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DE FRANCIA A ESPAÑA: EL ANÁLISIS LÓGICO Y GRAMATICAL 1 Mª José García Folgado Universitat de València INTRODUCCIÓN Los ejercicios de análisis lógico y gramatical se generalizan en Francia en el primer cuarto del siglo XIX y pasan a constituir «les deux piliers de l’apprentissage de la gra- mmaire dans l’école française» (Delasalle & Chevalier 1986: 85). Si bien sus orígenes se vinculan a la gramática general puertorrealense, adoptan su forma canónica con Du Marsais y su programa empirista, esto es, la adopción de un método razonado para el aprendizaje de la lengua destinado tanto a la formación del intelecto como al perfeccio- namiento lingüístico. El análisis pasa a ser un instrumento de conocimiento imprescin- dible con Condillac, para quien la misma lengua es considerada un método analítico, y se populariza de forma determinante con la labor de los ideólogos. La influencia de éstos en el panorama educativo francés post-revolucionario conlleva la incorporación del análisis en los manuales escolares de gramática francesa con indudable éxito, como demuestran las numerosas reediciones de las obras de Letellier (1812) y Noël & Chapsal (1827), por ejemplo 2 . Desde Francia, se difunde a España y sus posesiones de ultramar y pasa a incorporarse a los programas de enseñanza tanto del español, como del latín o las lenguas extranjeras (Montoro & García Folgado e. p.). En este trabajo, abordamos las formas escolares del análisis desde la interpretación que realizan pedagogos y gramáticos españoles –en ocasiones, gramáticos-pedagogos–. En último lugar, ofrecemos un breve acercamiento a los tratados de Pedro Martínez como ejemplo de evolución de este tipo de ejercicios. 1. DEL ANÁLISIS Y LA SÍNTESIS Durante la última década del siglo XVIII –si bien su mayor expansión se produce du- rante el segundo cuarto del siglo XIX–, comienza a generalizarse en España la adopción 1 Este trabajo se enmarca en el proyecto, cofinanciado por el MEC y los fondos FEDER, titulado Los comienzos de la moderna sintaxis: Análisis lógico y análisis gramatical en la enseñanza del español (ANAGRAMA) [código: I+D HUM2007-60976/FILO], así como en el proyecto cofinanciado por el MEC y los fondos FEDER, titulado La norma del español desde la perspectiva historiográfica: gramáticas, ortografías y diccionarios (Si- glos XV-XIX) (NORPHIS), [código: I+D HUM2006-08394/FILO]. Asimismo, ha sido realizado gracias a una ayuda del Programa “José Castillejo” (Ref. JC2008-00141) del Ministerio de Ciencia e Innovación, mediante el Programa Nacional de Movilidad de Recursos Humanos del Plan Nacional de I-D+I 2008-2011. 2 Este punto ha sido tratado extensamente por Delesalle & Chevalier (1979 y 1986), así como por Calero Vaquera (2008).

De Francia a España: el análisis lógico y gramatical

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DE FRANCIA A ESPAñA: EL ANÁLISIS LÓGICO Y GRAMATICAL1

Mª José García FolgadoUniversitat de València

IntrodUccIón

Los ejercicios de análisis lógico y gramatical se generalizan en Francia en el primer cuarto del siglo XIX y pasan a constituir «les deux piliers de l’apprentissage de la gra-mmaire dans l’école française» (Delasalle & Chevalier 1986: 85). Si bien sus orígenes se vinculan a la gramática general puertorrealense, adoptan su forma canónica con Du Marsais y su programa empirista, esto es, la adopción de un método razonado para el aprendizaje de la lengua destinado tanto a la formación del intelecto como al perfeccio-namiento lingüístico. El análisis pasa a ser un instrumento de conocimiento imprescin-dible con Condillac, para quien la misma lengua es considerada un método analítico, y se populariza de forma determinante con la labor de los ideólogos. La influencia de éstos en el panorama educativo francés post-revolucionario conlleva la incorporación del análisis en los manuales escolares de gramática francesa con indudable éxito, como demuestran las numerosas reediciones de las obras de Letellier (1812) y Noël & Chapsal (1827), por ejemplo2. Desde Francia, se difunde a España y sus posesiones de ultramar y pasa a incorporarse a los programas de enseñanza tanto del español, como del latín o las lenguas extranjeras (Montoro & García Folgado e. p.).

En este trabajo, abordamos las formas escolares del análisis desde la interpretación que realizan pedagogos y gramáticos españoles –en ocasiones, gramáticos-pedagogos–. En último lugar, ofrecemos un breve acercamiento a los tratados de Pedro Martínez como ejemplo de evolución de este tipo de ejercicios.

1. del análIsIs y la síntesIs

Durante la última década del siglo XVIII –si bien su mayor expansión se produce du-rante el segundo cuarto del siglo XIX–, comienza a generalizarse en España la adopción

1 Este trabajo se enmarca en el proyecto, cofinanciado por el MEC y los fondos FEDER, titulado Los comienzos de la moderna sintaxis: Análisis lógico y análisis gramatical en la enseñanza del español (ANAGRAMA) [código: I+D HUM2007-60976/FILO], así como en el proyecto cofinanciado por el MEC y los fondos FEDER, titulado La norma del español desde la perspectiva historiográfica: gramáticas, ortografías y diccionarios (Si-glos XV-XIX) (NORPHIS), [código: I+D HUM2006-08394/FILO]. Asimismo, ha sido realizado gracias a una ayuda del Programa “José Castillejo” (Ref. JC2008-00141) del Ministerio de Ciencia e Innovación, mediante el Programa Nacional de Movilidad de Recursos Humanos del Plan Nacional de I-D+I 2008-2011.2 Este punto ha sido tratado extensamente por Delesalle & Chevalier (1979 y 1986), así como por Calero Vaquera (2008).

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del método analítico en la gramática –así como en otras ramas del conocimiento3–, en-tendido como ejercicio de descomposición que conducirá de lo general a lo particular, de la oración a la palabra y del discurso a la idea:

Para adquirir una idea completa, clara y distinta de un objeto cualquiera, no basta verle en conjunto; se necesita observar primero unas despues de otras partes que mas predomi-nan, y percibir las relaciones de semejanza, de situación, de dependencia, etc., que tienen entre sí. Enseguida se pasa á examinar también sucesivamente las de menor importancia, observando las relaciones de subordinación que tienen con las primeras. Examinado de este modo y con este órden todo aquello que necesitamos conocer en cualquier objeto, podemos ya abrazarlo de una sola mirada, y tener una idea clara y distinta del conjunto (Valcárcel 1858: 38).

Inicialmente, se trata de la admisión de los planteamientos de Descartes, quien con-tribuye a la cimentación de los principios científicos del método de observación en su Discurso del método (1637)4. Esto se aprecia claramente en el Discurso en que se expo-nen los fundamentos lógicos de la Gramática de todas las lenguas… (1796) de López González, donde el gramático-pedagogo fundamenta su método recurriendo al filósofo francés:

Es constante que el conocimiento de las cosas que se ignoran se adquiere por el método analítico. Es tambien cierto que no se puede emprender ningun conocimiento, sin entrar con algunos datos que sirvan de guias. El que emprende el estudio de la lengua Latina, tiene los datos en la gramática especulativa, con los que debe comenzar por el Análisis, cuyas reglas reduxo Descartes á quatro, que son:

I. No recibir cosa alguna por verdadera, sin que se conozca ser tal: evitando cuidado-samente la precipitacion y la preocupacion.

II. Dividir cada una de las dificultades que se xâminan en tantas partes como se pueda, y se requiere para resolverlas.

III. Gobernar con orden sus discursos, empezando por los objetos mas simples, y mas fáciles de conocer, para ascender poco á poco al conocimiento de los mas compuestos; y aun precediendo orden en los que no se preceden naturalmente.

3 Principalmente, las ciencias naturales de las que procede: Física, Química, Matemáticas, así como la Me-dicina (vid., por ejemplo, el Boletín de Medicina, Cirujia y Farmacia, T. I., 1835, Madrid: Imprenta que fue de Fuentenebro, donde se aplican las ideas del médico Jean Nicolas Corvisart (1755-1821)), la Frenología, la Filosofía y el Derecho, entre otras. En última instancia, se trata de la aplicación de la doctrina de los ideólogos, para quienes la vinculación entre las ciencias morales y las físicas, entre la teoría y la práctica, el análisis y la composición representaba la base del progreso individual y colectivo. En palabras de Felipe Senillosa (1817: 50): «Componer y descomponer; he ahí los dos fenòmenos admirables que presenta el qua-dro de la naturaleza. En su mutua reaccion estriba la base del movimiento […] Yo creo que si se estudiasen las ciencias con ojos mas filosóficos de lo que se ha hecho hasta aquí, se encontraria cierta correspondencia de unas à otras ò principios comunes que harian su conocimiento mas fàcil y nos conducirian à su adelan-tamiento » (García Folgado e. p.).4 En opinión de Destutt, Descartes contribuyó a desarrollar los postulados de Bacon, dotándolos de simpli-cidad y claridad («Memoire sur la faculté de penser», 407; Cf. Head 1985: 27).

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IV. Hacer en todo enumeraciones tan totales, y reconocimientos tan generales, que se pueda asegurar no omitir cosa alguna, asi en buscar los medios, como en recorrer las partes de la dificultad. (López González 1796: 31-32).

Pese a la influencia de Descartes, hay que tener en cuenta la importancia de Condillac, quien adopta los postulados de Bacon y Locke y se refiere al análisis como método para reconstruir el origen de las ideas (cf. Zamorano e. p.). En su programa teórico, la síntesis apenas tiene relevancia, dado que el análisis consiste en la interpretación del pensa-miento –que sin la lengua sería un ‘caos’– en un doble proceso: el primer paso de este análisis sería la descomposición y el segundo, la introducción de un orden, marcado por la misma naturaleza y que permite el acceso a los elementos últimos del pensamiento (Cf. Trabant 1986: 77-78)5. No obstante, la síntesis es fundamental en Destutt, quien en la «Introducción» de su Grammaire, indica:

on peut bien, si l’on veut, appeler exclusivement analyse l’action de décomposer, et syn-thèse celle de recomposer. Mais une analyse n’est complète que quand on a fait avec succès ces deux opérations, dont l’une sert de base et l’autre de preuve (Destutt 1804: 19-20)6.

En la aplicación del método, al menos tal y como lo presentan gramáticos y pedagogos españoles, es clave la asociación entre análisis y síntesis: el primero se concibe como un ejercicio de descomposición del discurso/oración –morfológica y/o sintáctico-lógica– y la segunda, de composición, esto es, de producción. Ambas pasan a formar parte intrín-seca del aprendizaje gramatical, constituyendo su praxis:

Arte comprehende en su enseñanza dos partes: una teórica ó de su contemplación, otra práctica ó de uso y exercicio. Cada una de las quales se compone de otras dos: la espe-culativa ó teórica tiene una que enseña á concer la materia que se exercita, con todas las formas que para el artefacto se requieren: y otra que muestra la composición del artefacto. La primera en la Gramática se llama Etimología ó Analogía, y la segunda Sintaxîs. La parte Práctica consiste en el Análisis, que enseña á descomponer ó resolver un todo en sus partes, separándolas para enterarse de ellas. La otra se dirige en la composicion del todo, se llama Síntesis ó Génesis (López González 1796: 19).

5 A diferencia de Condillac, otros autores como Humboldt, consideran que es necesario, para que se pueda hablar de ‘conocimiento’, una actividad del entendimiento: la síntesis, entendida como ‘trabajo del espíritu’ (Cf. Trabant 1986: 77-78).6 En otro lugar (Mémoire de Berlin, 1807) expone la idea de que el método analítico es el método de todas las ciencias –principalmente, las ciencias filosóficas–, mientras que la síntesis es tan solo un accesorio (Cf. Goetz 1993:123). En opinión de Head (1985: 28): «Tracy’s adoption of this conception that knowledge is reductible to an analytico-deductive schema, is a fundamental characteristic of his thought, as will be shown in more depth when the concept of idéologie is examined. Tracy’s borrowings from Condillac have usually been taken as his primary intellectual debt; it is arguable, however, that what Tracy extracted from Condillac, at least in regard to essentials of method, had already been said by Descartes».

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La legislación, desde 1857 con la ley Moyano, viene a apoyar esta perspectiva dado que se ordena que se practiquen «Ejercicios de análisis, traducción y composición latina y caste-llana» (Tit. II, art. 15)7, si bien en los textos gramaticales se da preeminencia al análisis:

El maestro les explicara detenidamente cada precepto por medio del comento ó parte esplicativa, no pasando á otra regla, sin que esté seguro de que la antecedente se ha en-tendido completamente. Ocupados de este modo cinco días a la semana, se señalará para el último el repaso de todo cuanto hayan estudiado durante ella, y se empleará la hora de clase en solo preguntas entresacadas, asi del testo como de la explicación, y en un ejercicio analítico-práctico de aquella parte de la gramática en que se ocupen, hecho en cualquier autor español que se elija (Rementería 1839: 324).

El análisis se concibe como un método mucho más racional para la adquisición de cono-cimientos por varios motivos: a) coincide con la actuación del entendimiento humano, b) al aplicarlo se ponen en funcionamiento todas las facultades intelectuales y c) como consecuencia de lo anterior, se descarga la memoria y se facilita el aprendizaje:

A las lecciones de memoria, el escolasticismo ergotista, á la baraunda y los silogismos de los aristotélicos, se ha ido sustituyendo el análisis, la metafísica, la investigación, las meditaciones del espíritu que absorven (sic) y empapan al discípulo en los principios abstractos de las ciencias, asi como el antiguo método era solo un barniz que se caia, una taravilla que se olvidaba tan pronto como cesaban las lecciones de la escuela […] (Anónimo 1842: 189).

[M]enester será, pues, habituar el entendimiento á hacer uso de todas sus facultades por medio de procedimientos que las pongan todas en acción; y para esto no los hay mejores ni mas fáciles de repetir, que los ejercicios analíticos (Rendu/Carderera 1845: 79).

Ya es tiempo de emprender una marcha mas racional que conduzca al objeto que en el fon-do tiene toda enseñanza, á saber, el desarrollo intelectual […] Asi es muy facil retener lo que se aprende; mas ¿sucederá otro tanto confiando á la memoria palabras que nada dicen al entendimiento, sea el que sea el órden de su colocación? (Merino 1843: ‘Al público’).

2. análIsIs y enseñanZa de la lengUa8

Este tipo de análisis se encuentra firmemente enraizado en la tradición escolar, por lo que su aplicación en el estudio de la lengua materna puede considerarse dentro de la herencia de la tradición latina. Si bien, con toda posibilidad, debía practicarse con an-terioridad a su plasmación en los manuales, no es sino a finales del siglo XVIII cuando

7 Para la penetración del análisis lógico y gramatical en el sistema escolar hispano, vid. García Folgado y Montoro (e. p.).8 Para una visión amplia de la fundamentación y modelos para el desarrollo del análisis lógico y gramatical en España, puede verse Calero Vaquera (2008, e. p.a 1 y e. p.b), así como Calero y Zamorano (e. p.)

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su presencia se manifiesta de forma clara (Jovellanos, Ballot, López González, Herranz, Muñoz Álvarez, etc.). La influencia de los teóricos franceses es de gran importancia; así, por ejemplo, Torío de la Riva (1802) se sitúa a la estela de Du Marsais y acoge no sólo la práctica analítica, sino que distingue claramente entre periodo y oración –«[periodo es] un ajuntamiento o unión de palabras que contienen sentido perfecto. [El periodo se compone] de miembros que se llaman oraciones (...) las cuales son tantas cuantos son los verbos determinados que contiene el periodo» (366) –, así como acoge la división entre oración principal e incidente –«si no depende de otra se llama principal. Si depen-de de otra se llama incidente.» (íd.)–.

El propósito pedagógico de la inclusión del análisis en la gramática es claro: se persigue tanto la comprensión razonada de las unidades gramaticales, como el descu-brimiento de las operaciones del pensamiento:

Para analizar el discurso observaremos el oficio y la significación de cada palabra, sus relaciones unas con otras, cómo de su enlace se forman los pensamientos, y cómo estos reducidos a cierto órden componen el discurso (Jovellanos c. 1795: 150).

Mi objeto ha sido presentar la gramática baxo un órden analítico, yendo por grados de lo conocido y bien entendido à lo por conocer: à fin de que estudiando menos las apariencias de las voces que su íntima correspondencia con las ideas, se tengan datos fixos y perma-nentes (Senillosa 1817: III; el subrayado es nuestro).

Gramática es la ciencia que enseña los principios y las reglas del método analítico […] Estudiar gramática es pues estudiar los métodos que los hombres han seguido en el aná-lisis del pensamiento (Rementeria 1839: 25).

Gramática es el arte de analizar y ordenar las palabras como signos de nuestras ideas. […] La gramática se divide en dos partes generales, la primera analiza las palabras considera-das como materiales del discurso, y la segunda trata de su combinación para expresar los pensamientos (Datzira & Arañó 1859:5)

Esta doble operación supone la asunción de dos niveles de análisis –ya enunciados por Domergue y Du Marsais (cf. Delesalle y Chevalier 1986; Calero Vaquera 2008) –, con objetos distintos:

El análisis, necesario para todo, exige procedimientos particulares, y recibe diferentes nombres, segun los objetos en que se emplea. Asi se distingue:

El análisis gramatical, ó la descomposición de una frase en palabras consideradas solamente como partes del discurso, como nombres, verbos, adverbios, etc.

El análisis lógico, ó descomposición de una proposicion en sus partes, sugeto, verbo, y atributo, para manifestar la relación de sus partes (Rendu/Carderera 1845: 80)

[E]l análisis gramatical se limita á las palabras, dando á conocer á cual de las ocho ó nueve partes ó elementos del discurso pertenece cada una; mientras que el análisis lógico

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descompone el sentido de una proposicion comprendida en una ó mas frases, ó en un período, que no es otra cosa que una reunión de frases que encierra una idea mas ó menos completa y desarrollada (Carderera 1854: 167).

En otro lugar, Carderera (1815-1893) realiza una interesante crítica de ambos tipos de análisis –lógico y gramatical– y concluye:

Pero no deben distinguirse dos clases de análisis porque en realidad no es mas que uno con dos grados, ó dos operaciones que se complementan entre sí. Por la primera opera-ción se descompone el pensamiento para encontrar las proposiciones que lo enuncian, y en cada una de ellas las partes que lo constituyen. Por la segunda, se desciende á los objetos de estas partes, para determinar su naturaleza. Sin las dos operaciones el análisis no es completo, y por consiguiente no debe hacerse solo ni el gramatical, ni el lógico, ó mas bien de la proposicion (Carderera 1865: 271).

En este punto, sigue el pedagogo las ideas expuestas por Girard en su Cours éducatif de langue maternelle à l’usage des écoles et des familles (Paris: Dezobry, E. Magdeleine et Cie, 1847). Con todo, la separación de los dos tipos de análisis se evidencia clara-mente, no sólo en la macroestructura de algunos tratados (v. gr. Merino 1848), sino en la disposición de materias de algunos planes de estudio, como es el caso de la Cátedra de comercio y de idioma francés que promueve la Junta de Comercio de La Coruña desde 1843, en la que el curso de lengua francesa dura dos años: en el primero “se explican y practican todas las partes de la oración” y se ejercita “el análisis gramatical con todo el raciocinio posible”; en el segundo curso los alumnos “dan las lecciones de gramática […] se perfeccionan en la sintaxis, estudian el análisis lógico” (Madoz 1847: 100).

3. el análIsIs en la obra de pedro martíneZ lópeZ9

La década de los cuarenta en España es clave para la introducción de los ejercicios de análisis lógico y gramatical10. En 1841, Pedro Martínez publica en París la segunda edición «notablemente aumentada, y mejorado el plan de enseñanza» de los Principios de la lengua castellana, o prueba contra todos los que asienta Don Vicente Salvá en su gramática, obra que fue aprobada por la Dirección General de estudios del Reino, el 24 de enero de 1843 (cf. Villalaín 1999: 31). En ella, el autor, siguiendo «el orden analítico que la gramática prescribe» incluye cuadros destinados tanto a la ‘descomposición gra-matical’ como a los ‘ejercicios analíticos’:

9 Nacido en 1800 en Villahoz (Burgos). Para los datos bio-bibliográficos de Pedro Martínez, vid. Vauchelle-Haquet (2006).10 El Reglamento de Escuelas Públicas de Instrucción Primaria de 26 de noviembre de 1838 constituye la primera mención oficial del análisis en un texto legal, en cuyo art. 58 se regulan los estudios de la tercera división, que comprende a los niños de 10 años en adelante: «debe estudiarse la sintaxis de la Gramática castellana con ejercicios prácticos de análisis y composición» (MEC 1979:185). Vid. García Folgado & Montoro (e. p.).

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Figura 1

Figura 2

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El análisis se desarrolla en dos pasos: el primer paso (figura 1) consiste en la identifi-cación de las categorías gramaticales; Martínez considera que tras realizar este ejerci-cio de descomposición, el alumno «está apto para pasar a formar por sí mismo un todo de aquellas diversas partes», sin embargo, todavía le faltan «las nociones necesarias para construir, aunque conoce los materiales para la construcción». Esas nociones se adquieren y practican en el segundo paso, los ejercicios analíticos (figura 2). Se trata de un análisis ‘mixto’, esto es, por un lado se realiza una descomposición morfológica en la línea del análisis gramatical anteriormente realizado, pero, al mismo tiempo, se analizan los elementos en tanto que componentes de la proposición (sujeto, comple-mento directo, etc.), en la línea del análisis lógico. El autor, no obstante, no incluye cuadros de análisis lógico ya que considera que es demasiado complicado (1841: xxxv). Martínez reconoce haber seguido a Lemare (1766-1835), en la aplicación de este método y critica contundentemente a Salvá, dado que considera que el análisis que éste propone –de la analogía / sintáctico– es sumamente farragoso y entrado en menudencias (1841: xli-xliv).

La edición de 1847, titulada Gramática de la Lengua Castellana, ya incluye un «Cur-so de análisis gramatical y lójica» (1847: 1-81), que aparece asimismo en las siguientes ediciones (1851,1856, 1859). Este curso11, que aparece como preámbulo del tratado gramatical, se inicia con una ‘Advertencia’ donde el autor cita a Villemain (1790-1870) para fundamentar la necesidad de la enseñanza del análisis:

M. Villemain, uno de los miembros mas ilustres de la Academia Francesa, ha dicho, con razón, que en las escuelas donde los discípulos no ejercitan el análisis gramatical y lójica, anda desconocido enteramente el mecanismo de la lengua, y por tanto, groseramente fal-seados todos los principios de la gramática (Martínez López 1859: i).

Este «Curso» aparece introducido por una «Recapitulación de principios», donde el autor introduce las categorías gramaticales a partir de un texto-ejemplo en el que se van marcando con cursiva cada una de las diferentes categorías: aquí establece una primera división de las palabras en ‘variables’ –sustantivos, adjetivos, verbos– e ‘invariables’ –adverbio, preposición, conjunción e interjección. Martínez considera que los alumnos ya poseen este conocimiento y, simplemente, se trata de «refres-carlo».

A continuación, aparece el Análisis gramatical, donde el autor introduce breves ex-plicaciones gramaticales acompañadas de tablas analíticas. En esta parte, el autor in-cluye las explicaciones y ejemplos tanto de las categorías, como de sus funciones en el seno de la oración, en una línea similar a la que sigue en 1847:

11 Hemos consultado la 5º edición (1859) y todas las citas provienen de ésta.

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Figura 3

En el análisis lógico, el autor aborda los componentes de la sentencia-proposición (su-jeto, verbo, atributo) y sus características y la clasificación de las proposiciones (lógica/gramatical; principal/accidental; absoluta/relativa; explicativa/determinativa). En este punto se aprecia la distancia teórica con la edición de 1847, dado que el autor, en primer lugar, incluye una reflexión sobre las operaciones del pensamiento (percepción, compa-ración, memoria y voluntad) y la sensación; y, en segundo lugar, asume la caracteriza-ción lógica de la sentencia-proposición (tripartita, en la línea de Port-Royal)12.

Este tipo de análisis se encuentra en el panorama español en tratados independientes desde 1840 (González de Soto), siendo de especial importancia las obras de Merino (1843) y Calderón (1843).

4. breve fInal

La introducción del análisis en la gramática española responde tanto a una cuestión pedagógica que afecta a la metodología –analítica/sintética–, como a una ejercitación de conocimientos adquiridos. Se inicia con la introducción del análisis gramatical y continúa con la aparición del análisis lógico, con un planteamiento mucho más amplio

12 Dada la limitación espacial, dejamos para otro trabajo un análisis en profundidad de estos aspectos de la obra de Martínez López.

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(vid. Calero Vaquera 2008). En el caso de Martínez López se da una modificación de la perspectiva adoptada, así como un cambio evidente en la importancia dada a los procedimientos analíticos: si en 1847 el análisis lógico es rechazado por su excesiva complicación y el análisis gramatical se reduce a la práctica a través de una serie de tablas, a partir de 1851 ambos tipos de análisis pasan a ser determinantes en el estudio de la lengua.

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