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Anexo digital SECCIÓN I

La reescritura del episodio de la alcahueta en el Baladro del sabio Merlín (Burgos, 1498)’

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Anexo digital—sección i—

Diseño: Gerardo Miño Composición: Laura Bono

Edición: Primera. Enero de 2016

Tirada: 600 ejemplares

ISBN: 978-84-15295-96-9

Lugar de edición: Buenos Aires, Argentina

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

© 2016, Miño y Dávila srl / Miño y Dávila sl

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La reescritura del episodio de la alcahueta en el Baladro del sabio Merlín

(Burgos, 1498)

Daniel Gutiérrez Trápaga University of Cambridge

A la fecha, se conservan dos ediciones del Baladro del sabio Merlín, la burgalesa de 1498 y la sevillana de 1535. Ambas adaptan el Merlin

francés del ciclo artúrico de la Post-Vulgata, obra compuesta por el Merlin de Robert de Boron y una continuación original conocida como la Suite du Merlin (Bogdanow, 1962 y Gracia, 1996). Las dos versiones castellanas agregan un desenlace original donde se aclara la suerte ultraterrena del alma del mago, su condena al infierno. La edición de 1498, a pesar de ser más antigua, contiene más innovaciones respecto a la fuente francesa, que la versión sevillana. Ambas ediciones provienen de un mismo arquetipo; sin embargo faltan eslabones intermedios en la cadena de transmisión textual del Baladro (Morros, 1988).

Algunos episodios sólo fueron reelaborados en el Baladro burgalés, entre ellos el correspondiente a los capítulos I y II, que tiene como uno de sus personajes centrales a una alcahueta. Este episodio forma parte de la sección inicial del texto que explica la concepción de Merlín. En el Baladro sevillano, dicha sección es casi una traducción literal de la fuente francesa, pues contiene muy pocas modificaciones. Así, en este trabajo pretendo ana-lizar los cambios introducidos en la versión burgalesa del episodio de la alcahueta para ver cómo afectan a la caracterización de los personajes, así como los principales temas de la obra como, por ejemplo, el diablo y el pecado. Debido a la cercanía de este episodio entre la edición sevillana y la fuente francesa, utilizaré el impreso de 1535 para comparar los cambios introducidos por el Baladro burgalés.1

El Baladro, como el Merlín francés, inicia con la reunión en la que los diablos planean la venganza de Cristo, quien había descendido al infierno para liberar a los patriarcas veterotestamentarios. Para ello, las huestes infernales deciden concebir al Anticristo y parodiar el nacimiento de Jesús. Por tanto, buscan una doncella para procrear al engendro del demonio.

1 Para los pasajes originales de la fuente véase Robert de Boron (1979, 29-39).

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Uno de los diablos, un íncubo llamado Onquivezes, sube a la tierra para ver a una dueña que “mucho a su voluntad tenía” (Baladro, 1498, 4).2 La dueña se niega a cooperar con el demonio y éste la orilla a suicidarse junto con su marido. Con ello quedan sus tres hijas huérfanas. Tras hacer caer a una de ellas, por medio de un gentilhombre, el diablo recurre a una alcahueta para tentar a las dos restantes.

Antes de entrar en detalle en el episodio de la alcahueta, es necesario tomar en cuenta otras modificaciones introducidas en la sección de la con-cepción de Merlín. Tanto en el roman francés como en los impresos caste-llanos, Onquiveces manipula las consciencias y controla la voluntad humana de maneras diversas. Sin embargo, la reescritura de la edición burgalesa muestra al diablo más peligroso y temible que en el texto francés, gracias a descripciones más detalladas de sus recursos y sus acciones. Por ejemplo, el demonio sólo aparece nombrado como Onquiveces en el incunable. Dicho nombre, como ha señalado Dubost, proviene probablemente del sustantivo equipedes; es decir, el demonio con patas de caballo. Esto aporta rasgos implícitos a la caracterización del íncubo, ausentes en la edición sevillana. Por una parte, los rasgos equinos remiten al diabólico centauro de la tradición patrística de la Vida de san Antonio de Jerónimo; por otra parte, también recuerdan a las divinidades paganas del bosque que fueron asimiladas por el cristianismo temprano como demonios lúbricos. Además, concluye Dubost, el demonio caballo es el de las pesadillas, el demonio arquetípico asociado al fantasma de la agresión sexual (1991, 731-732). Al conservar un nombre con motivación etimológica se reafirma desde un inicio la caracterización de Onquiveces como un íncubo, presagiando, además, su decisiva intervención en la concepción del mago.

En la edición sevillana, tras lograr el suicidio de los padres, el íncubo envía directamente a un hombre a su servicio para hacer caer a una de las hermanas, como ya se señaló: “el diablo auia vn su amigo grande e fermoso, que obraua mucho a su voluntad [...] aquel hizo yr a las doncellas, e tanto aduuo tras la vna, que la vencio” (Baladro, 1535, 4). En cambio, el incunable agrega una caracterización directa del diablo y amplía la acción:

El diablo, que hera sicutivo e acucioso de la obra que començado avía, piensa en qué manera engañar pudiese a las fijas del ricoombre e acordósele de un gentil ombre que cerca de allí vivía e era muy dispuesto e fermoso e obraba mucho de su voluntad cada quando que él quería. E el diablo vístese en manera de dotor, por que más crédito le diesen a lo que dixese, e fizo llamar al gentilhombre, el qual vino a su llamado e fallole sentando en una cadira muy suntuosamente; e fabló con él e fízole relación de aquellas fijas

2 Para el tema del íncubo en la Edad Media véase Acosta (1996, II, 67-121).

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de aquel ricoonbre que quedado avían huérfanas e solas e trabajase con toda diligencia por aver alguna dellas, que él le favorecería con tanta diligencia, que sabía de cierto que non sería en vano su trabajo (Baladro, 1498, 7).

La edición burgalesa muestra a un diablo detallista y cuidadoso, que recurre a su elocuencia para lograr sus pérfidos fines. Onquiveces también se muestra como maestro de las apariencias, uno de los rasgos centrales del diablo en la tradición medieval (Flores Arroyuelo, 1995, 36-43 y Russell, 1984, 180-181). Con la ayuda del disfraz de doctor persuade y engaña con mayor efectividad y sutileza al gentilhombre.

Una vez que la hermana seducida por el gentilhombre cae en desgracia y es quemada por sus relaciones extramatrimoniales, el clérigo Blaise trata de ayudar a las hermanas sobrevivientes. Entonces, al diablo “pareciole que mejor camino no podría fallar para acabar con su fecho que por embaxada de muger. E fuese a una vieja, con quien mucha parcialidad de antigua ami-cicia él tenía, e contole todas las cosas pasadas e si, por su amor algo avía de fazer, avía de se ir a estas dos doncellas, so color de las visitar e conso-lar” (Baladro, 1498, 8). La edición burgalesa nunca llama a este personaje femenino “alcahueta”. Esto sólo sucede en los títulos de los capítulos del impreso de 1535.

La edición sevillana, igual que la fuente francesa, continúa la narración con la entrevista entre la alcahueta y la hermana menor (Baladro, 1535, 5). En cambio, antes de este encuentro, la edición burgalesa amplía la conversación entre el demonio y la alcahueta. Allí, se añaden las elogiosas y promisorias palabras que Onquiveces dirige a la alcahueta para mover su voluntad sin necesidad de recurrir a poderes sobrenaturales: “E verás por todas las vías que podrás si atraerse podrán [a las dos hermanas] a que amen a alguno. Esto tú lo sabrás también fazer, que no creo que yo te he menester enseñar. E si tú lo acabas, serás de mí muy bien galardonada, mejor que ninguna jamás fue” (Baladro, 1498, 8). Una vez más, el íncubo aparece caracterizado con mayor detalle respecto al roman, siendo su demoníaca elocuencia uno de los atributos más destacados y repetidos, pues esto le permite ejecutar su voluntad en la tierra.

En cuanto a la alcahueta, la obra recalca sus capacidades de engaño y su fidelidad al diablo; no sólo por tener una antigua amistad con él, sino por encontrarse incondicionalmente a su servicio. La alcahueta se asume como fiel vasalla demoníaca: “La vieja le prometió [a Onquiveces] de lo fazer e trabajar con toda diligencia” (Baladro, 1498, 8).

Tras esto, la medianera visita a las hermanas. En el Merlin francés y en el impreso sevillano, como ya señalé, la alcahueta se dirige directamente a hablar con la hermana menor (Robert de Boron, 1979, 29-32). En cambio, en la edición burgalesa la escena es ampliada. Primero, la alcahueta trata de

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ganar la confianza de ambas hermanas, al mostrar preocupación y empatía por las tragedias que han sufrido: “E luego la mala vieja se va a la casa de las doncellas e muy veninamente las començó de consolar e condolerse de su acaso acaecido” (Baladro, 1498, 8). El pasaje caracteriza directamente al personaje femenino. El narrador no deja lugar a dudas sobre la valoración moral o la edad del personaje al llamarla “mala vieja”. Así lo hace en casi todas las ocasiones que introduce un diálogo de este personaje. La alcahueta tiene un vínculo explícito con el demonio y, por tanto, son claras sus verda-deras y pérfidas intenciones detrás de todas sus acciones.

Al percibir el rechazo de la hermana mayor y la aceptación de la menor, la medianera del diablo se dirige a esta última y le habla en privado: “Mi amada fija, ¿cómo os va con esta vuestra hermana? A mí me parece mujer aborrida de su vida e vos no os concentraréis con su condición, porque de vuestra propia complisión sois desconforme de la suya” (Baladro, 1498, 8). En sus palabras, la vieja continúa demostrando cariño y empatía, para ganarse la confianza de la menor. La alcahueta también aprovecha la tensión fraterna. Luego, introduce el tema del carpe diem y una serie de elogios a la apariencia de la joven para tratar de que se abandone a la lujuria y al diablo: “E yo no sé por qual razón queráis aquí perderos e carecer de poseer e gozar de vuestro tan polido gesto e parecencia. E si agora en vuestra juventud no lo gozáis, después que seáis como yo no gozarés de lo que agora podéis” (Baladro, 1498, 9). La alcahueta utiliza su propia vejez y fealdad como advertencia del tempus fugit. Con ello, contrasta la juventud y la belleza de la hermana con sus propios atributos.

En ambas versiones, la hermana menor coincide con la medianera res-pecto a su hermana mayor. Al mismo tiempo, la menor justifica la actitud de su hermana por las tragedias acaecidas: “Ay, madre mía, a lo que dezís de mi hermana ser mujer triste e aborrida no os debéis marevillar, que, según solíamos estar e agora nos veis, aunque mugeres sin sentido fuésemos ¿sería razón de nos fallar de otra manera que nos veés?” (Baladro, 1498, 9). Tanto en el impreso sevillano, como en la fuente francesa prosigue una larga respuesta de la alcahueta. En cambio, la edición burgalesa amplía el diálogo de la hermana:

En lo que dezís de mí os maravilláis cómo no gozo ni sé gozar de mi persona e fermosura; cierto, bien lo veo, pero la fortuna me ha seído tan desfavorable, que a persona humana nunca tal fue nin creo será. E gozar de mi hedad y apariencia no ay agora tiempo nin logar fasta que la furia de la desventura en otras partes se mude (Baladro, 1498, 9).

En la cita anterior, la hermana menor se lamenta de la fortuna de su familia y de no poder abandonarse al carpe diem. La preocupación por la

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imposibilidad de gozar la juventud muestra la influencia de las palabras de la alcahueta en la doncella.

La introducción de este diálogo está vinculada a las modificaciones hechas, por una parte, a la respuesta que da la alcahueta a la joven y, por otra, a los consejos cristianos que recibieron las hermanas del clérigo Blaise. En la fuente y el impreso sevillano, la alcahueta responde extensamente describiendo el placer sexual femenino. Así pretende incitar a la doncella al goce carnal, como lo resume la siguiente frase: “qual placer han las otras mujeres con los hombres, vos no dariades nada por quanto bien nunca ouiste” (Baladro, 1535, 5). En cambio, el Baladro burgalés suprimió la mayor parte de esta respuesta, para introducir una distinta. En dicha versión, las palabras de la alcahueta mencionan el tema del gozo, pero de manera secundaria.

La preocupación central de la medianera en el incunable es convencer a la joven de que no se puede hacer nada contra la fortuna: “Ay, fija mía, las cosas que la fortuna e la muerte fazen, no cale a ninguno doler, que en vano es su trabajo de en ellas pensar ni su persona afligir; antes, es mejor e mayor esfuerço e cordura saber gozar de lo que puedes” (Baladro, 1498, 9). Con este consejo, la alcahueta logra su propósito. La joven olvida que las tragedias ocurridas a su familia sucedieron por la intervención del demonio y que su madre, padre y una de sus hermanas sucumbieron a diferentes pecados. La ira, la codicia y la lujuria fueron la verdadera razón de la desgracia de cada uno de estos personajes, y no la mala fortuna. Así, la alcahueta esconde que sus propias intenciones, acciones y consejos están movidos por los planes del diablo.

Justo antes de la aparición de la medianera, el clérigo Blaise había adver-tido a las dos hermanas sobre la intervención del diablo en los infortunios familiares. En la versión sevillana del Baladro y en la fuente francesa, las dos hermanas atribuían sus desgracias a la voluntad divina: “pensamos que Dios nos desama e nos faze esta cuyta aver” (Baladro, 1535, 4-5). Inmediatamente, Blaise las corrige: “No digades esso; ca no desama Dios a ninguno; ante le pesa quando el pecador del se aluenga; y sabed por verdad que esto no es sino por el diablo, que vos lo haze decir y pensar; y sabedes que vuestra hermana assi fizo” (Baladro, 1535, 4). Por medio del personaje con mayor autoridad moral y religiosa de la obra se insiste de manera explícita que la actuación diabólica originó la tragedia de la familia de Merlín. Esto anticipa las falsas palabras de la alcahueta, a las cuales, sin embargo, sucumbe la hermana menor.

La conversación del clérigo con las hermanas fue ampliada en un largo pasaje del Baladro burgalés. En dicho pasaje, Blaise insiste en el pecado como la principal causa del sufrimiento y las tragedias humanas:

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Mis amadas fijas, cierto, yo he grand dolor de las cosas pasadas; e cierto, creed que los infortunios vienen a los peccadores por sus merecimientos e peccados; e si alguna vez acaesce que a alguno que acá al mundo parezca justo e bueno e le vengan males e desventuras, ante Dios es otro que acá los ombres juzgamos; e puesto que sea tal ante Dios como acá a los ombres, los infortunios le vienen para más veneficio suyo (Baladro, 1498, 8).

En la cita anterior, Blaise conmina a las hermanas a imitar a Job ante las desgracias terrenales. Así, en el incunable, la oposición entre el clérigo y la alcahueta aparece con mayor detalle. Como en la fuente, ambos persona-jes se encuentran en polos morales opuestos. El clérigo actúa movido por intenciones pías, mientras que la alcahueta por un demonio. El contraste entre ambos es profundizado gracias a la introducción y amplificatio de los diálogos ya referidos en el impreso de 1498. Así, el clérigo y la alcahueta buscan guiar la conducta de las hermanas a fines contrarios.

Al igual que con el demonio Onquiveces, el Baladro burgalés detalla la manera de actuar de la medianera. Para hablar con la hermana menor una segunda ocasión, la mala vieja recurre al cambio de apariencia por medio de un disfraz: “Así se despidió la vieja e pusieron entre amas de venir otro día e fablarían de ello más. E concertaron que, por que no viniese sospecha a los que lo viese que se mudasen el ávito; que ella vernía en forma de un hombre anciano e ella se vistiese en manera de estudiante, con un libro en las mano” (Baladro, 1498, 9). La caracterización de la medianera comprende rasgos similares a los del diablo: su capacidad de convencimiento por medio de engaños verbales y el recurrir a cambios de aspecto y género por medio de disfraces para lograr sus objetivos. Esto refuerza el vínculo entre la mala vieja y el diablo; pero también muestra continuamente que el diablo puede actuar de maneras diversas y sutiles. Por ello, antes de comenzar la segunda entrevista entre la alcahueta y la hermana menor, la versión burgalesa reitera que: “Venido el día que la mala vieja havía de venir a fablar con la doncella, se apercibiese de las más polidas e compuestas razones que pudo, según el diablo se lo enseñó” (Baladro, 1498, 9).

Finalmente, la discípula demoníaca convence a la hermana de que, si abandona su cuerpo a todos los hombres, no habrá quién quiera ajusticiarla: “E luego se fue de casa de su hermana do la mala vieja le mandó e allí fizo venir muchos mancebos e usaron della a su querer sin contradicción alguna. ¡O, quán alegre fue el diablo porque conosció que su fecho estaba ya casi acabado!” (Baladro, 1498, 9).

La hermana menor se convierte en la nueva agente de Onquiveces. Ella misma genera la situación que permite al diablo concebir a Merlín. Un día, ella vuelve a su casa rodeada de hombres y acusa falsamente a su hermana de que: “ella tenía demonios, que usava bigardías; que ella, si mal hazía, que

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lo hazía de manera que todos lo sabían e que ella se andaba con las cuentas en la mano e con el diablo en el cuerpo e se echaba con el ombre bueno so color de ir e venir a penitencia” (Baladro, 1498, 11). El pasaje se encuentra en la fuente y en el impreso sevillano, pero es más breve (Baladro, 1535, 6). En cambio, el ejemplar burgalés muestra con mayor detalle e intensidad cómo la joven hermana aprendió las sutilezas del diablo y se encuentra al servicio de éste.

La acusación y la tropa de hombres afectan profundamente las emociones de la hermana mayor. Primero, la mueven a la ira y luego a la tristeza, tal y como les había ocurrido a sus padres. Esto la lleva a descuidarse y olvida prender la vela que la protegía por la noche:3

E así triste, el diablo tríxole a la memoria la muerte de su padre e madre e todas las desventuras que le havían venido. E, estando así, con aquel tan crescido dolor e pesar que en su coraçon tenía de las cosas que pasado havía, adormecióse, e sin candela e sin hazer ninguna diligencia [...] E el diablo [...] pensó consigo mesmo que agora hera toda fuera de guarda de Dios e tenía lugar de hazer en ella lo que tanto por él era trabajado. E yogó con ella e engendró un hijo, así dormiendo (Baladro, 1498, 11).

A pesar de que la intervención de la alcahueta es determinante para la procreación de Merlín, ni ella, ni la hermana menor vuelven a aparecer. Sus historias quedan inconclusas, pues el resto del relato se centra en el hijo del diablo.

Como ha señalado la crítica, la principal innovación de ambos Baladros respecto a la Suite du Merlin es el episodio final (Bogdanow, 1962, 383-399 y Lendo, 2003, 96-102). Allí Merlín, tras ser encerrado por la Dama del Lago, entrega su alma al diablo. Con una espectacular descripción aparece una legión de demonios que se lleva al personaje al infierno. Así, el rasgo central del mago artúrico es su nexo con el diablo, el cual nunca puede tras-cender. El propio Merlín así lo afirma al invocar a su padre: “yo soy tuyo de comienço; que siempre fize tus obras. E yo no quiero ni amo sino a ti e a ti ruego e a ti demando que me no me dexes. ¡Ay, infierno, [...] Alégrate, que Merlín entrará en ti e a ti me do derechamente” (Baladro, 1498, 178).

Ambos Baladros acentúan el mensaje didáctico de la obra: todo vínculo con el diablo lleva a la perdición del alma. En cambio, en la versión fran-cesa, el único episodio donde el diablo tiene gran protagonismo es en la aventura del nacimiento de Merlín, donde aparece brevemente la alcahueta. En la edición burgalesa, la detallada reelaboración del inicio coincide con las preocupaciones del final exclusivo de las versiones castellanas. Así, la amplificación de los diálogos, las acciones y los recursos, tanto del demonio

3 Al respecto véase Baladro (1498, 11).

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como de la alcahueta, muestran el enorme peligro de lo diabólico. En el incunable, los demonios y sus secuaces tienen mayor capacidad para indu-cir al pecado y engañar a los mortales. Sus poderes y capacidades no sólo están ligados a lo sobrenatural, como muestran el episodio final. El íncubo recurre a la sutileza de la retórica para mover a sus agentes y lograr sus fines, al igual que al engaño del disfraz. El arsenal demoníaco aparece más amplio y desarrollado, pues se vale de recursos tanto sobrenaturales, como humanos, siendo los segundos los más peligros. El uso de ambos permite a los demonios ocultar su presencia y lograr sus intenciones.

La reescritura del episodio de la alcahueta coincide con los temas centra-les de las versiones castellanas: el diablo y el pecado. Con lo cual se acentúa la diferencia entre el Merlin de Robert de Boron, donde el personaje homó-nimo es símbolo de redención divina, y el Baladro burgalés, donde el mago está marcado por su origen diabólico, del cual no puede escapar, como lo subraya la perdición de su alma. En cambio, el Baladro sevillano establece el cambio del mago en los capítulos finales y no enfatiza la presencia y la importancia diabólica en los episodios iniciales del texto.

Bibliografía

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Dubost, Francis, 1991. Aspects fantastiques de la littérature narrative médiévale (XIIème-XIIIème siécles). L’Autre, l’Aillerus, l’Au,-trefois. Paris: Honoré Champion [2 vols.].

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Russell, Jeffrey Burton, 1984. Lucifer. The Devil in the Middle Ages. Ithaca: Cornell University Press.

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Resumen:El presente trabajo estudia una sección de la edición burgalesa de 1498 del Baladro del sabio Merlín: el episodio de la alcahueta al inicio de la obra. En dicha sección, se pueden observar las principales técnicas y preocupaciones temáticas del refundidor de la obra. Si bien dicho episodio se encuentra en la fuente francesa y en el impreso sevillano de 1535, el incunable contiene una serie de modificaciones exclusivas que ampliaron dicha sección. La reescritura del episodio mencionado concuerda con los temas centrales de las versiones castellanas, como el diablo y el pecado.

Palabras clave:Merlín, alcahueta, reescritura, Baladro del sabio Merlín.

Abstract:This work focuses on the rewriting of one the initial episodes of the 1498 Burgos’ edition of the Baladro del sabio Merlín. The aforementioned episode, which has a central character, appears in the French source, as well as in the 1535 Sevillian edition. Nevertheless, the 1498 imprint offers a unique and amplified version of that section. The changes introduced to that episode agree with the central concerns of the Castilian versions, such as the devil and sin.

Keywords:Merlin, alcahueta, rewriting, Baladro del sabio Merlín.