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Universidad Pedagógica Nacional. Ajusco Centro Psicopedagógico de Atención a la Educación. CEPPAED Breve biografía, resumen y reflexión sobre algunos puntos de la propuesta de S. Freud, Melanie Klein y Margaret Mahler.

Curso pedagogía Freud, Klein y Mahler. (2)

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Universidad Pedagógica Nacional.Ajusco

Centro Psicopedagógico de Atencióna la Educación. CEPPAED

Breve biografía, resumen yreflexión sobre algunos puntos

de la propuesta de S. Freud,Melanie Klein y Margaret

Mahler.

Por Luis Adrián Aldrete QuiñonesProf. Titular de tiempo Completo.

Introducción.

En el presente escrito, pretendo exponer de manera breve y

espero que también sencilla algunos de los puntos relevantes

de las principales escuelas del pensamiento psicoanalítico,

considerando en primer lugar a S. Freud como creador del

psicoanálisis y posteriormente a autores que –entre otros- han

sido de gran importancia para el movimiento psicoanalítico.

Me refiero a M. Klein y a M. Mahler, asimismo, espero tener

la claridad suficiente en este espacio para que el lector

pueda observar y entender algunas similitudes, diferencias y

reflexiones de dichas escuelas que le permitan adentrarse a la

teoría psicoanalítica. Para lo anterior, empezaré mencionando

aspectos biográficos de los autores antes señalados y después

expondré puntos de relevancia dentro de sus propuestas

teóricas. Este escrito no pretende ser exhaustivo en el

abordaje del pensamiento y la obra de estas personalidades del

psicoanálisis, más bien intenta ser una introducción a la

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teoría psicoanalítica tomando como base a S. Freud y a dos

grandes figuras posteriores a Freud: M. Klein y M. Mahler.

SIGMUND FREUD.

Algunos Aspectos biográficos

Freud nace el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, en la actualidad

Pribor, una pequeña villa de Moravia oriental que se

encuentra a unos 240 kilómetros de Viena. Fue el primer hijo

de la tercera esposa de su padre, su madre tenía 21 años al

nacer Sigmund, mientras que su padre contaba ya con 41 años de

edad. Tuvo siete hermanos, el segundo murió a los ocho meses de

nacido cuando Freud no había aun cumplido un año de edad. Se

puede ubicar más fácilmente en el tiempo el año de nacimiento

de Freud si recordamos los siguientes hechos: tres años después

apareció “El Origen de las Especies” de Charles Darwin, once

años después “El Capital” de Carlos Marx, y hacia veinticuatro

años que Gohete había fallecido.

Antes de que S. Freud cumpliera cuatro años él y su familia

emigran a Viena. Freud fue un estudiante brillante y graduado

con honores, en su juventud consideró estudiar derecho pero al

oír en una conferencia el ensayo “la naturaleza”, decidió

estudiar medicina. Al término de sus estudios y en búsqueda de

una mayor solvencia económica para casarse decidió abrir un

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consultorio y trabajo por tres años en el Hospital General de

Viena; publicó trabajos sobre la cocaína y experimentó y

observó sus efectos con esta droga en sí mismo, en sus amigos y

en su novia. Pero la adicción de su amigo Fleisch Marxow le

provocaron la acusación de haber desatado un nuevo flagelo

(además del alcohol y la morfina) en contra de la humanidad.

No obstante a la situación tan difícil por la que Freud pasaba,

concursa y gana un cargo de docente en la universidad y

consigue una beca para viajar a Paris a la Salpetriere en

donde conoce a Jean M. Charcot, famoso especialista en neurosis

histérica e hipnólogo. Ahí descubrió el aspecto psicológico de

la neuropatología. Pero al regresar de Paris y presentar en

Viena un trabajo “La histeria en los Hombres” recibe de parte

de la sociedad médica un rechazo generalizado.

En estas circunstancias hace su aparición como buen amigo y

protector Josef Breuer, el Dr. Breuer atendía a una paciente

de nombre Berta Pappenheim mejor conocida en la literatura

psicoanalítica como “el caso de Anna O”. Esta paciente durante

su tratamiento muestra atracción afectiva-erótica hacia él,

provocando que Breuer temeroso por la situación pida a Freud

atender a su paciente. Freud hasta entonces había utilizado los

métodos clásicos de esa época con sus pacientes:

electroterapia, masajes, baños curativos, el método de la

concentración, etc. Pero con el caso y tratamiento de “Anna O”

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aparece el método de “asociación libre” dejando atrás los

métodos anteriores. Con esto se origina el psicoanálisis, pero

también el distanciamiento de su protector el Dr. Breuer, ya

que para Freud quedaba cada ves más claro que el origen de la

sintomatología neurótica por lo general se relaciona con

cuestiones de índole sexual y que la atracción que el paciente

muestra hacia el analista es parte del mismo proceso al que

denominó transferencia.

Fue una época difícil para Freud (¿tuvo alguna vez una época

fácil?), la sociedad médica rechazaba sus descubrimientos

sobre la histeria, Breuer se había distanciado de él, pero

aparece el que tal vez fue su protector de la nueva etapa

Wilhem Fliess, otorrinolaringólogo berlinés cuya amistad con

Freud, si bien duró a lo sumo tres años, fue sumamente

significativa. Algunos autores señalan que Fliess tuvo la

capacidad empática de fortalecer a Freud siendo su escucha y/o

auditorio pasivo al que presentaba sus titubeantes

descubrimientos sobre la sexualidad y la psiconeurosis.

Fliess fue de alguna manera, testigo y participe del abandono

de la teoría del trauma original infantil por la seducción de

parte de un adulto, ya que, al quedarle claro a Freud que

estos podían no haber sido hechos reales sino fantaseados,

imaginados y en última instancia deseados, pasa al terreno

psicoanalítico por excelencia: la fantasía y el deseo

inconsciente.

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La relación con la sociedad médica seguía siendo difícil para

Freud, se le acusó de interrogar a sus pacientes sobre su vida

sexual por lo que dejaron de referirle personas que

requirieran apoyo médico. A este periodo Freud, tiempo después,

lo denominó como de “espléndido aislamiento” y fue

precisamente este periodo en donde hace uno de sus más grandes

descubrimientos: “El complejo de Edipo”.

En 1900 en el libro “La interpretación de los sueños” Freud

propone la primera tópica, la teoría Topográfica que consiste

en entender a la mente como una gran topografía que cuenta con

tres grandes regiones: Una conciente, preconciente e

inconciente. En 1923 Freud complementa esta primera propuesta

con la segunda tópica, la teoría Estructural, en la que supone

la existencia de un Aparato Psíquico que cuenta con tres

instancias: un “Ello”, un “Yo”, y un “Super-Yo”. En estas tres

instancias se manifiestan también de manera dinámica y

económica el inconciente, preconciente y conciente.

Debido a la persecución nazi Freud tiene que salir huyendo de

Viena para refugiarse en Londres, al llegar a ese país tiene un

recibimiento triunfal, pero el 23 de septiembre de 1939

apenas 15 meses después de haber emigrado, muere poco antes de

la medianoche, dejando su enorme sabiduría y legado a la

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humanidad de aquel entonces, a la presente y seguramente a

muchas generaciones futuras.

TEORIA TOPOGRÁFICA Y TEORIA ESTRUCTURAL.

La teoría Topográfica.

Freud en 1898 escribe “la interpretación de los sueños” que es

publicada en 1900, en el último capitulo se presenta la primera

tópica “la hipótesis o teoría topográfica” que plantea la

existencia de tres sistemas en la mente, cada uno de ellos con

características propias. Dos años después en 1902 en casa de

Freud comenzarían “las reuniones de los miércoles” con la

asistencia inicial de Adler, Kahane, Reitler, etc. Esta sociedad

psicológica de los miércoles acabaría convirtiéndose en la

famosa Sociedad Psicoanalítica de Viena. Regresemos a la primera

tópica o teoría topográfica y a los sistemas que comprende,

decíamos que estos son:

El sistema Inconciente.- Esta constituido por contenidos reprimidos

a los que ha sido rehusado el acceso al sistema preconciente y

conciente por la acción de la represión. Las características

esenciales de este sistema son las siguientes:

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Sus contenidos son representantes de las pulsiones, se

rige por el proceso primario del pensamiento.

Estos contenidos están regidos por los mecanismos

específicos del proceso primario, especialmente la

condensación y el desplazamiento.

Los contenidos, fuertemente catectizados de energía

pulsional buscan retornar a la conciencia y a la acción

(retorno de lo reprimido) pero sólo pueden encontrar

acceso al sistema preconciente-conciente en la formación

de compromiso o síntoma, después de haber sido sometidos

a la deformación de la censura.

Son especialmente los deseos infantiles los que

experimentan una fijación en el inconciente.

¿Cuáles son los “contenidos” del inconciente? Para responder a

esta pregunta, cabe acercarse al artículo de Freud sobre “El

inconciente” (1915) en donde expone que los contenidos son los

representantes de “la pulsión”, las representaciones

inconcientes se hallan ordenadas en forma de fantasías, guiones

imaginarios a los cuales se fija la pulsión y que pueden

concebirse como verdaderas escenificaciones del deseo. Hay que

señalar aquí que en la actualidad, varios autores dentro del

campo del psicoanálisis refieren que existen contenidos no

adquiridos por el individuo por medio de su entorno, sino que

son de origen filogenético y constituirán la noción de las

fantasías originarias.

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El sistema preconciente.- Sistema no conciente pero cuyos contenidos

se diferencian de los del inconciente por el hecho de que son

accesibles a la conciencia con un poco de esfuerzo de parte del

individuo, por ejemplo conocimientos y recuerdos no

actualizados. Desde el punto de vista metapsicológico, el

sistema preconciente se halla regido por el proceso secundario

del pensamiento y está separado del inconciente por la censura,

que no permite que los contenidos y procesos inconcientes pasen

sin antes experimentar transformaciones. Freud relacionó siempre

la diferencia entre sistema preconciente e inconciente al hecho

de que las representaciones preconcientes se encuentran ligadas

al lenguaje verbal, a las representaciones de la palabra.

El sistema conciente.- Freud en su artículo el “yo” y el “ello”

plantea que la diferenciación entre lo conciente y lo

inconciente es la premisa fundamental del psicoanálisis, señala

que el psicoanálisis no ve en la conciencia la esencia de lo

psíquico sino tan solo una cualidad que puede sumarse a otras, o

faltar en lo absoluto. Refiere también que el conciente es un

término puramente descriptivo que se basa en la percepción más

inmediata y segura. Un elemento psíquico, por ejemplo una

percepción no es por lo general duraderamente conciente, por el

contrario, la conciencia es un estado eminentemente transitorio.

Desde la metapsicología la conciencia sería la función del

sistema percepción conciencia, desde el punto de vista tópico el

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sistema percepción conciencia se sitúa en la periferia del

aparato psíquico, recibiendo a la vez las informaciones del

mundo exterior y las provenientes del interior, o sea, las

sensaciones pertenecientes al principio de placer-displacer. La

conciencia desempeña un papel importante en la dinámica del

conflicto (evitación conciente de lo desagradable, regulación

más discriminativa del principio del placer) y de la cura

(función y límite de la toma de conciencia), desde el punto de

vista económico se caracteriza por disponer de una energía

libremente móvil, susceptible de sobrecatectizar tal o cual

elemento mediante el mecanismo de la atención.

La teoría Estructural.

1923 fue uno más de los años difíciles para S. Freud, esta vez

muere su nieto, el hijo de Sophie que según se dice que para

Freud “valía más que todos los hijos y nietos”. En ese mismo año

le diagnosticaron cáncer de mandíbula y sufre la primera de una

serie de 33 operaciones. Pero como siempre en Freud, la

creatividad fue nuevamente la forma para enfrentar la

adversidad, escribe el “Yo” y el “Ello” en donde presenta su

segunda tópica. La teoría estructural en la que se plantea la

existencia de un aparato psíquico integrado por tres instancias:

el ello, el yo y el super-yo. Esta propuesta no desecha a la

anterior (teoría topográfica) más bien la complementa

entendiendo de manera dinámica-económica los principios de los

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sistemas conciente, preconciente e inconciente y su constante

interacción con las tres instancias mencionadas antes. Se

describen estas tres instancias a continuación:

El “Ello”.- Constituye el polo pulsional de la personalidad, sus

contenidos, expresión psíquica de las pulsiones son

inconcientes, en parte heredados e innatos, en parte reprimidos

y adquiridos. Desde el punto de vista económico, el “ello” es

para Freud el reservorio primario de la energía psíquica, desde

el punto de vista dinámico entra en conflicto con el “yo” y con

el “super-yo” que desde el punto de vista genético constituyen

diferenciaciones de aquel. En el “ello” coexisten la libido y la

pulsión de destrucción y se rige al igual que el inconciente,

por el principio del placer-displacer y por el proceso primario

del pensamiento, no obstante, mientras que el inconciente puede

presentarse en las dos instancias psíquicas restantes

propuestas en la segunda tópica (“yo” y “super-yo”) el “ello” no

puede acceder al sistema conciente ni preconciente, solo es

inconciente.

El “Yo”.- Desde el punto de vista tópico el “Yo” se encuentra en

una situación de dependencia, tanto respecto a las

reivindicaciones del “ello” como a los imperativos del “super-

yo” y a las exigencias del mundo externo o realidad. Aunque se

presenta como mediador encargado de los intereses de la

totalidad de la persona su autonomía es puramente relativa.

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Desde el punto de vista dinámico el “yo” representa

eminentemente, en el conflicto neurótico, el polo defensivo de

la personalidad; pone en marcha una serie de mecanismos de

defensa, motivados por la percepción de un afecto displacentero

o señal de angustia. Desde el punto de vista económico el “yo”

aparece como un factor de ligazón de los procesos psíquicos,

pero en las operaciones defensivas, las tentativas de ligar la

energía pulsional se contaminan de los caracteres que definen el

proceso primario: adquieren un matiz compulsivo, repetitivo. El

psicoanálisis trata de explicar la génesis del “yo”

considerándolo como un aparato adaptativo diferenciado a partir

del “ello” en virtud del contacto con la realidad del mundo

externo, ya sea definiéndolo como el resultado de

identificaciones que conducen a la formación dentro de la

persona de un objeto de amor catectizado por el “ello”.

Me parece que por su relevancia y pertinencia, conviene aquí

exponer un planteamiento posterior a Freud, perteneciente a la

escuela de los teóricos del “yo”, para explicar más clara y

ampliamente esta instancia psíquica. En esta propuesta se

desglosa en detalle las funciones del “yo” en doce puntos

comprendidos en tres grandes áreas Bellak y Lasky W (1970).

AREA DE CONTACTO CON EL MUNDO EXTERNO.

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1.- Prueba de realidad.-La clara diferenciación que un individuo

puede llevar a cabo entre su mundo interno y su mundo externo,

entre sujeto y objeto, entre la experiencia del yo y la

experiencia del otro.

2.- Sentido de realidad del self y del mundo externo.- El

desarrollo del mundo representacional en donde se de una clara

diferenciación del Self y de la representación de los objetos,

asimismo la posibilidad de diferenciar conflictos que afecten

la dimensión externo-interno. Cuando ambas dimensiones están

alteradas podemos hablar de patología psicótica, no así cuando

solo está alterado el mundo interno, entonces hablaríamos de

fronterizos o narcisistas.

3.- Juicio de realidad.- Presenta dos vertientes: capacidad de

anticipación, de prever consecuencia de los actos y/o lo

apropiado de nuestra conducta ante un contexto determinado.

4.- Relaciones de objeto.- Opera sobre dos dimensiones, la

primera es puramente descriptiva, se refiere a la forma y la

calidad de las relaciones del “yo” con los objetos

externalizados e internalizados. La segunda dimensión da cuenta

del grado de evolución intrapsíquica con que se dan las

relaciones objetales. De hecho el sentido de realidad del self y

del mundo va a estar fuertemente condicionado por las

vicisitudes de las relaciones objetales tempranas.

AREA DE CONTROL Y MODULACIÓN DE LOS IMPULSOS.

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5.- Regulación y control de afectos e impulsos.- Son funciones

que se derivan del choque entre los deseos pulsionales y la

realidad frustrante, que conlleva a internalizar y estructurar

como defensa y como mecanismo de modulación de la descarga

instintual y afectiva.

6.- funcionamiento defensivo.- Se habla de la manifestación de

defensas de alto nivel (neuróticas) como la represión, la

formación reactiva, aislamiento de los afectos, etc. O defensas

menos estructuradas que no parecen responder a la teoría

(impulso-ansiedad-señal-defensa), sino más bien a una

interacción directa entre impulso-realidad (negación, la

escisión, la proyección y la introyección).

7.- Regresión adaptativa del yo.- Nos habla del uso controlado

del proceso primario del pensamiento en la inducción de nuevas

configuraciones, en general con fines creativos o lúdicos para

regresar en el momento en que se desee al proceso secundario del

pensamiento.

AREA DE MANTENIMIENTO DE LA ESTRUCTURA.

8.- Función sintética integrativa.- Su función es reducir al

máximo las incongruencias estructurales, reorganizando

configuraciones que permitan la unidad estructural.

9.- Funcionamiento autónomo.- Muestra el grado de funcionamiento

o deterioro de los aparatos de autonomía primaria: audición,

visión, lenguaje, memoria, inteligencia, funcionamiento motor,

aprendizaje, etc. Asimismo observa el grado de funcionamiento o

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deterioro de los aparatos de autonomía secundaria: patrones de

hábito, habilidades complejas adquiridas, rutinas de trabajo,

intereses, aficiones, etc.

10.- Barrera de estímulos.- Es la sensibilidad a los estímulos

externos e internos, el grado de adaptación, organización e

integración de respuestas a los diversos niveles de estimulación

sensorial.

11.- Dominio y competencia.- Se refiere a qué tanto rinde el

individuo en relación a su capacidad para interactuar con su

medio, qué tanto lo puede dominar y afectar y que tanto las

expectativas que tiene de éxito se relacionan a su rendimiento

real.

12.- Pensamiento.- Se observan dos tareas: la adecuación de

procesos que guían y sustentan el pensamiento adaptativo como la

atención, la concentración, anticipación, formación de

conceptos, memoria y lenguaje y la influencia relativa del

proceso primario y secundario en el pensamiento, es decir, la

medida en la cual el pensamiento es ilógico, irreal o perdido.

Una vez vistas las funciones y características del “yo”,

regresemos a Freud con su segunda tópica y continuemos la

descripción de la última instancia psíquica: El “super-yo.- Su

función es comparable a la de un Juez o censor con respecto al

“yo”. Freud considera la conciencia moral, la auto observación,

la formación de ideales, como funciones del “super-yo”.

Clásicamente el Super-yo se define como el heredero de edipo; se

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forma por interiorización de las exigencias y las prohibiciones

de los padres o figuras sustitutas con labores parentales.

Algunos autores post-freudianos suponen la formación del super-

yo a una época más precoz y ven actuar esta instancia en fases

preedípicas (Melanie Klein), o por lo menos buscan mecanismos

muy precoces que constituirían precursores del super-yo.

RELACIONES OBJETALES.

Freud no utilizó el término “objetos internos”, pero generó una

serie de conceptos equivalentes a estos como huellas mnémicas,

representaciones mentales, introyectos, identificaciones y

estructuras psíquicas. En 1905 Freud hizo algunas aportaciones

sumamente novedosas en su artículo “tres ensayos de una teoría

sexual”. La más original fue la división de instinto sexual en

un objeto y una meta. Definía al objeto sexual como una persona

de la que parte la atracción sexual y meta sexual a la acción

hacia la cual se esfuerza la pulsión. Freud pensaba que desde

los estadios más tempranos en el desarrollo la pulsión sexual

infantil no necesita de objetos pues es autoerótico, pero pronto

aparecen instintos parciales que desde el comienzo involucran a

otras personas en calidad de objetos sexuales. En 1914 Freud

ofrece el primer análisis del problema de las relaciones de

objeto en “el ensayo sobre el narcisismo”, en este ensayo Freud…

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Presenta la libido como una fuerza susceptible de

variación cuantitativa y cualitativa, narcisista y

objetal, cuyos movimientos explican la manifestación del

desarrollo psicosexual.

Contiene la primera presentación sistemática de la

elección de objeto.

Establece los primeros significados del narcisismo.

Brinda una clasificación nueva de la psicopatología: la

división en neurosis narcisista en las que el paciente es

incapaz de establecer un vínculo emocional estable con el

terapeuta y neurosis de transferencia donde esto si es

posible.

Introduce por primera vez el concepto de un ideal del yo,

que dará origen a la estructura del super-yo.

En 1921 Freud plantea en “Psicología de masas y análisis del yo”

la diferencia entre elección de objeto e identificación con el

objeto. En cuanto a la elección de objeto propone la división

entre

a) elección de objeto narcisista refiriéndose a que se elige

al objeto en función de lo que uno fue en el pasado, es

en el presente, o quisiera ser en el futuro; y

b) elección de objeto anaclítica, referida a que se elige al

objeto de acuerdo con la persona que nos cuidó en el

periodo de dependencia.

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MELANIE KLEIN.

Algunos aspectos biográficos.

Nace en 1880, hija de una familia de centroeuropeos de origen

judío. Establece un compromiso de matrimonio con el Sr. Arthur

Klein siendo muy joven (a los 17 años), con quien a la postre

se casaría cuando apenas contaba con 21 años y procrea tres

hijos. Aunque nunca tuvo un trato directo con S. Freud, desde

la época de la primera guerra mundial se produce su

aproximación al psicoanálisis a través de la lectura de su

obra, de ahí en adelante nunca cesó su devoción a Freud. Su

formación, protección y acercamiento al movimiento

psicoanalítico estuvo protegido por tres discípulos de Freud

que al mismo tiempo eran grandes figuras y personas muy

cercanas a Freud: Ferenczi con quien comienza su primer

análisis en 1919, y la estimula a introducirse al análisis

infantil; Abraham que la invita en 1921 a trasladarse a Berlín,

apoyando sus nuevos conceptos. Con el inicia su segunda

experiencia analítica en ese año, que se interrumpe por la

muerte prematura del maestro. Y finalmente Ernest Jones que en

1926 la convence de ir a Londres donde ella permanece hasta su

muerte en 1960.

El escenario Británico.

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Lo peculiar de este escenario ha sido la existencia de tres

grupos desde la década de los treintas: El primero encabezado

por Melanie klein, el segundo con Ana Freud al frente y un

tercer grupo no comprometido con ninguno de los anteriores. M.

Klein se consideraba Freudiana ortodoxa pero fue incapaz de

colaborar con Ana Freud en el terreno teórico y esto llevó a un

endurecimiento de las relaciones entre ambos grupos. De los dos

grupos, es el de Klein el que se ocupó desde el principio de

las Relaciones de Objeto Internalizado, aunque viéndolos siempre

como parte de una estructura intrapsíquica presente desde el

nacimiento; mientras que Ana Freud se mantuvo más en la línea de

la psicología del yo. El tercer grupo cobró mayor fuerza pues se

nutrió de ambos bandos y a su vez los influenció, no solo a los

ingleses sino también a los estadounidenses. En este tercer

grupo se encuentran D.W. Fairbairn, Michael Balint y D.

Winnicott, así como algunos de sus alumnos más destacados como

H. Guntrip y D. Sutherland.

En los tres grupos hubo propuestas diferentes para explicar la

relación objetal en el desarrollo psicosexual del niño (a),

Klein por ejemplo habló de las posiciones esquizoparanoide y

depresiva, Balint dio prioridad a lo que denominó falla básica,

R. Spitz mencionó que después de lo que el llamó fase autista

normal hay una gran relevancia de los organizadores para el

adecuado desarrollo del bebé, Winnicott por su parte habló del

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camino de la dependencia absoluta hacia la independencia pasando

por la fase de reacercamiento y dependencia relativa. En fin...

hubo diferentes propuestas, pero hay que señalar que en todas

ellas se hace referencia a la gran importancia para la mejor

estructuración del Self del momento y la calidad de las

relaciones de objeto que recibe el niño (a) para su mejor

desarrollo. Y para presentar más o menos al final de la

adolescencia (visto desde J. Bergeret) un determinado tipo de

Estructura que pudiera ser Psicótica de organización límite o

de tipo neurótica. Aquí cabe aclarar que cuando se hace

referencia al self, se entiende a un sistema mucho más amplio

que la sola instancia del “yo”, de hecho el self hace

referencia a la totalidad de las instancias del aparato psíquico

y a la génesis de su estructuración mediante procesos de

incorporación, introyección e identificación con objetos

externos, y vale repetirlo, en definitiva, en función de la

mayor o menor calidad de los objetos, es decir, de su ser

gratificador o frustradores, y del momento en que reciba el

sujeto estas relaciones objetales, será su mayor o menor

acercamiento a la salud.

Enfrentamientos.

Klein tuvo tres grandes enfrentamientos en su carrera: 1.- En

1927 con Ana Freud en torno al análisis infantil y el

desarrollo de la transferencia; 2.- en 1943-44 la Controversial

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Issues (temas polémicos) en el seno de la Sociedad

Psicoanalítica Británica cuando Glover propuso expulsar a Klein

y su grupo acusándola de apartarse de los principios básicos

del psicoanálisis clásico. Y 3.- en los últimos años de su vida

la teoría de la envidia primaria que apoya decididamente la

base constitucional de la agresión humana provocó la

discrepancia definitiva con miembros de su escuela (Paula

Heimann se separa del grupo) y con otros autores que comparten

con Klein la teoría de las relaciones de objeto tempranas pero

que discrepan en cuanto a la génesis de la teoría de la

agresión y el síntoma (Winnicott y Guntrip entre ellos).

Asimismo, las discusiones de 1943-44 provocaron la dolorosa

ruptura definitiva con su hija Melitta Schmideberg quien apoyó

a Glover en su postura y al fracasar, se alejó definitivamente

a los Estados Unidos.

Panorama general de su obra.

La producción teórica de M Klein suele dividirse en tres

grandes momentos:

a) Período de 1919- 1932.

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En este período produce una gran cantidad de artículos con

sus hallazgos teóricos y clínicos, inicia la técnica del

juego para el análisis infantil y lo aplica originalmente en

niños pequeños. Para analizar a los niños acepta sus juegos

como equivalente a la Asociación Libre en los adultos, en

estos juegos podían estar incluidos dramatizaciones,

expresiones verbales y sueños como material significativo, a

través de ellos Klein explora las fantasías concientes e

inconcientes de los pequeños; por medio de esta técnica

interpreta las fantasías, sentimientos y el tipo de

angustias y ansiedades expresadas en el juego. En sus

descubrimientos también resalta la importancia de la

agresión en el desarrollo mental, supone que las fantasías

agresivas en el niño son la causa principal para que

presenten angustia y diferentes tipos de ansiedades. Las

hipótesis principales versan sobre la neurosis de

transferencia completa en el análisis infantil, el complejo

de edipo temprano y la formación de un super-yo temprano. En

este aspecto, Klein creía en la existencia de un super-yo

pregenital que se caracteriza por su sadismo, por lo cual

una de las funciones del tratamiento sería la de reducir su

excesiva crueldad. A diferencia de la propuesta de A. Freud

que suponía que el super-yo en los niños sería débil por lo

que habría que reforzarlo. En este período Klein plantea dos

hipótesis fundamentales:

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1. Como ya se mencionó, la existencia de un super-yo

temprano, que primero lo ubica entre los dos y tres años

y luego lo hace retroceder hasta el comienzo de la vida

psíquica.

2. La idea del complejo de edipo temprano ubicado en los

periodos pregenitales del desarrollo.

Es importante señalar que M Klein consideró que la agresión

innata en el individuo cuenta con un papel fundamental

desde su desarrollo temprano hasta la muerte. Supuso que los

impulsos agresivos se deben a la pulsión de muerte. Y a

diferencia de la propuesta de desarrollo libidinal: oral,

anal, fálica, etc. (Freud y Abraham), Klein cambia el

concepto de fases libidinales al afirmar que en los niños

pequeños observa una mezcla de pulsiones orales, anales y

genitales que se superponen entre si desde las primeras

relaciones de objeto. Se aleja así de la idea de fases

libidinales del desarrollo en un sentido cronológico y las

remplaza tiempo después por la idea de posición como un

concepto más dinámico y menos aferrado a la biología. De

esta manera, el decir que los impulsos orales están

mezclados precozmente con los genitales implica también

adelantar la triangulación edípica a estadios pregenitales

del desarrollo. De aquí surge la idea del complejo de edipo

temprano, donde la sexualidad contiene agresión. Esto al

mismo tiempo produce sentimientos de culpa de tal forma que

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estas reacciones junto con las de ansiedad y dolor que se

observan en el niño en la práctica clínica, se relaciona con

la idea del superyo temprano. El superyo, según Klein existe

desde el comienzo de la vida formándose por la introyección

de dos objetos contradictorios, uno de cualidades

protectoras y benevolentes (objeto parcial idealizado) y

otro de características punitivas (objeto parcial

persecutorio). Este superyo debe sufrir un proceso de

integración en el curso del desarrollo que dependerá de las

vicisitudes de la posición depresiva. El aspecto punitivo y

persecutorio proviene del objeto parcial persecutorio

introyectado en los orígenes, mientras que el objeto parcial

idealizado será el núcleo del ideal del yo que se constituye

a lo largo de la posición depresiva. El superyo termina

siendo una estructura integrada cuando el sujeto elabora las

ansiedades depresivas y puede unir los objetos parciales

internos en un objeto total.

b) Período de 1932-1946.

En 1932 escribe “psicoanálisis de niños” donde intenta

sistematizar sus descubrimientos sobre la vida psíquica

infantil. En este período formula lo esencial de su teoría:

la idea de la elaboración de la posición depresiva como

punto crucial del desarrollo mental (1935-1940) y de la

existencia de la posición esquizo-paranoide (1946). La

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teoría de las posiciones explica el vínculo con la realidad

tanto interna como externa, en la posición esquizoparanoide

los objetos serán distorsionados y fantásticos como

resultado de la disociación y de la proyección de impulsos

libidinales y tanáticos; Klein la supone como una

organización mental que se presenta en los primeros tres

meses de vida y que está constituida por:

1. Ansiedad persecutoria, la angustia que siente el yo es la

de ser atacado.

2. Relación de objeto parcial, con un pecho idealizado y

otro persecutorio que se perciben como objetos disociados

y excluyentes.

3. El yo se protege de la angustia persecutoria con

mecanismos de defensa intensos y omnipotentes como la

disociación, la identificación proyectiva, la

introyección y la negación.

En la posición depresiva los objetos tanto internos como

externos estarán integrados y más acordes al principio de

realidad. Klein piensa que esta posición se presenta entre

los tres y los seis primeros meses de vida (a continuación

de la posición esquizoparanoide) y se caracteriza por:

1. Ansiedad depresiva: el yo siente culpa y teme por el daño

que ha hecho al objeto amado con sus impulsos agresivos.

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2. Relación con un objeto total: los objetos con los que el

yo se vincula son percibidos más “completos” y menos

parciales, por lo tanto ha aumentado el proceso de

integración.

3. El mecanismo de defensa principal es la reparación:

atender y preocuparse por el objeto interno y externo.

Esta nueva estructura no es solamente un progreso

madurativo, es una configuración diferente en donde los

intereses narcisistas de la posición esquizoparanoide que

trataban de proteger al yo de las amenazas persecutorias,

cambian a la preocupación central que ahora tiene el yo de

cuidar y preservar sus objetos. El conflicto depresivo es

una constante lucha entre el amor y la agresión, los

sentimientos que predominan son la tolerancia al dolor

psíquico y la culpa por las fantasías agresivas hacia los

objetos amados. Klein en 1940 amplía sus ideas sobre la

posición depresiva al incluir el duelo como un fenómeno

importante de este proceso. La hipótesis central es que la

perdida de un ser querido reactiva la posición depresiva

infantil. Es la perdida de la madre como objeto amado la que

se revive con cada perdida del adulto, la posibilidad que

cada individuo tiene de afrontar el duelo y recobrarse de él

depende de cómo haya resuelto la posición depresiva

infantil. En esta etapa el yo desarrolla una capacidad

creciente de controlar sus impulsos agresivos. La resolución

26

del complejo de edipo temprano en esta etapa no proviene

totalmente de la censura superyoica de los padres

prohibiendo los deseos incestuosos, sino que es el propio

niño por la necesidad de preservar la unión de los padres y

el amor hacia ellos que trata de controlar sus deseos

edípicos. Así pues, desde Klein cuanto más se desarrolle el amor

hacia los objetos por encima de los deseos narcisistas y egoístas, el

resultado será una moral de mayor benevolencia y generosidad.

Se formalizan los aspectos esenciales de la Metapsicología

Kleiniana con la descripción de la mente como un espacio

poblado por objetos internos, que interactúan con los

externos a través de los procesos de introyección y

proyección. El mecanismo de Identificación Proyectiva será a

partir de 1946 y durante los treinta años siguientes uno de

los principales temas de la investigación Kleiniana. El

acento que Klein había puesto en la agresión en el período

anterior es modulado ahora en buena medida por la idea de

una lucha pulsional entre sentimientos de amor y odio.

c) Período de 1946-1960.

El punto teórico principal es la envidia primaria, que Klein

formula en 1957. La describe como un impulso agresivo que el

bebe siente desde el comienzo de la vida dirigido al pecho

de la medre, con el deseo de dañar los aspectos buenos y

protectores que ofrece el objeto nutricio. La envidia y la

27

gratitud constituyen dos factores dinámicos que interactúan

normalmente en el psiquismo a partir del nacimiento y

determinan en parte las características de las tempranas

relaciones objetales. Klein independiza la envidia de la

frustración, supone que no son los elementos frustrantes del

objeto materno o de la situación ambiental los que provocan

el impulso envidioso, por el contrario, este proviene del

sujeto, es endógeno y su finalidad es atacar lo que el

objeto tiene de bueno y valioso. Afirma Klein que los

efectos inconcientes de la envidia interfieren intensamente

con los procesos de gratitud normal, se evidencia o acentúa

cuando justamente el sujeto siente gratificación. La envidia

ataca lo que el otro nos ofrece porque no podemos tolerar

que esas capacidades sean ajenas, aún en el caso de que

seamos los beneficiarios. Klein señala la importancia de

diferenciar la envidia, los celos y la voracidad como

impulsos que intervienen en la introyección del objeto

bueno. La envidia –como ya se mencionó- es un sentimiento de

odio contra otra persona que posee una cualidad deseada. Los

celos en cambio existen en una relación triangular, se desea

poseer a la persona amada y eliminar al rival. Hanna Segal

(1964) considera que los celos son una relación de objeto

total, mientras que la envidia se da especialmente con

objetos parciales. Cuando esta se presenta hacia un objeto

total perturba la elaboración de la posición depresiva. Por

su parte, la voracidad pretende extraer todo lo bueno que

28

tiene el objeto, es un impulso insaciable que siempre quiere

más de lo que el objeto quiere o puede dar, su objetivo

principal no es destruir como es el caso de la envidia, por

ello la envidia primaria tendría un resultado tan malsano

para el desarrollo mental, ya que al arruinar las bondades y

capacidades del objeto destruye al mismo tiempo el origen

mismo de la propia creatividad. Los síntomas de voracidad

pueden estar ligados a un componente envidioso, Klein

integra la envidia a su teoría de las posiciones y supone

que si los impulsos envidiosos son intensos atacan al objeto

ideal, que es quien provoca el sentimiento envidioso y con

esto, alteran el proceso de disociación normal de la

posición esquizoparanoide. Esto produce una confusión entre

lo bueno y lo malo, no se logra disociar el objeto ideal del

persecutorio y se perturban gravemente los procesos de

introyección del objeto bueno, que son la base para el logro

de la estabilidad mental. Queda dificultada así la capacidad

de goce y creatividad estableciéndose un círculo vicioso en

el que la envidia impide una introyección adecuada y esto a

su vez acentúa la envidia. Como mecanismos de defensa en

contra de la envidia Klein menciona los siguientes:

1. La confusión, 2. la huida de la madre hacia otras

personas que son idealizadas, 3.la desvalorización del

objeto, 4.la desvalorización hacia la propia persona, 5.el

tratar de despertar envidia en otras personas para no sentir

29

la propia, 6.sofocar tanto los sentimientos envidiosos como

los de amor, lo que se expresa en indiferencia, 7.el acting

out se emplea para mantener la disociación y evitar la

integración de los sentimientos envidiosos. Se refuerza así

el aspecto constitucionalista de su teoría. Su obra póstuma

“Relato del psicoanálisis de un niño” (1961) donde

reconstruye el caso Richard al que atendió en la época de la

segunda guerra mundial, abre nuevamente el campo polémico en

torno a los fundamentos de la técnica Kleiniana: análisis de

las fantasías centrado en las angustias predominantes de la

sesión, acceso al material profundo inconciente a través de

la interpretación de la transferencia positiva y negativa,

manifiesta y latente; interpretación sistemática de las

relaciones de objeto que se van expresando en la sesión a

través del juego y la asociación libre en pacientes

pequeños.

La Técnica de M. Klein

Klein introduce en el mundo del psicoanálisis una técnica

novedosa: el juego, incluye el juego infantil como una

manera de facilitar a sus pequeños pacientes la expresión de

fantasías y conflictos inconcientes. El objetivo de la

técnica Kleniana es analizar los conflictos y fantasías

inconcientes y el método es explorar sistemáticamente la

transferencia. Klein da gran importancia a los impulsos

30

libidinales y agresivos y suponía que en el vínculo con el

analista se producirán tanto sentimientos amorosos como

hostiles, por lo que es necesario interpretar

sistemáticamente la transferencia positiva y negativa para

que el paciente pueda lograr una aproximación a comprender

su realidad psíquica. El analista con sus interpretaciones

le ayuda al paciente a integrar los sentimientos

ambivalentes en sus vínculos del presente y del pasado, en

la realidad externa y en su mundo interno. Señala Klein que

los enfoques de apoyo u orientación favorecen la disociación

de los sentimientos por lo tanto no ayuda en la integración,

que es el principal objetivo terapéutico en el análisis.

Según Klein, la manera de afianzar el vínculo terapéutico

desde los primeros momentos del tratamiento es que el

paciente se sienta aliviado en sus angustias y comprendido

por el terapeuta. Lo único que puede darle al paciente esa

seguridad y confianza en el proceso terapéutico es que el

analista le interprete en profundidad las ansiedades y

defensas en su relación de objeto. El analista está

intensamente comprometido con las vivencias que el paciente

exterioriza y, por lo tanto el vínculo transferencial es el

eje principal del desarrollo de la sesión. A medida que

Klein definió su nuevo modelo de la estructura mental,

centrado en la idea de una realidad psíquica poblada por

objetos internos, la sesión fue entendida como una

exteriorización de dicha realidad psíquica. La sesión es

31

vista como una situación total, las asociaciones, sueños,

lapsus, etc. Son entendidos en el contexto de la sesión y

particularmente en su significación con la figura del

analista, por supuesto que como representante de algún

objeto interno del paciente. La función primordial del

analista Kleiniano es dejarse envolver en el clima emocional

de la sesión, recibir todas las proyecciones que el

paciente hará sobre él, estar muy sensible en las

manifestaciones transferenciales y contra-transferenciales,

para de todo ese acontecer extraer la estructura básica

(angustia prevalente y mecanismos de defensa característicos

de la relación de objeto de ese momento) que marca el punto

de trabajo de esa sesión. Siguiendo a Freud, el analista le

propone al paciente estudiar y resolver entre ambos las

fantasías y conflictos de sus relaciones de objeto, será

tarea del paciente usar estos insigth para aplicarlos en la

vida cotidiana y en sus vínculos. Con respecto a la contra-

transferencia, el analista debe de conocer y manejar sus

propios conflictos inconcientes, como parte de los

instrumentos técnicos necesarios para poder analizar bien

estas situaciones que se suceden en la sesión.

Aquí se plantea un punto de vista interesante desde el punto

de vista teórico: Freud pensaba que el conflicto se producía

por una dificultad en la descarga instintiva; por lo tanto,

era necesario interpretar las resistencias por ser estas el

32

testimonio directo de las represiones o mecanismos

defensivos que al impedir dicha descarga provocaban el

síntoma o la perturbación del carácter. El conocimiento y la

elaboración van ligados a la idea de levantar las

represiones y permitir una mejor solución del conflicto.

Para Klein lo que importa es comprender las angustias que se

desarrollan en la relación de objeto y también los

mecanismos de defensa destinados a disociar, negar,

proyectar, aspectos de la personalidad. El insight debe

permitir el conocimiento y la reintegración de dichos

aspectos disociados y proyectados del self. Ello permitirá

una comprensión vivencial del conflicto y principalmente una

mayor integración de la personalidad. Esto es: Los procesos

de proyección e introyección rigen el proceso analítico;

merced a ello el paciente moviliza en la sesión sus

relaciones de objeto internas y las proyecta en el analista,

éste mediante la interpretación posibilitará que se

modifiquen dichas relaciones de objeto que el paciente podrá

entonces reintroyectar cambiadas en su estructura. Klein

cuando formula su teoría de las posiciones (1946-1952) se

define un objetivo terapéutico central: Elaborar la posición

depresiva para conseguir la integración del objeto y del yo.

El insight consistirá en juntar emociones cariñosas y

hostiles hacia un mimo objeto con los consiguientes

sentimientos de culpa y responsabilidad. El punto crucial es

33

no solo comprender sino tolerar el dolor mental que producen

esos sentimientos.

Klein con respecto a los criterios para la terminación de un

psicoanálisis menciona que se llega a la etapa final de un

psicoanálisis cuando han sido suficientemente disminuidas

las ansiedades paranoides y depresivas mediante la

elaboración repetida de ambas posiciones. También señala que

siempre en el análisis las interpretaciones deben explicar

tanto las relaciones de objeto tempranas, que se actualizan

y evolucionan en la transferencia, como las fantasías

inconcientes que el paciente tiene en su vida actual. Aquí

su perspectiva genética de la transferencia, se debe

interpretar simultáneamente lo que ocurre en el presente y

lo que aconteció en el pasado.

MARGARET MAHLER

Algunos aspectos biográficos.

Nació en Austria. En la época de la segunda guerra mundial

se trasladó a los Estados Unidos donde realizó prácticamente

la totalidad de sus trabajos psicoanalíticos. Médica y

pediatra en su origen siguió el camino de otros prestigiados

analistas contemporáneos como es el caso de D. Winnicott.

34

Poco a poco a partir de estudios sobre enfermedades

neurológicas en la infancia, fue volcándose hacia la

consideración de los problemas psicológicos. Algunos de sus

discípulos ubican sus estudios sobre los “tic´s” en niños

como el puente entre la médica y la analista. Posteriormente

fueron de su principal interés los cuadros psicóticos de la

infancia.

De acuerdo con el conocimiento de la época, la psiquiatría

adulta solo reconocía el “autismo infantil temprano” que

Kanner había descrito unos cuantos años antes (1968). No

obstante, para Mahler este no era el único estado psicótico

de la infancia, había desde un punto de vista dinámico y

genético, por lo menos otro cuadro que también debía ser

clasificado junto con el del autismo. Este cuadro lo

denominó “psicosis simbiótica”. Todos los niños afectados de

psicosis infantiles tenían en común algo que los

diferenciaba claramente de los enfermos mentales por

afecciones orgánicas: “...el rasgo cardinal de la psicosis

infantil era la inhabilidad sorprendente de parte del niño

psicótico para poder ver siquiera el objeto humano en el

mundo externo, no se diga interactuar con el como otra

entidad separada”. Era necesario explicar las diferencias

entre uno y otro cuadro psicótico y en este sentido, las que

más interesaron a M Mhaler fueron las relacionadas con el

origen de ambas afecciones. Mientras que los niños autistas

nunca habían mostrado capacidad para establecer relaciones

35

afectivas, los niños con psicosis simbiótica habían

“enfermado” repentinamente en el curso de su crecimiento. El

momento de irrupción de esta psicosis se ubicaba entre el

año y los tres años de edad. Esto hizo suponer a la autora

que había algo en esa época del desarrollo que provocaba en

el niño un estado psicótico. Y como investigadora planteó

una hipótesis: “Es la separación emocional de la simbiosis

con la madre lo que actúa como disparador inmediato para

desconectarse psicóticamente de la realidad”

Mhaler se propuso demostrar que el desarrollo de los

infantes transcurría a lo largo de diversas fases, una de

las cuales se caracteriza por tener como eje las ansiedades

de separación respecto de la madre. Diseñó un proyecto de

investigación cuyos objetivos eran demostrar la existencia

de una fase del desarrollo en la que el eje psicológico era

la separación individuación del niño respecto a su madre,

esta fase a la que llamó de separación-individuación

constituye el origen de la psicosis simbiótica. Este enfoque

comenzó aplicándose específicamente en los cuadros

psicóticos, pero pasó luego a servir de explicación para

otro tipo de enfermedades mentales, como la neurosis y los

trastornos de carácter. La fase de separación-individuación

se constituyó para los analistas Mahlerianos en el punto

neurálgico de toda la psicopatología, y en consecuencia de

la comprensión del material durante la sesión analítica.

36

Mahler postuló la necesidad de establecer con el paciente

una “...experiencia simbiótica correctora, en relación de

uno a uno con el terapeuta, que condujera a la

reconstrucción de una relación más parecida a la simbiótica

con la madre misma...”.

LAS PSICOSIS INFANTILES.

El Síndrome de Autismo Infantil

Para la descripción de este síndrome Mahler partió de las

aportaciones hechas por Kanner en 1944. Los rasgos típicos

del autismo infantil se refieren al modo de contacto que el

niño establece con el medio ambiente. En general las madres

de estos niños describen que desde el momento del nacimiento

sintieron dificultad para establecer un vínculo emocional

con su hijo, son niños que muestran un grado extremo de

indiferencia hacia los seres humanos que los rodean. Mhaler

dice: “...todo el patrón de conducta y de sintomatología del

síndrome autista infantil forma alrededor del hecho de que

el niño infante autista no puede utilizar las funciones

yoicas ejecutivas auxiliares de la compañera (simbiótica),

la madre, para orientarse a sí mismo en el mundo externo e

interno”. Esta actitud frente a los seres animados se

interpreta como una alucinación negativa, el niño alucina la

ausencia de las personas que le rodean, como si viera a

37

través de ellas. Cuando se “vinculan” con quienes le rodean

es para utilizarlos a modo de una extensión mecánica de su

propio cuerpo. En contraste con este desapego emocional, los

niños autistas tienen una notable incapacidad para notar

cambios en el mundo de los objetos inanimados que lo rodean

“...hay una preocupación estereotipada hacia objetos

inanimados o patrones de acción hacia los cuales muestran

las únicas señales de liga emocional”. La falta de

catectización del objeto materno y del propio cuerpo hace

que incurran en conductas auto agresivas como la única forma

de sentirse vivos. Los niños autistas presentan un extraño

contraste entre la ausencia de actividades auto-eróticas y

las intensas conductas auto-lesivas, tales como morderse,

golpearse la cabeza, etc. “...lo cual constituye un intento

patológico de sentirse vivo y entero. Las manipulaciones

auto-agresivas parecen ayudar a estos niños a sentir sus

cuerpos; algunas de estas actividades definitivamente tienen

el propósito de agudizar la conciencia de los límites del

ser corporal y del sentimiento de entidad, si no es que el

de identidad”.

Hay una debilidad congénita de lo que Hartmann describió

como yo autónomo, el yo de los niños autistas es tan frágil

que no puede mantener su cohesión a menos que desconozca la

existencia de los estímulos provenientes tanto del medio

ambiente, como de su propio cuerpo.

38

El síndrome de psicosis simbiótica.

Mhaler entiende que todo individuo pasa a lo largo de su

desarrollo psicológico por una fase de simbiosis con su madre.

El término simbiosis fue tomado de la biología, describe un

estado en el que dos organismos viven en asociación funcional

para su ventaja mutua. En la fase de simbiosis normal el niño

percibe a su madre como formando una unidad con él, ambos

constituyen un sistema omnipotente en el cual la

indiferenciación entre madre y niño es total. Dice Mhaler

“...El rasgo esencial de la simbiosis es una fusión alucinatoria

o ilusoria, somatopsíquica, omnipotente con la representación de

la madre y, en particular la ilusión de un límite común de los

dos, los cuales en realidad son físicamente son dos individuos

separados”. Todos los estímulos desagradables son proyectados

fuera de la unidad simbiótica, la energía libidinal esta

catectizando aquí la unidad dual madre-hijo y son los límites

comunes los que están cargados de dicha energía libidinal.

Mhaler cree que la psicosis simbiótica es una fijación o una

regresión a la etapa de simbiosis normal, señala que hasta antes

de su aparición el niño había tenido un desarrollo psicosexual

normal. Estos pacientes muestran inicios de diferenciación, es

decir, que comenzaron el recorrido correspondiente a su fase de

separación-indiferenciación. Pareciera ser que en el momento en

que deben separarse de su madre por efecto de lo que Mhaler

39

designa “presión maduracional” irrumpe bruscamente en los niños

aquejados de psicosis simbiótica un cuadro de intensa angustia

que pone en evidencia una vulnerabilidad sorprendente del yo

ante cualquier frustración menor. Estas criaturas son

extremadamente intolerantes ante pequeños fracasos: una caída al

inicio del aprendizaje de la marcha puede ocasionar que ya no

vuelva intentar caminar, un golpe al tomar un objeto puede

producir inhibición extrema en la prensión, etc. Todo sucede

como si el niño percibiera estos traspiés como autenticas

amenazas de aniquilamiento, lo que le genera un pánico imposible

de manejar. El niño tiene la ilusión de fundirse con su madre, a

diferencia del autista que se comporta como si él y quienes le

rodean fueran objetos inanimados. El límite corporal se amplía

para incluir al de la madre y es este límite común el que está

catectizado. Así cualquier situación que amenace con romper esta

unión ilusoria es recibida con autenticas crisis de angustia.

Para Mhaler, el pánico sería una respuesta del niño ante el

peligro de fragmentación del yo; éste se mantiene gracias a la

relación simbiótica con el yo auxiliar que le proporciona la

madre. Así la madurez yoica del niño sería disarmónica con otras

funciones psicomotrices, preceptúales, etc. Esto es, el niño

esta preparado fisiológicamente para caminar y alejarse de su

madre pero su madurez emocional está sumamente retrazada

respecto de las nuevas habilidades motrices y por ello reacciona

con un intenso estado de pánico.

40

Las observaciones clínicas de M. Mhaler le llevaron a idear un

modelo de desarrollo psíquico del ser humano, Mhaler piensa que

el nacimiento psicológico no coincide con el biológico. Trata de

ilustrar esta idea con la descripción de fases por las que pasa

el desarrollo psicológico y emocional del niño y menciona que

existe un factor dado, innato denominado “presión maduracional”.

Este elemento organizador del desarrollo es el “...impulso para

y hacia la individuación en el infante humano normal, es algo

dado e innato que tiene gran fuerza, y que si bien puede

cambiarse mediante prolongada interferencia se manifiesta por

cierto a lo largo de todo el proceso de separación-

individuación”. Existe por lo tanto, desde la óptica de Mhaler,

un factor innato, constitutivo del ser humano que induce el

proceso de separación e individuación. Todas las interacciones

que el niño tiene con su madre y con el medio ambiente durante

los primeros cuatro o cinco meses de vida son “traducidas en

percepciones táctiles, visuales, cinestésicas. El yo, por otra

parte recibe estímulos desde el interior del organismo, a los

cuales en momentos posteriores del desarrollo se agregan

estímulos motores que van adquiriendo cada vez mayor

importancia. Tanto los estímulos externos como los internos van

moldeando al yo.

41

LAS FASES DEL DESARROLLO PSÍQUICO DEL NIÑO SEGÚN MARGARET

MHALER

Fase Nombre DuraciónPrimera Fase Autismo Normal Nacimiento al primer mes

de edad. AproximadamenteSegunda Fase Simbiosis Normal Del primer mes al cuarto

o quinto mes de edad.

AproximadamenteTercera Fase Separación-

Individuación

Del quinto mes al mes

treinta y cinco Primera

subfase de la

fase de

separación -

individuación

Diferenciación. Del quinto mes al

séptimo u octavo mes.

Segunda

subfase de la

fase de

separación -

individuación

Ejercitación

locomotriz.

Primera etapa:

Ejercitación

locomotriz

temprana.

Segunda etapa:

Ejercitación

propiamente

Del mes octavo al décimo

quinto mes. Hasta el

inicio de la marcha

libre, desde el inicio

de la marcha hasta el

décimo quinto mes.

42

dichaTercera

subfase de la

fase de

separación

individuación.

Acercamiento.

Primera etapa:

comienzo del

acercamiento.

Segunda etapa:

Crisis del

acercamiento.

Tercera etapa:

Moldeamiento de

la distancia

óptima

Mes 15 al 24

Mes 15 al 18

Mes 18 al 20

Mes 20 al 24

Cuarta subfase

de la fase de

separación-

individuación

Logro de la

constancia

objetal

emocional y

consolidación de

la individuación

Mes 24 a 36

Se hace a continuación una breve descripción de las

características de cada una de las fases propuestas por M.

Mhaler:

Primera fase: Autismo normal.

43

Esta etapa de la vida transcurre entre el momento del nacimiento

y la cuarta semana, los fenómenos biológicos predominan en gran

medida sobre los psicológicos. El niño puede estar sumido en un

estado de somnolencia del que emerge solo al realizar las

actividades necesarias para mantener su equilibrio fisiológico.

La investidura libidinal es básicamente interna, similar a la de

la vida intrauterinal. Esto implica que los estímulos provienen

del exterior a través del tacto, el oído o el olfato, carecen de

importancia en comparación con las sensaciones provenientes de

sus órganos internos. Esta fase es para Mhaler, una fase

anobjetal: en la medida de que no hay capacidad para percibir al

objeto externo satisfactor, este sencillamente no existe.

Mhaler supone que, como el infante es incapaz de percibir su

mundo externo, son dos elementos los que permiten que el bebe

continué su desarrollo psíquico: El primero de ellos es una

dotación genética que lo impulsa hacia el vínculo con el medio

ambiente y le permite percibir y aceptar los cuidados que la

madre le proporciona. Esta dotación genética recibe el nombre de

“Ser Maternal”. El otro elemento es externo y se refiere a una

madre que proporcione efectivamente los cuidados para cuya

recepción el individuo está genéticamente preparado, a tal

proceso externo se le denomina “Maternación”. Los cuidados y

estímulos proporcionados por la madre (“maternación”) y

adecuadamente aprovechados por un niño con dotación genética

normal (“ser maternal”), permiten el desplazamiento de las

cargas libidinales desde dentro del cuerpo hacia la periferia.

44

Desde la óptica de Mhaler, la falla en los niños autistas está

en que carecen de la dotación innata que los capacita para

percibir y aprovechar los cuidados de su madre. Puede también

suceder que aún poseyendo esta dotación, esos cuidados no hayan

sido lo suficientemente buenos como para lograr un

aprovechamiento óptimo de esta dotación genética, debido a una

madre con un brote psicótico o con una gran dificultad para

relacionarse afectivamente con su hijo.

Segunda Fase: Simbiosis normal.

Esta fase se refiere al vínculo establecido entre el bebe y la

madre, como si fueran dos organismos mutuamente dependientes

para su sobrevivencia. Mhaler establece que esto es en realidad

una metáfora ya que en esta sociedad solamente es el pequeño el

que es absolutamente dependiente de su socio adulto para

sobrevivir, mientras que para este último la dependencia es

generalmente relativa. El neonato en su fase autista normal es,

poco a poco, capaz de percibir los estímulos provenientes del

mundo exterior y en particular los que producen los cuidados

maternos. Como resultado de esta maduración neurofisiológica y

de su dotación innata, el niño puede romper la coraza que lo

mantenía como un ente monádico y autosuficiente. Comienza a

sentirse participe de una díada, también omnipotente pero cuyos

integrantes son él y su madre.

Entre el primer y el cuarto mes vive una fusión ilusoria con su

madre. Esta relación permitirá la demarcación del “yo corporal”.

45

El logro más importante de la fase simbiótica es la catexis de

la madre, en un principio ella no es percibida como un objeto y

por eso Mhaler siguiendo a Spitz sugiere que se trata de una

fase preobjetal en la que se espera que al concluir, se haya

catectizado a la madre y por lo tanto esta se transforma en un

objeto, aunque parcial. Cuando termina la fase simbiótica el

bebe ha podido establecer una relación objetal con la madre.

Mhaler señala que para el buen transito de una fase a otra, es

necesario que cada etapa este bien lograda. Y un aspecto básico

para el buen desarrollo de la etapa de simbiosis normal es lo

que, Mhaler retomando de Winnicott, denominó como el

sostenimiento o holding materno. Esto se refiere a la capacidad

de contención eficaz y afectiva con que cuenta la madre en su

relación con su hijo, ya que de otra manera, el bebe no podrá

neutralizar su propia energía agresiva, ni proyectarla fuera de

la matriz simbiótica.

Tercera Fase: Separación-individuación.

Mhaler distingue el proceso de separación del de individuación

aunque plantea que ambos ocurren al unísono y coordinadamente.

“...Uno es el carril de la individuación, la evolución de la

autonomía intrapsíquica, la percepción, la memoria, la

cognición, la prueba de realidad; y otro es el carril evolutivo

intrapsíquico de la separación, que sigue la trayectoria de la

diferenciación, el distanciamiento, la formación de límites y la

desvinculación de la madre”. La fase de separación-individuación

46

comienza alrededor del quinto mes de vida y concluye idealmente

en el tercer año de edad. Es posible que este proceso se

continúe a lo largo de toda la vida y, de hecho en el

tratamiento psicoanalítico de adultos neuróticos se buscan

resolver dificultades en los procesos de separación e

individuación.

Primera subfase: Diferenciación

Para que sea posible el inicio de esta subfase deben coincidir

dos hechos evolutivos: En primer lugar el niño debe estar

suficientemente familiarizado con la mitad materna de la matriz

simbiótica; desde el punto de vista conductual, la indicación de

que esto ya se logró está proporcionada por la aparición de la

sonrisa específica del bebé ante el rostro o la voz de su madre.

La sonrisa específica indica que reconoce a su madre y por lo

tanto su imagen ha sido catectizada como un objeto libidinal. En

segundo lugar es necesario que se haya alcanzado un desarrollo

neurofisiológico que permita períodos mayores de vigilia y que

el niño haya adquirido ciertas habilidades motrices que expandan

el sensorio más allá de la orbita simbiótica.

El bebé dotado con las habilidades que acabamos de mencionar

explora táctil y visualmente a la madre, tensiona su cuerpo para

alejarse de ella y verla mejor, verifica uno a uno sus rasgos en

una auténtica “exploración aduanal”. Esta verificación no solo

permite al niño verificar entre “lo que es madre” y “lo que no

es madre” sino que también le permite distinguir entre sí mismo

47

y su compañera simbiótica, es decir como el nombre de esta

subfase lo plantea, empezar a diferenciarse de su compañera

simbiótica.

El niño reacciona con ansiedad ante extraños, de hecho el grado

de angustia es inversamente proporcional a la eficacia con la

que se haya establecido la simbiosis en la etapa anterior, es

decir, cuanto más exitosamente transcurrió esta, tanto menos

angustia ocasionará al pequeño la presencia de extraños. Mhaler

señala que una fase simbiótica defectuosa puede retrasar el

inicio de la diferenciación, aunque también indica que puede

acelerarlo, acompañándose de una intensa ansiedad.

Segunda subfase: Ejercitación locomotriz.

Esta fase transcurre entre los ocho o nueve y los quince meses

de edad, es la época en que los niños empiezan a gatear y

adquieren progresivamente las habilidades para separarse

físicamente de su madre. Mhaler divide a esta subfase en dos

etapas. La diferencia entre ambas es el grado de libidinación

con que se envisten las funciones motrices. La primera etapa

llamada de ejercitación temprana es la que tiene lugar al

inicio del gateo. El niño parece feliz y olvidado de su madre, a

pesar de lo cual necesita volver cada tanto a su lado en forma

de una posible “recarga emocional”. Regresa para estar junto a

ella y luego vuelve a alejarse. Como en las subfases anteriores,

los elementos que deciden el éxito de la etapa son la dotación

48

genética del bebé y la buena contención o holding materno para

aceptar y estimular la creciente autonomía del hijo. La segunda

etapa se llama de ejercitación propiamente dicha. Una vez

lograda la investidura libidinal de las funciones motrices el

niño puede ejercitarse placenteramente en estas, lo que le

permite descubrir un inmenso gozo en el uso de su propio cuerpo.

Es el punto culminante del propio narcisismo infantil. Las

catexias volcadas en un primer momento en las habilidades

motrices van poco a poco desplazándose hacia el yo autónomo en

desarrollo. Este se robustece con los estímulos que la posición

erecta proporciona a la criatura.

Tercera Subfase: Acercamiento

El niño llega a esta etapa como un ser humano separado, provisto

no solo con la capacidad para la locomoción sino también de las

habilidades para el juego simbólico y el lenguaje. Estos

organizadores constituyen “...los parteros del nacimiento

psicológico”. Los sentimientos que caracterizan esta subfase son

esencialmente ambivalentes, ya que por un lado el infante, al

notar por su desarrollo cognitivo y perceptual, lo ilusorio de

su omnipotencia desea refundirse con su madre en busca de la

omnipotencia perdida, pero al mismo tiempo teme ser reabsorbido

por ésta al grado de perder la autonomía recién adquirida y que

tanto placer le produce. Mahler divide la subfase de

acercamiento en tres etapas:

49

- Comienzo del acercamiento.- este momento se caracteriza

por una disminución de los esfuerzos exploratorios típicos

de la subfase anterior. Los “deambuladores” regresan con su

madre pero no para recargar energía sino para compartir

con ella sus logros y hallazgos. Es típico que de esta etapa

que el infante traiga los juguetes con los que esta jugando

y espere “el visto bueno de su madre” como una respuesta

concreta. En este momento el niño la siente como un objeto

separado, lo que le despierta ansiedad y temor, a la vez que

estimula el sentimiento de autonomía y refuerza su yo.

- La crisis de acercamiento.- los niños observados por

Mahler y su equipo exhibían conductas que podían ser

interpretadas como de conflicto entre el ejercicio de la

autonomía y la necesidad de la madre para satisfacer

mágicamente sus deseos. “...alrededor de los 18 meses

nuestros deambuladores parecían muy ansiosos de ejercitar a

fondo su autonomía en rápido aumento. Preferían cada vez más

netamente que no les recordaran que a veces no podían

arreglárselas solos. Se producían como consecuencia

conflictos que parecían centrarse en el deseo de estar

separado y ser grande y omnipotente, por una parte y hacer

que la madre satisficiera mágicamente los deseos sin tener

que reconocer que en realidad llegaba ayuda del exterior,

por otra. En la mayoría de los casos el humor que

predominaba era el de la insatisfacción general, la

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insaciabilidad, tendencia a rápidos cambios de estado de

ánimo y a berrinches. El período se caracterizaba entonces

por el deseo rápidamente alternante de alejar a la madre y

de aferrarse a ella, secuencia conductual descrita muy

atinadamente por la palabra “ambitendencia”.

- Moldeamiento de la distancia óptima.- al igual que en

las subfases previas, Mahler menciona algunas precondiciones

para que se arribe a esta etapa. Ellas son: Desarrollo del

lenguaje y esto se observa cuando el niño puede ahora

nombrar los objetos, nombrarse asimismo en el espejo o en

una fotografía y nombrar también a sus familiares. Esto le

da la sensación de poder controlar, hasta cierto punto, el

ambiente. Comienzan los procesos de internalización de

objetos buenos y reglas (precursoras del superyo).

Progreso de la capacidad de expresar deseos y fantasías

mediante el juego simbólico.

Cuarta subfase: logro de la constancia objetal emocional.

En presencia de una dotación innata adecuada es necesaria la

confluencia de los siguientes elementos para que el niño logre

la constancia e integración de los objetos libidinales:

Confianza de que la madre simbiótica proporcionará

un alivio a las tensiones y necesidades vitales.

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Esta confianza es el resultado de una simbiosis

normal.

Poco a poco, las satisfacciones proporcionadas por

la compañera simbiótica son atribuidas a un objeto

total.Adquisición de la facultad cognitiva que

permite al niño “saber” que el objeto existe, aunque

no lo perciba. Esta capacidad fue descrita

inicialmente por J. Piaget (1937) y Mahler la

considera como un prerrequisito importante para que

el individuo pueda comprender que su madre, en tanto

objeto libidinal existe aunque esté ausente. Sólo

cuando dicha capacidad cognitiva ha sido bien

establecida es posible para el sujeto asegurar la

constancia de un objeto libidinalmente

caracterizado.

Mahler propone observar tres características para corroborar

que el infante ha logrado la constancia objetal: En primer

lugar, el objeto debe estar disponible intrapsíquicamente.

Esto significa que puede ser evocado sin dificultad. En

segundo lugar, y en realidad este es un requisito previo al

anterior, el objeto debe estar investido de energía

libidinal o neutralizada. En tercer lugar, el yo no debe

recurrir con facilidad a la escisión de las representaciones

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en objeto bueno y malo. Es un objeto total el que está

disponible para el sujeto.

Algunos puntos de reflexión con respecto a los

autores revisados.

Es difícil hacer unas síntesis de obras tan amplias y complejas,

pero al mismo tiempo tan coherentes en sus observaciones

clínicas y en sus planteamientos teóricos. Es claro que la

teoría psicoanalítica brinda elementos suficientes para trabajar

a profundidad en la historia del paciente y por este medio,

entender lo qué le pudiera estar pasando; también parece que

podría caber la reflexión de que se puede hablar no de un

psicoanálisis, sino de varios psicoanálisis. Y esto no en

demérito de un enfoque teórico tan apasionante, sino más bien

como prueba de la riqueza de un pensamiento vivo y en constante

crecimiento. Tal vez serían pocos los que podrían decir que los

planteamientos de Klein, Mahler, Kernberg, Kohut, etc. Si bien

parten de Freud, todos ellos cuentan, por lo menos en algunas de

sus partes con una originalidad que en si mismos enriquecen al o

a los diferentes psicoanálisis. No obstante de la existencia de

diferentes formas o escuelas para la práctica del psicoanálisis,

en todas ellas hay un acuerdo de que:

Existe un sistema inconciente en todo individuo, en este

sistema se encuentra lo reprimido y las fuerzas pulsionales

que buscan salida y que tendrán que negociar con las

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demandas del mundo externo e incluso manifestarse en forma

de un síntoma o de una formación de compromiso.

Todo individuo cuenta con un aparato psíquico que va

conformándose desde su nacimiento, pasando por un

desarrollo libidinal o psicosexual en el que establece, con

las figuras más significativas de su primer entorno,

determinado tipo de relaciones objetales. Estos objetos

significativos serán incorporados, introyectados y algunos

de ellos servirán como figuras de identificación. Este

proceso amplio y la propia autopercepción y sentir general

del sujeto servirá para la conformación del “Self”.

Como se decía, las relaciones de objeto del individuo serán

de importancia básica para que este pueda contar con un

“esqueleto psíquico” de base o estructura que podrá ser

neurótica (si alcanza la genitalidad y el édipo), o

estructura psicótica , si tiene una detención o fijación

pregenital en fases muy tempranas de su desarrollo; o

bien, hay un tercer tipo de formación, que por sus

características no se le puede definir como “estructura”

sino más bien como un tipo de organización límite, esta se

ubica entre la estructura psicótica y la estructura

neurótica.

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Estas estructuras Neuróticas, Psicóticas o bien las

organizaciones límite y los trastornos narcisistas contarán con

un determinado tipo de vínculos, de defensas predominantes, de

tipos de angustias, etc. En suma desde este enfoque, el plano

vertical o la historia de cada sujeto puede ser claramente

entendido y complementarse perfectamente con el plano horizontal

o de interacción en el presente del individuo.

El entendimiento y buen manejo de los aspectos básicos de las

teorías antes revisadas, nos pueden llevar a entender, que la

historia de los individuos desde los momentos más tempranos, su

desarrollo psicosexual, el manejo adecuado de sus ansiedades

persecutorias y depresivas más la presencia de una distancia

óptima que favorezca la separación-individuación en su vínculo

materno, es fundamental para que cualquier persona tenga una

mayor o menor cercanía para su salud y desarrollo.

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