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La ciudad Julio-Claudia y sus programas decorativos. Paradigma del poder de Roma en el Valle del Ebro

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ISBN

978

-84-

1627

2-69

-3

Manuel Martín-Bueno y J. Carlos Sáenz Preciado (editores)

Modelos edilicios y prototipos en la monumentalización

de las ciudades de Hispania

Investigación financiada con cargo al proyectoHAR 2008-03752/HIST (2008-2013)

Monografías Arqueológicas. Arqueología, 49

PRENSAS DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Monografías Arqueológicas 49Arqueología

Consejo de Redacción de Prehistoria

Directores: Pilar Utrilla y José M.ª RodanésVocales: Teresa Andrés, Carlos Mazo, Lourdes Montes, Carlos Pérez-Arrondo y Jesús V. PicazoSecretaría Técnica: Rafael Domingo

Consejo Científico Asesor de Prehistoria

Paul Bhan; Ignacio Barandiarán (Universidad del País Vasco); Concepción Blasco (Universidad Autónoma de Madrid); Gerhard Bosinski (Universidad de Köln); Primitiva Bueno (Universidad de Alcalá de Henares); Margaret Conkey (Universidad de Berkeley); Soledad Corchón (Universidad de Salamanca); Germán Delibes (Universidad de Valladolid); Antonio Faustino Carvalho (Universidad de Faro); Carole Fritz (Universidad de Toulouse Le Mirail); César González-Sainz (Universidad de Cantabria); Miquel Molist (Universidad Autónoma de Barcelona); Lawrence G. Straus (Universidad de Nuevo México); Juan Vicent (Instituto de Historia, CSIC); Valentín Villaverde (Universidad de Valencia)

Consejo de Redacción de Arqueología

Director: Manuel Martín-BuenoVocales: Almudena Domínguez, José Antonio Hernández-Vera, Elena Maestro, Ángeles Magallón, Manuel Medrano, y J. Carlos SáenzSecretaría Técnica: J. Carlos Sáenz

Consejo Científico Asesor de ArqueologíaJosé d’Encarnaçao (Universidad de Coimbra); Angela Donati (Universidad de Bolonia); Piero Gianfrotta (Universi-dad de la Tuscia, Viterbo); Josep M.ª Gurt (Universidad de Barcelona); José Luis Jiménez (Universidad de Valen-cia); Jesús Liz (Universidad de Salamanca); Milagros Navarro (Instituto Ausonius, Universidad de Burdeos); Jean Michel Roddaz (Instituto Ausonius, Universidad de Burdeos); Desiderio Vaquerizo (Universidad de Córdoba)

Intercambios: Teresa Artigas ([email protected])

Investigación financiada con cargo al proyecto HAR 2008-03752/HIST (2008-2013)

© Manuel Martín-Bueno y J. Carlos Sáenz Preciado© Departamento de Ciencias de la Antigüedad. Universidad de Zaragoza© De la presente edición, Prensas de la Universidad de Zaragoza

1.ª edición, 2014

Impreso en EspañaImprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de ZaragozaD.L.: Z 1804-2014

MODELOS edilicios y prototipos en la monumentalización de las ciudades de Hispania / Manuel Martín-Bueno y J. Carlos Sáenz Preciado (editores). — Zaragoza : Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014 169 p. : il. ; 30 cm. — (Monografías arqueológicas. Arqueología ; 49) ISBN 978-84-16272-69-3

1. Ciudades romanas–España. 2. España–Restos arqueológicos romanosMARTÍN-BUENO, ManuelSÁENZ PRECIADO, J. Carlos

711.4.032(460)904(460):7.032(37)

1. REFLEXIONES A FIN DEL PROYECTO URBS II. Modelos edilicios y prototipos en lamonumentalización de las ciudades de Hispania. HAR 2008-03752/HIST (2008-2013).Manuel Martín-Bueno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

2. ÚLTIMAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN CORDUBA, COLONIA PA-TRICIA: una propuesta de síntesis.Desiderio Vaquerizo Gil y Manuel Dionisio Ruiz Bueno . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

3. TAN PRÓXIMAS Y TAN DISTINTAS: SAGUNTUM Y VALENTIA, DOS EJEMPLOSDE URBANISMO ROMANO PROVINCIAL.José Luis Jiménez Salvador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

4. ZARAGOZA ANTIGUA (SALDUIE Y CAESARAUGUSTA): actualidad de la investiga-ción arqueológica.Pilar Galve Izquierdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

5. LA TRANSICIÓN DE LA CIUDAD IBÉRICA A LA ROMANA EN ARAGÓN.Elena Maestro Zaldívar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

6. LAS INVESTIGACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LABITOLOSA Y CASTRO MU-ÑONES (La Puebla de Castro. Huesca).M.ª Ángeles Magallón Botaya - Pierre Sillières. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69

7. LA PARTICIPACIÓN DE LA IGLESIA EN LA TRANSFORMACIÓN DEL ESCE-NARIO URBANO: LA CRISTIANIZACIÓN Y DESPAGANIZACIÓN DE EMERITA(SS. V-VII).Miguel Alba Calzado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

8. UN CAMINO SIN RETORNO: LA DESARTICULACIÓN DE LA CIUDAD CLÁSICA EN LA ANTIGÜEDAD TARDÍA (ss. IV-V d. C.).Pilar Diarte Blasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

9. LA CONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO SOCIAL CRISTIANO EN LOS CENTROS UR-BANOS DE HISPANIA DURANTE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA (siglos IV – VIII).Manuel Feijoó Morote. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

10. LA EDILICIA DOMÉSTICA URBANA ROMANA EN EL VALLE MEDIO DEL EBRO (II a. C. - III d. C.): reflexiones.Paula Uribe Agudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

ÍNDICE

ÍNDICE

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11. LA CIUDAD JULIO-CLAUDIA Y SUS PROGRAMAS DECORATIVOS, PARADIG-MA DEL PODER DE ROMA EN EL VALLE DEL EBRO.Claudia García Villalba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

12. MORIR EN LA CIUDAD: LA CONCEPCIÓN DEL SUBURBIUM COMO ESPACIOFUNERARIO: el caso de las capitales provinciales hispanas.Alberto Sevilla Conde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

13. LA SIGILLATA HISPÁNICA: ¿artesanía o manufactura?J. Carlos Sáenz Preciado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149

14. NOVEDADES EN LA METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO DE LA PINTURA MU-RAL ROMANA Lara Íñiguez Berrozpe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163

LA CIUDAD JULIO-CLAUDIA Y SUS PROGRAMAS DECORATIVOS PARADIGMA DEL PODER DE ROMA EN EL VALLE DEL EBRO

Monografías Arqueológicas 49 (2014, pp. 123 – 133). ISBN: 978-84-16272-69-3 123

LA CIUDAD JULIO-CLAUDIA Y SUS PROGRAMAS DECORATIVOS PARADIGMA DEL PODER DE ROMA EN EL VALLE DEL EBRO

Claudia García Villalba

Universidad de Zaragoza Resumen: La concesión del estatuto municipal o colonial a numerosas ciudades del Valle del Ebro a partir de época augustea, fue unido a un programa de monumentalización, particularmente intenso en algunos casos, que supuso la dotación de espacios públicos, fundamentalmente foros y teatros, en los que los programas ornamentales, fueron esenciales para la difusión de la ideología imperial. Sin embargo, los restos de estos programas decorativos que han llegado hasta nuestros días son más bien escasos. La escasez de piedra de buena calidad en el Valle del Ebro ha favorecido la reutilización de material antiguo para nuevas construcciones. Esto unido al hallazgo de pequeños fragmentos y a las descontextualizaciones dificulta enormemente las investigaciones, siendo difícil determinar, en numerosas ocasiones, la funcionalidad de un espacio arquitectónico concreto o la composición de un programa ornamental. Palabras clave: Julio-Claudios, programas escultóricos, mármol, descontextualización. Abstract: The granting of municipal or colonial status to many cities of the Ebro Valley from the Augustan’s period was linked with a monumentalization program, especially intense in some cases, and which involved the provision of public spaces, mainly forums and theaters, where ornamental programs were essential for the spread of the imperial ideology. However, the actual survival remains of these decorative programs are scarce. The shortage of good quality stone in the Ebro Valley has contributed to the reuse of old material for the new buildings. This, in addition to the discovery of small fragments and the problem with decontextualizations make extremely difficult determine, in many cases, the functionality of a particular architectural space or the composition of an ornamental program. Keywords: : Julio-Claudian, sculpture, imperial portraiture, marble, decontextualization.

I. INTRODUCCIÓN

Los programas decorativos constituyen uno de los medios de manifestación del poder del emperador al que se ha prestado una atención prioritaria. En este sentido surgieron desde fecha temprana recopilaciones como la de García y Bellido,1 origen de los estudios sobre escultura romana en el ámbito peninsular, y la de Balil2 que recogían los hallazgos escultóricos hispanos. Sin embargo, dichos volúmenes no iban más allá del registro de las piezas, sin aportar datos sobre el contexto o localización del hallazgo, de donde en verdad se extrae información relevante, ya que los programas escultóricos vinculados a los programas arquitectónicos de las ciudades hispanas, son los principales soportes empleados para la difusión de la propaganda imperial.

1 García y Bellido, J.A. (1949): Esculturas romanas de España y Portugal, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 2 Balil, A. (1981): “Esculturas romanas de la Península Ibérica IV” Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 47, 1981, 214-236

Con respecto a esos primeros inicios en los que lo que primaba era la pieza y no su contexto se ha progresado enormemente, debiendo destacar, en este sentido, la labor de las Reuniones sobre Escultura romana en Hispania que constituyen uno de los mejores medios de acceso a las novedades sobre la escultura de las ciudades hispanas.

Sin embargo, y a pesar de los avances, los problemas son múltiples en este ámbito. Así, el desconocimiento de la topografía urbana de numerosas ciudades antiguas o de sus hallazgos, consecuencia de la disminución del número de excavaciones sistemáticas y prospecciones, unido al desequilibrio existente entre regiones a la hora de dar a conocer los resultados de sus campañas, son uno de los principales obstáculos del investigador.

Además, hay que tener en cuenta la dificultad añadida de extraer datos a partir del hallazgo de pequeños fragmentos o de piezas escultóricas de las que se desconoce la procedencia exacta, tendencia frecuente en el Valle del Ebro donde las reutilizaciones de espacios y de materiales son

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habituales en ciudades con un largo espectro cronológico de ocupación a consecuencia de la falta de material pétreo de calidad. Y es que los datos que proporciona un fragmento escultórico, si no se encuentran contextualizados, es decir asociados a una cronología y a un espacio son meramente descriptivos y no permiten profundizar en el mensaje ideológico que dicho programa decorativo pretendía transmitir.

Precisamente esa carencia de fragmentos escultóricos hallados in situ es la que dificulta, aún a día de hoy, la interpretación de numerosos espacios arquitectónicos de los que se desconoce la funcionalidad exacta. Ya Mayer reflexionaba en su artículo “¿Qué es un agusteum?”3 sobre los problemas a la hora de identificar correctamente los templos vinculados a la familia del emperador. De hecho, teniendo en cuenta las dificultades que implica dicha clasificación, de no contar con testimonios epigráficos, o escultóricos in situ que ayuden en la correcta identificación de espacios y su funcionalidad, es difícil distinguir entre lugares destinados al culto imperial, o espacios de exaltación imperial, propaganda dinástica o representación.

En lo que se refiere a nuestro ámbito concreto de estudio, el Valle del Ebro, las dificultades no son menores; sin embargo a través del trabajo de restitución de dichos programas se ha avanzado significativamente en determinados casos, en los que se ha podido confirmar o negar respectivamente, la existencia de espacios destinados a la exaltación dinástica que se produce en la casa Julio-Claudia.4

3 Mayer, M. (1998): “¿Qué es un Augusteum?”, Historia Antiqua 4, 63-70. 4 Aunque no existe una síntesis general sobre los hallazgos escultóricos en todo el Valle del Ebro se deben señalar una serie de artículos y monografías de los que se pueden extraer datos relevantes en este sentido: Alföldy, G. (1979): “Bildprogramme in den römischen städten des Conventus Tarraconensis-Das Zeugnis der Statuenportamente”, Revista de la Universidad Complutense, 118,177-276; Galve, M.ª P., Magallón, M.ª y Navarro, M. (2005): “Las ciudades del valle Medio del Ebro en época Julio-Claudia”, en L’Aquitaine et l’Hispanie septentrionale à l’époque julio-claudienne. Organisation et explotation des espaces provinciaux. IV Colloque Aquitania (Saintes, septiembre 2003), Pessac, 169-215; Koppel, E.M. y Rodá, I (1996): “Escultura decorativa de la zona nororiental del Conventus Tarraconensis”, Actas de la II Reunión sobre escultura romana en Hispania, Tarragona, 135 y ss.; Martín-Bueno, M.A. (2007): “El culto imperial en el Valle del Ebro” en T. Nogales y J. González (coords), Culto imperial: política y poder: Actas del Congreso Internacional Culto imperial: política y poder (Mérida, 18-20 mayo 2006), Roma, 723-735; Martín-Bueno, M.A. (1993): “La ciudad hispano romana en el Valle del Ebro”, en M. Bendala Galán (coord.), La ciudad hispano-romana, Barcelona, 109-127; Martín-Bueno, M. A. (1987): “Los recintos Augusteos en Hispania”, en Les enceintes augusteennés dans l’Occident romain, (France, Italie, Spagne, Africa du Nord), Nîmes, Colin, 107-124; Nogales Basarrate, T. (1990): “La escultura romana importada en Hispania Citerior”, en Le commerce maritime romain en Méditerrannée occidentale (colloque International tenu à Barcelone du 16 au 18 mai 1988 ), Barcelona, 91-312; Rodà, I. (2000): “La escultura del sur de la Narbonense y del norte de Hispania Citerior: paralelos y contactos”, en P León y T. Nogales (coords.), Actas de la III Reunión sobre Escultura romana de Hispania, Madrid, 173-196; Rodá, I. (1998): “Espacios de representación y culto dinástico en la Provincia Hispania Citerior”, Historia Antiqua 4, 117-126; Roda, I. (1988 b): “El retrato romano en el Noreste de la Tarraconense”, en N. Boncasa y G. Rizza (eds.) Ritratto

Exaltación dinástica que no se manifiesta de forma distinta en colonias que en municipios, sino que parece seguir un patrón común directamente relacionado con el fundador o emperador benefactor de las mismas, distinguiéndose sin embargo matices en unos u otros casos.

II. LOS PROGRAMAS ESCULTÓRICOS JULIO-CLAUDIOS EN EL VALLE DEL EBRO

II.1. Mvnicipivm Avgvsta Bilbilis

El conjunto escultórico Julio-Claudio más amplio conservado en el Valle del Ebro lo encontramos en el Mvnicipivm Avgvsta Bilbilis (Cerro de Bámbola, Calatayud) (fig. 1).5 Compuesto por varios retratos de príncipes y emperadores de la domus augusta: Tiberio, Druso (desparecido) y Claudio, destaca por un retrato excepcional de Augusto capite velato (fig. 1.4), del que solo existen otros tres ejemplos en Hispania. Estos retratos, así como otros togados y fragmentos de esculturas femeninas, deben ponerse en relación directa con los programas arquitectónicos que comenzaron a desarrollarse al alcanzar la ciudad el rango municipal a partir del 2 a. C. y que fueron culminados por Tiberio, como demuestra un epígrafe aparecido en el foro.6

Sobre la ubicación exacta de los mismos las noticias son bastante parcas e imprecisas ya que fueron encontrados fuera de su emplazamiento originario. Sin embargo, Jiménez destaca dos espacios dentro del conjunto forense donde pudieron haberse situado esculturas en la Antigüedad: una estructura de tipo semicircular absidiada en el límite septentrional del pórtico oeste (Jiménez 1986: 255) y un espacio ubicado en la escalera oeste, que desembocaba en una hornacina (Jiménez 1986: 254). En relación con este último, el autor plantea que por la escenografía del lugar se situaría en dicho espacio una estatua imperial, concretamente el retrato del emperador Claudio hallado en 1664 (actualmente conservado en el Museo Provincial de Zaragoza) (fig. 1.3).7 Afirmación que no se puede constatar (Martín-Bueno y Sáenz 2004: 79-80) y que hay que tomar con reservas, ya que dicho busto cuenta con unas dimensiones demasiado reducidas para el citado emplazamiento.

ufficiale e ritratto privato. Atti della II Conferenza internazionale sul ritratto romano, (Roma 26-30 settembre 1984), Roma, 453-462. 5 Cancela Ramírez de Arellano, M.ª L. y Martín-Bueno, M. A. (2008): “Los Julio-Claudios en Bílbilis” en J.M Noguera Celdrán y E. Conde Guerri (eds.) Actas de la Reunión sobre Escultura romana en Hispania V, (Murcia, 9-11 noviembre, 2005), Murcia, 235-245. 6 Martín-Bueno, M.A. (1981): “La inscripción a Tiberio y el centro religioso de Bílbilis (Calatayud, Zaragoza)”, Madrider Mitteilungen 22, 249-253; Martín-Bueno, M.A. y Navarro M. (1997): “Estudio sobre la Epigrafía romana de Bilbilis”, Veleia 14, 205-239. 7 Beltrán Lloris, M. (1981): “Nuevo aspecto de la cabeza del emperador Claudio del Museo de Zaragoza”, Caesaraugusta, 53-54, 255-257; Balil, 1982: (1982) “Un retrato del emperador Tiberio procedente de Bílbilis”, I Encuentro de Estudios Bilbilitanos vol I, Institución Fernando el Católico, Calatayud, 43-46.

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Fig. 1. Conjunto Escultórico Julio-Claudio del Municipium Augusta Bilbilis (Museo de Calatayud): 1) Escultura femenina Tipo Artemisa ¿Livia?. 2) Tiberio tipo adopción o del Fayum. 3) Retrato de Claudio (Museo Provincial, Zaragoza) y 4) Augusto capite velato.

Más sencillo resulta precisar la ubicación original de dos fragmentos correspondientes a una escultura femenina del tipo Artemisia,8 identificada como Livia (fig. 1.1)9 (Martín-Bueno y Sáenz 2004: 266) y procedentes del teatro. El primer fragmento se encontró en 1983 en las excavaciones de la parte este del sacellum in summa cavea en una unidad estratigráfica compuesta en su mayoría por los restos constructivos del templo (Martín-Bueno y Sáenz 2004: 266) y el segundo fragmento, un torso femenino que va desde la cintura hasta el cuello, en 1999 durante los trabajos arqueológicos realizados en la imma cavea del teatro bilbilitano.

8Atendiendo a la clasificación realizada por Garriguet (2001: 70-75). 9 Para Nuñez Marcén (1992: 577) la identificación de dicha escultura con Livia atiende a la hipótesis planteada por Traversari a raíz de una inscripción hallada en el teatro de Dougga en la que se relaciona a Cereci Tyche (la Ceres Africana) con el culto imperial. Así, con la excepción de Venus Victrix en el Teatro de Pompeyo (Roma, Italia) las divinidades femeninas asociadas a los sacella in summa cavea representarían a la emperatriz Livia en occidente como ocurre en Herculano (Pompeya, Nápoles) y a Ceres (como la Livia africana) en esta provincia como se observa en Leptis Magna (Típoli, Libia) y en Dougga (Bejá, Túnez) además de en los casos dudosos de Timgad, Rusicade y Calama.

Se ha demostrado que ambas piezas conforman una única escultura que seguramente formaba parte de la decoración escultórica del sacellum de cavea. Es probable que en algún momento esta se fragmentara, cayendo una de las partes por el graderío hasta la orchestra, donde apareció en el transcurso de las excavaciones (Cancela y Martín-Bueno 2008: 240).

La existencia de un sacellum dedicado a un personaje femenino de la casa Julio-Claudia no debe resultar extraña, más aún teniendo en cuenta el planteamiento que vincula la estrecha relación existente entre el teatro y el foro bilbilitano, ambos proyectados durante el principado de Augusto como parte de un mismo conjunto, con las procesiones de culto imperial que desembocaban en el teatro (Rodá 2009: 74) atestiguadas por las fuentes (decreto de Gytheum entre otras) y que se han documentado en lugares en los que existe una estrecha relación entre ambos edificios como ocurre en Tarraco.10

10 El hallazgo en Tarraco de una pequeña campana de bronce o tintinnabulum (Rodá 2009: 71-72), con su correspondiente inscripción, debe ser puesta en relación con las procesiones de culto imperial que tenían lugar en dicha ciudad.

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La descontextualización de los programas marmóreos es una constante en este yacimiento, así lo demuestran tanto los casos anteriores como el hallazgo en el foro de un busto del emperador Tiberio tipo del Fayum formando parte de la cimentación del posticum del templo (fig. 1.2), como simple elemento constructivo (Cancela y Martín-Bueno 2008: 240-243, fig. 8).

A estos ejemplos hay que añadir una serie de elementos constructivos y decorativos (programas escultóricos y epigráficos) procedentes de los edificios públicos de la ciudad, que aparecieron durante las campañas arqueológicas de 2011-2013 asociados a un horno para la fabricación de cal11 (amortizado ya a finales del siglo II d. C.) junto a la denominada Casa del Ninfeo en el cardus maximus de la ciudad, que comunicaba el foro con las termas.

Dicho hallazgo, sumado a la carencia de restos escultóricos más allá del horizonte cronológico marcado por la dinastía Julio-Claudia, han llevado a plantear la posibilidad de que el Mvnicipivm Avgvsta Bilbilis hubiera sufrido en fecha temprana (finales del siglo II d. C.), si no una crisis generalizada, sí un decaimiento de sus funciones cívicas.12 Este hecho se tradujo en la pérdida de importancia de los espacios públicos de la ciudad, lo que habría llevado a la reutilización de los materiales ornamentales que los cubrían, escasos y muy apreciados en el Valle del Ebro como materia prima para la obtención de cal, y su empleo en nuevas obras o en la restauración de las existentes, prolongando la vida y uso de los edificios bilbilitanos.

II.2. Colonia Caesar Augusta

Destacable, también dentro del territorio aragonés, es el conjunto escultórico de la ciudad de Caesaraugusta,13 que sin embargo ha llegado hasta nosotros muy fragmentado, ya que únicamente contamos con dos retratos imperiales julio-claudios (fig. 2):14 el identificado con Druso el Menor15 y el

11 García Villalba, C. y Saénz Preciado, J.C. (e. p.): “Municipium Augusta Bilbilis ¿Paradigma de la crisis de la ciudad julio-claudia?”, Actas del coloquio internacional ¿Crisis urbana a finales del Alto Imperio? La evolución de los espacios cívicos en el Occidente romano en tiempos de cambio (Cartagena, 22-23 marzo, 2012). 12 Sobre la crisis de la ciudad julio-claudia: Martín-Bueno, M.A. (1999): “La ciudad julio-claudia ¿una estrella fugaz?”, en P. Bueno Ramírez y R. de Balbín Berhmann (coords.), II Congreso Internacional Arqueología Peninsular, (24- 27 septiembre 1996, Zamora), vol 4, Zamora, 117-121. 13 Koppel, E. Mª y Rodà, I. (2007): “La escultura”, en : F. Beltrán LLoris (ed) Las capitales provinciales de Hispania 4. Zaragoza. Colonia Caesar Augusta, L’ Erma di Bretschneider, Roma, 109-122. En la misma línea se debe mencionar el artículo de Balil, A. (1960): “Dos esculturas del Museo de Zaragoza”, Zephyrus 11, 241 y ss. 14 Además de los dos retratos julio-claudios hallados en Caesaraugusta se deben destacar dos epígrafes encontrados en la ciudad adscritos a este ámbito cronológico. Uno de ellos perteneciente al friso conmemorativo de alguna estructura arquitectónica (Beltrán Lloris 1995: 185) y el otro un homenaje a Agripa, hoy en día desaparecido y cuya veracidad no ha sido del todo probada (AE 2002, 799).

retrato de una princesa julio-claudia16 encontrado en el teatro de Caesaraugustus, siendo ambos realizados con mármol de procedencia griega y esculpidos en talleres tarraconenses (Koppel y Rodà 2007: 109).

El primero de ellos (fig. 2a), el busto de Druso el Menor,17 se localizó formando parte de un muro tardío en las excavaciones de un solar de la Calle Gavín y Sepulcro, de ahí que apenas pueda aportar información al encontrarse descontextualizado fuera de su localización originaria, que según M. Beltrán (1983: 170) sería el foro de la ciudad. Sin embargo Koppel y Rodà (2007: 115) señalan la tendencia habitual, constatada en otras ciudades, a que los retratos de Druso aparezcan asociados a los de su padre Tiberio o a los de Germánico,18 junto al que compartió la sucesión tras la adopciones del 4 d. C., por lo que destaca la más que probable presencia de retratos o esculturas de dichos personajes en el foro de la ciudad.

Por otra parte, el hallazgo del retrato de la princesa julio-claudia (fig. 2b) resulta más clarificador y permite extraer más conclusiones sobre su posible ubicación originaria. Fue encontrado durante la excavación del teatro en un nivel fechado en el siglo V d. C. que rellenaba el hyposcaenium, si bien la destrucción del scaenafrons, del que parece que formaría parte, debió de acaecer a finales del siglo III d. C. (Escudero y Galve, 2002: 234).19

Por su peinado y facciones, se ha identificado como una princesa julio-claudia perteneciente al tipo Caere-München 316 o Adolphseck 22-Formia20 (Koppel 2008: 219). Sin embargo, la similitud de los peinados, y los rasgos que muestran los retratos

15 Beltrán Lloris, M. (1983): “Un retrato de Drusus Minor en Caesaraugusta”, Boletín del Museo de Zaragoza 2, 169-200. 16 Escudero, F. y Galve, M.P. (2002): “Busto de la princesa Julio-Claudia”, en: D. Fernández Galliano (ed.), Restaurar Hispania. Catálogo de la exposición celebrada en el Real Alcázar (Sevilla, 2002), Madrid, 234-235; Koppel, E. M.ª (2008): “Retrato de una princesa Julio-Claudia procedente del teatro de Caesaraugusta”, en: La Rocca, P. León y C. Parisi Presicce (eds.): Le due patrie acquisite. Studi di archeologia dedicati a Walter Trillmich, Roma, L’ Erma di Bretschneider, 215-222. 17 M. Beltrán (1983: 179-180) destaca el parentesco entre el retrato de Druso hallado en Bilbilis, hoy en día desaparecido, y el de Caesaraugusta, pertenecientes ambos al tipo V de Jucker- D de Fittschen (21-23 d. C.), destacando la coincidencia de que tanto la colonia como el municipio decidieran honrar al hijo de Tiberio en ese momento concreto. 18 Destaca en Hispania el grupo dinástico de Medina Sidonia (Cádiz). Garriguet Mata, J. A. (2004): “Grupos estatuarios imperiales en la Bética: la evidencia escultórica y epigráfica”, en: T. Nogales Basarrate y L.J. Gonçalves (eds.), Actas IV Reunión sobre Escultura romana en Hispania (Lisboa, 2002), Madrid, 67-102. 19 Junto al retrato aparecieron numerosos fragmentos escultóricos, más o menos significativos, que aquí no se recogen y que formarían parte del mismo programa decorativo (Koppel 2008: 217). 20 El tipo Caere-München se identifica con representaciones de Valeria Mesalina o Drusila y el tipo Adolpheseck 22- Formia con retratos de las tres hermanas de Calígula: Agripina la Menor, Livila y Drusila (Koppel 2008: 219).

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Fig. 2. a) Retrato de Druso Minor (Museo Provincial, Zaragoza) y b) Princesa julio-claudia (Museo del Teatro de Caesaraugusta).

femeninos conservados de la domus augusta,21 imposibilitan determinar de modo totalmente seguro a qué personaje encarnaría. Las dudas se centran en vincularla con alguna de las tres hermanas del emperador Calígula: Agripina la Menor, Drusila o Livila,22 a las cuales sabemos que se homenajeó en tiempos de Tiberio y Calígula, si bien el único retrato identificado con seguridad en varios tipos ha sido el de Agripina. Actualmente se afianza la opinión de que dicho retrato representaría a Drusila siendo elaborado cronológicamente en tiempos de Calígula (Koppel 2008: 220 y Koppel y Rodà 2007: 11). A pesar de ello no se puede descartar del todo que la representada fuera Livila o más probablemente Agripina.

En este sentido, consideramos importante destacar que es esta última la que más frecuentemente se homenajea en los ciclos dinásticos, pues fue hermana de Calígula, esposa de Claudio y madre de Nerón, siendo a su vez la única a la que hacen mención y representan los testimonios monetales procedentes de Caesaraugusta (RPC n.º 380 y 385) lo que puede considerarse como un punto a favor para decantarse por dicha opción.

21 Una visión general sobre la iconografía de los miembros femeninos de la dinastía Julio-Claudia lo encontramos en Nogales Basarte, T. y Fernández Uriel, P. (2003): “La fuerza de la imagen: iconografía de las princesas de la dinastía Julio-Claudia”, Akro 2, 9-78 y más completa en Wood, S. (1999): Imperial women. A study in public images 40 B.C. - A.D. 68, Brill, Leiden. 22 Los testimonios numismáticos señalan que era frecuente que las hermanas de Calígula aparecieran representadas conjuntamente, el ejemplo más representativo es un denario de la ceca de Roma (RIC I

2 n.º 33) modelo del sestercio acuñado Ercavica (RPC n.º 476).

Independientemente de la identificación del personaje, resulta más revelador que la presencia del retrato de una princesa julio-claudia en el teatro, hace presuponer que su scaenae frons contaba con una importante galería de estatuas dedicadas a la familia imperial, como sucede en otras ciudades hispanas (Emerita, Carthago Nova, etc.) siendo también habitual en esta época en todo el mundo romano (Koppel y Rodà 2007: 111), hecho que se hace más significativo si tenemos en cuenta el alto número de representaciones y alusiones a miembros de la casa Julio-Claudia que aparecen en acuñaciones emitidas por la ceca de Caesaraugusta: Lucio y Cayo (RPC n.º 319) (fig. 3), Livia (RPC: n.º 341), Nerón y Druso (RPC n.º 362 y 363), Calígula (RPC n.º 370 y 371), el Divus Augusto y Agripina (RPC n.º 380 y 385).

Fig. 3. Dupondio de Caesaraugusta acuñado por Augusto (4·-3 a. C.) (RPC n.º 319) Anv. IMP AVG C CAES COS DES L CAESAR. Tres figuras en pie, sobre pedestales; en el centro Augusto con simpulum y a ambos lados Lucio y Cayo Césares.

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Como se puede observar, los ejemplos conservados son más bien escasos, pero sabemos que en Caesaraugusta existía un programa escultórico más amplio que formaría parte de los conjuntos públicos de la ciudad, del que sin embargo no tenemos confirmación arqueológica, pero del que nos dan testimonio los tipos monetales acuñados en la ciudad (RPC n.º 319 y n.º 345) (fig. 4)23 en el que se plasma el ciclo dinástico de Augusto capite velato portando simpulum y sus nietos Cayo y Lucio Césares24 sobre pedestales (Ripollès 2010: n.º 319 a y b),25 y una estatua ecuestre dedicada a Tiberio por la colonia representada en el anverso de una serie acuñada por el dunvir M. Cato L. Vettiacus y por lo tanto datada en torno al 31-32 d. C. (Ripollès 2010: n.º 345), ambos ubicados probablemente en el foro (Brian 1997: 133 y Beltrán Martínez 1980: 140).

Desde el punto de vista cronológico, el grupo estatuario, destinado a ensalzar la legitimación y sucesión dinástica de la casa Julio-Claudia, debe datarse entre el 6-3 a. C., ya que en la leyenda monetal se hace referencia a Cayo como consul designatus que lo recibió en el 6 a. C., y los dunviros que aparecen mencionados ostentaron el cargo entre el 4-3 a. C. y que según Rose (1997: 133) debe relacionarse con la ceremonia de recepción de la toga viril que recibió Cayo César en el 5 a. C. y más concretamente con la ostentación del título de pontifex en el 6 a. C., ya que en la imagen monetal Augusto es representado, entre Cayo y Lucio, en calidad de Pontifex Maximus, portando el simpulum, uno de los principales emblemas ostentado en dicho cargo, encontrándose los tres sobre pedestales.

II.3. Municipium Urbs Vixctrix Osca

En Huesca, las dudas se ciernen sobre una cabeza masculina,26 actualmente conservada en el museo de la ciudad. Se localizó incrustada en uno de los muros de la iglesia de San Úrbez de Nocito, dicho hallazgo se relaciona con la existencia de un asentamiento romano, El Castellar, en las inmediaciones de la misma. Apareció junto a otro retrato masculino que parecía proceder del mismo

23Para la problemática sobre los monumentos arquitectónicos y escultóricos hispanos empleados como tipos iconográficos en la moneda: Chaves Tristán, F., Melchor Gil, E., Oria Segura, M. y Gil Fernández, R. (2000): “Los monumentos en la moneda hispanorromana”, Quaderni Ticinesi 29, 289-317. 24 Los homenajes a Cayo y Lucio como hijos adoptivos de Augusto destinados a continuar la línea dinástica están presentes en más lugares del Valle del Ebro. En este sentido debemos destacar una inscripción honorífica dedicada a Cayo César encontrada cerca del Rio Arba (Vega de Valdecañares, Rivas, Zaragoza) (Beltrán Lloris 1997: 313). 25 Brian Rose (1997: 133). Señala que el encargado de la acuñación habría representado el pedestal de Augusto más bajo que los de Lucio y Cayo con la intención de demostrar la naturaleza tridimensional del grupo estatuario. 26 Puertas, R. (1974): “Dos nuevos retratos romanos de la provincia de Huesca”, Archivo Español de Arqueología (AEA), pp. 149-156.

Fig. 4. As de Caesaraugusta acuñado por Tiberio (31-32 d. C.) (RPC n.º 345/1) Anv. TI CAESAR DIVI AVG F AVGVSTVS P M TR POT XXXIII. Estatua ecuestre de Tiberio con paludamentum y coraza a dch.

lugar pero que atendiendo a sus rasgos no puede situarse en el mismo periodo cronológico. A falta de un estudio más profundo de la pieza, solo se pueden señalar las aportaciones de Puertas Ricas (1974: 153) que por los rasgos faciales, especialmente el flequillo, relaciona dicho busto con retratos de época Julio-Claudia, sin poder precisar si el individuo representado era un personaje masculino de la domus augusta o un notable local 27.

II.4. Municipium Turiaso

Al margen de la estatuaria en mármol, hemos de destacar el retrato de pequeño tamaño de Augusto realizado en carneola de la India (Beltrán Lloris 2004:93)28 procedente de Turiaso, actualmente en el Museo Provincial de Zaragoza (fig.5) 29.

El busto, en el que M. Beltrán Lloris (2004: 89-93) identifica al menos dos fases: la primera correspondiente a un retrato de Domiciano (tipo III, 83-96 d. C.) remodelado posteriormente para representar al Divus Augustus tanto en peinado como en rasgos faciales, apareció en un potente nivel de

27 Se deben señalar también en el territorio de Aragón, en la Comarca de las Cinco Villas los últimos hallazgos escultóricos procedentes del yacimiento arqueológico de Los Bañales (Uncastillo). A falta de un estudio pormenorizado de las piezas únicamente podemos aportar las noticias trasladadas desde la prensa (Heraldo de Aragón, 28 julio 2014, p. 37 y Periódico de Aragón, 24 agosto 2014) y desde la página web de la Fundación Uncastillo. En ellas se hace mención al hallazgo de cuatro cabezas pertenecientes a príncipes de la dinastía Julio-Claudia, una de ellas identificada supuestamente con Germánico. 28 Sobre la problemática de las piedras semipreciosas y su empleo en la retratística imperial Scott, K. (1931): “The significance of Statues in Precious Metals in Emperor Worship” Transactions and Proceedings of the American Philological Association 62, 101-123. 29 Beltrán Lloris, M. (1984): “El retrato de Divus Augustus del Municipium Turiaso (Tarazona, Zaragoza). Un palimpsesto de época trajanea”, Madrider Mitteilunen 25, 103-134.

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Fig. 5. Exvoto imperial. Divus Augustus procedente de Turiaso (Tarazona). (Museo Provincial, Zaragoza)

destrucción o abandono de una piscina cubierta, que formaba parte de un balneario sagrado dedicado a Minerva Médica. Su hallazgo junto a un conjunto de exvotos y ofrendas varias: monedas, terracotas, vasos cerámicos, etc., ha llevado a interpretar dicho retrato como un exvoto dedicado al emperador y que recordaría la milagrosa curación de Augusto de la que hablan Dión Casio (LIII, 30, 3) y Suetonio (Aug. LXXXI, 1, 59,1) en Turiaso, tras su regreso de las guerras cántabras. Además de su función como exvoto, M. Beltrán (1980: 128-129) hace hincapié en su valor como instrumento vinculado al culto al emperador, más aún teniendo en cuenta la consideración de talismán que se daba a las piedras preciosas en la Antigüedad y que en este caso concreto podía actuar de intermediaria entre el usuario y la divinidad. Al igual que la numismática caesaraugustana los tipos iconográficos de la ceca de Turiaso también hacen mención a una estatua ecuestre (RPC n.º 401 y 402) (fig. 6)30. Sin embargo, la existencia real de la misma en el municipio está muy cuestionada, no sólo por la ausencia de evidencias arqueológicas que constaten su presencia o existencia, sino también por ser un tipo iconográfico que parece imitar una serie de denarios y áureos acuñados en Roma (RPC n.º 490/1 y 3 en el 43 a. C. y RIC I n.º 262 en el 32-29 a. C.)

30 Para el estudio de estos tipos y de su problemática: Beltrán Lloris M. (2004): “Augusto y Turiaso”, Caesaraugusta 76, 259-295 y más recientemente Amela Valverde, L. (2012-2013): “La primera emisión latina de Turiaso”, Turiaso XXI, 95-101.

que conmemorarían la edificación de una estatua ecuestre a Octavio en el foro cuando este contaba con 19 años de edad, acontecimiento que también mencionan las fuentes clásicas: Velello Paterculo (II, 61, 3), Cicerón (Fil. IX, 4) y Apiano (Guerra civil, III, 51). El hecho de contar con tipos similares en las acuñaciones imperiales ha llevado a numerosos autores a rechazar la posibilidad de que el municipium Turiaso hubiera homenajeado a Octavio con una estatua ecuestre.

Fig. 6. As de Turiaso acuñado por Augusto ( post. 20 a. C. ?) (RPC n.º401) Anv. SILBIS Rev. Estatua ecuestre.

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II.5. La Rioja y Navarra

En el caso de La Rioja los estudios sobre escultura romana han tenido un tratamiento más bien escaso, siendo la obra de Elorza,31 actualmente desfasada y el capítulo de Luezas Pascual32 en la obra general Historia de Calahorra: Edad Antigua los únicos en emprender hasta el momento una síntesis general de los hallazgos de la comunidad autónoma, por otra parte bastante reducidos. Nada se puede afirmar con rotundidad acerca de los numerosos fragmentos escultóricos hallados en Solar de Torres33 (Calahorra): un dedo, un codo, un brazo y un puño formando parte del relleno de colmatación de una piscina y probablemente procedentes de la decoración u ornamentación de unas termas datadas entre la segunda mitad siglo I d. C. y primera mitad siglo III d. C.

Lo mismo ocurre con el hallazgo casual de un pie procedente del polígono Tejerías34 y con el fragmento de codo y brazo de las termas de La Clínica, ambas en Calahorra, o con el muslo de una pierna izquierda, masculina tipo Hüfmantel o femenina tipo Themis, hallada en Cantarrayuela (Pradejón)35 con una cronología entre mediados del siglo I d. C. y primer tercio del siglo II d. C., siendo imposible por su descontextualización y fragmentación identificar el personaje e inscribirlos en un ámbito cronológico cerrado.

Sin embargo, queremos destacar la pieza más significativa de los hallazgos riojanos, una mano masculina procedente del yacimiento de Tritium Magallum (Tricio) (inédito). Por su iconografía se puede presuponer que dicha escultura, que representaría a un personaje masculino togado, formaría parte de los programas decorativos de la ciudad romana, tal vez del programa escultórico del foro. Por otra parte, no se puede asegurar que el representado sea un miembro de la familia imperial, se valora más bien a un magistrado, ni precisar que la pieza sea Julio-Claudia ya que aunque la iconografía la sitúa entre el siglo I y el inicio del III d. C. nos decantamos por una cronología flavia puesto que fue en esta época cuando se le concedió la municipalidad a Tricio.

31 Elorza Guinea, J.C. (1975): Esculturas romanas en la Rioja, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño. 32 Luezas Pascual, R.A. (2011): “Las manifestaciones artísticas en Calagvrris Ivlia”, en J.L Cinca y R. González (eds.), Historia de Calahorra. Cap. Historia antigua, 115-124. 33 Tirado Martínez, J.A. (1993): “Excavación en el solar de la antigua fábrica de Torres. Calahorra”, Estrato n.º 5, Logroño, 48-55; (2000): El yacimiento del Solar de Torres: niveles de ocupación Preromano y romano, Excavaciones arqueológicas en Calahorra, Calahorra, 141-142. 34 Cinca Martínez, J.L, Antoñanzas, M.ª A y Nicolás Pérez, M.ª E. (1998): “Restos arqueológicos de Época romana en polígono Tejerías (Calahorra)”, Kalakorikos 3, 207-215. 35 Rodá, I. y Álvarez Pérez, A. (2003): “Fragmento de escultura romana hallada en la zona de Calahorra”, Kalakorikos 8, 269-274.

Fig.7. Cabeza masculina sin identificar (Cara, Santaca). Museo de Navarra.

Lo mismo que observábamos para La Rioja afecta al territorio navarro, donde a día de hoy no se tiene conocimiento de esculturas o bustos que puedan ser atribuidos sin atisbo de duda a emperadores o miembros de la domus augusta. De hecho los hallazgos escultóricos de entidad, se reducen en este ámbito a una cabeza masculina sin identificar hallada en Cara (Santacara) (fig. 7) siendo la principal muestra de escultura romana aparecida en Navarra (Mezquíriz 1974: 403-404).

II.5. Otros casos dudosos: Azaila y Termes

Finalmente solo queda mencionar los retratos en bronce de Azaila, ubicados en el Museo Arqueológico Nacional y clasificados tradicionalmente como Augusto y Livia.36 Interpretación ya desestimada por argumentos de tipo cronológico37 relacionados con la propia cronología que aporta la ciudad, tema todavía hoy en día muy discutido, a los que debemos añadir desde nuestro punto de vista razones de tipo estilístico. Y es que las representaciones de Augusto con patillas como las que presenta este retrato se dan en un periodo muy concreto, del año 43 a. C., tras la muerte de Julio César hasta el 36 a. C., es decir con anterioridad a la adquisición del título de Augusto.

Lo mismo ocurre con un retrato en bronce clasificado como el emperador Tiberio encontrado en Termes (Tiermes, Soria) y conservado también en el Museo Arqueológico Nacional,38 que hoy en día se interpreta más bien como una escultura honorífica de un dignatario local cuya estatua se habría colocado en el foro de la ciudad (Trillmich 1990: 41).

36 Cabre Aguló, J. (1925): “Los bronces de Azaila”, Archivo Español de Arqueología (AEA) III, 1-19; Nony (1969): “Une nouvelle interprétation des bronzes d’ Azaila”, Mélages de la Casa de Velázquez 5, 5 y ss. 37 Beltrán Lloris, M. (1976): Arqueología e historia de las ciudades antiguas del Cabezo Alcalá de Azaila (Teruel), Zapagoza 38 Martínez Caballero, S. (2006): “Aproximación a la estatuaria romana en bronce de la ciudad romana de Termes (Montejo de Tiermes, Soria): tecnología, significado y proyección social”, I Congreso Internacional de Paleosiderurgia (San Sebastián, 11-13 mayo 2005).

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III. CONCLUSIONES

Tras lo expuesto anteriormente, y a pesar del reducido número de fragmentos escultóricos de entidad conservados en el Valle del Ebro, se puede observar como los homenajes al emperador se manifiestan más comúnmente en el ámbito epigráfico y escultórico, donde la tradición de la plástica romana se traslada a las provincias empleando el mismo tipo de modelos escultóricos de la capital, en ocasiones sobre mármoles importados y en otros casos por medio de piedra local.

Así, las representaciones de miembros de la domus augusta siguen la tendencia observada para todo el Imperio, el empleo de tipos generalizados en lo que a la retratística se refiere como los comunes de Augusto capite velato o Tiberio del Fayum.

En cuanto a los materiales, el más común y extendido sigue siendo el mármol tanto importado, mármoles griegos o de Luni principalmente, como local, destacando en este sentido en el Valle del Ebro el empleo de mármoles denominados pirenaicos como el de Saint-Béat, siendo excepcional el retrato del Divus Augustus realizado en carneola y procedente de Turiaso, que constituye un ejemplo único en Hispania.

Menos frecuentes son los retratos en bronce, para los cuales la tipología retratística es todavía a día de hoy difícil de establecer por la escasez de retratos imperiales conservados en este material en todo el Imperio, y que en el caso del Valle del Ebro no parecen representar a emperadores sino como se ha constatado en los últimos años a magistrados o notables de la ciudad.

Sobre la procedencia, hemos ido determinando en los casos en los que ha sido posible, la localización originaria de dichos conjuntos escultóricos, la mayoría de los cuales, a pesar de las descontextualizaciones consecuencia de las reutilizaciones parecen proceder de los conjuntos públicos de las ciudades, principalmente foro y teatro formando parte del programa compositivo de los mismos. Y es que los programas arquitectónicos, epigráficos y escultóricos constituyen un conjunto indisoluble, en las ciudades de promoción augustea y Julio-Claudia, destinado a la exaltación de la casa imperial y que en algún caso, como el exvoto de Turiaso, parecen incorporar a su vez una práctica litúrgica de culto al emperador o a la domus augusta.

Evidentemente, la existencia de retratos o esculturas de emperadores va vinculada al programa de promoción jurídica de ciudades y a su monumentalización, que en el caso del Valle del Ebro se concretó, en la mayoría de los casos, en época augustea y Julio-Claudia. Por ello no es de extrañar que los homenajes a miembros de la casa Julio-Claudia se den en ciudades: colonias o municipios, que han sido beneficiadas por dichos emperadores a través de la concesión del estatuto colonial o municipal.

Para finalizar, hemos observado que es precisamente la escasez de piedra de buena calidad en dicho ámbito geográfico la que ha favorecido la reutilización de material antiguo para nuevas construcciones lo que ha provocado que los retratos escultóricos que han llegado hasta nosotros sean más bien escasos. Sin embargo, lo que hay que cuestionarse a día de hoy es si el hecho de que no existan restos escultóricos más allá del horizonte cronológico marcado por la dinastía Julio-Claudia, en ciudades del Valle del Ebro de fundación augustea o tiberiana, es simplemente fruto de la casualidad o si por el contrario los programas monumentales de dichas ciudades sufrieron una crisis a finales del siglo I o comienzos del II d. C. que se manifestaría en una pérdida de importancia de los espacios públicos de la ciudad romana y consecuentemente de los programas decorativos que los cubrían los cuales se destinaron a otros fines.

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