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“VI CONGRESO DE RELACIONES
INTERNACIONALES”
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
LA PLATA 21, 22 Y 23 DE NOVIEMBRE DE 2012
TÍTULO:
“EL ROL DE IBSA EN UN MARCO DE COOPERACIÓN SUR-
SUR, Y SU RELACIÓN CON ARGENTINA”
AUTORES:
- Lic. Barbagelata, Electra (Lic. en Ciencias Políticas – UCA sede Paraná)
- Lic. da Silva, Carlos Alfredo (Lic. en Ciencia Política y Relaciones Internacionales
– UNR – docente investigador Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Interancionales UCA-Paraná)
- Lic. Fochesatto Brunini, María Fabiola (Lic. en Ciencias Políticas y Relaciones
Internacionales UCA-Paraná, Maestranda en Gobierno Local –UNQ)
- Lic. Gabás, Facundo Juan Manuel (Lic. en Ciencias Políticas y Relaciones
Internacionales UCA –Paraná, Maestrando en Desarrollo Local – UNSAM)
EL ROL DE IBSA EN UN MARCO DE COOPERACIÓN SUR-SUR
Y SU RELACIÓN CON ARGENTINA.
Resumen: El presente documento pretende abordar, desde un análisis comparado,
las relaciones existentes en el foro de diálogo trilateral compuesto por India, Brasil y
Sudáfrica (en adelante IBSA), y la vinculación de Argentina con dicho foro, en un marco
de cooperación Sur Sur, desde el 2003 hasta el 2010.
Para el abordaje del presente ensayo se tendrán en cuenta aspectos diplomáticos,
comerciales y de políticas externas a fin de indagar la relevancia de éste grupo en un
escenario internacional cambiante y heterogéneo, que permite la convergencia de nuevos
poderes emergentes.
Se considera pertinente utilizar, estos mismos ejes de análisis, para evaluar la
posible inserción de Argentina en estos mecanismos de cooperación sur- sur.
Por último, vale destacar, la potencialidad que adquiere IBSA a partir de significar
una experiencia innovadora de inserción internacional de los países en vías de desarrollo,
promoviendo la concertación política de intereses estratégicos de los Estados miembros.
Palabras Claves: IBSA, Cooperación Sur-Sur y Poderes Emergentes.
Introducción
Si bien siempre han existido diferentes vínculos entre los países ubicados en el
hemisferio sur, las relaciones entre los mismos han adquirido mayor relevancia desde la
Conferencia de Bandung del año 1955. En este contexto, surge la necesidad de dichos
países de establecer reglas y principios propios de acción frente al comportamiento de las
superpotencias en la guerra fría: los Estados Unidos de América y la ex Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Tras la independencia de algunos Estados africanos y asiáticos, sus líderes
convocaron a la Conferencia que se llevó a cabo en Bandung (Indonesia), cuyo objetivo
principal fue el fortalecimiento de las relaciones entre estos países, a la vez que procuraban
favorecer la cooperación en diversos ámbitos. Paralelamente se acordaron una serie de
principios que regirían sus relaciones exteriores, vinculados con el anticolonialismo, el no
alineamiento y la afirmación de la independencia (Zorgbibe, 1997). Pensemos que la
conferencia de Bandung se define contra la guerra fría en la división del mundo.
Las relaciones internacionales entre estos países descolonizados han sido definidas
dentro del marco institucional de la mencionada Conferencia de Bandung, viéndose
reflejadas en la constitución del movimiento de países no alineados (MPNOAL).
A pesar del impulso inicial de estos países por lograr un acercamiento y una
posición compartida en las relaciones internacionales, hay que tener en cuenta que es recién
en la posguerra fría cuando estos intentos vuelven a recobrar importancia, buscando
profundizar las relaciones Sur-Sur.
En la actualidad, los cambios en el sistema internacional transforman las funciones
de los Estados nacionales y del poder. La globalización y la relación directa entre lo local y
lo global llevan a enfrentar a los Estado con nuevas problemáticas y amenazas como el
cambio climático, el terrorismo, la escasez de recursos energéticos, entre otros. Por tal
motivo, observamos que la interdependencia que resulta de las relaciones entre los actores
estatales y la complejidad del sistema internacional, requiere de una mayor integración y
cooperación con respuestas y responsabilidades conjuntas.
En este contexto, es necesario fomentar el multilateralismo para poder negociar con
los países más poderosos, y por que los flujos transnacionales requieren más cooperación e
integración entre los gobiernos involucrados. (Sousa, 2008)
Fundamentación
La pertinencia de este trabajo está dada por los nuevos escenarios del sistema
internacional de posguerra fría, donde la bipolaridad del mundo ha dado paso a un sistema
unimultipolar, como lo definió Huntington, y desde comienzos del siglo XXI ha dado lugar
a una incipiente multipolaridad.
Tratar de entender el desenvolvimiento de los nuevos actores relevantes en la escena
global, constituye un desafío para la Relaciones Internacionales contemporáneas, para
comprender los nuevos ejes de negociación, y cómo insertarse en ellos.
IBSA constituye un nuevo emergente global, que es importante considerar dado la
asociación estratégica de Argentina con uno de sus miembros. ¿Qué rol jugarán estos países
en el escenario internacional? ¿Cómo se desarrollarán los marcos regionales de estos
países? ¿En que ámbito priorizan su accionar –comercio, seguridad internacional,
desarrollo-?
Trataremos de indagar sobre estos y otros puntos, teniendo en cuenta como
mencionamos en la introducción, que los procesos de concertación del Sur no son nuevos,
tienen una larga historia de décadas, pero han cobrado un renovado impulso finalizada la
Guerra Fría, y en especial frente a los desafíos comunes de varios de estos países.
Algunos autores se plantean si estas estrategias de asociación constituyen
alternativas al Norte, o si pretenden constituirse en una especie de Norte del Sur, y
concentrar espacios de influencia dentro de sus regiones.
Sin duda, el debate recién comienza y es muy rico. Pero es importante no perder de
vista que el escenario internacional cambia permanentemente y debemos adecuarnos a los
cambios que vayan surgiendo para ver cómo posicionarnos frente a ellos.
¿IBSA: Potencia, Poder o Mercado Emergente?
En el presente apartado se pretende analizar ¿Qué son las potencias Emergentes?
¿Qué es un mercado emergente? y ¿Cuáles son las similitudes y/o diferencia entre potencia
y mercado emergente? para con posterioridad abordar la categoría de poder regional, y
poder en ese marco reflexionar en cuál de estás categorías en el cual se encuadrarían el
Grupo IBSA, y la Argentina en ese contexto. A su vez, se pretende poner de relieve, cuál ha
sido su influencia en el entorno económico global desde diferentes puntos de vista, el
impacto generado en la economía regional de sus respectivos continentes y lo local, como
así también en la economía mundial, a modo de observar, cuáles han sido los instrumentos
que le han permitido desarrollarse y alcanzar el poderío actual del que gozan.
En este contexto, una potencia emergente1 puede ser considerada como “País que
siendo una economía en vías de desarrollo, comienza a crecer con su propio nivel de
producción industrial y sus ventas al exterior. De esta manera, aparece como competidor
de otras economías más desarrolladas” (Nicolás Rombiola; 2010). Es decir que éste país
que podríamos caracterizar como “emergente” tiende a pasar de una economía de
subsistencia a una industrial, caracterizado por un mercado interno en constante
crecimiento, una industrialización incipiente, producción de materias primas, presencia
media en el mercado mundial, incorporación de tecnologías, y una dependencia económica
y financiera de rango medio, con respecto a los capitales externos, es decir, que éstos país
tendrían ciertos márgenes de maniobrabilidad propia, es decir una cierta autonomía en sus
decisiones, que le permitiría tomar de manera individual o en conjunto con otros países en
1La negrita es nuestra
igualdad de condiciones medidas tendientes a generar cierta influencia en el sistema
internacional. Esté podría ser el caso particular, de países como India, Brasil y Sudáfrica,
que decidieron conformarse en el Grupo IBSA para generar ciertas discusiones al interior
de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en temas afines a sus economías y
poblaciones.
El termino de “potencia emergente” se relaciona de manera intrínseca con un país o
una nación, que posee influencia en el plano: militar, político y económico, pero que
también, tiene capacidad para ejercer poder a través de las relaciones diplomáticas que
establezca con otros sujetos internacionales. En ese marco es indispensable abordar la
categoría de “poder”. Según la especialista Sarah-Lea John de Sousa, “el poder en las
relaciones internacionales se caracteriza por la capacidad de un Estado o actor de influir
en otros actores, controlar los resultados globales y modificar las políticas de otros para el
propio beneficio” (2008: 165). Comprender en este sentido el termino de poder nos va a
permitir reflexionar acerca de ¿qué condiciones internas y/o externas pueden ser valoradas
como pre-requisito para que un país se constituya en una potencia y/o poder emergente?
Según Tokatlián (2007) para el caso particular de IBSA, a lo que asistimos es a una
nueva forma de “poder emergente”2, que no implica la utilización de categorías como
estados intemedios o poderes medios para caracterizar a India, Brasil y Sudáfrica, esto es
producto de que se los considera como “poderes emergentes”, significado que “se
comprende mejor a través de la triangulación de los conceptos de gran poder y poder
medio (…) los grandes poderes (…) son los Estados con capacidades e intenciones para la
configuración sistémica” (2007:98) Es decir que el énfasis está puesto tanto en las
capacidades como en las intenciones que posee un Estado para jugar un rol importante en el
sistema internacional.
Por otro lado tenemos como “oposición al concepto de gran poder, el concepto de
poder medio (…) Los poderes medios pueden ser definidos sobre la base de su poder
relativo, de los roles sistémicos y/o regionales específicos, de su potencial para emerger
como futuro gran poder, o meramente de una vaga sensación de ser poder medio
(geográfica, económica, cultural o diplomáticamente)” (Tokatlián, J. Gabriel: 2007: 98).
Es decir que los poderes medios, pueden ser considerados como una categoría donde los
Estados carecen de ciertas capacidades para ejercer una influencia preponderante en el
sistema internacional, que sí lo poseen los grandes poderes, pero que a su vez, el tamaño,
los recursos y el rol impiden que estos países sean ignorados. En este marco los “poderes
emergentes” según Tokatlián serían “poderes medios en ascenso; éstos son estados con la
capacidad y la intención de maniobrar su trayecto para lograr el estatus de gran poder”
(2007:99). En estos términos India, Brasil y Sudáfrica se constituirían en más que Estados
Intermedios, dado que, tienen el potencial de cumplir un rol preponderante en la
configuración del sistema internacional a futuro, y han manifestado su intención de lograrlo
a través de diversas maneras.
Por su parte para la investigadora Clarisa Giaccaglia el Grupo IBSA se constituye
como una nueva forma de distribución de poder político y económico, va a sostener que
“una importante vertiente académica argumenta que la inclusión de países tales como los
miembros de IBSA en la categoría de poder emergente resulta incorrecta dada las
vulnerables condiciones domésticas de estos estados, especialmente en lo referido a las
cuestiones socioeconómicas de sus respectivas poblaciones”(2010:3). Es decir, que las
2La negrita es nuestra
problemáticas domésticas que enfrentarían estos países los inhabilitaría para ascender a los
grandes clubes de los poderes internacionales, si se parte de la premisa, que primero, deben
estar fortalecidos política, institucional, económica y socialmente para con posterioridad se
partes del proceso de toma de decisiones mundiales; lo cual puede llevarnos a reflexionar
acerca de si esto realmente es así, o bien puede representar el puntapié inicial para empezar
a proyectarse como poderes emergentes del sistema internacional.
Ahora bien en este marco ¿qué significaría que un país fuera un mercado
emergente? En principio todas estas categorías que venimos abordando se encuentran
intrínsecamente conectadas, pero por otro lado, a medida que se avanza en su
conceptualización podemos encontrarnos con ciertas divergencias, en ese punto un
“mercado emergente” se vincularía a un proceso que iniciado varios países de un tiempo a
la fecha, organizando el mercado, y que se caracterizan por tener un nivel de producto
bruto interno pér capita relativamente bajo, cierta estabilidad política y económica, ciertas
facilidades para el ingreso de capitales extranjeros con seguridad institucional, y un tipo de
cambio competitivo, pero lo más importante, es que el país cuente con valores disponibles
para la inversión de extranjeros; esto ha generado que las inversiones en acciones en los
mercados emergentes se han convertido en puntos atractivos para inversionistas de todo el
mundo, producto de que muchos de éstos mercados emergentes han experimentado un
crecimiento económico exponencial en las últimas décadas, caso que podría aplicarse a los
miembros del Grupo IBSA, ahora bien en éste contexto, cabría preguntarse ¿Por qué
Argentina no forma parte de este grupo de países?, cuestión que será analizada en líneas
posteriores.
Para cerrar este apartado consideramos fundamental destacar que estos países se
caracterizan por ser un poder emergente con potencialidades futuras, pese a las dificultades
internas que cada uno de ellos de manera particular o articulada con otros países enfrenta,
tratando de constituir a través de estos Foros de Diálogo un proceso de concertación
política tendiente a superar dichos obstáculos en un marco de cooperación Sur-Sur.
Un poder regional, en palabras de Brantly Womack, es aquel cuyas capacidades
son iguales o mayores que sus vecinos. Para que un poder sea estrictamente regional tiene
que existir un nivel de relaciones internacionales en el que sus capacidades y posibilidades
sean significativamente menores que aquellas de otro poder o poderes, sino se convertiría
automáticamente en un poder global (Womack, 2007). Esto hace que el poder regional se
encuentre en una posición contradictoria o compleja, ya que es más poderoso que algunos
(que sus vecinos), pero menos que otros. Desde aquí puede entenderse la importancia de la
cooperación entre poderes regionales que le permite mejorar su posicionamiento en las
negociaciones dentro de los Organismos Internacionales y frente a poderes superiores.
Durante el periodo de distensión de la Guerra Fría, algunos países medios
comenzaron a consolidar áreas de influencia en su región. Esto permite una diferenciación
entre las potencias medias tradicionales o de primera generación y las denominadas
potencias medias regionales en desarrollo o de segunda generación tales como Brasil, India,
Sudáfrica, México, Nigeria, Argentina y Yugoslavia. (Da Silva, Cabrol y Curvale, 2012)
Así es como surge la categoría de cooperación sur-sur, una modalidad de alianzas
que adoptaron los países del sur con el objetivo de reforzar la capacidad de negociación de
los países en vías de desarrollo frente a un Norte industrializado y poderoso, y a partir de
ello, poder defender intereses específicos con los que, la mayoría de las veces, se
identificaban muchos países en vías de desarrollo. Una de las alianzas que marcó este
camino fue el Movimiento de Países No Alineados (Giaccaglia, 2011).
En el caso específico de IBSA, han surgido iniciativas en el ámbito específico de la
cooperación Sur-Sur, como por ejemplo el “Fondo IBSA para aliviar la pobreza y el
hambre”, cuyo objetivo es el financiamiento de proyectos de desarrollo en otros países del
hemisferio sur. Además de ofrecer trasferencias líquidas de recursos a países de similar
nivel de desarrollo, los países del Foro ofrecen sus conocimientos técnicos y científicos en
diversas áreas.
Concertación, Cooperación, Integración y Unión: como formas de interacción.
Cada una de estas formas de interacción difiere en cuanto a los actores que
intervienen, los objetivos que se buscan y la función que cumplen. Se entiende por
concertación "un proceso mediante el cual dos o más gobiernos actúan conjuntamente en el
terreno estatal, por lo general a nivel diplomático y con fines de preferencia políticos,
frente a otros actores individuales o colectivos" (Tokatlián, 1994: 54). En sus relaciones
internacionales, los Estados concertan constantemente entre sí para afrontar una variedad de
necesidades comunes.
Respecto de lo que se entiende por cooperación, está puede ser vista en dos
sentidos: amplio y estricto. En un sentido amplio la cooperación consistiría en un sistema
de interacción entre distintos actores y organizaciones cuyo objetivo es lograr unos niveles
de conformidad recíproca mediante un proceso de negociación al cual se le denomina
"coordinación de políticas" (Keohane; 1988). Mientras que en un sentido estricto
representa un “esquema que, desde el Estado y con el concurso activo de actores no
estatales, (…) segmentos de la sociedad civil (…), el sector empresarial; se produzcan (…)
proyectos y acuerdos selectivos, puntuales y realizables de tipo económico y comercial
particularmente y con un trasfondo político, entre dos o más partes entre sí y eventualmente
entre aquellos países y otras contrapartes próximas" (Tokatlián, 1994: 54).
Por otro lado, se debe entender, por integración a "un proceso más amplio,
complejo y profundo entre dos o más naciones que implica una vinculación e
interpretación social, política, económica, cultural, científica, diplomática e incluso militar
de enormes proporciones, y con un papel dinámico y protagónico de variados agentes de
las sociedades involucradas" (Tokatlián, 1994: 54). En este caso la dimensión de
integración es lo suficientemente compleja como para afectar a la sociedad civil y
comprometer la viabilidad política y económica de una nación.
Finalmente ha de entenderse por unión a “la estructura institucional y territorial
que, a modo de confederación o federación, constituye una entidad política organizada y
reconocida internacionalmente” (Tokatlián, 1994: 54).
Tokatlián (1984) concluye que, la concertación en América Latina se ha expresado
lánguidamente en el Grupo de Río3 y que existen algunos esquemas de cooperación, pero
que la integración y la unión son inexistentes.
3 Ver en anexo, intercambios regionales entre los miembros del Foro IBSA, y entre ellos con Argentina. Tener
en cuenta que los principales socios comerciales de los países IBSA no son países regionales, en el caso de
Sudáfrica son Estados Unidos, Japón y la Unión Europea en cuanto a volumen en el caso de India, la Unión
A pesar de ello, se puede sostener que el Mercosur, aún siendo un intento de unión
aduanera imperfecta, representa una oportunidad de integración, así como otros esquemas
regionales ene el continente. Lógicamente no son comparables a los procesos de
integración y unión europeos, pero ese caso resulta prácticamente único en el mundo
contemporáneo.
De lo antes expuesto, se pone de manifiesto que los mecanismos más apropiados
para lograr ciertos márgenes autonómicos al interior de los Estados son la concertación y la
cooperación. En este marco podríamos sostener que el Grupo IBSA se desarrolla en un
marco de Concertación Política que tiende a la Cooperación Sur-Sur.
El surgimiento de IBSA
Los primeros pasos de India, Brasil y Sudáfrica. Su lugar en las alianzas del
sur.
A partir del contexto de Guerra Fría y descolonización del siglo XX (que deja lugar
al futuro neocolonialismo), los países del sur fueron tomando plena conciencia del dominio
del norte y de su rol periférico en el capitalismo internacionalizado. Es por esto que desde
la década del ’60 en adelante se comenzó a observar en el escenario internacional diversas
modalidades de cooperación entre los países del sur. El objetivo principal de estas
estrategias es buscar una alternativa eficaz al actual régimen de comercio e inversiones
(Keet, 2006: 7). A partir de la alianza entre ellos, fuera o dentro de la Organización
Mundial de Comercio –OMC-, logran tener una mayor capacidad de acción en los ámbitos
internacionales y posicionarse mejor en las negociaciones con las grandes potencias, como
los Estados Unidos y la Unión Europea.
No sólo se ha intensificado ampliamente este proceder, que logró poner en tela de
juicio el sistema de comercio, sino también logra que se ponga en discusión el reparto del
poder mundial.
Este contexto de incipiente multipolaridad, de búsqueda de emancipación de los
países en desarrollo, es el momento propicio para el desenvolvimiento de aquellos países
que se catalogan como potencias emergentes. Es el caso de los poderes regionales de India,
Brasil y Sudáfrica, como hemos expuesto en líneas precedentes.
Estas tres naciones que se han convertido en potencias regionales, por sus riquezas
naturales, sus grandes poblaciones, su creciente industrialización, y la velocidad de su
crecimiento económico, no siempre han seguido el mismo camino en la esfera
internacional; India ha tenido siempre un lugar destacado en el seno del GATT y de la
OMC, siendo cabecera de muchas iniciativas de los países en desarrollo, a diferencia de
Brasil y Sudáfrica que tardaron en participar en los grupos integrados por los países del sur
(Keet, 2006: 14).
Una de las primeras alianzas tácticas del sur dentro de la OMC se conoció como el
Grupo de Países Afines (LMG), donde participó India como una de las naciones más
importantes. Fue una agrupación flexible y con los años se vio suplantada por otros grupos
más formales.
Europea, los países del golfo Pérsico, Japón y Estados Unidos. La excepción podría ser Brasil, que tiene un
mayor intercambio con los países del entorno regional sudamericano, fundamentalmente con Argentina.
Sudáfrica y Brasil por su parte, se unieron sólo desde el principio al grupo CAIRNS,
formado en 1986 por los países agrícolas exportadores más desarrollados, que defendían los
intereses agrícolas comerciales y el cual es liderado por Australia (Giaccaglia, 2011).
Las nuevas modalidades de cooperación
La Tercera Conferencia Ministerial de Seattle, realizada en el año 1999, estuvo
caracterizada por el activismo de los movimientos sociales internacionales y de las alianzas
estratégicas de los países del sur que se opusieron a los procedimientos desleales o de Sala
Verde4 tanto como a la normativa de la OMC.
Esta experiencia llevó a que se intensificaran los contactos y la cooperación entre
los países del sur.
En la ciudad de Pretoria, a principios del 2000, Sudáfrica y Brasil alentaron una
serie de relaciones bilaterales5, entre las cuales surgió el Acuerdo Básico de Cooperación
Técnica, en aras de avanzar con la negociación del acuerdo MERCOSUR-SADC –
Comunidad de desarrollo de África Austral- (Lechini, 2010: 203).
Esta serie de relaciones bilaterales tomó un nuevo enfoque en 2002, con la elección
del dirigente del Partido dos Trabalhadores, Inacio “Lula” da Silva. Sudáfrica y Brasil se
esforzaron por incluir a India en sus negociaciones, a pesar de las diferencias ideológicas,
ya que en ese momento India estaba gobernada por el Partido Bharatiya Janata, considerado
de derecha.
Finalmente, se formalizó esta alianza tripartita con el nombre de IBSA en Junio de
2003, tras la Declaración de Brasilia, que los unió como un Foro de Diálogo Trilateral.
Casi al mismo tiempo los países IBSA comienzan a formar parte de un nuevo grupo
que surge en el seno de la OMC, el Grupo de los 22 (G22). Esta alianza fue una de las
protagonistas de la Quinta Conferencia Ministerial, centrada en cuestiones agrarias claves,
como son la apertura de los mercados del Norte y los detalles de ejecución del Acuerdo
sobre la Agricultura.
El grupo IBSA se presenta como un mecanismo de coordinación que tiene como
objetivo favorecer la construcción de una nueva arquitectura internacional, uniendo sus
voluntades en cuestiones globales, y en diversas áreas específicas. Estos tres países
emergentes se unieron también para aumentar su capacidad de acción en la escala global.
Por otra parte, sus respectivos gobiernos confían en que IBSA pueda ser el instrumento
para conectar India, Brasil y Sudáfrica en todos los niveles, incrementando no sólo la
proyección de estos países en el escenario internacional sino también fortaleciendo la
relación entre ellos.
Los primeros grupos del tercer mundo, como fue el Movimiento de Países no
Alineados o el Grupo de los 77 surgidos en el contexto de luchas anticoloniales y de toma
de conciencia de la estructura económica mundial, eran grupos muy numerosos y de un
mayor alcance en lo que refiere a sus objetivos; esto volvía su accionar más complejo y en
4 La Sala Verde, más que a un lugar concreto, se refiere a un proceso en el marco del cual los jefes de
delegación procuran llegar a un consenso de manera informal bajo la presidencia del Director General. Este
proceder ha sido cuestionado por algunos países del sur, por no conocerse los criterios de selección de
miembros que utilizan para las invitaciones a dicha reunión. 5 Se debe tener en cuenta que la vuelta de la democracia en Sudáfrica en 1994, supuso un reflorecimiento de
los contactos diplomáticos y las intenciones de vínculos bilaterales, apoyando políticas externas tendientes a
desarrollar mayores flujos comerciales.
algunos casos inviable, por la dificultad que supone el consenso entre tanta cantidad de
países. A diferencia de esto, los grupos más recientes del sur, del cual IBSA es un fiel
ejemplo, demuestran tener un modo de operar más eficaz, al ser más pequeños,
políticamente más afines y al visualizar cuales son los puntos que comparten y para los
cuales trabajarán en equipo, de esta forma la identidad del grupo es muy clara sin volverse
difusa y manipulable para bien de algunos miembros.
Se han identificado los ámbitos de cooperación de la alianza trilateral, donde se
destacan la educación, la agricultura, ciencia tecnología e innovación, energía y defensa.
Se están desarrollando también otras relaciones económicas más tradicionales; el
comercio entre los países IBSA ha ido aumentando en los últimos años y se espera que esta
tendencia continúe (Keet, 2006: 36). Esas relaciones comerciales se verán fortificadas a
través de los acuerdos entre los tres países; esto se vuelve significativo no sólo para las
potencias emergentes en cuestión sino para cada uno de las regiones a las cuales
pertenecen, ya que muchos de los acuerdos pueden llevarse a cabo en el marco de los
bloques regionales que integran.6
Desde este lugar, vale la pena preguntarse por el rol de Argentina ante estos
adelantos de su vecino más importante del MERCOSUR en materia de cooperación; cuales
son los desafíos y dilemas que se le presentan frente a esta nueva alianza estratégica del sur,
de la cual no forma parte, o al menos no directamente.
El asunto de las patentes de medicamentos como disparador de la concertación
Uno de los elementos disparadores de la concertación de los tres países, fue sin duda
la posición en torno al tema de las patentes de medicamentos en el marco del TRIPS de la
OMC7.
Ante la crisis desatada por el SIDA, el gobierno sudafricano decide en 1998
distribuir masivamente medicamentos a la población, violando las normas de propiedad
intelectual de que resguardaban a los laboratorios productores de los medicamentos y
poseedores de sus patentes. Sudáfrica fomentó así la importación de medicamentos
genéricos más baratos producidos en India fundamentalmente, ya que ese país, desde 1970
eliminó las patentes para la producción de medicamentos y es considerada la “farmacia” del
mundo en desarrollo, según la organización Médicos sin Fronteras.
Con esta medida, Sudáfrica incumplió el acuerdo TRIPS que había suscripto dentro
de la OMC y 39 empresas multinacionales demandaron al gobierno sudafricano por
incumplir el derecho de patentes.
De allí se abrió un fuerte debate mundial acerca de la soberanía de los Estados para
garantizar el derecho a la salud de la población en situaciones de catástrofe o emergencia,
así como otros elementos de la gobernanza global.
Brasil se veía afectado por una situación similar en su lucha por genéricos para
combatir el SIDA, pero no a la escala masiva de Sudáfrica, por lo que apoyó a ese país
junto con India en el marco de la OMC.
6 Mercado común del sur –MERCOSUR- en el caso de Brasil; Unión Aduanera del África Meridional –
SACU- en el caso de Sudáfrica. 7 Tratado sobre Propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio.
La disputa se zanjó con la retirada de la demanda por la presión que ejercieron los
países del sur, contra las multinacionales farmacéuticas, que accedieron a suministrar
medicamentos más baratos si se respetaban los marcos generales del acuerdo TRIPS.
Marcó un hito en la concertación de los tres países mencionados, que contó con el
apoyo de varios países, pero fundamentalmente marcó el terreno de acción donde se
moverían estos países y los acercó políticamente dentro del espacio multilateral de la OMC:
Sudáfrica e India suscribieron un acuerdo sobre acceso a medicamentos esenciales,
ya que India suministra el 80% de los medicamentos genéricos del mundo, a pesar que
desde 2004 posee una ley de patentes para adecuarse a las exigencias de la OMC, donde
estas empresas actúan ejerciendo presión para que se respete su derecho de patentes dentro
de los países.
Argentina por su parte, ha sido pionera en el tema de medicamentos genéricos,
recordando la célebre Ley de Medicamentos del gobierno de Illia de 1964, y donde ya se
observaban los fuertes intereses de los laboratorios para evitar que se avance en este
sentido.
En el punto 5 de la Declaración de Brasilia se hace referencia a las amenazadas a la
salud pública, considerando especialmente el tema del VIH/SIDA y lo asocian a una
amenaza a la seguridad de los Estados.
La India y sus relaciones comerciales con América Latina.
La República de la India es el segundo país en términos de población del mundo, el
séptimo en cuanto a superficie con una extensión total de 3.287.590 kilómetros cuadrados y
- sobre la base de la paridad de poder de compra - es la tercera economía más grande del
mundo8, siendo Brasil la séptima y Sudáfrica la vigésimo quinta economía mundial, y la
más grande de África. Como bien sostiene Sarah Lea-John de Sousa (2008) al referirse a la
India: “por población y economía, el peso de India es mayor que el de Brasil y Sudáfrica.
Después de China, India es la segunda potencia asiática. Su papel internacional es central
por su posición en el sur del continente, con fronteras con países como Pakistán y China.
Desde su independencia, en 1947, India es la democracia más grande de Asia” (2008:175).
En este punto es de destacar que, la economía de la India ha venido creciendo de
forma muy significativa en los últimos tiempos, expendiéndose su producto interno (PIB)
entre los años 2004 – 2008, en promedio, a una tasa de 8,5 % de incremento interanual, y
que si bien se ha retraído levemente a partir de la crisis financiera internacional, aún
continúa siendo elevado en comparativa con los países occidentales.
India no solo ha aumentado su participación en el comercio mundial, también ha
visto ampliar su participación en los flujos de capital y de forma particular en los flujos de
inversión extranjera directa (IED). También se ha convertido en un país líder mundial en
empresas de externalización de servicios
Las exportaciones globales de la India han crecido en términos nominales en los
últimos 5 años en aproximadamente un 25 %. Del total de esas exportaciones sólo el 3,2 %
tiene como destino a América Latina y el Caribe. Pero como la tasa de crecimiento del
8 En base a datos del Report for Selected Countries and Subjets, Gross domestic product based on purchasing-
power-parity (PPP) valuation of country GDP. International Monetary Found.
comercio de la India con la región ha sido superior al crecimiento del comercio general de
la economía india, el peso relativo de las exportaciones de la India hacia América Latina y
el Caribe ha aumentado en los últimos años.
Finalmente, se puede observar que el comercio de éste país con América Latina y el
Caribe (en adelante ALyC), está altamente concentrado en algunos países de la región, y el
intercambio comercial recíproco es fundamentalmente un intercambio de productos
primarios y de manufacturas basadas en los recursos naturales. Estos dos rubros representan
el aproximadamente el 74% de las importaciones de la India según datos de la CEPAL,
procedente en su gran mayoría de los principales socios comerciales que posee en la región;
y más del 50% de las exportaciones que realiza a la naciones de ALyC.
Es de destacar, sin embargo, que las ventas externas de la India a la región están
menos concentradas en los productos primarios que lo registrado por las ventas de los
países de ALC hacia el mercado indio.
Entre los principales socios comerciales de Suramérica se destacan: por un lado
Chile, con la firma de Tratados de Libre Comercio, y las inversiones realizadas en dicho
país en materia de minerales e hidrocarburos, con Argentina y Brasil las relaciones
bilaterales-comerciales se han enfocado principalmente en el rubro de la producción
farmacéutica de medicamentos genéricos y de transferencia de tecnología, y como
contrapartida éstos países le venden materias primas.
Las relaciones bilaterales de India y Argentina.
Analizando el caso particular de cuál ha sido la vinculación de éste poder
emergente, con la Argentina en la región, observamos que las relaciones entre ambas
naciones datan del año 1943, en el que la India abrió una Comisión de Intercambio, que
luego se transformó en Embajada en 1949.
Por su parte nuestro país, abrió su Embajada en Delhi en 1950 y en los últimos años,
ha manifestado su interés por aumentar y diversificar el contenido de las relaciones con el
gigante asiático.
Las últimas visitas oficiales realizadas a la India, fueron en el 2009 y el 2010; por su
parte éste último país también se ha encargado de estrechar los lazos con Argentina, y
visitarlo en reiteradas ocasiones, no obstante las relaciones diplomáticas bilaterales entre
ambos parece avanzar a pasos lentos. Sin embargo, sí hubo avances en la firma de acuerdos
de cooperación, en materia de “usos pacíficos del espacio exterior y la energía nuclear”,
transferencia de conocimiento técnico y científico entre ambos países, principalmente en
áreas vinculadas a la educación, la cultura, el deporte, etc. También se han establecido
acuerdos vinculados a la agricultura, los aranceles aduaneros, y a cuestiones referidas a
visados y pasaportes.
Respecto a las relaciones comerciales entre ambos países si observamos el Cuadro I
que se detalla a continuación, vamos a ver que las principales exportaciones de la India
hacia Argentina, son productos químicos, colorante, maquinaria, hierro, acero, tractores y
autopartes, sonido e imagen, textiles, artesanía y software (productos industrializados).
Mientras que las principales importaciones que realiza la Indica desde Argentina son aceite
de soja, cobre, aceite de girasol, trigo, cuero, hierro y acero, GNC equipos, carbón, lana y
vino (principalmente materias primas)
CUADRO I: Comercio (En millones de U$D)
Año 2
011
2
010
2
009
2
008
2
007
2
006
2
005
2
004
2
003
2
002
Exportac
iones de India
5
60
4
96
3
42
4
92
3
28
2
90
2
69
1
54
1
31
85
Importac
iones de India
1
214
2
032
8
76
8
36
1
002
9
49
7
46
5
63
5
71
4
04
Fuente: Datos extraídos de la Embajada de India en la Argentina.
Si analizamos el cuadro claramente podemos destacar que la India representa para
países como el nuestro, un mercado emergente con un consumo interno exponencial de
productos primarios, por cuanto se constituye en un potencial comprador de amplios
volúmenes de materia prima, mientras que si lo analizamos desde el punto de vista de la
Argentina, lo que le compra en materia de bienes de capital o tecnología, se evidencia que
éste último país si bien posee un fuerte desarrollo de su mercado interno y en los últimos
años ha tenido un crecimiento continuo de su economía, no se constituye en un mercado
capaz de comercializar los volúmenes que intercambian países emergentes como India,
Brasil o Sudáfrica.
Ahora bien si analizamos, la cantidad de empresas que posee Argentina en el
territorio indio y viceversa, podemos ver qué ocurre algo similar a lo acontecido con los
intercambios comerciales, vamos a encontrar que India posee 14 empresas que han
realizado y establecido operaciones en Argentina. Siete de ellas están en abocadas al área
de la tecnología informática, dos en agroquímicos y una en productos farmacéuticos;
también capitales privados de India han adquirido empresas locales como Acindar
Argentina, tierras con producción de olivo; muchos indios se están diversificando cultivos
con plantaciones de maní, trigo y soja; abocándose también a la producción textil.
Argentina por su parte sólo posee dos empresas que se han radicado en la India, una
vinculada a la ingeniería hidroeléctrica y otra es una compañía farmacéutica, y se han
emprendido también algunos proyectos vinculados a la producción de alimentos y
medicamentos, como así también la firma de algunos convenios con Bagó en dicho país,
pero no a la escala de las inversiones realizadas por India en la Argentina.
En éste contexto creo que cabría preguntarse ¿porqué son tan dispares las relaciones
comerciales entre ambos países y no hay cierto contrapeso entre ambos?, y ese es un punto
que tal vez abriría el debate para plantear si realmente Argentina en este marco, ¿podría ser
considerado un mercado emergente?, particularmente parece que si nos remitimos a la
evidencias expuestas, y si bien el país ha crecido económicamente en la última décadas,
pareciera que aún no logra constituirse en un país industrializado, aún no logra
convertirse en competidor potencial de otras economías desarrolladas, pues el principal
desafío que enfrenta la Argentina es lograr cambiar su matriz productiva de bienes
primarios, por una matriz de industria pesada y de servicios, potenciado por los recursos
humanos con los que cuenta.
Tal vez, también, la explicación del por qué las disparidades en el intercambio,
principalmente entre India con América Latina en general y Argentina en particular, se
deba principalmente a que “si bien para Brasil, India y Sudáfrica sus respectivas regiones
son de gran importancia en su política exterior, el foro de diálogo IBSA no prevé una
cooperación interregional a mediano plazo. Al contrario (…), cada uno persigue su propia
política regional y un acuerdo “no escrito” prohíbe la intervención en la zona de los otros
miembros. Sin embargo, es posible que a largo plazo se introduzcan más elementos
interregionales, ya que cada país está estrechamente vinculado a la región y no será
posible avanzar en la cooperación trilateral sin incluir a las respectivas regiones” (Sousa,
2007). Explicación que contemplaría porqué cada una de éstas potencias emergentes en
términos nominales realizan los mayores intercambios comerciales, y mantienen relaciones
bilaterales y diplomáticas más fluidas en sus respectivas zonas de influencia, donde han
logrado convertirse en potencias regionales emergentes, impulsados principalmente por el
comercio al interior de la región, en relación con otras áreas fueras de su continente que no
estén dentro del Foro Trilateral que han conformado.
Brasil: Política Exterior y Alianzas Regionales.
Con el objetivo de analizar los desafíos que se le presentan a Brasil y Sudáfrica
como países emergentes en las relaciones Sur-Sur, se torna relevante considerar la creciente
importancia que han ido adquiriendo algunos países del Sur, caracterizados por los analistas
como los principales motores del crecimiento y desarrollo en las décadas venideras.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, indicó durante la rueda de prensa que los
países del BRICS reforzarán aún más la coordinación y aumentarán el diálogo. Rousseff
destacó que los 5 países han dado muestras de un gran potencial en su lucha contra la crisis
financiera y afirmó que el bloque está desempeñando un papel cada vez más importante en
el ámbito de la economía y la política9. Marcó el punto central al expresar "estamos
encargados de crear un mundo institucional multipolar sin hegemonías".
Los temas de la agenda del grupo BRICS que se destacan son: la crisis económica
mundial, la reforma de la Organización de Naciones Unidas (ONU), nuevo enfoque del
comercio global con reglas más transparentes y cambios en las instituciones financieras
internacionales con el fin de dar mayor participación a los países emergentes.
A los fines de este trabajo se tendrá en cuenta principalmente las relaciones entre
Brasil y Sudáfrica en el marco del grupo BRICS, considerándolos como los países con
mayor proyección internacional de América Latina y África respectivamente.
Brasil tiene un potencial para sembrar más 100 millones de hectáreas en la zona del
"cerrado" que cada vez es más abierta a las producciones. Su sector agroindustrial genera
exportaciones por encima del 43% de lo que su economía produce: 26% son exportaciones
de soja, 19% de carne (Brasil es el primer exportador de carne de mundo), 16% de Etanol
(es el cuarto, productor mundial de biocombustibles).
9 (http://sp.chinabroadcast.cn/741/2011/04/14/1s215011.htm, última visita, 24 de mayo de 2011).
Por otra parte, para la Fundación Getúlio Vargas, Brasil alcanzó su nivel más bajo
de desigualdad social en lo últimos veinte años y, a la par, se consolida una emergente clase
media. La noción de Bel-India, acuñada por Edmar Bacha, para referirse a la estructura
desigual que dejaba el milagro económico, donde socioeconómicamente en los años setenta
una pequeña minoría vivía como en Bélgica y una gran mayoría con niveles de pobreza de
la India, cuarenta años después deja de representar a Brasil. La tendencia da como resultado
la formación de una incipiente clase media como en Argentina.
Ahora bien, tal como hemos afirmado anteriormente, Brasil ha logrado en veinte
años lo que otros países latinoamericanos no han podido, lo cual lo condujo a formular una
política dirigida a obtener no sólo el rol de potencia regional en América del Sur, sino
también que aspira a convertirse en un actor global relevante del sistema internacional.
En este marco, tanto Cardoso como Lula da Silva han mantenido una continuidad en
los cuatro ejes centrales de la política exterior brasileña:
El reconocimiento como par, en un orden multipolar, por parte de las
otras potencias establecidas: China, EEUU, India, Rusia, Sudáfrica y
la Unión Europea.
La aceptación de su liderazgo regional en América del Sur, liderazgo
en constante construcción sustentado en la UNASUR y los esquemas
de integración y cooperación regional.
Su participación en la toma de decisiones en los organismos
internacionales de mayor relevancia, tal como se ha manifestado en la
Organización Mundial de Comercio (OMC), en Naciones Unidas, el
Foro de Davos, y otros similares.
Alcanzar la condición de miembro permanente en el Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas10
.
La política exterior del gobierno de Lula se distinguió, en relación con el período
anterior en términos económicos, su gestión fue introduciendo progresivamente elementos
del desarrollismo, como las iniciativas para el esfuerzo de la infraestructura y un proyecto
de fortalecimiento de la industrialización, con perspectivas de avances tecnológicos en
algunas áreas. Externamente, emprendió una intensa política de búsqueda de mercados para
las exportaciones del país, dando prioridad a aliados emergentes y a la exportación de
bienes completos, así como a acuerdos de cooperación tecnológica de diferentes matices. El
ascenso de la corriente autonomista disminuyó la adhesión a los regímenes internacionales,
que fue sustituida por un comportamiento activo con vistas a modificarlos a favor de los
países del Sur o en beneficio propio. La idea de atraer a otros países del Sur, emergentes o
de menos recursos, sirvió de base para la actuación internacional del país. El liderazgo
regional en América del Sur se convirtió en un objetivo y, aún más, en un deseo político de
la presidencia. La construcción de este liderazgo regional se apoyó en una articulación entre
los autonomistas de Itamaraty y el grupo vinculado con el PT. La aproximación con los
países vecinos es percibida por los autonomistas como un instrumento para una mejor
inserción internacional, que posibilita la realización del potencial brasileño y la formación
de un bloque capaz de ejercer mayor influencia internacional. Sería importante que Brasil
10 GRABENDORFF, Wolf, Brasil: de coloso regional a potencia global, Revista Nueva Sociedad, Nº 226, marzo-abril de 2010, pp. 161.
asumiera el papel de paymaster del proceso de integración en la región y frente a países
vecinos con gobiernos antiliberales. El resultado fue un aumento progresivo del rol de
paymaster de la diplomacia brasileña, junto con una búsqueda de construcción de
consensos políticos entre sus pares frente a temas que afectan a la región. Se di un nuevo
peso a la construcción de un liderazgo brasileño en la región con patrones basados en el
refuerzo del multilateralismo (con énfasis en UNASUR). Actualizó con principios de la no
intervención en la forma de la “no indiferencia” y vinculó iniciativas de cooperación e
integración regional con incentivos al desarrollo brasileño. El Mercosur dejó de tener un
papel importante en la estrategia brasileña global y pudo ser visto dentro de la perspectiva
sudamericana.
El gobierno de Dilma Russeff parece representar el mantenimiento de las estrategias
de política externa del gobierno anterior: la trayectoria revisionista frente a las instituciones
internacionales, la actuación como representante de los países del Sur y el liderazgo
regional. Los autonomistas mantuvieron su predominio dentro de Itamaraty, aunque dando
lugar a generaciones más jóvenes, con una visión del mundo más globalizada. Ya comenzó
a mostrar inflexiones en relación con el proceso de formulación de la política exterior y los
ajustes en su aplicación.
Intereses brasileños en Sudáfrica
Históricamente las relaciones entre América Latina y África han sido de una
intensidad relativamente baja, pero en las últimas décadas de la mano de la intensificación
de las relaciones Sur-Sur (y dentro de éstas, particularmente las relaciones comerciales Sur-
Sur) se puede observar una creciente interrelación entre América Latina y África11
. Pero
más allá de las relaciones comerciales que se dan entre los países de estos continentes, “hoy
en día las relaciones interregionales no se pueden resumir a un aspecto meramente
económico” (Brun, 2008:5). Las vinculaciones entre América Latina y África se dan en los
aspectos económicos y políticos, y en el campo de la cooperación Sur-Sur, pero en
diferentes niveles entre los países.
El país latinoamericano que más estrechos vínculos tiene con el continente africano
es Brasil en los aspectos culturales, económicos, políticos y de cooperación: es el país que
posee la mayor comunidad afrodescendiente; el comercio exterior con África es uno de los
mayores de América Latina; es el país con mayores vinculaciones diplomáticas debido a
que es el Estado que posee la mayor cantidad de embajadas en el continente africano; y el
que más cantidad de proyectos y programas de cooperación está desarrollando en África,
principalmente en el ámbito de la salud pública, en el campo energético y en el sector
agroalimentario.
Es necesario subrayar que en los últimos años se observa la presencia de un
fenómeno nuevo que consiste en la expansión del comercio entre países en desarrollo, por
lo que la relación de los socios comerciales en este tipo de vinculaciones se enmarca dentro
de las relaciones Sur-Sur. En este contexto, la fortaleza, el liderazgo, la riqueza y la
influencia de Sudáfrica y Brasil en sus respectivos continentes, son los factores que han
desarrollado el fortalecimiento de los vínculos de comercio e inversión entre ellos.
Paralelamente, observamos que las ventajas comparativas de los productos de estas 11 Se estima que en los últimos años el comercio exterior entre los países del hemisferio Sur ha explicado cerca del 40 %
del crecimiento económico mundial.
economías permiten la expansión, el incremento del comercio y la inversión a nivel
regional. Actualmente, del continente latinoamericano, Brasil el mayor socio comercial de
Sudáfrica, como resultado de este crecimiento del comercio detallado anteriormente.
Así mismo, con el objetivo de profundizar las relaciones económicas se ha creado el
“foro empresarial Brasil-Sudáfrica” que refuerza los lazos comerciales y la inversión, entre
Brasil y empresas sudafricanas de tecnología de la información, minería, finanzas,
infraestructura y el sector farmacéutico. Por otra parte, la Corporación de Desarrollo
Industrial de Sudáfrica y el Banco Brasileño de Desarrollo firmaron un acuerdo de
cooperación financiera a través de variados proyectos en el sector automotriz, farmacéutico
y alimenticio.
Política exterior sudafricana, intereses en Mercosur-UNASUR
Existen variados factores que incentivan el crecimiento del comercio Sur-Sur, tales
como las políticas que favorecen el comercio y la infraestructura del transporte, la rapidez
de determinados países en desarrollo en avanzar en esta área, el fortalecimiento de las redes
y transacciones empresariales, interempresariales y sectoriales; el desarrollo de la
integración regional, entre otros.
Económicamente, observamos que se han incrementado los flujos comerciales
internacionales debido a la liberalización y desregulación en los países en vías de desarrollo
como factor primordial. En este contexto el comercio mundial llegó a cuadruplicarse de
2.300 millones de dólares a más de 10.000 millones, entre 1985 y 2005. Así mismo, en
estos treinta años, la participación del comercio Sur-Sur en el comercio mundial aumentó
del 4,1% al 11%. (Sousa, 2007)
A pasar de que el volumen comercial ha aumentado en el marco del IBSA, los
acuerdos de libre comercio que se pueden gestar en su seno tendrán que atravesar un lento
camino, ya que tanto Brasil como Sudáfrica presentan diferentes niveles de integración en
la economía mundial e integran diferentes mercados regionales. Por un lado, encontramos a
Brasil como miembro pleno del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), y por el otro,
encontramos a Sudáfrica formando parte del Southern African Customs Union (SACU)12
,
lo cual dificulta el proceso. En la actualidad existe un estancamiento de las relaciones entre
el SACU y el MERCOSUR.
El 16 de diciembre de 2004, y tras varios años de negociaciones, el MERCOSUR
firmó con la SACU un “Acuerdo de Preferencias Arancelarias Fijas” para un conjunto de
productos, sobretodo del sector agrícola. Las negociaciones entre ambos bloques tienen
como objetivo el establecimiento de una Zona de Libre Comercio. "El problema es la
asimetría de las diferentes economías. Pese a que Sudáfrica es un país importante y tiene
indicadores comparables a los de Brasil y Argentina, nuestras economías no pueden ser
comparadas con las de los otros países africanos y con las de Paraguay y Uruguay", agregó
el canciller brasileño Celso Amorim.
12 La Unión Aduanera del África Meridional surgió el 11 de diciembre de 1969 por un acuerdo entre
Sudáfrica, Botswana, Lesotho, Namibia y Swazilandia. La misma entró en vigencia el 1º de marzo de 1970.
Reemplazó al Acuerdo de la Unión Aduanera de 1910
Reflexiones Finales
Durante el periodo de distensión de la Guerra Fría, algunos países medios
comenzaron a consolidar áreas de influencia en su región. Esto permite una diferenciación
entre las potencias medias tradicionales o de primera generación y las denominadas
potencias medias regionales en desarrollo o de segunda generación tales como Brasil, India,
Sudáfrica, México, Nigeria, Argentina y Yugoslavia.
“Pese a las diferencias, la alianza consigue actuar de forma coherente a nivel
internacional debido a sus valores y objetivos globales compartidos. Se trata de grandes
democracias del Sur, caracterizadas por un pluralismo de culturas, religiones, razas y
lenguas. En este sentido, si el Movimiento de Países No Alineados se definía por el
antiimperialismo y la exigencia de un nuevo orden internacional, IBSA se define por la
democracia y la búsqueda de una mejor posición en el orden existente.” (Sousa, 2008:6)
El ritmo de la estrategia del bloque ha logrado sostenerse en el tiempo, y en
convertirse en una caja de resonancia en otros organismos como la OMC, propiciando
diferentes niveles de negociación, priorizando intereses compartidos, que revalidan los
esfuerzos del grupo en conjunto.
Tanto Brasil, India como Sudáfrica, se caracterizaron por combinar políticas de
estado ya existentes, las cuales fueron canalizadas a través de la conformación de IBSA, lo
cual les permitió adquirir relevancia en diferentes organismos multilaterales y mayor
visibilidad internacional, y por consiguiente una mayor participación en los ámbitos de
decisión mundial, principalmente en materia de: patentes farmacéuticas, biocombustibles y
las negociaciones agrícolas en el marco de la reunión de Doha.
La cooperación sur - sur en el marco del diálogo trilateral establecido por estos
países, es una herramienta que les permite reforzar su capacidad de negociación,
convirtiendose un rasgo novedoso que cuestiona al actual orden mundial, y permite el
surgimiento de estructuras amplias que trabajan sobre puntos focales de desarrollo. De este
modo IBSA a alcanzado en los últimos años un importante desarrollo, por cuanto, como
sostiene De Moura: “o êxito em uma área gera impacto positivo em outras e lança luz
sobre novas fronteiras de entendimento possíveis” (De Moura, 2009: 18). En el escenario
político internacional, éstos espacios de diálogo, están llamados a ser protagonistas de los
cambios.
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