. MULUC: Gota de Lluvia, La Semilla Cósmica en la Puerta de la Conciencia Despierta, Principio de Comunicación y Expansión de La Vida Superior. ORIENTE.

10. OC: Perro, Cerebro de Mamífero, Vida Emocional, Guía y Principio de la Lealtad, Fidelidad que da Fortaleza en el Viaje Espiritual. NORTE.

11. CHUEN: Mono, Artista, Bufón, Principio de la Co-Creación Inteligente de la Vida Superior. OESTE.

12. EB: el Ser Humano como Recipiente en el que Penetra la Mente Superior. SUR.

42

13. BEN: Caminante de los Cielos, los Pilares de Cielos y de la Tierra, Aspiración de Unir el Cielo y la Tierra, Principio del Crecimiento de la Mente Superior, Caña. ORIENTE.

14. IX: El Hechicero, El Jaguar, la Energía del Felino, el Vidente Nocturno, Adquisición de Poderes Mágicos, el Más Alto Nivel en el Desarrollo de la Conciencia Individual. NORTE.

15. MEN: Águila, Mente Colectiva Superior, Mente y Conciencia Planetaria. OESTE.

16. CIB: Fuerza Cósmica, Facultad de Tener Contacto y Comunicarse con la Conciencia Galáctica. SUR.

17. CABAN: Tierra, Fuerza Terrestre, Sincronicidad, Poder de Sincronización Inteligente. ORIENTE.

18. ETZNAB: Sala de los Espejos, Modelo Ritual del “No Tiempo”, Toque Ritual, Cuchillo Ritual, Espada de Sabiduría y Purificación. NORTE.

19. CAUAC: Tormenta, Nube-Trueno, y Ser-Trueno, Transformación que Precede a la Realización Completa. OESTE.

20. AHAU: Mente Solar, Señor del Sol, Maestría, Realización del Cuerpo Solar, Sabiduría, Conocimiento, Facultad para Focalizar el Conjunto Galáctico, Facultad para Abarcar y Generar el Ciclo Completo. SUR. Son apreciables las diferencias que existen entre las concepciones y significaciones que

existen entre ambas versiones de los días de los calendarios, siendo probablemente la más

significativa el hecho de que Argüelles cambie el color azul por el negro. Parece ser que,

además, Argüelles le proveyó a cada día de una significación espiritual, un mensaje cuyo

propósito es descifrar las características individuales de cada persona de acuerdo al signo que

corresponde a su fecha de nacimiento, a la manera en que los mayas prehispánicos lo hacían,

tendiendo a darle a sus hijos el nombre del día en el que nacían.

Por lo que nos dice Bernardino de Sahagún en su Historia general de las cosas de la Nueva

España, los aztecas empleaban un sistema similar, y pensaban que sus hijos presentarían

ciertas características a partir del signo bajo el cual nacían. Claro, éstos utilizaban un

calendario con nombres diferentes, aunque estaba adscrito a una matriz de notación

calendárica común a toda Mesoamérica, incluyendo, claro está, al área maya. Sin embargo,

José Argüelles agrega otra variante a este sistema, pues, recordando lo que nos decía Landa de

que los mayas contaban los días de trece en trece, él nos dice que cada uno de estos trece

43

números (identificados por él como “tonos”) son una suerte de orientadores de las

potencialidades provistas por cada uno de estos glifos, y que también varían de acuerdo a la

fecha de nacimiento de cada quien. Guillermo Medina, en su libro El 2012 cósmico, nos ofrece

una tabla que a grandes rasgos nos describe la naturaleza de dichos tonos:

Así, en el calendario de las Trece Lunas, una persona que nació bajo el signo Men (Águila) y

el número o tono seis (Rítmico) se llamaría en español Águila Rítmica, o Águila Rítmica Azul, si

recordamos que ese es el color que le corresponde al glifo Men. Es menester recalcar que los

zinacantecos de los cuales nos habla Vogt ya no utilizan los símbolos calendáricos para

nombrar a sus hijos, sino que, al parecer, les dan un nombre en su lengua y dos apellidos, uno

español y uno indígena. Así, un zinacanteco puede llamarse Xun Lopis Chochov (o Juan López

“Bellota”), heredando ambos apellidos del padre.59

La onda encantada

El concepto de onda encantada nos habla de los trece sellos que, junto con el glifo y tono

de la fecha de nacimiento correspondiente a cada persona (que Argüelles llama Kin Destino),

describen las características innatas del individuo que las posee de acuerdo con su correlación

con los diferentes tonos. Guillermo nos dice que “todos los seres traemos incorporado en

nuestro ADN y en nuestro propio cuerpo esta información, por eso es que sin saberlo, vamos

alineándonos con ella”60.

Estos trece sellos se acomodan en cada una de las articulaciones del cuerpo humano y en

el cuello, que se supone son puntos energéticos desde los cuales se emana el poder y las

características específicas de cada sello y su respectivo tono. Volviendo al ejemplo de Men 6 o

59

Vogt, Evon. Los zinacantecos. Pág. 99 y 100. 60

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 20.

44

Águila Rítmica Azul, los demás tonos de su onda encantada se configurarían de la siguiente

forma, tal y como nos lo provee la página 13lunas.net:

Esta sería la onda encantada de Oc o Perro, ya que inicia con este símbolo a partir de la

articulación del tobillo derecho (al que le correspondería el tono 1) y sigue de forma

ascendiente hasta llegar al cuello y finalmente descender hasta la articulación del pie

izquierdo, donde se encontraría el tono 13 (y que en este caso le corresponde al Ik o Viento).

El concepto de Hunab Ku

A través de su libro El factor maya, Argüelles nos da a conocer a Hunab Ku, y lo identifica

con el centro de la galaxia, desde el cual se emana la energía cósmica que llega a nuestro

sistema solar, y de ahí a nuestro planeta. Con respecto de la existencia de este dios en el

panteón maya, Martha Nájera, investigadora en el Centro de Estudios Mayas del Instituto de

Investigaciones Filológicas de la Unam, nos dice que se le traduce como “Deidad Uno” y que

era el dios supremo, creador, dador de vida y fecundidad, y preservador tanto de la vida como

del orden universal61. Sin embargo, recalca el hecho de que no hay evidencia de que a este

dios se le haya representado ni rendido culto alguno durante el Posclásico. Dado lo anterior, es

61

Nájera Coronado, Martha Ilia. Revista digital universitaria, volumen 5, número 6. 2004. Pág. 18.

45

lícito pensar que podría ser una de las primeras hibridaciones entre el cristianismo y la religión

maya prehispánica.

5. Guillermo Medina Gómez y su obra

Breve semblanza biográfica

Guillermo Medina Gómez nació el 14 de octubre de 1945 en la Ciudad de México.

Proveniente de una familia católica de clase media (aunque arguye que sus ascendientes

fueron parte de una familia aristócrata de Durango), tanto Guillermo como su hermana

tuvieron dificultades para terminar sus estudios y ayudar en la manutención del hogar tras la

muerte de su padre, acaecida en 1965.

Hizo sus estudios en ingeniería en electrónica en la UNAM, a la cual ingresó en 1963,

siendo partícipe del movimiento estudiantil de 1968, el cual él mismo nos dice que influyó

profundamente en su vida. Se recibió en 1973 (año en que también se casó con su esposa,

Edith), ejerciendo su profesión y después instalándose como jefe de oficina en la burocracia

gubernamental, puesto que ocupó hasta que, en 1980, se trasladó a la ciudad de Mexicali con

el fin de dejar su trabajo de oficinista y empezar a trabajar en la iniciativa privada,

principalmente en la gestión de clubes deportivos.

Desde muy joven, Guillermo había desarrollado una gran afición al tenis, motivo que lo

llevó a participar ampliamente en la administración del Club Britania, que actualmente sigue

teniendo sedes tanto en Chihuahua (a la que el mismo Guillermo colaboró tras su llegada a

nuestra ciudad en 1985) como en Hermosillo.62

En 1994 él optaría por iniciar un negocio propio de mensajería en Cd. Juárez, iniciando una

amplia red comercial que abarcaría básicamente la región fronteriza entre nuestra república

(contando con bases de operaciones en los Mochis, Cd. Juárez, Chihuahua, Monterrey y

Zacatecas) y la Unión Americana.

En el ámbito familiar, tuvo tres hijos: Katya en 1974, Julián en 1976 y Félix en 1982. Los

primeros dos están casados: Katya está con Alfonso y Julián con Alba. El matrimonio de Katya y

Alfonso tiene dos hijos: Amelie y Andre. El de Julián y Alba tiene dos: Jan y Lia. Y Félix, quien

recientemente se separó de su esposa Aliza, tiene una hija: Vedia.63

62 Fue en este periodo que Guillermo conoció a mi abuelo, el Ing. Augusto César Padilla Pérez, con quien

colaboró para la formación de estos clubes (particularmente del Britania) tanto en Chihuahua como en Hermosillo. Han tenido una gran amistad desde ese entonces, e inclusive Guillermo lo menciona en su libro El 2012 cósmico en la página 60 como Lamat (el signo maya de mi abuelo en el calendario de Argüelles), en un párrafo dedicado a su experiencia en este rubro. De hecho, sería por este lazo amistoso que el conocimiento sobre el movimiento de Argüelles llegaría a mí algunos años después, cuando el mismo Guillermo narraría su conversión espiritual en una de sus visitas a la casa de mi abuelo, donde yo y mi madre actualmente residimos. Guillermo sigue visitándonos, y debo agradecerle haberme provisto de la información necesaria para concretar la presente investigación. 63 La mencionada Alba es amiga de mi madre, Eva Lidia Padilla Galicia, y fue a través de ella que pude

contactar a su suegro Guillermo para pedirle que me proveyese los materiales necesarios para llevar a cabo este trabajo.

46

Finalmente, tras años de lo que Guillermo Medina definió como su “búsqueda por la

verdad”, llegó a sus manos información sobre el movimiento iniciado por José Argüelles en

1987, año en que se dio la “Convergencia Armónica”, con el fin de “recuperar…(la)…frecuencia

original y limpiar…(los)…puntos de poder geomagnético…(de la Tierra).”64 Dichos puntos

incluían lugares tales como la Gran Pirámide (Egipto), Stonehenge (Inglaterra), las Colinas

Negras (Dakota del Sur), los Templos de Delphos (Grecia), el Monte Fuji (Japón), los volcanes

Popocatépetl e Iztaccíhuatl (México), etc., donde se debían congregar al menos 144,000

personas (cifra probablemente tomada del Libro del Apocalipsis, 14:1-5) en “un momento

unificado de sincronización colectiva…(ya que)…siete de los nueve planetas estaban en una

configuración en forma de cruz.”65

En 2006, movido por la curiosidad espiritual que había desarrollado desde temprana edad,

iría a Torreón, donde se celebraría el “Día Verde” o “Día fuera del Tiempo” (siendo el

equivalente al último día del calendario tzolkin maya en el de las Trece Lunas de Argüelles),

acontecido después de los 5 días wayeb, considerados de mala suerte por los mayas

históricos, aunque en este movimiento cambia dicha connotación y se los define como un ciclo

que se usa para la purificación y la meditación.66 En dicho evento Guillermo recibiría su “firma

sagrada”, el nombre maya que, dentro del calendario de Argüelles, le correspondía por su

fecha de nacimiento. Ésta sería Uuc Kan, o, en español, Semilla Resonante. A su vez,

aprendería los significados e implicaciones del 12:60 y el 13:20 (arriba definidos), y tomaría la

decisión radical de dejar por completo el primer sistema de vida en favor del segundo.

Tras esta experiencia, definida por Guillermo como reveladora, él iniciaría a su esposa en

esta información y la convencería de cambiar el rumbo de sus vidas de manera drástica. Se

incorporarían a algo que se conoció como el Jardín de Paz 13:20 de Torreón, lugar donde se

proponía una convivencia más estrecha con la naturaleza, pues el 13:20 implicaba no solo una

purificación espiritual, sino también física. Así, Guillermo dejó la empresa de mensajería que él

mismo inició en manos de sus asociados, y se trasladó a vivir a dicha comunidad, localizada a

las orillas del río Nazas, a principios del 2008. Este jardín formaría parte de uno de los 13

CREST, aunque, dado a las inundaciones y la apertura de las represas que tuvo que hacer el

gobierno municipal en Torreón a final de ese año, se tuvo que abandonar el jardín e iniciarse el

proyecto de nuevo.

El lugar elegido para reiniciar dicha empresa sería Yepomera, ubicada en el Km. 92 de la

carretera entre la ciudad de Chihuahua y Madera. Dicho terreno sería provisto por el señor

Rubén Díaz, a quien Guillermo extiende su agradecimiento en su segundo libro, Me-xhic-co

despierta. El CREST reanudaría sus actividades en el lapso 2008-2009, y actualmente sigue

operando, habiendo recibido la visita de la Reina Roja (o Stephanie South) el pasado agosto de

este año de 2013. Guillermo y Edith actualmente viven allí, y cabe destacar que han recibido

gran apoyo principalmente de sus tres hijos, quienes comparten sus creencias y hoy día

todavía participan en sus actividades.

64

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 59. 65

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 59 y 60. 66

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 71.

47

Guillermo Medina y su esposa Edith en el CREST.

Frente, de izquierda a derecha: Félix, Aliza (en su regazo su hija Vedia), Guillermo, Edith (en sus

brazos Andre, el hijo de Katya), Yan y Amelie. Atrás, en el mismo orden: Alfonso y Katya, y a la

izquierda de Guillermo están Julián, Alba, y atrás de Julián, su hija Lia.

48

De derecha a izquierda: Mi abuela, la Señora Eva Galicia de Padilla, Edith Medina, una amiga

de ambas, Katya Medina y Guillermo Medina en mi casa, en la Navidad de 1992.

Influencias

En su libro de El 2012 cósmico, Guillermo nos ofrece una amplia bibliografía que utilizó

como respaldo de su búsqueda espiritual. Sin embargo, para este trabajo nos referiremos solo

a dos: el de La mujer dormida debe dar a luz de Ayocuán y el de Regina: 2 de octubre no se

olvida de Antonio Velasco Piña.

Se cree que Ayocuán es un pseudónimo utilizado por el mismo Velasco Piña, ya que se

desconoce casi por completo cualquier detalle de este autor, al que Velasco Piña se refiere

simplemente como su maestro. Ambas obras forman parte de un ciclo literario que pretende

rescatar ciertos elementos del pasado prehispánico de México y provocar un “despertar de

consciencia”, en el cual los mexicanos reconozcamos los valores profundamente espirituales

de nuestros antepasados, perdidos con la Conquista y la imposición de la civilización occidental

por los conquistadores españoles.

Así, el primero de estos libros es la historia del citado Ayocuán, quien tiene contacto con

un alemán (al que simplemente llama “El coronel”), durante la época de la Segunda Guerra

Mundial. En el libro se cuentan varias historias y se dan a entender ciertos principios

espirituales de corte budista, a los cuales el coronel tuvo acceso al haber sido enviado por

nada más y nada menos que el mismísimo Hitler a buscar los conocimientos antiguos de la

religión Bön, durante aquel periodo en el que, ávidos por fundamentar su alegada superioridad

racial, los nazis enviaron investigadores a indagar sobre sus posibles conexiones con la raza

aria, a la cual según su postura pertenecían tanto los tibetanos como los alemanes. Después de

su singular aventura, Ayocuán conoce al coronel y juntos ayudan al Dalai Lama a escapar del

Tíbet tras la invasión de China a aquel pequeño país durante los cincuenta. En este libro,

Ayocuan (o Velasco Piña) pretende reformular el estudio de la historia, que según él está en la

transición de pasar a una nueva era.

Para estos efectos, el mismo Guillermo nos ofrece una cita del libro que considera

particularmente importante. Se supone que durante el episodio del escape del Tíbet, un lama

le da a Ayocuan un pergamino intitulado “La mujer dormida debe dar a luz” (directa alusión al

49

volcán Iztaccíhuatl), y le pregunta cuándo y dónde surgiría la cultura que habría de iniciar la

nueva edad histórica. Después de tres días de reflexión, Ayocuán llega a la siguiente

conclusión:

“México es la región de la tierra donde existen actualmente mayores posibilidades para el

surgimiento de una nueva cultura. Estas posibilidades alcanzaran su época propicia en el periodo que

mediara entre el momento en que la población de esta nación llegue a setenta millones de personas y

aquel otro en que se rebasen los setenta y siete millones de habitantes.”67

Y esto nos lleva al segundo de los dos libros mencionados anteriormente: el de Regina.

Este libro, al igual que el de La mujer dormida, establece una directa relación entre el budismo

tibetano y la antigua cultura prehispánica. Es la historia de una mujer llamada Regina, hija de

un alemán y una mexicana, que estaba destinada a iniciar el “despertar” de México al activar a

sus dos grandes “guardianes espirituales”, que en este caso serían los dos volcanes

Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Por razones del destino, su familia se muda al Tíbet y viven los

acontecimientos de la invasión china, donde mueren los padres de Regina. Ella recibe la

educación de los lamas, pero se da cuenta de que su destino es volver a México para concretar

su sagrado propósito. El momento de su llegada coincide con el movimiento de 1968, donde

ella participa en distintas manifestaciones (como la del Silencio, en la cual Guillermo atribuye

haber estado presente68) que tienen, más que un fin político, la meta espiritual de despertar a

los dos volcanes dormidos. El narrador de todo el evento es el mismo Velasco Piña, quien dice

haber recibido de Regina misma el cometido de ser “el testigo” (nombre que lleva él durante

toda la historia), y narrar lo que “verdaderamente aconteció” en esa época. Finalmente, y para

su desgracia, Regina se da cuenta de que el Iztaccíhuatl no se ha despertado, y que por lo tanto

habrá necesidad de hacer un “sacrificio ritual” liderado por ella y “400 auténticos mexicanos”

en la plaza de Tlateloclo. Así, mueren ella y los 400 acribillados ese día, en reminiscencia quizás

de la muerte de Coyolxauhqui y sus hermanos, los 400 Centzon Huitznáhuac, a manos de

Huitzilopochtli.69

Ciertos o no los eventos relatados en ambos libros, es clara la influencia de la mitología

mexicana dentro de ellos, influencia que a su vez se permeó en el pensamiento de Guillermo

Medina, quien los utilizó como complemento a su experiencia religiosa en el marco del

movimiento de José Argüelles. Por entrevistas que he tenido con Guillermo, me ha dicho que

tanto él como algunos de sus seguidores (y familiares) han ido a México a conmemorar el

significado espiritual del sacrificio de Regina dentro de la matanza, junto con muchas otras

personas provenientes de diversos rincones de la república que, al igual que él, creen en las

palabras de Velasco Piña. Tengo entendido que su última visita fue en octubre de 2011.

El mismo Velasco Piña hizo un pequeño prólogo a la primera edición del libro El 2012

cósmico de Guillermo Medina, diciendo que su libro es “a mi juicio (el de Velasco Piña), uno de

los análisis más profundos y certeros de lo que en verdad representa el año 2012 dentro del

proceso de evolución que abarca todo el Universo.”70 Lo anterior es prueba de que ambos

tienen como premisa la recuperación de la “mexicanidad”, manifestada en el caso de Velasco

67

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 49. 68

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 43. 69

Rodríguez, Ana Mónica. La jornada. El mito de Coyolxahqui.6 de enero de 2007. 70

Kan, Uuc. El 2012 cósmico. Pág. 7.

50

Piña a través del rescate de las enseñanzas antiguas (principalmente de los aztecas), y en el de

Guillermo, en el de la aplicación del calendario de las Trece Lunas creado por Argüelles a

diversos aspectos de la vida diaria.

Existen, a su vez, amplias referencias a las creencias budistas e hindúes. Ya se habló de la

conexión que establece Velasco Piña entre el Tíbet y México, aunque el mismo Guillermo en

sus dos libros nos habla de los chakras corporales y planetarios, de las reencarnaciones y del

karma, términos eminentemente orientales. Habla a su vez de la engería kundalini, y del

tránsito de esta en forma de una serpiente invisible (vinculada por este movimiento como

Quetzalcóatl) desde el Tíbet hasta México a través del estrecho de Bering, para finalmente

llegar a los Andes, donde residirá durante la siguiente era. Habla de la laceración del planeta

provocada por la creación del canal de Panamá, que provocó una irremediable escisión del

continente americano. Finalmente, el mismo Velasco Piña, en su libro de Regina, sigue con

esta línea de pensamiento al decirnos que los dos “pulmones” de la tierra están

respectivamente en el área del Himalaya y en la cordillera de los Andes.

También hay influencias del pensamiento cristiano, con la frecuente vinculación del sistema

12:60 con Babilonia, que en Apocalipsis 17: 1-2 se le describe como la “famosa prostituta…(con

quien)…pecaron los reyes de la tierra, y con el vino de su idolatría se emborracharon los

habitantes de la tierra.”71 Se permea además el elemento católico de la Virgen de Guadalupe,

asumida como la Madre Tierra que se le presentó a Juan Diego, y que Guillermo acepta como

nueva imagen de la diosa Coatlicue, destinada a “dar a luz” una nueva era. En su libro de Me-

xhic-co despierta, concretamente en la página 151, el mismo Guillermo cita el pasaje bíblico de

la virgen del Apocalipsis 12:1-2:

“Apareció en el cielo una señal grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo los pies y en su

cabeza una corona de doce estrellas. Está embarazada y grita de dolor, porque llegó su tiempo de dar a

luz.”72

Su interpretación está claramente basada en las oraciones anteriores, y quizás sea todavía

otra analogía con lo dicho por Velasco Piña de que “la mujer dormida debe dar a luz”. Así, para

el movimiento de Guillermo, “nuestra amadísima Virgen de Guadalupe en su representación

de la Madre Tierra anuncia que está próxima a parir una nueva humanidad, y es precisamente

México la sede de este parto…planetario en el que los mexicanos tenemos una principal

participación.”73

Propuesta de vida

Dado a que uno de los propósitos fundamentales del sistema de vida 13:20 es detener la

paulatina destrucción del ecosistema planetario (propiciada por el 12:60), se intentó crear una

comunidad que siguiese un modelo autosustentable que no se centrara en el uso de

tecnologías y productos contaminantes para el planeta. Este proyecto, como se dijo

anteriormente, inició en Torreón, pero continuó operando con la misma base teórica aquí en

Yepomera, Chihuahua.

71

Biblia Latinoamericana. Pág. 372 del Nuevo Testamento. 72

Biblia Latinoamericana. Pág. 367 del Nuevo Testamento. 73

Kan, Uuc. Me-xhic-co despierta. Pág. 154.

51

Entre estos preceptos se encuentran su misión, la cual Guillermo resume de la siguiente

manera en la página 113 del 2012 cósmico:

-Cultivar un estilo de vida basado en la mente natural y no en el ego.

-El estudio y la investigación de las leyes del tiempo y las prácticas del orden sincrónico.

-El desarrollo de programas educacionales y seminarios para apoyar la comunidad

bioregional.

-La gestión de programas de ayuda humanitaria.

-Unificar todas las relaciones humanas y todos los seres en una gran familia donde se

elimine la separación, la discriminación y la intolerancia a las diferencias, respetando la

individualidad de cada uno de sus miembros, cambiando patrones de conducta y consumo,

siendo conscientes y haciendo consciencia de nuestras acciones, brindando ayuda a la Madre

Tierra y a la humanidad estableciendo una comunidad llena de Paz, armonía y respeto a la

vida.

Y su visión, que se encuentra en esa misma página:

-Establecer una comunidad experimental auto sostenible y ecológica que viva en

conformidad con las leyes de la biosfera y que utilice sistemas de energía y manejo del terreno

ecológicamente consciente con la intención de conectarse a la red de comunidades que para

este efecto se están estableciendo en todo el planeta.

-Reconocer una Religión Universal y un Ser Supremo Único del que provenimos y somos

parte y al cual regresaremos.

A su vez, su funcionamiento consiste en establecer un sistema comunitario en que los

miembros de cada familia o tribu (entendiéndolos como las 5 familias descritas por Argüelles,

en las que se dividen los 20 sellos mayas en grupos de 4, que son la Polar, la Cardinal, la

Central, la Señal y la Portal) hagan diversas tareas que se alternan diariamente. Estas tareas

incluyen, por ejemplo, hacer el desayuno y la comida, lavar los trastes (excepto los platos, que

lava cada quien), limpiar las áreas comunales (baños secos, regaderas, palapa, cocina, etc.), y

llevar la composta (una mezcla hecha con la materia fecal diariamente extraída de los baños

secos utilizados por toda la comunidad con los residuos de comida con tierra y agua, que se

utiliza para fertilizar la tierra con el propósito de no contaminar por medio de los baños

convencionales) a su lugar correspondiente. La dieta consiste en las “frutas y verduras que nos

proporciona la madre naturaleza (maíz, chile, calabaza, frijol, tomate, pepino, sandía y papa,

todos cultivados en el mismo CREST de Torreón) y algunos productos como el queso (no leche)

y huevos de preferencia orgánicos.”74 No se puede comer ni carne ni pollo, ni alimentos

chatarra.

Aparte de la utilización de los baños secos, la regadera y el lavadero debían asegurar una

situación no contaminante para el planeta. De manera que, en el caso de Torreón, los

suministros de ambos fueron alimentados por tanques de 600 litros, y el agua utilizada era

depositada en la tierra para no contaminar el río. Se utilizaban jabones biodegradables.

74 Kan, Uuc. El 2012 Cósmico. Pág. 112.

52

El jardín impone tanto a sus miembros como a sus visitantes ciertas restricciones, como la

de no ingresar a él con bebidas embriagantes y/o sustancias tóxicas de cualquier índole. Se

prohíbe fumar en su interior y le está restringida la entrada a cualquier persona que esté bajo

los efectos de las anteriores sustancias. No se permiten los envases de plástico, ni utensilios de

plástico (cuchillos, platos, vasos, etc.).

El jardín, como parte del proyecto CREST mencionado anteriormente, debía contar con al

menos 16 domos geodésicos (ver la ilustración de la página 37). Tres de éstos debían ser de un

diámetro de 12, 17 o 20 metros, y servirían a diferentes propósitos: uno debía albergar la

biblioteca, sala de estudio y de yoga; otra fungiría como centro de la logística e intendencia del

conjunto, así como la cocina, el comedor, las duchas, el sanitario y el almacén; y el último sería

para los cuidadores residentes del jardín. Los otros trece, que deben ser de 6 m de diámetro

cada uno, son para llevar a cabo las diferentes ceremonias y sirven como lugar de hospedaje

para los participantes de los retiros de 28 días, o “neuronautas investigadores noosféricos.”

Alrededor de todo el complejo estarían situados el jardín, los baños, las tierras de cultivo y los

paneles solares.75

Así, podemos ver que el plano del CREST de Yepomera sigue estas indicaciones76:

Las cuales se manifiestan con el proyecto terminado, que se muestra a continuación77:

75

Kan, Uuc. Me-xhic-co despierta. Pág. 174. 76

Imagen tomada del libro Me-xhic-co despierta, pág. 49. 77

Imágenes tomadas de la página http://www.13lunas.net/noosboletines/noosb27/crest13.htm.

53

Yepomera

El pueblo de Yepomera cuenta actualmente con una población de 600 personas. Fue

fundado en el siglo XVI, cuando se estableció una misión jesuita que fue atacada por los indios

conchos en 1690. En tiempos de Porfirio Díaz se estableció una estación de ferrocarril

destinada a conectar los poblados de la sierra, pero fue comprada durante los años 90’s del

siglo XX y no mucho después cerrada. La fuente principal de ingresos es la producción de

manzana.78

Guillermo nos dice que Yepomera se escogió como el lugar idóneo para establecer el

CREST, entre otras razones, porque allí se encuentra el “ombligo del mundo”. Para esto

Guillermo cita al Ing. Ramón Chacón Mendoza, quien en sus trabajos expone que existe una

conexión entre dicho punto y el monte Everest, de manera que, si se trazase una línea recta

que partiese desde Yepomera y cruzase por el centro de la Tierra, se saldría por los

Himalayas.79

Ritos y culto

El culto religioso de este movimiento se centra básicamente en las meditaciones, en las

cuales se busca conectarse con la Madre Tierra y agradecer a las energías cósmicas que día a

día orientan la vida humana; dichas meditaciones tienden a ser dirigidas por Guillermo,

aunque también pueden ser dirigidas por Edith o por cualquier otro miembro que tenga

suficiente conocimiento acerca del calendario de las Trece Lunas y su manejo.

Se hacen ciertos ritos especiales como el del Fuego Nuevo (reminiscencia del ritual del

mismo nombre practicado por las culturas prehispánicas), durante el cual uno o varios de los

miembros se quedan toda la noche cuidando que dicha flama no se extinga. Existe, a su vez, el

soplido del caracol y/o Saludo al Sol hacia las “7 direcciones”, que se hace por lo general antes

de hacer una celebración importante. Se hacen también ciertas “caminatas” en las cuales los

miembros del movimiento caminan de domo en domo, agradeciéndole a cada uno su energía

particular y “activándolo” para los usos que se harán de éstos durante el día.

Pueden compartirse los sueños, que para este movimiento figuran como una suerte de

experiencias espirituales que pueden ser ya sea recuerdos de vidas anteriores, posible

contacto con seres extraterrestres o bien enseñanzas destinadas a ayudarnos en el

crecimiento de nuestra alma.

Obra

Guillermo Medina Gómez ha escrito hasta la fecha dos libros concernientes a su

experiencia con el movimiento de Argüelles, mismos que han sido la fuente principal sobre

prácticamente todos los conceptos principales que se han ido exponiendo a lo largo de este

trabajo.

78

Kan, Uuc. Me-xhi-co despierta. Pág. 47. 79

Kan, Uuc. Me-xhic-co despierta. Pág. 55.

54

Uno de ellos es el 2012 cósmico, el cual es más que nada un libro de corte autobiográfico

donde Guillermo comparte su experiencia de vida e intenta explicar tanto el significado como

el funcionamiento del calendario de las Trece Lunas.

Su segunda publicación, intitulada Me-xhic-co despierta, es básicamente una compilación

de documentos y revelaciones que se dieron ya cuando se había establecido el CREST

Yepomera, con particular énfasis al despertar espiritual que se daría en 2012 y de las fuerzas

“oscuras” (en este caso provenientes del 12:60) que harían todo para mantener el status quo

anterior, o bien impedir que toda información concerniente al despertar no llegase al resto de

la humanidad.

Guillermo ha hecho ciclos de conferencias, talleres y presentaciones de sus dos libros tanto

en Chihuahua como en Cd. Juárez desde 2009, difundiendo el uso del calendario de las Trece

Lunas, así como de todos los conceptos esbozados anteriormente. Los ingresos de todas estas

actividades están destinados al mantenimiento del CREST.

Conclusión

Definitivamente, las religiones—y sus preceptos—están irremediablemente destinadas a

modificarse conforme pasa el tiempo. El cristianismo que tenemos hoy no es, por mucho, el

cristianismo que se tuvo en el siglo IV, cuando recién salió de las catacumbas, ni mucho menos

el que surgió después de la Reforma de Lutero en 1517. El Islam actual tiene sus fundamentos

en las enseñanzas y la revelación de Mahoma, a pesar de que dicha religión cambió

drásticamente desde la muerte misma del Profeta, y continuó modificándose conforme

surgieron los califatos y después los sultanatos que van desde el siglo VII hasta nuestros

tiempos. El judaísmo es probablemente el ejemplo más drástico, ya que se ha ido

transformando a partir de las mudanzas de su pueblo a lugares ajenos a su patria a

consecuencia de las diversas diásporas. Naturalmente, lo mismo le pasó al culto maya y a sus

diversas manifestaciones.

El movimiento iniciado por Argüelles en 1987 es una propuesta de vida que surge a partir

del contexto del siglo XX, y, consecuentemente, estaba condicionado a mostrar un

distanciamiento muy profundo con la religión maya tal y como la concibieron nuestros

antepasados previo a la llegada de los españoles. De hecho, el caso de Zinacantán ejemplifica

perfectamente las diferencias y evolución del culto antiguo a una religión que siguió siendo

claramente politeísta (aunque esté retocada con algunos matices cristianos), sobreviviendo

una multitud de ceremonias cuya significación, trágicamente, se fue perdiendo conforme los

españoles persiguieron a sus sacerdotes, antaño únicos poseedores del conocimiento sagrado.

Aún así, lo sorprendente del caso es que la religión iniciada por Argüelles posee más

cercanías con los modelos religiosos occidentales que él tanto critica que con la ideología

prehispánica que pretende reflejar en sus escritos. Ya se dijo que tanto él como Stephanie

South se declararon Cerrador y Abridora del Ciclo respectivamente, avatares místicos de Pacal

Votan y su Reina Roja, aunque las enseñanzas prehispánicas nunca hablen de cosa semejante

como la reencarnación. Como líderes espirituales, reciben la “revelación” y la transcriben en su

libro de Las crónicas de la historia cósmica, recordándonos así un poco al mismo Mahoma, a

quien cita el mismo Argüelles dentro de ese libro; podemos decir que este tipo de revelaciones

55

también existían dentro de la religión maya, aunque solo las recibían los sacerdotes y/o

chamanes. A su vez, tanto Argüelles como Guillermo Median hablan de un “solo Dios” y “una

sola religión”, a pesar de que los mayas tenían una pléyade de dioses y su religión fue

incorporando elementos ajenos (como el de Ku-Kul-Kan, que era originario del Altiplano) que

en ningún momento constituyeron un culto único, y mucho menos tuvieron el corte

monoteísta que ciertamente posee la “revelación” de Argüelles. Curioso también es que el

Hunab Ku (que ambos autores vinculan tanto con Dios como con el centro de la galaxia), sea

una deidad que empezó a perfilarse después de la llegada de los españoles, siendo

probablemente uno de los primeros sincretismos religiosos orientados a hacer de la religión

católica algo asequible para los nativos provenientes de una tradición eminentemente

politeísta, y la cual habían desarrollado por al menos dos milenios. La situación de la dualidad

como la entiende Argüelles está más bien inscrita en la concepción occidental, pues sostiene la

dicotomía 12:60-13:20 no como un solo sistema complementario, con fuerzas opuestas que se

alternan para preservar el orden cósmico (como lo pensaban los mesoamericanos al hablar de

la luz y de la oscuridad, del bien y del mal como elementos presentes en sus misma deidades,

que mudan de forma y de propósitos para llevar a cabo sus tareas divinas), sino que anatemiza

el primero a la manera en que el cristianismo repele a Satanás y a los “paganos”, buscando

siempre el triunfo de su “religión verdadera” (en este caso el 13:20) sobre la otra (el 12:60) y el

sistema o forma de vida que representa. El mismo Guillermo llama “Babilonia” a este sistema,

así como los ya referidos cristianos alguna vez denominaron a sus enemigos politeístas; así fue

también como los primeros reformadores mil años después llamaron a la Iglesia Católica, que

según su perspectiva se había distanciado de las verdaderas enseñanzas de Cristo.

Otro elemento interesante es la multitud de prácticas hinduistas y budistas que en su

mayoría no existieron ni existen ahora entre los herederos indígenas del culto maya: la

aceptación del karma y de la reencarnación, de la Rueda de la Ley de Buda (mencionada por

Guillermo) y el énfasis en las meditaciones es un agregado moderno, ya que en lo que

preservamos acerca de los mayas prehispánicos no existe nada acerca de la reencarnación, ni

de la supresión de los deseos como forma de acercarse a la divinidad. El mismo Argüelles

también citaba al calendario chino del I Ching en su libro de Las crónicas de la historia cósmica,

adaptando ciertos preceptos de corte oriental a los mayas, siendo el resultado de esto su

calendario de las Trece Lunas. La influencia de Velasco Piña parece ser también un elemento

determinante, en tanto que Guillermo Medina sigue sosteniendo como verídico el lazo que

desde antaño une (supuestamente) al Tíbet con México. Volviendo a los mayas prehispánicos,

podemos ver que en su religión existía un complicado sistema de penitencias (auto-sacrificios,

ayunos, etc.) que, por lo investigado, no se sigue en Yepomera, ya que este culto rechaza la

posibilidad de que los mayas hayan hecho ofrendas de sangre o sacrificios humanos a sus

dioses. Parecen ignorar, desgraciadamente, el significado místico de dichos rituales, cuyo fin

no era la barbarie (como lo pensaron los españoles), sino el hacer una ofrenda a los dioses de

la substancia que para ellos era la más sagrada de todas: la sangre. Así, siguen observando las

prácticas prehispánicas desde la óptica occidental, que veía solo el acto, pero no el significado

del mismo.

La necesidad planteada por esta religión de proteger el medio ambiente es también un

producto del siglo pasado, surgido de los amargos efectos de la contaminación a nivel mundial,

pues, a pesar de su acercamiento con la naturaleza, los mayas prehispánicos no parecen haber

56

desarrollado esta consciencia con el enfoque que le da José Argüelles. De hecho, existen

estudios científicos que arguyen que el abandono de los grandes centros urbanos del clásico

se debió, entre otras cosas, a un desgaste muy profundo de los recursos naturales de la zona,

además de las continuas guerras entre los diferentes señoríos. E ahí otro punto interesante: los

“Mayas Galácticos” de Argüelles (que descendieron en la tierra desde las Pléyades y

proveyeron a esta civilización de su esplendor cultural) eran, según él, pacíficos. La decadencia

vino, según él, con el arribo del Posclásico, y la misma Laurette Séjourné parecía adherirse a

esta perspectiva, aunque en su caso es justificable por qué ella escribió su libro antes de que

los recientes descubrimientos mostrasen que los mayas clásicos, como cualquier otra

civilización, sostenían prolongados conflictos bélicos entre sí y ostentaban otras

contradicciones inherentes a su condición de seres humanos. Esta postura (del contacto

extraterrestre como influencia civilizadora de los pueblos antiguos) también obedece a un

punto de vista occidental: no pueden creer que una civilización como la maya, en el tiempo en

el que vivió, haya desarrollado los prodigios científicos y astronómicos que le dieron tanto

renombre a su pueblo, y por lo tanto conciben que la única forma en que esto haya ocurrido es

por medio de la inserción o intervención de seres alienígenas que estuviesen verdaderamente

“avanzados”.

Otra disparidad importante es el sistema de cargos dentro de la religión, particularmente

en lo que se refiere a Yepomera. Ya se dijo que los zinacantecos alternan sus puestos

anualmente, y que consideran como señal de prestigio el aporte material que un determinado

miembro de la jerarquía pueda hacer para la celebración de su culto, al punto de llegar a

endeudarse solo para llevarlo a cabo satisfactoriamente. En el caso de Yepomera, en este año

de 2013 Guillermo cumple aproximadamente 4 años de estar al frente del movimiento. Las

personas alrededor de él no rotan sus posiciones, a pesar de que no existe una organización

jerárquica tan intrincada como la zinacanteca. Además, el CREST solicita contribuciones

monetarias, además de cobrar por hacer cursos y conferencias (algunos llegan hasta los 1000

pesos). Ahora bien, la diferencia fundamental podría radicar en que la religión de los

zinacantecos no está en expansión (y ellos no buscan expandirla) sino que está confinada a su

ámbito geográfico-social, mientras que el movimiento de Argüelles (y en este caso el de

Guillermo) tiene miras expansivas, como cualquier joven religión en busca de adeptos y de

mayores benefactores para el sostenimiento, no solo de sus actividades, sino también de sus

funcionarios. Guillermo reside en el CREST, y su contribución a éste ha radicado más que nada

en las regalías de sus dos libros. Se acepta el dinero, a pesar de que la moneda es parte del

mismo sistema 12:60 que ellos mismos intentan tan afanosamente erradicar. En su libro

Guillermo dice que el dinero es solo un medio para llegar a la sociedad ideal que ya no lo

necesitara después para seguir sosteniéndose a sí misma. Parece que, después de todo, el

13:20 no puede subsistir sin su contraparte, cuyos aportes le siguen siendo indispensables para

continuar funcionando tal y como lo conocemos.

Otro aspecto interesante es la postura ante el mundo de los sueños. El caso de Zinacantán

no se mencionó durante el desarrollo de este trabajo, pero en su libro Vogt nos habla que los

zinacantecos los consideran (a los sueños) como una lucha espiritual, como augurios de un

futuro que en la mayoría de los casos es poco alentador, ya que casi cualquier sueño anuncia

enfermedad o muerte. En el caso de Guillermo y sus seguidores, los ven como conexiones con

las vidas pasadas y con seres extraterrestres, distanciándose así de los indígenas.

57

El sacerdocio es, a su vez, otro aspecto de suma disparidad. Tanto los zinacantecos como

los mayas clásicos centraban sus actividades religiosos, muchas de las veces, sobre las bases

del chamanismo y las prácticas curativas. Para los primeros, el alma (o alguna de sus partes)

siempre está amenazada, y es el deber del chamán curar a los enfermos por diversos medios.

En el caso de Yepomera, el culto se centra en las ya mencionadas meditaciones y celebraciones

para “activar” cada uno de los domos. Los ministros se encargan a su vez de dirigir dichos ritos

y de explicar el conocimiento del calendario de las Trece Lunas, en muchos sentidos distante

del Tzolkin y Haab originalmente empleados por los mayas.

De la situación calendárica se habló ya bastante, aunque cabe puntualizar lo siguiente: los

mayas prehispánicos usaban el tzolkin para cuestiones adivinatorias, que de ninguna manera

se asemejan a la onda encantada elaborada por Argüelles. Cierto es que daban nombres a sus

hijos conforme al día en que nacían, pero no existía tal cosa como los “tonos”, entendiéndolos

como los nombres específicos para cada uno de los 13 números empleados por los mayas para

contar sus días; y el haab obedecía más bien a ciclos agrícolas, con sus consecuentes

celebraciones para pedir por la lluvia o bien por tener una buena cosecha. Ciertos pueblos

indígenas actuales siguen empleando este sistema calendárico, llevando a cabo las fiestas

prescritas por éste en las fechas correspondientes. Argüelles, por otro lado, mezcla elementos

de los dos calendarios sin ni siquiera citar las fuentes de su correlación, y lo usa como una

suerte de cuenta esotérica, con días de energía y/o activación especial (los cuales constituyen

su llamado “telar maya”, que al parecer no existía ni se aplicaba en las cuentas prehispánicas

originales).

Los puntos en común radican quizás en su sentido de reverencia por los montes, o bien por

ciertos lugares considerados como sagrados. Los mayas clásicos hacían rituales en sus

pirámides, así como los zinacantecos los hacen ahora en las faldas de sus montañas. En

Yepomera, los domos constituyen centros religiosos (aunque recuerdan más a una iglesia dado

a que los practicantes deben entrar a ellos para hacer algunos de sus cultos, y escuchar a la

persona que dirige la meditación siguiendo cabalmente sus instrucciones), aunque también se

cree que ciertas montañas (como el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl) son sagrados. Persiste, a su

vez, la costumbre de denominar “el ombligo de la luna” a sus asentamientos, tradición que

existe en todos los pueblos Mesoamericanos, y que sobrevive en algunas comunidades

indígenas que siguen pensando que su cerro o localidad posee algún rasgo de carácter

distintivo que las hace superiores a las demás.

Finalmente, podemos observar una tendencia milenarista claramente heredada del mundo

occidental cristiano. José Argüelles (y Guillermo) no ven la situación del 2012 desde un punto

de vista estrictamente catastrófico, como se manejó en los medios masivos de comunicación,

pero sí planteaban que vendría una era de grandes cambios por el solo hecho de atravesar esa

fecha, que significaría la apertura de la consciencia planetaria. De alguna forma, este

movimiento espera que el cambio lo provea la llegada de una fecha determinada en el tiempo,

así como la cristiandad medieval esperaba la llegada del Mesías y el tan anunciado Apocalipsis

cada fin de siglo. Cierto es que los prehispánicos creían que cada 52 años el mundo podía

llegar a su fin, pero esa era una situación que tenía que ver más con la interacción de las

fuerzas cósmicas, y si éstas seguirían amparando el bienestar de la humanidad. Por el

contrario, Guillermo nos dice que volverá Quetzalcóatl en la forma de la serpiente kundalini

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para proveernos la energía necesaria para concientizarnos. Esto recuerda a las profecías

mismas en torno al regreso de Jesucristo, que no vendría ya como hombre, sino como ser

divino. Aún así, los mayas no nos hablan del arribo de tal energía, y su treceavo baktún (el que

se acaba de acabar el pasado 21 de diciembre del 2012) era solo una fecha dentro de una

cuenta que simplemente volvería a iniciar una vez concluida. Los indígenas de la actualidad no

parecen haberse inmutado particularmente por el arribo de tal día, confirmando que la idea

del cambio de era proviene más de los medios occidentales que de su propia matriz ideológica.

Todo lo anterior podría originar muchas preguntas, sobre todo acerca de la legitimidad del

movimiento. Es claro que no pretende ser el sucesor de la tradición maya original, y es

bastante obvio que, por provenir de un estadounidense, y no de un indígena, esté más cercano

a los motivos e ideas de Occidente que aquellas propias de los mayas prehispánicos y/o sus

herederos. Lo que José Argüelles y después Guillermo Medina vendrían a ser sería nada más ni

nada menos que otro sincretismo religioso, mezclando lo prehispánico, ya no con lo católico,

sino con tradiciones budistas, hinduistas y un mensaje ecológico que ha venido cobrando

mayor relevancia en los tiempos recientes. Guillermo agregó un matiz propio al

fundamentarse en las alusiones literarias establecidas por Velasco Piña en sus obras, y que de

alguna manera complementan la visión original de Argüelles de mezclar lo indígena con lo

oriental. En su versión chihuahuense, parece que Guillermo y sus seguidores han alentado

dicha mescolanza, sean o no conscientes de ella, proveyendo una alternativa a las personas

cuyo estilo de vida actual ya no les es convincente, y que buscan algo diferente. Estos

individuos podrían llevarse cierta sorpresa al ver que este culto tiene más raíces occidentales

que prehispánicas, más elementos de religiones orientales que preceptos derivados

directamente de los mayas clásicos.

Entonces, ¿qué es el movimiento de Argüelles? ¿Qué es lo que realmente se hace en

Yepomera? Es, como ya se dijo anteriormente, una alternativa. Es una de tantas opciones para

enfrentar las crisis globales actuales, de romper ciertos paradigmas y adentrarse a un mundo

místico-esotérico que, a pesar de todo, está de cierta manera abierto a aceptar experiencias

espirituales de un corte más heterogéneo que religiones como la católica (preponderante en el

medio chihuahuense), donde solo entrarían los ideales cristianos y las fuentes bíblicas. ¿Es

válido lo que ha hecho Argüelles y después Guillermo Medina del llamado conocimiento

maya? La historia nos enseña que los profetas reciben las revelaciones, aunque las religiones

las hacen los hombres. Los conceptos los plantea el ser humano, pero los siglos lentamente se

encargan de ir modificando las ideas para poder encajar en el contexto de aquellos que deben

perpetuarlas a través del tiempo. Argüelles y Guillermo solo son la consecuencia de este

proceso, y han utilizado los conceptos prehispánicos para sustentar sus propios sistemas

filosófico-religiosos en un mundo que intenta escapar de los ideales de Occidente, pero que

sigue siendo Occidental a final de cuentas.

Lo que hacen los seguidores del calendario de las Trece Lunas no debe ser entonces

entendido como parte de una tradición maya, sino como una religión completamente nueva,

fundada dentro de las particularidades y el contexto de su creador, José Argüelles. De la misma

manera, el origen de su propuesta esotérica-ecológica no debe buscarse en los mayas

históricos, sino en las postrimerías del siglo XX. Deben, a su vez, tomarse en cuentas las

características sociales, económicas e inclusive raciales que subsumen a las sociedades entre

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las cuales se intenta establecer una comparación, como lo fueron en este caso el poblado de

Zinacantán y Yepomera. Debe tenerse en cuenta que la primera está únicamente integrada por

indígenas de clase baja, víctimas de la segregación racial, mientras que el CREST de Yepomera

fue fundado por mestizos (o lo que Vogt definiría como “ladinos”) de clase media, que fueron

influidos por las ideas del estadounidense y no tuvieron previamente ningún contacto

significativo con un pueblo indígena perteneciente a la tradición anteriormente descrita.

Como comentario final, me limitaré a decir que cualquier persona interesada en este culto,

y que decida hacer el viaje hasta Yepomera, debe tomar en cuenta que lo que verá no reflejará

el ideal de vida maya tal y como pudo haber sido antes de la Conquista. Tampoco encontrará

en el calendario de las Trece Lunas una readaptación exacta de los múltiples calendarios tal y

como los manejaban los mayas, ya que inclusive entre la comunidad científica existe un amplio

debate no solo en cuanto a sus significados, sino también en cuanto a su funcionamiento y

relación con los métodos de cálculo del tiempo contemporáneos. Recomiendo al interesado

que se detenga a reflexionar en lo anterior, y que busque entender el pasado a partir de sus

propias reglas, de su propia lógica, y no busque en las modas modernas conocer lo antiguo,

que solo puede llegar a entenderse, como todo, cuando se ve desde adentro, consultando,

cuando no a los eruditos, al menos sí a sus herederos directos, que viven en el presente.

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