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ISSN • 0374 • 7123
COMUNICACIONES PALEONTOLOGICAS DEL MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE MONTEVIDEO NÚlDero 22 1990 VolulDen 11
LA PRESENCIA DE MACROEUPHRACTUS AFF. MORENI (LYDEKKER, 1895), EN LA FORMACION LA PAZ (PLIOCENO), BOLIVIA. ASPECTOS TAXONOMICOS
y BIOESTRATIGRAFICOS (MAMMALIA: CINGULATA: DASYPODIDAE).
ALVARO MONES 1 & JOHANNES MEHL ~
ABSTRACT: Report on Macroeuphractus aff. moreni (LYlH:.KKER, 18.%). in La Paz Fm., Bolivia. Taxonomical and ¡Jiostratigraphical aspects (Mammalia: Oingulata: Dasypodidae).· The discovery of a partial cara pace of a Pliocene armadillo in the lower member of La Paz Fm. (Pliocene) allows the dis· cussion of both the correctness of the name moreni and the age of the fossil, which is attributed to the Montehermosan mammal· age.
Introducción
Son relativamente escasos los informes sobre hallazgos de Dasypodidae del Terciario terminal de Bolivia, limitándose en general a una determinación primaria, sin descripciones ni ilustración de los fósiles. Es por esta razón que hemos entendido de interés dar a conocer este material, ya que permite aclarar algunos aspectos taxonómicos así como contribuir a un mejor conocimiento paleontológico y geocronológico de la Fm. La Paz.
Agradecimientos: Este estudio fue posible gracias al apoyo económico brin· dado a uno de los autores (AM) por la Alexander von Humboldt· Stiftung (Bonn, RF A, 1988) y por la ROSTLAC/UNESCO (Montevideo, Carta - contrato NQ 241.931.7, 1987), que permitieron la financiación parcial del viaje y su estadía en la República Federal de Alemania, y a la Studienstiftung des deuts· chen Volkes (Bonn) que financió el viaje de estudios de JM a Bolivia. Al Dr. GERHARD STORCH (SMF) que no sólo nos cedió el material para su estudi'o sino que además nos dio las facilidades locativas durante la permanencia de AM en el SMF, y al Sr. ERWI:N HAul'T (SMF), quien realizó las fotogmfías del fósil que acompañan el trabajo. El Dr. CARDOS VILLARROEL A. (Bogotá) realizó la lectura crítica del trabajo, aportando valiosa información sobre la edad de la Fm. La Paz.
1 Museo Nacional de Historia Natural, Casilla de Correo 399, 11000 Montevideo, Uruguay.
2 Forschungsstelle fÜr Interdisziplinare Palaontologie, Universitat Erlangen, Harfenstra~e 16, 8520 Erlangen, República Federal de Alemania.
18 COMo PALEONT. MUS. MONTEVIDEO [Núm. 22
SOBRE LA GEOLOGIA y EL LUGAR DEL HALLAZGO
JOHANNES MEHL
La Paz, capital de Bolivia, se encuentra en gran partel en una cuenca, la que, en un pasado geológico reciente, el río La Paz y sus afluentes excavaron en las potentes capas sedimentarias del Neógeno y el Pleistoceno. Subyacente a los espesos depósitos de series fluvioglaciales y glaciales, de indudable edad pleistocénica, se encuentra un depósito de unos 500 m de potencia de sedimentos elásticos poco consolidados, el que en conjunto se denomina Formación La Paz. Se trata de sedimentitas de origen fluvial, y eventualmente también fluvioglacial, que se originan en la Cordillera Real. La Formación está compuesta por arcillas, arenas y gravas, muy frecuentemente mal seleccionadas y en parte pobremente consolidadas por cementación carbonática. Mientras que los depósitos elásticos finos se pueden rastrear hasta un kilómetro, los d~pósitos de grava gruesa se pierden lateralmente.
La Fm. La Paz yace en discordancia sobre estratos devónicos, pero también sobre sedimentos del Cretácico superior y del Paleógeno. Sobre la base de los escasos hallazgos paleontológicos, hasta el momento no es posible una datación precisa de esta Formación, pero la depositación debió ocurrir en parte durante el Plioceno y en parte durante el Pleistoceno.
DOBROVOLNY (1962: 20-27) subdivide la Fm. La Paz en tres "unidades": inferior, media y superior. El fósil aquí descrito fue extraído de la unidad inferior, la que tiene una potencia de unos 130 m. Fue hallado en un nivel de gravilla de poca extensión lateral y debió ser depositado, tras un breve transporte, por la corriente de un río, de lo que habla en favor su conservación imperfecta. La coraza, suavemente enrollada, se encontró rodeada por una dura cubierta calcárea concrecionaria, la que protegía las placas óseas dérmicas de la erosión.
Los estratos de la Fm. La Paz, y los que la suprayacen - indudables estratos pleistocénicos -, están sujetos a fuertes acciones erosivas, que llevaron a que en la cuenca de La Paz se hayan producido deslizamientos de tierra de grandes proporciones. Como consecuencia de esto, se originan enormes zonas de "badlands", las que han sido estudiadas por GRAF (1976). Entre las formas más bizarras que produce la erosión, se cuentan pirámides sedimentarias, las que pueden alcanzar los 20 m de altura. Uno de los paisajes más grandes e imponentes con estas pirámides se encuentra a un nivel inferior al de la ciudad de La Paz, a lo largo del río La Paz (río Choqueyapu) en el llamado
1990] MONEs & l\h:UL: Mac1'oeuphractus en el Plioceno de Bolivia 19
Valle de la Luna, cerca de Aranj uez. Estas pirámides se originan como consecuencia de las lluvias que lavan las apenas consolidadas sedimentitas. En depósitos de grava gruesa, con cantos rodados que pueden llegar a formar bloques de hasta un metro, los sedimentos blandos son protegidos de la erosión por los cantos suprayacentes, de manera que, con el tiempo, quedan pilares altos, mientras alrededor de ellos el sedimento es lavado.
Junto al Valle de la Luna se encuentran algunas otras zonas de "badlands" con formaciones erosivas y pirámides, las cuales en la mayoría de los casos están restringidas a la Fm. La Paz. Una de estas áreas de erosión se encuentra sobre una angosta serranía al Sur de la ciudad de La Paz entre las localidades de San Miguel (junto a Calacoto) y Aranjuez (ver lám. 1 (fig. A». Está formada principalmente por sedimentitas clásticas de la unidad inferior de DOBROVOLNY de la Fm. La Paz. En sus flancos se encuentran numerosas pirámides de hasta 15 m de altura, cuyas cimas están constituidas por enormes cantos rodados o capas sedimentarias concrecionadas calcificadas, en su mayoría gravas. La caparazón del dasipódido fósil formaba la cúspide de una pirámide de unos 6 m de alto (lám. 1 (fig. B) ; razón por la cual no fue tarea fácil rescatarlo, puesto que el abrupto pilar no proporcionaba ningún apoyo para ascenderlo y en consecuencia debió ser derribado como un árbol.
PALEONTOLOGIA
ALVARO MONES
Clase MAMMALIA LINNAEUS, 1758. Orden CINGULATA (ILLIGER, 1811) SIMPSON, 1945.
Suborden DASYPODA (QUENSTEDT, 1885) HOERNES, 1886. Familia DASYPODIDAE BONAPARTE, 1838.
Macroeuphractus AMEGHINO, 1887. Macroeuphractus aff. moreni (LYDDEKER, 1895).3
Láms. II - III.
Material: SMF M-7996 4; porción posterior de coraza dorsal, incluyendo parte de los anillos móviles y del escudo pélvico. Procedencia: BOLIVIA. La Paz, San Miguel. Fm. La Paz, Plioce-
3 La abreviatura aH. (lat. affinis) la utilizamos en el sentido de posible parentesco y no de mera similitud morfológica.
4 Forschungsinstitut und Museum Senckenberg, Frankfurt a. M., República Federal de Alemania.
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no temprano? Edad Montehermosense? Colector: Dr. JOHANNES MEHL, 10.11.1979. Descripción: El fósil está representado por la mitad posterior de una coraza dorsal, dividida en dos partes complementarias, y varios fragmentos de placas sueltas, todo en regular estado de conservación. El conjunto está bastante deformado y soportado por una matriz dura de arenisca más o menos gruesa, muy cementada. Las placas descansan ya sobre la cara interna (SMF M-7996a), ya sobre la externa (SMF M-7996b). En ambos casos la matriz conserva la impresión de placas del otro fragmento o de placas faltantes. El resto está curvado en la zona de las placas móviles, como si el animal hubiera estado enrollado sobre si mismo, en actitud de reposo o de defensa pasiva. Se conserva parte de las bandas móviles posteriores, de la banda semimóvil pélvica y del escudo pélvico.
El escudo pélvico está integrado, por lo menos (y posiblemente no por más), por ocho hileras de placas fijas (HPF) y una hilera de placas semimóviles (HPSM). Las placas fijas son de forma hexagonal a subhexagonal y disminuyen progresivamente de tamaño en dirección distal. Se conserva el siguiente número máximo de placas (o su impresión) por hilera: HPSM: 22; HPFl-8: 22, 22, 21, 19, 16, 15, 13, 9.
De las bandas móviles (HPM) se desconoce su número total, conservándose parte de las cinco posteriores, lo que coincide con el número total observado en un ejemplar atribuido a M. moreni por CASTELLANOS (1947: 39-41, figs. 1-2). Se observa el siguiente número máximo de placas (o su impresión), de la hilera más anterior a la última: 9, 17, 21, 22, 19.
Las placas presentan una ornamentación característica, aunque no siempre claramente apreciable, con una figura central que muestra una torsión más o menos marcada hacia la derecha o la izquierda, según estén más o menos alejadas de la sagital de la coraza. Las figuras centrales de las placas mediodorsales no muestran esta torsión. La figura central tiene, en algunos casos, una fuerte quilla o carena que la acompaña en casi toda su longitud, hasta el borde distal de la placa. Las figuras periféricas son, en general, de tamaño y forma desigual y su número varía entre seis y ocho.
La superficie externa de las placas es finamente punteada. Las placas móviles y semimóviles presentan pocos poros pilíferos, aparentemente hasta cuatro en el borde distal y un número variable en la mitad o tercio distal de los lados. En las placas fijas no se observaron poros pilíferos, pero ello podría deberse al imperfecto estado de conservación y a la posterior preparación del fósil.
19901 MONES & MElle Macroeu]Jhl'actus en el Plioceno de Bolivia 21
En el Cuadro 1 se indican las medidas de algunas placas, de acuerdo a su ubicación en la coraza (ver fig. 3).
Discusión
Las características del ejemplar indican que se trata de un Dasypodidae de la tribu Euphractini, y dentro de ésta presenta las mayores afinidades con el género Mac1'oeuphractus AMEGHINO, 1887.
Dentro de este género se reconocen tres especies válidas (SCILLATO YAN'É, 1980: 27) : M. ]-etusus AMEGHINO, 1887 -la especie tipo del género -, M. outesi AMEGHINO in ROVERETO, 1914, Y M. moreni (LYDEKKER, 1895). Por la ornamentación y tamaño, nuestro ejemplar se aproxima más a la última especie mencionada, aunque de tamaño algo mayor, lo que podría indicar una diferencia indivdual o una menor antigüedad del fósil, sin que ello implique necesariamente una diferencia taxonómica, aunque tampoco descartamos que ésta pueda existir.
Corresponde incluir aquí una breve discusión sobre la correcta ortografía de la especie M. moreni. Esta es la grafía consistentemente utilizada por LYDEKKER (1895: 58, 114), al describir la nueva especie bajo el género Dasypus LINNAEUS, 1758. R'OVERETO (1914: 105, 239), sin explicar razones modifica la ortografía de la especie, a la vez que propone la nueva combinación Macroeuphractus morenoi (sic). Esta enmienda ya había sido realizada por AMEGHINO, probablemente en 1895, pero el trabajo permaneció inédito hasta 1920 (AMEGHINO, 1920: 676). Esta posición ha sido seguida sin discusión por parte de todos los autores posteriores. MJNES (1986: 226) cita Dasypus moreni, omitiendo indicar la enmienda.
Si bien nwrenoi es una ortografía correcta, si aplicamos el artículo 31a Oi) del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN, 1985), no es menos correcta la grafía moreni, que responde a la latinización del nombre Moreno (ver artículo 31a (i) del ICZN, 1985), lo que convierte la enmienda morenoi en una emendatio illegitima (sensu MONES, 1986: 4, 11).
Debemos mencionar que una especie próxima a M. moreni ha sido brevemente citada, aunque no descrita, para el yacimiento de Ayo Ayo, por HOFFSTETTER in HOFFSTETTER, MARTÍNEZ, MuÑaz - REYES & '}lOMASI (1971: 2474). N o descartamos la posibilidad de que se trate de la misma entidad taxonómica que la aquí estudiada, en cuyo caso la convertiría en la segunda cita para Bolivia.
M. moreni procede del Mioceno tardío (Edad Huayqueriense) de Catamarca, Argentina, por lo que inferimos que ésta es
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la antigüedad máxima posible de nuestro fósil. La última aparición del género es en el Plioceno tardío (Edad Chapadmalalense), con la especie M. retusus. Las diferencias de tamaño y en la ornamentación con esta última especie, indican una mayor antigüedad para el ejemplar boliviano, lo que nos lleva a considerar la edad mínima como Plioceno temprano (Edad Montehermosense). Como consecuencia de lo expuesto, identificamos al ejemplar de Bolivia como Macroeuphractus aff. moreni (LYDEKKER), asignándole como más probable una antigüedad Plioceno temprano, Edad Montehermosense.
Esta conclusión es concordante con la edad asignada por VILLARROEL (1977: 30) al toxodóntido Posnanskytherium desaguaderoi LIENDO LAZARTE, 1943, también procedente de la Fm. La Paz, aunque provendría de niveles superiores a los que proporcionaron M. afi. moreni. De acuerdo a VILLARROEL (in litt., 15. XI. 1989 ), el hecho de provenir este último de la zona de San Miguel - hoy área residencial de La Paz -, lo ubicaría en el nivel estratigráfico más bajo de dicha Formación, en tanto que todos los otros mamíferos hasta hoy conocidos proceden del nivel medio (Alto Següencoma, Villa Gualberto Villarroel, Achocalla, etc.), que tal vez podría corresponder a la Edad Chapadmalalense.
Las opiniones recientes sobre las edades mamífero del Neógeno sudamericano en general (BUTLER, MARSHALL, DRAKE & CURTIS, 1984; MARSHALL, DRAKE & CURTIS, 1986; MARSHALL, 1985: 52, fig. 1; y MARSHALL, HOFFSTETTER & PASCUAL, 1983: 44) y sobre la Fm. La Paz en particular (VILLARROEL, 1978: 163; VILLARROEL & GRAF, 1979; CLAPPERTON, 1979: 376) no discrepan con el resultado de nuestro análisis. La datación de la Toba "Chijini" (3.27 M. a.) yaciente sobre la Fm. La Paz y los 5.5. M. a. de la Toba "76" en la base de la Fm. Umala parece constituir un argumento elocuente.
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24 COlVL PALEONT. MUS. :VIONTEVIDEO [Núm. 22
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Cuadro I. :vI acroeuph rae tus aff. 1noreni (LYDJi:KKEll, 1895). SMF M-7996. Medidas de algunas placas de la coraza dorsal (en mm). Los números y letras en negrita corresponden a la identificación de las placas en la figura 3. Las letras responden además a la notación del catálogo; dos letras indican que la placa estaba partida y cada fragmento fue catalogado independientemente. c = calculado. Ver figs. 3 - 7.
HPM
HPSl\'!
HPF1
fig. 5: n-l izquierda fig. 5 : t-i derecha
figs. figs. figs. fig.
figs. figs. figs. figs. figs. figs.
3: 1, 3:2, 3:3, 5 :v-r
3:q, 3 :j, 3:4, 3:k, 3 :p, 3 :5,
4 4 4 centro
4 4 4 6 6 4
HPF'2 figs. 3: s, 6 figs. 3 :m, 6 figs. 3:7, 7
HPF3 figs. 3: 8, 7 figs. 3: f}, 7
HPF4 figs. 3: 10, 7 figs. 3: 11, 7
HPF5 figs. 3: 12" 7 figs. 3: 18, 7
HPF6 figs. 3: 14, 7
HPF7 figs. 3: lij, 7
46.2 46.8
38.0 c 38.9 38.7 38.5
26.2 22.0 c 25.5 25.0 25.1 25.8
24.8 27.5 c 23.7
23.9 23.7
23.0 24.2
22.7 21.9
21.4
19.3
Ancho
18.1 16.9
18.0 16.0 13.5 18.3
16.5 14.0 16.8 16.8 16.6 18.6
16.8 17.8 16.0
17.6 18.6
17.7 19.3
18.0 17.4
16.5
15.6
26 1l\:lÍlll. 22
I<'igura ,\. :\lapa indicando «'ir('ulo y flecha I la ubicaei<Ín dd lugar del hallazgo del '-'.il'lll!llar S:VIl<~ lVI-7996. Arpas rayadas señalan suhurbios dp La Paz (Sur); 1: ('alacoto; :2: San Miguel.
Figura B. l<'oto indieando (flp<"lla I pI lugar elel hallazgo del ('.i<.'mplar S:\II<~
:\1-7!i96. Foto: .J. :\'I"hl.
I Núm. ~2
LA:\II;-..'A II
Fil!;ura 1. .11({(·}'I)(,lIjJI/}'(/dlls aff. mo}'el/o (LYDI"I(KI':B, l"n:¡¡. S:\U' M-7!1!!6h. Vista interna de la ('apal'HZón. l~s('ala en e111.
Fil!;ura 2. J/(f(')'oclI/J/¡ml'flls aff. II/o}'('¡¡i (LYI,!-:I(KEB, lS!!~I, S:\IF :\1-7!lnGa. Vista externa dp la caparazón. ~~s('ala en I'lll.
:-~n CO:\I. PAU~O:'\T. l\WS. lV[O"'TI;~nJ)IW I :'\úm. 22
LA 'VIIN A III
Figura :3. Esquenut de la capill'aZÚJl en vista externa, il1dieando la uhicación de las placas cuyas llledidas se dan en el Cuadro I y que se ilustran ampliadas.
Figura 4. JII/("roel//J}¡)"(fdus aff. moreni (LYIII;K"I':I(, 18!J51, SlVIF iV!-7!)!J6a. Detalle de la región izquierda de la coraza, mostrando parte de la últ ima HP:Vl, HI'SM y HPFl, eon la plaea semimóvil 1 de staeada (ver fig. :1). Obsérvese la torsión hacia la izquierda de la figura central. Escalas en Clll.
Figura 5. J[(J('j'oPl/¡J/¡]'(/(·tus aff. J)/orpni (LYIII·.K "1':1(, 189?i), Sl\TF M -79!l6. De izquierda a derecha: plaea móvil n-l, plaea selllilllóYil v-r, placa lll<Ívil t-i. Escala en cm.
¡'~igura 6. .Ha(TOPu/J/¡ )"(f('! liS aff. JJI{)I'P1I i (LYIWK" 1':1{, IS~G 1, S AH' l\I-7!i96. Placas fijas k y p, s y Ill, Y parte de la x. de la primera, segunda y tercera hileras del es(,udo pélvieo (ver fig. :11. ¡'~scala el! cm.
¡·'igura 7. JII/("/'O(,lI}J/I/"(f('tus aff. IJ/oreni (LVIlf:K "I'H, 18!iií 1, S:\IF 1\1-7!J9(l. Placas fijas del lado derecho del escudo pélvico: HPF2 7. HI'F:3 8-9. HPI~4 10-11, HPFií 12-1:3, HPF6 14, HPF7 15 (se observa parcialmente 1 (ver fig. :11. Nótese la torsión hacia la den,eha de las figuras centrales, Escala en cm.